
5 minute read
La vía sacra y caponeras de la catedral de Pamplona (V)
RicaRdo FeRnández GRacia cátedra de Patrimonio y arte navarro
Una última advertencia es de sumo interés, ya que nos da razón del conocimiento del arquitecto del panorama francés y español. Dice así: “Se advierte que el oro con se ha dorado la cenefa de prueba de sobre la puerta del coro, es de la fábricas españolas, su color algo apagado; pero el de las de Bayona, sobre ser los panes mayores y más económicos, tiene un color más subido y grato a la vista, por cuyas circunstancias preferible por ahora a la calidad española y por su compra y acopio podría hacer con más conocimiento y economía el mismo maestro Gatell, llegado a este caso, con preferencia a todo comerciante por la costumbre de car- hablemos con la sib
Advertisement
Desafío global cronos
dR. JoRGe antonio oRteGa G. ortegagaytan59 @gmail.com
gas el tanto por ciento de comisión”. Termina el memorial haciendo notar que en las partes que se fuesen a dorar se debía evitar dar la mano de aceite de linaza porque tendría demasiado brillo y entraría en colisión con el oro.
El autor de este proyecto fue Pedro Manuel de Ugartemendía.
El autor de este proyecto, Pedro Manuel de Ugartemendía (1770-1835) fue un arquitecto guipuzcoano, que desempeñó el cargo de inspector de caminos de Guipúzcoa e intervino en numerosos proyectos, también en Navarra: Irañeta, Puente la Reina y distintos edificios de Pamplona: proyectos de la Inclusa y del teatro, entre otros. Todos aquellos planes para dorar la reja del coro y de la construcción del trascoro también quedaron suspendidos por acuerdo del cabildo de 4 de julio de 1834, en el contexto de la primera guerra carlista. Lo referido a la reja no se volvió a plantear, en cambio el trascoro se hizo realidad unos años más tarde.
Reseña histórica SIB (I)
En el período de 21 años que han estado en vigor las principales leyes financieras, luego de la tercera reforma financiera, ha variado un tanto la composición del sistema financiero.
La construcción del futuro es un ejercicio permanente e irreversible para la humanidad, debido a la incertidumbre que produce el desconocimiento del porvenir. La prospectiva permite en buena medida definir la construcción de escenarios probables y deseables, así como los no deseables.
Como comentamos en nuestra columna de abril, la Superintendencia de Bancos (Sib) nació a la vida pública el 2 de septiembre de 1946, como producto de la segunda reforma monetaria y bancaria del país en el entorno del período de posguerra de la Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo con el Ártículo 1 de la Ley de Supervisión Financiera, Decreto Número 18-2002 del Congreso de la República de Guatemala, la Superintendencia de Bancos es un órgano de Banca Central, eminentemente técnico, que actúa bajo la dirección general de la Junta Monetaria y ejerce la vigilancia e inspección del Banco de Guatemala, bancos, sociedades financieras, instituciones de crédito, entidades afianzadoras, de seguros, almacenes generales de depósito, casas de cambio, grupos financieros y empresas controladoras de grupos financieros y las demás entidades que otras leyes dispongan.
La Sib vela porque las entidades sujetas a su vigilancia e inspección “cumplan con sus obligaciones legales y observen las disposiciones normativas aplicables en cuanto a liquidez, solvencia y solidez patrimonial”. No obstante, se debe subrayar que, la “vigilancia e inspección” que ejerce la Superintendencia de Bancos no implica que asuma responsabilidad por la gestión que realicen las entidades, la que siempre será por cuenta y riesgo de la propia entidad, sus administradores y accionistas.
En junio de 2002, cuando entró en vigor la reforma, había 111 entidades financieras sujetas a la supervisión directa de la Sib.
En la actualidad (mayo de 2023), a consecuencia de una serie de fusiones y adquisiciones, así como por el ingreso de nuevas instituciones y la liquidación y salida de otras, el sistema financiero supervisado está constituido por 94 entidades, de las cuales 18 son bancos, 11 sociedades financieras, 14 almacenes generales de depósito, 28 compañías de seguros, 3 casas de cambio, 3 entidades fuera de plaza, 8 casas de bolsa, 4 emisoras de tarjetas de crédito, 1 entidad de microfinanzas y otras 4 instituciones que desarrollan servicios complementarios para entidades del sistema financiero (el Instituto de Fomento de Hipotecas Aseguradas FHA), el Departamento de Monte de Piedad de El Crédito Hipotecario Nacional, una empresa de arrendamiento financiero y una empresa financiadora).
En 2010 se emitió el Decreto Número 25-2010, Ley de la Actividad Aseguradora, la cual dentro de sus principales reformas incluyó que las empresas que operaban como afianzadoras se convirtieran en aseguradoras para operar el seguro de caución, por lo que la figura legal de la afianzadora dejó de existir.
En la actualidad, y en cumplimiento de la legislación vigente, 47 de 94 instituciones financieras que conforman el sistema financiero supervisado están organizadas en 10 grupos financieros, que suelen estar encabezados por los bancos grandes y medianos que operan en el país.
La ansiedad que produce lo inesperado genera la incursión de esas construcciones mentales a través de estadísticas, probabilidades y proyecciones que diluyan la neblina que bloquea la visualización de un amplio, claro y profundo horizonte del futuro. Hoy, se cuenta con apreciaciones catastróficas del destino de la humanidad y del globo terráqueo debido al comportamiento humano. La contaminación, el calentamiento global, la escasez del líquido vital, la sobrepoblación, las guerras con la amenaza de la utilización de armas nucleares y los accidentes contaminantes hacen la formación de un escenario trágico para todos en el 2050.
Todos producimos basura, la diferencia radica en qué hacemos con ella.
Mucho se agita la bandera del fin del mundo y se provocan situaciones que destruyen esfuerzos y esperanzas en vía contraria. Pero aún existen propuestas que requieren de unidad política global para hacer un alto y buscar los cambios necesarios de la conducta terrícola para resanar nuestro planeta. Es un asunto de educación, de hábitos inculcados en casa y de corregir conductas a todo nivel, pero en una sola dirección: salvar nuestro planeta y la vida que habita en él.
Los cambios de conducta son sencillos como, por ejemplo: estar claros que todos producimos basura, la diferencia radica en qué hacemos con ella. En el presente, el hecho de separar lo orgánico de lo no orgánico es el primer paso. Luego, lo reciclable como el vidrio, plástico, metal y papel que puede producir ganancia económica o energía como los biodigestores que producen meta- no de múltiples usos. Ahora la basura produce dinero, si cambiamos de actitud en el manejo de los desechos sólidos. En esa misma línea, motivar a los emprendedores a la conformación de empresas dedicadas a el reciclaje a través de capitales semilla desde la iniciativa privada que permitan dejar de lado la improvisación que se observa en la actualidad. La prohibición del uso del plástico por sí solo no es una solución integral, se tiene que estimular a las empresas a cambiar sus envases y a los consumidores a reutilizarlos o reciclarlos. Luego la comercialización de dicho reciclaje en el ambiente nacional y extranjero para cerrar este círculo medular del manejo de la basura que todos producimos. Una proyección prospectiva de hace diez años sentenciaba que la ciudad capital se iba ahogar en basura y a morir de sed en el 2030 sino se hacían cambios radicales con el manejo de la basura y el uso del agua. El territorio guatemalteco es el que tiene el mayor recurso hídrico de Mesoamérica y debido a ello no se le cuida, no se controla su uso y lo contaminamos sin el menor remordimiento, de muestra: el lago de Amatitlán contaminado a morir y el río Motagua que arrastra la basura de más de 160 municipios, desechos que llega a las playas del Caribe. Es hora de actuar desde los núcleos familiares, hacer los cambios en cada uno de los espacios donde habitamos y laboramos, es un esfuerzo individual que podemos masificar y llegar a impactar en forma nacional y ser ejemplo para otras naciones. Esta es una decisión que hay que tomar lo antes posible, el tiempo transcurre y no hay forma de detenerlo, al igual que la contaminación. La migración al planeta Marte es una posibilidad a futuro, pero no es para todos. Es más sencillo y económico el cambio de actitud hacia nuestro planeta, es una decisión de vida o muerte para todos. Es un desafío global y una respuesta nacional que nace en el seno de nuestros hogares ¡Anímese a convertirse en un agente de cambio!
Diario de Centro América diariodecentroamerica
@diariodeca dca.gob.gt