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Día de San Valentín

El amor como símbolo de rebeldía

Flores, chocolates, peluches, globos, cartas y demás objetos se comparten cada 14 de febrero como muestra de amor y amistad con aquellas personas dichosas que reciben estos regalos. Si bien esta fecha está marcada en el calendario como un evento importante, no es muy común que se hable acerca del origen de este festejo. Es así que hoy, en la revista Xona, queremos compartirte lo que se dice acerca de los comienzos de esta celebración anual, y conozcas la historia de Valentín de Roma, el sacerdote que fue ejecutado por hacer su labor en nombre del amor.

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La intención de compartirles esta pequeña historia, es dar a conocer las bases de esta festividad para que regalar objetos no sea el único fin o manifestación de esta tradición. Sino que al recordar los personajes que intervienen en este relato, se vuelve a dar importancia a que las acciones de noble intención son mucho muy valiosas en esta vida y trascienden en tiempo y el espacio.

Para conocer el inicio de esta conmemoración, hay que trasladarnos al Siglo III de nuestra era en el Imperio Romano, y establecer que, aunque actualmente el cristianismo es la religión más practicada en nuestro contexto, en aquel momento y lugar no era así. Sin embargo, su auge y expansión venían en rápido aumento, y los casamientos consagrados por los sacerdotes cristianos eran una práctica ya natural en sus seguidores, quienes deseaban estar bajo la ley del cristianismo como fieles esposos.

Ahora bien, para la estructura del Imperio Romano no era conveniente que la fe ni las prácticas religiosas cristianas se extendieran, pues esta filosofía promovía la paz, la igualdad y el respeto, que en la práctica imperial romana no era lo que se buscaba. En aquel entonces, el emperador Claudio II promulgó una ley por la cual prohibía casarse a los jóvenes para que pudieran alistarse en el ejército. Al no estar de acuerdo con dicha ley, un joven sacerdote llamado Valentín decidió desafiar la prohibición del emperador y empezó a celebrar matrimonios en secreto entre jóvenes enamorados, además de lograr que muchos se convirtieran al cristianismo y asistir a los presos antes de ser torturados y ejecutados.

Finalmente, Valentín fue descubierto, arrestado y confinado en una mazmorra, donde el oficial encargado de su custodia le retó a devolverle la vista a su hija Julia que había nacido ciega. El joven sacerdote aceptó el reto y en nombre de Dios devolvió la vista a la joven, con lo cual logró que el oficial y toda su familia se convirtieran al cristianismo. A pesar del milagro, Valentín siguió preso, y el 14 de febrero del año 269 fue lapidado y decapitado. La leyenda cuenta que Valentín, enamorado de Julia, envió una nota de despedida a la muchacha en la que firmaba: “De tu Valentín”, de ahí la expresión anglosajona con la que se firman las cartas de amor: “From your Valentine”. Julia, agradecida, plantó un almendro que dio hermosas flores rosadas junto a la tumba de su amado, de ahí el simbolismo de este árbol para expresar el amor y la amistad duraderos. Siglos después Valentín fue elevado a los altares, y en el año 494 el Papa Gelasio I declaró el 14 de febrero, el día de su martirio, como el día de San Valentín.

En la actualidad, esta fecha no está dentro del calendario católico, pues en 1969, bajo el pontificado de Pablo VI y tras el Concilio Vaticano II, san Valentín fue eliminado ante las dudas que existían sobre el origen pagano de su historia. Al final, el imaginario y la tradición popular han unido sus fuerzas para convertir la celebración oficiosa de San Valentín en el día del Amor y la Amistad. Y porque dicen que el amor es el motor que mueve el mundo, desde la revista Xona les deseamos ¡Feliz Día de los Enamorados!

Fuente: historia.nationalgeographic.com.es

Imagenes: Kristina Paukshtite y Mateus Souza

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