Pero también resulta obligado describir, como hace fray Santiago, el daño causado por otra barbarie destructora, aunque ésta no fuera obra de salvajes analfabetos sino de filósofos con peluca: la malhadada Ilustración y sus terribles secuelas. La descripción que de estos acontecimientos y de su contexto realiza en el presente libro fray Santiago Cantera, de quien me honro en considerarme amigo, no puede ser más acertada y precisa. Su penetración de la causa última del proceso de degeneración de Europa y sus llamadas a una restauración del orden cristiano llaman poderosamente la atención y nos interpelan. No podía ser de otra forma si atendemos al perfil de su autor, a quien debemos ya varios libros de notable factura. En él se combinan de forma poco usual el máximo rigor académico del doctor en Historia con la sabiduría espiritual del monje benedictino. Creo que en el difícil momento que nos ha tocado vivir estamos muy necesitados de ambas virtudes en el campo de la historiografía española. Quiera Dios que fray Santiago Cantera sea el pionero de una nueva generación de jóvenes historiadores católicos españoles que tanta falta nos hace. MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA Profesor de Historia Medieval (Universidad San Pablo-CEU)
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