LA ILUSIÓN
Es seguramente la persona más veterana en este rocódromo, pero la ilusión que transmite Carlos es la ilusión de cualquier niño en su primera vez de visita a este templo de la escalada indoor que es el Sputnik. Sin duda, la ilusión mueve montañas y escala vías. La gente le observa atónita, bien porque saben quien es y le admiran, bien por ver a un veterano como él escalando como si de un quinceañero se tratase. Y al bajar, bromea y te cuenta que alguna “trampita” le ha tocado hacer en el sexto y que esto de no ser muy alto es una clara desventaja en la escalada. Y así, su ilusión es su mejor rehabilitación y se le ve dispuesto a retomar su actividad de alpinista y seguir coronando cumbres. Y es cercano y tiene chispa. Y ahí estamos todas que también parecemos una panda de quinceañeras con el guapo de la clase, esforzándonos por darlo todo en este día de tanta ilusión. Y ahí está Emilio, que al final le hemos metido la ilusión y el veneno en el cuerpo de “subirse por las paredes”. Laura, que sube por la pared sin importarle el grado, Maite, que en su segundo día se ha hecho con los quintos, María que es la reencarnación de spider woman y Kica, que escala con la sonrisa siempre puesta.
Una cita
Y llegó el día que esperábamos con mucha ilusión. La ilusión del reencuentro con Carlos Soria. 8.00 AM, qué generoso Carlos que nos deja dormir una hora más que la primera vez, pensamos. No sabíamos que el Sputnik abre una hora más tarde los sábados. Porque a Carlos cualquier día le dan la llave para que abra él, a este paso. Pero esta ilusión por conocerle o reencontrarle nos hace dar un salto de la cama, incluso a las más dormilonas. “Yo sigo con cuartos y quintos” dijo Carlos, hasta que alguien le propuso un sexto. Hacía un mes de nuestro primer encuentro y parece que le ha cundido a Carlos, a juzgar por cómo progresa por esas vías. Es tan increíble verle subir de esa forma tan grácil, que ahí andamos todas, con la
Y nos vuelve a emocionar ver la ilusión con la que le paran niños y mayores para hacerse fotos con él y declararle su admiración. Y ahí, en la salida del Sputnik, como una estrella de rock, a Carlos le saludan y él devuelve los saludos con abrazos a los pequeños y fotos de familia. Y nos enamora con su cercanía y su simpatía.
SOCIO DE HONOR
Y después de la escalada y la sesión fotográfica de Bárbara del Sputnik, subimos a reponer fuerzas con un desayuno de campeones. Y ahí está nuestra ilusión por saber que Carlos será nuestro socio de honor en Montañas de Vida, el proyecto que hemos puesto en marcha con grandísima ilusión para salir a caminar con mujeres que están en tratamiento oncológico activo o en recuperación. Porque sabemos que la montaña es terapéutica, nos hace sentir bien y nos ayudó a recuperarnos. Y Carlos es un referente en la materia. Encarna esos valores de superación, amor por la montaña y espíritu de equipo. Y además representa la ilusión por la vida y por el futuro. Y también le ilusiona recibir esa foto que nos recuerda una jornada tan bonita en la que Emilio y Chema de MARCA bordaron una entrevista para celebrar que Carlos cumplía 85 años. Y mira que está guapetón Carlos en la foto, que incluso con su cara seria, nos transmite alegría e ilusión.
Y lo más bonito, su nieto le llama para quedar a comer y él se despide de nosotras y baja corriqueando, claramente ilusionado con la cita que le espera.
Y esta vez, el encuentro con Cristina fue breve, pero de la próxima visita no se libra.
Y me he repetido con la ilusión pero no es redundancia, es intencionado. Porque estos encuentros, la montaña, las amigas, Carlos, Emilio, el Sputnik, son ilusión y la ilusión es el motor de la vida.
Gracias Carlos por ilusionarte con nuestro proyecto y por regalarnos tu amistad.