LA ZONA TEMPORALMENTE AUTÓNOMA Hakim Bey Traducción y notas de Guadalupe Sordo. Revisado por Alguien. Anti-copyright. Puede ser libremente pirateado y citado. A los editores originales, en cualquier caso, les gustaría tener noticias en: Autonomedia P.O.Box 568 Williamsburg Station Brooklyn, NY 11211-0568 EE.UU. "Esta vez, sin embargo, vendré como el victorioso Dionisio, convirtiendo el mundo en una fiesta... no me sobra el tiempo ..." --Nietzsche (de su última carta, ya «loco», a Cósima Wagner.)
Utopías piratas LOS PIRATAS Y CORSARIOS del siglo xviii crearon una «red de información» que envolvía el globo: primitiva y dedicada primordialmente a los negocios prohibidos, la red funcionaba admirablemente. Repartidas por ella había islas, remotos escondites donde los barcos podían ser aprovisionados y cargados con los frutos del pillaje para satisfacer toda clase de lujos y necesidades. Algunas de estas islas mantenían «comunidades intencionales», completas minisociedades que vivían conscientemente fuera de la ley y mostraban determinación a mantenerse así, aunque fuera sólo por una corta -pero alegre- existencia. Hace algunos años investigué un montón de material secundario sobre piratería, intentando encontrar algún estudio sobre estos enclaves, pero parece que todavía ningún historiador los había encontrado merecedores de análisis serio. (William Burroughs había mencionado el tema, como lo hizo el anarquista inglés Larry Law -pero no se había hecho ningún estudio sistemático). Me remití a la fuentes directas, y construí mi propia teoría, algunos de cuyos aspectos analizaré aquí. Decidí llamar a aquellos asentamientos «utopías piratas». Recientemente Bruce Sterling, uno de los máximos exponentes de la ciencia-ficción cyberpunk, publicó el relato de un futuro cercano partiendo de asumir que la decadencia de los sistemas políticos desembocaría en una proliferación descentralizada de experimentos sobre formas de vida: gigantescas corporaciones de propiedad obrera, enclaves independientes dedicados a la piratería de datos, enclaves verde-socialdemócratas, enclaves de trabajo cero, zonas anarquistas liberadas, etc. La economía de la información que sostenía esa diversidad era llamada «la red»; sus enclaves -y el título mismo del relato- era «Islas en la Red».
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