Los escasos cuatro centímetros de longitud de la rana dardo sirven para avisar de su toxicidad a los posibles predadores. Aunque sus tonos de advertencia son ya de por sí muy vistosos, su paso sobre una bromelia los destacó aún más gracias al contraste colorista. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 300 mm f/2.8 + 1,4X TC. Trípode. Diafragma f/4. Velocidad 1/500 s. Sensibilidad 400 ISO.
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Aventura Fotográfica
TEXTO Y FOTOS • MAR RAMÍREZ FOTOGRAFÍA • JUAN CARLOS MUÑOZ
Al enfocar hacia un bosque, nos enfrentamos a uno de los hábitats más atractivos de la naturaleza. Si además lo hacemos en el bosque nuboso de Costa Rica, nos sentiremos abrumados ante tanta riqueza natural. No sólo por el denso verdor de las numerosas especies vegetales que impera en su espesura tropical de montaña, sino por la infinidad de animales con que nos puede sorprender.
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Un sendero suspendido entre las copas de los árboles asoma a un universo horizontal plagado de plantas epífitas, bromelias, ramas cubiertas de musgos y líquenes bañados por la lluvia. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 24-105 mm. Diafragma f/8. Velocidad 1/100 s. Sensibilidad 400 ISO.
E
s cierto que Costa Rica fascina al fotógrafo de naturaleza ofreciéndole una tremenda superficie de su territorio preservada bajo algún tipo de protección natural. Pero son sus selvas tropicales las que suponen el principal atractivo cuando se trata de captar una de las biodiversidades más elevadas del mundo. Dentro del corredor vital que Centroamérica constituye para la naturaleza del continente americano, Costa Rica es uno de los enclaves más ricos en cuanto a selva tropical se refiere, tanto de llanura como de montaña, ya que aúna tanto es-
pecies del norte como del sur. Por ello capturar su esencia es tanto o más valioso debido a la fragilidad a la que se enfrenta tan precioso hábitat.
Riqueza tropical La primera vez que alguien contempla los enormes árboles que componen profusamente el bosque lluvioso de montaña o bosque nuboso de Costa Rica, no puede menos que sentirse abrumado por una percepción visual donde no existen referencias visuales de ningún tipo. Su abun-
Costa Rica es uno de los enclaves más ricos en cuanto a selva tropical se refiere dante humedad sirve de refugio a los troncos cubiertos de plantas epífitas que se mezclan con las lianas cayendo desde el altísimo dosel arbóreo. Porque el cielo es apenas una pincelada de azul que se cuela entre las copas entrelazadas de los árboles y no hay horizonte
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El quetzal se ha convertido en el icono del bosque nuboso. Su comportamiento tímido y esquivo lo hacen ocultarse en el bosque, por lo que es complicado de fotografiar. Sin embargo, sus idas y venidas en busca de aguacatillos y el tiempo que permanece posado mientras digiere y escupe el gran hueso de cada fruto, ofrecen una oportunidad fotográfica excelente. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 300 mm f/2.8 + 1,4X TC. Trípode. Diafragma f/4. Velocidad 1/500 s. Sensibilidad 400 ISO.
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El cielo es apenas una pincelada de azul que se cuela entre las copas entrelazadas de los árboles
posible por la abrupta orografía montañosa donde arraiga el bosque. Helechos que crecen con el tamaño de árboles, orquídeas compitiendo en espacio con las bromelias por percharse de las ramas y troncos de los árboles, lianas que parecen descolgarse desde el cielo, árboles de raíces enormes y cortezas acolchadas de musgos… La variedad de especies vegetales es imponente y, a la vez, prácticamente desconocida. Entre tanta espesura, el movimiento de sus habitantes naturales surge furtivo, casi desapercibido entre tantos recovecos como ofrece.
Tesoros de la naturaleza El bosque lluvioso de montaña es un paraíso para las aves, como así lo demuestran
los centenares de especies congregadas en él. Pero también lo es para los anfibios, que encuentran entre su riqueza hídrica el hábitat perfecto para lucir sus llamativos colores, aviso de la extrema toxicidad que encierran muchas de esas bellas ranitas. Otros, como los reptiles, optan por mimetizarse con ramas y vegetación. En conjunto, la apariencia imponente del bosque intimida al observador, perdido en un paisaje selvático que parece fruto de la imaginación cuando el silencio lo invade y el tiempo simula detenerse. No menos sorpresiva es la lluvia que, sin apenas anunciarse, comienza a caer rotundamente. Se cuela entre las hojas con un repiqueteo incesante hasta convertirse en una cortina de
Con un tigrillo o leopardo tigre moviéndose en un recinto del Parque Natural de las Cascadas del río La Paz, empleamos una velocidad baja para añadir fuerza felina y un aspecto más salvaje a un animal controlado. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 100 mm f/2.8 L IS Macro. Diafragma f/4.5. Velocidad 1/5 s. Sensibilidad 200 ISO.
agua que acaba envolviendo de rasgaduras de neblina el bosque nuboso y crea un ambiente saturado de humedad. Como el vapor de las nubes se condensa en las hojas, incluso después de un largo rato sin llover, los árboles gotean de forma constante, completando así la misión de proveer de agua a las raíces.
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La extraordinaria biodiversidad de aves que encierra la naturaleza costarricense ofrece infinitas oportunidades fotográficas. En la mayoría de ellas, el color tanto del pájaro como del entorno es un elemento a nuestro favor. Cámara Canon EOS 7D. Objetivo 300 mm f/2.8. Diafragma f/3.5. Velocidad 1/250 s. Sensibilidad 200 ISO. Monopié.
Junto al río La Paz, existe un centro de fauna muy apropiado para aproximarse a animales controlados, como por ejemplo, este tucán piquiverde. Con el fin de destacar el plano protagonizado por la imponente estructura de su pico y el seductor colorido del ave, fue necesario el uso de un macro. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 100 mm f/2.8 L IS Macro. Diafragma f/3.5. Velocidad 1/100 s. Sensibilidad 400 ISO.
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La curiosidad y la actitud confiada de un colibrí montañés gorgiblanco o coligris nos permitió crear esta composición, que destaca aún más los irisiados tonos de su plumaje. Cámara Canon EOS 7D. Objetivo 300 mm f/2.8. Diafragma f/2.8. Trípode. Velocidad 1/100 s. Sensibilidad 400 ISO. 54 I Superfoto Naturaleza
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En la cascada del río La Paz, una hoja gigantesca de la planta conocida popularmente como “sombrilla de pobre” aporta una visión más sorprendente del entorno. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 24-105 mm. Diafragma f/10. Velocidad 1/20 s. Sensibilidad 400 ISO.
La Reserva Biológica de Monteverde es la más conocida a nivel mundial para penetrar en el bosque nuboso y en sus riquezas naturales La selva tropical de Costa Rica es un mundo en tres dimensiones donde todo cautiva el interés fotográfico. Desde los detalles de insectos y anfibios hasta los enhiestos troncos de los árboles que retan a la vertical alzándose más de cuarenta metros en busca de rayos de sol. Y es que la luz constituye una preciada fuente de energía en este hábitat de gran actividad biológica y complejidad en el que centenares de especies de plantas compiten por atraparla. Sin embargo, la presencia casi constante de nubes reduce la capacidad vegetal de realizar la fotosíntesis, por lo que su crecimiento es más lento.
El agua como fuente de vida Un buen acercamiento a este bosque en estado puro lo encontramos en el río La Paz, ubicado al norte del país, en las faldas del volcán Poás y dentro del cantón de Sa-
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El mono carablanca o capuchino cariblanco es exclusivo de Costa Rica. Al ser el más representativo de los monos costarricenses, encontrarlo en una zona abierta de vegetación, aunque sea durante unos segundos, es una oportunidad fotográfica que no hay desaprovechar. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 70-300 mm f/4-5.6 L IS. Diafragma f/4. Velocidad 1/125 s. Sensibilidad 800 ISO.
La mariposa morpho es el símbolo de la selva tropical centroamericana. Por su gran tamaño y su vistoso colorido, es un hallazgo siempre bienvenido para el fotógrafo de naturaleza. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 100 mm f/2.8 L IS Macro. Diafragma f/4. Velocidad 1/200 s. Sensibilidad 400 ISO.
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El canopy es un sendero suspendido entre la copas de los árboles que permite acercarse a la belleza de los helechos arborescentes desde un plano totalmente diferente. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 24-105 mm. Diafragma f/7.1. Velocidad 1/40 s. Sensibilidad 400 ISO.
rapiquí. Discurre a 1600 metros de altitud y ofrece numerosas posibilidades fotográficas entre la densidad selvática que tapiza las fuertes laderas de la cabecera. Hasta cinco cascadas jalonan el río La Paz, a cada cual más bella. Todas ellas se desprenden en un corto trayecto fluvial, siempre abundante en agua y sonoridad gracias a la notable precipitación que la zona registra durante todo el año. Otra de las posibilidades para penetrar en esta catedral de la naturaleza nos la propone el río Savegre, que discurre por la cordillera de Talamanca, la mayor elevación de todo el sur de Centroamérica. Si bien se inicia al sur del Valle Central costarricense, la alineación montañosa se prolonga por tie-
Las luces del atardecer y los retazos de niebla prendidos en la selva de montaña del área de Saripiquí confieren un ambiente más enigmático al bosque. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 300 mm f/2.8 + 1,4X TC. Trípode. Diafragma f/9. Velocidad 1/4 s. Sensibilidad 100 ISO. Superfoto Naturaleza I 57
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El mono aullador, confiado y de comportamiento grupal, no resulta fácil de divisar, pero suele dejarse escuchar cada amanecer en la selva. La dificultad de fotografiarlos reside en que casi siempre se desplazan por las copas de los árboles, por lo que permanecen alejados de nuestra cámara. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 300 mm f/2.8 + 1,4X TC. Trípode. Diafragma f/4. Velocidad 1/500 s. Sensibilidad 400 ISO.
rras panameñas. Desde una de sus mayores elevaciones, el cerro de la Muerte, el río Savegre comienza su andadura a través de un profundo valle que ha logrado mantener sus bosques primarios gracias a la armonía conservacionista establecida por los pioneros que en él se asentaron a mediados del siglo pasado.
Un paraíso para nuestra cámara Actualmente, el ecoturismo alrededor del bosque y de especies tan emblemáticas como los trogones y quetzales, atrae cada
Encontrarnos con un perezoso dormido es una agradable sorpresa que retará a nuestra paciencia si no hallamos la forma de hacer una composición con cierta originalidad. Incluso cuando están despiertos, su inactividad y sus lentos movimientos pueden convertir en exasperante el intento de capturar su imagen. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 300 mm f/2.8 + 1,4X TC. Diafragma f/4. Velocidad 1/400 s. Sensibilidad 800 ISO. Trípode.
La luz constituye una preciada fuente de energía en este hábitat de gran actividad biológica y complejidad
año a un nutrido grupo de aficionados procedentes de tierras lejanas. Dispuestos a explorar las zonas primigenias en busca de sus más salvajes habitantes, los más pacientes o afortunados incluso logran atisbar a alguno de los pumas que aún conviven allí. De hecho, el alto de grado de conservación de la zona ha dado lugar al recientemente creado Parque Nacional de los Quetzales y a las reservas biológicas de Santa Elena y de Monteverde. Precisamente esta última es la más conocida a nivel mundial para penetrar en
el bosque nuboso y en sus riquezas naturales. Está situada en la divisoria de la cordillera de Tilarán, cuyas laderas reciben las influencias oceánicas tanto del Caribe como del Pacífico. Saberse ante uno de los mejores santuarios mundiales de vida silvestre tropical no prepara siquiera para la tremenda sorpresa natural que nos depara. Simplemente el acceso al lugar, a través de una pista que por decisión vecinal se ha mantenido sin asfaltar para preservar la esencia natural de tan valioso enclave, permite descubrir
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Al atardecer, podemos contemplar el golfo de Nicoya, en aguas del Pacífico, desde la selva de montaña de Monteverde. El contraste de las alineaciones montañosas más deforestadas a medida que están más distanciadas destaca contra los primeros planos del bosque nuboso. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 100 mm f/2.8 L IS Macro. Diafragma f/5.6. Velocidad 1/80 s. Sensibilidad 400 ISO.
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Consejos Prácticos La enorme humedad que marca el clima de este bosque hace que el mantenimiento del equipo fotográfico deba extremarse. Es imprescindible incluir en el equipaje protección contra la lluvia, tanto para nosotros como para nuestro equipo. Un poncho, una funda impermeable para la mochila y los protectores para los objetivos son esenciales. La niebla es un elemento muy creativo para fotografiar, pero en muchas ocasiones es tan densa que no permite ver nada. Conviene armarse de paciencia para esperar su evolución o bien intentarlo más tarde. El bosque nuboso tiene un gradiente horizontal muy interesante. Según el estrato que miremos, nos encontramos motivos fotogénicos tan diversos como las abundantes plantas epífitas y los helechos arborescentes. Para acceder a ellos y explorar el bosque desde otra altura, es aconsejable recorrer los “canopy” o senderos suspendidos entre las copas de los árboles. La localización de la fauna es siempre una tarea costosa en cualquier bosque. No obstante, la riqueza biológica que posee Costa Rica y su largo periplo de conservación hacen que la fauna sea uno de los factores más atractivos al plantearse la fotografía de naturaleza en este país. Tanto para los pequeños detalles como para retratar a los invertebrados conviene incluir un objetivo macro. Debemos tener en cuenta que en el interior del bosque hay muy poca luz, por lo que añadir a nuestro equipo los flashes y el trípode resulta prácticamente imprescindible.
Cada estrato del bosque ofrece una diversidad digna de convertirse en protagonista de nuestras imágenes cómo los cultivos han ido transformando las laderas de menor altitud en plantaciones de café o pastos ganaderos donde se alimentan las vacas para la obtención de leche. Montaña arriba, a 2000 metros de altitud, descubrimos este bosque donde habitan más de 400 aves, 2500 especies botánicas y alrededor de un centenar de mamíferos. Un lugar que ofrece descanso a los migradores del continente norteamericano y se ha convertido en un
En entornos donde abunden las flores, es fácil localizar alguna de las muchas especies de colibríes que habitan en Costa Rica, como este colibrí de oreja violeta. Al tratarse de un ave confiada, nos permite jugar con la profundidad de campo, siempre que dispongamos de un objetivo muy luminoso. Cámara Canon EOS 7D. Objetivo 300 mm f/2.8. Diafragma f/2.8. Velocidad 1/160 s. Sensibilidad 400 ISO. Monopié.
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Guía Práctica Cómo ir La compañía aérea Iberia (www.iberia.com) ofrece vuelos diarios que comunican Madrid y San José. Cuándo ir En el bosque nuboso no existe estación seca. Las precipitaciones medias anuales son de 3000 mm y la temperatura media gira en torno a los 18ºC. Dónde alojarse •Río La Paz – Sarapiquí. Peace Lodge. www.waterfallgardens.com. Tel. (506) 2482 2720. •Río Savegre - Talamanca Hotel Savegre. San Gerardo de Dota. www.savegre.com. Tel. (506) 2740 1028. •Cabinas El Quetzal. San Gerardo de Dota. www.cabinaselquetzal.com. Tel. (506) 2740 1036. •Monteverde - Tilarán Hotel de Montaña El Establo. Monteverde. www.hotelelestablo.com. Tel. (506) 2645 5110. Más información www.visitcostarica.com
Una lora venenosa adulta con sus bellísimas escamas verde brillante y las líneas amarillas posee una gran fotogenia. Es una víbora arborícora que habita en la selva de montaña y pasa a menudo desapercibida. Suele permanecer enroscada y quieta, sólo se mueve de forma rápida y agresiva si se la toca. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 100 mm f/2.8 L IS Macro. Trípode. Diafragma f/4. Velocidad 1/500 s. Sensibilidad 400 ISO.
Dentro de la gran diversidad de reptiles costarricenses, la vistosa serpiente oropel es fácil de encontrar en plantaciones agrícolas como cafetales o bananos. Cámara Canon EOS 5D Mk II. Objetivo 100 mm f/2.8 L IS Macro. Diafragma f/4. Velocidad 1/100 s. Sensibilidad 800 ISO.
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destino idílico para perderse. Por ello conviene aprovechar al máximo las primeras horas de luz de la jornada e internarse por cualquiera de los diez senderos acondicionados en Monteverde para descubrir la esplendor intacto del bosque nuboso tropical. Por su parte, la Reserva Biológica de Santa Elena, creada 20 años después, dispone de una menor accesibilidad peatonal, pero no por ello encierra menos belleza selvática y excelentes oportunidades para capturar la esencia del bosque tropical. Un paraíso fotográfico que no sólo se establece en la altitud sino también en la horizontalidad, pues cada estrato del bosque ofrece una diversidad digna de convertirse en protagonista de nuestras imágenes.
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