Esta política apunta a fortalecer y asegurar la participación
juvenil en todos los niveles del Movimiento Scout brindando
direccionamiento para ello en la Organización Mundial
del Movimiento Scout. A la vez, sirve de referencia para las
Organizaciones Scout Nacionales en el desarrollo de sus políticas
nacionales, a la vez que para las Regiones de la OMMS para que
mejoren sus prácticas.