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de Relaciones México-República Popular China
from Macroeconomía 358
es relevante decir que esas relaciones se iniciaron antes de que lo hicieran los Estados Unidos de América presididos por Richard Nixon.
Fue en aquel entonces un acontecimiento nacional e internacional de gran escala y las expectativas sobre el mismo se han superado en este medio siglo, en que México y China se han constituido en socios y amigos con un comercio que se eleva anualmente a más de 100 mil millones de dólares.
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Febrero de 1972 fue un momento de gran tensión política internacional; el Secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, realizaba gestiones secretas con China para el establecimiento de relaciones entre Estados Unidos y esa gran nación asiática, con el nuevo gobierno de la República Popular China; recordamos que se realizó la visita del Presidente Richard Nixon al Presidente Mao Tse-tung, en Pekín, del 21 al 28 de febrero de 1972, lo cual fue considerado un acontecimiento mundial por la apertura de China a Occidente.
Precisamente, el Presidente Luis
Echeverría Álvarez, en acuerdo con el gobierno del Presidente Mao Tse-tung, logró el Establecimiento de Relaciones diplomáticas con la República Popular China, el 14 de febrero de 1972; antes de la visita de Nixon a esa República; México se había adelantado a dar el gran paso de amistad y relaciones diplomáticas y comerciales con la República Popular china.
LA VISITA A CHINA, CULMINACION DE UN LARGO VIAJE
La visita a China era la culminación de un largo viaje que se había iniciado en Canadá y pasó por Inglaterra, Bélgica, Francia y la Unión Soviética; había sido un viaje muy exitoso en el que México había extendido y fortalecido sus relaciones económicas y diplomáticas, también culturales y científicas con esos grandes países.
En la Unión Soviética, que en 1973 todavía existía, el Presidente de México, Luis Echeverría Álvarez, se había reunido en el Kremlin con la troika que gobernaba entonces ese gigantesco país: Leonid Brezhnev, Alekséi Kosyguin y Nikolái Podgorni, a quienes diplomáticamente exigió ya no mandar guerrillas a México ni patrocinar lideres subversivos, cosa que cumplieron, para iniciar una nueva época de relaciones amistosas con nuestro país.
Luego de una escala desde Moscú, a la ciudad Omsk, y una visita a Irkutsk, capital de Siberia, pasando por Ulán Bator, capital de Mongolia, llegamos aterrizando a Pekín, el jueves 19 de abril, a bordo del avión Puebla de Aeroméxico. La recepción del pueblo chino al Presidente de México, Luis Echeverría Álvarez y su esposa María Esther Zuno de Echeverría, fue sensacional.
Miles De Jovenes Y Ni Os
Y PERSONAS MAYORES, EN RECEPCION DEL AEROPUERTO AL CENTRO DE PEKIN
Fue una recepción multitudinaria desde el Aeropuerto de Pekín hasta el centro de esa gran capital de la República Popular China.
Con alegría, con canciones y música populares, con gritos de júbilo, con listones de colores, con tablas gimnasticas y acrobacias, miles de gargantas gritaban “¡Echevelia, Echevelia!”; los funcionarios chinos calcularon 500 mil personas que se agruparon alrededor de la carretera del Aeropuerto hasta el centro de la ciudad y sus calles principales.
El júbilo invadió al propio Presidente Luis Echeverría y a su esposa doña María Esther Zuno de Echeverría, quienes al llegar a la avenida del Perpetuo Descanso, descendieron del automóvil para saludar a la gente que les ofrecía su afecto y amistad; el Presidente y su esposa volvieron a subir al vehículo y continuaron por la avenida de la Seguridad Permanente, para llegar a la Plaza de la Puerta de la Paz Celestial y por la avenida de la Paz Eterna.
La transmisión de la recepción por televisión y radio fue en vivo hasta la Ciudad de México.
Al Aeropuerto acudió a recibir al Presidente de México estuvo el Primer Ministro Chou En-lai, quien era el hombre que manejaba el Gobierno de ese enorme país, bajo la dirección y presidencia del “Gran Timonel” Mao Tse-tung.
Curiosamente, y nadie podía preverlo en ese momento, también estuvo en la recepción el señor Deng Xiaoping quien habría de llegar a ser Presidente de China años después, a la muerte de Mao Tsetung y de Chou En-lai, y gobernaría hasta 1989, bajo aquella famosa frase de: “No importa que el gato sea pardo, sino que sepa cazar ratones”, empezando el gran paso de transformación del socialismo al capitalismo y a lo que se empezó a llamar la doctrina de: “Un país, dos sistemas”.
Guerra Fria Y Amenaza De Rusia A China
En esos momentos se sentía en el ambiente chino la amenaza nuclear de Rusia a China; el tren subterráneo de la ciudad de Pekín se había construido de tal manera que también pudiera ser un refugio para ataques militares de la entonces Unión Soviética, con la que la República Popular China de Mao Tsetung tenía confrontaciones.
Por esa razón, el Primer Ministro Chou En-lai decidió, por acuerdo del propio Presidente Mao Tse-tung, suscribir el Tratado de Tlatelolco propuesto por México para no proliferación de armas nucleares en América Latina, lo cual resultaba entonces ya de una importancia básica, toda vez que la propia República Popular China se había convertido en potencia nuclear mundial.
En el mismo sentido de ese acuerdo que logró el Presidente Echeverría con el Primer Ministro Chou En-lai ocurrió la suscripción y apoyo de la República Popular China a la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados que había propuesto México a la Organización de Naciones Unidas y que, en su momento, China habría de aprobar también en una votación histórica realizada en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
“México, nos ha incluido y en realidad somos un país del Tercer Mundo; China y México somos dos países en vías de desarrollo” declaró el Primer Ministro Chou En-lai, al término de las pláticas que tuvo con el Presidente Luis Echeverría y su Gabinete.
LA ENTREVISTA CON MAO TSE-TUNG
Al segundo día de la visita, en las primeras horas de la tarde, el Primer Ministro Chou En-lai pasó al conjunto habitacional de visitantes distinguidos, donde se alojaba el Presidente Echeverría y su comitiva, en las afueras de Pekín, para trasladarse juntos al Palacio Chum Nan-Hai que se encuentra en la Ciudad Prohibida, al lado de la Puerta del Cielo y sobre la avenida principal de Pekín llamada de la Paz Celestial, donde hay una puerta con el lema que dice: “Al servicio del pueblo”.
La atención del Presidente Mao Tse-tung y el Primer Ministro Chou En-lai para el Presidente Luis Echeverría y su esposa María Esther Zuno de Echeverría y toda su comitiva fue espléndida; en su última noche en Pekín se les ofreció en una sala privada del Gran Palacio del Pueblo una velada artística en que actuó el Ballet Popular del Conjunto de Danza de China, que se llama Regimiento Rojo de Mujeres, en cuya coreografía se exalta la participación y el valor de las mujeres chinas en la construcción de la Nueva China.
Al término de la función fue dada a conocer una información de prensa que el propio Presidente Luis Echeverría
Álvarez me dictó sobre su entrevista con el Presidente Mao Tse-tung, en estos términos:
“El Presidente Luis Echeverría Álvarez, Presidente de México, sostuvo hoy una plática cordial y amistosa durante una hora y media con el Presidente Mao Tsetung, de la República Popular China, en una visita que le hizo hoy en la tarde.
Acompañaron al Presidente de México el Lic. Emilio O. Rabasa, Secretario de Relaciones Exteriores, y el Embajador de México en China, Lic. Eugenio Anguiano Roch. El Presidente Mao Tse-tung estuvo acompañado por el Primer Ministro, Chou En-lai y por el Embajador de China en México, Hsiung Hsiang-Hui.
La charla entre el Presidente Echeverría y el Presidente Mao se desarrolló en los términos más cordiales acerca de diversos temas de interés común para México y China. Entre los tópicos que el Presidente Echeverría destacó, se cuenta el de la proposición mexicana en las Naciones Unidas sobre la Carta de Deberes y Derechos Económicos de los Estados.
El Presidente Mao se refirió exactamente a los esfuerzos que realiza el pueblo chino para elevar sus condiciones de trabajo y niveles de vida, sobre todo en el campo”.