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EQUIPO EDITORIAL David Sánchez Zuri Martínez DIRECCIÓN EDITORIAL
Noé Martínez Rosaelia Villarreal PASTORES TITULARES CFEAtacuba
Líderes zonaJOVEN PLANEACIÓN
Israel Mateo CONTENIDOS
J Carlos González RELACIONES PÚBLICAS
Edith Hernández CORRECCIÓN DE ESTILO
Zuri Martínez DISEÑO GRÁFICO
Marcela Díaz Cecilia Reyes Noemí Penca Rocío Mejía Ambrosia Contreras Jonathan Vázquez COMITÉ CONSULTIVO
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CONTACTO zonaJOVEN zonajoven.cfea@gmail.com
La #gazJ
PRESENTACIÓN
Gaceta Mensual La juventud es la etapa de la vida que parece transcurrir con mayor rapidez, se trata de la transición entre dejar de ser un niño/adolescente y encaminarse a ser un adulto. Ser joven es enfrentar los cambios más drásticos, es empezar a tomar decisiones y afrontar las consecuencias, adquirir responsabilidades mayores y trazar lo que será el resto de nuestras vidas. Pero más allá de lo difícil que sea enfrentarse a estos cambios, también es disfrutar de una época con más fuerza y vigor para convertir los sueños en realidad. Ya se tiene la libertad de tomar decisiones propias y se cuenta con la energía, el ingenio, la creatividad y un poco más de experiencia para luchar y persistir ante cualquier obstáculo. El objetivo de zonaJOVEN es preparar cristianos capaces de tomar decisiones sabias y dentro de la voluntad de Dios, jóvenes pensantes, que se cuestionen y busquen respuestas, que no se conformen con lo que les dicen y vayan más allá, que forjen una convicción propia y firme en el evangelio, jóvenes competentes que no se rindan, listos para enfrentar el mundo actual. La #gazJ pretende ser una herramienta de apoyo a la juventud del Centro de Fe, Esperanza y Amor "Tacuba" (CFEAtacuba), que proporcione dirección, consejo y motivación a la luz de la Biblia y que los oriente sobre temas específicos en todas las áreas de sus vidas. 1
CONTENIDO
TEMAS Agosto 2015
TIEMPO DE…
BENDECIR SALA SECRETA: Intimidad con Dios
¿QUIERES SER DE BENDICIÓN? SALA FAMILIAR: Las personas a las que más amo
BENDICE A TUS PADRES SALA DE AMIGOS: La familia que no comparte lazos de sangre
LA BENDICIÓN DE AMAR AL PECADOR SALA ROMANCE: La persona que Dios diseñó sólo para mí
AMOR, DEL QUE SÍ ES AMOR SALA MINISTERIAL: El llamado que Dios tiene para mí
BENDECIR CON MI BENDICIÓN SALA DE INTERÉS: Aprender un poco más de lo que me gusta
PARA RECIBIR LA BENDICIÓN SALA DE GOZO: Chistes, memes, anécdotas graciosas y más
DIOS NOS HACE COSQUILLAS zonaJOVEN RECOMIENDA: Qué hacer, qué ver, qué escuchar, qué leer, qué comer…
PARA LEER Y PARA VER
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TIEMPO DE…
BENDECIR Pastor Noé Martínez
Con mucha frecuencia escuchamos a la gente decir «Dios te bendiga o Dios te bendice». Cuando somos los aludidos con ello y consideramos con seriedad tal frase, generalmente experimentamos una sensación de seguridad, tranquilidad y felicidad, que resultan de tan valiosa expresión.
Bendición es más que una declaración
Sin embargo, no pocas veces, somos nosotros quienes incluimos en nuestros saludos tales palabras y es allí donde deberíamos preguntarnos: ¿Lo hacemos de corazón, o solo por costumbre? Cuán importante es considerar de fondo lo que hacemos o decimos; porque tales acciones podrían tener repercusiones sumamente favorables a los demás, lo cual contribuiría a la sinergia o concordancia que tanto necesitamos. Ahora bien, considerando lo que Dios dijo a Abraham: Te bendeciré y serás bendición (Gn 12:2), quienes nos consideramos creyentes debemos saber que en el plan divino siempre ha estado presente la idea de rodearnos de bendición.
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Desde el Génesis descubrimos que el propósito de nuestro Creador después de tan maravilloso diseño del hombre y la mujer a su imagen, fue proclamar Su bendición sobre ellos.
El relato dice literalmente: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios… (Gn. 1:27-28). Obviamente su bendición apuntaba hacia una vida de productividad, autoridad, trabajo y bienestar. Así que podemos decir con toda seguridad que somos herederos de bendición. Como dice el apóstol Pedro: sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición (1 Ped. 3:9). Y considerando la exhortación del Espíritu Santo por medio del apóstol Pablo que dice: bendecid, y no maldigáis (Rom. 12:14), debemos sentirnos comprometidos a ser instrumentos o canales de bendición a todos lo que nos rodean. Recordemos que: ¡Es Tiempo De Bendecir!
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. SALA SECRETA
¿QUIERES SER DE BENDICIÓN? David Sánchez
El mes pasado hablamos sobre los retos que enfrentan nuestra fe y esencia en este mundo moderno, los distintos requisitos que, según la sociedad, necesitamos cumplir para alcanzar “el éxito”. Pues bien platiquemos de un aspecto de nuestra vida que resulta importante considerar. ¿Te has detenido a observar el atardecer?, ¿has escuchado el canto de los pajaritos en la copa de los árboles?, ¿has detenido tu vida por un momento? Es claro que vivimos en una vorágine única, nuestro tiempo se mide en minutos, ya no en horas, días, y ni pensar en años, todo es inmediato. Te aseguro que ahora que lees estas líneas estás tratando de hacerlo lo más rápido posible para pasar a las siguientes secciones, pero date unos minutos ¿ok?, sólo respira profundo y regálate unos minutos, reflexionemos o al menos hagamos el intento. Estamos rodeados de personas, las cuales poseen necesidades y deseos, aspiraciones y también inspiraciones, pero muchas de ellas se quedan ahí, en la mente, en el silencio de la conciencia y en la soledad de los pensamientos, ¿por qué?,
porque tal vez no nos comunicamos correctamente. Sí, los cristianos buscamos la solución a nuestros problemas y claro, la solución es Jesús, pero Él también nos enseñó a establecer canales de comunicación directos con las personas, o qué, ¿tú 6
crees que la gente lo escuchaba nada más por ser Él?, no para nada, seguramente la manera en cómo se comunicaba permitía que multitudes fueran tocadas por la bendición del Padre. Ya caímos en el punto, comunicación como canal de
bendición. Expresar lo que pensamos y queremos es una manera de desahogar nuestro corazón, o ¿no te ha pasado que en esos momentos de angustia en que levantas tu mirada al cielo y le dices al Padre: “Señor ya no puedo más, estoy cansad@ de todo esto” o en situaciones opuestas “Dios estoy tan emocionad@, pues sólo espero me confirmen en el trabajo donde me entrevistaron”, ¿te sientes reconfortd@?, a mí me ha ayudado mucho y si no lo has hecho, te lo recomiendo. Ahora bien, cerremos el círculo, no basta con que hablemos y expresemos lo que sentimos, hace falta la siguiente parte, escuchar. Escuchar y no sólo oír. Queremos ser los mejores consejeros, pero se nos olvida lo más importante, escuchar. Poner atención a las palabras de la otra persona, saber que lo que sale de su boca no son palabras y ya, son recuerdos, sentimientos, necesidades, su historial personal. ¿Quieres ser de bendición?, escucha, detente, toma un momento para escuchar, para recibir esos mensajes que son necesarios que escuchemos. Sí, es un mundo muy turbulento, lo sé. Pero se vale aprender a escuchar y meditar, tal vez no encajarás en una realidad tan agitada, pero créeme, muchas almas se salvarán gracias a que fueron escuchadas.
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BENDICE A TUS PADRES
SALA FAMILIAR
Edith Hernández
UNA HISTORIA REAL
Francisco apenas pudo dormir la noche anterior, estaba demasiado nervioso. Se levantó muy temprano, se preparó para salir y caminó rumbo a la estación del metro, abordó el tren y no pudo sentarse porque a esa hora de la mañana viajan muchos pasajeros.
Salió del andén y se encaminó a la calle rumbo a la universidad, donde debía estar a las siete en punto. En la entrada encontró a varios compañeros y los saludó sin detenerse. Pronto ingresó al salón donde se realizaría su examen profesional. Había terminado la carrera de Contador Público, era el primero de la familia que lograba un título universitario; provenía de una familia de campesinos, sin instrucción alguna, pero con grandes valores que inculcaron a su hijo. En su comunidad había estudiado hasta la secundaria, pero emigró a la capital del país para continuar con sus estudios, no había sido fácil. Tenía que trabajar por la mañana y a las cinco de la tarde empezaban las clases, que terminaban a las diez de la noche, en la madrugada hacía sus tareas, dormía poco.
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Estuvo a punto de abandonar la carrera, pero su firme determinación y la motivación que recibía de sus padres lo mantuvieron firme hasta el final.
Aquel día era la culminación de su esfuerzo y trabajo. El examen comenzó a puerta cerrada, donde cinco profesores lo examinaron. Terminado el examen dieron un receso de treinta minutos y llamaron a Francisco para comunicarle que oficialmente era Contador Público titulado; los aplausos no se hicieron esperar, al mismo tiempo que una sonrisa se dejaba ver en su rostro. En ese instante un profesor se levantó y dirigió unas palabras al recién graduado:
Hoy terminas una carrera, hoy conquistas una meta, agradece a tus padres, bendícelos con tu primer sueldo de titulado, ellos te apoyaron al principio, sin la educación primaria, hoy no estarías aquí, son los más orgullosos de ti y se alegran en tus triunfos. Bendice a tus padres.
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LA BENDICIÓN DE AMAR AL PECADOR Cecilia Reyes
SALA DE AMIGOS
¿Te has dado cuenta cuánto nos cuesta hablar de nuestro pecado? Pero como se nos facilita hablar del pecado de alguien más. A veces nos creemos tan santos, que no pasa por nuestra cabeza ser amigo de quien consideramos es pecador. La mayor parte de las veces, solemos
etiquetar a los
pecados, tenemos los pequeños, pequeños – medianos, medianos – grandes, grandes y los que no podemos nombrar. Cuando encontramos a personas que tienen pecados “pequeños”, les decimos: ‘está bien’, puedes soportarlo no es tan grave; cuando vemos a gente con “medianos o grandes”, solemos pensar, puede salir adelante solo necesita ayuda y oración; pero al enterarnos de alguien con pecados que “no podemos nombrar”, lo único que hacemos es agachar la cabeza, llenos de lo que solemos calificar como ‘compasión súper – piadosa’. Ahora la pregunta es: ¿Cuándo encontramos esta actitud en la biblia?
¿Cuándo vemos que Dios haya etiquetado los pecados?
Para Dios todos los pecados son MALOS, sin embargo, los pecadores merecen el mismo
amor, que tú y yo recibimos.
Obviamente los pecados tienen consecuencias, algunos son llevados a prisión por lo que hicieron, otros son golpeados. Por supuesto hay quienes niegan que haya consecuencias, 11
porque no se notan, pero están presentes en su vida, estancando lo que Dios quiere hacer en ellos. Pero Dios llama al pecado: PECADO. Dios no tiene problema con el pecador, pero nosotros sí. ¿Alguna vez has considerado ser amigo de una persona pecadora? Tal vez, se nos ha metido en la cabeza aquel adagio que dice: ‘Dime con quién andas y te diré quién eres’. Y hasta cierto punto es cierto, pero entonces, cómo queremos que los demás conozcan a Jesús, si lo presentamos de lejos, algunos lo conocen como un hombre colgado en un madero, ensangrentado y triste, otros como el que castiga por hacer cosas malas,
pero pocos lo conocen en realidad.
Ahora, si el adagio es cierto, ¿porque no hacemos que sea del otro lado?, es decir, que ellos, al juntarse con nosotros, puedan cambiar sus vidas. ¿Qué estamos haciendo para que la gente conozca a Jesús como es en realidad?
Seamos bendición, procuremos amar a la gente que nosotros consideramos pecadora, hagamos lo que Jesús hizo cuando vino a la tierra. Él era amigo de los pecadores, comía con ellos y convivía con ellos. No me mal entiendas, la realidad es que el pecado nos separa de Dios y nos aleja cada vez más de él, pero como dice el apóstol Pablo: «Él vino a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero».
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SALA ROMANCE
AMOR, DEL QUE SÍ ES AMOR Zuri Martínez
Muchas veces hemos escuchado que es mejor dar que recibir, y creemos que lo creemos pero, ¿en realidad es así?, especialmente cuando estamos en una relación de novios o esposos, uno da por hecho que el amor es desinteresado, que damos sin esperar algo a cambio, pero eso sí, a la primera falla de la otra persona, viene el reclamo: «es que no me cuidas, no te importo, no me haces sentir especial». ¿Te diste cuenta? Esos reclamos son expresiones de lo que uno espera recibir, no de lo que uno está dispuesto a dar, y a veces hasta llevamos las cosas a un nivel más grave cuando en nuestra frustración, al no ser los protagonistas de una comedia romántica en la que la pareja es irrealmente feliz, nos enojamos y ofendemos
verbalmente a la persona que decimos amar, y si nos descuidamos, si no entendemos que «La muerte y la vida están en poder de la lengua» (Prov. 18:21), esas agresiones pueden incluso convertirse en violencia, y entonces las consecuencias podrían ser fatales. Conocemos bien lo que dice la Biblia acerca del amor, en la primera carta a los Corintios hemos leído muchas veces que el amor es sufrido y benigno, que no tiene envidia ni es jactancioso, no se envanece ni hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita y tampoco guarda rencor, muchas características que asumimos comprender, pero que en la práctica, no estamos ni cerca de vivirlo. 14
La pregunta es… ¿por qué? No significa que seamos seres incapaces de amar, recordemos que fuimos creados a imagen y semejanza del amor mismo (1 Jn. 4:8), entonces claro que podemos y fuimos creados para amar, pero, ¿qué nos está faltando?... es sencillo. Nos hace falta dar, y ahora sí, en serio, sin importar que recibamos o no, algo a cambio.
Dar es bendecir, es ayudar, apoyar, motivar, impulsar, hablar a favor, desear y declarar el bien, es servir, incluso es exhortar sin humillar, es ser paciente, es comprender que todos tenemos una personalidad y carácter diferente, que hemos vivido experiencias distintas y que por lo tanto no pensamos ni actuamos de la misma manera, es saber escuchar y también perdonar.
Dios diseñó a alguien especial para cada uno de nosotros, un hombre para una mujer y una mujer para un hombre, lo hizo así porque sabía que las diferencias entre uno y otro formarían a uno solo C O M P L E T O , por eso, al estar con la persona que es o que será nuestro esposo(a), nos damos cuenta de que es con quien encontramos aquello que nos hace falta, nos complementa. Así que, si ya has encontrado a la persona que amas, y que sabes que te ama, si están confiados de que estar juntos es la voluntad perfecta de Dios, cuida tus palabras y acciones, sé de bendición para su vida y ten la seguridad de que, sin que lo esperes, sin que lo reclames y sin que lo provoques, será de bendición para la tuya.
Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. (Santiago 3:9-10 NVI) 15
SALA MINISTERIAL
BENDECIR CON MI BENDICIÓN Pastor Abdel Martínez (CFEA Villagrán Nuevo León)
Desde tiempos de Caín y Abel la Biblia nos muestra la generosidad de la humanidad, y la actitud del corazón para dar. El dar puede ser una reacción de lo que percibe e impacta al alma. No tan sólo se nace con la generosidad en nosotros como un don; sino que, podemos desarrollarla por el ejemplo recibido de alguien más. Pero si bien es cierto, en cada uno de nosotros hay un cierto grado de generosidad que necesita seguir siendo desarrollado. Así como la generosidad influye en nuestras vidas, de la misma manera puede influir el egoísmo. El pensar en uno mismo, en lo que necesito, en lo que deseo, anhelo y quiero; nos lleva a pensar en la falta de amor por el prójimo, siendo este el segundo mandamiento de mayor importancia. Aunado a que la Palabra de Dios menciona que es mejor dar que recibir, Pablo menciona que si no hay amor en nosotros, de nada sirve lo que digamos o hagamos. Es una actitud del corazón, es una decisión que se convierte en una determinación, que nos lleva a una acción. Los tiempos han cambiado y el amor de muchos se ha enfriado. La desconfianza ha crecido y la duda se ha albergado en la mente y en el corazón. El día de hoy hemos condicionado nuestro amor y generosidad para aquellos que pensamos que sí se lo merecen, cuando la Escritura resalta que el que ama lo hace sin condición.
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Asimismo, cada uno de nosotros hemos recibido un ministerio de parte de Dios. El ministerio y los dones en ti no te han sido dados porque te los mereces, sino por gracia de Dios para bendecir a otros. En lo cual, seguimos demostrando nuestro amor a Dios y a nuestro prójimo. La Escritura menciona que debemos dar de gracia, lo que de gracia hemos recibido. Si tu vida ha sido bendecida, bendice a alguien más con lo que has recibido. Pablo menciona que Dios nos dará todo lo necesario y que aún nos dará más para poder ayudar a otros. No tan sólo se trata de cuestiones monetarias, sino del poder sobrenatural de nuestro Dios operando en nosotros. Bien dijo Pedro: No tengo oro, ni plata (no había dinero para dar), pero lo que tengo te doy (mi vida ha sido bendecida con el poder del Espíritu Santo y quiero bendecir la tuya).
Pablo también dice: parecemos pobres, pero damos riquezas espirituales a muchos, parece que no tenemos nada, siendo que lo poseemos todo. Lo que Dios te ha dado, lo que Él ha depositado en tu vida, es para bendecir a otros. Bendice al que necesita crecer. Bendice al necesitado. Bendice a aquel que está triste. Bendice al enfermo. Estoy seguro de que el Padre te dará más, mucho más, pero, ¿qué harás con ello?
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PARA RECIBIR LA BENDICIÓN J Carlos González
SALA DE INTERÉS
La bendición no es algo material como muchos creen, de acuerdo a su definición es invocar la protección de Dios sobre una persona. Entonces podemos decir que la bendición proviene únicamente de Dios y no podemos separarla de la oración. La Biblia, en 1 Crónicas 4:10, menciona la oración de Jabes; si bien podemos leer poco de este hombre, nos edifica mucho la manera en que platica con Dios. Vemos que Jabes se dirige a Dios con humildad buscando su favor, fue específico y lo primero que pidió fue la protección de Dios. Esa debería ser también nuestra prioridad. En muchas ocasiones nuestras oraciones se basan en pedir cosas materiales y no es que esté mal o que no debamos pedirlas, pero éstas son añadidas cuándo buscamos primeramente Su Reino, es decir, donde está tu tesoro, está tu corazón. Más adelante, en el pasaje bíblico, leemos que Dios le concedió su petición por qué le agradó su actitud de ruego.
Concluimos que para recibir la bendición debemos acercarnos a Dios y pedirla con humildad comprendiendo que su respuesta no está en lo que pedimos, si no en la intención con que lo hacemos. 19
SALA DE GOZO
DIOS NOS HACE COSQUILLAS Noemí Penca
Pinocho Un anciano muere y va al cielo. Allí es recibido por San Pedro. ¿Me puede decir cómo se llama? — Pues, no me acuerdo. — Escuche algunos nombres, y me dice si recuerda. Carlos, Luis, Juan, Antonio.... — No creo que no, aunque podría ser uno de esos. San Pedro, desesperado, busca a Jesús, y le informa acerca del anciano. Entonces Jesús habla con él. — Mire, le haré unas preguntas, intente recordar, ¿de acuerdo? — El anciano asiente. — ¿En qué trabajaba? — Creo que era carpintero. — ¿Estaba casado? — Creo que sí, era una mujer muy buena, casi una santa, creo recordar. — ¿Tenía hijos? — Sí, uno, pero era muy independiente. Entonces Jesús llora de alegría, y corre a abrazar al anciano. — ¡Papá, soy tu hijo! El anciano llora y exclama emocionado — ¡Pinocho! 20
Preguntas y respuestas - ¿Cuál es el árbol más valiente? La palmera, porque duerme con el coco. - ¿Por qué Noé nunca fue a pescar? Porque sólo tenía dos gusanos. - ¿Qué siervo de Jehová fue el mayor pecador en la Biblia? Moisés, porque rompió los 10 mandamientos al mismo tiempo.
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zonaJOVEN RECOMIENDA
PARA LEER Y PARA VER Noemí Penca
¿QUÉ LEER? Libro: Liderazgo peligroso. Autor: Luis Gabriel César. Con pequeñas preguntas podemos introducirnos en este libro: ¿liderazgo peligroso?, ¿Por qué?, ¿Para quién? El autor menciona un liderazgo positivo y negativo. Todo dependerá en manos de quien ponemos nuestra vidas, si elegimos a Dios, sin duda alguna seremos altamente peligrosos contra el reino de las tinieblas, o la opción de ser peligrosos para el reino de Dios cuando dejamos que la vanagloria, egoísmo, los aplausos e ingratitud gobiernen nuestra vida. Nos retará a ser buenos líderes a pesar de nuestra debilidad, dolor, pasado, fracasos y miedos. Anímate a ser un líder usado por Dios y aprobado por Él.
¿QUÉ VER?
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INQUEBRANTABLE
CARTAS A DIOS
Es la historia de cómo Josh McDowell se propuso a buscar la prueba irrefutable de que Jesucristo nunca existió… Entonces encontró el amor de Dios.
Tyler es un niño de enfermo de cáncer. Como es consciente de los problemas que tiene para seguir adelante, busca la esperanza escribiendo unas cartas a su mejor amigo: Dios.
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