Caos en Francia

Page 1

1

MIRROR Magazine Informa desde París, Francia


2

La tensión se dispara en París en el cuarto sábado de protestas violentas de los 'chalecos amarillos'. Miles de detenidos y centenas heridos, entre ellos muchos policías La tensión entre policía y manifestantes sube en París a medida que avanza el día en el "acto IV" de los 'chalecos amarillos', los franceses que protestan desde hace cuatro semanas contra el alza del precio de los carburantes y que ahora exigen la dimisión del presidente Emmanuel Macron. La policía y los manifestantes han jugado al gato y al ratón en una nueva jornada de movilizaciones en todo el país. Unos 10.000 'chalecos amarillos' en París y unos 115.000 en todo el país han vuelto a salir este sábado a la calle con su chaleco amarillo, la prenda que es obligatoria llevar en los automóviles y ponerse en caso de accidente y que se ha convertido en un símbolo del rechazo de los franceses a las políticas de Macron. Es un un movimiento social sin estructura y sin líder, organizado a través de las redes sociales, que surgió de forma espontánea para protestar por el alza del precio de los carburantes y la pérdida del poder adquisitivo. Tiene más fuerza en la Francia rural, donde el automóvil es imprescindible para desplazarse. No están afiliados a ningún sindicato ni a ningún partido político ni tiene una ideología clara. "Macron debe escucharnos. Debe dejar de esconderse como un avestruz y escucharnos", dice Adrien, un bretón de 27 años que ha venido a París a protestar. "Al final de mes no nos queda nada. Estamos hartos", añade este joven que está en paro desde hace tres meses. El primer ministro francés, Édouard Philippe, ha llamado a reanudar el diálogo, y ha prometido que el Gobierno anunciará "medidas", informa Afp. "El


3

diálogo ha comenzado y debe continuar", ha dicho Philippe en una breve declaración retransmitida por televisión, "hay que tejer de nuevo la unidad nacional".

El presidente, que no ha hablado en público desde que llegó el pasado domingo de la cumbre del G20 en Argentina, se dirigirá a los franceses "a principios de la semana que viene" para evitar caldear aún más el ambiente antes de la manifestación de hoy. Según Adrien, "el movimiento no cederá en nada. El movimiento de los chalecos amarillos va a perdurar, perdurar y perdurar. Hasta que Macron ceda. Si hace falta, puede durar todavía un año", asegura. Las autoridades francesas querían evitar otro "sábado negro" y que no se repitieran altercados violentos como los del pasado 1 de diciembre en la capital francesa. Para ello, Francia ha desplegado 89.000 policías, 8.000 de ellos en París. También había vehículos blindados en la capital francesa. 1.385 personas han sido detenidas en todo el país, de las que unas 673 sólo en París, "y la cifra irá en aumento", según el ministro del Interior. 974 manifestantes han sido puestos bajo custodia y hay 118 heridos, entre ellos 17 policías, según informa la prensa local. El pasado sábado el número de heridos ascendió a 201 manifestantes y 284 policías. Entre los heridos se encuentran también varios periodistas. Dos fotógrafos del diario Le Parisien han sido alcanzados por disparos de 'flashball', que disparan pequeñas balas de caucho, en la avenida de los Campos Elíseos, uno en la nuca y otro en la rodilla, denunció el rotativo. Un periodista de la agencia de prensa audio A2PRL, con una foto de su hematoma como prueba, también ha afirmado que un policía le disparó con esa misma arma, pese a que llevaba un brazalete que decía "prensa". El semanal Journal du Dimanche ha dicho por su parte que uno de sus fotógrafos "recibió dos golpes de un policía durante choques entre las fuerzas del orden y 'chalecos amarillos'".


4

Los barrios donde tienen lugar las manifestaciones se han blindado ante el temor de nuevos destrozos como los del fin de semana anterior. Las tiendas de los Campos Elíseos y los Grandes Bulevares, la Torre Eiffel y museos como el Louvre, Orsay y el Grand Palais, estaciones de metro y de cercanías han cerrado sus puertas.

Barricadas con mobiliario urbano en París. La mayoría de los "chalecos amarillos" que participan en las protestas en París eran pacíficos. Letizia, cuidadora en un hospital, protestaba cerca del Arco de Triunfo contra la subida de impuestos y las leyes que aprueban los políticos a espaldas de los ciudadanos. Se había puesto un disfraz de unicornio y un chaleco amarillo. "Voy vestida de unicornio porque vengo de forma pacífica, no vengo a pelearme y el unicornio es bonito, es simpático", explica Letizia. Sin embargo, no todos son como Letizia. Los "chalecos amarillos" más extremistas han montado barricadas en París con mobiliario urbano, han quemado papeleras, han lanzado adoquines a la policía y han incendiado varios coches. La policía ha respondido con cargas y gases lacrimógenos. En este sentido, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha lamentado las "escenas de caos" y los "daños inconmensurables" en la capital francesa. "Cientos de tiendas e instalaciones públicas que no pudieron abrir, daños en muchos barrios, una vida cultural y económica estancada, una imagen internacional que restaurar: el daño es inconmensurable. Es inimaginable que revivamos esto", ha afirmado. En otros barrios alejados del corazón de las protestas, la vida continuaba como cada sábado. Las tiendas, las panaderías y los supermercados estaban abiertos y la gente hacía la compra o buscaba regalos de Navidad. Otros, en cambio, tenían claro donde pasarán las próximas fiestas. "Las navidades y el año nuevo yo lo paso fuera, en una rotonda, con mi chaleco amarillo. Mi familia me ha dicho que me llevará algo para comer para que pueda pasar la Navidad con mis amigos chalecos amarillos", asegura Adrien, el parado bretón.


5

Enmanuel Macron, Presidente de Francia


6

"Chalecos amarillos" en Francia: la protesta que llevó a Emmanuel Macron a cancelar la subida del precio de los combustibles Las violentas manifestaciones del pasado fin de semana en París y otras ciudades de Francia han llevado al presidente francés Emmanuel Macron a dar marcha atrás. La peor crisis de la presidencia de Macron se zanja con la cancelación de los planes del gobierno sobre un aumento del precio del diésel.


7

El primer ministro, Edouard Philippe, anunció la decisión este miércoles, apenas un día más tarde de haber anunciado que la aplicación de la medida iba a ser pospuesta durante seis meses. "El gobierno está listo para el diálogo y lo está demostrando porque este aumento de impuestos ha sido eliminado de la ley de presupuesto para 2019", dijo el miércoles Philippe ante la Cámara Baja de la Asamblea Nacional. El alza suponía 7,6 céntimos de euro más sobre el precio del litro de diésel y 3,9 en el caso de la gasolina. En el Arco de Triunfo, Macron vio cómo se pintaron grafitis en su contra y hubo daños en las oficinas del monumento, que habían saqueadas previamente. Los destrozos se produjeron el pasado fin de semana durante las protestas de los "chalecos amarillos" en París y otras ciudades de Francia en contra del alza del precio del diésel y el alto costo de la vida. "Nunca aceptaré la violencia", dijo Macron en una conferencia de prensa en Buenos Aires el sábado, donde asistió a la cumbre del G20. "Ninguna causa justifica que las autoridades sean atacadas, que las empresas sean saqueadas, que los transeúntes o los periodistas estén amenazados o que el Arco de Triunfo sea manchado", dijo. Miles de manifestantes, liderados por el movimiento de los llamados "gilets jaunes" (chalecos amarillos), salieron a las calles para exigir que el gobierno dé marcha atrás al aumento en el impuesto del diésel. El presidente y sus ministros tuvieron una reunión urgente sobre seguridad para decidir qué acción tomar en respuesta a la violencia que tiene conmocionado a buena parte del país. Y en búsqueda de una salida política a la crisis, el lunes el primer ministro Édouard Philippe se reunión con los partidos de la oposición mientras los manifestantes bloqueaban depósitos de combustibles de la petrolera Total, que reportó 75 gasolineras desabastecidas. El ministro de finanzas, Bruno Le Maire, informó que las protestas afectaron a tiendas, hoteles y restaurantes. Le Maire señaló que las ganancias del sector se vieron afectadas entre 15% y 50% y la industria hotelera tuvo una caída en las reservaciones de habitaciones de entre 15 y 25 %, según la agencia Reuters.


8

Desde que comenzaron las manifestaciones, cuatro personas han muerto en incidentes de violencia en todo el país, incluyendo una mujer de 80 años que fue golpeada por una lata de gas lacrimógeno al intentar cerrar las persianas de su ventana. Más de 100 personas resultaron heridas en la capital francesa, incluidos 23 miembros de las fuerzas de seguridad, y cerca de 400 personas fueron arrestadas este fin de semana, dijo la policía. La ministra de Justicia, Nicole Belloubet, ha prometido aplicar toda la fuerza de la ley a las personas a las que incurran en violencia. El Ministerio del Interior de Francia dice que unas 136.000 personas participaron en las protestas en todo el país, mostrando un amplio apoyo al movimiento de los "chalecos amarillos". Los "gilets jaunes", llamados así porque han salido a las calles usando una prenda amarilla fluorescente muy vistosa, se quejan del fuerte aumento en los impuestos al diésel. Macron aseguraba que la medida tiene una justificación ambiental, pero los manifestantes dicen que el aumento es insostenible, especialmente con los habitantes de fuera de la ciudad que dependen de sus autos. El precio del diésel, el combustible más utilizado en los automóviles franceses, ha aumentado alrededor de un 23% en los últimos 12 meses a un promedio de US$1,71 por litro. El movimiento de protesta no tiene un liderazgo identificable y ha ganado impulso a través de las redes sociales, con una amplia gama de participantes desde la extrema izquierda anarquista a la extrema derecha nacionalista, así como muchos moderados. Cerca de 300.000 personas participaron en la primera manifestación a nivel nacional, el 17 de noviembre. El precio del diésel, el combustible más utilizado en los automóviles franceses, ha aumentado alrededor de un 23% en los últimos 12 meses a un promedio de US$1,71 por litro.


9

El movimiento de protesta no tiene un liderazgo identificable y ha ganado impulso a través de las redes sociales, con una amplia gama de participantes desde la extrema izquierda anarquista a la extrema derecha nacionalista, así como muchos moderados. Cerca de 300.000 personas participaron en la primera manifestación a nivel nacional, el 17 de noviembre. Los "chalecos amarillos" se reunieron durante un tercer fin de semana el sábado y salieron a las calles de todo el país, incluso en Narbonne, Nantes y Marsella. En los Campos Elíseos, en el centro de París, la policía disparó gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y cañones de agua, mientras que manifestantes enmascarados lanzaron proyectiles y prendieron fuego a edificios. Se apagaron casi 190 incendios y seis edificios resultaron dañados por el fuego en su totalidad, según el Ministerio del Interior. Grandes almacenes y estaciones de metro fueron cerrados como resultado de la violencia.


10


11


12

El Hundimiento de Macron En Francia, los ministros no se ven obligados a dimitir: salen huyendo despavoridos. Mientras, la oposición se frota las manos ante este nuevo (y duro) golpe a Macron

En el Gobierno Macron, los ministros no se ven obligados a dimitir: salen huyendo despavoridos. El rechazo del ministro del Interior, Gérard Collomb, a manterse en el puesto, como le exigía su jefe, es un golpe demoledor para el presidente francés, que apenas hace un mes veía cómo su ministro más popular, el ecologista Nicolas Hulot, dejaba el gabinete sin avisarle, al amanecer, en directo en un programa de radio. Collomb hizo pública el lunes su intención de dimitir para preparar su campaña a la alcaldía de Lyon. Emmanuel Macron no aceptó su dimisión. Era una manera de posponer la crisis. Pero el veterano político socialista no estaba dispuesto a cumplir las 'órdenes' del jefe del Estado y se destapó a media tarde del martes con una entrevista a 'Le Figaro', que saldrá completa este miércoles, donde anunciaba que deja su puesto. Finalmente, será el primer ministro, Édouard Philippe, quien le sustituya en el Gobierno hasta encontrar un candidato. Para Macron, que vive sus momentos más delicados desde el inicio de su mandato, hace 16 meses, es un nuevo mazazo, tras el portazo de Hulot, pero en el caso de Collomb es más hiriente. Gérard Collomb fue una especie de 'padrino' político para el aspirante a Elíseo. El exalcalde de Lyon fue el primer miembro de importancia en el Partido Socialista en creer y apoyar al joven ministro de François Hollande. Collomb, representante del ala socialdemócrata del PSF, pro-business y habituado a gobernar su ciudad en coalición con centristas y conservadores, era un embajador y un ejemplo ideal para un Macron que no contaba con apoyos partidistas,


13

era visto como un traidor por los socialistas próximos a Hollande y como un enemigo por la izquierda del partido. Collomb, que fue el único ministro que lloró de emoción cuando Macron presentó su Gobierno, mostró por primera vez sus diferencias con el presidente tras el caso Benalla. El ministro del Interior tuvo que verse obligado a dar explicaciones extrañas, por no decir mentir, cuando la comisión de investigación de la Asamblea le inquirió sobre sus relaciones con el exguardaespaldas del presidente. Comprometió su palabra por proteger a Macron. Más tarde, cuando los sondeos iniciaban la cuesta abajo imparable del presidente, Collomb declaró que quizás el Gobierno pecaba de falta de humildad. Más tarde, a sus amigos del diario 'Le Progrès de Lyon' les dijo que el presidente pecaba de prepotencia y de falta de escucha. Con la alcaldía de Lyon de nuevo a la vista (ha sido alcalde de la ciudad durante 16 años), Collomb no quería verse arrastrado por la política gubernamental, que la mayoría de los franceses considera negativa. Los comicios municipales son en 2020 y aparte la necesidad de preparar su campaña, la deserción de Collomb confirma que él no confía en una recuperación rápida del presidente. En su respuesta, Macron —que en un primer lugar no aceptó la dimisión de su padrino— ha optado por no mencionar a su exministro. Simplemente emitió un comunicado en el que encargaba al primer ministro, uno de sus apoyos más firmes, presentarle alternativas para sustituir a Collomb.

Dimisión en plena "guerra contra el islamismo" La huida del ministro del Interior es también muy delicada para Francia. En plena “guerra contra el islamismo”, como el propio Collomb decía, y con la opinión pública alarmada por el aumento de las agresiones violentas callejeras, el país se queda sin la máxima autoridad policial. Además, su sustituto deberá seguir la política


14

de restricción de la inmigración que ha puesto en marcha Gérard Collomb y que solo tiene algunos meses de vida. La oposición ha vivido este martes un día de fiesta mayor. Para el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, la segunda dimisión de un ministro de Estado significa que “la agonía de la macronía ha comenzado”. Compañeros de Mélenchon hablaban de “desbandada”. Desde el otro lado del espectro político, los dirigentes de Los Republicanos eran más comedidos y centraban sus ataques en Collomb. "Que ponga fin al 'sketch”, decía Eric Woerth. El socialista Olivier Falorni comentaba también, tras las dimisiones de François Bayrou, Hulot y Collomb: “Nos prometían un Big Bang; tenemos una implosión total”. El terremoto que ha provocado la dimisión irrevocable de Gérard Collomb dejará muy tocado a Emmanuel Macron, que vuelve a recibir un demoledor desafío a su autoridad. Los problemas del Elíseo ya no se pueden solucionar con campañas de comunicación adornadas de selfis con raperos y jóvenes exdelincuentes. Algo, por cierto, nada del gusto de un político ya con una cierta edad como Collomb, que ha robado a Aznavour el protagonismo del día. Bien podría aplicar a Macron alguna estrofa de la canción 'Morir de amor' del franco-armenio: “Puisque notre amour ne peut vivre, mieux vaut refermer le livre”. “Ya que nuestro amor no puede seguir vivo, más vale cerrar el libro”.


15


16


17

“Chalecos amarillos” piden la dimisión de Macron Han continuado las protestas de los ‘chalecos amarillos’ en Francia pidiendo la dimisión del presidente Emmanuel Macron. En el centro de París la policía antidisturbios disparó gases lacrimógenos contra los manifestantes. Según informes de la policía, fueron detenidas 575 personas, de las cuales 361 permanecían bajo custodia tras encontrar las autoridades potenciales armas como martillos, bates de béisbol y bolas de petanca de metal. Un manifestante, Gilles Noblet le dijo a la agencia de noticias Reuters: “Tomamos el tren durante 11 horas solo para protestar hoy. Nos sentimos despreciados por estos tecnócratas que nos gobiernan”. Por su parte el primer ministro Edouard Philippe pidió moderación. “Haremos todo lo posible para que hoy pueda ser un día sin violencia, para que el diálogo que iniciamos esta semana pueda continuar en las mejores circunstancias posibles” , dijo a la televisión francesa. Philippe anunció que el gobierno estaba suspendiendo las subidas previstas en los impuestos al combustible durante al menos seis meses para ayudar a desactivar las semanas de protestas. Unos 89.000 policías fueron desplegados en toda Francia, unos 8.000 de ellos en París.


18

Las Fotos del Conflicto


19


20


21


22


23


24


25


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.