CONSEJO EDITORIAL Editores Ana Isabel Alvea Sánchez Susana Báez Ayala Juan Barroso Lourdes Bueno Anabel Cornago Judy García Allende Puerto Gómez Corredera Ángel González González José Gutiérrez-Llama Pedro Herrero Carlos Hidalgo Villalba Elisa Luengo María Jesús Manzanares Emilia Oliva Christian Peytavy Vilma Reyes Díaz Enrique Sánchez Sotelo J. Seafree Valeria Tittarelli Adriana Toledo Montserrat Tomás García Josep Vilaplana Asistencia Editorial Juan Pablo Varela Víctor Cáceres A. PORTADA
Contenido
Especiales 0.- Introducción – José Gutiérrez-Llama (5) 1.- Miradas sin fronteras 2013 – José Gutiérrez-Llama (7) 2.- Entrevista a Raúl Hernández Garrido – Lourdes Bueno (10) 3.- El hijo del enterrador, de José Luis Romero– José Gutiérrez-Llama (29)
En pocas palabras 4.- La voz de la experiencia – Pedro Herrero (31) 5.- El detallista – Javier Díaz Guinot (33) 6.- Al vacío – José Gutiérrez-Llama (34)
Entre cuentos
EDITADA EN Alemania - Andorra Argentina - España EEUU - Francia México - Puerto Rico
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7.- Servilleta de papel – Sonia Ehlers (36) 8.- Aullidos de mi sierra – Luis Antonio Ismael Muro Mesones (40) 9.-Trece – José Gutiérrez-Llama (52)
Entre ensayos y tanteos
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10.- Seré el interior de tus vocales – Carmen Valladolid Benítez (56) 11.- Un miércoles cualquiera para el juicio final o divagaciones de una bicha – Ana María Fuster Lavin (58) 12.- Arriondas me espera, querido… – Tina Casanova (62) 13.- Tiempo y espacio – Sandra Kuilan (66) 14.- Soy – Sandra Kuilan (69) 15.-Profeta de las causas pérdidas y encontradas – José Manuel Solá (71)
Palabra en verso Paisaje en febrero Juan Barroso
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16.- Compás en espera (introducción) – Emilia Oliva (73) 17.- La mar – Lola Herrera (74) 18.- Críptidos (sextina) – Luis Miguel Rubio Domingo (76) 19.- De Raquel Villanueva – Hobbys Ortiz M. (78) 20.- Mientras no des la luz – María R. Álvarez (80) 21.- Llega como las flores – Emilia Oliva (81)
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EN SENTIDO SENTIDO FIGURADO Año 6 Número 6 Septiembre/Octubre 2013 Es una publicación de: José Gutiérrez-Llama Es una revista literaria de publicación bimestral de difusión vía red de cómputo. Blvd. Adolfo López Mateos 314, Colonia Tlacopac. C.P. 01049 México, D. F. MEXICO. Tel: (52.55) 54.81.55.61. www.ensentidofigurado.com Reservas de Derechos al Uso Exclusivo No. 04– 2007–062511400100– 203. ISSN: 2007-0071. Esta publicación se terminó de editar el 15 de septiembre de 2013. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. El contenido de los textos es responsabilidad del autor. EN SENTIDO FIGURADO los incluye en apoyo a la libertad de expresión y el respeto a la pluralidad. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de EN SENTIDO FIGURADO. Publicación sin fines de lucro que no admite patrocinios y es sufragada con recursos propios. PROHIBIDA SU VENTA.
Entremés
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22.- Librería – José Gutiérrez-Llama (83) 23.- Cine desde el diván – Carlos Hidalgo Villalba (85) 24.- Letras pequeñas – José Gutiérrez-Llama - El abuelo Gelo – Soledad Cuba (89) 25.- Teatro – Lourdes Bueno (92) - Memoria de 7 días (Esbozo dramático) – Raúl Hernández Garrido (94)
Galerías 26.- Fotografía: - Muestra Fotográfica de Diana Ríos (134) 27.- Poesía Visual: - Muestra de Julián Alonso (136) 28.- Artes Plásticas - Muestra de Juan Barroso (141) 29.- Contraportada: - Galería de artistas extremeños: Cartel de Gemma Granados – Juan Barroso (147)
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DIRECTORIO Suscripciones Suscripciones: pciones: suscripciones@ensentidofigurado.com
Contacto: José Gutiérrez-Llama en-corto@ensentidofigurado.com
PARA ENVIAR ENVIAR COLABORACIONES Micros: Pedro Herrero y Valeria Tittarelli micros@ensentidofigurado.com
Teatro: Lourdes Bueno teatro@ensentidofigurado.com
Cuentos: Montserrat Tomás y Peytavy cuentos@ensentidofigurado.com
Traducciones: Elisa Luengo elisa-luengo@ensentidofigurado.com
Christian
Ensayos: Judy García Allende y Susana Báez ensayos@ensentidofigurado.com Poesía: Puerto Gómez, Emilia Oliva, Ana Alvea y Ángel González. poesia@ensentidofigurado.com Poesía visual: visual: Emilia Oliva emilia-oliva@ensentidofigurado.com
Fotografía: Josep Vilaplana fotografia@ensentidofigurado.com Ilustraciones: Ángel González González angel-gonzalez@ensentidofigurado.com Video: María Jesús Manzanares video@ensentidofigurado.com Artes plásticas/audio: ESF jgllama@ensentidofigurado.com
Letras pequeñas: Vilma Reyes vilma-reyes@ensentidofigurado.com FACEBOOK: Anabel Cornago y Montserrat Tomás
BLOG: BLOG: Valeria Tittarelli
josé gutiérrez-llama
INTRODUCCIÓN Estimado lector, José Gutiérrez-Llama Este número los especiales se extienden a otras secciones de la revista, dada la valiosa incorporación del estupendo artista Editor
plástico extremeño, Juan Barroso. En esta su primera incursión, Juan ilustra nuestra portada, nos presenta una Galería con varias de sus obras, colabora con la sección de poesía ilustrando los poemas y participa con lo que de ahora en adelante será nuestra contraportada (espacio en definitiva a cargo de él mismo). Esperamos sinceramente disfrutes de su talento tanto como nosotros lo hacemos. Y bueno, luego de darle la bienvenida, te comento que abrimos formalmente esta sección de especiales con la difusión de un proyecto generoso y que a través del arte busca colaborar con las causas más nobles. “Miradas sin fronteras 2013 – No es el amor quien muere”, es una recopilación de creaciones (artísticas y literarias) que tiene como fin recabar fondos orientados, este año, a los “Comedores sociales” y su encomiable labor frente al hambre en el denominado “cuarto mundo”. Esperamos sinceramente que este proyecto tenga el éxito previsto en tan loable tarea. Luego caminamos con una entrevista / conversación que nuestra siempre talentosa editora de la sección de teatro, Lourdes Bueno, sostuvo con el dramaturgo Raúl Hernández Garrido.
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Cerramos la sección con una breve reseña de la novela “El hijo del enterrador” de José Luis Romero. Valga pues esta nota para tratar de difundir sus letras (recordarás que desde hace algunos números señalamos que poco tan especial como la difusión artística). En fin, espero que disfrutes de esta sección.
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MIRADAS SIN FRONTERAS 2013 – NO ES EL AMOR QUIEN MUERE José Gutierrez-Llama México 2013
Desde Ediciones En Huida Solidaria (EEHS) recibimos la invitación para colaborar en un nuevo acto solidario, como los que ha venido realizando los últimos años, bajo la denominación “Miradas sin fronteras”. En esta ocasión los destinatarios son los Comedores sociales, por su esforzada actuación con respecto a la situación de hambre en el cuarto mundo. Por fortuna, hoy día este proyecto es una realidad y de esta forma, Ediciones En Huída Solidaria presentará la obra Miradas sin frontera 2013 – No es el amor quien muere, durante el recital que se llevará a cabo el próximo 25 de septiembre, a partir de las 18h, en el Palacio de los Marqueses de la Algaba, Plaza Calderón de la Barca, s/n, Sevilla –tras el mercado de abastos de la calle Feria–. El subtítulo de la obra (No es el amor quien muere) tiene una vinculación especial con el poeta Luis Cernuda, de quien se conmemora el 50 aniversario de su fallecimiento en el exilio. Reproduzco este bellísimo poema que encarna la necesidad de dotarnos de los lazos que sólo el amor crea, origina y transforma en los seres humanos. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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No es el amor quien muere, somos nosotros mismos. Inocencia primera Abolida en deseo, Olvido de sí mismo en otro olvido, Ramas entrelazadas, ¿Por qué vivir si desaparecéis un día? Sólo vive quien mira Siempre ante sí los ojos de su aurora, Sólo vive quien besa Aquel cuerpo de ángel que el amor levantara. Fantasmas de la pena, A lo lejos, los otros, Los que ese amor perdieron, Como un recuerdo en sueños, Recorriendo las tumbas Otro vacío estrechan. Por allá van y gimen, Muertos en pie, vidas tras de la piedra, Golpeando la impotencia, Arañando la sombra Con inútil ternura. No, no es el amor quien muere. Por otra parte, es importante señalar que la obra cuenta con la participación de la Asociación Andaluza de Profesores de Español Elio Antonio de Nebrija, las librerías Birlibirloque, La Fragata Azul y Nuño, Gala en bicicleta y el Palacio de los Marqueses de la Algaba.
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Transcribo para todos los colaboradores, las palabras de agradecimiento de Pedro Luis Ibañez Lérida: “Mi gratitud en los labios por vuestra cómplice generosidad en aceptar la invitación a la solidaridad desde la creación, de la que os hacemos partícipes, un año más, desde Ediciones En Huida Solidaria y Miradas sin fronteras 2013”. Termino reiterando a nuestros lectores la cordial invitación a este recital solidario y/o a la compra del libro a la distancia; sin duda un proyecto como este requiere su participación y ayuda. De antemano, gracias. Mayor información en: www.edicionesenhuida.com.es
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ENTREVISTA A RAÚL HERNÁNDEZ GARRIDO Lourdes Bueno EEUU 2013
Fotografía de Ángeles Ontoria
Raúl Hernández Garrido, hombre polifacético donde los haya, nace en 1964. Su licenciatura en Ciencias Físicas y sus titulaciones en Realización de Imagen y Sonido, en Dirección Escénica y en Creación y Estudios Literarios le han otorgado una amplia perspectiva del mundo que él aprovecha para crear novelas, cuentos, piezas teatrales, guiones cinematográficos, pero también para dirigir largometrajes, cortometrajes, documentales, reportajes, conciertos o programas culturales para la televisión. Su formación dramática procede, sobre todo, de talleres de escritura y su obra se da a conocer a partir de los años 90 destacando, al principio, dentro del “teatro alternativo”. Sus obras dramáticas le han proporcionado diversos premios prestigiosos como el de Teatro de la Ciudad de Alcorcón (en 1991 por De la sangre sobre la nieve), el Calderón de la Barca (en 1994 por Los malditos), el Rojas Zorrilla (en 1996 por Los restos: Agamenón vuelve a casa), el Lope de Vega (en 1998 por Los engranajes), o el Premio Born (por Si un día me olvidaras en 2000, año en que también queda finalista del Premio Nacional de Literatura Dramática con
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Los restos: Agamenón vuelve a casa). En la actualidad prepara su tesis doctoral sobre la construcción de lo imaginario en Mizoguchi, Maeterlinck, Bataille y Cirlot. Mantiene las siguientes páginas oficiales: www.facebook.com/raulhgarrrido y http://hernandezgarrido.com. Conozcamos un poco más de este fascinante escritor. Pregunta. Comencemos por el principio: ¿quién es Raúl Hernández Garrido? Respuesta. ¿Qué Raúl Hernández Garrido? ¿La persona real, viva, o el autor de una serie de textos teatrales, narrativos y audiovisuales? Y en este caso, ¿la personalidad que se configura a través de sus textos? ¿La que supuestamente es responsable de estos? Qué tentación no recurrir para responder a ello a ese texto tan preciso y cruel, Borges y yo, que tan bien respondió a una pregunta similar, salvando las diferencias obvias entre el maestro argentino y yo, pobre dramaturgo español. Discrepo en una cosa con respecto a la pregunta: sea lo que sea, Raúl Hernández Garrido no sería nunca un “principio”. Quizá ni siquiera un fin, tal vez sí una tendencia, aunque no siempre parezca apuntar hacia un mismo lugar. La obsesión por la verdad y la justicia, sin embargo, está siempre presente en esa tendencia. Como cualquier ser vivo, RHG es un breve paréntesis en el tiempo y un punto infinitesimal en el marasmo actual que es la humanidad. A nivel personal, RHG es miserias y alegrías, dolores y satisfacciones. Moralmente, alguien siempre en lucha por el derecho a la felicidad de todos y en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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cada uno de nosotros. Tal vez sea un autor que nunca alcanzará reconocimiento; un fracasado tal vez. Pero con la inmensa dicha de haber trabajado en aquello que más le gusta, de haber escrito lo que ha querido, de haber logrado dar forma a cosas que hubiera querido haber leído o ver representadas y que antes no existían. Un diletante voluntario como creador, nunca un profesional, aunque en una de sus facetas le paguen por nómina por hacer un trabajo que tiene mucho de creación. Y, además, alguien que siempre disfruta como docente y que siempre se empeña en aprender cosas nuevas. Un lector infatigable que, como Borges en Límites, cuenta ya los libros que no podrá leer y aun así disfruta recuperando esos libros que desde joven atesoró. Por ejemplo, ahora mismo, el Tirant lo Blanc de Martorell, combinado con las Vidas minúsculas de Pierre Michon y el Ante la imagen de Didi-Huberman. Y sobre todo, yo, Raúl, soy el padre de dos niños que van entrando ya, con vacilaciones y temores, en el mundo de los mayores. Dos interrogantes, los dos interrogantes mayores que vivo. ¿Qué más se puede pedir? Sobre el "otro" Raúl Hernández Garrido, autor de una obra, y sobre lo que este autor quiera decir con ésta, no sería yo el más indicado para contestar a esta pregunta. Pero aun así, las preguntas que vienen a continuación supongo que buscan claves acerca de esta faceta de mí mismo. Pregunta. Has escrito novelas, cuentos, guiones de cine y televisión… ¿Qué fue lo que te impulsó a acercarte al género del teatro? Respuesta. Llevo más de veinte años en el teatro, escribiendo, produciendo, enseñando, aprendiendo,
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incitando y dirigiendo teatro. Tengo que retrotraerme a mi juventud (1989, con 25 años) cuando, mientras deseaba sobre todo escribir guiones o narrativa, prácticamente nunca me había interesado por el teatro. Me acerqué al mundo del teatro, desde la posición del que quiere dirigir cine, para complementar mi acercamiento al mundo del actor y la puesta en escena. Y mi llegada al mundo de la dramaturgia fue al año siguiente, de la mano de un taller promovido por el Instituto de la Juventud y coordinado por Ernesto Caballero, porque entonces era para mí la única forma de aprender algo acerca de la escritura dramática, en práctica ausencia de ningún tipo de forma de enseñanza ligada al guión cinematográfico (poco después, la enseñanza de esta disciplina en España arrancaría de la mano de José Luis Borau, Lola Salvador, Manolo Matjí y la Fundación Viridiana de Mario Onaindía). Pero ya entonces el teatro me venció, y la dramaturgia, y ahora siento que es imposible apartarme de uno y otra. El teatro me impresiona por su carácter directo, por ese acceso inmediato de la representación al espectador, por la fuerza creativa de la convención y por el juego de la verdad que siempre se pone en juego: por encima de la simulación, siempre hay un factor de lo real incontestable en la presencia de los cuerpos de los actores encima de un escenario, frente a los espectadores. Y la escritura dramática me arrebata por su intensidad y concentración, por su capacidad de poder hablar de cualquier tema, de poder tocar todos los registros y de transmutar su forma y estructura de manera casi infinita. Y por esa capacidad de elevarse, desde lo más cotidiano, a lo más poético, eludiendo la retórica más fácil. El teatro es para mí el medio más vivo y moderno que existe. Por eso me apena verlo en manos de charlatanes, convertido en mercancía barata; por ejemplo, en esos teatros que parecen ser una en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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prolongación de un serial televisivo. Pregunta. En estos momentos, ¿cómo logras compaginar tu trabajo de guionista y director dentro del mundo televisivo con tu faceta como dramaturgo? Respuesta. Difícilmente. Estos años que vivimos son de crisis, de exigencias laborales duras y también años en que a mi escritura, por problemas personales, por ser padre, no puedo dedicarle todo el tiempo que quisiera. Desearía tener mucho más tiempo y concentración para escribir. Pero ser padre es algo que compensa, hay que puntualizarlo, y que ayuda a entender muchas cosas que luego se aplican a la escritura. En otro registro, mi faceta de dramaturgo le aporta mucho a mi faceta de profesional audiovisual. De hecho, le debo a la fuerza del drama una gran enseñanza. El que el valor de una imagen es el de su potencialidad dramática, no el de su valor plástico o valor “cinematográfico”, un concepto este último que por cierto desecho como algo falso. Pregunta. Eres socio fundador del grupo de investigación y experimentación teatrales El Astillero. Cuéntanos un poco cómo es tu experiencia en este grupo y qué tarea desarrollas dentro de él. Respuesta. El Astillero (www.teatrodelastillero.es) nació como una célula de trabajo y de apoyo mutuo entre cuatro autores: José Ramón Fernández, Luis Miguel González Cruz, Juan Mayorga y yo. Luego se sumaría Guillermo Heras y El Astillero se convertiría en productora y compañía teatral e incluso editora y centro de enseñanza. Hoy en día, sólo queda González Cruz del grupo original, aunque yo siga colaborando en El Astillero, pero no de
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forma destacada. Mi actividad en él se ha reducido y, de hecho, quiero distanciarme aún más a nivel organizativo, pese a que ahora van a montar un texto mío, El procedimiento, y a que estoy coordinando con El Astillero un trabajo de dramaturgia colectiva, Europa. Lo característico de este grupo es que se encarga de producir y difundir textos contemporáneos. Producirlos como montajes o lecturas dramatizadas, editarlos, promover festivales como Escenas de Noviembre. Ha difundido autores españoles, latinoamericanos y europeos. Considero que El Astillero es crucial en el desarrollo y conocimiento de la dramaturgia contemporánea en España, y debería habérsele dado un papel mucho más destacado y reconocido. Ha establecido iniciativas que muchos han seguido, han plagiado, iniciativas que creo que de forma intencionada se intentan silenciar u olvidar. Pero la labor de El Astillero sin embargo no ha podido ser suplantada de forma completa por nadie. Aun así, yo le pediría mucho más pero, para ello, haría falta una dedicación exclusiva por parte de sus miembros. El altruismo llevado a cabo por el grupo, según el cual no se plantea que se tengan beneficios ni que haya personal que viva de sus rendimientos, ya que todo el esfuerzo y todo el capital se dedica a la edición, producción, etc., es uno de los problemas para el crecimiento de este grupo cuya importancia hoy en día muchos desconocen u olvidan. Pregunta. Centrándonos ahora en tu obra dramática, diversos investigadores señalan como influencias que se perciben en tu teatro a Müller, Mamet, Brecht, Becket, García Lorca, Valle-Inclán, Buero Vallejo o Sanchis Sinisterra, entre otros. ¿Eres consciente de estas influencias? ¿Hay algo en estos escritores que te interese de manera especial? en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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Respuesta. A los que más reconozco como figuras que me influyen en el campo teatral son a Sófocles, Esquilo, Eurípides, Shakespeare, Calderón, Tirso. Un texto que me ha marcado y me sigue marcando es Woyzeck de Büchner. Por supuesto, me influye Brecht y tantas cosas de Valle Inclán. Y flotando sobre todos ellos, la figura alucinada y extrema de Strindberg. El Sueño, La Sonata de los Espectros, Camino a Damasco, La señorita Julia, junto con el Woyzeck ya citado, son esas obras que uno lee y se asombra de que estén ahí, de que hayan sido escritas, como algunos textos de Müller, de Pasolini, de Peter Weiss. Del resto de la lista que citas, señalo el Beckett de Los días felices, tal vez también Nana (el resto de su obra, no me interesa tanto). Y por supuesto, Pirandello y Chejov (¿por qué ellos no aparecen en la lista, por qué aparecen en cambio Lorca— que me aburre, fuera de sus escarceos con el surrealismo—, o Sanchis, o Beckett? ¿Y por qué Buero, y no Sastre?) ¿Y por qué no citar autores más modernos? Pinter, Koltés, Churchil, Cormann, Mayenburg, Novarina, Fose, Paravidino, Lanoye, Suzanne Leabeau… Y muchos españoles que no cito, algunos de ellos con la mitad de años de los que tengo yo. Y sin olvidar esa obra escénica imposible, el largo capítulo dramatizado del Ulises de Joyce y muchos pasajes de esta obra. Quizá Ulises, aunque no sea una obra dramática, es una de mis grandes influencias en mi escritura teatral. Tal vez de reconocer las influencias fuertes que me animan, aparte de los clásicos, tenga que hablar del Woyzeck, del Ulises y de Brecht. Y poco más. De la tragedia clásica griega, tomo la concentración en lo trágico y en los personajes, la disposición del héroe como
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acción y hamartía, la importancia de la anagnórisis, el momento de la catarsis. Así como dispositivos formales como los estásimos, la intervención del coro, las esticomitias, el agón. Del teatro del siglo de oro español, la estructura geométrica de personajes, la gran medida de cada parte de la obra dentro del todo, la codificación formal, el uso del tópico y del género. De Shakespeare, esa fuerza titánica que tienen los personajes, y la capacidad que tienen estos de encarnar grandes temáticas. Así como el tratamiento de la casualidad y el juego de lo inevitable. De Woyzeck, el tratamiento del fragmento, la inconexión de las partes, el no ajustar a los personajes a simples piezas de la trama. Y esa capacidad de llevar lo cotidiano e incluso lo obsceno a lo estremecedor. Del Ulises, el esfuerzo por la novedad formal. El llevar la imaginación en el terreno formal más allá de lo lógico. El tratamiento de la voz, el punto de vista y la distancia del observador. Y el desdoblamiento de personajes, situaciones y trama, en que lo más cotidiano tiene una sombra mítica. De Brecht, todo el dispositivo del teatro épico: el distanciamiento, los elementos narrativos y no dramáticos, el montaje de escenas, la progresión no continua, la construcción no psicológica del personaje, la intervención del espectador, la creación de una mirada crítica del mundo, etc. Creo que Brecht sistematiza la dramaturgia contemporánea, que todo lo que se ha escrito tras él depende de sus concepciones y de sus hallazgos. Y Chejov… ¿quién no quisiera haber sido Chejov, y lograr escribir como él y crear los personajes que crea él? Cuando escribo un diálogo, tengo siempre a Chejov como modelo. Pregunta. En 2002 participaste en un taller impartido por Suzanne Leabeau: ¿de qué manera influyó esta experiencia en tu escritura posterior?
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Respuesta. He participado en muchos talleres, estoy muy orgulloso de haber tomado parte de todos ellos. Fermín Cabal, del cual siempre aprendo; Ernesto Caballero (monitor del primer taller en que intervine, de cuya mano conocí la Poética de Aristóteles), Ignacio Amestoy, Marco Antonio de la Parra (que me impulsó a ir siempre más allá), Jorge Goldenberg (qué gran experiencia, qué gran amistad), Paloma Pedrero, Alonso de Santos, José Luis Borau, Sanchis Sinistierra, Mauricio Kartum, Lola Salvador, Rodolfo Santana, Robert McKee, Zakhary Sklar, Sid Field, Ignacio del Moral, Linda Seger, Manuel Matjí, etc. ¡Hasta Augusto Monterroso! De todos aprendí. ¡Hasta de Augusto Monterroso! Así como aprendí en esos otros talleres en los que yo fui el monitor… tanto se aprende intentando enseñar, tanto se aprende de los que están aprendiendo. El taller de cinco días de Suzanne Leabeau fue fulgurante. Ella me dio un legado magnífico: me indicó que escribiera lo que escribiera y para el público que escribiera, nunca debería de escribir de otra manera, no debería nunca engañarme, nunca traicionar mi forma de escritura. Era en un taller de teatro infantil, y ella me insistió: si escribes para niños, no puedes escribir de forma diferente a como escribes para adultos. Los niños ni son tontos, ni merecen que les engañes. Gracias, Suzanne. Pregunta. En un mismo año, el 2000, fuiste finalista del Premio Nacional de Literatura Dramática y ganador del Premio Born. Unos años antes recibiste, entre otros, los premios Calderón de la Barca, Lope de Vega y Rojas Zorrilla. ¿Qué supone para ti, a nivel profesional y personal, la concesión de premios tan prestigiosos? Respuesta. Por una parte, fueron un reconocimiento primero que impulsaron mi forma de escribir. Por otra,
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supusieron ver mis textos publicados… Pero, pese a todo, parece que sufro una especie de maldición, de silencio, que impide que mi obra llegue, no se vea conocida de la manera que creo se merece. He llegado a todos los sitios, es cierto. Pero parece que siempre tengo que estar recomenzando, empezando a darme a conocer de nuevo. Pregunta. Si en estos momentos tuvieras que elegir, de entre todas tus obras dramáticas, sólo una de ellas: ¿con cuál te quedarías y por qué? Respuesta. Todo lo que escribo forma parte de un mismo esfuerzo creativo… Así que es difícil elegir una obra…. No puedo decir eso tan bonito de “me quedo con lo último que escrito” (que podría ser esta Memoria de 7 días que presento ahora, y de la cual me siento muy orgulloso). Sería más acertado decir que me quedo con lo que aún son proyectos y aún permanecen en mi cabeza, torturándome: las Variaciones sobre la cabeza de dios, de las que ya he publicado unos breves fragmentos… Luces en el cielo, el texto sobre el caso Ummo, una conspiración sobre una supuesta colonización extraterrestre en el contexto del franquismo, en la que estaban implicadas desde la CIA hasta el Partido Comunista, pasando por Alfonso Paso y Buero Vallejo, que será una trilogía y que tengo en fase de esquema. También, el hipertexto al que llevo dando vueltas desde hace décadas sobre el ocultista Aleister Crowley y que tal vez nunca escriba… Quizá, el texto que estoy empezando a germinar, Un bosque en el que perderse, en fase de primer boceto. Sin olvidar ese texto épico, Antártida, que traza un paralelismo entre el enfrentamiento de dos ejecutivos en estos tiempos de crisis con la lucha por el Polo Sur de Scott y Amundsen y que permanece destripado esperando tiempo para ser reescrito completamente. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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Pregunta. En algunas entrevistas confiesas que tu escritura refleja lo que tú denominas “dramaturgia de la destrucción”. Explícanos el significado de ese término desde tu punto de vista. Respuesta. Eso fue un texto breve que, a modo de ideario, escribí para el estreno de mi primer estreno en solitario, Los malditos, en 1999. Aún sigo manteniendo lo que escribí entonces. “Dramáticamente, lo primero es dar cuenta de una atmósfera, de un clima. La selva lo inunda todo, y no sólo el escenario. La selva ha de hallarse presente hasta en el último rincón del lugar de la representación y borrar la seguridad de cualquier puerta de salida. No dejar pensar al espectador: "Esto ocurre aquí, donde todo es ficción, todo mentira, pero allá, afuera, donde está la verdad en que me conforto, me espera mi coche, mi casa, mi trabajo". Al iniciarse la representación, los valores seguros desaparecerán para todos. Los que se atrevan a ser más que espectadores, cómplices, disponen cuerpo y alma para vivir la peripecia de los personajes. Imposible escapar. Y nuestro deseo es que el espectador, convertido en parte del sacrificio que ante él, dentro del viejo rito revivido del teatro, tiene lugar; deje de pensar en actores, en máscaras, y se sienta, junto a los personajes, partícipe de la acción. La densidad del espacio es primordial. El ámbito de la selva se contrapone al entorno jerarquizado en el que viven los personajes y que se va enrareciendo en la traición y el asesinato. Queda un último emplazamiento en esta geografía moral,
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la Playa, espacio abierto y deslumbrante frente a la oscura claustrofobia de la selva. Allí donde todo se prueba para volver a alcanzar un sentido. Ese lugar final de llegada en donde se cuestiona la existencia de una respuesta, en donde la interrogación late inabarcable y lo que debería ser el final, el cierre, se transmuta en posibilidad plural. Los hombres, sus ambiciones, sus deseos, sus temores, nada son entonces frente al rugido de un mar impasible y el bramido de una selva en llamas.” Hablaba ahí de una dramaturgia implacable, exigente. Primero, conmigo mismo como autor. Luego, sin concesiones, con los personajes, sometidos sin ningún tipo de defensas al desgaste del enfrentamiento dramático, que acabará destruyendo todo aquello de lo que se revisten en la ficción para quedar solos frente a su esencia, que para mí es una gran interrogación. E implacable para el espectador, al que no busco divertir sin más. No quiero que vaya a ver mis obras para evadirse, sino para encontrarse consigo mismo, para preguntarse acerca de sus problemas y de los problemas que le rodean. El autor, el espectador, los personajes son y deben ser sujetos de transformación y de cambio. Siempre me gusta citar un fragmento de Kafka que, cuando leí por primera vez, me perturbó: “no leo un libro que no sea como un puñetazo en la cara”. Pregunta. Dirigiendo la mirada hacia la pieza dramática que publicamos en este número, Memoria de 7 días, algo que llamó mi atención fue el hecho de que las palabras en cursiva, en vez de crear una acotación, responden a una especie de monólogo interior de la protagonista. ¿A qué se debe la inclusión de este elemento narrativo en una obra dramática? en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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Respuesta. El monólogo y el diálogo fueron dos formas del texto que fueron desarrollándose en paralelo, en un proceso de montaje que sólo en el último momento alcanzó un engarce definitivo. Ese elemento narrativo, realmente narrativo-dramático, afianza el protagonismo de la mujer, nos habla de su conflicto, de su desequilibrio y sitúa el punto de vista de ella como el único del texto. Esa alternancia entre el monólogo y el diálogo remite finalmente a un monólogo interior y, cuando lo escribía, tenía en mi mente uno de los pasajes más bellos que conozco, el monólogo crepuscular de Elena en Tío Vania, de Chejov. Incluso, me planteé escribir los diálogos sin marcar las entradas de los personajes (como hice en Los Restos Fedra) para sugerir que estos eran parte del monólogo interior de T. Al fin y al cabo, todo está vivido desde el punto de vista de T. Y la forma tipográfica de su nombre, T, debemos verla como un ideograma: un ser humano, erguido, y con los brazos abiertos, en el momento del cruce, de la crisis, de la decisión. Alguien que cree tener su última oportunidad, se aferra a ella, cae en el ridículo y que finalmente se ve forzada a plantearse su vida, a huir de esa enajenación y encontrarse a sí misma. Pregunta. En la obra se nos presenta una situación que, desgraciadamente, sigue ocurriendo en nuestros días: el uso de favores sexuales a cambio de una subida en el aspecto laboral. Pero, en este caso, ¿quién es la verdadera víctima? ¿La jefa de redacción que se aprovecha del joven becario o el chico nuevo que, finalmente, chantajea a su superiora? Respuesta. Eso sería una pregunta que cada espectador/lector debería responder. Creo que éste es un juego peligroso al que las dos partes se entregan de forma
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irresponsable para satisfacer deseos y ambiciones. Yo moralmente no defiendo ni a uno ni a otra, aunque aparentemente haya una cercanía en el texto hacia el personaje de T. De todas formas, siempre podemos preguntarnos hasta qué punto el becario, J, no está replicando comportamientos que la misma T practicó por interés o sufrió como víctima cuando era becaria. Es también una crítica a la inversión moral producida por una malentendida liberación de la mujer. Algo similar a lo planteado en esta obra lo viví como testigo hace meses en mi trabajo, con la llegada de un becario demasiado descarado… Vi situaciones y oí diálogos entre el becario y mis compañeras (algunos de estos diálogos están incluidos en el texto) en los que me planteé que, si se hubieran dado con una becaria en vez de un becario, hubieran dado lugar a una denuncia. Odio la inversión moral. Si algo es válido moralmente, lo tiene que ser de forma universal. Volviendo al texto, se advierte en la mujer una liberación final, un comprender que ése no es el camino para lograr satisfacer sus deseos, ya que finalmente la sometería al dominio de aquél al que ella pretende dominar. Pero no por eso T llega a una catarsis plena, a una liberación moral. T no es un ejemplo a seguir. Es una persona que no sabe salir de su error, nada más, no una fuerza moral irreprochable, una heroína sofoclea. Por otra parte, en esta obra se critica algo más. La manipulación, la falta de criterio objetivo en el aparato informativo, sometido a intereses comerciales, incluso personales y subjetivos. La gratuidad, la frivolidad, la falta de rigor, el oportunismo, el populismo que se da en televisión. El considerar al espectador como objeto de consumo. Trabajo en televisión desde hace veinticinco en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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años. Durante más casi 15 años lo he hecho en programas informativos. Odio la televisión. Representa lo peor de lo que detesto. Lo digo con pleno conocimiento de causa. Pregunta. Esta obra es un claro ejemplo de tu compromiso con la realidad: en ella diriges una mirada crítica, de forma intencionada, hacia este problema social que, aún hoy en día, se produce con la más absoluta impunidad. ¿Qué tipo de reacción esperas del lector/espectador ante lo que se le plantea en la obra? Respuesta. La reacción que intento despertar pasa por una postura moral. Pero la postura moral no significa elegir en un texto mío por alguno de los comportamientos presentes como positivo. Ninguno lo es. Es la situación la que hay que cambiar. No es cuestión de alinearse a un lado, a un único lado, al lado de lo que supuestamente es lo correcto. No existe lo correcto. La única solución es cambiar la sociedad. Y ahí entra el espectador, a través de su mirada crítica desarrollada a través de la obra, del disfrute y la experiencia vivida en la obra, que al acabar el espectáculo inevitablemente debe dirigirse a la realidad. Y no con una actitud conformista, sino con una intención de cambio. No propongo soluciones, no hay soluciones. Simplemente, razones para el cambio. Razones para empezar a pensar en un mundo mejor. Pregunta. También la denuncia de distintas lacras de sociales vertebra otras piezas tuyas como Todos los que quedan, Los engranajes o El canto de las sirenas (por citar sólo algunas). ¿Tú consideras que, en general, es deber del escritor mostrar, de forma crítica, los problemas de nuestra sociedad moderna o es que te interesa a ti, de forma particular, reflejar la problemática social?
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Respuesta. Escribir es interrogar a la realidad e interrogarse a sí mismo. Leer, trasladar la interrogación del texto a la experiencia propia de cada lector. Los textos no deben ser periódicos ni panfletos. Son antes que nada, formas de experiencia. Vivimos en los textos y los textos a su vez nos hablan de nuestra experiencia, ya que podemos contrastar ésta con lo que los textos nos dan. Los textos nos ofrecen la capacidad de disfrutar, de celebrar. El teatro es entretenimiento y es rito. Y en ese entretenimiento y en ese rito, los textos nos hablan. Hay un logos. Un buen texto es el que nos habla bien, es decir, nos habla y no nos enmudece. Nos hace pensar. En un texto obligamos al espectador a ubicarse continuamente en puntos de vista diferentes, incluso antagónicos. Esa experiencia extrema a la que se somete a los espectadores debe ser responsable, por parte del autor. No se le debe meter a un simple carrusel sin sentido. A agitarle para nada. No debe tampoco forzarle a ir en una única dirección. Hay que darle toda la libertad. Simplemente, hay que exponer todas las piezas, darle todos los argumentos, exponerle puntos de vista contratados en los que se defienda cada postura, por encima de las preferencias del autor y darle al lector el lugar del buen lector. Es decir, el lugar de un lector inteligente que recompondrá finalmente los elementos en su juicio propio. Pregunta. ¿Tienes amistad con otros escritores, tanto noveles como reconocidos, contemporáneos? Aparte de tu presencia en el grupo teatral El Astillero, ¿participas de algún modo en otros proyectos comunes? Respuesta. Intento mantener contacto con la mayoría de los autores, sin importar que tengan 80 años o 20. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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Ahora preparo el proyecto Europa, una continuación del proyecto Mein Kapital, con autores catalanes y autores de El Astillero: Helena Tornero, Albert Tola, Francesc CerroFerrán, Daniel Martos, Luis Miguel González Cruz e Inmaculada Alvear. Con autores de Argentina, Brasil, México y Nueva York preparo el proyecto El vuelo de Gea, que daría lugar al estreno simultáneo de cinco montajes diferentes con un mismo texto colectivo. Y quiero escribir un texto en colaboración con una autora joven, María Folguera, cuya escritura me ha impresionado. Pregunta. ¿Cuál es tu opinión sobre el teatro actual que se representa/publica en España? ¿Y qué le auguras para el futuro? Respuesta. En estos últimos años he vivido un tanto apartado del día a día teatral en España. Pero por lo que veo, la situación es un tanto triste. Por una parte, la crisis ha promovido un teatro conformista. Y eso llega incluso a aspectos tan interesantes como el de los espacios no habituales que han surgido ahora y que muchas veces se ven contaminados por espectáculos convencionales, por comedias que explotan la risa fácil. Por otra parte, hay una nueva generación de autores, de entre 20 y 30 años, que hay que seguir. No doy nombres, están en boca de muchos, aunque hay que ser cautelosos, me temo que muchos de ellos sucumbirán y derivarán a un teatro más conformista… Pregunta. Y, como broche final a la entrevista, ¿podrías adelantarnos cuáles son tus proyectos inmediatos?
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Respuesta. Finalizar la novela que escribo ahora, Con ojos de hermano. Darle forma final a mi tesis doctoral en Comunicación Audiovisual. El encargo de hacer dos documentales para TVE, uno sobre Concha Velasco y otro sobre José Luis Gómez. En cuanto a la escritura teatral, acabar esas obras inacabadas que he citado. En unos meses, tendré el estreno de El procedimiento producido por El Astillero y dirigido por Luis Miguel González Cruz. Un texto que acabé hace 3 años y que ha sido tan premonitorio como silenciado. En él se habla de la insatisfacción creada por el bipartidismo, de la manipulación de los medios de comunicación, de la crisis de la institución política y de la misma monarquía, del desmembramiento interesado de España, del movimiento indignado… Los proyectos comunitarios de Europa y de El viaje de Gea, un proyecto transatlántico que reunirá cinco escritores y cinco centros de producción de España y Latinoamérica, y que en su versión española cuenta con la colaboración de Carlos Rodríguez. Un bosque en el que perderse, una versión cruel de la historia de Campanilla, Peter Pan y Wendy para Adolfo Simón. Y en dos años, mi viaje a Estados Unidos gracias a Dave Hitchcock y a la University of Shouthern Indiana, en el que pondré en escena como director un texto mío y que espero me traiga nuevos proyectos. Tras este breve encuentro, dejamos a Raúl que prosiga con su atareada agenda. Nos despedimos de él, no sin antes desearle muchos años de salud y energía para que pueda seguir realizando esa actividad frenética a la que ya está acostumbrado y por la que se mueve como pez en el agua. Ya sea en televisión o abriendo un libro (de cuentos, novela en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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o teatro), seguro que volveremos a encontrarnos con su mirada crĂtica y firme en un futuro muy cercano.
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EL HIJO DEL ENTERRADOR José Gutiérrez-Llama México 2013
Título: El hijo del enterrador Autor: José Luis Romero Editorial: Ediciones B, 2013 El Asilo del Port, ubicado entre el puerto y la falda de la Montaña de Montjuich, era una institución que formaba parte de la red de Beneficencia infantil de Barcelona donde iban a parar niños huérfanos o delicados de salud, cuyas familias no podían procurarles las atenciones necesarias. El hijo del enterrador es una parte de la historia del Asilo contada a través de la mirada de Jorge, un niño de ocho años enfermizo y débil, que traba una amistad fraternal con otros dos chicos del internado: Eloy y Ricardo. Eloy es otro niño de su edad, torturado a causa de su maldita pierna atrofiada a la que culpa de todos sus males y desgracias; Ricardo es tan sólo algo mayor que ellos, aunque a causa de su desarrollo tiene la corpulencia de un adulto. Ricardo tiene buen corazón, pero también es muy bruto y a causa de eso todos le en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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temen y le conocen por Animal. De la mano de nuestros protagonistas el lector será testigo de la rivalidad, abuso y maltrato de los más grandes y fuertes hacia los más pequeños, y del apuro de los tres chicos para escapar a toda esas dificultades. El hijo del enterrador es una historia dura pero a la vez cordial que nos mostrará la cara menos amable de la relación de los chicos con las severas Esclavas del Corazón de María, orden religiosa que tutelaba el Asilo con una férrea disciplina. Se trata de una cruda historia de niños y de sus familias con la que recorremos algunas postales de la Barcelona de la década de los cincuenta, años de severas dificultades para las clases trabajadoras y más desfavorecidas, para las que no era fácil sobrevivir en aquella ciudad. Esta novela cuenta una historia real vivida por Jordi Guardiola Dumé, que a finales de la década de los cincuenta sobrevivió a su internamiento en el Asilo del Port durante tres años. Jordi es hoy un hombre de sesenta y dos años que no ha podido arrinconar aquel aciago periodo de su vida, ni ha querido enterrar el recuerdo de esa especie de familia que formaron los tres niños, quienes al igual que tres hermanos, se confabularon cuando hizo falta, se consolaron en los momentos de desesperanza, aprendieron juntos a reírse de ellos mismos y a ser felices pese a tenerlo todo en contra. Jordi Guardiola jamás olvidará a ninguno de sus amigos, ni la complicidad que nació entre ellos en aquellos tiempos de desgracias. En su corazón alberga dos grandes recuerdos: la nefasta relación con la religión, tal como la entendió en aquella época y el trágico final de uno de ellos. Sus recuerdos novelados conforman esta historia.
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pedro herrero valeria tittarelli
LA VOZ DE LA EXPERIENCIA Pedro Herrero Barcelona 2013
“Anda, muchacho, ve a por ella, no seas tímido. Haz caso a la voz de la experiencia. Ella te está esperando, puedes creerme. Tú no te has dado cuenta, pero yo lo he visto de inmediato: le gustas, te ha mirado al pasar. Si le hubieras hablado entonces, se habría girado a escucharte. Venga, deja en paz esa limonada, deja de ser un crío de una vez por todas. Atrévete a dar el primer paso, acostúmbrate a perseguir aquello que deseas.” Y el chico se levanta por fin, a regañadientes, y se dirige hacia la mesa del fondo de la cafetería, donde acaba de sentarse una rubia efervescente, cuyo tránsito por el local se ha llevado por delante las miradas de casi todo el en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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personal. Llega junto a ella, se inclina y parece que le dice algo al oído. La chica tarda un poco en reaccionar, pero acaba sonriendo y el muchacho toma asiento junto a ella. Al cabo de un minuto, los dos ríen a un tiempo y piden una copa al camarero. Entonces, el abuelo apura a sorbos la limonada de su nieto y mira alrededor con aire de satisfacción. Es consciente de que ha puesto en marcha la azarosa maquinaria del destino, y está orgulloso de que el chaval obtenga lo que ni el mismo –de joven- pudo nunca aspirar a conseguir. Entre otras razones, porque jamás se atrevió a intentarlo. Imagen: www.google.com
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EL DETALLISTA Javier Díaz Guinot Sant Cugat del Valles Barcelona Julio 2013
Ninguna entendía cómo no tenía aún esposa. Todas sus mujeres encontraban en él lo que buscaban. Era culto, elegante, inteligente, divertido, capaz, respetuoso y comprensivo. Las ayudaba en sus tareas, adoraba a los hijos que tenían de relaciones fallidas, si los tenían. Les hacía el amor con entusiasmo y entrega, atendiendo a sus más mínimos deseos y fantasías. Pero no se quedaba con ninguna. Ellas no sabían que, en realidad, estaban siendo minuciosamente catalogadas. Con un detallismo filatélico. Imagen: www.google.com
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AL VACÍO José Gutiérrez-Llama México 2013
“El resultado de la muerte es lo informe, el desvanecimiento de las formas como si nunca hubieran sido; la nube que por un momento se asemejó a un camello o a un león se deshilacha y disuelve en lo azul” –Fernando Savater–
Pensaba en el imbécil o los imbéciles que con autoridad casi divina, daban al error un matiz didáctico, mientras imaginaba a otros imbéciles, si no los mismos, y a él mismo, incluso, cuando tropezaban en infinidad de ocasiones con la misma piedra y hacían acrobacias cada vez más refinadas y estéticas para caer con inédita belleza. «¿Qué otro aprendizaje pueden dejar los yerros y los pecados a los que somos proclives?», se decía, en tanto sus dientes machacaban aire impregnado de saliva a medio fraguar y rechinaban en tono doliente cerca de los oídos. «Quizá en los filamentos y las minucias orgánicas las equivocaciones fueran lección de supervivencia pero en lo conductual las cosas eran distintas. Los filamentos eran distintos, y las minucias —parásitos ávidos del alimento que les prodigan nuestros vicios para nutrirse hasta la corpulencia—, vejigas insufladas de contradicciones obsesivas y compulsas, concebidas y criadas en el seno blandengue del cerebro o quién sabe en qué otro recóndito sitio
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no menos amorfo», se insistía al tiempo que sus ojos se clavaban en los ojos zarcos de esa mujer de pupilas imantadas con la pátina marítima del útero primario. El aroma a sal trepó a sus cejas y el milagro inicial volvió a operar cuando sintió —bajo la escotadura esternal—, el repicar cardiaco. Hacía tanto que no escuchaba su opaco percutir, que por un instante se creyó resucitado. «Tal vez», sonrió. «Tal vez», repitió para sí con la vocecilla sobria del pensamiento. Cualquiera que se estime debería aspirar a ser producto de un orgasmo intenso, rabioso, capaz de desgarrar el velo negro de la noche para que la luz penetre en los intersticios y pliegues y, cualquiera que renazca debería aspirar a ser parido o, más bien, ungido por la belleza. Así que, en ese sentido, la elección del hombre parecía adecuada, de no ser porque entre ellos había una historia triste de amor no correspondido que le había roto el corazón en varias ocasiones, cuando colgó su entusiasmo de esos ojos que siempre se cerraron antes de mirarlo. Se vio, tiempo atrás y a ras de piso, atado de sus talones de piel esquiva como la del pez. Se recordó en su intento por alcanzar el cielo con la gracia con que vuela una serpiente desdeñada por la edénica princesa de los viejos cuentos. La supo lejana como el cordón desanudado en el zapato del ladrón que huye. Fría como la sustancia nitrogenada que escapa de las manos o los sueños felices que se largan de la almohada antes de que amanezca, sin importar el clima del día siguiente. Se sintió confundido, extraviado. Cómo era posible estar ahí —a pesar que se desvivía por ella—, a la espera de la mínima señal de esos ojos para repetir la trágica andanza. Volvieron los imbéciles y transitó otra vez sobre sus reflexiones de inicio. Comprendió que los suicidas exitosos nunca reinciden pero —para su desgracia—, él era un mediocre dispuesto a dar un nuevo paso al vacío. Imagen: https://www.facebook.com/pages/Abstractiscismo-Sublime
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christian peytiavy puerto gómez corredera montserrat tomás g.
SERVILLETA DE PAPEL Sonia Ehlers 2013
¡Uf!, ¡qué frío! Era una tarde gris. Le apetecía un chocolate caliente. Se dirigió al bistrot de la esquina de la calle de George V. En la calle de enfrente estaban estacionados algunos taxistas sentados en Mercedes Benz esperando clientes. En uno de los autos, estaba muy sentado un perro viendo a través de la ventana, mientras que su dueño, parado a un costado, fumaba un cigarrillo. Caminó despreocupado hasta el bistrot; la mayoría de las mesas estaban ocupadas como de costumbre. Se sentó en la única mesita disponible, ¡qué suerte!, era su rincón
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favorito; era una mesita con una sola silla. Mejor, así no se sentaría nadie a su lado. Pidió un chocolate al mesero que ya lo reconocía, pero que no se permitía hacer más que un gesto ligero evitando intimar. Así era la gente de ciudades grandes. Mientras esperaba, sintió la necesidad imperiosa de escribir. Lo único que tenía a la mano para hacerlo era una servilleta de papel que estaba dentro de una copa en el centro de la mesita. Sacó su lápiz y comenzó a escribir en aquel pedazo de papel: estoy en esta ciudad… que dicen es de las luces, donde el arte se vislumbra en cada rincón, donde las luces brillan hasta el amanecer, donde las musas están por doquier. La he recorrido de cabo a rabo, sin embargo, me siento vacío. Me faltan los ruidos domésticos, el llanto de los niños, el abrazo del amigo, la carcajada espontánea de algún comensal. Los museos, los teatros, los monumentos, todos, los he visitado una y otra vez. El mesero se acercó con un humeante chocolate. —Voilà, monsieur. —Merci, monsieur. Dejó de un lado la servilleta garabateada; se dedicó a beber su chocolate. Los clientes entraban y salían con caras inexpresivas o ceños fruncidos. Al terminar, se levantó, pagó su consumo y abandonó el bistrot. Iba cavilando por aquellas calles bien trazadas, evitaba en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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pisar algún recuerdo olvidado por algún perro. De pronto, recordó que había dejado la servilleta con sus notas. Bueno, pensó, nadie la notará, seguramente el mesero la recogerá y la botará. Es lo normal. Pasó aquella noche recorriendo las calles cercanas al Folie Berger. Siempre le gustó ver la gente que hacía filas para entrar a ver a aquellas mujeres de anatomías perfectas quienes realzadas por la fantasía del juego de luces, banabana acompañadas por músicos profesionales. Al día siguiente, como acostumbraba, se dirigió a su bistrot predilecto; se sentó en aquel rincón de costumbre. En esta ocasión, pidió un capuchino. Miraba aburrido a su alrededor, de pronto, posó su mirada en el servilletero: había una servilleta con algo escrito. Decía: “Leí tu nota; veo que no soy la única persona aburrida en esta ciudad de las luces. Vine a estudiar filosofía a París, estoy contemplando la posibilidad de irme a España. No sé, es una idea que estoy sopesando”. Salvador estaba intrigado. ¿De quién sería la nota? Observó las mesas circundantes, todos parecían concentrados en conversaciones con sus acompañantes o mirando al vacío. Había uno que otro comensal, parqueado como él, con cara inexpresiva. Metió la servilleta en su bolsillo. Sacó su bolígrafo y escribió en otra servilleta: “Anoche al salir de acá, me fui a deambular por el área de Folie Berger. Había mucha gente. Bajaban buses de turistas bien y mal vestidos. No sé cuánto tiempo llevas por acá, pero ya mis tres años me están pidiendo un cambio. Viene el fin de semana y siento desde ya el peso de las horas…”
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El capuchino se enfriaba. Estaba entretenido con aquella nueva nota y la de su corresponsal. Jugueteaba con ella entre sus dedos al tocarla en su bolsillo. Pensó que era un tonto, analizaba si dejar o no la nueva nota. Decidió que no le hacía daño a nadie y la colocó entre las otras servilletas, por si volvía a suceder. Seguramente, fue una broma de alguien que le hizo gracia la primera nota que dejó olvidada sobre la mesa. Se levantó y se fue luego de dar un vistazo por las mesas. Así fueron pasando los días. Él escribía y recibía respuestas. Quería saber quién era su corresponsal, si ya podía considerarlo su amigo o amiga. Comenzó a ir varias veces al día al bistrot para ver si podía encontrarse con esa persona. Estaba sintiendo la presión, la curiosidad; necesitaba respuestas para sus notas. Temiendo perder la razón, decidió un día de buenas a primeras, suspender las visitas a ese lugar y cualquier contacto. Se fue al otro bistrot ubicado tres cuadras más arriba. Se sentó en una mesita redonda. Vio el servilletero. Estaba anonadado... ¡no podía ser! Había una nota escrita en la servilleta. “Salgo para España de la estación Central. Te espero hoy a las 2 p.m. en el andén número 4.” Imagen: www.google.com.mx
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AULLIDOS DE MI SIERRA Luis Antonio Ismael Muro Mesones
Con la oscuridad inmediata de la noche, se viene el charco de aullidos. Aullidos y explosiones que retumban en los cerros, que bajan resbalándose por las aguas de las quebradas, haciéndolas hervir; que suben por las faldas de los cerros arruinando sus pastos verdes. Aullidos y explosiones que infectan el aire, con olor a pólvora, azufre, a infierno… y da bastante desconcierto, miedo y eriza la piel. Don Hipólito nervioso dice a su mujer: Sabes Santosa, ya mi cuerpo se ha acostumbrado a sudar frío igual que el nevado. Como quisiera que estas mantas nos cubran de todo este miedo. Mis manos y mis pies hace tiempo que no tienen sangre; ellos llevan el mismo frío del pánico de la noche. Lo único que está caliente en mí, es mi pecho, por este corazón que quema, que suena a tambor lejano como contando las desgracias con sus latidos y me hacen doler las costillas, como si me las quebraran… Santosa.
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Es por la noche que toda la sierra, los cerros, ¡Todo!, se llenan de esto, se notan que están en una condición de reventar, al igual que un volcán, o como los nervios y las ampollas del cuerpo de don Hipólito, que no aguanta más. Doña Santosa toda inquieta responde: Por favor, cállate Hipólito, vuélvete mudo si vas a continuar murmurando así, mejor es que no dejes hablar a tu miedo; tu siempre has tenido la fuerza de poderte controlar. Así fue como dominaste a los demás y fuiste el mandamás en la comunidad, por mantenerte callado y duro como las piedras duras y frías; el no hablar nunca de tus miedos, si por este lado te tumbas; ¿qué va a ser de mí Hipólito, si sabes que dependo de ti?, ¡¿y qué será de las pocas tierras que nos quedan?! ellas no producirán más si te acobardas. Cállate si vas a hablar mal, te pido que te olvides que estás aquí en este mal tiempo. Dale uso a tu razón y olvídate de este mal sentimiento que viene de afuera atravesando ya de una forma anormal tu corazón y se adueña de ti. Mejor bebe únicamente por esta vez los tragos de aguardiente que quieras y calma tu angustia. Y ya ebrio, tal vez mejor te animas con estos tragos fuertes y cantas cualquier cosa, o mejor silbas ese huayno que desde siempre te ha gustado, sílbalo o cántalo Hipólito, hazlo pero bien fuerte dentro de tu corazón o dentro de tu cabeza, para que así huyas de este mal sentimiento. Acuérdate de tu pasado, cuando risueño tocabas la chirimilla, y me hacías bailar con esa música. Ahora llena tu cuerpo de ese recuerdo, llénate de ese huayno, con la tonada de la chirimilla, que con esta esperanza, nosotros duraremos más en este lugar. Pero, por favor, ya no hables de todo el miedo que hay afuera, que yo no soy ciega ni sorda y también me doy cuenta; pero ¡por favor! ya no repitas este miedo que nos rodea, que así lo atraes más. Cállate Hipólito, que las mujeres en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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tenemos más miedo que los hombres. Y comprende que el valor o descontrol tuyo es el que me contagia como esta sierra. Don Hipólito al escuchar atentamente a doña Santosa la reprimenda que le daba recordó aquel día funesto para él; cuando su padre a punto de fallecer le aconsejó: Sabes Santosa, ya mi padre estando grave casi expirando me aconsejó que en momentos difíciles e inexplicables de la vida, iguales a estos que hoy estamos pasando, mirara y escuchara con mucha atención mi momento presente, que observara con la mayor concentración de mis sentidos y de mi vida todo lo que me rodeara o asombrara. Y ya casi agonizando mi padre terminó por explicarme: “Luego mira tu mano izquierda y con tu mano derecha jala tu dedo del corazón; si tu dedo del corazón no se estirara es que estás vivo, y si tu dedo se estirara es que puedes estar durmiendo o mejor dicho soñando; o tal vez estarás muerto. Este secreto es para que recobres conciencia verdaderamente de tu estado; en el que te encuentras”. Mi padre en su agonía intentó jalarse el dedo del corazón; pero no lo logró porque expiró. Pero sabes Santosa, yo sé que él si se estiró su dedo, en su otro mundo. Porque sé que las almas pasan completas, con sus cinco sentidos a esa otra dimensión de los muertos. Y ahora, por consejo, de él y por el secreto que me explicó, jalaré mi dedo del corazón, que es éste. Y acabaremos hoy mismo con todo este misterio tan raro que vivimos aquí. Y ya en el intento de halar su dedo anular, Doña Santosa no le permitió cogiéndole con ambas manos las manos de él. No intentes esta locura, esta desgracia Hipólito, que a mí
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me da miedo descubrir nuestra verdadera realidad, aunque como mujer ya algo intuyo. Pero yo no quiero comprobar si estoy con vida, o si estoy soñando o estoy muerta, sabes Hipólito las tres cosas me aterran, y prefiero que la respuesta caiga por su propio peso, eso es inevitable para los dos, y sería lo correcto, porque nada sucede al azar en la aventura de esta vida, para nadie, y aquí en este mundo hay una lección que debemos aprender para alcanzar nuestro propio destino de cumplir para lo que fuimos creados. Además ya te he dicho que las mujeres tenemos más temor que los hombres. ¿Por qué nos situaremos en más apuros de los que tenemos?... Pero Hipólito eres cerrado de entender. Quiero que comprendas que lo que yo deseo es que me des una esperanza buena, aunque sea una ocurrente mentira, que yo creeré en ella concentrándola en mi corazón. Y afuera de la choza la misma manía de esta desgracia: los aullidos y las explosiones, el llanto de las lechuzas malagüeras que se han escapado del cementerio y se han arrimado más acá, ya cerquita de ellos. Para este momento los cuerpos humanos que quedan todavía en la comunidad, permanecen escondidos en la oscuridad de la noche sin luna, únicamente el sentido del oído agudo de los comuneros transita pegado al viento aguaitando por todos los caminos de herradura las explosiones y todos los miedos. Es agosto y los ventarrones helados se filtran a través de las quinchas y las paredes de las chozas. Hipólito sé hombre por esta vez por favor, y abrázame con fuerza, que no eres tú, si no yo, que necesita la fuerza que tuviste; que soy todavía tu mujer y te lo pido; porque todo este frío malo, se me ha colado por la espalda. Abrázame que las mantas están hechas del mismo frío helado del granizo –y ambos se abrazaron, cubiertos por las mantas, en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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amontonando sus cuerpos en un nudo y tratando de calentarse con sus alientos. Y afuera las explosiones, el demasiado frío para esta temporada de estación, y todo el daño que aloca, todo este daño traído acá por contagio de ideas de otros sitios a estas tierras. Si hasta recién, recuerdan, los que quedan, todo estaba tranquilo y sereno. La dimensión pasiva que reinaba en esta sierra y que todos los sentidos humanos lo apreciaban, especialmente los ojos lograban medir a pleno día y ver la bondad de algún dios en el cielo azul, limpio de nubes, y cuando los paisanos alcanzaban las crestas de los cerros, miraban el horizonte completo lleno de armonía. Y luego, esto, lo malo, lo venido por tierra reptando como una serpiente, cargado de veneno y maldad, ¡sabe Dios de donde salió!... tal vez de algún infierno que vino a cobrar algún castigo. Todo comenzó así, como si callera una estrella fugaz del cielo, un día sin importancia, para luego transformarse en una eternidad. Y por esto, es que cambió el sentimiento de todos los comuneros, volviéndose más silenciosos, peligrosos y retrecheros, parece ya tanto tiempo de esto… un pasado con todos sus días atroces. Pero por las mañanas todo parece tranquilo, pero es engañoso, el sol sale con el canto perdido de algunos gallos, más el ladrido de los perros chuscos y flacos, que ya tienen algo de coraje y ante cualquier susto ladran, y que se han quedado sin dueños buscando sin cansarse con el olfato las huellas de sus amos que por algún sitio se han perdido. Los pocos árboles frondosos que se secarán obligatoriamente no por falta de lluvia, muestran en sus troncos marcas quemadas de las explosiones… hasta ellos también ha sabido llegar la maldad.
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Doña Santosa le recuerda a don Hipólito algo que se le ha perdido en la memoria de él y le dice: ¿Te acuerdas Hipólito de aquella loma? de esa loma llena de bondades, desde donde viste por primera vez el campo lleno de flores de la estación. ¿Te acuerdas cuando corriste como un puma tan rápido y veloz como el viento, por alcanzar esa lindura? y yo te seguí por curiosa también detrás como si fuera tu sombra. Qué lindo día completo fue ese Hipólito, lindo día que quedó estático en mi corazón. Tú recién te estabas haciendo hombre, y yo dejé de ser niña esa vez. ¿Recuerdas cuando al final llenaste mi pelo de las diferentes flores que apurado recogiste por ahí? Pero más feliz fui cuando llenaste mi cuerpo de toda tu hombría y me dijiste que por lo que había sucedido, estarían unidas nuestras vidas para siempre, tu voz sonó a pura verdad y te creí, es que fuimos una sola carne y eso me gustó. Deseo que ojalá regresen esos días de bondades Hipólito, para que así junten sus vidas otros jóvenes, como nosotros juntamos las nuestras. Don Hipólito algo reflexivo por el recuerdo de su mujer dijo: Sabes Santosa, mejor es que no hayas visto este campo por ahora, de cómo está, de cómo ha quedado por las explosiones. Mejor es que sea así, que mires tus recuerdos con nitidez, que veas esas flores que brotaron de la buena estación, y tú lo sostienes en tu memoria como una esperanza. Yo te agradezco que sea así, que hayas logrado juntar todos esos bellos recuerdos para mí. Tú al menos tienes ojos para ver tus recuerdos llenos de primavera. En cambio para mí me parece que eso hubiera sido un sueño borroso. Ya hace tanto de eso, que ahora no sé ni cómo fueron nuestras caras de jóvenes por esos tiempos. Pero sí en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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recuerdo tus hermosos ojos que tenían la forma de los ojos del venado, todos grandes de color choloque que se cerraron femeninamente, permitiéndome hacer lo que hice con nerviosismo a esa edad en tu frágil cuerpo de adolescente, me atreví a amarte y fue la primera vez que sentí el amor, Santosa. Pero ahora ya después de tantos años ni me acuerdo cómo se veían ya llegada la noche de aquel día el reflejo de la luna y las nubes en esas charcas de agua. Todos los recuerdos se me han ido y se me siguen yendo, hasta mi poca conciencia que me queda está que se marcha por alguna parte de mí. Si al menos pudiera dormir un poco, si pudiera cerrar mis ojos y diluirme con ese sueño de lo que tú ves en tus recuerdos de las lomas llenas de primavera, ahora me dormiría con la confianza de que tú cuidarás mi descanso. Pero tengo el temor que al cerrar mis ojos, los aullidos no me dejarán despertar jamás… y la verdad no soy de piedra como tú crees, porque tengo tanto miedo a esa dimensión extraña, a la que creo iría a parar si me durmiera. Y por las tardes, el sol siempre tiene la misma manera de marcharse, de ocultarse por el oeste, por detrás de los cerros de allá. El sol se hunde todo rojo como una herida movible del cielo, herido se esconde, para reaparecer al día siguiente como si nada. Pero ahora su ausencia ya en la oscuridad hace que regrese el temor, que empiece el susto, hasta en los perros se notan que ya temen ladrar y se espantan, hay algunos chuscos que bien a lo lejos aúllan, y más de tarde ya en la misma noche, se empieza a vivir la verdadera realidad. Don Hipólito nervioso le cuenta a su mujer: Sabes Santosa, el otro día, don Dolores se llenó de coraje y salió a ver todo lo que a nosotros nos da miedo. Dice su
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mujer, que don Dolores llegó luego botando espuma por la boca, y dice que sus ojos tenían la mirada de haber visto lo verdaderamente malo. Don Dolores cuenta que el cielo estaba herido lleno de sangre como el de cualquier cristiano: sangre roja tinta y fresca, parecía que le iba a caer como lluvia, y que las estrellas desde este mismo cielo se soltaban de cansadas, con un ruido atroz. Y dice que hasta la luna por culpa de los aullidos, ha sido transformada como un cántaro de barro lleno de lágrimas, y que aquí abajo por las quebradas oscuras, sombras parecidas a nosotros los humanos de diferentes bandos se enfrentaban entre sí, sin ningún respeto a la vida. Don Dolores llegó a su choza lleno de pesadillas. Pero con la limpia de brujería que le dieron después, se repuso en algo de ésta impresión, aunque ha quedado malogrado del alma y la cabeza. Pero así con todo el viejo trastornado ha tenido la hombría de marcharse, de irse de este sitio, esa hombría de hacerse ingrato a sus tierras, a la que todos nosotros desde que nacemos nos enseñaron a amarla. Y don Dolores se fue por cualquier camino, por ese mismo camino, donde tiempo atrás desaparecieron sus hijos, y él se ha ido convenciendo a su mujer y perseguido por su perro flaco que siempre les fue fiel. Pero por la mañana, cuando el sol salió con su luz tibia, como si nada hubiera pasado en la noche, me llené de coraje y revisé su choza, todo estaba conforme; únicamente faltaban ellos y como siempre ha quedado sólo ese olor feo del infierno, producido por las explosiones. Y el tiempo corrió despacio. Y don Hipólito y doña Santosa se acabaron física e internamente por la angustia todavía bastante más. Y el espacio seguía lleno de aullidos, explosiones y olor a azufre y sangre. Con el mal tiempo, la sierra se enfermaba sin curarse. Hasta las aves silvestres que abundaban por estos sitios, emigraron con sus miles en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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de cantos diferentes, huyendo a otros lugares, a otras geografías más atractivas, donde abunda la primavera con sus flores y su pasividad relajante para cantar allí sus alegrías. Y aquí aumentaron también las aves carroñeras, las lechuzas nocturnas aparecieron de día anidando en las chozas abandonadas, que ya huelen a cementerio. Y después de más tiempo malo y sin aguantarse, doña Santosa decidió: Sabes Hipólito creo que ya ha llegado el momento de marcharnos de estos cerros y planicies, de alejarnos de esta comunidad vacía, que ya también nos maltrata y no nos quiere, es necesario buscar la tranquilidad en otro sitio. Mira como ya se han ido todos. Nosotros también debemos bajar la cabeza y comprender que estamos rendidos y que todo está perdido; mas que sea por esta vez debemos darnos cuenta de nuestra mala realidad, y que debemos inventar una oración para ser bendecidos por la mano de Dios y hacerles ofrendas a los Apus de estos sitios y nos marcharemos esperanzados en la suerte que corrieron los que han logrado alcanzar otros horizontes. Mira como don Dolores con su locura se ha salvado, y los demás que repletos de miedo se fueron de aquí, en otros lugares se han acomodado. Así como todos lo han hecho, aunque sean rumores o mentiras de sus mejorías en los otros lugares. Así fugaremos lejos, por esa misma ruta, aquella por donde se esconde el sol. Y que recorriendo por allí dicen que se llega a un sitio llamado la capital y, aunque pueda ser una mentira nos queda la esperanza de que ahí las cosas estén más serenas que en esta serranía llena de pesadillas como tu cabeza. Y dicen que en ese lugar no hay cerros y que es completamente plano y su suelo no es de tierra porque está cubierto de cemento duro como piedra plana no más.
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Pero… de repente, algo en el espacio se tranquilizó algo así como un minuto, como dando una tregua en el lugar y la mirada de don Hipólito captó esto, se contagió de esta serenidad rápida y sus ojos se volvieron frescos como el sereno de la mañana, frescos como cuando tenía menos edad y bastante ingenuidad para ver la esperanza y futuro de otras épocas. Entonces don Hipólito más tranquilo de los nervios musitó: ¿Y cómo nos escaparemos de nuestra sierra, Santosa? – su mujer no comprendió la intención de la pregunta de don Hipólito. Y le cortó la explicación. Y ella respondió: Dejaremos este lugar huyendo silenciosamente por el cementerio, tú bien sabes que nadie sospecha de los muertos. Luego bajaremos por las quebradas profundas. Por aquellas que llevan hasta lo más hondo de la tierra y donde dicen que han arrojado tantos cadáveres y confundiéndonos con ellos y con las aves carroñeras, avanzaremos respetando las cruces de huesos de los finados que espontáneamente se han formado. Y luego buscaremos esa ruta que nos señalará la puesta del sol. A lo dicho por doña Santosa, don Hipólito respondió: ¿Y cómo nos escaparemos de nuestra sierra si en el silencio momentáneo, al repetirse mi corazón en latidos, sentí el aullido de todos estos cerros guardados ya por el tiempo en mi pecho? ¿A qué lugar podría yo huir, si ellos también están dentro de mí? Ven Santosa y aproxima tu oreja aquí y escucha como mi corazón ha cambiado de latidos por los aullidos de mi sierra, que ya también se han posado dentro de mi carne y mi sangre. Creo que ha en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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llegado el momento de no huir ni tener miedo, de ser reales con nuestra presencia aquí aunque seamos los únicos tercos en quedarnos, porque esto es nuestro; y nos quedaremos como testigos de cómo fue todo esto, si por si acaso algunos curiosos en el tiempo nos preguntaran: ¿Y qué pasó aquí? Y de nuestra boca brotará lo sucedido como una leyenda, para que ellos le den la explicación cualquiera que se imaginen, qué sucedió y lo hagan historia; ¡¿me entiendes Santosa?! Además me estoy preguntando: ¿y si todos estos aullidos no fueran malos para nosotros como pensamos? ¿ y si son sólo lamentos de las almas dolientes, que no sé cómo han aprovechado alguna oportunidad y se han escapado del cementerio donde reposaban, o si fueran nuestros lamentos y de todas las gentes que vivieron aquí, o si esos aullidos fueran los ecos de nuestra miseria, de nuestra desgracia y lamentos de la mala vida que hasta ahora llevamos por costumbre aquí? ¿Y si ya con todo lo dicho nos encontráramos lejos de esta serranía y se arreglara todo esto como fue antes, con toda la belleza del principio de la creación, de la naturaleza sana y hermosa, aún por conocer? Don Hipólito jaló todo el aire frío que pudo aguantar sus pulmones y terminó por decir: Ya no sé qué pensar Santosa. ¿Por qué si hay maldad en esto que nos queda?, quedémonos pues y acabémonos también nosotros con esta sierra y hagámonos parte para siempre con ella. Porque yo no tengo ingratitud a mi tierra, a lo mío; ni creó que mis pies llenos de callos acostumbrados a andar en estas punas, se atrevan a dar con ese camino de huida. Porque si nos fuéramos para la capital, para ese lugar desconocido para nosotros y donde se dice también que es feo para los foráneos como tú y
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como yo que estamos acostumbrados a movilizarnos libres en nuestras regiones naturales. Además por ser andinos no nos acostumbraríamos en nada allá, si hasta para caminar aquí andamos curcos por el peso ahora de estos lugares. Allá andaríamos peor, doblados hasta por la miseria por no poder caminar normal como si estuviéramos cargando nuestros cerros y los edificios de allá nos darían escalofríos por ser gigantes de cemento altos hasta llegar bien arriba, y tendríamos que vivir ahí sin poder mirar su cielo, su sol, su luna, sus estrellas y hasta el arco-iris que se forma cuando llueve. Y si por ejemplo tercamente nos encontráramos viviendo allá, y de repente se nos diera por rememorar todo esto: cuando fue, o tal vez vuelva a ser, y ya no tuviéramos la fortaleza, ni la edad para regresar a lo nuestro. Entonces tú te quedarías con tus ojos llenos de lágrimas cargados de nostalgia que mojarían tu rostro envejecido, recordando el campo de las flores que cubrieron tus cabellos. Y a mí de repente se me aclarara la memoria para siempre, y se me diera por recordar con todas mis fuerzas estos latidos de mi corazón; lo verde de mis sitios, el aire límpido de estos lugares, ver las estaciones del año y las fases de la luna, y rememorar aún con más claridad y lágrimas de impotencia, cuando con esa felicidad y de rodillas mis ojos miraban con satisfacción el producto de mi cosecha y, como mis ollucos aun terrosos llenaban mis dos manos… Santosa.
Imagen: Luis Antonio Ismael Muro Mesones
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TRECE José Gutiérrez-Llama México 2013
«En la pasión del hombre reposa el poder de la mujer, y esta sabrá aprovecharse de su ventaja si aquél no se pone en guardia. Solo queda escoger: tirano o esclavo. Apenas se abandone, tendrá la cabeza bajo el yugo y sentirá el látigo.» –Leopold von Sacher-Masoch–
«La primera ley que me indica la naturaleza es deleitarme a costa de quien sea», confesó. Luego Sade estalló en sus meninges la tarde cuando el granizo arrancó los pétalos a las rosas que cultivaba su madre en el jardín trasero. Miró al cielo y encontró el poder del relámpago que abría una vieja cicatriz del firmamento por donde fluían los coágulos congelados y macizos. El sol que siguió a la tormenta brillaba como la moneda de oro que recompensa a los bribones. Todo es bueno cuando es excesivo, y una vez más las parafilias del Marqués dilataron sus pupilas e hicieron blanco en su encéfalo. …
Estaba solo. Parecía extraño puesto que el hombre poseía galanura y, sobre todo, la virtud de la palabra que irrumpe en el oído de las mujeres hermosas, casi nunca sensible al
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discurso ramplón y mucho menos dispuesto para los idiotas. Estaba solo, sí, pero más que por el decreto misterioso que emite algún jerarca universal, por un acto voluntario. Al cabo de los años podía asegurar que había cautivado a las damas más agraciadas de la zona y sembrado en sus carnes el delirio de la lechuza que contempla un lucero. Todas, con poros de volcán, habían abierto la corola en su lecho y recibido a cambio un tajo sorpresivo en la yugular al momento del clímax. El espasmo corpóreo que produce la agonía, la sangre tibia que brota como extraída del éxtasis más profundo y, por encima de cualquier otra cosa, la mirada temerosa al momento de enfocar la cuchilla que se enfila hacia el cuello, le producían el placer de una centella que revienta por arriba del testuz de los seres inflamables. Doce sus víctimas, como las tribus de Israel y los apóstoles, como los frutos del árbol de la vida o los signos del zodiaco; como los meses del año y como los años que había ejercido esa práctica… doce y estaba solo. … Cuando la vio no pudo quitarle los ojos de encima, como si el centro gravitatorio de la mujer le hubiera enganchado las retinas que subían, bajaban, y se movían de izquierda a derecha a capricho de quien paseaba por el centro comercial. Su belleza era más grande que cualquier revelación suprema y mucho más lumínica. Se sintió el girasol que se contorsiona cautivo del brillo y, por primera vez, desvalido ante la próxima tempestad. Nunca había visto nada parecido y dudó de sus artes. Su lengua era demasiado tosca para escurrirse por las orejas de la joven y lamerle el tímpano con palabras traídas de algún planeta dulzón de los que se vierten por las noches sobre los amorosos. La sensación de impotencia le corroyó los en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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tendones y acrecentó el deseo hasta borrar sus huellas dactilares. Pensó en la violencia y se sobrepuso. Aguardó por la mujer en el estacionamiento y luego de un golpe en la nuca, la subió al auto y se dirigió a la cabaña oculta en el bosque como la madriguera del coyote. Cuando la chica recobró el sentido, las ataduras formaban la telaraña. El meneo alertó al hombre que esperaba sentado en el piso. Se paró frente a la cama y sonrió; ella lo miró sin temor, como si mirara un fantasma en medio de un mal sueño. Su serenidad lo sacó de quicio y sin mediar palabra descargó una bofetada que rompió en su comisura labial. La hebra rojiza se deslizó hasta la barbilla con la cautela de la culebra que acecha a su presa. Nuevos ojos impávidos como si la pesadilla avanzara rumbo al desenlace adecuado. Confundido, el tipo le arrancó la ropa como quien desolla a un conejo; tres tirones, no más. La joven aceleró el ritmo respiratorio y él, al fin dueño de la escena, le narró la historia de sus predecesoras como si le leyera el futuro. Se desnudó y con descaro puso el puñal sobre la mesa de noche, se le montó y la penetró con la brusquedad de una bayoneta. La agitación de la mujer apresuró el paso mientras él se mecía en sus entrañas. Empuñó la daga y miró los ojos de su víctima en busca del terror que lo enloquecía. Nada o, más bien, un iris enardecido a punto de quebrarse. «¡¿Qué pasa?!», preguntó sorprendido, molesto como el púber que se detecta un grano en medio de la frente. «¡¿Acaso no sabes que estás próxima a la muerte?!», atacó con la saña que pendía de la navaja en forma de colmillo. La mujer lanzó una mueca sonriente y antes de que el hombre se repusiera del desconcierto, apuntó, «el dolor posee para mí un encanto raro, y nada enciende más mi pasión que la tiranía y la crueldad1», y apretó y exprimió el
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pubis sobre el arpón que la empalaba, al tiempo que Masoch se acostó a su lado. «¡Llévame al Eterno!», agregó en medio de jadeos, y dejó el cebo palpitante de su garganta rosada. El hombre se contuvo, frenó la cadera. De pronto el juego había perdido el encanto. Era estúpido poseer y matar a alguien sin provocarle el dolor que tanto lo encendía o, peor aún, llenarla de ese extraño placer que admitía. Se levantó entre los ruegos de la chica que lo alentaba a seguir. Al poco, decepcionado, la abandonó en la carretera y se largó a toda prisa. … De haber sabido que no existe algo más cruel que desairar a una dama; de seguro se habría sentido feliz y, por qué no, excitado, por encima de la venganza que irremisiblemente llegaría. No fue así. Al día siguiente, y aunque era inútil denunciarlo por no haberla matado, la joven, llena de rencor, lo delató por esas doce mujeres a las que tanto envidiaba.
Referencia: 1.- La Venus de las pieles. Leopold von Sacher-Masoch. Tusquets Editores, 1993. Imagen: www.fernandoirigoyen.com
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judy garcía allende susana báez ayala SERÉ EL INTERIOR DE TUS VOCALES Carmen Valladolid Benítez España 2013
Algo tan simple como el hueco que el espejo no completa. Ese trozo al que nunca llegará la comida en la cuchara. O aquél agujerito por donde salen los hilos de un jersey. Todos son abismos a los que no damos importancia. Pero yo, que hoy los veo, quisiera hacer una lista de orificios o franjas por donde pasearme, sin que haya propósito claro. De hecho, esos lugares sólo existen momentáneamente para la vida cotidiana y allí quiero colarme. Estar como por despecho utilizando aquello que es inadvertido por lo mínimo de su apariencia.
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Algo tan desnudo como saltar hacia dentro en el salero; y salir… y entrar…, hasta que cada perforación sepa de mi simpatía por lo no perfecto. Algo tan sincero como pararme a pensar en el aire que baila entre las aberturas de una hoja rondada por gusanos. Quiero hoy, contarle un cuento al calcetín del pordiosero y luego a su estómago: ambos completos de esos vacíos que de no color, que de sin voz, que de sin brillo o reflejos, nunca existen ni para el ojo ni para las fracciones. ¡Ay…! algo tan sencillo que dé sospecha… Por ejemplo decir:* “Mañana dedicaré el día a recitar rendijas” *O preguntar por la calle: *“¿Podré estar algún día un ratito en tu boca?” *Después de mucho investigar, de lo que más encontré en las bocas, fue eso; brechas, aire, filtraciones para el mundo, o tamices. Existen, yo sé que existen resquicios que mueren solos. Desde hoy no podré mirar el grueso de la materia, lo visible o el adorno. Mañana me querré mucho más desde mi contorno hacia afuera que al revés. Porque lo que no se ve, cuando aparece, es tan *Gr()And()Eeeeeee*…
Imagen: www.chemamadoz.com/
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UN MIÉRCOLES CUALQUIERA PARA EL JUICIO FINAL O DIVAGACIONES DE UNA BICHA Ana María Fuster Lavín Puerto Rico 2013 Las cosas que ocurren en el ombligo de la semana. Me texteaba en el fin de semana con una de mis mejores amigas e ir con mi hijo a comer una pizza después de su partido de futbol. Ella me dijo, bueno eso si llegamos al sábado porque un predicador dijo que el juicio final iniciaba ese día. Un tal Tadeo le había llenado su muro del feisbus con noticias apocalípticas. Decidí buscar en la fuente mayor de sabiduría, la wikipedia. Pues así es, bajo 21 de mayo, puedes leer claramente Juicio Final. Fuck, si lo dice la wiki... Compré un café. Respiré profundo y oriné. Eso último lo hice en el baño del tribunal. Le envié otro text a un amigo. Oye, un predicador gringo predijo que el 21 de mayo comenzará el juicio final. Send. Nos jodimos. Send. El puto juicio final comienza el sábado. Espero que sea como aquel soap opera gringo que duró más de 20 años y salió hasta Ricky Martin. Send. Por cierto, ¿qué es una ópera de jabón? Send. ¿Una ópera de jabón? Esa fue su respuesta. Le dije, lee los mensajes anteriores.
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A veces eres medio bichita. Me llegó otro mensaje de uno con el que salí par de veces y corté porque me daba caspa soportarlo. Y eso fue hace meses, pero sigue con el taca taca y como el celo de las perras, el susodicho aparece cada 3 meses. ¿Por qué no se ubica? Ya tuvo su momento, y solo porque me cogió en baja. Como dice otra amiga, la Yola, el aburrimiento nos lleva a hacer tantas tonterías. Escribí: ¿Medio? De medios nada, bicha completa. Send. Me sale con ¿y tú sabes lo que es ser bicha? No le contesto. Y me llega otro mensaje: vamos, sé que te das puesto, eso le gusta a las mujeres. Cabroncita. Miro la pantalla del celular. Se me subió la bicha suprema que me habita. Le envío “Ok. En el RAE, la 2da acepción de bicho – a: Persona ávida, de malas intenciones. Bajo la entrada bicha, es el príncipe de los ángeles rebelados. Una bicha es el diablo. En inglés to be a bitch, es una perra, bruja, hija de puta, etc. Pues, sí, soy todo eso, mi cabronería no tiene límites. Así que cuídate de mi bichería. Send. Silencio total. Además, como a mi madre, me saben a mierdita los diminutivos. O todo o nada. Dice mi compadre, quería bicha, coja ahora. Y seguimos con lo del juicio final paquí y pallá. Otro comenzó a enviarme mensajes de Dios y la esperanza. Le dije que nene soy agnóstica y me contesta que si eso era lo de leer letritas al revés. ¿? Send. Su contestación: Y no crees en que algún día sí llegará el encuentro con la divinidad. Ese lo borré sin darle cráneo. Es hora de mi segundo café de la tarde. Decidí contestarle. Mira, si hay gente que cree en la iglesia del dinosaurio, que los latinos son inferiores, que las mujeres somos propiedad de los hombres, que los homosexuales son enfermos, que Fortuño y la mayoría de los legisladores son homo sapiens, en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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que las telenovelas son arte, que los whopper son deliciosos; en efecto, tiene que llegar el juicio final. Send. Otro que no me vuelve a escribir. Le reenvío mi contestación a otro amigo. Y se ríe, el pobre estaba aburrido en una reunión de staff (en inglés suena más chic, pero te pagan la misma miseria). Dice que el jefe les hablaba de motivación, de trabajar felices y mayor producción. Pero si están todo el día trabajando números en cubículos diminutos y con la temperatura en 45 grados. Le escribo. Me invitas a tu trabajo y les doy un discurso una o dos veces al mes, sobre crítica social, algo que sea graciosito, es más hasta cito manuales de autoayuda, vamos. 30 minutos por $175, por $200 les reparto condones y chocolates y por $225 añado pasajes de la biblia y el eróscopo del empleado del mes. Send. Respuesta. Estás loquita, so blasfema. Maldita sea, otro diminutivo. ¿Sabes, qué? Le escribo a la amiga, a la del primer text. Que nos lleve el maldito juicio final. Total aquí les daremos la bien/venida a los ángeles del infierno, del cielo o de donde sea. Que si les conviene podrán tomar los cargos en vistas fast-track a modo de jueces del tribunal supremo del más allá. Me escribe mi amiga Maldes, y ¿quién fue el capullo que te escribió eso? Se, refiere a la bichería, que a ella también le envié el forward del text. Soy muy discreta. También los remití a mi compadre José, a Pancho, a Ane, a la Dodó, a Manuel. La de Ponce me dijo, es que las bichas nacen, no se hacen, para él eres la Sra. Bicha. Al menos tengo sus amigos solidarios, desde la bichería común de no soportar que nos traten de meter cualquier idea como cucharita de papillas Gerber.
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En fin, que se me adelantó la regla. Tengo el escritorio lleno de papeles por corregir. Las noticias escupen necedades en la radio. Cerré la puerta de la oficina de un tirón con mi dedo índice afuera. Es un miércoles cualquiera en este paraíso a mitad de precio. Que llegue el juicio final, mientras me tomo un café y pago la cuenta de mi celular. Imagen: www.google.com
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ARRIONDAS ME ESPERA, QUERIDO… Tina Casanova Puertorriqueña en Arriondas, Asturias Junio 2009
Nosotros despertamos primero que Arriondas. Pero es cierto, nos echamos a dormir también primero que ella. Nunca podremos acostumbrarnos a este misterio. Pero tiene una explicación. Nuestro reloj natural sigue programado según nuestro tiempo, no el tiempo de Arriondas. El tiempo de Arriondas tal vez sea un tiempo que solamente pertenece aquí, una pausa estática, un espacio abierto entre el Monte Sueve y los Picos de Europa. Nos vamos, y al regresar, diez meses después, nada ha cambiado. El sitio, la gente, el hilo de la vida, todo sigue igual. Pero, ¿no pasa lo mismo con lo que dejamos atrás? Es como si doblaras la página del libro que vas leyendo y lo volvieras a abrir pasados diez meses. Si no olvidas el hilo de la trama, retomas la lectura sin mayores inconvenientes. Al partir de Puerto Rico es lo mismo. Te vas, regresas en dos meses y todo sigue igual. Es como dejar en pausa un programa en la tele. Me maravilla pensar que la vida es eso, una historia que
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continúa a pesar de nosotros. Pongámosle de esta forma: La vida, entonces es una tejedora que teje una pieza que nunca estará terminada por completo. Sin pausas y sin treguas. Nosotros entonces seremos los espectadores mudos, que tras la ventana la vemos tejer. Si nos alejamos por unos instantes, al regresar, la pieza tejida tal vez esté más amplia, pero jamás más terminada. Para los que no se alejan de la ventana, la tejedora y su pieza siguen ahí, sin cambio y sin novedad. El cambio está entonces en el que se aleja. Eso es Arriondas para nosotros, una tregua en la ventana de la vida. Si no tomamos esa tregua, nuestros ojos se aburren de ver la tejedora tejiendo sin treguas su pieza que nunca estará completamente terminada. O se aburren de ese programa en la tele que tampoco tendrá fin. Serán estas escapadas entonces, por compararlo con algo diferente, el salvapantallas de nuestra computadora interna. Si no tiramos el telón, si no cambiamos de paisaje, se nos funden los circuitos a fuerza de uso continuo. Este espíritu de evasión debe estar profundamente incrustado en nuestros genes. Es de lo que echamos mano automáticamente para que las neuronas de nuestro cerebro no terminen sofocadas de puro tedio. Y Arriondas puede ser ese paraíso a donde decidimos ir cuando nos alejamos de la ventana de la vida. Pero primero me permito describir a Arriondas según mi forma de verla. Arriondas, muy bien simboliza en todos sus detalles la pieza de la tejedora. Es el paraíso. Claro, el paraíso no lo sería sin la serpiente y el pecado. Y tampoco sin los políticos y los escándalos. Aquí en Arriondas también tenemos los medios de comunicación para darnos cuenta de ello. Al grito de “abracadabra” tendremos ahí, de frente, a los Berlusconis de la vida con sus escándalos en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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sexuales. La eterna contienda Rajoy-Rodríguez Zapatero. Que ahora ha cambiado Rajoy-Rubalcaba. Las elecciones de la Unión Europea con sus políticos y su carga de cinismo y mentiras coladas. Igualito que allá, ni más ni menos. Arriondas: un pueblito que todavía respira reposo, paz y tranquilidad. El estrés y la ansiedad de todo un año se van diluyendo en una caminata por los muchos senderos preparados que Arriondas nos ofrece; el parque La Concordia, la vereda asfaltada a orillas del Río Piloña, la otra a orillas del Río Chicu, la plaza. O simplemente recorrer las calles desiertas a las ocho de la mañana, mirando vitrinas. El abrazo del Piloña con el Sella es punto obligado. Allí, donde unen fuerzas estos dos hermosos ríos, comienza la vida. La neblina que se levanta nos espabila y ya se siente hambre. Recogemos el periódico y la barra de pan caliente en el Fornu de Andrea y corremos a preparar el café al pequeño piso en la calle Nicanor Piñole. Para cuando terminamos de desayunar y leer el periódico, Arriondas se levanta. ¡Son las diez de la mañana! Luego decidimos si quiero escribir, o simplemente sentarme en La Tropical a tomar una copa de guinda y tratar de arreglar el mundo con los jubilados que todavía continúan peleando la guerra civil. Una cosa lleva a la otra. Luego de escucharlos en su eterno debate, es casi obligado correr al ordenador y recoger ese rico despliegue de ideas y contradicciones. Hay que aprovechar el tiempo, porque a las dos de la tarde Arriondas se retira a dormir la siesta. Es España con su siesta el dolor de cabeza de la Unión Europea. ¿Cuándo trabajan? ‘’Siesta y fiesta’’ ¡Pero a pesar de las siestas y las fiestas también trabajan! A las cinco los comercios abren de nuevo las puertas y
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hasta las nueve, la actividad continĂşa sin pausa. A la salida, las tabernas se llenan. Los esposos, los amigos, la familia se encuentran y ÂĄa las tapas! Luego a las diez, a preparar la cena y terminar las labores de rutina en los hogares. Afuera, la tejedora incansable, sin pausas ni treguas, teje su pieza que nunca debe culminar. Pegados a la ventana, nosotros, visitantes por dos meses al aĂąo, observamos a la tejedora, pensando que en agosto, nos retiraremos de esta ventana y retomaremos aquel programa de tele que dejamos en pausa al partir de Puerto Rico.
Imagen: www.paddleinspain.com
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TIEMPO Y ESPACIO Sandra Kuilan Puerto Rico 2013
Todo pasa en el momento en que tiene que pasar. En el tiempo justo; ni antes, ni después. Pero a veces, cuesta entender eso. La sociedad, esa masa de gente que se mueve sobre el planeta de un lado a otro, estableció reglas sobre el tiempo, que además de irracionales son paradójicas. Se dice, que a los dieciocho años una persona debe haber terminado la escuela y que el siguiente paso es iniciar, de inmediato, una carrera universitaria que, según las reglas del tiempo establecidas por la sociedad, debe terminar en un período limitado porque de lo contrario se te ubica en una clasificación anónima que indica cierto grado de fracaso. Porque según las reglas creadas para entender el tiempo, hay un momento para cada asunto. Para estudiar, independizarse, enamorarse, para casarse, para tener hijos y para no tenerlos.
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Hay un tiempo concreto para cada moda. Quien violente esa regla está perdido, porque será extremadamente rechazado, especialmente si es mujer. No hay tregua cuando se trata de las reglas del tiempo. Las canciones, las lecturas, los acentos de la vida tienen un tiempo que es inalterable. Hasta la paz tiene su tiempo definido. Me pregunto si es que habrá que aceptar la condena de no recibir a “destiempo” un regalo o un pedazo de cielo. Recientemente, escuché una frase que ya había escuchado algunos años atrás: “Su tiempo de estudiar ya pasó”. Considero que no hay acto más cruel que negarle a un ser humano la oportunidad de aprender. Y más cruel si se le niega, cuando le quedan años por vivir. No se le debe negar a nadie ese derecho de querer mejorar, evolucionar. El tiempo no debería limitar al espacio; ese espacio que todos buscamos llenar con conocimiento, unos más temprano que otros. Me opongo al disparate de las reglas del tiempo y más si son para limitarnos. El tiempo, solo sirve para recordarnos que somos mortales. La vida debe ser un camino y no una carrera contra el tiempo. Me niego a existir complaciendo al mundo, que pretende que vivamos la única vida que se nos da como si fuéramos un tren que se va deteniendo en cada estación a la hora exacta. Me niego a aceptar que el tiempo puede truncar lo que puede ser la felicidad del presente. Quiero pensar que la vida es como una maleta, que se nos entrega vacía y no como un reloj. Quiero pensar que la vamos (y nos vamos) llenando con experiencias que surgen en el momento justo, y no cuando otros así quieren imponerlo.
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Será mi insaciable necesidad por conocer la que me condena a rechazar esa percepción del tiempo que se nos transmite sin piedad. Las palabras que forman mis oraciones salen en el tiempo justo. Nadie interviene en ese proceso. Entonces, ¿por qué permitir que le pongan límites a mis fronteras? Este es mi tiempo. El mismo tiempo que describió el hijo de David en el Eclesiastés, es el tiempo justo. En cada ser humano, el tiempo justo es distinto y eso lo hace, para muchos, difícil de comprender. Insisto, el tiempo solo sirve para recordarnos que somos mortales. Que no lo convirtamos en nuestro enemigo mayor. Imagen: www.cienciakanija.com
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SOY Sandra Kuilan Puerto Rico 2013
Soy como esa vieja figura de cerámica que imita bien a la porcelana. Me coloco donde no estorbo, y permanezco sin hacer ruido. Soy la que aparenta fragilidad con sus delicados colores. Una espina sin flor, una poesía sin versos. Soy como ese reloj de pared al que se le rompió la cuerda. Mueble inservible que solo llena un espacio. Soy un pentagrama lleno de silencios para un instrumento desafinado. Una reflexión sin escribir, una sombra en medio de un rayo. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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Soy el último latido de la muerte, una vela sin flama, lluvia que no cayó. Soy la tierra seca. Soy la guerra y la violencia. Soy ese río que no tiene cauce, un barco sin mar, una nube sin cielo. Soy, esa mueca que no es sonrisa. Yo soy la ausencia de tu alegría.
Imagen: https://www.google.com.pr
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PROFETA DE LAS CAUSAS PERDIDAS Y ENCONTRADAS José Manuel Solá Puerto Rico 2012
Profeta de las causas perdidas y encontradas, así me llaman desde las puertas de los bares; viajo entre lluvia y lluvia, entre un sol y dos lunas, entre un poema y un "dispárame ya", viajo con alpargatas de nómada a horcajadas sobre cualquier cometa persiguiendo alboradas, proclamando verdades imposibles, levantando pancartas, banderas y consignas que compré a un anciano ciego en un bazar con suave olor a inciensos: pagué con dos rosas y un pergamino hermoso y así voy bajando la escalera de Orión con una estrella en la frente que podría servirme de nombre si alguno me pregunta. Aquí, en mi corazón, yo traigo todas las respuestas: laten como un tambor, son como un eco de lo que soy, lo que fui, lo que acaso seré si es que no me matan, si es que alcanzo la noche que me llama. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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En el azul más alto despliego mi proclama entre dos nubes y escribo Amor para que todos, desde cada ventana del planeta, me escuchen a lo lejos y salgan a los caminos de la noche cantando sus más dulces locuras. Así sea.
Imagen: www.falsaria.com
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emilia oliva ángel gonzález g. ana isabel alvea enrique sánchez sotelo
COMPÁS DE ESPERA Emilia Oliva Editora
Entre vacaciones laborales y comienzo de curso escolar, en ese periodo de tránsito en el que aún la vida ajetreada no ha cogido aún su ritmo, llega, rodeada de nubarrones y tormentas, poesía en verso, que es poesía en compás de espera, con los contornos difusos de lo que no acaba de suceder, como las ilustraciones de Juan Barroso que acompañan los poemas. “Mientras no des la luz” (María R. Alvarez) todo es posible. “No hay en el fondo más oxígeno” (Lola Herrera) “porque sin tóner ya no creo en ángeles” (Luis Miguel Rubio) “inventas las noches y los días” (Hobbys Ortiz) para abrir en medio de la noche el trallazo de luz “trozos, fragmentos que volvían a ser”
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EL MAR Lola Herrera España 2012
Mira, amor, voy recogiendo dalias blancas que el mar me trae hasta la orilla. Son como lenguas saladas que mojan la senda húmeda que ya verdea la calidez de nuestros cuerpos. Y en este misterioso mar voy adentrándome hasta el fondo, y enredada entre anémonas y algas siento el latido del agua en los pulmones. No hay en el fondo más oxígeno que tus labios de espuma,
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ni mĂĄs corrientes que las caricias de tus manos.
Imagen: VersografĂa 6, de Juan Barroso
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CRÍPTIDOS (SEXTINA) Luis Miguel Rubio Domingo España 2012
Si el neandertal pintó con sabio tóner la ciencia de sus letras en un Tíbet de cuevas de Altamira, en una India de montes cántabros; si el largo kraken, fue encontrado entre críptidos y ángeles justos, no negaré al ornitorrinco. No negaré que el mismo ornitorrinco parece obra del gastado tóner del día del señor. Los propios ángeles tienen alas de pato, incluso el Tíbet es un engendro, un gigantesco kraken cabalgando en la grupa de la India. El pulmonado pez, la cebra india, el dodo, el unicornio ornitorrinco, la mariposa esfinge, el blando kraken, el neandertal, una impresión sin tóner, unos juegos olímpicos del Tíbet,
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son los sueños ocultos de los ángeles. Corales eviternas de los ángeles, brahmanes parias de una inversa India, chinos virtuosos del corrupto Tíbet, venid junto al hermoso ornitorrinco, a poner tinta de color al tóner que comparó al okapi con el kraken. Venid, antes que el buque donde el kraken se doctoró entre marineros, ángeles de las costas de Angola, use un tóner para fundir en una sola India la sencillez del noble ornitorrinco, la santidad del Dalai Lama en Tíbet. Acercaos sin miedo al alto Tíbet con la fe puesta en el probado kraken, en el muy peculiar ornitorrinco, en los abominables, aunque ángeles, yetis alados de la patria india: solo pedimos que no falte un tóner. Porque sin tóner ya no creo en ángeles, el Tíbet se me antoja en otra India y el kraken ,deyección de ornitorrinco.
Imagen: La cascada, de Juan Barroso
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DE RAQUEL VILLANUEVA Hobbys Ortiz M. Colombia 2012
Raquel: Bruja, sacerdotisa, Moira ufana, Que dentro de una burbuja Polícroma, Con celestial devoción, Inventas las noches y los días. El orbe se paraliza, Cuando tus gracejas manos Danzan sobre el papel, Entonces florece en ellas Un paisaje lejano - místico Dorado -, Y por un instante me siento Como Adán en el Edén. Raquel: Mariposa azul, Araña taciturna,
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Diosa calima Que produces vida, Con un soplo De tus manos.
Imagen: La dama, de Juan Barroso
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MIENTRAS NO DES LA LUZ María R. Álvarez España 2012
Mientras no des la luz todo estará en su sitio, los muebles con sus fundas esperando el regreso, el calor de los besos, las ganas de tus brazos. Mi deseo, tu ternura, los mundos que creamos. Mientras no des la luz, mientras no hable.
Imagen: El amante, de Juan Barroso
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LLEGA COMO LAS FLORES Emilia Oliva España 2013
llega, como las flores en primavera el fantasma del afilador su silueta tallada en la mirada de un niño como el hombre-caballo de los libros el hombre-bici con su sillín de ave en primavera la fragua portátil el bastón de estaño la silueta corcovada convocaba, con el simple silbido de una flauta toda suerte de cacharros en la plaza y salían de los rincones tintineantes como esquilas de majada
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ollas, cacerolas, peroles, potes, sartenes, calderos de cobre paraguas sin varillas trozos, fragmentos objetos que volvían a ser tras su desfile mudo hacia la luz desde el ajedrezado zaguán, la troje cómplice
Imagen: Tu calle sin ti, de Juan Barroso
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jose gutiérrez-llama
espacio diseñado para la exposición de libros que no tiene fin comercial ni de lucro
1.- Quien habita el fondo Emilia Oliva Ediciones Ceyla
2.- Muñeca Rusa Ángel González González Planeta Clandestino
3.- El sueño de la muerte Manuel Juliá Editorial Hiperión
4.- Hallarme yo en el mundo Ana Isabel Alvea Sánchez Ediciones en Huída
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5.- Mínimos desvíos José Gutiérrez-Llama Ediciones ENdORA
6.- La vida por delante Ana Alvea Sánchez y Jorge Díaz Martínez Ediciones en Huída
7.- Cuentos del sótano IV Antología Ediciones ENdORA
8.- Sol (antología poética de Michel Seuphor) Elisa Luengo Albuquerque Universidad de Extremadura
9.- Como piedra puntiaguda en el zapato Antonio Gómez Ediciones Rumorvisual
10.-Cronopoética Rafael de Cozar Editorial Casablanca
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carlos hidalgo villalba
TODAS LAS COSAS BUENAS Carlos Hidalgo Villalba España, 2013
Mi padre murió cuando yo tenía 16 años. No lo recuerdo muy bien. Mi padre solía decir que no debíamos arrepentirnos de lo que hacemos, sino de lo que no hacemos. He tenido un aborto y no sé cómo clasificarlo … como algo que he hecho o como algo que no he hecho.
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El texto que aparece arriba a la derecha es una reflexión que realiza Katie a una amiga, después de pasar por un aborto y vivir, en primera persona, la culpabilidad por no haber tenido a su hijo. “Todas las cosas buenas (All the good things)”es una película de Andrew Jarecki, quien se dio a conocer gracias a un documental llamado “Capturing the Friedmans”, un impresionante documental sobre la familia Friedman cuando el padre y el hijo menor fueron acusados de abusos a menores. Conviene puntualizar que la película está basada en hechos reales, y que todavía existen, hoy en día, datos y misterios por esclarecer. David Marks (Ryan Gosling), está traumatizado por la muerte de su madre. Él estuvo presente cuando la madre se tiró al vacío aplastándose la cabeza contra el asfalto. Era sólo un niño. A partir de ese momento se pasó una semana escondido debajo de una mesa. Pasada esa semana, actuó como si nunca hubiese tenido madre. La visión de este hecho tan traumático marcará el desarrollo emocional del protagonista, impidiéndole llevar una natural vida en pareja y desarrollando a su vez un autoengaño (o punto ciego). Ciertamente, muchos de los trastornos emocionales se desarrollan para “proteger” a la persona, al afectado. El término punto ciego proviene metafóricamente del fondo de ojo. En el fondo del ojo se encuentra una zona (carente de terminaciones nerviosas) que no puede registrar las variaciones luminosas que provienen del
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cristalino. Esta zona es un punto ciego, pues en ella se crea una laguna de información y de transmisión al cerebro. Psicológicamente hablando, un punto ciego proporciona mucho consuelo a las personas que son más sensibles al dolor, o que tienen una tendencia a padecer ansiedad o depresión, en definitiva las que son más débiles. La mente se protege del sufrimiento disminuyendo la atención, y con ello la conciencia sobre lo que acontece. Es decir, lo que llama nuestra atención queda dentro del marco de nuestra conciencia, mientras que aquello que es desechado termina desvaneciéndose. Negar una evidencia, un acontecimiento traumático, hace que generemos un punto ciego, brindándonos con ello al autoengaño. Sería algo así como dice el conocido refrán: “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Lo cierto es que todo el mundo tenemos puntos ciegos, experiencias personales pasadas que hemos bloqueado para no sufrir. Estas “lagunas” mentales se suelen rellenar con la imaginación de tal forma que incluso la memoria resulta potencialmente engañosa, pues una persona puede descubrir que ha borrado de su memoria hechos verdaderamente importantes. En ocasiones, evitar la realidad nos procura sensación de alivio, pero no es menos cierto que esto acarrea un coste emocional muy importante. En el caso que nos ocupa, David niega haber tenido madre, lo que le vuelve agresivo con las mujeres. David se enamora perdidamente de Katie (Kirsten Dunst). Justo lo que necesita para alejarse de su padre, un en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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magnate empresarial, que está empeñado en que continúe el negocio familiar. La pareja se va de una gran ciudad (Nueva York) para irse a vivir al campo (Vermont) abriendo una tienda de comestibles que se llama como el título de la película: Todas las cosas buenas. Cargados de ilusión y de amor intentan vivir al máximo su historia de amor. Pero la tienda no funciona y el padre es quien tiene que pagar las deudas mes a mes. Como contraprestación al apoyo económico, David se ve en la obligación de ponerse al frente del negocio familiar (The Marks Organization), volviendo a vivir a la ciudad. Con la ira contenida, David poco a poco va pagando la frustración con su amada esposa. Es el principio del fin. El film es extraordinario. El director consigue mantener la intriga (que va in crescendo) hasta el final. La trama engancha desde el principio, y más sabiendo que todo ocurrió de verdad. La cinta se mantiene por un sólido guión y por dos extraordinarias interpretaciones: Ryan Gosling y Kirsten Dunst. Imprescindible. Imagen:
www.google.com
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josé gutiérrez-llama
EL ABUELO GELO* Soledad Cuba 2013
El abuelo Gelo era alto. Muy muy alto. De joven no lo era tanto, y tenía que usar una escalera para coger las cerezas más ricas. Un día se cayó de un árbol y la abuela Lucita y su perrito tuvieron que cuidarlo. La abuela Lucita era, al contrario que el abuelo, muy pequeña. Ella siempre cogía las cerezas que estaban cerca del suelo, y regaba las plantas y las flores. Las flores la querían mucho y cuando ella estaba cerca parecía que cantaban.
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Era muy bonito ver al abuelo y a la abuela paseando: él, muy muy alto; ella, muy pequeña. El abuelo Gelo además de ser muy alto, tenía, de tanto hacer pan, las manos muy grandes. Así que, cuando iban a bailar los domingos, la abuela Lucita podía subirse en las manos del abuelo y girar y girar en ellas como una bailarina de esas de las cajas de música. Además de pasear y bailar con el abuelo, a la abuela le gustaba mucho coser, y hacía unos disfraces tan bonitos, que el alcalde le pidió una vez que hiciese los disfraces de Carnaval a todos los niños y niñas del pueblo. Ese año todos los niños y niñas del pueblo ganaron el concurso de disfraces. La abuela era tan pequeña, que no llegaba con los pies al pedal de la máquina de coser. Pero la máquina funcionaba sola para ayudar a la abuela. Una tarde que el abuelo no estaba en el pueblo, la abuela fue al parque a cuidar unas plantas que había visto un poco tristes. Se olvidó de decírselo a los vecinos, y cuando llegó la hora de cenar y aún no había vuelto a casa, los vecinos se preocuparon y todo el mundo comenzó a buscarla. Pero la abuela era tan pequeña que había muchos sitios en los que mirar: las cajas de la fruta, las cestas de las bicicletas, los nidos de los pájaros, los rincones donde dormían los gatitos recién nacidos… Una vecina que a veces cosía con la abuela se acordó de que la abuela siempre llevaba pegados a la falda trocitos de hilos de colores. Así que todos en el pueblo cogieron sus lupas y buscaron por el suelo hilos para seguir el rastro de la abuela. Pero nada. Querían encontrarla antes de que llegase el abuelo para que no se preocupase, pero nadie sabía dónde estaba la abuela y todos estaban muy tristes: los vecinos, las plantas y las flores y los niños a los que hacía disfraces.
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Cuando volvió el abuelo le dijeron lo que había pasado. El abuelo Gelo quería mucho a la abuela, así que fue enseguida a buscarla. Como era muy muy alto, podía recorrer el pueblo en pocos pasos y, además, tenía una peonza que hacía lo que él le pedía. El abuelo le dijo: “Busca a la abuela”. La peonza fue y volvió dos veces y, a la tercera, volvió con la abuela, que se había quedado dormida entre unas flores leyendo un libro y no se había enterado de nada. El abuelo cogió a la abuela y la llevó dormidita en sus manos a la plaza del pueblo. Cuando los vieron llegar, todos se pusieron muy contentos porque la abuela había aparecido: los vecinos y las plantas y las flores y los niños a los que hacía disfraces. El alcalde dijo que el abuelo Gelo era muy valiente y muy listo y que todos estaban muy orgullosos de él. El alcalde mandó también que le hicieran una estatua y desde aquel día el abuelo dejo de trabajar en la panadería y se convirtió en el héroe del pueblo. El abuelo dio las gracias pero dijo que su estatua se sentiría muy sola si no había también una de la abuela. Hoy, en el pueblo de los abuelos, hay una estatua del abuelo que tiene en las manos otra, muy pequeña, de la abuela. Cuando los pájaros cantan, parece que la abuela gira y gira en ellas como una bailarina de esas de las cajas de música.
*Cuento incluido en la antología de cuentos infantiles, “Cuentos para una sonrisa”. Ediciones Cardeñoso, España. 2013. Imagen: www.google.com
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INTRODUCCIÓN Lourdes Bueno Editora
Queridos lectores, Ya sea disfrutando aún de unos tardíos días de descanso o a la vuelta de unas merecidas vacaciones, lo que sí es seguro es que hoy podrán saborear con tranquilidad la fascinante obra dramática que les ofrecemos en este número de ESF. Raúl Hernández Garrido es un escritor joven, pero con una larga experiencia dramática a sus espaldas, que no deja de sorprendernos en cada una de sus obras. La mezcla de tradición e innovación, la indagación metafísica y una
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mirada crítica sobre la realidad contemporánea son algunos de los rasgos que caracterizan su dramaturgia. También lo son el uso de figuras de la mitología clásica para denunciar problemas que acarrea nuestra sociedad o la interesante amalgama, en una misma obra, de elementos que pertenecen a géneros distintos. Algunas de estas características están presentes en Memoria de siete días, la obra que, como si de un diario posmoderno se tratara, nos revela los entresijos y recovecos del equipo redactor de una cadena televisiva, pero también del alma humana. La protagonista (y su cabeza) nos descubren todo un mundo en el que nada es lo que parece. El perfil del dramaturgo aparece, como es habitual, en la entrevista que publicamos al inicio de este número. ¡Que lo disfruten!
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MEMORIA DE 7 DÍAS (Esbozo dramático) Raúl Hernández Garrido
DESENCABEZANDO ¡Tengo que sentar la cabeza! Con cuarenta años cumplidos y una memoria que ya sólo tiene un alcance de siete días. Si perdiera la cabeza y no la recuperara en siete días, nunca más me acordaría de que alguna vez tuve cabeza. ¿A nadie se le ha ido nunca la cabeza? ¿La gente no pierde la cabeza de vez en cuando? Me pregunto… ¿dónde dejé la cabeza? ¿En la ducha? ¿En el trabajo? ¿En el coche, en el atasco, de camino a casa? ¿En la compra, de copas, en el médico, en un restaurante, en el gimnasio? ¿O tal vez fue…? ¿O tal vez fue esa noche? ESA NOCHE T/. Sí. Sí. Dámelo, dámelo entero. Más fuerte, más fuerte. Vamos, no pares. Sigue. No te detengas. Quiero más, dámelo entero. Pero fuerte, ¡más fuerte! ¿Cómo? ¿Te paras ahora? ¿Ahora? Te he dicho que más. ¡Más! Muévete. ¿Es que no sabes hacerlo o qué? Vamos, empuja. Empuja. J/.
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Espera, espera.
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T/. ¿Cómo que espera? Vamos. Sigue. Vamos. Muévete. Tú no me vas a dejar así. Sigue. Vamos, vamos. No. No. Así no, cabrón. Así no. Me haces daño. No lo estás haciendo bien. ¿No sabes moverte? ¿Te pesa tanto el culo? Dame caña pero bien. J/.
Es mejor parar de vez en cuando…
T/. ¿Parar? Me calientas y luego, según te da la gana o no, lo dejas o sigues o te duermes. No me jodas. J/.
Mejor sería replanteárnoslo antes de seguir.
T/. ¿Replantearnos el qué? Oye, niño, ¿estás a lo que estás o a qué estás tú? Vamos, sigue a lo tuyo y cierra la boquita, que estás más guapo así. J/. Me desconciertas. Esto es una cuestión de hombría. De cumplir. Necesito concentración. T/. ¿Hombría? ¿Concentración? Lo que necesitas es mantener la herramienta dura y punto. Y no puedes, Jota. Se te cae en barrena. Te quedas sin fuerza, no alcanzas el target y el share se te deshincha. No llegas ni a la media de la cadena, te quedas bajo mínimos. J/. Soy el becario profundo. Mi kungfú es demoledor. Bruce Lee es mi gurú. T/. Becario profundo. Kungfú. Bruce Lee. ¡Gatillazo! No sabes qué hacer con una mujer. Nene, para contentar a una hembra como yo tienes que saber bordar. Y tú ni a remendar llegas. J/.
Pero enhebrar, eso lo hago bien. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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T/. Éste no ha sido el mejor polvo de mi vida, puede que sea el peor que me han echado en años. Ni siquiera yo le llamaría un polvo. J/.
Gritabas. Disfrutabas.
T/.
No.
J/. Como una perra. Con los ojos en blanco. Vibrando y corriéndote entera. Soy el rey del mambo. T/. ¿Eres incapaz de hablar normal? No estás en un chat porno. J/.
Soy el rey del mambo, dímelo, dime que lo soy.
T/. Mira, Jota, te voy a decir la verdad. Lo he fingido todo. No sé por qué, pero contigo finjo. Ya sé que tú eres mucho más joven que yo y que me deberías superar en fuerzas y ganas. Pero finjo. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? No tengo necesidad de fingir con nadie. Nunca lo he hecho. Pero contigo sí. Y me jode fingir contigo, con un chavalote. J/. Ven, te voy a dar lo que más te gusta. Y ahora sí que va a ser de verdad. T/. Me debes respeto. Soy tu jefa y tu tutora. Qué vértigo. Eres mi pupilo. ¿Lo entiendes? ¿Lo entiendo yo? Mi cabeza. Dios. He perdido la cabeza. Soy tu tutora. Podría ser tu madre. J/. Mira lo que tengo para mi mami. Ven. Te voy a llevar a donde nadie te ha llevado. No vas a fingir. No vas a poder hacerlo. Tú eres una mujer. Yo soy un hombre.
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Ahora ven. Voy a hacer que grites de gusto. T/.
Sí, así. Qué fuerte.
J/. Muérdeme la mano, así, fuerte. Muérdeme y no hables tanto. T/. Pierdo la cabeza. Te muerdo… Te muerdo entero. Apriétame. Vamos, Jota. Dámelo, así. Dámelo. Me da vueltas la cabeza. No la siento. Sí, concéntrate de una vez. Quiero sentir tu hombría. Empújame toda tu concentración. Llévame, al galope. Muévete así, sí. SÍÍÍ. Me voy, me voy, SÍÍÍÍÍÍÍ. (Suena el móvil del chico.) ¿Sííí? No voy a hacer caso. No voy a coger ese puto móvil. J/. Perdón, es el mío. ¿HOLA? T/.
¿Vas a coger el móvil, ahora?
J/.
Puede que sea cuestión de vida o muerte.
¿HOLA? DIME, JOTA AL APARATO. T/. ¿Quién te llama, Jota? Dime quién es y por qué le coges la llamada. J/. CHATI, UN MOMENTO. Te, cariñín, es una llamada UR-GEN-TE. Déjame atenderla, enseguida estaré contigo. SÍ, AHORA ESTOY EN UNA COSA. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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NO, NO ES NADA IMPORTANTE. ¿CUÁNDO DICES? EN UNA HORA. SÍ, ME DA TIEMPO A LLEGAR EN METRO. LO QUE ESTOY HACIENDO SE PUEDE DEJAR PARA MÁS ADELANTE. PODEMOS VERNOS AHORA MISMO Y LO HABLAMOS. SÍ, AHORA TE VEO, CHATI. (J. cuelga el móvil.) T/. ¿Es esto verdad? ¿Realmente ha ocurrido o lo he soñado? ¿Estaba haciendo el amor con un jovencito y, en mitad del acto, éste se ha puesto a quedar con una amiguita por el móvil? Me voy a pellizcar. Me pincharé con una aguja hasta despertar. Dios, duele. Qué daño. No ha sido un sueño, no. Esto es real y me ha ocurrido a mí. A mí. Y cómo duele. ¿Me puedes explicar con quién hablabas? J/.
Con Mimí.
T/.
¿Con Patty?
J/.
Mimí. Mi-mí. Una amiguita.
T/. ¿”Una amiguita”? ¿Me dejas colgada para hablar con una amiguita y le dices que lo que hacíamos no era nada importante? ¿Me dejas así para irte con ella y le dices que lo que estabas haciendo lo puedes dejar para otro momento? Qué bochorno.
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J/. Mira, tienes razón en todo, pero ahora me tengo que ir. Luego nos vemos. Si un pez abre los ojos por tres veces, ¿tú qué vas a hacer? T/.
¿Echarlo a la parrilla?
J/.
Antes ponle sal. Bruce Lee. Fin de la cita.
T/. ¿Vas de gracioso por la vida o de genio precoz por descubrir? Mira, Jota, me jodes con estas cosas. Eres tan soberbio como impertinente. No tienes gracia. J/.
No pretendía ser gracioso.
T/.
Debería echarte de aquí. No sé por qué no lo hago.
J/.
¿No sabes por qué?
T/.
No.
J/. Te lo voy a decir: tú necesitas algo fuerte, yo sé qué es lo que tú necesitas y yo te lo puedo dar y te lo doy. Y nadie más que yo te lo puede dar. T/.
¿Eso es lo que piensas?
J/. Un quesito donde a ti más te guste. Que Bruce Lee te guíe y la fuerza te acompañe. Yo me abro. T/. Espera… No salgas corriendo. Te tengo que decir que… De una vez por todas, te tengo que decir… No sé dónde tengo la cabeza y… Mira, Jota, escúchame seriamente. Mi decisión es firme. Te voy a decir que… Por mucho que supliques, por mucho que nos duela, te voy a decir que…. Que… tengo el coche aparcado abajo mismo. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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Te acerco a donde tú me digas. SIN CABEZA Mi memoria se reduce. El pasado se borra a mis espaldas… Mi vida se reduce tras de mí. Cada vez más. Cada vez más. Más allá de siete días… Nada. No poder acordarme de algo que esté más allá de siete días… Siete días es el límite de mi memoria… Siete días es el límite de mi vida… Mi cabeza… Mi vida… ¡Mi cabeza! ¿Está aún sobre mis hombros? ¿Cómo he podido perder la cabeza? DÍA PRIMERO T/. Como ese día en que él apareció por el despacho por primera vez. Era lunes, vuelta al trabajo tras un fin de semana demasiado corto, pero aún mantenía mi cabeza muy bien amueblada y en su sitio. Tenía programado todo lo que se iba a hacer en el programa esa semana. Seguíamos arrastrando el caso de la desaparición del niño de Almería. Coleaba el misterio del tráfico de décimos de lotería de Navidad. El martes, la sentencia del caso Sandokán, en la que se especulaba que con total seguridad Encarnita del Río, la folklórica, y su amante, el constructor, acabarían en la cárcel. El miércoles, la visita de Jin y Brann, la pareja de moda de Hollywood para presentar peliculón en la Gran Vía. Como todas las semanas, lo que se inventan las revistas
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para rellenar portadas y vender… Y el jueves, como colofón, una filtración nos anticipaba un bombazo con la Casa Real. Y día a día, la rutina del sensacionalismo amarillo… Y todo esto con tres redactores de baja, el productor ejecutivo en Tailandia y el realizador intentando ser director del programa por encima de mí. Y yo con un dolor de ovarios que me dejaba aplastada contra el suelo. ¿Podía ocurrir algo peor? Me lo estaba preguntando mientras revisaba la agenda e intentaba distribuir el trabajo en mi equipo… Y entonces el despacho se llenó con un olor insoportable. Me volví y allí estaba el idiota del jefe de personal junto con una manada de becarios, novatos, ojos de ternero, carne para el matadero. Y destacando de la recua, Jota, con sus pantalones caídos, su sonrisa irónica, su cráneo semiafeitado y sus piercings en la oreja, en las cejas y en la boca. Un chico de pantalones caídos, dejando al aire los calzoncillos. Y ese pestazo... ¿Los chicos de hoy no se lavan? No es que el muchacho oliera y punto. Era una emanación que inundaba todo, impregnaba los objetos y se metía dentro de mi nariz y mi boca. Mi ropa parecía estar empapada con aquel hedor. Me agarraba el estómago con ganas de vomitar. El chico medía con su mirada la redacción y sonreía con una familiaridad desagradable. ¿Ése era el becario que me destinaban? ¿Por qué? Lo que necesitaba era gente que me ayudara en el programa y no que inocularan esta fetidez en mi despacho. El muchachote llevaba unos pantalones militares cuya cintura le llegaba a la altura de los muslos y bajo los pantalones exhibía un calzoncillo largo y ajustado de mezclilla, de un color pardo apagado y cuya tela ostentaba pelotillas por el uso.
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J/.
Jota.
T/.
¿Qué?
J/.
Jota. Así es cómo me llamo.
T/. Encantada. Ahora que lo sé, ¿puedes dejarme en paz para poder olvidarlo? J/.
Soy el nuevo becario.
T/.
¿Becario?
J/.
Alumno en prácticas. Vengo del master.
T/.
¿Perdón?
J/.
Del convenio.
T/.
No entiendo demasiadas cosas.
J/.
Soy el becario.
T/. Yo no he pedido becarios. Necesito redactores, necesito ayudantes de realización y de producción, necesito cabinas de montaje, necesito cámaras. ¿Y me traen al “becario”? Mira, vete a quien te mandó y que te envíe al “24 horas”. En este programa no tenemos tiempo para enseñar a niños. J/.
Pero, déjame explicarte.
T/. ¡Que alguien abra una ventana! Aquí no hay quien respire. Este programa está en la cuerda floja. Mantenerlo en el tope de audiencia me cuesta mis horas de sueño, mi
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salud, mis disgustos, mis broncas y lo que sea. En media hora tengo un previo con un ministro. ¿Cuánto tiempo crees que tengo que dedicarle a un mocoso como tú? Niño, esto no es una guarde. Vuela, pollito, vuelve al nido. Aquí no hay sitio para novatos. J/.
No pienso moverme de aquí.
T/.
¿Qué?
J/. Pienso quedarme en este despacho hasta cumplir toda mi beca. T/. Escúchame. Vienes a una redacción vestido como un macarra y enseñando los calzoncillos. Espero que estén bien limpios. Aunque por lo que me da en la nariz, no lo parece. J/. Siempre están limpios. Sólo hay que verlos. Y a la vista los tengo. T/. Jota o como te llames. Ten cuidado, mucho cuidado. No repitas calzoncillo. Quiero verte siempre limpio. No repitas ni uno dentro de la misma semana. Tengo memoria de siete días. No tengo más memoria, pero en siete días lo conservo todo en la cabeza. Si en menos de siete días te veo repetir calzoncillo, te vas a enterar. J/.
Sólo tienes que fijarte.
T/.
¿Fijarme en qué?
J/. En el color y el estampado. Guárdalo en tu memoria. No repito calzoncillos. Guarda en tu memoria el color de mis calzoncillos. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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T/. Ahí estaba el becario, mirándome de forma descarada. Y ese hedor llenándolo todo. J/. Me llamo Javier Sánchez Cid, pero me tienes que llamar Jota. Mi móvil tiene licencia para matar: 617 007 007 y mi maestro espiritual es Bruce Lee. T/.
Mi nombre es Teresa Martín. No más comentarios.
J/. Entonces te llamaré Te. Tengo unas cuantas ideas para este programa. Con ellas lograrás que toda esta morralla mejore la ostia. T/.
¿En serio? ¿Y por qué?
J/.
¿Por qué?
T/. ¿Por qué esto es una morralla, por qué tus ideas harán que mejore, por qué has tenido ideas, y sobre todo, por qué crees que yo iba a admitirlas? J/. Esto es libremente.
una
democracia
y se puede
hablar
T/. En tu barrio podrás hablar todo lo que quieras. Incluso en tu casa, con permiso de papá y mamá. Pero aquí, no. Esto no es ni una democracia, ni un jardín de infancia. Es un programa de la cadena de televisión con más audiencia. Mira todo lo que quieras, escucha y calla. Sobre todo, calla y a mí no me llames Te. Y dúchate, por Dios, dúchate. POR UNA MALA CABEZA Empezó con un mareo.
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Era como si mis ojos giraran y giraran fuera de mí. Una sensación de no estar en el sitio. Vi mi cuerpo contoneándose de forma indecente. De un modo irreflexivo. Insostenible. Indecoroso. Realmente escandaloso. Moviéndose de forma obscena mientras que mi cabeza seguía con indignación este espectáculo impúdico. Ni yo ni mi cabeza sabíamos cómo hacer para parar todo esto… Tampoco mis manos, balanceándose con el contoneo, eran capaces de retener mi cabeza e impedir que se alejara flotando. Mi cabeza flotando entre nubes de colores. Mis caderas meneándose desvergonzadamente. Y yo, entre mis caderas y mi cabeza, ¿dónde estaba yo? SEGUNDO DÍA T/.
Jota, compréndelo. Podrías ser mi hijo.
J/. ¿Cómo colocarías la cámara para grabar a alguien ante un espejo? Se podría dar la vuelta a todo y hacer que un personaje se entrevistara a sí mismo. Podríamos ver cómo Bruce Lee lucha contra Bruce Lee. Chiuuu. Tchungchung-tchung. Sería flipante. T/. Lo que ha pasado no es posible, no debería haber sido posible, no debe seguir ocurriendo. Ojalá fuera sólo un sueño.
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Quiero decir que… Que… He perdido la cabeza. No la siento sobre mi cuello y no sé ni dónde la dejé por última vez. Y este sábado tengo peluquería. Qué incordio. Con lo que cuesta que me den hora, y ahora sin cabeza ¿Dónde estoy ahora? Sí, estoy aquí, de pie. Me doy cuenta de… ¿De qué? De nada. De que no debería ir a la peluquería si no sé ni dónde pongo la cabeza. Tengo que decirlo… Valor… Jota, esto es una locura. Lo que ha ocurrido entre nosotros. Esto no puede volver a repetirse. Mi cabeza está firme y debo seguir manteniéndola firme. Soy tu tutora. J/. Tú eres mi tutor y mi gurú es Bruce Lee. ¡Ataque de escorpión! T/. Soy directora en el programa en que tú haces las prácticas. Soy la tutora y tú eres el becario. Y no podemos ser otra cosa. Estimado alumno en prácticas. Tras tomar contacto con sus
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tutores en la empresa constatamos que sus progresos y su integración dentro de la empresa no son los adecuados. Nos informan los encargados de velar por el aprovechamiento de su práctica de empresa que no se está produciendo una buena adecuación al puesto al que ha sido destinado. Por la presente le advertimos que, si no mejora en su actitud, nos veremos forzados a reflejarlo así en su expediente y a tomar medidas que podrían llegar a la incapacitación para lograr la titulación de este postgrado, ocasionando la pérdida de los beneficios inherentes a dicho título, sin posibilidad de poder ser estos recuperados de ningún modo. J/. ¿Me quieres decir qué significa eso? Creí que estabas contenta con mi labor en el programa. T/.
Jota.
J/. Creí que todo iba sobre ruedas. Que no tenías ninguna queja sobre mí. T/.
Jota.
J/.
Explícamelo.
T/.
Déjame, Jota.
J/.
No.
He estado trabajando años y años para poder pagarme este master. En el master he clavado codos hasta sangrar para sacar las mejores notas y poder estar en este programa. Y en este programa me paso horas y horas metido en este despacho y me esfuerzo hasta que me suda el cerebro. Busco documentación, me empapo bien de toda la información y hago resúmenes de prensa para en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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que a ti sólo te quede elegir temas. Te dejo todo desarrollado, con las fuentes bien accesibles y los contactos hechos. Visiono, ordeno el material, hago offlines, dejo todo preparado para el montaje. Y acabo con el cerebro sudando de todo el esfuerzo. Pero resulta que según mis tutores en la empresa, o sea tú, no soy idóneo. T/.
Jota…
J/.
¿Me puedes explicar en qué fallo?
T/. Soy la directora del programa y no tengo por qué dar explicaciones a un becario. J/. ¿En qué te he molestado? Me he entregado del todo a este programa dejando de lado todos mis asuntos. Los colegas, el barrio, las churris, todo. Salgo de casa a las 8 y no aparezco hasta las 9 de la noche. Y cuando llego a casa sigo trabajando, estudiando dossieres y documentación, hasta que se me ponen los ojos como sartenes. Pero tú afirmas que no soy idóneo para este puesto. ¿Por qué? ¿Porque visto como visto y soy como soy y hago las cosas a mi manera? ¿O porque, según tú, huelo mal? T/.
Siempre te vendría bien una ducha.
J/. ¡Me ducho! Si quieres comprobarlo, métete conmigo en el baño y enjabóname. T/. ¿Cómo te atreves, aquí, delante de todos, a hablar así? Tu problema está en que crees que siempre puedes hacer lo que te dé la gana y decir lo que te salga del capullo. Actúas según te parece a ti, sin contar con los demás. No tienes en cuenta a nadie. Esto es un equipo y tú formas parte de él. Por eso, deberías aprender a ser parte
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del equipo, a comportarte, a darte cuenta de en dónde estás y con quiénes tratas. J/. Quieres decir que no hago las cosas bien. Que debería hacerlas como las hace to’quisque, aunque eso quede como el culo. Que no debería pensar por mí mismo sino por el manual. Te da igual que el trabajo esté hecho y bien hecho. Eso no te interesa. Sólo ves las formas. Que todo esté ajustado a la cuadrícula. Y a la creatividad que le den. T/. Puedes ser todo lo creativo que quieras, pero también tienes que ser efectivo, Jota. Porque para ser creativo, primero tienes que saber. Tu creatividad son simplemente los trucos de un novato y la retórica barata de un novato. Por ejemplo, ese currículo que te pedí… J/.
Es original.
T/. Como un desplegable de revista de gasolinera… Con fotos tuyas haciendo posturitas. Con tramas de colores chillones y enlaces a videos tuyos en youtube tocando la batería. Patético… Y lo que es peor, los datos que das no están claros. Ni siquiera se sabe si has acabado el grado o simplemente has pasado algún día por la cafetería de la facultad. J/. Quiero que el que vea el currículum me vea a mí. Que tenga una visión clara de cómo soy. Un título no es tan importante como lo soy yo. T/. Ese currículum que te pedí era una oportunidad que has desperdiciado. Algún día espero que descubras que tienes mucho que aprender. Tienes que tener respeto y humildad. Y no puedes ir por ahí citando a Bruce Lee como en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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si fuera Heidegger. J/. ¿Tienes algo contra mis gustos? Lo que me va. La manera en que visto. Los piercings que llevo. Los tatuajes. Simples apariencias. No lo que yo soy. Dentro de mí. Te voy a demostrar que soy el mejor. Te lo voy a demostrar. T/.
No cometas ninguna burrada… que me das miedo.
J/. ¿Qué puedo hacer para que cambie tu actitud hacia mí? T/. Cambia tu manera de comportarte en este despacho, delante mío. No vuelvas a hablarme ante todo el equipo como lo haces. J/.
¿Por ejemplo?
T/. No te acerques así a mí. Mantente al otro lado de la mesa. ¿Lo tienes claro o quieres que te lo dibuje? ¿Necesitas más detalles? J/.
¿Más detalles? ¿A qué te refieres?
T/. Mira. Hoy acabaré sobre las 8… Si quieres quedamos fuera y te lo explico mientras tomamos algo. Quizá necesites una buena charla para dejar las cosas en su sitio. Es cuestión de hablar cara a cara. J/.
He quedado con alguien.
T/. Jota. Estamos hablando de tu futuro. ¿Eso no es algo por lo que tengas que sacrificar lo que sea? Rompe con lo que tengas entre manos. Hazme un favor. Reserva en este restaurante. A tu nombre. No te preocupes, yo pagaré.
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Para hablar sin que nada nos moleste, es mejor que pidas un reservado. A las 8:30. J/.
¿En un restaurante? ¿Quiénes estaremos?
T/. Para lo que vamos a hablar, lo mejor es que estemos solos. Una cosa, dúchate antes. Y cámbiate de calzoncillos. ¿Vas a hacer todo lo que te digo? ¿Lo vas a recordar? ¿O quieres que te lo escriba? J/. Lo tengo todo aquí. Dentro de la chola. Sí. Me parece un plan realmente… crujiente. Como tú. T/.
¿Crujiente? ¿Me has llamado crujiente?
J/.
Muy crujiente. Agur, cari, nos vemos luego.
T/. Crujiente. Ahora soy crujiente. ¿Qué habrá querido decir con eso? CABEZA CRUJIENTE ¿Me ven guapa? ¿Realmente, estoy guapa? ¿Será por mi nuevo peinado? ¿Les gusta mi peinado? ¿No se dan cuenta de que me falta algo? Justo bajo el peinado, hay algo que he perdido… A los ocho años era ya la mejor de la clase. Me costó dos años de estudio aprenderme las oraciones favoritas de mi profesora y echarle la zancadilla a la empollona de Sandra del Cerro. Es una pena que al caer por las escaleras perdiera en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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también la posibilidad de presentarse a los exámenes finales y tuviera que repetir… A los catorce, decididamente no era la chica más guapa de la clase, ni siquiera estaba entre el grupo de las chicas monas. Pero era la número uno en el instituto. Y en clase se hacía lo que yo quería. A los veinte, era la líder de las juventudes de mi universidad. Mi dominio abarcaba la estructura consultora, los organismos de dirección y el control del sindicato de estudiantes. A los veintitrés entré de becaria en los informativos de la principal cadena del país y a los 3 meses ya había conseguido un contrato. Dos años después, no me dieron la fijeza, me hicieron un contrato especial para una jefatura adjunta. Desde entonces, siempre he sido jefa de redacción, directora de programa, productora ejecutiva… La semana pasada cumplí cuarenta años… Pero nunca se me consideró una mujer crujiente. Yo nunca lo quise ser… ¿Para qué? Tenía lo que quería… No me hacía falta crujir. Ahora él dice que soy crujiente. Soy crujiente. Pero yo siento que me falta algo… No siento la cabeza en medio de este marasmo… ¿Me ven guapa? ¿Realmente guapa? ¿Crujiente? ¿No me falta algo?
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¿No me falta… una cabeza? TERCER DÍA T/. Yo en ese momento estaba hasta las cejas metida en un asunto complicado y crucial. No podía tener ojos para nada más. Pero entonces se presentó hacia mí. Dijo… no sé qué dijo. Ni tampoco sé qué le contesté yo. Le miré de arriba a abajo. Y luego de abajo a arriba. Tan friki. Tan absolutamente repugnante. Y qué más da. No me importaba ni su pinta ni su olor. Me lo hubiera comido allí mismo. ¿No me denunciarían por ello? Si nadie se va a enterar. Pero, ¿a qué viene este bollicao aquí? ¿Un convenio? A mí sí me conviene… ¿Un becario? ¿Existe de eso? Qué suerte. No sólo hay becarias, chicas monas con ganas de arrebatarte el puesto. Existen becarios. ¿Lo que los hombres piensan de las becarias, lo podemos pensar las mujeres de los becarios? Igualdad de derechos para las trabajadoras. ¡Carne fresca, las maduras también existimos! Pero, esos pantalones caídos… Si le llegan casi a las rodillas. Y tiene todo el calzoncillo al aire. Cuidado, chaval. Tengo memoria de siete días. Si en menos de siete días repites calzoncillo, te comeré entero. Entero. Me dijiste que este fin de semana iba a ser nuestro. J/.
Tengo que hacer el proyecto fin de carrera.
T/.
Creí que lo tenías ya solucionado.
J/.
Me queda darle la forma final.
T/.
¿Y necesitas hacerlo en este fin de semana?
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J/.
Lo tengo que entregar el miércoles.
T/. He reservado vuelo y hotel para Londres. Me dijiste que este fin de semana no tenías problema. He cancelado planes para llevarte a Londres estos tres días. He reservado para dos y ya no puedo anular ni el avión ni el hotel. J/. Es lo que más me gustaría hacer, pero tengo que acabar mi trabajo, Te. Si no lo entrego, todo lo que he hecho hasta ahora no servirá para nada. Sabes que me encanta estar contigo. No es como con una chica de mi edad. Tú siempre tienes las ideas claras y eso me gusta. T/.
Sigue haciéndome eso.
J/.
Te gusta así…
T/.
Sigue… sí. Con firmeza. Suave pero sin parar…
J/.
Me gusta ver esa carita viciosa que se te pone.
T/. Te libero de venir al programa el lunes y el martes. Tendrás dos días para acabar tu trabajo. Saldremos para Londres el viernes, directamente desde aquí. Tomaremos el avión de las 17:40. El lunes, volvemos a primera hora. A las 10 de la mañana estarás en tu casa. Y si tienes algún problema con el trabajo, cuando salga de aquí te daré toda la ayuda que quieras. J/.
Eres muy amable, pero…
T/. El sábado tengo una reunión con la jefatura de magazines de la BBC. Podrás asistir a ella y ver cómo se trabaja allí. En la BBC, Jota. La BBC. Y dejarte ver por allí. La BBC, ni más ni menos. ¿No decías que querías trabajar
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fuera de España? Ya haré yo que consideren tu curriculum. J/.
Podríamos ir en otro fin de semana.
T/. Ya sabes que mi memoria es de siete días. Más allá, no hago planes. O es este fin de semana o… J/. ¿O qué? ¿Me amenazas? Tras tu nota acerca de mi inadaptación, ¿cuál es el siguiente paso? ¿Esto es una venganza, un ajuste de cuentas o es algo más sucio? T/. Nadie te está obligando a nada. Nadie te ha amenazado. Ya somos mayorcitos, y aquí no hay nada que vaya en contra de la ley. J/.
No estoy diciendo que nada vaya en contra de la ley.
T/. Y ya te dije que no tienes que tener miedo a esa nota. Que lo importante es la calificación final. Y que lo que haya entre tú y yo no tiene nada que ver con tu expediente. J/.
Moralmente…
T/. ¿Moralmente? ¿Quién es el que habla de moralidad? ¿Tú? Jota, no me hagas reír. Y en todo caso, dúchate alguna vez. J/.
Me ducho…
T/. Mira, Jota. Habíamos planeado lo de Londres con tiempo. No tenías ningún problema este fin de semana. Ahora sí lo tienes. ¿Por qué? ¿Qué es lo que me escondes?
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J/.
Nada.
T/. Antes o después, me voy a enterar. Lo voy a saber todo. De hecho, ya sé mucho. Este sábado tendrás algo con alguna amiguita. A mí no me importa, puedes tener todas las amiguitas. Mimí o Fanny o Vane o las que quieras. Pero no voy a permitir que te cachondees de mí. Jota, si me la juegas, pagarás por ello. Te lo juro. J/. Ok. No siempre se gana, ¿no? Hasta luego, cocodrilo. Buen viaje. CABEZA LOCA El otro día la fresca de Paz vino al trabajo sin sujetador, con una camiseta ajustada, marcando todo. Las cabezas de los hombres rebotaban. ¿Rebotarán cuando yo llegue? ¿Alguien se daría cuenta en el trabajo si yo llegara sin cabeza? ¿Y si llegara sin sostén? ¿Me miraría todo el mundo? ¿Sus cabezas se girarían a mi paso? ¿Al paso de una descabezada? Sus cabezas siguiéndome a mí, un cuerpo sin cabeza… Quizá debería de perder algo más que la cabeza para que rebotaran de la misma manera. ¿Vale más ir sin sostén que sin cabeza? ¿Qué le llama más la atención a los hombres? Ser un tanto ligera de cascos. Galopar sin cabeza. Trotar y bambolear la grupa. ¿Seré capaz de ello? ¿Perder la cabeza me convertirá en una
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descocada? Si a mi edad no lo he sido nunca, ¿cuándo lo seré? Desenvuelvo mis nuevas pertenencias. Un juego de ropa interior nuevo. Sexy, excitante. Nada que ver con la que llevo habitualmente. Rápidamente, me pruebo la brevedad de la lencería negra de encaje que no cubre mis intimidades, sino que las destaca. Me miro furtivamente y veo entonces hasta qué punto he perdido la cabeza. Y no puedo evitarlo, me gusto tanto, me gusto tanto ahora… CUARTO DÍA T/.
Media hora tarde.
Siempre soy la primera en llegar a la redacción. A veces ya llevo trabajando una hora o más antes de que nadie aparezca. Pero ese día me dormí… llegué media hora más tarde que todos. No es de extrañar, con todo el movimiento de la noche anterior… Al trote y al galope. Completamente satisfactorio. Bravo, Teresa, bravo, Te, aún en forma. Media hora llegué tarde. Me lo podía permitir. Tenía todo bien atado para ese día, para toda la semana. Pero cuando entré en la redacción vi que había llegado demasiado tarde. Los teclados estaban que echaban humo. Todo el mundo estaba a tope de trabajo, entregados a no sé qué… Y yo acababa de llegar y no sabía qué había ocurrido. Nadie se dio cuenta de que en ese momento llegaba yo. Me miraban como si llevara allí desde la madrugada. Seguía sin saber qué había ocurrido. Algo gordo. Quizá, la aparición del niño desaparecido, a saber en qué condiciones. O algún accidente aéreo. Aunque en la radio del coche no había oído nada que se saliera de lo previsto. ¿La Casa Real, ya? No, yo en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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hubiera sido la primera en saberlo. Intentaba ver por encima de los hombros de los redactores, en sus pantallas, en qué estaban trabajando todos como locos. Nada. En mi despacho estaba él, con su sonrisa de niño malo. ¡En mi despacho, dominando la redacción! Me miró y me guiñó el ojo. Eso me enfureció. ¿Qué es lo que había hecho ahora? Así que me lancé dentro de mi despacho, cerré la puerta y… ¡Jota! ¿Me puedes decir qué pasa aquí? J/. Está todo controlado. “No gastes energía si no estás en tu casa”. Bruce Lee. Fin de la cita. Tú me lo dejaste bien claro ayer, que no estaba en mi casa. Así que hice gasto mínimo con mucho control. T/. Jota, ¿qué coño está pasando aquí? Estás hablando en código máquina o en dialecto shaolín. No te entiendo. J/.
Está todo controlado.
T/. Me va a dar algo. ¿Me puedes hacer un resumen rápido? ¡Me va a estallar la cabeza! J/. Los indignados han cercado el congreso. Es la bomba. Vamos a tener un programa en directo con ellos. Con conexiones, invitados, declaraciones… ¡La van a armar y nosotros lo vamos a dar todo en directo! Puede que vayan los antidisturbios y se arme una buena. T/. ¿Qué congreso van a rodear? Acabo de venir por el centro y no he visto nada. J/.
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En Almansa, el congreso federal del partido. Y, al
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lado, indignados haciendo acampada. Mira la redacción. Todo el mundo está encantado. Míralos. Ahora sí que trabajan a tope. Es un tema cojonudo. Es un tema que nos va a dar audiencia y credibilidad. T/. ¿Quién ha sido el necio que ha dado la orden de seguir este tema y hacer un monográfico? Por favor, no me digas que tú has lanzado la historia y que todo el mundo te ha obedecido. A un becario. (Hacia la redacción, gritando.) ¡REUNIÓN DE REDACCIÓN EN MEDIA HORA! Que todos dejen lo que estén haciendo. Lo cancelo todo. Quiero temas y contactos para el programa de hoy según lo previsto—grité. Todo el mundo se quedó mirándome. Como si estuviera loca o… como si acabara de llegar y no tuviera ni puta idea de lo que había ocurrido. Lo segundo era cierto. Lo primero, también. Éste es un programa de televisión de prime time, novato. Aquí se tratan temas que puedan interesar a una audiencia mayoritaria, no a un puñado de perroflautas. J/.
El productor ejecutivo está de acuerdo.
T/.
¿Qué?
J/. Fue él el que nos dijo que adelante. Le llamé y hablé con él. Siempre en tu nombre. Bajó a la redacción, vio el tema y nos dijo que tiráramos para adelante. T/.
¿Y tú, qué hiciste mientras tanto?
J/.
Tomar nota. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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T/.
Tú tomabas nota y nadie me llamó a mí.
J/.
No quise molestarte. Ayer acabaste muy cansada.
T/. A ti no te importa cómo acabé. Nadie me llamó. ¿Por qué? J/. Les dije que en seguida llegarías. Que lo mejor era tirar para adelante porque estarías de acuerdo y no podíamos perder tiempo. T/. Esto es una pesadilla. Pero no vas a salirte con la tuya, becario de mierda. ¡REUNIÓN DE REDACCIÓN!, volví a gritar. Quiero ver todas las portadas de las revistas del corazón y saber qué pasa con las reacciones de Encarnita del Río. Y si alguien sabe algo del niño muerto, ya tenemos tema para titulares. J/.
¿Y los indignados y el congreso federal?
(T marca desde un teléfono fijo, sin dejar de mirar a J.) T/. A nadie le interesan ni los indignados ni el congreso federal. Como no lo vamos a dar, eso no va a ser una noticia. J/. Pero el productor ejecutivo había dado el visto bueno. T/. ¿Hola? ¿Carlos? Sí, te llamaba para darte los temas del día. Sí. Claro, Encarnita del Río. Es una bomba, le dedicamos gran parte del programa. Con conexiones cada diez minutos. Tenemos previsto entrar en conexión con su criada. Sí, hemos conseguido una bolsa de su basura y he metido a un redactor en un traje de buzo para que
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rebusque en la mierda. Sabía que te iba a gustar. Sí, seguimos con la búsqueda del niño del Centro Comercial. Claro que tenemos nuevas pistas. Me temo que ese tema va a estallar en cualquier momento. ¿Para hoy antes del telediario? Seguro que sí. Sólo tengo que forzar las tuercas con las autoridades locales para que aparezca el fiambre antes del fin del programa. Claro que tengo cubierto el viaje de Jin y Brann. ¡El dúo de moda! Con eso cubro todo el corazón. Tengo una cámara esperando en el vestíbulo de su hotel. Pero hay algo mejor. Va a ser un hito. La Casa Real, Carlos, la Casa Real. Hazme caso. De aquí a dos días, damos la exclusiva. Hoy empezaremos con los cebos. Sí, será un programa potente. Líder de la franja horaria otra vez, batiremos un nuevo record. Me meto en la reunión de redacción y te cuento cada vez que haya novedades. REUNIÓN DE REDACCIÓN, YA. EN HORA Y MEDIA ESTAMOS EN EL AIRE. J/.
¿Y nada más?
T/. Sí, hoy se cumple el centenario de Lola Claveles. Ésta es la lista de todas sus intervenciones en televisión. Canciones, entrevistas, noticias. Quiero que te visiones todo este archivo y le sirvas lo mejor a Chema. Una pieza de 2 minutos con música en la que resumas toda su vida. En hora y media iré a corregir la pieza a montaje. J/.
Pero…
T/.
No hay peros. Es una orden. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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J/.
Me abro. Tengo cosas más interesantes que hacer.
T/. Si lo haces, lo vas a lamentar. Estás asignado a este programa. No puedes abandonar la redacción así como así. J/. ¿No puedo? Esto es una panda de mediocres y tú eres la mayor de las mediocres. Necesito respirar aire puro. Así que me voy a pirar y voy a llamar a un par de colegas. Eso es lo que voy a hacer. Con un porro y unas birras en la plaza, se me irá el mal rollo. Y llamaré luego a Mimí o a Vane o a la que esté libre y a cumplir. Así que me las piro, vampiro. PASACABEZA POR 1 EURO, DÍGANOS NOMBRES DE ANIMALES QUE NO TIENEN CABEZA T/.
Yo… Eh…
J/.
El paramecio.
T/.
Yo… Sí… El…
J/.
Los corales.
T/. Un momento, yo no quiero estar aquí… Nadie me ha pedido mi consentimiento. ¿Un concurso televisivo? Seguro que encima es de la competencia. No debería estar aquí.
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J/.
Estramolitos, cianobacterias, virus…
T/.
¡El besugo! ¿Esto se va a emitir? ¿Estamos en directo?
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¡¡¡RESPUESTA INCORRECTA!!! POR 5 EUROS, DÍGANOS HUESOS DE LA CABEZA. T/.
Los dientes… el colmillo…
J/.
Frontal, occipital, parietal, temporal, máxilofacial…
T/.
¿Los pómulos?
¡¡¡RESPUESTA INCORRECTA!!! POR 10 EUROS, DIGANOS CAPITALES DE LA COMUNIDAD EUROPEA J/.
Madrid, Lisboa, París, Londres, Berlín, Roma, Atenas…
T/.
Venecia, Niza, Montecarlo, Torrevieja…
¡¡¡RESPUESTA INCORRECTA!!! ENTRA EN CÓDIGO NARANJA.
LA
CONCURSANTE
POR 100 EUROS, DÍGANOS PELICULAS DE BRUCE LEE J/.
¿Anteriores o posteriores a su muerte?
SIN DISTINCIÓN T/.
¿”Deseando amar”?
J/.
“El furor del dragón”, “Operación dragón”.
T/.
¡”Cómo entrenar a tu dragón”!
¡¡¡RESPUESTA INCORRECTA!!! LA CONCURSANTE T en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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ENTRA EN CÓDIGO ROJO. ATENTA A SER EXPULSADA. POR 1000 EUROS, DÍGANOS COSAS QUE SE PUEDEN HACER CON LA CABEZA T/.
Sí, eso lo sé… Lo tengo en la punta de la lengua…
J/.
Pensar, razonar, imaginar, sonreír, soñar…
T/. ¿Sexo oral? Mmm… ¿Fútbol? Apuntar… Darle a la pelota, con fuerza. Saltar, rematar con la cabeza ¡y… GOOOOL! QUINTO DÍA T/. ¿Todavía estás aquí? Creí que ya habías acabado con tu beca. J/.
Tengo que verte.
T/. Ahora no, Jota. Estoy ocupadísima. Luego, nos podemos tomar un café de máquina y me cuentas lo que quieras. J/.
Tengo que hablar contigo.
T/. Jota. Me han citado para reunión de programación en cuarenta minutos y tengo que acabar este informe. No puedo perder el tiempo contigo. J/. ¿Perder el tiempo? Así es como me ves, como una pérdida de tiempo. No te importa lo que pueda significar todo esto para mí. No te importa lo que pueda ser de mí. T/.
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No me das pena. Me importas tanto como cualquier
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otra persona de mi equipo. Y ya no perteneces a este equipo. J/.
¿Hablas en serio?
T/. No pretenderás que lo que pasó entre nosotros determine mi relación contigo. J/. No pretendo nada. Te estoy hablando de otra cosa. De mi vida. T/. Mira, Jota, si quieres, cuando acabe con mi jornada laboral, podemos hablar pero ahora… J/.
Ahora vas a hablar conmigo.
T/.
¿Me estás amenazando?
J/. La calificación que me has puesto en las prácticas. NO APTO. Supongo que sabes lo que va a significar esto. Mi expulsión del master. Y perder de golpe todo lo que he invertido en él. Trabajo, esfuerzo, todo el dinero que he ganado en trabajos nocturnos para pagarlo. Y toda la pasta que mis padres habían ahorrado para mis estudios. TODO. Mi último billete para esta vida. Mi futuro. Todo esto arruinado por tu nota. TODO. T/.
Baja la voz.
J/. Me has sacado de esta profesión. Con esa nota, no sólo me quitas el postgrado, sino que nadie me contratará. Ni en esta empresa ni en ninguna otra. No es justo. T/.
Ahora no, Jota.
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J/.
¿Ahora no? ¿Y cuándo entonces?
T/.
Estás gritando.
J/.
Me has destrozado la vida.
T/. Nadie te ha destrozado nada. Tienes lo que te mereces. J/. ¿Me merezco un No apto? ¿Me merezco que me destrocen mi futuro profesional? ¿Por qué? ¿Por no hacer lo que marcan las normas, por no hacer lo que tú me digas? ¿Por intentar salvar este programa cuando nadie, ni siquiera tú, hacías nada por impedirlo? T/. Te propuse un trabajo y no lo afrontaste de forma profesional. Sino como un aficionado. Te indiqué que debías rectificar y no lo hiciste. Te reíste de mí. Eso fue lo que hiciste. Nunca pensaste que un programa es un equipo en el que cada uno tiene que ocupar su lugar. Y ahora, ahí tienes el resultado, ahí tienes tu nota. Y punto. J/. Podías haberme avisado de cuáles iban a ser tus intenciones. T/.
Te avisé. Una y otra vez, de forma directa e indirecta.
J/.
No lo veo yo así.
T/. Jota, ahora tengo mucho trabajo. Y ya no se puede hacer nada.
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J/.
Voy a pedir revisión académica.
T/.
Haz lo que quieras.
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J/.
Te voy a denunciar por acoso.
T/.
¿Por acoso?
J/. Sí, te voy a denunciar. Tengo testigos y pruebas de ello. Puedo hacer que te expulsen de esta empresa. Es lo mismo que tú has hecho conmigo. T/.
Jota, no juegues conmigo.
J/. Lee la normativa. El convenio. Ahí está todo, claramente. T/.
Jota…
J/. Y tengo grabaciones. Seguro que a muchos les gustará ver esas grabaciones. T/. Jota, no lo vas a hacer. No podrás hacer nada contra mía. Eres mayor de edad y nadie te obligó a nada. J/.
Pero…
T/.
Adiós, Jota.
J/.
Te…
T/. Me llamo comentarios.
Teresa.
Teresa
Martín.
Sin
más
J/. Ahora estás ocupada. Lo comprendo. Puedo esperar… Tengo mucho que decirte. Hablaremos luego, tranquilamente, a solas. Cara a cara. Hablaremos luego. T/.
No me intimidas. No habrá luego. Ni luego ni ahora. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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Sólo habrá nunca más. NO TODO ES UNA CABEZA Y de todas formas, puede que no sea tan grave perder la cabeza. Alguna vez ocurre. No es tan malo, pensándolo bien. Es algo nuevo, nada más. ¿Dónde la dejé? Debió ser en el baño. Tal vez al lavarme el pelo, antes de salir de casa. Tal vez, la cabeza se me ha escapado. Así de sencillo. La corriente de aire se la llevó mientras yo me miraba en el espejo, buscando nuevas arrugas en mi rostro. El último día que la perdí, me pasé una semana entera flotando de un sitio para otro. No era yo. Ahora por fin la tengo de nuevo. Tras siete días. Fui al espejo y examiné mi cabeza. ¿Era la misma? Yo diría que estaba más joven aún. ¿Sería eso posible? Podría perder la cabeza más a menudo. Rejuvenecer con cierta frecuencia. Apuntes para una vida sin cabeza. Menos tiempo para arreglarme. Menos gasto en cosméticos, champúes, tintes, peluquerías. Un nuevo estilo sin cabeza. Cómo andar con elegancia sin nada por encima de los hombros. Moda sin cabeza. Escotes infinitos que caen desde alturas nunca vistas. Problema, un cuello que empieza en la nada, un cuello que no es coronado por nada. Y los collares perdidos, las cuentas por el suelo. A veces a mi cuerpo le sobra la cabeza. A veces, pesa demasiado una cabeza… Será bueno de vez en cuando olvidarme de mi cabeza. De vez en cuando… SEXTO DÍA T/.
¿Un chico? ¿Aquí? ¿En este programa?
MURMULLOS
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Aquí nunca ha habido niños. RISAS ¿Cómo dices que se llama? Mira, te estás quedando conmigo. ¿Jota? ¿Eso es un nombre? ¿Jota? RISAS Tengo muchas cosas que hacer. Levantar un programa. Un programa que sigue media población. Un programa que da trabajo a cincuenta personas, cincuenta familias viven de este programa. Sin mis esfuerzos, todos ellos estarían en la calle y a cuatro millones de personas le faltaría algo en qué pensar todas las mañanas, de 11 a 15. ABUCHEOS No, no lo recuerdo. No sé quién es. Es imposible que me haya olvidado. Estoy segura. Te puedo hablar de otros becarios, de otros colaboradores. De todos los que han pasado por aquí. Mira las fotos que tengo colgadas en mi despacho. Aquí están todos los que han pasado por el programa. ¿Le ves a él? No, no le ves porque nunca ha habido ningún Jota en este programa. ABUCHEOS Por lo que parece, era un personaje popular. ¿Has probado en el magazín de la tarde? Quizá haya estado allí. Es un programa al que suele ir gente muy popular. Gente tan popular como ese Jota. en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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ABUCHEOS Y PITIDOS A ese chico no lo conozco. Nunca lo he visto. Estoy segura. Nunca, nunca. Lo juraría por lo más sagrado que tengo. Por la dentadura postiza de mi madre. RISAS FLOJAS No quiero saber nada. Nunca lo he visto, no lo conozco, no quiero saber nada. MÁS RISAS De otros amantes. Los he tenido, no me avergüenzo de ello… Pero, ¿un becario con los pantalones caídos? Por favor. Una tiene cierta dignidad y buen gusto. RISAS Y EXCLAMACIONES Sí, otros amantes, sí. Muchos y muy buenos. Las cosas claras. Una cosa es el sexo y otra las patatas. APLAUSOS DENTRO DE LA CABEZA Acudo al neurólogo. Cómo contarle mi caso. Al fin y al cabo, estoy bien y a él le basta una mirada para descubrir mi engaño. Pero tengo la necesidad de que alguien mire a ver qué pasa por mi cabeza. Por qué hago las cosas que ahora hago y que cuando tenía veinte años no hacía. El neurólogo me mira de arriba a abajo, traga saliva y conteniéndose, con toda la amabilidad del mundo, me dice que me ve bien. Y se sonroja como un colegial. Ya sé que estoy bien, majadero. Me quedo con unas ganas tremendas de sacarle los ojos. Me
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hace unas pruebas tan estúpidas que me hacen dudar de que realmente no se haya doctorado en reiki en vez de en medicina… Pero de tan estúpidas como son, fallo en todas y en mi último rasgo de sensatez, dudo de si realmente estoy peor de lo que pienso… No, no estoy tan mal. Estoy peor. Peor que si hubiera perdido la cabeza. SÉPTIMO DÍA T/. Como ese día en que él apareció por el despacho. Un chico con los pantalones caídos. Se le ven los calzoncillos. Desagradable. Recuerdo los calzoncillos. No repetir. Siete días de memoria. Sólo siete días. No repetir calzoncillo en menos de siete días. J/.
Jota. Así es cómo me llamo.
T/.
Encantada. Ahora, ¿puedes dejarme en paz?
J/.
Soy el nuevo becario.
T/. Escúchame, Jota. Si enseñas los calzoncillos, espero que siempre estén bien limpios. J/. Siempre están limpios. Por eso los enseño. No hay forma de que estén sucios si siempre los enseño. T/. Jota, ten cuidado, mucho cuidado. No me vale con que repitas calzoncillo. Y no repitas uno dentro de la misma semana. Tengo memoria de siete días. No tengo más memoria, pero en siete días lo conservo todo en la cabeza. Si en menos de siete días te veo repetir calzoncillo, te vas a enterar. J/.
Tengo unas cuantas ideas para este programa. Con en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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ellas harán que toda esta morralla mejore la ostia. T/. Mira niño, escucha y calla. Sobre todo, calla y a mí no me llames Te. HIGIENE PARA CABEZA Ya sé dónde tengo mi cabeza. Metida dentro de una turbina con la fuerza de un 747. Estoy en la peluquería y sé lo que estoy haciendo con mi cabeza. Un corte de pelo nuevo, radical, asimétrico y a capas. Un nuevo color para mi pelo. Uno de esos tintes modernos con los que pienso verme fenomenal. Mechas californianas. Brotes rubios que me iluminarán la cara. Lo necesito. Sentirme guapa, de una vez por todas. No crujiente. Sentirme sexy. Atractiva. Irme a un pub y entrarle al primer hombre que me guste. Irme con él, tenerlo en mis manos. No abandonarme nunca más en manos de nadie. Mi cabeza está dentro de un secador que parece un casco de astronauta. Una fuente de calor en movimiento. Un chorro de aire que se mete dentro de mi cabeza. Mi pelo vuela dentro de este cañón aerodinámico. La corriente de mil millones de neuronas recorre mi cuerpo desplazando la energía de una punta a otra de mí. Las sensaciones se convierten en chispazos y yo me dejo llevar por la electricidad. Mi piel se transparenta y el flujo eléctrico convierte mi cuerpo en un faro multicolor. Soy un manojo de nervios. Nervios que se extienden desde mi interior al exterior. Nervios que se enmarañan con las ondas hertzianas. Estoy emitiendo. Estoy transmitiendo lo que soy, tal como soy. ¡Atención, audiencia, estoy en primetime! Tengo miles de días por delante. Frente a esto, ¿a quién le interesan estos últimos siete días? Yo ya los he olvidado. Y
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me sienta tan bien este peinado… CABEZA DE BESUGO J/. Si un pez abre los ojos por tres veces, ¿tú qué vas a hacer? T/.
¿Echarlo a la parrilla?
J/.
Antes ponle sal. Bruce Lee. Fin de la cita.
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ángel gonzález gonzález
GALERIA FOTOGRAFÍA
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Muestra Fotográfica de: Diana Ríos ©Derechos Reservados
1.- Diana Ríos (la expositora)
2.- El fin de todos
3.- El rata
4.- Hard Candy
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5.- Inocencia
6.- Mi hermano y yo
7.- Santa Lucía
8.- Turquía
9.- Su nocturnidad
10. Velodromo
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j. seafree
POESIA VISUAL
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Muestra de Poesía Visual Julián Alonso ©Derechos Reservados
1.- Ilusión
2.- Hablando en plata
3.- Llave que todo lo abre
4.- Espere su turno
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5.- Retrato
6.- Fragmentos de una vida
7.- Rosa sin norte
8.- Homenaje a Felipe Boso
9.- Carpe Diem
10. Babas de caracol
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11.- Teoría de la contradicción
12.- Pirañas
13.- NO
14.- Contrición
15.- No somos nada
16.- gg
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JULIÁN ALONSO Palencia, 1955. Poeta discursivo y visual, narrador, colaborador habitual en prensa y radio, activista, organizador y coordinador de exposiciones y proyectos culturales. Es premio de periodismo “Mariano del Mazo” (2001), miembro de AECA (Asociación Española de Críticos de Arte), coordinador literario de la Fundación FORCAL y responsable de la colección de poesía “Cuatro Cantones”. Su obra está publicada en varios libros, tanto individuales como colectivos y en numerosas revistas. Ha publicado, entre otros, el libro de relatos “República de los Sueños” (1991), los de poesía, “Diario de Abril” (1992) “Arquitextura” (Premio Provincia de Guadalajara 1993), “Trampas de la memoria” (premio Ciudad de Benicarló 1999), “Pasos en la arena” (2008), “Como un lento veneno” (2012) Figura entre otras antologías en “Poesía Experimental Española ante el nuevo milenio” (Art-Eragin - Vitoria, 1999), “PHAYUM Poéticas Visuales”, Benicarló, 2000, “El color en la Poesía Visual (Antología consultada)”, Madrid, 2001, “Antología de Poesía Experimental española” 1963-2004 (Antólogo: Felix Morales Prado / Editorial Mare en sentido figurado. revista literaria. año 6 num. 6. sep/oct. 2013
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Nostrum) Madrid, 2004, “Poesía Visual Española (Antología Incompleta” Ed. Calambur, Madrid 2007, “Cinco miradas” Universidad de León 2009, en los especiales dedicados a poesía visual española de las revistas “Ínsula”, “Zurgai”, “Ánfora Nova” y “Cuadernos del Matemático” y, en el aspecto discursivo, en “Avalon” (edición bilingüe en español e inglés (Astrolabio / Universidad de Sheaffield), “Espacio Colectivo (Poetas del grupo Astrolabio)” (Endymión 1996), “La Soledad de un Mundo” (Asociación Colegiada de Escritores, 1999), “Aldea Poética II” (Ed. Ópera Prima, 2000), “19 Poetas (Antología de Poetas palentinos del siglo XX)”. Aretusa (Palencia, 2000), “Al aire nuevo (Antología de Nueva Poesía Española)”. México, 2001, etc. Página web: http://perso.orange.es/juferal38 www.flickr.com/photos/julian_alonso Correo electrónico: julianalonso55@gmail.com BREVE POÉTICA VISUAL DE JULIÁN ALONSO Entiendo que el término “Poesía Visual”, no es excesivamente afortunado ni refleja la realidad de lo que en sí contiene. Prefiero hablar, tanto cuando hablo de mi trabajo en general como del de otros, de “Arte Fronterizo”, muchas veces a mitad de camino de ninguna parte, pero casi siempre abriendo nuevas vías al terreno de la creación artístico-literaria. Con esta perspectiva, no me atrevo a calificar mi obra con un solo adjetivo. No sabría. Prefiero decir que me dedico a una actividad dispersa que en el terreno visual abarca desde el caligrama y el letrismo al collage y desde el conceptualismo al minimalismo, que paso fácilmente de la lírica a la crítica social y coqueteo con el diseño integral de libros (color, textura, papel, tipografía) y el objeto poético.
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emilia oliva
ARTES PLÁSTICAS
Muestra de Artes Plásticas de Juan Barroso ©Derechos Reservados
1.- Baco marzo 2
2.- Boceto portal de casa
3.- Baco marzo 6
4.- Tu calle sin ti
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5.- Cuando sales de casa
6.- Yo en el portal de tu casa
7.- Dama
8.- Mujer ausente
9.- Tiempo
10. En casa
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11.- Mujer con bolso
12.- Paisaje en febrero
13.- No acci贸n
14.- En el espejo
15.- Yo en el portal de tu calle
16. Amanitas catalana
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JUAN BARROSO Nace en Cáceres, el 25 de junio de 1955. Y desde los seis años empieza su peregrinar acompañado primero de sus padres, luego con su propia familia por la vasta geografía de la región extremeña (Sierra de Fuentes, Valencia del Alcántara, Salorino, Cáceres) luego del país recalando finalmente en Barcelona, donde actualmente vive. Sus inicios como artista son muy tempranos ya que le gustaba pintar de pequeño, con lápiz, las paredes de su casa. Mientras su madre aplaudía sus obras, su padre trataba de corregir tan fea costumbre. Con no más de 18 años, ingresó en la Escuela de Bellas Artes de Cáceres y recibió clases de Narbón, Martínez Terrón y Pinzón. Estudió Magisterio ante la imposibilidad de cursar estudios universitarios de Bellas Artes en Madrid o Sevilla. A sus 58 años, prejubilado de la función pública, retoma su aprendiz de “pintor y poeta dominguero” como le gusta de definirse.
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En mal versillo he escrito soy “esclavo y subversor de las vanguardia” Me inunda un mar pleno de certezas, soy al fin el incansable pintor que no hizo nada y ha buscado la luz fuera del lienzo, esclavo y subversor de las vanguardias. Jamás me he colgado en galerías, he quemado mis dibujos al creer que yo no merecía gloria alguna en esta industria, en estos días. Juan Barroso se declara heredero de sus profesores Ubaldo Cantos, extraordinario dibujante, academicista hasta el aburrimiento y Luis Canelo, pintor extraordinario que impartió filosofía en el Instituto Brocense. En los años de estudio de Magisterio, con un grupo de amigos, creó el Departamento de Actividades Culturales. Entre otras actividades, hizo los carteles para las Audiciones de Música de los sábados coordinadas por Juan Duarte. En esos carteles se empleaba a fondo en la pintura informalista imitando a Tapies o Miró. Ya en Barcelona a partir de 1980 bebió de Miró, Tapies, Canogart, Ràfols Casamada, Joan Pere Viladecans, Frederic Amat. Hacia 1998 cambió los soportes tradicionales, madera y papel con oleo, acrílico, tinta o pigmentos por formatos digitales. Crea sobre papel en pequeño formato los bocetos que pasan escaneados al ordenador para trabajar el color y son guardados en ficheros informático de varios megas de peso donde quedan para si un día pueden ser impresos a gran formato.
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Esta virtualidad en mi pintura está buscada intencionalmente como propuesta de uso de materiales pictóricos propios de la etapa tecnológica informática que tanto nos ayuda y esclaviza. Para muchos, sobre todo para los amantes de la tradición pictórica, esta técnica devalúa la obra y quizás tengan razón. Para mí es la solución a los inconvenientes de la pintura clásica como el coste económico de los materiales, carencia de espacio para creación y archivo, y lo que es más importante su difusión, al instante puede trasladarse al cualquier parte del planeta. ¿Que no es lo mismo? Por su puesto que no lo es ni lo pretende. Sería maravilloso tener un ejemplar incunable de Gonzalo de Berceo pero difundir su obra en un libro digital que llega a millones de lectores no tiene precio.
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contraportada: juan barroso