Análisis del capítulo 3 del Libro de Isaías Este capítulo comienza hablando del futuro juicio de Dios contra el pueblo rebelde y desobediente de Israel. Se le da énfasis a las causas que provocaron la ruina de Israel, donde los gobernantes tenían conductas inmorales, eran débiles de carácter, dados a lo malo, se desviaron a la perversión moral. Habla claro del juicio a la nación rebelde y aquellas que se desviaron o se contaminaron con el pecado de Israel, pero hace más énfasis en el juicio contra esta nación por ser el pueblo escogido, aunque no habían entendido el honor y el privilegio que tenían de ser los escogidos, por ello el juicio seria mayor o más severo. Con esto podemos ver que como pueblo de Dios se nos demandara más, por lo bueno o por lo malo que hagamos, las consecuencias de hacer lo malo, lo indebido o de aportarse de Dios, de sus caminos. Este pueblo tubo más privilegios, que rechazo, por lo que acarreo juicio contra sí. Los primeros 15 versículos tratan de un gobierno débil y su inclinación a las mujeres, la falta de liderazgo, el no estar aletas o al pendiente de la responsabilidad que tenían en sus manos, se acomodaron a sus cargos sin esforzarse. (Podemos ver aquí reflejado la gente que tiene responsabilidades, cargos, líderes, pastores, gobernantes, que se acomodan al cargo y se despreocupan de él, sin prepararse para ejercer su cargo, o se acomodan solo a lo que saben. En cuanto a las autoridades espirituales, muchos se acomodan a lo que saben o a que ellos mandan y punto, aquí se hace como yo digo y ya, no preparándose para dar más, o emprender cosas mayores en el Señor. Muchos terminan destruyéndose a sí mismos y destruyendo lo que Dios puso en sus manos, grupos o congregaciones, pues muchos van tras lo que quieren o necesitan, sin ver que solo deben cumplir el propósito al que Dios les llamo, terminan destruyendo la obra de Dios y lamentablemente acarrean juicio para sí mismos). El verso 1 habla de la provisión, que Él es nuestro proveedor, nuestro sustentador, aquí podemos ver el hambre como un juicio de Dios como castigo o como consecuencia de la rebeldía y desobediencia de su pueblo, aunque habían sido llamados al arrepentimiento y no se volvieron a Dios sino que actuaban peor. Los versos del 2 al 5 refieren a los gobernantes, a los niveles de autoridad y de responsabilidad que cada uno tenían, pero que al final el juicio sería igual para todos conforme a su perversión, si no procedían al arrepentimiento, trata del hambre no solo
física sino espiritual también. Declara que lo iban a gobernar jóvenes sin conocimiento, gente sin la experiencia debida y que quizá esto provocaría su caída más rápida por falta de gerencia o de entendimiento por parte de los jóvenes, se rebelan contra lo que estos gobernantes pensaban. También podría referirse a que estos adultos gobernantes actuaban y pensaban como niños, no acorde al rango de autoridad que tenían. (Si lo llevamos a los líderes espirituales de hoy día podemos ver que muchas veces nosotros tenemos cargos o responsabilidades en el Señor, hogar o trabajo y no nos comportamos como adultos responsables conscientes de lo que hacemos o debemos hacer, sino que cometemos muchos errores sin medir las consecuencias haciendo mal a la gente, equivocando las decisiones, haciendo errar en el camino a los demás. Muchos actuamos como niños siendo unos inmaduros espirituales, siendo llevados de un lado a otro por las emociones. El Apóstol Pablo dijo: cuando yo era niño hablaba como niño, ahora que soy maduro debo hablar como tal, pues como hijos llamados a tener hijos propios y espirituales a nuestro cuidado debemos asumir la responsabilidad y madurar, dejar de ser inmaduros, o pensar que por tener un grado de autoridad se pueda hacer lo que se quiere con su obra, pues lamentablemente tendríamos que asumir las consecuencias). El verso 5 trata de la violencia con que se empiezan a tratar los pueblos, pues cada uno busca lo suyo, lo que quería. (Así muchos de nosotros empezamos a competir entre nosotros, o vemos como se levanta la violencia en medio del pueblo, todo es el juicio cumpliéndose por no oír a tiempo su llamado a volvernos a Él). El verso 8 dice arruinada, caída, por falta de dirección, por desviarse de Dios, por no prepararse, por la inmoralidad, falta de carácter, falta de madurez, el no tener metas, no fijarse objetivos, cada quien va por lo que quiere, tras sus deseos sin ver que puedan estar destruyendo o descuidando su comunión con Dios y desviando al pueblo a desviarse del camino. Esta gente es juzgada por causa de su poca relación con Dios, (en nuestro tiempo seria la falta de compromiso, de seriedad, de madurez espiritual, la falta de comunicación con Dios, el querer hacer las cosas como queremos, nos parece o como creemos sin pensar, sin consultar con El, todo esto hace que erremos el camino, y lo que hacemos. Tener autoridad en su obra, pero hacer lo que a Dios no le agrada, el no orar nos desanima y dejamos de cumplir con nuestras responsabilidades y nos termina alejando poco a poco de su presencia, creemos que estamos bien pero haciendo mal, pues todo esto trae juicio para nosotros pero no porque Dios sea malo o injusto sino que es consecuencia de nuestro pecado, de no oír el llamado al arrepentimiento, la falta de buscar su presencia, su dirección, hace que tengamos que pasar proceso duros como resultado de no oír su voz a tiempo, todo esto será solo para que podamos entender que nos ama tanto que nos advirtió y llamo a volvernos del mal camino. Pero muchas veces somos tercos y no oímos su voz cuando nos advierte del peligro. El verso 10 es una promesa de Dios para el justo, le promete guardarle, librarle, bendecirle en medio de todo ese juicio por su fidelidad a Él guardándose de todo tipo de mal, no contaminándose con el pecado que pudiera llegar a sus vidas o del pecado o perversidad del que este a su lado. Dios es fiel y promete proteger al justo, al que no
se desvía, al que resiste aun en el fuego, confiando siempre en su Señor, pues Él ha prometido guardarle y proveerle salvación en medio del juicio para los que se desviaron. El verso 11 juicio para el impío, para el que se desvía, para el que no asume su responsabilidad y se aleja de Él, Ay del impío por desviarse, por hacer lo malo sabiendo hacer lo bueno, tendrá que asumir la consecuencias de su pecado, del juicio de Dios nadie se escapa, solo si se vuelve de su mal camino. El verso 12 se refiere a que muchos que están gobernando o dirigiendo engañan al pueblo, desviándolo por falta de buscar la dirección de Dios. Los versos 13 y 14 mencionan que a pesar de que toda esta rebeldía traería el juicio de Dios para el pueblo rebelde, aun así Jehová estaba dispuesto a litigar con ellos a mediar antes de enviar el juicio, esperando quizá que se arrepintieran, que reconocieran su pecado y se volvieran a El de todo corazón dispuestos a ser limpiados y moldeados por su infinito Amor. El verso 14 se refiere a aquel que El entrego una viña para cuidar pero que la descuido, la destruyo por su falta de sabiduría, falta de comunión con El, por ir tras sus propios deseos y no cumplir con lo que se le encomendó, tendrá que entregar cuentas o sufrir las consecuencias de su desobediencia. Él les está dando la oportunidad de arrepentirse, de escoger el perdón o el juicio. (Parece mentira pero el Padre llama a sus hijos al arrepentimiento y muchos hacemos caso omiso de su llamado, de la oportunidad que nos da por disfrutar aparentemente de lo que hacemos, pero no nos damos cuenta que cuando Él envía su juicio es porque ya nos ha advertido demasiado y no le hemos querido oír. El verso 16 habla acerca de las mujeres y el juicio contra ellas por causa de su vanagloria, por haber perdido el pudor, usan su cuerpo con ropa o movimientos que instan a los hombres y mujeres también a pecar. Creen que con sus cuerpos pueden lograr todo lo que quieren. El verso 17 menciona el juicio de su vergüenza como consecuencia de usar su cuerpo para lo que no edifica. Es un advertencia tanto para los hombres como las mujeres para que no se desvíen de Dios por codiciar esos cuerpos o creer que lo bueno o la satisfacción esta en lo físico, que se desvanece y que puede llevar o que llevara a la destrucción (son como Dalillas llevadas para la destrucción de las fuerzas y el poder de Sansón, así puede hacer con los varones de Dios o mujeres apartadas para la obra, debilitándoles y aportándoles del propósito de Dios haciéndoles pecar y destruirles). El verso 18 se refiere a lo artificial, de las cosas que usan para cautivar, para hacer desviar al mal, al pecado y a alejarse de Dios. (Algunos se deslumbran con lo que ven, con lo físico, con lo externo, desviándose o dejando sus responsabilidades, envileciéndose en lo superficial, descuidando lo espiritual y lo que verdaderamente les edifica, terminando alejados de Dios y de la familia teniendo que vivir luego las consecuencias de su deslumbramiento y descuido.
El verso 24 vendrá lo contrario a lo que tienen para que entiendan que lo que tienen y son es por voluntad y provisión de Dios y no de ellos mismos, que lo que hoy es mañana no sabemos, más si nos alejamos de El quien ha sido el que nos ha dado cuanto tenemos. Si hemos administrado mal lo que nos dio estamos expuestos a su justo juicio. El verso 25 los hombres perderán las fuerzas para luchar en las guerras y algunos perecerán. (Podría entenderse como las luchas o los procesos que debemos vivir como consecuencia de nuestros pecados y alejarnos de la comunión con Dios por ir tras nuestros propios deleites o placeres que al final son deseos pasajeros y que nos correctos ante los ojos de Dios.
Conclusión: Dios es Dios de Amor, de perdón, de misericordia, pero también es Dios celoso que nos ama y desea lo mejor para nosotros, nos perdona tanto que nos advierte de una u otra forma para que nos volvamos a Él, nos entrega responsabilidades porque cree en nosotros, pero aun así nos desviamos muchas veces a lo que no le agrada, nos acomodamos a lo que tenemos y punto, vienen deseos, luchas a nuestra vida, tentaciones que nos hacen descuidar la viña que Jehová nos entregó, no oímos su llamado al arrepentimiento y luego tendremos |que sufrir juicio por rebeldes y no oír su voz. Nos ama tanto que está dispuesto a perdonarnos, porque sabe que seremos tentados para desviarnos del camino que conduce a Él, aun así quiere ayudarnos y librarnos del mal, pero nosotros somos tercos muchas veces y hasta que no vemos realmente las consecuencias del pecado no nos damos cuenta que hicimos, hasta que tenemos que preguntar ¿porque estoy viviendo esto Señor? Pues no esperemos el juicio si algo hemos hecho mal, si hemos pecado, procedamos al arrepentimiento y enmendemos nuestro error y nunca más nos desviemos de sus caminos, para que no tengamos que sufrir estos juicios como consecuencia del pecado. Isaías 1:18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Dios te bendiga Grandemente
Por Pastora Yosmira de Rojas