Cuando amaneció presentaron a Jesús ante el procurador romano. Poncio Pilato les dio a elegir entre Jesús y Barrabás Todos gritaron ¡Crucifícalo! Entonces Pilato ordenó que lo azotaran...
Trenzaron una corona de espinas y se la clavaron en la cabeza
Pero ellos siguieron gritando:
¡Crucifícale! ¡Crucifícale!
Por fin, Pilato se lo entregó para que lo crucificaran Cargó Jesús con la cruz
Se dirigió hacia el ‘Gólgota’ el lugar de la Calavera