4TA.
EDICIÓN/JUNIO
ACENTO
2009
NUESTRA VOZ
7
En la opinion de... Qué triste vive la gente... Fernando Morales Pérez
E
n estos días en que tomé la decisión de apartarme por lo menos dos meses de mi profesión, (la reporteada diaria), lo que prácticamente durarán estas campañas federales, nunca imaginé lo que en el acompañamiento del recorrido casa por casa que realiza Adán Augusto López Hernández, iría encontrando, se trata de historias reales, con protagonistas de carne y hueso, no de telenovelas en la que siempre se cuenta la misma trama, este guion está escrito diariamente sin pensarlo, lleva una carga de mucho sentimiento, tristeza y alegrías, en otros casos impotencia, indignación y hasta coraje. Es desolador como una familia, en pleno siglo XXI, todavía puede vivir en condiciones miserables, porque no se le puede llamar de otra forma, carecen de servicios como agua potable, drenaje, vivienda digna, transporte, a lo que se suma la crisis del desempleo y la inseguridad pública. Algunos colegas podrían decirme que no estoy descubriendo el hilo negro, que estos problemas siempre han existido, pero sólo viendo ese desgarrador panorama personalmente, a cualquiera le cambia su visión, lo malo es que como nosotros no somos políticos ni andamos buscando el voto, no nos atrevemos a involucrarnos en ese mundo tan conocido, pero
que no es indiferente y mucho menos pretender encabezar alguna gestión para ayudar a nuestro prójimo. En una revisión diaria, siempre se habla de política, algunos lanzando ganchos y golpes bajos para tratar de derrotar al adversario con sus dichos, pero pocos hablan de la crisis económica, del desempleo, de la mala calidad educativa, de los bajos salarios, de la deficiencia en los
disfrutando de comidas y vinos en restaurantes de lujo, en fin de tantas otras cosas más. Por el contrario, decimos que estamos con los pobres pero desperdiciamos espacios tan valiosos para protestar con el único medio que tenemos para hacerlo, es decir, con nuestras plumas. No somos capaces de solidarizarnos ni entre nosotros mismos.
Si queremos un cambio verdadero, entonces estamos ante una oportunidad más para recetar el cinco de julio, una fuerte dosis electoral, con nuestro voto razonado, a quienes en otras ocasiones han tenido la oportunidad y simplemente no han podido cumplir servicios médicos, del alto costo que todos tenemos que pagar por el consumo de energía eléctrica, del que paga una ficha con tanto sa-crificio y se queda fuera de cursar una carrera universitaria , del gran daño que tanto el hombre como las autoridades con su complacencia, le estamos haciendo al medio ambiente, de las riñas callejeras en las colonias que siembran el temor entre los vecinos; de los asaltos a quienes durante toda una quincena sudan la gota gorda para ganarse un salario, y en un instante lo pierden todo; de los funcionarios corruptos que viven en la gloria,
Desde el pasado 7 de mayo a la fecha, no hay un solo día en que no deje de sorprenderme, historias que van desde el joven que terminó la carrera y no encuentra empleo, generando desesperación en su familia; la madre que llora y pide ayuda al candidato porque no tiene para pagar el crédito de su casa y la han amenazado con echarlos a la calle; el discapacitado que en silla de ruedas, lucha contra la indiferencia ciudadana y vive en una pocilga; de la ama de casa que ya está cansada de que los recibos de luz sean tan elevados, cuando no tiene grandes equipos
eléctricos, lo que hace imposible de pagar, o del enfermo que se está muriendo pero que en el seguro social o los hospitales públicos de gobierno, - se supone que son los de primer nivel- le dieron una cita en dos o tres meses. Podría seguir narrando lo que me ha tocado constatar en estos recorridos, pero la verdad que es tanto el coraje que siento, que prefiero aguantarme para otra siguiente ocasión. “Qué triste vive la gente, en las casas de cartón”, una canción a la medida, o no lo creen?... pero lamentablemente en unos días más irá una maquinaria a visitarlos para intentar comprar sus conciencias, como bien dicen, les darán “pan para hoy” aunque mañana se vuelvan a morir de hambre. Ahora entiendo con mayor claridad, que lo que muchos plasmamos en los periódicos, la radio y la televisión, es poco con lo que podríamos conocer en cada colonia, villa o ranchería de la entidad. Es decir, que nos estamos quedando cortos, reflejamos sólo una mínima parte de los acontecimientos diarios, lo que vende o incluso interesa políticamente a un partido o a un gobernante. Si queremos un cambio verdadero, entonces estamos ante una oportunidad más para recetar el cinco de julio, una fuerte dosis electoral, con nuestro voto razonado, a quienes en otras ocasiones han tenido la oportunidad y simplemente no han podido cumplir.
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