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The Dark Side

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Índice Sinopsis ………………………………………3 Prólogo ………………………………………4

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Capítulo 1……………………………………7 Capítulo 2……………………………………18 Capítulo 3……………………………………32 Capítulo 4……………………………………39 Capítulo 5……………………………………48 Capítulo 6……………………………………57 Capítulo 7……………………………………72 Capítulo 8……………………………………84 Capítulo 9……………………………………101 Capítulo 10………………………………….116 Capítulo 11.…………………………………126 Capítulo 12.…………………………………136 Capítulo 13………………………………….151 Capítulo 14.…………………………………158 Epílogo……….…………………………..…..165 Sobre la Autora.……………………………166

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The Dark Side

Sinopsis Traducido por Aciditax Corregido por Maia8

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omienza como cualquier otro sábado: Whitney, su mejor amigo Jason y sus padres lanzando un viejo balón de fútbol alrededor del parque. Pero cuando su papá muere de un ataque cardíaco, Whitney no se da cuenta de que su pasión por el deporte y su amistad con Jason nunca serán

las mismas.

Dos años después, Whitney está lista para comenzar el largo viaje de redescubrir su amor por el fútbol, encontrándose con un entrenador sexista, un antiético pero irresistible oponente, una camiseta amarillo mostaza y Jason a lo largo del camino. ¿Cuántos chicos, romance y éxitos en el campo puede manejar Whitney antes de que sea demasiado y se vea obligada a tirar la toalla por sus sueños?

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Prólogo Traducido por Rodoni Corregido por Aciditax

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l viento empezó a levantarse, soplando las rojas y doradas hojas de otoño de los altos árboles de arce. Parecían arremolinarse y caer en torno a Jason Victorino y Whitney Berringer. Jason tenía un viejo balón de fútbol con tiras desteñidas acunado en sus atléticos brazos y corría directamente hacia ella. Whitney se mantuvo firme, lista para hacer la parada y así lo hizo, tacleándolo1 hacia el suelo. Ella aterrizó en la parte superior de su atlético cuerpo con un ruido sordo. En el extremo opuesto del parque, sus padres no se dieron cuenta de que sus labios se encontraron por primera vez.

E

Sí. Claro. ¿En qué universo?, pensó Whitney para sí misma. Había estado imaginando estas viejas tardes mucho últimamente, pero se había estado imaginando cosas que nunca ocurrieron. Jason nunca la había besado, y ella sabía que él nunca quiso hacerlo. Mirando hacia atrás, pensó que tenía suerte de no haber tenido ninguna relación con él en absoluto. No era como si volvieran a ser cercanos. Incluso antes de que Jason conociera a Elisabeth Turner al comenzar el primer año, las cosas habían cambiado desde hacía mucho tiempo entre los antes inseparables mejores amigos. Whitney no estaba exactamente segura de porqué Jason había dejado de salir con ella, pero tenía sus buenas conjeturas. Sabía que no tenía

1 Taclear.

Interferir físicamente con el progreso del jugador que tiene posesión del balón, de manera que ese progreso termine y no pueda ser comenzado de nuevo, o que provoque que una parte del cuerpo del jugador toque el suelo.

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The Dark Side nada que ver con su aspecto, sus amigos, o él. Si tuviera que elegir sólo una explicación, supongo que tenía mucho que ver con su pasado. Jason y Whitney habían crecido juntos, compartiendo todo, desde el color verde de Play-Doh para espolvorear conos de helado de vainilla. Habían vivido tan sólo a unas pocas casas de distancia en la Calle Gorham, sus madres se sentaban juntas en PTA2, y sus padres jugaban al golf los sábados por la tarde en la primavera. Y mientras tanto, Jason y el Sr. Victorino y Whitney y el Sr. Berringer habían jugado fútbol americano en el parque cada domingo de otoño por la mañana.

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Whitney recordaba cada detalle de ese día. No sabía cómo alguien podría olvidarlo. Era 24 de agosto y los Victorinos y los Berringers se encontraban en el parque, preparándose para el inicio de la temporada de la NFL3. Era una mañana típica de verano; no había ni una nube en el cielo y la temperatura se comprometió a subir hasta bien entrada a los noventa. Jason y Whitney habían estado molestándose uno a otro durante toda la mañana, como usualmente lo hacían, cada uno poniendo sus movimientos más impresionantes en exhibición tratando de superar al otro. No se dieron cuenta cuando el señor Berringer colapsó. Murió de un ataque al corazón en el campo. En ese momento, Whitney no sabía que su amistad con Jason iba a morir junto a su padre. Siempre había pensado que estaría allí para siempre, pero nada podría estar más lejos de la verdad y ahora los dos hombres más importantes en su vida habían desaparecido, a pesar de que ambos sin duda dejaron sus huellas. Jason y Whitney no habían hablado en más de dos años. En ese primer domingo de la temporada de la NFL sólo dos semanas después de la muerte de su padre, Whitney había esperado más allá de toda esperanza que Jason llamara temprano por la mañana, preguntando a 2Parent-Teacher

Association. Asociación de Padres y Profesores. Es una organización formal compuesta por padres, maestros y personal que tiene por objeto facilitar la participación de los padres en una escuela. 3 NFL. Liga Nacional de Fútbol Americano. Es la mayor liga de fútbol americano profesional de los Estados Unidos.

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The Dark Side qué hora debían hacer su tradicional recorrido por hamburguesas grasientas y papas fritas rizadas antes de que se instalasen frente a la televisión para ver a sus amadas Águilas de Filadelfia abrir la temporada contra su rival de división, los Gigantes de Nueva York. Pero la llamada nunca llegó. El 24 de agosto marcó el final de todo lo que Whitney había conocido. Ese día significó el final de casi once años de domingos en el parque, el final de una amistad de once años, y el final del amor de Whitney hacia el fútbol.

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Las cosas no eran iguales entre los padres de Whitney y Jason. Mientras todavía estaban juntos, nunca fue más allá de sus bromas. Su relación con los Victorinos ya no se sentía bien. Nada de lo que le recordara a Jason en realidad se sentía bien, ni siquiera sus propios recuerdos. Jason ya no la miraba cuando sus caminos se cruzaban y ella trató de devolver el favor. Su falta de reconocimiento no estaba bien, pero Whitney hizo todo lo posible por no pensar en ello. Su vida había cambiado, sí, pero las cosas no estaban tan mal como podrían estarlo, como lo habían estado. Tenía amigos que no la iban a dejar al segundo en que las cosas se pusieran difíciles. El constante sonido de las lágrimas que venía de la habitación de su madre a la medianoche se había detenido. La señora Berringer estaba saliendo de nuevo; sus vidas estaban finalmente volviendo a caer en su lugar de una manera que ninguna de ellas hubiera imaginado. Si le hubieras dicho a Whitney hace dos años que Jason Victorino se convertiría en uno de esos deportistas que tratan a los chicos que no están en el equipo de fútbol americano como si no le importasen, se habría reído en tu cara y alejado. Así eran las cosas ahora. Jason se había convertido en el vanidoso deportista de fútbol americano, el típico atleta estrella. Personificaba la propia definición del estereotipo. El Jason Victorino que caminaba por los pasillos de la secundaria Ash Valley no era el mismo Jason Victorino que solía jugar al fútbol americano los domingos en el Parque Comunitario de Ash Valley hacía dos años. Y eso fue algo con lo que Whitney finalmente aprendió a vivir.

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Capítulo I Traducido 911 por Aciditax Corregido por JenB

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U

na gran pancarta colgada del arco sobre la entrada de la escuela anunciaba que las pruebas de fútbol americano tendrían lugar esa misma tarde del lunes. Fue lo primero que me encontré cuando llegué por la mañana y la única cosa en la que pude pensar durante el resto del día. Siempre había pensado en jugar al fútbol americano en la escuela secundaria. Sabía que era lo suficientemente buena; mi papá siempre había hablado con el señor Victorino al respecto y todos estaban de acuerdo en que era una ganadora segura para el puesto titular. Por supuesto, eso fue antes de que Jason decidiera cambiar de running back4 a quarterback5 —a mi posición— antes de nuestro primer año. Cuando las pruebas se presentaron los dos últimos años, no pude encontrar en mí lo necesario para ir al equipo, para volver al campo, para jugar el deporte que mi padre amaba, el deporte que él había muerto jugando, el deporte que contenía tanto significado emocional, más del que una competencia debería. Tal vez era un signo de debilidad o tal vez sólo quería decir que no estaba preparada para hacer frente a Jason de nuevo, pero de cualquier manera, me había quedado con los brazos cruzados mientras

4 Running

Back (R.B). Posición defensiva, sus funciones son ganar yardas, bloquear jugadas de pase y recibir pases del quarterback. 5Quarterback (Q.B). Posición defensiva, los líderes del equipo ofensivo, responsables de decidir la jugada a realizar. Inician prácticamente todas las jugadas recibiendo el balón del center mediante un snap

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The Dark Side Ash Valley escalaba posiciones en el fútbol americano de secundaria con Jason a la cabeza. La gloria le pertenecía, y yo lo odiaba. Ahora... dos años después... tal vez... —Podría matarte por no llamarme este fin de semana. —Sophie Schofield apareció a mi lado, interrumpiendo mis pensamientos—. Pero tal vez si me dices todo, voy a reconsiderarlo. Logré esbozar una débil sonrisa, sorprendida por la intrusión.

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—Lo siento —le ofrecí sin convicción—. Fue, um... bien. Sophie levantó las cejas. —¿Bien? Christopher Timberly se suponía que era tu cita de ensueño. ¿Cómo fue simplemente bien? —Está bien —reconocí con gesto pensativo—. Cuando lo pones así, era mucho peor. —Rayos. —Sophie hizo una mueca—. Lo siento, Whit. ¿Qué pasó? ¡Que él te invitara a salir fue lo más destacado de tu año! Me encogí de hombros. —Por suerte aún es septiembre. Él tiene un corredor de bolsa personal. Comprar barato, vender caro. Golpea mientras el hierro está caliente. Invierte en Anderson Artículos para el hogar pronto, pero vende cualquier existencia de automóviles que tengas, quiero saber de problemas financieros cuando esté bien entrada en mis veinte años y posiblemente más allá. Sophie resopló. —¿En serio? Huh. Christopher Timberly no parecía ser un bobo. Tal vez sea uno de esos bebés depresivos. Sólo me encogí de hombros otra vez. —No sé lo que es. Pero está bien. Ya lo superé. —Bien —se detuvo Sophie—. Está bien. Así que sabes que voy a preguntártelo. ¿Qué vas a hacer con las pruebas? —Audicionar.

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The Dark Side —Sí —respondió ella con firmeza, nivelándome con una mirada sin sentido—. Has pasado de ellos los últimos dos años. Eres buena, Whit. Hasta yo sé eso y no puedo decirte la diferencia entre un primer down6 y un gol de campo7. —Mira, incluso si yo fuera John Elway en su mejor momento, no creo que tenga mucho sentido audicionar —protesté. Sophie levantó las cejas, pero no dijo nada—. Soy una chica, Soph, y Jason no lo es. Aunque realmente soy mejor que él, ¿a quién realmente piensas que el entrenador Harrington dejaría jugar?

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—Um, no lo sé. Jason, supongo. —Sí, porque él es un hombre. Así que ¿por qué molestarse? —No lo sé. Porque eres buena. Simplemente hazlo. ¡Oh Dirk! —Sophie alargó la mano, agarrando a Dirk Salvetta por la manga de su camisa a cuadros deshilachados. Él levantó la vista, sobresaltado. —Oh, ¡hola! —dijo. Se sacó los auriculares de las orejas—. No las vi. —Estoy tratando de convencer a Whitney para que vaya por el equipo de fútbol americano. —¡Oh! ¡Sí! Hazlo —dijo Dirk, girando hacia mí. Suspiré. —Miren, no importa lo que los dos piensen. No voy a conseguir el puesto titular sobre Jason, no importa lo que haga o lo talentosa que pueda o no ser. Simplemente no va a suceder. —Pero entonces se podría llevar a cabo un juicio —exclamó Dirk, con el abogado latente en él claramente excitado—. ¡Ya puedo ver los titulares! “El entrenador del Programa de Fútbol Americano de una Selecta Secundaria Practica el Sexismo. Título IX Violaciones”. —Hizo una pausa—. O algo por el estilo.

6 Down.

Periodo comprendido entre la puesta en juego del balón y el final de la jugada. 7Field goal. Es una de las variadas formas de conseguir puntos, y una de las pocas jugadas que se realizan con el pie.

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The Dark Side Sophie se rió. —Vamos, Whitney. Simplemente hazlo. —Sí —intervino Dirk—. Si no lo haces por ti, por lo menos hazlo por tu padre. Sabes que es lo que él quería.

10 El final de la jornada escolar llegó mucho más rápido de lo que quería. Durante todo el día, no había sido capaz de pensar en otra cosa más que en que las pruebas de fútbol americano se acercaban rápidamente. No tenía ni idea de qué hacer con ellas, pero las palabras de Dirk no podían dejar de resonar en mi cabeza. Cuando sonó la campana final, supe que no tenía más remedio que llamar a mi mamá. —Hay algunas pruebas que se harán esta tarde que me gustaría ver — le dije a su correo de voz—. Llegaré más tarde a casa esta noche. Puedo conseguir un aventón de alguien. Había un número inusual de personas que se dirigían hacia el edificio deportivo en la tarde y tenía la fuerte sospecha de que la mayoría de ellos no estaban interesados en obtener una carta de recomendación para el equipo universitario con el equipo de apilamiento de tazas8, el único otro deporte que había dejado las pruebas para ese día. —Whitney. —Apareció a mi lado Elisabeth Turner, la uber-popular, novia súper bonita de Jason Victorino, y caminó junto a mí mientras yo lo hacía. Fruncí el ceño; Elisabeth no hablaba conmigo exactamente a menudo. Cuando lo hizo, nunca me gustó mucho—. Por favor, dime que no vas a regresar al equipo de voleibol. En realidad, no hemos extrañado tus saques errantes. —No te preocupes —le dije, con la esperanza de poner fin a la conversación lo más rápido y sin dolor como fuera posible.

8 Cup

Stacking. Es un deporte que consiste en apilar tazas y platos plástico en secuencias específicas y en el menor tiempo posible

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The Dark Side Las cosas con Elisabeth y yo nunca habían sido agradables. No estaba segura de porqué, exactamente, ella sentía la necesidad de ser tan grosera conmigo todo el tiempo. No era como si yo planteara ningún tipo de amenaza a su relación con Jason. Él no me había hablado ni una vez desde mucho antes de que siquiera la hubiera conocido. —Nunca lo hago —respondió Elisabeth sin perder el ritmo—. Así, pues, dime. Si no es voleibol, ¿en cuál deporte fracasarás esta vez? ¿Fútbol? ¿Tenis? —Ella dio una risita sarcástica y de autosuficiencia—. ¿Fútbol americano?

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—No voy a fallar en fútbol americano. —Las palabras salieron de mi boca sin siquiera pensar en ello, pero me di cuenta de lo mucho que significaba. Yo no iba a fallar en esto. No podía. Lo había abandonado una vez antes; y ahora era el momento de volver. Y podría hacerlo. La boca de Elisabeth cayó, pero se recuperó rápidamente. —Yo estaba... bromeando, ya sabes. Pero, oye, si realmente vas a probar, bien podría advertirte desde ahora. Me parece que tienes tanta oportunidad de ser parte del equipo como Rob Hughes allí. Miré justo a tiempo para ver a Rob, el fundador y presidente de la primera Sociedad de Apreciación de los Microrganismos de Ash Valley, corriendo al vestuario de los chicos, llevando una bolsa de deporte lo suficientemente grande como para taclearlo. Negué con la cabeza. Elisabeth no tenía ni idea de que a veces los anunciados perdedores tenían una forma extraña de sorprender a todos a su alrededor. Para la mayoría de la gente, yo era la más débil, sin una oportunidad, pero en mi mente, sabía que era la candidata más probable para llegar con un cuento de la Cenicienta. —Elisabeth —le dije con toda la falsa dulzura de la que podía ser capaz—, espero que no te importe si me retiro. —Empujé para abrir la puerta del vestuario de chicas y miré dentro de la bolsa negra de deporte Nike que había empacado la noche anterior a mi clase de educación física. De repente, deseé que la camisa extra que había traído no fuera la camiseta amarillo mostaza de la Clínica de Fútbol Americano Ron Alitz que había agarrado apurada mientras corría hacia la puerta.

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The Dark Side Está bien, aunque no era la que había participado en la Clínica de Ron, la vieja camiseta de mi papá siempre me pareció que me traía un poco de suerte. Quizá era exactamente lo que necesitaba. Además, casi había llevado esa camiseta todos los domingos en el parque con Jason. Tenía curiosidad por si él habría reconocido el color mostaza claro del que había pasado tantas horas burlándose. Deslicé la camisa por encima de mi cabeza con renovada confianza, mi mente se centró en las interrogantes que había estado tratando de ignorar todo el día.

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¿Cómo sería ser como estar de vuelta en el mundo de Jason por primera vez en más de dos años? Pero más importante aún, ¿qué diría cuando se diera cuenta que yo era su principal competencia para el puesto de quarterback titular, no Engal Lee? Jason y su padre eran las únicas personas fuera de mi propia familia que alguna vez me vieron tomar el balón. Mientras que mis habilidades en el campo no vendrían como un gran shock para él, sabía que para el resto de Ash Valley esperaba una fenomenal sorpresa.

—Siempre conseguimos unos. —El entrenador Harrington me miró mientras me acercaba al grupo de chicos reunidos en la línea de la yarda 50. Una veintena o más de hombres balanceaban su cabeza en mi dirección y todos hasta el último chico sonrieron. Sabía lo que estaban pensando; era una persona menos por la que preocuparse en robarles su lugar esta tarde. —Las audiciones para porristas fueron ayer, querida. Así que lo siento. — El entrenador volvió su atención a su infame carpeta. —Es por eso que estoy aquí hoy. —Sólo estaba tratando de ahorrarte la vergüenza. —Él no levantó la vista. —No se preocupe por mí. —Es una buena camisa la que tienes ahí.

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The Dark Side —Sí, por eso me la puse. —El entrenador Harrington dejó de escribir y me miró. —¿No me tienes miedo? —¿Hay alguna razón para eso? El entrenador sonrió. —Me gustas. Muy descarada. ¿Nombre?

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—Whitney Berringer. —Berringer, ¿eh? Tu hermano jugó para mí. —Asentí. —Sí. Gregory. —Buen chico. Buen atleta, también. Y ahora que sé acerca de Gregory, tengo que preguntarlo. ¿Esa franela es de tu visita a la Clínica de Ron o es sólo una que tu hermano descartó? Dudé por un segundo antes de contestar. —He estado en la Clínica. —En realidad no era una mentira. Quiero decir, yo había ido a la Clínica con mi mamá a recoger a Greg de las prácticas de Ron un montón de veces. A pesar de que su camisa púrpura estaba cuidadosamente doblada en mi cómoda, simplemente no parecía tener tanto efecto en mí como la amarillo mostaza. El entrenador Harrington asintió como si estuviera considerando impresionarse antes de volver a tomar notas en su carpeta. —Nunca hubiera esperado esto de ti, WB. Contuve el aliento y traté de calmar mis piernas, que se habían debilitado de repente. Sólo había una persona en el mundo que me había llamado WB. —¿Esperado qué de mí? —Esto —dijo—. Tú, audicionando para el equipo de fútbol americano como si fuera donde se supone que debes estar o algo así. No es propio de ti. —Claro, porque tú sabes que es propio de mí, Jason.

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The Dark Side —Te conozco desde que tenías tres años. Por supuesto que sé cómo eres. —La gente cambia. —Jason se limitó a sonreír. —¿Esa es tu manera de reclamarme por no haber estado últimamente? Levanté mis cejas. Había, por supuesto, estado implicando exactamente eso, pero yo no había esperado que él se diera cuenta.

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—Tómalo como quieras. Jason miró por encima del entrenador Harrington, garabateando furiosamente en su carpeta y negó con la cabeza. —No puedo creer que él no te habló sobre hacerlo público. A las chicas no deberían permitirles jugar —murmuró en voz baja—. El fútbol americano es un deporte de hombres. —¿Qué es lo que acabas de decirme? —le pregunté, sorprendida por la persona que estaba delante de mí. Debí haber sabido que Jason no había cambiado, pero esto iba más allá de lo que jamás podría haber imaginado. Él me miró con sus grandes, inocentes y familiares ojos. —Absolutamente nada —respondió—. Bajo circunstancias normales, te desearía buena suerte, pero definitivamente no son circunstancias normales. —Se giró para irse, luego miró por encima del hombro—. Bonita camiseta, por cierto. Fulminé con la mirada su espalda. ¿Eso era lo que me había mantenido alejada del fútbol americano durante dos años? ¿Una conversación de tres minutos ridículamente inmadura con Jason durante la cual me dijo que a las chicas no se les debería permitir jugar fútbol americano porque era un deporte de hombres? Vamos. De repente, no podía entender por qué había perdido tanto tiempo sobre esto. —Está bien. —El entrenador Harrington sopló su silbato y metió la carpeta bajo el brazo izquierdo. Lanzó una rápida mirada en mi dirección antes de decir nada más—. Vamos a ver qué pueden hacer.

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The Dark Side —Dime una cosa —dijo Dirk cuando me saludó mientras me dirigía fuera de la cancha después de las pruebas—. ¿Por qué no lo hiciste antes? Sonreí. Sabía que había salido bien, sabía que había jugado lo mejor que podía, sobre todo con dos años fuera del juego. Tal vez fue aún más impresionante. Volver al fútbol americano no era nada como lo que esperaba. No, era mucho más fácil y mucho más divertido. La mayoría de los chicos no tenían nada genial para mí, pero un par de ellos, no muy diferentes del nuevo Jason, parecían tener una opinión sexista cuando se trata de niñas y fútbol americano. Más específicamente, parecían creer que la única vez que debería estar en el campo era si vestía una falda plisada y saltaba alrededor agitando pompones, vitoreando su nombre.

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—Ya sabes —le contesté, mi rostro estallaba en una sonrisa que no podía reprimir—. Me estaba preguntando lo mismo. Es muy bueno recoger el balón de nuevo. —¡Me alegra tanto que hayas hecho esto! —A mí también. Gracias, Dirk. —¡Oye! ¡Quería decirte! Brenden Clemson y Scott Marino acaban de pasar y estaban hablando de lo mucho que preferirían verte en la shotgun9 esta temporada. —Dirk hizo una pausa, luego frunció el ceño— . Estoy seguro de que tiene mucho sentido para ti. —Una expresión de pánico hizo sombra sobre su rostro—. Um... eso es algo bueno, ¿no? Me reí y asentí. —Sí, Dirk. Es bueno. —Whitney, Whitney, Whitney. Nunca dejarás de asombrarme. Miré hacia arriba para ver al hermano mayor de Jason, Matt, de pie delante de mí. Mientras Matt y yo nunca habíamos estado cerca, él era

9Shotgun.

Formación en la que el equipo ofensivo puede alinear en el inicio de la jugada. En esta formación, el quarterback recibe el snap 5-8 metros detrás del centro.

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The Dark Side el único miembro de la familia Victorino con el que me sentía cómoda andando por ahí. —Estuviste increíble —continuó—. Confía en mí cuando digo que Jason va a preocuparse mucho por su puesto de titular esta noche. —No creo que haya llegado tan lejos —le dije, y de verdad lo creía—. No creo que impresionase al entrenador Harrington lo suficiente para titular ni nada de eso.

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—Yo sí. Vi la cara de mi hermano cuando completaste uno de los extraordinarios pases a Tommy Wolnecky —dijo Matt—. Estuviste increíble allí, Whit. En serio. No pude evitar sonreír ante la idea de Jason Victorino sintiéndose amenazado por mí, por una chica en un deporte de hombres. No podía fingir que no me encantaba la idea. —Simplemente no lo entiendo —continuó Matt—. Quiero decir, sé que mi hermano y tú ya no se hablan, pero que no puede ser tu única razón para no hacer esto antes. Miré a la hierba, apareciendo de repente un enorme interés en lo bien cuidada que estaba. Matt tenía razón, por supuesto. El alejamiento de Jason no era la única razón para abandonar el juego, pero no quería explicárselo, no aquí, no ahora, probablemente nunca. Yo no sé si alguna vez sería capaz de poner en palabras las emociones que el fútbol americano contenía para mí. Al darse cuenta de que había tocado una fibra sensible, Matt se apresuró a recuperar. —Um. ¿Necesitas que te lleven a casa? Dudé. Por un lado, le dije a mi madre que me engancharía un aventón con alguien, y Matt vivía en la misma calle, pero ¿podría realmente manejar la tensión de estar encerrado en su pequeño Honda con Jason durante los siguientes veinte minutos? Sintiendo mi reticencia, Matt se acercó con la frase ganadora. —Jason no viene a casa conmigo. Él va dónde Elisabeth. —Aunque la idea de Jason yendo con Elisabeth afectó débilmente mis sentimientos, yo estaba más aliviada de que no fuera a estar con nosotros.

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The Dark Side —Está bien —estuve de acuerdo—. Nos vemos en diez minutos.

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Capítulo II Traducido por Aciditax Corregido por JenB

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espedí a Matt desde el porche mientras se apartaba de la acera y se dirigía por la calle hacia su casa. Sonreí al meter la llave en el cerrojo. —Whitney, siéntate. —Mi mamá me encontró tan pronto como la puerta se abrió —. Tenemos que hablar.

Mis ojos se abrieron mientras trataba de pensar en algo que pudiera haber hecho mal recientemente, pero no pude llegar a nada. Frunciendo el ceño, me senté nerviosamente en el borde del sofá. —¿Qué pasa, mamá? —Traté de mantener mi tono lo más ligero posible. —Llamé a la escuela por la tarde —comenzó—. Justo después de que recibí tu mensaje. Tenía curiosidad por saber en qué tipo de pruebas de aptitud estabas interesada. Pero la secretaria de la escuela me dijo la cosa más extraña. Todos los equipos ya han convocado a sus audiciones, a excepción de fútbol americano y apilamiento de tazas. No vacías el lavavajillas después de la cena cuando te lo pido, así que dejemos a un lado apilar tazas como deporte. Entonces, ¿qué interés podrías, probablemente tener, en las pruebas de aptitud de fútbol americano? Ciertamente, Dirk no se decidió a jugar. Ese chico tiene dos pies izquierdos, más que cualquier otro que haya conocido… —Mamá, mamá. Detente —la corté, sabiendo que esto era como quitarse una obstinada bandita, y tenía que terminarlo rápidamente—. Dirk no se decidió a jugar. Lo hice yo.

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The Dark Side Sus cejas se alzaron. —¿Tú? Sólo asentí, temerosa de decir cualquier otra cosa. Mi madre suspiró fuertemente y apoyó la frente en sus manos. —Era exactamente lo que sabía que ibas a decir, y no quería escuchar. Whitney, pensé que finalmente habías sacado ese gusanito del fútbol americano de tu sistema. No puedo creer que me traiciones de esa manera. Estoy segura de que vas a quedar en el equipo y luego ¿qué? ¿Qué debo hacer entonces?

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—Mamá, nada ha sido decidido todavía. ¡Todo lo que hice fue intentarlo! Y esto no tiene nada que ver contigo. Se trata de mí. —No importa, Whitney. Tú no vas a jugar fútbol americano, ya sea para Ash Valley o para las Águilas de Filadelfia. Ninguna hija mía va a participar en ese horrible pasatiempo americano. Deja el fútbol americano a los chicos. Ellos son los que pertenecen al campo, no tú. Aunque mi corazón se hundió con cada palabra que pronunciaba, mantuve mi voz fuerte. Sabía que no estaba cometiendo un error. —No puedes evitar que juegue. —Sí puedo. —Mi mamá me nivelaba con su mirada de acero patentado—. Y si tengo que hacerlo, lo haré. Apenas podía creer algo de lo que acababa de oír. Mi corazón empezó a latir con fuerza a medida que me ponía más y más furiosa, pensando en lo que ella estaba diciendo. Me había imaginado esto al fin y al cabo. Por fin había tratado de encontrar mi viejo amor por el fútbol americano de nuevo, encontrar una gran parte de lo que había hecho hace mucho tiempo, una parte de mí que me había hecho tan feliz, y ahora, mi madre me decía que no podía. No había manera de que no jugara si quedaba en el equipo. Fingir que no había tal cosa como el fútbol americano, ya no era una opción para mí. Insegura de si podía mantenerme calmada mucho más tiempo, subí corriendo las escaleras hasta mi habitación y golpeé frenéticamente en los botones de mi celular.

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The Dark Side —¿Sí? —respondió la voz en el otro extremo. —Mitch, hola. Es Whitney. —¡Oye! Hola señorita Berringer. ¿Qué tal va todo? Me gustaba Mitch, era el compañero de habitación de mi hermano en la Universidad de Texas, me gustó desde el momento en que lo conocí, pero no estaba de humor para una pequeña charla con él esta noche —Todo bien. ¿Puedes pasarme a Greg, por favor? Es importante. Gracias.

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Pude imaginar la expresión de dolor en la cara de Mitch, a pesar de los dos mil kilómetros de distancia, pero esto no podía esperar. Al principio, me había sorprendido que mi hermano hubiera decidido irse a la universidad en Austin, Texas. Sentí como si me estuviera abandonando cuando yo más lo necesitaba. En ese momento, papá había muerto hacía sólo un año, y nuestra familia seguía desparramada alrededor en un laberinto de piezas rotas. Pero después de vivir sola con mi madre por unos pocos meses, las razones de Greg para irse de la casa estaban tan claras como el cristal. —¿Whit? ¿Qué pasa? Mitch dijo que sonabas algo triste —dijo Greg a modo de saludo. —Sí. Yo, eh... yo hice algo hoy que… Greg me interrumpió con un gruñido. —¿Qué? ¿Robaste algo? ¿Fumaste marihuana? ¿Dirk te besó? Sonreí. —Greg, tú me conoces mejor que eso… ¿Besar a Dirk? —interrumpí—. Oh, por favor. Sigo pensando que es gay. Greg se rió. —Puede que tengas razón en eso. ¿Ya tuvo su primer beso? —No, todavía no. —Está bien, entonces dime. ¿Qué cosa terrible hiciste? —Mamá realmente enloqueció cuando se enteró, pero yo…

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The Dark Side Mi hermano suspiró enfadado. —Te dije que dejé el tema de mamá atrás cuando me fui. Si me dices que te dijo algo sobre escuchar a papá, Whitney, te lo juro que voy… —Greg, ¡por favor! Déjame terminar. Hoy traté de apuntarme para el equipo de fútbol americano. —¡Oh! Whit, eso es genial. Nunca pensé que conseguirías regresar de nuevo. ¿Cómo te fue?

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—Muy bien. Matt Victorino piensa que debería empezar en lugar de Jason. —Eso es increíble. Si entras al equipo, definitivamente iré a ver tu primer juego. —Texas no está exactamente cerca, lo sabes. —Bueno, tal vez el Sr. Victorino grabará el juego para mí. —No, si yo estoy jugando. —Sabes, todavía no estoy del todo seguro de cómo te las arreglaste para molestar a mamá con todo esto. —Hablar de fútbol americano es algo que debe evitarse a toda costa en casa. —¿Eso es todo? No te preocupes por eso —contestó Greg—. Va a entrar en razón. Te apuesto a que todo tiene que ver con que le recuerda a papá y verlo jugar cuando estaban juntos en la escuela. Estoy seguro de que va a estar bien. —Hizo una pausa por un segundo— No llevas esa camisa vieja de papá, ¿verdad? —Sí. —Me puse esa camiseta cuando traté de entrar al equipo, también. ¿Golpeaste a Harrington por ella? Él me dijo que mi atuendo no me haría apestar. Me eché a reír, sorprendida de no haber comprendido el mismo comentario infame y soberbio del entrenador. —De hecho, él lucía un poco impresionado.

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The Dark Side —¿Le has dicho que fuiste? —Bueno, sí. Quiero decir, no le dije que participé, ni nada. Pero, bueno, he estado en la Clínica con mamá cuando fue a buscarte, ¿verdad? —Soplona —se detuvo Greg—. A Harrington le gustará si es que alguna vez se entera. De todos modos, tengo que terminar un trabajo y luego hay esta cosa en la casa de la fraternidad. Hablamos luego, ¿de acuerdo? Llámame cuando sepas si entraste al equipo.

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—Por supuesto. Te quiero, Greg. Colgué la llamada y suspiré. Mi padre había sido un legado de fútbol americano en Connecticut y tal vez, sólo tal vez, tendría una oportunidad de seguir sus pasos en Nueva Jersey.

—¿Nerviosa? Sophie y Dirk se encontraron conmigo en mi casillero a la mañana siguiente. Me las arreglé para darles una débil sonrisa, sin vomitar. No había dormido bien la noche anterior, me había tendido allí, congelada en el mismo sitio por horas, pensando en un momento que estaba ahora a sólo unos minutos de distancia. Todo en lo que podía pensar era en la lista del entrenador Harrington, de repente segura de que mi nombre no estaría en esa potente pieza de papel. —No —mentí, las mariposas rápidamente—. Estoy bien.

en

mi

estómago

revoloteaban

—Dirk me dijo que hiciste una excelente prueba —dijo Sophie. —Sí, estuvo bien. Sólo espero que el entrenador Harrington estuviera tan impresionado conmigo, como todo el mundo parece estarlo. —¡Buena suerte hoy, Whit! Miré hacia arriba, para ver a Matt Victorino caminando por el pasillo, sonriendo y mostrándome su pulgar hacia arriba.

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The Dark Side —Me sorprende que Matt quiera ver que lo haces bien, después de todo lo que pasó con Jason —comentó Sophie. —Hablando del diablo —interrumpió Dirk —. Te vi hablando con él antes de las audiciones de ayer. Quería preguntarte de que iba todo eso. —¿Hablaste con Jason y no me dijiste? —Los ojos de Sophie se abrieron como platos. Sólo me encogí de hombros. Siendo honesta, casi me había olvidado mi encuentro con Jason ayer.

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—No fue gran cosa. Me dijo que era poco característico de mí audicionar para un deporte de hombres, al que claramente no pertenezco. Dirk soltó un bufido. —Ese chico es tan presumido. Por una vez, me alegro de no ser para nada como él. Intercambié una mirada con Sophie, y luego nos echamos a reír al ver la expresión indignada de Dirk. —Confía en mí, no tienes nada de qué preocuparte —le dijo—. No tienes ni una sola cosa en común con Jason Victorino. Dirk entrecerró los ojos; de repente, la picardía y el encanto burlesco en ellos desapareció. —¿No es hora de dirigirnos al gimnasio? —preguntó, enfocando su atención en mí. Eché un vistazo al reloj rosado de Barbie que mi papá me había regalado en mi sexto cumpleaños. A pesar de que accidentalmente lo había metido en la lavadora una o dos veces, fielmente, seguía marcando la hora. Pero incluso si se rompía, no podía imaginar un momento en que no estuviera en el lugar que merece en mi muñeca izquierda. —Desafortunadamente —dije, las mariposas revolotearon más y más rápido—, no sé si alguna vez he estado tan nerviosa.

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The Dark Side —Buena suerte —dijo Sophie, recogiendo su bolso y dando vuelta para caminar en otra dirección. —¿No vienes? —No —dijo—. No, no lo creo. Me contarás lo que suceda en inglés más tarde. Con un gesto de desprecio de su mano, Sophie se giró y desapareció al doblar la esquina.

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—Bueno, ¿qué diablos fue eso? —dijo Dirk, tan pronto como ella se había ido—. Entonces, ¿de dónde salió esa chica, que te anima a jugar y luego te dice que no tiene ningún interés en lo que sucede? Y la forma en que dijo que no tengo nada en común con Jason Victorino. ¡Como si eso fuera una cosa negativa! Como si realmente debiera esforzarme en ser como él. —No es importante —dije—. Ambos sabemos que es una buena idea que no seas como Jason. Se encogió de hombros, pero no pareció convencido. No tenía la energía o la paciencia para hacer frente a las inseguridades de Dirk en este momento. —Mira a estos chicos que piensan que tienen una oportunidad. —Se rió, mientras Robert Hughes y uno de sus compañeros de la Sociedad de Apreciación de Microorganismos corrían. No estaba feliz de ver a Elisabeth Turner y la novia de Lee Engal paseando alrededor de la oficina del entrenador Harrington. Había estado orando para que la lista estuviera publicada en el momento en que llegara aquí, pero la suerte no estaba de mi lado. Tenía la esperanza de que no fuera una señal de cosas por venir. —Creo que Harrington tuvo más problemas con las decisiones de lo que esperaba —dijo Dirk—. Podríamos esperar. —Por supuesto. No podía pensar en irme hasta ver esa lista. Mientras estaba recostada contra la pared, con el corazón acelerado, las palmas sudorosas y mis pies repiqueteando descontroladamente,

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The Dark Side Brenden Clemson y Scott Marino, dos chicos que se habían unido al equipo el año pasado, se acercaron a mí. Scott había salido con Sophie por un largo tiempo y habían sido todo lo que pudieras esperar que unos novios de secundaria pudieran ser. Cuando su relación terminó, hace aproximadamente un año, ninguno de ellos había revelado lo que había salido mal. Hasta el día de hoy, Dirk y yo, aún no teníamos ni idea de por qué Sophie y Scott no habían durado.

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Scott, sin embargo, lucía más hermoso de lo que recordaba y tuve que apartar los ojos de sus rasgos cincelados y tratar de centrarme en sus brillantes ojos verdes. —Hola Whitney —dijo Brenden. Me obligué a mirarlo en lugar de a Scott—. Sólo queríamos desearte suerte antes que se publique la lista. Jugaste muy bien ayer. Le sonreí, feliz de tener algún tipo de apoyo. Sabía que había jugado bien en mi prueba, pero tener a alguien que tuviera experiencia real jugando para Ash Valley diciéndome un cumplido, lo hizo sentir real, me hizo pensar que esto era algo que podía hacer de verdad y no sólo en lo más profundo de mis fantasías. —Gracias —dije—. Realmente lo aprecio. Mis ojos se dirigieron de nuevo a Scott. —No sabía que amabas el fútbol americano de esa manera —dijo Scott—. Realmente nunca hablaste de eso cuando estuve con Sophie. ¿Por qué no jugaste antes? ¿Era ahora la pregunta inevitable? ¿Mi pasado seguiría a mi alrededor para siempre, como un fantasma cuya alma estaba condenada a vagar por la tierra hasta el fin de los tiempos? No creí que pudiera soportarlo si cada persona que conozco me pregunta por qué no había cogido el balón hasta ahora. —Yo… eh... Nunca pensé que fuera buena. —Fue todo lo que pude decir. —Eres muy buena —dijo Scott, y sonrió, sentí mis mejillas ruborizarse—. Me alegro que decidieras presentarte para el equipo este año.

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The Dark Side Él estaba contento de que hubiera decidido salir y presentarme en el equipo este año. Bueno... igual yo, si éste era la clase de chicos que iba a ver todos los días. —Yo también —agregó Brenden, recordándome que estaba allí—. Sería genial tener una chica como nuestro quarterback. Tal vez, la defensa del otro equipo estará tan nerviosa de golpearte duro que eso mejoraría nuestra línea ofensiva y entonces, te daremos más tiempo en el pocket10. Estoy seguro de que vamos a ser más precisos y tener una buena imagen de nuestros receptores y entonces ¡vamos a ganar! —Su entusiasmo creció con cada palabra—. No veo cómo podemos perder contigo.

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Dirk frunció el ceño. —¿Un pocket? ¿Tienes que estar parada en un bolsillo, Whit? No hiciste eso ayer, ¿verdad? Brenden y Scott lo miraron de forma extraña, yo me limité a sonreír, acostumbrada a las preguntas tontas de Dirk sobre deportes. —El quarterback está parado en el pocket cuando el balón está en snap11 —le expliqué—. Por lo general es desde donde nos gusta lanzar. Dirk asintió vigorosamente. —Oh, sí, sí. Claro. Ese bolsillo, sí, por supuesto. En fútbol americano. Estaba pensando en algo completamente diferente. Traté de esconder mi sonrisa y volví de nuevo mi atención a Scott. —¿Y dónde está el entrenador Harrington con esa lista? Siento como si me fuera a desmayar aquí. Brenden se encogió de hombros. —Había un montón de chicos este año. Probablemente, tomar las decisiones le llevó más tiempo de lo que pensaba.

10Pocket

(En español bolsillo). Describe el área dentro del backfield que es creada en una jugada por pase donde la línea ofensiva forma un muro de protección alrededor del quarterback para protegerlo. 11Snap. Es la acción que da comienzo a todas las jugadas en el fútbol americano

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The Dark Side —Sí, pero hay algunos cortes que son evidentes, como, no sé, ¿Robert Hughes y sus amigos? Eché un vistazo a la Sociedad de Apreciación de Microrganismos y sacudí la cabeza cuando vi que habían abierto sus libros de texto de Biología avanzada y estaban interrogando sobre las definiciones y phylums mientras esperaban. El fútbol claramente no era su prioridad. Scott se encogió de hombros.

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—A veces los chicos te sorprenderían. Pero... la mayoría de veces no lo hacen. Robert no debería haberse molestado en venir hoy, pero ocasionalmente, hemos tenido alguno que otro cuento de la Cenicienta por aquí. Me mordí el labio ante la mención del cuento de la Cenicienta, quería usar ese zapato de cristal, o ese taco, más que de lo que había querido cualquier cosa alguna vez. La puerta de la oficina del entrenador de fútbol americano se abrió y el hombre del momento pasó por el marco de la puerta con dos hojas de papel amarillo rayado en la mano. —Den un paso o dos atrás, vamos, un paso o dos atrás —ordenó a los que de inmediato rodearon la pizarra de anuncios—. Sólo quiero dar las gracias a todos los que vinieron ayer a presentar la prueba. Siempre tenemos un gran número de reclutas, pero muchos de ustedes simplemente no tienen el talento o las habilidades para formar parte de nuestro legado fútbol americano aquí. Somos Ash Valley, y somos mejores que la mayoría de ustedes. Así que felicitaciones a los cincuenta de ustedes que ahora son parte de la historia que seguimos escribiendo aquí. Espero verlos a todos en la práctica de esta tarde. El entrenador Harrington clavó la lista en la pizarra de anuncios, antes de retirarse a su oficina azotando la puerta. Casi instantáneamente, un grupo de personas atacó la pizarra, mayormente aquellos que sólo se irían decepcionados. —¿No vas a ir a ver si eres nuestro quarterback? —me preguntó Brenden, sorprendido de que no fuera uno de los primeros en correr a la pizarra con anticipación.

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The Dark Side Pero mis piernas no me dejaban mover. Quedé clavada en mi lugar, porque no quería dar un paso adelante, no quería ver la lista, ver la realidad, despertar de la vida que había estado viviendo durante los últimos dos días. Había encontrado el fútbol americano de nuevo y ahora que estaba de nuevo en mi vida, no podía dejarlo ir. Era una parte de mí, así como mis piernas, los brazos, el corazón, la mente y al alma lo eran, el fútbol americano estaba en mi sangre, en mis lágrimas, mi sudor, mi corazón. Significaba todo, algo que simplemente no podía ser apartado de mí ahora.

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—No tiene sentido —le contesté, tratando de mantener mi voz estable— . Sabré lo que pasó por la reacción de Jason. —Se está quedando atrás, también —dijo Scott—. Está nervioso. Nunca lo he visto actuar así. Pero vamos, no pienses en él. Esto se trata de ti... y es ahora o nunca. Vamos, iré contigo. —¿Revisarías por mí? —convocó Brenden. Dirk estaba sorprendido de lo arrogantes y seguros de sí mismos que eran estos jugadores acerca de todo el proceso. Por otra parte, tenían que ser muy buenos para jugar para el entrenador Harrington desde novatos. Además, ¿quién iba a juzgarlo, de todos modos? Su currículum no estaba exactamente lleno de sus numerosos logros deportivos. Scott y yo caminábamos hacia la lista, mis pasos se sentían pesados, haciendo eco ruidosamente, como si cada movimiento de mis piernas me llevaran más y más a un sueño roto, como si yo no sería yo, después de este momento. Tomé una respiración profunda, me estabilicé y me obligué a mirar la lista. Y ahí estaba. Quarterbacks Victorino, Jason. Engall, Lee. Kierely, Aaron Berringer, Whitney

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The Dark Side Antes de que tuviera un minuto para procesar lo que esto significaba, la puerta del Departamento de Fútbol Americano se abrió de nuevo y el entrenador Harrington salió. —Whitney, maravilloso. Confío en que ya has visto la lista. Asentí. —Sí. Pensé que sólo podría tener tres quarterback en su lista. El entrenador asintió y miré a Scott confundido. Él frunció el ceño, viéndose tan inseguro como yo de a dónde iba el entrenador con esto.

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—Sí —dijo—. Eso es correcto. Sin embargo, sentí que ustedes cuatro mostraron tanto el talento necesario como el nivel de habilidad para llevar a Ash Valley a la final del Campeonato Nacional por una segunda temporada consecutiva. Pueden considerarse en libertad condicional por el resto de las prácticas de la semana. Ninguno de ustedes ha asegurado un lugar en el roster todavía. Mi decisión final vendrá después de la práctica del viernes. Si alguno de ustedes pierde una práctica, está inmediatamente fuera de la competencia. ¿Entendido? Me limité a asentir sin decir nada, tratando de procesar su decisión. —Y, Scott —agregó el entrenador—, estoy seguro que has visto tu nombre. —Sí, señor. El entrenador Harrington asintió, al parecer satisfecho, y se retiró a su despacho sin decir una palabra. Scott se volvió hacia mí y me dio un abrazo enorme. —¡Lo lograste! —exclamó con alegría. Mi piel quemó por su contacto y le devolví el abrazo, preguntándome por qué todavía sentía un enorme hoyo en el estómago. Sabía que debía estar más que contenta con la decisión, que todavía tenía el fútbol americano. Pero no podía sonreír. Todavía estaba a prueba. No había logrado nada si realmente pensaba en ello. Jason, Lee, Aaron y yo éramos las únicas personas que habíamos audicionado para la posición de quarterback, con la excepción de

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The Dark Side Robert Hughes, y vencer a Robert Hughes no era satisfactorio, ni sorprendente. Todavía había una posibilidad muy real de que yo no fuera a jugar fútbol americano. Y no podía dejar que eso sucediera. —¿Qué pasa? —preguntó Scott, que me sostenía con el brazo extendido.

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—No entré al equipo. —Bueno... no —dijo—. No oficialmente. ¡Todavía no! Pero tienes una gran oportunidad de jugar esta temporada. Espero que sepas eso. Me dio un ligero apretón de hombros y mi corazón saltó. —Tal vez. —Whitney, vamos. ¡Ser convocado por el entrenador Harrington es un gran logro en sí! Y para ti más. Sé que vas a escuchar mucho esto y es obvio y todo eso, pero eres una chica que acabas de competir para jugar como quarterback en el equipo de fútbol americano que ganó el Campeonato Nacional el año pasado. No el estatal. No los regionales. Nacionales. El mejor equipo de fútbol americano de secundaria. Scott me miró fijamente, sus ojos verdes llenos de preocupación como si estuviera esperando que comenzara a creerle y por último actuar como alguien que acabara de ser invitado a una prueba para el equipo de fútbol americano de escuela secundaria más prestigioso en el país. El alcance al cual él parecía importarle, era suficiente para levantarme el ánimo caído. En ese momento, la mayoría de los aspirantes se habían ido enojados del gimnasio. No creo que jamás hubiera escuchado un portazo tantas veces en un solo lugar antes. —Felicitaciones —le dije a Scott. —Gracias —respondió—. No es gran cosa. Los ojos de Brenden estaban puestos en mí, y Dirk miró fijante hacia mí, viéndose como si estuviera a punto de estallar unos cuantos vasos sanguíneos a la espera de mis noticias. —Tengo que audicionar nuevamente —le dije.

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The Dark Side La expresión de Brenden cambió a confusión y vi la indignación en los ojos de Dirk. Les dije lo que el entrenador Harrington me había dicho hace unos momentos. Brenden asintió, como si esto tuviera sentido para él, pero los ojos de Dirk seguían parpadeando. —¿Quieres decir que no estás como titular? —exigió. —No.

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—Todavía no —me corrigió Scott. No pude evitar sonreír. Era agradable tener por fin gente de mi lado.

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Capítulo III Traducido por Rodoni Corregido por JenB

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l resto de ese día —y más de una vez— capté que Jason Victorino me miraba. En Precálculo, prácticamente hizo un agujero en la parte de atrás de mi cuello, y en el almuerzo, parecía que iba a explotar cuando me vio compartiendo una mesa con Dirk, Brenden Clemson y

Scott Marino.

Y por mucho que quisiera negarlo, tanto como quería ser capaz de decir que Jason Victorino no significaba absolutamente nada para mí, no podía. A pesar de todo lo que había sucedido entre nosotros, me gustaba que me prestase atención de nuevo. No sabía, exactamente, lo que eso significaba, pero tenía la sensación de que estaba a punto de averiguarlo.

—Whitney. —Levanté la vista de mi casillero esa misma tarde―. ¡Whit! ―Estaba a punto de dirigirme al edificio deportivo para mi primera práctica con el equipo de futbol americano de Ash Valley, pero quería pasar por el casillero de Sophie para decirle todo lo que había sucedido. ―Scott, hola. ―Miré a sus preciosos ojos verdes y sonreí. ―¿Lista para irnos? Tu vestidor queda en mi camino al campo, así que pensé en ver si querías caminar conmigo. ―Claro ―dije―. Vamos.

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The Dark Side Mis pensamientos de hablar con Sophie se olvidaron, cerré mi casillero y agarré la bolsa. Mientras me daba la vuelta con Scott, me di cuenta de que Elisabeth Turner y una de sus amigas nos miraban desde el otro lado del pasillo. La secundaria de Ash Valley era como la mayoría de escuelas secundarias en Estados Unidos, se nutrían de rumores, verdaderos o falsos. No tenía duda de que la cantidad de tiempo que había estado pasando hoy con Scott, alimentaría mil rumores y noticias sobre que éramos más que simples potenciales compañeros de equipo que estarían juntos antes de que la campana de la primera hora de mañana sonara.

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―¿Por qué está Brenden hablando con Sophie Schofield? ―me preguntó Scott, mientras caminábamos por el pasillo. Fruncí el ceño y escudriñé la zona. Efectivamente, Brenden estaba parado frente al casillero de Sophie, sonriendo hacia ella mientras ella se reía como si lo que él acabase de decir fuera la cosa más divertida que jamás había oído. Sabía que la historia de Scott con Sophie era la mejor, pero eso era todo lo que realmente sabía. Los dos habían tenido su primera cita en octavo grado, y pese a lo que todos esperaban, en realidad, habían logrado mantener una relación que duró todo el verano y todo nuestro segundo año. Sophie nunca me había dicho exactamente lo que salió mal entre ellos y nadie los sabía a ciencia cierta. Por supuesto, se especulaba, adivinaban y se preguntaban qué podría haber sucedido para conducir un par tan aparentemente perfecto a la separación. Un día habían estado por la costa de Jersey juntos y al siguiente, todo había terminado. Ellos no hablaron y no quisieron decir por qué. Mi corazón se aceleró cuando la vi hablando con Brenden. Sabía que si ella me viese con Scott, arruinaría todo y sólo la molestaría, dejándome con una cantidad infinita de servicio que hacer. Scott no era un tema que le mencionarías a Sophie y salir con él era tan tabú como podrás entender. De la expresión “enmascara tu rostro”, supuse que Scott no estaba exactamente contento con la situación tampoco.

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The Dark Side ―¿Cuáles son las posibilidades de que pasemos desapercibidos? ―preguntó, a sabiendas de que entendería la situación. ―Casi nulas ―le contesté con una mueca―. Pero tenemos que ir por allá. Él asintió y nos apresuramos a pasar delante de ellos, con las cabezas bajas, cuerpos diminutos, pero por segunda vez ese día, la suerte no estaba de mi lado.

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―Whitney —gritó Sophie al mismo tiempo, Brenden, dijo: ―Scott ―Atrapados ―le susurré, y Scott sonrió. ―¿Yendo a la práctica? ―preguntó Brenden, ajeno a la tensión instantánea que estalló al segundo que nos acercamos. Scott asintió, evitando hábilmente los ojos de Sophie. Él no tenía que preocuparse de ella, ya que, Sophie estaba demasiado ocupada enviándome puñales a mí. ―Vamos ―le dije, eligiendo no hacer caso a su mirada. ―Oh, las pruebas han acabado ―dijo Brenden con un gesto de desprecio de su mano―. Harrington no nos va a eliminar si llegamos un poco tarde. ―Las pruebas podrían haber terminado para ti ―le contesté, tratando de mantener seca mi voz―. Pero estoy bastante segura de que lo usaría como una razón para eliminarme. La sonrisa despreocupada de Brenden desapareció y él se agachó para recoger su bolsa de deporte. ―Vamos. Nos vemos más tarde, Sophie. ―Genial. Brenden le acababa de dar a Sophie una razón más para estar enojada conmigo, como si realmente lo necesitara. La miré antes de salir, pero ella ya había vuelto su atención a su casillero. ―Nos vemos en el campo ―dijo Scott al llegar al edificio deportivo.

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The Dark Side Asentí y abrí la puerta del vestuario de chicas. Los equipos de tenis y fútbol ya estaban allí, vistiéndose para sus propias prácticas. ―Me enteré de lo del fútbol americano, Whitney ―dijo Lauren Vaccano, una chica que en cierto modo me conocía de la escuela primaria, mientras deslizaba sus espinilleras en sus zapatos deportivos. ―¿Funcionó para ti? ―Um, un poco ―le dije, descomprimiendo mi bolsa, alegre de que Elisabeth Turner no estuviese a la vista. Lo último que necesitaba eran más comentarios sarcásticos de la novia de Jason Victorino, de los cuales estaba segura de que hoy serían aún peor ahora que yo estaba en contra de su novio por un lugar en el equipo. Lauren levantó las cejas, así que la puse al corriente de la situación.

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―Oh ―dijo cuando terminé―. Bueno, bueno, eso es bastante impresionante. Pero no te olvides de nosotros cuando estés de titular con las Águilas de Filadelfia. ―Sonreí. ―Sí, bueno. Tengo que evitar que me saquen esta semana antes de inscribirme en la lista de la NFL.

―Buena práctica, Whit. Miré hacia arriba, esperando ver a Scott o Brenden. Ellos realmente eran los únicos chicos del equipo con los que pasaba algún momento. A la mayoría de los jugadores no les importaba de una u otra forma que estuviera allí, pero los amigos de Jason, Aaron, y Lee no fueron más que groseros conmigo. ―Gracias ―les respondí, incapaz de mantener la malicia de mi voz. ―Así que, oye, he estado titubeando sobre si te podría preguntar algo. ¿Qué harás la noche del viernes? Um, después de la práctica, quiero decir. ―Jason Victorino metió las manos en los bolsillos de los pantalones rojo y blanco cortos de gimnasia de Wisconsin Badgers. Mi corazón cayó y estuve casi segura de que mi mandíbula se fue con él. Esta era, sin lugar a dudas, la última cosa que yo había esperado oír

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The Dark Side de Jason Victorino. No sabía lo que significaba, no sabía cómo procesarlo, y no sabía porqué me estaba preguntando eso. No podía, por mi vida, entender porqué había elegido eso ahora, de todos los momentos posibles. Mi primer instinto me dijo que dijera que no, que estaba ocupada, y esperara a que él me preguntara que hiciera algo con él. Preguntarme para salir. Por suerte, tenía más sentido común que eso. ―No puedo ver por qué te importa ―le contesté, negándome a ceder ni un milímetro. Él no se lo merecía.

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Este era Jason Victorino. Jason, que había sido mi amigo durante tantos años. Jason, con quien había compartido tantas cosas durante tanto tiempo. Jason, el que me dejó en el minuto que las cosas eran menos que perfectas, en el minuto que las cosas se pusieron difíciles. Y que ―ahora que estaba de vuelta en su mundo, haciendo las cosas que él amaba—, ¿pensaba que todo fue perdonado? ¿Así nada más? ¿Sólo perdonar y olvidar? ¿Era eso lo que se supone que tenía que hacer? ―WB, vamos. Ven por una hamburguesa conmigo. Ya sabes dónde. Me congelé, mi boca estaba secándose, mis rodillas olvidándose de cómo sostenerme. Esto era en lo que había pasado tantas noches soñando. Jason, de regreso a mi vida, haciendo las cosas bien, haciéndome sentir como si los últimos dos años hubieran sido nada más que una pesadilla, que todo había terminado ahora, que las cosas podrían volver a la forma en que estaban, que mi padre estaba sentado en la mesa de la cocina leyendo la sección de deportes con una humeante taza de café descafeinado cuando me despertase por la mañana. Yo quería más que cualquier otra cosa volver al momento en que todo estaba como había sido, cuando todavía tenía mi papá y a mi mejor amigo y ahora... tal vez esto significaba que finalmente podría tener uno de ellos de regreso. Miré a Jason, de pie con impaciencia, luciendo nervioso mientras mordía su labio inferior. Vi algo en sus ojos, como si estuviera casi dispuesto a ganar mi perdón.

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The Dark Side Pero yo quería engañarme de nuevo. Mientras, me acordé de mi papá, el fútbol americano en el parque y Jason, me acordé de una tarde hace casi nueve veranos atrás, cuando me horroricé al enterarme de que algunos de mis amigos se habían ido al parque de atracciones local sin invitarme. Me había negado a hablar con ellos durante semanas y no les llamé cuando la próxima vez fui al patinaje sobre hielo con otras chicas de mi clase. Mi padre me había sentado en su sofá favorito en el sótano y dicho que creía en las segundas oportunidades, que todo el mundo merece una, sin importar lo que te hicieran o si lo que querías era darles esperanzas para lograr algún tipo de satisfactoria venganza.

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Así que aquí estaba Jason, de pie frente a mí ahora, hoy, tendiéndome un pase libre-para-salir-de-la-cárcel. La única segunda posibilidad que jamás podría obtener de mí. ―Iremos después de la práctica ―le contesté y corrí fuera de la cancha antes de que pudiera cambiar de opinión. En el vestuario, la gravedad de lo que acababa de hacer me pegó tan fuerte que mis rodillas comenzaron a temblar y me dejé caer al suelo con la mano sobre mi boca. Jason estaba de vuelta en mi vida. Él me invitó a salir. Y yo dije que sí. Jason Victorino. De repente, me sentí enferma del estómago. Si hubiera sido cualquier otra persona invitándome a salir, cualquiera en absoluto, habría estado emocionada, feliz, nerviosa y de esa manera maravillada, anticipándote cuando sabes que lo que estás a punto de hacerlo tiene el potencial de ser algo increíble. Sólo dale a Jason su segunda oportunidad, me dije. Todo el mundo merece una segunda oportunidad. No te olvides de papá. Y más que nada, quería que las cosas volvieran a ser como eran. Ésta era mi segunda oportunidad a una vida que se asemejaba a todo lo que yo conocía, lo que solía tener.

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The Dark Side Suspiré y me puse de pie. Realmente no podría decir que me sorprendía, incluso desde su tumba, mi padre jugaba un papel fundamental en traer a Jason de nuevo a mí.

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Capítulo IV Traducido por Blair Waldorf Corregido por hanna

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ncontré a Sophie a primera hora del miércoles por la mañana cuando llegué a la escuela. ―Tengo que hablar contigo ―le dije. ―¿Por qué? ―preguntó Sophie, negándose a mirarme.

―Porque tú eres mi mejor amiga ―le contesté―. Y quiero hablarte acerca de algo. ―¿No sería mejor decirle a Scott? ―preguntó, por fin levantó la cabeza de su casillero y me miró a la cara. Bien. Me lo merecía. ―Soph, vamos, no es lo que parece. Sé lo que sientes por él. No estoy saliendo con él. Él sólo... realmente quiere que juegue. Y, no sé, es un poco agradable tener gente que me apoya. Ella negó con la cabeza. ―Cualquier otro. Whitney, cualquiera menos él. ―¿Qué quieres que haga? ¿Decirle que no pase el rato más conmigo? ―¡Sí! ―exclamó Sophie, de sus ojos marrones brotaban lágrimas―. No puedo creer que me hagas esto. ―¡Ni siquiera sé lo que estoy haciendo! ―le respondí―. Sé que las cosas terminaron entre ustedes dos, pero jamás me dijiste lo que pasó. ¿Cómo puedo saber lo que estoy haciendo mal si no me dices por qué? Por lo que sé, podrías haber terminado tú con él, Soph.

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The Dark Side Me miró durante unos cinco segundos antes de sacudir la cabeza. ―No quiero hablar de esto contigo ―dijo finalmente―. Lo he dicho antes y lo diré todos los días hasta que me muera si tengo que hacerlo. Eso es entre Scott y yo. ―Entonces lo siento, pero no puedo dejar de pasar el rato con él si no lo sé. Tú no quieres decirme qué pasó y eso está bien, pero esto es la consecuencia y esa es tu decisión, no la mía. ―Silencio de nuevo.

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―Bien ―dijo Sophie―. Lo que sea. Haz lo que quieras con Scott. Sólo déjame fuera de ello. No puedo estar más con él. Él no puede estar cerca de mí. ―Yo no te pregunté si lo quieres ver. ―Mira ―dijo con un suspiro―, ¿qué era lo que querías decirme? Era mi turno para mirarla, estaba bastante segura de que no quería decirle nada importante nunca más. ¿Y por qué iba a hacerlo? Ella no quería darme ni pista de uno de los mayores secretos de su vida, ¿por qué habría de llegar a oír hablar de la mía? ―Oh ―dije―. Sólo lo que hablamos, en serio. Quería disculparme por lo de ayer. Estaba realmente atrapada en el fútbol americano. Pero no te preocupes. Voy a tratar de mantenerlo lejos de ti. ―Ella asintió con la cabeza. ―¿Cómo estuvo la práctica? ―Bastante buena. No creo que hubiera sido eliminada ayer. ―Así que... ¿Jason aún es Jason, entonces? Tenía la esperanza de que no ruborizarme ante la mención de su nombre. ―Sí. Aún es... Jason. ―Así es ―se detuvo Sophie―. Así que... ¿realmente no me vas a decir? ―¿Decirte qué?

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The Dark Side ―Bueno, pensé que me dirías qué te preguntó ayer Jason Victorino ―dijo rotundamente―. Pero supongo que no confías en mí lo suficiente como para ayudarte a decidir qué hacer. Mi estómago se detuvo en los pocos segundos que tardó Sophie en decirme lo que ya sabía. ¿Todo el mundo había oído hablar ya de Jason y de mí? ¿Cómo podía ser eso? Él sólo me preguntó, ¿qué, hace trece horas, después de la práctica, cuando la mayoría de los estudiantes se habían ido a casa? Y definitivamente no le había contado a nadie.

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―Oh. Sí. Eso. ―Traté de alejarlo como si no fuera gran cosa, como si no estuviera consumiendo cada pensamiento que había tenido desde que ocurrió―. Yo sólo estaba, uh, pensando bien las cosas en primer lugar. Ya sabes, pensé en llamar a Greg y ver lo que piensa. Luego te iba a preguntar. Sophie puso los ojos en blanco con disgusto. ―¿Por qué no pruebas con la verdad esta vez? Sé que dijiste que sí. ¡No te puedo creer! ¿Qué te pasa, Whitney? ¿Por lo menos recuerdas todo lo que te hizo pasar? ¿Cómo te abandonó cuando tu padre murió? ¿Cómo tiró tu amistad por los deportistas y Elisabeth Turner? ―Me acuerdo de todo eso ―dije en voz baja―. Probablemente un poco mejor que tú. Pero mi papá me decía que todo el mundo merece una segunda oportunidad. Y eso tiene que incluir a Jason. ―Hice una pausa―. Él querría que incluyera a Jason. ―No. No todo el mundo, Whitney. No él. No alguien que te abandona cuando más lo necesitas. ¿De verdad crees que tu padre querría esto si pudiera haber visto lo que Jason te hizo después de su muerte? ―Sophie negó con la cabeza―. Eres tan ingenua. No le gustas a Jason. ―¡Bueno, es obvio que le gusto lo suficiente como para invitarme a salir! ―le respondí. Sophie se rió con amargura. ―Adivina de nuevo. ¿No te detienes a pensar en esto por un segundo? Jason sigue saliendo con Elisabeth Turner. ―Me congelé. Había tenido la respuesta perfecta lista para lo que Sophie trató de tirar en mí.

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The Dark Side Excepto eso. Eso era cierto. Sophie tenía razón. Por supuesto que la tenía. Jason aún estaba saliendo con Elisabeth. ¿Por qué? Esas eran las únicas palabras que pasaban por mi mente. ¿Por qué me hacía eso a mí? ¿Cómo pudo hacerme eso? ¿Otra vez? ¿Hacerme daño una vez no fue suficiente para él? ¿De verdad tuvo que hacerlo otra vez?

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No tenía ningún sentido hasta que vi a Brenden Clemson caminando por el pasillo. Fútbol americano. Me acordé de otra de las frases favoritas de mi padre. Ten cuidado, Whitney, solía decirme. Casi todo el mundo por ahí tiene una segunda agenda. La mayoría de las personas sólo ve por ellos y sólo ellos. Harán lo que sea para salir adelante, sin importar a quiénes dañen en el camino. Nunca lo olvides. Perdóname, papá. Lo había olvidado. ―Dios, ¿cómo he podido ser tan estúpida? ―pregunté. ―Ya sabes, probablemente le habría dicho que sí, también ―dijo Sophie, me ofreció una pequeña sonrisa, un faro de esperanza de que tal vez no todo estaba perdido entre nosotras. ―Debe haberme invitado a salir para que estuviera distraída del equipo ―le dije, las piezas estaban cayendo juntas. ―Lo que sólo sirve para demostrar que piensa que eres una gran amenaza en el campo. ―Sonreí. ―Creo que tengo una idea. ―¿Fingir que no tienes ni idea de que tiene un motivo extra? ¿Decirle que crees que el fútbol americano es la última cosa en tu mente por lo que bajará su juego? No lo pienses. ¿Pero, un consejo? ―Sophie hizo una pausa y tragó saliva―. Deja a Scott, sabes lo que estás haciendo, ¿de acuerdo? Vi cómo te miraba ayer. No quieres hacerle daño.

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The Dark Side Sophie me miró, sabiendo que tenía que hacer la pregunta y que no quería saber la respuesta. Y yo sabía lo que venía después. ―¿Te gusta? ―No lo sé ―respondí con sinceridad―. Quiero decir, ayer estaba bastante segura de lo que así era, pero hoy... no lo sé. No tengo ni idea de dónde estoy con él y si ha escuchado los rumores sobre mí y Jason, apuesto a que no soy una de sus personas favoritas en este momento.

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―No te preocupes acerca de eso. Sólo habla con él. Mira. Sé que no quiero hablar acerca de lo que paso con él, pero eso no significa que todavía esté enamorada de él, ya superé a Scott ―declaró Sophie con una voz como si la hubiera traicionado―. Si te gusta, no quiero que sacrifiques algo bueno por mí. Habíamos terminado hace mucho tiempo, y no soy tan tonta como para no saber que sientes algo por él. Yo sé lo que piensa de mí. Dudé. ―De acuerdo. ―Sabía que eso era lo que Sophie quería que yo dijera―. Si estás segura. Gracias. Voy a tratar de localizarlo. Me pondré al día más tarde contigo.

―¡WB! ―Jason corrió hacia mí en medio del entrenamiento en la tarde del miércoles. Tomé un poco de agua mientras hablaba con Scott en la línea de banda 12 durante un descanso poco común en el entrenamiento. A él le había encantado mi plan, una vez que por fin había llegado la oportunidad de explicar toda la situación. Eché un vistazo a Jason y le di algo que quería que pareciera una sonrisa adorable. ―¡Oh, Jason, hola! ―Hice mi mejor esfuerzo para verme preocupada―. ¿Todavía estamos pendientes para el viernes, correcto? ¿No me estás cancelando? Sideline. Cada una de las dos líneas longitudinales, de 12 cm. como máximo, que delimitan el terreno de juego. 12

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The Dark Side ―Eso es algo de lo que quiero hablarte. Sé que corrieron algunos rumores de que te invité a salir hoy pero me aseguré de decirles a todos que eso era ridículo. Espero que no te importe. ―¿Importarme? ―repetí, cerrando mis ojos―. ¿Debería importarme? ―Bien ―dijo con una sonrisa satisfecha―. Tal vez sabes acerca de mi relación con Elisabeth Turner. Realmente quiero terminar con ella ahora. Sé que suena mal, pero es complicado. No creo que lo entiendas. Elisabeth es tan posesiva y no sería feliz si yo termino con ella para salir contigo. Pero me gustas mucho, WB, no me malentiendas. Entonces, lo que estoy tratando de preguntarte es, ¿crees que podríamos mantener nuestros planes para el viernes por debajo del radar?

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Le sonreí. ―¡Por supuesto que puedo! ¡No quiero echar a perder nuestra cita! No quiero hacerte las cosas difíciles. ―Jason sonrió, sabía que tenía su primera competencia envuelta alrededor de sus atléticos dedos. ―Estoy demasiado contento que lo veas de esa forma, WB ―dijo antes de que corriera a reunirse con sus amigos en el lado opuesto del campo. Miré a Scott y él me miraba. ―Wow ―dijo―. ¿Estás segura de que el fútbol americano es tu camino? Algunas actuaciones más como esa, y podrías agregar un premio de la Academia a tu currículo. Me eché a reír. ―Sólo hago lo que tengo que hacer. Scott sonrió y miró a Jason y sus amigos corriendo, haciendo un par de jugadas. ―Bueno ―dijo, pensativo―, cree que estás enamorada, de seguro. No veo cómo puedas perder. ¿Sabes? Puedes cancelarlo después del anuncio de Harrington el viernes. Pero, ¿por qué no salimos a celebrar comiendo un poco de pizza en su lugar? ―Por supuesto. Suena muy bien para mí. Sonreí mientras Scott sonreía y salía trotando. Tal vez era posible tener todo lo que quería, después de todo.

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The Dark Side Para el resto de la semana, convencer a Jason de que estaba con él era mucho más fácil de lo que esperaba. Con Scott, Brenden, y Dirk ayudándome en cada esquina, la práctica del viernes fue un terrible error para el quarterback estrella de la temporada pasada. Él perdió a sus wide receiver13 abiertos, dejó caer algunos snap, lanzó cuatro intercepciones, y no recibió el balón en la zona de anotación una vez. No podía dejar de sonreír y después me conecté con Tommy Wolnecky para mi tercer touchdown del día, Scott y Brenden me decían que tenía un puesto seguro en el roster.

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Por supuesto que lo tenía. ¿Cómo no iba a hacerlo? Cualquiera podía ver quién era el mejor quarterback. Pista: No era un niño. Las gradas estaban un poco llenas cuando terminó la práctica y el entrenador Harrington reunió a su equipo en la línea de la yarda 50 para anunciar su gran decisión. Rumores sobre el drama del quarterback se habían extendido al parecer por todo el campus. ―¡Buena suerte, Whitney! ―Escuché a algunas personas en las gradas hablando en voz alta. Me di vuelta, junto con el resto del equipo. Matt Victorino, Sophie, y Dirk me sonreían y oí algunos gritos de ánimo de otras personas que no conocía. ―Algunos hermanos… ―Oí a, Jason detrás de mí. ―Está bien, está bien. Cálmense ahora, ya es suficiente, vamos, eso es suficiente ―dijo el entrenador Harrington―. Sé que todos quieren escuchar quién va a liderar el equipo esta temporada. No soy

13 Wide

receiver. Son especialistas en la recepción de pases y tienen una gran velocidad. Su trabajo principal es correr a través de unas rutas prefijadas y abrirse para el pase

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The Dark Side realmente el tipo de hombre prolijo, así que aquí va. El third string 14 es Lee Engal y nuestro backup15 será Aaron Kierley. Scott me dio una palmadita en el hombro. Esto tenía que decir que Jason ni siquiera estaría en el equipo. Mi plan había funcionado mucho mejor de lo que jamás pensé que podría. ―Y nuestro quarterback titular ―continuó el entrenador Harrington―. Será Jason Victorino. Felicidades a todos. ―Y nuestro quarterback titular será Jason Victorino.

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Las palabras resonaron por todo mi cuerpo. Nadie en el equipo se movió a darles a Aaron, Lee y Jason las felicitaciones. Al parecer, no era la única que se sentía engañada por el anuncio de Harrington, pero eso no fue ningún consuelo para mí. La multitud en las gradas se sentó en silencio aturdida cuando Elisabeth Turner corrió a la cancha para saludar a Jason. ―WB, esta noche…―dijo Jason antes de que Elisabeth llegara hasta él. ―Ahórratelo. ―Me molesté―. Nunca quise salir contigo. Sabía lo que estabas haciendo todo este tiempo, Jason, y yo voy a salir esta noche con Scott Marino. Parecía como si lo hubieran abofeteado, sus mejillas enrojecieron y frunció el ceño. Me moví sólo un segundo. ―¿Qué? Whitney, Yo... Realmente quería salir contigo. ―Entonces habrías terminado primero con tu novia ―le contesté―. Oh, mira, aquí viene ahora. ―Whitney, lo siento mucho. ―Scott me apartó de la mirada atónita de Jason―. Tú te mereces ese lugar más que cualquiera de los chicos que quedaron en el roster en cualquier posición. Si no quieres salir esta noche, está bien. Lo entiendo. ―Lo último que quiero hacer es ir a casa y sentarme a solas y sentir lástima por mí misma. ―Él sonrió.

14Third

String. Grupo de jugadores que juegan después de los principales y sustitutos. Un jugador de la segunda cadena que no se inicia el juego, pero viene en adelante en relieve de un motor de arranque. 15Backup.

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The Dark Side ―Está bien, está bien. Voy a ir a buscarte a las ocho entonces. Asentí con la cabeza. ―Mira, si no te importa, voy a ir a preguntarle al entrenador porque no quedaste en el equipo. ―No te molestes. ―Sacudí mi cabeza―. Puedo decirte por qué. No fui eliminada en el primer corte porque soy una chica y el entrenador Harrington se hubiera visto mal. Pero también no quedé en el equipo, porque soy una chica. Ahora puedo decir que me dio una oportunidad, pero que él no creía que pudiera hacerlo.

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―¿Y qué? Tú puedes. Y eso no significa que esté bien. O está bien. Eres mejor que Jason. Fin de la historia. ―Sólo faltas a la práctica de hoy y él tendrá un mal día. Pero Jason es confiable y es bueno. Él sólo obtuvo una derrota en dos temporadas y ganó un título nacional para Harrington. Él ganó todo. No se puede discutir con los resultados. ―No, pero eso no quiere decir que no eres mejor que eso. Todo el mundo sabe que lo eres. ¿Y sabes cómo puedo decírtelo? Porque la única persona felicitando a Jason en este momento es su novia. El equipo se siente tan engañado como tú. Me encogí de hombros. ―Se acabó. ―Pero… Antes de que pudiera decir nada más, giré y corrí fuera de la cancha, tratando de ocultar mis lágrimas. No quería que nadie supiera lo mucho que me dolía perder y estar herida.

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Capítulo V Traducido por Josez57 & Aciditax Corregido por Julieta_arg

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N

o tenía ningún sentido para Scott Marino. No sólo Whitney era la persona más agradable del maldito equipo de fútbol americano entero, sino que también era una de las mejores. Él hizo su camino de regreso al grupo de jugadores que se habían reunido en torno a su entrenador, sin duda, preguntando por qué Whitney había conseguido el hacha. La verdad sea dicha, el entrenador Harrington sabía que Whitney Berringer merecía un lugar en su roster. Ella tenía ese talento que no encuentras todos los días, pero él había esperado demasiado tiempo para que este grupo lamentable de jugadores obtuviera algún reconocimiento real de fútbol americano de secundaria. ¿Y lanzaría potencialmente su reputación lejos por dejar jugar a una chica? Él no podía, no permitiría que eso sucediera. No bajó su guardia. Había cumplido con su parte al permitirle competir por un lugar en el roster, pero ofrecerle una de las posiciones estaba simplemente fuera de discusión. Sería, por lo que sabía, causar que un sinnúmero de entrenadores de todo el país cuestionaran su juicio. Ash Valley se convertiría en una broma. Como su padre siempre había dicho, casi todo el mundo tiene una segunda agenda y el entrenador Harrington tenía que mantenerse por delante del juego. Siempre existía la posibilidad de que le ofrecieran un puesto como entrenador universitario y permitir a una niña jugar para él sin duda sería el final de esa oportunidad.

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The Dark Side —Lo siento —dijo el entrenador Harrington cuando Scott se acercó—. No hay nada más que yo pueda hacer. Mi decisión es definitiva y todos ustedes empezarán por detrás de Victorino en esta temporada. Brenden Clemson negó con la cabeza. —No voy a empezar detrás de él. De ninguna manera. El entrenador bufó una risa. —¿Y dónde vas a ir, Clemson? No eres exactamente una gran demanda. Lo podemos hacer sin ti. Tienes suerte de que aún formes parte de este equipo. ¿Qué es lo tienes pensado hacer en tu lugar? ¿Vas a dejar a Ash Valley? Tú tirarías todo por la borda sólo porque no estoy poniendo a jugar a Whitney Berringer.

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—Whitney es mi amiga, entrenador, pero es más que eso. Ella es el mejor quarterback en esta escuela, tal vez en el estado, y sé que lo sabe. No estoy orgulloso de decir que solía jugar para un hombre que está dispuesto a sacrificar el talento por proteger un ego demasiado inflado y su propia reputación. Los ojos del entrenador Harrington brillaron de pánico momentáneo, pero rápidamente recuperó la compostura. —Bueno, por lo que Clemson abandona. Gran cosa. No es la única razón por la que lo hemos hecho tan bien en el pasado. —Bueno, en realidad, entrenador, él es algo crucial —señaló Tommy Wolnecky—. Sin él, no podríamos haber detenido a Richard Williams la temporada pasada. Brenden es la única razón por la que vencimos a McCobiak, que nos llevó a los estatales, que nos envió a… —¡Basta! Por un momento, Scott consideró abandonar, pero no era tan fácil para él. Brenden tenía tantas otras cosas a su favor: era un estudiante con honores, un estudiante de Mérito Nacional, Vicepresidente de la clase de cuarto y que probablemente iría a la universidad de premedicina. Scott era un jugador de fútbol. El Sr. Marino lo respetaba únicamente a causa de su actuación en el campo y si abandonaba así, Scott no podía estar del todo seguro de si su viejo lo miraría a los ojos nunca más.

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The Dark Side A medida que la multitud se dispersó, convencida de que no había nada más que podían hacer para cambiar la mentalidad del entrenador Harrington, Scott suspiró y miró hacia el campo. Finalmente entendió lo que querían decir cuando dijeron que la vida no era justa.

—Puedes dejar de ignorarme ahora, mamá —dije mientras despedía a Matt Victorino desde el porche frontal—. No entré en el equipo.

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Mi madre levantó la vista de la revista que había estado hojeando casualmente en el sofá de la sala. Me sorprendió ver un destello de ira en sus ojos. —¿Qué? —Fui eliminada esta tarde. Supongo que no soy lo suficientemente buena como para jugar como tercera cadena. Me miró fijamente por lo que pareció un minuto antes de lanzar su revista a un lado y ponerse de pie. —Whitney —comenzó—, lo siento, fui tan poco solidaria en un primer momento. Tu hermano me llamó anoche y me hizo darme cuenta lo mucho que regresar al fútbol americano significa para ti. Pero ¿no lo intentaste? —No. Jason Victorino está como titular. Gran sorpresa. —¿Ese chico de nuevo? Tu padre siempre decía que Jason alcanzaría su punto máximo a los dieciséis años, lleva ya dieciocho años. Le sonreí a mi pesar. —Bueno, definitivamente todavía está subiendo. —No entiendo esto. Esos tres muchachos que el entrenador mantiene alrededor, no todos ellos pueden ser mejor que tú. Me encogí de hombros. —El entrenador Harrington simplemente no quiere correr el riesgo de perder su reputación por jugar conmigo.

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The Dark Side Mi madre sacudió la cabeza y abrió la boca para decir algo más cuando sonó el teléfono. —Voy a atender eso —dijo, desapareciendo en la cocina—. Whit, es para ti. —No quiero hablar con nadie. —No creo que querrás perderte esta llamada. Es de un chico. Me encogí de hombros. Eso significa que era Dirk, que probablemente habría llamado a mi teléfono celular, o alguien del equipo y realmente no quería hablar con ninguno.

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—No es Dirk —agregó mi mamá, mirándome fijamente durante unos segundos—. Whitney, ya le dije que estás en casa. Ahora ve y atiende esa llamada. Suspiré, empujándome sobre mis pies. —Hola —dije rotundamente, obteniendo una mirada de desaprobación de mi madre. —¿Whitney? Hola, soy Brenden. Um, Brenden Clemson. —Hola. —Fruncí el entrecejo, preguntándome porqué no había llamado a mi teléfono celular. —Hola. Mira, te estoy llamando por una razón. Sólo quería hacerte saber que he dejado el equipo esta tarde, antes de que lo escuches de alguien más. Casi se me cae el teléfono. —¿Qué? Brenden, ¿por qué hiciste eso? —Debido a lo que el entrenador dijo después de la práctica. Prácticamente admitió que a pesar de que eres mejor que Jason, el hecho de que eres una chica es la única razón por la que no estás en el equipo en estos momentos. —¿Así que abandonaste por mí?

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The Dark Side —No. Renuncié porque no puedo jugar detrás de alguien que no es el mejor y no voy a jugar para un entrenador que sólo está velando por sí mismo. Eso no es lo que supone que debe ser. —Wow, Brenden, eso es… eso es tan... no sé. Nadie ha hecho algo como esto por mí antes. No sé qué decir. —No digas nada —dijo—. No tienes que hacerlo. Sólo quería que lo supieras por mí.

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—¡Pero siento que debo hacerlo! Bueno, quiero decir... gracias. —No te preocupes por eso. Sólo espero que sepas que hay personas que te respaldan, no importa qué. —Te lo agradezco —dije—. Un montón. —Bien. Bueno, nos vemos el lunes Whitney. Puse el teléfono en su soporte y me quedé allí por un minuto, aturdida. No había pasado aún mucho tiempo con Brenden y allí estaba él, dejando el equipo por mí. Tal vez, sólo tal vez, yo realmente era mejor que Jason Victorino. Pero por la forma en como iban las cosas en estos días, no tenía manera de saberlo.

—Entonces —dijo Scott Marino mientras recogía un pedazo de pizza de pepperoni y golpeó con fuerza las líneas colgantes de queso—, estoy seguro que has oído que Brenden renunció hoy. —Sí. Él llamó antes de que llegaras. —Sabes que me encantaría hacer algo como eso por ti. Sabes, realmente mostrarle al entrenador Harrington el error que cometió. Pero no puedo. El fútbol es la única razón por la que mi papá todavía me habla. Temo que renunciar arruinaría toda la jodida relación que tengo con él. —Bajé mi rebanada de pizza y lo miré fijamente. —¿Qué? ¿Crees que quiero que renuncies?

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The Dark Side —Bueno... no lo sé —admitió—. Quiero decir, parece tan... tan, no sé... noble de Brenden renunciar por ti y aquí estoy, salgo contigo esta noche, y no hice nada. —No renuncies. —Negué con la cabeza. —No va a pasar —respondió con una sonrisa—. Ni siquiera por ti, Whit. —Bien. Y si me salgo con la mía, Brenden estará de regreso en el equipo el lunes.

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Scott simplemente soltó un bufido. —No es probable. Harrington no está feliz con esto. Brenden renunció, eso es todo, está acabado. No tenemos una segunda oportunidad en Ash Valley. Tal vez debería tratar de jugar para Clinton Central o algo así. —Así como yo, ¿no? —Vamos, detente. Sabes que eres mejor que Jason, no importa lo que el entrenador quiera pensar de eso. Cualquier equipo sería realmente afortunado de tenerte. —Cualquiera menos Ash Valley. —No. Especialmente Ash Valley. —Scott sacudió la cabeza—. ¿Te das cuenta lo mal que el equipo estará ahora? Nadie quiere jugar detrás de Jason con excepción de sus amigos, un par de chicos en los equipos especiales16. La ofensiva y la defensa te respaldan y nadie quiere jugar con alguien que simplemente es el segundo mejor. No hay manera de que las cosas vayan a mejorar este año. —Eso es simplemente tonto —protesté—. No entiendo por qué ustedes tiran todo aquí. ¿Por qué? ¿Por mí? Eso es ridículo. Tantos chicos que tienen estas oportunidades increíbles para jugar fútbol universitario. ¡Para los powerhouse programs 17 ! Escuelas D1 18 , Scott. ¿Por

16Equipos

Especiales. Están formados por jugadores de las otras líneas, tanto ofensiva como defensiva, más algún jugador que únicamente se emplea para estas jugadas particulares: 17Powerhouse Programs. Universidades con equipos fuertes de futbol, quienes reclutan a los mejores jugadores de secundaria. 18D1. De Primera División.

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The Dark Side abandonarlo todo a causa de una decisión de un entrenador estúpido? ¿Por qué? —Por personas como tú —dijo encogiéndose de hombros—. Y a ellos les gusta como juegas. Muchos de ellos piensan que vales la pena. — Sacudí la cabeza. —Me gustaría que no lo hicieran.

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—Alégrate que lo hagan. —Bueno —dije, dejando escapar un pequeño suspiro de mis labios—. No hay mucho que pueda hacer al respecto ahora, supongo. Trataré de no preocuparme por esto. Pero bueno, hay un gran partido la noche del martes, ¿no? Él asintió con la cabeza y sonrió. —Comienzo de temporada. ¿Vienes? —Por supuesto. Estaré en las gradas, no en el campo. Va a estar bien. —Nunca sabes qué va a pasar después —dijo Scott, metiendo la última pieza de corteza en la boca—. ¿Lista para irnos? —Se limpió las manos en una servilleta de papel barato y se deslizó fuera de su extremo del asiento de vinilo rojo. Eché un vistazo a la pieza a medio comer de la pizza de pepperoni acostada en mi plato de papel manchado de grasa. Al parecer, no tenía otra opción. Scott estaba listo para irse ahora y ¿quién era yo para hacerle esperar cuando no había sido nada más que un apoyo para mí esta última semana?

Nuestro camino a casa en el automóvil fue silencioso salvo por los suaves sonidos de Jason Mraz cantando a través de los altavoces de la radio. Me senté en el asiento del pasajero, no del todo deseosa de creer que esta noche había sucedido realmente. Scott había estado perfectamente dispuesto a conversar de fútbol americano conmigo, pero cuando llegó el momento de discutir sobre cualquier otra cosa, había estado cerrado y listo para terminar la noche. ¿Cómo podía ser

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The Dark Side este el mismo chico con el que podía lanzar unos cuantos pases y bromear en los entrenamientos alguien que no tenía nada que decirme? —Estuvo divertido, Whit —dijo finalmente mientras conducía su Volvo negro en mi entrada—. Casi tan divertido como los enfriamientos contigo durante la práctica. Sonreí, pero sentí un nudo en la garganta. Me di cuenta por primera vez de que las prácticas con Brenden y Scott habían terminado para siempre. Yo no llegaría a practicar los ejercicios y tomar descansos por agua con ellos. No habría más momentos divertidos como cuando Jason lanzase un pase particularmente horrible o cuando daba lo mejor de mí para que él no brillara. No habría más paseos al edificio deportivo juntos después de la clase de Química.

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Se terminó tan abruptamente que ni siquiera había tenido la oportunidad de prepararme para ello, o de tener una oportunidad de pensar acerca de cómo sería volver a ser la versión anterior de mí que no tenía fútbol americano en mi vida. Había estado tan segura de que tenía un lugar asegurado en el equipo, incluso si era sólo la tercera cadena, que nunca me había molestado en considerar lo que pasaría si todo… simplemente se detuviera. —Sí —dije—. Es una lástima que haya terminado. —Esto no significa que no vamos a ser amigos, Whitney. Asentí con la cabeza a pesar de que mi corazón se hundió en sus palabras. Amigos. ¿Era lo que todo esto había sido para Scott? ¿Un paseo casual entre amigos? ¿Entre los casi compañeros de equipo? Eso no era exactamente lo que yo había pensado que él tenía en mente. No había querido admitírmelo, pero en la última semana, había crecido una especie de... conexión con Scott. Había empezado a pensar en él como alguien con el que podía verme, como alguien que siempre estaría ahí. Pero tal vez esto era realmente lo mejor para todos. Scott tenía lo que quería. Él era una estrella en Ash Valley; llegó a ser convocado a los juegos, a caminar en el campo bajo las luces de los vítores de la multitud y a jugar el deporte que amaba. Con el tiempo, habría

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The Dark Side comenzado a resentirlo por ello. Así que era mejor mantenerse alejado... ¿no? —Sí —dije—. Sé que seguiremos siendo amigos. —Te veré el lunes, ¿está bien, Whit? —preguntó mientras yo abría la puerta del lado del pasajero y salía de su auto. Asentí de nuevo, sorprendida de que ni siquiera se hubiera molestado en acompañarme a la puerta de entrada.

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Sí, sin duda, esto no ha sido más que un paseo por pizza entre amigos. Suspiré y abrí la puerta principal. Mi suerte finalmente se había vuelto agria.

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Capítulo VI Traducido por Aciditax Corregido por flexi

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E

se sábado por la tarde, subí los escalones de la parte superior de las gradas en el estadio de fútbol americano de Ash Valley. En el turbio campo de abajo, cincuenta de los supuestos mejores jugadores de la escuela realizaron los ejercicios y juegos de preparación para la apertura de la temporada el martes. Suspiré y me senté, mirando al cielo gris nublado, esperando a que cayera la lluvia. Mientras observaba la práctica del equipo, todo empezó a tener cada vez menos sentido para mí. ¿Por qué no se me estaba dando la misma oportunidad que al resto de los chicos? Sí, yo sabía las razones del entrenador Harrington. Incluso las entendía, cuando realmente pensaba en ello, pero eso no quiere decir que tuviera razón. Yo era tan buena como los chicos de uniforme y lo sabíamos. Jugar al fútbol americano había sido todo lo que siempre había querido hacer durante once largos años. Había perdido mi amor por el juego, cuando había perdido a mi papá, pero ahora estaba de vuelta, lista para jugar otra vez, y no podía. ¿Qué diría mi padre si supiera de todo esto? Hice una pausa, me di cuenta de que sabía exactamente lo que me diría. Querría saber por qué estaba sentada, sintiendo lástima por mí misma, observando a otros hacer lo que yo sabía que podía hacer, tratando de poner buena cara, con el deseo de algo que nunca,

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The Dark Side nunca conseguiría. Me hubiese preguntado por qué no trataba de hacer algo más para convertir mi sueño en una realidad. No es que hubiera mucho que pudiera hacer. Sabía que el entrenador Harrington nunca me dejaría jugar. Pero... ¿no había mencionado algo Scott anoche? ¿Acerca del equipo de fútbol americano de Clinton Central? No había pensado dos veces en eso antes, pero ahora..... Bueno, ¿por qué no? Me parecía un poco exagerado, tal vez, pero ya había llegado tan lejos. ¿Me mataría buscar un poco más que eso?

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Secundaria Clinton Central. Si me las arreglo para hacer que el equipo de allí me acepte, sería una dulce, dulce venganza. Las Panteras eran, sin lugar a dudas, el mayor rival de Ash Valley y jugar para ellos... bueno, el entrenador Harrington tendría que darse cuenta del gran error que había cometido al eliminarme. ¿Y si me las arreglaba para comenzar en Clinton Central? Mi fantasía empezó a girar en espiral fuera de control. ¡Comenzar a jugar contra el rival de Ash Valley, tal vez incluso enfrentarlos en el campeonato del estado! No había nada que quisiera más y prácticamente podía degustar las delicias de mi nuevo plan. Y entonces me di cuenta y el peso de su significado casi me dejó boquiabierta. No sólo iba a ir en contra de Ash Valley, también me estaría lanzando en una colisión frontal de quarterbacks con Jason Victorino. Tal vez esa idea me hubiera asustado antes, pero no lo hizo ahora. Nada me atraía más. Empecé a golpear el pie violentamente contra la grada mientras me imaginaba las posibilidades, el drama, las implicaciones, la pena para él, la gloria para mí. Esta era la oportunidad que había estado esperando. Esto era de lo que Scott había estado hablando ayer por la noche cuando dijo que nunca se sabía lo que iba a ocurrir a continuación. Tenía razón, pero ahora lo sabía. Mirando hacia abajo al sucio campo, le sonreí con una sonrisa verdadera, una ola cálida de libertad me envolvió por primera vez desde el espectacular anuncio del entrenador Harrington.

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The Dark Side Tal vez esos eran los cincuenta mejores jugadores de Ash Valley, y ahora sabía que nunca iba a ser uno de ellos, pero me pondría un uniforme de las Panteras de Clinton Central, y no me detendría ante nada para demostrar que podía jugar al fútbol americano en Nueva Jersey.

En el momento en que llegué a casa desde el estadio, mi entusiasmo por mi sueño de Clinton Central había comenzado a desvanecerse. No era realista y mientras el nudo en la garganta volvió con un sentido familiar de temor, de pronto estaba segura de que esto seguiría siendo nada más que una fantasía.

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Pero tenía que intentarlo. Yo sabía que iba a ser difícil. Era como Dirk me había dicho antes de mi primera prueba de audición. Si no hacía esto por mí, tenía que hacerlo por mi padre. Me senté en mi computadora y busqué el número de teléfono de la oficina atlética de Clinton Central y encontré exactamente lo que estaba buscando en cuestión de segundos. Marqué los diez dígitos en mi celular y los miré fijamente, mi dedo se negaba a presionar “llamar”. No llamar, sabía, se convertiría en uno de los mayores errores de mi vida. Así que apreté el botón. Después de hablar con el entrenador de Clinton Central, el Sr. Alvarez, por unos minutos, me había asegurado una prueba con las Panteras. El Sr. Alvarez había sonado legítimamente interesado en mi historia, rogué para que no se convirtiera en otra situación, como con el entrenador Harrington, donde sólo estaba teniendo un juego del que en realidad nunca obtendría nada porque yo había nacido chica y el fútbol americano estaba dominado por los varones. Sin embargo, tuve que sonreír. Estaba en un lugar mejor ahora de lo que había estado cuando me desperté ésta mañana, y finalmente estaba haciendo algo, cualquier cosa, para mantener el fútbol americano en mi vida, no importa cuán descabellada fuera. Incluso si nunca terminara jugando para un equipo en mi vida, podría ser feliz sabiendo que había hecho todo lo que pude. Eso era suficiente para mí.

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The Dark Side Esta era una oportunidad que no estaba dispuesta a dejar pasar. Tomé de nuevo el teléfono para enviar a Scott un texto rápido contándole mi noticia, pero algo, no estaba segura de que, me detuvo. No había querido admitirlo, pero me sentía un poco rara de jugar para el mayor rival de Ash Valley, después de toda la situación con Brenden. En lugar de decirle a Scott, cerré mi computadora y me metí en la cama. No tenía sentido agitar las emociones de todo el mundo hasta que fuera absolutamente necesario.

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Mientras estaba tendida en la cama, incapaz de conciliar el sueño, pensé en mi papá y las segundas oportunidades, y cómo todo lo que me había dicho había llegado a ser tan importante en mi vida últimamente. No me había dado cuenta antes, pero esta oportunidad en Clinton Central... era mi segunda oportunidad. Y si alguien se merecía una en estos días, sabía que era yo. Después de dos años de no ser capaz de mirar a una pelota de fútbol americano sin llorar o enojarme, de alguna manera, había llegado al punto en que casi me había convertido en un quarterback titular. Bueno, está bien, así que técnicamente el entrenador Harrington nunca había pensado realmente en darme un uniforme, pero aun así me las arreglé para pasar a través de todos los obstáculos emocionales que se necesitaban. Y estar de vuelta en el mundo de Jason no era tan doloroso o difícil como había imaginando que sería. Me froté la cabeza y apagué la luz. Pensaría más sobre esto por la mañana, pero en este momento, pensé que era hora de terminar el día feliz.

Mi reunión con Clinton Central fue programada para el final de la mañana del domingo. Se suponía que debía reunirme con el Sr. Alvarez en su oficina y luego nos dirigiríamos a la práctica de su equipo en la tarde del domingo en el que tendría la oportunidad de mostrarle algunas de mis habilidades.

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The Dark Side Inmediatamente me había enamorado de la idea de practicar los domingos, se sentía tan profesional, tan real. No es extraño que las Panteras sorprendieran a casi todo el mundo y hubieran estado cerca de vencer a Ash Valley en el partido por el campeonato estatal de la temporada pasada. Y si no hubiera sido por la increíble parada defensiva de Brenden Clemson en la última jugada del partido, Clinton Central hubiera logrado ganar. —¿Whitney Berringer?

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Miré hacia arriba y sonreí al hombre alto, y con brillantes ojos verde azulados y de bronceado profundo que me saludó, mientras abría la puerta al hermoso y nuevo edificio deportivo de Clinton Central. —Es genial conocerte —dijo. —Hola —contesté sin convicción, sorprendida por la apariencia juvenil del hombre—. ¿Señor Alvarez? —El mismo que viste y calza. ¿Por qué no entramos? —dijo, señalando hacia su oficina—. Toma asiento. —Señaló una de las dos sillas colocadas frente a su escritorio. Mientras esperaba a que terminara lo que fuera que había estado haciendo en su computadora portátil antes de mi llegada, miré a su alrededor. Amarillentos recortes de periódico cubrían las paredes, muchos de ellos eran sobre sus propios triunfos en la escuela secundaria y en el fútbol americano universitario. Uno de los titulares, en particular, saltó a la vista, casi tirándome hacia el suelo: “¡Alvarez y Berringer dominan y envían a Plymouth al Juego por el Titulo!” Una borrosa fotografía a blanco y negro de dos jóvenes jugadores de fútbol, uno montado sobre la espalda el otro, sus puños en alto en señal de triunfo, con sonrisas tan genuinas y felices como podrían ser, acompañaban la historia. —¿Conoció a mi padre? Le pregunté con mi boca seca. Sabía que mi padre había sido una estrella en la Secundaria Plymouth en Connecticut. El Sr. Alvarez levantó la mirada y asintió con la cabeza.

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The Dark Side —Sí, lo hice. ¿No lo sabías? Fuimos grandes amigos en la escuela secundaria, dentro y fuera del campo. Siento profundamente lo que pasó con él, Whitney. —Sí —dije débilmente, mi mente dando vueltas ante éste nuevo descubrimiento—. Gracias. El entrenador sonrió cálidamente. —No me sorprende en absoluto si llegas a tener el talento de una estrella del fútbol americano en el futuro. Está en tus genes, tan seguro como tu cabello y color de los ojos lo son. Espero que no te importe si te pido que me digas exactamente lo que sucedió en Ash Valley.

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Sacudí la cabeza, contándole la siniestra historia de principio a fin. —Eso es una vergüenza —dijo el señor Alvarez unos pocos segundos después de que hubiera terminado de hablar—. Sabía que no me agradaba ese hombre, pero nunca pude averiguar porqué. Nunca tuvo la intención de colocarte en el roster del equipo desde el momento en que pisaste ese campo. Pero te diré esto ahora mismo. Si juegas del mismo modo que lo hizo tu padre, no tengo ninguna duda que las Panteras te darán la bienvenida con los brazos abiertos. ¿Qué te parece si seguimos, conoces al equipo y vemos un poco de lo que puedes hacer? Asentí con la cabeza, sorprendida por su abrumadora muestra de apoyo y la creencia de que yo sería lo suficientemente buena, lo seguí fuera del edificio y entramos al nuevo estadio de las Panteras. Mientras caminé por las puertas del equipo, me quedé boquiabierta. Ni siquiera podía empezar a compararlo con las instalaciones de Ash Valley. Aquí, tenían por lo menos quinientos asientos adicionales y las líneas blancas en el patio de la hierba eran definidas y frescas, como si hubieran sido recién pintadas por la mañana. El terreno del equipo de Ash Valley sólo estaba sobre esas líneas antes de los partidos, nunca en una práctica de fin de semana. El marcador era nuevo y electrónico, en cambio el marcador de Ash Valley tenía que hacerse a mano. —¡Vaya! —suspiré—. Esto es increíble.

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The Dark Side El entrenador Alvarez sopló su silbato y el grupo de chicos que corrían vueltas alrededor del borde del campo se reunieron alrededor de él, sudorosos y con la respiración pesada, examinándome con curiosidad descarada. —Oye, entrenador, ¿ésta es tu hija? —gritó uno de ellos—. ¡Pensé que habías dicho que nunca nos dejarías conocerla! —¡Me alegro de que cambiaras de opinión! —gritó otro, mirándome. Uno de los chicos dejó escapar un silbido de lobo y este se sonrojó, mirando a lo largo de las gradas vacías.

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—Cálmense monos, cálmense —dijo el entrenador Alvarez con un movimiento de cabeza divertido. Él miró hacia mí—. ¿Estás segura de que sabes en lo que te estás metiendo? Sólo asentí y sonreí. —Cuando les dije chicos que nunca conocerían a mi hija, lo dije en serio. ¿Creen que quiero que ella esté en cualquier lugar cerca de ustedes y sus estragos de testosterona? —Se rió entre dientes—. Ahora, de vuelta a los negocios. ¿Cuántos de ustedes han oído hablar de la chica en Ash Valley que audicionó para el equipo de fútbol americano allí? —Yo —dijo uno de ellos—. Mi primo juega allí. Dijo que era realmente buena, pero que fue eliminada porque su entrenador no quería meter a una chica. —De acuerdo. Pues bien, conozcan a Whitney Berringer. Los chicos me miraban con interés, incluso más que antes. —¿Tú? —dijo el chico que tenía un primo en Ash Valley—. Vaya. Quiero decir, Lee me dijo que eras linda, pero... vaya. —Relájate, Glading. La señorita Berringer está aquí para mostrar lo que tiene. Va a decidir si quiere jugar con nosotros esta temporada. —¿Puedes hacer eso? —preguntó Glading—. ¿Ser un estudiante en una escuela y jugar en otra?

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The Dark Side —No… se convertiría en una estudiante de Clinton Central. Puedo ver que ustedes han hecho sus vueltas, así que vamos a mostrarle a Whitney lo talentosos que somos y vamos a ver lo que puede hacer por nosotros.

—Te dejaré saber nuestra decisión final cuando termine la jornada de mañana —me dijo el entrenador Alvarez después que la práctica terminara—. Pero yo no perdería mucho sueño por eso.

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—Claro —dije—. Gracias. Mientras caminaba de regreso a la parte frontal del edificio deportivo para encontrarme con mi madre, uno de los chicos del equipo se puso a caminar a mi lado. —Hola —dijo—. Sólo quería presentarme y darte la bienvenida a nuestro equipo. Sonreí. —Es realmente muy amable de tu parte, pero no soy parte de tu equipo. Me dio una sonrisa de complicidad. —Oh, pero lo serás. El quarterback que teníamos era realmente malo, después de que nuestro titular se graduó el año pasado y se fue a jugar a Michigan. El entrenador tendría que ser un idiota para no pedirte jugar aquí. —Sí, pensé eso antes de venir y buscar dónde poder entrar —murmuré—. Lo siento, no recuerdo tu nombre. —Oh. Trenton —dijo con una pequeña y avergonzada sonrisa—. Lane Trenton. —¿El running back? —Me sorprende que lo notaras —dijo, y me encogí de hombros—. Así que, ¿si consigues el puesto, vas a aceptarlo? Otro encogimiento de hombros.

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The Dark Side —No lo sé. Tengo unas cuantas cosas en que pensar. —Asintió con la cabeza. —¿Cómo dejar a tus amigos para venir aquí? —No, eso no es gran cosa. Es sólo que... es complicado, supongo. Trenton sonrió. —Sí, está bien, lo entiendo. Bueno, buena suerte, Whitney. Estoy seguro que te veré en la práctica esta semana.

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Le dije adiós antes de subirme al asiento delantero del auto donde me estaba esperando mamá. —Bueno, él es ciertamente lindo, ¿no te parece? Me encogí de hombros. —No me di cuenta. Mi madre me miró mientras miraba por la ventanilla del auto al increíble estadio de las Panteras. ¿A quién trataba de engañar? Sin duda, me encantaría jugar aquí. Daría cualquier cosa por hacerlo. Si sólo Brenden no hubiera renunciado, todo estaría cayendo en su lugar. —¿Whit? —Mamá me tocó suavemente. —Mamá —dije, mi voz quebrándose, las lágrimas amenazando con salir. Mi cara de valiente empezaba a desmoronarse—, quiero jugar aquí. Necesito hacerlo. Pero no puedo. Sé que no puedo. Nunca podría sentirme completamente bien sabiendo todo a lo que Brenden renunció porque no tuve una oportunidad como esta. Sé que podía no tener mucho sentido, pero no veo cómo puedo hacerlo. No puedo quitarle el motivo por lo que renunció por mí. —No creo que intente hacer las cosas más difíciles para ti, Whitney. Estoy segura de que estaría feliz de que estés recibiendo el respeto que claramente piensa que mereces. Pero mi opinión no significa nada aquí —respondió mi madre—. Tienes que hablar con él acerca de esto. —No quiero decirle. No puedo.

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The Dark Side —Tienes que hacerlo —dijo ella—. O si no estarás dejando todo esto a cambio de nada. —No hasta que reciba una respuesta del Sr. Alvarez. Podía alterar a Brenden para nada. Podría molestarse por nada. No soy una Pantera todavía. Ellos podrían no quererme. —Si recibes esta oportunidad, tienes que decírselo.

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—Lo haré. —¿Cómo te fue en la prueba? —preguntó, cambiando la velocidad mientras se alejaba de la acera. Me sequé las lágrimas que se habían reunido en las comisuras de mis ojos y sonreí por primera vez desde que me metí en el auto. —Bueno, creo que he jugado bien. —¿El señor Alvarez te dijo algo antes de qué te fueras? De repente, se me ocurrió que si el señor Alvarez conoció a mi padre mientras estaba en la escuela secundaria y la universidad, entonces tuvo que haber conocido a mi madre, también. Y si la conocía… —Mamá —dije—, ¿tuviste algo que ver con todo esto? Mi madre se limitó a sonreír y mantuvo su mirada fija en la carretera delante de ella. Estreché mis ojos, pero sonreí para mí misma. No estaba exactamente en posición de rechazar la ayuda de nadie. —Quería preguntarte —dijo—. ¿Todo estuvo bien en tu cita de anoche? No parecías tu misma cuando llegaste a casa. Pensé que probablemente tuvo algo que ver con el Sr. Harrington, pero… —Mi cita —repetí, haciendo una pausa para decidir si tenía o no muchas ganas de hablar de esto con mi madre—. Eso fue... eso no fue lo que pensé que era, tampoco. Sin embargo, Scott dejó perfectamente en claro que no era nada de eso. Siguió llamándonos amigos. Todavía podía oír sus palabras exactas, como si ahora estuviera en el auto con nosotros, diciéndolo una vez más.

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The Dark Side —No me dio un abrazo de buenas noches. Nada. Ni siquiera me acompañó hasta la puerta. —Apenas lo conociste. No se puede esperar que una relación se desarrolle sólo después de conocerlo durante cuatro días. Estudié a mi madre críticamente con los ojos entrecerrados. ¿Qué sabía ella de todos modos? Obviamente, sólo estaba tratando de suavizar el rechazo de Scott.

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—Ser amigo de alguien no es un requisito previo para comenzar a salir. Sophie salió con un chico durante cinco meses, al que conoció en la casa de playa de sus abuelos. Su primera cita ocurrió la noche que se conocieron. —Bueno, eso no me sorprende —contestó Mamá con una carcajada—. Estamos hablando de Sophie, después de todo. Sin embargo, muchas relaciones provienen de amistades y yo siempre he pensado que conocer a alguien poco a poco es una maravillosa manera de sentar las bases de un vínculo romántico más tarde. Sólo me encogí de hombros. —Creo que lo que deseas es que sea más fácil para mí saber que Scott no está interesado. Y te agradecería que no lo hagas. Prefiero escuchar la verdad. —Mi madre asintió con la cabeza, pero no respondió. Manejamos en silencio el resto del camino a casa mientras yo trataba de no pensar en Scott de nuevo. Al segundo que estacionó el auto en el garaje, corrí a mi habitación. Incluso mi madre pensó que Scott Marino no quería salir conmigo. Pero si sólo quería que fuéramos amigos, ¿por qué me había invitado a salir en primer lugar? Tal vez había pensado que había dejado en claro que sólo quería una amistad de mí, pero yo sabía que no lo había hecho. Y ahora, no se había molestado en hablar conmigo ni una vez desde la noche del viernes. Sí, Scott estaba dejando su postura de salir conmigo terriblemente clara. Era una amiga, una excompañera de equipo, una nueva cara con quien hablar de deportes, otra persona con quien podía lanzar el balón después de la escuela.

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The Dark Side Jason y yo, habíamos sido únicamente amigos durante once años. Once años, deseando que de alguna manera pudiera finalmente ser algo más. Sabía que Jason nunca quiso eso. Y Scott tampoco. Así que ahí estaba yo, cuatro días más cerca de la marca de once años de desear que Scott me viera como algo más que una niña que amaba el fútbol. No quería pasar otros once años de mi vida atrapada en una amistad que sólo terminaría en amargos y malos recuerdos, una amistad donde nuestras expectativas no estaban o podrían alinearse. No quería pasar otros once años de mi vida enamorada de alguien que nunca me amara, no importa lo que hiciera o lo mucho que lo intentara.

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Podría olvidarme de Scott y verlo sólo como un amigo, nada más, pero no sería así de simple. Si lo fuera, nunca me habría perdido tanto a causa de Jason, y no estaría encaminada por el mismo peligroso patrón. Si sólo, pensé, si sólo fuera tan fácil de olvidar.

Más tarde esa noche, después de que me había duchado y tratado de sacar de mi mente a Scott, a Jason, Brenden y al fútbol americano de mi mente, me tendí sobre mi estómago en mi cama, leyendo una obra de Shakespeare para Literatura, cuando una rápida mirada a mi escritorio reveló que la luz roja en mi teléfono celular estaba parpadeando. Tenía un nuevo mensaje de voz. Era el Sr. Alvarez. Mi futuro estaba en el minúsculo y plateado teléfono celular apoyado casualmente en mi escritorio. Todo lo que tenía que hacer era ponerme de pie, abrirlo, y marcar mi correo de voz. Eso era lo único que me alejaba de una posible carrera con el uniforme de Panteras. Entonces, ¿por qué estaba todavía en la cama? Abrir el teléfono y llamar a mi buzón de voz significaba que me gustaría saber a ciencia cierta si alguna vez jugaría al fútbol americano en la

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The Dark Side secundaria. Ese mensaje me diría si tenía que llamar a Brenden Clemson para decirle que él había renunciado por nada. Y ese mensaje podría muy bien terminar mi nueva amistad con él. —Sólo hazlo —murmuré mientras me obligaba a levantarme. Tomé el teléfono y lo miré en mis manos. Efectivamente, tenía una llamada perdida del señor Alvarez. Después de dos respiraciones profundas, presioné el botón de llamada.

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—Whitney, hola. Al habla el Sr. Alvarez de Clinton Central. Sé que te había dicho que probablemente hablaría contigo por la mañana, pero no podía dejar de compartir la buena noticia contigo. Nos encantaría que te convirtieras en una Pantera. Piensa en ello y me regresas la llamada esta noche o en algún momento de mañana. Así que. Lo había logrado. Había demostrado lo que siempre había sabido. Era lo suficientemente buena para participar en un powerhouse program de fútbol americano de secundaria. Pero no me permití sonreír. Brenden. Suspiré profundamente y supe que era tiempo de hacer esto. No podía hablar con el señor Alvarez hasta que hablara con Brenden. Es sólo… ¿qué le dirías a alguien que renunció a su sueño, ya que no iban a darte una oportunidad justa para cumplir el tuyo? ¿Cómo decirle a esa persona que sus esfuerzos, mientras que siempre serían muy importantes para mí, habían sido en vano? ¿Cómo decirle a esa persona que estás recibiendo la oportunidad que él abandonó por ti? No tenía las respuestas, pero estaba a punto de averiguarlo. Navegué por mi lista de contactos hasta que encontré el nombre de Brenden y, con las manos temblorosas, pulsé el botón de llamada. —Hola. —La voz de Brenden sonaba áspera y grave, como si lo hubiera despertado. —Hola Brenden, es Whitney —solté en un apuro. —Eh, Whit. —Su voz adquirió un tono de confusión—. De hecho, me alegra que hayas llamado. Tengo que hablar contigo de algo muy

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The Dark Side breve. Scott, me llamó para algo así como un favor y me siento muy, muy estúpido por hacer esto, pero se lo debo. Brenden confundió mi sorpresivo silencio, con una invitación para continuar. —Quería que me asegurara de que tú sabías que tiene novia. Y los golpes de Scott seguían llegando. Me congelé, los pensamientos de mi noticia para Brenden inmediatamente volaban fuera de mi confundida cabeza. No sabía qué decir o cómo reaccionar. Mis sospechas fueron confirmadas, pero yo deseaba más que nada que hubiera estado equivocada. Hasta ahora, siempre había esa fina posibilidad que realmente le gustaba, que estaba reaccionando de forma exagerada como tiendo a hacer. Pero había estado en lo cierto. Sólo quería una amistad, y fútbol americano, de mí.

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Tenía una novia. Por supuesto que sí. ¿Realmente piensas que Scott Marino, Scott Marino, por el amor de Dios, estaría interesado en ti? Por supuesto que sí lo pensé. Me había invitado a salir. Bueno, aparentemente, no lo había hecho, si tenía novia. Probablemente pensó que sólo me había pedido salir a divertirnos. Para pasar el rato después de la práctica. Eso había sido para mí más de lo que fue para él. Grandioso. —¿Whitney? —Me había olvidado de Brenden, que todavía estaba esperando en el teléfono. —¡Oh! Lo siento. Sólo estaba… um… sorprendida... eso es todo. Mira, Brenden, yo, eh, tengo noticias propias. —¿Todo bien? —preguntó, su voz inmediatamente se llenó de preocupación. Eso, por supuesto, sólo me hizo sentir peor por lo que estaba a punto de hacer.

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The Dark Side —Sí, sí, estoy bien. Escucha, realmente sólo quiero darte las gracias una vez más por lo que hiciste con el Sr. Harrington el viernes. No tienes idea de lo mucho que significa para mí. Pero esta mañana, me ofrecieron la oportunidad de jugar fútbol americano en Clinton Central. Mi gran confesión fue recibida con silencio. —Oh. —Brenden se aclaró la garganta—. Está bien. Bueno, oye, felicitaciones. Te lo mereces. Y no te preocupes por mí, no me arrepiento de renunciar al equipo. Lo haría de nuevo.

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—No me gusta hacer esto, Brenden, pero no puedo decir que no. —Está bien. En serio. Entiendo. No quiero que digas que no. Mira, te veré en la escuela mañana, ¿de acuerdo? —Oh. No, no lo harás. —¿Qué? No me digas que vas a fingir gastroenteritis o algo así por lo de Scott. —No, no. Es sólo que tengo que transferirme si quiero jugar en Clinton. —Vaya… Bueno. Muy bien. Pero felicidades de nuevo. Como he dicho, no hay nadie que me gustaría más para esto. Nos vemos luego, Whitney. Me senté de nuevo en mi cama deshecha, todavía sujetaba el teléfono con fuerza en mi mano. Brenden no parecía demasiado molesto y no podía creer que todo había terminado por fin. Sentí la libertad creciendo en mi pecho, una sensación que no había experimentado en un rato. Lo había logrado. Era el momento de jugar. Esto era real. No había nada que me retuviera de iluminar el campo de Clinton Central. No me molesté en llamar a Scott para compartir mis noticias con él. Tenía una novia. Lo que hice o no hice no tuvo ningún impacto sobre él y dudaba que siquiera se hubiera preocupado en primer lugar. No iba a hacer que pareciera como si quisiera más de lo que él estaba dispuesto a dar.

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Capítulo VII Traducido por Aciditax

¿

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Corregido por Julieta_arg Nerviosa? —preguntó mi madre, mientras conducía hacia Clinton Central el lunes en la mañana. No aparté la mirada de los edificios que pasaban fuera de la ventana.

—No sé —respondí—. Supongo que no. Sólo quiero jugar, ¿sabes? — vacilé—. Especialmente contra Ash Valley. Ella sonrió. —Eso va a ser un gran partido. No me sorprendería si Greg viene desde Texas sólo para ver que vayas en contra Jason Victorino. ¿Estás segura de que vas a estar bien ahora? Rodé los ojos. —Voy a estar bien. Sí, estoy segura. Mi madre asintió con la cabeza y llevó el auto al borde de la acera en frente de la escuela secundaria. Sonreí, le di las gracias por el viaje, y salté sin mirar atrás. Secundaria Clinton Central. Me quedé mirando la escena delante de mí. En el césped, los chicos vestidos con pantalones cortos color caqui y las camisas de polo lanzaron un disco volador de ida y vuelta, mientras las chicas se sentaron debajo de los árboles, observando, hablando y riendo. Nunca

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The Dark Side había visto nada como esto antes. Nadie en Ash Valley esperaba que la primera campanada sonara afuera. Y en cuanto al disco volador, no creo que nadie en mi vieja escuela se le ocurriría traer uno a la escuela. ¿Qué hacía yo aquí? Era como un primer día de clases de nuevo. Hoy, sin embargo, era un verdadero primer día en un lugar nuevo con gente, pasillos, y cultura nuevos. Era agradable, sin embargo, estaba entrando a este lugar con tal... poder. Estatus. No sabía exactamente la palabra adecuada, pero dudaba de que alguien que caminara delante de mí notase a la chica de aspecto corriente, de metro setenta, cabello castaño y ojos verdes estaría liderizando su precioso equipo de fútbol comenzando esta tarde.

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En el momento en que hice mi camino en el interior, sentí como si todos los discos voladores de juego de los estudiantes hubieran inundado las salas al mismo tiempo, y yo estaba perdida en el más allá. Tenía la idea abrumadora de que Clinton Central era muy diferente, tal vez casi demasiado diferente. Después de unos minutos de vagar sin rumbo, tratando de leer los números en las puertas, me encontré con la secretaría escolar. —Disculpe —dije—. Mi nombre es Whitney Berringer. Soy nueva. La mujer detrás del escritorio de caoba sonrió cálidamente y asintió con la cabeza. Se inclinó sobre su escritorio, casi tocando la taza de café sobre espuma de poliestireno en el proceso, mientras tomaba una carpeta verde. —Sí —dijo—. Este es el paquete de los nuevos estudiantes. Contiene la programación y toda la información que necesitarás. Buena suerte. Fruncí el ceño mientras extendía la mano y tomaba la carpeta. ¿Buena suerte? ¿Eso era todo? ¿No hay direcciones? ¿No hay ayuda? ¿Sólo una carpeta y la suerte de esta mujer? Abrí el archivo y vi que primero tenía clase de química en el Salón 507. No tenía sentido.

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The Dark Side La campana de señalización, de lo que supuse era el fin del homeroom19, sonó y los pasillos estuvieron llenos, una vez más. No tenía ni idea de cómo iba a encontrar nada por mi cuenta cuando ni siquiera podía leer los números de los salones en las puertas. Suspiré y me di cuenta de que no tendría más remedio que esperar hasta que todos se hubieran ido a sus clases antes de que pudiera empezar a tratar de descifrar este laberinto de pasillos que no conocía. Aunque me tomó casi quince minutos y más de buena parte de giros equivocados, finalmente encontré el Salón 507... En su mayoría por accidente y pura suerte.

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—Pensé que podrías tener dificultades para encontrarnos, Whitney. Debería haber enviado a alguien a la oficina para ayudarle. Levanté la vista, sorprendida. El entrenador Alvarez se paró frente a la pizarra, con la tiza blanca en la mano, mientras me sonreía. ¿Qué estaba haciendo en mi clase de Química? ¿Darme la bienvenida? —Lo siento. Yo estaba... ah... hablando con la secretaria. De lo contrario, estoy segura de que hubiera estado aquí a tiempo. Tal vez. Sonrió antes de hacer un gesto hacia el resto de la clase. —No estés tan sorprendida de verme aquí. Tengo un título de Química de la Estatal de Arizona. Pero eso no viene al caso. No tienes compañeros de equipo en esta clase, sino tendrías que sentarte con ellos. En cambio, estoy seguro de que Jeremy Norway estaría más que complacido. El entrenador Alvarez asintió con la cabeza en la dirección de un chico vestido con pantalones cortos negros con calcetines a rayas de color rosa y púrpura hasta la rodilla corriendo por su pierna. Su camisa era negra y mostraba el nombre de una banda de la que nunca había oído hablar garabateado en la parte delantera con la escritura de color rojo sangre. Sus orejas estaban llenas de pendientes y aros, y pude ver el

19 Homeroom. El comienzo de la jornada escolar en la escuela secundaria.

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The Dark Side rastro de un tatuaje que se asomaba por debajo de la manga de su camisa. —Whitney se une a nosotros por una razón muy especial —comenzó el entrenador Alvarez desde el frente del salón de clases una vez que había tomado mi asiento. Mis ojos se abrieron. ¡Oh, no, no, no, no! No iba realmente a decir a la clase que estaba aquí como el nuevo quarterback titular, ¿verdad? Quería un día o dos para acostumbrarme a mi nuevo entorno antes de que tuviera la presión de mis responsabilidades en el campo tiradas en mi cara—. No debería ser una gran sorpresa que Trent Cunningham no es la respuesta como quarterback después de que Roger Avon se graduó. Whitney era una estudiante de Ash Valley que probó para el equipo de fútbol americano allí, pero fue eliminada simplemente a causa de su género. Este fin de semana, la invitamos a nuestro equipo para la práctica y nos sorprendió a todos con su talento natural y su habilidad bien desarrollada. Ella remplazará a Trent Cunningham como nuestro quarterback titular con efecto inmediato.

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Silencio. Un silencio mortal. No estaba segura de qué esperar cuando los estudiantes de Clinton Central comenzaran a averiguar sobre mí, pero esto no fue exactamente lo que tenía en mente. Lentamente, Jeremy Norway dio la vuelta y me miró. —¿Tú? —dijo al fin. Volvió a mirar al entrenador Alvarez—. ¿Ella? ¿No crees que sea un poco extremo? Estoy seguro de que Trent Cunningham es mejor que ella. Y, además, si realmente es tan buena como dices que es, ¿por qué iba a eliminarla Ash Valley? —Como ya he dicho, Jeremy, el Sr. Harrington basó su decisión únicamente en el hecho de que ella es una chica. Sintió que al permitirle a una mujer jugar para él arruinaría su reputación con los entrenadores y organizaciones deportivas de quienes se ha ganado el respeto durante toda su carrera. Él simplemente tuvo miedo de correr el riesgo que probablemente le habría traído recompensas. —Pero... ¿ella? Quiero decir, señor Alvarez, ¡sólo mírala! ¡Apenas tiene el físico de un quarterback y se viste como cualquier otra chica en este lugar! Ella es de alto mantenimiento y con miedo de romperse una uña

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The Dark Side —divagaba Jeremy—. Clinton Central no es un equipo de tres y catorce. Necesitamos talento en la shotgun. Miré a Jeremy, sintiendo que mi sangre comenzaba a revolverse. Allí estaba ese chico que ni siquiera me conocía, y juzgaba mi talento sobre la base de... ¿qué? ¿Por el hecho de haber usado unos vaqueros y una camisa linda ese día? —Disculpa —interrumpí—. Pero no creo…

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—Esto no te concierne —replicó Jeremy, sin molestarse en mirarme. —De hecho, estoy bastante segura que sí —le contesté, y mi voz chorreaba hielo—. Nunca me has visto jugar antes. No tienes idea de si tengo o no talento. ¡No me digas que soy de alto mantenimiento, ya que no tienes ni idea de si eso es cierto o no! Y si lo fuera, ¿por qué habría audicionado en Ash Valley? ¿Por qué incluso estaría aquí? ¿Por qué he jugado fútbol desde hace once años de mi vida? —No sé. —Jeremy se encogió de hombros, no se molestó por mi argumento—. Probablemente querías salir con uno de los deportistas en tu vieja escuela. Tal vez estabas enamorada de uno de los chicos o algo así y la mejor manera de llevarlo a cabo era audicionar. Realmente no me importa porqué lo hiciste. Me importa que estés a punto de arruinar a nuestro equipo. —Eso no explica porqué está aquí, entonces, Jeremy —dijo el chico rubio a su izquierda—. Quiero decir, vamos, si sólo lo hizo a causa de algún enamoramiento de un chico, entonces no sería buena. Y si no fuera buena, ella no estaría aquí. Jeremy se encogió de hombros otra vez, pero esta vez en derrota, a pesar de que no estaba dispuesto a admitirlo. —Estás fuera de lugar, Jeremy. No le hubiera pedido a Whitney venir aquí si no creyera que sería una ventaja no sólo para el equipo de fútbol americano, sino para la escuela también —dijo el entrenador Alvarez.

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The Dark Side Jeremy rodó los ojos y se recostó en su silla mientras el entrenador se dirigía a la pizarra para comenzar la clase de la mañana, cifras significativas20, y suspiré. Sí. Ya estaba fuera de un comienzo fantástico. Tal vez Clinton Central no era el sueño perfecto que me había imaginado.

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Temía el almuerzo del lunes. Mi presentación no había pasado ni cerca a lo bien que esperaba y ahora estaba atascada. No quería sentarme sola (¿cómo se vería?). Y estaba considerando seriamente la posibilidad de llevar mi bandeja a un lugar apartado al aire libre cuando, en medio de la cafetería, vi a Trenton Lane con un par de chicos vestidos con las camisetas de las Panteras y un par de chicas rubias. No sabía si sentarme con Trenton era apropiado o grato, pero era la única persona que había conocido en esta escuela que no parecía querer que me fuera. Él tenía que aceptarme sólo por la hora de almuerzo. No diría que no. ¿O sí? Simplemente era algo por lo que tendría que correr el riesgo. Hice mi camino hacia su mesa, satisfecha de ver una silla vacía. Él pasó a mirar hacia arriba, mientras deseaba que hiciera contacto visual conmigo para así no tener que asustarlo. Su rostro estalló en una sonrisa de reconocimiento y casi colapsé de alivio. —¡Hola! ¡Whitney! ¡Me alegro de verte de nuevo! Siéntate con nosotros —gritó, señalando hacia el solitario asiento desocupado. —Gracias. —Eché un vistazo alrededor de la mesa y le di una pequeña sonrisa—. Um, hola. Soy Whitney.

20 Cifras Significativas. Representan el uso de una escala de incertidumbre en determinadas aproximaciones.

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The Dark Side —Sabemos quién eres —dijo uno de los chicos con una sonrisa—. ¿Cómo va todo? ¡Qué genial verte aquí! —No sé quién es —dijo una de las chicas—. Espera un minuto. Craig, ¿cómo la conoces? Craig no vaciló por un segundo. —Whitney está en el equipo. La conocí en la práctica del domingo. Todos los hicimos.

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—¿Qué quieres decir, que está en el equipo? ¿Qué equipo? —Ella es nuestro nuevo quarterback —dijo Trenton feliz, excavando en su bolsa de patatas fritas—. Todos sabemos que Trent simplemente es terrible. El entrenador cree que Whit solucionará el problema. Traté de no reírme de la expresión de horror de la chica. —Bueno, creo que suena estúpido. Quiero decir, seamos realistas, es una chica. ¿Cómo podía hacer algo para ayudar? Craig, deberías tomar el control como quarterback y Whitney puede volver por dónde quiera que haya venido. No la necesitamos aquí. —¿Sabes? ¿Podrías por lo menos fingir al verla sentada aquí mismo? — dijo Craig—. ¿Por qué tienes que ser tan grosera acerca de cosas que ni siquiera entiendes? No tienes idea de si es buena o no. No entiendes nada de fútbol americano. —Eso es seguro —dijo la otra chica con un resoplido—. Vamos, Ella, estás tan desorientada que animaste cuando Stepholm anotó el touchdown ganador. Ella simplemente rodó sus ojos azules. —Por favor. Tengo cosas mejores que hacer que preocuparme acerca de los pros y los contras del fútbol americano. Así que Whitney —Ella cambió su mirada hacia mí y de inmediato me disgustó estar bajo su mirada crítica—, si eres tan buena, ¿por qué estás jugando aquí y no en tu propia escuela? Suspiré. —Simplemente no funcionó.

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The Dark Side —¿Por qué no eres buena? Lo entiendo —dijo Ella—. No te necesitamos aquí. Me voy. —Empujó la silla de la mesa y se marchó sin mirar atrás. —Ya era hora. —Oí murmurar a Trenton en voz baja. Una vez que Ella se había ido, Craig dejó escapar un suspiro enorme. —A veces, no puedo entender porqué te quedas con ella, amigo — comentó Trenton. —Sí, yo tampoco —respondió con un movimiento de cabeza—. Whitney, sé que no has conocido a Josh o Amanda todavía.

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Sonreí, pero Amanda me frunció el ceño, no lucía más amistosa que Ella. —Estoy de acuerdo con Ella —declaró con frialdad—. Deberías volver a Ash Valley. Clinton Central no te dará la bienvenida. Me aseguraré de ello. —Con eso, salió corriendo de la mesa. —Uh. Lo siento avergonzado.

mucho

—ofreció

Trenton,

luciendo

un

poco

—Está bien —le dije—. Pero probablemente debería irme. Necesito encontrar mi siguiente clase antes de la campana. —Nos vemos en el campo después —dijo Trenton—. Y, bueno, si llegas a tropezarte con Ella, Amanda o cualquiera de sus amigos, no te preocupes por eso. Así es cómo son. —Um, está bien —contesté, los nervios se sentían en mi estómago. Tenía la esperanza de que mi pequeño y encantador encuentro con Ella y Amanda fuera sólo un incidente aislado, pero de la forma en que Trenton hablaba, sonaba como que ellas, y otros, ya me querían fuera. Genial. ¿No eran los primeros días de escuela siempre divertidos?

Para el momento en que finalmente el reloj marcó las 3:00, ya había conocido a varias chicas que pensaban las mismas cosas sobre mí que

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The Dark Side Ella y Amanda. Y tuve la lamentable suerte de encontrarme con la novia de Trent Cunningham antes del sexto período, y, bueno, digamos que nunca antes había conocido a nadie tan leal a su novio. Había estado esperando para practicar desde que Jeremy Norway despotricó en clase de química. Los muchachos del equipo fueron los únicos que no me habían dado problemas. Estaba bastante segura de que eran los únicos que estaban contentos que estaba allí para empezar.

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Gemí cuando entré en el vestidor. Ella, Amanda, y unas cuantas chicas que reconocí se estaban cambiando en sus pantalones cortos y zapatos de deporte para la práctica de tenis. Había odiado cuando Elisabeth Turner me había ridiculizado, pero aquello no parecía nada comparado con lo que sabía que me esperaba ahora. —Oh, mira. Nuestro nuevo quarterback por fin está aquí. ¿Cómo fue tu primer día, Whitney? Miré a Ella. No podía oír nada malicioso en su voz, pero sabía que estaba allí. —Estuvo bien. —¿Por qué siquiera lo preguntas, Ella? —dijo Amanda desde la esquina. Ya estaba cambiada y se quedó allí, mirándome, con los brazos cruzados sobre el pecho—. Es obvio que el tiempo de Whitney aquí no va a durar. El quarterback tiene que ser popular, y eso es algo que no vamos a dejar que tenga. —Es curioso, pensaba que el quarterback tenía que ser bueno —le respondí—. ¿Sabes? Alguien que pueda ganar. —No eres buena. Destruirás el equipo. —Sabes, eso no es lo que he oído de Craig —dijo una morena, cerca de la puerta—. Dijo que Whitney es realmente genial. Todos los chicos en el equipo piensan eso. De hecho, apuesto que la mayoría de ellos prefieren pasar el tiempo con ella que con cualquiera de ustedes. Ella entrecerró los ojos. —Los chicos del equipo piensan lo que nosotras les decimos que piensen. Si se me llega a escapar con Craig que Whitney estaba

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The Dark Side hablando mal de ellos, bueno, eres una chica inteligente. ¿Qué crees que pasará? La chica negó con la cabeza. —No puedo creer que ustedes harían algo así, sólo porque son tan inseguras. Pero, bueno, probablemente tengas razón. Sus novios, probablemente saldrían con Whitney. Es linda y le encanta el fútbol americano. Y es probablemente realmente agradable. Eso por sí sólo es más de lo que tú tienes para ofrecer.

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—¿Crees que soy insegura? —se burló Ella—. ¿Crees que me preocupa que vaya a perder a Craig? A Craig no le gusta Whitney. Le dije que no hablara con ella nunca más. Él va a escucharme. Siempre lo hace. La chica abrió la boca para responder, pero la interrumpí, incapaz de aguantar más. —Sabes que estoy parada aquí, ¿verdad, Ella? Y déjenme decirles a todas algo. Me encanta el fútbol americano. Siempre lo he practicado y siempre lo haré. Mi padre me introdujo en el juego y murió en el campo. No he venido aquí a robar sus novios. He venido aquí porque este es el único lugar que me permite hacer lo que quiero hacer. Necesito jugar. Pueden decir que estoy tras sus chicos o que no tengo talento y que llevaré este equipo al suelo, pero sólo se estarían engañando a sí mismas. Sacudí la cabeza, orgullosa de que finalmente me hubiera puesto de pie por mí misma, y salí del vestidor usando mi vieja camiseta amarillo mostaza de la Clínica de Fútbol Americano Ron Alitz.

—La gente no me gusta, Dirk —me quejé por teléfono más tarde esa noche—. Realmente, realmente no me quieren allí. —Me parece difícil de creer. ¿Alguien siquiera te ha visto jugar? —No. Sin embargo, en una de mis clases, este chico comenzó a gritar delante de todos acerca de cómo era sólo esta chica que se ha

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The Dark Side enamorado de algún jugador de Ash Valley y que era la única razón por la que estaba haciendo esto. Dirk se echó a reír. —Sí, conseguirás a personas así. No le hagas caso. Vamos, Whitney, sabes porque estás haciendo esto y todos los que significan algo para ti saben porque estás haciendo esto. ¿No es eso suficiente?

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—Dirk. —Eso es lo que siempre dicen en las películas —dijo él tímidamente—. Pero, en serio. Sólo sal a patear traseros en tu juego. Todo va a estar bien. —Lo intentaré, pero no estoy lista. —Sí, practicaste con el equipo una vez. Estoy seguro de que la gente entenderá si tienes un juego menos que estelar. Sacudí la cabeza con fuerza a pesar de que no podía verme. —Este es el juego más importante que jamás jugaré. Este juego va a determinar si las personas me respaldan o no como su quarterback. ¿No lo entiendes? —No. No sé nada de deportes. Mira, voy a hablar con Sophie y estoy seguro de que vamos a estar ahí. —Gracias —dije, mordiéndome el labio—. Sólo espero que vaya bien. —Así será —dijo—. Confía en mí. Ocurre en todas las películas. —El cine no es la vida real, Dirk. —Toma una lección de la gran pantalla. Todo funciona al final, ¿de acuerdo? Te lo prometo. Siempre pasa. No sé qué va a suceder y podría no ser lo que esperas, pero todo estará bien. —Espero que sí. —Sólo tienes que salir mañana y jugar como si ya tuvieras el apoyo de todos. Si lo haces, lo conseguirás. Eso es todo lo que puedo decir. Asentí con la cabeza, lentamente comenzando a creerle.

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The Dark Side —Gracias. Bueno, creo que me voy a dormir un poco. Buenas noches, Dirk. —¡No te preocupes! ¡Adiós! —Él colgó antes que yo. Echando a un lado mi teléfono, suspiré. Si convencerme de que tal vez Dirk tuviera razón.

tan sólo pudiera

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Capítulo VIII Traducido por Jhos Corregido por Rodoni

E

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l día dos en Clinton Central no comenzó mucho mejor que el primero. Pasé buena parte de la noche tratando de dormir, preocupándome sobre Jeremy Norway, Ella, Amanda, y Jason Victorino. Jason.

No podía creer que siguiera pensando en él y lo que ocurrió el viernes pasado al final de la práctica. Se sentía como hace mucho, pero realmente fue hace pocos días. No quería admitir que lo que me había hecho, haciéndome creer, aunque fuera por unos pocos segundos, que le gustaba, era una de las cosas más crueles que podría haber hecho. Por razones que no podría comenzar a describir, sólo quería que las cosas estuvieran bien entre Jason y yo. Ahora que tenía el fútbol americano de nuevo, quería que las otras piezas del rompecabezas de mi vida anterior cayeran de nuevo en su lugar. No podría tener a papá de nuevo, pero Jason podría seguir allí, siendo una pieza perdida, un vacío que nunca podría lograr llenar, un agujero que no creía que nadie más que él alguna vez pudiera rellenar. Pero era el día del partido y no podía pensar en Jason en estos momentos. Me quedé sola en los vestidores antes de mi primer partido real. Ella, Amanda, y sus amigas no estaban por ningún lado y me sentí aliviada aunque me prometí a mí misma no dejar que me molestaran, no ahora, ni antes de este partido. No les permitiría conseguir lo que querían.

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The Dark Side Halé mi largo y ondulado cabello castaño en una cola de caballo que se ajustara cómodamente bajo mi casco y examiné mi reflejo uniformado en el espejo de cuerpo entero. Sonreí y me senté al final de un banco, rogando que las lágrimas que podía sentir brotar no se derramaran. Deseé más que cualquier cosa que mi padre pudiera estar aquí para verme en mi uniforme por primera vez. Era mi primer partido y él no podía estar aquí. Pero sé cómo de orgulloso estaría de mí, lo orgulloso que estaba, y, por primera vez, finalmente sentí como eso era suficiente para mí.

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Volví a pensar en lo que Dirk dijo antes de que finalmente lo intentara para Ash Valley. Si no lo haces por ti, hazlo por tu padre. Sonreí y supe exactamente quién me había hecho pasar por todo esto. —Eres una jugadora de fútbol americano si alguna vez he visto uno — murmuré a mi reflejo antes de coger mi bolsa de gimnasio y salir al campo. Muchos estudiantes regresaron a la escuela para quedarse debido a la noche del partido. Vagaban por los pasillos del edificio atlético hasta el saque inicial a las 6 p.m., pero ninguno de ellos me reconoció mientras hice mi camino al campo. Me lo quité de encima, sabiendo que el respeto debe ser ganado, después del partido de hoy, espero poder nadar en el. —Está bien, equipo —dijo el entrenador Alvarez cuando nos amontonamos alrededor de él—. Sutter debería estar aquí en cinco. Denme diez vueltas y comiencen sus estiramientos. Cuando eché a correr, Craig y Trenton se detuvieron junto a mí. —¿Nerviosa? —preguntó Craig. Me encogí de hombros. —Sip, pero no voy a dejar que eso se interponga en la manera de jugar bien. —Nosotros sabemos que eres buena —dijo Trenton—. Y nadie puede negarte tu talento, lo sabes. Sólo tienes que mostrar a todos lo que nosotros sabemos.

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The Dark Side —Pero, oye, incluso si tienes un mal partido, nosotros seguiremos amándote —añadió Craig—. Quiero decir, has practicado con nosotros una vez. No podemos esperar perfección después de eso. —Yo no quiero ser perfecta —contesté—. Sólo quiero ganar. —Como todos nosotros —contestó Trenton desacelerando su carrera a un paseo—. Allí están.

con

una

sonrisa,

Paré de correr y miré hacia arriba para ver mis primeros oponentes caminando hacia el campo. Contuve mi aliento y traté de calmar las mariposas rabiosas en mi estómago.

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Ahora eso parecía real. Rápidamente cambié mi atención del equipo que iba llegando a las gradas, escaneando las gradas por los familiares rostros de Sophie y Dirk. No los vi a ellos, pero vi a Matt Victorino sentado junto a mi mamá y… ¿Scott Marino? Miré otra vez, segura de sólo estaba viendo cosas, pero era él. Tragué saliva. Matt me pilló mirando y saludó con la mano. Scott miró directamente hacia mí con esa mirada intensa que me sorprendió que no quemara un agujero a través de mí. No devolví el saludo. —Craig —le dije, volviendo a la tarea en mano—, ¿esos chicos saben que soy una chica? Quiero decir, ¿el entrenador tuvo que decírselos antes del partido o algo? Él se encogió de hombros. —Ya sabes, no tengo ni idea. Jugar con una chica es algo nuevo para mí. Podrías preguntarle al entrenador. Pero sé que se los dijo. Ellos estarán nerviosos por golpearte realmente fuerte y probablemente piensan que no puedes hacer los lanzamientos. No veo cómo eso pueda dañarte. Era curioso, recordé a Scott diciendo algo como eso mientras esperamos por la lista para subirla al tablón de anuncios del entrenador Harrington la semana pasada. —¡Basta de charla! Este es un partido de fútbol americano, no una sesión de apoyo —ladró el entrenador Alvarez y yo me estremecí. No estaba acostumbrada a escuchar hablar al normalmente tranquilo

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The Dark Side entrenador con tanta dureza—. Es tiempo del partido. Quiero verte por aquí, Berringer. ¿Berringer? ¿Desde cuando él me llama así? —¿Qué pasa, entrenador? —dije tratando de mantener mi tono ligero y aireado. —Necesito estar seguro de que quieres jugar en este partido. Porque si no estas lista. Voy a poner a calentar a Trent Cunningham.

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—No —contesté firmemente sorprendiéndome a mí misma—. No lo ponga a calentar a menos que eso sea realmente lo que usted quiera hacer. Él resopló. —El día que quiera poner en marcha a Cunningham… de todos modos. ¿Te sientes preparada? —Tan preparada como puedo estar —dije—. Necesito hacer esto. Tenga un poco de fe. —Cinco minutos hasta el saque inicial ahora. Vamos a poner este fuera temprano, ¿de acuerdo? Asentí. —Estoy en ello, entrenador. —Ve a compartir 21 con el resto de tus compañeros de equipo. —Él asintió hacia el equipo que ahora estaba reunido en un desordenado y desproporcionado círculo. Sonreí. ¿Cuánto tiempo había esperado para unirme a uno de estos corrillos, ser parte de un verdadero equipo de fútbol? —¡Whitney! ¡Date prisa! Craig agarró mi brazo y me empujó dentro del grupo.

21 Pumped-up. Es el momento cuando los jugadores se ponen a cantar y bailar canciones para animarse y relajarse ante la presión del juego.

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The Dark Side —¡Vamos a hacer esto! Sonreí y mi corazón comenzó a golpetear. Nunca me sentí parte de nada como esto antes. Nunca jugué en un equipo antes. Demonios, nunca había jugado alguna vez realmente. Fue más allá de increíble aparte de eso deseé que durara por siempre. En la línea de banda, las porristas gritaban ruidosamente junto a nosotros. Comencé a gritar con todos los demás.

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Esto, me hizo dar cuenta, este sentido de equipo y unidad y orgullo, era lo que estaba pasando. El árbitro sopló su silbato y dos capitanes de Clinton Central se reunieron en la línea de la yarda 50 con los tres capitanes de Sutter. No pude dejar de notar cómo de lindo era uno de los oponentes, y, como yo permanecía en la banda, con el casco escondido cómodamente bajo mi brazo izquierdo, lo noté a él mirándome desde su posición a mediocampo. Sonreí, no me había dado cuenta de la ventaja añadida en un deporte completamente dominado por hombres. Tal vez podría tener una cita o dos fuera de eso, una cita con el chico que en realidad me gustaba para variar. Pero… no. Eso no haría que lo que dijo Jeremy Norway sobre mí en la clase de química fuera cierto, ¿verdad? No, definitivamente no. No había tenido ningún pensamiento acerca de este lado del juego hasta ahora. No, Jeremy definitivamente no estaba en lo cierto. Mis intenciones habían sido buenas desde el comienzo. Simplemente no puedo ayudarme si me siento atraída por mis oponentes. De repente esperaba que CCHS perdiera el sorteo y Sutter fuera electo para recibir el balón de primero. Quería ver su ofensiva en acción antes de que tuviera que tomar el campo yo misma. Contuve mi respiración, pero la suerte no estaba conmigo. —¡Clinton Central se eligió para recibir! —gritó el anunciador por el altavoz. Pateé en el césped con la punta de mi taco. Eso fue todo.

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The Dark Side Esto fue todo. —¡Whitney! ―Craig agarró mis hombros desde atrás y salté arriba y abajo—. ¡Estoy más nervioso ahora de lo que estuve cuando mi abuela me dijo que me había conseguido una audición con un equipo de bailarines sobre hielo! Hice una pausa, me volteé para mirarlo, y levanté una ceja. —¿Qué? —dice, al ver mi expresión—. Tienes que saber que fui todo un campeón en esos días.

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Negué con la cabeza y reí, agradeciendo que Craig no escuchara las demandas de Ella de que me dejara de hablar. Él sabía exactamente qué hacer para hacerme sentir mejor. —¡Whit! ¡Buena suerte! —Trenton corrió por encima—. Los equipos especiales están pasando ahora para devolver el saque. Esperemos que puedan conseguirte una gran posición en el campo para comenzar. —Sí, como sobre la zona de anotación de Sutter —murmuré para mis adentros. No tenía la intención de que ellos me escucharan, pero ambos Trenton y Craig me miraron ahora, sus ojos llenos de preguntas y preocupación. —Whitney —dijo Craig—. ¿Estás bien? —De repente no te ves bien. —No sé si puedo hacer esto. —La incertidumbre había aumentando sobre mi todo el día, lentamente arrastrándose dentro de mis pensamientos, y ahora se vertieron fuera, abrumándome, bañándome en oleadas. Luchando con la urgencia de sentarme en el campo, mis rodillas colapsan—. No me siento lista. Yo sólo… no creo… no puedo. Necesito hablar con mi papá. Luché por mantener las lágrimas. Este no era el momento ni el lugar para ponerme emocional. Lo sabía mejor que eso. —Podría traerte mi teléfono y puedes llamarlo después de la primera posesión. El entrenador lo entenderá.

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The Dark Side Sentí las lágrimas ardiendo en las esquinas de mis ojos, tratando de derramarse, lentamente perdiendo la batalla por mantenerlas a raya. —¿Estas… llorando? —jadeó Trenton. Él intercambió una mirada con Craig cuando un silbato sonó en el campo. —¡No! No, no estoy llorando. Estoy bien. Gracias, pero no puedo llamar a ni papá. Él murió hace tres años. Pero gracias por la oferta. —¡Berringer! ¡Vamos! —llamó el entrenador Alvarez desde más debajo de la línea de banda.

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Eché un vistazo a Trenton y Craig; ambos se veían afligidos y su piel había palidecido un par de tonos. Sin ninguna palabra, me apresuré al campo para unirme donde la ofensiva estaba agrupado esperando por mí. Mi grupo. En las gradas, podía escuchar débiles aclamaciones y aplausos y agradeciendo más que nunca por Matt y… me atreví a decirlo… Scott estuvieran allí apoyándome. Tomando una profunda, estable respiración, llamé la primera jugada dentro de mi cabeza. —Um, ¿Whitney? —/me habló el center 22 , cuyo nombre no podía recordar—. ¿Crees que esa es una buena jugada para ejecutar en este momento? Quiero decir, es muy estándar, ellos probablemente lo estén esperando. ¿Porque no tratamos algo diferente, como sorprendiendo a Sutter con el… oh, no lo sé… 606? —¿El 606? —Mi confianza flaqueó. Suspiré—. De acuerdo. El 606. Vamos. De nuevo, ¿cual era el 606? ¿Era cuando lanzo un pase pantalla al running back o tal vez le entrego el balón a él? ¿O tal vez es un desvío al receptor cerrado? ¿A quién estaba engañando?

22 Center (C). Encargado de poner el balón en juego con el snap.

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The Dark Side En el camino a la línea de scrimmage 23 , me tocó uno de nuestros receptores de hombros anchos. Se volvió y me sonrió. —Mejor aprendes tus jugadas, Whit. El 606 significa que finges un handoff24 y me haces un lanzamiento abierto a la izquierda alrededor de la línea de la yarda 40.

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—Gracias —murmuré. Tomé una respiración profunda. Esta jugada, este partido, significaba todo y ahora aquí estaba. Real. Estaría bien si metía la pata un poco más adelante en el partido, pero esta primera jugada, mi introducción a los fans de Clinton Central, tenía que ir sin ningún problema. Sam tenía que atrapar este balón. Yo tenía que mostrar a los Panteras que no era un error. Y antes de que supiera qué estaba sucediendo, el balón fue arrojado a mis manos que esperaban. Me quede ahí, el corazón palpitante, mirando abajo por sólo una fracción de segundo antes de reaccionar. Cabeza erguida, escaneé el campo por Sam, el receptor abierto. Lo vi, abriéndose alrededor de la yarda 38 de nuestro campo. Rápidamente, impulsé mi brazo atrás y liberé el balón sin pensar en ello. Hice una mueca tan pronto el balón salió de mis manos. Fue un tiro algo errado, un poco tambaleante, pero tal vez… con un pequeño esfuerzo… sí, él lo apretó. Mi primer pase como un Pantera, como un jugador, fue completo. Casi al instante, me sentí calmarme, sentí a la multitud relajarse, sentí una punzada de apoyo; si fue real o no, no importaba. Los ofensas me miraron y se encogieron de hombros, como si no estuvieran sorprendidos por lo que acaban de ver. Los defensas de Sutter me

23Línea de Scrimmage. Línea imaginaria que atraviesa transversalmente el terreno de juego a través de su parte más estrecha 24 Hand off. El acto de entregar el balón a un compañero de equipo durante un juego.

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The Dark Side miraron, completamente desconcertados, maravillados de cómo logré un pase completo en su contra. Está bien. Está bien. Podía hacer esto. —¡Lindo pase, Berringer! —dijo el entrenador Alvarez desde la banda, aplaudiendo las palmas de su mano contra el portapapeles. La próxima jugada se ejecutó como un reloj, me las arreglé para llevar al equipo a la yarda 15 de la línea de Sutter antes de que Trenton fallara en convertirla en un tercero y segundo.

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Sí. Seguí disparando, jugando como siempre supe que podría. Cuando me retiré a la línea de banda por lo que esperaba que la unidad de anotación pusiera el primer puntaje en el tablero, no pude evitar romper en una enorme sonrisa. Mis nervios se evaporaron y no podía esperar para ver al entrenador. Los fanáticos parecían haberse dado cuenta de que tal vez no era la peor cosa que podía haberle pasado a su amado programa de fútbol. Incluso vi a Jeremy Norway en las gradas después de un particularmente impresionante pase completo de 22 yardas. Su boca se abrió por la sorpresa y se quedó mirando el campo con asombro en sus ojos. —¡Berringer! ¡Sabía que iba a estar contento de haberte puesto en uniforme! Trenton y Craig prácticamente saltaron sobre mí antes de que tuviera la oportunidad de quitarme el casco. —¡Oh mi Dios! ¡Oh mi Dios! —chilló Craig—. ¡Whit Whit Whit! ¡Chica mía! Eso fue increíble. ¡Oh mi Dios! ¡Estaba tan nervioso por ti! Antes de que Craig pudiera decir cualquier otra cosa o yo pudiera responder, más jugadores de la ofensiva vinieron sobre mí y palmeándome la cabeza como si fuese una inundación de “buen trabajo” y “mantente así”. Era innecesario decirlo, me sentí asombrada acerca de lo que acababa de ocurrir. Miré hacia Sutter en la línea de banda y vi que hasta el último de los chicos, incluyendo al todo el equipo técnico,

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The Dark Side estaban mirándome con completo y absoluto respeto escrito en sus rostros. Sip. Mi primer partido iba a ser un éxito.

93 Para el medio tiempo, mi brillante perspectiva sobre el partido no era tan brillante. Había conseguido soltar el balón y tirar una intercepción fácilmente evitable. Sutter había anotado dos touchdowns fuera de mi único error. Ahora Clinton Central perdía, 17-6, y la culpa era de nadie más que de mí misma. En la banca de Sutter no me miraban con demasiada sorpresa y ningún aprecio. Aunque Craig y Trenton seguían hablándome, nadie más del equipo tenía algo que decir y ni siquiera el entrenador Alvarez me había ofrecido palabras de elogio o incluso algún estimulo. ¿En cuanto a ganarse los fanáticos? Olvida eso. Yo había volado esa oportunidad con mi segundo pase dirigido a Sam terminando en las manos de un chico vistiendo un uniforme de Sutter. Temía ir dentro de los vestuarios al medio tiempo. Yo sin duda era el único jugador que merecía toda la culpa. Y lo peor es que sabía que el entrenador estaría en lo cierto. Manteniendo mis ojos fijos en el sucio suelo, el piso embarrado, me senté sobre el banco en mi propio vestidor. La habitación se mantuvo en silencio mientras el disgusto de mis compañeros se filtraba a mí alrededor. Momentos después, un burbujeante entrenador Alvarez irrumpió dentro y tiró su portapapeles a mi casillero. —Sé que todos esperan que termine esta horrorosa y vergonzosa exhibición de cómo no se juega fútbol, Berringer —empezó a decir, no desperdiciando palabras o tiempo. Retrocedí aunque me prometí a mi misma que podía aceptar cualquier culpa que él me lanzara—. Pero no

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The Dark Side voy a hacer eso. No esta vez. ¿Y sabes por qué? Porque no creo que esto sea completamente tu culpa. Levanté la vista, sorprendida. Por supuesto que era mi culpa. Incluso estaba más que dispuesta a admitirlo. —Si hubieras tenido un poco de ayuda de alguien de la ofensa, tal vez nuestro juego no sería inexistente, entonces podríamos estar ganando justo ahora. El desempeño del quarterback seguramente no es el único factor que influye en el éxito de nuestro juego.

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George Simmons resopló y miró al entrenador Alvarez con dagas en sus ojos. —No te atrevas a darme esa mirada, Simmons. Sé que hemos hecho carreras y entregado el balón. Los running backs no están ganando las yardas que deberían. Y, sí, ella ha tenido unas pérdidas del balón, pero, ¿eso realmente les sorprende? Yo sé a qué mí no. Es una novata, en su primer partido, después de un día de práctica. Aprenderá. Todos ustedes tienen al menos un año de experiencia en este deporte. Ustedes tienen experiencia y no deberían estar jugando al nivel en que lo están haciendo. ¿Qué es lo que tienes que decir, Simmons? George miró al entrenador Alvarez como si estuviera decidido a maquillar el fallo que le habían recriminado. —Sólo creo que si utilizáramos nuestros pases de una manera diferente seríamos capaces de poner… —¿Quieres hacer los pases? —ladró el entrenador Alvarez—. ¿Estás diciéndome que tú no quieres el balón, Simmons? Tú eres un full back25, no un receptor. Para el resto del partido, considérate en la banca. George volvió a sentarse aturdido y derrotado. —Defensa, escuchen. Necesitan parar y hacer una gran jugada. Es este momento, el quarterback de Sutter tiene todo el tiempo que quiera en el pocket. Pero no necesita ningún momento porque sus receptores

25 Full Back (FB). Jugador de defensa, cuyo trabajo es atravesar con gran potencia la línea defensiva en carreras de corto yardaje o bloquear los posibles ataques que reciba el quarterback u otro running back que tenga posesión del balón.

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The Dark Side están siempre abiertos. Ustedes chicos están haciendo que me avergüence de llamarme a mí mismo su entrenador. Levántense o váyanse. Ustedes vieron lo que pasó con Simmons. Puede, y será, lo que les suceda a ustedes. Vamos juntos Algunos de los chicos dispararon desagradables miradas en mi dirección, obviamente no todos estaban contentos con que yo salía bien y ellos estuvieran llevándose la culpa de mis errores. No estaba feliz sobre eso tampoco. Mientras que no ser machacada por el entrenador Alvarez enfrente de todos había sido una sorpresa agradable, me habían enseñado a aceptar lo que merecía, y ahora mismo, merecía más culpa de la que estaba recibiendo.

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—Tenemos treinta minutos, que es la mitad de una hora, para da la vuelta al partido. Estamos en un agujero de once puntos, pero podemos salir de el con dos touchdowns. La línea ofensiva debe darle más tiempo a Berringer en el pocket y la defensa debe aplicar un poco de presión al quarterback de Sutter. Si podemos hacer eso, creo que podemos ganar este partido. Con un poco más de palabras inspiradoras pero duras, el entrenador Alvarez llamó al equipo para un corrillo. Esta vez, nadie se aseguró de que estuviera dentro, ni siquiera Craig o Trenton. No había visto a ninguno de ellos desde el segundo cuarto. El equipo hizo su camino de regreso al campo, pero el entusiasmo del comienzo del partido hacía tiempo había desaparecido. Antes que el partido comenzara, esperaba recibir una cálida bienvenida después del medio tiempo por parte de los fanáticos, pero sabía que esa oportunidad había salido por la ventana. Tenía que hacer al menos cinco pases de touchdowns y probablemente transformarme en Tom Brady ante sus ojos para ganar cualquier tipo de respeto ahora. —Por lo menos Sutter recibe el balón primero —murmuré para mis adentros. No estaba lista para regresar al campo después de que mis últimas salidas habían terminado tan terribles. Suspiré, sintiéndome sola desde la primera vez que decidí retomar el fútbol.

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The Dark Side —¿Disculpa? —preguntó una voz vacilante detrás de mí. Me di la vuelta, dispuesta a abrazar a quien fuese que había tomado la molestia de hablar conmigo mientras estaba sola en la línea de banda por más del tercer cuarto. Nadie me miró siquiera una vez.

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—Oh, hola —dije sin aliento, agradecida de que alguien, cualquiera, estuviera allí. Luego fruncí el ceño. Un jugador, muy, muy lindo de Sutter se paró frente a mí. Entonces me di cuenta de que era uno de los capitanes, el que me había estado mirando durante la sorteo de apertura. Sonreí, pero mirando alrededor nerviosamente—. Hum, no creo que debas estar aquí. Él sonrió. —Créeme, nadie lo notará. —Oh, ya lo has hecho esto antes —bromeé—. ¿Venir a hablar con el quarterback del otro equipo en su línea de banda? —Nah, no puedo decir que lo haya hecho. Ninguno de los quarterbacks de los otros equipos eran tan lindos. Mi aliento se quedó en mi garganta y tragué saliva. —Oh. —Logré decir, apreciando todo desde su pelo negro rizado a sus brillantes ojos marrones a sus bronceados y musculosos brazos. Incluso con el cabello sudoroso, y manchado de carbón bajo sus ojos, estaba precioso, tendría que ser una tonta para no darme cuenta de ello—. Ya veo. —Entonces, escucha, obviamente nunca he hecho algo como esto antes y probablemente esté mal visto, pero no pude evitarlo. ¿Quieres comer algo después del partido? Sé que siempre me estoy muriendo de hambre después de jugar. Estaba casi susurrando, como si tuviera miedo de que alguien escuchara y diera el aviso sobre el. Sonreí, los ojos muy abiertos.

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The Dark Side —¿Cómo podría decir que no a eso? —pregunté, finalmente encontrando mi voz—. Excepto que realmente no creo que después del juego sea una buena idea. Yo probablemente no vaya a estar de un gran ánimo. Él asintió con la cabeza y miró hacia el campo. —Vamos, Pete, va hacia el primer intento —murmuró—. No quiero regresar a la defensa todavía. Pero, sí, eso está bien conmigo. ¿Estás preparada para salir en algún momento al menos?

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Se veía tan adorable, tan esperanzado, sólo estando ahí, mordiendo su labio inferior. —Creo que eso estaría bien. Suspiró, el alivio inundó sus ojos. —Genial, uh, ¿tienes un bolígrafo? Rodé mis ojos. —Sip, guardo un repuesto en mi hombrera para emergencias. Sonrió y se inclinó para recoger un tubo de dispersión de carbón tirado debajo de la mesa al lado de un montón de idénticas bolsas negras de gimnasio y equipamiento de fútbol. —Sabes, realmente deberías regresar a tu línea de banda. Alguien en las gradas podría verte. —Tranquila. Dame tu mano. —Destapó el tubo y lo usó para escribir en mi palma—. ¿Cuál es tu nombre? —Whitney. Antes de que pudiera preguntar el suyo, se había ido. Mirando abajo a mi mano, vi que había escrito su número y debajo de él estaba la palabra ‘Colt’. Un nombre con un rostro. Un precioso rostro. Me giré hacia el campo y sonreí. Odiaba admitirlo; me hacía sentir como si fuese un fraude, como si no estuviera haciendo esto porque amara el fútbol americano. Pero después de eso, supe que eso no

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The Dark Side importaba cómo de mal perdiéramos el partido, la reunión con Colt me compensó por eso.

Al final resultó que no sólo perdimos. Nos aniquilaron. De alguna manera, me las arreglé para aún empeorar el rendimiento de la segunda mitad de mi segundo cuarto, algo que ni siquiera había pensado posible. Un total de tres intercepciones y dos balones perdidos fueron cargados a mi nombre. La ofensiva no anotó ni una vez. Pero al menos la defensa logró evitar que Sutter anotara un touchdown.

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—Tengo que preguntarlo, Whitney —dijo finalmente mamá cuando nos sentamos a cenar después del partido—. ¿Te molestó siquiera haber perdido? Miré a mi mama, perfeccionando una mirada de sorpresa e inocencia. —¡Mamá! ¿Cómo puedes decir eso? Por supuesto que estoy más allá de molesta por eso. Siento como si dejé a la escuela entera abajo. ¡Y Matt y Dirk y Sophie y tú! Todo ustedes hicieron un punto al venir a verme y fui terrible. ¿Y qué voy a decirle a Greg cuando llame? Desearía poder hacer todo el partido de nuevo. Ya lo creo que sí. Entonces podría haberme asegurado de aplicar un poco de brillo labial y arreglarme mi coleta antes de la segunda mitad. Oh, y tal vez retomar algunas de mis intercepciones y de hecho no habríamos ganado pero no sería tan malo, tampoco. —Es sólo que pensé que estarías más molesta de lo que pareces ahora, eso es todo. Un horrible y devastador pensamiento cruzó por mi mente. Mi mamá no me había visto con Colt, ¿o sí? Eso podría arruinar cualquier oportunidad que tuviera con él, mamá estaba sobre la cosa del fútbol americano ahora, ella no me dejaba salir con nadie que pusiera en peligro mi carrera. —Estoy tratando de no pensar en eso, ya sabes, como trato de no pensar en ser expulsada de Ash Valley —contesté—. Es más fácil para mí.

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The Dark Side Mi mama me miró críticamente, pero cedió. —Bueno, estoy contenta de que no estés viviendo en ello. Y, Whitney, no estuvieron terribles. Fue tu primer partido. —Supongo que tienes razón. Ya había controlado la conversación cuando una oleada de repugnancia me bañó por primera vez desde que terminó el partido. ¿Por qué esto no estaba molestándome más? Sé que podría estar llorando, arruinando mi cerebro calculando como mejorar, verter sobre cada palabra, diagrama, X y O del libro de jugadas. Debería estar devastada.

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Y sé que lo hubiera hecho… si no hubiera conocido a Colt. Sólo no podía hacer que me importara. En serio, es increíble lo que un ridículamente hermoso chico y su número de teléfono pueden hacer por una chica. Y el hecho de que en realidad viniera a mi línea de banda en vez de buscarme en el campo después del partido fue casi demasiado para manejar. La única cosa que quería hacer era subir las escaleras y pensar en él, pensar exactamente en la conversación que tuvimos, y luego pensar en él un poco más. Sé que definitivamente estaría haciendo una llamada esta noche, pero sería a Sophie, no Colt. Sé que no podía decirle a nadie lo que pasó en la línea de banda. Craig y Trenton, si alguna vez se molestaban en hablarme de nuevo, probablemente estarían locos por la índole antideportiva de lo que él hizo. Scott Marino, bueno, no sé cómo podría reaccionar Scott, pero no planeaba descubrirlo. No estaba segura de donde estaba con él, pero en ese momento, ese se veía como el menor detalle de mi vida. Scott no tenía sentido para mí ahora. En lo que a mí concernía, él podía quedarse con su novia para siempre. —¿Mamá? Creo que voy a ir arriba ahora y sólo… pensar sobre ello por un tiempo —dije, después de terminar mis papas horneadas y judías verdes. Recogí mi plato y me levanté de la mesa. Mi madre asintió.

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The Dark Side —De acuerdo. Y, cariño, por favor no te exijas demasiado. Hiciste lo mejor y no podría estar más orgullosa de ti. Hice una mueca, no esperaba escucharlo justo ahora, pero intenté sonreírle tranquilizadoramente. Yo no había hecho todo lo posible. Lejos de ello. Dejé que Colt obtuviera lo mejor de mí. Y todavía no me importaba. Tal vez Scott tenía razón después de todo. Tal vez yo tenía futuro en la actuación.

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Después de todo, pensé que mi actuación de esta noche fue definitivamente digna de un Premio de la Academia.

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The Dark Side

Capítulo IX Traducido por rihano Corregido 911 por Onnanohino Gin

T

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an pronto como llegué a mi habitación, tomé mi celular y llamé a Sophie. Tenía que contarle a alguien lo de Colt y tenía que hacerlo rápido. Ella era la única persona con quien podía hablar.

—¡Whitney Leanne Berringer! —Sophie casi ensordeció mi oreja derecha con su chillido—. ¡Estoy tan contenta de que me llames! ¡Estaba a punto de llamarte! Tengo la noticia más importante del mundo. Todavía estás interesada en Scott Marino, ¿no? Dudé, sorprendida por el entusiasmo de Sophie. No sentía nada de nada por Scott en este momento, y no era de lo que yo quería hablar. —Yo, uh, no lo sé. Y, ¿podrías dejar de gritar, por favor? —Lo siento. Estoy tan emocionada por ti. Pero, ¿qué quieres decir con que no lo sabes? Te molestaste mucho cuando te enteraste de que estaba saliendo con alguien más. Tiene que gustarte. —Hizo una pausa, un suave suspiro escapó de sus labios—. No es que sea tan difícil enamorarse de Scott. —Lo... estaba —dije, todavía sorprendida por la conversación—. Pero eso fue hace un par de días. Las cosas, eh... a veces las cosas cambian. —Pero él rompió con su novia anoche. Se lo contó a Dirk hoy. ¿Scott había terminado su relación? Esto era nuevo para mí. Pero... ¿por qué? Pensé que no quería nada que arruinara su relación con esa chica, por no hablar de mí. Al menos, esa fue la impresión que me había dado Brenden.

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The Dark Side —Dirk estaba todo, como, oh, vaya, pensé que realmente le encantaba esta chica, pensé que no quería dejar que nada se interpusiera entre ustedes, pero Scott dijo que ya tenía algo. Así que, gracias, Dios mío, Dirk le preguntó qué era. Supongo que estaba reacio a decirlo al principio, pero Dirk se lo arrancó. Eres tú, Whit. A Scott le gustas mucho para estar con su novia. Me quedé inmóvil por un instante, mi mente lanzándose de nuevo en la semana increíble que había pasado con él en la práctica y lo mucho que me gustaba. Había estado esperando que Sophie dijera eso, pero aun así era sorprendente escucharlo en voz alta. Había esperado que esto sucediera de nuevo pero con Jason Victorino. Mi sueño de estar con él había cambiado, había alguien más en la foto, alguien a quien no veía la hora de llegar a conocer mejor.

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Cuando Jason se dio cuenta de que supuestamente le gustaba, me estaba enamorando de Scott. Y ahora que Scott me quería, me estaba enamorando de Colt. Era un círculo vicioso y yo quería que terminara aquí. —¿Whit? ¿Escuchaste lo que dije? Scott está soltero por ti —suspiró Sophie y su voz se hizo más suave—. Lo que yo daría por ser tú. —Lo siento. Sí. Te he oído. —No te gusta. Sabía que no era una pregunta y también sabía que estaba patinando sobre hielo fino con Sophie y el tema de Scott Marino en estos momentos. —No lo sé —respondí—. Hay... un montón de cosas que no sé justo ahora. —Escúpelo —dijo Sophie inmediatamente—. Oh, Dios mío, espera. Sé de qué se trata. Esto tiene que ver con el chico que estaba hablando contigo durante el partido de hoy. Ya sabes, ¿ese chico con el uniforme de Sutter? Me sonrojé ferozmente, mis mejillas quemaban, y se aceleró mi pulso. —¿Viste eso? —Mi estómago comenzó a revolverse.

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The Dark Side —Oh, cariño, por favor. ¿Quién no ha visto eso? Fue un poco difícil de perder. Quería preguntarte acerca de eso, pero luego llamó Dirk por lo de Scott. Así que te gusta este tipo ahora, ¿es eso? —No lo sé. No lo conozco. —Whit, vamos. ¿Qué ha pasado? Dirk dijo que tenías la misma mirada en tu cara cuando Scott se acercó a ti en el edificio atlético la semana pasada. Era como si estuvieses loca de amor por él o algo así.

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—Oh, genial. Perfecto. Eso es impresionante —me quejé—. Lucía loca de amor por el capitán del otro equipo en un juego donde mi cabeza obviamente no estaba. —Sí, puede ser que no se viera bien —comentó Sophie—. Pero, lo que sea, la gente habla y luego se olvidan. ¿Qué te ha dicho? ¿Quién es él? Cuéntamelo todo. —Bien, bien. En el vestuario, fue muy raro porque… —¡Oh, Dios mío! ¿Él entró en tu vestuario también? —¡No! No interrumpas. En el vestuario, el entrenador Alvarez no me culpó por el mal juego y a nadie realmente le gustó eso. Así que en el campo, yo estaba parada sola y era horrible y alguien dijo hola así que me di la vuelta y te juro, Soph, pensé que mi corazón iba a salir justo de mi pecho. Él es tan lindo. Le dije que debía marcharse, pero él no quiso escuchar, y me preguntó si podíamos ir a comer después del partido, pero le dije que no, que probablemente no era una buena idea. —Oh, ¿y estabas parada hablando con él en tu propia línea de banda durante la mitad de un partido? —comentó. —Sophie. —Lo siento. Adelante. —De todos modos, él parecía un poco deprimido, así que le dije que podíamos hacerlo otra noche cuando no estuviera en medio de un mal juego. Y encontró este palo viejo de carbón y tengo su número. —Tan adorable —dijo Sophie con un suspiro demasiado dramático—. Desearía que algo como eso me pasara un día de estos. En serio, Whitney, parece salido de una película o algo así.

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The Dark Side —Lo sé —respondí, incapaz de controlar mi sonrisa. Y entonces una idea horrible me llamó la atención—. Oh, Dios. Sophie. ¿Qué si él estaba haciendo que yo... ya sabes... sacarme del juego? Algo así como lo que intentó hacer Jason. —No —respondió Sophie con una sorprendente cantidad de convicción—. No lo creo. Ya estabas teniendo un mal juego. No necesitaba sacarte de eso más de lo que ya te habías sacado tú misma.

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—Gracias, Soph. ¿Así que debo llamarlo esta noche o qué? ―¿Qué? No, definitivamente no. No quieres que crea que él es tu única opción. —Hizo una pausa—. Y, en realidad, no lo es. De todos modos, tengo que irme. Tarea de Inglés y todo eso. Me pondré al día contigo mañana. Desconecté la llamada y suspiré. El hoyo en mi estómago se había vuelto más grande después de esa conversación, no me hizo sentir mejor saber que Sophie y el resto de mis amigos de Ash Valley me habían visto hablando con Colt. Podrían no haber sido los únicos. Y mientras estaba sentada allí, pensando en esto, empezó a crecer mi enojo con él. ¿Qué había estado pensando, acercándose a mí en mi propia línea de banda en mitad de un juego? ¿No podía haber esperado? Fácilmente podría haber destruido mi carrera fútbolística antes de empezar. Sabía que iba a tener noticias sobre eso mañana y tuve una sensación de hundimiento porque las personas en Clinton Central no iban a estar tan emocionadas como Sophie.

Entrar a la escuela la mañana del miércoles nada fue como había estado imaginando durante los últimos días. Antes de la debacle del juego de ayer, me imaginé una cálida recepción, saludos en el salón, y algo parecido a la aceptación y el respeto de la mayoría de los estudiantes. No esperaba ser tratada como su diosa del fútbol

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The Dark Side americano, todavía no, de todos modos, pero me esperaba algo más de lo que tuve. Nadie me miró, me habló, ni me reconoció. Se sentía como si hubiera un acuerdo universal e innegable entre los estudiantes para ignorarme hasta que simplemente desapareciera. El partido del jueves por la noche ante McCobiak no podía llegar lo suficientemente pronto. Necesitaba redimirme y tenía que hacerlo rápido. —Así que, Whitney. ¿Planeas arruinar la temporada entera de fútbol americano por ti misma? ¿Qué te dije? No eres nada especial.

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Genial. Sólo había una persona que se había tomado la molestia de hablar conmigo ese día y por supuesto que era Ella. Había estado orando por una mañana libre de animadoras, pero la señorita afortunada debía haber encontrado su sentido del humor y no sintió que me debiera un descanso. ¿Fue este mi castigo por no preocuparme por el partido de anoche? —Tuve un mal día —le contesté—. Sólo practiqué con el equipo una vez antes del partido. Ellos lo entienden aunque tú no puedas. Ella arqueó las cejas: —Oh, ¿de verdad? —Sonrió ampliamente, como si realmente fuera a disfrutar diciéndome lo que sea que tuviese que decir a continuación—. Eso no es lo que ha contado Craig. Según él, estamos cero a dos y todo es por tu culpa. —De verdad. —No sabía si creerle o no, pero estaba inclinada hacia la opción de no. Por otro lado, estaba segura de que Ella había hablado con su novio después del partido y no sabía nada de ninguna persona del equipo. —Oh, sí. Él estaba muy molesto anoche, también. Dice que nos vamos a nuestro peor inicio en cinco años. Cinco años, Whitney. Y todo es culpa tuya. Así que creo que es bastante obvio que nadie te quiere alrededor. En realidad no es necesario. Trent Cunningham no puede ser peor. —Está bien, sólo tienes que esperar un segundo. Definitivamente no es mi culpa que estemos cero a dos. Sólo puedo asumir la responsabilidad de una de esas pérdidas, y ¿sabes qué? Acepto la culpa. Pero yo seguí a Ash Valley cuando las Panteras perdieron a Stepholm y tu precioso

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The Dark Side Trent no pudo guiar al equipo a la victoria. Buen intento, sin embargo. — Sonreí, satisfecha de haber dicho mi parte, y me giré para irme. Había terminado con Ella. —Whitney. —Eché un vistazo hacia ella por encima de mi hombro—. Habríamos estado uno a uno si no fuera por ti. Así que... Me mordí el labio para no reírme: —¿Eso es todo lo que tienes que decir? —le pregunté, sacudiendo la cabeza.

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Y esta vez, me alejé. Aunque realmente no me gustaba a dónde iba. Tenía clase de Química, la clase con Jeremy Norway, y estaba segura de que estaba a punto de reventar, dispuesto a rasgarme en pedazos delante de todos. Jeremy no estaba en el salón de clases cuando llegué, así que me apresuré a mi asiento y no miré a nadie. Podía sentir sus miradas perforándome a través de mi piel y me preguntaba si Trent Cunningham se había ganado el mismo tipo de trato cuando había conseguido una derrota la semana pasada. Jeremy se dejó caer en el asiento junto a mí; me hubiera gustado que el entrenador Alvarez no hubiera insistido en que me sentara junto a él el primer día. Traté de no hacer contacto visual con él, pero dejó escapar un sonido rudo, gruñendo mientras se sentaba. El tipo que me había defendido a principios de semana se limitó a reír ahora. Suspiré, enojada conmigo, decepcionada con mi actuación por primera vez. Hoy podría haber sido muy diferente y creo que eso fue lo que más me molestó. Podría haber sido el centro de atención, la persona con la que la gente quería hablar, todo el mundo hubiera querido saber dónde había aprendido a jugar al fútbol americano tan bien, ¿por qué había sido elegida por Clinton Central y llegué a salvar a su equipo? Y hasta unos siete minutos y quince segundos que quedaron en el segundo cuarto, había parecido muy realista. —Está bien. —El entrenador Alvarez caminó rápidamente hacia el salón sólo unos segundos después de que la primera campana sonara y puso

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The Dark Side su maletín sobre el escritorio—. No quiero hablar sobre el partido de ayer. Este es el salón de clases, no el campo de fútbol americano. Miró fijamente a Jeremy. —Pero, Sr. Alvarez, tengo mucho que decir. —Por eso te miré. —Por favor. Sólo deme cinco minutos. ¡Cinco minutos para exponer mis puntos de vista a la luz pública! O si no los voy a llevar al periódico de la escuela.

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—Estoy temblando en mis zapatos. —El entrenador Alvarez rodó los ojos, me miró, luego al reloj—. Tienes un minuto y luego vamos a pasar de esta tontería. —¿Cómo fue que pensó en la posibilidad de que Whitney traería algo bueno a esta escuela? No soy la única persona que piensa que se ha equivocado al dejarla en el equipo. Ella es un error. —Eso está fuera de lugar —dijo el entrenador Alvarez, mirando por encima de mí. Sentí mi rostro pálido mientras Jeremy se refirió a mí como un error—. Te ordeno que te disculpes. —De ninguna manera —replicó Jeremy—. No voy a pedir disculpas a la persona que llevó a las Panteras a su peor inicio en cinco años. —No se puede culpar de una derrota a una sola persona. El fútbol americano es un deporte de equipo, Jeremy, que es algo que tú sabrías si fueras bueno en eso. Estoy seguro de que no es ningún secreto que Jeremy fue eliminado de las pruebas tan sólo diez minutos después de empezar, cuando su joyería facial se enredó en el jersey de otro jugador. Por supuesto, Jeremy hubiera sido propiamente eliminado a pesar de ese percance desafortunado. Él simplemente no tiene mucho talento. No es bueno. Los ojos de Jeremy se abrieron como platos y su boca se abrió ligeramente. Vi un rosa tenue arrastrándose en sus mejillas. —¿No te gustó eso, Jeremy? ¿Quieres que continúe? ¿Te gusta cuando alguien ataca tus habilidades? —Sonrió el entrenador Alvarez—. A juzgar por el color de tu cara y el tamaño de tus ojos, voy a suponer que quieres que me detenga. Por lo tanto, si podemos pasar a Química

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The Dark Side ahora, voy a pedirles que saquen sus asignaciones de la noche anterior, por favor. Sonreí, me recosté en el asiento, y envié un silencioso agradecimiento a mi entrenador. Él me había ahorrado que esto fuera tan malo como podría haber sido. Al menos alguien todavía me respaldaba.

108 —¿Whitney? ¡Allí estás! Al fin. Levanté la vista al recoger mis libros en mi casillero para ver a Trenton corriendo por el pasillo hacia mí. —Oh. Hola. —Hola. ¿Vas a almorzar? —Sí, en un minuto. Él asintió con la cabeza. —Esperaré. —Trenton se apoyó contra el casillero junto al mío—. Te estuve buscando toda la mañana. Traté de conseguir tu número anoche, pero realmente sólo hablo con gente de Clinton y McCobiak y ninguno lo sabía. Pensé que podrías creer que estaba enojado contigo por el partido. —¿Así que no lo estás? Trenton negó con la cabeza. —No. Te dije antes del partido que no iba a estarlo. Tampoco Craig o cualquier otra persona en el equipo. Ni siquiera lo hiciste tan mal para ser tu primer juego. Quiero decir, si eso hubiera sido Jason Victorino jugando así para Ash Valley, me habría reído de él fuera del estadio. Pero, Whit, lo entiendo. Está bien. —¿Entonces dónde estabas? —El entrenador decidió que era culpa de los running backs que lo estaban haciendo muy mal, así que simplemente estuvimos

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The Dark Side practicando juego de piernas y cuts 26 donde sea que estuviera la defensa en el campo. Suspiré, no estaba segura de que él creyera en mí, pero me gustaba esa explicación más que cualquier otra alternativa que pudiera haber. —Bueno —le dije—, estuve bastante terrible incluso para ser mi primer juego. No puedo esperar hasta mañana. —Sabía que me gustabas. Siempre pensando en el futuro y siempre se trata de fútbol americano. ¿Podrías ser más perfecta? —bromeó—. Así que, ¿crees que estarás lista para el siguiente?

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—Tengo que estarlo —le dije—. Tengo que entrenar en serio en la práctica de esta tarde. —Sólo practicamos hasta las seis, no importa qué —me dijo—. Es una extraña regla del entrenador. Pero si quieres, me quedaré hasta tarde y practicaré contigo. Bueno, en realidad, no podemos hacer eso. Cierran el estadio a las seis y cuarto. Pero podríamos ir a tu casa o al parque o algo así. Lo que sea. El parque. Una masa comenzó a formarse en mi garganta y me sorprendí al sentir las lágrimas picando en la esquina de mis ojos ante la idea de jugar fútbol americano en el parque con alguien que no fuera Jason Victorino. —Sí, haremos eso, lo necesito; pero no quiero ir al parque —le dije, haciendo retroceder las lágrimas y estabilizándome—. Estoy segura de que a mi madre no le importaría. —Fantástico —sonrió—. Vamos, señorita. ¡Hacia adelante a la cafetería! Vinculó su brazo con el mío. —Mientras no tengamos que comer con Ella o Amanda. Él arqueó las cejas y se río. —No, no puedo soportarlas tampoco. Son tan groseras. Oí que Ella le decía a Craig que no le permite hablar contigo más. Él se río en su cara y se fue. 26

Cut. Un cambio brusco de dirección por parte de un jugador mientras corre.

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The Dark Side —¿En serio? Me sorprende que no rompiera con él por eso. —No podría haber escondido mi sonrisa aunque lo intentara. Me encantaba el hecho de que Craig se levantara por mí de esa manera. —Sería hora de que lo hiciera. —No sé lo que está pasando últimamente —me pregunté en voz alta—. Estoy segura de que esto va a sonar súper esnob, pero de repente, hay chicos que renuncian a sus equipos por mí, chicos que arriesgan su lugar en los equipos rivales por mí. Y chicos que dejan de salir con sus novias por mí. Esto es... extraño.

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—Es muy sencillo —dijo Trenton—. Tú estás… ¿qué quieres decir, con que los chicos están arriesgando sus puestos en los equipos rivales por ti? No has estado en ningún otro equipo. ¿Cómo puedes tener un rival? Procedí a contarle lo de Colt a pesar de que había decidido no hacerlo. Sabía que probablemente iba a oír hablar de ello de una manera u otra, y pensé que debía venir de mí. Además, yo realmente quería hablar de Colt. —Romántico —comentó cuando acabé. —Sí, fue interesante —admití—. Oh, allí está Craig. Y no está con Ella. ¿Qué dices? —Digo que vamos a comer. —Ah, bien —dijo Craig mientras nos deslizamos en dos asientos vacíos en su mesa—. Whit, sólo quiero decirte que yo… —No malgastes tu aliento —intervino Trenton—. Tu historia es la misma que la mía. ¿Dónde está tu bruja? Traté de no reírme de la descripción exacta pero contundente de Trenton. No quería que Craig pensara que era grosera y que odiaba a su novia además de ser terrible en el fútbol americano. Pero sólo rodó los ojos y suspiró. —Probablemente en algún lugar con Amanda, pensando en una nueva manera de atormentar a Whitney. Lo siento mucho. —Oye, no es tu culpa.

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The Dark Side —Pero soy su novio y tú eres mi amiga y no quiero que mi novia vaya por ahí diciendo cosas desagradables acerca de cualquiera de mis amigos. —Dejó escapar otro suspiro—. No puedo hacer esto. Tengo que romper con ella. No puedo estar con alguien así. —Entonces, ¿por qué lo estás? Craig se encogió de hombros, la expresión se volvió seria. —Creo que para la comodidad de todos, ¿sabes? Ella y yo hemos estado juntos desde siempre y no puedo imaginarme sin ella. Todavía no puedo imaginarlo. Pero sé lo que es y sé que no puedo cambiar eso y sé que no puedo estar en esta relación más.

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—Ha sido un largo tiempo, hombre —dijo Trenton. —Créeme, lo sé. Sólo apesta que ahora no tenga novia. Era el turno de Trenton de encogerse de hombros y ofrecer una sonrisa simpática. —Mírame. He estado sin una novia, ¿qué? ¿Mi vida entera? No es tan malo. Sonreí. Nunca pensé que me iba a encontrar a alguien que me recordara tanto a Dirk. Pero lo más importante es que por fin sentía que pertenecía a este equipo. Y eso era todo lo que importaba.

Respiré profundamente y me quedé mirando el pedazo de papel en la mano. Eché un vistazo a mi mano derecha, donde las marcas negras y descoloridas del número de Colt aún estaban débilmente visibles. No sabía si era demasiado pronto para llamarlo, pero quería oír su voz, asegurarme de que sus palabras del martes no fueron un golpe de suerte, y saber que no me estaba emocionado por nada. Me mordí el labio, Sophie me diría que esperara sólo un día más para llamar, pero me estaba volviendo loca preguntándome si se había olvidado de mí, si todavía quería conocerme. Antes de que pudiera dudar más, rápidamente marqué los números y pulsé el botón verde de llamar. No podía acobardarme ahora.

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The Dark Side —Hola —respondió una voz apagada. Oía un montón de ruido de fondo y su voz era apenas distinguible entre el volumen—. ¿Hola? Arrugué mi nariz, dándome cuenta de que era mi turno para hablar. —Um, hola. Sí. ¿Está Colt? —Sí. Espera. —En un minuto, el nivel de ruido se calmó—. Lo siento. No podía oírme pensar.

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—Oh, eso está bien. —Así que... otra vez, ¿quién dijiste que eras? Esto no iba bien. Había esperado que de alguna manera él sólo lo hubiera... sabido, a pesar de que eso era ridículo. —Soy um, soy Whitney. Whitney Berringer —tartamudeé—. Sabes de ayer... Él me interrumpió con una risa: —Pudiste haberte detenido en Whitney. —Oh. Yo, um, no estaba segura. ¿Por qué no puedo detener esto y callar? Estaba quedando como una tonta. Definitivamente tendría dudas acerca de mí ahora. —Me alegro de que hayas llamado —dijo—. Pensé que no lo harías. No tenía ni idea de qué decir a eso, ni idea de qué decir en absoluto. Me quedé congelada, olvidé mis palabras, y tenía dudas acerca de lo ocurrido. Cada respuesta posible que saltó en mi cabeza era aburrida, aburrida, aburrida. —Bueno —continuó después de unos segundos—, ¿quieres, uh...? ¿Quieres hacer algo en algún momento, entonces? Um... ¿conmigo? Sonreí, relajándome tan sólo un poquito. —Por supuesto. Si estás listo para ello. —Bueno, yo pregunté, ¿no? Me encogí.

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The Dark Side —Sí. —Entonces estoy listo. ¿Hay algo que quieras hacer? Por supuesto que no lo estaba. Yo no había pensado en nada más allá de tomar el teléfono y llamarlo. Qué diríamos o haríamos se me escapaba por completo. —Bueno... no —admití. Se echó a reír de nuevo, un sonido profundo y sordo, como si fuera realmente divertida y feliz. Ya lo amaba.

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—Yo tampoco —dijo—. Acabo de pasar todo mi tiempo esperando que en realidad llamaras. —Yo también —le contesté alegremente, los nervios se habían ido—. Sólo que ya sabes, no esperaba que llamaras. Sólo estaba tratando de convencerme de que lo harías. Tomé una respiración profunda, lamentando las palabras que al segundo salieron de mi boca. ¿Podría haber sonado menos segura de mí? Esto no iba bien. —Por supuesto que sí —dijo—. Hubiera conseguido tu número, también, pero Pete no consiguió el primer down y tuve que agarrar mi casco y salir al campo. No hubiera pasado por todo esto si no quisiese hablarte más. Asentí con la cabeza, pero entonces recordé que no podía verme. —Por lo tanto, ¿debemos llegar a un plan o algo así? Oh, señor. Ahora sonaba como mi madre. Eres una idiota, idiota, idiota, idiota. ¿Qué podría este hombre magnífico posiblemente ver en mí ahora? —Por supuesto —respondió amablemente y de inmediato tuve miedo de que me estuviese complaciendo—. ¿Cuándo te parecería bien? Tenía la esperanza de que tal vez quisiera verme esta noche, pero basándome en el sonido de fondo que oí al llamar, no le parecería bien. —Bueno, tenemos un juego mañana, y no estoy conteniendo la respiración así que va a ir bien, tal vez el viernes.

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The Dark Side —¿Qué? Vamos, Whitney, no eres tan mala. —¿No soy tan mala? ¿Estuviste en el mismo juego que yo ayer? No creo que jamás haya visto una persona responsable de tantas pérdidas de balón. Hoy ha sido horrible. Todo el mundo me odia. —No sigas, no lo hacen. No saben lo que eres capaz de hacer. No debes juzgarte en tu primer partido. —Él se echó a reír—. Lo siento. No me estoy riendo de ti. Es sólo que estoy seguro que has oído esto de la gente todo el día. Me gustaría poder ser más original.

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—Sí, tienes razón. Eso es lo que he oído... de aquellos que se molestaron en hablar conmigo. —Ah, relájate, vas a mejorar. Así que, oye, ¿qué te parece la noche del viernes? No tengo otros planes. Tengo muchas ganas de verte de nuevo. Sonreí y me apoyé en mi cabecera. —El viernes está bien. —Genial. Bien, así que Clinton queda en... —En realidad, vivo en Ash Valley. —No... creo que jugamos con Clinton Central ayer. ¿Se deshicieron de Jason Victorino en Ash Valley? Estoy confundido. —No. —Procedí a explicar toda la historia de mi carrera en el fútbol americano, una semana en dos colegios diferentes. —Vaya —dijo cuando terminé—. Eso es increíble. Nunca pensé que conocería a una chica que tuviera que pasar por tanto para jugar. No creo que muchos chicos que conozco lo hicieran. Eso es realmente genial. Pero, ¿cómo te llegaste a interesar en el fútbol americano? Suspiré, pero por primera vez me sentí sorprendentemente cómoda hablando de mi papá y de Jason Victorino. Una vez que terminé, me encontré con un completo silencio en el otro extremo. Por un momento, pensé que mi pasado con Jason Victorino había arruinado todo lo que era aparentemente tan perfecto con Colt. —Whoa.

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The Dark Side No dije nada. —Quiero decir —prosiguió—. Vaya. Whitney, esa es... la más loca, más triste, y más agradable historia que he escuchado jamás. —Lo máximo. —No podía mantener la tensión de mi voz. —Bueno, quiero decir, toda la parte de jugar fútbol americano es agradable. El resto es simplemente... una mierda. Siento mucho escuchar que eso sucedió.

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—No —le dije—. Estoy bien ahora. —Bien. Así que, el viernes por la noche. ¿Qué tal, no sé... quieres ir por la costa o algo así? Me mordí el labio para no sonreír demasiado. —Creo que es perfecto. —Bien. ¿Qué tal si te recojo a las ocho? —Suena bien —le contesté, antes de darle mi dirección. —Te llamaré antes de eso —dijo—. Buenas noches, Whitney. Sonreí mientras colocaba mi teléfono móvil sobre la mesa al lado de mi cama. No habría interpretaciones erróneas esta vez. Colt tenía definitivamente las más amigables intenciones conmigo y me alegré. Ya era hora de conocer a mi príncipe azul en cleats27.

27

Cleats. Son un artículo de calzado usado al jugar fútbol americano.

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Capítulo X Traducido por Josez57 Corregido por flexi

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stá bien, equipo —dijo el entrenador Alvarez a los jugadores de fútbol americano en el vestuario minutos antes de que comenzara el juego—, este es nuestro tercer juego. No podemos tener un inicio de cero a tres, así que tenemos que salir con todo. McCobiak no es nada especial, no debería ser capaz de vencernos. No se supone que ganen, es lo que se espera de ellos. ¿Pero nosotros? Estamos en un agujero y salir de esta situación debe comenzar con McCobiak. Debe comenzar esta noche. ¿Están listos?

E

—¡Estamos listos! —anunció el equipo al unísono antes de salir corriendo a la cancha. Los aplausos y vítores fueron ensordecedores, tal como lo habían sido antes de mi primer partido y planeaba mantenerlos de este modo a lo largo de toda la noche. —Vamos a hacer esto, Whit. Cero a dos, podemos trabajar con eso — dijo Craig—. Sé que va a ser genial.

En el entretiempo, no podía dejar de sonreír. Yo había lanzado tres pases de touchdown y mis running backs se habían precipitado por otros dos. ¿Pérdidas de balón? Olvídenlo. Clinton Central lideraba por 36-7, un resultado que era alto para el medio tiempo, incluso a nivel profesional.

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The Dark Side —Whitney Berringer, ¡eres increíble! —gritó Trenton, mientras nos dirigíamos a los vestuarios. Casi todos los chicos habían llegado a mí dándome una palmadita en el casco—. ¡No puedo creer lo bien que estás jugando! No te detengas. —Sonreí—. No vamos a perder este juego. No podía creer mi suerte. O mi talento. O mi destino. O lo que fuera que me permitía tener un juego tan increíble. Y definitivamente no me dolió que Scott Marino, Dirk, Sophie, y Matt Victorino estuvieran allí de nuevo. Sabía que Scott le diría al entrenador Harrington sobre el juego.

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Diablos, no tendría que hacer eso. El entrenador de Ash Valley, sin duda, leería sobre el juego en las páginas de deportes por la mañana. —Escuchen ahora. Esto es más como eso —dijo el entrenador Alvarez a su equipo—. Esto es exactamente lo que yo sabía que eran capaces de hacer, pero creo que hay más por venir de ustedes. Es sólo el comienzo de la segunda mitad. No sólo tenemos treinta minutos más de fútbol americano hoy, sino que tenemos un sinnúmero de minutos que pertenecen a esta temporada. La ofensiva está iluminando la pizarra tras tres pases de touchdown de Berringer. Gran captura de ese último, McCoy. Defensa, esfuerzo sólido. Y los equipos especiales, han hecho su trabajo. Vamos a volver allí ahora y acabar con ellos. Corrimos de vuelta al campo, esta vez entre aplausos entusiastas y aplausos de todos los creyentes de Clinton Central. Sabía que Jeremy Norway estaba sentado allí, mirándome, e incluso tendría un difícil negar que había jugado un explosivo medio tiempo absolutamente de primera. La única cosa que podría hacer que este día fuera más perfecto de lo que ya era sería si Colt apareciera. Pero también sabía que no podía dejarme caer en la trampa de la distracción de nuevo. —¡Whit-ney! ¡Whit-ney! ¡Whit-ney! Dejé de correr, sin saber si había oído bien. ¿Había gente en las gradas realmente diciendo mi nombre? Trenton dejó de correr también, y miró alrededor del estadio.

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The Dark Side —¡Santo cielo, muchacha! —dijo—. Ellos te aman esta noche. —Miró a algo más allá de mí en las gradas—. Si mis ojos son correctos, y lo son, porque tengo una visión impecable, Jeremy Norway está ahí gritando tu nombre simplemente tan fuerte como todos los demás. Sonreí y miré hacia donde sabía que mis amigos de Ash Valley habían encontrado asiento. Estaban, por supuesto, gritando salvajemente. Incluso Scott estaba gritando por mí. Por otra parte, tal vez eso no debería haber sido una sorpresa, dado lo que Sophie me había contado sobre él y su ahora exnovia. Mientras los observaba, Sophie se acercó más a Scott y le susurró algo al oído. Fruncí el ceño, pero no tenía tiempo para pensar en eso ahora. Le preguntaría más tarde.

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—Defensa primero —decía el entrenador Alvarez en la banca—. Berringer, sabía que ibas a hacer que me sienta orgulloso de agregarte a mi roster. Gran trabajo hasta ahora. Realmente, realmente espectacular. Y eso fue todo el elogio que necesitaba para poner rumbo al resto del juego, conectando con Mark McCoy para dos anotaciones más y con Trenton por otra. ¿Resultado final? Clinton Central, 62. McCobiak, 17.

Más tarde esa noche, me senté en el piso superior en mi dormitorio terminando mi tarea de química para el entrenador Alvarez. Sabía que él probablemente estaría de acuerdo si yo le pidiera si podía entregar la tarea con día de retraso para poder celebrar la gran victoria, pero no quería aprovechar mi actual situación como el quarterback estrella tan rápidamente. Justo cuando pensaba que estaba finalmente a punto de determinar la molaridad de la sustancia química en cuestión, mi teléfono sonó, dispersando mis pensamientos. Mi mano se sacudió, dejando una línea irregular negra de carbón a través de la página. Uf.

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The Dark Side Di un salto en mi cama para contestar el teléfono y no me molesté en buscar en el identificador de llamadas. —¡Hola! —jadeé. —Hola. Sonreí ampliamente y me recosté contra las almohadas, frustraciones con la química se evaporaron al instante.

mis

—Tengo algo que decirte que creo que te hará muy feliz. —Era Colt.

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—¿Ah, sí? ¿Qué es? —He oído que ahora eres al parecer un ser temido en el campo Me reí. —¿Dónde has oído eso? —Un par de mis compañeros jugaron para McCobiak —dijo—. Estaba hablando con uno de ellos hace un rato y me dijo cómo iluminaste el campo esta noche. —No fue nada —le contesté con una sonrisa. Colt se echó a reír. —Oh, ¿así que ahora eres modesta? Pero en serio Whit, eso es genial. ¡Estoy orgulloso de ti! De todos modos, realmente no puedo esperar a verte otra vez. Mañana por la noche parece tan lejano ahora, va a tardar una eternidad en llegar. —¡Lo sé! No sé cómo me voy a permanecer quieta todo el día. —Algo me dice que tú día va a pasar volando. La gente va a estar enloqueciendo por hablar contigo. —Oh, por favor. No creo que un único juego cambiara la opinión de todos sobre mí —dije, a pesar de que en secreto estaba de acuerdo con él. —Así será —insistió, y sonreí—. Igual prométeme una cosa, ¿de acuerdo? —Claro.

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The Dark Side —Permíteme tener una oportunidad contigo antes de que empieces a salir por ahí con otros chicos, ¿de acuerdo? Mi corazón dio un salto y sentí como si pudiera explotar de emoción. ¡Colt estaba celoso! Celoso de los chicos que yo no había conocido ni siquiera todavía. Ningún chico había logrado decir algo tan perfecto para mí antes. —Por supuesto —dije—. No tenía pensado hacer eso.

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Colt resopló una carcajada. —Oh, vamos. Vas a obtener una gran cantidad de atención. Estoy contento de haber llegado a ti primero. Pensé en decir algo como “aunque hubieses llegado después, serías el único con el que me gustaría tener una cita", pero algo me detuvo. Gracias a Dios. Sabía que sería demasiado para una conversación anterior a una primera cita. —Sí, deberías estarlo —bromeé y se rió de nuevo, enviando escalofríos por mi espina dorsal. —Escucha, tengo algunas pruebas para las que debo estudiar y mejor que lo haga esta noche, si quieres que nos veamos el viernes. Te veré pronto, Whit. Colgó antes de que pudiera decirle adiós. Sonreí para mis adentros, desapareciendo todo tipo de pensamientos sobre determinar la molaridad de sustancias para el entrenador. Podía terminar la tarea por la mañana. En este momento, todo lo que quería hacer era pensar en Colt.

—¡Whitney! Al segundo de salir del auto de mi mamá la mañana del viernes, oí que alguien gritaba mi nombre. Me di la vuelta y sonreí al ver a Trenton corriendo hacia mí desde el estacionamiento. —Buen día.

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The Dark Side —Oye —respondió—. Mira, tengo que advertirte de inmediato. Hoy va a ser una locura. Todo el mundo está asombrado de ti. Eres lo único de lo que todo el mundo podía hablaba anoche. Todos quieren saber quién eres. Apuesto a que incluso Ella y Amanda no tienen nada malo que decir. Solté un bufido. —No seamos ridículos.

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—Confía en mí —respondió Trenton—. No fuiste a hablar con la gente ayer por la noche. —¡Ey!¡Trenton! Un tipo con el pelo rubio ondulado y brillantes ojos verdes se acercó a nosotros. Nunca lo había visto antes. Trenton me lanzó una mirada de ves lo que significa. —¿Qué pasa, Dylan? —dijo. Dylan se encogió de hombros y miró a lo largo de la plaza de estacionamiento que poco a poco se llenaba de autos. Sonreí para mis adentros, dándome cuenta de que Dylan sólo podría estar aquí por mí. —Muy bien, entonces —dijo Trenton después de una pequeña pausa incómoda—. Si no tienes nada que decir, nos vemos más tarde. —En realidad —comenzó Dylan, de repente surgiendo a la vida. Se volvió hacia mí con una sonrisa tonta extendiéndose por su cara—, es un placer conocerte. Estuviste, eh… increíble en el partido de ayer. Yo, eh… te habría eh... saludado antes, pero no recuerdo haberte visto por aquí. Clinton Central es tan grande. —Es genial —contesté, tratando de no sonreír. Sabía lo que estaba pasando, sólo era alguien ahora por el juego, pero no me molestó como tal vez debería haberlo hecho. Esto era lo que quería, lo que sea que causó esto me encantaba. —Bueno, es realmente genial conocerte —dijo, al parecer, inseguro de qué más decirme—. Te veo luego, Whitney. —Me guiñó un ojo y tuve que esforzarme por no reír.

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The Dark Side —Cuenta con ello.

El resto del día pasó volando. Para el momento en que fui a la práctica por la tarde, estaba convencida de que había conocido al menos tres cuartas partes de los estudiantes.

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Su atención, aunque superficial, a lo mejor significaba que por fin había logrado llegar a dónde quería estar. No me importaba que sólo quisieran hablar conmigo porque había jugado bien. Prefería tener eso al trato silencioso en todo momento. La práctica de la tarde fue fantástica. Casi todo el mundo me felicitó por mi juego sobresaliente de la noche anterior. El ambiente alrededor del equipo se sentía ligero y divertido, libre y feliz. El entrenador Alvarez se encontraba en un estado de ánimo particularmente genial, hizo que corriéramos tan sólo seis vueltas en vez de nuestras habituales diez. —Vamos a comer unas pizzas esta noche para celebrar —sugirió Craig cuando estirábamos. —No puedo. Tengo planes. —¡Oh!, ¿con tus amigos de Ash Valley? Tráelos —dijo—, quiero conocerlos de todos modos. —No. Yo, eh… tengo una cita. —¿Qué? —Los ojos de Craig se despertaron—. ¿Con quién? ¿Lo conozco? Oooh, ¿es Dylan Vrabel? Me reí. —No, él va a Sutter. —¿Sutter? Mi prima es una estudiante de segundo año allí. Fui a un montón de sus fiestas con ella. ¿Cuál es su nombre? —Colt. —¿Colt Lombardt?

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The Dark Side Me di cuenta de que yo no lo sabía. —Él juega para su equipo de fútbol americano —añadió Craig—. Linebacker28. —Sí. —Asentí con la cabeza—. Tiene que ser él. —Espera, ¿estabas jugando en contra de tu novio y ni siquiera me lo dijiste? —Hizo una pausa, y luego frunció el ceño—. ¿Tu novio estaba tratando de hacerte un sack29?

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—Um.... —Me apagué. No tenía apuro en decirle a Trenton sobre esto, pero por alguna razón, decirle a Craig de repente lo sentía como un juego de pelota completamente diferente. —Oh, espera —dijo—, lo entiendo. Lo conociste el martes en el juego, ¿no es así? Mi primer instinto fue mentir, decir que no quería que nadie supiera que conocí a un adversario durante mi primer juego, pero nunca me saldría con la mía. Craig conocía a Colt y aunque no le preguntara sobre ello, sabía que no podía contar con Trenton para no soltar la lengua. —Sí —dije finalmente. —¿Él habló contigo después del partido? Eso es lindo. Cerré los ojos. Nadie había mencionado a Colt desde la mañana después de lo que había sucedido y había estado segura de que no iba a salir el tema de mi cita prohibida. Nunca me imaginé que llegaría ahora. —Whitney, eso es realmente malo —dijo Craig, interpretando mi silencio correctamente—. Es tan... antideportivo. —Lo sé. Y me siento mal por ello, en realidad lo hago. Pero no hay nada que pudiera haber hecho. Él se acercó a mí, no al revés. Yo nunca habría ido a su banca durante el juego.

Linebackers (LB): En las jugadas de carrera deben tapar los huecos por los que puedan pasar los running backs y derribarlos además de estar atentos a los receptores en las jugadas de pase. 29 Sack. Ocurre cuando el quarterback es tackleado o sale del campo de juego detrás de la línea de golpeo antes de lanzar un pase adelantado 28

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The Dark Side —¿Qué? ¿Llegó a nuestra línea lateral? ¿Un oponente estaba en nuestra línea de banda durante el partido? —No dije nada—. Tu novio está loco, Whitney. Yo sólo me encogí de hombros. —No le pedí que lo hiciera. Ni siquiera sabía quién era él, así que puedes dejar de estar enojado conmigo por algo en que no tengo nada que ver.

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—Le podrías haber dicho que te dejara. Hay un montón de cosas que podrías haberle dicho para ponerle fin —dijo Craig—. Pero claramente no sientes la necesidad de desanimarlo, ¿verdad? —No quería ser grosera —contesté—. Y además, me alegré de que quisiera hablar conmigo. Nadie más lo hizo. —¡Esto es increíble! Tuviste un juego terrible contra Sutter. Todos simplemente lo atribuyeron a la falta de experiencia, pero todo el tiempo era sólo por un chico del otro equipo. ¿Te das cuenta de cómo suena eso, Whitney? —Me miró durante unos segundos antes de que se fuera furioso, sin molestarse en esperar mi respuesta. La cosa era que no sabía exactamente que decirle.

A las siete de la tarde, ya me había olvidado completamente de mi pelea con Craig en los estiramientos de la tarde. Mi nerviosismo acerca de él diciéndole al resto del equipo sobre Colt había sido remplazado por un sentimiento de ansiedad sin relación que no podía sacudirme de encima. Faltaba sólo media hora para que Colt me recogiera y no estaba ni cerca de estar lista. Todavía estaba vestida con mis pantalones cortos de color rojo y una camiseta de la práctica. Finalmente, me arrastré a la ducha. Mientras estaba bajo el agua caliente, mi mente vagaba de nuevo a todo lo que había sucedido conmigo recientemente, decidí que las últimas semanas de mi vida

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The Dark Side podrían fácilmente tomar la forma de un libro o, yo sabía que a Dirk le encantaría esto, tal vez incluso una película. Las cosas que venían ocurriéndome eran demasiado gigantescas para que las ignorara; mi padre muriendo en el parque, finalmente volver al deporte después de abandonarlo durante años, Jason dejándome plantada, Jason invitándome a salir, no entrar al equipo de Ash Valley, Scott sacándome adelante después de eso, Brenden abandonando el equipo, Scott rompiendo con su novia por mí, pedir entrar al equipo de Clinton Central, Colt acercándoseme y ahora, aquí estaba yo, a punto de salir con otro jugador de fútbol americano.

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Era demasiado para descartar simplemente como normal. Pero la verdad sea dicha, desde el día en que mi padre murió, las cosas nunca habían vuelto a ser normales para mí. Cuando salí de la ducha y cogí mi toalla, debería haber sabido que las cosas estaban a punto de ponerse mucho más interesantes.

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Capítulo XI Traducido por Blair Waldorf Corregido por Angeles Rangel

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staba frente a la puerta abierta del armario tratando de decidir qué blusa se vería mejor con mis pantalones favoritos, cuando mi teléfono sonó. Mi primer instinto fue pensar que era Colt cancelando la cita y mi corazón cayó hasta mis pies. Pero una rápida mirada al identificador de llamadas reveló que era un número desconocido.

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―Hola ―contesté, curiosa de saber quién estaba al otro lado del teléfono. Mientras, continuaba viendo dentro de mi closet. ―Hola, um, ¿Whitney? El teléfono casi se me cayó de las manos, al mismo tiempo que mi corazón y estómago se inquietaron. ―Al habla Jason. ―Jason ―exclamé―. ¿Cómo… cómo has obtenido mi número de teléfono? ―Compré este teléfono hace unos meses después de que mi teléfono viejo fuera a dar al océano, sabía que nadie tenía mi nuevo número. ―Hoy le pregunté a Dirk ―admitió―. Espero que eso esté bien. ―No lo estaba, pero no le dije eso. ―Sólo quiero felicitarte por tu juego contra McCobiak ―continúo Jason con voz baja―. Lo leí en el diario y algunos de los chicos hablaron del juego todo el día. Así que, felicidades.

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The Dark Side ―Gracias, Jason. Si eso es todo lo que querías decirme, me tengo que ir. ―Traté de mantener mi voz firme y fuerte, pero cada vez era más difícil con cada palabra que decía. ―Espera ―dijo―. Eso no es todo yo… lo siento, no terminé las cosas con Elisabeth antes de pedirte que fueras a cenar conmigo el viernes. Eso fue realmente terrible de mi parte, Whitney, lo siento. No dije nada, no podría decir nada aunque lo intentara. No pensé, estaba bloqueada. No podría estar más sorprendida si me hubiera dicho que Detroit le había ganado a los Potros de Indianápolis en el Super Bowl30.

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―Mmm. ¿WB? ¿Estás ahí? ―Sí ―contesté finalmente―. Sí. Aprecio eso, Jason. Pero de verdad me tengo que ir. ―Oh ―dijo quietamente―. Bien, te hablaré después. ―No supe quÉ contestarle, así que no dije nada más. ―Adiós, WB. Colgó y me dejé caer en mi cama, los planes de encontrar la blusa perfecta para esta noche se me olvidaron. Jason Victorino se había disculpado. Y, sí, no había disculpas para eso, por lo que me hizo daño durante mucho tiempo, pero eso era un comienzo. ¿Cierto?

Minutos después mi teléfono volvió a sonar. Di un vistazo al identificador de llamadas, no cometería el mismo error dos veces, no era Jason quien llamaba y me dije que no estaba decepcionada por ello. ―Hola, Sophie ―le contesté―. No puedo hablar mucho tiempo.

Super Bowl. Partido final del campeonato de NFL, principal campeonato profesional de fútbol americano en los Estados Unidos. El juego se disputa el primer domingo del mes de febrero. 30

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The Dark Side ―Si en la noche te llama un número que no conoces, ¡no contestes! Es Jason Victorino ―exclamó sin tomar un respiro. ―Demasiado tarde. Ya me llamó. Y contesté. ―Bueno, no hablaste con él ni nada, ¿verdad? Espero que hayas colgado en el segundo en que te dijo que era él. ―En realidad… ―¡Whitney! ―gritó―. ¡Oh dios mío! ¿Cómo pudiste hacer algo así? Jason es como un canalla.

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―Se disculpó por querer salir conmigo y estar con Elisabeth Turner y me felicitó por mi buen juego contra McCobiak. Eso es todo. Nada escandaloso, Soph. Sophie se quedó quieta por un momento. ―Un gesto bonito no compensa dos años de portarse como un completo idiota, Whit. Por favor, dime que no tienes debilidad por él o algo así. ―No, no lo hago ―dije―. Es sólo que, no lo odio como solía hacerlo. Estoy cansada de odiarlo. Todo parece tan… perdonable últimamente. ―¿Perdonable? ¿Estás segura de decir que perdonas a Jason Victorino por todo lo que te hizo? ―Sí, lo hago. Mira, tengo que irme. Colt estará aquí pronto. ―De acuerdo ―contestó―. Sólo quería advertirte acerca de Jason. Oh, y hay otra cosa que probablemente debes saber. Él terminó con Elisabeth Turner hoy. Pásala bien con Colt. Sophie colgó y me senté por segunda vez en quince minutos. ¿Jason esta solo? ¿Qué significaba eso? Probablemente nada. Probablemente Jason sólo estaba harto del comportamiento grosero de Elisabeth. Mientras me recordaba muchas veces antes, Jason Victorino nunca quería estar conmigo.

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The Dark Side Y no debería hacer más diferenciaciones. Tenía una cita con Colt esta noche, con un gran chico que parecía interesado en mí por buenas razones. Eso debería de ser la cosa más importante. Pero por alguna razón no lo era.

129 ―Es realmente bueno volverte a ver otra vez, Whitney ―decía Colt mientras caminábamos por la acera hacia su automóvil. Tocó una pequeña parte de mi espalda cuando abrió la puerta del auto. ―Lo es ―estuve de acuerdo. ―¿Tienes hambre? ―preguntó―. ¿O sólo quieres ir a la playa? ―Me deslicé en el asiento del acompañante mientras él cerraba la puerta. ―No me importa ―le dije―. Lo que quieras hacer está bien. ―Si estás segura ―contestó―, entonces iremos a la playa. Mientras conducía por la carretera los veinte minutos hacia el océano se mantuvo callado. No sabía qué hacer con eso. Jason y yo nunca habíamos tenido que encontrar cosas para decirnos. Vaya. ¿De dónde vino eso? Esto no tenía nada que ver con Jason Victorino. Esto era acerca de Colt, Colt y yo, y nadie más. Finalmente disminuyó la velocidad y se detuvo, estábamos solos, ya era de noche cuando caminamos a la playa. ―Entonces… ―dijo Colt. Pero no dijo nada más y fruncí el ceño. Esto fue más lejos de lo que había imaginado que sugirió, estábamos en la orilla. ―Aquí, compré una manta para nosotros ―dijo―. Vamos a sentarnos por ahí. Asentí con la cabeza. ―Entonces, ¿cómo te va en el equipo? ―preguntó una vez que se sentó.

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The Dark Side ―Muy bien ―contesté―. Pero algunos chicos se enteraron de que nos íbamos a ver hoy y no estaban muy felices al respecto. ―Colt frunció el ceño. ―¿Qué quieres decir, con que no estaban felices? ―Conectan los puntos. He mencionado que iba a salir con alguien esta noche y Craig sabe quién eres y sentí que tenía que decirles cómo nos conocimos. Creo que la gente nos vio. Lo sabrían eventualmente.

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―¿Te molesta? ¿Estás molesta por lo que hice? ―¿Qué? No, claro que no. Si no me gustara, me hubiera ido mientras estabas haciendo, no mientras nos estamos divirtiendo. ―De acuerdo, mientras estés segura ―dijo, a pesar de todo se veía escéptico. ―Tenías razón sobre los chicos que vinieron hoy, después del juego. ―¿En serio? ―Su voz fue plana, carente de emoción―. ¿Cómo quién? ―Bien ―dije, pensando que al hablar de esto no habría silencios incómodos―. Jason está actuando muy raro en torno a mí. ―Espera, espera ―dijo Colt con ojos brillantes―, ¿Jason Victorino? ¿Ese Jason? ¿El que era como tu mejor amigo? ¿El quarterback de Ash Valley, Jason? ―Sí, él. ―¿Y estás de acuerdo con eso? ―quería saber Colt―. ¿Cómo? ¿Le estás dando alas? Traté de poner la mejor mirada horrorizada. Sabía que esto no podía ir a mejor, y que Colt se irritaría. ―Oh claro que no. No seas ridículo. Estoy aquí contigo, ¿no? ―Eso no significa que prefieras estar en alguna parte con él. He estado en bastantes citas donde yo estaba pensando en una chica con la que no estaba. ―Oh, bien, es bueno saberlo.

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The Dark Side Sabía perfectamente que estaba siendo argumentativa y posiblemente ridícula, no podría imaginarme porqué. Colt dejó escapar un suspiro. ―No estaba hablando acerca de ti, lo sabes. Lo sabía. Ninguno de los dos dijo nada durante algunos minutos y me sentí obligada a mirar mi reloj rosa de Barbie, para ver cuánto tiempo más estaría sentada sin hablar con él. Debió sentir lo mismo.

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―¿Sabes? Podemos irnos si quieres. No supe qué decir durante un minuto. ―Lo siento ―contesté finalmente―. Es sólo que mi mente está en otra parte. ―¿Con Jason? Esa no era una pregunta. Sólo vacilé, pero asintió con la cabeza. ―Sí, lo siento. ―No te preocupes. ―Con cuidado, se acercó a tomar mi brazo, pero retiró su mano rápidamente―. Pero espero que sepas que me gustas, también. Y si lo que quieres es sentarte y pensar en él, si lo prefieres en vez de mí, sólo tienes que decirlo y me iré. No es un gran problema. ―No, no lo hagas ―dije, sorprendiéndole. No estaba segura si lo decía en serio―. Es sólo que Jason me llamó antes de que llegaras a mi casa. Esa es la única razón por la que está en mi mente. Colt asintió con la cabeza. ―Está bien, entiendo. ―Gracias ―le dije y era en serio―. Entonces, ¿cuándo es tu siguiente juego? Y así es como el resto de la noche fue. Hablamos de fútbol americano y escuchábamos los sonidos de la marea cuando creaba sus olas. Fueron momentos bonitos; Colt es un chico fantástico para pasar una noche de viernes.

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The Dark Side Pero nunca me olvidé de Jason.

Una semana después hubo otro partido, esta vez contra la Secundaria East Larondo, un equipo de 3-131, de impresionantes running backs y con una sorprendente defensa.

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―McCobiak sufrió una derrota en nuestras manos. ―El entrenador Alvarez dio un discurso antes del partido―. Ahora es el turno de East Larondo. Berringer, espero que los resultados sean similares e incluso espero que sean mejores. Defensas, espero que el juego sea elegante y fresco. Sin faltas, ¿está claro? Sin interferencias en los pases, sin holdings32, sin encroachment33, nada. Sin pérdidas intencionales. ¿Y los equipos especiales? No quiero despejes bloqueados, goles de campo o puntos extra y no los busquen. No dejen que les ganen la posición del campo. Este es nuestro juego, al igual que cada uno de ustedes lo es. Las únicas personas ahí fuera que no lo saben son aquellas que visten una camiseta del East Larondo. Así que vamos a salir y mostrarles quienes somos de inmediato. Establézcanse temprano y nunca miren hacia atrás. Nos animó el discurso del Entrenador Alvarez. Era un partido en casa, nuestro último partido en casa antes de tener que jugar tres partidos consecutivos de gira, y nosotros queríamos ganar, necesitábamos ganar, para sumar los puntos. Sabía que estábamos a punto e incluso de nuestro record 2-2 y después de eso nadie nos detendría.

3-1. Es una formación defensiva que consiste en 3 linieros y 1 backup. Holdings. Es un tipo de falta que e señala cuando un jugador ofensivo agarra o atenaza al defensor o bien, cuando el defensivo sujeta a un ofensivo que no es el portador del balón. 33 Encroachment. Ocurre cuando un jugador comete una de las dos faltas anteriores pero con la diferencia de que se produce un contacto físico con el contrario se señala encroachment. Se indica igual que el offside. Cinco yardas de penalización. 31 32

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The Dark Side ―¡Whitney Berringer en la yarda 33 da un pase completo a Mark McCoy! ―gritó el locutor desde la cabina―. ¡Escuchen el rugido de la multitud! Aunque tengo que admitir que cuando el entrenador Alvarez la trajo aquí desde Ash Valley, tenía mis dudas pero en verdad es muy buena jugadora.

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Me reí de sus comentarios; no me sorprendía, sabía que casi todo el mundo sentía lo mismo que él decía y estaba bien con eso. Nunca me importaría probar que yo era lo suficientemente buena. Alcé la vista hacia las gradas donde mi mamá siempre se sentaba junto a Scott, Sophie, Matt, y Dirk. Mi madre no había sido capaz de llegar al juego de hoy, pero el resto de la usual multitud estaba allí. Mis ojos viajaron un par de filas y vi a Colt con algunos de sus amigos. Todavía hablábamos casi todos los días desde nuestra noche en la playa, pero no estaba segura de que la chispa original aún siguiera. Mis ojos se dirigieron a su izquierda y casi se me cae el balón. Aún había sorpresas vacantes en el mundo. ¿Cómo puede ser? No sabía lo que había hecho mal en alguna vida pasada, pero estaba segura de que estaba pagando por ese error ahora. Jason Victorino estaba sentado solo, mirándome. Le devolví la mirada durante unos segundos antes de dar una vuelta obligada, rompiendo el hechizo, y volver a centrarme en el juego. ―¿Estás bien, With? ―me llamó Todd el right tackle34―. No te ves tan bien. Y hay sólo trece segundos en el reloj de juego. Me mordí el labio, sacudiendo los últimos segundos, y recité algunos números que le indicaban a la defensa que jugada estábamos a punto de ejecutar. Posicioné mis manos debajo de las piernas de Chris Sampson.

Right Tacle (R.T) Normalmente es el mejor bloqueador de su equipo en jugadas de carrera. 34

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The Dark Side ―¡Abajo! ¡Listos! Hike, hike. Chris puso el balón en mis manos... se me cayó... Todd desplegó a uno de los linieros35 de East Larondo con gran éxito, lo que estaba segura de que le ganaría elogios del entrenador Alvarez de nuevo en la línea de banda. Mark McCoy corrió por la banda, haciéndome señas para completar la jugada que había dicho, pero los de East Larondo estaban corriendo a través del campo para cubrirlo y no estaba segura de poder hacer el saque sin arriesgar una intercepción. Teníamos una ventaja de catorce puntos y era el momento para tomar una oportunidad.

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Por el rabillo de mi ojo, pude ver al entrenador Alvarez corriendo arriba y abajo de la línea de banda, gritando salvajemente. ―¿Qué estás haciendo? ¡McCoy está abierto! ¡Berringer! ¡Lánzalo! ¡Lánzalo! ¡Lánzalo! No lo lancé y mientras el pocket colapsaba a mí alrededor, empecé a correr campo abajo. Mark, dándose cuenta de lo que estaba haciendo, se apresuró a poner un bloqueo en un linebacker de East Larondo que se encontraba persiguiéndome. Las líneas de las yardas brillaban mientras yo corría. Finalmente, estaba en la quince, luego la diez, después la cinco… Después... ―¡TOUCHDOWN DE CLINTON CENTRAL! ―anunció el locutor―. ¡No lo puedo creer! ¡Berringer aumenta la puntuación! ¡Oh, qué fantástico juego de la jugadora Whitney Berringer! Cuando el reloj marcó los últimos segundos del partido, Clinton Central ganó su segundo triunfo en el que había marcado cuarenta puntos o más. Los aficionados sentados en las gradas estallaron y muchos corrieron hacia el campo después de que el juego terminase para encontrarse con los jugadores que conocían. Nunca había visto algo así en la temporada regular, pero era algo que había de esperar en los playoffs, tal vez, ¿pero ahora? ¿Quién era yo

Liniero. Usualmente son los jugadores ubicados en el frente de cada jugada durante el partido tanto del lado ofensivo como del defensivo 35

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The Dark Side para quejarme? Mientras estaba cerca del medio campo entre la multitud, gente que nunca había visto antes me felicitó y me dio una palmadita en la espalda. Finalmente, vi a Colt dirigiéndose hacia mí. ―¡Esa es mi chica! ―dijo, para envolverme en sus brazos y levantarme de la tierra―. ¡Estoy tan orgulloso de ti, Whit! ¡Eso fue increíble! Tú, corriendo para hacer un touchdown, ¡fue una locura! Le sonreí y lo abracé. Levanté la vista entonces y vi a Jason Victorino de pie a pocos metros de nosotros, mirándome.

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Se me hizo un nudo en el estómago. Mi corazón dio un salto y comenzó a latir más rápido y más rápido. Podía sentir cómo empezaba a sudar. Me temblaban las manos y cerré los ojos. Apreté mis manos sobre Colt, no porque quisiera, sino porque de pronto necesitaba sostenerme. ¿Por qué me pasaba esto? ¿Por qué Jason me podía hacer esto como si no hubiera pasado nada después de todo lo que me había hecho? No era justo. No quería tener nada que ver con él. Mi cerebro me decía que todo lo que sentía por él era estúpido, no podía llevar a nada bueno. Y sabía que tenía razón. ¿Pero a mi cuerpo? ¿A mi corazón? Les dolía Jason y no importaba lo mucho que deseaba que no fuera cierto, pero él tenía algo que nunca nadie había hecho. La capacidad de llegar a mí.

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Capítulo XII Traducido por hanna Corregido por Angeles Rangel

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se mismo viernes por la noche, Sophie dio una fiesta sin ninguna buena razón más que el dejarse llevar y tener un poco de diversión. Había llamado para avisarme sobre eso hace unos días, pero no sabía si me gustaría ir.

Después del partido, sin embargo, y esa escena con Jason que sólo nosotros dos conocíamos, decidí que una noche libre de todo lo relacionado con el fútbol americano y los chicos era exactamente lo que necesitaba. Sophie vivía unos veinte minutos a pie de mi casa, así que decidí disfrutar de la cálida noche y caminar hasta allí. Eso me daba un poco de tiempo para mí, algo que tenía muy poco últimamente. Mientras caminaba, sabía que debería estar pensando en Colt y lo perfecto que era, pero no pensé que quisiera a alguien que se viera bien, se suponía que era bueno, tenía todo lo que necesitaba de su papel, pero no era el adecuado para mí. La chispa lógica que decía que debía existir algo entre Colt y yo simplemente no estaba allí y no creo que pudiera sacrificar el ser completamente feliz por algo que no era tan bueno como lo que sabía que merecía porque era conveniente y disponible. Mis pensamientos siguieron a la deriva de nuevo hacia Jason. Pero eso no me sorprendió. Nada realmente me sorprendía ya.

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The Dark Side Abrí la puerta principal de los Schofiel un poco más tarde y Sophie se acercó corriendo a encontrarme. ―¡Whit! Estoy tan contenta de que estés aquí. Sonreí, pero antes de que pudiera responder, la gente cerca de mí se quedó en silencio y se giró para mirarme. Un muchacho rubio que nunca había visto antes se acercó y me pasó un brazo por los hombros.

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―Hola ―dijo. Maniobré mi cuerpo de manera que él ya no estuviera tocándome―. ¿He oído bien a Sophie? ¿Eres Whitney? ¿Como… Whitney Berringer? ¿Quarterback de Clinton Central? Sonreí amablemente y le disparé a Sophie una mirada inquisitiva. ¿Quién era este chico? Definitivamente no era alguien que jamás hubiera visto en Ash Valley antes. ―Philip, Philip ―dijo Sophie, rodando los ojos―. Tómalo con calma, ¿de acuerdo? Whitney es mi amiga, no una chica para que persigas por todas partes. ―¿La conoces? ¿Y ni siquiera puedo decir algo? Vaya prima eres. Arrugué la nariz. ¿Sophie estaba relacionada con este cretino? ―Disculpa ―le dije―, pero si no te importa, o incluso si te importa, creo que voy a salir de aquí. ―¡No! ―protestó Philip―. Yo no quería comportarme como un asqueroso, ni nada. Estoy realmente impresionado por lo que he oído hablar de ti, eso es todo. ―Gracias, pero quién soy no tiene nada que ver con lo que puedo hacer en el campo. Y no me conoces, así que por favor no finjas que sí es así. Caminé hacia la cocina con Sophie, dejando a un desconcertado Philip de pie detrás de nosotras. Ya había comenzado a cansarme de toda la atención extra que venía con el éxito en la cancha, pero sabía que la había pedido y no tenía derecho a quejarme.

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The Dark Side ―Lo siento, mi primo es algo así como un canalla. Sonreí. ―No te preocupes. Sólo necesito una noche lejos de todo. Estoy un poco harta de todo lo que es Clinton Central en estos momentos. ―¿Por qué? Pensé que las cosas iban muy bien allí. ―Lo están. Es que… no sé, supongo que asocio Clinton Central con Colt porque ahí es donde me encontré con él y él está involucrado con el fútbol americano, y ahí es donde las cosas realmente no van tan bien.

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―¿Quieres hablar de ello? ―preguntó Sophie. Sabía que lo decía en serio, pero también sabía que debía disfrutar de su propia fiesta. ―Nah. No esta noche. Vamos a pasarlo bien, ¿de acuerdo? ―Sí. Sé que Dirk está por aquí si quieres buscarlo. ―¿Qué? ¿Realmente lo hiciste salir? ―Tuve que amenazarlo con decirle a la gente acerca de ese tiempo en el McDonalds en la quinta calle para sacarlo, pero está aquí. Me reí, y finalmente sentí que empezaba a relajarme y realmente creía que podría tener un buen rato esa noche. Es decir, hasta que vi a Colt caminando a través de la sala de estar. ―Oh, Dios… ―Sophie se detuvo, notándolo, también―. ¿Ves eso? Él es probablemente el chico más sexi que he visto… bueno… nunca. ―Sophie ―susurré―. Ese es Colt. Se giró hacia mí y, al hacerlo, me bloqueó de su línea de visión. ―Gracias. ―¿Le has invitado? ―¡No! No le dije lo que iba a hacer esta noche, así que o conoce a uno de tus amigos o se enteró en algún lugar y pensó que yo podría estar aquí.

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The Dark Side ―Vaya. Sé que no querías lidiar con todo esto esta noche, pero no creo que realmente tengas una elección. Tienes que ir a hablar con él. ―No. No quiero decirle nada, a menos que tenga que hacerlo. ―¿Y ese chico es tu novio? Me dio la sensación de que Sophie no estaba preguntando porque quisiera confirmar, sino porque ella estaba tratando de probar un punto, y era una pregunta válida.

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Mensaje recibido, alto y claro. De repente, los ojos de Sophie se ensancharon cuando ella notó algo detrás de mí. ―Uh, me pondré al día contigo más tarde, Whit. Estaba a punto de girarme para ver lo que la había puesto tan ansiosa cuando una voz habló desde detrás de mí. ―Whitney. La voz era suave y amable y sabía exactamente a quién pertenecía. Sorprendiéndome, y probablemente a él, le ofrecí una pequeña sonrisa cuando me di vuelta para mirarlo. ―No sabía que ibas a estar aquí ―dijo Jason Victorino. ―Sophie es mi mejor amiga. Él asintió con la cabeza. ―¿Así como yo lo era? Si yo hubiera estado sosteniendo algo, sabía que habría caído al suelo cuando las palabras salieron de su boca. ―No ―le contesté con firmeza y sin tener que pensar en ello. Lo miré directamente a sus ojos, deseando que supiera que yo quería decir cada palabra―. Puede que no haya sido su amiga mientras fui tu amiga, pero ha sido mucho mejor para mí de lo que incluso tú fuiste. ―Vi el dolor parpadeando en sus ojos y me gustó―. ¿Y quieres saber por qué? Porque Sophie nunca me abandonó cuando las cosas en mi vida fueron menos que perfectas. No siempre fueron rosas y fútbol

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The Dark Side americano, Jason. A veces la vida no va de la forma en que queremos que sea, pero sólo tenemos que encontrar una manera de tratar y conocer gente que estará ahí para nosotros. No pudiste hacer eso por mí. ―Sí ―dijo en voz baja―. Sí, lo sé. Me lo merezco. Por si sirve de algo, Whitney, lo siento. No puedo decirte cuánto lo siento. Y tenía la esperanza de que tal vez te gustaría dar un paseo conmigo. Sólo quiero una oportunidad de hablar contigo.

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―Yo, eh... ―Me apagué. Mi mente daba vueltas, bailando, girando, haciendo todo tipo de cosas detestables, poco prácticas y no deseadas. Así que fue más o menos en todas las otras partes de mi cuerpo. Me decidí a decir que no. Jason no merecía más de mi tiempo, ya que había tirado los once años que le había dado. No debería tener la posibilidad de perder más de ello. ―Está bien ―le dije. ―Whitney ―exclamó otra voz entonces―. ¡Ahí estás! Te he estado buscando por todos lados. ―Oh, Dios mío ―dije en voz baja, y estaba bastante segura de que Jason escuchó―. No sabía que estarías aquí esta noche, Colt. ―Lo habrías sabido si me hubieras dicho lo que ibas a hacer. ―Es sólo una noche con algunos de mis amigos de Ash Valley. ―¿Tus amigos? ―repitió él con una ceja levantada―. No era consciente de que todavía considerabas a este tipo uno de tus amigos. ―Él hizo un gesto con la cabeza en dirección de Jason. ―No... no lo sé ―dije, lanzando una rápida mirada a Jason, cuyo rostro se ensombreció―. Lo siento, Jason. No puedo llamarte mi amigo… todavía no. Sonrió, le había dado una pequeña esperanza de que tal vez no todo estuviera perdido entre nosotros y, en ese momento, no estaba tan segura de que lo estaba. ―No puedo creerlo ―dijo Colt, levantando sus brazos―. Vienes a pasar el rato con tus amigos y no te molestas en decirme y luego estás toda

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The Dark Side sociable con este cretino que te abandonó cuando tu padre murió. No pensé que él era el tipo de persona que querías en tu vida, Whitney, y si lo es, tal vez no debería serlo. Pensé que eras mejor que esto. ―Casi no me conoces ―disparé de nuevo, enojándome―. No me conoces lo suficientemente bien como para decirme lo que soy. Y creo que nunca lo harás. Parecía aturdido, completamente atónito, casi como si hubiera tenido un cubo de agua helada derramada en la parte delantera de sus pantalones.

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―¿Estás rompiendo conmigo? Porque realmente no creo que quieras. ―No ―dije―. No lo estoy haciendo. Él memiró sorprendido. También lo hizo Jason. ―Entonces, ¿por qué no acabas de irte y…? ―No, no quiero ir a ninguna parte contigo. Ahora no. Te llamaré cuando esté lista para hablar. Pero creo que probablemente deberías irte. ―No me voy. No sin ti. ―Eso va a ser una especie de problema, entonces porque no voy a ir contigo. ―Vamos, Whitney. Vámonos y podemos hablar de todo esto… ―Dije que no, Colt. ―Whitney, por favor. No creo que estés pensando… ―Ella dijo que no. ―Jason fijó a Colt con una mirada de acero, que recordaba haber visto en su rostro sólo en el campo―. No quiero empezar algo aquí. Estás superado en número y yo tengo un equipo de fútbol americano entero deambulando por este lugar y todos ellos harían cualquier cosa por Whitney y puedes apostar tu dulce trasero que no quieren escuchar que le estás haciendo pasar un mal rato. Colt giró los ojos. ―No tengo miedo de tus matones, Jason. Y no me voy a ir sin ella.

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The Dark Side ―Sí, lo harás, a menos que ella decida que quiere ir contigo. Pero eso podría ser un poco difícil teniendo en cuenta que estoy a punto de salir con ella. ―¿Qué? Yo estaba bastante segura de que nunca había visto a nadie volverse una sombra púrpura vibrante. Colt se giró hacia mí. Asentí con la cabeza.

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―Ninguna novia mía va a hacer algo tan ridículo como eso. ―No iba a hacer esto, Colt, pero si eso es lo que quieres, entonces eso es lo que tendrás, supongo. Sonrió, satisfecho de haber llegado finalmente a través de mí. ―Me alegro de ver las cosas a mi manera, Whitney. Ahora nos vamos. ―Supongo que no, ya no tienes novia ―continué como si yo él no hubiera hablado―. Debido a que ningún novio mío va a decirme lo que puedo o no puedo hacer. Colt palideció, pero no dijo una palabra mientras salía disparado de la casa de Sophie, e imaginé que fuera de mi vida. Jason me miró y me ofreció una pequeña sonrisa. El grupo de personas que se habían reunido durante la discusión dispararon miradas curiosas hacia nosotros, todos ellos conscientes de nuestro pasado, pero pronto perdieron el interés en nuestro juego de miradas. ―¿Estás bien? ―preguntó. ―Estoy bien. ―Tomé una respiración profunda―.Vamos.

Salimos de la casa de Sophie y bajamos el camino en silencio. Se metió las manos en los bolsillos de su pantalón y me froté las manos sobre los brazos desnudos para mantenerme caliente. ―Gracias por venir conmigo esta noche. ―Él fue primero en romper el silencio.

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The Dark Side ―No sé por qué lo hice. ―Pero lo hiciste ―respondió―. Creo que eso cuenta para algo. Para ser honesto, nunca pensé que tendría la oportunidad de hablar contigo de nuevo. ―Yo tampoco. ―Hice una pausa―. Nunca pensé que me gustaría hablar contigo otra vez.

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―¿Qué cambió? ―No lo sé ―respondí con sinceridad―. El tiempo, tal vez. Te odié por mucho tiempo, Jason, pero no puedo odiarte para siempre. Parecía sorprendido. ―¿No me odias? ―Estoy aquí. ―Sí. Supongo que lo estás ―dijo. Apartó la mirada por un segundo―. Whitney, ¿por qué no audicionaste en primer año para el equipo? ―No estaba lista ―le contesté sin dudar―. Odiaba el fútbol americano y te odiaba. No podía imaginar que algún día volvería a jugar. Así que no lo hice. ―Culpaste al juego por la muerte de tu padre. ―Yo… no sé si era eso exactamente ―tartamudeé, jugueteando con el reloj Barbie rosa en mi muñeca―. Es sólo que... no sé, tenía tantos malos recuerdos del campo y, con el tiempo, superaron todos los buenos. ―¿Y por qué ahora? ¿Por qué volviste? ―Era el momento oportuno ―le respondí con un encogimiento de hombros―. Es simple. Ya no odio el fútbol y no te odio. ―Me alegro de que hayas audicionado ―dijo después de un momento―. Verte en el campo me dio la oportunidad para hablarte que tanto había estado buscando. ―No hiciste mucho con ella. ―Lo sé. Lo manejé mal ―admitió―. No estaba pensando con claridad. Me pones nervioso, Whitney. No tienes ni idea.

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The Dark Side No quería oír qué clase de efecto tenía sobre él. Todavía no. Todavía quedaban muchas preguntas que tenía que hacer. ―Jason ―dije finalmente―. ¿Dónde fuiste? Era una pregunta sencilla, pero estaba segura de que era la más importante que le habían hecho nunca. Él no me respondió de inmediato. Caminamos en silencio, sólo el tenue resplandor de las farolas iluminaba nuestro camino.

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―Tuve que irme ―dijo―. Suena estúpido, pero es la verdad. Tuve que hacerlo. ―Está bien ―le respondí, y por un momento, supe que él pensaba que yo iba a dejar ir todo. Pero estaba decidida a terminar de comprender lo que pasó―. Pero, ¿por qué? Es que no entendí por qué. ―No sé si puedo explicarlo. Quiero hacerlo ―añadió rápidamente―, pero no sé si puedo. Me pasé once años saliendo contigo. No puedes pensar que después de todo ese tiempo no tenía sentimientos por ti. Estaba asustado. ―Hizo una pausa y tragó saliva―. Estaba enamorado de ti, Whitney. Teníamos quince y te amaba y me daba miedo. Así que me fui. ―Jason, yo… ―Déjame terminar. Sé que tener miedo no es lo suficientemente bueno. Y no debería ser lo suficientemente bueno. Hice todo mal cuando lo único que quería hacer era hacer las cosas bien. Lo siento. Lo siento por todo. Lamento que tu padre muriera. Nunca te lo dije antes, pero si hay una cosa que tienes que saber, es que no me fui por lo que le pasó. No tenía absolutamente nada que ver con eso. No sabía cómo estar allí para ti y eso estaba mal. Así que me fui. No estoy tratando de excusar lo que hice. Sólo estoy tratando de explicártelo. ―Entiendo ―interrumpí. Y era verdad. Nunca esperé creerle, pero lo hice―. Sin embargo, ¿dos años? Nunca me dijiste nada. Ni una palabra. Dos años, Jason. ―Lo sé. Lo sé, Whitney. Lo hice todo mal. Y no sé si alguna vez siquiera supe lo mucho que metí la pata hasta que te vi con esa camisa amarillo mostaza en las pruebas. Era todo lo que necesitaba ver.

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The Dark Side ―¿Por qué? ―Tomé la decisión de no hacer esto fácil para él. ―Fue la primera vez en que realmente entendí por qué lo hice. Pero también me di cuenta que te necesito en mi vida. ―¿Por qué lo hiciste? ―Porque no quería estar enamorado de ti. Es una tonta razón, pero es todo lo que tengo. Todo lo que tengo ahora es la verdad, Whitney. ¿Qué más puedo perder? Supe que lo estaba haciendo mal cuando audicionaste. Estaba saliendo con Elisabeth y pensé que nunca me hablarías de nuevo. Todavía estaba enamorado de ti y pensé que no estaba bien y probablemente no lo estaba. Tenía una novia, pero pensé que si yo si me comportaba como un idiota, entonces sería más fácil para mí superarte.

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Tuve la imperiosa necesidad de preguntar si había funcionado, si fue capaz de superarme tan fácilmente. ―Whitney ―dijo―. No funcionó. Pero para entonces, ya me odiabas y me había quedado atrapado en mi relación con Elisabeth. ―No te hubiera odiado si me hubieras explicado las cosas. Pero nunca lo hiciste. Ni una sola palabra. ―No sé de qué otra forma decirte que lo siento. Sólo espero que puedas perdonarme. Realmente me gustaría, pero entiendo si no lo puedes hacer. No sé si yo… ―Jason. Está bien ―dije simplemente. ―Hay algo más que tengo que decir. ―Su voz se hizo más suave y tuve que dar un paso más cerca para oírlo―. Y no estoy seguro de cómo vas a reaccionar a esto. ―Dime. ―Todavía estoy enamorado de ti, Whitney. Mis ojos se agrandaron y no dije nada. No pude. ―Sí ―dijo después de un segundo―. Sabía que debería haber mantenido la boca cerrada. Esto fue demasiado, demasiado pronto. Lo siento.

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The Dark Side ―Jason ―me las arreglé para chillar―, déjame explicarte algo. Hizo una mueca y supe que él estaba preparándose para que le dijera por qué nunca podría estar enamorada de él, por qué me merecía alguien mucho mejor que él, por lo que no quería tener nada que ver con él, ni ahora ni nunca. Todo lo que tendría que haberle dicho. Apenas podía creer que iba a hacer lo que sabía que iba a hacer. Me quedé lo suficientemente cerca de él para que no tener que desplazarme para ello. Me incliné hacia él y presioné ligeramente mis labios a los suyos antes de dar un paso atrás rápidamente.

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Los ojos de Jason permanecieron cerrados por un segundo más de lo debido. ―Jason ―le dije―, ¿lo entiendes ahora? Él negó con la cabeza hacia atrás y adelante como un robot en piloto automático. ―Todos estos años ―le dije, tomando una respiración profunda―, también he estado enamorada de ti. Traté de superarlo y, créeme, lo hiciste más fácil cuando me trataste como si nunca te hubiera importado. Pero nunca funcionó completamente. Claro, he salido desde entonces y también tú. Pero cuando se llega a esto, siempre me aburría demasiado rápido o no había suficiente química. No supe que estaba comparando a todos estos chicos. No podía pensar en algún gran romance en mi vida. Pero ahora creo que lo entiendo. Yo sólo quería que fueras tú. ―Yo nunca... ―Se apagó―. No puedo decir que nunca quisiera hacerte daño. Porque supongo que lo hice. Pero no puedo decirte lo que significa para mí estar aquí contigo ahora, así, con esta oportunidad. Nunca pensé que iba a suceder. Sobre todo después de lo que pasó después de que el entrenador hizo el anuncio sobre los quarterbacks. ―¿Quieres decir cuando te cancelé para salir con Scott Marino? ―Sí ―dijo, con la voz temblorosa―. Eso. ―Alcanzó y entrelazó sus dedos con los míos mientras caminábamos. Apreté mi agarre en su mano.

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The Dark Side ―No podía entender lo que querías conmigo ―le dije―. ¿Qué se suponía que debía pensar? ―No lo sé ―dijo―. Pero me alegro de que me estés dando esta oportunidad. No voy a estropear las cosas esta vez. Te lo prometo. Asentí y le sonreí a la noche. Whitney Berringer y Jason Victorino.

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Era como si nada hubiera cambiado nunca.

Me desperté con una gran sonrisa en mi cara a la mañana siguiente y no podía evitar la sensación de que de alguna manera las cosas se habían hecho correctamente durante la noche, pero no podía recordar por qué. Y entonces me di cuenta. Jason. Miré mi reloj despertador. Eran sólo las 8:45, mucho antes de lo que esperaba despertar, pero sorprendentemente no me sentía cansada. No había llegado a casa hasta un poco más allá de las tres de la mañana, ya que Jason y yo habíamos terminado caminando de regreso a su casa, donde pasamos la mayor parte de la noche hablando y riendo en su sala de estar como antes. El Sr. Victorino había paseado abajo unos minutos después de las once y se tambaleó cuando me vio sentada en el sofá. Lucía más que desconcertado, casi como si se estuviera preguntando si los últimos dos años habían pasado en realidad o si se acababa de despertar de un sueño muy largo. ―Whitney ―había exclamado, lanzando una mirada inquisitiva a su hijo―, es bueno verte de nuevo. He oído que estás destrozando el campo con Clinton Central en estos días. Sonreí y asentí con la cabeza y no me preguntó nada más. No vi a mamá cuando llegué a casa anoche y ahora no estaba segura si quería decirle lo que pasó. Sabía que no era exactamente aficionada a Jason, pero no me importaba. Estaba feliz porque por fin lo tenía.

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The Dark Side Después de unos minutos allí tumbada, radiante de alegría hasta el tope y repasando los acontecimientos de la noche anterior en mi cabeza, salté de la cama y tomé el celular. Tres llamadas perdidas: dos de Colt y una de Sophie. Ninguno de ellos había dejado un mensaje, así que llamé a Sophie en primer lugar. ―¿Qué diablos está pasando? ―exigió a modo de saludo―. ¿Estás saliendo con Jason Victorino ahora?

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―¿Cómo lo sabes? ―No me sorprendió escuchar la irritación en su voz. ―Oh, por favor, Whitney. Todo el mundo lo sabe. Rompiste con tu novio en mi fiesta para irte con Jason Victorino y ninguno de los dos volvió. ¿Qué esperas que piense la gente? ―Todo el mundo sabe también lo que pasó entre nosotros hace dos años. ¿Por qué iba alguien a suponer que nos reunimos después de eso? ―¿Por qué entonces Jason saltó a tu defensa como lo hizo? Era obvio para cualquier persona con un cerebro, y eso incluye a Colt, quien por cierto está loco por ti. Y he sabido por mucho tiempo lo que sientes por él. Nada más explica por qué nunca lograbas salir con nadie más durante más de una semana. ―No puedo creer que todo el mundo lo sepa. ―No puedo creer que sea verdad. ¿No podemos hablar de esto? ¿No es eso suficiente? Creí que habíamos acordado que Jason no es el adecuado para ti. ―Eso fue antes de que entendiera por qué hizo lo que hizo. Y tú misma lo has dicho, Soph. Siempre he estado enamorada de él y ahora tengo la oportunidad de hacer algo al respecto. ¿Por qué no eres feliz por mí? ―¿Cómo podía haberse explicado lo suficientemente bien como para que salieras con él? ―No pienso decirte eso. Había, por supuesto, planeado decirle a Sophie todos los detalles, pero después de escuchar el tono chillón, acusatorio y casi condescendiente, actitud sabe lo todo, no sabía si podía confiar en ella

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The Dark Side con todo esto de la manera que yo quería. Necesitaba saber que ella estaba feliz por mí. ―¿Qué? ―No creo que vaya a decirte. Lo siento, pero no eres exactamente un apoyo en este momento, así que, ¿por qué iba a decir algo al respecto? ―¿Hablas en serio en este momento? Debes decirme porque yo soy la única que arregla todas tus piezas que él rompe. Debes decírmelo porque yo soy la que se sentaba a través de incontables horas de discusiones sobre él, analizando cada cosa que él dijo o hizo. Debes decirme porque te traje de vuelta al fútbol americano este año. Hay muchas razones por las que deberías decirme y ninguna razón por la que no deberías hacerlo.

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―Te equivocas. Hay una razón y creo que compensa todas las razones por las que debería. No me apoyas. Hiciste exactamente lo que Jason me hizo hace dos años. No estás ahí para mí cuando más te necesito. Colgué el teléfono y de inmediato volvió a sonar. No hice caso a la llamada de Sophie y en su lugar le marqué a Colt. No quería hacer esto en absoluto, pero tenía que hacerlo, si quería ser justa con él, con Jason y conmigo. ―Whitney, gracias a Dios que llamas ―respondió Colt en el primer discado―. ¡He estado muy preocupado por ti! ¿Cómo pudiste irte con ese canalla de Victorino así? Casi tuve un ataque al corazón. ―Colt, espera. Te estoy llamando por una razón. No voy a disculparme por lo de anoche. Te equivocaste al aparecer en la fiesta de esa manera y te has equivocado al tratar de que me fuera contigo cuando te dije que no quería hacerlo. ―No me gusta esto ―murmuró―. Whitney, si todavía quieres que sea tu novio cuando esta llamada termine, te sugiero que me lo pidas en este momento. ―Ya te lo dije, eso no va a suceder. No soy tu novia. Terminamos anoche. ―No quisiste decir eso.

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The Dark Side ―Bueno, lo digo en serio ahora. Te estoy llamando para asegurarme de que sabes que lo digo en serio. Estoy con Jason, Colt. Y no me arrepiento de eso, tampoco. La única cosa por la que tengo que pedir disculpas es por no ser sincera contigo acerca de cómo me sentía desde el principio. Él suspiró. ―Yo debería haber sabido que esto iba a pasar. Buena suerte con el fútbol americano, Whitney. Estoy seguro de que te veré de nuevo en el campo. ―Colgó antes de que pudiera decir algo más, pero lo único que podía hacer era sonreír. Finalmente era real.

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Era toda de Jason.

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Capítulo XIII Traducido por aLexiia_Rms Corregido por Onnanohino Gin

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e sorprendió el número de personas en Clinton Central que en la mañana del lunes ya se habían enterado de que estaba saliendo con el quarterback titular de Ash Valley. Nunca, realmente, lo había visto de esa manera, pero ahora que lo hacía, me di cuenta de lo interesante que esta relación sería.

M

La gran revancha de Clinton Central vs. Ash Valley estaba a sólo una semana y media. ¿Seríamos capaces de superar esta temprana prueba? No sabía si quería saberlo, pero no era como si tuviera otra opción. —¿Conseguiste engatusar a Victorino antes del gran juego? —me preguntó Trenton en el almuerzo de ese mismo día—. Ya sabes, ¿distraer su cabeza del juego? ¿Le hiciste perder el juicio? —No —le respondí con una sonrisa—. Lo intenté una vez antes. No me funcionó muy bien. Por alguna razón, yo realmente quiero a ese chico. Trenton sonrió. —¿No es eso dulce? Pero estoy seguro de una cosa aquí. Necesitas ganar el juego contra Ash Valley, Whit. No creo que te guste lo que podría suceder si tienes que perder un partido tan importante por tu novio. Incluso si ganaras después de este. Hice una mueca. No había pensado en eso tampoco. Sólo uno de los dos podía ganar. Y tenía que ser yo.

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The Dark Side No podía creer lo que estaba a punto de hacer dos noches más tarde. Me paré frente al espejo, dando los toques finales a mi atuendo para la cena en la casa de los Victorino. Noches como esta solían ser nada por las que preocuparse, antes. Yo solía ir allí todo el tiempo y mi madre siempre se había sorprendido cuando estaba en nuestra mesa y no en la de Jason. Todo seguía siendo muy surrealista para mí, y a pesar de que sabía que probablemente no debería confiarle lo de Jason a ella todavía, lo hice.

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—Simplemente no puedo creer que Jason y tú estén juntos después de todos estos años —dijo efusivamente mi madre, que había estado sorprendentemente a favor de esto, desde la puerta. Había superado su aversión a él con bastante rapidez después de que le di la noticia—. Sabía que los dos eran el uno para el otro. Rodé mis ojos, pero no pude dejar de sonreír, sintiéndome completamente feliz por primera vez en lo que parecía ser un largo tiempo. —Voy a llegar tarde a casa. No me esperes despierta. La casa de Jason estaba bajando por la calle y estuve allí en pocos minutos, de pie en el porche, tocando el timbre familiar. La puerta se abrió de golpe y Jason se paró frente a mí, sonriendo. Me dio un abrazo y sonreí. —Me alegra que hayas venido esta noche. No estaba seguro de que lo harías. —Jason, vamos. Soy tu novia. Tienes que empezar a acostumbrarte al hecho de que no te odio. —Él se echó a reír. —Lo siento. Puede ser que me lleve algún tiempo. Estoy acostumbrado a pensar que te disgusto. —Ya no más —le dije con una sonrisa antes de inclinarme para besarlo. Sólo nos habíamos estado besando durante unos segundos cuando los padres de Jason aparecieron.

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The Dark Side —Hola, Whitney —dijo la Sra. Victorino, con amabilidad. Salté, alejándome de Jason, cuyo rostro se volvió púrpura por la vergüenza de un chico que había sido sorprendido besando a su novia por sus padres. —Hola, Sra. Victorino —le contesté, permaneciendo más tranquila que Jason—. Es un placer verla de nuevo. —Sí —dijo la madre de Jason—. Ciertamente no tienes que decirlo otra vez. Extrañé no tenerte por aquí. Y a juzgar por el aspecto de las cosas, no fui la única.

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—Mamá. —Jason rodó sus ojos. Me eché a reír y tomé su mano en la mía, algo que nunca habría hecho frente a los padres de Colt, pero que se sentía sorprendentemente cómodo alrededor de los Victorino. —¿Por qué no entran y pasan a la sala? —sugirió la señora Victorino—. Me doy cuenta de que he avergonzado a mi hijo más que suficiente por una noche. Jason volvió a rodar sus ojos, pero no dijo nada mientras me conducía por el pasillo hacia la sala de estar. —¿Hay algo que pueda hacer para ayudar? —pregunté. —Por supuesto que no —respondió la señora Victorino—. Sólo tienes que ir para allá, sentarte en el sofá con Jason y ver la televisión hasta que la cena esté lista. —¿Sabes qué? —preguntó Jason cuando ya me había sentado a su lado—. Nada ha cambiado en absoluto. Sigues siendo tan amable como siempre y mi mamá todavía se desvive para hacerte feliz. —¿Qué puedo decir? —bromeé—. Soy irresistible. —Lo eres —dijo—. Basta con mirarte. No pude alejarme de ti. —Lo lograste por un rato —le contesté. —Supongo —dijo—. A pesar de que no es realmente un logro.

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The Dark Side —Míralo de esta manera. Si las cosas no hubieran sucedido como lo hicieron, nosotros no estaríamos aquí ahora. —Es cierto —dijo Jason—. Tal vez habríamos roto y yo estaría saliendo con Elisabeth Turner. Y ella me gustaría. —Él se estremeció e hizo una mueca, y me reí—. Te vas a quedar un rato después de comer, ¿no? —Claro. Soy toda tuya por esta noche.

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—Tengo que ser el tipo más afortunado del mundo. —Sí —estuve de acuerdo—. De verdad lo eres. Él se rió y me dio un manotazo juguetonamente. —¡La cena! —gritó la señora Victorino desde la cocina. Jason me dio un beso rápido antes de que fuéramos al comedor y nos sentáramos frente a sus padres en la mesa. —Entonces, Whitney —empezó el señor Victorino—, cuéntanos algo sobre Clinton Central. Por lo que he leído en los periódicos, eres verdaderamente una quarterback. Por supuesto, supongo que siempre supe que harías grandes cosas en el campo. —No hay mucho que contar —le contesté—. Me fui de Ash Valley y mi padre solía jugar con el entrenador Alvarez en Clinton Central, lo que me ayudó. Él me dejó hacer la prueba y el resto es historia más o menos. Tuve suerte de que las Panteras necesitaran a alguien. Ya sabe lo que dicen sobre el tiempo. —¿Te saliste de Ash Valley? —El Sr. Victorino parecía sorprendido—. ¿Para jugar fútbol americano? ¿De quarterback? —Bueno, sí. No sabía lo que me sorprendió más: que Jason no le hubiera dicho nada a su padre o que Matt no lo hubiera mencionado. —Hmm. Yo no sabía nada de eso. Jason, nunca me dijiste nada al respecto. —Lo sé —murmuró en su plato, sin molestarse en levantar la mirada. —¿Por qué no? Había estado esperando el momento en el que me dirías que Whitney comenzó a jugar de nuevo.

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The Dark Side —Se me olvidó. —Ajá, no mientas —interrumpió la Sra. Victorino—. No hay manera de que te pudieras olvidar de algo como esto. ¿Por qué no nos lo dijiste? —No lo sé —dijo, negándose a mirarme—. Supongo que me daba vergüenza que casi pierdo mi lugar por ella. —¿Por qué? —insistió el Sr. Victorino—. Whitney es una quarterback excelente y estoy seguro de que hubiera sido muy buena para Ash Valley. Me sorprende que no te mantuvieras ahí por lo menos de remplazo, Whitney. ¿Por qué? ¿O simplemente decidiste ir a empezar en otro lugar?

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—Um, no —dije, sintiéndome muy incómoda con la dirección que esta conversación había tomado—. No me ofrecieron ningún lugar. El Sr. Victorino sacudió la cabeza. —Eso es una vergüenza. Una maldita vergüenza que a una chica con tu talento no le ofrecieran nada. Demonios, es una maldita vergüenza que a un jugador con tu talento no le ofrecieran nada. Tu género no debería tener nada que ver con esto. Me sorprende Lou Harrington. Y me sorprendes tú, Jason. —No lo entiendes —dijo—. He sido el titular durante dos años y no quería perder el puesto por nadie. No es porque fuera Whitney. Me habría destrozado si alguien hubiera entrado y me sustituyera. Significaría que yo ya no sería el mejor jamás. Pensé que debía cambiar de tema lo antes posible. No quería ver a Jason retorcerse así y me hubiera gustado que su padre fuera más despacio. Nada de lo que dijo Jason me molestó, y odiaba que el Sr. Victorino siguiera sacando el tema, como si estuviera defendiendo mi honor o ayudando a hacer que me sintiera mejor conmigo misma. ¿No era obvio lo incómodo que era? Y al final todo había salido bien. Jason y yo teníamos exactamente lo que queríamos, y por fin nos teníamos el uno al otro. Hace once años, el fútbol americano nos había unido. No quería que ahora nos separara.

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The Dark Side —Chester —dijo la Sra. Victorino, apoyando una mano sobre el brazo de su marido—, ¿por qué no guardas esta discusión para otro momento? Parece que todo lo que hacemos es hablar de fútbol americano. Ya me cansé del tema. El Sr. Victorino no quitó su mirada crítica de su hijo, pero asintió. —Supongo.

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—Gracias —respondió ella, frunciendo los labios. —Ya he terminado de comer —anunció Jason entonces—. Voy a estar en la sala. Ve cuando hayas terminado, Whit. Él empujó su silla de la mesa, casi tomando el mantel con él cuando se marchó a la cocina con su plato medio lleno. —Tenías que empezar de nuevo, ¿verdad? —murmuró la Sra. Victorino a su marido. —He terminado, también —dije, poniéndome de pie con torpeza, porque no quería estar allí para el resto de la conversación—. Gracias por la cena, Sra. V. La comida estuvo estupenda. La madre de Jason sonrió amablemente y me hizo un gesto de que estaba bien que dejara la mesa y me reuniera con su hijo. Me apresuré a poner mi plato en el fregadero de la cocina, y encontré a Jason, tirado en el sofá, pasando por los canales, ESPN y ESPN2, sabía que era todo lo que alguna vez realmente miraba. Me acerqué para sentarme con él. —Oye —le dije, sentándome a su lado. Agarré una manta tejida y la doblé en mi regazo, y luego lo miré cuando él no dijo nada—, ¿Jason? Finalmente me miró a los ojos con una expresión en blanco. —¿Qué? ¿Qué quieres que diga? —Oh. No sé —le dije, sorprendida por su arrebato—. No tienes que estar enojado conmigo, sabes. Yo no hice nada. —Lo siento. Es sólo mi papá. Él me hace enojar a veces. Lo siento. —No estoy enojada por lo que dijo.

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The Dark Side —¿Qué? —No estoy loca —le contesté—. Lo entiendo. Entiendo porqué te sentías así y estoy segura de que yo haría lo mismo si el entrenador Alvarez de repente decidiera que tal vez quiere remplazarme. Él sonrió y se inclinó para desdoblar la manta sobre mi regazo. Él agarró un extremo y la acomodó sobre nosotros mientras me acurrucaba a su lado.

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—Qué ver, qué ver… —murmuró en mi pelo—. Si no recuerdo mal, odias las películas de terror. Todo lo que tenga sangre. —¿Lo recuerdas? —Demasiado. —Pasó con el control a través de algunos canales y se detuvo en HBO, que estaba mostrando una de las más espeluznantes películas que jamás había oído hablar. —¿Qué? Jason, yo no puedo ver esta. —Claro que sí —dijo—. Estás conmigo. Sonreí. Esperando que, si las cosas iban bien, no pudiera siquiera ver la mayor parte de la película de todos modos.

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Capítulo XIV Traducido por Rodoni Corregido por tamis11

Q

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uedaban sólo dos días hasta el gran juego entre los rivales Clinton Central y Ash Valley. No podía ir a ninguna parte sin escuchar las especulaciones de que las Panteras estarían condenadas porque no sería capaz de jugar lo suficientemente bien como para vencer a mi novio.

Odiaba esos rumores, pero hice todo lo posible por ignorarlos. Entendí por qué la gente estaba nerviosa, por qué se podría a pensar que no podía hacerlo, pero había estado jugando bien últimamente, y sabía que iba a ser capaz de jugar mi mejor partido contra el señor Harrington y Ash Valley. Es cierto que no era como cualquier otro juego que alguna vez jugué. Pero eso no era porque jugaba contra Jason. No, era más grande que eso para mí. Más grande que para cualquiera. Ash Valley había vencido a Clinton Central para ir al campeonato estatal el año pasado en una llamada polémica al final del juego. Este año, las Panteras no querían saber nada de eso. Me aseguré de que mi equipo no estuviera en condiciones de perder a los árbitros al final del juego. Tenía que venir a lo grande aquí y lo sabía. Pero sin presión. También sabía que mi duramente ganado respeto no significaría nada si perdía contra Ash Valley. Los últimos juegos serían en vano. Todo lo que había hecho aquí sería un desperdicio. Y yo no podía dejar que eso sucediera.

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The Dark Side Pensar tanto en el fútbol americano significaba que yo había estado pensando más y más acerca de mi papá, últimamente, más de lo que solía hacer. Esa tarde, después de la práctica, me decidí a visitar el cementerio donde fue enterrado, algo que no había hecho en mucho tiempo. Caminé entre la inmaculada hierba, a través de filas y filas de lápidas de cemento que simbolizaban todo lo que la muerte tomaba de aquellos de nosotros queríamos hasta que encontré la lápida familiar.

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Bil Berringer. Amado esposo, padre, e hijo. 1962-2010. No lloré esa tarde como lo había hecho cada vez que había estado allí en el pasado. Me senté justo al lado izquierdo de la lápida e hice girar una brizna de hierba entre mis dedos. No estaba segura de por qué estaba aquí, lo que ganaba con esta visita. Tal vez nada de nada. Tal vez sólo era necesario estar con mi papá, para recordar por qué le gustaba tanto el fútbol americano, para recordar por qué estaba haciendo esto en absoluto, de dónde venía esta parte de mí. Tal vez sólo era necesario recordar por qué me encantaba este juego. ―No te defraudaré, papá ―le prometí al viento―. No esta vez.

Me desperté con mariposas volando fuera de control en mi estómago la noche que Clinton Central jugaría contra Ash Valley. Mi mamá trató de hacerme comer un gran desayuno de tocino, huevos y patatas, pero yo sólo quería cereales, la comida favorita de mi padre los días de partido. ―Sabes que tu padre estaría muy orgulloso de ti ―dijo mamá mientras me observaba comer. Me mordí el labio. ―Lo sé ―dije―. Es por eso que este juego es para él. Mi madre sonrió y no dijo nada más. Subí a mi habitación para recoger mi camiseta y el equipo para el juego. A medida que abrí la puerta de mi armario, mis ojos se posaron en una antigua camiseta mostaza enterrada debajo de la ropa sucia en la esquina. La desenterré y

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The Dark Side mantuve la suave prenda en mi mano. Siempre llevaba algo debajo de mi camiseta y hombreras, por lo general sólo una vieja camiseta blanca. Hoy, me gustaría usar el color amarillo mostaza.

―Nada más importa, sino el partido de el día de hoy ―dijo Trenton para mí durante los calentamientos previos al partido―. Nada más ha importado tanto como esto a este equipo, Whitney. Es Clinton Central frente a Ash Valley. Panteras vs Linces. Tú contra Jason. Es el gran momento. ¿Estás lista para esto? ―Me sentí un poco enferma de sus palabras.

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―Gracias, Trenton. ―Él sonrió. ―Oh, cuando quieras. Vamos, vamos a correr. A medida que corríamos vueltas alrededor del campo, dos autobuses escolares grandes, de color amarillo llegaron al estacionamiento del edificio atlético. Ash Valley, Jason, había llegado. Unos minutos más tarde, el entrenador Alvarez nos convocó en nuestra línea de banda. ―Escuchen ―dijo―, sé que este es un gran juego. Sé que Ash Valley nos ganó el año pasado en un juego que nos pertenecía. Pero también sé que debemos centrarnos en la actualidad. No podemos preocuparnos por el pasado. No puede ser cambiado. Hoy, sin embargo, puede ser nuestro y lo será. Podemos hacer lo que queramos con el día de hoy al mismo tiempo que dejamos el ayer, exactamente donde debe estar. Sonreí. Yo nunca había oído hablar al entrenador así, pero entendí de dónde estaba viniendo. Quería esto, necesitaba esto, tanto como nosotros lo hacíamos. Esto significaba mucho para todos nosotros. El fútbol era el presente, era mi hoy, y tenía que tomar lo que era mío, lo que me merecía. Y sabía que lo haría. ―Una última cosa ―dijo el entrenador Alvarez cuando rompimos la agrupación―. Me gustaría que Whitney se uniese a Chris Sampson y Todd Blake en el pelotón de los capitanes.

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The Dark Side Mi boca se abrió, el lugar del capitán era un gran problema en Clinton Central y nadie más que los capitanes en sí mismos podían tomar parte en él. ―Whitney, has hecho cosas maravillosas para nosotros desde que llegaste y no estaríamos aquí sin ti. Creo que es la mejor manera, la única manera, para mostrarte nuestro agradecimiento por todo lo que has sido capaz de hacer. No podría pensar en que nadie más lidere a este equipo.

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―Gracias ―dije, realmente emocionada―. Y gracias por darme la oportunidad para demostrar que puedo hacer esto. Sé que no fue fácil para que usted correr esta clase de riesgo. ―Oh, pero lo fue ―respondió―. Fue muy fácil. No le tengo miedo a la posibilidad de cambiar mi reputación por alguien que se lo merece. Y creo que el Sr. Harrington se da cuenta ahora de que fue un tonto por no ofrecerte una posición en su equipo. Y si no lo hace, aún, sin duda lo hará en el momento en que el reloj llegue a cero. Asentí con la cabeza y fui a reunirme con Chris y Todd para la caminata hacia el centro del campo para unirnos con los capitanes de Ash Valley y los árbitros del juego. Jason estaba en el lado de Ash Valley en la línea de 50 yardas y lució sorprendido al verme caminar hacia él, casi como si pensara que estaba saliendo a saludarlo y darle un beso rápido antes del saque titular. Al llegar el centro del campo, miré a la banda de Ash Valley. Scott me sonrió y me ofreció un pequeño saludo. Asentí con la cabeza hacia atrás, deseándole todo lo mejor. El Sr. Harrington llamó mi atención cuando llegué a la línea de 50 yardas. Me sostuvo la mirada, la barbilla, la frente en alto, sabiendo que a pesar de sus intentos de arruinar mi carrera para salvar la suya propia, todavía había ganado. Y lo había hecho sin él, demostrándole a todo el mundo que a quién le importaba si él estaba equivocado. Yo era una chica, pero también era un jugador de fútbol americano, una quarterback, y ahora, un capitán honorario. Exhalé y sonreí. Era el momento de rodar. ―Capitanes, dense la mano.

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The Dark Side Hice lo que me dijeron a pesar de que no era un capitán de verdad por mí misma. Cuando sacudí cabezas con Jason, me sentí como si todo el estadio estuviera conteniendo la respiración, a la espera de ver qué tipo de tensión existía entre nosotros, ansiosos por descubrir una idea de cómo el drama iba a desarrollarse a lo largo de sesenta minutos del juego. ―Ash Valley, pide.

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―Sello ―dijo Jason. La moneda golpeó el césped y rebotó una vez. El árbitro se inclinó para mirarla. A diferencia de la primera vez que había jugado, quería que ganáramos el sorteo. Estaba lista para jugar y quería el balón en mis manos. ―Es cara. Clinton Central ha ganado. ―Recibimos ―dijo Todd y los tres nos apresuramos a regresar a nuestra línea de banda. ―Este es tu momento ―dijo el entrenador Alvarez mientras me ponía el casco en la cabeza―. No lo pierdas. La puntuación en el medio tiempo estaba empatada 17-17. Jason y yo habíamos tirado dos pases de touchdown, pero teníamos casi un centenar de yardas por pase y pérdidas de balón. Jason había lanzado una intercepción, lo que llevó a un gol de campo de las Panteras. ―Esto es bueno ―dijo el entrenador Alvarez en el vestuario―. Pero no somos nosotros. No es el fútbol americano de las Panteras, el fútbol americano de Panteras es con lo que ganamos partidos. Si jugamos de la manera que sé que podemos jugar en la segunda mitad, ganaremos este partido. Los árbitros no importan. No vamos a dejar que ellos tiren la oportunidad de hacer este juego nuestro. Sé que vamos a ganar. Asentí con la cabeza, sabiendo que tenía que ser yo la que diera un paso al frente. Claro, yo tenía más yardas en la primera mitad de las que una gran cantidad de quarterbacks de secundaria registrarían en un partido entero, pero mi equipo no era el ganador. Mi línea de estadísticas espectaculares no significaba nada si perdíamos.

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The Dark Side Ahora me daba cuenta de lo que significaba ser parte de algo más grande que yo e iba a hacer todo lo que podía para asegurarme de que mi contribución a este equipo fuera lo que hiciera la diferencia. Ash Valley recibió el balón para comenzar la segunda mitad. Jason llevó su ofensiva a campo bajo y justo cuando parecía que iba a tirar un pase fácil a la zona de anotación para un touchdown de los Linces, Bob Roland, nuestro cornerback 36 , se levantó de la nada e interceptó la pelota.

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―¡INTERCEPTADO POR CLINTON CENTRAL! ―gritó el locutor del altavoz―. ¡Roland se lo está llevando por el campo! Está en los cincuenta... los cuarenta... los treinta y... ¡nadie lo atrapa! ¡Clinton Central está a punto de tomar la delantera! ¡TOUCHDOWN PARA LAS PANTERAS! La banca estalló en abrazos, aplausos y gritos mientras el entrenador Alvarez lucía positivamente vertiginoso corriendo de arriba a bajo de la línea de banda, gritando instrucciones a la unidad de equipos especiales preparándose para patear el punto extra. Y así fue como pasó el resto del día. Tiré dos touchdown más para dar a Clinton Central 41 puntos en un día. Jason, sin embargo, lanzó otra intercepción y no pudo llegar a su equipo a la zona de anotación una vez más mientras Ash Valley terminaba el partido con la misma puntuación que había tenido en el medio tiempo. En el último segundo marcado por el reloj y la celebración derramándose sobre el campo, no tenía tiempo para preocuparme por Jason. Estaba demasiado emocionada por mi propio equipo. Habíamos jugado lo mejor que pudimos, nuestros corazones estaban todavía en el campo y probablemente siempre lo estarían. No había ni una sola grieta que estropeara la superficie de esta victoria. El campo de Clinton Central se llenó de estudiantes y aficionados celebrando la victoria más importante que el equipo había tenido en lo últimos años. La bestia, el imperio del mal, Ash Valley y el entrenador

36 Cornerbacks (CB). Son los hombres más veloces de la línea secundaria. Se encargan de marcar a los wide receivers personalmente o a las zonas de mayor peligro de pase profundo.

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The Dark Side Harrington, habían caído finalmente y las Panteras estaban solas en la cima. Mientras Trenton y Craig me alzaron en el aire, levanté el puño en señal de victoria. Lo había hecho. Mi cuento de la Cenicienta, este mágico cuento de hadas, estaba completo.

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Epílogo Traducido por Rodoni Corregido por Aciditax

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hitney llevó a las Panteras de Clinton Central a un récord de 14-2 en temporada regular. Las Panteras superaron a Ash Valley para ganar el Campeonato del Estado de Nueva Jersey y pasar a los regionales, donde perdieron ante un equipo de Delaware con un juego de correr al rojo vivo.

W

Jason había estado allí en cada paso del camino, cumpliendo su promesa de estar para Whitney sin importar qué. Puede que hubiera tomado dos años, una audición para el equipo de fútbol, un entrenador sexista, y una Barbie rosada traerlos de vuelta juntos, pero Jason y Whitney sabían que se pertenecían. En su último año, Whitney consiguió dieciséis victorias para el entrenador Alvarez: una temporada regular perfecta. Fue una temporada que sólo pudo terminar de la manera en que comenzó: con la victoria. Las Panteras ganaron el Campeonato Nacional de ese año y así terminó la mágica historia de amor de Whitney con el fútbol americano de secundaria.

Fin Cinderella In Cleats

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The Dark Side Sobre la Autora Carly Syms es una joven autora, graduada de la Universidad de Wisconsin y que vive en la ciudad de Chicago, donde está cursando su maestría en periodismo en la Universidad de Northwestern. Escribió su primer libro en segundo grado y se enamoró de los Jaguares de Jacksonville, equipo de la NFL unos años más tarde, provocando una historia de amor con el fútbol americano que inspiró Cinderella In

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Cleats. Es una chica original de Jersey que pasó demasiado tiempo en la orilla como Lexie de Shipwrecked Summer, su segundo libro, pero nunca encontró un final feliz con un socorrista. Sus obras tienen algún elemento suyo en ellos, pero todos incorporan elementos que sólo pudo soñar como ¡jugar al fútbol americano y no ser terrible en ello! Pasa sus días estudiando y trabajando como una analista de deportes de fantasía, explorando Madison, Chicago y Arizona, la escritura, y animando a sus equipos deportivos favoritos.

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Créditos Moderadora Aciditax

Traducción

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Aciditax

Jhos

alexiia_Rms

Josez57

Blair Waldorf

rihano

hanna

Rodoni

Traducción 911 Aciditax

Corrección Aciditax

JenB

Ángeles Rangel

julieta_arg

flexi

Maia8

hanna

tamis11

Recopilación & Revisión Aciditax & Maia8

Diseño Francatemartu

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Hemos de reconocer también el apoyo de los lectores, que con sus comentarios y apoyo nos impulsan en la tarea encomendada.

¡Muchas gracias a todos!

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