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Participación
Secretaría distrital de salud
Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas.
Las huellas
de Bogotá
Las historias de vida se convierten en la voz de personas anónimas, que por cualquier acontecimiento dejan de ser habituales y pasan a ser extraordinarias. En esta última edición del año 2015, damos la voz a algunos de los protagonistas de esas historias, quienes demuestran que la política del amor logró transformaciones tanto en las personas, como en las instituciones.
Humana
Inocencia robada
(páginas 4 y 5)
Palabras inesperadas
(página 6)
Jean-Jacques Rousseau Filósofo suizo
Número 55 Diciembre de 2015 Bogotá, D. C. ISSN 1657-5172
Como el ave Fénix
(página 7)
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PALABRAS CON SENTIDO HUMANO
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n Bogotá, al evaluar los avances sociales en salud durante los últimos cuatro años, podemos dilucidar uno de los principios de la administración pública de la sociedad moderna: la corresponsabilidad, entendida como el deber ciudadano y gubernamental de asumir el reto de la transformación de una sociedad. Si bien es cierto que las reglas del mercado han distorsionado nuestra razón de ser como humanidad y, en cierto sentido, la salud se ha convertido en el bastión de algunos intereses particulares, la administración distrital ha realizado grandes esfuerzos por consolidar un cambio en los paradigmas sociales, en búsqueda de asegurar una atención en salud de calidad para todos los bogotanos. La corresponsabilidad nos convoca a todos para apropiarnos de nuestra ciudad y exigirles a nuestros funcionarios el diseño de políticas públicas dirigidas al bienestar colectivo y la inclusión social; así mismo, nos exige como ciudadanos propender por el cuidado común y realizar las acciones necesarias de prevención de posibles factores de riesgo. En un Estado social de derecho como el colombiano, las acciones individuales se reflejan en resultados colectivos; por ello es obligación de cada uno de nosotros aportar para el verdadero cambio. La Secretaría Distrital de Salud ha puesto en marcha programas como Territorios Saludables y estrategias de intervención, como los Centros de Atención a Drogodependientes (CAMAD), la promoción del aseguramiento en salud, el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), los Puntos por el Derecho a la Salud (PDS), el Hemocentro Distrital, los programas de inspección, vigilancia y control a servicios de salud y la ampliación de los canales de aten-
ción al ciudadano, además de la recuperación financiera de la Red Pública Hospitalaria; todos estos programas y estrategias reflejan el compromiso de la administración saliente por construir una mejor sociedad. Es palpable que el legado más significativo de este último cuatrenio en la administración distrital está cimentado en el principio universal de la humanización del servicio, el respeto por las diferencias, la cohesión social, la garantía de derechos, la conservación ambiental y la preocupación por la preservación de los bienes públicos. Este enfoque no debe ser tomado como algo pasajero, sino, por el contrario, deberá ser política permanente de los futuros gobernantes, pues el bienestar de los ciudadanos es el fin último y el deber ser de las entidades públicas. Solo queda dar las gracias a todos aquellos que aportaron a la construcción de una Bogotá más humana, pues de no haber sido por el trabajo arduo de cada una de las personas que pertenecen a los Comités de Participación Comunitaria (Copacos), de las asociaciones de usuarios de los hospitales, de los movimientos sociales, de los funcionarios y de los demás protagonistas de la participación ciudadana, habría sido muy difícil consolidar el importante trabajo que se ejecutó en el trascurso de los últimos años. El camino está dado para la construcción conjunta de la democracia de nuestro país. Sigamos trabajando unidos para conseguir una mejor sociedad entre todos.
ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ Secretaría Distrital de Salud Carrera 32 # 12-81 Alcalde Mayor Gustavo Francisco Petro Urrego Secretario Distrital de Salud Mauricio Bustamante García Subsecretario de Gestión Territorial, Participación y Servicio a la Ciudadanía Fabio Alejandro Mariño Vargas Directora de Servicio a la Ciudadanía Laura Milena Ramírez Serrano Jefe de la Oficina Asesora de Comunicaciones en Salud Oriana Obagi Orozco Coordinación Editorial María del Pilar Moreno Cruz Oficina de Comunicaciones Textos de la Secretaría Distrital de Salud Fernando Andrés García Ortiz Dirección de Servicio a la Ciudadanía
Olga Lucía González Piedrahíta Andrea Corredor Avellaneda Maggien Montes G. María del Pilar Moreno Cruz Oficina de Comunicaciones José David Muñoz Beltrán Coordinador de la Línea Psicoactiva Nilda Carolina Torres Coordinadora de la Línea 106 Gustavo Patiño Díaz Corrección de estilo Juan Carlos Vera Garzón Diseño y diagramación Fotografía Oficina de Comunicaciones, SDS INGIMAGE Impresión Subdirección Imprenta Distrital, DDDI Los artículos y las opiniones expresadas en esta edición son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Su participación es muy importante. Escriba sus artículos y envíelos a mpmoreno@saludcapital.gov.co Teléfono: 364 9524
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Las Huellas en Salud Andrea Corredor Avellaneda, Oficina de Comunicaciones SDS
Beneficiamos a más de
Atendimos a
924.000 y 3.700.000
40.113 personas
familias
personas
de las 20 localidades de Bogotá, a través del programa TERRITORIOS SALUDABLES.
Entregamos a la ciudad
90 nuevas ambulancias
de grupos vulnerables como habitantes de calle y jóvenes del sector informal
17 CAMAD
en creados en esta administración.
Implementamos
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Servicios de Salud Amigables para las Mujeres
1
Servicio de Salud para la población LGBTI
para fortalecer la atención prehospitalaria.
donde brindamos atención integral en salud mental y derechos sexuales y reproductivos.
Promovimos
Contribuimos a
La exigibilidad del derecho a la salud
Sanear el déficit presupuestal
mediante
12 PDS fijos y 4 PDS móviles, espacios donde fueron atendidas más de
de los hospitales públicos de Bogotá, logrando un
superávit de $3.820 millones
280.000 personas.
al cierre de 2014, que permitió garantizar la continuidad de los servicios de salud.
Creamos
Fortalecimos
El primer Banco Público de sangre de cordón umbilical en Colombia
y la Unidad de Investigación, en Terapia Celular
y además fortalecimos
el único Banco Público Multitejidos del país.
La red pública hospitalaria
con 15 redes de atención especializada, el proceso de reapertura del HSJD, la construcción del H. El Tintal y más de
50 proyectos
de infraestructura y dotación con una inversión superior A
$140 mil millones.
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Quizás la vida me ha golpeado, pero todavía no ha logrado quitarme la sonrisa, porque cuando dejas de perseguir las cosas equivocadas, la correcta llega y te atrapa.
Inocencia robada Maggien Montes G. y María del Pilar Moreno C.
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na intervención en salud oportuna, cálida, eficiente y articulada es algo que parece imposible en un sistema que recibe diariamente cientos de tutelas por las razones contrarias. Sin embargo, en las calles de las 20 localidades de Bogotá trabajan discretamente los equipos de Territorios Saludables, programa bandera en salud de Bogotá Humana, para ayudar oportunamente a miles de personas, cuando ellas menos lo esperan, pero más lo necesitan. Ese fue el caso de Heydi, una adolescente que hoy tiene 16 años y que a los 8 años, inducida por una “supuesta amiga”, como ella misma lo dice, probó inocentemente su primer cigarrillo, sin darse cuenta de que estaba mezclado con bazuco. La sensación le resultó agradable a sus sentidos y esto despertó su curiosidad por conocer “La Ele”, también conocida como la “Calle del Bronx”, adonde la llevó esa persona un fin de semana y donde Heydi consumió droga
durante mucho tiempo, tratando de olvidar esos recuerdos que, a su corta edad, ya estaban marcados por el maltrato, la incomprensión y la crítica. En esa ocasión su madrastra fue a buscarla en ese territorio indómito y agreste, lo que la llevó a reconsiderar su regreso a casa; sin embargo, a los 10 años de edad fue violada por un familiar cercano, según cuenta Heydi, y fue en ese momento cuando tomó la decisión de adoptar “La Ele” como su casa y con ella solo se fueron sus tristes recuerdos, porque jamás regresó. La calle y las drogas se robaron la inocencia de Heydi. Ella despojaba de sus pertenencias a los transeúntes o hacía cualquier cosa para tener “el vicio” en sus manos; así, con el pasar de los días y de los años, se convirtió en habitante de calle. Entre esos ires y venires del destino, en ese espacio donde se encuentran redes de personas dedicadas al tráfico y comercialización de drogas, a la venta de armas y a la pros-
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titución y donde reservadamente queda prohibida la entrada a cualquiera que no sea consumidor de droga, Heydi “distinguió a un señor”, como dice ella entre risas, con quien tuvo una relación amorosa de la cual quedó embarazada… y ella no lo sabía. Un día se encontraba consumiendo drogas y de repente sintió que algo se movía en su “barriga”: “Yo boté todo lo que tenía en mis manos… lo bote pa’todos lados y salí corriendo y había un carro donde atendían [CAMAD]… Yo me sentía muy mal cuando me sacaron una ecografía, y sí estaba embarazada”, cuenta Heydi. Ante esta realidad, Heydi sintió que su vida debía tomar otro rumbo, el cual tampoco sería fácil para ella, pues debía responder por una nueva vida, pero ¿cómo hacerlo? En ese entonces, vivía en un inquilinato conocido como la Casa Rosada, ubicada en la carrera 13 con calle 21. De repente, en uno de esos días las historias de Heydi y de Liliana —funcionaria del Hospital Centro Oriente vinculada al Programa Territorios Saludables— se cruzaron cuando en una de las cotidianas visitas a las gestantes, Heydi estaba ahí a la entrada de la Casa Rosada, negándole a Liliana que vivía ahí, pues no quería que nadie se metiera en su vida. La perseverancia y la dulzura de Liliana, sus acciones tan llenas de sentido humano, de amor, sus pala-
Heydi
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bras cargadas de ternura y comprensión y sus asertivas orientaciones en salud, al igual que las visitas de los profesionales de salud del equipo de Territorios Saludables, lograron llegar al corazón de aquella niña consumidora de droga y próxima a ser mamá, quien con la voz quebrada y el llanto en sus ojos manifiesta que durante toda su vida nadie se había preocupado de una manera tan incondicional por ella. Liliana afirma con vehemencia: “El Programa Territorios Saludables sí sirve. Sirve en la medida en que la gente da la oportunidad de conocer el trabajo de uno y se da cuenta de que realmente estamos trabajando para ellos, no para nuestro bienestar. Nosotros salimos a trabajar por sus necesidades y en sus horarios, no en los horarios que nosotros tenemos asignados como prestación de servicios; esta es la gran diferencia con las EPS”. El momento que cambió la vida de Heydi fue cuando el médico del Programa Territorios Saludables, soportado por esa única ecografía y sin ningún control prenatal, le manifestó a Heydi que posiblemente podría estar padeciendo un retardo en el crecimiento intrauterino, lo que partió el corazón de Heydi porque a pesar de todos los desaciertos que haya podido cometer en la vida, tenía miedo de que a su bebé le fuera a pasar algo, pero fue precisamente ese sentimiento el que la hizo retomar definitivamente el rumbo de su vida.
Liliana
Hoy, producto de esa humanización en el servicio por parte de los profesionales de los equipos del Programa Territorios Saludables, Heydi, quien se encuentra bajo custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ha dejado de consumir drogas, se encuentra estudiando y está en proceso de recuperación, motivada por su hija Erin Juliana, quien tiene ya 11 meses. “Yo le doy gracias a Dios por permitir este embarazo, porque gracias a este angelito, a Liliana, a la Secretaría de Salud y al Hospital de Centro Oriente es que estoy aquí”. Como destaca Liliana, Bogotá Humana es el reflejo de la entrega con amor al servicio de los demás.
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inesperadas José David Muñoz Beltrán Coordinador de la Línea Psicoactiva de la SDS
La vida es una elección y quizás muchas veces no se toman las mejores decisiones, pues algunas circunstancias de abandono físico o emocional pueden llevar a tomar caminos equivocados, como el de la droga.
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n cualquier calle o esquina hemos visto a alguna persona consumidora de drogas, quien con su mirada extraviada y andariega simplemente da la impresión de tropezar con el mundo y con los demás, y con su paso parece un alma ambulante, halada de un leve hilo a punto de quebrarse. Como psicólogo de la Línea Psicoactiva de la Secretaría Distrital de Salud y como ser humano, día tras día escucho la desesperanza y siento el dolor que invade a muchas madres y familiares que ven cómo su ser querido se apaga lentamente. Es ahí cuando, de manera apropiada, debo entrar en ese espacio de los sentimientos para depositar allí, como decía Julio Cortázar, las palabras que nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma. “Hola, soy Beatriz, vivo en Bogotá con mi esposo y dos hijas: Juana de 16 años y Estela de 26 años. Estela tiene síndrome de Down y Juana… ¡ay, Juana!…”. De repente, un suspiro corta su voz, un suspiro que busca fuerza para no perder el aliento. “Mi Juana ha cambiado mucho últimamente. Parece estar todo el tiempo enojada conmigo, me desafía, se resiste a mis normas y mis consejos, me evade y permanece la mayor parte del tiempo en la calle. La siento lejos de mí y de la familia. En el colegio me dicen que sospechan que está consumiendo marihuana, no asiste a clase, y bueno… alguien me dio este número para llamar”. Un silencio irrumpe como un halo frío que sus palabras en breves instantes intentarán llenar. “Me siento triste y desorientada, no sé qué hacer ante esto que siento en el pecho”. Su tono de voz calmado y pausado, lánguido y desesperanzado, me hizo sentir su profunda tristeza acariciando mi oído a través del teléfono… acariciando mi alma. Sin más reparo, conservamos un momento el silencio, como quien guarda distancia entre dos almas para que algo ligero y liviano pase sin ser detenido, sin ser cuestionado ni juzgado. Un silencio que permitiera que ese halo de tristeza pudiera ser mirado y escuchado sin mayor intención. Luego de conversar un poco más, Beatriz me compartió algunas cosas de su cotidianidad, de su amor por sus hijos, de sus angustias por sacar adelante a su familia, de su trabajo como empleada doméstica, de su barrio y de los temores por cambiar y tomar acciones ante la situación propia y la de Juana.
Yo la escuché, hablamos durante cerca de una hora, sin prisa, deteniéndonos en ocasiones en lo cotidiano, en su sentir y en lo que ella nombraba como “equivocaciones”. Poco a poco, como un tejido que va tomando forma y color, ella logró encontrar respuesta a algunas inquietudes. Algunas muy puntuales, como “¿Adónde podemos ir?, ¿Qué puedo hacer mientras me atienden?, ¿Cómo puedo manejar la situación con mi hija?”, preguntas que simplemente manifestaban su tristeza y sus ganas de continuar caminando y aprendiendo. Sin mayor reparo nos despedimos. Sentí en su voz un tono optimista. Le manifesté mi interés en seguir conversando a través del teléfono cuando quisiera y que ante alguna dificultad en su proceso de atención en salud, no dudara en marcar nuevamente. Luego de un tiempo volvimos a hablar. Me sorprendió escuchar su voz en ‘colores’ distintos al gris de la primera vez. “Estoy mucho mejor, mi relación con Juana ha cambiado gracias a nuestra conversación. Hoy siento que tengo la energía y la capacidad para tomar mi lugar como madre, siento que Juana me respeta más, sigue mis normas y mis indicaciones. Juana aceptó su propio consumo y ya estamos en un proceso de atención ante la EPS”. Esas fueron sus palabras, las que me llenaron de satisfacción y provocaron una sonrisa en mí, porque Beatriz me transmitió la dicha que anidaba en su corazón por volver a sentir a Juana. Esa es la mayor recompensa para Bogotá Humana.
Equipo de la Línea Psicoactiva de la SDS.
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Como el ave Olga Lucía González Piedrahita Oficina de Comunicaciones de la SDS
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n el barrio Puente Largo, cerca de varias vías principales, centros comerciales y parques, se encuentra la Clínica Fray Bartolomé de las Casas, unidad que depende administrativamente del Hospital Simón Bolívar y a la cual le dio vida la administración de Bogotá Humana. En este lugar hoy funciona la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación, un importante referente en rehabilitación de pacientes quemados. Este es el caso de Óscar Contreras, de 34 años de edad, quien a sus 3 años sufrió una meningitis que lo tuvo al borde de la muerte y, como consecuencia, perdió la audición en su oído izquierdo y un alto porcentaje del derecho, lo que le impidió desarrollar la facultad del habla. Pese a esta limitación y a su difícil condición económica, logró salir adelante gracias a sus grandes habilidades en sus brazos y piernas: vivía en el campo, y a medida que iba creciendo, su desarrollo motriz le permitió realizar con enorme facilidad trabajos que exigían fuerza y rapidez; las actividades agropecuarias y la carpintería lograron mantenerlo siempre ocupado y que se sintiera útil, pues con sus manos demostraba ser un joven emprendedor, hábil y siempre dispuesto a trabajar en lo que fuera. De esta forma pasaba por alto su limitación física. Su destino cambio drásticamente en mayo de 2015, cuando la bodega de disolventes donde trabajaba explotó. Hoy sus manos, aquellas con las que se desenvolvía a la perfección, se encuentran completamente inmóviles, enrojecidas, frágiles, adoloridas y debilitadas, pero no precisamente por el cansancio de las jornadas laborales, sino por el fuego producido en esa explosión. Su discapacidad no le permite comunicarse, por ello su hermana Viviana se ha convertido en su intérprete y en su apoyo. Ella manifiesta que después de este terrible accidente ha tenido que asumir los cuidados de Óscar, parecidos a los que se deben tener con un bebé, pues ella tiene que bañarlo, vestirlo y darle de comer. Viviana agradece toda la atención que le ha brindado el Hospital Simón Bolívar a Óscar, más aún cuando fue remitido a las terapias de rehabilitación en la Clínica Fray Bartolomé, donde lleva tan solo dos meses, pero su recuperación, aunque lenta, ha sido muy positiva. Los profesionales que lo atienden le explican paso a paso los ejercicios que juiciosamente debe hacer para ir recuperando la movilidad en sus brazos, antebrazos, manos y cara, ya que las quemaduras que tuvo no le permiten realizar ciertos movimientos, lo cual lo ha llevado a estados muy depresivos. El solo hecho de trasladarse desde su casa hasta la Clínica ha sido incómodo, al igual que no poder valerse por sí mismo, someterse al uso de vendas que lo cubren desde las manos hasta los hombros y de una máscara durante las 24 horas del día, como medidas de protección fundamentales para recuperarse. Gracias a la rehabilitación ofrecida en la Clínica Fray Bartolomé y a su gran espíritu de superación, Óscar recuperará en un alto porcentaje el movimiento en las partes afectadas, podrá bañarse, vestirse y comer, y poco a poco recobrará las esperanzas de reconstruir una vida que creyó perdida. Así lo predicen hoy sus médicos y esta es la mayor motivación de Óscar y Viviana.
de Bogotá
La donación voluntaria y habitual de sangre permite que los bancos repongan los componentes de la sangre que se usan o se vencen.
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Bendita sea la fecha que une a todo el mundo en una conspiración de amor. Hamilton Wright Mabi
Feliz Navidad Y PRÓSPERO
AÑO2015NUEVO - 2016 Les desea Secretaría Distrital de Salud
Todos los problemas tienen solución
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l fin de año no se define únicamente con las festividades de diciembre. Para los niños y las niñas, el fin de año lo marca el cierre académico, y es en este momento cuando hay que estar atentos a las posibles pérdidas del año escolar, ya que es una situación que puede desencadenar miedo y ansiedad en ellos.
Nilda Carolina Torres G. Coordinadora de la Línea 106
Frente a esta situación se recomienda:
1. Establecer espacios de confianza para que los niños y las niñas cuenten tranquilamente las situaciones del entorno escolar; no dejar para el cierre del año académico la búsqueda de soluciones. 2. Recordar que en el proceso educativo de niños y niñas menores de 12 años el cuidador tiene alta responsabilidad; esta es una tarea en equipo y las consecuencias de ganar o perder deben ser asumidas en familia. 3. Si el niño o la niña pierde el año, revisar en familia qué pudo fallar en el acompañamiento. Aprender de los errores será la lección para el nuevo año. 4. Evitar las amenazas, pues esto genera mayor miedo, frustración y ansiedad que pueden hacer que los niños o niñas tomen una mala decisión. Recuerde que si usted no se convierte en su red de apoyo, ellos quedarán vulnerables frente a otras personas. Es importante enseñar a los niños y niñas que todos los problemas tienen solución, que es importante contar con alguien y que no están solos. Promueva el diálogo y la confianza, y para encontrar ayuda llame a la Línea 106 “Al alcance de los niños, niñas y adolescentes”.
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