Enseñar lengua. Daniel Cassany Se ha desarrollado una visión funcionalista comunicativa de la lengua, es decir, en la medida en la que nos ayude a establecer relaciones con los otros. Para lograr esto, la lengua se convierte pues en conocimiento, ya que ésta es el medio por el cual accedemos a las otras personas. Por eso es fundamental conocer nuestra lengua para hacer un buen uso de ella. Los problemas comienzan cuando en las escuelas la lengua se concebía como algo rígido que había que aprenderse de memoria. La lengua se ve como forma de acción y que sirve a un fin. El punto último del lenguaje es la transformación del ser. Hablamos de competencias lingüísticas y pragmáticas para que podamos conformar nuestras competencias comunicativas. Se habla también en éstos de la pertinencia o acierto del uso del lenguaje en determinadas situaciones, sin embargo, se entra en el conflicto de cómo enseñarse, si en cada contexto se adopta su propia manera de hablar, que, una vez aceptada por todos los miembros que ahí habían, se consideraría correcta. La comunicación oral es más espontánea, más coloquial, puedes cometer más errores y no te das cuenta, es menos marcado, más libre, ya que la comunicación escrita es más exigente, marca errores debemos cuidar repeticiones y una serie de reglas que la gramática de la lengua no permite.