Capitulo3

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Capítulo III. Personalidad del luchador en una historieta (De las arenas locales a la México).

Muchos luchadores piensan que el luchador nace, nace con las ganas de ser luchador y ama su profesión, solo por ese sentimiento se puede soportar una vida ligada al dolor y al castigo, en compensación de esto, los elogios y la entrega del público alimentan el ego de los gladiadores que en cada función se juegan su reputación e incluso su vida, en virtud de convertirse en leyendas y trascender en la historia del pancracio nacional.

El carisma de un luchador se debe gran parte al personaje que desarrolla y explota en cada función, sus actitudes frente a la audiencia, sus poses, su vestimenta, todo eso es un cúmulo de estímulos que hacen que el respetable lo apoye o lo repudie, el luchador debe lograr una conexión de identidad con la gente para provocar reacciones y que la arena se convierta en ese hervidero de mentadas, porras, gritos estruendosos de señoras mayores, aplausos, gritos de asombro y todo ese desfogue de emociones, que se convierte en la mejor terapia contra el estrés tras una jornada semanal de trabajo.


En lo que concierne a la relación de los personajes de una historieta con el deporte del costalazo, encontramos un lazo muy fuerte, derivado a que los dos mundos se han complementado, varios personajes ficticios de la historieta o el cine han saltado al cuadrilátero en las carnes de un luchador, como lo fue el sensacional Huracán Ramírez que saltaría a los encordados después de debutar en la película del mismo nombre. Así, personajes como el Santo, Mil Mascaras y más actual, Blue Demon Jr., han sido plasmados en su faceta ilustrada y de celuloide, ampliando sus aventuras fuera de las funciones de Lucha Libre.

Al igual que el personaje real, su similar de tinta y papel se encuentra definido por una serie de características que lo hacen auténtico y que conserva el carisma del luchador original, es por eso que las adaptaciones pueden funcionar, porque en esencia, el nacimiento de los personajes en una historieta y en la Lucha Libre es muy similar, solo que cada uno se la rifa en contextos distintos. Ambos cuentan con una personalidad bien establecida, ambos son representaciones de un estereotipo, enmarcados por comportamientos, aspiraciones, creencias y contextos socioculturales, en virtud de crear emociones en el público que consume Lucha Libre, para lograr una especie de simbiosis en donde el aficionado disfrute las hazañas de sus héroes, o también porqué no, goce de las marrullerías de los rudos si es que se identifica con ese bando.


El mundo de la historieta y de las funciones de Lucha Libre no está muy apartada, porque en ambos encontramos a nuestros héroes y villanos, los luchadores son una especie de superhéroes tipo Superman o Batman, con la diferencia de tener la oportunidad de ser testigos en la vida real de sus logros y sentirlos como nuestros, porque cobran vida en un ring, somos espectadores de la eterna contienda entre el bien y el mal; y llevamos todo ese folklore a las páginas de una historieta gracias a la teatralidad y carisma de un deporte espectáculo lleno de colorido, tradición, héroes y leyendas. La Lucha Libre es una “realidad de la ficción”.

De los ejemplos más emblemáticos de la interacción de los dos mundos encontramos en primer lugar esta “Santo, el enmascarado de plata”. En 1952, el genio del entretenimiento, José Guadalupe Cruz (o José G. Cruz) lanza al mercado un título protagonizado por un luchador “rudo”, que había alcanzado una popularidad sorprendente, se trataba nada menos que

del

Santo, y en cuya revista sería acuñado el mote que comenzaría la leyenda: “El Enmascarado de Plata”. José G. Cruz sería en gran medida, el perpetrador de la inmortalidad del Santo, ya que sus historietas, que se vendían por millones, aumentarían la popularidad del luchador, pues la gente acudía a cualquier lugar en el que se presentara, con la emoción de ver en persona a un superhéroe de carne y hueso.1

1. culturacomic.com http://culturacomic.com Cine, cómics, historietas, televisión y cultura pop


La publicación narraba las hazañas del Santo primeramente contra adversarios comunes y corrientes como malhechores y asaltantes de medio pelo, pero luego se enfrentaría a seres fantásticos de terror, al utilizar la técnica del fotomontaje, manejada por G. Cruz, y que sitúan a nuestro héroe en lugares imposibles, se lograron obtener historias con un contenido de ciencia ficción importante, dotando al personaje de capacidades sobrehumanas, y como consecuencia, el luchador también se veía fortalecido del manto de virtudes de su similar de tinta y papel. El Santo se publicó por lo menos hasta 1974, y en su mejor momento llegó a vender 900,000 ejemplares tres veces por semana en todo el mundo de habla hispana.2

Santo, El Enmascarado de Plata de José Guadalupe Cruz.

2. Anne Rubenstein, “Del Pepín a los Agachados, comics y censura en el México Posrevolucionario”. Fondo de Cultura Económica. 1 Ed. en español, 2004. p 250n.


Tiempo después, surgiría dentro de las publicaciones

conocidas

“Sensacional conocida Luchas”,

de…”, como

en

la

como

la

historieta

“Sensacional cual

de

encontraríamos

dentro de sus páginas a los luchadores, que

en

una

primera

etapa

fueron

ficticios, y con el pasar de los números publicados se utilizarían a luchadores extraídos de las funciones reales y que gozaban

de

popularidad

en

ese

momento como los protagonistas de las historias,

siendo

Lizmark,

Rayo

los de

más

socorridos:

Jalisco

Jr,

los

Fantásticos, El Indómito, y en los números más

recientes:

Vampiro

Casanova,

Konnan y Cien Caras, así cómo el más famoso de los personajes nacido en estas páginas y que nunca llegara a los encordados: La Súper Nena. Teniendo como argumento dilemas sobre todo del tipo policiaco y detectivesco. Esta historieta inició en 1986 y se publicó por un espacio de 7 años.


Otro ejemplo, más apegado a lo que se refiere como historieta humorística es “El Santos”, tira cómica creada por los moneros Jis (José Ignacio Solórzano) y Trino (José Trinidad Camacho).

La tira cómica tiene como protagonista a un peculiar personaje llamado El Santos, quien tiene una personalidad soez y vulgar, sus viñetas nos transportan a situaciones comunes y absurdas, abordadas desde un punto de vista burlón e irreverente, con personajes entrañables como el Peyote Asesino y la Tetona Mendoza, quienes no tenían ningún empacho en el uso de groserías y peladeces, con contenidos liberales, donde se hablaba de tetas, culos, condones, mota y todo lo que un desmadre adquirido y aplicado les podía proporcionar.

El Santos se publicaba en la sección “Histerietas” del periódico La Jornada a finales de los ochentas y principios de los noventas, posteriormente se hicieron recopilaciones de las tiras cómicas que fueron publicadas en tres tomos y que actualmente se pueden adquirir en librerías.

Estos ejemplos, completamente distintos en contenido, nos demuestran que el tema de la Lucha Libre se puede abordar desde distintas facetas, tanto en la cualidad del dibujo como en las historias que se cuentan.

El Santos de Jis y Trino.


Aun mas actual y fuera de las fronteras del territorio mexicano, me encontré con un comic llamado “Lucha Libre, The luchadores five”. Creado por Jerry Frissen, un belga residente en Los Ángeles California, en donde los protagonistas están enmascarados y combaten contra una serie de monstros que atacan la ciudad. Se trata de un comic que maneja situaciones cómicas, mezcladas con las aventuras de cinco luchadores, que hacen remembranza a esas viejas aventuras de sus antecesores de papel y celuloide, presentan una imagen refrescante en un estilo que se puede denominar “amerimanga” (término que hace referencia a la fusión del estilo américano con el manga japonés). Otro aspecto importante del comic es el de tocar temáticas fronterizas, al asociar la lucha libre enmascarada ligada directamente con encontramos

con

historias

que

abordan

las

indocumentados que llegan a Estados Unidos.

The luchadores five de Jerry Frissen.

México, nos

problemáticas

de

los


3.1 -La lucha libre mexicana. La Lucha Libre mexicana tiene más de 100 años de historia y tradición, impulsada por Salvador Luttherot González quien en 1933 fundaría la Empresa Mundial de Lucha Libre (actualmente Consejo Mundial de Lucha Libre), considerado como el “padre de la Lucha Libre mexicana”, su empresa se convertiría en el trampolín de ídolos que surgirían a lo largo de los años, esculpiendo a nuevos deportistas que serán en un futuro las nuevos ídolos de la afición.

Destaca en México como la empresa más importante ganándose el mote de “seria y estable”, se puede decir que quien logra debutar dentro de su reparto ha dado un paso enorme, pero que tendrá que ser tenaz y constante para poder ser considerado “vaca sagrada”, porque habrá algún veterano que no le guste que se trepen en sus barbas y pondrá a prueba la capacidad del novato, exigiéndolo en cada encuentro y poniéndole felpas que lo hagan arrepentirse de haber siquiera pisado el mismo ring. Es por eso que los novatos, los que se dice “calientan la lona” y aparecen en las primeras luchas de una función siempre están rindiendo examen de capacidad, teniendo encima el martillo del juez de mil cabezas, el público es exigente, está acostumbrado a lo bueno y no se conforma con improvisados, sabe muy bien lo que quiere ver, esa exigencia es la que hace de la Lucha Libre Mexicana la de mejor técnica en el mundo, combinando lances espectaculares con la lucha a ras de lona basada en llaves y contrallaves.


“Los extranjeros vienen a aprender la técnica, porque en México es muy depurada”3, afirma Blue Panther, uno de los luchadores más emblemáticos de la actualidad, considerado un maestro dentro del deporte, y Blue Panther tiene razón, el luchador mexicano es muy pulido en su técnica, pero su trabajo le cuesta, y generalmente es producto del entrenamiento y de un gran recorrido en el entarimado, marcado por muchas derrotas antes de siquiera pensar en ser reconocido por el público, lo que convierte a la Lucha Libre en un deporte en el que los luchadores deben trabajar día con día en su técnica, su personaje, sus movimientos y lances para lograr ser luchador estelar. Una vez llegado al “Olimpo” el luchador no debe olvidar que en cada función está en juego su reputación, por lo que la constancia en el entrenamiento es fundamental en su preparación cotidiana, es un cuento de nunca acabar.

Existen en México dos corrientes distintas de luchadores, los profesionales y los independientes, los primeros tienen un contrato con una empresa formal, generalmente con una de las dos empresas más importantes del país, que son la Triple A (Asistencia Asesoría y Administración) fundada por Antonio Peña y que fue un suceso en la época de los noventas, y el CMLL (Consejo Mundial de Lucha Libre), dichas empresas gozan de un escaparte importantísimo como lo son las transmisiones televisivas, que ayudan a los luchadores a ser reconocidos y famosos para un gran número de personas que sintonizan su aparato receptor.

3. Entrevista para el Documental de Discovery Channel “Lucha Libre, Año 2008


Por su parte los independientes se contratan con promotores, quienes organizan presentaciones en ferias de pueblos, pequeñas Arenas, rings improvisados, y que distan mucho de las comodidades que brindan recintos importantes; hay otros tantos independientes que han logrado cierta fama y que adoptan esta condición (la de independiente) por convicción, y que se desenvuelven en cualquier empresa teniendo buenas ganancias ya que su simple presencia asegura un éxito en taquilla.

Otro tipo de clasificación dentro de la Lucha Libre son los Rudos y Técnicos, que como su nombre calificativo lo dicta, unos son partidarios de la trampa y el castigo y los otros del respeto, de la buena conducta, dentro de estos dos bandos encontramos a luchadores enmascarados quienes mantienen en incógnita su identidad, y los que luchan con el rostro al descubierto y que traen consigo al luchador y a la persona todo el tiempo. En el transcurso del tiempo y a raíz de las innovaciones al deporte, nos encontramos con casos peculiares, como lo son los luchadores minis, los cuales son luchadores de baja estatura, algunos son enanos pero no necesariamente se debe de tener esa condición, y que comúnmente son versiones pequeñas del luchador estándar, como es el caso de Mascarita Sagrada, quien es el “mini” del luchador Máscara Sagrada, cabe mencionar que en bastantes ocasiones el

luchador

mini

resulta

tener

mayor

capacidad y popularidad que el “grande”.

Mascarita Sagrada, luchador mini.


Otro caso peculiar son los llamados luchadores exóticos, quienes son luchadores que representan una sátira del homosexual, y que tiene conductas afeminadas cuadrilátero,

dentro

de

su

provocando

accionar rabia

en

en

el sus

contrincantes y haciendo reír al publico que constantemente grita “beso, beso…”, pero no hay que olvidar que es solo un personaje y no es necesario ser homosexual en la vida real para interpretarlo, aunque algunos luchadores exóticos

Cassandro, luchador exótico.

hacen pública su preferencia sexual y revelan su homosexualidad, el entrenamiento y el respeto sobre el ring es el mismo para todos y ninguno de ellos es un improvisado.

Derivado igualmente de las innovaciones, nos encontramos con los luchadores fantasía, quienes desarrollan personajes infantiles tomados de las caricaturas, y que su público potencial son los niños que disfrutan de ver a sus personajes favoritos de la televisión justo frente a ellos y reales, así surgen

El trío fantasia, Super Ratón,

luchadores con el nombre de Súper Muñeco, los

Super Muñeco y Super Pinocho

tortuguillos (luchadores que toman su aspecto de las tortugas ninja), los payasos Coco Rojo, Coco Azul, Cocolores, etcétera, el Súper Ratón y Pinocho por mencionar algunos.


Y por si fuera poco, aparte de toda esta variedad y colorido de los personajes, la presencia femenina también enriquece cada función de Lucha Libre, la exigencia del deporte es muy bien llevada por las mujeres que lo practican, y con el paso del tiempo han logrado notoriedad llegando a estelarizar luchas principales en muchas funciones.

Como se puede notar, existe un buffet para todos los gustos. Todo esto hace de la Lucha Libre mexicana una de las mejores del mundo, arraigándose en la cultura popular, teniendo gran número de fanáticos, los cuales derivado de su apoyo y hasta devoción forjan personajes que se convierten en leyendas, con un nombre inmortalizado en la historia no solo del deporte, también en la historia del país.

Luchadoras en el ring de la Arena México.


3.1.1Primeros luchadores

En el transcurso de los años, como es de suponerse, han surgido una serie de figuras con el mote de leyendas, aquellos que por sus evoluciones en el cuadrilátero fueron conmemorados con ese rango, rango que solo el tiempo es capaz de otorgar a los máximos exponentes de su disciplina.

Pocos se imaginan que el deporte de la Lucha Libre no es originario de México, sino que fue importado del extranjero con el incurcionamiento de empresas que ofrecían el nuevo espectáculo allá por el año de 1910, con figuras principalmente europeas y algunas japonesas, pero cabe señalar que estas funciones eran totalmente aisladas y con relativamente pocos espectadores, ya que las presentaciones se hacían en teatros. Hablar de una época moderna de la Lucha Libre mexicana nos remonta al nombre de Salvador Lutteroth González, quien como se mencionó anteriormente, es considerado “el padre de la Lucha Libre Mexicana” y fundador de la Empresa Mexicana de Lucha Libre. La inquietud de don Salvador Lutteroth por introducir la Lucha Libre a México surge cuando siendo inspector de Hacienda, presencia una función en el Liberty Hall del Paso Texas, y decide invertir en un local para hacer contiendas de la empresa, es así como surge la antigua Arena México, y en su inauguración se presentan Yaqui Joe (mexicano), Bobby Sampson (norteamericano), Leong Tin Kit

y Cyclon Mackey (irlandés). Luego irían surgiendo más arenas, como la

Coliseo, pero era necesario incrementar la capacidad de los establecimientos gracias al auge que estaba teniendo el deporte y la gran expectación de los encuentros y rivalidades, por lo que en 1956 se funda la actual Arena México, que en esa época era de las construcciones más modernas y de mayor capacidad de espectadores del país.


Una vez teniendo los espacios, el talento no se hizo espera y en cada función los nombres de el Santo, Médico Asesino, Black Shadow, Blue Demon, Cavernario Galindo, Rolando Vera, Negro Navarro, Ray Mendoza, Solitario, Huracán Ramírez, entre muchos más, forjaron la historia y tradición de un deporte espectáculo que con el tiempo logró ser un entretenimiento para las masas, gracias a sus hazañas, su entrega y su carisma; y que hoy en día da la esperanza a cientos de novatos de en el futuro ser las nuevas leyendas del Pancracio Nacional.

Santo, Mil Máscaras y Dr. Wagner

3.1.2Transformación del deporte en espectáculo. Se podría decir que el tiempo va moldeando el carácter de la Lucha Libre en cada país o región donde se practica, si bien el deporte no es originario de México, al paso de los años lo fue dotando de características que lo distinguen y que han servido como aportaciones al mundo del deporte de los costalazos. Con una buena dosis de creatividad mexicana, la variedad de máscaras, las formas, el color y las vestimentas imprimen de un sello particular a la Lucha Libre mexicana.


La inclusión de la parafernalia dentro del deporte se debe simplemente a las exigencias del público que lo consume, pues para ver a dos personas moliéndose a golpes pues podrían bien acudir a una función de box, pero eso no tiene gracia, la Lucha Libre sí, porque el rol que interpreta el luchador en su faceta de rudo o técnico, su indumentaria y su personaje, provocan reacciones emocionales en los espectadores, quienes se convierten en parte del encuentro, haciéndolo participe de las hazañas sobre el encordado. En la lucha libre existe un vinculo mayor con la afición, un apego muy fuerte, uno no existe sin el otro, y es por eso que la lucha libre ha roto las barreras del deporte, por el surgimiento de héroes de carne y hueso a quienes podemos observar con solo comprar nuestro boleto en la taquilla.

En cada función de Lucha Libre todos los reunidos en la Arena somos actores desempeñando un rol, todos los que le vamos a los técnicos contra todos los que prefieren el bando rudo, y si pierde nuestro luchador también perdemos nosotros y sentimos la derrota, pero nos vanagloriamos si nuestro favorito sale vencedor; y se deja de lado todas las poses que un deporte formal pueda necesitar, acá no se guarda silencio, se interactúa, se apoya, se es participe, es por eso que vamos a ver lucha libre, para deleitarnos de un show variado y donde podemos sacar nuestras penas y frustraciones y permitirnos


ser alguien distinto, poder mentarle su madre al jefe que nos fastidia en el trabajo, gritarle al esposo haragán, pedir sangre; todo a través de los luchadores que están sobre el encordado.

La participación de luchadores dentro del genero cinematográfico ayudo en gran medida a hacer de la lucha libre un espectáculo, debido a que el público quería ser testigo de una extensión de la aventura en al que su luchador favorito se vería inmiscuido, se estaba creando una necesidad de consumir y saber más acerca del “ídolo”, la fama y el reflector habían llegado al deporte gracias al medio masivo. El empuje más importante de popularidad de la lucha libre fue la televisión, que transmitía las funciones por la noche, y que provoco el interés de miles de fanáticos cautivos.

Pero no podemos olvidar que la Lucha Libre es un deporte en toda la extensión de la palabra, pues requiere de arduo entrenamiento y el conocimiento de las bases, arraigadas en la Lucha grecorromana, primero se tiene que saber luchar con llaveo antes de pensar en lanzarse sobre la tercera cuerda, por ende los luchadores mexicanos están doblemente preparados, son acróbatas pero también dominan la lucha cuerpo a cuerpo, y esto se demuestra en cada función.

Al pasar los años, las rivalidades dieron pie a enfrentamientos sangrientos, se luchaba por el honor, para demostrar que se tiene mejor técnica que el rival, lo que hacía trascender al triunfo deportivo en una hazaña digno de un héroe, ya no solo eran deportistas, era gente que se enfrentaba por más que el simple reconocimiento, se luchaba por la gloria. No quedaba más que convertir a la Lucha Libre en un espectáculo, donde función tras función se llevaría a cabo la eterna lucha entre el bien y el mal.


La transformación ha sido diversa en otros países, en donde ha prevalecido la narrativa de historias novelescas y el diálogo extenso de los gladiadores, este es el caso de el “Wrestling” nombre con el que se denomina la Lucha Libre norteamericana, y que está teniendo gran difusión hoy en día en México sobre todo por el acceso a las transmisiones en televisión abierta; el Wrestling es muy diferente a la Lucha Libre mexicana, ya que prevalecen los hombres sumamente poderosos y musculosos, quienes hacen combates muy lentos a diferencia de los encuentros mexicanos, pero aun así están ganando terreno sobre los eventos mexicanos. Japón es un país donde el auge de la Lucha Libre también ha emergido, y donde el público es sumamente respetuoso, llegando a caer en inexpresivo, pero que saben reconocer la participación y entrega de sus luchadores mediante aplausos, y a diferencia de México, no se grita, no hay mentadas ni nada. Los luchadores nipones tienen un desenvolvimiento sobrio, con mucha técnica y también fuerza de sus elementos.

Worl Wrestling Entertainment New Japan Pro Wrestling


Un cambio definitivo de la transformación del deporte en espectáculo lo encontramos en las necesidades del mercado, la lucha libre se transformó en un producto que se podía vender muy bien, y asumiéndolo como producto no quedaba más que ornamentarlo para que sea más atractivo, como anteriormente se ha comentado, cada país lo ha dotado de su cultura, en Estados Unidos hay todo un derroche de dinero para enriquecer las transmisiones televisivas, con fuegos artificiales, entradas espectaculares al ring y muchos productos con la imagen de sus luchadores. La Lucha Libre mexicana es única en el mundo, porque se le ha alimentado del folklore del pueblo,

de su cultura, y de un desempeño característico del

luchador mexicano, el cual ama el deporte y vive para él, gallardo y entregado siempre a la causa que defiende, sediento de triunfo y superación, característica idiosincrática de todos los mexicanos.

3.2 Motivaciones que generan el interés por la lucha libre. La lucha libre es un deporte con gran afición, pero ¿porqué alguien quisiera practicarlo?, se tiene que estar viviendo con dolor, luchando casi todos los días y recibiendo golpes, caídas y lesiones, tal vez no tendría sentido alguno practicarlo y ser un luchador profesional, pero no es así, los practicantes de lucha libre aman realmente su profesión, puesto que reciben muchas cosas a cambio, como el cariño de los aficionados que alimentan el ego del ser humano debajo de la estampa del luchador.


Cada luchador tiene una historia propia digna de plasmar en un libro, la mayoría de ellos busca salir de una condición desfavorable económicamente, surgido de la clase baja buscan el desarrollo profesional y el éxito a través del deporte, semejante al caso de los boxeadores mexicanos, la práctica diaria de un deporte fortalece el espíritu y llena de orgullo al practicante al obtener sus primeros triunfos. Hay un caso en particular que ilustra la búsqueda de superación y remuneración económica, me refiero al caso del luchador Fray Tormenta, quien siendo sacerdote de la Iglesia católica decide practicar lucha libre para sacar adelante a niños en situación de calle y funda un orfanato, en donde se imparten clases de lucha libre. Y así hay cientos de historias, a quienes la lucha libre les ha redituado en reconocimiento, fama y estabilidad. El hambre tanto física como moral despiertan el interés del practicante, pues es un deporte donde hay oportunidades de destacar y cualquier persona, no importando su condición física, su género ni preferencia, puede formar parte de él.

Fray Tormenta

Otros en cambio se puede decir que traen la lucha libre en la sangre, como lo son los hijos de los luchadores, personas que desde su infancia han estado inmersos en el contexto luchístico, y que llegado el momento y después de mucha preparación, logran debutar. Ellos en comparación, no necesariamente buscan una mejora en sus ingresos, sino que debido a la admiración por su padre o pariente deciden dedicarse a la misma profesión.


3.2.1 Tradiciones y herencia, continuación del legado. Como

se menciono antes, existe una congregación de luchadores que

heredan el nombre luchístico de su progenitor o pariente (llámese nombre luchístico al mote con el cual se les refiere en las funciones), ellos adquieren también la vestimenta y el personaje, cabe ,mencionar que la mayoría de los “seniors” (como se les denomina a los luchadores que heredan su personaje) no desean que su descendencia se dedique a la lucha libre, no porque no estimen al deporte, sino porque implica llevar una vida de sacrificios y rigor.

La continuación de un personaje da la pauta para seguir cosechando triunfos y reafirmar la estampa de ídolo o leyenda, pero para poder agradar al público, el luchador “junior” tiene que ser igual o superior a su antecesor, es por ello que no hablamos de ningún improvisado, los junior traen a sus espaladas todo lo realizado por el senior, por lo cual se les exige más que a un novato y como todos los principiantes hay muchos que se quedan en el camino.

Otros tantos luchadores herederos, optan por hacerse de un nombre solos sin ayuda para demostrar que son genuinos luchadores, ya cuando ganan cierto recorrido y prestigio y sienten que son merecedores de el legado, dejan su antiguo personaje para revelar su lazo familiar y cambiarse de nombre. Es común que al nombre se le agregue la frase “el hijo de…” o poner el sufijo “junior” al final del nombre.

Algunos ejemplos de luchadores característicos de este rubro son: El Hijo del Santo, Blue Demon Junior, el Hijo del Perro Aguayo, Rey Mysterio junior, el hijo del Solitario, Rayo de Jalisco junior, Dr. Wagner junior, solo por citar algunos.


En este deporte espectáculo, también se han forjado familias enteras dedicadas a la práctica de la lucha libre, para ellos se ha convertido en una forma de vida y se puede decir que lo traen en la sangre pues gran parte de sus miembros están dedicados a la profesión. Este es el caso de la familia Alvarado Nieves conocidos como “los brazos” contando en sus filas con luchadores consagrados, novatos y luchadoras, otro caso por ejemplo es la de “Los Villanos”, en donde todos los hermanos (6 en total) adoptaron ese nombre, estableciendo una numeración para distinguirlos, ya que usaban la misma máscara, quedando como Villano I, II, III, IV, V y VI, y aparte son hijos del luchador fallecido Ray Mendoza.

Los Villanos

Los Brazos


3.3 La máscara y el personaje.

El primer luchador que uso una máscara fue “El Enmascarado” en 1934, nadie pensaba que el uso de este accesorio se convertiría en símbolo distintivo de la lucha libre mexicana.

En palabras de los luchadores, la máscara significa para ellos parte de su ser, es un posesión sagrada que protege su incógnita, y que el luchador que la porta le rinde un gran respeto, pues para ellos es una pieza mágica que los transforma al momento de subir al ring, cambia su personalidad y lo hace sentir capaz de hacer cosas que el simple hombre debajo no podría, parte del encanto de una máscara se encuentra en no saber quien está debajo, además de ser vistosas y de dar identidad al personaje.

Es por la importancia que tiene la máscara, que las más grandes rivalidades tienen su cúspide en el duelo de tapas, en donde el luchador perdedor tiene que despojarse de su incógnita y no volverla a usar, además de entregársela al rival , quien la guarda como un trofeo y un majestuoso triunfo en su carrera, el luchador que pierde la máscara tiene la opción de seguir luchando, aunque si no proyecta con su rostro el carisma necesario para que siga en el gusto del público, muchas veces se acaba su carrera, es por ello que las luchas de apuesta de máscaras tienen un gran valor y aseguran un lleno total de la función debido a la expectativa que se genera alrededor de la contienda.


Las máscaras son piezas originales y únicas personalizadas por cada luchador, portando diversos elementos decorativos como antifaces, grecas, formas puntiagudas, etcétera, y que son hechas artesanalmente con una extensa variedad de materiales que le aportan vistosidad.

La máscara no hace al luchador, pero sin duda lo ayuda de gran manera si esta es distintiva y expresiva, ya que se arraiga en el gusto estético de la gente, aunque el diseño sea sencillo, si logra causar impacto, el luchador ha dado un paso grande para ser reconocido por el público.


3.3.1 El luchador y el ciudadano.

Aunque arriba del ring parezcan colosos con superpoderes, abajo de él, el luchador es una persona común, con familia, amigos, preocupaciones, pasatiempos. Los enmascarados pueden pasar desapercibidos entre una multitud, podría ser nuestro vecino y no nos daríamos cuenta, incluso hay anécdotas de hijos de luchadores que se enteran mucho tiempo después de que su padre es un luchador reconocido.

Simplemente es demasiado complicado cargar con un personaje todo el tiempo, igual de difícil resulta vivir toda una vida en base al sustento de las ganancias en la Lucha Libre, porque hay que aceptar que si no se es un luchador estelar, las pagas no son tan exquisitas como se podría suponer, por lo que el desarrollo de la persona fuera de los encordados resulta igual de importante que su crecimiento como deportista.

Es por eso que después del retiro, encontramos a luchadores de antaño administrando negocios, restaurantes o trabajando en alguna otra profesión distinta a la Lucha Libre, pues se está en constante riesgo de una lesión que provoque un retiro imprevisto y se debe de tener alternativas de trabajo, y la administración correcta de sus ganancias durante el transcurso de su carrera se hace imprescindible para tener un futuro sin tantas preocupaciones monetarias.


Y como todo deporte, la actividad física constante hacen un mejor ser humano, y en eso los luchadores se pueden jactar de ser buenos ciudadanos, incluso ayudan en sus comunidades para mejorar las condiciones de vida del lugar donde viven, un ejemplo viviente es el luchador Fray Tormenta, Padre católico quien subía al cuadrilátero enfundado en una máscara para poder mantener en funcionamiento su casa hogar para niños de la calle, o el luchador Súper Crazy, quien destina una cantidad de dinero para ayuda a su comunidad, también otros tantos visitan a niños en hospitales y refugios llevándoles funciones gratuitas y juguetes.

Como figuras públicas cumplen con las peticiones de los aficionados, que la foto, que el autógrafo, y se puede decir que el luchador se toma un respiro solamente al cruzar las puertas de su hogar y despojarse de su personaje para permitirse por un momento ser la persona con el nombre real con el que fue registrado.


3.4 Accesorios y complementos del equipo luchístico.

Máscara: pieza ornamentada que mantiene en incógnita la identidad del luchador, en ella se refleja una buena parte de la personalidad del personaje, conformada de una parte que cubre el rostro entero y aditamentos que sirven de adornos distintivos. Mallas: Prenda que cubre completamente las piernas y sube hasta la cintura, hace juego con los colores distintivos de la máscara y los elementos gráficos distintivos del luchador. Botas: Es el calzado que ayuda al luchador a proteger la planta de los pies y dar soporte a los tobillos, tienen suelas lisas que amortiguan el golpe en las caídas, además de proporcionar un buen agarre sobre la plataforma del ring. Coderas: sirven como apoyo en la zona de articulación del brazo, son opcionales y ayudan en la prevención de lesiones, algunas están acolchonadas para ayudar en la amortiguación de las caídas y proteger la zona del codo. Calzoncillo: Prenda que cubre de la cintura al nacimiento de los muslos, es la alternativa a las mallas, se deja al descubierto las piernas favoreciendo la transpiración de las extremidades. La prenda puede personalizarse con motivos propios del luchador. Rodilleras: Brindan soporte a las rodillas, ayudan en la amortiguación de golpes y la prevención de lesiones.



Indumentaria femenina: Por lo general las prendas utilizadas por las luchadoras no varĂ­an en demasĂ­a con sus contrapartes masculinos, ya que pueden portar coderas, rodilleras y botas. Una diferencia radica en la inclusiĂłn de una prenda que cubra la zona pectoral de la luchadora, ya sea con un traje de una sola pieza, o bien optar por mallas o calzoncillos y un top deportivo. Por lo regular los adornos y formas de su equipo luchĂ­stico aluden a motivos femeninos.

Nota: todos los accesorios de la indumentaria de un luchador pueden personalizarse para dar mayor enfasis a la imagen global del luchador.


3.4.1 Folklore y variedad de materiales en las vestimentas. Dada la exigencia de hacer de la lucha libre un espectáculo, el pasar del tiempo favoreció al uso de materiales brillantes, como hilos plateados o plásticos con hologramas, se puede decir que según el gusto del luchador, este va personalizando su indumentaria, se adornan con elementos gráficos diversos, se crean elementos visuales según el personaje lo exija y se ornamenta de tal forma que sea distintivo y original al momento de su presentación.

Otros accesorios de la lucha libre son las capas, que no aportan en el desempeño luchístico, y solo son piezas para darle espectacularidad a la llegada al ring al luchador, una vez ahí, se la quita. Otros elementos para agregar variedad a la vestimenta son guantes, playeras alusivas al luchador, uso de lentes de contacto, muñequeras, cinturones, etcétera. La inclusión de estos accesorios se debe al lucimiento del atleta en el espectáculo que también es la Lucha Libre.

3.4.2 Objetos mercantiles. En la actualidad, la lucha libre se ha consolidado como una industria influyente en miles de seguidores, es por ello que el surgimiento de productos consumibles alusivos a la lucha libre era algo de esperar, ya que representan ingresos extras tanto a luchadores como a promotores.

Aprovechando la popularidad de un luchador, se crean en torno a él productos con su imagen, como lo son playeras, máscaras, pulseras con su nombre, disfraces, etcétera, y es común encontrarnos con una verbena de vendedores afuera de la arena ofreciendo su mercancía a la gente que acude a la función de lucha libre.


Muchos de estos productos no son “originales” y se distribuyen en el mercado ambulante, otros a diferencia de los piratas, son productos oficiales y parte de las ganancias se van directo al bolsillo del luchador que presta su imagen. Una de las ramas más explotadas por las empresas de lucha libre es la industria del juguete, maquilando muñequitos de los luchadores, rings de juguete, cinturones de campeonato de plástico y demás productos, enfocándose principalmente al mercado infantil, para fomentar en ellos el gusto por el deporte y adquirir un dinero en el proceso.

Lo anterior se debe gracias al colorido y variedad de los personajes, quienes hacen posible la transformación de un simple ser humano en un héroe para miles de fanáticos.

Muñecos de luchadores mexicanos y figuras de acción de la WWE

3.5 Los técnicos y los rudos. Como salidos de una novela, en la lucha libre nos topamos con la eterna lucha entre el bien y el mal, o como en el argot luchístico, los rudos vs. Los técnicos. Primeramente abordaremos a los partidarios del deporte sucio, estos tremendos rufianes conocidos como los rudos les regocija el abucheo por sus marrullerías, pues si un rudo es repudiado pero admirado por sus condiciones como luchador, es síntoma inequívoco que su trabajo sobre el ring ha sido bueno


y ha levantado emociones en el espectador, al formar parte de este bando se puede ir en contra de las reglas, claro que si se quiebran en exceso se corre el riesgo de una descalificación, pero eso al rudo no le importa, lo que le importa es destrozar a su rival sea como sea, y lucha siempre al filo de la navaja, haciendo uso de recursos ilícitos para lograr su cometido, ganar y en el proceso darle una buena felpa al oponente. El luchador rudo no por usar trampas carece de sapiencia luchística, son luchadores que poseen una técnica envidiable sobre todo al ras de lona, aplicando castigos dolorosos y eficaces. El aspecto de estos luchadores suele ser áspero y tosco, y su actitud sobre el ring es agresiva.

Y en la otra esquina nos topamos con los técnicos, luchadores denominados con este mote por la pureza de sus ejecuciones y por siempre acatar las normas del deporte, exaltan valores positivos de nobleza y bondad, no usan la trampa como recurso y el triunfo solo les regocija si se consiguió de manera legal, son admirados por la gente, sobre todo de los pequeñines. En ocasiones, los técnicos parecieran ser víctimas de los rudos, es por eso que el publico apoya al desfavorecido y lo alienta, provocando en los técnicos la reacción sorpresiva para derrotar al malhechor y ser vitoreado por el público que confió en ellos.

También hay que mencionar el cambio de bando, el técnico se puede volver rudo y viceversa, ya sea porque el luchador ya no se sienta cómodo con su accionar ó desarrolle nuevos ángulos de su personaje, y esto es de lo más normal, en muchas ocasiones el cambio es favorecedor y se llegan a consolidar en el bando rival.

Así rudos y técnicos nos levantan de las butacas para aplaudirles o porqué no, mandarles un saludo cordial a su progenitora.


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