Fallece Doris Day

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IN MEMORIAN 1922 - 2019


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MAGIC WOMAN

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DORIS DAY

Inolvidable


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BIOGRAFÍA Doris Mary Ann Kappelhoff, conocida como Doris Day (Cincinnati, Ohio, 3 de abril de 1922-Carmel, California 13 de mayo de 2019), fue una actriz y cantante estadounidense de pop tradicional y jazz. Nacida en una familia de clase media, sus inicios profesionales sucedieron en la radio. Fue una de las cantantes surgidas en la década de 1940 que, junto con Dinah Shore, Billie Holiday, Patti Page y Sarah Vaughan, crearon la modalidad vocal femenina en la música pop tradicional. Sin embargo, se consagró principalmente en el cine, donde incursionó desde su juventud cuando fue convocada para rodar la película Romance on the High Seas (1948). Desde mediados de los años 1950, sus papeles fueron cada vez más importantes y fue reconocida por sus condiciones actorales para la comedia. Entre las producciones donde actuó destacan The Tunnel of Love, Pillow Talk, Midnight Lace, Billy Rose's Jumbo y Move Over, Darling, por las cuales recibió una gran cantidad de premios y distinciones. Fue dirigida por directores como Michael Gordon, Michael Curtiz, Alfred Hitchcock y David Butler, y compartió escena junto a algunos de los actores más importantes de aquellos tiempos en Hollywood como Jack Carson, Frank Sinatra, James Stewart, Clark Gable y Rock Hudson, hasta su retiro del cine en 1968. El resto de su carrera estuvo ligado a la música y al medio televisivo. Llegó a protagonizar una exitosa serie de televisión, The Doris Day Show, que se transmitió en CBS desde 1968 hasta 1973, durante cinco temporadas. A partir de la década de 1970, se abocó al activismo en defensa de los animales. Con el paso de los años, su trabajo disminuyó pero aun así editó dos discos, The Love Album(1994) y My Heart (2011). Primeros años Fue hija de Alma Sophie Kappelhoff y de William Joseph Kappelhoff, nacidos en Ohio, de ascendencia alemana.2 La menor de dos hijos, fue llamada "Doris" por la actriz del cine mudo Doris Kenyon. De religión católica, sus padres se


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divorciaron siendo ella una niña. Posteriormente adoptaría las creencias de la Ciencia Cristiana. Ya desde pequeña empezó a bailar ganando un contrato que le permitió, con tan solo doce años, viajar a Hollywood, California, con su compañero, Jerry Doherty. A los 19 años sufrió un accidente automovilístico que le impidió cumplir sus sueños de ser bailarina, por lo que se concentró en el canto y en la actuación.

Comienzos profesionales Al poco tiempo, Kappelhoff comenzó su carrera profesional en 1939 formando parte de las llamadas big bands. En esa época acompañó a cantantes como Barney Rapp, Bob Crosby y Les Brown en las actuaciones que realizaban en vivo en clubes nocturnos y teatros. Fue el propio Barney Rapp quien le sugirió que cambiase su nombre por el de "Doris Day", por la canción "Day after Day" que era parte de su repertorio. A ella nunca le ha gustado su nombre artístico, ya que piensa que suena a nombre de stripper; sin embargo, su nombre siempre ha estado asociado a una imagen de inocencia. Junto a Les Brown lanzó más de una decena de sencillos, entre ellos "Sentimental Journey" y "My Dreams Are Getting Better All the Time", canciones que alcanzaron el primer puesto de la lista de popularidad estadounidense Billboard Hot 100.

Carrera cinematográfica A finales de los años 1940, Day comenzó a participar en audiciones para películas. En 1948 debutó en el cine en la película musical Romance on the High Seas, donde interpretó a Georgia Garrett; para conseguir dicho trabajo compitió con un total de 100 actrices que también querían ese papel. Allí fue dirigida por Michael Curtiz y compartió escena con Jack Carson y Janis Paige. Para la compañía Warner Brothers, la artista rodó otros musicales, entre ellos Starlift, By the Light of the Silvery Moon y Tea for Two.


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En 1953 interpretó "Calamity Jane", cuyo título en España fue "Doris Day en el Oeste"; la película ganó el Óscar a la mejor canción original por "Secret Love". En 1955, recibió algunas de las mejores críticas de su carrera artística por la interpretación de la cantante Ruth Etting en "Quiéreme o déjame", junto a James Cagney. Además de Cagney, Day ha compartido cartel con algunas de estrellas masculinas más importantes de Hollywood, como James Stewart, Cary Grant, David Niven o Clark Gable. En la película de 1956 de Alfred Hitchcock "El hombre que sabía demasiado", cantaba la canción "Que Sera, Sera (Whatever Will Be, Will Be)", que ganó el Oscar. Según cuenta Jay Livingston (autor de la canción junto a Ray Evans), Day prefería otra canción de la película, "We'll Love Again", e intentó no grabar la canción "Que Sera, Sera". Cuando los estudios le obligaron a grabarla, cedió, pero después de grabar la escena comentó a un amigo de Livingston, "Es la última vez que oirás esta canción". "Que Sera, Sera" se convirtió en la canción identificativa de Day, usada en su película "No os comáis las margaritas" y en la canción de cabecera de su programa de televisión. La canción fue versionada por Sly & the Family Stone en 1973. La actriz protagonizó junto a Richard Widmark el largometraje dirigido por Gene Kelly, The Tunnel of Love (Mi marido se divierte), de 1958. La película le supuso su primera nominación al Globo de Oro por Mejor actriz Comedia o musical. Posteriormente, actuó junto a Rock Hudson en la comedia romántica Pillow Talk (Confidencias a medianoche) (1959), bajo la dirección de Michael Gordon, también con gran éxito de crítica y taquilla. El papel le trajo su primera y única nominación al premio Óscar en la categoría de Mejor actriz y una nueva candidatura al Globo de Oro Mejor actriz - Comedia o musical. Day y Hudson hicieron otras dos películas juntos ("Pijama para dos" y "No me mandes flores"), trabajó junto a Cary Grant en "Suave como el visón" en 1962, y junto a James Garner hizo otras dos películas, empezando con la cinta de 1963 "Su pequeña aventura". A pesar del paso del tiempo y del cambio de gustos del público, Day se quedó estancada en el mismo tipo de películas. La crítica y el público comenzaron a cansarse de las películas que interpretaba. Siguiendo los consejos de su tercer marido, Marty Melcher, interpretó "Capricho" (Caprice


Suplemento especial de MIRROR magazine (1967)) junto a Richard Harris, y que según la propia actriz es una de sus peores interpretaciones. También asesorada por su marido, Day rechazó el papel de Mrs. Robinson en "El graduado" (papel que fue a parar a manos de Anne Bancroft).

Carrera posterior A la muerte de Melcher, Doris descubrió que éste había despilfarrado toda la fortuna de la actriz, dejándola en la quiebra. Doris demandó a Jerry Rosenthal, socio de su marido, por posible estafa, ganándole la demanda y haciéndole pagar la cantidad de 20 millones de dólares. Además, se enteró de que su difunto marido había firmado un contrato para que la actriz realizara una serie de televisión. Entre 1968 y 1973, protagonizó su propia sitcom, "The Doris Day Show", que tenía como canción de cabecera el tema "Que Sera, Sera". Desde que terminó la serie, ha estado prácticamente retirada del mundo del espectáculo. Una memorable actuación fue la que hizo al lado de Kirk Douglas en "Young Man with a Horn", en la cual aparece como villana Lauren Bacall y en la que Harry James interpreta la trompeta que simulaba tocar Kirk. El filme no tuvo mucho éxito comercial pero es memorable por las interpretaciones de James y las actuaciones de Doris y Kirk. Desde que Doris Day's Best Friends llegó a su fin, Day se retiró del mundo del espectáculo. A partir de entonces, se ha dedicado a la promoción de los derechos de los animales. Creó la Liga Animal Doris Day (The Doris Day Animal League) para la protección de los animales en peligro, siendo actualmente una de las más influyentes activistas de ese movimiento. Posteriormente recibió variados reconocimientos por su larga trayectoria. En 1989, por ejemplo, se le otorgó el premio Cecil B. DeMille y en 1991 el premio American Comedy por su contribución a la comedia cinematográfica. En el año 2011, graba un álbum llamado: "My heart", con 89 años. Murió el 13 de mayo de 2019 a causa de una neumonía grave a los 97 años de edad.


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Doris Day falleció a los 97 años de edad pero en la retina de sus admiradores la estrella de Hollywood seguía siendo esa adorable rubia de sonrisa perenne y edad indefinida que les hacía reír y soñar en rosa cuando se asomaba a la gran pantalla con sus comedias románticas de la época dorada de la meca del cine. A ella misma le ha debido aceptar que el paso del tiempo le llevaba irremediablemente a un final vital que en su caso ha


Suplemento especial de MIRROR magazine sido tardío y le ha llegado a los 97 años. Su relación con la muerte era negarla, mirar para otro lado. Por eso, a quienes la conocían no les ha sorprendido que haya mantenido su postura más allá de su propio fin y dejara especificado en su testamento que no quería "ningún funeral, ningún monumento ni ninguna tumba", según ha desvelado Bob Bashara, su representante y amigo a la revista People. Bashara ha explicado que a Doris Day " no le gustaba la muerte, ni hablar de un posible funeral". Una máxima que valía tanto para ella como para las personas o los animales a los que quería. Su representante especifica que Day ni siquiera era capaz de tratar el tema de la muerte en relación con sus perros. "Yo le dije que tendríamos que pensar que hacer con ellos si ella moría, y su respuesta fue: 'No quiero pensar en eso. Bueno, solo cuídalos". La actriz y cantante siempre fue una acérrima defensora de los animales y creció dentro del catolicismo y lo ejercía. Pero se alejó de la religión institucional después de la muerte de su marido, el productor Martin Melcher, en 1968. Aunque ella siguió declarándose una persona espiritual y creía en un dios que le había dado la voz: "Dios me dió una voz y yo la usé", dijo la artista. Bob Bashara cree que el motivo por el que Doris Day ha preferido despedirse del mundo sin funerales ni fanfarrias es que "era una persona muy tímida". "Nunca dejó que su fama le afectara y siempre se sintió como la niña de Cincinnati, que tenía un talento y salió al mundo e hizo lo que le encantaba hacer". Según el amigo que se encargó de sus asuntos durante años, sabía que la gente la quería y significaba mucho para ella, pero no llegaba a entender el por qué. Bashara también ha especificado que los bienes de Doris Day se donaran a organizaciones benéficas, como también ha dejado establecido y que una de ellas será la que ella misma creó en 1978: la Doris Day Animal Foundation. Para quienes a pesar de todo quieran rendirle homenaje, ya sean amigos o fans, su representante anima a visitar la web www.dorisdayanimalfoundation.org.


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UNA GRAN ACTRIZ Doris Day, fallecida en California a los 97 años, permanecerá en el recuerdo sobre todo por 'Que será, será', un éxito mundial que le permitió juntar las dos grandes facetas de su carrera: la canción y el cine. La estadounidense tenía 34 años en 1956, cuando Alfred Hitchcock le dio el conmovedor papel de una madre cuyo hijo es secuestrado por espías en su clásico 'El hombre que sabía demasiado'. Junto con James Stewart, Doris Day tuvo un papel a su medida: el de una cantante célebre que interpreta 'Que será, será' para decirle a su hijo que pronto llegará la liberación. La canción, compuesta por Jay Livingston y Ray Evans, logró el Óscar a la mejor canción original. Day no ganó sin embargo ningún Óscar, a pesar de actuar en unas 40 películas y de lograr la admiración del público. Su aspecto de vecina simpática, alegre y sin problemas no sedujo a la crítica y tuvo que conformarse con un Grammy por su carrera de cantante, durante la que grabó 650 títulos y una veintena de álbumes. Para la crítica de cine Molly Haskell, Day era "la actriz más subestimada, la menos reconocida, que jamás pasó por Hollywood". En lo personal, la vida no fue un camino de rosas para Doris Mary, nacida como Mary Ann Von Kappelhoff el 3 de abril de 1922 en Cincinnati (Ohio), en una familia de origen alemán. La actriz Doris Day, recordada por cantar el éxito "Qué será, será", muere a los 97 años Sus padres se divorciaron cuando tenía 13 años y ella acabó viviendo con una madre que la impulsó a subir a los escenarios. Tras un grave accidente automovilístico, tuvo que abandonar el baile para dedicarse al canto. Su carrera comenzó a principios de los años 40. Doris Day cantó entonces


Suplemento especial de MIRROR magazine para la big band de Les Brown, con el que interpretó 'Sentimental journey', futuro himno del regreso de los soldados a casa tras la victoria en la Segunda Guerra Mundial en 1945. Por aquel entonces, la joven ya se había divorciado de un primer marido, violento, acabando así con el primero de sus cuatro matrimonios. Day rodó en 1948 su primera película, 'Romance en alta mar', a la que siguieron cintas como 'Las calamidades de Jane' (1953) y 'Ámame o déjame' (1955). Doris Day se destacó sobre todo en comedias románticas como 'Problemas de alcoba' (1959), que rodó junto con Cary Grant y Rock Hudson. El día que cumplió 29 años, se casó con su futuro representante, Martin Melcher. A su muerte en 1968, Day descubrió que él había contraído numerosas deudas. La estrella obtuvo una indemnización de 22 millones de dólares de un hombre de negocios contratado por Melcher para gestionar su fortuna. Melcher adoptó al único hijo de la actriz, nacido del primer matrimonio de Day, Terry Melcher, que murió de cáncer en 2004. A lo largo de su carrera, Day quiso defender su imagen de estadounidense amable, rechazando en 1967 la posibilidad de encarnar a la señora Robinson en 'El graduado', al considerar demasiado atrevido el papel de esa madre que quiere seducir a un joven e inocente Dustin Hoffman. "Me gusta ser alegre. Me gusta divertirme en un rodaje. Me gusta vestir ropa bonita y estar guapa. Me gusta sonreír y que la gente ría. Eso es todo lo que quiero", dijo en una entrevista. En los años 70, su carrera andaba en horas bajas y Day creó una fundación de protección de animales, que acogía en su residencia de Carmel, en California, donde era vecina de Clint Eastwood. Ha sido esa fundación la que ha anunciado su muerte este lunes. La artista pasó las últimas décadas de su vida lejos de Hollywood y cerca de los animales. En 2016, por su cumpleaños, esa vegetariana explicó a la revista


Suplemento especial de MIRROR magazine 'Closer' que le gustaba pasear con sus perros. En 2004, el presidente George W. Bush el entregó la medalla de la Libertad, la mayor recompensa civil estadounidense.


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Suplemento especial de MIRROR magazine “Muy triste al enterarme de que murió Doris Day”, escribió el ex Beatle Paul McCartney

En un fenómeno que solo podrían explicar los astrónomos que estudian la persistencia de la luz de una estrella, el alboroto por la muerte de Doris Day, ayer a los 97 años, demostró su permanencia en el imaginario colectivo. Y eso teniendo en cuenta que, por ejemplo, en Uruguay su última película en estrenarse fue Hay un hombre en el lecho de mamá que es de 1968 y fue precisamente su último trabajo en el cine; se retiraría del todo con su televisivo El show de Doris Day que dejó de emitirse en 1973. “Muy triste al enterarme de que murió Doris Day”, escribió, por ejemplo, Paul McCartney, un representante de los nuevos tiempos que terminaron con su carrera. “Era una verdadera estrella en muchos sentidos.


Suplemento especial de MIRROR magazine Tuve oportunidad de encontrarme con ella unas pocas veces. Visitarla en su casa de California era como ir a un santuario animal donde vivían a todo lujo un montón de perros. Tenía un corazón de oro y era una señora muy graciosa con quien compartí muchas risas”. Day era, entre otras cosas, la última de una generación ilustre y que sintetizó en su obra, todo un período del cine estadounidense. Era, además, una cantante de gran voz, buena presencia y repertorio de los que se dan pocas veces y en el que, por decir algo, se destacaron “Whatever Will Be (Qué Será Será)”, “Dream a Little Dream of Me” y si me permite una favorita personal, “A Guy is A Guy”, que es pureza prefeminista. Es que, con su cine y sus canciones, Day reflejó la mejor (e imaginaria) cara de lo que se esperaba de una mujer americana. Aunque han tenido, más o menos recientemente, otras lecturas, las comedias que hizo en la década de 1960 (tres de ellas con Rock Hudson), representan una femineidad virginal, doméstica y sumisa aunque picaresca que, también, ponía en duda el rol de la masculinidad. Eso es, al menos la idea que ha quedado Representaría, así, el último bastión de un sueño americano de ropa vaporosa y paisajes suburbanos, que quedaría destrozado en la década de 1960 y su pérdida de la inocencia. Terminaría, de alguna manera con el prestigio y el furor de Day, quien se mantuvo viendo desde lejos como su estrella, aunque menguada, siguió brillando. Había nacido, Doris Mary Ann Von Kapplehoff el 3 de abril de 1922 en Cincinatti. A los 14 años decidió irse a Hollywood a trabajar como bailarina, pero horas antes de partir tuvo un accidente de tránsito que la alejó dos años de sus sueños. A los 17 salió de gira como vocalista de la Les Brown Band, donde conoció a un trombonista, Al Jorden, con quien terminó casándose en 1941, teniendo un hijo (Terry Melcher, quien integraría el clan Manson), y divorciándose por violencia doméstica. Después de unas segundas nupcias no demasiado alentadoras, firmó para Warner Bros y empezaría una carrera fulgurante en el cine y la música. Se casó, además, con el agente Martin Melcher. La descubrió el Michael Curtiz (el de Casablanca) que le dirigió en Romance en alta mar en 1948. Además de sus roles más clásicos, trabajó al


Suplemento especial de MIRROR magazine servicio de Alfred Hitchcock (era la esposa de James Stewart en En manos del destino y su grito evitaba un magnicidio) y Stanley Donen (Juego de pijamas) y, además, de Rock Hudson y Stewart, coprotagonizó con Clark Gable (en Enséñame a querer), James Cagney (en Amame o déjame) y Cary Grant (en Amor al vuelo). Al igual que otros grandes artistas (Sinatra, por ejemplo, y ella fue así de popular) fue exitosa tanto en la música como en el cine. Sus papeles más recordados son las de virginal (“yo conocía a Doris Day antes que fuera virgen”, sentenció Walter Levant) esposa estadounidense, de picardía latente y mística femenina. Junto a Hudson, su amigo de toda la vida, hizo eso en Problemas de alcoba, Vuelve amor mío y No me manden flores en las que, como dice Saul Austerlitz en su historia de la comedia americana, “hicieron que la castidad fuera divertida”. Eran comedias rutinarias en las que, de alguna manera, actualizaban la fórmula de las comedias de Hepburn y Grant en los 30 y las de Hepburn y Tracy en los 40 aunque con cierto tono sexual porque después de todo era la década de 1960. Funcionan bastante bien. Eran una fantasía en todo sentido: Day y Hudson, dos almas atribuladas, haciendo de felices, jóvenes y enamorados. Su imagen es la viva representación de la falsedad del sistema de estrellas. Day fue una mujer sufrida, madre divorciada a los 19 años y prisionera en una sucesión de relaciones poco gratificantes. Su parte más cómica la demostró en, quizás su mejor película, La liga de oro en la que interpretaba a la legendaria cowgirl, Calamity Jane. No es casualidad que su carrera llegara a su fin en un año tan simbólico como 1968. Ya no había lugar para esa rubia bonita, algo sonsa que, encima cantaba, canciones que le gustaban a la generación anterior. Los parricidas son así. Desde entonces, Day había disfrutado de un retiro tranquilo, con pocas apariciones públicas limitadas a su trabajo con su propia fundación para la protección de animales. Será por siempre aquella rubia de un tiempo que, quizás nunca fue.


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Doris Day, icono de la inocencia americana

Tampoco vamos a disimular la realidad, ya que Doris Day, fallecida este lunes a los 97 años en su casa californiana de Carmel Valley, no fue precisamente la actriz más progresista del cine estadounidense de los 50 y 60. Pero a pesar de que el recuerdo ha dejado impresa su imagen más almibarada y conformista, la de mujer que representaba un trasnochado 'American way of life' en plena era de la guerra fría, Corea y Vietnam, la segregación racial y el idealismo de los Kennedy, hay otros aspectos menos blandos en su filmografía. Volver a ver hoy las comedias a priori azucaradas que interpretó con Rock Hudson, los títulos más populares de su carrera -no de la de Hudson, que ya se había ganado su lugar en el mundo con los ácidos melodramas de


Suplemento especial de MIRROR magazine Douglas Sirk-, resulta un sano ejercicio. En 'Confidencias a medianoche' (1959) -la única nominación al Oscar para Day-, Hudson es el soltero seductor y siempre disponible, que bebe whisky con tanta elegancia como lo hace Don Draper en 'Mad men' y tiene en su apartamento revistas de moda y un coqueto tocadiscos. Pero es el personaje de Day quien acaba llevándolo a su terreno, reconquistándolo, quitándole sus privilegios para hacer prevalecer los suyos pese al 'happy end' tradicional de la comedia. En estos filmes, Day hizo la transición de la 'rom com' (la comedia romántica) a la 'sex comedy' de los años 60, más interesada en temas como la sexualidad femenina, las relaciones fuera del matrimonio o la píldora anticonceptiva. No es la imagen más rotunda de la mujer liberada, pero los personajes que representó acaban siendo los triunfadores. No era la Katharine Hepburn o la Claudette Colbert de la comedia de los 30, siempre intuitivas y activas, pero a pesar de representar una cierta vuelta al pasado en conceptos morales y matrimoniales, las películas que protagonizó en esos años ('Mi marido se divierte', 'La indómita y el millonario', 'Pijama para dos', 'Su pequeña aventura', 'No me manden flores') resultan fundamentales para entender el cambio de valores sexuales en el conservador cine hollywoodiense.

Elección o imposición Luego están Frank Tashlin y Alfred Hitchcock. Que en esta misma época contaran con ella puede deberse a dos cosas: elección personal o imposición de los productores. Fuera una cosa u otra, el vitriólico Tashlin, cineasta de la transgresión en materia sexual, la dirigió en las comedias 'Una sirena sospechosa' (1966) y 'Capricho' (1967). Hitchcock fue otra cosa. En 'El hombre que sabía demasiado' (1956) la convirtió en una de sus heroínas rubio platino, como Grace Kelly, Kim Novak, Eve Marie Saint y Tippi Hedren. Además de explotar muy bien sus virtudes musicales en la secuencia en la que canta a pleno pulmón la célebre 'Que será, será' para descubrir el paradero de su hijo secuestrado, Hitchcock le otorgó uno de sus personajes más trágicos y elaborados. Puede que el director la utilizará para ironizar precisamente sobre el conservadurismo que Day representaba, pero bordó el mejor papel de su


Suplemento especial de MIRROR magazine carrera. A la actriz no le desagradó, ya que después compuso un personaje similar en el drama de intriga 'Un grito en la niebla' (1960), en el que dio vida a la mujer de un influyente ejecutivo amenazada de muerte.

Conexión con el lado más siniestro de Los Ángeles Se atrevió con todo, lo que tiene mérito. Incluso interpretó a la pistolera Calamity Jane en un wéstern titulado entre nosotros 'Doris Day en el Oeste' (1953). Su último filme es la comedia de enredos 'Anoche cuando se apagó la luz' (1968). Su vida familiar no fue revoltosa, pese a cuatro matrimonios. Con el primero de sus esposos, Albert Paul Jorden, tuvo un hijo, Terry Melcher, productor de rock psicodélico y colaborador de The Byrds y The Beach Boys. A través del 'beach boy' Dennis Wilson, Melcher conoció a Charles Manson, lo introdujo entre músicos y actores y estuvo a punto de producirle un disco. De haberse hecho realidad, a Doris Day le habría dado un patatús.


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