Guía Duelo Adulto Mayor

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Adulto Mayor en Duelo Guía de ayuda Agosto, 2020

Proceso del Duelo

Estrategias de Apoyo Señales de Depresión


Adulto mayor en Duelo.

Guía para el Adulto mayor en Duelo Tanatología Solicitado por: Licenciada Melania Meneses Alv Alvarado UPI. Año 2020.

Elaborado por: Ana Lorena Pacheco Lobo Katherine Quesada Jiménez Yorleny Araya Arce

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INDICE Introducción ................................................................................................................................ 4 Justificación ................................................................................................................................. 7 Definición de Duelo ............................................................................................................... 10 Duelo ................................................................................................................................................... 10 Ideas irracionales respecto al duelo en adultos mayores. .............................................................. 12 Aspectos y factores sociales ............................................................................................ 13 Mitos y creencias en torno a las pérdidas en la vejez ...................................... 13 Características del duelo en la tercera edad .......................................................... 13 Implicaciones físicas ............................................................................................................ 13 Procesos del Duelo, bajo la premisa de diferentes autores ......................... 14 Etapas del duelo según Elizabeth Kübler-Ross ................................................ 14 Tareas de Duelo según William Worden ............................................................... 16 Los Desafíos, según Neymeyer .................................................................................. 19 Patrones de aflicción del duelo .................................................................................. 20 Modelo clásico del trabajo de aflicción ................................................................. 21 Manifestaciones del Duelo, según W. Worden ...................................................... 23 Factores que determinan la vivencia del Duelo ................................................... 24 Determinantes significativos dentro del proceso de Duelo .......................... 24 Signos de alerta de depresión por duelo en la tercera edad ........................ 25 Conducta suicida en el adulto mayor ......................................................................... 26 El adulto mayor en duelo, ¿cómo acompañarlo? ................................................. 27 Estrategias de apoyo y acompañamiento................................................................ 29 Películas recomendadas ..................................................................................................... 37 Técnicas para el asesoramiento terapéutico en la ............................................. 38 intervención en Duelo.......................................................................................................... 38 Propuesta .................................................................................................................................... 39 Conclusión .................................................................................................................................. 41 Bibliografía ................................................................................................................................. 43


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Introducción Al llegar a una mayor edad la persona va viendo cómo los ambientes van cambiando para ella y cómo otros le son lejanos o por lo menos le ofrecen menos interés. En realidad esto ha pasado siempre y en

cada

una

de

las

etapas

evolutivas

del

individuo.

A esta edad el problema se agudiza pues viene sazonado de otros tintes de marginación social. Por eso el adulto mayor se encuentra sin las herramientas que le permitan un trabajo de adaptación: son las motivaciones o refuerzos sociales. Al carecer de dichas herramientas le es difícil adquirir hábitos nuevos, y por lo tanto, adaptarse a las nuevas circunstancias. Así puede parecer como una persona algo rígida, chapada a la antigua, aferrada a su sola experiencia tan importante para él o ella, pero que siente que la sociedad no se la valora en la forma en la que la persona quisiera o considera que sería lo justo. La agresividad, la fácil irritabilidad (verbal o gesticular) que muestran algunas personas mayores, podría estar relacionada con este sentimiento de la difícil adaptación, en algunos casos. (Monroy, A. 2005)

Los adultos mayores enfrentan en la última etapa de su vida una gran variedad de pérdidas. La etapa laboral llega a su final iniciando una nueva vida como jubilado. Amigos, hermanos o inclusive la pareja mueren debido a su avanzada edad mientras que observa cómo su salud física se deteriora con el pasar de los años. Por tal razón además de muchas variables, se considera que la vejez es una etapa especialmente difícil para afrontar las consecuencias emocionales, físicas, espirituales, etc. que puede originar esta pérdida. El concepto de muerte es abstracto


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y complejo, de ahí que la forma de abordarlo y comprenderlo dependa de aspectos tales como la edad, el nivel de desarrollo, la educación, la religión, la afrontación de otras pérdidas, etc. (Rodríguez, M. 2008) Como tal, según Monroy (2005) la aflicción o tristeza por una pérdida, es una respuesta normal y saludable, para calmarla, la persona tiene que aceptar los términos finales de esta pérdida. Para ello se pasa por diferentes estadios: Shock o confusión por sorpresa desagradable o confusión, negación, enojo o molestia por el abandono, amargura, fingimiento de haber vuelto a la normalidad, enfrentamiento a la realidad depresión, sin esperanza, culpa, hasta que va pasando. Es aconsejable hablar de esto con otras personas, seguir con sus actividades acostumbradas dentro de lo posible, dormir bien, no tomar decisiones importantes de inmediato y pedir ayuda psicológica si se necesita. De acuerdo con Carevic (2003:5) “durante esta etapa las reacciones del duelo serán más sostenidas en el tiempo, esto debido a que el anciano tiene más dificultades para adaptarse a los cambios. La pérdida es el tema predominante en la vida emocional

del anciano”. Brenes, Y.

(2008) El duelo según Fonnegra: es un proceso activo

de adaptación de la

pérdida de un ser amado, un objeto o evento significativo, que involucra las reacciones de tipo físico, emocional, familiar, conductual, social y espiritual que se presenta como respuesta a él. El duelo implica llevar a cabo cambios que generan también ansiedad, inseguridad y temor. Como podemos observar, el duelo implica grandes cambios en la vida de las personas, y si a esto, sumamos los cambios que enfrentan los


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adultos mayores, per se,

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debemos tener claro, que es de vital

importancia, que prestemos especial atención a cada señal que brindan como resultado de los mismos, en todos los aspectos relevantes de su cotidianeidad, y durante un proceso de duelo, para poder cubrir así cada una de sus necesidades, de forma oportuna e ir generando el bienestar propio y necesario durante esta etapa de la vida. Por las razones expuestas, el objetivo principal del presente trabajo, será plantear cómo puede enfrentar el adulto mayor el proceso del duelo, anotando qué cosas son normales dentro de éste y generando estrategias que sirvan como herramienta de apoyo y así crear una cultura de enseñanza para que ellos puedan sobrellevar de mejor manera el tránsito de la pérdida, de forma que no se produzca ninguna problemática dentro de las etapas que se presentarán en este proceso. La constante enseñanza de dichas estrategias asegura una calidad de vida mejorada para el adulto mayor, evitando que se generen aflicciones que pueden alterarse o incrementarse.


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Justificación ¿Por qué una guía para el adulto mayor en duelo? Teniendo en cuenta todas las variables que intervienen dentro de un proceso de duelo, es posible decir, que la construcción del concepto de muerte en el adulto mayor está mediada por diversos factores, entre ellos está el presenciar muertes cercanas, las enfermedades, el distanciamiento de los hijos, las separaciones, la jubilación, las pérdidas vividas y la elaboración de duelos correspondientes (Viguera, 2005); todo ello influenciado por la cultura, donde específicamente en la occidental, los conceptos más comunes en relación al tema de la muerte, se reducen en que es un hecho biológico por el que atraviesa todo ser humano, un rito de traspaso, algo inevitable, un hecho natural, un castigo, la realización de la voluntad de Dios, entre otros. Por tanto, se puede decir que las representaciones sociales como una forma de conocimiento de la realidad, se configuran en los adultos mayores desde las propias expectativas, al igual que con

sus ideas de aceptación

personal y psicológica (Pinazo y Bueno, 2004). Al ser la adultez mayor una etapa en donde se presentan una serie de crisis, las cuales pueden verse como perturbaciones o como aprendizajes, es allí donde las estrategias de afrontamiento asertivas permitirán que la persona no sólo tenga una adaptación satisfactoria a esta etapa, sino lleva a que esta tenga un control emocional, que favorezca una imagen positiva de sí mismo, el apropiarse de las competencias que se tienen y sostener relaciones sociales, que llevan finalmente a que la persona se entrene para futuras problemáticas. (Uribe, A. y otros, 2007)


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Consideramos que existen muchas variables que intervienen en la etapa de la ancianidad, y también muchas creencias irracionales en torno a estos, lo que implica que en alguna medida el proceso de duelo se vea coartado, debido muchas veces a la sobreprotección, pretendiendo que este no es capaz de enfrentar emociones fuertes, por con el contrario no se brinda el acompañamiento adecuado, debido a que se piensa que el anciano cuenta con las suficientes herramientas para enfrentar dicho proceso, y se excluye como parte del círculo familiar. Por estas y otras razones, es que creemos que resulta indispensable la creación de esta guía, para que las personas entiendan que como lo afirma la teoría, ningún duelo es igual a otro, y esto sobre todo es porque ninguna persona es igual a otra, y va a depender de su estilo de afrontamiento, del manejo de pérdidas anteriores y muchas más aristas, el cómo evolucione dentro del proceso, y en el caso de los adultos mayores, con las variaciones que va asumiendo en esta etapa de su vida, se torna un elemento imperante la cercana supervisión, para así poder asegurar que todas las emociones que surjan se vayan dando dentro de la normalidad misma de la situación. Esta guía proporcionará elementos importantes para reconocer el proceso natural que puede experimentar un adulto mayor en duelo, brindará información sobre conductas o signos de alerta que implican la demanda de una atención terapéutica, además muestra herramientas para trabajar durante el mismo, tanto para el acompañante, como para el doliente, que son de utilidad general y pueden ser aplicadas por cualquier persona en duelo.


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Pensamos que con este trabajo, no sólo estamos ayudando a los adultos mayores quienes son la finalidad de esta guía, sino también a cualquier doliente que e recurra a esta en busca de consejo y entendimiento. La muerte es un tema silencioso, un tema del que nadie quiere hablar, porque en nuestra cultura, la separación física es dolorosa, pero debemos entender que es la única certeza de la vida, el único final fi que tenemos seguro, por esta razón esperamos que esta Guía sirva de orientación para que las personas aprendan a manejar y drenar el dolor que produce la muerte de un ser querido. El proceso de duelo va de fuera hacia dentro, del silencio a la palabra, palabra de la oscuridad a la luz. Y ésa tan sólo es una primera aproximación. (Díaz, P. y otros. 2014)


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Duelo Definición de Duelo El duelo, es una respuesta emocional normal y natural que se da ante la pérdida de un ser querido. ¿Qué le decimos a la gente para dar un pésame? Somos ignorantes ante esto, ya que no se dice nada, muchas personas manifiestan frases que no ayudan en nada, el nivel de significancia no es el mismo. La respuesta emocional sería, cuando se pierde un trabajo, se separa la pareja, las etapas de vida. Siempre tenemos pérdidas no siempre por muerte; en Tanatología es por muerte. El duelo es un proceso activo a la pérdida de un ser amado, se tiene que trabajar y aprender como orientar en el duelo para generar herramientas. El trabajo es lo que da la diferencia. En duelo el tiempo no tiene que ver; se analiza a realizar por etapas y se debe de tener cuidado con la intervención en duelo, las etapas son cíclicas. La negación, tenemos que verlo como un proceso positivo, ir entendiendo y asimilando la pérdida, comprender, que es lo que está pasando en este proceso. Se menciona que el tiempo es ilimitado, se ayudará a ir entendiendo de que la persona ya no está.


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En el duelo anticipado, en el diagnóstico por enfermedad, sirve para irse adaptando. La ira, el enojo con los médicos, dónde se deposita ese sentimiento. La negociación, se presenta en hacer pactos, para no sentir culpa. La aceptación, lo mejor, aprender a vivir con la ausencia sin dolor. Es recomendable, realizar, una resolución con la ausen ausencia, cia, hacer la despedida de un ser querido, en duelo, es un simbolismo importante, debido a que como se explicó anteriormente, la intensidad del dolor varía de acuerdo con las actividades que se realicen con el duelo.

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Ideas irracionales respecto al duelo en adultos mayores.

A largo de nuestra vida vamos acumulando una serie de pérdidas, pero existe la creencia de que, en la vejez, estas pérdidas son más graves debido a que se entiende que las personas mayores tienen menos fuerzas para recuperarse, menos tiempo para recomponerse mediante creación de nuevas relaciones y metas. Las pérdidas en estas edades suelen ser de personas que se conocen de hace bastante tiempo, son más importantes y difíciles de reemplazar, muchos son reacios al reconocimiento de la importancia de los sentimientos, otros interiorizan que ya han vivido muchos años y no deben preocupar al resto con su duelo (intentan restarle ellos mismos la importancia al proceso). Sin embargo, todo lo anterior es cuestionable ya que existe realmente una actitud de pesimismo social hacia la tercera edad, las restricciones que existen hacia este sector de la población y la forma en la que se les permite vivir en sociedad. Es por tanto que el duelo anciano puede resultar finalmente devastador si combinamos las creencias erróneas con las propias limitaciones en las distintas áreas que conlleva la edad anciana. Por tanto, se hace imprescindible si vamos a intervenir con ancianos en el proceso de duelo, detectar las creencias erróneas, así como conocer el contexto que rodea a la persona.


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Aspectos y factores sociales Ante un duelo en una persona anciana, el hecho de contar con una fuente de apoyo social le ayudaría a tramitar el proceso de una manera mucho más satisfactoria que del modo contrario. Recordemos que por lo general el matrimonio anciano suele tener una duración de bastantes años y la muerte de uno de los cónyuges supone la pérdida de gran parte de la vida de la persona doliente.

Mitos y creencias en torno a las pérdidas en la vejez Los ancianos debido a que viven más años tienen más probabilidades de sufrir más pérdidas a causa de fallecimientos; pareja, familia, amistades. Por tanto, pierden a la persona y además su red de relaciones y de apoyo social y familiares va disminuyendo.

Características del duelo en la tercera edad Las pérdidas en la vejez, se considera un duelo silencioso y normalizado, pero que debe ser considerado y guiado para que pueda resolverse de manera satisfactoria y sana.

Implicaciones físicas Es más probable que las personas mayores acumulen más dolencias físicas y mentales, aunque ellos suelen tener mayor preparación en el ámbito de las pérdidas y en la manera de afrontarlas que las personas jóvenes. (Ayúdame a entender pag.12)


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Procesos del Duelo, bajo la premisa de diferentes autores Etapas del duelo según Elizabeth Kübler-Ross Es muy importante que la persona en duelo, tenga conocimiento de estas etapas para que pueda identificarlas y así las estrategias o herramientas que se le brindan sean de mucha ayuda en su vida personal, procederemos a explicar cada una de las 5 etapas propuestas por (Kübler-Ross, E., and Kesller, D., 2006): ❖ Etapa de la negación: en esta etapa la persona por lo general tiende a negar la situación en que se encuentra, y puede producir más impacto la forma en cómo se enteró de la noticia sobre la muerte del familiar o allegado, produciendo un estado de shock, esta suele ser de forma simbólica, ya que el sujeto al regresar a interactuar normalmente con su vida, se encuentra con el choque de que la persona fallecida ya no está en el medio en que se desenvuelve, creando un estado de negación, que puede pasar sin el debido cuidado a un estado más grave, la persona se encuentra conmocionada, por ende suele negar los hechos de lo sucedido, ayudando a minimizar el golpe del impacto y así, en algunos casos, crear una falsa ilusión sobre la ausencia del fallecido. ❖ Etapa de la ira: La rabia y el resentimiento que aparecen en esta etapa son fruto de la frustración que produce saber que se ha producido la muerte y que no se puede hacer nada para arreglar o revertir la situación. Suele manifestarse contra la persona fallecida o contra el mismo sujeto, al reclamarse ¿Por qué se murió? o ¿Por qué lo dejé morir?, inclusive la ira puede ir reflejada hacia el personal médico. Generalmente no suele ser lógica ni válida, pero es muy importante para el proceso recuperativo de la persona.


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❖ Etapa de la negociación: Puede aparecer inclusive antes de la pérdida, suele estar acompañada de la culpa, pactando con el dolor, creando nuevas metas de intercambio para ya no sentir dolor, intentando crear una ficción que permita ver la muerte como una posibilidad de impedir que ocurra, ofreciendo la fantasía de controlar la situación. Por ejemplo, es frecuente intentar negociar con entidades divinas o sobrenaturales para hacer que la muerte no se produzca a cambio de cambiar el estilo. ❖ Etapa de la depresión: Aquí la persona se encuentra con una sensación de vacío, dejando de fantasear con realidades paralelas, para volver al presente aceptando la realidad con dolor, no necesariamente la etapa de

depresión

tiene

significado

patológico,

simplemente

se

asemeja en síntomas. Se presenta una fuerte tristeza que no se puede mitigar mediante excusas o fantasías, la persona tiene que aprender aceptar la muerte de su ser querido y empezar a vivir una nueva realidad que está definida por esa ausencia. Predominará la melancolía y tristeza, en algunos casos se produce el aislamiento. ❖ Etapa de aceptación: Es el momento en que la persona acepta el fallecimiento de su ser amado, aprende a seguir viviendo en un mundo en el que ya no está, y acepta ese sentimiento de superación. Esta fase se da porque la huella del duelo y el dolor emocional se va extinguiendo con el tiempo. Es importante rescatar que el camino por las etapas no siempre es lineal, por lo general es cíclico, y es normal ir de una etapa a la otra, sin un orden específico.


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Tareas de Duelo según William Worden Para Díaz, P; Losantos, G y Pastor, P (2014), de la Fundación Nario Losantos del Campo , William Worden define las tareas del duelo como aquello que el doliente tiene que resolver para poder elaborar de una forma adecuada su duelo. Habla de tareas en lugar de hablar de fases, como Parkes, o de las etapas que vimos anteriormente definidas por Kübler–Ross. La explicación es muy sencilla: al hablar de tareas, le da al sujeto la posibilidad de llevar a cabo una acción de manera activa, lo que puede ayudarle a aliviar esa sensación de impotencia, de “¿Qué hago yo con mi dolor?“. Por otro lado, coloca al sujeto en un lugar activo del duelo, no pasivo (padeciéndolo). Las cuatro tareas de las que habla Worden: 1. Asumir la realidad de la pérdida. Intrínsecamente relacionada con esta tarea está la cuestión de qué hacer con las pertenencias del fallecido. Tanto la decisión de deshacerse de ellas inmediatamente como la de conservarlas, como si el fallecido fuera a volver, nos hablan de un bloqueo total

o parcial de esta primera tarea por

parte del doliente. Sabremos que hay complicaciones en esta etapa, cuando, por ejemplo, habla de su ser querido fallecido en presente y no en pasado o sondeando qué ha hecho el doliente con las pertenencias del difunto. En el caso de que haya conservado todas sus cosas – “Tengo su habitación tal y como la dejó“– puede estar negando la muerte mediante un proceso de momificación (Worden, 1991), dejando la habitación intacta como si la persona fallecida fuese a volver. Por el contrario, si retira todas las cosas del difunto, como si nunca hubiera existido, en ese caso podría estar negando la muerte mediante un proceso de minimización.


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2. Elaborar las emociones y el dolor relacionados con el duelo. “Los duelos duelen y no se puede hacer nada por evitarlo“ (Bucay, 2006). Los familiares que tratan de “distraer“ al doliente o las personas que “ocupan“ todo su tiempo para no sentir interfieren o interrumpen esta segunda tarea. Una de las certezas que tenemos sobre el duelo es que duele, por eso el camino de la elaboración del duelo pasa por sentir y afrontar ese dolor. Sabemos que las emociones y el dolor que conlleva el duelo luchan por salir y que, antes o después, afloran para ser atendidas y afrontadas. Conocer

las emociones y ponerles nombre hace que dejen de

percibirse como

algo amenazador o potencialmente destructivo.

Darles la bienvenida y acogerlas ayuda al doliente a dar sentido a la experiencia

y

a

conocer

la

información

que

aportan.

Las

emociones dan información acerca de las propias necesidades. Sólo al expresarlas conoceremos su significado y podremos satisfacerlas. Existirán complicaciones en esta etapa si el adulto mayor no se permite sentir, o bien se estanca exclusivamente en una de las emociones. Además si se centrase sólo en los recuerdos positivos del fallecido, lo

que lleva al doliente a idealizarlo y, por tanto, a no

permitir que se expresen todas las emociones y cogniciones, sólo la parte positiva, dejando oculta y sin explorar otra parte de la experiencia. También si éste evita todo contacto con la emoción, recuerdos o pensamientos sobre la persona que ha fallecido, en un intento de distraer el dolor y toda experiencia relacionada con la muerte del fallecido.


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3. Aprender a vivir en un mundo donde el fallecido ya no está presente. Esto guarda relación con la propia identidad.

Está

relacionado con los roles que desempeñaba cada uno, con hacerse cargo

de

tareas

y

cometidos

distintos

a

los

que

antes

desempeñábamos. También hace referencia precisamente a la adaptación que necesita la persona que ha perdido a un ser querido en relación a todos los cambios que implica dicha muerte. Las personas que bloquean esta tercera tarea del duelo no se adaptan a la vida, se ven inmersas en un mundo que se ha paralizado, sin evolución. El doliente no es capaz de desarrollar habilidades de afrontamiento, o bien pierde

ocasiones para

incorporar nuevas habilidades, se aísla y evita de muchas formas responder a las exigencias de la vida. Estas personas suelen volverse dependientes, dada su incapacidad para poder afrontar las obligaciones más simples y cotidianas. 4. Recolocar emocionalmente al fallecido y seguir VIVIENDO. Esto enlaza con la idea de “guardar“ al fallecido en un lugar que es sólo nuestro, sin hacerle un altar ni renegar de sus recuerdos. Se trata de entablar nuevas relaciones, de vivir y no limitarse sólo a sobrevivir. Elaborar la cuarta tarea del duelo no significa olvidar al fallecido. Es frecuente que el doliente fantasee con esa idea y que esto le genere mucha ansiedad. Pero recolocar al fallecido no consiste en renegar de su recuerdo, sino en poder convivir con el pasado para poder vivir en el presente. Esta tarea tiene que ver con la ilusión, con volver a vivir y volver a arriesgarse, involucrarse de nuevo en actividades y planificar el futuro. Todo lo que esté relacionado con la idea de no querer vivir


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estará complicando esta tarea, por ejemplo: que un viudo se haga a sí mismo la promesa de no volver a enamorarse es indicador de un bloqueo. Las tareas no tienen por qué realizarse en un orden concreto, ni son sucesivas, es decir: no es necesario completar cada una de las tareas antes de pasar a la siguiente. Los Desafíos, según Neymeyer Neimeyer considera también el duelo como un proceso activo y aunque su planteamiento es muy similar al de Worden reformula las “tareas” de éste como “desafíos”, añadiendo algunos elementos que lo diferencian del anterior. Estos desafíos que la persona ha de superar, los superará de forma diferente en función de los recursos de que disponga y de la naturaleza de la pérdida. Según Neimeyer estos desafíos no se superan en un orden determinado ni se resuelven todos totalmente para el resto de la vida. Los desafíos a los que ha de enfrentarse el deudo serían: 1. Reconocer la realidad de la pérdida. Además de lo comentado anteriormente al hablar de las tareas propuestas por Worden, Neimeyer añade una segunda dimensión ya que considera que la pérdida se sufre no sólo como individuos sino también como miembros de sistemas familiares, de forma que habría que reconocer y hablar de la pérdida con todos los afectados incluyendo niños, personas enfermas o mayores en un equivocado intento de “protegerlos”. 2. Abrirse al dolor. Hace referencia también, al igual que Worden, a la necesidad de reconocer y darse tiempo para sentir el dolor y la pena por la muerte; sin embargo añade también un nuevo matiz, ya que


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Neimeyer se hace eco de las nuevas teorías acerca del duelo que hablan de la necesidad de alternar entre la atención a los sentimientos y la atención a tareas más prácticas. 3. Revisar nuestro mundo de significados. Tras una pérdida importante es probable que no sólo cambie nuestra vida a un nivel práctico, sino que este hecho nos haga replantearnos todo nuestro sistema de creencias y valores que había sustentado hasta el momento nuestra vida. 4. Reconstruir la relación con lo que se ha perdido. Para el autor la muerte no acaba con las relaciones sino que las transforma, de manera que hay que reconvertir la relación, la cual pasa a estar basada en una conexión simbólica en lugar de en la presencia física. 5 Reinventarnos a nosotros mismos. Tras una muerte importante podemos recuperarnos y llevar una vida totalmente satisfactoria, pero es seguro que no volvemos a ser igual que antes, es pues una ardua labor el encontrar una nueva identidad que encaje con el nuevo rol. Este último desafío está ligado a la concepción de la identidad como algo no únicamente personal sino también social.

Patrones de aflicción del duelo Para Morenos, G. y Dáger. J. (2018) el duelo genera diferentes estilos de huellas en el ser humano, a veces, estas huellas suelen ser de forma negativa para la vida del sujeto, afectando de forma momentánea o permanente dependiendo del estilo y afrontamiento de duelo que posea. Para esto el sujeto posee ciertos cambios después de la pérdida del ser amado, pasando de un estatus o rol diferente al que se encontraba, por ejemplo, si la persona quedó viuda o huérfana, teniendo conducencias


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económicas y sociales. Antes de todo este proceso que pasa el individuo, su primer signo que se presentaré en su vida es la aflicción, la cual está catalogada como una de las primeras dolencias que se presentan en el inicio de las etapas del duelo, la primera fase, negación. La aflicción se suele presentar con los siguientes síntomas: Negación, ira, hacer promesas, estado de ánimo depresivo y aceptación. La recuperación del sujeto en el duelo, mayoritariamente dependerá de la personalidad, medio en que se desenvuelva, sociedad y otros factores implicantes, en ciertos casos la recuperación suele ser de manera inmediata, y en otros, el proceso de duelo pasa a ser largo y duradero, inclusive hay personas que no logran salir o recuperarse del todo.

Modelo clásico del trabajo de aflicción Tomando la teoría del trabajo de aflicción (Papalia, E. & Wendkos, J., 1997), describen tres etapas donde el sujeto que se encuentra en estado de dolencia a causa del duelo acepta la realidad que se está presentando en su vida, inicia el proceso de ruptura con la persona muerta para pasar a una nueva readaptación a la vida, aquí la persona se sentirá con más ánimos para realizar nuevas metas, encontrar nuevos intereses y comenzar nuevos proyectos, los cuales garantiza la mejora de su estado de ánimo y pone en rumbo nuevamente su vida. ❖ Choque e incredulidad: Aquí se propagan los sentimientos

abrumadores, encajamos la etapa de negación que presenta la autora Kübler-Ross, el individuo se sentirá afligido, constante llanto y conmoción ante la pérdida, se describe que esta etapa tiene un tiempo de duración variable, de días a semanas, dependiendo del shock que se presentó en la persona, si la muerte fue de forma inesperada.


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Adulto mayor en Duelo. ❖ Preocupación por la memoria de la persona muerta: El tiempo

promedio romedio de duración en esta etapa varia de seis meses a dos años, donde el afectado se encuentra en el periodo de aceptación sobre la muerte de su ser querido, por lo general este proceso de aceptación no finaliza en esta etapa de aflicción, ya que el suje sujeto to se encuentra en el periodo de aprendizaje para el afrontamiento del duelo. ❖ Resolución: Para finalizar este proceso de aflicción, tenemos al

individuo

que

se

encuentra

en

formación

de

nuevos

intereses,

renovando su vida y sus motivaciones, en esta etapa la persona suele recordar a su difunto con cariño y añoranza, pero predominará predomina la aceptación de su partida


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Manifestaciones del Duelo, según W. Worden

Sentimientos Tristeza Enfado Culpa y auto-reproche Bloqueo Ansiedad Soledad Fatiga Impotencia Anhelo Emancipación Alivio Insensibilidad Confusión

Conductas Soñar con el fallecido Evitar recordatorios del fallecido Suspirar Llorar Atesorar objetos que pertenecían a la persona fallecida Buscar y llamar en voz alta

Sensaciones físicas Opresión en el pecho Opresión en la garganta Hipersensibilidad al ruido Falta de aire Debilidad muscular Falta de energía Sequedad de boca Vacío en el estómago Sensación de despersonalización

Pensamientos Incredulidad Confusión Preocupación Alucinaciones breves y fugaces Sentido de presencia

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Factores que determinan la vivencia del Duelo     

Muerte a tiempo/destiempo Pérdida predecible/impredecible Forma de morir Salud física y/o mental Estado cognitivo

Determinantes significativos dentro del proceso de Duelo (Meneses, M. 2018)         

¿Quién Quién era la persona? La naturaleza de la relación. Tipo de muerte. Antecedentes de otras pérdidas. Variables de personalidad. Variables sociales. Autoestima. Tipo y calidad de la relación con la persona fallecida. Apoyo psicosocial.

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Signos de alerta de depresión por duelo en la tercera edad Para algunas personas, los sentimientos de pérdida son debilitantes y no mejoran, incluso con el paso del tiempo. Esto se conoce como duelo complicado, en duelos complicados, las emociones dolorosas duran tanto y son tan intensas que te resulta difícil recuperarte de la pérdida y continuar con tu propia vida. 

Tristeza profunda, dolor y pensamientos constantes acerca de la pérdida del ser querido.

Falta de concentración en cuestiones que no sean la muerte del ser querido.

Atención extrema a los recuerdos del ser amado o la anulación excesiva de los recuerdos.

Deseo o añoranza intensos y persistentes por el difunto.

Problemas para aceptar la muerte.

Entumecimiento o distanciamiento.

Resentimiento por la pérdida.

Sentimiento de que la vida no tiene sentido ni propósito.

Falta de confianza en otros.

Incapacidad para disfrutar la vida o para recordar las experiencias positivas vividas junto con tu ser querido.

Tienes problemas para llevar a cabo las actividades cotidianas.

Te aíslas de los demás y te apartas de las actividades sociales.

Tienes tristeza profunda, sentimientos de culpa o auto reproches.

Crees que hiciste algo mal o que podrías haber evitado la muerte.

Sientes que no vale la pena vivir sin la persona querida.

Deseas haber muerto junto con tu ser querido (al V. A., 1997).


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Conducta suicida en el adulto mayor Los adultos mayores conforman el grupo de edad donde se produce con más frecuencia la conducta de consumación del suicidio. Sin embargo, este tema ha sido poco investigado, a pesar de la gran importancia que tiene. Estudios epidemiológicos revelan el incremento progresivo de la tasa de suicidio conforme los varones van aumentando en edad, siendo en varones de 70 años de dos a cinco veces superior que en adolescentes. La tasa de suicidio en mujeres también aumenta con la edad, sin embargo, su pico máximo se produce a los 55 años y disminuye en las décadas posteriores. En la población anciana, estos avisos suelen darse como “comunicaciones indirectas” en manifestaciones que la persona hace a sus familiares o círculo cercano tales como: poner en orden los asuntos familiares (reconciliarse con alguien, dar bienes en vida, y otros ejemplos que sean sospechosos en la manera de ser de la persona), interés por despedirse de familia y 30 amistades que hace mucho que no ven (no es extraño incluso la despedida al propio médico de cabecera, como una manera de agradecimiento). “La conducta suicida encubierta”, que consiste en el abandono progresivo de la propia persona hacia la alimentación, medicamentos, autocuidado y que es muy peligrosa dado que se hace de manera sigilosa y lenta. Estas conductas suelen finalizar con la muerte de la propia persona, siendo un suicidio pasivo. Probablemente, al darse en muchas ocasiones el aislamiento y soledad en esta población, este tipo de suicidio pasivo sea infravalorado o desconocido por el resto(al C. F., 2019).


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El adulto mayor en duelo, ¿cómo acompañarlo? La esperanza de vida se ha alargado considerablemente en los últimos tiempos, de forma que cada vez hay más personas mayores y, por lo tanto, más cantidad de ancianos que pueden sufrir pérdidas de seres queridos, pero en esta etapa de la ancianidad, no solo podemos reducir el duelo por la muerte de un ser querido, ya que al llegar a esta fase de la vida, la persona se ve asociada a diferentes pérdidas, como lo pueden ser además, de su actividad productiva (su trabajo), de todas sus actividades cotidianas (esas que realizaba sin mayor ayuda), de su familiaridad (cuando son recluidos en hogares de asistencia), de su estado de salud, y del hecho de que se vislumbre el final de su vida. Pero enfocándonos en las pérdidas de los seres queridos, podemos decir que al igual que ocurre con los niños, el problema principal del duelo en la ancianidad, es la percepción que se suele tener de que serán incapaces de hacer frente y se les tiene que proteger de la información y de las manifestaciones comunes. Para

Fernández, C. y Gómez, C.

(2019) de igual manera, esto conduce a que se sientan inutilizados y sin acceso al apoyo que supone el duelo compartido entre los miembros de una familia. No olvidemos que el duelo del anciano forma parte de un proceso familiar, en que los familiares tratan de preservar al abuelo, pero en que éste, en su lucidez, trata a su vez de no preocupar al resto expresando su tristeza o aflicción, en parte en un intento de no dejar en entredicho su independencia personal. Un clima familiar que pronostica incapacidad es el primer paso para ella. Es importante tratar al adulto mayor con empatía, asumiendo que esta etapa de su vida, lo ha dotado de un vasto aprendizaje que ha ido equipándolo de herramientas para ayudarle a responder a las diferentes situaciones a las que se verá expuesto, sin embargo, hay que tener


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claro, que el acompañamiento durante el duelo, es vital, atendiendo todas las reacciones, emociones o cualquier circunstancia que surja, para garantizar así una saludable evolución. Debemos tener en cuenta que el proceso de duelo de un adulto mayor, or, no es mayormente diferente al de cualquier otra persona, por eso

es

importante,

que

se

tomen

en

cuenta

las

siguientes

consideraciones, adaptadas por Fernández, C. y Gómez, C. (2019), para poder asegurarnos de brindar un acompañamiento adecuado durante el proceso:  En todas las fases de la vida existen pérdidas, la tristeza y el dolor están presentes en todas.  Cada persona tiene un proceso determinado de recuperación de la pérdida, depende de muchas variables, no solo de la edad o etapa evolutiva.  Existen aspectos comunes, así como diferencias entre el duelo anciano y el duelo del resto de personas.  No debemos quitar importancia al impacto que produce el duelo en una persona anciana, no es diferente al impacto que una pérdida genera en otras etapas de la v vida.  Las personas mayores que están procesando un duelo, valoran y perciben el apoyo de su círculo, así como también, son capaces de ofrecer apoyo a los miembros de este.


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Estrategias de apoyo y acompañamiento. El adulto mayor en duelo, requiere de cuidados en casi todos los aspectos de su vida, con mucha más razón, sería impensable creer que se deba restar importancia a todas las emociones que manen a partir del proceso mismo, por lo que es imperante prestar especial atención a todas aquellas manifestaciones que devienen como tal, ya que si pasamos por alto cualquier situación por pequeña que sea, podemos contribuir a que aparezcan complicaciones posteriores. Para superar el duelo

de forma apropiada, es fundamental que el

anciano doliente cuente permanentemente con el apoyo de la familia y los seres que le rodean. Para

Occonor´s,

N.

(2007)

Todos

los

seres

humanos

somos

diferentes, cada uno de nosotros es un ser único, una composición de influencias múltiples. Cada persona es una acumulación de material genético, factores culturales, antecedentes familiares, experiencias personales, etc., y su forma de enfrentar los problemas es única. Por lo tanto, cuando experimentamos la muerte de una persona querida estos factores son los que determinan las diferencias en nuestra reacción. Basándonos en Fernández, C.- Gómez, C. (2019), las personas mayores que están procesando un duelo, valoran y perciben el apoyo de su círculo, así como también, son capaces de ofrecer apoyo a los miembros

de

este.

Por

tanto,

debemos

de

considerar

las

características y variables que rodean al anciano/a, así como su individualidad:  Red de apoyo social: Ante un duelo en una persona anciana, el hecho de contar con una fuerte red de apoyo social le ayudaría a


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Adulto mayor en Duelo.

tramitar el proceso de una manera mucho más satisfactoria que del

modo

contrario.

Recordemos

que

por

lo

general

el

matrimonio anciano suele tener una duración de bastantes años y la muerte de uno de los cónyuges supone la pérdida de gran parte de la vida de la persona doliente.  Grado de autonomía: El grado de dependencia que tenga la persona anciana va a condicionar mucho el tipo de ayuda que podemos prestarle durante su proceso de duelo. Si la persona es autónoma físicamente podemos aprovechar esa independencia para alentarle a que realice actividades de ocio, acuda a grupos de

ayuda,

etc.

Si,

por

el

contrario,

estamos

ante

una

dependencia física, tendremos que adaptar las actividades y salidas a su nivel de movilidad.  Personalidad, cultura e historia de vida: Nos va a ayudar mucho si conocemos la personalidad de la persona a la hora de acercarnos a ella, y tener en cuenta qué puede molestarle y que no, o que puede entorpecer la comunicación a la hora de relacionarnos con ellos. Es importante conocer el entorno cultural en que la persona ha vivido sus primeros años y las restantes etapas de su vida para poder comprenderla y empatizar con ella. El sentimiento de inutilidad se encuentra muy latente en las personas mayores, a la vez que la propia sociedad

alimenta que crezca este

sentimiento. Para evitar que aparezca, se recomienda favorecer su integración en nuestras rutinas cotidianas; ellos y ellas todavía pueden

ayudarnos

en

muchos

aspectos

de

la vida,

en

casa,

acompañando a los nietos y nietas, realizando algún tipo de manualidades, etc. Es imprescindible conocer la importancia de


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Adulto mayor en Duelo.

integrar a nuestros ancianos y ancianas y no abandonarles ante un proceso tan difícil. Por todos los factores que involucra un proceso de duelo a cualquier edad,

es

importante

tomar

en

consideración

las

siguientes

sugerencias, expuestas por Nancy Occonor´s y otros autores, como punto de apoyo y acompañamiento, en la ayuda

del manejo del

duelo, ya sea como acompañante, o bien si estás viviendo tu propio proceso. Si estás acompañando en duelo:  Ponte en contacto. Llama por teléfono. Habla, ya sea con el doliente o con alguien cercano a él, y pregunta cuándo puedes visitarlo y cómo puedes ayudar. Aun cuando haya pasado mucho tiempo, nunca es demasiado tarde para expresar tu interés.  Habla poco en tu primera visita. En el periodo inicial (antes del entierro), un breve abrazo, tu apretón de manos, tus contadas palabras de afecto y sentimiento quizá sean todo lo que se necesita.  Evita los clichés y las respuestas fáciles. "Tuvo una buena vida", "Ha dejado de sufrir" y "Usted debe resignarse", son frases trilladas que probablemente no ayudarán. Es mejor un simple "Lo

siento".

Igualmente,

las

palabras

espirituales

pueden

provocar incluso la ira, a menos que el doliente comparta la fe a la que responden. En general, no intentes minimizar la pérdida.  Sé tú mismo. Muestra tu propio dolor y tu preocupación de manera natural, a tu modo y con tus propias palabras.  Mantente en contacto. Procura estar disponible. Procura estar presente. Si eres un amigo cercano o un familiar, es posible que


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Adulto mayor en Duelo.

tu presencia se requiera desde el principio. Más adelante, cuando los familiares cercanos estén menos disponibles, será de gran ayuda la visita o la llamada telefónica de quienquiera que sea.  Ocúpate de los asuntos prácticos. Averigua si eres necesario para contestar el teléfono, anunciar quién llama, preparar las comidas, limpiar la casa, etcétera. Esta clase de ayuda aligera la carga y crea un vínculo. Posiblemente se requiera mucha después del periodo inicial, en especial para quien ha enviudado.  Anima a otros para que vayan de visita o ayuden. Una visita suele superar la incomodidad de un solo amigo y le permite a éste brindar más apoyo. Quizá puedas programar las visitas, de modo que al principio no lleguen todas al mismo tiempo, o bien, dejen de asistir más adelante.  Acepta el silencio. Si el doliente no tiene ánimo para hablar no fuerces la conversación. El silencio es mejor que el parloteo sin sentido. Deberás permitirle al doliente que tome la iniciativa.  Sé un buen escucha. Cuando el sufrimiento se desborde en palabras, puedes hacer lo único que el doliente necesita por encima de todo en ese momento: puedes escuchar. ¿Es una persona emocional? Acéptalo. ¿Llora? Acepta eso también. ¿se ha disgustado con Dios? Dios se las arreglará sin necesidad de que lo defiendas. Acepta cualquier sentimiento que cobre expresión.  Escucha atentamente cuando el doliente quiera expresarse. No reprendas. No cambies de tema. Sé tan comprensivo como te sea posible.  No

intentes

decirle

al

doliente

cómo

se

siente.

Puedes

preguntárselo (sin pretender sondear), pero no puedes saberlo a


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Adulto mayor en Duelo.

menos que te lo diga. Cualquiera, sea doliente o no, resiente el intento de describir sus sentimientos. Por ejemplo, decir: "Debes sentirte aliviado ahora que ya dejó de sufrir" es insolente. Incluso decir "Sé cómo te sientes" es cuestionable. Aprende del doliente; no trates de instruirlo.  No inquieras por detalles sobre el difunto. Si el doliente te informa, escucha con comprensión.  Evita hablar con los demás de cosas triviales en presencia del doliente. Una conversación prolongada sobre deportes, el clima o el mercado de acciones, por ejemplo, molestará, aun si obedece al propósito de distraer al doliente.  Permite la "elaboración" del duelo”. No te deshagas de las ropas del difunto u ocultes sus fotografías. No critiques una conducta aparentemente morbosa, como escuchar al doliente hablar sobre objetos que le representen al difunto.  Alienta posponer las decisiones principales hasta que haya pasado el periodo de pesar intenso.  Con el tiempo, atrae al doliente hacia alguna actividad exterior tranquila. Quizá carezca de la iniciativa de salir solo.  Sé consciente de que es necesario avanzar en el proceso del duelo. Si, por ejemplo, el doliente se muestra incapaz de deshacerse del enojo o de la culpa, puedes sugerirle que hable con un sacerdote o con algún otro consejero experto.  Ayudar debe ser algo más que sólo seguir unas cuantas reglas. Quizá debas entregar más tiempo, más atención y más de ti mismo de lo que hubieras podido imaginar, en especial si el deceso es devastador y el doliente es una persona cercana a ti.  Además, tendrás que percatarte de las necesidades especiales e intentar

satisfacer

creativamente

esas

necesidades.

Un


Adulto mayor en Duelo.

compromiso y un esfuerzo semejantes pueden incluso salvar una vida. Por lo menos conocerás la satisfacción de haber sido verdadera y profundamente útil.  Es necesario recordar que si el doliente está en tratamiento farmacológico es importante vigilar que no lo deje los días posteriores al fallecimiento de su ser querido. Si además usted es un acompañante de un adulto mayor en duelo dentro de casa:  Mantener un horario para la higiene, vestido, alimentación, baño, es importante no permitirle permanecer en pijama.  Si el adulto siente deseos, incentívalo a cocinar, motívalo a que prepare en su compañía algo pequeño.  Converse además temas que sabe que le puedan interesar.  Involúcrele en actividades como, manualidades, pintar partes pequeñas de la casa, remendar ropa, cuidado de plantas, etc. Si está viviendo su propio duelo:  Escribe una carta. Si se toma tiempo para escribir sobre el amor que siente por la persona que falleció y de los recuerdos que conserva de ella, quizá su carta se lea más de una vez y posiblemente sea apreciada por las siguientes generaciones.  Hay dolientes a los que les ayuda expresar pensamientos y emociones a través de un diario y/o cartas dirigidas a la persona fallecida (cosas que no se dijeron, reconciliaciones, etc.).  Puede serle útil crear un “espacio de recuerdos” (álbum, caja...)

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Adulto mayor en Duelo.

que le permita revivir determinados momentos o situaciones cuando lo considere oportuno.  Es muy importante cuidarse a uno mismo a través de la alimentación (sana, variada, no saltarse comidas...), la práctica de ejercicio moderado (acorde a sus posibilidades), el descanso adecuado y procurar no olvidar la dosis de ningún medicamento que le haya sido recomendado.  Es aconsejable permitir que los recuerdos surjan y compartir los momentos buenos y malos. No hay razón para ocultar el dolor o la alegría.  Tal vez le ayude pensar anticipadamente cómo quiere afrontar las fechas señaladas (navidades, aniversarios) y con quién quiere compartirlas.  Frecuentar espacios al aire libre en compañía de alguien cercano, permite mejorar la situación emocional.  No

conviene

deshacerse

de

objetos

o

recuerdos

precipitadamente. A veces se reciben muy malos consejos acerca de desprenderse de todo lo que pertenecía al fallecido porque puede resultar doloroso ver esos objetos en alguna ocasión. Sin embargo, hay que recordar que se deben guardar cosas como fotografías, cartas y todo aquello de tipo personal que, aunque parezca insignificante conservarlo, le puede ser de ayuda posteriormente.  Le sugerimos ver de manera gradual aquellos recuerdos (fotos, objetos, regalos...) que le resultan extremadamente dolorosos. A medida que lo consiga, el sufrimiento irá disminuyendo y podrá quedarse con el recuerdo. Haga lo mismo con los lugares o situaciones que haya dejado de visitar por miedo al dolor que siente. Puede ser enriquecedor hacerlo acompañado de sus


Adulto mayor en Duelo.

seres queridos.  Anímese a ver películas, hay variedad de ellas que le pueden ayudar a entender cómo se avanza en el proceso, para finalmente llegar a la aceptación.  Por último, no tema llorar, no tema sentirse triste, como lo habla la psicólog psicóloga a especialista en duelo, Melania Meneses ¡Gaste su dolor!

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Películas recomendadas En el proceso de duelo; la ventilación emocional, la normalización de respuestas, sentimientos y emociones, y el hecho de poder vernos reflejados en alguien que ha pasado por la misma situación, entre otros aspectos, pueden considerarse pequeñas herramientas para poder iniciar este proceso y ayudar a cumplir con las tareas que el mismo necesita. El cine es otro instrumento o recurso que favorece que surjan estas manifestaciones, por ello, a continuación, se adjunta recomendaciones de algunas películas que abordan el duelo en el adulto mayor. UP (2009) Esta historia nos enfrenta a varias problemáticas que son comunes en los procesos de duelo, tales como la culpa por cuestiones relacionadas con la persona amada (“nunca le dije que le quería”, “no hicimos ese viaje”), el aislamiento que en ocasiones acompaña una pérdida y sentimientos tales como la tristeza y el enojo. Seguro que a más de uno le ayudará a enfrentase a la pérdida inevitable de los abuelos.

Amour (2012) Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba.

LUCKY (2018) Lucky es un testarudo y cínico nonagenario que disfruta de su solitaria y apacible rutina en los días que le quedan. Siendo el único superviviente de todos sus contemporáneos, deberá comenzar a aceptar los estragos de la edad y la inminencia de la muerte.


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Técnicas para el asesoramiento terapéutico en la intervención en Duelo Existen diferentes técnicas que pueden resultar útiles a la hora de realizar el asesoramiento del duelo, como son: 1. Escuchar y contener 2. El lenguaje evocador 3. El uso de símbolos 4. El libro de recuerdos 5. Escribir 6. Dibujar 7. Role-playing 8. Reestructuración cognitiva 9. La caja de tesoros 10. Imaginación guiada

La utilización de estas técnicas tiene como objetivo la expresión de sentimientos de todo tipo, tanto los considerados adecuados a la situación de pérdida como aquellos que a la persona le resulta difícil aceptar, como pueden ser la rabia o la culpa. (Alberola, V. y otros) La intervención durante el proceso de duelo, se hará guiando el mismo, mediante lo propuesto, por las etapas, tareas y desafíos, de los diferentes autores señalados en esta guía, cuya finalidad u objetivo principal, será: Reducir la intensidad del duelo, es decir, del sufrimiento asociado a la pérdida. Facilitar y promover la capacidad de disfrutar de los buenos recuerdos del fallecido. Promover la recuperación y/o instauración de las relaciones con los otros. Apoyo para la reincorporación a la vida diaria.


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Propuesta

Lo más adecuado para la persona en duelo es poder recibir un acompañamiento, de forma que el proceso de duelo ocurra de una manera natural, dejando el tratamiento para aquellas personas que presenten un duelo muy complicado o patológico. Este acompañamiento es mucho mejor que pueda realizarlo alguna persona querida, familiares o allegados, ya que en los duelos se necesita sobre todo al inicio sentirse apoyado, querido, comprendido. En los primeros momentos tras la pérdida la tarea más básica es la contención y fundamentalmente la autocontención; se trata de poder acompañar interviniendo lo menos posible. Conforme va pasando el tiempo, cuando la persona en duelo ha de readaptarse al mundo, es cuando las intervenciones prácticas adquieren mayor peso.Una de las características básicas para poder hacer de acompañante, asesor o clínico es podertolerar los afectos como la tristeza o la nostalgia cada vez menos tolerados y más medicalizados en nuestra sociedad. Uno de los aspectos básicos del asesoramiento es hacer saber a las personas que el duelo es un proceso largo y que su culminación no será un estado como el que tenían antes. Así como también que, durante ese tiempo, habrá malosmomentos, aunque el proceso sea bueno ya que no se trata de un proceso lineal. La terapia hace referencia al uso de técnicas específicas que ayudan en la resolución del duelo complicado o patológico. El tratamiento de la terapia interpersonal que han demostrado ser de utilidad

en

el

tratamiento

trastornoscomparten

síntomas

de

la

como

depresión, la

tristeza,

ya

que

reducción

ambos de

la


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Adulto mayor en Duelo.

actividad social o la culpa. También sehan incluido técnicas de la terapia cognitivo-conductual para la elaboración del trauma dadala existencia de síntomas

similares

a

los

aparecidos

en

el

trastorno

por

estrés

postraumáticocomo la incredulidad, imágenes intrusivas y conductas de evitación, así como diferentes estrategias cognitivas para trabajar el estrés específico producido por la pérdida(al V. A., 1997). El apoyo emocional que se le brinde al adulto mayor, va a ser clave para que pueda elaborar el proceso de duelo de forma adecuada y saludable. Darle el tiempo que necesite para darse cuenta de sus sentimientos y expresarlos. A veces, también necesitan más tiempo para completar otras actividades que antes eran cotidianas. Indicarle las señales de tristeza o posibles cambios en su conducta. De este modo se le puede ayudar a darse cuenta de sus sentimientos y a sentirse más cómoda hablando de cómo se siente. Dedicarle tiempo a la persona. Los sentimientos de soledad pueden durar un tiempo prolongado cuando un adulto mayor ha perdido a alguien, en particular a un cónyuge. Hablar de la pérdida sufrida No pasar por alto una posible depresión, puede ayudar hablar con un profesional de la salud(al M. V., 2020).


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Adulto mayor en Duelo.

Conclusión Adaptarse a una pérdida afectiva, funcional, social u otra, requiere de un proceso de elaboración de duelo, que permita concretar la adaptación a una condición de vida en algún aspecto diferente a la experiencia acostumbrada durante un periodo de tiempo importante. El concepto de duelo generalmente no es sencillo de incorporar en la dinámica de vida de las personas, ya que la sola idea de pensar en el concepto de duelo, es asociado con la presencia de una situación de crisis, de algo anormal que se está enfrentado y que es malo, dañino y doloroso. La elaboración del duelo en personas adultas mayores hace necesario el acompañamiento de sus familiares cercanos, sobre todo en aquellos casos en los cuales la pérdida funcional (¡física o socia!), afectiva, requiere que la persona cuente con el apoyo necesario para realizar actividades

de

la

vida

diaria

o

instrumentales.

Situación

que,

adicionalmente va a requerir de un manejo de la crisis situacional que se afronta en el ámbito familiar. (Zumbado., 2003). El núcleo familiar va a ser fundamental para que la persona pueda vivir esta pérdida en un espacio en el que se sienta apoyado. Dicha red de apoyo proporcionará un espacio para la aceptación de la pérdida, eliminando los sentimientos contradictorios y confusos que angustian al adulto mayor mientras que podrá encontrar un sentido a su vida (al M. V., 2020). Recurrir al asesoramiento psicológico poco después de una pérdida puede ayudar, especialmente a las personas que tienen un mayor riesgo de padecer duelo complicado. Además, el apoyo y el asesoramiento


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Adulto mayor en Duelo.

psicológico pueden resultar ú útiles tiles para las personas responsables del cuidado de un ser querido que padece una enfermedad terminal, ya que las

ayudará

a

prepararse

para

la

muerte

y

las

repercusiones

emocionales posteriores (Research, 1998-2020). El duelo es s considerado por la mayoría de los autores como un proceso por el que la personaha de pasar tras la muerte de un ser querido, sin embargo, la intensidad de las emociones, laduración del proceso y la resolución normal o no del mismo va a depender de múltiples factores. En contra de algunas creencias socialmente extendidas, la mayoría de los ancianos son capaces de ajustarse al duelo y adaptarse a la viudez. En general, las personas de edad avanzada han tenido que afrontar múltiples pérdidas a lo largo de su vida y eso puede ayudarles a afrontar duelos posteriores.La vejez ciertamente es una etapa en la cual se está más expuesta/o a pérdidas de manera más frecuente. Asimismo, la madurez para enfrentar y asumir la pérdida depende de cada persona, de su propia experiencia en la resolución de sus pérdidas en el pasado, su historia de vida, sus actitudes y visión del mundo, y, un aspecto importante,

el

crecimiento

espiritual

alcanzado.

Estos

recursos

personales, más una red de apoyo familiar, vecinal y comunal adecuados cuados contribuyen a que las personas mayores afronten las situaciones de pérdida de una mejor manera (Worder, 2012)..


Adulto mayor en Duelo.

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