Chernobyl

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La peor tragedia nuclear

en la historia de la humanidad


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Chernobyl… “el aviso” a la fanfarronería soviética Hubo un día en el que todos querían vivir en Pripiat. Hoy es una ciudad fantasma situada a tres kilómetros de la central nuclear de Chernóbil. En invierno los lobos desandan el camino que los niños hacían rumbo a la escuela. Las muñecas rotas en los peldaños de las escaleras, la humedad devorando impunemente todas las paredes, el viento frío soplando sin que nadie se queje: a un ser humano todo esto le sugiere la muerte paseando por este caparazón vacío donde hasta el accidente de 1986 vivían casi 50.000 personas. Sin embargo, la vida ha seguido sin nosotros. Y la naturaleza, tan ancha, se ha dado un modesto festín con nuestra ausencia. RECUERDOS La desolación de esta ciudad, que un día fue un ideal del urbanismo soviético, golpea antes de cruzar el control policial que da acceso. Basta la ficha del padrón municipal: "Localidad: Pripiat. Fundación: 1970. Viviendas: 20.414. Habitantes: 0". Estos parámetros contienen las ambiciones del líder soviético Leonid Brezhnev, que soñó con una urbe moderna vacunada contra los atascos que EEUU y Europa empezaban a sufrir entonces. Está presente la infancia de Julia, que lo recuerda todo verde, y los sueños del mecánico Nikolai, que celebraba su 30 cumpleaños la noche del accidente y -tras soplar las velas- vio otro humo por la ventana que puso fin a su juventud. Y está la última imagen que todos los vecinos consultados tienen de su ciudad: 1.200 autobuses entrando por la avenida Lenin para sacar a todo el mundo en tres horas y media, vaciando la ciudad hasta la última cucharada de humanidad


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Pripiat en cambio está tan vacía que no hay ni muertos. Cuando ocurrió el accidente la media de edad era de sólo 26 años y la práctica totalidad de los vecinos trabajaba en la central. La localidad tenía mejores dotaciones que cualquier otra ciudad soviética: fue concebida como un 'atomgrado', una ciudad nuclear diseñada desde cero que después fue modelo para otras urbes: cine, estadio, hospital, escuelas y hasta una orilla arenosa que llamaban "la playa". Liudmila Belokrainskaya aprieta el puño dentro del bolsillo del abrigo haciendo memoria: "Se quedó allí parte de nuestra vida. En ese lugar había amor", explica en su barrio de Kiev, donde fue realojada con muchos de sus vecinos. La noria de Pripiat, que no se llegó a inaugurar, es el símbolo oxidado de esta dicha interrumpida. En el césped del estadio hay ahora árboles tan frondosos que no dejan ver las gradas. La piscina olímpica es un vaso vacío lleno de tierra y hongos. Las casas, en las que quedó casi todo porque a los habitantes se les dijo que volverían en tres días, fueron saqueadas en muchos casos. Sólo unos pocos se negaron a marcharse: el informe policial de entonces detalla 20 'rebeldes' que se quedan en su piso. Sus cadáveres fueron hallados semanas después. En las azoteas la nieve acumulada se convierte en agua estancada que hace enfermar las estructuras y convierte los techos en una espada de Damocles para el que entra a fisgar. Pero la tentación de adentrarse dentro de los bloques desvencijados es inevitable, porque las puertas de entrada a miles de vidas traicionadas por el átomo están abiertas de par en par. En lugar de alfombras hay trozos de cristal. El silencio es absoluto. LA MALEZA El Gobierno soviético quiso que Pripiat fuese un ejemplo en zonas verdes. En los presupuestos de aquel año se detallan 33.000 ramilletes de rosas. Hoy la maleza ha tomado la delantera, colándose en la planta baja de las casas con la ayuda de una arena que ya no teme a las escobas ni a los


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felpudos. Los árboles han seguido con su vida, y crecen sin permiso donde les toca: delante de una puerta o en medio de la calle. También se yerguen sobre la tierra acumulada encima del hormigón, con las raíces creciendo en horizontal, de manera que con frecuencia caen al suelo con el primer golpe fuerte de viento. Pero entonces el musgo toma el relevo, y de hecho se ha apoderado de todos los sitios que había para sentarse: los bancos, los asientos frente al cine Prometheus, las butacas del Parque de la Cultura... "Allí hacíamos funciones y conciertos. Mi marido era ingeniero especializado en energía nuclear, pero también saxofonista, y yo cantaba y bailaba", recuerda Liudmila, que ejerce de 'alcaldesa' de los 'pripiatenses' reubicados en Kiev. Recordar para ella es un deber, para que no se olvide nadie. LAS AUSENCIAS Entre "los 50.000 de Pripiat" hay cada vez más ausencias. Llegará un día en el que no habrá nadie que haya vivido en ese lugar, que en los ochenta era "una ciudad de juventud, prácticamente todos nos conocíamos", y eso que "los pisos los daban muy rápido. La ciudad crecía como las setas", apunta Liudmila con emoción contenida. Hoy son las setas de verdad las que han tomado las paredes de la vieja escuela. El suelo está lleno de máscaras antigás para niño, pues días antes del accidente se había hecho un simulacro de guerra nuclear: nadie pensó que la radiación podría morder en tiempo de paz. En las mesas están abandonados libros con dibujos de Lenin, hay muñecos sin cabeza y murales podridos de humedad que recuerdan la importancia del 1 de Mayo, la gran fiesta soviética que se iba a celebrar días después. Las máquinas dispensadoras de agua tienen todavía un vaso listo para ser usado, pero el cristal está tan marrón que no deja pasar la luz. La obscena manera en la que objetos tan cotidianos han quedado abandonados que todo parece un parque temático con ribetes iconoclastas,


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como el Cristo que hay a la entrada con una señal triangular de radiación a su izquierda. OTRAS VIDAS Es extraño describir Pripiat y no saber si hacerlo en presente o en pasado. La vida humana se ha ido por el sumidero, pero la naturaleza ha seguido adelante. Los jabalíes, lobos y zorros son los nuevos excursionistas. Los pájaros carpinteros se han hecho cargo de las oficinas y los alces se creen que son los dueños de la carretera: dos veces casi chocamos contra ellos con el coche. No hay más policía que el águila de cola blanca, que vigila desde las alturas. Pero sin basura la presencia de insectos y roedores es más modesta que antaño. El llamado 'bosque rojo' fue quemado y enterrado para conjurar los restos radiactivos, pero ha vuelto a crecer y si un día ardiese diseminaría su veneno allá donde quisiese el viento: al atravesarlo en el camino de vuelta el medidor de radiación vuelve a dispararse. Salir de Pripiat es como escupir tras haberte enjuagado con veneno. Un día el ruido humano volverá a la ciudad: hoy la radiación duplica lo recomendado, pero en 24.000 años estará en niveles completamente seguros. La naturaleza, sin prisa, nos está esperando allí moldeando a su capricho una ciudad donde lo más parecido a la civilización son las jaurías de lobos para quienes la hoz y el martillo que todavía adorna las esquinas no significa absolutamente nada. El día que la gente vuelva a caminar por esas calles estará muy alto el listón de la utopía soviética de Pripiat, que no tuvo tiempo de triunfar ni de fracasar, pero que está aún caliente en el recuerdo de Liudmila, con las gafas húmedas por la emoción: "Eso era vida. Ese trocito de vida es inolvidable". Sin embargo hoy Pripiat parece haberse olvidado de todo el mundo.


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Lo Ocurrido El pasado 26 de abril se han cumplido 33 años de la explosión e incendio del reactor número 4 de la central nuclear de Chernobil. El accidente, ocurrido a las 1:23 horas de la mañana, produjo la liberación de enormes cantidades de material radiactivo a la atmósfera, contaminando significativamente grandes extensiones de Bielorrusia, la Federación Rusa y Ucrania, afectando seriamente a la población local. El accidente se inició al disparar los operadores la turbina para llevar a cabo el experimento que pretendían. El estado del reactor en ese momento, con un caudal de refrigeración superior al normal y los venenos neutrónicos extraídos en mucha mayor proporción a lo permitido, hicieron que el reactor estuviera en régimen de supermoderación, con lo que el transitorio originado provocó un brusco aumento de reactividad que no pudo ser compensada. Una vez producido el transitorio, debería haber funcionado el sistema automático de protección del reactor, parte del cual estaba desconectado. La explosión que siguió a continuación provocó la destrucción física del reactor y la cubierta. Para dar idea de la gran liberación de energía, se dirá que partículas de plutonio alcanzaron los 2 km de altitud. En los 33 años transcurridos se han realizado considerables esfuerzos para evaluar y mitigar los efectos de un accidente que tuvo su origen en una serie de fallos humanos, de diseño y políticos, que nunca debieron haber ocurrido. Se resumen a continuación los principales acontecimientos previos y posteriores al accidente, recopilados de investigaciones recién concluidas. DISEÑO DE LA CENTRAL DE CHERNOBIL-4 La central nuclear de Chernobil se encuentra situada en Ucrania, a 160 km al noreste de Kiev. La unidad número 4, puesta en funcionamiento en


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Diciembre de 1983, incluye un reactor de tipo RBMK-1000, de 3200 MW de potencia térmica y 1000 MW de potencia eléctrica.


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SECUENCIA ACCIDENTAL La historia del accidente se resume con los siguientes acontecimientos más destacados: 1. Experimento previsto Se había previsto realizar un experimento para comprobar la capacidad de un turboalternador disparado para mantener la alimentación eléctrica de cuatro bombas de recirculación, al menos durante unos segundos, mientras el turboalternador se detenía. Se había previsto efectuar el desacoplamiento de la turbina con el reactor funcionado entre 700 y 1000 MW térmicos y con la otra turbina ya desconectada. 2. El estado del reactor El estado termohidráulico de la planta antes del experimento era muy diferente del nominal en RBMK. El flujo de recirculación del refrigerante era enormemente alto y el flujo de agua de alimentación (condensado) era muy pequeño, por ser proporcionalmente muy pequeña la producción de vapor. La presión del primario era también inferior a la nominal. En la entrada del reactor, la temperatura era muy próxima a la de ebullición. En la salida, como ya queda dicho, la calidad del vapor era muy pobre, por el alto caudal de recirculación. El reactor se encontraba en una situación intrínsecamente inestable en ese momento. 3. Últimas horas del día 25 de abril de 1986 Cuando se bajaba de 1600 MW (el 50% de la potencia) hasta el nivel deseado, la potencia bajó a unos 30 MW térmicos. Tras un transitorio de más de 2 horas, los operadores lograron estabilizar el reactor a 200 MW y decidieron ejecutar el experimento, consistente en alimentar cuatro de las ocho bombas de recirculación con el turboalternador que se iba a disparar (las otras cuatro estaban conectadas a red). Para ello, y con objeto de


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repetir el experimento si fallaba, los operadores cometieron seis importantes violaciones de su propia normativa de seguridad. La primera violación consistió en reducir el número de barras AC introducidas dentro del reactor; sólo había 8 barras cuando el mínimo exigido eran 30. La razón de que hubiera tan pocas es el alto valor de las capturas neutrónicas del hidrógeno, que claramente indicaba una situación supermoderada, por el exceso de agua líquida señalada en el párrafo precedente. También influyó en ésto el alto quemado del combustible y el transitorio de xenon. Otras violaciones se refieren a bloqueos del sistema de protección del reactor, efectuados por los operadores. El scram automático, por ejemplo, estaba cancelado. También se canceló el scram del reactor causado por apagado o desconexión de ambios turboaltermnadores. Surge en este momento la pregunta: ¿Cómo es posible diseñar un reactor donde los operadores pueden desconectar todos y cada uno de los sistemas automáticos de scram? 4. 1h 23 min 04 seg del 26 de abril de 1986 Se inició el experimento mediante el cierre de las válvulas de vapor de la admisión del único turboalternador que estaba funcionando. El experimento falló, en tanto que las bombas de recirculación conectadas a este alternador perdieron potencia de bombeo enseguida. En consecuencia cae la presión del primario, por lo que las bombas comienzan a cavitar, y el agua en el reactor comienza a hervir desde su base. Al estar en condiciones de supermoderación, al mismo tiempo que aumenta el porcentaje de burbujas va aumentando la reactividad. Si el reator hubiese estado submoderado, al comenzar a hervir el agua, la reactividad hubiera disminuido. Es decir, el accidente adquirió proporciones catastróficas por tener el reactor en ese momento un coeficiente positivo de huecos.


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5. 1h 23 min 44,5 seg del 26 de abril de 1986 A causa del aumento de potencia, y el consiguiente aumento de temperatura del combustible, el efecto Doppler apaga la primera subida de reactividad (que llega a 2$), y la K del reactor es de nuevo menor que 1. Los operadores, asustados por la subida inicial de potencia, habían procedido cuatro segundos antes al scram. Pero estas barras requieren casi 10 segundos para actuar en esos reactores, y mucho antes de ello habrá llegado la catástrofe. 6. Desenlace La energía interna almacenada momentáneamente en el combustible es transferida al agua a través de la vaina. Por ser la potencia tan alta ( el máximo del primer pico, ya apagado, es de 100 veces la potencia nominal) el agua hierve súbitamente y esa explosión de vapor expulsa del reactor el resto del agua líquida. Ello implica una inserción de reactividad de 3$, sin más margen de actuación para el efecto Doppler, y tiene lugar el segundo y definitivo pico de potencia. En menos de medio segundo se alcanzan 480 veces la potencia nominal y se liberan en total más de un millón de millones de Julios, que provocan extraordinarias ondas de choque y la destrucción física del reactor y sus elementos circundantes, entre ellos la cubierta. El reactor se hace subcrítico como consecuencia de su descoyuntamiento, la caída del combustible al fondo de la vasija y la pérdida de una configuración geométrica adecuada para mantener la reacción en cadena. El reactor como tal ha dejado de funcionar. 1. CONSECUENCIAS DIRECTAS: CONSECUENCIAS RADIOLÓGICAS DEL ACCIDENTE DE CHERNOBIL-4 Introducción La explosión e incendio del reactor número 4 de la central nuclear de Chernobil, el día 26 de abril de 1986, a la 1:23 de la mañana, produjo la liberación de enormes cantidades de material radiactivo a la atmósfera; el


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fuego fundió los elementos combustibles del núcleo del reactor, liberándose los productos de fisión gaseosos y volátiles acumulados en su interior. El accidente supuso la contaminación significativa de grandes extensiones de Bielorrusia, la Federación Rusa y Ucrania, afectando seriamente a la población local. En los 10 años transcurridos desde esta tragedia se han realizado esfuerzos muy importantes para evaluar las consecuencias sanitarias de la exposición a las radiaciones durante el accidente, la evolución de la contaminación del medio ambiente y su mitigación, así como para mejorar la gestión de emergencias. Consecuencias del Accidente. Programas de Colaboración UE/CEI: La desaparición de las barreras políticas con Occidente ha propiciado una amplia colaboración internacional para el estudio y mitigación de las consecuencias radiológicas del accidente. Uno de los programas de colaboración que mayores frutos ha dado ha sido el desarrollo entre la Unión Europea (UE) y las tres repúblicas de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, cuyos resultados han sido presentados muy recientemente en la "Primera Conferencia Internacional de la Comisión Europea, Bielorrusia, la Federación Rusa y Ucrania sobre las consecuencias Radiológicas del Accidente de Chernobil ". (Minsk, Bielorrusia, 18-22 Marzo 1996) Básicamente, dicho programa cubre aspectos ambientales y ecológicos, población afectada y exposición recibida; efectos a la salud sobre los distintos grupos de víctimas del accidente, "liquidadores", habitantes de las zonas más contaminadas y, en especial, la aparición de cánceres de tiroides en niños; medidas de protección y gestión de territorios contaminados, su eficacia y su impacto económico; terminando por extraer conclusiones útiles de cara a la gestión de posibles emergencias futuras. 2. Contaminación y Aspectos Ambientales: Como consecuencia de la gravedad del accidente, de la situación meteorológica compleja y cambiante durante el mismo, y de la larga


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duración de los escapes a la atmósfera, se produjo la contaminación de un área muy extensa. 3. Exposición de la población y Efectos sobre la salud: Las características esenciales del reparto de las dosis se pueden resumir en los siguientes puntos: Lo elevado de las dosis recibidas en el tiroides por los niños es la causa de la aparición de un incremento muy significativo en la aparición del cáncer infantil de tiroides. La razón por la cual reciben dosis tan elevadas reside en que su organismo incorpora el Yodo con más facilidad, y al tratarse de un órgano de menor tamaño, la dosis resultante por gramo de glándula es mucho mayor. Las dosis recibidas por el resto de la población; incluso en las zonas más afectadas, quedaron siempre por debajo de los niveles que provocan de daños de tipo agudo a la salud. Unicamente cabe esperar un incremento débil de cánceres de tipo no tiroideo Con respecto a los "liquidadores" (trabajadores que participaron en las tareas de mitigación de las consecuencias del accidente) cabe destacar la aparición de efectos sanitarios radioinducidos (fundamentalmente cánceres). En cuanto a los efectos sobre la salud, caben destacar los siguientes: Víctimas inmediatas. Datos confirmados indican que había 444 personas en el emplazamiento en el momento del accidente. (176 miembros del equipo de la central, y 268 personas que construían el quinto reactor), a los que se unieron rápidamente los bomberos. Sufrieron, fundamentalmente operarios y bomberos, irradiación externa, inhalación de gases, y algunos exposición de la piel a partículas depositadas sobre la ropa, lo que les produjo graves quemaduras. El número de víctimas mortales inmediatas se elevó a 31. Tras los dos primeros meses desde el accidente se registraron 28 fallecimientos más.


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"Los Liquidadores". Este colectivo, formado por militares y trabajadores contratados expresamente, cuyo número es muy discutido (y ronda los 63.000), estaba formado por personas de una edad media de 31.3 años en el momento del accidente, el 53% por debajo de los 30 años y un 16% por encima de los 40. En la tabla adjunta se presentan las tasas crudas de aparición de enfermedades, es decir sin distinciones de sexo y edad. 2. CONSECUENCIAS INDIRECTAS 2.1. Consecuencias personales El desarrollo de la energía nuclear en la antigua URSS se produjo en unas circunstancias muy concretas: la carga política sobre cualquier proyecto industrial de gran embergadura era tremenda, de forma que cumplir los objetivos de Moscú podía ser más importante que demostrar que una instalación funcionaba correctamente. En la sentencia del juicio que se siguió contra los responsables de la central de Chernobil, se recoge textualmente el siguiente párrafo: "El 31 de diciembre de 1983, a pesar de que aún no se habían realizado las pruebas necesarias en el reactor número 4, Bryukhanov (director de la central) firmó un acta en la que se aceptaba la entrega del complejo del reactor y se certificaba que los trabajos se habían completado. Entre 1982 y 1985 se llevaron a cabo pruebas con el turbogenerador en desaceleración, con la intención de poner a punto el funcionamiento de los sitemas de seguridad. Estas pruebas no tuvieron éxtio y fueron incompletas". Parece claro que la dirección de la central tenía plena confianza en que ésta podría operar, confianza que fue suficiente para que en 1984 las autoridades concedieran el permiso para la explotación comercial. Siguiendo esta tónica, los técnicos no tuvieron reparos en aceptar en abril de 1986 la realización de una prueba, que había sido rechazada en otras centrales, e incluso se atrevieron a desactivar algunos sistemas de


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seguridad. La confianza absoluta de que no pasaría nada condujo al accidente, deduciéndose como consecuencia la pérdida de la fe ciega en las actuaciones de técnicos de complejos nucleares, y la conveniencia de automatizar sistemas de seguridad que no puedan ser suspendidos a juicio de unos pocos operadores. 2.2. Consecuencias políticas Tras el Accidente, las Autoridades Soviéticas se esforzaron en explicar a todo el mundo lo que había ocurrido, sus causas y sus consecuencias inmediatas, responsabilizando principalmente a los operadores de la central. Por entonces en Occidente se pensaba más en las deficiencias de diseño que en la actuación de los operadores. Esta interpretación marcaba claramente la diferencia entre las centrales occidentales y la tecnología RBMK-1000. El Accidente de Chernobil ha tenido una importante influencia en la evolución política sufrida por la URSS. El Gobierno Soviético reconoció la existencia del Accidente, presentando un informe detallado ante la Comunidad Internacional, culminando con la petición del Presidente M. Gorbachov a la OIEA y otros Organismos de realizar un Proyecto Internacional Chernobil, donde se valoraran las medidas tomadas por la URSS en las zonas contaminadas para salvaguardar la salud de la población. No era fácil imaginar una demanda internacional de la Unión Soviética de este carácter antes del accidente de Chernobil. 2.3. Consecuencias sociales Los estudios realizados reflejan que los habitantes de las comarcas más afectadas por el Accidente, tienen desconfianza en sus Autoridades directas, en sus médicos y en las estructuras de su país.


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2.4. Consecuencias tecnológicas La trascendencia tecnológica del Accidente se ha hecho notar en toda la industria nuclear. Las centrales RBMK han pasado a la historia, y sólo las necesidades energéticas de Rusia, Ucrania, etc. mantienen algunas de ellas en operación. Se han puesto en marcha actuaciones para equiparar las condiciones de seguridad de aquellas centrales a los estándares exigidos en Occidente. La importancia económica de estos proyectos los sitúan en una de las principales partidas de la ayuda económica que Occidente está prestando a los países del Este Europeo. La industria nuclear occidental también ha notado los efectos, quedando demostrado: La absoluta necesidad de sistemas automáticos de seguridad, sólo accesibles a los operadores en circunstancias absolutamente excepcionales. La obligación de que exista un edificio de contención. La necesidad de que el diseño de la central sea intrínsecamente seguro.


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Chernobyl, la naturaleza después de treinta y tres años Este año es de doble efeméride para Chernobyl, por un lado el 33 aniversario de su recordado accidente y por otra razón la finalización del segundo sarcófago que cubrirá al primero (casi a punto de hundirse) y garantizar la seguridad por un siglo. 26 de Abril del 1986, un aumento súbito de potencia en el reactor número 4 de la central de Chernobyl, se produjo la explosión del hidrógeno acumulado dentro del núcleo por sobrecalentamiento. Posteriormente, un incendio que duró diez días. Los datos son escalofriantes. Más de 800.000 personas para acabar con la catástrofe, los “liquidadores”, terminaron enfermos o muertos en su mayoría. Más de 130.000 personas fueron evacuadas de la zona, aunque hay algunas, la mayoría gente mayor, que ha decidido continuar a vivir en su pueblo de toda la vida a pesar de la contaminación radiactiva. Se estima que la esperanza de vida en Ucrania, que era de setenta y nueve años a los últimos años de la Unión Soviética, cuando ocurrió el accidente, será de cincuenta y cinco años en 2020 a causa de sus efectos. La explosión del reactor fue grave pero más grave fue el posterior incendio de la central que duró 10 días durante los cuales la radiación se extendió mezclada con el humo y no se extendió más gracias a que llovió y las partículas radiactivas se depositaron en el suelo. Los seres vivos dentro del perímetro de influencia que abarcaba unos 30 km, la zona de exclusión, desde el epicentro radiactivo, tuvieron que librar una batalla a escala celular. Y es que la naturaleza está sometida a la radiactividad natural, creando mecanismos de reparación. Pero no al resultado de un bombardeo de átomos radiactivos, como el que pasó. Tras la marcha del hombre, pasaron años en los que existió una especie de “calma muerta”.


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Los radionúclidos liberados de la explosión, emitieron lo que se conoce como, radiación gamma, que tiene la propiedad de una alta penetración, choca con las moléculas, formándose entonces radicales libres. Estos radicales, tienen la propiedad de ser tóxicos, destruyendo células y por tanto afectan a nivel de tejidos. Los seres vivos, no estaban preparados para esta gran dosis de radicación. En los días posteriores a la explosión, se encontraron miles de millones de seres vivos (vegetación, mamíferos, invertebrados, etc.) muertos en la zona. En efecto, cerca de la central miles de pinos enrojecieron y murieron (muerte cloroplastos), a ese bosque se le conoció por el siniestro nombre de “bosque rojo”. De hecho, los científicos, es la única población que parece no temer la radiactividad de la zona de exclusión, hacen estudios in situ de la fauna de la zona. Por ejemplo una especie común, el ratón de campo, puede llegar a tener una concentración de 137Cs por encima de otra utilizada como control. Pese a ello, sorprende que no tengan síntomas de cambios evidentes, son fuertes y con alta capacidad de reproducción. Tras la catástrofe se calcula que se produjeron muchísimos nacimientos con raras anomalías y mutaciones (por ejemplo mamíferos bicéfalos). Con la gran explosión, que expulso grandes trozos de material radiactivo a grandes distancias, se produjo la nube radiactiva de Chernobyl. Después la meteorología produjo que la lluvia repartiera desigual la precipitación de radionúclidos en la superficie de la tierra. Eso creó que la evolución de los años posteriores se produjera de manera desigual. En los años posteriores, los científicos han comprobado que se ha producido un descenso progresivo de la actividad radiactiva (sobre todo con los isotopos radiactivos de corto periodo de semidesintegración). Ahora en las zonas de exclusión existen zonas que se han pasado a llamar zonas de baja radiactividad crónica. ¿Pero qué pasa con el ecosistema, de la zona, como se han adaptado y por qué? Es evidente que los radionúclido, con el paso del tiempo, se han absorbido por el suelo y el manto vegetal. Y estos “seres vivos radiactivos”, sirven de alimento en la cadena trófica. Incluso ya existe algún huerto en la


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zona de exclusión. Por ejemplo los cerezos dan frutos de una calidad excelente. Sí, es verdad que el cerezo por ejemplo tiene una alta capacidad de absorción de cesio o estroncio (90Sr), pero casi todo se almacena en el hueso, por lo tanto bastaría con escupirlo. Las plantas absorben estos radionúclidos porque los confunde con el calcio y potasio necesarios para su desarrollo, y los confunde porque tienen una similitud elevada. Claro que no todas las plantas los absorben de igual manera. Los humanos podríamos seleccionar que vegetales son aptos para su consumo, pero los animales, nó. Esta destrucción a nivel ADN, la célula tiene mecanismos de reparación de la doble hélice, pues son idénticas las dos ebras. Lo que pasa es que esta replicación, no siempre es perfecta, produciéndose errores, dando a una mutación. Podría ser que la célula muriese pero podría ocurrir que se multiplicase, continuando con la mutación. ¿Pero qué ocurre con los animales más evolucionados como las aves o los mamíferos? Pasaron varias cosas, cuando se quedó la zona despoblada, hubo una progresiva intrusión de especies del exterior que se mezclaron con las ya existentes. Otras anomalías que se observaron fueron con las aves migratorias. En las golondrinas se vieron extraños síntomas como un micro albinismo, tamaños de las plumas diferentes (afectación en aerodinámica del vuelo), o tamaños anómalos en el crecimiento de los huevos. La explicación fue a que durante el proceso migratorio desde otras latitudes, “gastaron” antioxidantes, necesarios para la lucha contra los radicales libres de las zonas contaminadas. En cambio con ratones comunes, la especie más abundante, se vio que tras estar tiempo en zonas contaminadas en la zona de exclusión, después podían combatir exposiciones a más radiación. Esto podría deberse a un posible efecto hormético (pequeñas dosis que generan un efecto positivo, en este caso generar más anti oxidantes). ¿Los mamíferos, desarrollaran un efecto hormético similar a los pequeños roedores? Aún no está demasiado claro.


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Actualmente a pesar de los niveles de radiactividad la flora y la fauna se han recuperado espectacularmente. No se observan animales con mutaciones o débiles ya que la selección natural que hay en la zona, sin la acción del hombre que los elimine, ha permitió que los supervivientes se hayan adaptado (no inmunizados) a esta radiactividad. El trinomio carnívoros-herbívoros-vegetación se vuelve a recuperar y resurgir de una manera espectacular. Este desgraciado accidente ofrece una posibilidad de investigar los efectos de la radiación a largo plazo sobre nuestro ecosistema. Y esta puede ser una oportunidad única que no debemos desaprovechar para la investigación científica.


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