TERCERA ESTACIÓN Nombre del pasajero:
HUELLA
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Comunicación Social
Editorial
Cada vez es más significativo el espacio que gana el género de la crónica, no sólo en la prensa impresa, incluso en otros soportes como el audiovisual y el digital, lo que nos hace sentir que nuestro trabajo está orientado hacia las tendencias contemporáneas que el público exige. La aceptación y el gusto por lo que hacemos logran que el colectivo de 1un pretexto encuentre en éste, la mejor estrategia para la expresión gráfica, escritural y como novedad la opción cross media. Cada número ha propuesto un concepto visual que expresa el quehacer de los cronistas invitados para cada ocasión. Este tercer número, quiere reflejar el itinerario de un viajero inadvertido, quien hace un recorrido por un espacio geográfico, por un hecho o por una persona y a través de su libreta de viaje registra, datos, descripciones, detalles y diálogos que son el suministro para el armado de su crónica. Todo escritor es un peregrino dispuesto a retar los desafíos que el camino le presente. Algunos de los cronistas invitados en este número, salieron a la andanza con un plan determinado, otros en sus trayectos fueron encontrando piezas a las que les dieron forma para la estructura de su texto. Lo que hoy entregamos es el producto de la investigación, del debate, de la observación. Un recorrido prolongado para que al final del camino se llegara a la meta. En la travesía 1un pretexto, hay dos destinos que se vinculan. El primero, la revista impresa y el segundo nuestro portal web www.1unpretexto.com que permite experimentar la publicación en los entornos virtuales. El desenlace de este viaje, retrata hechos y personas que van desde las anécdotas y vivencias de dos poetas. El asesinato de un periodista argentino. El contraste entre la juventud frenética de una joven barrista y la nostalgia de una mujer que entregó sus años a una máquina de coser, el suicidio, la enfermedad, la música, la radio son temas que deambulan por estas páginas con el único propósito que el lector, inicie su propia travesía. Libia Carolina Pinzón Camargo Directora Rectora Dra. Rosita Cuervo Payeras
Directora Revista 1un Pretexto C.S. Carolina Pinzón Camargo
Vicerrector de Desarrollo Institucional Ing. Andrés Correal Cuervo
Asistentes Editoriales Karen Estupiñán Díaz Lizeth Rocío Rojas Néstor Fabián Rodríguez
Vicerrector Académico Ing. Rodrigo Correal Cuervo Vicerrectora de Investigación, Ciencia y Tecnología Ing. Patricia Quevedo Vargas
Concepto Visual Juan Carlos Vargas
Vicerrectora de Educación Virtual Ing. Carmenza Montañez Torres
Fotografía Laura Nathaly Porras - Juan Carlos Vargas
Decana Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Dra. Maryluz Báez Suescún
Diagramación Equipo editorial 1unpretexto
Directora Programa de Comunicación Social Msc. Yamile Blanco Acuña
Producción Audios Equipo de producción radial UB
Impresión Búhos Editores Ltda. Colectivo Redacción Periodística y Literaría Universidad de Boyacá Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Programa de Comunicación Social ISSN: 2322-6218 www.1unpretexto.com UNIVERSIDAD DE BOYACÁ Campus Universitario Cra. 2a Este Núm. 64 - 169 Tunja - Boyacá / Tels: 745 0000 -7452105 Fax: 7450044 www.uniboyaca.edu.co Tunja - Boyacá 2013
Guía PARADA 1
El frenético ascenso de un poeta
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Catalina Moreno Betancourt
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El terror se basa en la incomunicación Pablo Ezequiel Paredes
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Música para el alma María Camila Díaz
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Corazón Sureño
Adrián Leonardo Tobar
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Tres veces poeta
Dayanna Catalina Uribe
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Cuando alguien se va es porque ya se ha ido María Alejandra García
PARADA 7
La dama de la aguja Juan Carlos Vargas
PARADA 8
La vida en blanco y negro Guillermo A. Patiño
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Comunicación Social
El frenético ascenso de un poeta En ocasiones nos topamos con personajes que deambulan por las calles de Tunja, de quienes desconocemos sus pensamientos, sus costumbres, sus manías y virtudes, desconocemos su vida. El caso del poeta León es un caso particular, era tan cotidiano para muchos, que parecía hacer parte de la composición histórica de Tunja. Esta crónica revela los pensamientos del poeta, sus desvelos, sus glorias, sus satisfacciones pero sobre todo los deseos de ser un hombre diferente.
Lectura: ¨ El frenético ascenso de un poeta¨ Galería de imágenes Audio 1: ¨ Yo soy de Tasco¨ Audio 2: ¨ El auge de la marihuana¨ Audio 3: ¨ Los dos amores de mi vida¨
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Lectura Jose Luis Berdugo Fotografías César Melgarejo
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Catalina Moreno Betancourt
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Recursos cross media / Accede: en : www.1unpretexto.com
´ n e e t r i f c l o e u d n E so p as
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www.1unpretexto.com mozos. De repente me ve, y mientras se acerca para saludarme, algo lo distrae, son los llamados que comienzan a venir de varias partes del recinto. ¡Maestro!, le gritan desde un rincón, se le acercan y lo felicitan por su nuevo aspecto, ¿Nuevo aspecto?, sí, porque pocos podrían reconocer hoy a este escritor que hace unos meses yacía en las incómodas escaleras de la imponente Plaza de Bolívar de Tunja, bajo el inclemente sol de la tarde que calcinaba el cuerpo de él y el de Medusa, su fiel amiga de cuatro patas de color azabache.
En mis dominios que no tienen fronteras ni escudos y banderas y cuyo límite es el más lejano lucero siempre habrá un albergue una piedra donde aliviar culpas y preguntas.
Esa tarde de marzo en el centro comercial, mientras yo veía a León, pensaba en su cambio físico, recordaba a un viejo triste y agobiado, y el que venía directo hacia mí era uno sonriente, limpio y carismático, muy diferente al que había conocido el 12 de enero del 2013, un mes atrás de este encuentro. En aquella ocasión, León estaba en el reconocido Pasaje Vargas, donde en medio de café y cerveza, los tunjanos especulan, hablan y debaten sobre el pulso político, vidas ajenas y hasta una que otra anécdota. Estaba rodeado por cinco policías, aun así, no era una fechoría la que León había cometido, menos una inspección rutinaria, era la supuesta resocialización del poeta, que permanecía dentro de una peluquería escoltado por los ‘verdes’ dispuestos a ayudarlo.
León Mojica Hoy camina trémulo por el imponente bulevar que conduce hasta una gran construcción, llena de almacenes, negocios, restaurantes y gente. Pero León nunca ha sido de centros comerciales, en donde todo según él, es puro y físico consumismo. Sin embargo, ahí está el poeta, con vestiduras regaladas por algunos burgueses tunjanos que después de mucho escoger, decidieron entregar lo que ya no les servía. Está listo en aquel lugar para sentarse durante algunas horas en un cómodo sofá del centro comercial y exorcizar sus demonios, frente a varios curiosos que con respeto y solemne admiración se preguntan, cómo un hombre de letras, culto y muy sabio terminó viviendo en las calles a merced del alcohol. Esta no es la historia de un simple hombre, es la vida de un escritor y revolucionario que hace unos días escapó de su vicio, para luchar con algo más fuerte que la pobreza o el mismo desamor, una lucha interna con su propio yo. Esta es la historia de León Humberto Mojica Salazar. *** A tiempo llegó el reconocido León a su cita, quizá diez o quince minutos antes de lo previsto. Luce un gorro de lana con tintes morados y una sudadera azul de alguna universidad en especial. Camina lento con unos tenis blancos no muy gastados. Sus canas se alcanzan a notar, incluso en la barba. No muy alto y tampoco de contextura gruesa, el tiempo se ha encargado de encorvarlo un poco y de quitarle quizá más peso del que tenía en sus años
Ahí estaba, sentado con su cabeza agachada, cosa que nunca hubiera hecho, dicen sus amigos más cercanos. La inclinaba quizá porque después de muchos meses, por fin una máquina de peluquear rosaba su cabeza para bajar esas canas que ya formaban nudos, o simplemente por la honda tristeza que embargaba su corazón. De repente, en un abrir y cerrar de ojos, León empezó a hablar: Yo soy de Tasco, nací en el 49, he escrito algunos poemas y tengo varias publicaciones. ¿Hace cuánto vive en las calles?, le pregunto. No hace mucho, solo un par de meses, responde, y de la nada, con el ruido de la máquina de fondo, dice tener un poema a las madres que en un dos por tres comienza a recitar. Las arrugas de tu cara memoria viva de los andes duro pañolón negro luto de la raza preñado de arepa gruesa de maíz…
El frenético acenso de un poeta
Si yo fuera un gran monarca os daría albergue y posada en mis dominios hombres de la tierra para que probarais las uvas dulces de pisar el rocío de la hierba en la mañana.
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Un poema dedicado a la figura de las abuelas de nuestro territorio, a las curtidas por la vida, mujeres que todavía hilan su lana por los caminos, venden verdura, hierbas, masato en las plazas de mercado, pero también están postradas en los andenes de la carrera séptima o la avenida Caracas, de Santa Fe de Bogotá. No hay duda, ese hombre es un poeta. Sale de la barbería como un gran magnate, con su comitiva que lo escolta hasta un restaurante de en frente. Mientras toma en sus manos un caliente plato de sopa, de esos que hace rato no prueba, aparece Jairo, su amigo de unos 26 años, que lo espera a la entrada del lugar. El joven viste una camisa blanca, un jean gastado, unos lentes negros que cubren sus ojos y carga en una de sus manos un casco, en la otra tiene dentro de una bolsa de plástico el líquido sagrado: el alcohol. Déjenlo que él se quiere ir conmigo, discute Jairo, quien exhala vapor de etanol en el aire expirado. Pero muchos luchan para que el sujeto se aleje y permita que el poeta tome la decisión de abandonar las calles. Entre tanto, un tumulto de gente se agolpa a la entrada del restaurante esperando que León salga victorioso y decidido. Cuando por fin lo hace, dice estar listo para no seguir
Enrique
aguantando el frío de las mañanas y el hambre excesiva de todos los días. En ese instante, ‘los verdes’ comienzan a disiparse, su trabajo solamente consistía en una jornada de limpieza que emprendió ese día la Secretaría de Gobierno de Tunja, en respuesta al llamado de la comunidad que exigía medidas para con este poeta. Por eso dicen que su labor está hecha, ya luce más presentable, tiene la barriga llena y eso al final es lo que cuenta; después volverán supuestamente para ayudarlo. Quiero descansar unos días, es que me vine de Tasco y ya no me pude devolver, asevera León, y cuando vuelve su mirada ya no hay nadie, está de nuevo solo con su amigo Jairo quien le repite que se vaya con él, a dónde él ya sabe, que allá le tiene su guardado. Pero el viejo testarudo aún no convencido de aceptarle la invitación, emprende su camino para salir del callejón y llegar hasta la plaza donde está el libertador. Ahí va, con su mochila al hombro, una improvisada cobija de lana de colores convertida en zurrón en la que guarda periódicos del día, cientos de papeles con sus manuscritos, poemas y un bocado de pan viejo y duro.
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Julián
www.1unpretexto.com Se dirige a las gastadas escaleras en las que a diario pega una siesta, pero la mano de un desconocido se lo impide y lo lleva hasta la casi imperceptible silla de madera que se encuentra en el costado occidental de la plaza. Yo pasé por lo mismo, estuve casi 18 años en las calles consumiendo drogas en exceso, irrumpe el desconocido que tiene acento caleño. Dice llamarse Franz y le ofrece a León su ayuda, pues tiene una Fundación que lleva por nombre ¨Dios en ti¨, en la que vela por los habitantes de la calle. Lo que Franz no sabe es que León no es un habitante de esos de calle, es un intelectual atrapado en cuerpo casi marchito, hijo de Pablo Emilio Mojica Llanos, un empleado público que trabajó en la Contraloría General de la Nación y Teresa Salazar, una recaudadora de rentas y trabajadora de la Contraloría de Boyacá; León es hijo de una familia pudiente y acomodada.
Yo me desaparecí de Tunja y la gente notó mi ausencia León Mojica
León está a punto de caer en un sueño profundo en el que se encontrará con las musas que a diario inspiran sus poemas. Mientras tanto, Franz llama a los paramédicos y la ambulancia en la que habrá de trasladarlo hasta un hospital. Allí despertará León horas después, sin una gota de licor en su sangre. *** Quiero salir del achante no me siento conmigo mismo tengo miedo miedo solo miedo. Esa sería la última vez que León despertaría sin temor a comenzar un nuevo día, pues desde esa precisa tarde, en la que había abierto sus ojos en una habitación del cuarto piso del hospital San Rafael de Tunja, el temor y la ansiedad carcomerían cada parte de su descarnado cuerpo; empezaría una lucha incesante contra el síndrome de abstinencia. Sus manos temblaban, mucho más de lo que tiemblan hoy, ansioso, desorientado y despertó con una depresión profunda. Once días estuvo internado, ingiriendo medicamentos y respondiendo preguntas del psiquiatra, para después, el 23 de enero de 2013, estar rumbo a su Tasco del alma. La casa que encontró no era la misma de antes, estaba en malas condiciones, cosa que no fue impedimento para que la habitara, y entre colores, bocetos, rasguños empezara a pintar, y hasta declamar sus poemas a los estudiantes del colegio del municipio. Pasados algunos días, una llamada al poeta sirvió de excusa para preguntarle sobre su recuperación. No se imagina, tengo conflictos psicológicos. Me siento más o menos de salud, es que fue un cambio abrupto todo lo que pasó, aunque tengo algunas horas de tranquilidad. Comentó León desde Tasco. Allí permaneció un mes, 31 días tortuosos en donde se reencontró con sus temores y recapituló su vida, para volver a Tunja el 24 de febrero, con la cabeza en alto y contarle a los conocidos y curiosos el por qué de su actuación.
El frenético acenso de un poeta
Me dediqué a dormir en la calle a comienzos de noviembre, diciembre y parte de enero, empecé a comer poco y físicamente me fue minando. Ya no puedo caminar bien, mi visión empezó a disminuir, dice León, refiriéndose a los últimos meses de 2012 y parte del 2013.
Sin embargo, el viejo letrado hoy está en la calle y dice querer descansar, por eso acepta la ayuda de Franz quien le acomoda una improvisada cama a lo largo de la silla para que pueda dormitar.
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*** Sus ojos recorren el centro comercial, pero se le ve aturdido. El lugar es bonito, pero aquí solo hay consumismo, hay mucho ruido, dice León, quien lentamente se sienta en el sofá en el que lo espero. Miradas van y vienen, de esos que leyeron sus escritos en épocas anteriores cuando solía trabajar para el periódico El Diario, en su reconocida columna bajo el nombre ¨Tinto oscuro¨. Yo fui criado por un tío que era cura y el gusto por las letras inicia en mi infancia, porque mi tío tenía la costumbre de ponerme a leer antes del almuerzo, dice mientras cruza confiadamente la pierna.
la ansiedad. Cuando por fin prueba el café cargado, continúa con el relato diciendo que vivió en Bogotá, en una casa con artistas. Más detalles sobre el lugar daría Chavita, como le llaman a su hermana María Isabel. La llamaban la Maloca, un apartamento abandonado arriba de la Nacional que ocuparon los artistas, dice María Isabel, quien también permaneció allí durante dos años. El sitio era una especie de comuna en la que comían, dormían y compartían desde poetas como León, hasta músicos y artistas, debatiendo ideas entre uno que otro ‘cachito’ de marihuana.
Su tío era Carlos Alberto Mojica, un sacerdote amante de las letras con una extensa antología de poesía colombiana, quien en compañía de su hermana Berta, una mujer soltera, decidió criar a León. Pueblo viejo, como antes era conocido el municipio de Aquitania, lo vio nacer como escritor, allí antes de los siete años ya sabía leer.
El auge de la marihuana se dio hacia 1970, con el comienzo del hipismo, la calle 60, literatura y poemas. Yo empecé unos años después. Creo ahora que mi postura ante el mundo de las drogas es ambivalente, por un lado les debo mucho, a la marihuana especialmente, al perico, a los hongos, porque comí muchos, pero no reniego totalmente de ellas.
Sus manos aún tiemblan mientras habla, pero nadie se explica cómo los casi 40 años que duró ingiriendo alcohol etílico sin procesar y consumiendo una que otra sustancia alucinógena, le permiten tener el grado de lucidez para contar su historia con una sabia picardía con la que hace reír a carcajadas a quienes escuchan su relato. Siempre he sido muy perezoso y cuando estudiaba bachillerato en el Colegio de Boyacá, la maldita pereza no me dejaba levantar temprano para llegar a clase. Como me quedaba por fuera, para no dar tanta boleta, me metía a la biblioteca del departamento.
Los alucinógenos que hasta hace unos días lo acompañaron, se convirtieron en sus aliados, esos incondicionales amigos que lo ayudaban a escribir proporcionándole la suficiente inspiración.
Allí leería a Julio Verne, se pasearía por Crimen y castigo de Fiódor Dostoievski y continuaría con el compilado del mismo autor ruso, conocimiento que no le ayudaría a graduarse por haber perdido el año por fallas, pero sí a entrar a la Universidad Nacional a donde llegaría, aún sin tener el cartón de bachiller, para estudiar química y farmacia. Esa universidad es una máquina demoledora y como siempre, me fue mal académicamente. Así que me dediqué mucho a una materia que para mí es clave en la universidad, la cafetería, quien no estudió esa materia no pasó por allí, responde entre risas. En ese lugar se reunió con varios personajes que lo pusieron en contacto con los movimientos políticos de izquierda. Por eso no terminó de estudiar química, y dedicado al teatro, al cine y a las tertulias. Mientras narra, se pone las manos en la cabeza e intenta recordar una fecha, pero no lo logra. Entre tanto interrumpe la historia para pedir un café del lugar, el único que le alivia la pena de no tener en sus manos el envase de alcohol que le cure
Aun así realmente lo que me conquistó fue el alcohol. Más que sus novias, más que su esposa, más que una mesera, más que la sueca aria alta, de gafas, ojos claros, con quien tendría una relación de amantes más adelante. Pero están sus dos locos amores que no olvida; Iván y Zaida, los hijos que tuvo con su esposa Gloria, que en paz descanse, y con quien contrajo matrimonio casi que obligado por los padres de la joven cuando estaba en furor el matrimonio. En ese tiempo estaba en boga la revolución de mayo 68 en Francia, y se planteaban consignas como amaos los unos sobre los otros, y eso fue lo que hicimos. Ríe sarcásticamente. Después de eso, Gloria conseguiría otro marido y León otra mujer, sin embargo no deja de repasar los capítulos en los que su ex esposa fue testigo y cómplice en el consumo de alucinógenos. Con Gloria también compartimos unos hongos, no había tabús en ese aspecto. La desgarradora verdad llegó cuando al preguntarle sobre su adicción al alcohol empezó a contar. Consumía casi dos botellas de alcohol antiséptico diarias, eso era normal en mi vida. Las conseguía por 1700 pesos y las compraba con los 200, 400 o 600 pesos con los que la gente me apoyaba cuando me compraban El látigo, refiriéndose al periódico artesanal que era muy apetecido y le daba a León la libertad de la ironía.
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*** El poeta partió al centro de rehabilitación tres días después de esta entrevista, sin embargo, antes de irse dejó dos escritos; el primero, una carta desgarradora a su hijo Iván que está en la cárcel, en donde le expresa su profunda pena por no poder verlo. El segundo, un libro que hasta ahora comenzó y que desde ya tituló Aquella determinación. Capítulo I Miraba el ocaso en el horizonte lejano de la ciudad y ya las calles, con sus bombillas fluorescentes anunciaban el arribo al centro de la ciudad de oficinistas, vendedores de lotería, mendigos y ladrones…
Aquí en Tunja la crisis fue más severa, todavía me acuerdo de mi paso por la calle durante casi tres meses. La noche no era tan jodida, jodido el amanecer, el frío me hacía parar a las 6:30 de la mañana a conseguir un tinto o una cerveza mientras abrían las droguerías para comprar el alcohol. Entre tanto, recuerda a aquella amiga a quien también le gustaba el trago, a diario le leía la prensa mientras esperaban que abrieran la farmacia. Conoció personas en la calle, amigos de esos que quizá nadie pueda tener, y que en el bajo mundo el mismo León llama parceros. Amigos de todo tipo, desde colinos y jíbaros, hasta sujetos con problemas mentales, pero al fin amigos. Es que la calle no es tan trágica, porque de todas maneras se desarrollan lazos de amistad y son lazos muy cálidos. Dice por allá un poeta peruano que los sentimientos más humanos y profundos se encuentran en las situaciones más adversas y en los sectores marginales, hasta con los presidiarios. Amigos como Franz, quien acompañó a León durante casi dos meses después de que lo sacara de las calles para ayudarlo a dejar el alcohol y las drogas, y quien antes de esta entrevista ya había conseguido un cupo en un centro de rehabilitación en Bogotá para el poeta, a donde iría León a seguir luchando, ahora encerrado, con los demonios que a diario lo atormentan.
El frenético acenso de un poeta
Aunque siempre tuvo una casa en Tunja, la crisis con su familia un día por fin estalló. Decidió partir hacia Tasco a finales de octubre del 2012, en donde en medio de visiones, poemas y uno que otro transe escribió y hasta lloró, tratando de no desmoronarse por unos hijos que ya no tenía cerca, una esposa fallecida y unos hermanos que sintió lejanos. Cuando decidió regresar a Tunja, a pasar las fiestas de finales de ese mismo año, encontró las puertas de su casa cerradas. Su único refugio fue la calle, un refugio en el que le dio de qué hablar a la sociedad que antes compartía con él en cafés y centros de conocimiento, la misma Tunja que no merecía que un artista le dedicara un poema.
Estoy a la expectativa de qué va a pasar con el centro de rehabilitación, voy a descubrir si encuentro otras formas de vivir, voy a tomar unas vacaciones. Afirmación en la que coinciden Chavita y Néstor Armando, amigo y esposo de su hermana, quienes aprueban y aplauden las continuas decisiones de León y no descartan que el poeta vuelva a dar de qué hablar en esta ciudad.
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Catalina Moreno Betancourt marmoreno@uniboyaca.edu.co @KtaBetancourt
A diario nos cruzamos con personas, grandes, pequeñas, bonitas y feas, pero ¿cuándo nos detenemos a ver qué tan grandes, pequeñas, bonitas o feas son en realidad?, el poeta León vació conmigo sus temores, recorrí a vuelo de pájaro su vida y por fin supe qué tan grandes y pequeñas, bonitas y feas fueron cada una de sus experiencias. Por fin conocí su historia, la misma que hoy retrato en palabras.
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Esperen que no les he contado mi tragedia con los libros. Hoy me acordé que escribí uno, lo tiene un amigo y no me lo ha devuelto. Son cien páginas de poesía, pero el tipo se perdió y me dejó jodido, mejor dicho, de los cuatro libros que me han publicado con poemas, yo no tengo ni uno. Refiriéndose a ‘Vuelo de cenizas’ y ‘Por el sendero del poema’ publicado por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, dos de sus publicaciones de las que no recibió nunca un centavo.
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El terror se basa en la incomunicación No dejemos que nos digan cómo pensar, sentir o vivir, desconfiemos de cada imagen que nos lanza la TV, de cada título que pública un diario, de cada reflexión que suena en las radios. No existe el “periodismo independiente” porque todos responden a diferentes intereses y corporaciones. Defendamos nuestro derecho a criticar y ser ciudadanos activos en una sociedad (la latinoamericana), que por momentos parece adormecida por el bombardeo de información y la ausencia de comunicación.
Recursos cross media / Accede: en : www.1unpretexto.com Lectura: ¨ El terrror se basa en la incomunicación¨ Video 1: ¨Reconstrucción de Walsh¨ Video 2: ¨Carta abierta de un escritor ¨
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Galería de imágenes Audio 1: ¨Operación masacre¨
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Lectura : Juan Pablo Pérez
El terror se basa en la incomunicación Pablo Ezequiel Paredes
“Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información”. ANCLA (Agencia clandestina de noticias) 1976. Generalmente, una de las decisiones más importantes en la vida de un estudiante, es la de elegir una carrera universitaria antes de terminar de cursar la secundaria. Las opciones son múltiples, pero en pocas hay personas a quienes admirar. Comunicación social es una de ellas. Rodolfo Walsh no es sólo un referente y fundador del llamado “nuevo periodismo” junto a Truman Capote. Walsh es esa persona por la que cualquier estudiante de comunicación diría “quiero ser cómo él, o ya no hay periodistas comprometidos como Walsh.” No importa los años que pasen de su desaparición, no importa el país, importa que Rodolfo Walsh trascendió las fronteras argentinas, leído y reconocido en todos los países de habla hispana y más allá. Esta crónica histórica, con alto contenido documental, es la forma que encuentro para evidenciar la necesidad que tenemos las nuevas generaciones de periodistas por hacer verdadera y legítima la libertad de expresión.
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Walsh es el protagonista de este texto, porque lo considero ese modelo de periodista que todos los que estudiamos esta carrera deberíamos imitar. Es el ejemplo que muchos periodistas de la actualidad (en toda América Latina) olvidaron. Bajo la excusa de la libertad de expresión se escudan para decir y publicar mentiras aberrantes y confundir la “libertad de prensa” con “libertad de empresa”. No quiero que olvidemos a Walsh, que su muerte (y desaparición) no haya sido en vano. Rodolfo Walsh fue un escritor, periodista, militante y filósofo argentino nacido el 9 de enero de 1927 en Lamarque, provincia de Río Negro. Fue desaparecido en Buenos Aires, el 25 de marzo de 1977 durante la dictadura cívico-militar. Es imposible escribir sobre Rodolfo Walsh sin explicar al mismo tiempo lo que pasaba en Argentina en esos años. Las dos historias van de la mano. Durante la dictadura militar más cruda que sufrió Argentina entre 1976 y 1982, algunos periodistas se vendieron a los intereses de las clases oligárquicas, otros tuvieron que exiliarse y algunos como Walsh, Horacio Verbitsky, Paco Urondo o Juan Gelman se quedaron a luchar por la libertad de expresión, sin importar que tuvieran que llegar hasta la clandestinidad y que su vida estuviera en riesgo. Había valores y eso hacía de Walsh un periodista distinto y admirable en tiempos difíciles. Comenzó a escribir desde los 20 años. En 1953 publicó su libro Diez cuentos policiales y también Variaciones en rojo, pero fue en 1957 cuando su vida cambió con la publicación de Operación Masacre. Una investigación periodística que relata los hechos ocurridos durante el fusilamiento ilegal de civiles en León Suárez (barrio de Buenos Aires). El historiador Felipe Pigna publica detalles sobre cómo Rodolfo Walsh es motivado a investigar lo que luego sería publicado como Operación Masacre: todo comenzó una tarde, en la que por casualidad, estando en la ciudad de La Plata, Rodolfo escuchó que alguien dijo: “Un fusilado vive”. Nunca pudo olvidar esas palabras y decidió salir a investigar los hechos. Terminó por descubrir el enorme crimen organizado que el Estado ocultó. El peligro en que lo puso su descubrimiento lo obligó a recluirse en una isla alejada en el Delta del Tigre, al norte de Buenos Aires bajo el pseudónimo de Francisco Freyre. Posterior a esta publicación le siguió El caso Satanowsky, una investigación periodística en la que evidenció el asesinato del abogado Marcos Satanowsky a causa de oscuros intereses en torno a la propiedad del diario La Razón. Su investigación dio con los culpables del hecho.
En 1959 viajó a Cuba con sus compatriotas Jorge Masetti, Rogelio García Lupo y el escritor Gabriel García Márquez. Entre todos fundaron la agencia Prensa Latina. Allí se desempeñó como jefe de Servicios Especiales en el Departamento de Informaciones. A su vuelta al país entendió que no podía separar la literatura de la política. En sus propias palabras: Las cosas cambiaron realmente en 1968, cuando la política lo ocupó todo. Entonces empecé a ser un escritor político. Mis ideas sobre la novela han cambiado. En 1968 publica su tercera investigación periodística sobre la muerte del dirigente sindical Rosendo García: ¿Quién mató a Rosendo? Y funda el semanario de la CGT (Secretaría General de los Trabajadores) durante el régimen militar de Onganía. Esta publicación pasó a ser clandestina después del allanamiento a la CGT y la detención de su colega Raimundo Ongaro. Por 1972 escribió durante un año en el Semanario Villero y a partir de 1973 en el diario Noticias junto a sus amigos Horacio Verbitsky, Paco Urondo, Juan Gelman y Miguel Bonasso, entre otros. Este diario presentaba los puntos de vista de Montoneros, una organización guerrillera que desarrolló su lucha armada entre 1970 y 1979 contra las dictaduras militares. Tiempo después, planteó sus discrepancias con la cúpula de la nombrada organización, ya que éstos pasaron a la clandestinidad y no defendían los intereses del pueblo de la manera en que el pueblo los necesitaba. El 24 de marzo de 1976, la Junta de Comandantes integrada por el Teniente General Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier General Orlando R. Agosti derrocaron al gobierno democrático de Isabel Perón. Se designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla y se dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compusieran el futuro gobierno con igual participación. Comenzó el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”. Un gobierno de facto es aquel que, si bien en la práctica ejerce como tal, no está reconocido oficialmente por ninguna norma jurídica. Puede haber diversos motivos para que exista un gobierno de facto: por ejemplo el gobierno que se forma tras haber tomado el poder a partir de un golpe de Estado. Todos los derechos sociales fueron suprimidos, y las medidas económicas ejecutadas durante el período, por el Ministro de Economía Martínez de Oz, perjudicaron a la población en favor de los intereses de empresarios extranjeros y las oligarquías del país. La inflación de los precios se hizo incontrolable y el recorte salarial provocó malestar en los ciudadanos. Para evitar las revueltas y los reclamos, el gobierno de facto aplicó el denominado terrorismo de estado. El objetivo era acabar con la guerrilla, pero lo que se desarrolló fue un proyecto planificado, dirigido
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a destruir toda forma de participación popular. El régimen militar puso en marcha una represión formidable sobre todas las fuerzas democráticas, políticas, sociales y sindicales, con la finalidad de someter a la población mediante el terror de Estado.
a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información”.
Se inauguró el proceso autoritario más sangriento de la historia argentina. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros fueron secuestrados, asesinados y desaparecidos. En este contexto, la censura se convirtió en moneda corriente. Fue por eso que ese mismo año, Walsh creó ANCLA (Agencia de Noticias Clandestina) y la Cadena Informativa un sistema de difusión de información de mano en mano cuyas gacetillas decían en el encabezado:
Exactamente un año después de asumido el gobierno de facto, el 24 de marzo de 1977, Rodolfo Walsh redacta y envía a todos los medios de comunicación la “Carta Abierta de un Escritor a la Junta militar”.
“Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias
Fue su último escrito. El 25 de marzo de 1977, un día después de que publicara su carta abierta lo emboscaron en una esquina de Buenos Aires, hubo un tiroteo, lo balearon y lo secuestraron. Expusieron su cuerpo en el centro de detención la ESMA (la Escuela Mecánica de la Armada) ante el resto de los secuestrados y tor turados.
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“Donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades” Rodolfo Walsh
Cuando se habla de torturas, nos referimos en detalle a las prácticas que se realizaban en los centros clandestinos de detención distribuidos en diferentes lugares del país. Allí, los presos políticos sufrían vejaciones, violaciones, torturas como la falta de agua, de comida, no los dejaban ir al baño, o la práctica del submarino. Consistía en sumergir la cabeza de la víctima en agua hasta que quedara casi ahogado, para luego levantarlo y volverlo a sumergir si no respondía las preguntas de los oficiales, La picana eléctrica, es un instrumento de tortura inventado en Argentina que da golpes de corriente o descargas sostenidas en contacto con el cuerpo y sus efectos en las partes más delicadas genitales, dientes, mucosas, pezones, etc. son devastadores, los hacían desnudarse en invierno y salir al patio en el más crudo frio, además practicaban simulacros de fusilamiento, entre otras terroríficas actividades, que tenían por objetivo recabar información e infundir el miedo en la población. Si no conseguían las respuestas que buscaban o aunque las encontraran, los militares se encargaban del detenido de la siguiente manera: podían liberarlo y hacer como si nada hubiera pasado, o que lo fusilaran y en los vuelos de la muerte arrojaran su cuerpo al mar o a los lagos del interior del país, hoy en día se siguen encontrando cadáveres en el fondo del Lago San Roque, en provincia de Córdoba y se intenta averiguar sus identidades. Nunca se supo dónde quedó el cuerpo de Rodolfo Walsh, aún está desaparecido. El siguiente texto es un fragmento de la Carta Abierta a la Junta Militar:
Carta Abierta a la Junta Militar “1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años. El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades. El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo prestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron. Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 en el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese
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2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra que desnuda de ese terror.
El 25 de julio de 2009, en el segundo juicio oral de la megacuasa ESMA, se juzgaron a 17 implicados en la muerte y desaparición de Rodolfo Walsh. A pesar de la declaración de los más de 160 testigos, todavía hasta hoy no se ha encontrado su cuerpo. La información consignada en esta publicación fue seleccionada de archivos oficiales del Estado argentino. De los archivos sobre los juicios de lesa humanidad en la megacuasa ESMA del sitio oficial del Poder Judicial argentino. De las recopilaciones realizadas por el historiador Felipe Pigna que publica en el sitio web “elhistoriador.com” y del blog “juicioesma.blogspot.com” creado por investigadores y estudiantes de la carrera de comunicación social de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza- Argentina).
El terror se basa en la incomunicación
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodistas, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocando como necesidad de las investigaciones, convierten a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límites y el fusilamiento sin juicio. Más de siete mil recursos de habeas corpus han sido constatados negativamente este año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían a su turno fueron secuestrados. De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda una ley que fue respetada aun en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.
TERCERA ESTACIÓN
La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. [...]”
Escribir sobre Rodolfo Walsh me exigió revisar y empaparme de la historia Argentina por esos años, para poder comprender la realidad del Periodismo hoy en Argentina. Mi experiencia de intercambio corroboró que en América Latina hacen falta más Rodolfo Walsh, por el bien del periodismo.
Rodolfo Walsh
Pablo Ezequiel Paredes D. peparedes@uniboyaca.edu.co @Chepablo87
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<<<ser nacional>> que ustedes invocan tan a menudo. Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante solo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.
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Música para el alma Lo que inició como una amistad, se convirtió en un itinerario de conversaciones y encuentros propicios para contar una historia de vida, cargada de emociones y matizada por la música. La protagonista de esta historia ha hallado en la música una terapia no sólo para sobrellevar la rutina de la vida, sobre todo para sortear las dificultades de lo que significa vivir con un diagnóstico de cáncer.
Recursos cross media / Accede: en : www.1unpretexto.com Lectura: ¨ Música para el alma¨ Video 1: ¨ Canción de la gallina¨ Video 2: ¨ Una nueva audición ¨
Pág: 20 Pág: 21
Galería de imágenes Audio 1: ¨Mi espera por la música¨ Pág: 20 Audio 2: ¨Papá y mi primera guitarra¨ Pág: 20 Audio 3: ¨El silencio de la enfermedad¨ Pág: 22 Audio 4: ¨Metas y sueños¨ Pág: 23
Lectura Karen Becerra Careño
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´ Musica
para el alma María Camila Díaz
Masa cancerosa a nivel occipital, el frío dictamen que marcó la vida de Yenny Lisbeth Peña Bernal, quién ese martes 17 de mayo del 2011 acudió a la clínica Medilaser en la ciudad de Tunja por una crisis asmática, sin saber el crudo calvario que le aguardaba.
Desde muy pequeña la música fue primordial en su vida, el primer acercamiento a esta fue en el Gimnasio Moderno. En una clase cualquiera, un viernes en la tarde, cantaron “la mochila azul”, porque su profesor, Pedro Navarro, estaba realizando una selección para formar el coro del colegio.
Música para el alma
Yenny, aprendió que la vida es una constante pelea, llena de triunfos y derrotas y que para lograr lo que sueña es necesario coraje y valentía. Nació el 4 de noviembre de 1990, en la ciudad de Bogotá. Soñadora y emprendedora, siempre supo qué quería hacer y a qué se quería dedicar, lamentablemente la vida le enseñó de una cruel manera que las cosas se consiguen con esfuerzo y dedicación.
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Recuerdo tanto que mi profe me dijo que tenía madera, desde ese momento me propuse explotar mi talento al máximo. Recuerdo que disfrutaba las clases de música, y durante toda la semana, esperaba ansiosamente el viernes en la tarde solo para entrar a éstas. Sus padres fueron lo más importante, su papá Lizandro Peña, ingeniero de petróleos, hombre emprendedor y trabajador, fue el ejemplo a seguir para Yenny en el campo profesional. Mi papá nunca estuvo conmigo en mis cumpleaños, se la pasaba trabajando y viajando, pero extrañamente el día que cumplí 7 años, llegué del colegio al apartamento y ahí se encontraba él. Ese 4 de noviembre Yenny salió de clase y la ruta número 15 la llevó hasta su apartamento en el barrio Cedritos, el celador la acompañaba hasta la residencia, al llegar, la recibió la señora que les ayudaba en los quehaceres. Rosita fue muy buena gente conmigo, prácticamente ella fue quien me enseñó a cocinar; lamentablemente ya no se encuentra en este mundo. Entonces ese día de mi cumpleaños llegué y vi a mi papá y a mi mamá ahí sentados, él me vio y me dijo: “debajo de la silla está tu regalo”. Me agaché y la vi, una guitarra española, tamaño medio, cafesita, me enamoré en ese instante, era una súper guitarra, porque para empezar, no era creíble tener un instrumento así. Desde ese entonces carga su guitarra a todas partes, era la sensación en el Gimnasio, aunque sus compañeros se burlaban porque sólo cantaba una canción. Era la única que me sabía, todavía la recuerdo muy bien, las gallinas: Allá arriba en aquel alto, allá arriba en aquél alto, Allá fuera aquel otro, allá fuera aquel otro, Ahhh, las gallinas se reían, las gallinas se reían, De ver el gallo empeloto, de ver el gallo empeloto. Y era lo único que cantaba con mi guitarra, además que no sabía de notas, pentagramas, posición de los dedos, simplemente tocaba las cuerdas de la guitarra, era solo ruido. A partir de ese momento empezó su formación musical, a crear conocimiento y aprender, gracias a sus maestros, porque en casa ella paseaba con su “ruido” y sus padres le celebraban, nadie allí sabía que las cuerdas estaban desafinadas, solo le aplaudían y motivaban. Ella misma empezó a desarrollar esa necesidad y esa sed de conocimiento, las ganas de explorar todo lo relacionado con esa pasión. Siempre tuve mi cuarto aparte, nunca me gustó dormir con mis papás, y ahí en una esquinita tenía mis tambores, unas maracas y mi guitarra, prácticamente de juguete. La aventura empezó el día que decidió asistir a las clases de guitarra que daba su profesor Pedro. Allí aprendió los nombres de cada una de las cuerdas, las posiciones de los dedos y notas musicales. Me di cuenta de la pasión y la necesidad tan grande de música en mi vida.
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Allá arriba en aquel alto, allá arriba en aquél alto, Allá fuera aquel otro, allá fuera aquel otro, Ahhh, las gallinas se reían, las gallinas se reían, De ver el gallo empeloto, de ver el gallo empeloto.
En su colegio realizaron una selección para sacar a los estudiantes con mejor desempeño, en ese momento estaban abiertas las inscripciones para pertenecer a la Filarmónica Infantil de Colombia, el profesor la escogió a ella para que representara al Gimnasio Moderno. Yo solo sabía tocar la guitarra y estaba en clases de violín del profe Pedro porque era obligatorio, por eso me sorprendió mucho que el profe creyera en mí, fue por la parte del canto que él decidió mandarme a mí y a otros compañeros. Con ella fueron cinco niños que hicieron parte de la Filarmónica de Bogotá en 1997.
Durante su niñez hizo parte de diferentes grupos, fue a seminarios con cantantes de ópera, a talleres de técnica vocal, y a partir de todo esto surgió la oportunidad de mudarse a Yopal, Casanare, allí conoció a maestros que la guiaron y la encaminaron hacia lo que la apasionaba: el canto. La adolescencia de Yenny transcurrió detrás de un micrófono con su guitarra, en concursos y presentaciones. El divorcio de sus padres hizo de ella una mujer dura y distante, para cualquier joven ésta es una situación fuerte, su familia, se separó, su padre se fue a vivir a Bogotá y por ello la relación cambió totalmente. Al terminar el bachillerato, le otorgaron una beca para estudiar música, pero en ese momento sus padres no veían esta carrera como una profesión, si no como un pasatiempo que no le aseguraba su futuro, así que cedió esa beca a un compañero. Yo quería ser como mi papá, metida en pozos petroleros, así que decidí irme a estudiar Ingeniería de Petróleos a Bucaramanga, no porque me gustara, sino por darle gusto. Estudió un semestre de esa carrera,
En un momento de “locura” como lo define Yenny, decidió ingresar al ejército, hizo todos los papeles, y se presentó como oficial en un curso de mujeres, pasó los exámenes, sus registros en natación la ayudaron bastante ¡y la llamaron! Quedó entre las 50 mujeres seleccionadas. Definitivamente lo qué es pa’ uno es pa’ uno, me llamaron y tenía que estar a las dos en punto en la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdoba, en Bogotá, y lamentablemente en Yopal salían dos vuelos para la capital, uno a las doce del día y otro a las seis de la tarde, nadie quiso vender el pasaje, no llegué y automáticamente me quitaron el cupo. Hoy le doy gracias a Dios, porque las cosas siempre pasan por algo. Al tener la desilusión de no poder ingresar al ejército, empezó a buscar otra alternativa, y algo que siempre le llamó la atención fueron las Ciencias Políticas. Como dice el dicho: no habiendo más... así que una tarde hablando con mi mamá decidimos averiguar en Tunja, y tomé la decisión y estudiar en la Universidad de Boyacá, le cogí un amor muy grande a la carrera y a la ciudad. Nueva ciudad, nuevas personas, nuevo comienzo; apenas se instaló buscó una alternativa para seguir en contacto con la música, es algo que la acompaña desde niña y sin lugar a dudas no estaba en sus planes sacar el aspecto musical de su vida. La música es algo que no puedo dejar perder, esté donde esté no la puedo abandonar, es algo que se incorpora a ti, se vuelve una necesidad física y mental. El cuerpo me pide estar en conexión con el arte. Al llegar a la capital boyacense el primer lugar que visitó fue la sección de actividades culturales de la Universidad, averiguando si existía un grupo de música y cómo podría incorporarse a éste. Yo fui como a cualquier convocatoria, presenté mi audición, iba en la mitad de la canción y el profesor Jackson me dijo que parara, y me llamaron, monté unas canciones con el grupo, y canté en la bienvenida para los nuevos estudiantes. Fue un honor pararme en la tarima con ellos, siendo yo de primer semestre, una experiencia chévere. Son cuatro años los que Yenny lleva cantando con el grupo de música contemporánea de la Universidad, sus compañeros le dicen la “estrellita”, de una manera chistosa y tierna, son solo dos mujeres en el grupo, éste se ha fortalecido en el transcurso del tiempo, demostrando sus aptitudes en las presentaciones. Uno entrega ideas y emociones solo esperando los aplausos y agradecimiento del público, porque es el máximo regalo para un artista.
Música para el alma
Esa experiencia es difícil, porque uno llega y encuentra un nivel altísimo, fuerte, no solo en la parte intelectual, si no en la parte instrumental. Yo tenía ocho años, pero otros niños de esa edad ahí eran superdotados, yo solo amaba la música y sentía en mi cuerpo la necesidad de tocar un instrumento y cantar. Pertenecer a este grupo sin duda enriqueció su campo profesional, a tan corta edad Yenny había logrado muchas cosas, cambió muñecas por pentagramas y partituras. Uno no nace aprendido, sí, se nace con la vena artística, pero eso se desarrolla, la gente le inyecta a uno conocimiento.
pero a pesar de su buen desempeño, se dio cuenta que no era lo suyo, no le apasionaba, y decidió regresar a Yopal al ver que a sus padres no les molestó esa decisión. Pensé en mí y en mis deseos de aprender y desenvolverme en lo que yo quería.
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Comenzando el 2011,Yenny empezó a sufrir unos fuertes dolores de cabeza, pero no eran comunes, debido a que el dolor se concentraba en la mitad. Ella padece de asma, y en ocasiones cuando sus defensas disminuían se presentaban ataques y debía acudir a la clínica. Esto empezó a preocuparla y decidió asistir al médico. En un momento pensaron que se trataba de migraña y el médico le recetó medicamentos para eso y además le ordenó una tomografía axial computarizada (tac) para descartar cualquier anomalía ya que eso no era normal. Ella no lo realizó y dejó de prestarle atención debido a que no eran frecuentes. Yo hacía mucho ejercicio, montaba bicicleta, y era muy activa, pero en ocasiones me sentía agotada, y ahí aparecía el dolor. Nunca me hice ese tac, me pareció que no tenía nada grave. Hoy en el fondo algo me dice que no quería descubrir nada malo, no quería que me dijeran algo que no quería escuchar. Eso sucedió en unas vacaciones en Yopal, ella piensa que a raíz de las trasnochadas haciendo trabajos y el estrés se produjo ese mal. El 17 de mayo del 2011 acudió a la clínica Medilaser en Tunja, por una crisis asmática, en ese momento los médicos se dieron cuenta que a Yenny le ocurría algo más. No tenía seguro, por azares de la vida y problemas con su papá, en ese momento se encontraba sin respaldo, así que todas las citas y medicamentos se pagaban de forma particular. El médico me dijo que lo que pasaba no era normal, no me subía aire a la cabeza, debía hacerme muchos exámenes. Lo primero que le ordenaron fue un tac y después un electrocardiograma, para ello debía ir a Bogotá y lo siguiente sería la larga espera por los resultados. El resultado del examen fue contundente. Masa cancerosa a nivel occipital, la vida de Yenny cambió rotundamente, su diario vivir ya no sería el mismo. Los médicos le ofrecieron diversos métodos de tratamiento. Esa masa no era maligna, pero como cualquier cáncer, si no se le trata se expande, el problema era que si se cortaba de raíz se pondría en peligro su visión, debido a la cercanía con los nervios oculares. Así que optaron por las quimioterapias y radioterapias, el miedo de Yenny se intensificó, no tenía seguro y tampoco quería contar con sus papás, hizo todo con la mayor discreción y pagó todo con unos ahorros que había hecho durante toda su vida. Mi mamá nunca supo lo que me pasaba, sino mucho después, porque yo sentía que podía salir de esa situación por mis propios medios, no quería que me trataran como una persona diferente, simplemente no quería sentir lástima de ninguna clase. Ese era su miedo más grande, por esa
VALENTíA PASIón TEMPLANZA CORAJE razón ocultó lo sucedido mucho tiempo, y durante los procesos de las terapias y las citas médicas no tuvo el apoyo de nadie, viajaba sola y mentía para ocultarlo todo. Conocí a una persona en ese momento de mi vida, se convirtió en mi pareja, pero yo no sentía la confianza para contarle lo que estaba pasando. En ese sentido me encontraba sola. Si tenía que decir mentiras lo hacía para tapar todo lo que sucedía, por miedo a perder a esa persona o que sintiera lástima por mí. Solo asistió a siete terapias, se debía trasladar a Bogotá para realizar las quimioterapias, el proceso fue doloroso, perdió casi catorce kilos, el cabello se le cayó. Solo asistí a esas sesiones porque sentía que si seguía yendo a eso me iba a morir más rápido, eso me debilitaba.
www.1unpretexto.com Tuvo que pasar mucho tiempo para que Yenny decidiera decir la verdad y contarle a las personas cercanas lo que estaba pasando. Habló con su mamá y le mostró la historia clínica, ella decidió contar todo porque pensó que tal vez no iba a sobrevivir, la soledad y el silencio además del cáncer la estaban matando lentamente. Mi mamá se puso muy triste y desconsolada, decepcionada con la poca confianza. La relación con su papá era distante debido al divorcio, de todas formas ella también optó por contarle acerca de su enfermedad, sin lugar a dudas ellos le brindaron todo el apoyo. En ese momento no importa lo económico, lo que hay que pagar, importa lo moral, y eso no se sintió, mi papá creía que todo lo podía manejar con la plata. A raíz de una crisis de asma decidió hablar con su pareja, quien, por el contrario como ella pensaba, le dio todo su apoyo y su amor.
Este año, un lunes en la tarde en la Universidad, Yenny se encontraba en clase de inglés y se empezó a sentir muy mal, las piernas le temblaban, se estaba quedando sin aire, rápidamente salió del aula de clase y sacó fuerzas de donde no tenía para llamar a una amiga, de inmediato la llevaron a la clínica Medilaser y esperaron a que le tomaran unos exámenes. Sufrió un paro respiratorio, en su historia clínica aparecían los antecedentes de la masa cancerosa, por ello esperaron los resultados para descartar algo relacionado con el cáncer. Me hacen ese tac, y las cosas no salen bien, sigue apareciendo esa masa. De una vez me puse mal, no puedo negar que pensé en morirme; pero creo que si estoy aquí, es porque todavía me quedan muchas cosas por hacer, cosas importantes. La música y los proyectos que tengo, que sueño y que en este momento solo pienso en hacerlos realidad me llenan de vida.
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Este proceso duró aproximadamente un año y medio, la última intervención por la que pasó fue una radiación, la función del láser es desgastar esas células de la masa, fueron tres sesiones en las que trataron de eliminar las células. Decidí dejar todo eso a un lado, me sentí mejor, y creía que si seguía con esos tratamientos tal vez me empeoraría. Los médicos me dijeron que de todas formas esa masa iba a seguir ahí, que debía persistir con los tratamientos, pero yo no quise, no quería perder mi pareja, el sentirme enferma me impedía hacer muchas cosas, no quería estar sometida a terapias, me sentía bien y dejé todo eso.
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La música fue su motivo para seguir adelante, es su pasión, tanto que en su cuerpo lleva rastros de ella, un tatuaje en su ante brazo izquierdo con un pentagrama musical que incluye las iniciales de su pareja y las de ella. Quería no solo llevar la música en mi sangre, sino también en mi cuerpo.
Últimamente la estabilidad emocional no ha sido la mejor, y debido a eso me siento tan agotada, lo que ocasiona muchas cosas en mi cuerpo y las crisis asmáticas volvieron a aparecer.
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Maria Camila Díaz Cardenas mediaz@uniboyaca.edu.co @lamariadiaz
Quienes somos hoy, es el resultado de una serie de hechos que marcaron nuestra vida. Un dictamen médico cambió las ilusiones de una joven cantante. A quien la batalla contra la enfermedad le enseñó que el camino hacia la realización de sus sueños es más complejo de lo que se imaginaba.
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Tocar la guitarra o cantar una canción así le duela la cabeza la hace feliz, dar un concierto, interpretar, tocar acordes, logra liberarla de dolores y vacíos que siente en su interior. Nunca deja de pensar que algo de ese cáncer sigue en su cuerpo, por ello sus ansias por aprovechar el tiempo se incrementaron, empezó a enseñar música a niños en veredas aledañas a Tunja, a dar clases de técnica vocal en la Universidad, y adoptó un pasatiempo que se volvió importante para ella: la cocina.
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Corazón Sureño En Colombia, los enfrentamientos entre integrantes de las barras fanáticas de los equipos de fútbol, han dejado una estadística significativa de muertes y disturbios en las principales ciudades de nuestro país, esta historia refleja el fanatismo de una joven barrista del equipo de Nacional, quien vive en Las Nieves, un barrio de clase media de la ciudad de Tunja, y quien dice llevar en el corazón y en la piel el amor por su equipo, como lo revelan las cicatrices producto de un enfrentamiento con miembros fanáticos de otro conjunto. Recursos cross media / Accede: en : www.1unpretexto.com Lectura: ¨ Corazón Sureño¨
Adrián Leonardo Tobar
Galería de imágenes Audio 1: ¨El ftubol una pasión¨ Audio 2: ¨Los del sur en Tunja¨ Audio 3: ¨La banda pirata¨ Audio 4: ¨Cuando cantan los del sur¨
Lectura Daniela Díaz Barbosa
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www.1unpretexto.com Esas puñaladas lo único que hicieron fue alimentar más mis ansias por alentar y acompañar a mi equipo por cuanta ciudad se pueda; finalmente Nacional juega de local en todo el país. Después del 29 de enero del 2012, tarde de humillaciones, golpes, insultos y las cuchilladas que la dejaron en el hospital, Andrea afirma que su amor por aquel equipo de fútbol colombiano sigue intacto y quizás cada vez más fuerte. Nacional es el amor más grande que tengo, acompañarlo es mi obligación. Comenta Andrea mientras recuerda que de sus 19 años, seis han sido de devoto y fervor seguimiento hacia su equipo. Si no puedo viajar es seguro que mi corazón esté acompañando al verde en el partido, si no es de cuerpo es de alma, pero ahí estoy. Si toca viajar en tractomula lo hago, prefiero la excursión, pero si subirme a una mula y aguantarme un largo viaje es la única forma de ver a Nacional y estar con él, lo hago.
Andrea pertenece a la conocida banda del Atlético Nacional llamada ‘Los del Sur’; esta es una de las barras más grandes que puede tener un equipo colombiano, tiene filiales en casi todo el país incluyendo a Tunja, La barra existe en Tunja desde el 2000 pero la dejaron ‘morir’, era un parche grande, yo no pertenecía a ella, eran unos muchachos que viajaban resto, más o menos unos veinte, pero por distintos motivos se fueron retirando, aunque el trapo de Tunja estuvo colgado en varias ciudades. Pero dejaron perder la barra. Entonces el renacimiento de ‘Los del Sur’ fue cuándo Antraz, un amigo, me dijo que empezáramos a viajar e ir a los partidos y entonces me animé, al principio era fuerte porque solo íbamos a las reuniones los dos, después se fueron integrando más pelados, hasta que Antraz por distintos motivos no pudo volver y prácticamente me tocó coger las riendas de la barra a mí, había un gran problema, los paisas, pues como son, por decirlo así, los jefes y de alguna forma son súper machistas, no permitían, no les gustaba que una mujer estuviese al frente de la barra y ahí fue cuando llegó Dairo a la banda. Andrea manifiesta que gracias a Dairo la ciudad de Tunja ha sido representada en distintos lugares no sólo de Colombia sino también del mundo. Él tomó el liderato
Todos los equipos de fútbol tienen su respectiva banda de apoyo, ésta es mal llamada ‘Barra brava’, ellos se encargan de colgar los ‘trapos’ en el estadio, son el mayor soporte emotivo del equipo porque llevan la instrumental y desde el más profundo sentimiento de su alma gritan los cantos populares propios de cada grupo de aficionados. Sentir el resonar de las trompetas, el fuerte zumbido de los bombos, los repiques de los redoblantes, las voces a punto de romperse de emoción y sin dejar a un lado los fuegos artificiales que pintan el estadio de colores, es lo que fácilmente lleva a quienes algún día deciden iniciar una vida de devoción hacia un equipo de fútbol, se enamoren desde el primer instante; en todo el estadio se vive la pasión del fútbol pero la fiesta como tal, con música y todos los juguetes, solamente en la tribuna popular. Andrea explica que la tribuna popular es en la que se ubican las barras más seguidoras y devotas o mal señaladas ‘Barras bravas’; esas barras son las que tienen como objetivo acabar o erradicar a todo miembro de una hinchada oponente y en realidad a ‘La Hichada Popular’ no le interesa mucho eso y por lo tanto se autodenomina precisamente así; ‘Hinchada Popular’, a quienes sólo les importa alentar a su equipo y darle todo el amor posible. La tribuna popular es donde se ubica la gente más común en la atmósfera barrista, es la tribuna que nunca se calla, es donde están las distintas filiales y las distintas bandas, la instrumental. Cuando un barrista de cualquier equipo programa un viaje a una ciudad ajena a la suya, comúnmente su intención va a ser llegar a la tribuna popular, viajando de particular, en excursión, o en lo que el camino vaya deparando. Así sea en tractomula, como lo hacen los piratas. La ‘Banda Pirata’ Esos son unos completos guerreros, casi todas las barras tienen grupos de muchachos que viajan a ver a su equipo en las condiciones que se pueda, en lo primero que salga, en la mayoría de los casos viajan en mula, cada barra los define con algún nombre en particular, nosotros les decimos ‘La Banda Pirata’, en todas las ciudades hay piratas, cuando juega Nacional de muchos rincones del país llegan pelados de la banda, el que viaja en tractomula viaja de pirata. Esta Banda nació por el afán de los jóvenes que se veían apurados por acompañar al Atlético Nacional, pero quizá la falta de recursos económicos se los impedía, entonces optaron por viajar de ilegales en las mulas, a veces se pide permiso o también en algunos casos hay que ser algo agresivo o radical, Andrea agrega que los piratas en ocasiones se paran frente a las tractomulas haciendo una cadena humana impidiendo su avance, al momento que éstas paran acceden a comentarle
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Andrea expresa que el hecho de ser hincha de un equipo no tiene por qué afectar en las relaciones con otras personas que quizá sean de equipos adversarios. Mi mejor amiga es hincha y seguidora de Millonarios, uno de los rivales por historia de mi equipo, pero estos son temas que no se tocan para evitar discusiones. Su amiga Nancy sólo comenta que procuran no irse con muchas prendas tanto de Nacional como de Millonarios para ahorrarse incomodidades, pero de resto todo es armonía en esta relación, una cosa es el fútbol y otra muy diferente la amistad.
del grupo para reorganizarlo debido a que tenía apoyo en Medellín porque viajando fuera del país con la barra conoció a unos de los líderes a nivel nacional.
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al conductor su situación, en la mayoría de los casos, los barristas logran ser transportados, así sea colgándose del vehículo con maniobras sorprendentes. Viajar en mula no es tan fácil como muchos creen, es más peligroso de lo que se imaginan, la gente piensa que es sólo subirse a la mula como se pueda, ocultarse en ella y ya, pero no. Viajar en mula primero que nada es iniciar una travesía con un objetivo fijo pero para cumplirlo hay que someterse a bastantes riesgos, quien se lanza a éste desafío quiere llegar a tal ciudad y tal partido pero durante el transcurso se arriesga a distintos peligros como: caerse de la mula, ser descubierto y por lo tanto ser bajado agresivamente del vehículo, quedar votado en carretera, no llegar al partido, el mayor temor de los piratas es encontrarse en el recorrido con una barra de otro equipo, ya que se pueden ocasionar disputas, riñas o algo que simplemente dañe el propósito: llegar al partido; ese si es un peligro, es un gran problema, he sabido de historias en donde se les suben a los pelados a la mula y los perjudican, llegan hasta a matarlos, alguna vez supe de una nena que mataron con machete en una tractomula y pues al momento de caerse otra mula la cogió.
He viajado en tractomula dos veces en mi vida, una hasta Bogotá y otra hasta Bucaramanga; estos viajes tuvieron consigo distintas experiencias, especialmente el de Bucaramanga por la trayectoria extensa, fui con dos compañeros y por el hecho de ser hombres se les dificultaba el transporte, los conductores de las mulas decían que sí podían llevar a alguien, pero sólo a mí, por ser mujer me imagino. Pero también se le agradece a los buenos samaritanos que sin interés nos pegaban la arrastrada. Los viajes Para nosotros como padres de barristas son difíciles todas las ocasiones en las que tenemos que aceptar que nuestros hijos partan a viajes que traigan un peligro, a veces no es falta de autoridad, simplemente es aceptar los gustos de los jóvenes, dice la mamá de Andrea. Algunas veces me han reprochado mi labor como madre por permitirle a Andrea el ‘barrismo’, eso no quiere decir que no me preocupe o que no quiera lo mejor para mi hija, sólo significa que respeto las decisiones de ella y la apoyo. Si a los hijos no se les da apoyo en sus casas lo buscarán donde sea y eso puede ser peor. Yo no le puedo decir que no vaya a sus partidos porque muy seguramente no me hará caso, finalmente es lo que a ella le gusta.
www.1unpretexto.com Andrea ha conocido bastantes ciudades con el entusiasmo de acompañar a Nacional, Bogotá ha sido la que más veces la ha recibido, en total son 10 visitas a la capital, de hecho fue a la primera ciudad que viajó en un partido contra La Equidad en el año 2010. El partido era el 8 de mayo y como sólo había entrado unas 2 o 3 veces al estadio acá en Tunja, no me dejaban ir tan fácil y me tocó pedir permiso un mes antes del partido. Me dieron el permiso y pues yo no tenía plata pero iba con Antraz que era quien me motivaba a viajar y me mentalizó, él me dijo que me consiguiera veinte mil pesos y allá vendíamos dulces y pedíamos plata; entonces pues de una, sin embargo mis papás me dieron plata, para ellos era como irme de vacaciones y me dieron para no aguantar hambre, pero lo que me dieron me alcanzó para transportes, la boleta, y ya pare de contar.
La primera vez que entré a un estadio fui con mi hermano, hubo complicaciones, por ser menores de edad, también nos confundimos de tribuna y no entramos a la Sur, yo quería era entrar a esa, cuando vi que la gente empezó a entrar a Sur supe que eso era lo que yo debía hacer. Conocí varias personas y me llené de ganas por ir de cancha a cancha con el verde. Todas las ciudades que conozco tienen algo muy ‘chevere’ pero ufff ir a Medellín fue un sueño convertido en realidad, conocer el Atanasio fue lo mejor, además que mi primer viaje lejos fue a allá. No todo ha sido color de rosa en los viajes de Andrea, también hay experiencias de terror como una vez en la ciudad de Bucaramanga, nos cayeron los del Bucaramanga diciéndonos que si éramos muy sureños entonces ¿cómo era?, nos dijeron ‘pirobos’ la mala, solo Bucaramanga, nos sacaron los cuchillos, parecía que nos querían joder, finalmente algo pasó, estábamos metidos en un local y no sé ni cómo pudimos salir de esa. Después en otro lado nos volvieron a caer otros, uno se quedó mirándonos y nos dijo: ábranse de acá que los vamos a pelar, ellos querían robarnos, nosotros no les hicimos caso de irnos, y uno nos dijo: ¡ah! es que no nos creen. De una nos sacaron el fierro, nos apuntaron con el revólver, nos quitaron las cosas, nos dijeron que en cinco minutos pasaban y que si no nos habíamos ido nos mataban, se subieron a la moto; allá mucha gente anda en moto, y bueno nosotros nos fuimos de ahí. “Los del Sur, Los del Sur, somos Los del Sur” Escuchar el cántico de ‘Los del Sur’ es algo que estremece en su totalidad a Andrea, ella comenta que es como la firma de un artista, como escuchar en el mundial el Himno de Colombia, este canto simplemente los identifica, como si fuera su presentación hacia las demás personas que se encuentran en el estadio, también para que la otra barra se dé cuenta que están presentes, que el equipo vea que ellos están ahí nuevamente y como siempre acompañándolo. Andrea dice que Nacional no solamente tiene como hinchada a Los del Sur, también hay otra barra famosa en los estadios llamada ‘La Nación Verdolaga’. Es un grupo de hinchas que paradójicamente viajan a algunas ciudades pero a Medellín no, ellos no pueden estar allí por el hecho de que son una barra prácticamente revolucionaria que quizá no estuvo de acuerdo con ideales y conductas de ‘Los del Sur’, por ese motivo decidieron organizarse y empezar a apoyar por su cuenta al verde. Es muy extraño pensar que siendo hinchas del mismo equipo no se lleven buenas relaciones. Simplemente con la hinchada de Nacional los paisas tienen el poder, a ellos hay que pedirles los permisos y los de la ‘Nación’ no estaban de acuerdo con esto, no querían tener que rendirles cuentas.
Corazón sureño
Dependía de ellos conseguir el dinero ‘retacando’; pedir plata en la calle, esperando a ver si alguien arroja unos cuantos pesos. Antraz me enseñó a retacar prácticamente, porque obvio a uno al principio le da pena pedir monedas, él era el que hablaba con los conductores de los buses para irnos más barato, nos lleva-
ban en el camarote, algo duro pero que valía la pena si lo vemos desde el punto de vista que nos llevaban en diez mil pesos a cada uno.
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“Cuando canta la sur, cuando canta un sureño se escucha una voz allá arriba en el cielo no lo vamos a olvidar, siempre lo recordaremos la sur canta para vos y mi amigo desde el cielo”
Esto puede parecer un imperio extraño, pero ‘Los del Sur’ afirman que pertenecen a esta barra porque simplemente es más organizada y más legendaria. Es una barra por la que varios integrantes se atreven a dar su vida y al decir, dar su vida, se habla en forma literal. Andrea ha conocido casos de personas asesinadas por cuestiones de barras, pero hay una historia en particular que pone sus ojos cristalinos de tristeza cada vez que la recuerda; su amigo Varela. Varelita era una súper persona, era un amor, era un amigo de Bogotá que simplemente por estar mal parqueado un lunes a la madrugada me lo mataron. A este joven de veintidós años, le propinaron una puñalada letal en uno de sus pulmones, esto ocurrió el 4 de Junio del 2012 en un barrio localizado en el sur de la capital del país. El funeral de Varela no ha sido el único que infortunadamente Andrea ha tenido que presenciar. En Tunja también tuvo una amarga experiencia al perder a uno de los integrantes de la barra, un adolescente de dieciséis años, su asesinato fue con arma blanca y de igual manera que a Varela, con una puñalada. Fue un día muy triste, a mí se me salían las lágrimas cantándole, le cantaba re duro como para que me escuchara en el cielo, cantamos mucho, muchísimo, todos los cánticos que le tenemos a la banda inmortal. “Cuando canta la sur, cuando canta un sureño se escucha una voz allá arriba en el cielo no lo vamos a olvidar, siempre lo recordaremos la sur canta para vos y mi amigo desde el cielo”
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Íbamos a eso de las tres de la tarde dándonos una vuelta con un amigo de la banda, los del Chicó se reunían antes de los partidos en la Plazoleta de Las Nieves, aunque no era domingo de fútbol allí estaban en sus reuniones habituales, yo varías veces, en días anteriores había pasado pintada de verde totalmente y no me hacían nada, porque igual sabían que yo vivía por ahí. Pero ese día no fue igual, nos vimos desde lejanas distancias y confieso que sí iba con las ganas de encontrármelos, pero hasta ahí, no pasaba de la intención de analizarnos y ya, como era costumbre.
Al principio nos estábamos tratando mal, me decían que ahora sí, que yo ya los tenía ‘mamados’ y que me iban a romper, pero a pesar de todo ninguno iniciaba pegándome. La cosa es que uno de ellos ya había cuadrado la pelea entre él y mi amigo, supuestamente a mí me tocaba pegarme con una nena, pero entre tanto revuelto, hubo confusiones y uno de ellos se tiró a golpearme, ahí si empezó todo, no tengo muy claras las cosas, me pegaron y en un momento caí, cuando me paré sólo recuerdo venir hacia mí, el cuchillo de mango blanco, como de carnicería, hice lo que pude por cubrirme, en el momento estuve confundida, era mucha bulla y alaridos, de repente sólo vi que se alejaron y reaccioné viéndome la camiseta llena de sangre, mi camiseta del verde llena de sangre, no lo podía creer, en el instante recordaba lo que sabía de personas apuñaladas y caía en cuenta de que ahora era yo, yo era la perjudicada.
Después de eso, Andrea le dijo a la dueña de un local que por favor le prestara algo para limpiarse, luego por petición suya igualmente se le hizo el llamado a una ambulancia que la trasladó de inmediato al hospital San Rafael, apenas ingresó sufrió un desmayo en el que duró dos o tres minutos inconsciente. El dictamen médico daba como herida más grave la del omoplato con una profundidad no mayor a los cinco centímetros, fueron necesarios cuatro puntos de sutura externos y otros dos internos. En la pierna se le proporcionaron tres puntos más, igual que en la mano. La pérdida de sangre no fue trascendental, tan pronto le cosieron los cortes y antes de caer en un segundo desmayo, Andrea recuerda que sólo pensaba y temía a una cosa: que sus padres no la dejaran volver a ver jugar a Nacional.
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La decisión estaba tomada y la acción estaba hecha, Andrea y su amigo no se dieron cuenta del momento en que los hinchas del Chicó se les perdieron de vista, igual la intención era evitar problemas fuertes, entonces optaron por la salida más plausible, irse del lugar, para desgracia de ellos, el otro grupo de jóvenes ya les estaban haciendo ‘casería’ como lo había dicho el amigo de Andrea. Y así fue, cuando se dieron cuenta ya estaban envueltos en un ambiente de insultos y provocaciones, ellos obviamente sabían en el lío que estaban metidos pero no mostraban intimidación alguna, contrario a eso, se mantenían firmes y bien parados.
Los del Chicó salieron a correr y se perdieron, yo quedé ahí, con intención de irme detrás, pero la impresión seguía invadiéndome. Empecé a sentir muy caliente la espalda, me toqué y ya estaba casi empapada de sangre, esa fue en el omoplato izquierdo; hasta ahí pensé que había sido sólo una. De pronto sentí en la mano derecha como un ardor y cuando me vi tenía una cortada profunda, no salía mucha sangre pero igual se me veía la carne, creo que ahí me cortaron varias capas de la piel. Pero eso no acababa ahí, como si fuera poco, analizando la situación en la que me encontraba, empecé a sentir un dolor en la pierna derecha cuando caminaba, y claro, era otra puñalada.
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Adrián Leonardo Tobar altobar@uniboyaca.edu.co @tigraonago
Explorar este tema fue aventurarme en un viaje donde en cada estación encontraba relatos que incitaban mi curiosidad. A Andrea, integrante de Los del Sur, una barra del Club Atlético Nacional la conocí casualmente en un evento de Rap y quedé consternado cuando supe que era la protagonista de tantas historias que había escuchado en la calle sobre gente que pertenecía a las barras. Esta vez fue diferente quería conocer detalles, y contar su historia.
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La tarde de las ‘puñaladas’ La experiencia más amarga de Andrea ha sido en Tunja, la vez que peor le ha ido y seguramente que más en riesgo ha estado su integridad, esto sucedió a menos de cinco cuadras de su casa en un pleito con los hinchas del Boyacá Chicó Fútbol Club, donde le pegaron tres puñaladas en distintas partes de su cuerpo.
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Tres veces poeta El viaje empieza cuando nace el artista, y el viaje de María del Pilar Paramero inició hace varios años, en el Cocuy-Boyacá. A través de este texto, es satisfactorio conocer a una persona tan sencilla y humilde que en cada uno de sus versos plasma un pedazo de su alma, de su esencia, una persona que le da importancia a la naturaleza, a los animales, a nuestra raza, a lo nuestro. Leer sus poemas es una verdadera travesía de un viaje que ella inició hace años y que aún no termina.
Recursos cross media / Accede: en : www.1unpretexto.com Lectura: ¨ Tres veces poeta¨ Galería de imágenes Audio 1: ¨La infancia y la familia¨ Audio 2: ¨Un elogio diferente ¨ Audio 3: ¨La vida en el ancianato¨ Audio 4: ¨La polilla ¨
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Lectura Adriana Ariza Fontecha
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poeta três vezes
Tres veces poeta
poete trois fois Dayanna Catalina Uribe
Tres veces poeta
Yo no vivo de la poesía, yo vivo para la poesía, María del Pilar Paramero. En el jardín principal del ancianato de Tunja hay tres mesas con sillas de metal y en la última de éstas, hacia el fondo, se encontraba sentada María del Pilar. El helado viento característico de Tunja, aquella tarde se apoderaba de los habitantes del ancianato. No era una tarde como cualquier otra, sería la tarde que conocería a un ser humano particular, a una poeta inigualable, conocería a María del Pilar Paramero. No me explicaba qué hacía en ese lugar una poeta como ella, con tanta experiencia y larga trayectoria, pero muy pronto lo entendería. Oírla cuando canta poemas es como leer el arroyo claro a la orilla del que nos hemos sentado. Su voz como su escritura, es cristalina, no por inocencia sino por esencia de mujer madura que ha encontrado en sí misma su fuente. Nuestros ecos la habitan, como la habita la luz de las más lejanas estrellas. Así describe la poetisa Agueda Pizarro de Rayo, el trabajo de María del Pilar Paramero.
María del Pilar es una hija más del Cocuy-Boyacá, nació en 1948; aprendió a leer a los 5 años y empezó a escribir a los 7 años. Cuenta que en su casa tenían la costumbre de leer y así aprendió a escribir y sobre todo a escuchar a los demás; su padre era agricultor, leía mucho, con buena pronunciación, con buen lenguaje y su madre era ama de casa, a pesar de no tener mucho dinero habían conocido la cultura de muchos lugares por medio de la lectura y eso es algo que hoy agradece. La casa de los abuelos era de grandes corredores, había un cuarto donde se guardaban las enjalmas y los aperos, yo en mi poesía cuento que era un cuarto de enjalmas, terrible que hoy en pleno siglo XXI se haya desaparecido todo eso, lo dejamos desaparecer, el televisor remplazó al abuelo de hoy en día, las costumbres se han perdido por completo; antes en la casa del abuelo, después de la comida nos reuníamos los nietos en el corredor, y nos sentábamos alrededor de él en espera de una nueva historia que nos sorprendiera, y el abuelo contaba de sus viajes, de sus travesías, de las experiencias y de los recuerdos que tenía, y uno escuchaba entretenidamente, comenta María del Pilar.
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De un momento a otro, la poeta desvía su mirada hacia un lado del jardín, guarda silencio, se sumerge en sus recuerdos y cambia por completo; es otra María del Pilar, su rostro se ilumina, su mirada adquiere un brillo especial y de repente empieza a declamar: El cuarto de enjalmas en la casa del abuelo, que fuera santuario de mi fantasía, allí se contaban cuentos y leyendas, historias de arrieros que nunca volvieron, que los extraña aun la travesía, allí soñé con ir al viejo Caldas, al ardiente Tolima, al sur del Huila, a la verde esmeralda de la Orinoquía, al valle de Ubaté y a la Guajira. Nunca me gustó la aritmética y cuando la maestra Aurita León empezaba a garabatear en el tablero yo me aburría, sentía que el tiempo no pasaba, la escuchaba hablar cada vez más lejos, lo único en que pensaba era en salir, y en una de esas clases escribí mi primer poema, empecé a escribir y a escribir y cuando me di cuenta había escrito una cuartilla completa. En ese momento la maestra pidió los cuadernos para calificar los ejercicios que habíamos realizado en clase; y yo toda asustada pasé mi escrito, la maestra lo miró y me preguntó de quién era ese escrito, yo le dije que era mío y me dijo que me esperaba a la salida en la puerta para hablar con mis padres. La maestra estaba en la puerta y me preguntó qué era lo que había escrito, le dije que lo que se me vino a la cabeza; me acuerdo que me dijo: -cuando llegue a la casa dígale a su papá que lo necesito, -le dije, me va a regañar, -y ella me dijo que no. La maestra habló con su padre sobre el escrito, pues le había parecido sensacional, desde ese día la maestra le puso mucho cuidado a sus textos, notaba su aburrimiento con los números, Me decía: escriba, escriba y después me muestra. Mi primer poema era de un niño que tenía un burrito chiquito, a mí me gustaba el burrito y yo se lo cambiaba por algo, por canastos de frutas o de tomates, yo se los cambiaba por el burrito. Sus padres se separaron y a pesar de amar las letras no apoyaban el sueño de María del Pilar de ser poeta, ellos creían que era perder tiempo y plata; por eso ella se fue de la casa y empezó a responder por sí misma. Yo tuve que trabajar a los 13 años, yo trabajaba y estudiaba y pagaba mi arriendo y mi comida, vivía sola con mi tía, pero es como vivir uno solo, por eso me casé muy temprano.
www.1unpretexto.com Ella trabajó con una señora que tenía una academia de bordados; en la escuela aprendió a bordar divinamente por eso la empleó. Eso sí me sacó el jugo, bordaba hasta la madrugada; tenía trabajo, podía estudiar y tenía mi techo y mi comida, entonces uno es responsable en sus cosas. A los 15 años ya era una mujer madura y por eso decidió casarse y formar un hogar, estuvo embarazada pero desafortunadamente perdió su hijo, y 15 años después se separó. Enfrentó diferentes estados de ánimo, no sabía qué hacer, de una u otra manera se derrumbó el proyecto de vida que había formado, era empezar de nuevo. La poesía siempre ha estado conmigo, recién separada tenía o para una hoja de papel o para un pan, y optaba por el pan; entonces uno tiene que ser muy drástico, uno tiene que decir si es por aquí o por allá.
Ese fue el primer elogio a mi poesía, porque yo siempre trato de ser muy puntual, tener un sentido de pertenencia pero arraigado y querer uno su tierra, conocerla palmo a palmo, sus costumbres, su cultura, todo lo que pertenezca a la tierra para mí es interesante, por eso los temas de la tierra son… Eso es tener uno sentido de pertenencia. Para escribir hay que ser humilde y para ser humilde hay que tener grandeza. La sencillez de los poemas es tener la sensibilidad de lograr de una cosa pequeña, algo grande y decirlo todo. Una vez el doctor Manuel Zapata Olivella, me dijo qué poema tan hermoso, no he escuchado algo tan grande sobre la tierra. En 1993 ganó una mención de honor del Museo Rayo por su obra Voces Calladas; y en 1994 ganó el tercer lugar con su obra Alas. María del Pilar nunca se rindió, hasta que en 1995 ganó el Premio Nacional de Poesía Museo Rayo, este encuentro se realizó con 217 mujeres de todo el país, ella se presentó con su obra Estallido. Los versos de María del Pilar, son como un rito primitivo de la voz y del idioma, de amaneceres y crepúsculos, expresó para esa época Enrique Medina Flórez. Alguien me preguntó qué sentía yo cuando el recital me aplaudía, y respondí que cambiaría todos los aplausos por la vieja pizarra donde escribí mamá. El maestro Omar Rayo se paró y dijo poeta tres veces poeta. Ganar ese premio fue muy importante, fue demostrarse a ella misma que la poesía era su camino, era su destino y que
La escritora realizó el lanzamiento de su libro “Estallido”, en la Casa del Fundador en Tunja. Me gusta la poesía a la tierra, a la raza, a lo nuestro, tener los pies en la tierra; y eso es lo que expresa en sus poemas. Me marcó Pablo Neruda, hablaba de la guerra, la libertad, era un estilo diferente, además describe en cada uno de sus poemas detalles que los hacen ser íntimos, todo tiene importancia para él hasta una hoja de un árbol. Me gusta la poesía libre. En el 2004 realicé un Diplomado en derechos humanos, en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Dios me ha dado licencia de conocer la tierra, he paseado en lancha y ver esa majestuosidad del agua, ver los pájaros que parecen mariposas, ver todos los árboles llenos de flores de colores y cuando va pasando la lancha resulta que vuelan los pájaros por todas partes, eso es emocionante. Por ejemplo en el Chocó conocí las ciénagas, es otro mundo donde solo se escucha la naturaleza, anda la lancha despacito y las tortugas se acercan. Eso hace parte de mi alma, por eso cuando le preguntan a uno qué se puede escribir de una cosa tan sencilla como un animalito, no me gusta, porque un animalito hace parte de nosotros, así como una hoja o una flor. Después de obtener el premio de poesía, María del Pilar se dedicó a realizar labor educativa con niños; trabajaba la literatura infantil, y ofrecía talleres de literatura para jóvenes. Ella acudió a la Universidad de Boyacá, al programa de Comunicación Social, que era dirigido por la docente Ethna Romero, para compartir con los estudiantes su obra y contemplando la posibilidad de impartir talleres de poesía en la institución. La Universidad de Boyacá realizó un recital con ella, participó en la celebración del día del idioma durante dos años, y fue invitada en múltiples oportunidades como conferencista. Tuve el honor de conocerla en 1998, es una persona sensible, transparente; con su mirada, con sus palabras, con su sencillez habla, dice todo lo que siente, lo que piensa; es una mujer realmente dulce, no solamente con su poesía; sino también en su manera de ser tiene una gran sensibilidad social. Esa misma sensibilidad que se expresa en su poesía, se refleja en el día a día de María del Pilar Paramero, la mujer. Dice Ethna Romero.
Tres veces poeta
En 1991 estaba haciendo un taller en la casa Silva con Juan Manuel Roca, entonces le dijeron que se presentara en Roldanillo-Valle, porque tenía una buena obra, ellos la incitaron y finalmente la convencieron de mostrar todos los sentimientos que había reflejado en sus poemas; ese día se presentó con el poema de los arrieros. Festejando en una taberna que quedaba pegada al museo, uno de los periodistas le preguntó al maestro Rayo, cuál poema le había parecido más interesante y sin conocerla contestó que la señora que venía de Boyacá, la que había leído sobre un tema de arrieros.
allí conocería realmente la felicidad, conocería la sensación de estar extasiada por un gran sentimiento de orgullo y de prosperidad. Sentí emoción pero yo ya tenía esa seguridad de que iba a ganar, cuando llegué al museo dije vengo por el primer puesto y así fue. Ahorita ya lo veo como normal.
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María del Pilar recuerda que hace unos años en uno de sus viajes, encontró uno de sus poemas eróticos expuesto en una columna de una taberna, su relato se llena de orgullo y con una gran sonrisa en el rostro empieza a declamar: Navégame, alúname en silencio, navégame despacio, irísame de lluvia flor adentro de mi piel. Semíllame de nidos, coséchame de nubes, y cuando el alba asome navégame otra vez. La conocí en Roldanillo, en el encuentro de poetas. La poesía de ella es original, describe mucho la naturaleza, los pájaros, los colibrís y los indígenas. Es una muy buena escritora, tiene varios libros, le gusta el campo, le gusta vivir por allá en los pueblos, es única. Comenta la poeta y autora del himno de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Cecilia Jiménez de Suárez. Son dos mujeres en una, la María del Pilar tranquila y serena que habla de su vida y de sus experiencias como cualquier otra; y la María del Pilar poeta, que es una guerrera, a la que sus ojos le brillan cada vez que declama un poema, la que transmite emoción y hace sentir ganas de escuchar más y más poesía, la que regala en cada uno de sus versos un pedacito de su corazón. “Genes de Arcilla y Fuego” es uno de sus libros, y con un gran orgullo María del Pilar declama un fragmento de su obra: Esta mezcla de mi sangre se me sale de las manos, cuando le canto a mi raza me sale un verso gitano, hija del sol y Bachué nacida en la sierra andina, música llevo en la sangre del África o de la China, esta mezcla de mi sangre de flauta o de cante jondo, vuelo de gaviota errante, canario, mezcla de cóndor, ésta mezcla de mi sangre la heredé∫ sin saber cómo. Sufrió un pre infarto, ella vivía sola en un aparta estudio en Tunja, y por ese percance de salud se dio cuenta que necesitaba de alguien que estuviera pendiente de ella, alguien que la pudiera auxiliar; así que decidió en diciembre del 2012 ingresar al ancianato Hermanitas de los pobres en la misma ciudad. Me dije, me voy a vivir a una parte donde pueda estar segura, donde me gustaría pasar mis últimos minutos, días o años. Acá tengo mucha paz, a pesar de que hay muchas personas con diferentes costumbres a veces hay choques, pero todo depende de cómo uno viva o haya vivido; puedo tomar el sol, estar donde quiero, hay soledad. Comenta con una sensación de palidez.. Su estilo de vida de poeta intrépida y viajera cambió por completo, ahora tiene una nueva rutina, se levanta a las 5 de la mañana, se baña, arregla la alcoba dotada de una cama, una mesita de noche y el closet. Es bueno vivir donde uno tiene escasamente lo necesario, uno se llena de chécheres inútiles. Comenta; le gusta organizar y pensar qué va a realizar en el día; realiza artesanías originales, a las cuales les dedica su respectivo tiempo y proceso, le gusta realizar muñecos con pertenencia a la tierra, no solo los hace, sino que a cada uno de ellos los impregna de su esencia, sus materiales son ameros, acilla, lana, paja, entre otros; le gusta mucho la mano de obra, también participa en la jardinería, pues es amante de la naturaleza y de la tierra. Al ingresar voluntariamente al ancianato ella puede salir a la calle, hace sus
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En la parte de atrás de la casa la madre superiora me dejó un pedacito para arreglar, acá cada quien tiene su jardín para cuidar, la misa es a las 7 de la mañana, todos los días rezamos el rosario a las 5 de la tarde, no hay modo de aburrirse de ninguna manera, uno mismo reparte su tiempo. Para ella la soledad es indispensable. Me gusta escribir estando tranquila, tengo suficiente material, tengo dos libros publicados y 10 obras inéditas. De vez en cuando escribo, pero he ido repasando las obras porque uno tiene que estarlas repasando, a veces uno necesita retomar lo que ha escrito, ¿pero esto cómo lo escribí?, ¿a qué hora lo escribí?, ¿por qué lo escribí?; como la gente pregunta eso entonces uno cuando relee la obra vuelve a retomar como ese momento, no es escribir a montones y a montones.
Con su canción de la sierra, María del Pilar, ha descendido del Páramo hasta el fondo de la palabra viviente para sembrar en ella su profunda sensibilidad y así, cultivando su labranza poética de mujer boyacense, ha cosechado una obra artesanal verbal, donde florece el espíritu de la tierra y los elementos naturales vibran al unísono con el alma humana herida de belleza ante el milagro del cosmos, así describe Guillermo Velásquez Forero el libro Furatá de María del Pilar. (Antología de poesía, 1996). Lo mejor que le pudo haber pasado después de la poesía fue haber crecido en un hogar correcto, un hogar de buenas costumbres y escoger su camino, ser como un pájaro libre, buscando un alero para estar, pero libre. Yo no manejo el internet, me negué. Sus manos son uno de sus instrumentos primordiales, pues con ella pasa los manuscritos de sus poemas y con ellas plasma lo que siente. Mi poesía anda sola, yo marco con pata de tigre; asegura María del Pilar. Ethna Romero dice que el aporte de María del Pilar es infinito, que trasciende y se queda allí para siempre en el pueblo, y no solamente en las generaciones que la han conocido, sino que también en las generaciones futuras que seguramente tendrán la posibilidad de recrear, de disfrutar las mieles de su inspiración. Para escribir sólo necesito una idea sobre algo elemental, puede ser como cuando escribí el poema de la polilla, la cosa más elemental, una polilla que daba vueltas en la alcoba y no me dejaba dormir y se cru-
En el viejo ropero, donde tengo mi abrigo de los recuerdos, hace unas cuantas noches habita un pequeño fantasma, la señora polilla y su familia; en las noches cuando logro concentrarme, sobre el blanco papel donde toman forma las palabras, el pequeño fantasma ronda mi alcoba y se mete entre los libros y creo que se sabe mis versos de memoria. Releer es muy importante, una de las cosas que yo tengo en cuenta es que hay muchos poetas que escriben muy bonito pero no saben leer, eso es una cosa que hay que saber hacer y leer con el alma también, como con sentimiento. Es bueno mirar todo el auditorio cuando uno está leyendo, yo acostumbro a mirar de vez en cuando la cara de la gente entonces eso es un termómetro, uno ve que la gente está como expectante, por ejemplo en la lectura del premio nacional no se escuchaba el ruido de una mosca, la gente estaba toda pendiente. Eso lo vive uno porque es su trabajo por eso uno tiene que releer con el alma, no leer por leer. Los poetas nos podemos acabar, pero la poesía no se acaba, dice María del Pilar.
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En este momento de su vida ella no se arrepiente de nada porque ha tratado de vivir a su manera, como un pájaro libre. Con algo de por aquí voy entrando, pero yo tengo que saber cuál es la salida. No me siento derrotada a pesar de fracasar en el matrimonio; el fracasar en el matrimonio fue ganar espacio en mi vida, como ser libre pensadora, siempre así; agregó la Poeta.
zaba por todo lado para allá y para acá. Entonces dije, me voy a sentar aquí a ver qué va a hacer y dio vueltas hasta que se metió entre los libros y desapareció. Ese poema lo leyó una señora de Popayán muy letrada y le fascinó, me mandó a felicitar por medio del Espectador, me dijo que una persona tan sencilla que puede escribir sobre una cosa tan elemental como una polilla, puede hacer lo que sea. No se necesita una cosa sofisticada para poder escribir, uno escribe de lo más elemental. La creatividad del poeta tiene que estar ahí, no es que haya elementos especiales para que el poeta cree, el poeta es como una persona que tiene que estar aprovechando el momento.
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Dayanna Catalina Uribe dcuribe@uniboyaca.edu.co @DayannaCUribeC
Es difícil conocer realmente a una persona, pero es aún más difícil describir momentos, sentir emociones, saber que tenemos la responsabilidad de que esa vida de una u otra manera permanezca y no quede en el olvido. Para mí fue una fortuna conocer a María del Pilar Paramero, hablar con ella, escucharla declamar sus poemas y tener la certeza que nunca la voy a olvidar.
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diligencias, sale a poner correos o llamar a sus amigos que están lejos, intenta mantener su vida social activa. Hay es que avisar con tiempo en las comidas, son horarios que dan disciplina y buenas costumbres; agrega.
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Cuando algiuen se va, es porque ya se ha ido Boyacá es el segundo departamento con la tasa más alta de suicidios. Aunque desde la Secretaría de Salud se han adelantado estrategias para disminuir los porcentajes, la efectividad de las mismas queda en duda. Para el primer trimestre de este año 2013 los índices siguen siendo preocupantes, se han registrado casos de hombres y mujeres que decidieron auto acabar con su vida. La protagonista de esta historia planeó suicidarse durante casi tres años, y en el transcurso de ese tiempo no encontró una razón para desistir de la idea. La madre de esta joven, decide contar todo su drama con el fin de alertar a familias en situaciones similares.
Recursos cross media / Accede: en : www.1unpretexto.com Lectura: ¨ Cuando alguien se va es porque se ha ido¨ Galería de imágenes Audio 1: ¨ Quisiera no haber nacido¨ Pág: 37 Audio 2: ¨ Los jóvenes son extremistas¨ Pág: 38 Audio 3: ¨ Como padres sufrimos ¨ Pág: 38 Audio 4: ¨ Más allá de las estrellas¨ Pág: 39
Lectura Diego Molano Canti
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María Alejandra García Mi relación con Tatiana López, superó los límites de la amistad, éramos como hermanas. Siempre admiré su compromiso hacia lo que quería hacer. Nunca creí que fuera tan valiente o tan cobarde, al hacer lo que hizo, si no fuera porque reconozco su caligrafía en la carta, creería que no fue ella quien la escribió. “Siempre creí que no era importante, que mi vida giraba única y exclusivamente en torno a los demás, que si estaba viva era porque me lo ordenaban, mas no porque yo lo quisiera, había vivido 16 años de mi vida, pero la verdad como si no hubiese vivido ni uno. O es que ¿se le puede llamar vida a lo que yo tuve? Es que... ¿se puede decir que viví? Quisiera nunca haber nacido, cada noche antes de dormir y en las mañanas luego de despertar, deseaba ya estar muerta, amanecer muerta; en realidad era lo único que se me pasaba por la cabeza. Hoy 15 de enero de 2013 acabó. Anoche; no desee amanecer muerta hoy. Y esta mañana, tampoco lo hice; como era de costumbre desde ya hace 3 años.
Cuando alguien se va es porque ya se ha ido
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La madre de Tatiana con lágrimas en sus ojos, con la voz entre cortada y con sus manos temblorosas dice suave y dulcemente. Niña por favor no lea mas, ¿cómo es posible que una niña desde los trece años, dígame trece años, ya esté pensando en morir?, ha planeado esto hace tres años. En este momento, estamos sentadas una frente a la otra, sus lágrimas delatan el sentimiento, yo la miro, no sé qué hacer, qué decir, todas mis palabras están en mi garganta queriendo salir, pero no pueden, luego de un silencio prolongado, ella quiere continuar. En mi cabeza aún no cabe esa posibilidad, no quiero asimilarlo. Sí, sé que fui muy dura con ella, pero son cosas que los jóvenes no pueden comprender, solo cuando se tiene la oportunidad de ser padre, todo empieza a tener sentido. Ana, la madre de Tatiana continúa: Cuando yo era niña mi papá nunca me dejó salir de la casa, yo era la única mujer, tengo 6 hermanos hombres, y cuando yo estaba tan niña como mi hija, pensaba “mi papá es así porque no quiere que yo la cague”, eso era lo único que yo pensaba, pero en suicidarme jamás. Los jóvenes ahora piensan que si no salen, que si no están al lado de sus amigos, que si uno no los deja hacer una cosa o la otra, lo más fácil es irse de la casa o ir siempre a los extremos como es el caso de mi hija, siempre fue extremista. Cuando yo tenía 16 años la tuve a ella, y no fue nada fácil, el papá me abandonó cuando se enteró que yo estaba embarazada, mis papás tampoco me quisieron volver a ver, y todo fue muy duro, usted me dirá que por qué le cuento esto, tal vez no sea la historia más interesante, pero es la típica historia de una madre soltera y sin ayuda, que lo único que le importa es su hija. Yo no quiero que esto se quede aquí entre usted y yo, quiero que los demás jóvenes sepan esto, se den cuenta a través de mi voz que los que sufren con sus problemas no son únicamente ustedes, nosotros como padres sufrimos mucho más, ustedes se van de la casa y listo, se acabó el problema, pero para nosotros empieza el dilema: ¿Dónde están, por qué se fueron, qué he hecho mal? Son algunas de las preguntas que uno se empieza a hacer, y luego; a buscar se dijo. *** Es diferente cuando yo la leo, cada noche antes de dormir y en las mañanas cuando me levanto antes de hacer mis labores. Sé que me estoy haciendo más daño, pero no importa, cada vez que leo la carta escucho la voz de mi hija y eso es tal vez lo que me hace leerla todos los días, solo para escucharla a ella. Mejor sígame leyendo, escucharla a usted, es como escucharla a ella.
www.1unpretexto.com Antes de continuar leyendo, y mientras lograba concentrarme, le comenté que había ido al colegio y le conté lo que había dicho la profe Lula. Tatiana siempre fue buena estudiante, todos aquí nos hacemos la misma pregunta ¿qué pasó?, ella nunca fue conflictiva, y era muy calmada, siempre sonreía, pero; nadie sabe nada.
No quiero ser vagabunda, eso es lo que mi familia no entiende, solo quiero un poco de libertad, sé que no he vivido lo suficiente, pero si hasta el momento no me dejan hacer nada, no me imagino ya estando a punto de entrar a la universidad, ni me dejarán estudiar por temor a que me desjuicie…
Ana es enfática al aclarar. No es justo que yo me guarde esto solo para mí, habiendo tantas mamás que están pasando por la misma situación, pero no le había querido contar a nadie sobre la existencia de la carta, es mejor que la conozcan, así entenderán mi dolor. Pronto todos sabrán lo que pasó en realidad. La invito a que me acompañe al cementerio y vea que Tatiana la extraña a usted, tanto como a mí. Cuando voy a visitarla ella me habla, y me dice muchas cosas, ya verá cuando me acompañe. Pero ahora sí, siga leyendo hasta el final, ya no la interrumpo más.
Yo no quiero que me pase lo mismo que a mi mamá, nunca la dejaron salir, siempre estuvo como yo, oprimida, y ¿qué pasó en el menor de los descuidos? Se dejó encartar conmigo. Ella nunca supo qué era disfrutar la vida, qué era tener un novio, y la entiendo, pero por eso debería dejarme ver qué hay allá afuera, afuera de esta casa.
Solo pensaba en el hecho de si podía continuar hasta el final; pero sin más preámbulos continué:
Todo lo que dicen sobre las relaciones entre los padres y los hijos es mentira, se supone que tus padres son los que más te conocen, pero no es verdad. Las cosas más importantes que me han pasado en la vida mi mamá no lo sabe… cuando tenía aproximadamente 11 años, desde que me acuerdo, me quedaba mirando por la ventana las estrellas y me preguntaba qué había más allá, y si algún día podría ir, me gustaba imaginarme qué había fuera de mi casa, del colegio, y después de eso qué seguía, y así muchas veces, hasta que me invadía un terror extraño y sobrenatural y me daban ganas de lanzarme por la ventana… Pero nunca se lo dije a mi mamá. Ella no entiende nada, nunca lo entendió, y sé que después de irme no lo entenderá. Ella cree que puede controlarme cuando me dice: “o está aquí antes de tal hora o ya sabe lo que le pasa”, como si durante ese tiempo que estoy afuera de mi casa no pudiera hacer todo a lo que ella le tiene miedo. ¿Por qué le preocupa tanto que su hija viva algo que ella también quiere o quiso? ¿Por qué le preocupa tanto que me metan un pedacito de carne entre las piernas?, es el único pretexto para no sentirme sola, solo quiero un poco de ternura y cariño. ¿Y si no me lo dan en mi casa? ¿A dónde más puedo ir?
Antes de irme, quiero decirle que a pesar de todo la quiero, y que gracias por todo… desde allá arriba, o abajo, donde quiera que yo vaya, usted estará en mis pensamientos y si es verdad, que después de morir se pueden cuidar a las personas, pues yo la cuidaré, y haré que cambie su forma de ver el mundo. Dígale a la “alita” que la quiero, y que gracias por todos sus consejos y su compañía siempre, que también guiaré sus pasos, que quiero verla en la pantalla gigante algún día, y que luche por sus sueños siempre. Mi Bffa (best friend forever) la adoro. Bueno, llegó el momento, ya voy a salir, sí, tengo muchos nervios, no puedo negarlo, pero es lo mejor. Después de que me vaya, no quiero que lloren, ¿para qué llorar cuando a quien hicieron llorar cuando estaba aquí, fue a mí? Tengo una mezcla que sé que no me va a fallar, iré escribiendo cada cosa que me ocurra para que usted mamá que es la primera que va a leer esto sepa qué me pasó. No sé que más mezcle, lo único que sé es que todo decía peligro, las manos ya me empiezan a temblar, ya ni puedo escribir, pero como dicen por ahí, pa’ arriba, pa’ abajo, pal centro y pa’ dentro. Sabe inmundo, no sé pero no me pasa nada, ya van 3 minutos y nada, bueno solo mis pies se me duermen, no los siento, creo que me estoy yendo, ay me arrepiento ya no quiero. Te amo mamá; te amo amiga y no se pero…”
Cuando alguien se va es porque ya se ha ido
En este momento la rabia me consume. Es que... ¿no importa ser la mejor en el colegio? ¿No importa durar toda tu pinche vida sirviéndole a toda tu familia? ¿Siempre tienen que oprimirme tanto?
Hoy llegó la hora, lo estuve pensando desde hace unos días, siempre le pedía a Dios que me llevara, que no quería vivir más, que por favor me quitara de este mundo sin sufrir ningún tipo de dolor, y nunca me hizo caso, es sordo, no escucha, no sé quién pudo inventar ese mito de que “Dios” es el todo poderoso, qué va, él no puede nada. Siempre pidiéndole lo mismo hasta que me tocó hacer a mí misma el trabajo.
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Es una invasión de llanto que brota sin parar, y ver al frente una madre destrozada por la partida de su única hija es realmente conmovedor, no puedo decir nada por miedo a que sea peor, un fuerte abrazo lo dice todo. Ella con su voz entre cortada me hace saber que quiere estar sola, pero quiere que en unos días la acompañe al cementerio donde según ella habla con su hija. Agarra fuertemente mi mano, y con sus mejillas rojas y llenas de lágrimas me dice: “Gracias”. *** Ana es una mujer de contextura gruesa, 32 años, un poco arrogante, ese martes 15 de enero, como era costumbre, había salido a las 4 de la mañana de su casa para vender unos pollos en la plaza de mercado, luego se fue a trabajar en una casa de familia, por lo tanto, se encontraría con Tatiana hasta en la noche. Cuando llegó a la casa, no encontró a su hija, empezó a buscarla, salió de allí y vio el cuarto de los líquidos cerrado, (siempre permanece abierto) empujó la puerta, y había algo que la trancaba, cuando se dio cuenta, era una pierna de Tatiana que estaba atravesada, ella abrió rápidamente y vio a su hija tirada en el suelo y sin signos vitales. Según le dijeron los médicos el cuerpo llevaba más de 4 horas ahí. Es la hora en que Ana no se explica cómo paso todo, si Tatiana era una niña sonriente, nada conflictiva, durante los 16 años siempre hizo cada cosa que su mamá le decía, una vez pensó en escaparse de la casa, pero Ana se dio cuenta y no lo permitió, siempre fue excelente en el colegio, no hubo queja ninguna sobre ella, solo era un poco asocial y permanecía distante en algunas ocasiones. A la salida de la casa, está ubicado el cuarto donde Ana encontró a su hija, la oscuridad de éste, hace que sea un poco temerario, es una habitación de aproximadamente tres metros de largo por dos de ancho, en este momento no hay ningún líquido, pero cuenta Ana que cuando la encontró habían muchos, ya que tiene frutales y necesita fungicidas y productos para la producción de éstos. Es donde Ana guarda todas las cosas que no puede tener dentro de la casa, como sal para el ganado, abonos para las plantas, fertilizantes y fungicidas. *** En el cementerio, tres días después de haber leído la carta, todo es muy raro, nunca había sentido algo parecido, pero hoy los nervios me persiguen, y cada paso se hace más pesado, no sé qué va a pasar allá adentro, todo es incierto. Ninguna de las dos hablábamos, solo caminábamos. Ana rompe ese silencio para saludar: “hija ya estoy aquí”. Fue como si en realidad su hija le hubiera respondido, pasó un frio que penetró cada una de las partes de mi cuerpo, fue muy raro; el terror me invadía, pero tenía curiosidad por saber si era verdad que Tatiana hablaba con ella. Nos arrodillamos al frente de la tumba y empezamos a orar. Ana dice:
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Hija tal y como lo prometí vine con tu amiga, háblale, ella está reunida con nosotras, leyó conmigo la carta y me sirvió mucho. Se dirige hacia mí diciendo: ¿si la escucha?, la está saludando, háblele, ella la escucha. Yo no escuchaba ni el más mínimo ruido, solo sentía que el frío era cada vez más penetrante, llegué a pensar que Ana simplemente se imaginaba que hablaba con Tatiana para sentirse acompañada. Mi cuerpo no quería dejar de temblar así yo no lo quisiera. Estaba realmente confundida, mientras tanto Ana le contaba a Tatiana lo que había hecho durante los días que no había ido a visitarla. Hice, esto, y lo otro… Bueno, sé que siempre has estado viéndome y acompañándome a donde voy, pero quiero saber qué piensas… sí, lo del negocito hay vamos, esperando a ver si sale… no sé, toca ir a preguntar dónde hacen eso… Bueno ahorita bajo a la floristería y te las compro, blancas como te gustan… Cuando alguien se va es porque ya se ha ido
Y ahí estaba Ana, entablando lo que parecía una conversación con Tatiana, pero en realidad era un monólogo, me invadieron los nervios y salí del cementerio acelerada. Cuando ella salió me dijo que Tatiana quería hablar conmigo a solas, y yo solo pensaba, es una madre desesperada, tal vez esté viendo lo que quiere ver, ¿cómo creerle o cómo no hacerlo? Y como si estuviera leyendo mis pensamientos afirmó: ¨Uno ve, lo que el corazón quiere ver¨.
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María Alejandra García. magarciag@uniboyaca.edu.co @AlejaGa2
Escribir es uno de los mejores placeres de la vida,qué mejor que tocar con letras lo que no podemos tocar con las manos, qué mejor música que las palabras. Finalmente, uno es lo que lee y lo que escribe.
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La dama de la aguja Explorar las costumbres y tradiciones de la década del veinte a partir de la vida de Rosa María Ortíz, es viajar en el tiempo, añorar algunas prácticas y a la vez asombrarse con los cambios, como los del oficio de sastre a lo que esta mujer dedicó toda su vida. Hoy setenta años después, muchos encuentran en su forma tradicional de confeccionar y de zurcir un sello individual, lo que ha mantenido vigente una actividad que en el siglo actual parece depender de un hilo.
Recursos cross media / Accede: en : www.1unpretexto.com Lectura: ¨ La dama de la aguja¨ Video 1:
¨Vigorelli vs Jusqvana¨
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Galería de imágenes Audio 1: ¨Fue la sastrería¨ Audio 2: ¨ Practicar en el periódico¨ Audio 2: ¨La marca indestructible¨ Audio 2: ¨Los gallitos ¨
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Lectura Nestor Suaterna Guarnizo Fotografías Laury Suárez
La dama de la Aguja Juan Carlos Vargas Franco
Un escritor cae preso ante la seducción del color del alma, cuando las puntadas que hilan las palabras se posan frente a él, y tejen el camino hacia la guillotina de su pluma. La historia de Rosa María es una de esas imprescindibles seducciones, de las que sólo florecen con el cultivo de los años, la redondez de las curvas y las horas invisibles de trabajo.
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La dama de la Aguja
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Los días a comienzos de los años treinta, para las Ortiz: Matilde, Lilia, Bertha, Marina, María Teresa y Rosa María, se agotaban entre el inapropiado sudor que despiertan los trayectos verticales y las horas de escuela. Para esa época los tableros de las aulas se guiaban según el proyecto educativo de la República liberal, propuesta de la presidencia de Enrique Olaya Herrera entre 1930 – 1934, que disponía la asistencia a la escuela como la oportunidad de formación en algún quehacer laboral. Las jornadas escolares se dividían entonces entre, la oposición que impone la barrera natural del cuerpo y el aprendizaje de la formación básica de las manualidades. La primera escuela, fue La Centenario en el barrio El Topo, luego vino el Instituto Politécnico de mujeres, lugar de incontables habitaciones y grandes corredores. Para las mujeres, en esa época las posibilidades de escuchar con libertad los susurros de la profesión eran inciertos, y elegir consistía más en un sufragio sin opción que prescribiría el destino de la vida. Con las manualidades uno tenía que escoger qué le llamaba la atención, había mimbre, modistería, tapicería y la sastrería. En ese tiempo eran los papás quienes insinuaban qué debía escoger. Me decidí por la sastrería. No fue una cosa que me hubiera agradado, pero como allá nos enseñaban a manejar la máquina, la aguja, el dedal y también algo de conocimientos trazo, pero no era algo que uno aprovechara muy bien, porque siempre habían bastantes y uno se distraía. comenta Rosa María.
Papá
Rosa María Mamá
Fue entonces a partir de los 10 años, cuando las tardes de Rosa María se encendían gracias al canto del desamor entre el pedal y la carreta, tardes que con el tiempo desencadenaron el valor de cruzar en solitario los primeros trazos. Al principio te da un poco de pereza, sobre todo como en ese tiempo las máquinas eran de pedal, entonces uno se cansaba de los pies, dele que dele, trabado ahí, también le ponían a uno a practicar en un periódico, le quitaban la aguja y uno le iba dando la vuelta, como si fuera la tela, entonces ahí uno iba ya practicando y aflojando las piernas, porque hoy en día, en las de motor es diferente, uno pone solo la punta del pie y trussh sale a perderse. Después de cuatro años y terminada la escuela Rosa María comprendió la diferencia entre ser sastre y ser modista. Aprendió a auscultar las emociones de las telas, se decidió por la confección del pantalón, y aceptó que la técnica en el oficio solo vendría con el tiempo y la disciplina. No se me dificultaba el manejo de la máquina, sabía manejar el metro, la tiza, la escuadra, la regla y la curva. La modistería es muy bonita y extensa, claro allá no le enseñaban a uno todo eso, después se perfecciona con modelos. En cambio la sastrería es solo el saco, el chaleco y el pantalón. En el cuarenta el panorama se dibujó con la llegada de los primeros llantos de su sobrina y de una suiza, la mejor máquina de coser que se conseguía hace setenta años. Por la Justqvana solo han pasado sus manos y las de dos reparadores, y de eso ya hace 20 años. La suiza fue la máquina de punteo que dispersó rápidamente el laurel de su arte, y trajo consigo compromisos, y sus primeras alumnas. Sus primeros compromisos fueron acuerdos textiles que rápidamente le revelaron la desigualdad en un mundo de medidas masculinas. Ay no eso es difícil, claro, como en ese tiempo no habían fábricas, ni almacenes de venta de vestido de hombres, entonces habían sastres, pero se inclinaban más porque el hombre hiciera la obra de pecho que llaman saco, y la mujer solo chaleco y pantalón, que porque trabajan mejor. Pero no, mentira la mujer es más pulida. En ese entonces había mucho trabajo, después ya todo cambió con la llegada de Everfit y Valet, primeras fábricas de textiles que existieron acá en Tunja. Tal como corrían los hilos por la Justqvana, corrieron los años y la satisfacción de sus clientes. Los meses de abril y diciembre, siempre los de más trabajo por ser clérigos, y los del disgusto, por el desabastecimiento de hilos y telas. Las noches en vela se iban persiguiendo entregas y los negocios se reconciliaban en amistades de siluetas de amigos, hijos, padres y abuelos. Miren vayan a
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Al principio te da un poco de pereza, sobre todo como en ese tiempo las mรกquinas eran de pedal, entonces uno se cansaba de los pies, dele que dele.
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tal parte que allá hacen un buen trabajo. Mi hermana le mandó este arreglo, me dicen ¨ ¿se puede entregar mañana? La gente necesita conocer cómo es el arreglo para que no se los dañen, si les gusta, ellas mismas van trayendo más gente¨ En algunas ocasiones el exceso de fervor le hizo crear obras con una marca indestructible, siendo ineludible la exploración, La sastrería tiene una gran ventaja frente a los errores, si uno quema alguna prenda, claro que uno evita, pero hay veces que nada se puede hacer, en esos casos se arregla o se compra el trozo de tela y se repara la prenda. Una vez se me quemó un pantalón de un muchacho de la universidad, el arreglo era en un segmento pequeño, justo en la parte visible, la cintura y el ancho de la bota, ahora pienso que ojalá en ese tiempo se hubieran usado esos parches de muñequitos, pero no, entonces fui a buscar la tela para remplazar la parte dañada pero no la encontré, sin embargo, antes de eso investigué con el muchacho el lugar donde lo compró, claro averigüé el precio, no ha de ser que si me tocaba reponerlo me cobrara más dinero. Finalmente no encontré la manera de arreglarlos y acabé confesando que por mi descuido y error arruiné la prenda. Él aceptó que le diera el dinero para comprarlo de nuevo, con el quemado luego me confeccioné uno pequeñito para mí.
Una vez se me quemó un pantalón de un muchacho de la universidad, el arreglo era en un segmento pequeño, justo en la parte visible, la cintura y el ancho de la bota, ahora pienso que ojalá en ese tiempo se hubieran usado esos parches de muñequitos.
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Conocer ahora su taller 87 años después, parece ser una visita a una tienda de antigüedades, donde los objetos son el vehículo para comprender la realidad y crear la nostalgia del pasado. Sus ojos y el andar son el rostro visible del tiempo, Soy una cuatro ojos, tengo anteojos para ver de cerca y otros para de lejos.
Pasados setenta años Rosa María acepta ser testigo del cambio de la sastrería. Hoy en día la gente me busca más es para arreglos chiquitos, angostar la bota del pantalón, ajustarlos cuando les quedan anchos. También reconoce que en sus notas el peso de las palabras, altura, largo y torso, son el auxiliar de su memoria y el secreto de su éxito. La organización en el oficio que comparto con Rosa es lo más valioso, en este arte el tener orden lo valoran los clientes, empezando por el nombre, la fecha, el tipo de trabajo y lo más importante el acuerdo de entrega. Comenta Lily, modista y hermana menor de Rosa María. Cuando iniciamos, el costo por arreglo era de 200 pesos. Al día de hoy, claro dependiendo del arreglo, cobramos a partir de los 3500 pesos, hay que subirle porque sube la luz, los hilos, el arreglo de la máquina, pero también depende del cliente, de todas formas es económico, no me gusta que piensen mal de mí, ni de mi familia, eso si, nunca digo el precio antes del arreglo, porque siempre uno encuentra algo más para arreglar, un bolsillo descosido, roto, uno hace ese arreglito porque a uno le da pesar. Por eso es que no se acostumbra a cobrar de una vez, siempre salen los gallitos.
Mi elección antes de la sastrería siempre fue la enfermería. Todo lo que se trata de la medicina, a mí me fascina y aún todavía, desde hace más de un año sigo todas las noches el programa del Dr. Santiago Rojas, a las 10:30, solo me acuesto hasta que escucho el programa, luego me acomodo, duermo en mi cama y me despierto a las tres de la mañana. Para mi Padre el estudiar enfermería se prestaba para que los doctores enamoren a las mujeres y las embaracen. A veces el mundo y la familia ensordecen el grito de la voluntad del alma, en mi caso mi padre un habilidoso en la ebanistería necesitó de ayuda ecónomica para formar a mis hermanos, lo que hizo de mi voz apenas un susurro que a veces escucho como fantasías de lo que alguna vez pudo ser, pero no lo fue. La dama de la Aguja
La ironía también acompaña la vida de Rosa María, el día de nuestro encuentro usaba un pantalón azul oscuro, camisa blanca de cuello, saco de lana y mocasines negros, todo, excepto el saco, había sido confeccionados por ella. Hace algún tiempo dejé las faldas a un lado, ya que gracias a la actividad física me convencí de su incomodidad y que el usar pantalón no tenía nada que ver con la moralidad.
A menudo parecemos creer que el éxito del trabajo de un artista se gradúa a través del esplendor de su obra, o por el gusto que demuestra por su oficio, sin embargo para Rosa María hoy después de 87 años le gustaría creer en un mundo donde las agujas sí pueden ser el olvido.
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Juan Carlos Vargas juacarvargas@uniboyaca.edu.co @thejkfnews
Escribir es la mejor manera para comprobar nuestro lugar en el mundo, libera el alma y te transporta a otras realidades. Narrar una historia como la de Rosa María nos hace revivir nuestro pasado, encontrarnos en el presente y pensar en la distancia del futuro.
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Años después, con la llegada de las fábricas textiles, la sastrería tomó otro rumbo, Rosa María dejó de confeccionar pantalones y se dedicó a hacer costuras pequeñas, como pañaleras, bordados y manteles. Me gustaba más y le daba a uno más plata porque el sastre tenía su sastrería y ellos le pagaban a uno muy poco, además no tenía ninguna prestación de nada, ni navidad, ni noche buena. Además la modistería es más divertida y bonita porque la sastrería a veces es aburridora, siempre es la misma pieza, en cambio en la modistería se confeccionan faldas, abrigos y vestidos de novia.
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La vida en blanco y negro Cuando la radio se convierte en el aliciente para algunos a quienes la sociedad pareciera empeñarse en desconocer. Es el motivo, y la compañía, por allí se revelan las imágenes de un hombre invidente quien se muestra a través de las líneas de esta crónica como un ser que pasa de lo común a lo excepcional, porque deja toda una lección de vida, de cómo se puede ser feliz con la melodía de una canción, o con la complacencia que recita un locutor el día de su cumpleaños, Andrés Rincón encuentra en la radio el significado de su existir.
Recursos cross media / Accede: en : www.1unpretexto.com Lectura: ¨ La vida en blanco y negro¨ Galería de imágenes Audio 1: ¨¿Cómo fue el accidente? ¨ Audio 2: ¨ La cotidianidad ¨ Audio 3: ¨Bailamos señorita ¨
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La vida en blanco y negro Guillermo A. Patiño Mesa Y qué milagro e´verlo -exclamó Andrés-, mientras estiró la mano buscando a tientas otra que lo saludara. Cuando estreché su mano, la sentí tímida, callosa y agarrada con firmeza, como algo que no se quiere soltar. Solo en ese momento entendí la fuerza de las palabras de su saludo y atiné a decirle que ojalá eso fuera así, que ojalá me pudiera ver. Andrés lleva unos 27 años experimentando cómo las imágenes se le están opacando, su paisaje y su espacio se le fueron poniendo gris. La vista le escasea, un mal momento lo dejó sin nada a la vista. Uyyy, eso fue por allá en… mejor dicho yo tenía como veintisiete o treinta años, -rememora Andrés- al tiempo que busca el tronco de madera para sentarse. Eso fue un siete de diciembre, yo trabajaba en la albañilería y allí cerquita del paso del tren estábamos celebrando las famosas candeladas, y entre chiste y chanza, entre un trago y las bromas con eso de los apodos la pasamos bueno, hasta que ya me sentía como rascao y así sin despedirme agarré pa´l rancho. Yo creí que las bromas se habían quedado en la tienda, pero por el camino me atajaron unos manes y me agarraron a golpes, me encendieron a pata y cuando me vieron como muerto me arrojaron por una pendiente. Así fue, chistes caros por no saber con quién se mete uno, pero mi Dios me tenía pa´ este mundo, dice mirando al cielo, clamando en silencio una explicación, agacha la cabeza, se restriega los ojos, suspira, medio sonríe y suelta otra sentencia: me jodieron, me jodieron y de ahí pa´ca mire cómo me toca, a sumercé lo conocí por la voz.Y pa´ellos no hubo justicia, eh, Dios verá y quién sabe qué fue de sus vidas, ahí me jodieron y se largaron.
Lectura Lorena Acuña Rodríguez
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Esa golpiza, que aún hoy no encuentra razones, aparte de las heridas, chichones y lesiones que pasaron con el tiempo, le dejó un ingrato quebranto, pues con los años empezó a perder visibilidad producto de un desprendimiento de retina en ambos ojos. Al principio no le paré muchas bolas, pues ahí veía, incluso me llevaron a trabajar en tierras de Santander, pero estando por allá el asunto se agravó, me fui quedando ciego y de tanto golpes y tropiezos no hubo más trabajo y tuve que regresarme. Me iban a operar pero no hubo ningún familiar o persona que se hiciera responsable y tocó dejar así. Andrés Rincón Becerra, “Andresito”, como se quedó para la mayoría, será porque soy ciego, enfatiza y guarda silencio. O que la gente me estima, quén dirá. Es un hombre común, -como dice Piero en su canción- con una patria, una bandera, una cara, una nariz, alguna miseria, una alegría, una vieja enfermedad, alguna estrella, un llanto, un rencor, una nueva franqueza, un apellido, un pasado, un presente, un futuro y un destino, una oreja, una idea, un color, alguno que otro delirio, un corazón, algún silencio, mucha rabia, un sueño, un inquilino, el sol, el cuerpo. En fin, un hombre común que sobre todo siempre tiene lo que tiene que tener: ganas de vivir la vida.
Y tiene una niñez que recuerda en ese mismo escenario rural que hoy habita, lleno de algarabía, risas y juegos de sus propias fantasías como los aviones y las hojas de eucalipto convertidas en billetes y los típicos como la pelota, el trompo, los cinco huecos y los aros. La cotidianidad Cuando tengo que ir a alguna parte me levanto a las cuatro, o si no a las cinco, con el reloj del radiecito, me echo la bendición, hago mis oraciones y pongo a hacer un cafecito, es que no me gusta salir sin echarle algo al buche. Pa´l almuerzo una sopita, una avena, eso hay variedad, o hago un cocinado pa´ tres comidas o puay un calentao. Ahhh y la especialidad un “cambao”, que es echar de lo que hay, arroz, papa, pasta, así todo revuelto y listo. Para la cena con un cafecito o una agua de panela calmo la barriga, suelta la risa, aguarde y le hago un café que me da pena. Luego viene la ceremonia de la dormida: Primero me echó mis remedios, el azúcar, el agua bendita de la Virgen de Santa Lucía y rezo mis oraciones, me encomiendo al de arriba y a mirar pa´entro, aunque eso es lo que hago todo el tiempo.
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Es un hombre común, como dice Piero en su canción, con una patria, una bandera, una cara, una nariz, alguna miseria, una alegría, una vieja enfermedad, alguna estrella, un llanto, un rencor, una nueva franqueza, un apellido, un pasado, un presente, un futuro y un destino ..... un hombre común que sobre todo siempre tiene lo que tiene que tener: ganas de vivir la vida.
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Eso cuando hay qué comer, porque otra veces le toca apretar, aguantar, aunque pu´aquí los vecinos a veces me socorren. Pa´cocinar eso ya uno se acostumbra, ya le coge como el modito. Eso sí me toca a tientas, tocando el talego y adivinando qué es, pero hay veces que me equivoco, pongo un arroz y espero que se seque y queee, pasa el tiempo hasta que me doy cuenta que era cuchuco u otra vaina lo que le eche a la olla. Se ríe, se quita la cachucha y se rasca la cabeza, eso no lo pierdo, pues ahí le echo otras cosas que hay y me queda algo así como una sopa. De resto su vida pasa sin afanes, quizá lo que le da cierta alegría, lo que lo mantiene en pie, pues sabe que de hambre no se va a morir y que la soledad es una compañera que hace rato le pidió posada y se le amañó, se ganó su corazón y ya no quiere que se vaya. Tuve mis amores pero ninguno duró… no pierdo la esperanza, es que también uno no hace el deber, pero en fin yo aquí con esta soledad, mi Dios y la Virgen. La imagen sonora Un hombre común con ojos en los oídos, que ha aprendido que para lo que hay que ver, con un radio de pilas basta, por eso todos los años, antes del 15 de enero, explorando con una vara llega a la emisora comunitaria Radio Semillas. A poner mi aviso de cumpleaños, pa´que me saluden y para que sepan que yo existo, que tengo alegrías y que celebro la vida. El recorrido lo hago a tientas, con ojos ajenos. Me voy por arriba, por la loma porque por la carretera central le cogí miedo desde que una tractomula casi me mata. Ahí me voy adivinando el camino, con la ayuda de los vecinos que me van diciendo, con los perros que me salen a ladrar y una varita con la que voy tantiando, tantiando, porque el susto es que haya algún alambrado. De resto voy y vengo acompañado por el de arriba, mire, esculca su billetera y muestra estampas de muchos santos. Aquí cargo mis cristos que están rezados, de resto eso ya uno se sabe el camino de memoria, ya lo tiene como grabado, como cuando voy a trabajar donde el General Vergara, en la Vereda El Chorrito, también cojo aquí por la loma arriba. Eso sí me voy con las manos vacías y de vuelta puay la gente me da que unas papas, que una panela, así, que esto pun caldo, ahí voy juntando mi mercadito. Y que sabe lo que siente, que del dicho al hecho hay mucho trecho y cuando escucha la frase “ojos que no ven, corazón que no siente” se queda dudando, no entiende, vuelve y pregunta, se frota las manos, entrecruza los dedos y suelta despacio las palabras. Yo sí siento y mucho, claro, tristeza, alegría, ganas de bailar, angustia, siento que tengo la vida y pa´qué más. A veces por ejemplo me desespero y como que no me dan ganas de pararme, pero prendo la radio y suena la carranga y eso me da fuerza, se siente muy bonito. Uuuuu, es que la radio me permite ver, cuando dan las informaciones ya uno sabe cómo está el pueblo, que quién está de cumpleaños, que quién se murió, que una reunión, que una invitación, que las fiestas, que el tintico, la copla, ahí ta´uno enterado y hasta se imagina como está todo pua´lla”.
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Un camino a punta de caídas Sus recuerdos, sus tristezas se mezclan con alegrías, con los relatos que pasan por la anécdota, a los que les saca chispa para contar. Pa´bailar, eso sí, en mis tiempos hasta en una pata, pero después ya no, seguro uno no es del acomodo de las muchachas, o quién sabe qué piensan, hummm, como dice la canción tararea y va componiendo trozos de “Bailamos señorita”, una composición de Jorge Velosa. Será porque soy bizco, como dice Velosa, o por mi paso atravesao. Lo cierto es que el rostro no me ayuda, pero todo es cuestión de gustos, con los dientes no se baila y menos con las orejas, que sumándole los ojos, tal vez son mis tres problemas. Si la golpiza que recibió le oscureció el camino, otras circunstancias y accidentes le han marcado su presente. Huérfano de mamá desde los siete años, de papá desde hace treinta. No estudió porque una bicicleta lo atropelló por pasar “a la loca” la calle 80 en Bogotá y una volqueta “casi le espicha la cabeza”, por lo que tuvo que vivir un tiempo con un padrino y desde entonces no lo pusieron más a la escuela. Una pendencia le ocasionó la pérdida de la vista y una tractomula que lo arrolló en una zanja cuando venía por la carretera central de recibir un mercado que le da la alcaldía, le hizo coger miedo a esta vía.
Y la impresión a dos colores Andresito compone su vida sin encuadre, sin luz, perdiendo muchas tomas, retratos que no pasan por su tomavista. Y pa´qué la luz, tengo mi radio de pilas, mire éste, señala un transistor “Premier” cuadrado, negro, de dos pilas, que como muchas de sus cosas también se lo regalaron, y de resto pa´qué, por ahí si acaso para cocinar porque en el fogón es muy jodido, el humo me jode y pa´ alumbrarme no hace falta, así que seguiré con el sol acuestas, pa´que me caliente, porque lumbrera no necesito. Su vida entonces se mueve con imágenes en dos colores, en blanco y negro. Por este ojo, señala Andrés, veo solo sombras, todo negro. Y por el izquierdo una sola neblina, blanco, blanco y eso ya no tiene remedio porque dizque ya a esta edad es peligroso y por ir a hacer un bien de pronto quedo peor. Sus imágenes ahora son monofónicas, pues por su oído derecho no escucha. Fue al Puesto de salud y le recetaron unas gotas que una muchacha del pueblo se las regaló. Pero eso no me han hecho nada, a lo mejor se me jodió ese oído. Nos despedimos, esta vez estiré la mano y él la sujetó sin dificultad. Dios lo lleve y que vuelva, pa´vernos otro día. Quedó, como todo hombre común, en su rancho, aguardando su casita, una estufa que no eche tanto humo, un mejor presente y una señorita para bailar.
La vida en blanco y negro
Su espacio prestado es un sitio muy bonito en la vereda Las Vueltas, municipio de Tibasosa, a unos treinta minutos en vehículo desde el centro del pueblo. Un paraje rural rodeado de montañas por un costado y el Valle del Sugamuxi por el otro. En un terreno donde cabría una cancha de fútbol, con sembrados de hortaliza, riego del Río Chicamocha y el rancho de dos aguas, en adobe y teja de barro que tiene todos los años y se está cayendo a pedazos. Escasamente tapa el frío, menos mal que no tiene goteras, pero en un invierno fuerte me tocó salirme, ir a pedir posada pu’allí donde un vecino. Pero es lo único que tengo, aunque ni mío es, es de mis abuelos pero por herencia de mi papá me toca. Queda pensativo, parece mirar a lo lejos, su rostro se transforma, habla con el alma. Y aquí me quedo, es que mi tío… uuuyy ese hombre sí que me da mala vida, qué no me hace, me groserea, me pega, me maldice y me echa del rancho cuando se le da la gana, pero vuelvo y digo que esto también es mío y p’onde agarro, de aquí me sacan con las patas pa´lante”.
Y para la vista le han recetado lo habido y por haber. Eso me han dado todos los remedios, hummm, qué no me he hecho. Ahorita me estoy haciendo el del azúcar, allá´rriba una señora me dijo que me pusiera azúcar en el ojo, que eso era muy bueno. Otro señor me trajo el agua bendita de la Virgen de Santa Lucía y también me la estoy untando con mucha fe, como me dijo allí un vecino, póngale fe, que si mi Dios levantó un muerto, qué no puede hacer por un ciego, de pronto hace el milagrito.
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TERCERA ESTACIÓN
Guillermo A. Patiño Mesa. gapatino@uniboyaca.edu.co @guillermopame
Después de los 17 años comprobé que “para lo que hay que ver con un ojo basta”, pues producto de un accidente tuve desprendimiento de retina que fue atendido a tiempo y salvé el ojo izquierdo y el movimiento del derecho. Andrés Rincón no tuvo ni atención ni preocupación por su desprendimiento de retina y quedó en tinieblas, con imágenes sonoras en blanco y negro: blanco, muy blanco que es lo que ve por un ojo y negro, todo negro que le permite el otro.
TIQUETE: 2235
La herencia bendita Nosotros fuimos muy pobres, así que yo heredé la pobreza porque ni este rancho es mío, esto es de mis tíos, es la herencia que dejaron mis abuelos, que ta´sin repartir y aquí me quedé o pa´dónde cojo. Y ha bregado para conseguir una casa digna, con baño y cocina pero todo se le ha ido en promesas, en papeleo, en el famoso “ya casi está lo suyo” y siempre aparece un impedimento. Sigue soñando, esperando la casita. Ese es mi anhelo, cuándo ha de ser que no muera en un sitio propio porque la casita está como en el aire o quizá esperando que llegue al cielo y allí la tenga, quén dirá.
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