BERBIQUÍ DIRECTORA Elda Patricia Correa Garcés COMITÉ DE REDACCIÓN Diego Estrada Giraldo Olimpo Castaño Quintero Luz Myriam Sánchez Arboleda María Antonieta Peláez Mejía María Elena Villa Martínez Maritza Suárez Herreño
Diciembre de 2005
Olga María Toloza Pinillos Alma Alicia Peláez M. CORRESPONDENCIA Y CANJE Cra. 52 Nº 42-73 Oficina 206 Apartado 053644 Tel. 2621787 * Fax: 2626568 Correo electrónico: jueces@epm.net.co
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DISEÑO E IMPRESIÓN Hernán Giraldo Soluciones Editoriales hjgiraldo@gmail.com Tel. 3361068 Medellín, Colombia PORTADA Saúl Álvarez Lara
CONTENIDO Editorial / 3 José Guillermo Ánjel Rendó Tres puntos en don Quijote de la Mancha. Ensayo acerca de palabras oídas, leídas y después contadas / 5 Olga María Toloza Pinillos Secuestrados, desaparecidos y prisioneros de guerra / 12 Vicente Pérez Silva Bienvenido don Quijote / 14 Locura de don Quijote y la de un licenciado de Sevilla / 16 Ligia Echeverri de Ferrufino Aproximación a un balance sobre los efectosde la Constitución del 91 en materia de familia / 19
John Jairo Botero Mesa ¿Es verdaderamente una jursidiccción la jurisdiccción especial indígena de Colombia? / 31 Saúl Álvarez Lara El desfacedor / 39 Varios autores En torno a don Quijote de la Mancha / 48 Silvia Muñetones Jiménez Vida y muerte en Memorias de Adriano / 53 Víctor Montoya El encapuchado / 57
La responsabilidad de los ensayos es de los autores y no comprometen al Colegio de Jueces y Fiscales de Antioquia ni al Comité de Redacción de esta publicación.Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento del autor.
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Editorial E
scribir sobre el significado del Quijote durante cuatro siglos (en su natal comarca Manchega o en estas remotas orillas de la América hispana) resulta una tarea desproporcionada para los alcances que puede tener una nota editorial. Por ello considero mejor hacer un digno homenaje, que de paso nos permita reflexionar sobre nuestras funciones, al transcribir aquí algunos extractos del capítulo XLII de los consejos que dio don Quijote a Sancho Panza antes de que fuese a gobernar la ínsula. Así comenzó a discurrir don Quijote aconsejando a Sancho: “…está, ¡oh hijo!, atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte y ser norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto de este mar proceloso donde vas a engolfarte, que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones. “Primeramente, ¡oh hijo!, has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría y siendo sabio no podrás errar en nada. “Lo segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey, que si esto haces, vendrá a ser feos pies de la rueda de tu locura la consideración de haber guardado puercos en tu tierra.” “Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores, porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte, y préciate más de ser humilde virtuoso, que pecador soberbio.” “…si tomas por medio a la virtud y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que padres y abuelos tienen príncipes y señores, porque la sangre se hereda y la virtud se aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.” “Nunca te guíes por la ley del encaje, que suelen tener mucha cabida con los ignorantes que presumen de agudos.
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“Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia que las informaciones del rico. “Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e importunidades del pobre. “Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al delincuente, que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo. “Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia. “Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes de tu injuria y ponlas en la verdad del caso. “No te ciegue la pasión propia en la causa ajena, que los yerros que en ella hicieres las más veces serán sin remedio, y si le tuvieren, será a costa de tu crédito, y aun de tu hacienda. “Si alguna mujer hermosa viniere a pedirte justicia, quita los ojos de sus lágrimas y tus oídos de sus gemidos, y considera despacio la sustancia de lo que pide, ni no quieres que se anegue tu razón en su llanto y tu bondad en sus suspiros. “Al que has de castigar con obras no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones. “Al culpado que cayere debajo de tu jurisdicción considérale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstratele piadoso y clemente, porque aunque los atributos de Dios todos son iguales, más resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que de de la justicia.” De tal suerte aconsejó en lo referente al adorno del espíritu don Quijote a Sancho, no sin olvidar otros consejos para el adorno del cuerpo; todos ellos al parecer elementales y de simple sentido común, pero de gran contenido humanista. Ojalá en nuestro duro oficio de juzgar, pudiésemos ejercitar las virtudes enunciadas en el sabio delirio del loco manchego.
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Tres puntos en don Quijote de la Mancha (Ensayo acerca de palabras oídas, leídas y después contadas) José Guillermo Ánjel Rendó En el Séfer Yetzirá (el Libro de la Creación) se habla de cómo las palabras crean el mundo. Pero no uno sino muchos mundos, según sean la palabras oídas y leídas. Entonces hay un problema y es determinar cuál es el mundo real que nos compete a todos, ése que estaría conformado por las mismas palabras y significados. Este problema, para fortuna nuestra y terror de los que nos quieren confinar en una base de datos, sigue sin resolver y quizás nunca se resuelva. Supongo que en esto radica la libertad, en tener un mundo propio. El autor.
Primer punto: A principios de julio de 2005 escuché en el Instituto Cervantes de Berlín una conferencia que dictó Fernando Vallejo sobre don Quijote. De esa charla, además de los vituperios contra Einstein y Darwin (que fueron considerados un par de ladrones por nuestro escritor, aunque nada tenían que ver con don Quijote), recuerdo algo que dijo sobre Cervantes: era un mal escritor, alguien que no revisaba los textos que escribía y muy despreocupado por el estilo. Pero tenía algo grandioso y era su pasión por escribir. Segundo punto: Hace cosa de un año, leyendo unas conferencias de Umberto Eco, encontré una que dictó cuando le otorgaron el doctorado Honoris Causa en la Universidad de Castilla La Mancha, en 1997. El escritor italiano hablaba en su texto de agradecimiento de La Mancha y Babel, enfrentando la biblioteca de de don Quijote con la que Borges proponía. La primera, decía Eco, era una biblioteca finita (de pocos libros) que, una vez leída, le sirvió a Alonso Quijano (sin entrar a discutir los otros
posibles apellidos) para salir al mundo y amoldarlo de acuerdo con lo leído. La segunda, la borgiana, era una biblioteca infinita imposible de ser leída y, por lo tanto, muy difícil de ser aprehendida para entender bien lo que nos rodea. Así, don Quijote puede salir al mundo (se aprendió los libros y salió a comprobarlos) en tanto que Borges se queda encerrado en su biblioteca intentando calcular el posible número de palabras y significados que contendrían los libros sin medida de su Babel. Tercer punto: El Quijote es uno de esos libros que todos conocen pero que muy pocos leen. Es un libro al que se venera como padre de la lengua castellana, pero pocos explican bien en qué radica esa paternidad. Y se tiene como modelo de la novela moderna (como bien lo defendió Kundera) a pesar de que Nabokov lo desacredita convirtiéndolo en una seguidilla de noveletas italianas de mala calidad. De cierta manera, El Quijote es parte de nuestras contradicciones. Con base en los puntos anteriores, escribo este artículo.
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BERBIQUÍ Con relación al primer punto: Es claro que en don Quijote hay muchos errores de composición e incluso de ligereza en los cálculos matemáticos (Capítulo IV: Él dijo que nueve meses, a siete reales cada mes. Hizo la cuenta don Quijote y halló que montaban setenta y tres reales) y de ubicación geográfica (es imposible seguir un camino coherente en espacio y tiempo de los lugares por donde anduvo el caballero), cosa imperdonable hoy en día. Todo parece indicar que Cervantes no estaba para investigaciones ni ejercicio de rigor alguno, actitud que nos dice que por esos días las academias gramaticales y del lenguaje, así como las científicas, no existían o, si las había, cumplían con un papel muy exiguo y hasta peligroso porque muchos sabios y lectores estaban sumariados por la Inquisición. En el principio era el caos, como se lee en Bereschit (Génesis).
García Márquez le da tanta importancia al arranque), pero luego, en el avance, el escritor pertenece a la novela y ahí comienzan las apariciones, los asombros, el inventario de toda clase de elementos, buenos y malos, contradictorios a veces, que no se pueden controlar porque están vivos y persisten en seguir estándolo. Y el escritor como un notario, simplemente anota lo que ve y hacen libremente sus personajes. Claro que si no hay pasión, esto no pasa. Ya se sabe que la pasión es un desborde (una explosión) en el que los sentidos se inflaman y se pierde la noción de la realidad para ingresar en la fantasía. Sin embargo si la pasión es corta, como el vuelo de las gallinas, sólo produce cansancio. Pero si es larga y continuada, como las de los sibaritas avezados, termina generando un gran placer. Cervantes debía saber esto, al fin y al cabo
La enseñanza de Cervantes, entonces, es que para escribir se necesita tener ontar dota (e n la qque ue eell escr it or qque ue ant es una hist or ia qque ue cco daría ito uedaría antes histo ntar,, no una anéc anécd (en escrit or ia, cco omo una cco ome ta bajo vvie ie nt os cco ont preso). Y qque ue esa hist ios, se ient ntos histo meta ntrr ar arios, dispersa por sitios y personajes diferentes cuando la pasión de escribir in it or. invvade al escr escrit ito Pero sí hay en Cervantes algo que lo determina como un gran escritor y es su pasión por narrar lo que sucede a su alrededor. En El Quijote, que es una especie de Opera Magna donde se reúnen varias historias y maneras de pensar, la novela no es el mero relato de un loco y un campesino gordo que caminan por España buscando aventuras. Va más allá: son muchas historias las que se tejen a medida que don Alonso y Sancho avanzan. Cada capítulo es un cuento completo (esto es lo que le molesta a Vladimir Nabokov) que se define a sí mismo y contiene parte de la historia general que se cuenta, pero no como un hilo necesario sino como un algo independiente (la historia bien se podría obviar sin que le suceda nada a la obra), que si bien no decora a don Quijote, sí hace parte del teatro de la vida. Y esto es lo importante: en la pasión de escribir es la vida lo que cuenta. Y todos esos puntos dispersos
que aparecen (la novela de Marcela, la historia de Sancho gobernador, por ejemplo), al final, por ley de caos, conforman una estructura que es la real novela, es decir, la noticia que se da de estar y sentirse vivo. Y en el caso de Cervantes, vivo en una España desesperada y sin clase media, gobernada por enfermos y atenta a milagros que nunca llegaron. Es que D-s no le ayuda al que no trabaja, eso se sabe. La enseñanza de Cervantes, entonces, es que para escribir se necesita tener antes una historia que contar, no una anécdota (en la que el escritor quedaría preso). Y que esa historia, como una cometa bajo vientos contrarios, se dispersa por sitios y personajes diferentes cuando la pasión de escribir invade al escritor. Así, una novela no se planea sino que simplemente arranca y se va sin una dirección fija. Ese comienzo pertenece al escritor (por esto
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA
“Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros...” Don Quijote en su biblioteca. Grabado de Gustave Doré.
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BERBIQUÍ estuvo preso en Argel y allí, dicen, lo cuidaron bastante. Por eso nunca se quejó de haber estado entre los moros. La pasión de la escritura, el Cervantes apasionado por escribir (como le oí calificar a Fernando Vallejo) es como la persistencia de los animales unicelulares que resisten tormentas, mareas altas y bajas, siempre pegados a la misma piedra. Y ahí en esa persistencia, evolucionan y terminan siendo el pasado de alguno que baila el tango olvidándose de que se está muriendo. Con relación al segundo punto: Una biblioteca no está constituida por tomos debidamente clasificados (siguiendo el modelo de Aristóteles), sino por libros leídos. Conozco bibliotecas donde abundan los libros sin abrir, así que no son bibliotecas sino librerías. O lo que es peor, muebles rellenos de papel. Pero esto no viene al caso con don Quijote (y por extensión Cervantes), que se leyó la biblioteca que tenía, llegando al punto de casi aprendérsela de memoria. Ya, con base en lo leído, salió a ver el mundo y a confrontarlo (ajustarlo, mejor) con lo que decían las lecturas. Porque éste es el oficio de los libros: dar los elementos necesarios para que el mundo se parezca a lo que dicen. En este punto, Borges decía que los libros contienen, en primera instancia, una memoria y, a partir de ahí, una imaginación. Sólo que esta imaginación va timoneada por la memoria. La biblioteca de don Alonso Quijano estaba conformada por libros de aventuras en los que conceptos como honor, damas, aventura y gloria eran palabras constantes. Y bueno, aprendidas y racionalizadas, esas palabras son las que sale a buscar el Ingenioso Hidalgo. Por esta razón su mundo, a pesar de esa conciencia crítica que sería Sancho, es un compuesto de concepciones ideales donde palabras como dolor, crimen, fealdad y desgobierno deben desaparecer. O sea que todos los criterios de don Quijote son nobles, así como han sido nobles los conceptos de la filosofía y la moral. O sea que la tarea del hombre de La Mancha no es otra que acomodar el
mundo de acuerdo con las prédicas cocidas desde Confucio y los profetas, de entenderlo así y de dar parte de su salud y de sus cueros para que la intención no sea en vano. Esta metáfora que es constante en la novela, certifica la intención de las enseñanzas que recibimos que si las aplicáramos cambiarían el mundo. La biblioteca que plantea Borges, imbuido por el espíritu geométrico de Spinoza (en el que una idea adecuada produce necesariamente otra porque asistimos a un proceso de crecimiento infinito) y el mundo de millones de objetos que plantea Jonathan Swift para dejar de hablar y sólo señalar, es una biblioteca por leer y, esto es terrible, careciendo de tiempo para ello. A los ojos de Cervantes, sería la biblioteca de un cobarde, de alguien que quiere aprender lo que es el mundo teórico sin salir a comprobarlo. Es una biblioteca que no mueve a la acción sino a una reflexión desde sí mismo, es decir desde el deseo y el error, porque lo que pensamos sin comprobar no es más que narcisismo. Ya lo decía Abuchafar Abentofail, el autor de El filósofo autodidacta: “¿Cómo saber qué es dulce si no lo has probado?” La biblioteca de Borges, compuesta por todas las palabras, aun por las que nombran lo inefable, encerraría la totalidad de lo que creemos que es el mundo. Pero tiene un problema: un mundo completo no le serviría a nadie porque habría ahí muchas cosas innecesarias para la vida de un hombre determinado. Ortega y Gasset lo ha explicado bien: somos nosotros y nuestras propias circunstancias. O sea que no hay dos hombres iguales porque todo depende de nuestra educación sentimental y del lugar donde estamos. Así, la biblioteca de Babel, nos sacaría de lo que somos y nos crearía una enorme confusión acerca del sitio que ocupamos. La de Cervantes, en cambio, es más lógica: se compone de libros que definen un estado humano determinado (el del caballero) y apuntan a una sola cosa, la nobleza. Y si bien es una biblioteca que se opone a los tiempos que vive Cervantes (que son vulgares y decadentes), es una propuesta limitada, es decir, fácil de comprobar y de vivir.
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA Borges propone una biblioteca para un hombre sin ubicación clara, siempre en estado confuso y ciego porque tanto conocimiento sólo llevaría a no saber finalmente si se sabe o no alguna cosa. Y si lo que se piensa está siendo imaginado o ya está dicho. Es una biblioteca para desesperados que no sabrían si están vivos o muertos. Y en la que no se sabría qué libro tomar debido a la inmensidad de las propuestas. La de don Quijote, en cambio, no sólo se puede leer sino releer. Y en la medida en que se avanza sobre lo mismo, necesariamente el mundo se termina amoldando a las palabras leídas. Por lo tanto ya el mundo es controlable, qué importa que sea distinto a como se ve. Esto sucede con la ciencia
no, es cosa que pasa a segundo plano. Se puede vivir muy bien y dignamente sin haberlo leído (como pasa con los chinos, los indios, los iraníes, millones de alemanes, etc., que ni siquiera saben que existe). Sin embargo, creo yo, hay que ser curioso porque de la curiosidad nace el conocimiento (a veces imagino que por eso los ratones y los gatos saben más cosas que nosotros). Aprendiendo cosas nuevas se enriquece más la vida y los tiempos son más llevaderos porque así al menos les tenemos una explicación buena o tonta, pero al menos algo. Además, con un conocimiento de más, se evitan las ideas fijas propias, que son tan peligrosas y dañan a tanta gente. Para comprobarlo, basta con leer los
Quizás ésta sea la gran enseñanza de El Quijote Quijote:: si nunca acertamos en el nt onc es in mund o rreal, eal, eent n él d jo undo nto nces invvent nteemos uno uno.. Y vviiv amos een dee la me mejo jorr mane manerr a no posib le: cco on ho ur lo on base een n la bbib ib liot osible: hono norr, damas, aavvent ntur uraa y gglo lorr ia. C Co ibliot lioteeca d dee B org es est o no se ría p osib le. Es qque ue ni siq uie rges esto sería posib osible. siquie uierr a las palab palabrr as honor honor,, damas damas,, aventura y gloria existirían porque detrás de esas palabras habría otras y luego más, lo que confundiría la definición primaria y nos llevaría a otra contraria o tan grande e innecesaria que no podríamos abarcarla. Basta pensar en un infierno para que éste exista, dijo John Stwart Mill. de cada siglo, que ve el mundo de una manera que después se sabe que no fue correcta. Sin embargo, no pasa nada. Quizás ésta sea la gran enseñanza de El Quijote: si nunca acertamos en el mundo real, entonces inventemos uno. Y vivamos en él de la mejor manera posible: con honor, damas, aventura y gloria. Con base en la biblioteca de Borges esto no sería posible. Es que ni siquiera las palabras honor, damas, aventura y gloria existirían porque detrás de esas palabras habría otras y luego más, lo que confundiría la definición primaria y nos llevaría a otra contraria o tan grande e innecesaria que no podríamos abarcarla. Basta pensar en un infierno para que éste exista, dijo John Stwart Mill. Con relación al tercer punto: Esto de que unos hayan leído El Quijote y otros
periódicos o ver la televisión; allí aparecen los nuevos bestiarios. Bueno, leído o no, Cervantes es el padre final del castellano (que antes fue lengua de judíos sefarditas y de militares) y no porque haya utilizado la lengua popular para escribir (ya antes se había hecho: Fernando de Rojas en La Celestina o el rabino de Carrión con sus Glosas de sabiduría, por ejemplo y sin ir más lejos porque aparecerían Yehuda Halevi y otros). El trabajo de Cervantes (don Miguel, para más respeto), fue el de componer una novela grande utilizando para ello el mayor número posible de palabras que le permitieran construir un pensamiento complejo, un tono en la escritura, contar variadas historias y hacer un gran inventario de refranes. O sea que en El Quijote (realmente en El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha),
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BERBIQUÍ La lengua es una maquinaria que procesa permanentemente hechos grupales e individuales a través de palabras y nombres, frases y conceptos, dichos y versos, canciones y trabalenguas, etc. A través del lenguaje se crean las memorias y los olvidos, se transforma la historia y se valoran las cosas, se lab or an las ne nes. P cr ea una eed duca ción se nt ime ntal y se eelab or est o no ntime imental labo neggacio ciones. crea ucación sent Po esto se puede dejar libre la lengua (funcionando de manera oral) sino que hay que atraparla cada tanto con palabras escritas que permitan hacer una suma de lo que se sabe y las incertidumbres que todavía se dan en ese momento. Cervantes hizo un gran inventario cultural, que antes que conservarse en monumentos y libros de monasterio, se conserva en la lengua diaria y en lo que Carlos Gustavo Jung denominó inconsciente colectivo. La lengua es una maquinaria que procesa permanentemente hechos grupales e individuales a través de palabras y nombres, frases y conceptos, dichos y versos, canciones y trabalenguas, etc. A través del lenguaje se crean las memorias y los olvidos, se transforma la historia y se valoran las cosas, se crea una educación sentimental y se elaboran las negaciones. Por esto no se puede dejar libre la lengua (funcionando de manera oral) sino que hay que atraparla cada tanto con palabras escritas que permitan hacer una suma de lo que se sabe y las incertidumbres que todavía se dan en ese momento. Éste es un trabajo inmenso que está por encima de los diccionarios y la gramática y al que sólo acceden grandes escritores que en sus obras (como dice Rorty) incluyen filosofía, psicología, conocimiento en formación, formas simbólicas, propuestas políticas, imaginería popular y pensamiento laberíntico. En un buen libro, está incluido todo lo que se sabe y percibe de un mundo. Por esto hombres como Shakespeare, Dante, Rabelais, Paracelso, los hermanos Grimm y otros son tan importantes para sus respectivos idiomas. Ellos contaron, con palabras escritas, lo que significaba estar vivo en sus lugares de origen. El trabajo de Cervantes, entonces, fue atrapar el
sentir de la España castellana en un momento en que la lengua comenzaba a extenderse por el oriente y el occidente como un idioma imperial. Y si bien las lenguas las extienden los ejércitos, son los libros los que certifican la importancia o no de esa lengua. Claro que con anterioridad los cronistas habían cumplido con la tarea de hacer un gran inventario de los descubrimientos, pero en eso que escribieron sólo había asombros y no reflexiones elaboradas desde la razón y la sinrazón, que es la real condición humana. Todos somos dados a la confusión y esto es lo que nos salva y nos da la oportunidad de la esperanza. Milan Kundera clasificó a El Quijote como la base de la novela moderna (de la modernidad) porque allí están descritos los grandes y pequeños sueños, las aventuras con o sin sentido, el sentir simple y el complejo, la necesidad de no dejarse morir y la importancia de la conversación. Esta última palabra, conversación, es clave, porque ella es la que hace posible la lengua y el concepto de realidad (se necesitan mínimo dos para construirla). Si no hay otro con el que conversar, la lengua desaparece (quizás por esto los monólogos son tan extenuantes). Y El Quijote no es otra cosa que una gran conversación entre don Alonso y Sancho, lo que hubiera querido hacer Adán para que el mundo le fuera más grande y menos asustador. Don Miguel de Cervantes se ha ganado su lugar en el mundo, a pesar de los denuestos de Nabokov y las pocas palabras de Borges con relación a El
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA Quijote. Sigmund Freud, que aprendió castellano leyendo las aventuras de don Alonso Quijano (o Quezada o Quejana), analizaría muy bien este par de casos. Dos notas finales, que serían un cuarto asunto: Nota 1: se llama ‘quijote’ a la pieza de armadura que sirve para cubrir el muslo. En la mitología griega (cuando se habla de Cronos) los hijos nacen por el muslo. Lo que Cervantes quiso decir con este nombre, no lo sabemos. Se deja entonces para la
especulación. Nota 2: El en prólogo de la primera parte de El Quijote, Cervantes (o quien lo haya escrito), invita al lector a seguir la historia. Avellaneda le hace caso y escribe una segunda parte. Esto lo escribo para que no se hable mal de Avellaneda ni de Pierre Menard que, según Borges, escribió un Quijote igual, cosa que es posible si se dieran las mismas condicion+es y sentires que rodearon a Cervantes. Escrito en Berlín. Julio de 2005.
El Quijote, por Mateo Espinosa
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Secuestrados, desaparecidos y prisioneros de guerra* Olga María Toloza Pinillos
* Discurso de la presidenta del Colegio de Jueces y Fiscales de Antioquia en el foro de Medellín, del 6 de octubre de 2005 sobre el tema.
Buenos días. Como presidenta del Colegio de Jueces y Fiscales de Antioquia y en nombre de su Junta Directiva, reciban todos ustedes un saludo afectuoso. Compromisos del Colegio en Santafé de Bogotá, me impiden que los acompañe en la instalación de este importante foro, como sería mi deseo. Agradezco a todos ustedes que hayan aceptado la invitación a debatir uno de los temas más sensibles de nuestra realidad nacional, como son las víctimas del conflicto armado: los secuestrados, los desaparecidos y los prisioneros de guerra, y sus familiares. Hace algún tiempo, durante una de las muchas guerras que han asolado la historia de la humanidad en los últimos cuatro milenios, un joven de veinte años se enroló en el ejército y partió en una expedición para recuperar
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una isla que había caído en poder del enemigo. A pesar de estar enfermo, se batió en primera línea, pero fue herido en el pecho y en una mano, herida de la que jamás se recuperó. Después de una penosa convalecencia de más de un año, regresó a casa, pero en el camino fue emboscado y tomado prisionero. Se fijó una suma muy alta por su rescate. No se sabe si durante su cautiverio, murió su padre o si su madre se fingió viuda para mover la compasión de los corazones generosos, pero reunió una cantidad importante. Abandonado a su suerte por su gobierno y después de cinco años, tres intentos fallidos de fuga y cuatro meses de intensas negociaciones con la mediación de la Iglesia, que se ofreció como garantía para el pago de la totalidad del rescate, nuestro joven fue, por fin, liberado.
REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA Desempleado, intentó continuar el oficio de la guerra, pero lo detuvo en casa el amor por las mujeres y la contemplación de las musas que ya empezaban a asediarlo. Gracias a los buenos oficios de la Iglesia, al amor de sus familiares que nunca se olvidaron de él y a la existencia de acuerdos que regulaban el trato humano de los prisioneros de guerra y a su liberación por rescate, la humanidad pudo conocer las aventuras del bueno de Alonso Quijano, metido a caballero andante, escritas con su única mano buena. Por primera vez en la historia, armas nobles se ponen al servicio de los débiles: viudas, huérfanos y menesterosos, y el amor por una mujer inflama de justicia el corazón del caballero. Don Quijote recoge los rudimentos del derecho humanitario, presentes en las leyes de la caballería, con armas, literalmente simbólicas, que se quiebran ante la fuerza de los argumentos. Siglos más tarde, la recién nacida República de Colombia celebró con España un tratado sobre regulación de la guerra y trato a prisioneros; invaluable patrimonio jurídico de nuestra patria porque hoy sus principios se encuentran incorporados en el derecho consuetudinario de toda la humanidad y son, por lo tanto, normas de obligatorio cumplimiento para las partes implicadas. Como lo señala la Corte Constitucional, “Colombia fue
una de las primeras naciones independientes en defender que la obligación humanitaria no se funda en la reciprocidad” y “según el jurista francés Jules Basdevant, es uno de los más importantes antecedentes del derecho de los conflictos armados a nivel mundial, puesto que no sólo contiene cláusulas pioneras sobre trato humanitario de heridos, enfermos y prisioneros sino además, porque constituye la primera aplicación conocida de las costumbres de la guerra a lo que hoy llamaríamos una guerra de liberación nacional”. Por eso, el artículo 61 de la Ley de Justicia y Paz de 2005 que faculta al Presidente “para autorizar a sus representantes o voceros para adelantar contactos que permitan llegar a acuerdos humanitarios con grupos armados organizados al margen de la ley” se queda corto frente a la norma de 1820: el artículo 5° de dicho tratado internacional ordena que “todos los prisioneros de guerra se canjearán, clase por clase y grado por grado, o dando por superiores el número de subalternos que es de costumbre entre las naciones civilizadas” y el artículo 8° dice: “el canje de prisioneros será obligatorio y se hará a la más posible brevedad. Deberán pues conservarse siempre los prisioneros dentro del territorio de Colombia, cualquiera que sea su grado y dignidad, y por ningún motivo o pretexto se alejarán del país, llevándolos a sufrir males mayores que la misma muerte.”
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Parece que es más fácil reconocer la existencia de un conflicto armado en beneficio de las víctimas, si contribuye, no a alcanzar la paz, pero al menos a encauzar esta guerra dentro de los parámetros legales previstos en los tratados internacionales, especialmente el Protocolo II de Ginebra del 8 de Junio de 1997. Es reconocer, parafraseando a William Ospina, que nuestra historia es un relato de “ríos feroces y barcas floridas, de guerra y muerte, pero también de sueños y esperanzas”. La presencia en este foro de las mujeres, familiares de los retenidos por cualquier circunstancia o de quienes se desconoce su paradero, es garantía real de esperanza para alcanzar la paz en nuestra patria. Decía Michelangelo Antonioni, el célebre director de cine italiano, que la mujer, depositaria de los secretos de la vida y regida por las fases de la luna, parece más cerca del misterio y la magia que el hombre; y la magia, decía el historiador, “es el complemento poético, el ingrediente de esperanza que supera la racionalidad del hombre”. Gracias.
Bienvenido don Quijote Vicente Pérez Silva
Ilustración: Dulcinea, por Salvador Dalí
Ciertamente, Don Quijote es el libro “más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse”; el libro de todos los tiempos y de todas las generaciones que ha encantado a la especie humana...
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ño de gracia de 1605... A mediados del mes de enero, en la imperial villa de Madrid nace al mundo de la realidad y de los sueños la primera parte del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, en la imprenta de Juan de la Cuesta, con la indicación de que se vendía en la casa de Francisco de Robles, librero del Rey, Nuestro Señor. ¿Su autor? Un hijodalgo de Alcalá de Henares, llamado Miguel de Cervantes Saavedra, “más versado en desdichas que en versos... el Manco sano, el famoso Todo, el escritor alegre y, finalmente, el regocijo de las Musas”. Cervantes es creador afortunado, conocido también con el nombre de “Príncipe de los ingenios”.
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Desde entonces hasta hoy, este libro perdurable, caldeado de sabiduría y maravillas, se ha connaturalizado con el espíritu de la humanidad y se ha prolongado en el acontecer artístico, histórico, científico, crítico y literario. Ciertamente, Don Quijote es el libro “más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse”; el libro de todos los tiempos y de todas las generaciones que ha encantado a la especie humana y le ha dado la vuelta al mundo por múltiples caminos, en infinidad de ediciones y traducciones. Imposible, entonces, no rememorar ni celebrar el advenimiento de una obra de semejante magnitud y lozanía. Con mayor razón, si recordamos
REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA que en 1590, Cervantes pidió y suplicó al Consejo de Indias se le concediera un puesto en la contaduría del Nuevo Reino de Granada o el de contador en las galeras de Cartagena de Indias. Ante la negativa de esta petición, don Miguel se nos quedó en sus lares, desatando el enredo de sus cuentas, padeciendo el encierro de prisiones y rumiando el desconsuelo de sus penas, pero siempre aguijoneado por el torrente de la fantasía; mientras que el Ingenioso Hidalgo se nos vino para estas tierras de América.
El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, viajero infatigable que nos depara todo el zumo de la sabiduría, habrá de caminar por entre el mundo enigmático e inconmensurable de los libros, mientras la inteligencia humana, en la dura refriega de todos los días, pueda ser espoleada con el inseparable lanzón del héroe cervantino. Don Quijote de La Mancha, más que un idealista, más que un soñador, es el cruzado, es el adalid impetuoso de la hazaña y la conquista por el bienestar de la humanidad a quien es preciso
D on Qui jot anc ha, más qque ue un id ealista, más qque ue un soña dor, es eell Quijot jotee d dee La M Manc ancha, idealista, soñad cruzado, es el adalid impetuoso de la hazaña y la conquista por el bienestar de la humanidad a quien es preciso seguir en todo instante. Se ha escrito onv ie ne rreepetir lo una y ot con aacie cie ez: “Acercar se al Qui jot irlo otrra vvez: cierr to y cco iene carse Quijot jotee p peermanentemente y dejar que su divina alucinación sature nuestro espíritu es avanzar p or se nd up po send ndeeros d dee ssup upeer ación. ción.”” Aquí entre nosotros Don Quijote hace parte de nuestra propia vida. El apego entrañable que profesamos a Cervantes, a su idioma —que es el nuestro— y al Quijote, es único en el ámbito hispanoamericano. Así lo muestran y demuestran los nombres de famosos artistas, escritores, poetas y humanistas. Por todo esto, guardamos la íntima convicción de que nuestro país es el lugar en donde más se ha exaltado la vida de Cervantes y en donde mejor se han valorado los quilates mágicos de su obra intemporal.
seguir en todo instante. Se ha escrito con acierto y conviene repetirlo una y otra vez: “Acercarse al Quijote permanentemente y dejar que su divina alucinación sature nuestro espíritu es avanzar por senderos de superación.” La celebración de este acontecimiento es ecuménica y nos compromete a todos los colombianos, tan hermanados como estamos a los entresijos de este libro sin par en el vasto horizonte de las letras universales.
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Locura de don Quijote y la de un licenciado de Sevilla* Vicente Pérez Silva
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ntre los diversos y más variados temas relacionados con la vida y aventuras, no digamos milagros, de don Quijote sobresalen con visos aparentes el que tiene que ver con su locura genial, aspecto del cual se han ocupado los estudiosos de la psiquiatría o la psicología. Sin adentrarnos, ni por asomo siquiera, en este tema que ha suscitado tantas apreciaciones, bástanos recordar la clasificación que hace Vallejo Nájera en su estupenda obra Locos Egregios.
* Del libro Quijotes y quijotadas. Donde se refieren anécdotas, historietas, leyendas, fantasías y otras curiosidades en torno al ingenioso hidalgo, del mismo autor, de próxima publicación.
Los paranoicos son “locos razonadores” porque lo que dicen parece lógico y comprensivo, y lo sería absolutamente si las premisas de sus razonamientos no fuesen falsas. Todos los enamorados dotan a su amada de las más imaginables perfecciones, pero sólo el paranoico transforma una labradora en
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princesa y concibe la insensata idea de salir a los caminos a obligar por la fuerza de las armas que cualesquiera transeúntes proclamen que es la más hermosa de las mujeres… El paranoico no sólo se ve el mundo a través de gafas de determinado color, sino que también los cristales de estas gafas son prismáticos y descomponen la luz y deforman los objetos. Por ello son para Don Quijote gigantes los molinos de viento, forzados los galeotes, castillos las ventas, princesas las venteras; yelmos las bacías barberiles, pues el mundo de la percepción divísalo a través de sus complejos delirantes, y de aquí su pueril credulidad, tan explotada por los Duques, para hacerle correr fantásticas e inverosímiles desventuras…
Y concluye Vallejo Nájera: “El mejor ejemplo de lo que los siquiatras entienden por desarrollo paranoico lo tenemos
REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA en el magistral tipo cervantino Don Quijote de la Mancha.” Otro estudio, por demás interesante, es el que nos hace el médico colombiano Luis Alfonso Ramírez en su obra Locos y Enfermos. Este distinguido médico siquiatra, cuando en el capítulo “Cervantes y la psiquiatría”, hace la interpretación de la locura de Alonso Quijano, nos pone al tanto de esta anécdota, que nos viene como anillo al dedo. Riamos con ella a mandíbula batiente. Otro ejemplo cervantino de las perturbaciones síquicas y que se ha convertido en chiste común, es aquel que además tiene el mérito de ponernos en guardia contra la trampa de los locos lúcidos y las asechanzas de la reticencia: Un licenciado de Sevilla enloqueció y fue internado en un asilo de alienados. Habiéndole solicitado al arzobispo que lo pusiera en libertad, fue examinado por un capellán. Logró por el buen sentido de sus respuestas convencer a este último de su curación y obtuvo la libertad. Cuando dirigió algunas palabras de despedida a sus camaradas de asilo, uno de ellos se irritó por lo que consideraba una flagrante injusticia y exclamó: ¿Tú curado? ¿Bien lo veremos? Que Dios te guarde; pero yo juro por Júpiter cuya majestad represento sobre la tierra, que por este solo pecado que ella comete hoy, considerándote sano de espíritu y devolviéndote la libertad, yo infligiré a Sevilla un castigo tal, que lo recordará y por los siglos, amén…! Yo soy Júpiter Tronante y tengo en mis manos los carros incendiarios del rayo con el cual puedo amenazar y destruir el mundo. Pero para castigar a este pueblo ignorante, me
contentaré con una sola cosa: no lloverá sobre esta ciudad y sus alrededores durante tres años enteros, desde el día en que yo pronuncie la amenaza. Así, pues, tú eres libre, y ¿estás curado? ¿Y tienes buen sentido? ¿Y yo loco, encerrado, atado? ¡Ah! ¡Tanta idea tengo de hacer llover, como de ir a colgarme! Todos los circunstantes escucharon con atención el discurso y los gritos del loco, pero nuestro licenciado, volviéndose al capellán y tomándole las manos dijo: “Señor, no temáis y no hagáis ningún caso de las palabras de este loco; porque si él es Júpiter y se niega a hacer llover, yo soy Neptuno, padre y Dios de las aguas, y haré llover todas las veces que me plazca y sea necesario.
Sobrada razón tuvo el gran don Ramón de Campoamor, el autor que “nunca se molestó en tomar en serio ninguno de los aspectos de la vida”, cuando con el más fino sentido del humor bordea los predios de semejante ocurrencia: Para divertir su afán Cantaba a su reja un loco: Unos estamos por poco Y otros por poco están. En buen romance, como dijo otro en una casa de orates: “No son todos los que están, ni están todos los que son”. Expresión que también se aplica a las academias, a los congresos, a los parlamentos; en fin, a todos aquellos círculos, concilios o conciliábulos que aglutinan los más diversos grupos de personas. Cuánto se ha dicho, cuánto se ha escrito y especula, y cuánto queda por saber y aun por
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indagar acerca de la locura; la afortunada que posee “el secreto de distraer a los dioses y a los hombres”. Erasmo sabía por qué lo decía. No sorprende entonces, por qué Horacio le aconsejaba a Virgilio que pusiera un poquito de locura a su sabiduría; ni que Salomón, el Rey Sabio, el del Cantar de los Cantares, se consideraba el más loco del los hombres y ponía todo su esmero en que ninguno le aventajara en locura. Si lo anterior fuera poco, surge la palabra contundente de Pablo de Tarso: “Por la gracia de Jesucristo, somos locos”. ¡Qué maravilloso elogio de la locura!, también repetiremos con Erasmo. Cómo, entonces, no caer en razón suficiente de que cuerdos y pícaros nos sobran y de que Quijotes son los que faltan, para que enderecen tantas injusticias y socorran a la humanidad de tantas desventuras. La disyuntiva que, desde lejanos tiempos, tanto ha inquietado a la humanidad, no ha sido dilucidada todavía. Cuatro siglos no han sido suficientes. ¿Don Quijote loco o cuerdo? La reflexión de William Ospina nos parece oportuna: Don Quijote conserva la memoria de las edades heroicas, es el mundo quien la ha perdido, por ello la humanidad lleva cuatro siglos discutiendo si don Quijote es un loco de atar suelto por un mundo normal, o si es un hombre sensato, incluso para algunos el más sabio de los hombres, en un mundo que ha enloquecido.
BERBIQUÍ Dicho todo lo anterior, no está por demás recordar que (…) durante la Edad Media floreció en muchos lugares de Europa una festividad conocida con el nombre de Fiesta de Locos. En aquellas ocasiones, llena de colorido, que normalmente se celebran alrededor de los primeros días del año, incluso los sacerdotes normalmente piadosos y la gente seria se colocaban máscaras obscenas, cantaban canciones desvergonzadas y, en pocas palabras, mantenían despido a todo el mundo en medio de la jarana y las imitaciones grotescas.
Con la propiedad y el conocimiento del tema, ciertamente, admirables, el escritor Harvey Cox, en su obra Las fiestas de locos, nos hace esta manifestación que cobra vigencia y lo dice todo: Las Fiestas de Locos florecieron en una época en la que la gente tenía una capacidad muy desarrollada para la fiesta y la fantasía. Hoy necesitamos volver a desarrollar esa capacidad… Podemos beneficiarnos de las experiencias de aquella época para enriquecer y vitalizar la nuestra, igual que podemos aprender de otras épocas históricas y de otras civilizaciones.
En fin, ante la sublime locura de don Quijote, no nos queda más que repetir esta vieja sentencia: “Bienaventurados los locos porque ellos se alejan de la razón, que es la enorme tortura de la existencia.” “Para los locos es el sendero” Con esta frase tan sugestiva como sugerente, remata el breve
escrito que aparece al final del número 8 de la revista Panida, publicada en Medellín, en 1915. Su autor, sin duda alguna, debe ser uno de los trece artistas, poetas o escritores que, con León de Greiff a la cabeza, conformaron el grupo de los “panidas”. Imposible que el escrito de marras, considerado por su mismo autor “un texto del evangelio de la vida”, no nos venga a enriquecer el acopio de estas llamativas curiosidades. Leámoslo con el deleite que merece: Siempre pondrán mala cara Sancho, el Cura y el Barbero; pero para los locos es el sendero. Parece una copla. Pero es un texto del evangelio de la vida. Locos se nos llama porque hemos cometido delito de ser poetas, porque a veces odiamos la realidad, porque siempre queremos apartarnos de ella. Quijotes, enamorados del sueño, abandonamos una noche la vieja casa. Era demasiado estrecha. Otra noche, en el patio de un castillo, uno de aquellos castillos que nosotros hicimos, nos armamos caballeros del ideal. Y seguimos el camino, pero con nosotros iban muchos Sanchos, nos quitaban el paso. En todas partes estaban y metían la mano en nuestro plato, y hacían turbia el agua que bebíamos, y querían herirnos con su risa estúpida, y hasta en veces intentaban robarnos la luz del Sol. Y el cura, y el barbero… Todos ésos siguen en el camino, para “ponernos mala cara”. También los yangüeses se han apostado muchas veces en nuestra senda y nos han maltratado. Son los peores, los mediocres, los envidiosos. El Oro Rey es su único Dios. Incapaces para comprender la vida bajo una máscara menos dolorosa o menos vulgar o menos seria, hacen
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sonar la bolsa y cierran los ojos. La luz los ofusca. Que sigan allí, porque para nada nos estorban. Rocinante sabrá pisotearlos con sus cascos, Pegaso volará por sobre sus cabezas. Y nosotros seguiremos, porque “para los locos es el sendero”.
Creemos que el resplandor de esta joya literaria no ha perdido vigencia y que, por el contrario, acrecienta y reanima el fuego de quienes con tanta fruición hacemos parte de la cofradía de nuestro amo y señor don Quijote de la Mancha.
Aproximación a un balance sobre los efectos de la Constitución del 91 en materia de familia Ligia Echeverri de F.
Preámbulo Las familias de hecho tienen profundo arraigo en nuestra nación. Lo que ocurría en las sociedades aborígenes en materia de costumbres y rituales a lo largo del ciclo vital y en las relaciones sexuales y matrimoniales, aparece en la mitología y en narraciones de cronistas y misioneros españoles cargadas de prejuicios. Pero las uniones de hecho, en Colombia, surgen como tales cuando los conquistadores establecen en América el matrimonio católico. Es decir, cuando a las modalidades matrimoniales aborígenes se agregan, por imposición o por catequesis, rituales foráneos para definir como legítimo el contrato matrimonial. Es entonces cuando aparecen otros conceptos rituales, de solemnidad y de publicidad, con los consecuentes efectos sociales, culturales, civiles y
1. Gutiérrez de Pineda Virginia. Antropóloga, doctora en Antropología, pionera en estudios de la familia y la mujer en Colombia, autora de libros que se señalan en la bibliografía anexa a este documento.
penales. Por supuesto, las uniones culturalmente legítimas, quedan por fuera de ese nuevo marco de legalidad. A partir de la Conquista, se alude, de una parte, a la familia de derecho, conformada inicialmente sólo por hispánicos y cuya fuente es el matrimonio católico y, de otra, múltiples modalidades de relación hombre-mujer que se comportan como pareja en status reproductivo y se denominan familias de hecho. Para una comprensión cabal del devenir de la familia colombiana como fenómeno socioantropológico y jurídico, es muy importante analizar la evolución de las actitudes y de las normas en los distintos momentos de la historia patria. Para un análisis completo, ha servido la extensa obra de Virginia Gutiérrez de Pineda.1 Esa obra, permite observar que cuando cambian los modos de producción, la sociedad modifica, igualmente, sus estructuras y, por fuerza de esa remoción, transforma las pautas de comportamiento colectivo e individual. Ese proceso genera desajustes entre los hechos económicos, culturales y sociales y
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BERBIQUÍ el sistema normativo. En la línea general de estas transformaciones, se desarrolla el cambio de comportamiento sexual y familiar. Según evidencias etnográficas, las relaciones sexuales prematrimoniales, así como uniones conyugales estables no aceptadas por la sociedad, han compartido espacio con las relaciones matrimoniales legitimadas por la sociedad-cultura. Lo que denota el cambio, entonces, es la generalización de unas u otras, y la admisibilidad social y/o jurídica que se les asigne. Bien sabido es que la ley no siempre se establece según la voluntad, los intereses o las necesidades de las mayorías, sino de conformidad con ideologías predominantes o de acuerdo con los intereses de dominación de un grupo sobre otro u otros grupos. De otra parte, la legitimidad, igual que la ilegitimidad de las relaciones sexuales y de la procreación, son valores exclusivos de la familia humana y, como tales, se convierten en conceptos centrales en el debate sobre las incidencias de las reglas que rigen el comportamiento familiar, las formas y el significado de las estructuras de parentesco, sobre los individuos. La ley trata aspectos que atañen no solamente a razones de Estado y de seguridad e intereses civiles, sino también a cuestiones de moral privada e índole biológica y psicológica (sexo-afecto), donde una regulación adecuada y justa es, si no imposible, difícil de lograr. Por eso la legislación se debe revisar y adaptar a las nuevas realidades socioculturales si no se quiere caer en nuevas y más perfeccionadas arbitrariedades legales o que devengan en “letra muerta”. Los reformadores, tanto como los analistas sociales, consideramos de la mayor importancia la comprensión del comportamiento familiar y de los patrones familiares como elementos fundamentales de la estructura social. Por eso la definición de la
2. Echeverri de Ferrufino, Ligia.. La Familia ante la ley. Editorial Universidad Nacional, Bogotá, 1981.
familia, así como la claridad de su regulación, son importantes porque una y otra —la definición y la regulación— sirven de medio de enlace dinámico entre el individuo y la sociedad mayor. Con estas precisiones en mente, me limitaré a mostrar cómo la familia, en el lapso comprendido entre la vigencia de las Constituciones de 1886 y la de 1991, ha sido regulada de una manera ajena a su realidad. Sólo a partir de 1991, y por razón de que a la Corte Constitucional accedieron mentes lúcidas y de posturas avanzadas en éste y otros aspectos del pensamiento, se ha intentado recomponer ese desfase entre lo normativo y lo real. La Familia y la Ley en Colombia de 1886 a 1991 A partir de 1886, las relaciones familiares en todo el territorio colombiano se rigen por la Constitución Política y el Código Civil. Mediante estos postulados máximos y estas normas positivas, se ha regulado la situación de los cónyuges, la filiación de los hijos y los derechos y obligaciones de todos los componentes de la familia. Se entiende por familia legítima, entonces, la que nace de matrimonio civil celebrado ante autoridad competente y con los requisitos establecidos por la ley. Más tarde, según el artículo 12 de la Ley 57 de 1887, el matrimonio católico se considera válido para todos los efectos civiles y políticos. Hasta entonces, el matrimonio civil o el católico empezaron a darle legitimidad a esa unión entre dos individuos de distinto sexo. La expedición de la Ley Concha en 1924(Ley 24), modifica esta situación. En ella se establece que los colombianos católicos que pretendan contraer matrimonio civil, deben apostatar de la fe católica. Con esta ley, se restringió el enlace civil a los extranjeros residentes en el país y a los ateos y se impuso como norma genérica el matrimonio sacramental que conserva los efectos civiles.2 Como consecuencia de la regulación anterior, se establece, en los órdenes cultural, social y jurídico, la discriminación explícita de las
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA modalidades de familia de hecho, previas o posteriores a esta normatividad. En 1984, la investigación nacional “La familia de Hecho en Colombia” define esta modalidad como el grupo social que consta de dos o más adultos de sexo diferente, unidos maritalmente con intención duradera y, además, constituido por individuos que tienen distinto origen respecto al estado civil anterior a la actual unión y a sus hijos. Sus relaciones pueden ser monógamas o poligámicas. De esta investigación, se concluyó que la familia de hecho presentaba las siguientes modalidades en el territorio nacional: 1. Familia de Hecho Monogámica 1.1 Amaño: denominada en Nariño “matrimonio a prueba”. Predominante en comunidades indígenas y mestizas del sur del país (Cauca, Nariño y parte del Tolima). Se trataba de la unión consensual de una pareja con el fin de plantearse en la práctica la capacidad de convivir, la afinidad sexual y la recíproca fidelidad. La diferencia con las relaciones prematrimoniales, consiste en la existencia previa de una promesa formal de matrimonio. El amaño revestía dos formas: manifiesto o explícito, cuando la promesa era pública y aceptada por la comunidad, y encubierto o tácito cuando no había publicidad ni aprobación en la comunidad. Esta forma podía confundirse con lo que en la sociedad occidental se denomina relación prematrimonial. 1.2 Unión Libre: conformada por dos adultos de sexo diferente que conviven en status procreativo con intención duradera, integrada con personas sin impedimento legal para contraer matrimonio: solteros, viudos, legalmente separados o con matrimonio católico anulado. Esta modalidad de familia de hecho, no involucra conscientemente una meta o promesa matrimonial y muestra varias tipologías, a saber: pareja en status procreativo;
3. Echeverri de Ferrufino, Ligia. Antropología y Familia. . Bogotá. Editorial Tercer Mundo. Noviembre de 1985.
familia nuclear (pareja e hijos no matrimoniales); padre o madre con hijos de una relación no matrimonial; Uniones sucesivas no matrimoniales de uno de los cónyuges y sus hijos. Esta modalidad general y sus variaciones, fue la predominante en los litorales pacífico y caribeño, así como en las riberas de los grandes ríos de la geografía nacional. En las áreas urbanas, era la modalidad predominante en los estratos bajos de prácticamente todas las cabeceras municipales de las distintas regiones. 1.3 Concubinato: constituido por dos adultos de sexo diferente que conviven maritalmente con intención duradera, conformado por personas con impedimento legal para contraer matrimonio por existencia previa de uno no disuelto legalmente, según las disposiciones de la ley vigente. Se presentaban modalidades como concubinato simple (sólo uno de los miembros de la pareja tiene matrimonio anterior no disuelto legalmente) y concubinato doble ( ambos tenían matrimonio vigente). La familia de hecho también presentaba tipologías poligámicas poligámicas, o sea relaciones convivenciales y maritales con un número plural de cónyuges. Se encontraron modalidades poligámicas entre personas libres y entre personas previamente casadas. El mayor porcentaje de esta modalidad, se presentaba en los litorales colombianos y en las riberas de los grandes ríos y eran poligínicas, (un hombre con varias mujeres paralelas). También se encontraron casos de poliandria dispersa (sin cohabitación permanente). Las modalidades poligámicas eran compactas o dispersas (según compartan la misma residencia o vivan en residencias separadas); manifiesta o encubierta (según las relaciones sean públicas o clandestinas) . Algunas de ellas se podrían confundir con la relación de amantes. Las tipologías anteriores, son diferentes a la bigamia, considerada antes y después de la Constitución del 91 como delito penal.3 Es fácil observar la variedad de situaciones familiares existentes en la época, a la que debe
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BERBIQUÍ agregarse el creciente número de matrimonios bígamos celebrados en las fronteras para evadir la legislación colombiana que ponía trabas o demoraba el trámite de las nulidades de matrimonios católicos no sujetos al divorcio civil. Cabe aclarar que dentro de la familia legítima (con matrimonio civil o católico), el marido era el representante legal para todos los efectos, en virtud de la potestad marital y de la patria potestad, que confirman el arraigo de la tendencia patriarcal de la sociedad occidental.. Sin embargo, como resultado del proceso migratorio y del surgimiento de polos de desarrollo regional, apoyados por la transformación del transporte y de las comunicaciones y posteriormente acelerados por la creciente internacionalización de la economía, los avances de la ciencia y la tecnología (muy importante en este campo la disminución de las tasas de natalidad gracias a los métodos de control natal, las campañas de salud pública general y maternoinfantil, etc), la subsistencia de la familia legal o de hecho dependía cada vez más de fuentes no familiares, lo que obligó a la mujer a incursionar en el trabajo productivo, fenómeno que incide sobre el papel de la mujer en la familia, los deberes y derechos de la pareja, y entre ésta y sus hijos, y la toma de decisiones en el hogar, con la consecuente pérdida del poder patriarcal en el núcleo doméstico. La proyección de procesos económicos, políticos y culturales mundiales, inicia también un proceso de liberalización de las instituciones educativas y laborales del país en lo que se refiere específicamente al régimen político y patrimonial de la mujer y al régimen de hijos naturales. Vale la pena reiterar que los diferentes tipos de ilegitimidad en las relaciones sexuales y familiares han tenido desde siempre distintos significados entre regiones, estratos sociales, área rural y urbana, comunidades indígenas o culturas afroamericanas. Por eso el grado de aprobación o rechazo social en cada sector de la sociedad colombiana varía y pone en evidencia que la mera expedición de leyes no es la única solución a los problemas familiares que tienen
un fundamento sociocultural específico. Es decir, que aunque las formas de la ilegitimidad son las mismas a la luz de la ley general, su significado social es diferente y el impacto sobre el desarrollo de la personalidad depende de ambas apreciaciones, así como las consecuencias para la sociedad, para las personas y para el patrimonio económico de las mismas. También parece importante asumir que la desaprobación o rechazo social no hace referencia exclusivamente a la ilegitimidad de la relación y de los hijos nacidos de ella, sino también al status o al género de quien viola la norma o quien la juzga. Por eso la infidelidad conyugal se reprobaba y juzgaba más duramente cuando quien la cometía pertenecía al estrato alto o cuando era mujer (caso en el cual hubo justificación de uxoricidio por ira e intenso dolor) y, peor aún, cuando la infidelidad se cometía entre personas de estratos diferentes —mujer de estrato alto con amante de estrato inferior—. Algo similar se da con problemas como el aborto. Se justifica y oculta en estratos altos y medios para evitar la sanción social por una relación no aprobada. No obstante, este tema amerita una discusión especial, ya que no ha sido posible hasta la fecha aprobar una legislación que atienda las razones de salud, el respeto a la autonomía de la mujer y otras razones que justificarían la despenalización de este evento en casos específicos. Como ya lo dijimos, la legitimidad sustentada en las realidades sociales y culturales de un país, es necesaria para mantener una mínima organización social. Tal principio no implica acatamiento general, por cuanto se sabe que ninguna regla moral, jurídica o social es obedecida por la totalidad de los miembros de una comunidad . Pero no tenerla, implica un alto grado de desorganización social y, en algunos casos, manifestaciones de anomia absoluta. Si pasamos de la familia al papel de la mujer colombiana en ella y en la sociedad, vale la pena recordar que sólo hasta 1945 obtuvo la calidad de ciudadana a los 21 años, y sólo a partir de ese
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA momento se le permitió administrar sus bienes y comparecer a juicio sin previa autorización del padre o del marido. Pero no se le concedió el derecho a sufragar o a ser elegida en comicios electorales sino hasta 1957, mediante reforma plebiscitaria a la Constitución vigente (1886). En 1970, el decreto 1620 liberó a la mujer casada de la obligación de usar el apellido del marido. De este modo, se consagró su individualidad y se dio respuesta a la realidad sociocultural que urgía legitimar su condición de ciudadana plena, ya que se había convertido en fuerza laboral de primer orden, como resultado de la expansión económica en el país y como respuesta al liderazgo de mujeres que se agruparon en movimientos de presión para modernizar la ley y las costumbres políticas del país. El proceso de modernización jurídica e ideológica, continuó lentamente hasta cuando en 1974 se eliminó la patria potestad marital y se estableció la patria potestad compartida por la pareja de padres. Vemos, entonces, cómo sólo cuando fue una realidad de a puño que la fuerza laboral femenina crecía y que las mujeres cabeza de familia se constituían en una mayoría aplastante en los estratos más pobres del país, cuando los legisladores y políticos trataron de legitimar los nuevos comportamientos familiares, relacionados con la toma de decisiones frente a los hijos y la atención compartida de los requerimientos económicos y domésticos del hogar y de la prole. No habíamos dicho que en 1936 se admitió la filiación natural de los hijos, y se aceptó, por otro lado, que si eran reconocidos por el padre, podrían acceder como herederos, pero en la mitad de la cuota parte correspondiente al hijo legítimo, sin perjuicio de la porción conyugal. Pasan diez años. Llega el año 1946. Es entonces cuando se establece la protección del menor, se dictan disposiciones sobre la forma de juzgarlos en materia penal y sobre la manera de tenerlos en cuenta en los juicios. En este tema familiar, tuvo gran trascendencia la Ley 75 de 1968. En ella se definió la
progenitura responsable y su aplicación dio inicio a un proceso cultural y político orientado a crear conciencia social sobre el significado de la paternidad y a señalar los procedimientos para determinar las obligaciones de los progenitores y los mecanismos científicos para comprobar la paternidad no aceptada voluntariamente. El Estado, a partir de entonces, asume —al menos teóricamente— su responsabilidad social, educativa y de protección de los derechos de los menores, los viejos y las mujeres. Crea, para llevar a cabo estos cometidos, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Respecto a las escasas modificaciones en materia matrimonial, nos encontramos en 1974 con la separación entre la legislación canónica y la civil. Los efectos del matrimonio católico se rigen por la ley civil; el matrimonio civil puede ser contraído por personas católicas sin necesidad de apostatar de su fe y se permite que los colombianos mayores de 18 años contraigan matrimonio sin autorización de padres o tutores. En 1976, y después de grandes debates ideológicos y jurídicos, se acepta el divorcio vincular para matrimonio civil, pero permanece la indisolubilidad del matrimonio católico, ya que el vínculo sólo se puede afectar por separación de bienes o nulidad matrimonial. Entre 1979 y 1991, se elaboraron varios proyectos de ley con miras a establecer la jurisdicción de familia, unificar procedimientos y normas dispersas y contradictorias en distintas codificaciones, con la intención de eliminar la discriminación entre hijos legítimos y naturales (de filiación y patrimoniales) y para otorgar efectos civiles a las uniones de hecho. En ese debate, los científicos sociales jugamos un papel importante. La pionera y maestra en materia de familia, fue Virginia Gutiérrez de Pineda, quien desde 1963 realizó investigaciones sobre el trasfondo histórico de la familia en Colombia, el proceso de adaptación y cambio familiar, las características de las familias en los denominados por ella “complejos culturales regionales”, así como sobre la estructura, función y cambio de la familia colombiana en la década de los
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BERBIQUÍ sesenta, amén de múltiples escritos y exposiciones sobre el papel de la mujer en la familia y en la sociedad, el gaminismo, el patriarcalismo y el menor trabajador 4 En mi calidad de co-investigadora en varios de estos trabajos, asumí, por sugerencia de Virginia Gutiérrez de Pineda, mi propio tema de investigación en familia —la familia de hecho—, que me dio pie para escribir ensayos y dictar conferencias sobre el tema ad portas de entrar en la Constitución de 1991. La familia y la ley después de la Constitución de 1991 Con la expedición de la nueva Constitución y su desarrollo, introducido inicialmente a través de las sentencias de magistrados como Ciro Angarita y Carlos Gaviria Díaz5 , el panorama jurídico de la familia aparece diametralmente distinto al del pasado. En la nueva normativa, se asumen las realidades sociales, económicas, políticas y culturales del país (incluida la aceptación de la diversidad cultural) y, por esta vía, se consagran obligaciones y responsabilidades del Estado en materia de protección de la familia como grupo social, cualquiera sea el status personal de quienes integran la unión marital. Así, se dan garantías civiles y sociales a los miembros de la familia individualmente considerados y se regula la familia de hecho y sus efectos. La consagración del mandato para salvaguardar los derechos fundamentales de la población, hace parte integral de esta nueva visión del papel de la familia, de la sociedad y del Estado, en cuanto hace, no sólo a la crianza, educación, salud y socialización de los menores, sino respecto de los derechos y deberes del niño, de la mujer, del trabajador o del anciano. 4. Gutiérrez de Pineda, Virginia. Véase bibliografía completa al final de este ensayo. 5. Angarita, Ciro. Magistrado de la Corte Constitucional 1991-1995. Gaviria Díaz, Carlos. Magistrado Corte Constitucional 1991-1999. Senador de la República 2002 a la fecha.
El matrimonio civil se declara convalidado en todo el territorio nacional y se aceptan como accesorios los rituales matrimoniales de todas las religiones existentes en el país. Entre los aspectos jurídicos más importantes de este cambio constitucional, expresados a través de la jurisprudencia proferida por los miembros de la Corte Constitucional en los últimos años, destaco los siguientes: 1. Se regulan los efectos de las uniones de hecho y se acepta que con dos años de convivencia surge una sociedad conyugal y patrimonial con efectos retroactivos, sin que se requiera poner en común el patrimonio. Se establecen claramente los derechos herenciales y las obligaciones económicas entre los cónyuges y entre éstos y los hijos de la unión. Se conceden derechos alimentarios entre cónyuges de hecho, aun después de una ruptura y hasta tanto no se consolide una nueva unión. 2. Se regulan los efectos patrimoniales de las uniones de hecho posteriores a un matrimonio legal no disuelto y se reconocen derechos herenciales al cónyuge legítimo y al compañero posterior. 3. Se equipara el acceso de los cónyuges de hecho y de sus hijos, en calidad de beneficiarios, al Sistema de Seguridad Social (salud y pensiones). 4. Se eliminan las diversas categorías de hijos. Todos los hijos se consideran legítimos y, por tanto, sus progenitores adquieren respecto de ellos todas las obligaciones —las de cuidado, protección, socialización, alimentos congruos, sostenimiento económico—, sin discriminación alguna, hasta la mayoría de edad. 5. La patria potestad es compartida por el padre y la madre. Las causales para suprimir la patria potestad a uno de los padres, son iguales para las familias de hecho y de derecho. 6. El cambio constitucional y jurisprudencia, por tanto, es de suma importancia, en la medida en que acepta la existencia de una diversidad étnica y cultural que debe respetarse. Sobre la base de esta postura de corte democrático, admite que las
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA culturas tradicionales tienen sus propios códigos éticos, religiosos, creencias, ideas y valores propios. Pero, además, adelanta las bases para la regulación cultural del comportamiento social de sus miembros a tono con lo dispuesto en los tratados internacionales acogidos por el Estado colombiano. 7. Un aspecto adicional se refiere al incesto. En varias de sus sentencias, la Corte Constitucional considera las nuevas realidades familiares, signadas por las crecientes uniones de hecho y de derecho que han dado lugar a la acentuada convivencia de padrastros, madrastras, hijastros y hermanastros en un mismo hogar, razón por la cual la prohibición de las relaciones incestuosas se hace extensiva al grupo sin atender exclusivamente al lazo biológico. 8. Además de las normas internacionales que reconocen la eliminación de toda forma de discriminación sexual, la Constitución del 91 protege a la mujer embarazada (antes, durante y después del parto); da apoyo a la mujer cabeza de familia; consagra la igualdad de derechos y obligaciones para el hombre y para la mujer y avanza hacia una función promocional a favor de la búsqueda de las distintas formas de discriminación de la mujer, mediante normas positivas para su protección e inicia el derrumbe de la concepción tradicional del Código Civil que restringía el papel de la mujer según la ideología patriarcal que lo inspiró. 9. En el desarrollo de la Constitución, se han realizado interesantes debates sobre las “acciones afirmativas” que pretenden eliminar o reducir las desigualdades de tipo social-cultural o económico a categorías o grupos que históricamente han sido discriminados: los negros, los indios, los homosexuales o las mujeres. La tarea está incompleta, pero los logros han sido importantes, especialmente frente a medidas relacionadas con la eliminación de la discriminación de la mujer. Prueba de ello, es la Ley de Cuotas que, aunque en mi concepto no debería ser necesaria como tal, si ha obligado a las organizaciones políticas y al gobierno a nombrar mujeres en los diferentes cargos públicos
en un porcentaje mínimo del 30% . No obstante, el debate sirvió para hacer visible la realidad discriminatoria y para emprender acciones tendientes a su eliminación a través de políticas sociales, acciones afirmativas y otros mecanismos. 10. De gran trascendencia, por el impacto social de la norma, fue la sentencia del magistrado Carlos Gaviria Díaz sobre “el castigo a los niños”. La tradición patriarcal del país, otorgaba al pater familia derechos absolutos sobre la mujer y los hijos. Ésa fue, y sigue siendo, la raíz de todas las formas de maltrato intrafamiliar, una de las mayores patologías sociales del país, por cuanto se ha convertido en un círculo vicioso: niño maltratado, padre maltratador; niña maltratada, madre maltratadora. La sentencia en cuestión, pone límites claros al papel del padre como vigilante y corrector y proscribe el castigo infantil como herramienta educativa socialmente aceptada. 11. Finalmente, reconforta que los juristas les brinden receptividad, bien sea por la vía conceptual o por la de los resultados prácticos a los aportes de las ciencias sociales. Prueba de ello, es la sentencia sobre Sexo y Violencia en Televisión. Hoy, en mi calidad de Decana de la Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Arte de la Universidad Central y como directiva de carreras como Comunicación Social Periodismo y publicidad así como de la Unidad de Medios Audiovisuales, comparto el análisis de los académicos que dieron sustentación científica a la decisión jurídica de la Corte. Me refiero a dos aspectos cruciales. Al desarrollo del artículo 20 de la Carta fundamental que consagra la proscripción de la censura y garantiza la libertad de expresión. Según la sentencia, son los padres y el ambiente afectivo que ellos propicien con mecanismos idóneos para el uso del tiempo libre de sus hijos quienes pueden y deben dar una orientación moral sobre lo que ellos consideran valores éticos. Un niño o joven bien educado y amado es inmune a los mensajes de los medios y a la publicidad per se. Pero, sobre todo, se blinda contra las ideologías y creencias totalitarias y fanáticas, o contra el
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BERBIQUÍ consumismo o la indiferencia social, dos de las novísimas adicciones. Lo que falta por hacer en familia y temas conexos Son evidentes los cambios legislativos y socioculturales en familia, sexualidad, papel de la mujer en la familia y en la sociedad, visibilización de la problemática de las personas mayores, maltrato infantil y violencia intrafamiliar. El Estado y la sociedad, han asumido un mayor interés en la familia y los temas conexos. Además, se advierte un propósito nacional por la defensa de los derechos fundamentales de los individuos y de la familia en general. Es claro que la Constitución del 91 y sus posteriores desarrollos, han sido esenciales en ese proceso de reinvindicación histórica. No obstante, son muchos los problemas sociales y familiares que no se han resuelto y requieren políticas sociales y normas jurídicas que contribuyan a lograr la meta de la equidad. Puntualicemos algunos aspectos prioritarios: 1. En asuntos de familia, vemos cómo: a) crece el número de hogares a cuya cabeza está solamente la madre y en algunos casos el padre. A este ritmo, se cree que en el año 2025, 1 de cada 4 colombianos vivirá en hogares de un solo progenitor; 3 lo harán con la madre sola y 1 con el padre . En estos casos, los hijos menores de edad carecerán de una imagen identificatoria paterna o materna; b) se presume que con las actuales tendencias de ruptura y recomposición de matrimonios o relaciones estables de hecho, en el año 2025 una cuarta parte de las parejas casadas o unidas tendrán un hijastro o un hijo adoptivo. Esto significa que muchos más niños tendrán padrastro o madrastra; c) crece el número de mujeres solteras que asumen tener o adoptar un hijo sin que medie convivencia marital de ningún tipo; d) también aumenta el número de mujeres mayores de 40 años que asumen la maternidad tardía ( gracias al avance de la ciencia) y hombres mayores de 65 que asumen la paternidad tardía, generalmente en una segunda unión conyugal; e) la desmitificación de las relaciones prematrimoniales,
el contexto social y económico (desplazamiento, tugurización, hacinamiento, etc), la presencia del “padrastismo” en los hogares, la violencia intrafamiliar creciente y muchos otros factores, aumenta el número de madres pre y adolescentes; f) aumento del número de abuelos que asumen el papel de padres sustitutos, ante el creciente número de rupturas en la relación de pareja y madres/padres cabeza de familia. Ni las condiciones precarias en salud, pensión y educación que la mayoría de personas viejas tienen, ni las condiciones propias de la edad los convierten en padres idóneos para la crianza y socialización de las nuevas generaciones. Estas realidades exigen propuestas creativas en materia educativa y de salud pública que incluyan los apoyos psicológicos, de desarrollo comunitario y de gestión social, entre otras. 2. En cuanto al matrimonio, se prevé un aumento en la edad para contraer matrimonio o relaciones estables de convivencia; de segundas nupcias y también de personas que no se interesan ni en el matrimonio, ni en la convivencia estable. Este fenómeno ya se ha dado en sociedades desarrolladas como las europeas. Aquí tiene características especiales dado que por ejemplo, quienes contraen compromisos tardíos o deciden no contraerlos y no tener hijos, son personas que pertenecen a estratos altos y educados de la sociedad, precisamente las más capacitadas para proveer de afecto y requerimientos materiales a la prole. Sin intención de simplificar una situación tan compleja, vale la pena anotar las implicaciones sobre la seguridad social de este fenómeno. Cada vez hay menos personas cotizantes para atender el sistema de salud y pensional con tasas de promedio de vida en aumento, trabajadores con salarios bajos y alto número de beneficiarios. 3. Temas conexos como la equidad de género, la eliminación de todas las formas de discriminación (en nuestro caso específicamente la discriminación sexual en sus diversas modalidades); políticas sociales para todas las edades y géneros; legislación que despenalice el aborto en circunstancias
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA específicas y que permita la eutanasia también en condiciones de respeto a la dignidad humana, obligan a nuestros dirigentes a asumir el rescate de una política social humanística que supere la retórica en estos campos. A manera de ejemplo, sugiero un acuerdo social para que el Estado y la empresa privada modifiquen la concepción actual trabajo-familia, otorgando más valor a la segunda. Para tal efecto, el trabajo debe ser visto como el medio para mejorar la calidad de vida y no solamente como un componente de la productividad y el consumismo. Se han dado avances, como el aumento del tiempo en las licencias de maternidad y con la Ley María (licencia de maternidad compartida con el padre). Pero aún hay vacíos que la sociedad requiere llenar: permisos laborales para asistir a reuniones de padres de familia; horarios flexibles que permitan evaluación por objetivos más que por presencialidad, especialmente para padres y madres de niños menores de cinco años; jornadas parciales para que las madres puedan atender a sus hijos y devengar un salario sin sentirse “culpables” de abandono. En fin, todo lo que atañe con una política laboral que parta del convencimiento de la importancia de la madre en la tarea de socialización temprana. Las soluciones institucionales que se dan —guarderías, hogares comunitarios o las familiares, abuelos al cuidado de nietos y servicio doméstico— son, en mi concepto, paliativos importantes pero no suficientes para la magnitud de los problemas sociales que se podrían solucionar a través de una política laboral diferente y concertada. Otra opción vigente hoy en países desarrollados, es el trabajo en casa, de gran crecimiento en el país. Entre nosotros, aumentan las microempresas y famiempresas. Pero no se ha generalizado el trabajo altamente tecnificado, académico, de investigación y consultoría, que se puede desempeñar con pocas horas presenciales y alto rendimiento. La flexibilización de horarios, que permite a los padres atender sus deberes y acompañar a sus hijos en el hogar, permite un ahorro social por menor
congestión en el tránsito urbano, la contaminación ambiental, la inseguridad citadina y el desarrollo del stress con sus consecuencias en salud pública. Por supuesto, una política con esta orientación implica que los programas de vivienda de interés social se transformen para que la casa, que es “más que un techo”, permita ser de nuevo el sitio de trabajo. En general, las adecuaciones a la tecnología moderna inciden en la concepción de los servicios públicos y los accesos baratos a medios de comunicación moderna. 4. Atención a la llamada tercera edad. Aunque hace parte de los temas conexos con la familia, los destaco por su importancia humana. En la actualidad, una de cada 4 personas que trabajan deben colaborar en el sostenimiento de un pariente mayor de 55 años, ya que la mayoría de ellos carecen de pensión o ingresos para su subsistencia. En lo concreto, el cuidado de estas personas ha estado a cargo de las mujeres, parientas o no. En el futuro ¿está garantizada la seguridad social para los que siendo hoy jóvenes la tengan garantizada? Absolutamente, no. Hay, pues, un reto para diseñar y aplicar una política universal de seguridad social más allá de los pírricos logros de la Ley 100 de 1993. Pero también se requiere una reforma educativa a fondo que propenda por la autonomía económica y funcional de los viejos. Es necesario aceptar los cambios de la familia y romper con las tradiciones asociadas al cuidado de estas personas por parte de algunos miembros de la familia. La edad, por ejemplo, no debe ser motivo para discriminación laboral . Y los jubilados deben poder acceder a trabajos remunerados o no que les permitan mantenerse activos física y mentalmente. Pero, además, tampoco contratan a quien no tenga un alto nivel educativo que alcanza como mínimo a los 32 años. En otras palabras, el mercado laboral de un nivel aceptable acepta a personas entre 32 y 35 años con alto nivel educativo y experiencia comprobada. Políticas de salud para manejo de enfermedades no tradicionales en el país y típicas de sociedades con crecimiento de personas mayores de 55 años;
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BERBIQUÍ políticas de bienestar social que incluyan el deporte, el uso creativo del tiempo libre, el arte en todas sus manifestaciones, son políticas que deben proyectarse desde ya para lograr la equidad tan anhelada. Papel del Estado Para concluir este balance, debe quedar claro que el Estado debe apuntarle a una política social que tenga como Misión mirar hacia la familia y que le apueste a los valores fundamentales señalados en la Constitución Nacional. Para hacerlo, se debe reconocer que las familias colombianas tienen capacidades diferenciales para proveer adecuadamente las responsabilidades de ley. Por lo mismo, es necesario diseñar estrategias para abolir las discriminaciones socioeconómicas, aclimatar la paz e incentivar la equidad, eliminando —o al menos aminorando— las marginalidades de todo tipo, incluyendo las ocurridas por el fenómeno de los desplazamientos masivos de población. Las políticas sociales, en este momento histórico, requieren coadyuvar a la familia en el cumplimiento de funciones otrora asignadas exclusivamente a ella: educación, vivienda, salud, trabajo, formación ética e ideológica, empleo, servicios públicos, recreación, etc. Las políticas estatales de población, educación, seguridad social, derechos humanos y vivienda entre otras, así como las acciones sociales que se manifiestan en las prácticas de las instituciones jurídicas, de salud, educación y en los medios de comunicación, tienen efecto directo sobre la familia y su dinámica. Es obligación del Estado respetar el orden privado de la misma, pero sin desconocer ni evadir las responsabilidades frente a su fortalecimiento. Conclusiones El ideal del gobernante en una democracia auténtica, según entiendo, es hacer que lo culturalmente político se asimile a lo culturalmente constitucional. En este sentido, la Corte Constitucional, desde sus inicios, ha dado pasos importantes en materia de familia, como lo he reseñado.
Mis observaciones, sin embargo, me conducen a una conclusión. Si la familia es la célula madre de una sociedad; si ella es el espejo microscópico sobre el cual se reflejan el entorno y los contenidos vivenciales macros de una nación, me parece necesario que desde el poder y desde los grupos de presión se defina si la ruta adecuada es intervenir quirúrgicamente esa célula madre para posibilitar desde su interior el moldeamiento de una nueva sociedad, o si, desde otra perspectiva, lo correcto es intervenir el entorno social y económico donde se mueve la familia para que sea desde allí desde donde se haga posible el cambio estructural de la sociedad. Me explico. La jurisprudencia constitucional, hasta el momento, ha hecho de resumidero de las tendencias culturales que se han ido dando en la familia colombiana. Esa jurisprudencia, ha recogido no sólo sus desvíos sino los aciertos de esas inclinaciones culturales de las unidades familiares. Respecto de los extravíos, lo ha hecho para tratar de acoplarlos a un tipo de familia más acorde con la sociedad en proceso de construcción. Respecto de los aciertos, ha asumido una actitud estimulante para que se conserven y consoliden. Lo que se hace necesario precisar, insisto, si admitimos desde luego que entre familia y sociedad existe una determinación recíproca, es si lo urgente es introducir cambios de fondo en lo social y económico, de modo que ellos incidan en la transformación de la familia, o si, por el contrario, lo que exige atención privilegiada es el intervencionismo familiar por parte del Estado con el fin de acoplar sus valores a los referentes democráticos sobre los que se pretende construir cada día una sociedad mejor. Mi tesis es que los mecanismos orientados a recomponer la familia en Colombia, no pueden utilizarse en abstracto para esos fines. Por mucho que los científicos sociales y los legisladores hagan esfuerzos por intervenirla para remozarla o reorientarla, de todas formas será el entorno social y económico el que habrá de determinar sus contornos y sus contenidos.
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA Una sociedad descompuesta, no puede dar lugar a otra cosa que a una familia descompuesta. Y, a la inversa: una familia descompuesta, sólo puede engendrar, al extenderse, una sociedad injusta. Ese dilema, antes de cualquier acción política o social, debe ser resuelto. De lo contrario, seguiremos dándole vueltas y revueltas, en círculo infernal, a las grandes soluciones. Las tipologías familiares en Colombia, como vimos, son diversas. No hay, pues, en la base de esta sociedad, un soporte familiar único. Por tanto, si la familia es la célula primaria de la sociedad, es preciso admitir que Colombia no es un país en el sentido tradicional del término. No lo es, digo, porque de lo que de ella reflejan las diversas tipologías familiares, es una imagen resquebrajada, carente de un perfil definido. Y si esa imagen es difusa, chinesca, eso significa que no hay, de verdad, una nación con propósitos claros y fundamentos sólidos. Lo que hay es una montonera. Un mazacote montado sobre una falsa simbología y una legislación caótica nacidas de una base social y económica corroída por la anomia. En estas condiciones, para construir nación, habría que definir la clase de célula primaria sobre la cual queremos que ella se asiente. O, al contrario: para construir una familia, habría que establecer cuál es la clase de nación que más se aviene con ese tipo de familia y proceder a edificarla. Cualquiera de estos dos caminos que se tome, darían lugar a la consolidación de un verdadero país. A mí me parece que la Corte Constitucional, mediante sus actos de convalidación y de reproche de ciertas y determinadas formas sociales y culturales, está tratando de dar elementos para que, sobre la base de una tipología familiar múltiple, se edifique una sociedad pluralista, es decir, una organización en la que quepan, sin distingos ni exclusiones, todas las manifestaciones humanas. Hasta qué punto, me pregunto, una sociedad de esta clase, un país en el verdadero sentido del término, tiene futuro por esta vía. Mi respuesta es
que, si procedemos con mentalidad liberal, a ese caos social que subyace hoy puede dársele, ciertamente, por esa vía, el perfil de un caos organizado. Por ese sendero, sin duda, puede construirse un país de mil rostros. Puede, incluso, forjarse una nación con un fundamento múltiple. Pero lo que no creo es que esa falta de individualidad básica pueda conducir a un destino único. Mi conclusión, entonces, se orienta a pedirles a los organismos de poder y a las fuerzas políticas, para no seguir en el sinsentido sempiterno, que se esfuercen más en tratar de modificar el entorno social y económico en que se hallan inmersos los diversos tipos de familia y menos en tratar de acomodar, a modo de un emplasto, esas tipologías familiares a un medio social anarquizado y carente de unos propósitos comunes. Si mi observación no los satisface, les propongo reconocer que este es un país de regiones —un país sin personalidad— y, una vez hecho esto, los invito a decidirse por hacer de cada región, de cada añico de esta formación social, un país autónomo, fundado en su propia y unitaria célula familiar, sus propios valores y sus propios propósitos comunes. Quizás de esta forma, superados los patrioterismos artificiales que tanto daño nos han hecho a lo largo de la historia, podamos romper el cuello de botella en que nos hallamos. Referencias bibliográficas De Virginia Gutiérrez de Pineda (1962). La familia en Colombia. Estudio Antropológico. Centro de Investigaciones Sociales, Serie Socioeconómica No. 7. BogotáFriburgo . (Suiza) CIS-FARES (1963). La familia en Colombia. Transfondo histórico. Serie Latinoamericana. Bogotá, Facultad de Sociología, Universidad Nacional de Colombia. (1968). Familia y Cultura en Colombia: tipologías, funciones y dinámica de la familia, manifestaciones múltiples a través del mosaico cultural y sus estructuras sociales. Bogotá, Facultad de Sociología, Universidad Nacional de Colombia-Tercer Mundo Editores. (1988). Honor, familia y sociedad en la estructura patriarcal. El caso de Santander. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia. Coautora: Patricia Vila de Pineda.
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BERBIQUÍ Artículos
Maestras y Maestros. Universidad Nacional. Bogotá 2003.
(1985) “ La mujer latinoamericana en la educación, el trabajo y la ley” Washington, Oficina Sanitaria Panamericana.
“Perspectivas de la Familia Colombiana: Una Mirada Antropológica”. Maguaré Revista del Departamento de Antropología. Universidad Nacional # 15-16. Bogotá, 2002, pp24-38
(1986 a) “ La familia de hecho en Colombia: constitución, características y consecuencias socio-jurídicas” Boletín Museo de Oro 15:56-57. Bogotá, Banco de la República. (1986 b). “ Trabajo femenino y familia”. Boletín Museo del Oro. 16: 31-39. Bogotá, Banco de la República. (1997). “ Ética y familia en situaciones de cambio”. En GAVIRIA C, et al. Etica para una nueva sociedad. Medellín, Secretaría de Educación y Cultura de Medellín. pp. 125-159. (1999 a). “ La dotación cualitativa de los géneros para su statusfunción” En Nómadas. 11: 148-163. Santafé de Bogotá, Fundación Universidad Central. (1999 b). “ La mujer moderna”. Noticias Antropológicas. (número especial): 1-2. Bogotá, Sociedad Colombiana de Antropología.
“Familia y Política Social en la Década de los 90”. Berbiquí, Revista del Colegio de Jueces y Fiscales de Antioquia # 3, Medellín, junio de 1995. “Reflexiones Sobre el Papel del Estado Frente a la Familia Colombiana de Fin de Siglo”. Berbiquí, Revista de Jueces y Fiscales de Antioquia #1, Medellín, julio de 1994. “Familia y Vejez. Realidad y Perspectivas”. Bogotá, Tercer Mundo, junio de 1994 “Derechos Humanos de los Viejos en Colombia”. Memorias Congreso Nacional de Antropología. Publicado por Universidad de los Andes y el ICAN, Bogotá, abril de 1994. “Mujer y Familia en Colombia”. Cuadernos de Antropología # 3 1985.
De Ligia Echeverri Ángel de Ferrufino La Familia Ante la Ley. Editorial Universidad Nacional, Bogotá, 1982.
De Carlos Gaviria Díaz
Antropología y Familia. Editorial Tercer Mundo. Bogotá, 1985.
Sentencias C-410 de 1994., C-371 de 2000, T-321 de 1993, C-404 de 1998,C-371 de 1994.
Ver Gaceta Constitucional www.minjusticia.gov.co
“La Familia Colombiana del Futuro”. Cuadernos de Sociología. Serie
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¿Es verdaderamente una jurisdicción la jurisdicción especial indígena en Colombia? John Jairo Botero Mesa
1. Breve reseña histórica Actualmente en Colombia hay 621.185 indígenas, 545 resguardos, 83 pueblos indígenas o etnias, 64 lenguas pertenecientes a 22 familias lingüísticas, además de las comunidades negras localizadas en su mayoría en la Costa Pacífica y las comunidades raizales que viven en el territorio insular de San Andrés y Providencia. En vista de esta diversidad étnica, el Estado ha emprendido acciones tendientes a la conservación de las diferentes culturas. Hablan 64 idiomas diferentes; estos pueblos cuentan con poblaciones que en ocasiones sobrepasan los 1. Convención Americana de Derechos Humanos, suscrita en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1.969. El Pacto Internacional de derechos Civiles y Políticos, adoptado por la Ley 74 de 1.968. Convención internacional sobre la eliminación de todas formas de discriminación racial de 1.965, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas y reincorporada a nuestro ordenamiento jurídico mediante la ley 22 de 1.981. Convenio No. 169 de la O.I.T. de 1.989, adoptado por Colombia con la ley 21 de 1.991.
doscientos mil individuos (Wayúu y Paeces) o que apenas alcanzan los trescientos, como sucede en la Amazonía. Mantienen cosmovisiones, sistemas de parentesco, de control y regulación social propios. Como desarrollo de este principio general se desprende el reconocimiento de sus derechos en el ámbito constitucional, cuyo marco general son los principios de reconocimiento y no-discriminación contenidos en los artículos 7 y 70 de la Constitución Nacional. Pero este desarrollo legislativo del constituyente del 91 no obedeció a los deseos de aquellos de proteger la identidad cultural Nacional; sólo obedece a que debían cumplir con claras disposiciones de carácter internacional que obligaban a ello.1 Pese a su consagración normativa, es poco lo que se ha hecho tratando de cumplir realmente con los objetivos propuestos por esta normatividad internacional. El convenio No. 169, celebrado entre la Organización Internacional del Trabajo y el Gobierno Colombiano, que fuera incorporado a
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BERBIQUÍ la legislación interna mediante la Ley 21 de 1991, en sus artículos 8 a 12, plasma la validez y legitimidad del derecho consuetudinario, siempre que no sea incompatible con el sistema jurídico nacional y con los derechos humanos internacionalmente reconocidos por Colombia. En tal sentido se ha pronunciado la Corte Constitucional, cuando ha estudiado las diversas tutelas que por vía de la revisión ha conocido, donde se encuentran involucrados supuestamente derechos fundamentales de los indígenas, que de alguna manera están siendo procesados por la comisión de algún delito de parte de los aplicadores de justicia en la jurisdicción ordinaria. 2. Derechos de los pueblos indígenas El Estado Colombiano reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación Colombiana (art. 7 de la Constitución Nacional), a la vez que reconoce la igualdad y la dignidad de todas las culturas que conviven en el país (art. 70 ibídem), como forma de proteger los derechos de las minorías y de los grupos étnicos. Es así como a éstos se les reconocen los siguientes derechos: 1. Derecho a la comunicación en su propia lengua o dialecto, pese a que en la misma Constitución Nacional, se establece que el idioma oficial del país es el castellano. 2. Derechos culturales: tienen derecho a que se le respete y desarrolle su identidad cultural, de manera que la educación que se les imparta a los indígenas, fundamentalmente rescate sus valores culturales. 3. Nacionalidad: los indígenas, así sus resguardos compartan territorios con otros países, se consideran ciudadanos colombianos. 4. Libertad de conciencia: se les permite mantener su propio sistema de creencias religiosas sin que pueda obligárseles a adoptar prácticas espirituales distintas a las suyas.
5. Recursos naturales: todo asunto que verse sobre la explotación de los recursos naturales en los territorios indígenas, debe contar con la participación de los representantes de las respectivas comunidades, para evitar el desmedro de la integridad cultural, social y económica de los pueblos indígenas. 6. Derecho a la propiedad: se elevó a rango constitucional la protección que se daba a los territorios indígenas al establecerse en el art. 320 de la Constitución Nacional que los resguardos son propiedad colectiva y no enajenables; es decir que la propiedad de dichos territorios está en cabeza del resguardo mismo, y que no se pueden vender, embargar, enajenar, ni perder por el paso del tiempo. 7. Derecho a la autonomía: con la posibilidad de creación de las entidades territoriales indígenas, ETIS, se amplía la autonomía de las comunidades indígenas y se abre paso al gobierno propio, pues dichas entidades tendrán funciones específicas, recursos propios y transferencias de la Nación (Art. 286 y 287 C.N.). 8. Derecho a la representación política: la población indígena tiene como mínimo derecho a dos curules en el Senado de la República, en virtud de la circunscripción Especial Indígena (art. 171). De igual manera existe una circunscripción especial para asegurar su participación de hasta cinco (5) curules en la Cámara de Representantes para los grupos étnicos, las minorías políticas y los colombianos residentes en el exterior. 9. Derecho a recibir recursos financieros: el art. 287 de la Constitución Nacional, establece que en virtud de la autonomía de las entidades territoriales, éstas tienen derecho, entre otros, a administrar los recursos y establecer los tributos necesarios para el cumplimiento de sus funciones. 10. Derecho a la propia Jurisdicción: la Constitución Nacional del año de 1.991, establece que los conflictos, delitos y faltas que cometan los indígenas dentro del territorio nacional deben ser
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA juzgados y castigados por sus propias autoridades según las costumbres que tengan. Así lo dispone el art. 246 de la C.N. al establecer que las autoridades de los pueblos indígenas pueden ejercer funciones jurisdiccionales en su territorio, creándose la jurisdicción especial indígena indígena. La ley deberá establecer la forma de coordinación de esta jurisdicción especial en el sistema jurídico del país. Actualmente se evidencia mucho desconocimiento o incomprensión por parte de la justicia ordinaria de lo que constituye para las diversas culturas indígenas sus usos y costumbres, justicia indígena, tradición oral, decisiones colectivas y control social interno; pues es imposible exigirle a estas etnias una codificación escrita como la nuestra. 3. Elementos que determinan la jurisdicción indígena La Corte Constitucional, en sentencia C – 139 del 9 de abril de 1996, al respecto señaló que: “ Los cuatro elementos centrales de la jurisdicción indígena en nuestro ordenamiento constitucional son: La posibilidad de que existan autoridades judiciales propias para los pueblos indígenas, la potestad de éstos de establecer normas y procedimientos propios, la sujeción de dichas jurisdicciones y normas a la Constitución y a la Ley, y la competencia del legislador para señalar la forma de coordinación de la jurisdicción indígena con el sistema judicial nacional. Los dos primeros elementos conforman el núcleo de autonomía otorgado a las comunidades indígenas —que se extiende no sólo al ámbito jurisdiccional sino también al legislativo, en cuanto incluye la posibilidad de creación de normas y procedimientos—, mientras que los dos segundos constituyen los mecanismos de integración de los ordenamientos jurídicos indígenas dentro del contexto del ordenamiento nacional.” 4. Poderes de la jurisdicción ordinaria Los poderes que emanan de la jurisdicción son los siguientes:
a. P o d er d ium Po dee d deecisión o Potestas iudic iudicium ium.. Por medio de él se dirime con fuerza obligatoria la controversia, o sea, hace o niega la declaración solicitada, o se resuelve sobre si existe o no delito de parte de una persona y la responsabilidad que por tal hecho le corresponde. o a c ción o Po t estas b. P o der d o erción o cco Po dee cco Imperium: mediante él se procuran los elementos necesarios para la decisión judicial, bien sea en forma oficiosa o a solicitud de interesado. En virtud de este principio las decisiones judiciales se vuelven coercibles o ejecutables. ig nta ción, in o de r d o cume c. P estig igaa ción o dee d do cumenta ntación, invvest Po inst nta ción o P nst instrr ume umenta ntación Pootestas IInst nstrr uc uctt io io:: implica la facultad de decretar y practicar pruebas, ya sea a solicitud de parte u oficiosamente. d. P o d er d je cución o Potestas E xecut io Po dee eeje jecución Execut xecutio io.. Se relaciona con el de coerción, tiene como finalidad la de imponer aun por la fuerza la decisión judicial tomada. 5. La jurisdicción especial indígena El art. 246 de la Constitución Nacional, en ninguno de sus apartes condiciona a las autoridades indígenas a que para poder ejercer funciones jurisdiccionales tengan que demostrar experiencia en juzgamientos o tengan que codificar por escrito sus usos o costumbres, cuya esencia, es la oralidad a través de todos los siglos de su existencia. Como es bien sabido, estas comunidades indígenas, desde hace siglos, vienen soportando la imposición española de los “cabildos”, donde se encuadran los consejos de conciliación y de justicia indígena, que los indígenas utilizan desde la época de su colonización. Pese a ser una norma impuesta bajo estados de barbarie y de exterminio, ella se mantiene y es permanentemente utilizada por aquellos para el juzgamiento de las faltas leves o graves que cometen sus propios miembros. Dentro de las más de ochenta (80) etnias o agrupaciones indígenas con las que cuenta nuestro país, es bien sabido, que la única etnia indígena
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BERBIQUÍ colombiana que ha podido avanzar en una propia constituyente o mejor en el establecimiento de una normatividad expresa y escrita, es la etnia de los Embera, que tiene su resguardo en el Municipio de Jardín (Antioquia), la cual acoge el sistema de la oralidad. En las demás etnias indígenas ha sido imposible que tengan una codificación escrita sobre las faltas y sobre el procedimiento a seguir en tales casos de juzgamientos de sus pares. En la mencionada normatividad de los Embera se consagran aspectos tales como: la competencia de la jurisdicción, los delitos, las penas y la forma de purgarlas y en su capítulo 4° se establece que la competencia de la justicia Kapuria y los consensos con el cabildo Embera, para conocer de hechos delictivos ocurridos en su territorio indígena, si los implicados son indígenas, es de ellos, a través del Consejo de Conciliación y de Justicia de su resguardo de Cristianía. En reunión sostenida por las autoridades de esa etnia, con representantes del Consejo Superior de la Judicatura, funcionarios de la Rama Judicial y del Ministerio Público, celebrada en el Municipio de Jardín (Antioquia) el 19 de agosto de 1.998, llegaron a las siguientes conclusiones: 1. Los hechos ocurridos en territorio indígena entre personas indígenas son de competencia de la comunidad de Cristianía, según sus normas y procedimientos. 2. La comunidad, sin embargo, tiene la facultad de enviar estos casos a la justicia ordinaria cuando lo considere necesario, previa consulta popular. 3. Si la comunidad impone detención preventiva, o sanciona con cárcel, ésta debe cumplirse en los establecimientos de Andes y de Jardín (Antioquia), para lo cual debe solicitarse la colaboración del Inpec y de la Alcaldía respectiva. 4. Las sanciones de cárcel inferiores a tres meses se cumplirán en el establecimiento carcelario de
2. Corte Constitucional, Sentencia C-139 de 1996.
Jardín, y las mayores de tres meses en la cárcel de Andes. Las autoridades indígenas tienen el mismo rango constitucional de las autoridades ordinarias en Colombia. No se les puede desconocer ese carácter especial y único que la misma Constitución Nacional les otorga en el juzgamiento de sus pares. Las decisiones tomadas por las autoridades indígenas finalmente adquieren el carácter de cosa juzgada juzgada, como ocurre con las decisiones de las autoridades jurisdiccionales ordinarias. La autoridad judicial ordinaria solo puede ejercer, en un asunto que es de competencia de la jurisdicción especial indígena, cuando la autoridad indígena renuncia a ejercer la función jurisdiccional. Por ello la Corte Constitucional2 se refirió al tema y señaló: En una sociedad como la colombiana, en la que existen 81 pueblos indígenas, muchos de ellos conocidos sólo por especialistas, cuyos sistemas jurídicos pueden ser clasificados en 22 grupos, resulta aventurado establecer reglas generales que diriman el conflicto entre diversidad y unidad. Si bien el legislador tiene competencia para establecer las directivas de coordinación entre el sistema judicial indígena y el nacional, la eficacia del derecho a la diversidad étnica y cultural y el valor del pluralismo pueden ser logrados satisfactoriamente sólo si se permite un amplio espacio de libertad a las comunidades indígenas, y se deja el establecimiento de límites a la autonomía de éstas a mecanismos de solución de conflictos específicos.
En reiteradas oportunidades esta alta Corte ha reconocido la existencia y primacía de la jurisdicción especial indígena; por ejemplo en la sentencia T-523 de 1.997, en algunos de sus apartes expresó: El reconocimiento constitucional a la diversidad étnica y cultural responde a una nueva visión del Estado, en la que ya no se concibe a la persona humana como un individuo en abstracto, sino como un sujeto con características particulares, que reivindica para sí su propia conciencia ética. Valores como la tolerancia y el respeto por lo diferente, se convierten en imperativos dentro de una sociedad que se fortalece en la diversidad, en el reconocimiento de que en su interior cada individuo es un sujeto único y singular, que puede hacer posible su propio proyecto de vida...
Ahora bien, respecto a este Derecho constitucional otorgado a las minorías étnicas y culturales,
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA como lo son los indígenas, la Corte Constitucional3 fue muy clara en señalar cuáles limitaciones se presentan al mismo, pues su ejercicio jamás puede desconocer la existencia de preceptos constitucionales o legales. Tratadistas de la importancia del profesor Asdrúbal Plaza Calvo,4 han sido muy claros respecto a la forma como las autoridades ordinarias de todo orden en el país han desconocido la existencia de la jurisdicción especial indígena, por ello ha manifestado que (...) desde el punto de vista de la antropología jurídica, se observa el ataque velado y certero a la diversidad étnica y cultural, el rechazo a la capacidad de las autoridades indígenas para juzgar a sus propios comuneros conforme a sus normas de control social interno, el desconocimiento al debido proceso indígena, que es diferente al occidental. Desde el punto de vista político, el desconocimiento y negativa a reconocer un ejercicio de funciones jurisdiccionales especiales, conlleva la idea de territorio dentro del cual se va a juzgar, lo que a su vez implica un ataque a la autonomía de los pueblos indígenas, a sus formas colectivas de trabajo y por ende a sus gobiernos colectivos.
el efecto, no sean “contrarios a la Constitución y las Leyes de la República”, razón ésta por la cual el constituyente dejó al legislador el establecer, con posterioridad “las formas de coordinación de esta jurisdicción con el sistema judicial nacional.”5 6. Aplicabilidad absoluta de la jurisdicción especial indígena a todos los casos Pese al trato que se le da a las autoridades indígenas bajo la nueva constitución política de Colombia, ese fuero especial indígena no es absoluto; esto es, el ejercicio del poder que emana de tal jurisdicción no es absoluto; está seriamente limitado a casos especiales, pues no en todas las circunstancias en las cuales esté involucrado un indígena en la comisión de una conducta punible, se puede sostener que debe ser investigado y juzgado bajo tal jurisdicción. La Corte Constitucional en sentencia de Tutela T- 496 de 1.996, al respecto en uno de sus apartes precisó: Sin embargo, esto no significa que siempre que esté involucrado un aborigen en una conducta reprochable, la jurisdicción indígena es competente para conocer del hecho. El fuero indígena tiene límites, que se concretarán dependiendo de las circunstancias de cada caso. Por ahora debemos señalar, que en la noción de fuero indígena se conjugan dos elementos: uno de carácter personal, con el que se pretende señalar que el individuo debe ser juzgado de acuerdo a las normas y las autoridades de su propia comunidad, y uno de carácter geográfico, que permite que cada comunidad pueda juzgar las conductas que tengan ocurrencia dentro de su territorio, de acuerdo con sus propias normas.
Si bien es cierto se debe reconocer y respetar la existencia en Colombia de esa especial jurisdicción indígena, también lo es que ella debe cumplir con dos condiciones fundamentales para su plena operatividad o funcionamiento, a saber: la primera, que dichas funciones se ejerzan en el ámbito territorial de la respectiva comunidad; y la segunda, que las normas y procedimientos que se utilicen para
3. “...La Carta parte de la regla general del respeto a la diversidad étnica y cultural (artículo 7), pero establece la limitación de ésta cuando su ejercicio implica el desconocimiento de preceptos constitucionales (artículos 246 y 330). Sin embargo no cualquier precepto constitucional o legal prevalece sobre la diversidad étnica y cultural, por cuanto ésta también tiene el carácter de principio constitucional: para que una limitación a dicha diversidad esté justificada constitucionalmente, es necesario que se funde en un principio constitucional de un valor superior al de la diversidad étnica y cultural.” 4. Título “Jurisdicción Especial Indígena: Competencia”. Ponencia. Profesor de la Universidad Libre de Bogotá. 5. Sentencia T- 344/98. Corte Constitucional.
De allí que se debe resaltar el fenómeno que se presenta con los indígenas de todo el continente americano, que debido al comercio transnacional que ejercen de sus productos —especialmente de tejidos de lana, confecciones y brebajes—, son personas que ya no están bajo la protección de éste, que podría llamarse de alguna manera “fuero indígena”, pues su identidad cultural ya está seriamente contaminada con las culturas extrañas a la suya y los delitos que estos cometen los llevan a cabo en territorios ajenos a sus resguardos indígenas.
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BERBIQUÍ Por ello no en todos los casos en que un indígena realice una conducta punible, se puede afirmar tajantemente que el conocimiento de su infracción penal le debe corresponder a las autoridades de su etnia. 7. La jurisdicción indígena y los poderes de la jurisdicción El maestro Carnelutti6 sostiene que: La jurisdicción es una potestad que pertenece al juez y no al Estado, el juez es desde luego un órgano del Estado; del mismo modo decimos que la vista es una función del ojo y no del cuerpo animal; no se puede atribuir la jurisdicción al Estado ni la vista al cuerpo, porque la jurisdicción, como la vista, es función diferenciada, y por eso parcial, y sería una incoherencia lógica atribuir la función de la parte al todo.
En contraposición, el maestro Hernando Devis Echandía, sostiene que el Estado se encuentra facultado, como una emanación de su soberanía, a rechazar el uso de la administración de justicia por los particulares, lo que representa una abierta negación de fenómenos culturales y sociales de gran importancia como por ejemplo la justicia indígena que se imparte en los Consejos de Conciliación y de Justicia de los cabildos. Existe un límite constitucional explícito al ejercicio de la potestad punitiva por parte de la autoridad de los pueblos indígenas y es la prohibición de imponer penas de destierro, prisión perpetua y confiscación, entendidas en la forma como lo entendemos nosotros en nuestra cultura occidental. Pues es bien sabido cómo por ejemplo en algunos de nuestros pueblos indígenas, como penas principales por la realización de una conducta punible por parte de un miembro de una de estas etnias, puede la comunidad llevar a juicio a esa persona y que sea el Consejo de Conciliación y de Justicia quien le imponga cualquiera de esas tres
6. Carnelutti. Derecho procesal Civil y Penal. II. Derecho Procesal penal. Ediciones jurídicas. Europa- América. 1971. Pág. 63.
sanciones, las cuales deben entenderse e interpretarse según los usos y costumbres de ellos mismos. Es así como para ellos, lo que ha aceptado nuestra Corte Constitucional en varias de sus decisiones de tutela, que el destierro no es la salida definitiva del territorio Nacional o de las fronteras del mismo, se debe entender como la obligación que le asiste al sentenciado de abandonar los territorios o mejor los límites del territorio del resguardo indígena de su comunidad, pero perfectamente puede permanecer en el resto del territorio nacional. De igual manera se ha respetado y se ha aceptado que cuando se impone la pena del destierro, implícitamente sé esta dando una especie de prisión perpetua para el indígena hallado culpable de un delito, toda vez que para ellos es de suma y de vital importancia la permanencia en su territorio, toda vez que consideran a la Tierra como su propia madre. Es más, ha dicho la Corte una interpretación de una costumbre moral de pertenencia a un territorio determinado, mas no debe mirarse como la confinación o privación de la libertad física de la persona de manera permanente y perpetua. Ahora bien, existe también la confiscación de los bienes del agresor, lo que es determinado por el mencionado Consejo de Conciliación y de Justicia y los bienes que pierde el procesado pasan a ser parte de la misma comunidad o como parte de la indemnización de los perjuicios que aquel debe al ofendido o a su familia, algo bastante común por ejemplo entre los indígenas de la alta Guajira y los Guambianos de Silvia (Cauca). El derecho fundamental al debido proceso, constituye un límite jurídico–material de la jurisdicción especial que ejercen las autoridades indígenas en sus resguardos (CP Art. 246). Cualquiera que sea el contenido de las disposiciones jurídicas internas de esas comunidades indígenas, éstas deben respetar los derechos y principios contenidos en le núcleo esencial del derecho consagrado en el Art. 29 de la Carta. El desconocimiento del mínimo de garantías
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA constitucionales para el juzgamiento y sanción a una persona, equivale a vulnerar el derecho fundamental al debido proceso. 7 Ahora bien, frente a los cuatro elementos estructurales de la jurisdicción, puede afirmarse que efectivamente concurren dentro de los mecanismos de aplicación de justicia que los pueblos indígenas desarrollan en sus propios territorios. Algunos con un mayor desarrollo que otros; pero, de todos modos, en los Consejos de Conciliación y de justicia, que están inmersos dentro de la organización de los cabildos indígenas, las autoridades de cada resguardo, llevan a sus compañeros a juicios en materia penal o civil, juzgamientos siempre realizados en forma oral y escuchando a las partes involucradas; por tanto podríamos afirmar que se respetan los derechos constitucionales y fundamentales mínimos de cada procesado. En desarrollo de esos Consejos, el procesado puede ejercer perfectamente su derecho de defensa ante la acusación que, por intermedio de los vicegobernadores de su comunidad, le ha hecho su comunidad. Luego de un juicio eminentemente oral, aquel es absuelto o sancionado, bien sea penal o civil; y recibe, como castigo, la obligación de pagar los perjuicios ocasionados con el delito, a recibir una pena principal como la de prisión, que existe en nuestra normatividad, castigos físicos y, aún más, puede ser desalojado del territorio del resguardo. Las decisiones allí tomadas pueden ser ejecutadas en forma coercitiva por las respectivas autoridades naturales del resguardo como son los alguaciles o policías y aun por la misma comunidad. Entendidas así las cosas considero que efectivamente la jurisdicción especial indígena es una verdadera jurisdicción que debe seguir gozando del pleno respaldo del legislativo y del Gobierno Colombiano, como una verdadera forma de respetar la diversidad étnica y cultural de los 7. SÁNCHEZ BOTERO, Esther. Justicia y Pueblos Indígenas. UNIJUS. 1.998. Pág. 221.
pueblos. Es más, deberíamos aprender de ella, pues es un claro ejemplo de justicia restaurativa, tan de moda en estos momentos que se ha establecido el sistema acusatorio en el proceso penal colombiano. Desde la perspectiva de la antropología legal contemporánea, las nociones incorporadas en la Constitución de 1991 sobre jurisdicción especial indígena y derecho consuetudinario, deberán interpretarse de manera dinámica, como un sistema de normas y métodos culturales en permanente reelaboración y cambio frente a los diversos retos de la interacción con la sociedad Colombiana. La vigencia y legitimidad del derecho consuetudinario aplicado por nuestros indígenas se explica gracias a su carácter flexible, el cual permite incorporar nuevos sentidos y formas a las prácticas tradicionales de dichos pueblos. La institucionalización de la jurisdicción indígena y el reconocimiento al derecho consuetudinario no debe conllevar la idea de restaurar alguna noción artificial y amañada de autonomía legal de los pueblos indígenas, sino que debe servir como fundamento para -- en el nuevo sistema acusatorio un claro ejemplo del modelo de la jurisdicción especial indígena? Concluir que efectivamente sí existe la Jurisdicción Especial Indígena en Colombia, que ella debe ser respetada y acatada por todos y fundamentalmente demostrar que muchos de los mecanismos que trae la justicia restaurativa, de reciente creación, ya los traían desde hace más de quinientos años, nuestros pueblos aborígenes. Como es bien sabido, por reciente reforma que se le hiciera a nuestra Constitución Nacional, el sistema de administración de justicia en materia penal que debe operar de manera total el 1 de enero del año 2.008, es el sistema acusatorio, bien conocido en el ámbito mundial y que fuera recomendado por Naciones Unidas, al considerarse que si no es el más perfecto sistema de administración de justicia, sí es uno de los mejores.
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BERBIQUÍ En este sistema, al igual que en la justicia indígena, el principio fundamental es el de la oralidad, esto es, que los juicios deberán ser breves, sumarios, orales y de gran concentración, sin dilaciones injustificadas de ninguna índole. Siempre se ha sostenido que justicia lenta no es justicia y es ello precisamente lo que se pretende con la implantación de este nuevo sistema en nuestro ordenamiento jurídico. Este sistema acusatorio se caracteriza fundamentalmente por el establecimiento de la llamada justicia restaurativa, que es un nuevo movimiento en el campo de la victimología y de la criminología, donde se reconoce que el delito causa daños a las personas y a las comunidades, se insiste en que la justicia debe buscar reparar esos daños y que a las partes se les debe permitir su participación en ese proceso. Los programas de la justicia restaurativa, por tanto, habilitan a la víctima, al infractor y a los miembros afectados de la comunidad para que estén directamente involucrados en la solución alternativa del conflicto que genera el delito. La justicia restaurativa es pues,
un proceso donde las partes con riesgo en una conducta punible específica resuelven colectivamente el cómo tratar las consecuencias del delito y sus implicaciones para el futuro. Es eso precisamente lo que hacen nuestro indígenas, pues el ejercicio de la acción penal, casi siempre, lo ejerce la comunidad en pleno o la propia víctima, quien presenta al agresor ante la comunidad, quien lo aprehende, lo lleva ante el Consejo de Conciliación y de justicia, se le adelanta el juicio en forma oral y pública, respetándole sus derechos fundamentales al debido proceso (y de defensa) y donde finalmente es la propia comunidad la que toma la decisión definitiva del caso al hallarlo culpable o inocente de los cargos. En caso de encontrarlo penalmente responsable le impone su castigo, y como dato importante a tener en cuenta, casi siempre se le impone la obligación de llevar a cabo trabajos a favor de la propia víctima o de la familia de aquel, o realizar trabajo comunitario, como una clara muestra de reparación de los perjuicios que ha ocasionado con la conducta punible.
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El desfacedor Saúl Álvarez Lara
...pero debes tener en cuenta que también estarán presentes gentes con otros nombres, gentes a quienes nos unen alianzas, matrimonios o concubinatos a través de los años como, los González, los T uta, vvar ar ios Tu arios Chávez, un Quijano, ot anza, algunos otrro P Panza, Jaramillo, los Castrillón y otros más venidos de todas partes,...
Primer día Eres el último y por lo tanto el primero, anunció Alonso cuando lo escuchó llegar. Después de unos momentos de silencio, muy despacio, palabra por palabra, como si el tiempo no existiera continuó, serás acogido por la logia familiar, ya lo sabes, los Recio originales. A mi muerte serás el único descendiente directo vivo, pero debes tener en cuenta que también estarán presentes gentes con otros nombres, gentes a quienes nos unen alianzas, matrimonios o concubinatos a través de los años como, los González, los Tuta, varios Chávez, un Quijano, otro Panza, algunos Jaramillo, los Castrillón y otros más venidos de todas partes,
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incluso un O’Reilly, irlandés de cepa; un Thameur árabe del Magreb y hasta un judío de nombre Shaul está involucrado con nosotros. Marco, dijo Alonso sin preguntarse siquiera si era él o no, eres Desfacedor por naturaleza, son tus genes, así somos los Recio. Desfacedor quinto para más señas. Lo de quinto, nunca lo he tenido claro, pues serás el único en toda la ínsula. ¿O será, se preguntó el tío entre las almohadas y cojines de la cama donde iba a morir, que esto del numeral significa que no hay quinto malo, como dicen en estas tierras? Con el paso de las palabras el tono de su voz reafirmó la condición del moribundo que deja su propia pregunta sin
BERBIQUÍ respuesta. Ser desfacedor, por si no lo sabes, murmuró mirando más allá de la ventana y de las hojas gigantes de la platanera, no es cosa fácil; hasta donde te encuentres llegarán reclamos, pendencierías y cuentos; conspiraciones y conjuras para que desfagas. Todo indicio, en esta profesión, puede ser..., dudó y se corrigió, es parte de un complot. Siempre supe por qué, el alma de cántaro de tu padre prefirió desaparecer antes de afrontar su responsabilidad, y sabiendo lo que eso significaba acepté por sustracción, por poder, como dirían los leguleyos de estas ínsulas cuando no hay con quien. Ahora que voy a morir llegó tu turno, te tocó y contra eso no hay palabras, ni menjurjes, ni pócimas. Desde cuando el primer antepasado conocido llegó a Barataria comisionado para ejercer como gobernador, pero, cargado con las mismas funciones de quienes lo hemos sucedido, impartimos coscorrones, dichas, venturas y aventuras; pero hemos cambiado, aprendimos a contar y recontar historias, los tiempos ya no son los mismos, ahora sabemos y no olvidamos que lo vivido se repite, de una manera u otra, pero se repite. Así es, así será y no hay razón alguna para quejarnos de nuestra suerte, ¿O sí? preguntó otra vez al aire mientras miraba por la ventana más allá de Marco que lo escuchaba sin mover un dedo.
Han pasado, día por día, más de algunos cientos de años. Del incidente de aquella mujer que queriendo pasar por santa, quiso hacer creer que un hombre había robado por la fuerza su virginidad guardada por más de veintitrés años de los ataques de moros y cristianos, y luego de que el antepasado hubiese ordenado al agresor entregar a la dama una gratificación en ducados, y ella se demostró capaz de cuidar la dicha recompensa aun a fuerza de golpes y estrujones, no quedó duda alguna frente a todos los presentes, que no eran pocos ese día ya que estaba estrenando el cargo de gobernador de la ínsula, de que si para cuidar el tesoro entre sus piernas, hubiese puesto el mismo empeño que para cuidar el oro, otro gallo habría cantado. Te lo cuento en mis palabras, continuó Alonso sin quitar los ojos de los árboles y los techos más allá de la ventana, aunque es de imaginar que esta historia viene de boca en oreja desde hace tantos años como nuestra existencia, y para decirte mejor, quiero que sepas que cada vez que me he escuchado contarla, lo he hecho distinto; unas veces le agrego personajes, otras, aparece un moro que defiende a la doncella, pero ella termina echándolo a garrotazos con la ayuda del supuesto violador que no era otro que un cristiano en busca de la perfección divina; otras
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...no quedó duda alguna frente a todos los presentes, que no eran pocos ese día ya que estaba estrenando el cargo de gobernador de la ínsula, de que si para cuidar el tesoro entre sus piernas, hubiese puesto el mismo empeño que para cuidar el oro, otro gallo habría cantado.
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...y aún después de que la Barataria original que dar rás y P anza uedar daraa at atrás Panza y Recio nunca más se o vol Peedr ierr an a vveer, P dro olvv ie convertido en su principal seguidor se fue por el mundo llevando la virtud ganada de este encuentro, que él mismo, después de abandonar la medicina, convirtió en profesión, “D esfa “Desfa esfacce dor omo de eent nt ue ntue uerr tos os””, y cco siempre era el primero o por lo menos el único, pues a donde llegaba no había quien lo igualara en agilidad para deducir y solucionar complotes, conjuras, cábalas, ontar cab ild ntar,, cabild ildeeos, o cco descontar y recontar anécdotas
veces, no es el viajero quien la ataca, sino el moro quien ayuda al violador, y entonces como caída del cielo, una banda de gitanos pasa por allí, escucha el alboroto y decide ayudarla para después llevársela y convertirla en estrella de sus actos de magia y fortuna, pues es un decir de entre ellos, que mujer capaz de guardar la virginidad hasta esas edades, tiene la suerte echada. Pero eso era antes, se quejó, en esta Barataria de hoy suceden cosas extrañas, ya no es lo que era, aunque su nombre, siempre y aún más hoy, viene de barato que significa cualquier cosa vendida, comprada u ofrecida a un precio más bajo del que es tomado como punto de referencia, y que en lengua cotidiana, para justificar y no mencionar su nombre dicen que “maluco también es bueno” o que “perder también es ganar”. Alonso hizo una pausa y con el sentimiento de que iba a decir algo que podía ser lo último, agregó, Sí, Marco, la Barataria de nuestro primer antepasado era una ínsula extremeña, que por lo lejana terminó siendo del dominio de todos los vivientes; pero te puedo asegurar que nosotros, los Recio, somos herederos directos del mismísimo Panza, pues aunque ese fuera su apellido y el nuestro Recio, terminamos siendo de la familia por el afecto que tomó a Pedro Recio, su médico de cabecera, quien a fuerza de
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cuidados y preocupación por su salud, terminó por convencerlo de la verdad de sus consejos y ganarse su favor, aunque lo hiciera sufrir de hambre, y se viera obligado a aprovechar la soledad, que pocas veces tenía, para comer a sus anchas sin que nadie lo viera. Sin embargo, esas dificultades no fueron obstáculo para su amistad, y aún después de que la Barataria original quedara atrás y Panza y Recio nunca más se volvieran a ver, Pedro convertido en su principal seguidor se fue por el mundo llevando la virtud ganada de este encuentro, que él mismo, después de abandonar la medicina, convirtió en profesión, “Desfacedor de entuertos”, y como siempre era el primero o por lo menos el único, pues a donde llegaba no había quien lo igualara en agilidad para deducir y solucionar complotes, conjuras, cábalas, cabildeos, o contar, descontar y recontar anécdotas. Su fama creció, su descendencia heredó la condición y como todos creyeron que el talento también viene por allí, fácilmente aceptaron la sucesión, con tan buena fortuna que muy pocos han desertado del destino que les tocó en suerte, sólo tu padre, alma de cántaro que, quién sabe dónde, debe estar ejerciendo como un tegua de mala muerte. Marco, desconcertado, sintió que un temblor interno comenzaba a invadirlo. Cómo,
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Don Quijote y Sancho por Honoré Daumier
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA él, sin saber por qué y sin experiencia alguna de la vida, salvo algunas escaramuzas en el sofá de la casa su novia, a la carrera y sin placer, iba a distinguir dónde había complot y dónde no; cómo se manifestaba y cómo no; cuándo lo veía uno venir en la distancia y cuándo no. La languidez en las palabras del tío, le dejaba dudas desconocidas. Entonces escuchó de nuevo la voz que venía desde el fondo de las almohadas, —No vemos las cosas como ellas son, las vemos como nosotros somos; ni el complot, ni el conjuro, ni el cabildeo se manifestarán por si solos; el arte de desfacer está precisamente en descubrir dónde, cuándo y cómo, hay, o no, necesidad de aplicarlo. Escucha esto, continuó Alonso en el mismo tono. El primero de nuestros antepasados, Recio como nosotros, llegó a esta Barataria en 1807, no recuerdo exactamente el mes y el día; de lo que si estoy seguro es que, Renato Recio, ese era su nombre, llegó a Caracas en el Tonnant, el mismo bergantín en que venían los Simones, Bolívar y Rodríguez, el joven y el viejo. Renato había entrado al servicio de Rodríguez en París en mayo de 1804, al día siguiente de la coronación de Napoleón, y en junio emprendió con su patrón y el joven viaje a Italia para hacer un juramento. Renato era un “valet de chambre” discreto. No creo que pudiera decir gran
cosa de su jefe y poco también de su amigo; pero como observador incansable que era, valor agregado de nuestro temple, fue él quien contó que una noche después de una reunión en casa de Fanny, prima del joven, una de las mozas del servicio quiso armar una algarabía porque un invitado, o alguien que se hizo pasar por un pintor de moda, la había arrinconado en el pasillo del servicio y con el pretexto de apreciar su cuerpo, ideal para un desnudo, la obligó a entrar en un salón y allí, detrás de la penumbra, se aprovechó de la situación. Contó Renato que lo mismo que la joven afirmó como hecho aquella noche, él lo vio representado algunos años después, cuando por razones de salud regresó a París y se encontró con La Odalisca, un desnudo que el mismo Ingres pintó en donde le pareció ver en carne y hueso la doncella a quién él había sugerido que en lugar de jurar en vano, buscara a un verdadero artista y le pidiera un verdadero retrato. Renato acompañó a Rodríguez hasta cuando convertido en Samuel Robinson se fue a vivir y a filosofar en alguna Barataria cerca del Perú; nunca más volvió a ver el otro Simón, el joven, aunque es seguro que escuchó hablar de él durante las noches de fatiga de la campaña liberadora. Después, libre de relaciones laborales y en busca de un lugar donde
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asentarse, prefirió, como buen semental que era, pastar en estas tierras y, como fue el primero de los Recio, durante mucho tiempo pasó por ser el más antiguo de la estirpe. Alonso hablaba sin mirarlo. Marco, escuchaba, entendía poco y se preocupaba, pues los antepasados y la misión, desconocida hasta ese momento era incomprensible, nadie se la había mencionado nunca y desde la desaparición —ahora se enteraba que había sido la fuga de su padre, ¿su padre?¿fuga? él siempre pensó que su padre no existía— se había dedicado, decía a quienes lo visitaban, que no eran muchos, a las hazañas y en sus tiempos libres a la vida muelle en los sofás de las casas de sus admiradoras y a la música estridente, repetitiva y bailable de cualquier manera que no exigiera ritmo. Sin quererlo, su deseo viajaba más rápido que las palabras de Alonso y cuando éstas llegaban a sus oídos, su imaginación había pasado ya de una hoja de la platanera a otra y de allí a algún accidente producido por los pájaros o las piedras que sin lugar a dudas, según otro interno de la misma casa, algunas veces caían del cielo. Cada vez que volvía a escuchar las palabras de Alonso, el tío, el escalofrío de la ignorancia lo recorría de pies a cabeza en un solo temblor. Cuando la luz de la tarde comenzó a atenuarse y los
BERBIQUÍ detalles que aparecían por la ventana se desenfocaron en la penumbra, Marco debió hacer un esfuerzo de concentración que le permitiera, sobre todo, controlar el temblor de sus manos. El movimiento de la platanera a nivel de la ventana del segundo piso fue menos visible, la voz de Alonso y las grandes hojas verdes se convirtieron en silencio denso y quieto. Sólo después de cierto tiempo Marco escuchó en la oscuridad el ritmo de la respiración del hombre que dormía con la boca abierta. Segundo día Amador no quiso creer a Teodoro Recio que los motores necesitaban de una cosa llamada carburador, y que la falta de uno, insistía mostrando el espacio vacío donde debía ir la pieza, era la razón para que el motor de su automóvil no funcionara. Lo llevaron a lomo de mula, repitió varias veces Alonso a la mañana siguiente, cuando Marco entró a la habitación. Al escucharlo, Marco creyó que Alonso estaba divagando en el letargo de la muerte y se alegró, pues su desaparición lo liberaba de tener que pasar horas enteras con la mente en blanco y sin escucharlo; pero al ver ese asomo de titubeo en su figura, Alonso agregó, Teodoro era nieto de Renato y a la vez
abuelo de tu padre. Fue él quien sugirió a su patrón, Amador era su patrón, que se evitara subir escaleras y le habló de un aparato que se movía de abajo para arriba y podía llevar gente. En el siguiente viaje, Amador observó en funcionamiento la máquina descrita por Teodoro y decidió comprar una, pero sintió una angustia tan grande la única vez que se subió en ella, que las pesadillas no lo dejaron dormir y debió batirse como un guerrero contra las paredes del aparato que se cerraban sobre él. Lo único que Teodoro encontró como alivio para el agobio producido por movimiento vertical en su jefe, fueron los baños de leche de cabra traídos de Egipto donde les dijeron que la reina Cleopatra los utilizaba para relajar su cuerpo. Vicente Recio, nieto de Renato, fue otra cosa, continuó alegremente Alonso, quien había recuperado la energía, aunque no ignoraba que lo único que podía seguir en su vida era la muerte; Vicente, repitió imponiendo un tono grave a su voz, fue un hombre importante en esta ínsula, fue él quien insinuó a su general, porque así lo llamaba, mi general, que era más útil si uno podía ver y oir a la vez, sin necesidad de tener a quien hablaba en frente, y lo llevó hasta Alemania a conocer los aparatos que permitían ver
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cuando la gente hablaba, como en el cine, pero con la diferencia de que era un utensilio que se podía llevar a casa, como cualquier lámpara y sin la necedad de entregar su intimidad a quien tuviera que decirle algo; eso sí, aclaró Vicente, usted, mi general, no puede responder, sólo escuchar y mirar; pero si quiere, puede apagar el aparato, y parte sin novedad, el intruso desaparece. Y, terminó Vicente, como poniendo el dedo en la llaga, esto será una cosa del futuro, se acordará de mí. Por primera vez, Alonso miró directamente a los ojos de Marco, lo midió, y aunque éste no le sostuvo la pupila, agregó, hay unos malversadores que dicen que Vicente no existió, y que Teodoro, Renato, Julio, Ricardo, o incluso yo, no existimos, ni hoy, ni nunca. Son los mismos que dicen y desdicen de todo, que quieren los huevos y la plata de los huevos, que no saben qué inventar para aparecer, y confunden política con politiquería; son los facedores de entuertos, que están constantemente poniendo cascaritas para que resbalemos o desmanes para que caigamos; parecen bárbaros que atacan en manada con brazos y manos gigantes y acaban siendo sólo molinos que se mueven al ritmo del viento que los sopla. Las palabras que lo animaron como si estuviera en su mejor
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Encontrarse con este hombre a las alturas de la muerte era una prueba definitiva, aún más para él que no se llamaba Marco, su apellido tampoco era Recio y cada vez que el hombre en la cama le hablaba como si él fuera el heredero deseado, no le quedaba más remedio que aceptar y asumir el cargo que tan gentilmente le estaba ofreciendo.
momento, tuvieron el poder de devolverlo al estado primero de ansiedad; bajó la voz y con la mano extendida hizo seña a Marco para que revisara detrás de la puerta, entre las cortinas, incluso en el armario que tenía en frente, por si acaso un intruso, un descreído, los estuviera escuchando. Después sólo hubo silencio interrumpido varias veces por los lamentos de Alonso, en una de ellas se levantó como un resorte y quedó sentado, erguido y sonriente como si una figura deseada e invisible se acercara, murmuró unas palabras que Marco no entendió, un nombre de mujer incomprensible salió de sus labios y después volvió a caer entre las almohadas acostumbradas a su forma; en otra ocasión pareció lanzar un golpe guiado por el peso de una espada que movía su brazo, se batió, gimió, se volvió a batir y luego fatigado se dejó caer de nuevo en la inconsciencia. Marco, esperó en la misma posición hasta cuando la luz se desvaneció. No se enteró si fue una hora o muchas horas, sólo en una ocasión el reflejo de la figura de Alonso en el espejo del armario lo distrajo de su inmovilidad, pero fue sólo un instante, después, una figura blanca, la misma que lo sacó de su habitación en la mañana para traerlo a esta donde se encontraba, le hizo seña para
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que saliera y dejara dormir tranquilo al enfermo. Tercer día Marco estaba poseído por un silencio tímido y azarado, como el primer día cuando entró en esa habitación, que no era la suya, porque le anunciaron que su tío moribundo necesitaba de su presencia, aunque era poco probable que lo escuchara o incluso que lo viera. La pena, o el respeto por la muerte, lo hizo callar y mantener una actitud ensimismada y temerosa que apenas le permitía pronunciar palabra o desarrollar pensamiento frente a las divagaciones de quien dijo ser su tío. El tiempo pasado a la cabecera de Alonso, fue tiempo en blanco, sin pensamiento alguno, igual al de sus primeros días en esa casa de locos, cuando no podía pensar en nada, porque lo que pensara se le venía encima, como una montaña. Encontrarse con este hombre a las alturas de la muerte era una prueba definitiva, aún más para él que no se llamaba Marco, su apellido tampoco era Recio y cada vez que el hombre en la cama le hablaba como si él fuera el heredero deseado, no le quedaba más remedio que aceptar y asumir el cargo que tan gentilmente le estaba ofreciendo. La mañana del tercer día Alonso parecía estar
BERBIQUÍ completamente recuperado. Marco, apenas entraba en esa habitación dejaba de llamarse Sansón, el nombre por el cual era conocido en la suya, un piso más arriba. Llegó puntual, justo después del desayuno que él también había recibido ya de su enfermera, la misma que desde dos días antes había decidido cambiarlo de cuarto para que hiciera compañía al otro interno. Llegó el día, dijo Alonso desde los almohadones cuando lo vio entrar, hoy viene toda la logia familiar en pleno, creo que los únicos ausentes serán los Panza y los Quijano, de resto todos estarán aquí. El día en que me ungieron, recordó con ánimo, después de la huida de tu padre vinieron todos, y como era mi primera posesión en esta Barataria, trajeron a mi presencia dos hombres, cada uno acompañado de su descendencia; la primera era una joven escuálida, de buena familia, que había tenido la poca fortuna de ser enamorada por la fuerza por un joven en las mismas condiciones de escualidez, aquí presente dijo su padre. Recordé inmediatamente la primera Barataria, y como la historia se repite, pero si uno quiere, no se repite, dije: Es bien sabido, o mejor, por sabido se calla, que uno puede hacer con los ojos lo que quiera, incluso desvestir a una doncella. La prueba está aquí, y mostré a los presentes, la imagen fotográfica
de la joven vestida o desvestida con un encaje negro. Nadie vio si lo que llevaba era un vestido u otra cosa. De lo que sí estoy seguro es de que en esta imagen, hay piel por todas partes, ¡Ah! y también una sonrisa, complemento de la carne que no es una simple fórmula de cortesía. La figura vestida, desvestida, apareció desapareció, y a los ojos de todos, volvió aparecer y desaparecer. Dije que no era sólo una ilusión y que esas cosas se denominan hoy en día hologramas, o “tridimentionallis vivencis”, como los exegetas de la nueva era las llaman. Es decir, continué, el joven intentó poner su ojo sobre la piel, pero el encaje negro se interpuso y el contraste encaje-piel natural en la primera aparición, se convirtió en una mecánica de juego, un “estoy, no estoy”. Dicen, en otras Baratarias, que la “tridimensionallis vivencis” lleva incluida la cópula. En el capítulo que le dedica el diccionario Cibernético, aparece que esta tendencia se puede definir en otras razas de humanos con acciones como: santificar, divinizar, electrocutar, controlar, adaptar, convertir, o incluso juntar, pegar, adherir. Pero, continúa el diccionario, éstas definiciones sólo pueden ser, en el desarrollo de su significado como conceptos menores. Es
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Es bien sabido, o id o se me jo or sab mejo jorr, p po sabid ido calla, que uno puede hacer con los ojos lo que quiera, incluso desvestir a una doncella. La prueba está aquí, y mostré a los presentes, la imagen fotográfica de la joven vestida o desvestida con un encaje negro.
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... y cuando lo llevaba hacia la puerta se escuchó decir para sí, qué raro, no vinieron ho hoyy, vveendrán mañana, de todas maneras quieran o no, yo soy el Desfacedor quinto de esta Barataria y que nadie diga que no, porque Marco Recio el heredero por naturaleza, sólo hay uno, yo.
necesario, continúa el diccionario, ser iniciado para alcanzar la comprensión definitiva del término convertido en imagen tridimensional, es decir: la cópula, o actividad que en los tiempos modernos se consume a través de una pantalla alfanumérica y un software especializado donde es posible hacer desaparecer alguno de los dos componentes: el encaje o la piel, de preferencia el encaje. Aunque se está investigando la posibilidad, de que también haya tacto en esa acción, nadie hasta el momento lo puede asegurar. Entonces, este escuálido galán, y lo señalé con mi mano, sólo tocó a su amada con los ojos y ella, puesto que la acción es recíproca hizo lo mismo. Marco escuchó la exposición como un hecho cumplido, sin ir más allá, ni quedarse tampoco más acá, pues ya que estaba allí, en este preciso momento y hora, era seguro que sobrino o no, Marco o Sansón, o como quisieran llamarlo, era por designio familiar el heredero de tal sabiduría. Alonso, mientras tanto, cayó exhausto por el esfuerzo de poner en escena su primera y su última sentencia, solamente para confirmar que no había diferencia alguna entre ellas. Después, se hundió entre los cojines como si el día hubiera terminado, y desde allí, sin ton, ni son, habló incoherencias el
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resto del día, hasta la hora del silencio. Las horas pasaron, las últimas las palabras del enfermo se desvanecieron entre batallas, abrazos, glorias y desdichas, hasta que un silencio definitivo cubrió la habitación. Marco no se movió de su silla, escuchó, como si no fuera con él, las palabras entrecortadas que venían del lecho y esperó pacientemente la llegada de la logia familiar que tenía por encargo intronizarlo, pues sabía ya que el sonido característico del aire que transita entre los pulmones y el paladar de quien duerme con la boca abierta, no iba a llegar más. Él era el heredero. Cuando la mujer vestida de blanco entró para anunciarle que ya podía volver a su habitación y ser Sansón de nuevo, su mirada fue lo suficientemente incisiva como para darse cuenta de que el enfermo en su lecho ya no iba a necesitar más la compañía de Sansón para aligerar sus recuerdos en el paso hacia la muerte, y cuando lo llevaba hacia la puerta se escuchó decir para sí, qué raro, no vinieron hoy, vendrán mañana, de todas maneras quieran o no, yo soy el Desfacedor quinto de esta Barataria y que nadie diga que no, porque Marco Recio el heredero por naturaleza, sólo hay uno, yo.
En torno a don Quijote de la Mancha Toda narración está más cerca de las narraciones anteriores que del mundo que nos rodea; y cuando las obras más divergentes se reúnen en el museo o la biblioteca, no lo hacen por su relación con la realidad, sino por sus relaciones mutuas. La realidad no tiene estilo ni talento. André Malraux, El hombre precario y la literatura.
Por esas afinidades de las obras humanas, más que por la veracidad, agrupamos aquí para presentar a ustedes algunos fragmentos de escritores en torno al Quijote, una muestra de lo mucho que sobre esta obra y su autor se ha escrito en estos 400 años. Creo que los hombres seguirán pensando en Don Quijote porque después de todo hay una cosa que no queremos olvidar: una cosa que nos da vida de tanto en tanto, y que tal vez nos la quita, y esa cosa es la felicidad. Y, a pesar de los muchos infortunios de Don Quijote, el libro nos da como sentimiento final la felicidad. Y sé que seguirá dándoles felicidad a los hombres. Jorge Luis Borges ***** Un día Don Quijote, el caballero tan conocido, el más magnánimo caballero que jamás haya existido, vagabundeando con su fiel escudero Sancho, tuvo un ataque de perplejidad. Había leído que sus predecesores de los tiempos antiguos, por ejemplo, Amadís de Gaula, habían tenido a veces que luchar durante años enteros con cien mil soldados enviados contra ellos por las potencias infernales o los magos. Ordinariamente, un caballero que tropieza con semejante ejército de réprobos saca su espada, invoca
en su ayuda el nombre de su dama y se lanza solo en medio de sus enemigos, a los que extermina, sin dejar uno. Todo esto estaba bien claro; pero aquel día, Don Quijote permaneció pensativo. ¿Cómo querían que un caballero, por fuerte y valiente que fuese, exterminase a cien mil adversarios en un solo combate de veinticuatro horas? Se necesita tiempo para matar a cada hombre; para matar a cien mil hace falta un tiempo inmenso. ¿Cómo podía ocurrir todo aquello? “Ya he salido de mi perplejidad, amigo Sancho, dijo al fin Don Quijote; esos ejércitos eran diabólicos; por lo tanto imaginarios; los hombres que los componían no eran más que una creación de la magia; sus cuerpos no se parecían a los nuestros; tenían más analogía con los de los moluscos, los gusanos o las arañas. De tal modo, que la espada de los caballeros los cortaban de un solo golpe sin encontrar más resistencia que la del aire. Y siendo así, podían matar tres, cuatro y hasta diez de esos guerreros de una sola estocada. Así es como resultaba fácil deshacerse, en algunas horas, de ejércitos de ese género.” En esto, el autor de Don Quijote, gran poeta y profundo observador del
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Don Quijote y Dulcinea por Álvaro Reja
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BERBIQUÍ corazón humano, ha comprendido uno de los aspectos más misteriosos de nuestros espíritus. Ya no se escriben libros como aquel. Veréis en Don Quijote, en cada página, revelados los más secretos arcanos del alma humana. Notad que ese Sancho, el escudero, es la personificación del buen sentido, de la prudencia, de la astucia, y que, sin embargo, se ha convertido en compañero del hombre más loco del mundo; ¡precisamente él, y ningún otro! A cada instante engaña a su amo, lo engaña como a un niño pequeño; pero al mismo tiempo se siente lleno de admiración por la grandeza de su corazón y cree reales todos sus sueños fantásticos; no duda ni un minuto el que su amo no llegue a conquistarle una ínsula. Es de desear que nuestra juventud adquiera un serio conocimiento de las grandes obras de la literatura universal. Yo no sé lo que les enseñan hoy a los jóvenes como literatura, pero el estudio de Don Quijote, uno de los libros más geniales y también de los más tristes que haya producido el genio humano, es muy capaz de educar la inteligencia de un adolescente. Verá allí, entre otras cosas, que las más hermosas cualidades del hombre pueden llegar a ser inútiles, excitar la risa de la Humanidad, si el que las posee no sabe penetrar el sentido verdadero de las cosas y hallar la «palabra nueva» que debe pronunciar... Aparte de eso, yo no he querido decir más que una cosa; a saber: que el hombre que puso en acción los sueños más locos, los más fantásticos, llega de pronto a la duda y a la perplejidad. Toda su fe ha desaparecido, y no porque lo absurdo de su locura le haya sido revelado, sino porque una circunstancia secundaria aclara momentáneamente su inteligencia. Este hombre de ideas de otro mundo experimenta súbitamente la nostalgia de lo real. Si libros que él venera como verídicos le han engañado una vez, pueden engañarle siempre; quizá todo lo que contienen es mentira. ¿Cómo volver a la verdad? Cree volver a ella imaginando un absurdo mayor que el primero. Los centenares de miles de hombres evocados por los magos tendrán cuerpos de moluscos, y la espada del buen caballero trabajará diez veces más deprisa en su faena. Su necesidad de
semejanza quedará satisfecha. Tendrá derecho a creer en el primer sueño gracias al segundo, mucho más ridículo.Interrogáos a vosotros mismos y ved si cien veces no os ha ocurrido lo mismo. ¿Os habéis sentido enamorados de una idea, de un proyecto, de una mujer? ¿Habéis tenido una duda? Os habéis cuidado de crearos una ilusión más engañosa que la primera, que os habrá permitido continuar estando enamorados y desprenderos de la duda. Fiodor Dostoievski, La mentira se salva por otra mentira (Diario de un escritor,1879) ***** ¿Por qué la persona afligida está más inclinada a abandonarse ciegamente a los placeres de los sentidos? ¿Es el aturdimiento que producen lo que ella apetece? ¿O una necesidad de emoción a cualquier precio? Sancho Panza dice: “Si los hombres sienten demasiado las tristezas se vuelven bestias.” Friedrich Nietzsche, Aforismos (De Fragmentos póstumos) ***** Ciertos pueblos, como el ruso y el español, están tan obsesionados por sí mismos que se erigen en único problema: su desarrollo, en todo punto singular, les obliga a replegarse sobre su serie de anomalías, sobre el milagro o insignificancia de su suerte.[...] España se inclina sobre sí misma por razones opuestas [a Rusia]. Tuvo también comienzos fulgurantes, pero están muy lejanos. Llegada demasiado pronto, trastornó el mundo y se dejó caer: esta caída se me reveló un día. Fue en Valladolid, en la Casa de Cervantes. Una vieja de apariencia vulgar, contemplaba el retrato de Felipe III; “Un loco”, le dije. Ella se volvió hacia mí: “Con él comenzó nuestra decadencia”. Yo estaba en el corazón del problema. “¡Nuestra decadencia!”. Así que, pensé, la decadencia es, en España, un concepto corriente,
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA nacional, un cliché, una divisa oficial. La nación que, en el siglo XVI, ofrecía al mundo un espectáculo de magnificencia y de locura, hela ahí reducida a codificar su abotargamiento. Si hubieran tenido tiempo, sin duda los últimos romanos, no hubieran actuado de otra forma; no pudieron remachar su fin: los bárbaros se cernían ya sobre ellos. Más afortunados, los españoles tuvieron plazo suficiente (¡tres siglos!) para pensar en sus miserias y empaparse de ellas. Charlatanes por desesperación, improvisadores de ilusiones, viven en una especie de acritud cantante, de trágica falta de seriedad, que les salva de la vulgaridad de la felicidad y del éxito. Aunque cambiasen un día sus antiguas manías por otras más modernas, seguirían, empero, marcados por una ausencia tan larga. Incapaces de acoplarse al ritmo de la “civilización”, clericoidales o anarquistas, no podrían renunciar a su inactualidad. ¿Cómo van a alcanzar a las otras naciones, cómo se van a poner al día, si han agotado lo mejor de sí mismos en rumiar sobre la muerte, en embadurnarse con ella, en convertirla en experiencia visceral? Retrocediendo sin cesar hacia lo esencial, se han perdido por exceso de profundidad. La idea de decadencia no les preocuparía tanto si no tradujese en términos de historia su gran debilidad por la nada, su obsesión por el esqueleto. No es nada asombroso que, para cada uno de ellos, el país sea su problema. Leyendo a Ganivet, Unamuno u Ortega, uno advierte que, para ellos, España es una paradoja que les atañe íntimamente y que no logran reducir a una fórmula racional. Vuelven siempre sobre ella, fascinados por la atracción de lo insoluble que representa. No pudiendo resolverla por el análisis, meditan sobre Don Quijote, en el que la paradoja es todavía más insoluble, porque es símbolo. Uno no se imagina a un Valéry o a un Proust meditando sobre Francia para descubrirse a sí mismos: país realizado, sin rupturas graves que soliciten inquietud, país no-trágico, no es un caso: al haber triunfado, al haber cumplido su suerte, ¿cómo podría ser aún “interesante”? Cioran
Sancho Panza, que por lo demás nunca se jactó de ello, logró, con el correr de los años, mediante la composición de una cantidad de novelas de caballería y de bandoleros, en horas del atardecer y de la noche, apartar a tal punto de sí a su demonio, al que luego dio el nombre de don Quijote, que éste se lanzó irrefrenablemente a las más locas aventuras; las cuales, empero, por falta de un objeto predeterminado, y que precisamente hubiera debido ser Sancho Panza, no dañaron a nadie. Sancho Panza, hombre libre, siguió impasible, quizás en razón de cierto sentido de la responsabilidad, a don Quijote en sus andanzas, alcanzando con ello un grande y útil esparcimiento hasta su fin. Franz Kafka, La verdad sobre Sancho Panza (De La muralla china) ***** Sueña Alonso Quijano El hombre se despierta de un incierto Sueño de alfanjes y de campo llano Y se toca la barba con la mano Y se pregunta si está herido o muerto. ¿No lo perseguirán los hechiceros que han jurado su mal bajo la luna? Nada. Apenas el frío. Apenas una Dolencia de sus años postrimeros. El hidalgo fue un sueño de Cervantes Y don Quijote un sueño del hidalgo. El doble sueño los confunde y algo está pasando que pasó mucho antes. Quijano duerme y sueña. Una batalla: Los mares de Lepanto y la metralla. Jorge Luis Borges, (De La rosa profunda) (1975)
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BERBIQUÍ Los sentimientos que son meramente naturales no producen ningún placer en la mente y no merecen nuestra atención. Los chistes de un marinero, las observaciones de un campesino, las vulgaridades de un mozo de cuerda o de un cochero son expresiones tan naturales como desagradables. ¿No sería insípida una comedia que se limitara a copiar a la letra lo que se dice en una charla a la hora del té? Nada puede procurar placer a las personas de buen gusto como no sea la naturaleza adornada y perfeccionada por el arte, es decir, la belle nature. Y si nos inspiramos en la vida de los de la clase baja, las modificaciones artísticas deben ser vigorosas y notables, capaces de suscitar en el alma imágenes vívidas. La absurda naïveté de Sancho Panza está pintada por Cervantes de modo tan inimitable que nos entretiene lo mismo que si se tratara del héroe más grandioso o del más delicado personaje de novela de amor. David Hume (1711-1773). Sobre la sencillez y el refinamiento en el arte de escribir.
Comprender con Cervantes el mundo como ambigüedad, tener que afrontar, no una única verdad absoluta, sino un montón de verdades relativas que se contradicen (verdades incorporadas a los egos imaginarios llamados personajes), poseer como única certeza la sabiduría de lo incierto, exige una fuerza igualmente notable.¿Qué quiere decir la gran novela de Cervantes? Hay una abundante literatura a este respecto. Algunos pretenden ver en esta novela la crítica racionalista del idealismo confuso de don Quijote. Otros ven la exaltación de este mismo idealismo. Ambas interpretaciones son erróneas porque quieren encontrar en el fondo de la novela no un interrogante, sino una posición moral. Milan Kundera (Brno, Checoeslovaquia, 1929), La desprestigiada herencia de Cervantes, en El arte de la novela (1986)
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Vida y muerte en Memorias de Adriano Silvia Muñetones Jiménez
A
mediados del siglo XX y en medio de las atrocidades desencadenadas por la Segunda Guerra Mundial, cuando la evidencia de los hechos hacía resurgir reflexiones alrededor de temas que aún hoy, más de medio siglo después, continúan inquietándonos, tales como las desmesuras del poder, las responsabilidades colectivas con nuestro planeta y con las generaciones venideras, la des-confianza en la razón humana y en la Conciencia como entidad psíquica autónoma y decisoria, entre muchos otros interrogantes, Marguerite Yourcenar entrega al mundo Memorias de Adriano, obra fecunda por su forma de sondear y bordear verdades, hasta ahora, al parecer, invariantes de la existencia humana. Obra fecunda y audaz por su forma de hacer de la vida de Adriano un modelo para reflexionar sobre estos temas, para deleitarnos además con la exquisitez de su prosa, recrearnos y recrear el mundo. Vale recordar que Memorias de Adriano fue traducida al español por Julio Cortázar, reconocido poeta latinoamericano, y quizás a ello se deba en parte la magia poética que posee esta obra yourcenariana. ¿Quién sabe? No es posible saberlo, si los poetas se transmiten su magia.
Yourcenar en el Cuaderno de Notas anexo a Memorias de Adriano nos da cuenta de su método de trabajo, su profundo sentir y su particular sacrificio derivado del insistente deseo de escribirla. Oficio de escritora, decidido y buscado tempranamente en su vida, como nos lo deja saber en las siguientes notas extraídas del Cuaderno: Me complací en rehacer el retrato de un hombre que casi llegó a la sabiduría… Este libro fue concebido y después escrito, en su totalidad o en parte, bajo diversas formas, en el lapso que va de 1924 a 1929, entre mis veinte y mis veinticinco años de edad. Todos esos manuscritos fueron destruidos y merecieron serlo…Proyecto abandonado desde 1939 hasta 1948. A veces volvía sobre él, pero siempre con sumo desaliento, casi con indiferencia, como si se hubiera tratado de algo imposible. Y hasta avergonzada por haber intentado alguna vez semejante cosa.
En sentido formal la obra es una larga carta que escribe Adriano al final de su vida al joven Marco Aurelio, su hijo adoptivo y heredero del imperio. Y si bien son múltiples las posibilidades que nos ofrece esta obra para abordar temas que nos inquietan, esta vez la vida y la muerte nos convocan aquí de una manera singular.
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BERBIQUÍ Podemos aproximarnos a pensar la muerte en el hombre como un deseo inconsciente de retorno al seno materno, de donde salió un día, para ingresar de manera involuntaria y violenta a la cultura; y cada vez que el sufrimiento nos abruma, aflora en nosotros el deseo de retorno a ese reino supuesto de paz. La enfermedad, el deterioro natural del cuerpo y las inclemencias de la naturaleza, son vividas siempre de manera dolorosa, y así mismo, las pérdidas de los objetos amados a lo largo de la vida, la repugnancia a aceptar que no somos más que criaturas en manos del azar y la esperanza que ponemos en encontrar la felicidad más allá de la vida, nos hacen también desear la muerte o habitar en ella. Vale aquí recordar brevemente el pensamiento de Sigmund Freud, profundo investigador del alma humana y fundador del Psicoanálisis, acerca de la vida inconsciente y la vida pulsional del hombre. La compulsión a la violencia, a la muerte, a la vida demoníaca, nos dice Freud, no se puede erradicar del alma humana; sólo le queda al hombre, para salir de su propio infierno, esforzarse por conocer, moderar y reorientar sus pulsiones. Hay en ello una sabiduría particular del hombre consigo mismo y las relaciones que establece con los otros. Moderar las pulsiones es un esforzado camino a recorrer, como nos lo enseña Adriano al contarnos su vida. No es la represión de la pulsión lo que saca al hombre del estado demoníaco en el que puede caer o en el que de veras se encuentra, sino su reorientación y su apaciguamiento. Iniciemos la reflexión que nos convoca con el personaje de Trajano, el emperador antecesor a Adriano y su padre adoptivo; personaje que ocupa lugar destacado en la obra y que no obstante Yourcenar, sin dejar de reconocerle su grandeza como emperador de Roma, guerrero y conquistador, también enfatiza facetas de su personalidad que nos permite ponerlas en relación con la vida del emperador Adriano, para observar dos modos de vida o posiciones existenciales opuestas. No podemos olvidar aquí que la obra pertenece al género de novela histórica, y por lo
tanto, el perfil psicológico de los personajes que construye la autora, tiene puntos de tangencias y divergencias con la vida real, narrada por la historia, de las personas involucradas en la obra. En este caso haremos una lectura contrastada de Adriano y Trajano, alrededor de las vivencias personales de la vejez, la enfermedad y la proximidad de la muerte. A la sobria lucidez de Adriano, antepone Yourcenar de una manera magistral, la terca ceguera de Trajano. Adriano, desconsolado por el estado de deterioro en que se encuentran el imperio y el emperador Trajano, que se niega a reconocer la realidad propia y la del Estado, nos da a conocer su pensamiento sobre aquel emperador que se obstina en conseguir la victoria sobre Oriente. Dice Adriano de Trajano: Apenas llegado al sitio de Sharax, el emperador había ido a sentarse a la orilla del mar, frente a las densas aguas del golfo Pérsico. En aquel momento no dudaba todavía de la victoria, pero por primera vez lo abrumaba la inmensidad del mundo, la conciencia de su edad y de los límites que nos encierran. Gruesas lágrimas rodaron por las arrugadas mejillas del hombre a quien se creía incapaz de llorar…todo ese Oriente tenebroso del que se había embriagado a distancia, se reduciría para él a unos nombres y a unos ensueños…A la mañana siguiente, las malas noticias lo forzaron a retroceder… Cada vez que el destino me ha dicho no, he recordado aquellas lágrimas derramadas una noche en lejanas playas por un anciano que quizás miraba por primera vez su vida cara a cara.
Sordo y a la vez ciego a su verdad, Trajano, como cualquier otro hombre que ha vivido sin la prudencia suficiente de ocuparse de pensar en las consecuencias de sus actos y en su propio fin, se comporta consigo mismo y como funcionario público, de manera, podríamos decir, de espaldas a la realidad. Escuchemos las palabras de Adriano referidas a Trajano: El tierno respeto que sentía por la emperatriz, el afecto gruñón que testimoniaba a su sobrina, se transformaban en una dependencia senil ante aquellas mujeres, cuyos consejos desoía sin embargo más y más…Sus crisis hepáticas inquietaban a Crito su médico, pero él no se preocupaba. Siempre había faltado el arte en sus placeres y su nivel descendía aún más con la edad…su susceptibilidad de otros tiempos había cesado…
¿Cómo, se pregunta Adriano acongojado e
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REVISTA DEL COLEGIO DE JUECES Y FISCALES DE ANTIOQUIA inquieto por tomar las riendas de un imperio en bancarrota financiera y moral, la Adopción, que es una función pública de tanta trascendencia para el Estado, no ha sido ejecutada aún por Trajano, que se encuentra ya al borde de la muerte? ¿Cómo y por qué este aplazamiento? Faltaba al emperador su última decisión concerniente al Estado. ¿Sería quizás que se negara a admitir su propio e inevitable fin? Insiste Adriano; es así como en tantas familias se ve morir intestados a tercos ancianos. Para ellos quizás, no se trata de guardar hasta el fin su tesoro o su imperio, que sus dedos entumecidos ya han soltado a medias, como de no ingresar prematuramente en el estado póstumo de un hombre que ya no tiene decisiones que adoptar, sorpresas que dar, amenazas o promesas que hacer a los vivientes. Yo lo compadecía.
Vemos en Trajano un ser amurallado en sus propios mecanismos de defensa, mecanismos de negación y aplazamiento. Adriano, en cambio, a la misma edad, ha enunciado ya, renunciado y reordenado sus pulsiones, no sin mucho sacrificio por supuesto. El siguiente aforismo yourcenariano nos alerta, quizás nos confunda y nos invita a pensar sobre nuestro propio presente y porvenir: «Trajano había llegado a ese momento de la vida, variable para cada hombre, en que el ser humano se abandona a su demonio o a su genio, siguiendo una ley misteriosa que le ordena destruirse o trascenderse.» Misteriosa ley, investigada por Freud, variable para cada uno, pero que a todos es; a cada quien a su tiempo propio; fuerza regida por el inconsciente que obliga a transitar la existencia a la deriva, ley que nos hace juguetes del destino, que nos arrastra a situaciones de peligro, que nos lleva a decisiones fallidas, muchas veces, con consecuencias infortunadas e infernales. La aguda pluma yourcenariana facilita deliciosamente a nosotros otra vía de aproximación al tema de nuestra tarea; esta vez, nos permite bordear la cosmogónica Oriental en la meditaciones que suscita en Adriano la vida y el acto mortal del sabio de la secta brahmán, que se inmola en una fiesta ofrecida por la corte persa en honor al emperador
romano, de visita oficial, negociando la paz. Aquella noche advertí entre las mujeres y los pajes de largas pestañas a un hombre desnudo, descarnado, inmóvil, cuyos enormes ojos parecían ignorarlo todo… Supe que sus meditaciones lo llevaban a creer que todo el universo no es más que un tejido de ilusiones y errores… la austeridad, la renunciación, la muerte, eran para él la única manera de escapar al flujo cambiante de las cosas…Aquel Brahamán había llegado al estado en que nada, salvo su cuerpo, lo separaba del dios intangible, sin presencia y sin forma, al cual quería unirse…
Medité largamente –dice Adriano– en ese sacrificio solemne, y compara su visión de la vida y de sus propios actos con los de aquel fanático maestro hindú, rodeado de discípulos. Escuchémoslo: El brahmán ebrio de rechazo, se había entregado a las llamas como un amante que rueda en un lecho. Había apartado las cosas, los seres y luego a sí mismo, como otras tantas vestiduras que le ocultaban la presencia única, el centro invisible y vacío que prefería a todo… Yo me sentía pronto a otras lecciones… Yo había mordido en la austeridad, el renunciamiento y la negación a los veinte años…no había tardado en darme cuenta que nada es tan peligrosamente fácil como renunciar…Mis concepciones y relaciones con la divinidad, eran diferentes; si Júpiter es el dios del Todo, yo era la parte de ese Todo, la encarnación de esa fuerza ordenadora del caos.
El extremo dolor de Adriano por la inesperada y temprana pérdida de su favorito, el joven bitinio Antínoe, la soledad al final de su vida, su estado de enfermedad y su propia mirada sobre el porvenir, obsesionan a Adriano por la muerte. Maquinando su propio fin, acude cauteloso a dos de sus fieles servidores, su esclavo Mástor y luego a Iollas, joven médico de la corte, para pedirles primero al uno y luego al otro, cruel socorro y podríamos decir que los sacrifica, desencadenando en el uno la locura, estado en el que cae Mástor cuando siente quebrantada su fe en el emperador-dios; y en Iollas, el suicidio, como resultado de la firmeza inquebrantable de su ética de médico. Dispongámonos a escuchar la narración de estos pasajes de vida y de muerte, en la voz de Adriano:
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Pensé primeramente en Mástor…Aproveché un momento de soledad para llamarlo y explicarle lo que quería de él. Al
BERBIQUÍ principio no comprendió; luego la luz se hizo en él y el espanto crispó su hocico rubio. Mástor me cree inmortal…aquello era como si el señor de los dioses, deseoso de tentarlo, bajara del Olimpo y le reclamara el golpe de gracia. Arrancándome de las manos su espada, que yo tenía empuñada, huyó gritando… Busqué entonces un aliado mejor, tenía la confianza más absoluta en Iollas… Me comprendió inmediatamente; me compadecía, aunque estaba obligado a darme la razón, pero su juramento hipocrático le vedaba prescribir una droga nociva a un enfermo bajo ningún pretexto. Negose, refugiándose en su honor de médico. Insistí, exigí empleando todos los medios posibles para inspirarle piedad o corromperlo; él ha sido el último hombre a quien he suplicado algo. Vencido, me prometió finalmente ir en busca de la dosis de veneno. Lo esperé en vano hasta la noche. Algo mas tarde, me enteré horrorizado de que acababan de encontrarlo muerto en su laboratorio… Aquel corazón puro de todo compromiso, había encontrado la manera de ser fiel a su juramento sin negarme nada.
Ante los hechos, Adriano, elevado ya a la categoría de divinidad, va saliendo de ese impaciente abismo, de esa negra noche; reflexiona y renuncia a apresurar su propio fin, a esa muerte voluntaria, recurso buscado para sí al final de su vida y que ha concedido a los sabios.
de los asuntos del Estado, meditación escrita de un enfermo que da audiencia a sus recuerdos… aún el agua es una delicia que un enfermo como yo debe gustar con sobriedad. No importa; en la agonía, mezclada con la amargura de las últimas pociones, me esforzaré por saborear su fresca insipidez sobre mis labios.
Es innegable que la función de gobernante, en procura del restablecimiento de la paz y el orden en el Estado y aun en los espíritus, de elevar el nivel cultural del imperio, ocupó gran parte de la vida de Adriano; como también el gusto por el arte, los viajes y las voluptuosidades corporales lo acompañaron siempre. El emperador se arriesga en el amor y vive en compañía de Antínoe un período de aventuradas delicias y de felicidad, que el infortunio trunca inesperadamente. Ya a distancia de los hechos, rememora y medita juiciosamente la moralidad de aquel trágico desenlace. La pasión colmada tiene su inocencia, casi tan frágil como las otras…Aquella aventura tan trivial en sus comienzos enriquecía pero también simplificaba mi vida… Amor, el más sabio de los dioses…Pero el amor no era responsable de esa negligencia, de esas durezas, de esa indiferencia mezclada a la pasión como la arena al oro que arrastra un río, de esa torpe inconsciencia del hombre demasiado dichoso y que envejece. ¿Cómo había podido sentirme tan ciegamente satisfecho? Antínoe había muerto. Lejos de haber amado con exceso…no había amado lo suficiente para obligar a ese niño a que viviera…debió pensar que lo amaba muy poco para no darse cuenta que el peor de los males era el de perderlo… Sólo para mí la muerte de Antínoe es un problema y una catástrofe. Puede que ese desastre haya sido inseparable de un exceso de júbilo, un colmo de experiencia, de los que no había consentido en privarme ni privar a mi compañero de peligro... La sensatez consiste en no ignorar nada de esos azares, que son la vida misma, esforzándose a la vez por evitar los peores. Pero ni aquel adolescente ni yo éramos sensatos.
Toda mi vida he tenido confianza en el buen sentido de mi cuerpo, tratando de saborear juiciosamente las sensaciones que ese amigo me procuraba; estoy obligado, pues, a saborear también las postreras. No rehúso ya a esa agonía que me corresponde, ese fin lentamente elaborado en el fondo de mis arterias, heredado quizás de un antecesor, nacido de mi temperamento, preparado poco a poco en cada uno de mis actos en el curso de mi vida. La hora de la impaciencia ha pasado; en el punto en que me encuentro, la desesperación sería de tan mal gusto como la esperanza. He renunciado a apresurar mi muerte…
Recogido del bullicio público, en la Villa Adriana, su lugar de retiro, y acompañado de unos pocos íntimos, servidores y amigos, el augusto emperador se dispone voluptuoso a extraerle a la vida los pocos placeres que aún le son posibles, a esparcirse en la escritura; esta vez, de la carta -que en sí misma constituye la obra- dirigida a Marco Aurelio Antonino, aquel hijo adoptivo. Escuchémoslo: Comenzada para informarte de los progresos de mi mal, esta carta se ha convertido en el esparcimiento de un hombre que ya no tiene la energía suficiente para ocuparse en detalle
Si bien Yourcenar afirma que Adriano hubiera sido el mismo buen gobernante que fue, con o sin Antínoe, sin embargo la pasión amorosa añade a la vida de Adriano una disposición para sentirlo todo de una manera diferente, para verlo todo bajo una nueva luz, para entregarse a las voluptuosidades del cuerpo y del espíritu. La experiencia amorosa, perteneciente al plano de lo íntimo, lo único, lo intransmisible, es narrada con un tono de exquisita sensibilidad por Margueritte Yourcenar, en Memorias de Adriano.
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El encapuchado Víctor Montoya
Cuando Aquiles entró en la cámara de torturas, donde estaba el preso colgado de una viga, un oficial cerró la puerta de un puntapié y dijo: — ¡Torturar es un oficio y un deber! Aquiles, consciente de que su oficio estaba en contra de su voluntad, no sabía si empezar hablando o golpeando como otras veces. Se acercó a las gavetas de la mesa, se quitó el cinturón ribeteado de balas y bebió varios sorbos de agua en una calabaza. Limpió el gollete con una mano, mientras con la otra acariciaba la cacha de su revólver. Paseó alrededor del encapuchado, mirándolo sin mirarlo. Y, a medida que se desabrochaba la camisa, recordaba el día en que fue sorprendido forcejeando a una muchacha en el sótano del colegio, la mirada inquisidora del profesor y esos pechos similares a cántaros de miel. — ¡Está expulsado! —le increpó el profesor. Aquiles, al cabo de aflojarse la camisa a la altura del tórax, fijó los ojos en el encapuchado, quien pendía con las manos esposadas, las ropas desgarradas y empapadas por el agua.
— ¿Dónde están los otros? —inquirió, respirándole muy cerca. El encapuchado, consternado por la voz que le parecía conocida, se limitó a negar con la cabeza, poco antes de que un puñetazo retumbara en su pecho y reventara sus huesos. — ¡Hijo de puta! ¿Dónde están los otros? — insistió Aquiles, exhalando suspiros profundos, justo cuando sus energías comenzaban a languidecer. Más tarde dejó errar la mirada por doquier, hasta que gotas escarlatas le cruzaron por los ojos. Levantó la cabeza hacia el torturado y le sacó la capucha, despavorido por la muerte que se cargaba toda la información por la maldita suerte de haber empuñado la mano en un momento de furor. Cuando la capucha cayó al agua, la víctima se había ido ya en un vómito de sangre, y, en su rostro pálido como la luz de la luna, Aquiles no encontró más que los ojos desorbitados de su mejor amigo de infancia.
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Autores Saúl Álvarez Lara Vive en Medellín, escritor. Ha publicado: Recuentos, Premio de cuento Cámara de Comercio de Medellín, 2001; El teatro leve, coedición entre el periódico Vivir en El Poblado y la Editorial Universidad de Antioquia, 2002; El sótano del cielo, Editorial Universidad Eafit, Medellín, 2003; La silla del otro. Novela. Editorial Universidad Pontificia Bolivariana, 2005. José Guillermo Ánjel Rendó Escritor y pintor: Ex-decano de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. John Jairo Botero Mesa Docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Medellín. Ex-fiscal seccional. Socio honorario del Colegio de Jueces y Fiscales de Antioquia.
Silvia Muñetones Jiménez - Administradora de Negocios. Universidad EAFIT 1971 - Magister en Educación: Orientación y Consejería 1990 - Profesora jubilada de la Universidad de Antioquia. - Asociada a la Nueva Escuela Lacaniana del campo freudiano (NEL Medellín) - Directora Académica de la Asociación Colombiana de Estudios Yourcenarianos para Medellín. (ACEY) 2003-2006 - Gestora del «Primer encuentro nacional alrededor de Margueritte Yourcenar: Memorias de Adriano»; realizado en Medellín en noviembre del 2004. - Actualmente responsable del seminario para miembros de la ACEY, con el apoyo de la Alianza Cultural Colombo Francesa de Medellín, sobre la obra de Margueritte Yourcenar: Opus Nigrum. - silviamune@hotmail.com Vicente Pérez Silva
Ligia Echeverri de Ferrufino Socióloga especializada en Antropología Social, Vivienda y Planeación Urbana y Derecho de Familia. Profesora titular y Maestra Universitaria de la Universidad Nacional de Colombia. Actualmente Decana de la Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes de la Universidad Central.
Abogado litigante. Escritor. Ha publicado varios libros, entre ellos La picaresca judicial en Colombia. O lg aría T olo za Pinil Olg lgaa M María Tolo oloza Pinillos los Presidenta del Colegio de Jueces y Fiscales de Antioquia. Juez 11 de Familia.
Víctor Montoya Escritor.
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4.
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