LA PATAGONIA Es un estado mental
QUÍMICA Y FÍSICA ENDORFINA, DOPAMINA, ADRENALINA, SEROTONINA
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La Patagonia es un estado mental. El estado mental incluye percepciones, emociones, dolor, memoria… y aunque volvimos a casa, algo de nosotrxs sigue allí. Y nuestra mente es química, y a veces física. Fuimos reacciones químicas intensísimas durante siete días y seis noches.
La adrenalina nos subió a la cumbre pese al cansancio. Las endor nas nos salían por los poros cuando mirábamos al campo de hielo patagónico o al Cerro de la Gorra Blanca. Pura felicidad.
Ahí estaba presente la dopamina, incluso sin Instagram…en cada nal de cada etapa, en cada ascenso. Y también hubo serotonina aquel día que imaginé que éramos colores en el campo de hielo, cuando caminábamos acompasadas con raquetas de nieve.
ÁCIDO LÁCTICO Y FUE UN NO PARAR. PORQUE NO HABÍA TREGUA
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Es una vuelta a lo esencial. Algo así como una vida nómada, en la que cada día nos desplazábamos en busca de nuestro objetivo, alcanzar el Cerro de La Gorra Blanca en la ventana de la buena meteo. Y mientras caminábamos, se producían in nitos procesos en nuestros cuerpos, en nuestra mente.
Era tal la intensidad del ejercicio con nuestras pesadas mochilas, que nuestros músculos liberaban ácido láctico a diario. Pura química, llenas de reacciones en cadena y tan intensas eran las emociones diurnas que ni la melatonina lograba devolvernos siempre a la calma, cuando anochecía.
Conexiones neuronales activadas, para subir, para bajar, para sortear pasos, para hacer transiciones. Y mucha física. Energía cinética en el constante movimiento, energía potencial en el ascenso, energía térmica en nuestros procesos termodinámicos diarios.
SALES MINERALES AGUA DE NIEVE
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El agua fundida de la nieve en la montaña no tiene sales. Y nuestro cuerpo pedía a gritos sales minerales. Sumamos al esfuerzo cierta deshidratación. Nada que no cure una puesta de sol.
Y hubo incluso intolerancia a dichas sales. Pero se sacan fuerzas de aqueza porque La Patagonia es un estado mental.
Pero en nuestro estado mental no había queja. Un pie primero y el otro después para el regreso.
Y aún sin saber si fue el frío, la falta de sales o la deshidratación, nuestros cuerpos decidieron retener líquidos. Y la química nos convirtió en peces globo…
Que para deshincharse habría tiempo.
OXITOCINA AMOR Y FELICIDAD
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Y es que la expedición estuvo repleta de oxitocina. Del primero al último día, amor y cuidados, cariño y buen humor, felicidad. De los momentos de tensión aprendimos, pero se mantenía la calma. Al caer la tarde, llegaban las risas y la complicidad.
Nos rellenábamos de oxitocina que no engorda. Y la vida olía a nubes, a cirros, cúmulos y estratos. Éramos tantxs y parecíamos solo unx. Los días eran largos y aún así los habríamos estirado mucho más.
Y hace diez días que volvimos a casa. Y aún sigue esta ebre que no termina de bajar. Ni siquiera febrícula la podemos llamar. Y hoy dormimos expectantes. Sabemos que mañana nos espera otro regalo más. Y no podemos parar de soñar.
Patagonia Reto Pelayo Vida 2023 Fotos de Sonia, Emilio, Rafa, Diego, Juan, Dany