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Sebastián Dávila
Entrevista por Gerardo Sierra y Betsabé Huidobro Texto por Aramara Corona Imágenes cortesía de Sebastián Dávila
Siendo un artista visual que ha incursionado en distintas técnicas como óleo, tinta china, acuarela y el temple, Sebastián Dávila llega a conquistarnos por medio de sus maravillosas piezas de collage, las cuales tienen la característica de evocar un sentimiento de tranquilidad y paz en todo aquel que las vea.
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Con obras que relatan de manera gráfica sus vivencias, deseos y reflexiones, utiliza un simbólico proceso con el que hace cuestionar al público lo que significa ser humanos y el destino o razón por la que nos encontramos aquí.
Gracias a la plática que tuvimos por videollamada, pudimos conocer el proceso que tuvo que recorrer para adaptar su línea de trabajo al papel, ya que su motivación se llegó a ver afectada por distintos factores como su traslado a la ciudad de Mérida y el entendimiento de la aceptación del público, viéndose reflejado de esta manera en sus trabajos los distintos cambios personales que vivió.
A lo largo de este proceso de crecimiento, se han destacado elementos característicos de su trabajo como son los peces y los ángeles, los cuales, en palabras del mismo artista, esos elementos buscan transmitir un sentimiento de libertad debido a sus alas, de la misma manera las mariposas y su simbolismo de metamorfosis y evolución constante. Otro elemento recurrente en su trabajo son los barcos, los cuales comentó que incluye en sus obras debido a experiencias personales y distintos sueños que ha tenido; pero el principal tema de su interés, que busca integrar en su trabajo son los autorretratos. Inspirado por artistas como Frida Kahlo, Sebastián reconoce que partiendo de su propia imagen ha generado un diario visual que le permiten comunicar sus vivencias.
Una característica que ha distinguido el trabajo de Sebastián Dávila es la carencia de rostros en sus distintos retratos, esto debido a 4 principales razones descritas por el artista. Inicialmente, esto rememora su primer contacto con la ilustración a la edad de 3 años, donde sin ninguna razón, evitaba dibujar rostros, al igual que su gusto por las tendencias surrealistas y como el expresa en los sueños a veces no vemos las caras de las personas; otras de las razones son su deseo de demostrar lo que existe más allá de lo externo, evitando la facha que el rostro de las personas y su interés por generar obras con las que el público se pueda identificar e incluso llegar a insertar sus caras en ellas ya que existen distintas historias que muchas personas están compartiendo en ese mismo instante.
Actualmente, habiendo cambiado su forma de trabajo a raíz de la pandemia, considera que es momento de agradecer los avances tecnológicos que poseemos no solamente para el arte, sino para todas las profesiones; siendo que es necesario la adaptación y el constante avance para seguir manteniendo un crecimiento constante y no pausar de manera definitiva nuestras actividades, pero resalta que estas nuevas técnicas no sustituirán ni se comparan con las experiencias de disfrutar una obra en vivo y poder dialogar con la misma. También resalta que estas herramientas le han dado la posibilidad al público de conocer no solo al artista, sino lo que hay más allá de las obras, teniendo un aproximamiento directo con el arte y su medio.