P
olis es la denominación dada a las ciudades-estado independientes de la antigua Grecia, surgidas en la Edad Oscura mediante un proceso de agregación de núcleos y grupos de población denominado sinecismo. La unificación entre el núcleo urbano y su entorno rural, característica esencial de la polis arcaica y clásica, se había completado ya hacia la segunda mitad del siglo VII a. C. La polis fue el marco esencial donde se desarrolló y expandió la civilización griega hasta la época helenística y la dominación romana. La estructura de la polis conlleva un establecimiento urbano, generalmente instalado al pie de una ciudadela elevado, junto con una parte rústica, compuesta por las tierras propiedad de los ciudadanos particulares, los campos sin cultivar, y los bosques. La polis comprendía la ciudad amurallada, los campos de cultivo y pastoreo, y los puertos que la comunicaban con el exterior. Cada polis controlaba su territorio, en el que se consideraba autosuficiente, considerando como ideal supremo la independencia y la no sumisión a ningún poder exterior, lo que no impedía la formación de distintos tipos de alianzas entre polis. Socialmente, la polis se caracterizó por la existencia de tres grupos: los ciudadanos, que disfrutaban de todos los derechos, los metecos, sin derechos, pero libres; y los esclavos, privados de libertad y que no disponían de ningún derecho. Como corresponde a su situación histórica, las mujeres tampoco eran consideradas ciudadanos y, por lo tanto, tampoco tenían derechos.
La edilicia sustenta lo relativo a la representación de la materialidad de lo concreto que expresa los órdenes técnicos asociados a las nociones de espacio, lugar y unidad territorial. Entender el concepto de edilicia significa acercarse al conocimiento de las raíces de la arquitectura vinculada a los procesos de la técnica, la representación y la materialización en hechos concretos
La Acrópolis
puede considerarse la más representativa de las acrópolis griegas. La acrópolis era, literalmente, la ciudad alta y estaba presente en la mayoría de las ciudades griegas, con una doble función: defensiva y como sede de los principales lugares de culto. La entrada a la Acrópolis se realiza por una gran puerta llamada los Propileos. A su lado derecho y frontal se encuentra el Templo de Atenea Niké. La mayoría de los grandes templos fueron reconstruidos bajo el liderazgo de Pericles durante la Edad Dorada de Atenas.
La
Ágora es un término por el que se designaba en la Antigua Grecia a la plaza de las ciudades-estado griegas (polis), donde se solían congregar los ciudadanos. Era un espacio abierto, centro del comercio (mercado), de la cultura y la política de la vida social de los griegos. Estaba normalmente rodeada por los edificios privados y públicos más importantes, como las stoas (pórticos columnados), pritaneos (oficinas administrativas), bouleterión (edificio para las reuniones de la boulé) y balaneia (baños).
Los griegos defendieron desde antiguo sus ciudades con murallas, de las cuales las más antiguas dieron lugar a los recintos fortificados que llamamos acrópolis. Sin embargo, situándonos ya en el período helénico, las murallas en las nuevas ciudades aparecen en el siglo VI a. C.; un hecho tardío, pues la población se refugiaba en las acrópolis o en una fortaleza en caso de peligro. La única función aparente de la muralla griega era la defensa, de manera que eran infraestructuras libres en cuanto a planta y recorrido, y no tenían que coincidir con límites territoriales, como en el caso de las romanas.
El orden dórico es el más antiguo y simple de los órdenes arquitectónicos clásicos. Proviene del pueblo dorio. Es el orden griego por excelencia. Cuanto más antiguo, más sencillo, dando sensación de robustez, cuanto más tardía, más esbelta y proporcionado es; logrando así la armonía y belleza clásica. Se empleó en la Grecia continental desde el siglo VII a. C. y en el sur de Italia. El Partenón, templo dedicado a Atenea Parthenos en la Acrópolis de Atenas, es sin duda el máximo exponente de este estilo arquitectónico. Simboliza fuerza, heroicidad; utilizado sobre todo con este simbolismo en el Renacimiento.
Se
caracteriza peculiaridades:
por
las
siguientes
1.-Se conserva bien ya que es muy resistente a la lluvia. 2.-No utiliza basa; el fuste de la columna descansa directamente sobre el estilóbato, que es el escalón superior del estereóbato, una plataforma con escalones cuyo borde escalonado se conoce como crepidoma. 3.-El fuste es de sección circular, corta y poco esbelta. El tamaño total de la columna nunca sobrepasa los dieciséis módulos, siendo normalmente el del fuste de entre ocho y trece módulos. Está acanalado por 20 estrías cuya yuxtaposición forma aristas vivas. Su diámetro no es constante, sino que va disminuyendo con la altura más acusadamente cuanto más arriba, éntasis, que produce la sensación de un ligero abombamiento en la parte central
El orden jónico es el segundo, en sentido cronológico, de los órdenes arquitectónicos clásicos que tuvo su origen hacia el siglo VI a. C. en la costa oeste de Asia Menor y en las islas Cícladas, archipiélago situado al sureste de Grecia en el mar Egeo. Más esbelto y airoso que el orden dórico, ha dejado abundantes muestras de su estilo, de las que, como ejemplo más canónico, cabe destacar el Templo de Atenea Niké en la Acrópolis de Atenas. Sin embargo, habiendo sido imitado a lo largo de la historia, la versión más admirada y copiada, desde el siglo XVII en adelante, fue la del romano templo de Portunus.
Se caracteriza por las siguientes peculiaridades: 1.-La columna va dotada de basa. Se trata de una pieza de apoyo compuesta por tres molduras: dos boceles circulares o medios toros y una escocia intercalada entre ambos. En ocasiones, esta basa se apoya a su vez sobre un plinto, pieza prismática de planta cuadrada de poco espesor.
2.-El fuste es de sección circular, y suele presentar un ligero éntasis o gálibo. Posee 24 acanaladuras o estrías separadas entre sí por finos filetes longitudinales. El tamaño total de la columna suele ser de dieciocho módulos y el del propio fuste de dieciséis. Frecuentemente, el fuste acaba en un collarino, y a la separación entre ellos se le llama astrágalo. 3.-Capitel jónico angular del Erecteion. El capitel es el elemento más representativo de aquella época, de este orden y se reconoce por las dos volutas o espirales con que se adorna. Forman parte del equino que se completa con otros ornamentos en forma de ovas y dardos.
El
Se caracteriza por las siguientes peculiaridades: 1.-La columna va dotada de basa. Se trata de una pieza de apoyo compuesta por tres molduras: dos boceles circulares o medios toros y una escocia intercalada entre ambos que puede ir adornada por unos listeles. En ocasiones, esta basa apoya a su vez sobre un plinto, pieza prismática de planta cuadrada de poco espesor. 2.-El fuste es de sección circular y presenta un ligero éntasis. Está acanalado por 24 estrías separadas entre sí por finos filetes longitudinales. El tamaño total de la columna suele ser de veinte módulos y el del propio fuste de dieciséis y dos tercios. 3.-El capitel es el elemento más representativo de este orden y se reconoce por su apariencia de campana invertida o cesta de la que rebosasen las hojas de acanto, cuyos tallos dan lugar a una especie de volutas o espirales en las cuatro esquinas.
orden corintio es el más elegante y ornamentado de los órdenes arquitectónicos clásicos. Se atribuye su creación a el escultor griego Calímaco en el siglo IV a. C. Esencialmente es similar al orden jónico, del que difiere básicamente en la forma y tamaño del capitel. Una de las construcciones más destacables ejecutadas según las pautas estilísticas del orden corintio es el monumento de Lisícrates en Atenas, levantado hacia 334 a. C.
El orden jónico es el típico de los templos de este período. El conjunto más espectacular de la época clásica griega es la Acrópolis de Atenas. La que conocemos como tal en realidad es una reconstrucción. Los persas al ganar la batalla de las Termopilas arrasan con la ciudad de Atenas. La Acrópolis había quedado reducida a ruinas, los atenienses para mantener el recuerdo de la terrible ofensa sufrida en su más sagrado lugar juraron no volver a reconstruir los edificios que habían sido arrasados por los bárbaros de Oriente. La promesa se cumplió en parte, en verdad no se reconstruyó la Acrópolis, de hecho se planifico de nuevo. De esta promesa mal cumplida nacía la Atenas de Pericles, la polis por antonomasia.
En los territorios conquistados por Alejandro Magno, el griego se convirtió en la lengua oficial y culta y se pusieron de moda el arte y la cultura griegas. Durante la época helenística, el último período de la civilización griega antigua, la arquitectura, la escultura, la poesía, el teatro, la ciencia y la religión de Grecia fueron conocidos y asimilados en una extensa área geográfica. El mundo helenístico era un espacio de grandes ciudades. Alejandro Magno fundó 34 ciudades. Los nuevos asentamientos seguían un plano muy regular y tenían importantes edificios: santuarios, bibliotecas, museos, etc. Aparece Hipodamo de Mileto, considerado el padre del urbanismo. El diseñó muchísimas ciudades griegas a través de una retícula con el acrópolis, el ágora en el centro, separando las zonas comerciales, religiosas y políticas. Este es el caso de Priene y Pergamo.
En este período se utilizaba el orden dórico. Como ejemplo los templos de Posidonia son los mejor conservados de la Grecia Antigua. Entre ellos se destacan el Hereo o templo dórico de Hera, de mediados del siglo VI a.C. y el templo dórico de Poseidón (el Neptuno de la mitología romana, ver imagen), de mediados del siglo V a.C. El santuario de Zeus en Olimpia contiene el Templo de Zeus de la primera mitad del siglo V a.C. construido sobre un templo anterior entre 470 y 456 a. C. por Libón de Elide, fue el modelo de los templos clásicos griegos de orden dórico y albergaba la estatua de Zeus realizada por el escultor Fidias.
El período arcaico (700-500 a.C) es una etapa de iniciación, formación y concreción de algunas de las formas que culminarán en la siguiente etapa, durante la cual se van formando, en cada una de las artes, los tipos definitivos y perfectos hacia los que tiende el espíritu idealista del griego. A través de este período, se ve cómo evolucionan y se van perfilando los modelos clásicos, que en el desarrollo del arte griego, quedan fijos en medidas y proporciones inspiradas en el sentido de equilibrio y armonía que caracteriza el arte helénico.