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Encuentros y desencuentros entre cuñadas

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De nuestra Cava

De nuestra Cava

Por: Bertha De la Vega

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Así como la relación con la suegra suele ser complicada, en ocasiones, entre cuñadas la cosa no va mejor. Sin pensarlo, las hermanas de la pareja, pueden ser una fuente de problemas. Si llegara a crearse una rivalidad entre dos mujeres importantes en la vida de un hombre, sin motivos ni razones, la convivencia familiar se fractura, y a veces, hasta la propia relación amorosa.

Los vínculos que se forman entre hermanos a través del tiempo son fuertes precisamente por todo lo que han compartido juntos. Así, se establece un derecho de injerencia, donde opinar, comentar, sugerir y criticar es parte del día a día. Las hermanas son personas a las que estará muy unido y probablemente a las que pida consejo en más de una ocasión. Seguramente estas hermanas sean de las primeras en saber de nuestra relación.

Las cuñadas pueden también sentir la obligación de proteger a sus hermanos, sentir celos de que haya otras mujeres en su vida y desplazar su lugar. En caso de relaciones no duraderas llevarse bien o mal con las cuñadas no tiene importancia. Sin embargo, cuando se trata de algo estable las problemas con las cuñadas pueden poner en peligro la estabilidad familiar.

De ahí la importancia de mantener con ellas una buena relación. Al mismo tiempo que pueden abrir las puertas a toda la familia pueden cerrarlas. Piensa que estas mujeres llevan más tiempo ahí que tú y son una referencia en cuestión de mujeres.

Los problemas entre cuñadas pueden surgir simplemente porque tienen gustos o aficiones distintas. No comparten estilos culinarios con el resto de la familia o porque no le hacen gracia los chistes que hacen. Aunque también, la envidia, los celos y la competencia son factores determinantes.

Para evitar conflictos con las cuñadas, lo mejor es tratar de definir quién eres y qué lugar ocupas en la familia. Una cosa es una hermana, otra una pareja y otra una cuñada. Ni una ni otra tiene el mismo papel en la relación amorosa ni en la familia. La hermana no va a sustituir a una pareja ni viceversa. Las dos figuras son importantes, son complementarias y no excluyentes.

Hay que considerar cada uno viene de una familia con unos valores y maneras de relacionarse distintos. Es esencial empatizar. Esta reflexión ayudará a aceptar a las cuñadas, que obviamente son distintas a nosotras, ni mejor ni peor

Si te pones a evaluar cuántas veces al año tienes que verlas, seguramente no hay de qué preocuparse, ya que no necesariamente se verán todas las semanas. Tal vez el tomar una conducta de término medio sea lo más adecuado y haga llevadera la situación.

Es difícil que siempre reine la armonía en la familia. Pero con paciencia, tolerancia y empatía, se lograrán sobrellevar muchas situaciones que de otra manera terminarían afectando la relación pareja. No te dejes llevar por un mal momento.

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