La Bahía Alquímica
Los Lenguajes Alienígenas V
Esta antología se realizó con apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales 2013.
Los aquí presentes agradecen el apoyo recibido por parte de RAMÓN IVÁN SUÁREZ CAAMAL CASA INTERNACIONAL DEL ESCRITOR DE BACALAR, QUINTANA ROO.
Transformaciones: Juan Salzano (Argentina) Alonso Gordillo (México) Cynthia Franco (México) Karloz Atl (México) Ámbar Past( México) Malinalli Balazo (México) Yaxkin Melchy (México) Édgar Altamirano (México) Sandino Bucio (México) Eduardo Ribé (México) Nadia Boffi (Argentina) Andrés González (Chile) Jorge Yam (México) John Mc Liberty (México) Intrépida Orquesta de Beats (México) Francisco Suárez (México)
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CANTO DEL HIPERCOLIBRÍ A la tribu alienígena “¿Algo tienes para comunicarnos, Colibrí? ¡Colibrí, lanza relámpagos! Pues, ¿el néctar de tus flores te ha mareado acaso, Colibrí? ¡Colibrí, lanza relámpagos, lanza relámpagos!” Canto del Colibrí (canto chiripá en versión de León Cadogan, recopilador) De: Colibríes encendidos. Aborígenes americanos, Leviatán, Bs. As., 1998. [Este canto es ejemplo de los guaú aí, poemas cortos cuyas figuras centrales son un pájaro o un cuadrúpedo. Encierran reminiscencias míticas y palabras arcaicas. El Colibrí, ave mítica, es el consejero de los augures y el portador de los mensajes de los dioses. Los relámpagos, atributo de los dioses, le acompañan, y le marea el “néctar de las flores”, nombre religioso de la chicha que se consume durante la danza ritual y la fiesta del guaú.]
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“¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!” Algo recorre estas pieles, velozmente, algo corre, arde, pero aéreo, sí, hormigueante, sí, con la habilidad y el frenesí, aún si con sigilo, de las clandestinas –apenas entrevistas a través de las ramas– acrobacias de los monos araña que en la tarde multiplican sus garfios. ¿Caminar, acercarse titubeantes? Sin duda, sin duda, pero: ¿normal? ¿monoaural? ¿o como arañas? El desvío hiperlento de la velocidad, de un aleteo de colibrí en la retina que ya por serlo barquina hacia su espacio hiperceptivo, ¿nos adhiere esa calma del rayo que el alcohol no lava? “¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!” ¿Reptar minuciosamente como arañas desarticuladas por aullidos simiescos que agitan las copas
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de los árboles? ¿Balar, sí, balar desde el motín sutil de las vértebras que el acrílico neuronal de sus chispazos detona? Algo recorre estas pieles y es escalofrío la señal de tu presencia evanescente. Escalar, ferales, este frío: río que en la linfa de los bosques recorre las ruinas de Gran Garra de Jaguar. Un poco antes fue observar las pirámides tatuadas en los carteles al costado de la ruta. Llevar con nosotros al primer portador del hacha, y a las hordas innacidas de la Gracia, tranquiliza, sí, aunque rasguen con sus garras, adamados, los asientos de esta Van que ya nos pierde. “¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!” Grácil bólido empapado por las lluvias, arrullado por las sísmicas quenas u ocarinas
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que de punta enflechan, migas, nuestras calvas cerebrales. Porque afuera se derriten los botines del llanero solidario, y en sus suelas nos miramos quietos hasta el llanto. ¿Ya no existo, ya no existe, nos parece, ese aroma de caminos que a desiertos imantaba? Cuántos nombres habremos de aceptar: tucusitos, quindes, chupamirtos, hasta invocar en la garganta el bufido de este elfo: microchip de las abejas que te instala en los zumbidos. Bien arriba de tu cresta, en los escalones del lodo, siglos ajenos superponen sus filminas, y es infinita esta conversación de latidos entre los seres. ………………………………………………………………… “¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!” Primero fue el beso de lagarto a la calavera. Después fueron los muelles alzados para el pájaro mosca que de a poco restituye a nuestros nervios el click simultáneo de lo visto y de lo esquivo.
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Y habríamos rechazado este suelo si no se deslizara por nuestras noches como un reciclado malón de plásticas córneas: las calientes riendas desasidas que no llevan a destino. Porque algo recorre estas pieles, algo inasible a lo que damos asentimiento, algo que nos plancha las arrugas hasta engarzar los poros a puñaladas de insolación. Lo que mata es la Unidad sin mareas ni matices en las matas de lo que nace. Lo que importa es el sol cuando nos quema hasta olvidarnos de nosotros, un prisma, ¿qué pensabas? “¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!” Por las tardes maceramos nuestros cuerpos en el tequila terroso de los escalones hasta desplomarnos exhaustos en su enredadera de vapores.
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¿Y quién conoce la maniobra de cardumen que te cuadre el caos de estos paseos? Nada ni nadie la conoce, cuando es simún lo que nos guía. El corcoveo de un animal muy antiguo bajo la caricia intrusa de tu mano. Acá, Colibrea: es acá donde pelamos contrabando. En el barro, en la jalea de los insectos transportamos: bisturíes, turbantes, plumas áureas, un prematuro nacimiento de luz. Una confesión gelatinosa a los cardinales del mundo. ………………………………………………………………… “¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!” A veces nos tumbamos en los líquenes o deseamos ahogarnos en el turquesa de este mar. Por momentos, la crisálida se nos pierde en amagues de apertura, pariciones inconclusas. Y es entonces que dormir en la intimidad de la materia nos convence: tenemos partes que no son
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nuestras. Miríadas del estribo indelicado que nos iguana. Ahora vas sintiendo esa células arpistas que te estallan las junturas mientras se oyen los eléctricos relinchos de los amigos perdidos en la fronda. Ponerse ese poncho de escamas para escucharlos bien cerca del latido nadando ahora como turba en el cenote. Este día es perfecto en su multitudinaria e inespecífica paz. Cuando callamos, cada neurona se nos corre hacia su frontera vertebral, una flauta ígnea hecha de hojas y ramitas. Sonidos de aves prehistóricas: éste es el canto salvaje que amamos. “¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!” Yacer así, en los líquidos desiertos que nos recorren: el eterno verano peninsular. ¿Cómo habríamos de temer al estigma social, a los odios, si zambullidos en los piletones
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del limo aboriginal nano-libamos los antiguos dones, contemporaneizamos lo originario: mescolanzas de rubores desfolklorados? Desde este limbo te llamamos, Colibrío: orinemos al costado de la ruta bajo el ruidoso chubasco como hicimos, despreocupados, aquella tarde de ranas. En la humedad de estas bocas que señalan el comienzo del mundo meditamos hasta estar en más de un espacio a la vez. Ser los dientes en la quijada que al cerrarse nos madure hasta el ombligo interminable del plumaje y su serpiente. “¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!” Salimos del templo por la noche con el corazón ensortijado de galaxias. Los cardos nos miran como lunas ariscas a ras del suelo, un mapa de lianas que se mueven lentas en todas las direcciones. Abrazar
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su movimiento hasta olvidarnos del “Sr. Importante” que amenaza detener el viaje con su lepra de yoes: la autoridad del cotidiano en cada letra desmentida por conatos germinales de neanderthal. ………………………………………………………………… “¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!” No saber qué sintonía fiera nos envuelve ni cuánta inteligencia vegetal nos amonesta: “No hay anécdotas”, nos dice. “Lo que hay son las cenas insectadas en los huesos, los abismos donde se dispersan los moluscos”. Si las muecas de este rostro ya no cuentan, ni los ojos que se quiebran en el sol, ¿cómo hilar tus brazadas migratorias a 55 dagas por segundo? En las palmas bien abiertas del aire y sus nerviosas
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terminales mendigamos algo que adhiera este aleteo a nuestra piel artificial. ¿Cuántos kilómetros, Hipercolibrí, hay plegados, con ligereza, en las curvas de tu invisible ala? ¿Cuántos ángulos concentrados en cada satélite que orbita el suspenso de ese vuelo frenético, detenido en un halo de goma, o cuántas inclinaciones boreales –hálitos de hélice doblada– sobre el ojo huracanado y silente que me huye, que te alza en un mismo punto del espacio, sobrevolando las vías del tren cubiertas de polen? No saber qué giroscopio te late bien adentro, y se encuentra, aún, con fuerzas que afuera te levitan, ni qué hiperespacio recorre el tren que habrá de llevarte. “¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!”
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A escondidas. Quedarse así, escandiendo este puchero que causa visiones, nos hace ver doble, triple. Nos encaja un órgano en la conciencia, una fiebre de perros. Con el paladar, a escondidas, en la esponja de intemperie –lo que absorbe las ideas, lo que trueca las nociones por la piara celular–, tragarse la cascada afilada de la tarde en la que crecen sin embargo dos lunas, una gema de queso verde, las palmeras incrustadas en los ojos del cyborg informal. No es posible extraerles tanto oxígeno a las transpiraciones. Aunque una súbita madriguera en plena intercostal, o el upper-cut radiante directo a la pineal –flor de éxtasis, una rosa agitada del paráclito–, mientras vemos a lo lejos algo como un reel magnético que se extiende por la autopista y al que adhieren las polillas, los insectos que se estrellan
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–y reviven– contra el parabrisas de la Van celeste o nave muda en una sucesión de trances de alto impacto: todo esto nos importa poco y nada si no es nuestra minúscula pantera telepática la que se emborracha en las nervaduras. ………………………………………………………………… “¡Hipercolibrí, lanza relámpagos!”
***************************** Bien arriba de tu cresta, en los escalones del lodo. Puntiaguda cae la sonrisa como una nalga o la trompeta sostenida por un mono. Incluso al final del camino detenemos el camino para ver al ciclista, cómo recorta sus piernas con la boca a media pista. Ciclismo el del uróboros, nunca se cansa. 13 monolitos no irán a la cena ni a la última. De tanta coonvicción por mirar al sol, convertieron al trigo y al maíz en un sólo grano. Prodigiosa la anatomía alienígena, comparable sólo a la
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del ninja o el jugador de pelota. Pelotas que ascienden. Sonrisas olímpicas girando esféricas. Pelotas que a voluntad suben una y otra vez la misma pirámide. Cuerpecitos monumentales: animales raptores en la altura, aulladores en el pastizal. -La obsidiana que partió la respuesta que tenía para darte. -No importa, no sueltes el manubrio. Vístete con la cromática del mono. -Aspiro profundo la silába del mono. Solares los monos en la copa del árbol ordinario. Hipercolibrí de frente, se tira en el almuerzo con relámpagos frontales. Qué sencillez la de la picazón. Con una roncha y nada más despierta afiebrada por la picadura del verano. Y el verano niña doblada a la mitad con su diadema, agazapada, se ruboriza debajo de la silla porque le ha crecido en las rodillas un zumbido.
***************************** CALAKDÜÜL I La primera dinastía del mundo es un Hacha llamada ?, gomoso balanceo
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entre los ritos guturales y los glúteos áureos de los saraguatos, dizque neo-dinosaurios, en realidad apenas una ilusión ranchera que se desarrolla —como choco-roll— en las carreteras de Tabasco por la arqueología sabemos de diversas estelas que testimonian la diversidad de escuelas ninjas que hubo entre los monos de Yucatán, por la climatología sabemos que las tormentas de Tabasco se llaman Terminator 1 o México 0 de 0 a 0 el saraguato firma con sus ultra rugidos la selva que arranca de sus colmillos y abanicos de la primera hacha, ?, al gran cometa, ???, la selva se abrió a sí el más grande campo neuronal, emplumada pineal que del velociraptor crea al quetzal, mente musgo, mente mesozoica, desde Calakmul, normales y como arañas,
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en el des-nudo, ululamos los ahora eritrocitos del viento, los aéreos caracoles, a la chuña echando el conch, a la curva de cobre, al ido patio del bronce cannábicas son, como todos saben, las ganas de dorarse, de un son ganado al puro, de ahí que nuestro viaje lleve por frotante frontal la medialuna o el tridente, de ahí esa curva en el salto, esa astucia en todas las piruetas, yendo con los más bellos tricksters del oxxo al asalto. van es visión, sueño blanco, una desórbita, y entre los traqueteos, las carreteras se hacen más altas, más vertiginosas que el Altazor viajar como recorrer una corona de portales
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la boca de Itzamná, el rostro de Becán, las alturas estelares de Calakmul, el Cenote como un antifaz líquido del abismo para los niños de la dimensión n hacerse manatí, marsopa, miríadas de beduinas medusas, disolverse en cristales a través del neuropincel, hacer de los cuerpos doseles pluviselváticos, dunas seif, incursiones invisibles en las interzonas del tiempo, allí donde todo cobra manchas y nébulas de jaguar, allí donde olas y neuronas son niños con antifaces de marfil caminando por un nuevo estrecho de Bering, conformando, con su caminata, un vehículo transdimensional que sólo ellos llaman van niños rosacruces que van recopilando con sus pasos la rosa del cometa de Chicxulub en la cruz de Yucatán
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hermosas cometas, hermosos cometas, pasando por las fauces de Itzamná al mundo huichol de las flores por la boca itzá de Bacalar entrando en el brujo flujo de un neo-mayapán en los alquímicos brotes de un contra-meteoro un cerebro-de-oro niños criados por los archipiélagos bufandas de la vía láctea con playeras de siete colores salen de los vehículos a la lluvia de dharma pisan en esos manglares de sunyata niños que como gatos y jaguaratos salen en sol corriendo por los techos y bahías de la selva hacia su otra —ninja— dimensión
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***************************** Viajar en una camioneta durante horas continuas por habitar otro desierto Habrá que comerse el lenguaje en la autopista Mutar tu cabello en la palma de un gusano Ver tu boca reseca que escurre entre las nalgas de Job Abrir el agujero de tu ceniza encendida Lo vibratorio de tu cuerpo excavando en ayunas Cantar álbumes completos de Caifanes sintiendo morbosamente cada kilómetro Abrir la garganta hasta su límite Fumar el cigarro con los amigos y contarles tus perversiones sexuales Mascar papel y experimentar éxtasis Echar el porro y compartir el gusto por las plantas Burlar la escritura Gritar al miedo como acto poético Tan simple Hay que ducharse Si llegase el momento Aun con las cucarachas entre los pies Estar dispuesto a que en alguna reunión De cualquier hotel Alguien dirá que eres un hippie chistoso y te invitará unas cervezas a ti y a tus amigos que podrían ser poetas o músicos según el estado de ánimo Algún Dios asomándose por la ventana de tu ataúd orinará Por ejemplo pequeños diluvios a mitad de la carretera Te darás cuenta que puedes secar el sexo bajo la lluvia Saludar conejos Qué placer Qué adrenalina Saberte entre amigos que son más hormigas que humanos Ladrar con 5024
rabia junto a ellos Acelerar hacia un punto indefinido Que te persigan y persignen las aves y te partan los brazos Te sacrifiquen granaderos Qué importa la muerte a esas alturas Ojalá de un aleteo te avientes hasta una laguna Imitar sonidos-ave sonidos-pasto sonidos-piedra sonidos-viento sonidos-agua Colocar tu mano sobre los pulmones de Calakmul y abrir todos los respiros que le recorren Ver las lágrimas en tus dedos y darle de beber a la tierra Danzar a los versos de Altazor Exorcizarte con guardar silencio y escuchar que la tierra va a dar a luz un árbol Escuchar la locura Dejarla entrar Dejarla correr Dejarla que haga una incisión en tu pecho Perder el norte Perder el sur Perder el centro y habitar el mundo Habitar todo lo que un astro puede regurgitar en tu cabeza Viajar Ser cirujano de la tierra que palpas Trasplantar tu corazón a las rocas Que el dolor entre por un oído y salga por el otro Pisotearte como limosnero poseído y seguir creando Porque uno como las estelas mayas va pactando alguna historia gráfica que contar Va tiñendo lo que ve Lo que escribe Lo que lanza Para que al final no te quede nada Porque no hay nada aquí Un cúmulo de células Un cúmulo de palabras que resucitarán en ángeles encendidos sobre las cavidades de tu nombre Habrá que taladrar las ruinas que se adhieren a la sangre
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Que el mapa siga trazando lo que el homo sapiens en su estado de posesión Sigue buscando entre símbolos Sigue buscando dentro de una camioneta.
***************************** CALAKMULASSIC PARK Secretábamos las voces del día en el teseracto terrestre un puente que se quemaba en todo lo eterno y de las piedras de las naves caímos piramidamos una suerte de espejos labrábamos, escribíamos, programábamos luego una vez cubiertos de plumas y de cera de monos como en aquella antigua tierra de coronadas conchas nos dimos a caminar como arañas Barbáricos metales! Nácar, este anillo de turquesa cielo y este anillo de cenote oscureciendo en el eclipse
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girando alrededor de los pequeños y verdes Hulks te lo entregamos en este alienigenario indómita nave desenterrada de las cutículas del habla Gozo de lo sideral que es moverse en elipses de colibrí ya te miraremos otra vez comandando tropas robóticas y forestales de ambáricos poderes que bien escalados hacen a la montaña una pirámide y de la pirámide el tablero del juego niño de la noche Aquí junto a esta laguna de alquimista sin cara o con una amistad ya admirable para nuestros futuros saurios en las escaleras de la doble hélice cantamos con los árboles
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todos cabemos en una respiración o vamos en un cabello humano y por esa brevedad vamos a entrar a lo desconocido
***************************** Para entonces los viajantes Para entonces lejanos los días Para entonces el agua en diamante se chorrea en las sienes Para entonces el alienígena se vuelve mente y arcilla, mientras una liturgia de quetzales re de construyen la barbarie (de paso el ojo y el avenave frotan sus piedras en la espuma … reminiscencias jurásicas trazan un músculo, es la semilla las ceibas dan mieles como turbulencia en la concha telúricas ruedas danzan en la rebaba mística te despellejas de prendas tu piel es sólo un campo de concentración entonces el cuajo llena la caja,
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renaces en un aneurisma de puentes o acantilados de noche los niños roen y se multiplican de noche la esfera sueña que se parte ahora el agua mancha de vida: vibran las vírgenes y las madres se sale y se sala la boca gritando a la vida, volando en las calles andan tras una idea tras una sistematización tras una copla hoy tienen memoria y piensan que el tiempo es un apotema pero la re-creación es la medida que todo lo abarca en todas las ramas crecen se suspenden como alfabeto, es filigrana cósmica que se adapta y se autoasemeja pero han creído de nuevo en persistir como la gota pero la rosa se marchita, eso mismo la hace rosa consiste en leer la estampida consiste en aniquilar la erupción de un relámpago, desvirtuar el concepto a tientas mirar las cosas siempre s
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i n reconocerlas de fuente un remolino en el plexo un hervidero de curvas, habitantes de plaquetas rueda el escurrimiento en el magma en el crecimiento del cuerpo y en su filotaxis el ombligo inalámbrico el vestigio para otros mundos aquí se quema la idea plástica y dogma de materia pero se deja fisura se abre la marca la construcción es un cúmulo alienígena la concatenación el petardo y la maleza serpentean en el remanso, el alma en el abismo reconoce en suspensión se parte el brote en los puntos como las constelaciones fundimos el charco en el vaho prendimos la sombra pero aquí la duplicación se yergue como espectro, el antecedente cruje y se abre la tierra a la caaraa vaanaa, Ora el ánima se carga de reptiles Ora el ánima se carga de bosques, de protuberancias Sí, la vida es tan hermosa como un risco: Por qué la autopista no termina? Caminaste siendo ente o cavidad?
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de boca turquesa hablamos como filtración cómo diluirse en su borde matriz que flota en las hojas y sus filos es la coreografía de reprogramar las cuerdas cabalgando maremotos ensambla sonidos de arena dulce corremos cojeando saliva tu ojo, corre la vía del esperma corre como monos aullando por algún ardor aquí de nuevo soy cristo el nácar y la coherencia del rizo, el agua lavada el remanso y cortina, la iteración de cisternas, también todos los surcos en las rocas pero que son pétalos
***************************** APRENDIMOS A OLER A LA LUZ CON LOS OJOS Mi cerebro es una rosa Leopoldo María Panero
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Recuerdas que jugábamos entre árboles Como si fuéramos luciérnagas o lluvia Y aquellos árboles nos soñaban desnudos. Entonces nos sujetábamos entre las raíces del viento Y girábamos como reguiletes fosforescentes En medio de una oscura selva. Recuerdas que ansiosos zigzagueábamos entre lenguajes Como si fueran campos minados de locura Que nada más lo cura la misma locura. Recuerdas que te dije mi cerebro es una rosa Mi cerebro es una rosa Cuando deletreábamos A los árboles nubes piedras sonidos imágenes Recuerdas cuando nos acostábamos boca arriba Y dibujábamos en la memoria silbidos de color ultravioleta O transatlánticos aéreos que trasportaban toneladas de rosas Y sin prisa enfilábamos todos los colores de la intemperie Y aprendimos a oler a la luz con los ojos. Recuerdas el gesto de la ceiba que crecía desde el cielo Y nuestros nervios ópticos reventaban tras escribir
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El ultimo juramento de nuestras huellas. Recuerdas que dentro de nuestros pechos Se replegaron los ecos del incendio.
***************************** LA TRIBU ALIENÍGENA Fuimos convocados por el palpitar subterráqueo un sol verde que brilla en las selvas fosforescentes llegaron 13 poetas alados desde otros polos, otras altitudes, otras muertes hacia el epicentro de un corazón que se mueve. Venimos a enterrar nuestras plumas en el lodo del éter a germinarnos como semillas sobreoxigenadas que renacen por séptima vez mutantes con cuerpo de nube gemas que en el aire hierven. Toda la neblina se congrega en un micropunto futura explosión terrestre. Nuestro vehículo es una nave temporal que usa neumáticos imaginarios viajamos a pasados alternos 5033
encontramos el infinito en cualquier segmento nuestro tiempo es un reloj de agua descompuesto que está atrasado 1 segundo hacia el tercer futuro y adelantado 2 terceros desde el segundo presente somos los adictos jinetes del vértigo. Nuestra nave surca por el espacio multiplicado avanzamos hacia el origen de los relámpagos difusas líneas del camino se pierden en los charcos venimos desde las megalópolis de humo y fierro nuestros ojos homínidos tienen hambre de cielos invertidos queremos suspirar en el vientre de la selva el amor plantae ser mojados con tibias lluvias de clorofila que los árboles nos extiendan sus 14 mil manos, que las huellas digitales de nuestros pies se recodifiquen como mapas hacia los hormigueros. Venimos a seguir los pasos de los yaguarundis a poner interrogaciones en cualquier letrero recordar nuestra raíz aérea que amarra su cola a las altas cortezas el juego volátil de los micos arácnidos. Nuestras palmas se vuelven tambores acuáticos nuestra garganta se desgarra para platicar con los
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zarahuatos nuestra voz se transforma en un ecoico espejo de pájaros. El primer poema fue el aullido de un mono enamorado el segundo poema cuando un homo sapiens puso su cara en el barro el tercer poema el nombramiento de las formas, los seres el funcionamiento del mundo y sus sistemas la toponimia invisible de la cabeza el cuarto poema fue la transmisión eléctrica de nuestros sueños en números binarios y ahora, habitamos el quinto poema humano un poema extrasonoro, supravisual un poema que se escucha con las papilas y se toca con el oído del ojo un poema red, un poema fractal , un poema telaraña, un poema inter-sensorial. Y es en este poema donde caminamos los centinelas de la ensoñación los niños perdidos que se revuelcan y cantan entre las texturas salvajes los que dejaron el concreto gris de las ciudades para brincar desnudos de pirámide en pirámide. Estamos juntos y felices en este punto atmosférico somos pequeños como los gigantes
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vemos como velociraptors a los hocofaisanes vemos los focos de las antenas como ojos parpadeantes de oscuros magos vemos los cementerios prehispánicos como laboratorios alquímicos para jugar escondidillas, avioncito, carreras hiperespaciales los templos como escenarios de antiguos performances donde se intercambiaba sangre por lluvia un amanecer por cada corazón donde los espectadores eran los insectos, las flores y el sol. Queremos volver a vivir esa poesía-danza, poesía-glifopoesía-caligrama poesía incienso, poesía-flauta, poesía medicinal, poesía magia volver a hacer de la poesía un rito para imantar a los cometas la poesía como serpiente electromagnética que atraviese al lenguaje y sus paredes la poesía como sensorama ceremonial para llegar al trance celeste la poesía como energía propulsora hacia la alígera hipersensibilidad
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que desde el ritmo constante alza las frecuencias mentales y corporales hasta el punto en el que lo que se piensa es la metáfora de lo que se siente y lo que se siente es la lenta imitación de los vocablos de un poema mayor que hace eras fue recitado por el antiguo espejo de nuestro 5to sol. Pero ahora nadamos en agujeros azules, cenotes negros construimos tótems con la basura de los imperios nos drogamos con éxtasis, alcohol etílico y ácido lisérgico y nuestros penachos son esferas giratorias de luces multicolor nuestra música es la distorsión. Encontraremos el punto en el que la tecnología del neón se reencuentre con la telecomunicación de la hierba el Internet con la telepatía biosférica nuestros versos se arremolinaran en las auroras volveremos a percibir las sinfonías de las mariposas y nuestras pantallas volverán a ser de piedra dejaremos de ser el virus de la computadora del planeta nos armonizaremos con la anti-tierra. Y así como nuevos niños murciélago renaceremos viejos en el siguiente poema
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otra vez del ultra rojo al infra violeta. (Para mis amigos del Festival subterraneo de poesía y a los poetas de mi generación. Poema escrito en Bacalar Septiembre 2014 )
***************************** VACANNABICA (TAURA SATIVA): A menudo llamada “la vaca más rica”, la Vacannabica tiene sus orígenes en épocas inmemoriables, no necesariamente porque haya sido hace mucho tiempo sino porque, debido a sus efectos secundarios, nadie se acuerda con exactitud cómo surgió ni a quién se le ocurrió por primera vez someter a las reses a una estricta dieta a base de marihuana y agua. Se presume, sin embargo, que fueron los mayas quienes perfeccionaron dicha técnica, aunque aún haya hoy en día quienes alegan que las primeras vacas en tocar el Nuevo Mundo provinieron de los españoles, olvidando sin duda los manuscritos perdidos (y luego recuperados) de los Protocolos del Priorato de Conch, donde queda demostrado sin lugar a dudas que en realidad las vacas provienen del planeta IlusiónRanchera186. 5038
Pero si nos remitimos al folclor del sudeste mexicano, la creencia más arraigada afirma que fue Mekanik Mul quien decidió, con voz atronadora: —Es bueno que las vacas se plazcan echadas sobre la dulce hierba, y es doblemente bueno que las vacas compartan de sí a los hombres sus ricas bondades. Y a las vacas se dirigió, como recitando un poema: —Tú, res, tú, vaca, tú, ternera, beberás en los ríos; andarás a cuatro patas y comerás de los frutos de la hierba que es cannabis. Ingerirás su semilla y su tallo, sus flores y sus hojas con tricomas. Llenarás tu cuerpo de la sustancia que es cuatro veces hidrocannabinol hasta que tu carne, tu leche y tu queso rebosen de canabinoides para deleite y beneplácito de mis hijos los hombres. Argumento que esgrimen los consumidores de carne de vacannabica ante las protestas de los veganos ortodoxos, a quienes, inexplicablemente, les parece tortura el vivir grifo y tener una muerte provechosa. No obstante, está ampliamente comprobado que la carne de vacannabica es rica en proteinas, carbohidratos y THC, lo cual la convierte por de facto en una rica fuente de esparcimiento nutritivo; ya sea en hambuguesa, suadero, bife, arrachera o asado de tira, la carne de vacannabica no sólo alimenta y recrea, sino que es muy sabrosa, además de
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aliviar achaques de la psique como la ansiedad y el estrés. A raiz de la prohibición de la marihuana, mantener a una vacannabica hoy en día resulta considerablemente caro, además de ilegal, por lo que el consumo de sus productos se ha visto disminuido, llegando a ser considerado un lujo exclusivo para los más finos paladares; huelga decir que a pesar de la más férrea criminalización, aún hoy en día es posible encontrar ejemplares fidedignos en uno que otro ejido del sur de México. Inclusive hay quienes afirman haber presenciado monos ninja ordeñar vacannabicas, lamentablemente, cuando se habla de los míticos monos ninja no se puede ir más allá del difuso terreno de las leyendas y las supersticiones.
***************************** QUÉ Qué frágil es la especie humana, cuán endebles somos inermes en un viaje sin final, indefensos ante la posibilidad de alguna colisión inesperada, que nos arroje en pedazos al espacio vacío, al sol, a la extinción de todo rastro de vida
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¿acaso entonces la existencia de algún Dios tiene sentido? alguna inteligencia inconcebible, que nos arrojó al espacio en este sitio de magia, generando pensamientos habitamos, lo que imaginamos es nuestra existencia, objetos corpóreos conformados por átomos y espacios un macrocosmos / microcosmos / materia oscura qué tan vieja es la superficie del planeta, qué edad tiene nuestra Vía Láctea, las fuerzas centrífuga y centrípeta que determinan la existencia, nuestro andar terrestre desentendiéndonos de nuestro viaje en el espacio, por aquéllo que parece lejano e imposible, un sueño que se convierte en pesadilla, olvidamos lo que somos cómo giramos en círculo / cómo somos sujetos de la fuerza entre masas / la energía desconocida / la materia oscura / viajamos ignorando el viaje en el espacio, imaginamos / o tal vez / programados para sobrevivir / reproducirnos en el mundo que retiene nuestro habitat inconcebible, extraño, mágico acaso, dentro de nuestra infinita pequeñez sea solo un momento más y nuestro andar efímero qué importancia tiene entonces nuestra historia nuestros inventos y creencias, las creaciones / los viajes al espacio, son tan pequeños tan mínimos tan insignificantes, que somos apenas un instante
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un átomo, un momento en el espacio, sin voluntad sin posibilidad de permanecer, sin derechos, sin poder pensar en otra cosa que vivir en este engaño mientras la vía láctea avanza indetenible llevándonos arrastrados, a la esperada colisión entre Galaxias a la muerte / la transformación / qué existencias / qué formas / qué conciencia / qué sentido / ke oscuridad / ke materia oscura arropados en el cosmos, qué somos acaso, autómatas celestes? PANSPERMIA Dormí, no sé si fueron siglos, un instante o la eternidad desperté cuando el giro terrestre se introdujo en la oscuridad abrí una puerta y en mi rostro, las grandes hojas de una planta haciéndome cosquillas, se movían frente a mis ojos con su verdor oscuro superior, un claro y más vivo inferior los nervios y las venas que el viento columpiaba un papayo pleno de vida, en el verdor intenso que rodea nuestro pequeño hábitat, ¿qué es la vida?
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La vida apareció en nuestro planeta hace 3500 millones de años pero existe otra interrogante: ¿la vida en la Tierra, surgió en la Tierra? ¿es posible que surgiera en otra parte y después aterrizara en nuestro planeta? ¿podría un bombardeo de meteoritos traer consigo los elementos esenciales para el desarrollo de la vida? El meteorito Murchison caído en Australia en 1969 contenía aminoácidos cuyo origen se identificó como extraterrestre. ¿Será el origen de nuestra forma de vida como un virus diseminado en el espacio? ¿Es el Universo un macro experimento y nosotros, objetos del experimento? Regreso a mi estudio y preparo un litro de café espresso repaso algunas preguntas y respuestas de Bart Kosko: ¿porqué hay algo en vez de nada, porqué no hay solo vacío? quizá podamos imaginar alguna respuesta con sentido la vieja respuesta de la religión es que Dios hizo al mundo y por eso hay algo. Si Dios es algo, ¿quién lo hizo?
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¿cómo podría surgir algo de la nada? ¿Dios es nada, el vacío, el conjunto vacío, estaría en todas partes en el sentido de que no estaría en ninguna. Una respuesta circular, la vida parte de uno mismo. el principio antrópico: el Universo es como es para que yo esté aquí mismo, aprendiendo, meditando, escribiendo. El Universo surgió del big bang hace solo unos 15,000 millones de años. Pero antes, ¿había algo? ¿Acaso el Universo no se muestra solo para nosotros sino para otra inteligencia superior en los confines del espacio? Si el meteorito Murchison contiene aminoácidos esenciales para la vida y en la tierra hay vida, entonces habrá vida en otros planetas. La vida, dice Bart Kosko, quizá caracterice a una fase temprana del crecimiento de varios Universos que se desarrollan; a lo mejor nuestro Universo se aloja en un meta-universo junto con otros y todos tendrían cosas que poseen vida
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inteligente. Bart Kosko arriesga una respuesta a la pregunta del porqué existe algo en vez de nada, ¿cuán difuso es el Universo? “supongamos que no hay nada, ni un solo objeto, en el sentido de la teoría de conjuntos, se trata de un conjunto vacío, nulo, entonces, ¿qué es nada? El mundo, el universo, el espacio de todas las cosas, o sea X = Ø, Ø es el vacío esto conduce a la explosión de las matemáticas” no hay matemáticas. Pienso entonces en la energía oscura, ¿es parte de la nada? la vida inicia y no concluye, el viaje de la vida no termina nunca nuestro viaje en el espacio, parece infinito.
***************************** Nací en el Metro. Mi madre era peatón. Una madre callejera que nació en la vía púbica. Soy devota de la risa. Nací en un crucero importante en la ciudad más grande del mundo. Mis padres fueron payasos.
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Empecé a trabajar antes de nacer. La abuela trabajó de sol a sol. Nos comimos a la abuela. Somos caníbales. Me como mis uñas. Nací con la vela cortada. Nací para servir. A la mesa de los que no tienen nada que comer. Nací antes de tiempo, en el Sur. No sé si soy de acá. No sé quién es mi madre. Mi padre tampoco lo sabe. No soy chamana. Soy canal. Me doy cuenta cuando va a llover. No me doy cuenta cuando me odian. Creo en la palabra de la gente. Nací en el país más odiado del mundo. Mi abuela tuvo un bastardo. Mi abuelo le dio su nombre, a cambio de que mi abuela muriera de cáncer. Nací con muchos pecados. Nací en el país más odiado del mundo. Mi abuelo también murió. Era el último acto de su currículo. Mi abuelo me dio un muñeco y le aplasté la cara y luego lloré toda la noche. Entonces me dieron dulces y se me pudrieron los dientes. Todavía tengo mis muelas. Nací con caries. Nací a pesar de que nadie quería que yo naciera. Pero nací. No me di cuenta cuándo nací. Mi madre nació muerta. Huitzilopochtli nació armado. Don Jaime lloró en el vientre de su madre. Los tiburones fetos matan a sus hermanitos dentro del útero. Su madre tiene dos úteros, uno para dar a luz y otro para dar oscuridad. Nací antes de tiempo. Bajo un eclipse, nací
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con la vela cortada. Sin esperanzas de vida. Soy siamesa de un muerto. Soy inquieta. Nací sabiendo que mi tío era un bastardo. Nací bajo el velo. Soy Munda, soy trotamundos. Soy blanca, soy morena, tengo los ojos azules, tengo los ojos llenos de lágrimas. Nací vidente. Nací con un don. Enredada en la horca. Nací para morir. Nací enamorada. Nací en el desamor. Nací sola. Anduve buscando a mi madre en el Metro. Nací pidiendo limosna. Nací sabiendo todo. Nací en la ignorancia de creer que sabía todo. Sin saberlo. No me di cuenta cuando nací, nací sin nombre, sin apellido. Sin saber en dónde. Nací en botas sieteleguas. En el sur. En el sur del sur nací. Bajo un aguacero. Durante el temblor. Nací y me pegó el rayo. Nací y el volcán hizo erupción. Nadie se dio cuenta. No salió en los periódicos. No había televisión cuando yo nací. Boca arriba, piernas abiertas. No en una cama de rosas. Nací en una maceta de chiles, en un nido de alacranes, en el cráter que dejó una estrella. Con un dedo en la llaga, nací entre la muchedumbre. Ronca de tanto llorar en el vientre. Nací lo mejor que pude. Nadie me ayudó a nacer. Nadie me vio nacer. De la nada nací. De la cabeza de mi papá, en un pesebre. Con mi puño en alto.
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Después de sobrevivir ocho meses en el vientre de mi madre. Prematuramente. Antes del amanecer. Sin darme cuenta. Huérfana del amor, hijastra de la felicidad. Aprendí a nacer naciendo. No tenía ninguna amiga. Nací con hambre. Con ganas de vivir. Era de risa cuando yo nací. Sin saber lo que estaba haciendo. Nadie me preguntó si yo quería nacer. Bajo el agua. En una tumba. Mi padre era sepulturero, mi madre nació muerta. Sin esperar nada a cambio. Sin querer. Con un carbón en la mano. Rayando las paredes. Con un grito en la boca: NACÍ.
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AYOTZINAPA Tal vez sea en el papel donde la poesía dispare letra a letra a quemarropa y las palabras se vuelvan proyectiles para aquellos que no encuentran justificación de su mirada, los ciegos. Entre veladoras los 43 desaparecidos alumbran este rompecabezas con balas que incrustan una sola idea pero no se esconde ahí está latiendo en frases como disparos en armas de versos. Aún seguimos con la cera quemando la conciencia en esta espera que se disipa y parece que la luz empieza ahogarse en las calles marchas marchas es hora de Ayotzinapan en este país las flores se dicen con la voz alta de nuestros muertos. 5049
ÉSTA COMPILACIÓN V FUE TOMADA DE LOS ARCHIVOS
El mismo día en que se inauguró el ciclo de poesía “Bahía alquímica”, viernes 26 de Septiembre de 2014 el Estado mexicano coludido con el narco asesinó a 6 personas, tres de ellos estudiantes, un futbolista y un ama de casa y posteriormente desapareció a 43 estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa cuyo paradero a la fecha de esta publicación se desconoce. Esta publicación da cuenta de un viaje, contra viento y tormentas hacia el extremo sur de México, un país hecho ceniza. En el camino hubo de todo y a veces las cosas fallaron, pero todo esto nos hizo cómplices de una futura alegría y de la voluntad de seguir escribiendo, hablando y creando lenguajes. Dado el enlace de estos átomos que somos en movimiento el festival subterráneo ya está en el habla del mundo. Se incluyen aquí textos inéditos de Juan Salzano, Alonso Gordillo, Andrés González, Cynthia Franco, Yaxkin Melchy, Malinalli Balazo, John Mc Liberty, Sandino Bucio, Eduardo Ribé y Jorge Yam, dos poemas del blog “Internet y tacos” de Edgar Artaud, y un poema de Munda, primera munda de Ámbar Past. Dos collages digitales de Malinalli Balazo. La música para acompañar esta publicación es la del Cometa Rosseta https://soundcloud.com/esaops/a-singing-comet e IOB https://soundcloud.com/iob-tj La película “Los lenguajes alienígenas, un festival de poesía que nunca existió” actualmente ya recorre México, el Mundo y el Universo
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