UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL
ESTADO DE MÉXICO
FACULTAD DE ARTES PROYECTO INTERCAMBIO:
DESARTICULANDO DESMEMORIAS DE LA CIUDAD DE TOLUCA TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADA EN ARTES PLÁSTICAS PRESENTA:
FLOR DE MARÍA GUTIÉRREZ GARCÍA MODALIDAD: ENSAYO DIRECTOR: L. EN A.V. ARMANDO GÓMEZ MARTÍNEZ ASESORES: M. EN E.S. JOSÉ LUIS VERA JIMÉNEZ D.G. FERNANDO GARCÍA CARDIELL DI C I EMBRE
2010
PROYECTO INTERCAMBIO:
DESARTICULANDO DESMEMORIAS DE LA CIUDAD DE TOLUCA
Para Camilo y Xóchitl, patrocinadores de mi vida. Señores: ¡Ya se les hizo!
a Ricardo, por estar siempre. a Almis, Felipe, bebi y Lulo, por los libros prestados, los vinos hervidos y las charlas sesudas y chismosas :) a Nabo, Ángela y las chinas, porque lo van a leer, jojo! a Dharmarella, porque es m´ija, y aunque nunca lo lea. a Armando Gómez, por tomarse el tiempo para dirigir este trabajo. a José Luis Vera, por su incondicional amistad serpentina. al maestro José Luis Franco, por las muy útiles guías para la vida. a Cyn, por ser la tía de este ensayo y mi comadre en la burocracia. a Ariadna y Ex-tela, mis carnalas proletarias. a aquellos que me han acompañado en este tránsito de vuelta a la memoria.
ÍNDICE INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 11 CAPÍTULO I. LA CIUDAD: AFECTIVIDADES URBANAS ..................................... 15 1.1. ACERCAMIENTOS CITADINOS ....................................................................17 1.2 MODERNIDAD TOLUQUEÑA ...................................................................... 21 1.3 LA MEMORIA EN LA CIUDAD ...................................................................... 23 CAPÍTULO II. APROPIACIONES E INTERCAMBIOS ........................................... 29 2.1 EL RECORRIDO. REDESCUBRIMIENTOS: ROBERT SMITHSON .................. 31 2.2 LA FOTOGRAFÍA. POSIBILIDADES POÉTICAS: ALEX DORFSMAN ..............36 2.3 LA IRONÍA. RECUERDOS FABRICADOS: MIGUEL CALDERÓN .................... 40 CAPÍTULO III. INTERCAMBIO: DESARTICULANDO DESMEMORIAS ................ 47 3.1 ANTECEDENTES ......................................................................................... 49 3.2 BITÁCORA INTERCAMBIO. REGISTRO ......................................................... 55 CONCLUSIONES ................................................................................................. 65 APÉNDICE ........................................................................................................... 69 BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................... 81
INTRODUCCIÓN L
a ciudad de Toluca se encuentra situada a 52 kilómetros de distancia de la ciudad de México, cuyos orígenes matlazincas la sitúan como uno de los emplazamientos clave para el tránsito hacia la gran ciudad de Tenochtitlan. Una vez conquistado el territorio por invasores españoles, la villa de Toluca continuó siendo un punto conector entre ambos extremos del país, es decir, Guadalajara y Veracruz, puntos clave de comercio y comunicación en las tierras de la Nueva España; además de conformarse reconociblemente como productor de chorizo y otros derivados del cerdo, según rezan las crónicas gastronómicas de “Toluca del Chorizo”, de Sánchez García1, y que tuvo, posteriormente, alrededor de la segunda mitad del siglo XX un auge industrial que aún hoy rige su fisonomía. Para describir, a grandes rasgos, los orígenes de esta ciudad, se presenta a continuación una recapitulaciónde la historia por la que ha pasado la hoy cabecera del estado, la otrora conocida como “Toluca la Bella”. Toluca no fue, como se piensa, fundada por matlazincas, siendo, más bien, un enclave tolteca en sus inicios y posteriormente territorio Matlazinco. Esta afirmación la dan, según se cita en la monografía de Toluca, Lázaro Muñoz, Lorenzo Boturini y Alva Ixtlilxóchitl2. Toltzin, deidad local, lleva en su nombre los orígenes del vocablo que designaba alos habitantes de esta zona del valle. El vocablo Toloca alude, según las autoridades en la materia, al acto de bajar la cabeza, inclinarla. Sin embargo, otras fuentes citan a Toluca como lugar donde se venera al dios Tolo, o Toloqui. En términos más precisos, llegaríamos a los nombres Toltzin, Coltzin o incluso Tolotzin, el agachado, nombres con los que se designaba a esta deidad. El jeroglífico con el que se representa el lugar es un cerro, coronado con la cabeza de un hombre incrustada en uno de sus flancos. Para otros estudiosos, este jeroglífico alude más bien, al estado narcotizado de un bebedor de toloache, datura con la que los antiguos brujos utilizaban para entrar en contacto con las deidades. De tal suerte que el Tolo representado se encuentra bajo los efectos de esta poderosa planta, muy común en la zona del valle, y, según
Sánchez García, Alfonso (1976), Toluca del Chorizo Serie de Arte Popular y Folclore, Gobierno del Estado de México, Toluca. 2 Sánchez García, Alfonso el Al (2001), Toluca. Monografía municipal, IMC, Toluca, p. 104 1
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Sánchez García: la (planta toloache) de Toluca,que abundaba en cantidades industriales en la sierrita que se levanta al norte, tiene fama universal por sus cualidades de Toloache fino3 (En una lectura contemporánea, este estado narcotizado puede apelar a la mutua indiferencia de los toluqueños, o incluso a la dominación y sumisión de la gente hacia los medios mexicanos, la publicidad y los contenidos de la televisión nacional como una droga, pero esta idea no es punto medular de este trabajo). El valle de Toluca fue habitado por grupos matlazincas que fueron sometidos al poderío azteca alrededor de 1477, posteriormente conquistado por las tropas del español Gonzalo de Sandoval en 1521, y otorgada a Hernán Cortés dentro del marquesado de Oaxaca, ocho años después4. El santo patrono asignado a la villa de Toluca fue San José, siendo el de “Toluca de San José”, o más bien “San José de Toluca” su nombre durante mucho tiempo. Es en 1799 cuando la villa de Toluca es elevada a la categoría de ciudad, seis años antes se inicia la construcción de la vía que sería después la carretera México-Toluca5. En 1832 se inicia la construcción de los Portales, por iniciativa de José María González Arratia6. Pero no es sino hasta 1889 que José Vicente Villada, gobernador del estado, cuando la ciudad se uniforma bajo el aspecto europeizante porfiriano, mediante la construcción de edificios, monumentos y obras de beneficio público7. Esta ciudad, llena de edificios elegantes, blanquísimos, le ganaron a la ciudad el mote de “la Bella”, al que todavía se hace referencia. Poetas y escritores alababan la “Tacita de Plata”, que entonces era la ciudad de Toluca. Ese fue, de muchos modos, la cúspide de la ciudad. Un lugar con una identidad fabricada desde lo arquitectónico que funcionaba bien. A partir de esos espacios los toluqueños de entonces comenzaron a tejer afectividades hacia espacios particulares. Fue a partir de ese momento que la ciudad comenzó un largo y lento declive hacia la pérdida de identidad en aras de un progreso entendido desde los espacios de poder. En 1930 Filiberto Gómez, gobernador, inicia una nueva etapa de modernización de la ciudad; en 1950 se emboveda el Río Verdiguel, por el gobernador del Mazo Vélez, las obras de Fernández Albarrán, en 1969, el paseo Tollocan, la terminal y el mercado Benito Juárez, en 19758 . El paso de una ciudad provinciana a la ciudad industrial se dio de un modo acelerado, ya que si bien la ciudad era punto importante del comercio del valle desde su fundación, no fue sino hasta la década de los 60 cuando se dio el estallido industrial, la construcción de un enorme complejo de fábricas, la depredación de recur-
Sánchez García, Alfonso el Al (2001), Toluca. Monografía municipal, IMC, Toluca, p. 19 Ibid, p. 99 Ibid. P. 99 5 Ibid, p. 100 6 Ibid p. 101 7 Ibid p. 102 8 Ibid, p. 102-103 3 4
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sos naturales y cuerpos de agua como el río Lerma, amén de la imparable colonización de los límites de la ciudad, obligando con esto a una carencia de planeación y construcción acelerada de vías de comunicación. En el tránsito de la ruralidad a la urbanidad, de la ciudad relato a ciudad fragmentada, de ciudad imaginada a ciudad dislocada,la ciudad de Toluca fue alterada de una manera irreversible, y sin tomar en cuenta la historia alrededor de la ciudad, se modificaron las funciones de cada edificio, destruyendo espacios que hasta entonces habían sido apropiados por los toluqueños, cargados de afectividad. En este tenor, muchos de los espacios simbólicos de la otrora bella Toluca ahora son una añoranza en la mente de los adultos y los ancianos, lugares perdidos en aras de una modernidad dislocada, de la que nos quedan pedazos con los que intentamos armar un presente, intentando construir desde las ruinas. La existencia de lugares emblemáticos en la ciudad permite a sus habitantes dotarlos de identidad, y de igual modo, reforzarla. Sin estos espacios, no existiría un sentimiento de identidad, y sin identidad, no es posible la existencia de la memoria. La destrucción sistemática de una ciudad no solamente implica la eliminación de edificios, también se destruyen imaginarios, afectividades y la posibilidad de generar recuerdos a partir del espacio urbano. El proyecto que este ensayo describe parte del contexto antes referido para conseguir confrontar la historia con la contemporaneidad, a través de un ejercicio artístico, gráfico, involucrando directamente al espectador, y que involucra el concepto de intercambio. En este contexto, elegí 3 sitios emblemáticos de la ciudad de Toluca para realizar la pieza Intercambio, que consistía en dibujar postales con elementos rescatados de fotografías antiguas de la ciudad, además de añadirle frases o trazos que remitían a un espacio temporal simultáneo, para confrontar, de un modo metafórico, a través de lo gráfico, la historia del sitio, de la ciudad, de la gente. Una vez dibujadas estas postales fueron intercambiadas por recuerdos escritos sobre la propia ciudad, con la intención de desarticular la desmemoria del lugar, de la vivencia en el entorno urbano.
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CAPÍTULO I
LA CIUDAD:
AFECTIVIDADES
URBANAS
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1.1. ACERCAMIENTOS CITADINOS Uno no vive en una ciudad, sino en su descripción Wallace Stevens
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a primera aproximación que se tiene del ámbito urbano es el que lo confronta con el rural. La ciudad en diferenciación con el campo. Tomando el esquema que propone García Canclini en Imaginarios urbanos, podemos contraponer la ciudad de Toluca con la ciudad de México: la ciudad relato y la ciudad sin memoria, ciudad fragmentada, que es Toluca. CIUDAD RELATO · Núcleo de la modernidad · Segmentación de los roles · Relaciones secundarias9
CIUDAD FRAGMENTADA · La provincia · Relaciones primarias · Lo industrial
En esta contraposición de relatos, tenemos la memoria y los afectivos que genera una ciudad como es el Distrito Federal . Estructuralmente hablando, hay historia a cada instante: la época prehispánica, la de la colonia y la moderna se encuentran allí, en un mosaico, conformando el gran relato que es la ciudad de México. Pueden ser aprehendidas y percibidas como tal. La ciudad exhuma recuerdos, y de alguna manera, dialoga con la contemporaneidad: El gran personaje de la ciudad de México es la ciudad misma, su gran contexto y su mejor referente10. No sucede así con el entorno toluqueño, donde múltiples administraciones han modificado a su antojo la zona central de la ciudad, remendando el tejido urbano. Más que un mosaico resulta un palimpsesto donde las capas superiores ahogan a las primeras, sin dejar ver ninguna claramente. La historia está dislocada, los recuerdos se fragmentan, al enfrentarse a espacios en donde antes no existía el edificio que ahora hay, al enfrentarse a vacíos donde antes había afectividad. Esta sería una pauta para analizar la ciudad como un grupo de fragmentos, muchas veces inconexos entre sí.
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Canclini, Néstor García (2005), Imaginarios urbanos, Eudeba, Argentina, p. 69 Monsiváis, Carlos, ¿Logrará la metrópolis verse en un espejo? El Universal, 6 de enero de 2008
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Sin embargo, además de tener acercamientos poéticos en la ciudad, es necesario apelar a otras definiciones para tratar de entenderla desde otros espacios. Podemos, por ejemplo, citar el concepto que da Antonio Mela: Las ciudades no son solamente un fenómeno físico, un modo de ocupar el espacio, de aglomerarse, sino también lugares donde ocurren fenómenos expresivos que entran en tensión con la racionalización, con las pretensiones de racionalizar la vida social11. Canclini sostiene que, de algún modo, todas las teorías para explicar lo que es una ciudad son teorías fallidas. Más aún, el conflicto se extiende si dejamos de lado el concepto de ciudad, para atender el de megalópolis. A pesar de no ser un megalópolis, la ciudad de Toluca si presenta rasgos y circunstancias a la megalópolis descrita, acaso porque el Valle de Toluca posee todas las condiciones para convertirse en una megalópolis suburbana. En los fenómenos de migración interculturales, como ocurre en la ciudad de Toluca, donde coexisten habitantes de otros municipios del estado, así como de otras entidades, la ciudad se hace, muchas veces, más ciudades, comprobando lo dicho por Italo Calvino en las ciudades invisibles: A veces ciudades diversas se suceden sobre el mismo suelo y el mismo nombre. Nacen y mueren sin haberse conocido, incomunicables entre sí 12 García Canclini distingue 4 ciudades en la capital mexicana13. En este segmento busco comparar la ciudad de Toluca con los términos que presenta Canclini: 1. Ciudad histórico territorial. La historia, según Canclini, de un territorio azteca convertido en colonia española. En la ciudad de Toluca tendríamos que decir que los asentamientos era matlazincas, y que este tipo de urbe puede identificarse en las construcciones religiosas en Toluca, ya que prácticamente las zonas habitacionales iniciales fueron eliminadas. Gracias al concurso de Pedro Cortés Coyotzin, gobernador de indios, la orden franciscana llegó al valle, edificando el templo de San Francisco, en la zona que hoy ocupa la Catedral. Otro edificio emblemático que sigue en pie, es el Templo de Guadalupe, llamado también de San Juan de Dios, cuya construcción comenzó en 169514 y que se encuentra en la hoy calle de Villada esquina con Plutarco
Antonio Mela citado por Néstor García Canclini (2003), Arte y ciudad en la época de la reproductividad publicitaria, SITAC, México 12 Italo Calvino, citado por Canclini, p.80 13 Canclini, Néstor García (2005), Imaginarios urbanos, Eudeba, Argentina, p. 80 14 G. Velázquez, Gustavo, (1972) Toluca de ayer, Tomo I, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, México, p. 26 11
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González. Igualmente, podrían citarse los emplazamientos de los distintos barrios de la ciudad, como el de San Juan Evangelista Cuauhzingo, el Chiquito, donde todavía hoy permanece la Capellanía de San Juan evangelista, iniciada en el siglo XVI, y el templo de la Merced15. 2. Ciudad industrial. Las industrias desdibujan el límite de laciudad; las fábricas se extienden, y los barrios obreros van llenando los huecos que existían entre la propia ciudad y la zona industrial. Existe un incremento poblacional en la periferia y una disminución del centro histórico, debido a la degradación de la zona. La capital se diluye, en su lugar aparecen “pequeñas capitales”en un mismo espacio urbano, definidas por centros de consumo: supermercados, tiendas departamentales, boutiques, entre otros. Así nos situamos en una ciudad diseminada, una ciudad de la que cada vez tenemos menos idea dónde termina, dónde empieza, en que lugar estamos.16 La ciudad de Toluca tuvo sus albores industriales en la segunda mitad del siglo XX, ocupando una buena parte del tramo comprendido en lo que hoy es el inicio de la avenida Alfredo del Mazo Vélez esquina con paseo Tollocan, y la ciudad de Lerma, importante emplazamiento español en la época de la Colonia. La zona industrial transformó por completo la fachada aún rural de Toluca. Barrios obreros se desplazaron a zonas relativamente cercanas a sus centros de trabajo, fundando colonias populares, que bien podrían verse como las “pequeñas capitales” a las que Canclini refiere. Posteriormente, con el paso del tiempo, la ciudad fue extendiéndose y creando centros de consumo con el fin de evitar el tránsito excesivo y la congestión que esto traería, siendo Metepec, municipio vecino, el que tuvo un auge comercial, artesanal y habitacional. Al contrario de los barrios populares, los desarrollos residenciales de Metepec, son centro de reunión de clase alta y media alta, donde no existen fábricas y los colonos prohíben el tránsito de autobuses colectivos. Se trata de un emplazamiento clasista que ha desplazado, paulatinamente, a los habitantes originales de la zona, con la constante especulación de los terrenos baldíos y de cultivo que todavía sobreviven. 3. Ciudad informacional. La ciudad es el nudo en el que se realizan movimientos de comunicación. Existe una interacción constante entre agricultura, industria y servicios sobre la base de procesos de información. Se trata, en buena medida, de una ciudad creada a partir de los flujos de comunicación, entorpecida por las consecuencias de su deficiencia. Al tratarse de una ciudad mal planificada, Toluca se enfrenta ahora a numerosos problemas de tránsito, que tratan de ser inútilmente salvados por una serie de modificaciones urbanas que solo son paliativos. 15 16
Sánchez García, Alfonso el Al (2001), Toluca. Monografía municipal, IMC, Toluca, p. 139 Canclini, Néstor García (2005), Imaginarios urbanos, Eudeba, Argentina, p. 82
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Paseo Tollocan comenzó a construirse en 1975, bajo el mandato de Carlos Hank González, junto con el mercado Benito Juárez y la plaza Fray Andrés de Castro. 1975 es también la fecha de la fundación de la Orquesta Sinfónica del Estado de México, según nos refiere Sánchez García en la monografía de esta capital17. Estos cambios despliegan la lectura de una ciudad con mayores canales de información. Después de esto, los cambios se sucedieron con los años: creaciones de plazas, ampliaciones de calles, creación del circuito Solidaridad las Torres, con el que se planeaba disminuir la carga vehicular de Tollocan y que se encuentra en obras constantes sin que exista un desahogo vehicular palpable en la zona urbana de Toluca. Si bien la ciudad de Toluca no adolece de vías de comunicación, simplemente queda en entredicho la eficacia de éstas; es un centro de intercambios comerciales, políticos y culturales, pero con complicaciones en su enunciación. La coexistencia no regulada de varios modelos de desarrollo urbano en países dependientes genera, a la vez, comunicaciones ágiles y embotellamientos, acceso más o menos simultáneo a una vasta oferta cultural (…) y la dificultad de gozarla porque el museo o teatro queda a una hora o dos de nuestra casa y el transporte es deficiente. Más que una ciudad informacional a veces tenemos la sensación de vivir en ciudades donde es muy difícil comunicarse.18 4. Ciudad videoclip. La ciudad que hace coexistir en ritmo acelerado un montaje efervescente de culturas de distintas épocas.19 Canclini se refiere en este texto a la multiplicidad de capas por las que se puede leer una ciudad. Por un lado, existen vestigios de modernidad, entendida como el cambio necesario para poner a la ciudad a tono con su contexto nacional, sin embargo ésta a veces es telón de representaciones que tienen su origen en la época colonial y se repiten en la contemporaneidad, como bien pudiera ser la procesión del silencio, en Semana Santa, en el centro de Toluca. Otro ejemplo de esta ciudad la encontramos en los vestigios de campo encontrados en medio de zonas urbanas, al lado de residenciales, debajo de torres de tensión, preservando un estilo de vida que, en términos generales, se dejó atrás en la ciudad. Estas ciudades descritas por García Canclini han encontrado sus puntos de conexión con la ciudad de Toluca, donde es palpable el desencuentro entre la ciudad histórica y esa ciudad informacional, representada por los innumerables cambios y modernizaciones a las que se ve sometido el entorno urbano.
Sánchez García, Alfonso el Al (2001), Toluca. Monografía municipal, IMC, Toluca, p. 103 Canclini, Néstor García (2005), Imaginarios urbanos, Eudeba, Argentina, p. 87-88 19 Ibíd., p. 89 17 18
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No obstante, la ciudad sigue teniendo un peso para los habitantes, una relación cambiante que genera afecciones. En nuestro devenir diario, encontramos puntos de referencia en el maremágnum de información que es la ciudad. No sólo hacemos la experiencia física de la ciudad, no sólo la recorremos y sentimos en nuestros cuerpos lo que significa caminar tanto tiempo o ir parado en el ómnibus (…), sino que imaginamos mientras viajamos, construimos suposiciones sobre lo que vemos (…) en suma, que nos pasa con otros en la ciudad.20 Esta serie de pensamientos alrededor de la propia ciudad, de sus habitantes, de las zonas inexploradas o demarcadas con alguna etiqueta particular, genera lo que se ha dado por llamar imaginario urbano. Estos imaginarios, a su vez, conforman un patrimonio intangible sobre la experiencia de vivir en la ciudad. Sin embargo, no todos experimentamos ese imaginario del mismo modo, cada uno selecciona fragmentos del relato, que se combinan a nivel personal para armar una visión que nos deje un poco más tranquilos y ubicados en la ciudad. Para estabilizar nuestras experiencias urbanas en constante transición.21 Sin embargo, la información es tan extensa en esta ciudad videoclip, los acontecimientos parecen sucederse de tal manera que es imposible asir lo que se ve, imposible recordar hoy lo que pasó ayer, de tal suerte que el ciudadano vive a veces inmerso en un estado de piloto automático, los habitantes han de habituarse pronto a este ritmo de vida acelerado, este ritmo de vida de bombardeo de imágenes, con el objeto de salvaguardar un relativo estado de paz. El sujeto, el ciudadano, necesita que le muestren la ciudad porque él es incapaz de verla: vive sumido en la paradoja de vivir y no, en una ciudad.
1.2. MODERNIDAD TOLUQUEÑA
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a ciudad de Toluca es percibida, por una parte, con los apelativos con los que era conocida 200 años atrás: “Toluca la bella”, “Toluca del chorizo”, entre otros dichos y referencias populares que son la herencia intangible de ese pasado toluqueño que no volverá. Por otro lado, en un tenor contemporáneo, la ciudad es vista como un simple lugar de paso hacia el Distrito Federal, una inmensa ciudad dormitorio, un gigantesco complejo industrial donde no hay más que portales y frío, un pueblo grande, reduciendo su historia a una serie de alteraciones y modificaciones en su esencia arquitectónica de la que hoy solamente quedan rastros sin puntos de conexión.
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Ibíd., p. 89 Ibíd., p. 93
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La ciudad de Toluca se enfrentó, en la década de los 60, a la serie de cambios que la han conformado como la ciudad que ahora es, con intensas modificaciones en su estructura, en las conexiones que la conforman, en su arquitectura. Sin una política cultural clara, sin un proyecto arquitectónico coherente, la ciudad luce como un palimpsesto donde una capa se superpone a la otra sin que ninguna sea legible. Toluca, como toda ciudad latinoamericana, adolece de espacios llenos de “modernidad”, entre comillas, ya que en este segmento apelo a la idea de modernidad como nos es transmitida por el poder: es decir, que para éste lo moderno está más bien relacionado con la aniquilación de espacios viejos para actualizarlos, con un espíritu industrial, de este modo en la ciudad de Toluca existe esta mezcla de estilos, por un lado los edificios “modernizados” en contraposición a espacios en los que los ritos sociales y los trazos arquitectónicos siguen siendo los mismos: No hemos tenido una industrialización sólida, ni una tecnificación extendida de la producción agraria, ni un ordenamiento sociopolítico basado en la racionalidad formal y material (…). Ni el progresismo evolucionista, ni el racionalismo democrático han sido entre nosotros causas populares.22 Canclini señala puntualmente la utopía de la modernidad latinoamericana: un proyecto sin terminar, donde los poderes en turno han terminado por colocar una marca propia en la ciudad, encimándose, carentes absolutamente de un proyecto de estado contundente. En este contexto urbano, las contradicciones se suceden: los residenciales de la gente pudiente son edificados sobre los territorios agrícolas, al lado de barrios populares, los indígenas son desplazados por el grueso de la población a pesar de las propuestas de no discriminación, los mecanismos “democráticos” de propaganda y publicidad siguen la misma mecánica que hace 100 años… Los caudillos siguen manejando las decisiones políticas sobre la base de las alianzas informales y relaciones silvestres de fuerza (…) El caciquismo, la religiosidad y la manipulación comunicacional conducen el pensamiento de las masas. Las élites cultivan la poesía y el arte de vanguardia, mientras las mayorías son analfabetas.23 Los proyectos de modernidad se dan siempre, desde un espacio de poder. Los ciudadanos, paradójicamente, no pueden tomar decisiones sobre su entorno. Toluca, fue fabricada en el siglo XIX, cuando se edificaron, bajo las órdenes del gobernador José Vicente Villada, edificios que algunos cronistas han etiquetado como “neoclásico porfirista”, o “europeizante porfiriano”24 y que le dieron a Toluca el apelativo de “la Bella”. Estos edificios demarcaron su identidad como una capital de apariencia refinada, contraria a la imagen que hasta entonces había tenido: casuchas repartidas en la calle sin pavimentar. Con estos cambios Toluca pudo erigirse, de alguna manera, como una ciudad con identidad, con emplazamientos clave y centros de 22 23 24
Canclini, Néstor García (1990), Culturas híbridas, Grijalbo, México, p. 20 Ibíd., p. 20 Sánchez García, Alfonso el Al (2001), Toluca. Monografía municipal, IMC, Toluca, p. 101
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reunión popular bien definidos. Posteriormente, con la serie de cambios que se dieron a mediados del siglo XX, el centro histórico de la ciudad sufrió el embate de la modernidad, hablando siempre de ésta como un proyecto que se articula en función de la percepción particular que de ella tenga el poder en turno. Más allá de modificar una ciudad, también modificaron imaginarios que ya estaban establecidos; Toluca fue perdiendo, de a poco, los edificios emblemáticos, y con ellos los imaginarios asociados a estos hoy desaparecidos lugares. Sin embargo, los nuevos lugares que se habían generado, comenzaron también a cargarse de nuevos imaginarios. De este modo, los nuevos espacios empezaron a cargarse de significados distintos a los que tenían antes. La ciudad se convierte así, en un conjunto de proyectos interminables, en los que los espacios simbólicos han quedado dislocados, espacios sobre los que pesa, poco a poco, el olvido y una visión particular del pasado, que se articula siempre desde los espacios de poder, y en donde se rescata, por pedazos, la historia sobre la que está construida una ciudad, creando un híbrido urbano que no es moderno ni contemporáneo, sino que arrastra consigo las deficiencias urbanísticas y la pérdida de identidad. La pérdida de espacios simbólicos deviene en espacios sin historia, y muchas veces, no lugares. El concepto de no lugar fue introducido por el francés Marc Augè, para designar lugares de tránsito que no alcanzan la importancia necesaria para ser considerados emblemáticos: Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar.25 De este modo, mi lectura de la ciudad de Toluca es la de un gigantesco no lugar, una ciudad de tránsito, donde los toluqueños y los visitantes van de prisa, sin detenerse a mirar el entorno, ante un espacio sin identidad, sin puntos de relación, sin enclaves de referencia, la ciudad pierde toda esencia y se convierte en un gigantesco emplazamiento en el que no se toma en cuenta más que el momento en el que se sale de ella para partir a otro lugar.
1.3. LA MEMORIA EN LA CIUDAD
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as ciudades poseen memoria, o más adecuado sería decir que tienen muchos tipos de ella. Existe la memoria histórica, que se busca preservar mediante la exaltación de eventos acaecidos tiempo atrás, con resultados las más de las veces decepcionantes, al presentar la historia de un lugar como una serie de eventos inconexos y aislados. Acudimos a montajes que preservan fragmentos de personajes, de lugares, haciéndolos menos asequibles para el común de la población. 25
Augè, Marc, (1993) Los no lugares, Gedisa, p.87
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Sin embargo, la memoria de una ciudad es sobre todo, la memoria de sus habitantes; los espacios vividos y los espacios imaginados, los espacios con sentido, cargados de afecciones. En una ciudad existen muchas ciudades. La memoria es un bien subestimado. En la era contemporánea, el recuerdo es el recurso poco usado. Toda la información es dada sin esfuerzo. Publicidad, radio, internet, donde todo sucede a la vez y no hay tiempo para el recuerdo, lo importante es lo efímero, la moda que cambia, la celebridad que muere, las noticias light, resúmenes de resúmenes que no nos dicen nada. Vivimos, más que nunca, en un aquí y ahora siempre inasibles. ¿Cómo rearticular esta práctica? La propuesta de este trabajo consiste, justamente, en la recuperación de la memoria por medio de estrategias artísticas, gráficas, desarticulando así la desmemoria añeja y oxidada. La memoria en tanto arte, nos da pautas para diseccionar su funcionamiento. SébastienMarot dice, a propósito del arte de la memoria: Este arte enseña a memorizar valiéndose de una técnica mediante la cual se imprimen en la memoria lugares e imágenes. Por lo común se ha clasificado como mnemotécnica, capítulo de la actividad humana que en los tiempos modernos carece más bien de importancia.26 El ejercicio de la memoria, tal como es referida por Marot, hoy día solamente se deja a los más viejos. Ante la oferta de información varias veces depurada, la memoria se diluye. Los edificios emblemáticos han perdido su peso en una sociedad cada vez menos memoriosa. Y en medio de las nuevas edificaciones, en medio de cada edificio demolido armado, las nuevas generaciones encuentran, a veces, lugares para encontrarse, lugares que señalar, persistiendo, de alguna manera, la clasificación de los lugares de la memoria que aborda Marot en El arte de la memoria. Según Marot, los sistemas mnemónicos a los que se hizo referencia líneas arriba, son sistemas de lugares arquitectónicos, conjuntos de espacios construidos por el hombre. La casa, la calle, el barrio cercano al hogar, configuran lugares a los que se apela para poder, por ejemplo, dar una dirección. Es mediante recorridos que nos apropiamos de un lugar, Lo más importante es que se trata de lugares cuyas configuraciones y relaciones quedan fijadas y son gobernadas por uno o varios recorridos determinados.27 Los recorridos siguen siendo un método de apropiación, sobre todo a nivel artístico, en los que la configuración de los mapas mentales sobre un lugar, apelando al arte de la memoria, juegan un papel importante en los acercamientos al lugar, como podrá verse en el capítulo II: APROPIACIONES E INTERCAMBIOS. La realidad construida de las ciudades contemporáneas no difiere tanto de la realidad de las ciudades de la Antigüedad, según Marot: 26 27
Marot , Sébastien (2006) Suburbanismo y el arte de la memoria, Gustavo Gili, España, p. 20 Ibíd., p. 20
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…una realidad constantemente reconstruida y recompuesta en la imaginación de su habitantes y repetida en numerosas ciudades análogas, pobladas una y otra vez de figuras simbólicas y de puntos de referencia de la memoria.28 En la ciudad, seguimos configurando nuestras ciudades particulares mediante anclas, puntos de referencia de la memoria. Creamos ciudades imaginarias que solamente se sostienen mediante estos puntos, mapas mentales con localizaciones relativas de edificios, y distancias relativas, pues si bien la memoria permite reconstruir la realidad, también está sujeta a la relativización de quien recuerda. En este proyecto se apela sobre todo, a esa memoria perdida, relativa, memoria de espacios simbólicos, de la ciudad imaginada y de la ciudad real que es Toluca. Estas construcciones son los imaginarios urbanos de los que hablaba García Canclini. Ante todo, debemos pensar en la ciudad a la vez como lugar para habitar y ser imaginado. Las ciudades se construyen con casas y parques, calles, autopistas y señales de tránsito. Pero las ciudades se configuran también con imágenes.29 De tal suerte que las relaciones generadas con el espacio en el que se vive son determinantes para comprender los tránsitos y el apego a ciertos lugares, a ciertas ciudades, en algunos lugares más que en otros, apego que depende en mucho del tránsito del habitante en la ciudad. Ya que es imposible generar apegos sin que exista una apropiación de por medio, el rescate de los espacios simbólico muchas veces supone abordar el ejercicio de la memoria, de tal suerte que como se dijo en párrafos anteriores, más bien pareciera que el sujeto, el ciudadano, necesita que le muestren la ciudad porque él es incapaz de verla. La ciudad como ente siempre cambiante, con dinámicas orgánicas, genera afecciones y repulsiones. Es escenario de relaciones de poder que tienen consecuencias directas sobre ella, de tal modo que una ciudad cambia su estructura dependiendo de la clase gobernante en turno. Ampliaciones, puentes, carreteras, edificios donde no los hubo antes son, por lo general, los cambios más violentos a los que se ve sometida la fisonomía citadina. En menor medida, el “rescate” de sitios emblemáticos de la ciudad también otorga una faceta distinta a la que las antiguas generaciones no estaban acostumbradas. Sin embargo, sí queda un patrimonio intangible, conformado por el recuerdo y por el apego que éste genera. El recuerdo se conforma así como el patrimonio intangible de la ciudad.
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Ibíd., p. 24 Canclini, Néstor García (2005), Imaginarios urbanos, Eudeba, Argentina, p. 107
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En una ciudad, los roles ciudadanos son indefinidos. La interacción, particularmente en la ciudad de Toluca, es prácticamente nula, a tal grado que la gente refiere el frío de la ciudad como una causa de la frialdad de sus habitantes. Sin embargo, puede ser que más bien la falta de espacios significativos promueva la falta de encuentros. Es por ello que es necesaria una reapropiación de los espacios simbólicos en la ciudad. Este es el punto de partida de este proyecto.
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CAPÍTULO II
APROPIACIONES
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INTERCAMBIOS
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A
l hablar de la ciudad y de apropiaciones mediante estrategias artísticas, es necesario apelar al contexto desde el que se articula la propuesta. El proyecto artístico que presento consiste en intercambiar una serie de postales que harán referencia a la ciudad que ya no es, a cambio de palabras y memorias de las personas que refieren a su vivencia en la ciudad.
2.1. EL RECORRIDO. REDESCUBRIMIENTOS: ROBERT SMITHSON
E
l recorrido de un lugar, como se ha dicho anteriormente, supone una apropiación del lugar que se recorre. Mediante un recorrido, nos hacemos de un lugar. Por lo general, se trata de mapas conformados a partir de la visualidad, donde el hilo conductor es la definición de un espacio cualquiera a través de la descripción de sus características. Al recorrer un espacio urbano, al transitar por la ciudad, se hacen marcas en lugares, algunos sitios se tornan específicos. Como lo refiere García Canclini: Las ciudades no se hacen sólo para habitarlas, sino también para viajar por ellas (…). Las travesías (por la ciudad) son formas de apropiación del espacio urbano y lugares propicios para disparar imaginarios.30 La idea del recorrido como apropiación ha sido abordada por varios artistas para la articulación de su propuesta. Uno de ellos es Robert Smithson (1938-1973) quien desde 1965, junto con Nancy Holt, …decidieron llevar a cabo algo así como una operación de reconocimiento, imantados por los lugares más desolados, más desolados y más “desnaturalizados” de esta “vasta periferia espectral” 31 Quizá habría que ahondar en el contexto de estos recorridos de Smithson y del texto resultante de esto, Un recorrido por los monumentos de Passaic, Nueva Jersey. Este pueblo, donde Smithson creció, se convirtió en un suburbio industrial cercano a la ciudad de Nueva York. Smithson relata este regreso al origen como un explorador descubriendo nuevas tierras. Con un dejo literario, Smithson habla de los monumentos de Passaic, lleno de paisajes industriales como un mundo sin pasado, 30 31
Ibíd., p. 107-108 Marot, Sébastien (2006), Suburbanismo y el arte de la memoria, Gustavo Gili, España, p. 70
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recién descubierto y explotado como una escenografía teatral. Los suburbios existen sin un pasado racional y sin los ‘grandes acontecimientos’ de la historia. Oh, quizás haya algunas estatuas, una leyenda y un par de curiosidades, pero no hay pasado; sólo lo que pasa por ser un futuro.32 Así pues, el suburbio, la periferia de la ciudad se dispone a nosotros como …un gran vertedero de sueño y de exfuturos reciclados en forma de artículos de consumo.33 Esta periferia, para Marot, es un “texto sin sujeto”, pues la cantidad de información, aunada a la segmentación de información, hace imposible el entablar conexiones entre los diferentes planos que se suceden en la periferia. Smithson refirió a la periferia de Nueva York, como si Passaic fuera un punto desde el cual vigilar la gran ciudad. Como en Passaic, Toluca es un suburbio de la Ciudad de México. Carece de un proyecto de desarrollo en todos sus niveles, y desde 1960 ostenta industrias al por mayor. Como en Passaic, las industrias crearon suburbios habitados por obreros, y la fisonomía de los espacios naturales ha cambiado radicalmente: el río Lerma, el más importante del estado y uno de los más importantes del país, es un cuerpo de agua extremadamente contaminada, al ser el punto de desagüe de una buena parte de la zona industrial; pero en una referencia más inmediata, el Río Verdiguel, el principal cuerpo de agua de la ciudad, fue contaminado a lo largo del tiempo, pues era cauce que funcionaba como desagüe al Río Lerma. Los edificios industriales se suceden en una gran extensión de terreno que ocupa varios municipios: Toluca, Lerma y San Mateo Atenco, sin contar los otos que toca el río a lo largo de su extensión. La memoria de la ciudad, por otra parte, quedó en un espacio sin definir, un lugar impreciso, a causa de la destrucción indiscriminada de espacios simbólicos durante el siglo XX. La ciudad, carente de memoria, tenía que inventarse un futuro, más que un pasado, para justificar la depredación del patrimonio. Es por eso que se construyeron espacios como la todavía nombrada “Puerta Tolotzin”, horrorosa creación monumental que buscaba ser un lugar de referencia emblemática de la ciudad de Toluca, un sello distintivo, que ahora yace entre escombros de un nuevo monumento al horror, construida en el marco de las celebraciones del bicentenario de la independencia de nuestro país. El fracaso de estas construcciones radica en su imposición: no refieren a una identificación con el entorno, no son elementos de identidad en la ciudad. La ironía de este acto es que aún puerta Tolotzin había generado cierto reconocimiento de Toluca al paso de los años.
Smithson, Robert, citado por Merot en (2006) Suburbanismo y el arte de la memoria, Gustavo Gili, España, p. 79 33 Marot, Sébastien (2006), Suburbanismo y el arte de la memoria, Gustavo Gili, España, p. 79-80 32
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Robert Smithson, de la serie Monuments of Passaic, The bridge monument showing wooden side-walks 1967 www.robertsmithson.com
La ciudad es caótica porque no informa, solamente balbucea. Como el resto de las ciudades latinoamericanas, existe un exceso de información en las cosas que percibimos día a día. En las saturadas urbes la publicidad es el día a día: propaganda política, anuncios sobre el mejor jugo, la mejor escuela, la mejor comida para perros. Cables, espectaculares, carteles, paradas de autobús subvencionadas por compañías telefónicas, todo en este mundo tiene una firma, ya que el principal interés de toda empresa es hacer dinero, haciendo de nuestros espacios urbanos un muro comercial sin fin. Hacer un recorrido en esta ciudad buscando raíces es tratar de establecer puntos fijos de los cuales agarrarse para entenderla. De tal suerte que el recorrido que Smithson realiza en Passaic es una reformulación de ese espacio afectivo que genera el lugar donde el artista creció. De la misma manera que yo regreso a la ciudad de Toluca para replantear mis propios lugares claves de la ciudad, porque, al igual que en Passaic, mi recorrido …no sólo es un viaje en el espacio de una localidad sin alma, análoga a muchas otras, sino también un viaje por [mi] propio pasado, algo así como un regreso a los orígenes.34 34
Ibid, p. 84
33
El recorrido también es un instrumento para recordar, para desarticular las desmemorias que se van acumulando en un espacio urbano. Como resume Marot, el sitio al que se acude, para volver a reescribir, …el marco de origen de su memoria personal, aunque al mismo tiempo, es un marco liso como una tela encerada, y tan patas arriba, tan desfigurado, que ya casi no ofrece asideros para la memoria a los que el espíritu pueda agarrarse para reconstruirse y consolarse con el sentimiento de su identidad.35 Así, ha sido preciso también hacer recorridos por la ciudad de Toluca, siguiendo un poco la línea que traza Smithson: transitar por el espacio urbano como un personaje sin memoria, descubriendo paso a paso los innumerables monumentos que se fabrican en un espacio día a día. De este modo, conseguiremos señalar lugares a partir de los cuales poder conectar, en mi caso, con otras personas, a fin de conformar, en primer lugar, un mapa de sitio, una descripción urbana, y en segundo lugar, un mapa de memorias que pueda dar una nueva lectura al palimpsesto que representa el contexto urbano.
Robert Smithson, de la serie Monuments of Passaic, The Fountain Monument. 1967 www.robertsmithson.com 35
Ibid, p. 86
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…tomar la medida de este desvanecimiento del marco, del hecho de que su “naturaleza” y su “realidad” dejarán de estar ahí a partir de ahora, y de la nueva responsabilidad que esta situación asigna al artista: si la naturaleza ya no existe, entonces habrá que inventarla…y para hacerlo habrá que empezar describiendo y auscultando los despojos que nos han dejado.36 Este viaje trazado por Smithson se abordará de vuelta en el tercer capítulo, para poder hablar de los emplazamientos en la ciudad sobre los cuales se construye mi pieza.
Robert Smithson, de la serie Monuments of Passaic, Monument with Pontoons-The Pumping Derrick 1967 www.robertsmithson.com
36
Ibid, p. 86
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2.2. LA FOTOGRAFÍA. POSIBILIDADES POÉTICAS: ALEX DORFSMAN
L
a fotografía siempre ha sido vista como un espejo de la realidad, en términos miméticos y testimoniales. Más aún que en la pintura, la fotografía es una prueba de que algo ocurrió en realidad. Generalmente, no se cuestiona sobre la cantidad de realidad que nos es mostrada día a día en los anuncios, en la televisión, en las revistas y el internet. Ahora más que nunca, las ciudades son imaginadas por los discursos de la radio, la prensa y la televisión. Son éstos los principales agentes de construcción del sentido urbano. 37 ¿Qué nos dicen las imágenes del día a día? En nuestro devenir urbano, unas nos anuncian los accidentes que acontecieron en las últimas horas: nota roja, amarillismo impreso, es lo que prevalece en la imagen consumida en la contemporaneidad. Sin replantearnos lo cierto o no en la imagen, incluso lo grotesco se ha banalizado en un entorno donde la imagen es la pauta a seguir. En un entorno atiborrado de signos, lo que menos existe es la claridad. Una visualidad caótica vuelve difícil orientarnos (…): dice la incertidumbre y el desorden del sentido. 38 La imagen, en tanto testimonio legalizado de la realidad, no nos plantea ninguna duda, ninguna sospecha: todo lo que captura el obturador es muestra fiel de la verdad. O así lo construimos y registramos. Sin embargo, siempre es necesario dudar de ello: Toda fotografía es una ficción que se presenta como verdadera. Contra lo que nos han inculcado, contra lo que solemos pensar, la fotografía miente siempre, miente por instinto, miente porque su naturaleza no le permite hacer otra cosa.39 Una muestra del engaño fotográfico es la obra de Alex Dorfsman, quien con su producción cuestiona el soporte fotográfico yuxtaponiendo la representación del paisaje sobre el paisaje, en ese juego de mostrar el mundo en tanto experiencia a través de la paradoja de mostrar una evidencia de presencia en un espacio superficial.
García Canclini, Néstor, (2003), Arte y ciudad en la época de la reproductibilidad publicitaria, en SITAC, Arte y ciudad, Patronato de Arte contemporáneo, México, p. 44 38 Ibíd., p.47 39 Fontcuberta, Joan (1997) El beso de Judas. Fotografía y verdad. Gustavo Gili, p. 55 37
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La serie fotográfica Is almost real, isn´t it? (2004) apela al engaño de espacios urbanos intervenidos con paisaje, en términos publicitarios: vallas con inmensas fotografías de lugares paradisíacos, autobuses que sirven de propaganda al anunciar lugares que se han establecido como fábulas de la realidad sin tocarla, desvaneciendo así la función testimonial de lo real. Se trata en todos los casos, de representaciones del paisaje en el entorno urbano. La fotografía de Dorfsman apela a esa crítica hecha desde el propio soporte de la pieza: la fotografía testimonia una realidad que no lo es tanto, mediante yuxtaposiciones de imágenes que manipulan el paisaje: …existen posibilidades poéticas en la combinación. El viaje se vuelve así una colección de imágenes, gabinete contemporáneo de curiosidades mediante la cámara. 40
Alex Dorfsman, de la serie Is almost real, isn´t it? 2004 www.alexdorfsman.com
En la serie Its almost real, isn´t it? se muestran las relaciones entre la representación de la realidad y ésta misma, creando así un tercer paisaje que no tiene relación con sus referentes: Al combinar estos mundos crear el paisaje.41
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Dorfsman, Alex, entrevista en http://youtube.com/arteenconstruccion Dorfsman, Alex, entrevista en http://youtube.com/arteenconstruccion
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Alex Dorfsman, de la serie Is almost real, isn´t it? 2004 www.alexdorfsman.com
Alex Dorfsman, de la serie Is almost real, isn´t it? 2004 www.alexdorfsman.com
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Alex Dorfsman, de la serie Is almost real, isn´t it? 2004 www.alexdorfsman.com
La propuesta artística de este ensayo intenta también, a partir del recorrido fotográfico contemporáneo (es decir, el recorrido de la ciudad, aprehensiones propias y los paisajes encontrados en este devenir, fotografías que encapsulen mis andares por la ciudad en este lapso de tiempo),crear un archivo de imágenes que sean testigos de mi recorrido en los espacios, para poder contraponerlas con archivos históricos de la ciudad de Toluca; de este modo, el objeto final e intercambiado, que es la postal, es un paisaje fabricado, armado, que retoma objetos y miradas de dos épocas que poco tienen que ver, en términos de apariencia. De este modo, también pretendo cuestionar los mecanismos de control que pesan sobre nuestros ojos: Lo inmediato del discurso publicitario, las pérdidas perceptuales en masa, al decidir que marca de ropa compramos, que tipo de ropa consumimos, que clase de programas miramos o cuales son las páginas de internet que visitamos. No existe tiempo para la profundidad, todo tiene un precio, y el momento para detenerse en la invocación del recuerdo parece no existir más en nuestra ajetreada vida contemporánea, hipermoderna.
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2.3. LA IRONÍA: RECUERDOS FABRICADOS. MIGUEL CALDERÓN.
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a vida contemporánea está cargada de sin sentidos. El inmenso aparato publicitario en el que vivimos nos mantiene en una alienación de la que es muy difícl sustraerse. Los medios nos mantienen informados de las últimas tendencias en la moda, del mejor lugar para vacacionar, del tipo de recuerdos que debemos preservar. Recetas simples y a menudo banales para vivir la cotidianidad. La aceleración en nuestra vida supone así un sacrificio en la vivencia como experiencia. Un buen ejemplo son los turistas que necesitan tomarse una foto con la torre de Pisa, para poder mostrarla a los familiares y atestiguar que se vivió un momento en ese sitio. De nueva cuenta la fotografía como un relato verídico que hace constar que la persona estuvo allí. Las vacaciones son lo de menos, el costo del transporte, las largas filas, nada de esto tiene relevancia: lo que importa es lo que se puede contar a partir de la fotografía, sin importar si el relator tiene o no noción del contexto de su fotografía testimonial. Antes de que las cámaras fueran más accesibles, las postales tenían un valor testimonial idéntico, si no mayor, al que tienen ahora las fotografías personales: uno elegía una imagen icónica del lugar que se visitaba, para atestiguar, de alguna forma, que se había estado en el sitio, autentificando un trayecto, una vivencia fuera de los límites de lo conocido, un periodo de tiempo lejos del hogar. De esta manera, las postales eran enviadas a un número determinado de parientes y amigos que no habían tenido la oportunidad de estar en el lugar al que se hacía referencia en la imagen. Estas imágenes, desde luego, apelaban a la parte más auténtica del espacio en el que se tomaba la imagen: la Torre de Pisa, los Alpes Suizos, la Torre Eiffel, el Monte Rushmore, la Estatua de la Libertad, el Ángel de la Independencia, la Quebrada de Acapulco, el burrito cervecero, famosa postal setentera de las playas de Acapulco. Ese burro no existe ya, pero su legado del mexican way of life perdura en nuestros días (este es, obviamente, un término no legalizado, pero que intenta ironizar sobre la imagen que se vendía y se sigue vendiendo, del modo de ser de los mexicanos, y más generalmente de los latinoamericanos). Estas imágenes se convertían, así, en el motivo del viaje, en el lugar por sí mismos: su valor era el recuerdo. Las postales apelan a un lugar y a un espacio que probablemente nunca hayamos visto durante el viaje, pero que condensa una identidad y un espacio con certificado de autenticidad.
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Acapulco, Tarjeta Postal de Casa Velux, S.A. Circa 1980
Acapulco, Tarjeta Postal de Casa Velux, S.A. Circa 1980
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El artista Miguel Calderón, retoma esta ironía en sus fotografías Greetings from my hairy nuts, en donde su cuerpo forma parte del paisaje. Al fotografiar sus testículos en un primer plano de esta postal, lo hace ver como otro elemento más del paisaje original. Son necesarias dos miradas para asegurarnos de estar mirando lo que está en la postal.
Miguel Calderón, Greetings from my hairy nuts #1 1996 Fuente: 100 Artistas Latinoamericanos Exit publicaciones, 2007
De este modo, Calderón burla, primeramente, la noción de paisaje y en segundo lugar, la de recuerdo. Elimina la idea de la vivencia del espacio, porque la pieza es una fotografía de una fotografía modificada por lo real, su cuerpo. Sin embargo, el resultado final tampoco es una fotografía que aparezca investida de realidad; Escalada de lo verdadero, de lo vivido, resurrección de lo figurativo allí donde el objeto y la sustancia han desaparecido42.
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Baudrillard, Jean, (1978), Cultura y simulacro, Kairós, Barcelona
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Miguel Calderón, Greetings from my hairy nuts #2 1996 Fuente: 100 Artistas Latinoamericanos Exit publicaciones, 2007
La imagen ya no es un testimonio de la vivencia en el sitio, pero sin embargo si resulta una vivencia en cuanto a que efectivamente, Calderón se fotografió en ese lugar, está allí, está presente y existe un testimonio de ello. De igual manera, se trata de una imagen de un paisaje corporal, apropiándose así de la ambigüedad de la fotografía para instalarse a sí mismo como un paisaje. Es así, una burla a lo que representa la postal: el condensado del paisaje de un lugar, un resumen de lo más auténtico que existe en una región, como un souvenir consumible que envía señales de existencia traducidos a un plano geográfico. Resulta más irónico, porque las más de las veces las tomas desde las cuales fueron hechas las postales son imposibles de hacer para el turista común: fotografías aéreas, exposiciones largas, resumiendo en un espacio de 10 x 15 la identidad cultural del sitio, su peso histórico en el mundo. El turista invierte en adquirir esa imagen porque no se puede acceder a ella, aunque se esté frente al lugar. Se necesita de la intervención de un gran aparato publicitario (promoción turística, mayormente, en segundo lugar los costos de reproducción) para poder consumir, finalmente, una imagen que lo resuma todo en una postal.
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Para el proyecto Intercambio, que es el motivo de este ensayo, se retomó la noción de postal como un vehículo de recuerdos para compartir. Sin embargo, su articulación estaba bien alejada de la noción de fidelidad con la realidad, ya que su principal motivo fue el rescatar, a través del dibujo, los espacios que ya no existían en la ciudad de Toluca, basándome, a mi vez, en fotografías del siglo pasado de la ciudad que ya no es. Con este rescate pretendo darle forma a la noción de palimpsesto que yo leía en la ciudad, ya que las postales se conformaban, en primera instancia, de dibujos de esa ciudad vieja, y posteriormente eran reconstruidos con trazos que referían a la contemporaneidad (en su acepción más inmediata, que existe en un mismo tiempo que otra persona o cosa). De esta manera el la composición por capas, fragmentada, que leo en la ciudad de Toluca era vertida gráficamente en cada postal. De esta manera la postal no era un objeto hecho en serie y como tal, no se trataba de un objeto hecho de forma masiva, sino que refería a un momento particular y a un trazo específico, como un recurso para contrarrestar la idea incrustada de consumo inmediato, ya que el ejercicio artístico consistía en pedir a cambio de la postal, un recuerdo sobre la ciudad de Toluca. El resultado dejó en claro que la sola idea del intercambio cambiaba la respuesta que se tenía sobre el espacio urbano, ya que los transeúntes tenían que acceder a una memoria para poder tener una postal, fabricando de este modo una memoria relacionada a un espacio específico. Mediante Intercambio se pudo abrir una vía de comunicación con el entorno por medio del recuerdo, y aún más: la posibilidad de establecer un puente con otra persona, alterando la idea preconcebida del modo de ser en la ciudad, la idea de que el clima de la ciudad es como el carácter de la gente, con esto me refiero a que las relaciones secundarias de una ciudad obligan a ser menos íntimos en nuestros intercambios diarios: muchas ciudades viven en la indiferencia, y a ningún ciudadano le interesa lo que pase con el otro. En estas condiciones, alterar esta actitud mediante un acto artístico resulta inesperado y gratificante, porque es a través del intercambio que se busca que el ciudadano recobre estas relaciones con el lugar en el que vive, que se involucre más con su entorno, es así que la postal sirve, de alguna manera, como un dispositivo para acceder a esta nueva relación con el contexto, ya que a fin de cuentas, lo que se intercambia es una imagen de la ciudad por una relación afectiva con el espacio y es esta relación afectiva la que permite a los habitantes tender puentes de vivencias personales entre un espacio y otro, aprehenderlo de otro modo y apreciarlo bajo otros parámetros.
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CAPÍTULO III
INTERCAMBIO:
DESARTICULANDO
DESMEMORIAS
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3.1 Antecedentes
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as lecturas sobre el espacio urbano, las relaciones entre el habitante y el entorno en el que vive, sembraron el inicio de la pieza Intercambio.
La ciudad es un ente siempre cambiante, siempre dependiente de las decisiones que sobre ella toma el poder en turno. La ciudad se conforma de los recuerdos y las vivencias que tiene la gente sobre ella. La ciudad se arma y se cambia a diario. En el mes de junio fui invitada a realizar una pieza de carácter performático en la ciudad de Pachuca, apoyando una serie de talleres sobre performance, proyecto de la artista CynthiaMuciño, quien itinerabaestos talleresen la zona centro del país, de tal suerte que los integrantes del taller se acercaban al performance y al arte acción para terminar presentando una pieza personal. La mía fue una prueba piloto, se puede decir, de la pieza Intercambio, donde realicé postales dibujadas y esperé a que la gente pasara, a cambio de un dibujo se les pedía que contribuyeran a escribir cosas sobre su vivencia en la ciudad, de tal suerte que comencé conformando una libreta donde se anotaban las vivencias, recabando escritos que iban de lo mundano a lo poético sobre la experiencia de vivir en la ciudad. Siendo un proyecto adaptable a todas las ciudades, decidí realizarla en la ciudad de Toluca, motivo de mis reflexiones y parte medular del presente trabajo de tesis. En julio de 2010 hice una ponencia titulada “La ciudad y la memoria. El recuerdo como patrimonio artístico. En esta ponencia, mi hilo conductor era esa relación establecida con la ciudad, el recuerdo de la ciudad que ya no es, la marca que deja el recuerdo de una ciudad Esa es la marca que intentaba, acaso de modo ingenuo, recuperar a través de la acciones de Intercambio. En este proyecto, los lugares a intervenir fueron definidos en función de la existencia de documentos históricos: la ciudad tiene un centro a partir del cual crece. Sin las imágenes del siglo XIX no hubiera sido posible el juego de espejos que propongo en este trabajo.
RECORRIDOS TOLUQUEÑOS El recorrido en la ciudad de Toluca fue hecho a partir de la lectura de Smithson, más concretamente del ensayo Recorrido por los monumentos de Passaic, Nueva Jersey, donde el artista regresa al sitio donde creció, buscando relacionar el paisaje de la memoria con el paisaje que se desplegaba ante sus ojos.
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En este juego de descubrimientos, camino el centro de la ciudad de Toluca como una ciudad en ruinas: un sitio desolado donde los espacios contemporáneos no tienen un diálogo con el entorno, no existe armonía en términos históricos, arquitectónicos. Desde la sistemática destrucción de las edificaciones de estilo neoclásico hasta las construcciones de portales artificiales, se pierden los sentidos. En un lugar donde en una búsqueda de identidad se apela a la reconstrucción de la historia, que no de la memoria, mediante la creación de espacios vacíos de significado, no lugares, haciendo más evidente la ausencia de afectividad. De esta forma, además del registro fotográfico elaboré distintos mapas de la ciudad por la que me movía, en un intento por aprehender el espacio urbano de una manera distinta a la convencional: los dibujos, los marcajes, la recapitulación más o menos afectiva de los espacios recorridos, la ubicación del espacio, apropiaciones de un lugar. El recorrido, en un ejercicio de reconocimiento del espacio, fue sobre todo fotográfico. A continuación se presentan algunas de estas apropiaciones gráficas.
Alameda (Parque Cuauhtémoc)
Recorridos Alameda. Apropiaciones espaciales.
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Recorridos Alameda. Apropiaciones espaciales.
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Catedral
Recorridos Catedral. Apropiaciones espaciales.
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Andador Constituci贸n
Recorridos Andador Constituci贸n. Apropiaciones espaciales.
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Recorridos Andador Constituci贸n. Apropiaciones espaciales.
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Estos recorridos por la ciudad representan un redescubrimiento del espacio urbano, en tanto espacio poético. Espacios con tránsito pero con pocos sitios para la contemplación. Es por eso que es importante apelar a estrategias artísticas para la resignificación de la ciudad, para una nueva forma de mirar la relación con el sitio que habitamos.
3. 2 Bitácora de Intercambio. Registro. Las postales realizadas fueron pre elaboradas bajo la siguiente dinámica: antes de realizar la acción, elegí fotografías de la ciudad de Toluca en la época en la que aún no era el tóxico paraíso industrial que es ahora, inicios de siglo XX. Ante la Toluca decimonónica, seleccioné elementos de esa Toluca que es y no volverá. Los dibujé en diferentes espacios, añadiendo distintas frases que también denotaban al toluqueño de esos tiempos, según las crónicas de Alfonso Sánchez García, el “profesor Mosquito”, uno de los cronistas más queridos y referidos de la ciudad de Toluca. Una vez comenzada la acción en el sitio elegido, dibujaba objetos o contextos que tenían que ver con el espacio contemporáneo: cables, rótulos de negocios, vendedores, focos, fachadas de edificios, entre otros. La ciudad, referida en la memoria, se enfrentaba, en un mismo espacio físico (la postal), a su versión actual, contemporánea. En un juego de espejos, la ciudad vieja de Toluca miraba la contemporaneidad, asumiendo que los tiempos pasados no volverán, y que la aplastante modernidad terminaría con todo espacio, con todo lugar emblemático. Excepto con el recuerdo. El recuerdo, en su carácter personal, resultaba ser una acción-instrumento poderoso mediante el cual se accede a las vivencias pasadas y las sensaciones asociadas a éstas. Y a partir de estas sensaciones se re articulaban los pasajes de la memoria. Se dibujaron 70 postales repartidas en los tres lugares que elegí para realizar la pieza: 23, 23, 24. El número de piezas fue arbitrario, tomando como base la acción que realicé en la ciudad de Pachuca, ya que las piezas, al ser hechas a mano, requerían tiempo para su composición. Viernes 23 de julio 2010 Alameda central (Parque Cuauhtémoc) Elegí el parque por ser un lugar de concurrencia familiar, un sitio de tránsito pero también uno de esos lugares para estar, para descansar, comer alguna fritanga o ir a comprar un helado al añejo puesto de La presumida, visitar el estanque de patos de alas cortadas y de una tímida biblioteca que las más de las veces luce cerrada. El espacio es dividido por una especie de calzada en cuyo centro se erige una estatua de Cuahtémoc, ultimo tlatoani de la ciudad de Mexico Tenochtitlán, en el siglo XVI. Anteriormente esa calzada era una calle por la que transitaban los automóviles, en un intento de extender la calle de Hidalgo sin rodear el perímetro de la Alameda.
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Finalmente la calle se convirtió en paso peatonal, dividiendo en dos el jardín, calzada que sirve para atravesar el espacio a los ajetreados transeúntes que la recorren. Es ésta la zona de mayor circulación, ya que a cada lado de dicha calzada se han estacionado diversos negocios ambulantes, principalmente de comida. En esta ocasión, y en base, nuevamente, a la experiencia en Pachuca, decidí hacer un anuncio que sintetizara de alguna manera el intercambio que yo proponía, de tal suerte que a unos minutos de instalarme a los pies del monumento a Cuauhtémoc, fabriqué un anuncio con la leyenda “Cambio postales por recuerdos”. La gente se acercaba sola, también era parte de la pieza el esperar a que el público tomara la iniciativa. Mientras alguien llegaba, yo dibujaba cosas que tenían que ver con el espacio en el que me encontraba en esos momentos. Carritos de papas, barrenderos, estatuas, cables y otros elementos urbanos y contemporáneos, registros de la gente que caminaba cerca, frases relacionadas a la idiosincrasia toluqueña tomadas de los libros de crónicas de la Toluca del chorizo, de Alfonso Sánchez García, etc. Había personas que miraban, a ello correspondía una invitación de mi parte a que participaran en el proyecto. La mayoría aceleraban el paso, especialmente ante la expectativa de una transacción, aún cuando se trataba de intercambiar la postal por un valor intangible. La acción en la Alameda terminó a las 14,30 hrs, después de haber comenzado al mediodía. Esa tarde comenzó a llover y el número de postales intercambiadas no llegó a 15.
Registro de la acción Intercambio, Alameda, Toluca 2010
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Registro de la acci贸n Intercambio, Alameda, Toluca 2010
Postales de la acci贸n Intercambio, Alameda, Toluca 2010
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Registro de la acción Intercambio, Alameda, Toluca 2010
Sábado 24 de julio Catedral La zona céntrica de Toluca tiene un peso innegable para todo el que pasa por allí; los portales, los más grandes de México según algunos escritos turísticos y de crónica, son objeto de adoración y exacerbación de parte de las autoridades gubernamentales, quienes realizaron una supuesta restauración y recuperación de la arquitectura, devolviendo a los portales un aspecto presumiblemente original. La Catedral se erige frente al Palacio Municipal, y es un punto obligado de visita para todo aquel turista en Toluca. El sábado 24 comenzó a llover desde temprano, y si bien la lluvia arreció, no impidió que realizara la acción. La mecánica era la misma: al instalarme, colocaba una mesa donde exponía las postales, tenía a la mano la libreta donde la gente escribiría su recuerdo, así como mis instrumentos de trabajo –tinta, lápices, esfuminos, acuarelas…-, más el cartel que había realizado el día anterior. Apenas sentada, varias personas que estaban esperando la misa fuera de la Catedral, se acercaban a curiosear, bastante más abiertas a lo visto en la Alameda. Al planteárseles la posibilidad del intercambio, lo dudaban un poco, algunos no lo entendían y preguntaban cuál era la dinámica, cual era el propósito o cómo podían escribir. Una vez re explicado el juego de intercambio, escribían en la libreta algún recuerdo sobre la ciudad de Toluca, para después elegir la postal que más quisieran. Algunas de esas postales aún no estaban terminadas, por lo que a veces había personas esperando a que terminara la postal. La acción duró 2 horas y media, y intercambiandoprácticamente todas las postales hechas.
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Registro de la acci贸n Intercambio, Catedral, Toluca 2010
Registro de la acci贸n Intercambio, Catedral, Toluca 2010
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Andador Constitución Del otro lado de la calle de Bravo, al otro lado de los Portales, se encuentra el andador Constitución, un paso peatonal que también fué sometido al rescate arquitectonico, a una “modernización”, entendida desde el poder. Este lugar es reconocido como “La plaza de los mariachis”, pues grupos de éstos se apiñan a lo largo del andador para ser contratados por quien así lo requiera. Es un espacio de tránsito, pero con una atmósfera más relajada, pues es visto como sitio de recreo y descanso en medio de los portales, por donde la gente siempre parece tener prisa. Alrededor de las 3,30, me instalé en uno de los portales que dan al andador, pues seguía lloviendo, para continuar con la dinámica antes mencionada, cubriendo así otras 2 horas, en las que intercambié otras 20 postales. La experiencia resultante me da un punto de partida para hablar de la ciudad que se recuerda, o más bien, para abordar estas relaciones que se establecen con la ciudad, a partir de las vivencias, evidenciando que el proyecto sirvió, de alguna manera, para enlazar una memoria al recuerdo de un intercambio generado, creando un lazo entre un objeto gráfico y un recuerdo.
Registro de la acción Intercambio, Andador Constitución, Toluca 2010
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Registro de la acci贸n Intercambio, Andador Constituci贸n, Toluca 2010
Postales de la acci贸n Intercambio, Andador Constituci贸n, Toluca 2010
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Postales de la acci贸n Intercambio, Andador Constituci贸n, Toluca 2010
Postales de la acci贸n Intercambio, Andador Constituci贸n, Toluca 2010
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CONCLUSIONES
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I
ntercambio comenzó como una noción muy vaga de lo que representa la vivencia en la ciudad, en sus apropiaciones y aprehensiones. Para mi, la ciudad de Toluca era un monstruoso cúmulo de edificios, basura e historia fragmentada, un proyecto más del fracaso gubernamental, ya que no existía una identidad que conectara a sus habitantes. Así, la ciudad fue leída como una ruta hacia la ciudad de México, como un gran no lugar. Fue hasta reconocer la ciudad de Toluca mediante recorridos y mapeos, que representan un ejercicio de apropiación, que se obtiene una serie de mecanismos por medio de los cuales acceder a las historias particulares que la gente tiene en relación a la ciudad. La serie de recuerdos obtenidos sirve como puente con esa otra ciudad que yo solamente intuía al inicio de este proyecto, y que en realidad, es una ciudad cuyos habitantes han entretejido afectividades en ella. Sin embargo, el recorrido, así como la reapropiación y resignificación del recuerdo, me dan una pauta para generar una estrategia de la cual servirme para proponer otros recorridos en otros espacios, independientemente de que se trate de una ciudad conocida o no, porque los imaginarios y las afectividades funcionan de manera similar, y es definitivamente posible recuperar recuerdos a partir de acciones artísticas. Lo que yo obtuve de la experiencia de intercambiar postales por recuerdos, fueron dispositivos para acceder a esos espacios simbólicos de la ciudad, recuerdos palpables, incluso físicos, de la ciudad donde crecí. Esta experiencia resulta un punto de partida para poder generar más intercambios, y de este modo dispositivos del recuerdo, para conocer los acercamientos de los habitantes con su entorno, y poder cuestionar su conciencia en la vivencia diaria, sobre todo en espacios periféricos de la ciudad de Toluca, lugares en donde la despersonalización con el territorio es mayor y la memoria resulta un ejercicio olvidado. El extender esta propuesta a la periferia citadina es un proyecto todavía pendiente.
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APÉNDICE
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Mapa de la Ciudad de Toluca, hacia 1877
Portales de Toluca. Primera mitad del siglo XX
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Portales de Toluca. Primera mitad del siglo XX
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Portales de Toluca. Primera mitad del siglo XX
Portales de Toluca. Primera mitad del siglo XX
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Portales de Toluca. Primera mitad del siglo XX
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Parque Alameda de Toluca. Primera mitad del siglo XX
Parque Alameda de Toluca. Primera mitad del siglo XX
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Parque Alameda de Toluca. Primera mitad del siglo XX
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Templo de San Francisco. LitografĂa. Primera mitad del siglo XX
Catedral de Toluca. Primera mitad del siglo XX
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Templo de San Francisco. Primera mitad del siglo XX.
Catedral de Toluca. Proyecto. Primera mitad del siglo XX
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Vista aĂŠrea del centro de Toluca. Primera mitad del siglo XX
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