¿DEJAS PARA MAÑANA LO QUE PUEDES HACER HOY? ¿En algún momento de tu vida has escuchado o has dicho alguna de las siguientes frases? “El lunes empiezo el gimnasio”, “La semana que viene comienzo la dieta”, “después de comer lo
hago…”,
“Mañana
arreglo
mi
cuarto”, entre otros. Si es así, quizás el siguiente artículo sea de tu interés.
actúe de esta manera, no lo percibe como un problema. La forma correcta de referirse a este comportamiento es a través de la palabra
Procrastinar,
que
significa
“aplazar, diferir”, según lo indica la Real Academia Española (RAE). Puede ser empleada en diversos sentidos y contextos, ya que en cualquiera de ellos lo que indica, es que la persona deja de realizar una actividad para invertir su tiempo en otra. De ahí que se asocie a la “pereza” y la “vagancia”. Una característica importante a destacar, es que este comportamiento
Posponer con frecuencia y de forma natural actividades o tareas que te
resultan
molestas,
fastidiosas,
aburridas, aquellas que te generan miedo, inseguridad, dolor, ansiedad o tristeza, es un hecho en sí, que por sí solo no es patológico.
El verdadero
problema radica en habituarte a este comportamiento, es decir cuando se realiza de forma muy frecuente y tú o aquella persona en tu entorno que
de evitar o postergar, se realiza de modo consciente y es repetitivo, evitando aquello que se percibe como desagradable o incómodo, aburrido o pesado de hacer (aquel que estudia para el examen un día antes de presentarlo o un empresario que pospone una y otra vez una reunión de negocios). En definitiva, dejar para más tarde o para el día siguiente lo que se podría hacer antes.