Yo Invito n°1

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CON TENIDO Editorial

La propuesta

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5 Cocina de barrio

14 MATAPASI贸N

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MIXOLOG铆A

25 Come conmigo

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saberes

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Edmundo Montes de Oca Ibarra

Editor Ejecutivo

Karina Valenzuela

Editora de contenido

Cristian Gallegos Jara

Periodista & Fotógrafo

DI REC TO RIO

Catalina Flores

Periodista & Fotógrafo

Portada Paolo Villagrán

Periodista

La comida dice mucho de uno, y en este caso nos habla de la peculiar dieta a base de vegetales y pescados -en abundancia- de Miranda Lee (20), una chica londinense, quién actualmente trabaja en una organización caritativa de la ciudad. Durante la sesión, Miranda ríe y toma un poco de vino. Mismo del que se ha enamorado desde su llegada a Santiago.

Periodistas: Daniela Burgos Elvira Anderson

Bromeando entre tomas nos confiesa que su dieta también se ha visto -positivamente- afectada por las empanadas chilenas. “Si, esas llenas de cosas; sobre todo las de queso”.

Agradecimientos: Alex Miranda Paola Sánchez Luis Lizola Miranda Lee

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EDITORIAL “Yo Invito”, la típica frase que está totalmente ligada a la comida y a las ocasiones que se relacionan a esta. ¿Quién no la ha pronunciado alguna vez? “Yo invito hoy”, “yo invito esta vez”, “La próxima semana te invito a…” y así tantas más. Por eso, esta publicación lleva ese nombre. Porque nosotros la hemos pronunciado y varias veces la hemos recibido. Además, porque los queremos motivar a ustedes a invitar y a que se dejen llevar. Fuera de toda pretensión gourmet y con un enfoque fresco, consciente y cercano a ustedes, los jóvenes, queremos romper con la monotonía de nuestras salidas a comer; la mayoría de ellas centradas en ir a encerrarse a un mall y comer al lado de bolsas de ropa recién comprada en el retail ("Vamos a comer a Burger King", "Pidamos pizza", etc.). No tenemos nada ni contra las hamburguesas ni las pizzas, de hecho las amamos; lo que decimos, y mostramos acá, es que hay miles de lugares dentro de Santiago que ofrecen cientos de pizzas distintas y cada uno de ellos se alza como un lugar especial, que posee una historia particular, una esencia que lo hace inigualable. Eso queremos mostrar, ahí queremos llegar. Y lo más importante, desde nuestra experiencia. Acá les hablamos nosotros, desde nuestro paladar, nuestro bolsillo y nuestro día a día. Les damos la bienvenida.

Edmundo Montes de Oca Ibarra

Editor Ejecutivo de la Revista “Yo invito”

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La Propuesta |

Aquellos lugares que creĂ­as conocer, desde una perspectiva fresca e in novadora. PĂĄsenle, yo invito.

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La propuesta

Caramagnola: Restobar para ciclistas

Por

Cristian

Gallegos

Jara

El progresivo aumento de

ciclistas urbanos ha creado en Santiago un sinnúmero de opciones para los amantes de las dos ruedas. Arriendo de bicicletas, estacionamientos con guardias y cicletadas casi todas las semanas, no han bastado para las exigencias de quienes circulan a diario por las principales calles de la capital. Ahora muchos restaurantes y cafeterías le están dando giro a sus perfiles, apuntando a los ciclistas y con ello al incentivo de cuidar el medio ambiente. Francisco Bilbao 4471 t. 226 9231

El restobar Caramagnola es parte de esta nueva estrategia. Mediante sus instalaciones permite a los clientes que llegan en bicicleta mantenerlas seguras en un estacionamiento único y especial acondicionado con candados y respaldos. Se entregan descuentos y promociones para quienes llegan pedaleando y, además, el local también cuenta con un kiosco de venta de artículos para ciclistas.

El concepto está claro y a la moda. Salir en bicicleta ya es parte del consciente santiaguino y darle un sentido propio a la bicicleta como antes se le daba al autodesafía a las nuevas tendencias del gourmet y la cultura.

La especialidad de este restobar son las pizzas a la piedra, picoteos, ensaladas y cervezas artesanales nacionales, destacando la cerveza Kross. También existen los menús del día donde se puede encontrar un variado surtido de platos chilenos como carbonadas, cazuelas y pescados.

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La propuesta

El mundo del café Posee el punto estratégico, sabores únicos y un diseño impresionante. Cuenta de pizzas enormes y de un café italiano espectacular, traído especialmente para el local. “Café Mundo” busca reeducar la toma del café, congregar a vecinos, docentes, estudiantes y ofrecer en una esquina el más agradable

momento,

donde,

además,

puedes

disfrutar

de

exposiciones.

Por Daniela Burgos en su cotidiano, en el día a día. Alejandro Ramírez es el

“Existen otros lugares acá, pero no

administrador de “Café Mundo”.

hay un punto estratégico. La plaza

Éste se encuentra en Abdón San-

reunió al público. Dimos otra ofer-

fuentes, en un costado de la plaza

ta. Hicimos un encuentro cafetero”,

Manuel Rodríguez Explica que la

dice. Además, agrega que “Café

propuesta del concepto del lugar

Mundo” posee el café Vergnano, el

fue por uno de los dueños, el cual

cual busca re-educar a la gente

es arquitecto. La idea de estar en

para la toma de éste. Son tazas

una esquina de una plaza es muy

pequeñas y finas, no llenas. “Este

importante para un café, cuenta.

café proviene desde un estudio

De esta forma, a principios de abril

que realizó un escritor, quien se

del 2012 se dio inicio a la cafetería,

especializó en Italia. Él introdujo el

la cual ha tenido bastantes trans-

café e hicimos una alianza” relata.

formaciones en su infraestructura e

Otra de las especialidades de este

ideas.

lugar es la “Pizza Calzzone”, una Surgió, entonces, la idea

de crear un hostal, darle una ofer-

pizza enorme con queso mozarella y productos naturales.

ta gastronómica a los pasajeros.

Café Mundo también en-

“Tenemos muchas ofertas para

trega una decoración sobria, inspi-

estudiantes en el barrio de Repú-

rada en los años ’40 “Pusimos anti-

blica, pero nunca un sector de

güedades en los muros. Hacemos

reunión”, cuenta el administrador.

exposiciones de pintura y fotogra-

Esta fue la génesis del proyecto y

fía. Siempre hacemos ciclos de

la principal misión de “Café Mun-

exposiciones”, explica el adminis-

do”: congregar, establecer conver-

trador.

saciones entre docentes y vecinos

Manuel Rodríguez 2159 t. 8330679

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La propuesta La Superior: Sandwichería que la rompe en Providencia Por Paolo Villagrán Lo primero que sientes al entrar a La Superior, la reciente sandwichería top de Provi, son unos aromas que embriagan. Las carnes, los quesos, las verduras, las cervezas... todo expele algo que te invita a entrar y sentarte en una de esas largas mesas de madera que componen el lugar y, cómo no, devolverle el amable saludo al mesero que te recibe. No, no crean que esto es un protocolo de esos restaurantes donde tienes que ir empaquetado ¡No! Los tipos son jóvenes, tienen unas lindas camisas a cuadros y de mezclilla y, además de preguntarte cómo estás, te invitan a tomar asiento donde tú quieras (mesas de adentro o de afuera). Después, te explican la carta. Ahí, a la hora de elegir, puede resultar difícil. De todas formas, todo se resume a esto: Primero, tienes que elegir la carne, “los clásicos”, (hay 10 tipos entre mechada, lengua escarlata, churrasco, pernil y varios más), luego, los ingredientes del sándwich, “combinaciones”, (debes decidirte entre unas de las 18 que ofrecen) para finalmente optar por el pan (frica, frica integral, marraqueta, molde y amasado).

Al son de una agradable canción de los Red Hot Chili Peppers (en La Superior sólo ponen de fondo temas tranqui, nada de rock pesado) me fui sobre mi mechada franchute. Los champiñones salteados con la cebolla caramelizada y el queso fundido fueron una “combinación” que no me defraudó. La carne, menos; tierna, sabrosa, agradable, muy rica. Entre todo lo que hay para beber (jugos naturales, bebidas, Sorbete Letelier, jugo de huesillos, etc.) escogí una cerveza negra, de las más de 25 artesanales que ofrecen. En fin, un lugar ondero, donde hay marcadas referencias a los clásicos sándwiches nacionales (mechada, pernil y recientemente se estrenó el de potito) y donde se come riquísimo por no más de 8 lucas. ¡Piénselo bien! En un patio de comidas de un mall se te van entre 3 y 4 mil pesos... Ah, y vayan sin nada en el estómago por varias horas. No está fácil embutir uno de estos sándwiches superiores.

Nueva de Lyon 105 t. 3354593 10


La propuesta La Chilenización de la pizza Por Cristian Gallegos Jara Caminando por Teatinos al llegar a Compañía, llama la atención el pasaje Cruz-Coke, que cautiva hasta al más impávido. Algunos recordaran esta calle por el video Gol de Anita Tijoux, otros imaginarán que están en algún rincón europeo, donde seguro al final de este, encontrarán un muy buen restaurante para hacer un alto a la hora de comer. En la esquina de este pasaje, El Tugurio tiene su distinción a primera vista. Los colores de sus carteles hechos por Zenen Vargas, pintor de carteles de micros amarillas, traerán el recuerdo perfecto de la nostalgia criolla del gran público chileno. En pequeñas pizarras las “súper promos” con descuentos llamativos que invitarán a quienes transiten por el barrio. Se aprecia el gran surtido de pizzas dando la posibilidad de prepararlas uno mismo o que sean pizzas preparadas, con nombres característicos chilenos como: “Tía Gladys”, “Gorrión de Conchalí”, “Pollo fuentes” o la

“Puta madre”, entre otras. Se destaca la pizza “Chorrillana” que tiene la particularidad de ser la única pizza con ingredientes de una Chorrillana (carne, cebolla, choricillo, huevos y papas fritas); La pizza “Pulenta” hace lo suyo siendo la más vendida, ya que como comenta uno de sus dueños, Pedro Silva cuando le piden una recomendación: “si quiere una pulenta, llévese la Pulenta” (salame, choricillo, jamón cocido, carne, pimientos, aceitunas negras y albahaca). En masas a la piedra, de 32 centímetros que pueden ser perfectamente compartidas o individuales para los más hambrientos. Finalizando el viaje por este pintoresco local, se aprecia en su cafetería los aromas de un café Segafredo con granos italianos, lo que mantienen viva la similitud cultural chilena-italiana que proporciona el punto audaz de “El Tugurio”, en la innovación y búsqueda de” chilenizar la pizza” hacia una tendencia de un gourmet mundial.

Compañía 1320 t. 699 6687

La arriesgada propuesta importada: Rende Bu Hace más de un año que el café Rende Bú vino a Chile a cambiar el concepto del café. Cuatro personas y una idea en común: importar el estilo de Manhattan a Santiago. Con un café de 3 ambientes, diseño exclusivo, preocupación excesiva por cada detalle, una cocina suspicaz y buen trabajo administrativo, el café Rende Bú sigue imponiendo la pauta sobre cómo conquistar a la gente. Por Karina Valenzuela

Rende Bú nace como de la importación del modelo neoyorkino y como una necesidad de reestructurar la manera de invitar a la gente a los café, a conversar y vivir en los espacios. Ubicado en Hernando de Aguirre, en Providencia, marca la

pauta en una esquina sobre cómo cautivar al público. Trabajado desde todas las aristas posibles –diseño, arquitectura, menú y atención-, Rende Bú es como el hijo pródigo de cuatro chilenos.

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La propuesta

Mario Álvarez vive prácticamente en el café. Constructor civil de profesión y con alma de comunicador, cuenta sin omitir detalles su travesía de 12 años por Estados Unidos, que trabajó en la biblioteca de Madison Avenue junto a Renzo Piano, sus tiempos con Donald Trump y cómo y por qué decidió venir a Chile solo para instalar un rincón de añoranza con aroma a café. “La idea era hace lo que había visto afuera”, comenta mientras se arregla la boina. Su socio, Marco Calabrese, al cual conoció mientras éste hacía su

práctica en Nueva York junto al famoso chef francés Daniel Bouloud, es el encargado de mantener el menú del café, que muchos confunden con restorán debido a su amplia variedad y dedicación en la carta. Al proyecto se integran posteriormente Leonardo Arancibia (diseñador) y Karla Fernández (psicóloga). Entre los cuatro se reparten el trabajo de Rende Bú. “Estamos copiando el modelo americano de trabajo, que se llama PM’s o Project Managers. Todos tenemos profesiones distintas y nos enfocamos en áreas distin-

tas, así nadie se estresa. Por ejemplo, yo no me meto en la cocina y sin embargo ésta funciona de maravilla. Yo aterricé el modelo a Chile”, dice Mario, el visionario –así se define-, quien da el empuje al proyecto y lo mantiene en orden; Marco es el chef y la vida del café; Leonardo trabaja la propuesta estética –en conjunto con Mario, un perfeccionista-, y Karla es quien ve la parte administrativa del local..

La carta, enfocada especialmente en los cafés, tés y pasteles, incluye un almuerzo diario que varía toda la semana. “La gente nos confunde con un restorán porque nos esforzamos tanto en traer buen café como también en hacer un buen menú. El concepto de atención, los platos que preparamos, el menú diario, tiene mucho concepto de restorán.

Seguiremos enfocados en el diseño, porque así fue como subimos el nivel: trabajando menús diarios –algo que no muchos cafés hacen-, mantener los precios –los chilenos no estamos acostumbrados a cosas muy caras-, y mantener el diseño de espacios. Es decir, adaptar el modelo, elegancia y experiencia de Nueva York a Chile.

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La propuesta El italiano bueno, bonito y barato

Por Paolo Villagrán Siempre quise ir a comer a un restaurante italiano. Varias veces con mi polola tiramos la frase “ya, el viernes sí o sí vamos a la Piccola Italia”, pero siempre quedaba ahí. Me reconozco un fanático de los tallarines con salsa (sí, porque para decir que como pastas, aún no me da) y de las pizzas. Esa combinación de masas bien preparadas, con queso derretido, salsa y más queso, me es simplemente irresistible. De todas formas, mis acercamientos con la comida italiana, si es que le podemos llamar así, nunca han ido más allá de unos inventos caseros de lasaña con salsa blanca y unas pizzas con uno que otro ingrediente que escapa a lo tradicional. Quizás por eso fue que se me quedó dando vuelta en la cabeza el momento que me hablaron de una “picada” italiana en Ñuñoa, donde se comían abundantes platos tradicionales por muy poca plata. El culpable fue un amigo del colegio.

Después empecé a leer y a ver, en las redes sociales, que mucha gente ya había estado ahí. Muchos hablaban de ese lugar como un imperdible, donde había que ir sí o sí. Vincenzo Guarino llegó a Chile el año 2002 desde Nápoles, el sur de Italia. Se vino por amor, siguiéndole los pasos a una chilena que conoció en Japón, y ya en el 2004 tenía un delivery en Las Con-

des. Cuenta que la gente lo quería mucho y que fue un negocio que armó con mucho cariño y desde abajo. “Partí de cero y no fue fácil. Pero hice una buena clientela y me agarraron mucho amor, así fue creciendo el negocio y poco a poco me empecé a expandir”, cuenta en un español plagado de acento italiano. Ese pequeño negocio de repartir pizzas a domicilio es hoy uno de los restaurantes de comida italiana más nombrados de Santiago. El “Golfo Di Napoli”, como lo bautizó Vincenzo en honor a uno de los mayores símbolos de su ciudad natal, tiene cada día a cientos de mujeres y hombres esperando por unos gnnochis

o la clásica pizza Golfo di Napoli con esperas que llegan hasta una hora. Cuenta la clientela habitual, y así lo pudimos comprobar, que si no llegas antes de las 12.30 pm estás frito si quieres mesa. Si no reservaste, es mejor que te hagas la idea de buscar otro lugar o esperar un rato y llevar tu pedido (existe esa opción). Es que la tremenda combinación de los abundantes y grandes platos del Golfo, en relación a su precio, son algo difícil de ignorar. Acá no vas a gastar más de 10 mil pesos si vas con una chiquilla o un lolito, y vas a quedar como rey; incluso mucho menos. Por ejemplo, el menú diario, donde tienes para elegir desde lasañas hasta varios tipos de pastas, no supera los 3 mil pesos con un jugo natural o una copa de vino. Y la carta no supera las 6 lucas.

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Cocina de Barrio Yungay: “Complejo de espacios con historia”

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Cocina de barrio

DEL BARRIO Casonas antiguas que albergan a cerca de sesenta mil personas, almacenes, murales y grafitis. El Barrio Yungay se define, entre su ecléctico paisaje y habitantes, como uno de los lugares más característicos de la comuna de Santiago.

Por Catalina Flores

Orellana

En una de las entradas al barrio Yungay está la carnicería Rodríguez, que funciona desde 1963 y todos los viernes al atardecer saca los parlantes a la calle para que dos personas comiencen a bailar tango, para el deleite de quienes algunas veces caminamos por ahí. Hace un par de viernes decidí visitar nuevamente esta carnicería, comprar un poco de carne molida y ver el baile, para después ir a cocinar con unos amigos que viven en la Plaza Yungay. Había olvidado en qué calle exacta era. Sabía que era en Cumming, así que empecé a caminar desde la Alameda

apurando el paso para llegar a la hora. Caminé hasta la calle Catedral y supe que me había pasado. Me devolví hasta que recordé dónde era la calle que faltaba: Huérfanos. Me detuve en su esquina y como una puntada en el costado me di cuenta. La carnicería Rodríguez no estaba, había desaparecido y en su lugar había un Pizza Pizza. El barrio Yungay me recibió de manera agria y ni un poco dulce. Tras dar un par de vueltas en círculo decidí seguir mi camino a casa de amigos e ingresar de golpe al barrio Yungay “o lo que pueda quedar de él”, pensé.

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Cocina de barrio Sin juzgar por la fachada Por Catalina Flores Orellana Al costado de la Iglesia San Saturnino de la Plaza Yungay y sobre una puerta de madera, las letras de neón forman la frase “Fuente Mardoqueo”. El lugar tiene solo seis años y la fachada no tiene más de tres metros de ancho. Sin embargo, una vez dentro, la fuente de soda –de solo un piso- crece de manera increíble, por lo que los primeros veinte segundos dentro son solo sorpresa y las paredes llenas de cosas colgadas no ayudan. “El lugar tiene capacidad para doscientas personas”, cuenta Alejandra Gutiérrez, la administradora de Mardoqueo.

Las mesas estilo “té club” y las paredes amarillas llaman de inmediato la atención. Además, en cada muralla hay una colección distinta: cuadros, cámaras fotográficas, platos, instrumentos musicales y un gran etcétera podría continuar la lista, empujando inevitablemente los temas de conversación hacia la decoración del lugar. Los sándwiches, la especialidad del lugar, se escogen de acuerdo a esta modalidad cada vez más común estilo Starbucks de “haz muchas elecciones”: Primero escoges la base –churrasco, lomo, atún o pollo-, posteriormente si lo quieres chico o grande, dependiendo de si lo quieres con 150 o 300 gramos de carne y finalmente le vas poniendo cada ingrediente que desees. Puede ser queso, palta, tomate, pepinillos, etc. Mi opción fue churrasco chico, champiñones, palta y mayonesa. Tras cinco minutos de espera aproximadamente, escuché el glorioso “¡Señorita Catalina!” por el micrófono. Mi sándwich estaba listo. “Dejé de hablar con mi acompañante para concentrarme exclusivamente en la comida “

Los primeros mordiscos del sándwich no los recuerdo bien ni tomé nota, lo que ahora veo como una señal de lo bueno que estaba. Dejé de hablar con mi acompañante para concentrarme exclusivamente en la comida y en los montones de cosas que había en la mesa para echarle al pan. Están los típicos kétchup, mostaza y ají. Y de ahí se vuelve una locura entre la salsa barbecue, la mostaza casera, la dijon, el kétchup de la casa, el ají puro de la casa, el ají con ajo y oliva de la casa, el ají secreto del sur, el diaguita y el merkén, entre otros. Era una gran fiesta de condimentos que yo estaba dispuesta a participar.

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Cocina de barrio

Elba Cáceres es la jefa de cocina en el turno de la tarde. Trabaja ahí hace dos años y comenta que ahí solo trabajan mujeres. Además, afirma que un gran porcentaje de las cincuenta empleadas de Mardoqueo son inmigrantes: “viven acá mismo en el barrio y eso de que la chilena es buena para el trabajo es mentira. Acá las dominicanas trabajan impeque”.

“Acá las dominicanas trabajan impeque”

Ya con el estómago lleno y la mente un poco más clara, es fácil darse cuenta que Mardoqueo representa claramente al Barrio Yungay. Desde las mesas compartidas donde terminas hablando con el extraño que se sienta a tu lado, pasando por la cantidad de inmigrantes que ahí trabajan y terminando en ese afán por conservar lo viejo, esta fuente de soda integra a todo quien entre en un ambiente relajado y festivo. De esa misma manera es que Mardoqueo en solo seis años se hizo parte del paisaje y la identidad del barrio, alojando en cada uno de sus espacios un poco de lo que es Yungay, este lugar pegoteado entre antiguo y contemporáneo, entre chileno y extranjero que, extrañamente, se juntan como el mejor pan tostado y mantequilla.

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Cocina de barrio Café Santa Julia Por Catalina Flores En la esquina de Catedral con García Reyes está el Restaurant Café Santa Julia con sus vitrinas llenas de antigüedades y polvo. El olor a comida sale por la puerta y al entrar la sensación es casi molesta, un intenso olor integra el aroma de porotos, guatitas, papas fritas y salsa de tomates.

llas, relojes a distintas horas o detenidos, radios y velas derretidas en el mismo candelabro por años me daban la bienvenida a Santa Julia.

Los colores –o la ausencia de ellos- dan cuenta de la antigüedad del lugar, que lleva más de sesenta años abierto, según Jonathan Hernández, nieto del primer dueño. “Mi abuelo era dueño de esta casa y la convirtió en restaurant, está casi igual a como él lo dejó”. A pesar de que el local es ahora administrado por otra persona, Jonathan aún sigue ahí: “Me gusta estar acá, me quedé viviendo en la casa del lado y vengo siempre, todos los días yo creo, a veces no me doy cuenta cuando estoy sirviendo platos o cocinando el almuerzo”.

“¿Qué se va a servir mi niña?”, dice Jonathan frotándose las manos. “Recomiéndame algo”, respondo. Tal ha sido mi sorpresa cuando llega un vaso chorreando de un líquido color café claro. “Acá tenemos cola de mono todo el año, es una de las especialidades de la casa, siempre fresquito y sabroso”, me convence. El trago helado pasó por mi paladar como un cariño de navidad, bajando con un ánimo refrescante y alegre. ¿Alegre por qué? El aguardiente se sentía y mucho. La primera impresión que sorprendió a mi nariz y ojos, pasó en unos minutos a ser un elemento secundario. El fuerte olor pasó a ser una constante y dejé de sentirlo, mientras que lo lúgubre del lugar se convirtió en un carnaval de historia, en una fiesta de cosas colgadas en las paredes, como un imán identitario: todo me llamaba la atención y cada cosa –más vieja que yotenía algo para decir por el polvo que tenía o por el color y aspecto que descifraba de ellos. Teteras, bote-

Si hay una particularidad del lugar –a título personalaparte de lo antiguo, lo barato y lo escondido, es que tiene una tradición pinochetista. La foto del general alumbra el lugar desde el medio del restaurant y no puede salir un comentario contra él sin recibir una cara mala. “Acá somos bien pinochetistas, a mi general lo reconocemos todos desde mi abuelo para abajo. Pero nos alejamos de los de derecha porque Zalaquett quiso derrumbar el restaurant. Ahora apoyamos a la Tohá y a mi general.” Sin embargo, comenta que la candidata a alcalde visitó el lugar y se fue al ver

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Cocina de barrio

la imagen: “Ella vino acá, le gustó el local y cuando se acerca al mesón y ve la foto dice con permiso, me tengo que ir. Y se fue.” La tradición, entonces, es una de las premisas de Santa Julia. Los almuerzos, también. Preparan sólo comida chilena a precios más que módicos, en una cocina pequeñísima al lado del mesón principal. Puedes almorzar un plato de porotos, guatitas a la jardinera o tallarines por $1400, marraqueta y ají en pasta incluidos. De bajativo, aperitivo o ambos, un cola de mono “fresquito” por 700 pesos o 1500 la botella. En definitiva, te llenas y emborrachas por 3000. Buenísimo. Y para completar el ambiente, todas las mesas y sillas son como de colegio, trasladándote a épocas pasadas y a la niñez. Con capacidad para veinte comensales, el Santa Julia recibe turistas en el día y vecinos en la noche. Es el lugar preciso de los hombres – principalmente- que viven en el sector. Hombres mayores que van a recordar y a mirar fijamente a la pared a ver si esta vez encuentran algo nuevo, a ver si esta vez los relojes coinciden, o a ver si esta vez nos quedamos en el pasado para siempre.

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Cocina de barrio Tardes de cueca brava al mando de los “De la Jarana” Alex Zurita y David Gaibor son amigos y compañeros desde el colegio. Actualmente ambos están en diferentes universidades y son los días martes cuando hace un alto dentro de todas sus actividades para tomar su guitarra, su pandero de cuero, sus platos de tazas y partir al Barrio Yungay a juntarse con su caramba “De la Jarana”, su grupo de amigos de cueca brava. Por Cristian Gallegos Jara

Por las calles del Barrio Yungay los días martes se siente una atmosfera diferente. Hay clima patriótico y sobretodo clima huachaca. Las carambas componen este mundo de cánticos improvisados entre las payas y el zapateo autóctono del baile nacional. Los vozarrones se destacan entre las melodías de aquellos integrantes nuevos que intentan ingresar al mundo de la cueca brava, y es donde el “choro más viejo”, tiene un respeto característico que se transmite por códigos, dándole ímpetu cuando interpreta su tonada. Parte de esta atmósfera la conforman Alex Zurita y David Gaibor -amigos y estudiantes universitarios- quienes inician este camino de las tonadas el año 2009, cuando David le regala a Alex su primer pandero de cuero. Ese mismo año, la terminología de la cueca huachaca se daba a conocer con el surgimiento de nuevas bandas que actualizaron esta cultura musical chilena. Llena de identidad campesina, del roto, de la cueca escondida por el patrón.

amigos. Zurita no simpatizaba con estas canciones. Encontraba que las bandas más conocidas pertenecían, como él señala, “al maldito campo patronal”. Por otra parte, David no se identificaba con esta música, pero las respetaba por el simple hecho de que promovían este movimiento.

el emblema campestre de esta cultura, hasta con la composición más “chora” de las letras para los nuevos acordes. Su participación en estas juntas, ha tenido muy buena recepción por los músicos del barrio, ya que su entusiasmo y pasión al rasgueo de las cuerdas de la guitarra los hacen ser respetados en el submundo de la cueca chilena.

El día martes termina a eso de las 12 de la noche para el Negro Zurita y para su amigo de infancia David, cuando ambos cargan sus instrumentos al hombro y sacan un cigarro L&M, o “Luismi” como los llaman, y se ponen a fumar. Caminan hasta la Alameda donde esperan la micro que los llevarán de vuelta a sus casas.

Fue gracias a esta nueva tendencia que conocieron a sus amigos de la Plaza Yungay, con los que comparten todos los martes melodías y carambas bravas, haciéndose llamar los “De la Jarana”.

Ha sido aquí donde han sacado todo su arte y su puesEl gusto por esta música fue ta musical con más potencia. adquirido para estos dos Desde su identificación con

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Un cálido café

Cocina de barrio Perdido en el Barrio Yungay me encuentro con un muy peculiar café. La sorpresa fue mas que agradable. El servicio, el café y el ambiente del lugar hacen de Estación Yungay Café, personalmente, uno de mis favoritos de la zona. Por Edmundo Montes de Oca Bien abrigado y con GPS en mano me adentré por las calles de Agustinas con Cummings al muy cultural y recomendado Barrio Yungay. Al perderme en sus calles me encuentro con un par de mesas y sillas coloridas al ras de la calle Huérfanos marcada con el número 2744. Sabía entonces que había llegado, media hora tarde, pero había llegado. El edificio es relativamente pequeño, con una fachada de cristal con madera que invita a pasar y refugiarte de los últimos días invernales. Con una pizarra al exterior en la que se presenta una buena variedad de sandwiches y bebidas para pasar una agradable tarde. Al interior me encuentro con Elvira, quién estaba por terminarse un té chai, del cual habló maravillas. Unas notas aromáticas y frescura increíble en las especias. Yo por mi parte escaneé la carta para encontrarme con una gran (y muy deseada) carta de postres y cafés. El espresso y la tarta de queso con frutilla fueron la opción, la cual Mariano, el mesero, nos trajo sin demora y con gran amabilidad. Así comenzamos entonces a conversar mientras las mesas aledañas a nosotros

eran ocupadas por parejas y viejas amistades que se reúnen para probar los famosos tés orgánicos y café al más estilo francés. Así mismo, los clientes más asiduos pasen a saludar a Matty Ahuero, una de las socias que atiende el lugar. Conversando con Matty pudimos darnos cuenta de la importancia de la recuperación de espacios públicos y de la reactivación de la zona. Nue-

vos proyectos como Estación que permite instalar una cafetería en un edificio olvidado transforma el espacio, la comunidad y los alrededores tanto cultural como socialmente. La organización entre locatarios y vecinos es vital para la culminación del proceso de integración y éxito del algo ya olvidado Barrio. Después de agradecerle por la atención, el buen servicio y la comida, nos dispusimos a conocer más a fondo sobre el barrio y sus alrededores. Salimos de Estación Yungay Café con la guata llena, el corazón contento, y todas las ganas de caminar las históricas calles y monumentos de Barrio Yungay.

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Cocina de barrio Boulevard Lavaud Por Elvira Anderson Cuando llegamos a Boulevard Lavaud fue imposible no pensar en aquel lugar común de sentirse de paso por el pasado, su decoración, el sonido de su escalera y los rincones que componen este restaurante te llevan por un viaje de romanticismo y conversación a media voz. Con Edmundo recorrimos los salones llenos de espejos y terminamos en una mesa bien escondida en la que probamos dos platos de excelencia. Mientras él comía un crepes de cangrejo con queso parmesano, yo probé un muy rico carpacho de salmón, con dosis justa de alcaparras que no saturaron el sabor. La conversación entretenida y los precios pensados en una cena especial hicieron sentir que este lugar además de tener historia, tiene un gusto gastronómico actual y bien elegido. Su coctelería variada, nos llevó a probar el clásico pisco sour –que para Edmundo no es tan común- y un mango sour al que, siendo honestos, le faltaba el toque de limón. Con sectores para fumadores y no fumadores, este Restaurante es una propuesta interesante para todos aquellos que quieran adentrarse en este histórico Barrio.

Pisco sour Pisco mango Carpaccio de salmón Crepas de cangrejo Excelente servicio 12.000 CPL aprox.

Compañía de Jesús n2789 t. 6825243

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Cocina de barrio

ARTE BARRIAL

MUSEOS Museo Nacional de Historia Natural

Museo de Arte Contemporáneo

Museo Ferroviario Parque Quinta Normal t. 681-4627 Cierran los lunes Gral. $800 Niños $500 Tercera Edad $400

Calle Matucana esq. Huérfanos t. 9771741 Gral.$600. Estudiantes y tercera edad $400

Museo de la Memoria

Museo Artequín Portales 2530 t. 682 5367 Cierran los lunes Gral. $800 Estudiantes, niños y tercera edad $500 Domingos: Gratuito

Catedral esq. Matucana t. 2 597 9600 Cierran los lunes Gral. Gratuito

Museo de Ciencia y Tecnología

Parque Quinta Normal t.680 4603 Cierran los lunes Gral. $600 Estudiantes. $300

Parque Quinta Normal t. 6816022 Cierran los lunes Gral. $800 Estudiantes $650 Tercera Edad $400

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MIXOLOGÍA

La coctelería toma relevancia en los bares de la Santiago. La cerveza y los típicos tragos ya no satisfacen a un público moderno, creativo y juvenil. La importancia de la textura, los olores y presentación de un trago son reglas de oro que todo barman debería aprender. Aldo Guerrero, jefe de barra del segundo piso de Zen Club, dictará la cátedra. Por Karina Valenzuela

Diversión, imaginación y placer en un vaso Aldo es ingeniero de profesión. Comenzó trabajando como barman hace 17 años, para poder pagarse los estudios. Finalmente completó su carrera, recibió el título y se dio cuenta de que, si bien los números lo atraían, era el espacio de creatividad que le ofrecía la barra lo que más lo motivaba. “Esto te ayuda a conocer gente, a saber qué pasa en otros lados, pero además te conectas con otros temas que bien podrías no saber si sigues solo tu carrera. No es morbo (ríe), sino una expresión. Me paro frente a personas de otra manera, un poco de hedonismo tiene, como cualquier profesión donde la creatividad esté en juego”, dice soberbio.

quien espera el trago para poder descansar de la rutina. “A veces las hago de psicólogo. Esa figura graciosa de las películas a ratos es cierto, pero ni tanto. Si tengo tiempo, puedo jugarla”.

Lo importante de la coctelería, además, es la presentación. “Todo entra por los ojos. A veces podemos lograr buenas mezclas, pero si se ven mal o la densidad no juega, no sirve. La gracia e ver también cómo juegan los licores dentro del vaso, cuando un licor se separa del otro, por ejemplo lo que pasa con el Baileys, puede ser bueno o malo. Ahí la densidad puede jugarte en contra o a favor. También hay que reconocer olores, sabores y por sobre todo texturas. Es como Una forma de escape puede ser la barra, para ambos pintar, es una actuación, tiene un ritmo y es una imalados, tanto quien está dentro de la barra, creando y gen. Yo lo llamaría arte”. liberando la imaginación, como así también para

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MIXOLOGÍA Aprovechando la larga trayectoria de Aldo, “Yo invito” le propuso tres escenarios para que nos deleite con un trago sorprendente, agradable y ad hoc al momento.

Propuesta 1: Viernes en la tarde y quiero salir a tomar algo con las amigas luego de un día de trabajo. “Generalmente para esas ocasiones se puede tomar mojito, que es un trago refrescante por los ingredientes que tiene (ron, lima, menta, azúcar, hielo picado y agua mineralizada). Si quieres ser un poco más audaz, o si hace demasiado calor, yo propongo que tomen “Jackie Chan”, un trago que te activa el cuerpo debido al ají y al hielo, pero que no es como tomar agua ya que tiene Jack (Daniels). Es el trago de la casa acá en Zen, lo piden muchísimo”, dice. El “Jackie Chan” resulta ser una mezcla exquisita de jugo de maracuyá, limón de pica, ají puta madre, Jack Daniels, Sky Passion Fruit (vodka) y un poco de Ginger Ale, además de hielo picado. Refrescante al principio; picante al final. La preparación es fácil, al menos para Aldo, y solo se necesita una juguera, el ají puta madre entero –sobre todo para adornar al final el cóctel- y un buen medidor, que si no resulta peligroso.

Propuesta 2: Tengo una reunión para un potencial empleador. Quiero pedir algo suave para no pasarme de copas y hacer un show, pero que tenga carácter. “Yo creo que la mejor opción para ti sería un Daiquiri. Es suave porque lleva fruta, cualquier fruta, pero además tiene un toque de malicia. Por fuera se ve sano, decentito (ríe), pero claro que luego va surtiendo efecto. Tiene estilo, además, y te haría ver elegante también al elegir eso por sobre una piscola, una cerveza o algo así”. Elegimos maracuyá para darle sabor al cóctel, y luego Aldo le agregó lo básico para hacer la buena mezcla: limón, triple sec o licor de naranja y ron. El limón, el hielo y la fruta se mezclan en la juguera, para luego usar la coctelera y agregar el ron y el licor de naranja. Propuesta 3: Sales con una chica y decides pedirle el trago, para dártelas de galán, así que debe ser bueno y no tan simple, para no quedar como tacaño. ¿Qué le pedirías? “Nunca le pido los tragos a la mujer sin preguntarle; siempre se los recomiendo. Ahora, si me tuviera que arriesgar, creo que hay que ser directo y le pediría un Orgasmo. Es una mezcla de perfecta de Baileys y amaretto. Para que sea proporcional, quede suave y no te ahogue la dulzura del trago o su densidad, tiene que ser dos porciones de Baileys por una de amaretto. Ahí quedas como rey: el trago es suave como para una mujer, sin embargo el sabor que se logra, que oscila entre lo suave y lo fuerte, no te deja como el machista que le compraría una piña colada virgen o algo así”.

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Matapasión “Comida que te quita el

hambre

Por Catalina Flores

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matapasion Francisco Vidal Político y docente

Francisco se declara un comilón y, exceptuando los períodos en que su esposa lo pone a dieta, come de todo. “Me gusta todo, pero igual a veces hay que cuidarse” es lo primero que responde al preguntarle qué comida le quita el hambre. Sin embargo, hay algo que no puede llegar a su paladar: los mariscos. “Soy alérgico a los mariscos, pero nunca he tenido un ataque o algo serio”. Y en períodos donde muchos consumen mariscos, como en semana santa, Francisco sigue comiendo carne. “No me importa, yo como carne no más” Cabe destacar que el ex ministro bajó once kilos con la dieta de Dukan, que consiguió pirateando un libro del mismo autor.

Simón Sánchez Bajista de Ases Falsos Simón cuenta cuál fue su trauma de pequeño con la comida: “Cochayuyo con arroz, lo hacían en mi casa y estaba obligado a comerlo. Todos se iban de la mesa y yo no me podía parar hasta que me lo comía. Todos se comían el postre o se iban a dormir la siesta y eran como las cinco de la tarde y yo estaba sentado frente al plato hasta que resolvía meterlo todo en la boca, mezclarlo con agua y hacer el suplicio”. A pesar de que el cochayuyo con arroz pueda no ser un plato típico en todos los hogares, sí lo era en el del bajista de los Ases Falsos, Simón. “Era cochayuyo con salsa como la que le ponen a los fideos, con carne molida y todo eso pero con arroz. Era algo demasiado asqueroso para mí. Y era imposible esconder la comida bajo la atenta mirada de mi mamá y mi nana.”

Martín del Real Guitarrista de Ases Falsos La comida que le quita el hambre al actual guitarrista de Ases Falsos principalmente, los fritos de coliflor. “Los fritos de coliflor eran los más traumáticos. Recuerdo que en una ocasión guardé uno en una jarra, y estuvo ahí como por diez años. Mi familia se dio cuenta después y habían como unos critters”. Además, comenta que en varias de las ocasiones en las que le tocó comer fritos, se quedaba esperando a que nadie lo viera para ir, raudamente, a tirarle los fritos a los perros que estaban en el patio. “Y tampoco me gustan los repollitos de Bruselas, porque son súper hediondos y se hacen en una vaporera y la casa queda pasada a repollitos.” Cabe mencionar que Martín se considera un fan de la comida y un reformado de sus mañas de niño, o así parece. “Yo creo que ahora me como todo eso. Pero los repollitos no.”

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Come Conmigo FOTOREPORTAJE

[Paola Sánchez Sabag] Paola es instructora de acondicionamientos cardiovasculares y musculares en sala y entrenadora personal. Su principal objetivo ha sido entregar herramientas para que las personas mejoren su calidad de vida y conozcan los beneficios del ejercicio realizado correctamente ; así como mejorar los hábitos de vida (entre ellos los alimenticios) de los jóvenes universitarios. Es ahí donde conozco a Paola, quién desde su experiencia cotidiana nos demuestra, al seguirla con nuestra cámara por un día, que no hay que comer solo lechuga para estar en forma y tener un cuerpazo.

Por Edmundo Montes de Oca Ibarra Fotografía por Cristian Gallegos Jara

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Come conmigo

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Come conmigo

Me pregunto si ella será de esos deportistas estilo Phelps que comen platos que pesan lo mismo que ellos….

Después de tomar un desayuno ligero, Paola toma el metro y se dirige al gimnasio donde imparte algunas de sus clases. Al terminar toma una colación ligera,.

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Come conmigo

“Me permito un pecado saliendo del trabajo de vez en cuando

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Come conmigo

CafĂŠ y medias lunas con las amigas.

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Come conmigo “Que no crean que no tomo. Una copa de vino tinto en la cena es la mejor opción para terminar un ajetreado día”, concluye Paola, quién recomienda, además de el ejercicio y una dieta balanceada, disfrutar al máximo de la comida. “Eso si, con conciencia”.

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SA BE RES

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SABERES

Ajíes Ají Rojo

Ají Verde “Sacapica”

Ají verde en escabeche

Ají Verde Utilizado para la creación de la mayoría de las salsas de ají tradicionales.

Se le agrega vinagre para conservar en invierno.

Sus peculiares semillas hacen que el picor aumente.

Ají rocoto Ají cacho de cabra Ají Rojo en maduración

Ají oriundo del Perú, muy utilizado para hacer ceviches.

Principal ingrediente del merkén. Oriundo del sur.

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SABERES

El Secreto de Rosita

E

s media tarde y Rosa Sandoval ya tiene hambre de almuerzo. Su comida no es el clásico plato con carne y arroz, sino que es un queso roquefort. Medio queso, un picadito de chanco y después otro mantecoso. Trabaja hace 25 años en la Vega Central y su puesto, llamado simplemente “Rosita”, ya es reconocido entre las caseras por poseer el mejor que-

so fresco de la Vega. Dice que posee secretos ocultos e irrevelables

para mantener sabores.

Por Daniela Burgos Hermosillo. --Rosita, ¿me guardó el gauda que le pedí?, le para. Todos le hablan, nunca se detiene. Parepregunta una casera a Rosa. ciera ser que viviera alrededor de quesos todo el día y así es, pues según ella es su mundo. Rápidamente agarra el queso con la “Siento que este lugar es mi vida, mi pasatiemmano derecha y con la otra un cuchillo, le pasa po y mi mejor vicio”, cuenta. una rebanada gigante a la casera. Rosita no

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SABERES El negocio comenzó en 1987. Ella, junto a su marido empezó en esta aventura. En un principio la idea era vender huevos; sin embargo, Rosa tenía una amiga de Osorno, quien le mandaba quesos como regalo. Un día le llegaron cinco quesos distintos y los dio a degustar en el puesto “Rosita” de la Vega. Cuando ya se le habían acabado, las clientas comenzaron a preguntar si quedaban más quesos. Decidida, entonces, hizo negocio con su amiga del sur y emprendió así el negocio, el cual se ha mantenido vigente durante 25 años.

En este lugar hay quesos que no se encuentran en ninguna parte, pues, uno de los secretos de Rosita es la maduración del queso. Ella los deja madurar en forma natural, no con cámara de frío. Dice que así éstos duran más y perdura el sabor. Su vida la acompañan los exquisitos quesos gauda, camembert, roquefort chanco y quesos finos con sabores. Hay azules, ahumados, con ají, pimienta y naturales. “Son los mejores. Se pueden complementar con tablas, pisco sour y vino tinto”, dice. Su caballito de batallas es el “chanco rosita”: mantecoso, maduro en

forma natural. Un queso único, el cual se derrite en paladares. Otra especialidad es el queso cabra de Chiloé, el cual solo tiene Rosita, pues todo el año lo vende y siempre manteniéndolo fresco y natural. Además, ella es la única que tiene el queso cabra todo el año y siempre fresco. ¿Cómo lo hace? No lo quiso contar.

La Quesería: Sabores artesanales Desde San Clemente provienen los quesos únicos de este lugar, el cual está ubicado a un costado de la Vega Central. Ingredientes y condimentos que, según el dueño, Felipe Barraza, no se encuentran en ningún lugar. Leche descremada y de cabra son el éxito de estos quesos.

chos para degustar”, explica Martínez. Además, agrega, que para complementar con algún aperitivo, los mejores son los de merquén. También existen con pimienta negra el Santa Teresa-, para rayar y una de las especialidades del lugar es el que posee leche descremada. Éste último es uno de los quesos más sabrosos de este establecimiento, ya que al ser de leche sin grasa, no pierde el sabor cremoso de la leche. Estos quesos artesanales solo se pueden encontrar ahí, pues son elaboraciones totalmente únicas, elaboraciones propias.

Son 100% artesanales, pues en el proceso de elaboración se le colocan los ingredientes en la misma leche de cabra, pimiento morrón, aceitunas, ají verde, albahaca. Éstos son algunos de los ingredientes con los cuales “La Quesería” trabaja. Todo es pasteurizado, todo original. Martínez ya casi va a cumplir dos un mes trabajando en este lugar. Cuenta que el John Martínez tiene 25 años y hace aprendizaje se da en la práctica. Se ha condos trabaja en “La Quesería”. Aclara que los vertido en un amante del queso. Todos los quesos que vende son especiales para tablas. días le lleva pedazos a su familia, quienes se “Los de merquén y ají verde se pueden deleitan con las exquisiteces. acompañar con tablas. Estos quesos son he-

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