SILENCIO Y FRAGILIDAD, POEMAS CIUDAD JUÁREZ I

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© Texto: Alma Rosa Tapia © Obra visual: Verónica Fernández y Agustín Castro - Título: SILENCIO Y FRAGILIDAD - Poemas Ciudad Juárez I - Presentación: Andrés Jiménez García - Prólogo: Dr. Francisco Ibarra Palafox - Introducción Alma Rosa Tapia y Verónica Fernández - Epílogo: Óscar Wong - Edita: Biblioteca de las Grandes Naciones bibliotecadelasgrandesnaciones.blogspot.com/ - Libro Nº 23 - Correo de contacto y colaboraciones: xsusperregi@gmail.com Oiartzun, País Vasco, Noviembre de 2013

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SILENCIO Y FRAGILIDAD

POEMAS CIUDAD JUÁREZ I Autora del texto: Alma Rosa Tapia Obra visual: Verónica Fernández y Agustín Castro

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INDICE

Presentación – pp. 9 Prólogo – pp. 13 Introducciones – pp. 17 y 19 Dedicatoria – pp. 21 Poemario – pp. 23 - Arde la noche – pp. 23 - Desdibujada vereda – pp. 27 - Pasos en el desierto – pp. 29 - Princesa desteñida – pp. 31 - A todo jugaba ella – pp. 33 - Mancha roja en la historia – pp. 35 - Ni un alma más - pp. 37 - Ni un alma menos - pp. 39 - El pecado de dios - pp. 41 - Piel mimetizada - pp. 43 - Dagas en la arena – pp. 45 - Ciudad en gris- pp. 47 - En el camino – pp. 49 - Oda a una madre – pp. 51 - ¿Dónde está tu padre? – pp. 53 - Triste corazón asfáltico – pp. 55 - Jirones – pp. 57 - Todas son una – pp. 59 - Extinta justicia – pp. 61 - Descuida un instante – pp. 63 - Por un cambio en el andar – pp. 65

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Con una flor en la mano – pp. 67 Prisión – pp. 69 Canción para una niña ausente – pp. 71 Entre clavos e injusticias – pp. 73 Una sola voz – pp. 75 Asecha el abandono – pp. 77 Estrellas cabello de negro cielo – pp. 79 Princesa desteñida – pp. 81 Ofuscada esencia – pp. 83 Mujer cerebral – pp. 85 Mujer libertad – pp. 87 Mujer fortaleza – pp. 89 Mujer perseverancia – pp. 91

Epílogo – pp. 93 Acerca de Alma Rosa, Vero y Agustín – pp. 97 Créditos de la obra visual – pp. 101 Otras obras publicadas en la colección – pp. 103

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PRESENTACIÓN

Al escribir la presentación de este libro, pensé en la conjunción entre dos actividades creativas vinculadas al campo del quehacer artístico, a saber, artes plásticas y poesía, de inmediato reparé en el contenido social de ambas al emparentarlas con el ámbito de la memoria humana.

Así

sus

lenguajes,

heterogéneos

y

únicos,

coincidentes

en

su

contenido se estructuran y complementan aquí para ocuparse de un punto de la resquebrajada y violenta geografía de nuestro país. En este lugar donde ahora se sitúa el lector contemporáneo: Ciudad Juárez, espacio agreste y de conflicto de tránsito fronterizo entre México y Estados Unidos. Además, tienen cabida aquí otras expresiones sociales de la misma índole: ruta de inmigración, y con ello, tráfico de obra barata; asentamiento de la industria maquiladora de capital golondrino; trasiego de estupefacientes y disputa de su comercialización y distribución; por último de nuestro interés particular, los asesinatos de cientos de mujeres cuya edad oscila entre los trece y cuarenta años. Es este fenómeno social, sin precedente histórico alguno, donde se sitúa el contenido temático del libro, Ciudad Juárez y sus mujeres, bajo la autoría de la mirada solidaria femenina.

Entonces el teatro deberá entenderse como un espacio sensible perteneciente a nuestro tiempo; expresividad oral de la poesía, por una parte, que hacer de las artes plásticas elaboradas-razonadas- por otra; cabe subrayar, ambas inmersas y parlantes con la realidad.

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La tarea de la memoria oral escucha y atiende los renglones silentes de Alma Rosa Tapia; una y otra vez, la violencia produce sus propios ecos, voces y silencios están aquí para apresar y persuadir al lector en quien son hoy

estas niñas-mujeres, cual faz confronta sus miradas con su

realidad: obrera de fábrica, migrante y estudiante de primeros rudimentos, púber sin defensa frente al mercado sexual, mujer ante el estado de condición autoritaria.

Así, la poesía es un recurso incisivo / reiterante asistente de la memoria humana: voces / silencios, ecos y sollozos, entonaciones y llantos, en conclusión, gestos, y expresiones forman un repertorio inherente a la voz, de carácter memorístico, es decir, ligado a preservarlo para los otros, para aquellos que vendrán en otro tiempo, bajo otra condición, la de conocer lo sucedido a las mujeres de Juárez, sus antecesoras y así, integrar el expediente humano de un pasado común.

El poema es entonces un signo vigente y permanente en tiempo espacio. La memoria escrita de Alma Rosa es la memoria oral y vivencial de las muertas de ciudad

Juárez. La memoria compartida adquiere la

condición de letras vivas.

Por lo que toca a la expresión plástica de Verónica Fernández

y

Agustín Castro cabe definirlo como la conjunción acertada de diferentes signos de lo femenino sin faltar la aportación masculina ambas en signos del diálogo continuo y permanente. Pienso, en voz alta, en la caja de madera (féretro de lo femenino), imagen primaria de la mujer muerta; a su vez, el color elegido asume la representación de la lucha social en el

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ámbito de la memoria humana. Inscritas tienen en el corazón con blandones incisivos en su superficie. Acto seguido, su apertura nos permite conocer y observar un mosaico de imágenes que de inmediato forman la raigambre visual que permeará la memoria. Así las mujeres muertas antes encuentran ahora un signo de vida permanente en el arte objeto de Verónica y Agustín, y aún más, el signo es vigente en la medida de lo terrenal y lo divino, en conjunción, sin yuxtaponerse, adquieren un diálogo en la representación plástica, complementando en último lugar con un espejo, objeto que nos confronta ante la representación de las mujeres asesinadas de la ciudad desértica.

Finalmente, un mosaico de imágenes satura la atmósfera compleja y de conflicto del fenómeno social, en primera instancia, aparecen como fragmentos de un cuadro resquebrajado, apenas visible; el arte objeto asiste ahora a un ejercicio del rescate de la memoria, al observarlas asistimos

a

resguardar

su

contenido,

este

será

permanente,

la

representación vivida de las mujeres muertas en un vasto número de escenas adyacentes al tiempo y lugar de los sucesos dimensiona su trascendencia en el eco de la historia contemporánea.

De esta manera ambas labores se convierten en esfuerzos tangibles que buscan difundir la tarea de comprender y explicar a través del escenario social que aún hoy no está resuelto, de nosotros depende hacerlo.

Andrés Jiménez García

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PRÓLOGO Los feminicidios y los trágicos acontecimientos acaecidos en Ciudad Juárez y en otras ciudades mexicanas desde aproximadamente mediados de la década de los noventa, no sólo constituían un negro presagio de la debacle humanitaria experimentada en México durante las dos

primeras

década del siglo XXI a través del fracaso de la "guerra contra el crimen organizado", sino además movilizaron a algunos de los defensores de los derechos humanos más destacados del país que provocaron importantes modificaciones al texto constitucional mexicano en 2011 para la defensa de tales derechos.

Asimismo, esos trágicos acontecimientos fueron el origen de todo un movimiento artístico-cultural que buscó por diversos medios expresar la indignación

y

sentimiento

de

injusticia

e

impunidad

que

semejantes

crímenes causaban en la sociedad mexicana.

Artistas mexicanos emplearon el cine, la literatura, el performance, el arte objeto y otras manifestaciones

plásticas para concienciar a la

sociedad mexicana y extranjera sobre el problema de la violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez.

Juntos, defensores de derechos humanos y

artistas por caminos paralelos que, con frecuencia se tocaban, comenzaron un

paciente

trabajo

acontecimientos

de

para

exponer

violaciones

a

los

uno

de

derechos

los

más

humanos

lamentables de

la

contemporánea en México.

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era


No exagero al afirmar, en muchos sentidos, fueron los artistas quienes primero llegaron a segmentos sociales ignorantes de la gravedad de los feminicidios en Ciudad Juárez y en otras partes del país. A través de diversos documentales, la pintura, el performance realizado en espacios públicos y otras manifestaciones, los artistas poco a poco prepararon el terreno para que una parte de la sociedad despertara ante la tragedia generada defensores

por de

tales

acontecimientos

derechos

humanos

y y

facilitaron de

los

el

trabajo

investigadores

de

los

sociales

avocados a enfrentar semejantes violaciones de derechos.

Así, para noviembre de 2009 cuando el Estado mexicano fue condenado por violar los derechos humanos de tres mujeres victimadas en Ciudad Juárez en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (caso del campo algodonero), la sociedad estaba mejor prepara para ocuparse del problema y exigir el respeto de los derechos de las mujeres.

Sin embargo, aún falta un largo camino por andar, no sólo porque la referida sentencia aún no se cumple cabalmente, sino además porque la violencia contra las mujeres continúa tanto en Ciudad Juárez como en el Estado de México, Jalisco y otras entidades federativas. En consecuencia, los artistas y defensores de derechos humanos continúan con su trabajo para

que

la

sociedad

no

olvide

y

el

Estado

cumpla

con

sus

responsabilidades jurídicas y políticas para erradicar una de las tragedias que más lastimaron a la sociedad mexicana en las década recientes y deterioraron el tejido social.

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El conjunto de poemas realizados por Alma Rosa Tapia y las pinturas de Verónica Fernández y Agustín Castro son un conmovedor ejemplo de cómo los artistas poseen una memoria y un reclamo de justicia que deberíamos tener presente en todo momento para exigir el respeto de los derechos humanos en México. A través de la poesía y las imágenes aquí expuestas comprenderemos como el arte no sólo se ocupa del campo de la ficción; es además una forma de exigir justicia por medios eficaces que apelan a toda nuestra humanidad. Es un reclamo estético difícil de ignorar para llamarnos a construir una sociedad más justa, fraterna y compasiva. Es una vela de luz eternamente encendida para erradicar la impunidad y trabajar en beneficio del otro.

Dr. Francisco Ibarra Palafox Investigador y Coordinador del Posgrado en Derecho Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM Noviembre de 2013

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INTRODUCCIÓN DE ALMA ROSA

En Ciudad Juárez, Chihuahua, ubicada en la frontera al norte de México, frente a El Paso en Texas; una turba de cuerpos, se vuelve tempestad, de la turba escapan gritos desesperados, pero aunque son intensos, con el tiempo inclemente se vuelven susurros, se ahogan en un mar de impunidad.

Las madres y familiares de las mujeres asesinadas en ese lugar, se preguntan qué tienen que hacer para que las leyes se apliquen y alcanzar la justicia. ¿Cuántas amargas lágrimas deben desbordarse en púrpura tormenta?

Ante millones de miradas, ciegas por voluntad, cientos de femeninos ojos son sepultados en el desierto, ante una nación por más de ciento veinte millones de habitantes que hacen nada o casi nada. responsables.

Todos somos

La misoginia y violencia de género dejan graves marcas

desde el año de 1993 y a la fecha los crímenes de inocentes mujeres, incluso niñas y adolescentes se siguen sucediendo de las formas más atroces e inimaginables, convertida en costumbre, trastocada en pretexto como si fuera algo natural, como la mañana despunta el alba y no hay nada que la detenga.

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Las hojas del libro “Silencio y Fragilidad” son letras rojas que ponen el dedo en la llaga. Manotazos de consciencia en la obra visual, intensiones que se suman para levantar la voz en contra. Es el silencio con filo que rompe en llanto por tanto dolor, que quiere dejar de serlo porque el silencio espanta, el mutismo no es movimiento, es impasible, es ceguera, mudez vergonzosa. Es el permiso para que la impunidad prevalezca sobre la Fragilidad en desamparo. Fragilidad no como exquisitez de mujer, si no como abuso y desprotección, desamparo que pide ser visibilizado, cobijado para detener la sucesión de incomprensible hechos, realizados por hombres deshumanizados frente a la complicidad de autoridades que no logran resolver ni erradicar el atroz fenómeno del feminicidio en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Alma Rosa Tapia

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INTRODUCCIÓN DE VERO

Mi trabajo está inspirado en el poemario Silencio y fragilidad. A cada poema corresponde una obra, arte objeto, representación plástica de la palabra escrita de Alma Rosa Tapia, quien aborda como único tema del texto los homicidios que ocurrieron en Ciudad Juárez contra jóvenes mujeres entre los últimos años de la década final del siglo XX y los albores de la actual centuria.

La construcción del trabajo conjunto no sólo busca ocuparse de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, también se acerca al contexto de la violencia general que existe contra la mujer en distintas facetas; es en este punto donde se sitúan las hijas muertas, las madres dolientes, las familias

estigmatizadas

por

una

o

varias

perdidas,

los

cuerpos

transgredidos en su identidad, todo ello y en conjunto, fiel reflejo de una sociedad que genera y convive en esta atmósfera.

Por estos aspectos, mi obra plástica busca suscitar una imagen reflexiva en quien la observa, es decir, al mirarla se origina una figura incluyente del sujeto, está inmerso, en ese momento, en el ámbito representado, expresión viva de la violencia in situ de la realidad.

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Cada una de las cajas representa un ataúd. Están pintadas en color rosa, símbolo de los feminicidios adoptado por la comunidad de Ciudad Juárez. En la tapa exhiben el grabado de un corazón doliente, símbolo alusivo a los dolores de María, con dagas incrustadas en su cuerpo, abierta expresión de los males que aquejan a nuestra comunidad: el desempleo y la crisis económica, la falta de educación y participación equitativa, la desintegración social y la disolución de los individuos, el silencio y la impunidad; en la estructura interior está inscrita la obra gráfica en papel, representación plástica de la poesía de Alma Rosa Tapia, por último, un cojín funge como el objeto necesario para albergar algunos

milagritos,

última

expresión

de

la

devoción

popular

frente

a

la

desesperanza del vivir cotidiano.

Verónica Fernández

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DEDICATORIA Dedicamos esta obra a las frĂĄgiles palomas con alas rotas; a su esencia mimetizada con el desierto.

A los hijos, madres, hermanos, esposos y familiares que se quedaron abrazados al vacĂ­o.

Con la esperanza de erradicar la impunidad y corrupciĂłn que impera en nuestra historia.

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“Cuando los pueblos se domestican y callan, los grandes forjadores de ideales levantan su voz” José Ingenieros, El Hombre Mediocre

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ARDE LA NOCHE

Te fuiste aquella noche de llamas en la bruma. Te fuiste sin el lazo amoroso de confiado corazón. Ardió la noche en la gravedad de tu senda. Esa noche el viento no llevó furia, no fue arrebato ni cegador polvo. Como mi despedida no fue abrazo cerrado Interrupción de tu marcha. El sol no te previno de su letalidad en las piedras, el trueno no suspendió el tiempo, no sobresaltó tu alma, nada sabías hija-madre-morena-hermana, como todas, tantas, sólo nada. Los perros bravos no aullaron esa noche, No emergió del vacío una bestia feroz que los engullera parte a parte. La luna, nada hizo con su hechizo, la luna no paralizó sus garfios como nada los detuvo. Tu voz no fue ácido vaciado en sus rostros de impunes diablos. Como tu lamento no fue veneno en su boca Como su alma no ardió en el mar, en la tierra ni el infierno. ¡Cómo no ver el reproche en el espejo cada mañana!

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Nada hizo la luna el sol nada nada el viento la tarde nada Nada el desierto, los uniformados nada nada el silencio los humanos nada nada los testigos Nada el gobierno ¿por qué nadie hizo nada? ¿Cómo puede la vida seguir sin tu sonrisa en este mundo? Me pregunto ¿cómo? ¿Cómo puede la gente pasar de largo? Sin escuchar mi clamor de justicia, haciendo caso omiso al dolor, haciendo nada. Arde la noche entre la bruma. Cómo haré para levantarme en la mañana y saber que tus hijos preguntarán por ti y yo no sabré decirles nada. Cómo entender que nadie puede regresarte a mi lado, me pregunto ¿cómo?

A los familiares de las víctimas por rescatar las ganas de vivir a diario

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DESDIBUJADA VEREDA

Con difuso cabello abrazado a los hombros te vas María. A la ventisca tus largas hebras de ónix. Las campanadas de maquila golpean tus oídos de púber. Insaciables tornillos lamen tus dedos de ave inocente. El abismo te sonríe lejos de donde germina la noche-buena, cerca en lluvia de polvo. Desprotegidos por una medalla sin poderes, los pasos siguen la desdibujada vereda. Bajo nubes púrpuras con piel tostada son estrangulados, consumidos por la arena. Tu pecho mordido se desvanece en el umbral de una virgen dormida. Una virgen en celeste broquel colgada a tu cuello. No te salva, los demonios son roedores de la inopia que tiembla entre cabellos resistentes. En vorágine tenebrosa una oruga asoma la cabeza con las hebras de ónix extirpadas. Sarnosas lenguas de famélicos perros y cinco braguetas agusanadas chupan los días venideros.

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PASOS EN EL DESIERTO

Con alas en las manos confeccionaron el

futuro.

Mas cuando el sol quemante tembló congelado, sólo jirones de vestidos bajo rocas en el desierto. La frontera norte fue anhelo, esperanzas e ilusiones, despojadas por innombrables bestias. Con cemento en los ojos ocho años sepultaron. Pasos en el desierto. Pasos infantiles descaminados. Ojos inconsolables oscilan en precipicio, derraman el llanto. El llanto de niños sin leche. El hambre no saciada. Inconcebibles historias de efigies contritas por la justicia indolente silenciadas. ¿Quién resarcirá el daño? ¿Quién con oídos y ojos? ¿A quién en este mundo ciego? ¡Mundo sordo, mundo manco! Cuando el silencio árido sea respuesta… Eleva el canto. Cuando la herida en campo infértil arda… Eleva el canto.

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PRINCESA DESTEÑIDA

No eres un grano de arena que escapa de un puñado. Granates y nutridas gotas son el rocío de un hueco. Cercada por aguijones extenuados al centro de un círculo cerrado, tus brazos son el eje. Presa sin escape en un circo de Ángeles negros sin cabeza. Hundida en la bruma, eres nulificada. Testículos rellenos de alacranes, se vuelcan, batidos en celaje ensangrentado. Sin arrepentimiento las tenazas se retiran, impregnadas de saña execrable. Saciados caminan sin obstáculo y alejan los pasos de las aves sin vida. Los sórdidos aguijones son vergüenza de mexicanos. Negro estigma en humanidad que se amontona. Que se amontona y clama justicia. Las aves con alas rotas, no son olvidadas. Alguien delinea el drama, artistas con graves pinceladas. En pleno ocaso, los dedos palpitan, ordenan inacabadas frases. Taciturnas las grafías corean al compás de imperturbables teclados.

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A TODO JUGABA ELLA

A diario bebía el mundo Con melodías infantiles trenzó impaciencias ¿A qué no jugaba ella? Horas extras en la maquila Callos en sus manos y en las mismas cien pesos ¿Cuánto vale la vida? El reloj se tiñe de rojo No la asaltaron No fue atropellada Está perdida No lo acepto En un instante el mundo se desploma Mi pesadumbre en el suelo Se entume el pensamiento Esta vida es infierno Llora Jade Quiere a su madre Jade no entiende Ella se fue sin despedirse En el monedero su pasaje Ella sólo quería trabajo

Es un espejismo No pasa nada Ahora la lluvia son balas No lo entiendo Asalto de palabras ¿Quién se puso en mis zapatos? Él lo dijo un día Ahora una cuchillada ¡No otra vez! Dónde mi Presidente Dónde mi gente ¡No otra vez! Tengo miedo ¿Por qué en mi tierra me escondo? Miedo tienen mis palabras No estás sola Norma No tengas miedo Tú no estás sola Escucha las voces a tu lado Mira el color de las pinceladas.

A Norma Andrade, por su valor y entereza, por el dolor sin nombre por su incansable lucha

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MANCHA ROJA EN LA HISTORIA

Un hiriente cactáceo entre dos frágiles e inertes columnas de mármol. Mancha roja en la historia. Doble vida pretextan, equivocan el castigo, castigo para la madre y no para el homicida que libre lleva los pasos al mismo acto. ¿Cuántas ninfas en huraño sepulcro de escarlata beligerante? Las sombras de tierra estéril rondan la garganta del desierto. A medio día bajo el sol ardiente una margarita extinta con desmembradas hojas, alimenta la voracidad insaciable.

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NI UN ALMA MÁS

Ni una más que en decúbito ventral muerda arenisca envenenada. Ni una más perdida en nubarrón escarlata desvanecido. Ni una más con alas quebradas en la frontera del progreso. Ni una más insertada por letales espinas en vientre indefenso. Ni una más expulsada a incandescentes órbitas

demoníacas.

¡Ni una más en manos de raza maldita! ¡Ni una más en estupro de animalidades!

¡NI UNA MÁS!

En memoria a la poetiza y activista Susana Chávez, con su frase “Ni una más” Asesinada en Cd. Juárez Chihuahua el 11 de enero del 2011

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NI UN ALMA MENOS

Ni una menos que no lleve el pan a casa. Ni una menos que con la leche en los senos fallezca. Ni una menos que deje brazos maternos en espera. Ni una menos que no lleve sus libros a la escuela. Ni una menos que a medias deje una prenda. Ni una menos con la sopa servida en la mesa. Ni una menos que su victimario quede sin sentencia.

ยกNI UNA MENOS!

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EL PECADO DE DIOS

El pecado de dios es mantenerse impasible ante la existencia de las vivas desgracias en terráqueas tinieblas. El pecado de dios es haber creado una tierra uterina que parió a las razas siniestras. El pecado de dios es abandonar en Ciudad Juárez a niños y niñas sin madres, mordiendo ratas de coladera. El pecado de dios es dejar a incontables sirenas asfixiadas en pantanosas tempestades. El pecado de dios es dejar que un bárbaro con bisturí y sus negras manos, haga un deshonesto trasplante. El pecado de dios es no existir en los rezos que implora una madre.

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PIEL MIMETIZADA

Unos pies con zapatos rotos muerden casas de cartón, escalan hacía fronteras rumiantes, avanzan con paso firme. Después de sacudirse en la travesía, colisionan, se derrumban, tienen hambre, caen, luego ascienden, de nuevo escalan; penetran en las fauces de la industria, luego de una agotable jornada los pies con saltadas venas, recogen billetes malolientes, son quemados papeles, papeles de esclavas. Abordan artilugio urbano, de abarrotado paisaje, desvían el camino, se disipan en infecundos tramos, las extremidades son machacadas, sin zapatos sometidas. Machacadas hasta quebrarse, hasta sólo ser polvo, adormecidas se mimetizan con arena, la piel-polvo se abate, se pierde y gira en torbellino sempiterno.

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DAGAS EN LA ARENA

Si pudiera por un instante escapar de esta t贸rrida imagen. Si pudiera por un instante

quitar las dagas de la arena.

Si pudiera por un instante con mi llanto enjuagar arenisca de tus ojos. Si pudiera por un instante

Si pudiera por un instante

cambiar tu destino infame.

borrar con tu sonrisa el acto.

Si pudiera por un instante zambullirme en arenoso delirio y no saber nada. Si pudiera por un instante dejar de ser pasiva espectadora de injusticias. Si s贸lo pudiera sentir tus manos en mi frente enferma.

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CIUDAD EN GRIS

Mírame sin niños jugando en la calle, ahora encerrados tras una insegura cueva que arde por el monstruo quemante. Míralos atrapados con sus manos pegadas al sucio cristal; la calle sin libertad no pertenece, no es campo de fut-bol, no es edén para caminar. No pases de largo, mira las mujeres con el corazón en la boca, con el miedo en las venas, míralas aunque sea de soslayo. Escucha el un-dos-tres-un-dos-tres, en compás de casquillos, botas de soldados, sitiando humanidad. Escúchalos amenazantes, es guerra de ángeles y demonios con balas para sospechosos y asesinos. Los campos trastocan el algodón en chubasco carmesí que roban su fertilidad. Toca la hierba seca, más de una década sin reverdecer es un exceso. El sol ya no caliente, los rayos incendian los cuerpos y atraviesan corazones. Ya no aletean las mariposas porque la ciudad huele a sangre, mi triste ciudad partida en dos. Pero no olvides que al clarear el alba, el sol mitiga su furia quemante. No olvides que los caminos están trazados. No olvides dirigir tus pasos avante.

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EN EL CAMINO

Lánguida mujer con marcas en el cuello de terribles manos aciagas. Los ojos palidecen tras sanguinarios proyectiles sin guerra. Incineran su quimera y en una hoguera la leyenda. Dudosas e inconclusas investigaciones de ayer hoy y mañana, sin reclamo, fluctuante en terrible inconsciencia. Lo único que se sabe es que su incólume esencia en un lugar inhóspito deambula.

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ODA A UNA MADRE

A las dadoras de imperceptibles estrellas. Una mirada sin Airis se difumina en el cielo. Luto desgarrador escarcha el alma de una madre. El cielo suma una inocente Estrella-niña. Desde lo alto con infantiles manos, desmorona su infierno de vida, haz que vuelvan las ilusiones. Indefinido brote de agua con sal, entristece las madrugadas. En una calma ilusoria, Mimetiza los sueños. Cierra los ojos al pasado. Abraza una eterna sonrisa. En este día. En esta alba y hasta la sempiterna oscuridad que inunda tus días.

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¿DONDE ESTÁ TU PADRE?

Has permanecido dibujada en la bruma, débil imagen en orfandad terrenal. Desprovista de padre, sin mantos celestes para guarnecer tu cabeza. ¿Aquel silente colgado en lo alto es tu padre? ¿Quién hurtó su trono? ¿Quién en piedra caliza su corazón? Fallece abatido, abatido e inutilizado. Rascas en laberintos desérticos, con una esperanza que se volvió abismo. Te escondes bajo un cielo con boquetes arrinconada en la oquedad de un hogar. Pero unos brazos de lumbre te encuentran, hacen trizas y te arrojan al fango. Te he visto caer una y otra vez en marañas de oscuros sueños. En noctámbulas madrugadas, que con dilación trajo la aurora. Desperté, no era pesadilla, los tobillos enredados y las muñecas atadas. ¿Sabe tu padre que una bandera tricolor, entregó tu vientre-patria? Y un gobierno armado con mentiras en la mano, olvidó deliberadamente su misión. ¿Qué cómplice de impunidad es la tierra que en la aurora te vio nacer y extinguirte al anochecer entre la bruma? ¿Quién es el responsable? ¿Es aquel que viste casimir con brazos cruzados?

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TRISTE CORAZÓN ASFÁLTICO

Cuando el día sea reproche y alrededor oscurezca, agudiza tus sentidos y descubre un tenue rayo lunar en la quietud de la noche. Cuando las preguntas sin respuesta tiemblen en los días adversos, no claudiques, grita hasta despertar señales dormidas. Cuando por las calles entrampadas no haya eco de voz, protesta hasta que en el cielo escuchen tu súplica. Cuando un parpadeo de polvo, nuble tu visión y todos crean que has muerto, pisa fuerte y avanza con paso firme. Cuando tus palabras pierdan el sonido, canta hasta confundir las coplas con el trinar de los pájaros al amanecer en pleno corazón asfáltico.

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JIRONES

Sobre un puñado de huesos los jirones de un alma al viento. Ímpetu de guiñapos que desembocaron en el fuego. Los pedazos de conciencia de innumerables sacrificios sin leyes aplicadas. Sólo remiendos de objeción fue un trasplante que huecos dejó en la esencia. Solo precipitación de vacío. Solo destinos nublados.

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TODAS SON UNA

Atrapadas en un rompecabezas incompleto con una marca en el alma. Por retorcidas mentes en destinos entreverados. Horadadas por sombría aparición de un fantasma cenagoso. Todas fueron rapto de un pernicioso y sus atrocidades. Con fúnebres mañanas y turbias noches sin clemencia, dormidas en la eternidad con el corazón machacado.

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EXTINTA JUSTICIA Con siniestra magia olvidaron hacer justicia a las niñas de sombría historias. Historias de vidas sublevadas. Cientos de úteros indefensos, asolados. Impunidad ante misoginia criminal de extranjeros y mexicanos. Manadas de simios al volante, sin freno dirigen arrolladoras máquinas en el ocaso. Son rastros de llantas sobre frágiles palomas. Monstruos y demonios empachados entre gruñidos y polvo. ¿Será justo terminar en la carretera? ¿O más terrible en infértil campo? Algunas en lechos de paso. Otra más en el basurero. Ecos de víctimas sin nombre. Identidades en un expediente costrado de polvo en el olvido. ç Lúgubres, inanimadas, duermen sempiternas con el sesgo del inasequible sueño americano. ¿Acaso no habrá alguien que los detenga? ¡Que alguien dicte una sentencia!

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DESCUIDA UN INSTANTE

Si en un instante, la imagen de inocentes. Desamparadas, abrieran sus ojos al abismo tangible de esta infame tierra. Cuida tirano de tus pasos, porque tu falo verdugo será degollado por un hacha y arrojado en el vertiginoso limbo. Espera que tus ojos sean los de Edipo atravesados por una estocada en un virulento e implacable espiral infinito. Tu pútrido cerebro de bárbaro carcomido por hambrientas ratas de fuego. En un eterno acto repetitivo, las órbitas de tus ojos ciegos, masticadas por colmillos del infierno. Espera que tu cuerpo descarnado y perpetuo navegue en un mar cáustico.

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POR UN CAMBIO EN EL ANDAR

Cuídate del pájaro rapaz llamado desventura cuando abrace al desierto, cuídate cuando flagele tu destino. Acompaña tu camino con letras fieles, te librarán de la desesperanza. Llévalas como escudo de guerra en combate de la ignorancia. Cambia el hilo de las prendas por las alas de un libro. En plena revolución, en medio de los reductos de ánimo, serán tu confidente, aliento y comprensión. En un viaje al horizonte desnudo, forjarán entereza y protección contra la melancolía. Encuentra en ellas alivio y en el cambio, la esperanza.

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CON UNA FLOR EN LA MANO

Con una flor en la mano, no dejes que el cielo me caiga. Con una flor en la mano, quiero alcanzar la calma. Con una flor en la mano, ruego que tu alma no sea perturbada. Con una flor en la mano, borrarĂŠ el dolor tolerado. Con una flor en la mano, deja que selle tu existencia.

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PRISIÓN

Una imagen con inmaculado manto observa tras los barrotes un drama. Las manos cuarteadas, se arrastran, resisten. Los dedos sin uñas se aferran a la tierra, enfermos, escurren, son devorados por raíces protervas Engullidos por bulbos emergidos de una hendidura deshidratada. Ella sólo observa, es una virgen encerrada. ¿Quién construyó la cárcel? ¿La hizo para que no escape? Tal vez pensó en protegerla. Imagen maniatada que al perder sus poderes, una tormenta borró su rostro de amasijo de yeso.

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CANCIÓN PARA UNA NIÑA AUSENTE

Una mañana te vi salir con los libros bajo el brazo. Una razón no tuve para seguir tus pasos. Paciente te esperé al atardecer, pero tu vereda no tuvo regreso. A la escuela marchaste con el futuro en tus manos. Al siguiente día azoté mi cabeza con el corazón destrozado. Le canto a mi niña perdida cuando desesperada abrazo la nada. Me he preguntado cien veces quién sería el canalla. Bailan mis pasos solos al ritmo de la nada. Bailan mis pasos solos al ritmo de tu ausencia. Azotó mi cabeza cien veces al pensar en el canalla. Canto al corazón que guarda tu imagen etérea. Y en interminables noches vacías tu recuerdo seguirá en mi mente. Duerme, duerme mi niña bonita sueña que eres ave. Extiende tus alas de colibrí. Asciende vuela, vuela, cumple tus anhelos al llegar hasta el cielo. Y en tanto yo seguiré cantando al triste crepúsculo de una infantil cama vacía.

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ENTRE CLAVOS E INJUSTICIAS

De adulta me vestí una noche para escapar por un hueco, mientras el camaleón dormía entre botellas de vino. Con seis años huí de los azotes, escapé de mi cama, huí del clavo salvaje, cuando de cansancio cesó su danza. Tuve miedo de ser niña, tuve miedo de crecer entre cucarachas y ratones. Tuve miedo de ser congelada por el aliento de la noche fría. Poco a poco mi espíritu engrandeció, cuando mis huesos por el hambre se resquebrajaron. Tuve fuerzas y por las calles desoladas caminé, pero en el abismo caí. De noche en el asfalto, los clavos también me violentaron. Clavos en mi piel, clavos mis recuerdos, Clavos en una corona que gotea en tinieblas. Niña soy que llora de día y nadie ha visto un morete. Niña soy que escapa de noche y nadie ha visto nada. Invisible para todos y cuando logro materializarme, lascivas son las manos, hirientes los ojos. Hirientes clavos de mi infancia. En la calle me presentan la injusticia, en mi hogar, la amenaza doliente. ¿Dónde estás madre? ¿Dónde las manos que acariciaban? ¿Cuándo vendrás por mí? Presiento que en este invierno, un 25 de noviembre, cuando alguien mire los ojos, cuando una mano se extienda.

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UNA SOLA VOZ

Con ronca voz los invito a enfilarse en esta marcha. Entre notas musicales, hermana toma mi mano. Con morenas manos, secaré tu llanto, con estas trémulas manos. Para mitigar el dolor, y exigir justicia artistas esculpen los hechos: cantores, pintores, poetas y escultores luchamos a tu lado. Ya no más tumbas sin nombre, No más nombres borrados.

¡Exijamos justicia! Unidos con los puños cerrados

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ASECHA EL ABANDONO

El día que el vocero anunció que a ultranza una mujeril valiente con voz rebelde fue atacada, se perfiló el terror en los ojos de mi niña. Al ver las sombras acechantes un reclamo con manos-niña se aferró a mi cintura, su temblor invadió mi fortaleza. Se interpuso el miedo entre el valor y la esperanza. Un eco-raciocinio fue la culpa que martilló mi voz. Temblaron mis ojos como hojas de papel al viento, Tembló mi voz al escucharla las ideas todas temblaron y chocaron nuestros corazones. Toda yo temblé al escuchar su voz infanta -Ya no vayas Madre, por favor no lo hagas-. Un algo con filosa punta escarbó mi ser. A mi niña hice caso, a la culpa mi sombra. Los meses pasaron, la inocente cantaba a diario. Pero anduve sin razón en los pasos, con la inutilidad en las manos y apagada la voz. El mutismo fue guarida de las palabras y el espíritu extraviado, con el desgano en los días. La infanta me miró, miró mi alma acabada. Eres insensata -Triste no te quiero madre-¿Qué necesidad tienes?-. -No es necesidad es hambre de cambiar un ápice de Mundo, aunque insensata me llamen-.

A Mara A. Ramírez por su comprensión.

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ESTRELLAS CABELLO DE NEGRO CIELO

Desesperada elevé la mirada con mi dolor y el amargo llanto al cielo para saber si ahí te encontraba; con extrañeza noté que a las estrellas les había brotado cabello, eran largas hebras que se perdían con el negro de la noche, con tristes ojos titilantes. Creí que era ilusión, pero cuando restregué mis ojos, los astros eran niñas, púberes, jóvenes, todas mujeres, eran madres, hermanas, hijas, sin explicación, todas mujeres; cada una con su nombre escrito en la frente de estrella; se incendiaban con intensidad, con ello querían lograr ser reconocidas. Algunas aparecieron distantes con el ánimo cansado, casi enceguecida pero interesada, me esforcé para mantener fija la vista. Finalmente te encontré en el centro, aún pequeña como eres, te distinguí, a ti mi niña, mi Iris, a tu alrededor destellaron María, Rosa, Alejandra, Lupita, Mirna, Verónica, cientos… tan incontables como entristecidas. Adornaban el cielo, conté hasta cuatrocientas con nombre y casi quinientas sin rostro ni letras, pero ahí estaban todas. Cuando tú, hija, te diste cuenta, que aunque lejos mi clamor te alcanzaba, abismal pero tan dentro de mi agonía, sonreíste a tus amigas, sonreíste como en días pasados cuando devorabas con hambre tortas de frijoles en el descanso, como cuando tu compañera con entusiasmo te dijo que estudiaba en los fines de semana. Ellas brillaron ya tranquilas, con sus límpidas boquitas mandaron un beso que el viento mensajero hizo llegar hasta mis rasposas mejillas, tostadas de buscarte bajo el candente sol por el estéril desierto, por las grises calles, por los polvosos baldíos, por los empinados barrancos, por todos los rincones de esta tierra de humanos infames, con la esperanza en mi alma clamando justicia. Ahora puedo despedirme de ti, para mañana en cuanto oscurezca, elevar la mirada al cielo, darte las buenas noches con cada día que fallezca, porque sé en donde te encuentras, sé que la luna con amor te arropa. Descansa en paz mi niña estrella, descansa tranquila, mientras tanto yo secaré mis lágrimas, cuando todas seamos una.

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LOS CACTUS SON TU AUREOLA

Princesa desteñida, con una aureola trenzada por cactus de sol sobre tu inocencia. Los ojos con fisuras, son untados por cebollas. Crispados por rendijas, observan un estático y seco paisaje. Sin árboles que iluminen la demacrada yerba. La garganta muda, gruñe, reza para que el manantial de leche no sea arrancado. El rostro es carcomido por una túnica de serpientes con antorchas. Los ojos inertes se revuelcan por inclementes y aceradas descargas. Una piel de sapo, atraganta cenizas de los huesos que se expanden. Láminas de un techo agujerado, hincadas en el altar, devoran escupitajos de barbarie.

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OFUSCADA ESENCIA

La certeza es aviso de que un día despertaré y todo habrá cambiado. Un palpitar sin prisa olvidará lo que las manos lloraron. Luego del sueño, la línea que tiñe de carmesí la vida se perderá en el horizonte hasta verter su color en lo diáfano de las nubes. Perdonaré la guillotina que escindió mi mano Cuando las letras trasciendan el color de la noche. Un día mis ojos se abrirán y a distancia notaré al ejército que como hormigas, ya no llevarán su marcha sobre el asfalto humeante. Un día olvidaré que fui MUJER y por mis ideas y canto de letras, mi cuerpo vapulearon. Un día, poeta-mujer-poeta. Comprenderé por qué mi fantasma custodia quinientas cruces rosas y quinientas perdidas sombras. Porque sé que un día abriré los ojos y todo habrá cambiado, creo en el canto de la humanidad y en la justicia Creo en la Unidad y en la Equidad porque creo en ti y creo en mí, yo sé que un día abriré los ojos y todo habrá cambiado.

A las familiares de víctimas y activistas

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MUJER CEREBRAL I. En c贸lera de humanidad afligida un 8 de marzo tiene rostro de mujer. Un hilo cortado en recuerdo agoniza para revelarse en el presente. Porque el orgullo de hoy no son las ideas que se miden por el largo de los cabellos sino por grandes logros obtenidos.

Que no duerman los dedos hipnotistas encantadores nocturnos de infantiles ojos. Aquellos que silencian el llanto de una boquita que succiona vida. Aquellos que despiertan al mundo en la madrugada.

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MUJER LIBERTAD II. Porque hoy se antepone la belleza que no muere únicamente es transformada. No una costilla viviente que arrancaron a un incauto sólo un ser humano sólo matriz- cerebro.

Hoy una herida es tatuaje en las historia de nuestros días. De la vida descienden senos amamantadores de genios y bailarinas sin miramiento de género sin escarnio del pasado.

Inagotable milagro de naturaleza exclusivo de mujer.

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MUJER FORTALEZA III. Hay que admirar el juicio que hoy día agradar no desea al coraje que con afiladas manos arrebata al aplomo que con uñas y dientes surca brecha hasta alcanzar igualdad.

Porque el

intelecto que no carga látigo para educar

es prueba fehaciente de inteligencia mujeril conferida por el amor a lo largo de la historia.

Hoy es preciso endilgar al ser indómito y sagaz al ser que como ejemplo y en vida plena lleva un pan a casa con triunfadora sonrisa.

Al colectivo femenino que con pasos firmes y desafiantes arrasa con lo imposible aún en contra corriente.

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MUJER PERSEVERANCIA IV. La historia de mujeres que con un pedazo de tela como escudo sin cañón y sin fusil en contubernio fueron asesinadas

Hoy con grito libertario, exijo no enterrar la historia en el olvidado la funesta historia de vibrante llamarada que en un fatal 1911 dio libertad a nuestros días a cambio de ciento cuarenta pétalos que mitigaron la sed con sangre de los hambrientos roedores textiles.

Hoy agradezco el vuelo de esas flores artífices valientes que cambiaron nuestro destino.

¡Vive

siempre Mujer Vive en libertad! Anda orgullosa y Pensante

Anda con largos cabellos por estas veredas ¡Anda libre por la vida! ¡Anda y no claudiques!

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EPÍLOGO

En el salmo XVII de El Heráclito cristiano, Francisco de Quevedo se conduele de la patria que empieza a desgajarse y vislumbra un futuro ominoso, terrible por lo mismo:

Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados... La patria mexicana padece, ahora, ese mismo dolor debido a la impunidad y a la violencia que el Estado ha sido incapaz de frenar. Como el cantor español, cualquier damnificado social, como lo son ahora todos los mexicanos, puede señalar:

Entré en mi casa; vi que, amancillada, de anciana habitación era despojos... Las autoridades mexicanas encargadas de resguardar soslayan

las

derechos

humanos

continúa

garantías

individuales

yacen

desbarrancándose

en

el

hacia

de olvido.

la

la

indefensa México,

vacuidad,

el

orden

ciudadanía.

Los

desafortunadamente,

hacia

el

horror.

Con

seguridad la híbrida clase política de cualquier signo político, caracterizada por su indefinición ideológica, disculpará su ineficacia político-administrativa argumentando la misma cantinela de siempre: se cambia todo para que todo siga igual. Y aquí habría que recordarles lo a Joseph de Maistre, estudiado por E. M. Cioram:

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“No hay más que violencia en el universo; pero estamos pervertidos por la filosofía moderna, que dice que todo está bien, cuando en realidad el mal ha contaminado todo, y en un cierto sentido, harto verdadero, todo está mal, puesto que nada se encuentra en el lugar que debiera”. Cierto:

en

México

todo

se

encuentra

fuera

de

sitio:

líderes

magisteriales cuyo magisterio es vivir del presupuesto, legisladores y mesiánicos

dirigentes

sociales

que

tocan

la

flauta

por

casualidad;

empresarios que monopolizan las comunicaciones electrónicas y televisivas, por citar ejemplos de impunidad, de importamadrismo, como corresponde a la idiosincrasia mexicana. Si duelen las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, en la actualidad se agregan secuestros, asaltos, violaciones, acoso, incendio y destrucción de comercios que se incrementan día tras día en una espiral ignominiosa, devastadora para la sociedad civil. La barbarie, en efecto, se mueve libremente en este país llamado México, que urgentemente exige de gobernantes con verdadera sensibilidad social, capaces de frenar ese espanto que nos agobia. La sociedad exige una auténtica procuración de justicia, un poder, un sistema judicial ad hoc; una educación vinculada a la cultura y a la generación de empleos; un régimen democrático donde los políticos no sean los eternos parásitos sociales que viven de sorber el presupuesto federal. A corto y largo plazo las propuestas, que se presumen viables –incluyendo una reforma fiscal, un sistema de protección médico-social, por ejemplo –se vuelven un largo etcétera.

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Alma Rosa Tapia canta líricamente una historia de infamia y vejación: las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. Ética y estética conciliándose en la voz, con el desarrollo plástico de la obra Visual. El

trazo

y

colorido

de

Verónica

Fernández

y

Agustín

Castro,

enriquecen al presente volumen. Las artistas consiguen un inusual equilibro –aunque si se reflexiona mejor, el vínculo es íntimo, profundamente significativo–: la imagen plástica se enlaza con la figura metonímica, con la expresión sonora, puesto que en poesía la imagen es el concepto. Por supuesto que las mujeres en México –y en particular de Ciudad Juárez– entre Silencio y Fragilidad, como revela Alma Rosa Tapia: “Con alas en las manos confeccionaron el futuro”.

Óscar Wong

Desde el Wongnasterio, en la Ciudad de México, verano de 2011

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ACERCA DE ALMA, VERO Y AGUSTÍN

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AUTORA DEL POEMARIO Alma Rosa Tapia

Alma Rosa Tapia González (Nace en México, D.F., en 1968). Es Psicóloga Educativa egresada de la Universidad Pedagógica Nacional y escritora. Actualmente estudia la Maestría en Saberes, Subjetividades y Violencia en el Colegio de Saberes, cursó un Diplomado en Formación en Psicoterapia en AMAPSI y otro en Derechos Humanos y Psicoanálisis en la UACM. En su haber literario suma diez libros publicados (2002-2011 en editoriales como Fomento Editorial de la UPN, Emooby y Fridaura) de diversos géneros, enfatizando los temas de crítica social en poemarios, así como didácticos y educativos en libros infantiles ilustrados. Se presenta periódicamente en diversos espacios públicos, artísticos y académicos con recitales poéticos en diversos temas enfocados a la Mujer. Desde hace más de tres años coordina solidariamente eventos con muestra de artes multidisciplinarias con el Colectivo Voces de Esperanza a través de los cuales promueve el buen trato hacía la Mujer y denuncia la Violencia de Género.

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ILUSTRADORA Vero Fernández

Verónica Fernández nació en la Cuidad de México. Su formación la alcanzó al trabajar en distintos talleres de manera cercana con varios artistas plásticos, donde destaca el maestro Agustín Castro. Su más reciente exposición individual titulada: La construcción de una identidad, se expuso en el Tecnológico de Monterrey (2013), Silencio y fragilidad en el Museo de la Mujer (2012), Todas somos Adelitas en la Secretaría de Economía (2010) y Diosa Serpiente (2003). Entre las colectivas en las que ha participado destacan Viajeras, con sede alternas en Chicago, Ciudad de México y Michoacán con el colectivo Mujeres Mexicanas, El amor no anda en burro en diversas sedes de la República Mexicana, Entre nueve mil mariposas y Quincuagésimo aniversario del voto de la mujer en México (Museo Casa León Trotsky; Coyoacan) y Sociedad Amigos de Clayton (Londres, Inglaterra). Además cuenta en su haber varias decenas de exposiciones de este tipo. Actualmente algunas piezas de su trabajo se publicaron en distintos medios, destaca la publicación en el libro oficial del Museo de la Mujer. Cabe añadir que su obra presenta signos de identificación con el tema central la feminidad.

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ILUSTRADOR Agustín Castro

Agustín Castro López, nació el 18 de diciembre de 1958. Estudió de 1974 a 1977 en el taller de artes plásticas del Colegio de Bachilleres en la ciudad de México. De 1981 a 1986 cursó estudios en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado,"La Esmeralda". Entre los logros obtenidas por Castro López se encuentran: 1987, Premio de Adquisición del Salón Nacional de Artes Plásticas, sección pintura; 1991, beca de Jóvenes Craedores, Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; 1992, Mención Honorífica de la VI Bienal Rufino Tamayo y reconocimiento a su labor artística por el Consejo Consultivo de la Ciudad de México; 1997, Premio MARCO. Creador del Taller de Pintura de Azcapotzalco que reunía a 6 artistas fuera de la corriente neomexicanista. Agustín Castro López es quizás uno de los pintores jóvenes que más dominan el lenguaje pictórico con una excepcional madurez. Destaca su manejo del dibujo, y sus los recursos compositivos, conjunta diversas técnicas desde el fotografismo hasta el neoexpresionismo figurativo. Ha expuesto individual y colectivamente en diversas galerías y museos a nivel nacional e internacional.

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CRÉDITOS OBRA VISUAL

-

Portada – Verónica Fernández Arde la noche - Verónica Fernández Desdibujada vereda - Verónica Fernández Pasos en el desierto - Verónica Fernández Princesa desteñida – Agustín Castro A todo jugaba ella - Verónica Fernández Mancha roja en la historia - Verónica Fernández Ni un alma más - Verónica Fernández Ni un alma menos - Verónica Fernández El pecado de dios - Verónica Fernández Piel mimetizada - Verónica Fernández Dagas en la arena - Verónica Fernández Ciudad en gris - Verónica Fernández En el camino - Verónica Fernández Oda a una madre - Verónica Fernández ¿Dónde está tu padre? - Verónica Fernández Triste corazón asfáltico - Verónica Fernández Jirones - Verónica Fernández Todas son una - Verónica Fernández Extinta justicia - Verónica Fernández Descuida un instante - Verónica Fernández Por un cambio en el andar - Verónica Fernández Con una flor en la mano - Verónica Fernández Prisión - Verónica Fernández Canción para una niña ausente - Verónica Fernández Entre clavos e injusticias - Verónica Fernández Una sola voz - Verónica Fernández Asecha el abandono - Agustín Castro Estrellas cabello de negro cielo - Verónica Fernández Princesa desteñida - Verónica Fernández Ofuscada esencia - Agustín Castro Mujer cerebral - Verónica Fernández Mujer libertad - Verónica Fernández Mujer fortaleza - Verónica Fernández Mujer perseverancia - Verónica Fernández

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NUESTRA BIBLIOTECA

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OTROS TÍTULOS PUBLICADOS DE LA BIBLIOTECA DE LAS GRANDES NACIONES

LIBRO I CUENTOS TRADICIONALES SAHARAUIS

LIBRO II RELATOS DE PAÍS DE LOS SAHARAUIS

LIBRO III MIL Y UN POEMAS SAHARAUIS

LIBRO IV ANTIGUOS CUENTOS DE ÁFRICA

LIBRO V CUENTOS Y LEYENDAS DE ZUGARRAMURDI

LIBRO VI CUENTOS DE ESCOCIA

104


XANA

TRASGU

HADAS DE IRLANDA

LIBRO VII

LIBRO VIII

LIBRO IX

X RELATOS DEL PAÍS DE LOS SAHARAUIS II

LIBRO

LIBRO XI CUENTOS DE PALESTINA

FÁBULAS VASCAS

LIBRO XII

105


LIBRO

XIII NUESTRAS POETAS DEL MUNDO

LIBRO XIV TRADICIONES NICARAGÜENSES

LIBRO XVI NUESTRAS POETAS DEL MUNDO II

LIBRO XVII MUJERES EN LA HISTORIA

LIBRO XVII LIBRO XV MILI YN POEMAS SAHARAUIS II

SAHARAUIS. LA SONRISA DEL SOL.

106


PALESTINA POEMAS I

PALESTINA POEMAS I

LIBRO XIX

LIBRO XX

RELATOS DEL PAÍS DE LOS SAHARAUIS III

LIBRO XXI

LIBRO

XXII MUJERES EN LA HISTORIA II

107


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