Revista SaludHable N° 4

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Secretar铆a de Salud | Edici贸n 4 - Junio de 2015 | ISSN 2390-0423

Salud Hable Las etnias tienen la palabra


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Edición 4 - Junio de 2015

ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ SECRETARÍA DISTRITAL DE SALUD Carrera 32 # 12-81

Contenido

Alcalde Mayor Gustavo Francisco Petro Urrego Secretario Distrital de Salud Mauricio Alberto Bustamante García

›E tnia y medicina

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› Red de parteras étnicas, un ejercicio espiritual

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› Cuidadores milenarios del territorio

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›D iversidad para convivir

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Subsecretario de Salud Pública Jaime Hernán Urrego Rodríguez Jefe de la Oficina Asesora de Oriana Obagi Orozco Comunicaciones en Salud Coordinación Editorial María del Pilar Moreno Cruz Oficina de Comunicaciones

Corrección de estilo Gustavo Patiño Díaz Fotografía - cortesías VI Encuentro de Pueblos Indígenas Dalila Gómez Baos Diseño y diagramación Juan Carlos Vera Garzón Impresión Subdirección Imprenta Distrital DDDI

› Somos isleños y nuestra lengua es el creole

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Publicación trimestral SDS, Bogotá, D. C.

›R econociendo la diferencia en Bogotá Humana

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ISSN 2390-0423 Los artículos y las opiniones expresadas en esta edición son de exclusiva responsabilidad de sus autores.

Etnia y medicina Edna Rueda Abrahams - Médica psiquiatra Universidad del Salvador, Buenos Aires, Argentina

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a medicina es atravesada por la cultura todo el tiempo. Es cruzada por la inmensa cosmogonía que significa ser uno en particular, en un momento de la historia, en un lugar geográfico, bajo unos antecedentes y unas tradiciones que se viven como dogmas y que imponen cualquier nueva práctica. El médico, como lo conocemos hoy, nació del concepto del brujo, del mago y del sacerdote, de la intención de entender el universo, de dar explicación y orden a los sucesos que deforman la armonía que se pretende. El médico primitivo toma la naturaleza que rodea al ser humano, crea una confianza casi mística y confía en que su ungüento calme el dolor, baje la fiebre y se lleve la locura. Si falla, ha de ser que los espíritus fueron ofendidos, que el sol no fue alabado o que un dios que no se ve está enojado. Para el médico moderno, es necesario entender la medicina desde la etnia, debe entender a qué le teme su paciente, en qué cree, dónde encuentra resguardo y cómo ve la muerte: si la celebra o le huye. Solo desde este conocimiento —que parece alejado de la técnica y la molécula— el médico puede lograr una alianza terapéutica firme y proactiva con su

paciente y de ella depende el éxito de la terapia que intente implementar. Cada etnia enfrenta la enfermedad y la muerte con una serie de tratamientos que durante mucho tiempo han demostrado su eficacia: emplastos de hierbas conocidas, bebidas de flores de la región, a determinada hora, bajo una luna, según un rito… Se crean tradiciones que se transmiten oralmente y que si son observadas con atención pueden ser explicadas desde la ciencia, demostrando que, más allá de la química misma, existe un efecto que acompaña el bebedizo y que puede ser llamado placebo o magia, según usted sea un científico o un chamán. Una etnia no se sustrae a su origen cuando se encuentra con la modernidad, más bien se adapta, dando nuevos nombres a viejas costumbres, o armando nuevas tradiciones que se establecen sobre prácticas más antiguas. Y así, el médico sigue siendo en una comunidad, un poco mago, un poco brujo, un poco sacerdote, un poco científico, un poco nuevo y un poco viejo.


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Diana Milena Juanías - Psicóloga del Proyecto Red de Parteras

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n Bogotá hay encuentros de personas, de saberes, de voces de mujeres que se escuchan y comparten sus ideas, y se alimentan de sabiduría espiritual; mujeres que con su caminar van tejiendo la red que proponen, reconociéndose en su diversidad, a la vez que reivindican su trabajo como parteras y matronas, labor aprendida de sus madres y abuelas, fortaleciendo así la red como organización, en busca de que las comunidades conozcan este trabajo. Ellas ahora tienen la tarea de enseñar su trabajo, acompañando a las nuevas generaciones para garantizar la continuidad de ese saber depositado en ellas. Ese saber se trata de entender la maternidad como un proceso ligado a los ciclos naturales de la vida, por ello la utilización de las plantas tradicionales y de rituales de armonización para el recibimiento amoroso y alegre de cada nueva vida. Este loable objetivo es el que comparten mujeres de los pueblos indígenas uitoto, muisca, kichwa, pijao, inga y nasa, así como mujeres afrodescendientes del pacífico colombiano, quienes han encontrado en Bogotá Humana apoyo a través de la Secretaría Distrital de Salud, para consolidarse como una alternativa posible de prevención y promoción de salud para las mujeres de sus comunidades.

Comadronas afrodescendientes: Nelly Perea y Olga Perea.

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Leidy Johanna Cabiativa - Referente de Indígenas, SDS

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ara los pueblos indígenas la salud es el eje de la vida, es el estado de equilibrio y armonía entre lo físico, lo espiritual y lo mental de toda persona con su entorno, es el buen vivir. Los sabedores, abuelos y médicos tradicionales afirman que cuando se abusa de las leyes o creencias tradicionales, que no se deben alterar, se produce el desequilibrio y llega la enfermedad. Los indígenas organizados en Bogotá, que aproximadamente suman 20.000 ciudadanos (censo de 2005), ubicados en las diferentes localidades, requieren ser atendidos en salud, y por su cosmovisión decidieron iniciar un proceso propio que les permitiera reivindicar en un contexto urbano el fortalecimiento de la medicina indígena como un medio para mejorar las condiciones de salud y de vida de sus comunidades.

Por ello actualmente la Secretaría Distrital de Salud (SDS), junto con catorce pueblos indígenas identificados en cinco cabildos (Muisca de Suba, Muisca de Bosa, Ambiká Pijao, Kichwa e Inga), reconocidos ante el Ministerio del Interior y la Alcaldía Mayor, y trece pueblos indígenas en busca de reconocimiento (uitotos, misak misak, yanaconas, nasas, pastos, cametsas, eperaras), avanzan en el diálogo, definición e implementación de acciones en salud encaminadas al fortalecimiento de las prácticas propias de la medicina, vinculadas a modelos de salud propios, diferenciales e interculturales, como lo determina la Política Pública Distrital para los Pueblos Indígenas (Decreto 543 de 2011), en su camino de salud y medicina ancestral.

Pueblo inga

Pueblo embera

Pueblo uitoto

Pueblo pijao

Pueblo cametsa


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Sistema Indígena de Salud Propio e Intercultural (SISPI) Desde la Subsecretaría de Salud Pública y la Mesa Distrital de Concertación Indígena, donde tienen asiento los 14 pueblos, se han ejecutado dos proyectos encaminados a la construcción e implementación de un Sistema Indígena de Salud Propio e Intercultural (SISPI).

Este sistema busca desarrollar acciones propias de medicina a través de cinco componentes: Sabiduría ancestral Política organizativa Cuidado de salud propia e intercultural Formación, capacitación, generación y uso del conocimiento en salud Administración y gestión (según el Decreto 1953 de 2014, con el cual se creó el régimen especial de los territorios indígenas).

Se ha logrado la identificación y reconocimiento de 46 personas que practican y ejercen la medicina de los diferentes pueblos indígenas desde acciones individuales, familiares y colectivas, las cuales se desarrollan en seis lugares, denominados Centros de Salud Indígena, ubicados en las localidades de: Suba y Bosa, con el pueblo muisca San Cristóbal, con el pueblo uitoto Engativá, con el pueblo kichwa Usme, con el pueblo pijao Santa Fe, con el pueblo inga

Durante 2014, en estos espacios se han atendido 2.777 consultas individuales en medicina ancestral y se ha brindado atención a 2.268 familias. El reto del sector salud es seguir apoyando este proceso como una acción afirmativa tangible, construida con las comunidades indígenas en Bogotá y para ellas, como una apuesta que materializa e incluye el enfoque diferencial en el modelo de salud.

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Gabriela Gómez, gestora gitana, y Oficina de Comunicaciones del Hospital del Sur

tegia de Salud Intercultural para la Población Gitana, con la cual se diseñaron nuevos protocolos de atención que responden a sus necesidades y particularidades. Adicionalmente, el Hospital del Sur dispuso de un equipo de trabajo conformado por los integrantes de Programas y Políticas del Plan de Intervenciones Colectivas (PIC), el Programa de Humanización y la Oficina de Servicio al Ciudadano, quienes han atendido directamente las necesidades de la población gitana. El Hospital ha iniciado procesos de educación en la comunidad gitana encaminados a la promoción y prevención de la salud y ha logrado sensibilizar a trabajadores de la salud en las especificidades culturales y la concientización de un enfoque diferencial, para que los servicios ofrecidos respondan a las particularidades de la comunidad gitana. La inclusión de dos personas gitanas en la institución ha permitido que los ciudadanos gitanos se acerquen al hospital y accedan de manera más fácil a los servicios, porque se sienten identificados y comprendidos. Así se evidencian los avances que se han producido en la actual administración Bogotá Humana. Se espera continuidad, mayor inversión y más acciones afirmativas en el futuro.

LOGROS

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esde hace quince años, el pueblo gitano o rom es uno de los cuatro grupos étnicos reconocidos en el país, según la Resolución 022 del Ministerio del Interior. El pueblo gitano vive en comunidad y tiene como lengua el romanés. Está afiliada a las organizaciones no gubernamentales Pro Rom y Unión Romaní, que han logrado trabajar en equipo para alcanzar logros como la creación de una política pública gitana-rom (Decreto 582 de 2011), la cual establece principios que sirven como herramienta para que los derechos fundamentales de esta etnia sean restablecidos, proceso en el que se requieren garantías públicas, como protección e inversión. Así mismo, con esta política se busca mitigar la segregación, dar reconocimiento y visibilizar a la comunidad rom, protegiendo sus derechos con enfoque diferencial, según sus especificidades y necesidades. Esto, a pesar de la avasallante modernidad que los obliga en muchas oportunidades a perder sus rasgos y su identidad. Uno de los ejes de la política gitana es la salud, para lo cual desde la Secretaría Distrital de Salud se creó la Estra-

La caracterización de esta población étnica ha permitido una identificación clara de su condición en salud y ha dado como resultado la creación de una ruta de aseguramiento que facilita el cubrimiento y la atención de la población gitana en todo el Distrito. Se han realizado acciones de sensibilización con las mujeres gitanas, como el fortalecimiento de la salud emocional y la disminución de barreras de acceso a los servicios. Actualmente se está desarrollando un proyecto de recuperación de medicina tradicional con mujeres adultas y niñas.


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Organización Raizal Fuera del Archipiélago (ORFA)

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n el Plan de Desarrollo Bogotá Humana 2012-2016, el primer eje determina que Bogotá es “Una ciudad que supera la segregación y la discriminación social”, por lo cual se busca la reducción o eliminación de la segregación y la discriminación por razones étnicas, culturales, sociales, de orientación sexual, de discapacidad o por creencias religiosas. El proceso migratorio de los habitantes del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y la dispersión de raizales, se relacionan con la búsqueda de soluciones a varias problemáticas, entre ellas, mejorar las condiciones de atención en salud. En el eje de salud de la Política Pública para los Raizales (Decreto 554 de 2011), se estipula que es muy importante la “Promoción del ejercicio efectivo del derecho a la salud de la población raizal a través de su inclusión en el diseño e implementación de la política pública intercultural de salud y en los planes, programas y proyectos que se desarrollen en el Distrito, con enfoque diferencial” y que se garantice que se pueda acceder a ella con equidad.

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Acciones afirmativas (derecho constitucional): Son iniciativas estatales que dan un tratamiento preferencial a ciertas poblaciones, buscando corregir o compensar las exclusiones que han sufrido en el pasado.

La ejecución de actividades de promoción de la salud y prevención de la enfermedad ha dependido de la concertación de la Secretaría Distrital de Salud (SDS) con las comunidades, quienes determinan cuáles son las acciones y los ciclos vitales que se deben priorizar. Teniendo en cuenta esto, la comunidad, representada por la Organización Raizal Fuera del Archipiélago (ORFA), crea la Mesa de Salud Raizal, que tiene entre sus objetivos establecer prioridades, hacer a la comunidad conocedora de sus derechos y reducir o eliminar las barreras de acceso a los servicios de salud, especialmente para aquellos que vienen remitidos del archipiélago. Así mismo, en el ejercicio de implementación del derecho a la salud intercultural, un logro de la administración actual, mediante el Plan de Desarrollo, ha sido el fortalecimiento de las capacidades de la comunidad raizal para participar en la toma de decisiones a favor de las comunidades, respetando la identidad, reconociendo sus particularidades y construyendo un plan integral, con el fin de pactar acciones afirmativas* para los raizales. Este es el enfoque diferencial que hace que Bogotá sea una ciudad incluyente y que contribuye a garantizar una mejor calidad de vida para los raizales que habitan o que visitan la ciudad.

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Reconociendo la diferencia Equipo de Etnias, Subsecretaría de Salud Pública, SDS

10.908 indígenas 10.544 afrodescendientes 500 gitanos

Han sido identificados, caracterizados y atendidos en las distintas localidades de Bogotá, por parte de los equipos de Territorios Saludables, a través de las acciones de Atención Primaria en Salud (APS).

kilombos

Han sido ubicados en las localidades de Suba, Bosa, Candelaria, Antonio Nariño, Kennedy y San Cristóbal, como espacios propios de fortalecimiento de la medicina ancestral afrodescendiente.

373 indígenas wounaan y 63 indígenas eperaras

Han recibido acompañamiento y atención en salud para mejorar sus condiciones de vulnerabilidad, en cumplimiento del Decreto 166 de 2014, para población indígena víctima del conflicto armado.

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13 indígenas

6 afrodescendientes 1 gitano y 1 raizal

900 indígenas emberas

Trabajan hoy como profesionales, técnicos y gestores comunitarios étnicos en 13 hospitales de la Red Pública. Así gestionan y posicionan las cuatro políticas públicas para los grupos étnicos. Recibieron beneficios de acciones diferenciales en salud, con lo cual se logró que más de 800 de ellos comenzaran el proceso de retorno a sus territorios (Risaralda y Chocó). Esta acción fue articulada entre la nación y el Distrito. * Información actualizada hasta diciembre de 2014.


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