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Crédito: guía definitiva para usarlo a tu favor
Por: Erika Uribe. Periodista especializada en negocios y finanzas
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El crédito nos ayuda a crear un historial financiero y nos saca de apuros, pero hay que saber cómo utilizarlo. Checa esta hoja de ruta para sacarle el mayor provecho.
Si la crisis sanitaria por el COVID-19 ha puesto contra las cuerdas a tu economía y las deudas de tus tarjetas crédito se han convertido en una constante, es momento de solucionar de una vez por todas el complejo laberinto de la mala administración que te ha llevado al sobreendeudamiento.
Para lograrlo necesitas un plan de acción que incluya un genuino interés por aprender de finanzas personales y reconocer que has hecho un mal manejo de tus plásticos. ¿De qué fallas hablamos? Por ejemplo, de considerar que las tarjetas de crédito son un fondo económico sin fin, que es posible tener un catálogo de todos los bancos y utilizarlas todas al mismo tiempo, que no pasa nada por saldar solo los mínimos mensuales o que son ideales para disponer de efectivo.
La realidad demuestra que el crédito no es malo ¡al contrario! Nos ayuda a crear un historial crediticio y nos saca de apuros, pero hay que saber para qué sirve y sacarle provecho mes con mes. Un básico, por ejemplo, es tener en el radar la fecha de corte, que es el día definido por el banco como el fin de las compras realizadas durante el mes. Si lo tienes claro, puedes financiar tus compras hasta por 30 días o más.
También debes conocer los cobros de la tarjeta por disposición de efectivo, la comisión por moras o retraso, los costos de reposición de plástico y, por supuesto, los cobros anuales especiales. ¡Vamos! Debes fijarte en todo, poniendo especial interés en el Costo Anual Total (CAT), el cual es un estándar que te ayuda a comparar el costo del financiamiento crediticio entre productos. Este indicador refleja qué tan caro es un crédito al contemplar las tasas de interés y todas las comisiones. La idea es que sepas desde el principio todo aquello que puede generar un gasto adicional.
Para no dar un paso en falso, te recomendamos usar la tarjeta sólo en casos de emergencia o cuando quieras realizar alguna compra grande que puedas diferir a meses sin intereses y, por ningún motivo (a menos que sea realmente urgente), la uses para disponer de fondos adicionales si es que quieres evitarte el pago de un porcentaje sobre lo recibido.
A la par, procura pagar de acuerdo con los tiempos establecidos por el banco si es que no quieres pagar moras e intereses y tener disponible entre 70% y 75% de la línea crediticia conferida por el banco.
Si aún así los gastos superaron los ingresos y estás en dificultades para pagar, sigue esta hoja de ruta para sanear tus finanzas. 1.
Haz un mapa deudor. Baja al papel las instancias a las que les debes. Registra la institución financiera, tarjeta, monto y tasa de interés. Acomoda la información de manera descendente; es decir, ordena las deudas de mayor a menor.
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Elabora un presupuesto. Define tus ingresos y egresos fijos y variables. Determina cuánto puedes cortar al gasto y la manera de optimizar el ingreso. Analiza, por ejemplo, el gasto hormiga que se va en la compra diaria de café, en compras chiquitas e innecesarias o en gastos clave como telefonía celular, por ejemplo.
Define qué tarjeta pagar primero. Comienza por el plástico con mayor deuda. Enfoca tus esfuerzos e interés en pagar la mayor suma posible de la tarjeta de mayor deuda, sin descuidar cuando menos los pagos mínimos de los plásticos con menos deuda. También puedes elegir pagar primero la que cobra la tasa de interés más alta.
Consolida tus deudas. Puedes transferir tus saldos a una sola cuenta concentradora en busca de obtener una tasa de interés más baja. Antes de firmar con algún banco, pregunta por las ‘comisiones’ o cargos por transferencia de saldos.
Evita usar tu tarjeta mientras estás en reestructura de pagos. Si realmente quieres reducir tus deudas, no la utilices. Dedícate a pagar sin caer en la tentación o necesidad de usarlas.
Finalmente, recuerda que el crédito es un aliado estratégico, por lo que antes de darle el sí a una tarjeta analiza para qué la quieres y cómo la vas a pagar. Para ello determina el monto máximo de pago que puedes realizar sin lacerar tu economía. Conoce la cifra restando los gastos fijos y el ahorro a tus ingresos netos. El resultado será tu capacidad de pago.
Ahora que conoces estos consejos, define qué tarjetas quieres conservar y si es que estás dispuesta a contratar nuevos plásticos.
¡Analiza y actúa!
Ventajas del crédito
El crédito es una herramienta que puede ser usada para tu beneficio personal para ayudarte a adquirir ciertos activos si es que aprendes a usarlo de manera inteligente. A continuación, te presentamos algunas ventajas. ¡Toma nota!
Permite planificar gastos y diferir pagos. Evita la necesidad de llevar dinero en efectivo. Mantiene un registro organizado de tus compras. Consolida tus transacciones en un pago mensual. Es más rápido y conveniente que expedir cheques. Brinda acceso a una cantidad de dinero que puedes usar en caso de emergencia. Brinda protección en caso de clonación, robo o extravío.
Fuente: Mastercard