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Sube población indígena en Brasil
En una década, se incrementa en un 88.82 por ciento.
El número de indígenas en Brasil creció un 88.82 por ciento en una década y llegó a 1.69 millones de personas en 2022, y cerca de la mitad, el 51.25 por ciento, reside en los estados que integran la región amazónica, según datos del último censo y que fueron divulgados ayer.
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El fuerte aumento de este sector contrasta con el crecimiento general del 6.5 por ciento de los habitantes brasileños, lo cual se demostró en gran medida a los cambios de metodología de empadronamiento.
Por primera vez, en 2022 se preguntó si se consideraban indígenas, una pregunta que antes solo se hacía a quienes vivían en territorios aborígenes.
“La gente se siente muy a gusto al decir que es indígena, cuando antes lo ocultaban”, señaló la ministra de los Pueblos Indígenas, Sônia Guajajara, en una rueda de prensa en la ciudad de Belém, donde hoy se inaugurará una cumbre de presidentes de países amazónicos.
51.25 por ciento reside en la región amazónica.
De hecho, 1.1 millones de descendientes de los pueblos originarios viven fuera de las tierras ocupadas por los pueblos primitivas y están repartidos en los municipios del país, según reveló el estudio.
Las poblaciones más populosas son la Yanomami, con 27 152 habitantes, seguida de Raposa Serra do Sol, con 26 176 nativos, y el territorio Évare I, con 20 177. Y Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, ubicada a 1500 kilómetros de la selva amazónica, es también una de las urbes con más población indígena (19 777 censados).
La referida cumbre pretende servir de plataforma a fin de proponer una nueva estrategia para el desarrollo sostenible de la región.
Calculan que 1.5 millones de fieles asistieron a la ceremonia final de la JMJ.
Jóvenes abandonan Lisboa llenos de fe
Después de viajes, caminatas al sol y noches al raso, los jóvenes que participaron en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa, Portugal, abandonaron la ciudad cargados de fe y nuevas amistades.
Raquel, una madrileña de 18 años, resume con la frase: “He aprendido a darme cuenta de la suerte que tenemos, no todo el mundo puede vivir esto”, la experiencia que tuvo durante la última semana, cerca del papa Francisco, junto a un millón y medio de adolescentes.
“Queremos ir a visitar el Vaticano”, indicó Mari, una joven guatemalteca que espera llevar al país centroameriano las bendiciones recibidas.