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Biosfera Maya, hogar de la guacamaya roja

El noroeste de Guatemala y el sur de México son territorios en donde se concentra la mayor parte de la especie Ara Macao

Texto y fotos: Mariano Macz

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Como parte de la Reserva de la Biosfera Maya (RBM), se encuentra el parque nacional Laguna del Tigre, el cual ofrece diferentes ecosistemas y la concentración más grande de humedales en el norte del país, que enriquecen la biodiversidad de la región. Esta diversidad biológica lo hace un lugar atractivo para la flora y fauna, en el cual podemos encontrar variedad de vida silvestre como: monos, reptiles y aves, que las hay endémicas y migratorias.

Es hábitat de la guacamaya roja, aves de eclosión asincrónica, lo que significa que aovan con intervalos de tiempo, poniendo entre 2 a 5 huevos, lo que hace que los pichones no sean del mismo tamaño ni tengan el mismo desarrollo, lo que hace a los más pequeños correr riesgos mayores.

Conservar la especie

En lo profundo de la selva, en el sitio conocido como El Perú, se encuentra el campamento del laboratorio de investigación de guacamaya roja, el cual nace de la necesidad de la conservación de la especie Ara Macao. Este laboratorio funciona gracias al equipo técnico y al trabajo interinstitucional de la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre (WCS, en inglés), el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) y el aporte financiero de la iniciativa privada.

El fin de este centro de investigación es educar, investigar y crear conciencia sobre la importancia de las guacamayas rojas y su aporte en el equilibrio de los ecosistemas. Son importantes en la vida del bosque, ya que dispersan semillas y ayudan a la regeneración de árboles.

Parte del trabajo que se realiza es el monitoreo de nidos naturales y la creación de refugios artificiales, que cumplan con las necesidades de las aves para tener un lugar óptimo para anidar.

En el trabajo de campo, los técnicos se encargan de ver el desarrollo de los huevos y los pichones, y verifican que no corran algún peligro.

Dentro del laboratorio, la función cambia y se dedican a la alimentación y control del crecimiento de cada ave, para no ser afectado su ciclo biológico. Este proceso finaliza al ingresar a las guacamayas en una jaula de vuelo, la cual les sirve para reintegrarse a la naturaleza cuando ya se sienten seguras.

El objetivo principal es que logran eclosionar un promedio de dos huevos por guacamaya.

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