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cine
Texto: Samuel Díaz/EFE
Fotos: EFE
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Poco después de que la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense se constituyese, en 1927, tuvo lugar una cena en el salón Crystal Ballroom del hotel Biltmore, en Los Ángeles. Allí, según se lee en la página de los premios, se discutieron los objetivos de la recién inaugurada institución; entre ellos, cómo reconocer los logros de los actores de la industria.
En una de las reuniones sucesivas, el director de arte de la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Cedric Gibbons, bocetó a un caballero con una espada entre las manos, frente a un carrete de cinta. El escultor encargado de hacerlo en tres dimensiones hizo varias versiones de las que Gibbons eligió una. En ella, la caja con la cinta pasó a estar bajo los pies del caballero, un diseño que se conserva hasta hoy.
Oscar, sin embargo, no es su nombre de nacimiento. El origen del apodo del Premio de la Academia al Mérito, que así se llama oficialmente, es incierto y atribuido a más de una persona. Las historias dicen que la directora ejecutiva de la Academia, Margaret Herrick, pensó y comentó que se parecía a su tío Óscar. El columnista Sidney Skolsky también aparece entre los que podrían haberlo bautizado como tal. También la actriz Bette Davis dijo haberlo llamado así por su exmarido, Harmon Oscar Nelson.
Sin embargo, Bruce Davis, autor del libro The Academy and the Award: The Coming of Age of Oscar and the Academy of Motion Picture Arts and Science, tiene otra teoría. Según recogió Variety recientemente, Davis dice que el honor debería ser “casi con seguridad” para Eleanore Lilleberg, quien tra-