Foto: Archivo
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Una semana Editorial Oralidad, escritura y lectura, al tiempo que aluden a etapas puntuales del desarrollo humano, constituyen elementos de una misma ecuación comunicacional. Hoy, esas destrezas parecieran amenazadas por la imparable revolución informática. Al parecer, como se sugiere en este número de Viernes, la conversación cara a cara está siendo desplazada por la conferencia a distancia, mientras que la escritura caligráfica ha dado paso al texteo digital. Por si no bastara, los pixeles de alta definición alientan el abandono de los libros. De ahí que sea necesario recordar que, por ejemplo, el diálogo y el debate son, sobre todo, ejercicios de escucha, si se sigue con atención el desarrollo de la cultura oral que los prohijó. El que escucha comprende, el que comprende, interioriza, el que interioriza actúa y el que actúa enseña. Por lo menos hasta hoy, ese ha sido el camino del aprendizaje. Aunque parece obvio que la cultura oral precede a la escritura, es posible que los primeros humanos apelaran al poder simbólico de los signos y desarrollaran así la capacidad para decodificarlos, con lo que sientan las bases de la lectura. Lo cierto es que la lectura entra por el oído. Por ahí se cuelan las historias que después nos hacen buscar esos territorios de la imaginación que ayudan a entender el presente y construir el futuro. La vieja máxima de la didáctica autoritaria de que “la letra con sangre entra”, deberá mudar a una que apueste por la recuperación de los sentidos: del oído, del habla y el de la escritura y la lectura.
En portada:
“San Juan Diego, El Vendedor de Rosas”, del fotógrafo guatemalteco Eny Roland.
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Maldonado A en cumbre UE
Redacción
on el propósito de fortalecer las relaciones, los líderes de la Unión Europea (UE) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), se reunieron en Bruselas, Bélgica, en una cumbre en la que se habló de la asociación birregional y cómo afrontar los retos globales. El vicepresidente Alejandro Maldonado Aguirre y el canciller, Carlos Raúl Morales, compartieron con representantes de 61 países, donde el primero manifestó que Guatemala trabaja en consensos para consolidar el sistema democrático. “Se busca la transformación del Estado por medio de la modificación de leyes importantes y acciones que persigan la corrupción”, subrayó. En esa línea, el jefe de la diplomacia nacional indicó que es importante que estos dos bloques continúen su involucramiento en cooperación, seguridad ciudadana, cambio climático y migración. Mientras tanto, la delegación peruana propuso enfocarse en el combate a la pobreza, educación, ciencia y tecnología, ambiente y cambio climático. En el marco de este encuentro birregional, el vicemandatario, en su calidad de presidente pro tempore del Sistema de Integración Centroamericano (SICA), dirigió la cita de este foro y la UE, espacio en el que se ratificó la atención en la agenda común.
El vicemandatario guatemalteco present ó sus
El vicepresidente Alejandro Maldonado y el canciller Carlos Morales, atendieron una intensa agenda durante la cumbre de dos días en Bruselas, Bélgica.
DIRECTORIO:
Director General: Héctor Salvatierra. Subdirector General Técnico: Rodrigo Carrillo. Edición: Otoniel Martíne Corrección: Jorge Mario Juárez. Internacionales: Édgar Quiñónez. Digitalización: Boris Molina. Museo de la
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Aguirre, E-Celac
Las cifras Fotos: EFE
Fotos: Cortesía Unión Europea
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mil turistas se prevé que visiten Chile durante la Copa América que empezó anoche en ese país, que pueden generar ingresos hasta de US$60 millones (Q462 millones).
s respetos a los anfitriones.
103 El vicepresidente Alejandro Maldonado, en un momento de la Cumbre.
mil 11 inmigrantes han arribado a Europa, en lo que va del año. De esa cifra 54 mil llegaron a Italia, 48 mil a Grecia, 920 a España y 91 a la isla de Malta.
ez. Diseño Gráfico: Héctor Estrada, Scarlett Pérez y David Estrada. Ilustración: Esteban Arreola. Tipografía Nacional: Thelma Mayén. Hemeroteca del Diario de Centro América: Álvaro Hernández.
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Cuento 87
Margarita o el poder de la farmacopea
No recuerdo por qué mi hijo me reprochó en cierta ocasión: -A vos todo te sale bien. El muchacho vivía en casa, con su mujer y cuatro niños, el mayor de once años, la menor, Margarita, de dos. Porque las palabras aquellas traslucían resentimiento, quedé preocupado. De vez en cuando conversaba del asunto con mi nuera. Le decía: -No me negarás que en todo triunfo hay algo repelente. -El triunfo es el resultado natural de un trabajo bien hecho -contestaba. -Siempre lleva mezclada alguna vanidad, alguna vulgaridad. -No el triunfo -me interrumpía- sino el deseo de triunfar. Condenar el triunfo me parece un exceso de romanticismo, conveniente sin duda para los chambones. A pesar de su inteligencia, mi nuera no lograba convencerme. En busca de culpas examiné retrospectivamente mi vida, que ha transcurrido entre libros de química y en un laboratorio de productos farmacéuticos. Mis triunfos, si los hubo, son quizá auténticos, pero no espectaculares. En lo que podría llamarse mi carrera de honores, he llegado a jefe de laboratorio. Tengo casa propia y un buen pasar. Es verdad que algunas fórmulas mías originaron bálsamos, pomadas y tinturas que exhiben los anaqueles de todas las farmacias de nuestro vasto país y que según afirman por ahí alivian a no pocos enfermos. Yo me he permitido dudar, porque la relación entre el específico y la enfermedad me parece bastante misteriosa. Sin embargo, cuando entreví la fórmula de mi tónico Hierro Plus, tuve la ansiedad y la certeza del triunfo y empecé a botaratear jactanciosamente, a decir que en farmacopea y en medicina, óiganme bien, como lo atestiguan las páginas de “Caras y Caretas”, la gente consumía infinidad de tónicos y reconstituyentes, hasta que un día llegaron las vitaminas y barrieron con ellos, como si fueran embelecos. El resultado está a la vista. Se desacreditaron las vitaminas, lo que era inevitable, y en vano recurre el mundo hoy a la farmacia para mitigar su debilidad y su cansancio. Cuesta creerlo, pero mi nuera se preocupaba por la inapetencia de su hija menor. En efecto, la pobre Margarita, de pelo dorado y ojos azules, lánguida, pálida, juiciosa, parecía una estampa del siglo XIX, la típica niña que según una tradición o superstición está destinada a reunirse muy temprano con los ángeles. Mi nunca negada habilidad de cocinero de remedios, acuciada por el ansia de ver restablecida a la nieta, funcionó rápidamente e inventé el tónico ya mencionado. Su eficacia es prodigiosa. Cuatro cucharadas diarias bastaron para transformar, en pocas semanas, a Margarita, que ahora reboza de buen color, ha crecido, se ha ensanchado y manifiesta una voracidad satisfactoria, casi diría inquietante. Con determinación y firmeza busca la comida y, si alguien se la niega, arremete con enojo. Hoy por la mañana, a la hora del desayuno, en el comedor de diario, me esperaba un espectáculo que no olvidaré así nomás. En el centro de la mesa estaba sentada la niña, con una medialuna en cada mano. Creí notar en sus mejillas de muñeca rubia una coloración demasiado roja. Estaba embadurnada de dulce y de sangre. Los restos de la familia reposaban unos contra otros con las cabezas juntas, en un rincón del cuarto. Mi hijo, todavía con vida, encontró fuerzas para pronunciar sus últimas palabras. -Margarita no tiene la culpa. Las dijo en ese tono de reproche que habitualmente empleaba conmigo. Adolfo Bioy Casares/ Argentina
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Abecedario Arnoldo Mora* n Inglaterra se vuelve a usar la estilográfica para que los estudiantes aprendan la grafía. En Francia también se considera que no se debe prescindir de esa habilidad, pero allí el problema reside en que ya no la dominan ni los maestros. Aunque el mundo adulto no está aún preparado para recibir las nuevas inteligencias de los niños producto de la tecnología, la pérdida de la habilidad de la escritura cursiva explica trastornos del aprendizaje que advierten los maestros e inciden en el desempeño escolar. En la escritura cursiva, el hecho de que las letras estén unidas una a la otra por trazos permite que el pensamiento fluya con armonía de la mente a la hoja de papel. Al ligar las letras con la línea, quien escribe vincula los pensamientos traduciéndolos en palabras. Por su parte, el escribir en letra de imprenta implica escindir lo que se piensa en letras, desguazarlo, anular el tiempo de la frase, interrumpir su ritmo y su respiración. Si bien ya resulta claro que las computadoras son un apéndice de nuestro ser, hay que advertir que favorecen un pensamiento binario, mientras que la escritura a mano es rica, diversa, individual, y nos diferencia a unos de otros. Habría que educar a los niños desde la infancia en comprender que la escritura responde a su voz interior y representa un ejercicio irrenunciable. Los sistemas de escritura deberían convivir, precisamente por esa calidad que tiene la grafía de ser un lenguaje del alma que hace únicas a las personas. Su abandono convierte al mensaje en frío, casi descarnado, en oposición a la escritura cursiva, que es vehículo y fuente de emociones al revelar la personalidad, el estado de ánimo. Posiblemente sea esto lo que los jóvenes temen, y optan por esconderse en la homogeneización que posibilita el recurrir a la letra de imprenta. Porque, como lo destaca Umberto Eco, que interviene activamente en este debate, la escritura cursiva exige componer la frase mentalmente antes de escribirla, requisito que la computadora no sugiere. En todo caso, la resistencia que ofrecen la pluma y el papel impone una lentitud reflexiva. Como en tantos otros aspectos de la sociedad actual, surge aquí la centralidad del tiempo. Un artículo reciente en la revista Time, titulado: Duelo por la muerte de la escritura a mano, señala que es ese un arte perdido, ya que, aunque los chicos lo aprenden con placer porque lo consideran un rito de pasaje, “nuestro objetivo es expresar el pensamiento lo más rápidamente posible. Hemos abandonado la belleza por la velocidad, la artesanía por la eficiencia.” La escritura cursiva parece condenada a seguir el camino del latín: dentro de un tiempo, “no la podremos leer”. Abriendo una tímida ventana a la individualidad, aún firmamos a mano. Por poco tiempo.
La muerte de la conversación
Acabo de leer en Internet que a la entrada de algunos restaurantes europeos les decomisan a los clientes sus teléfonos celulares. Según la nota, se trata de una corriente de personas que busca recobrar el placer de comer, beber y conversar sin que los ring tones interrumpan, ni
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El ARTE de E
y la muerte conversac
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Escribir
e de la ción
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El artículo Duelo por la muerte de la escritura a mano, señala que es ese un arte perdido, ya que, aunque los chicos lo aprenden con placer porque lo consideran un rito de pasaje, “nuestro objetivo es expresar el pensamiento lo más rápidamente posible.” los comensales den vueltas como gatos entre las mesas mientras hablan a gritos. La noticia me produjo envidia de la buena. Personalmente, ya no recuerdo lo que es sostener una conversación de corrido, larga y profunda, bebiendo café o chocolate, sin que mi interlocutor me deje con la palabra en la boca, porque suena su celular.
En ocasiones es peor
Hace poco estaba en una reunión de trabajo que simplemente se disolvió porque 3 de las 5 personas que estábamos en la mesa empezaron a atender sus llamadas urgentes por celular. Era un caos indescriptible de conversaciones al mismo tiempo. Gracias al celular, la conversación se está convirtiendo en un esbozo telegráfico que no llega a ningún lado. El teléfono se ha convertido en un verdadero intruso. Cada vez es peor. Antes, la gente solía buscar un rincón para hablar. Ahora se ha perdido el pudor. Todo el mundo grita por su móvil, desde el lugar mismo en que se encuentra. No niego las virtudes de la comunicación por celular. La velocidad, el don de la ubicuidad que produce y por supuesto, la integración que ha propiciado para muchos sectores antes al margen de la telefonía. Pero me preocupa que mientras más nos comunicamos en la distancia, menos nos hablamos cuando estamos cerca. Me impresiona la dependencia que tenemos del teléfono. Preferimos perder la cédula
profesional que el móvil, pues con frecuencia, la tarjeta sim funciona más que nuestra propia memoria. El celular más que un instrumento, parece una extensión del cuerpo, y casi nadie puede resistir la sensación de abandono y soledad cuando pasan las horas y este no suena. Por eso quizá algunos nunca lo apagan. ¡Ni en el cine! He visto a más de uno contestar en voz baja para decir: “Estoy en el cine, ahora te llamo”. Es algo que por más que intento, no puedo entender. También puedo percibir la sensación de desamparo que se produce en muchas personas cuando las azafatas dicen en el avión que está a punto de despegar que es hora de apagar los celulares. También he sido testigo de la inquietud que se desata cuando suena uno de los timbres más populares y todos en acto reflejo nos llevamos la mano al bolsillo o la cartera, buscando el propio aparato.
¿Quo vadis WhatsApp?
Pero de todos, el WhatsApp merece capítulo aparte. Enajenados y autistas. Así he visto a muchos de mis colegas, absortos en el chat de este nuevo invento. La escena suele repetirse. El celular en el escritorio. Un pitido que anuncia la llegada de un mensaje, y el personaje que tengo enfrente se lanza sobre el teléfono. Casi nunca pueden abstenerse de contestar de inmediato. Lo veo teclear un rato, masajear la bolita, y sonreír; luego mirarme y decir: “¿En qué íbamos?”. Pero ya la conversación se ha ido al traste. No conozco a nadie que tenga WhatsApp y no sea adicto a este. Alguien me decía que antes, en las mañanas al levantarse, su primer instinto era tomarse un buen café. Ahora su primer acto cotidiano es tomar su aparato y responder al instante todos sus mensajes. Es la tiranía de lo instantáneo, de lo simultáneo, de lo disperso, de la sobredosis de información y de la conexión con un mundo virtual que terminará acabando con el delicioso placer de conversar con el otro, frente a frente. *Filósofo costarricense
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¿Y qué hay de cuando leíamos de corrido? Ana Carbajosa*
n martes cualquiera, a las ocho y media de la mañana, el andén del metro de Madrid es una colección de hombres y mujeres con la nuca doblada. Miran las pantallas de sus móviles y leen al ritmo que marcan las yemas de sus dedos que suben y bajan. Esta imagen se repite por las calles de España, en las salas de espera del médico, en las colas de los supermercados. Leemos mucho, a todas horas y a trompicones. El cambio en la forma de leer y procesar la información se ha convertido en una creciente fuente de observación y preocupación entre neurocientíficos y psicólogos, que temen que nuestra capacidad de concentración y de leer en profundidad esté mermando. Los científicos trabajan con la hipótesis de que la forma de leer en Internet, rápida, superficial y saltando de una información a otra junto a la expansión de las redes sociales y de los teléfonos inteligentes, han cambiado no solo nuestra forma de leer, si no también nuestro cerebro. Dicen incluso que el actual es un momento histórico, comparable a la invención de la imprenta o incluso de la escritura, y que ha llegado el momento de retomar el control de nuestros hábitos de lectura.
Hemos tocado nervio
Investigaciones científicas de todo el mundo apuntan en esa dirección. En Europa, más de un centenar de investigadores suman fuerzas en una plataforma con la que pretenden desentrañar los efectos de la digitalización en los distintos tipos de lecturas. “Es muy plausible que la lectura profunda sea menos compatible con la lectura en las pantallas y que sea más difícil concentrarse porque las redes sociales, los correos, los anuncios web compiten por la atención del lector. Ese es el patrón que emerge de numerosos experimentos”, indica Anne Mangen, del Centro para la Investigación y la Educación Lectora de la Universidad de Stavanger, en Noruega, y presidenta de la plataforma europea E-Read. El proyecto que preside Mangen ilustra la preocupación y el interés por el asunto. “Casi cada día tenemos investigadores que quieren sumarse al proyecto. Hemos tocado nervio”. Hasta aquí, la sinopsis de este artículo compuesta por tres párrafos introductorios de fácil lectura en Internet, con enlaces que le permitirán saltar a otras páginas. A partir de ahora viene el resto del artículo, mucho más largo y en el que se desarrollarán las afirmaciones arriba expuestas. Es muy probable, sin embargo, que usted no llegue hasta el final, que se distraiga y corra a comprobar los mensajes de su móvil o salte a otra web. No se preocupe, no será el único.
Los expertos recomiendan un tiempo diario de desconexión. “Es importante reservar un tiempo cada día para leer desconectados de Internet. Hay que hacer un esfuerzo consciente, para no sucumbir a la tentación.”
Maryanne Wolf, neurocientífica cognitiva de la universidad estadounidense de Tufts, es un referente en la materia. “Temo que la lectura digital esté cortocircuitando nuestro cerebro hasta el punto de dificultar la lectura profunda, crítica y analítica”, explica por teléfono Wolf, quien accede a abandonar por unos minutos su encierro californiano, donde trabaja en su próximo libro sobre la lectura. “Nuestra mente es plástica y maleable y es un reflejo de nuestros actos. Las investigaciones nos dicen que ha disminuido mucho nuestra capacidad de concentración. Los jóvenes cambian su atención unas 20 veces a la hora, de un aparato a otro. Cuando se sientan a leer, tienden a reproducir esa lectura interrumpida y en zigzag. Tenemos que ser conscientes de que estamos en medio de un cambio muy profundo”.
De lo oral a lo escrito
Wolf cree que el momento histórico que más se asemeja a la revolución actual fue la transición de los griegos de la cultura oral a una centrada en la escritura. Sócrates, gran defensor de la cultura oral, protestó contra la cultura escrita, porque pensaba que lo oral era el único proceso intelectual capaz de probar, analizar e interiorizar conocimientos y de conducir a los jóvenes a la sabiduría y la virtud, explica Wolf. Las ideas escritas, creía, cortocircuitarían este proceso. En 2010, David Nicholas presentó con la University College de Londres un estudio que dio la vuelta al mundo y que puso el foco en lo que llamaron la generación Google y que concluyó que los nativos digitales, nacidos a partir de 1993 eran más incapaces de analizar información compleja y más propensos a leer a toda prisa y de forma más superficial. Desde entonces, los teléfonos inteligentes y las redes sociales han ocupado parcelas y minutos de nuestras mentes antes liberados. El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) resalta la rápida penetración de
los smartphones en España y cifra en 73.3 las conexiones por cada 100 habitantes. “Neurólogos y psicólogos confirman ahora que aquel diagnóstico no ha hecho más que empeorar. Nuestro cerebro ha perdido capacidad de concentración. La gente ya no quiere leer largo y profundo. El cambio es rapidísimo y los teléfonos inteligentes han acelerado este proceso porque hacen además que la gente lea en movimiento, lo que supone una distracción adicional. Las implicaciones para nuestra cultura y nuestra sociedad son inmensas”. Andrew Dillon, catedrático de Psicología de la Información de la Universidad de Austin, en Texas, es otro de los grandes estudiosos del fenómeno y no alberga dudas de que “asistimos a un cambio en nuestra forma de leer. Durante siglos apenas ha habido cambios. Aprendíamos a leer y a lo largo de nuestra vida íbamos perfeccionando esa habilidad. Ahora todo eso ha cambiado. Vamos saltando de un vínculo a otro. Leemos mucho, pero de una forma muy superficial. Como sociedad, estamos perdiendo la capacidad de formular ideas profundas y complejas. Corremos el riesgo de estar atontándonos, de pensar de manera más simplista y fragmentada. Tenemos que dar a la mente la oportunidad de manejar ideas complicadas”.
Lector, ¿sigue ahí?
Corremos el riesgo de estar atontándonos, de pensar de manera más simplista y fragmentada. Un domingo de mayo, a última hora de la tarde, una quincena de personas se reúne para diseccionar Noticias de un secuestro de Gabriel García Márquez. Forman parte del club de lectura El Ciervo Blanco [en Madrid] y la mayoría hace décadas que dejó atrás la escuela. En general, reciben Internet, los ebooks, las tabletas con los brazos abiertos, dicen que les permiten profundizar y acceder a información de una forma inimaginable hasta ahora. No tienen miedo a que su forma de leer se vea afectada por las nuevas tecnologías. “Tengo muchas décadas de libro. No creo que vaya a cambiar mi forma de leer de un día para otro”, piensa Susana Gutiérrez, una abogada de 52 años que hoy participa en la tertulia. En la otra punta del corrillo literario se sienta Virginia Jiménez, maestra de primaria de 33 años. Su visión difiere bastante de la de sus colegas más veteranos. “Yo lo noto mucho. Ahora me cuesta mucho más concentrarme. A veces leo y tengo que volver a leer lo mismo porque no me entero”. Cuenta que sus alumnos sufren todavía más el cambio. “No se centran y tienen poca capacidad para esperar. Van muy rápido, a lo superficial y no entienden lo que leen, tampoco los que son buenos alumnos. Les preguntas dónde sucede la historia y te responden que la semana pasada”. Este artículo termina aquí. Ya puede pasar a la siguiente tarea. *El País
Gavetas
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Entrega del Pabellón Nacional al Batallón Sololá, reportado por el Diario de Centro América del 6 de junio de 1960.
DCA, 6 de junio de 1960.- Como un reconocimiento a la Lealtad, Patriotismo y Heroicidad, demostrados en defensa de la Patria, el Presidente Constitucional de la República y Comandante General del Ejército, General e Ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes, hizo entrega el sábado por la tarde de un Pabellón Nacional al Batallón reservista de Sololá. El Batallón sololateco cuyos miembros lucían sus trajes típicos, formó un cuadro de honor, demostrando un gran sentido de disciplina militar. Según la parte conducente
Batallón Sololá
del Acuerdo Gubernativo a través del cual se otorgó el Pabellón Nacional al Batallón Sololá, esta distinción se confirió tomando en cuenta la actuación del mismo en el año 1906, cuando la frontera guatemalteca por el lado de El Salvador, fue invadida por las fuerzas revolucionarias encabezadas por el general Salvador Toledo y compañeros a las órdenes del general Manuel Lizandro Barillas y que llegaron a ocupar brevemente Asunción Mita, oportunidad en que se puso de manifiesto el valor del Batallón Sololá, lo cual decidió el triunfo para las armas guatemaltecas.
Asistieron a esta imponente ceremonia de entrega del Emblema Nacional, el presidente del Congreso de la República, licenciado Jorge Zelaya Coronado, el presidente del Organismo Judicial, Hernán Morales Dardón y el jefe del Estado Mayor del Ejército, coronel Agustín Donis Kestler. Así mismo, estuvieron presentes miembros de la misión terrestre de los Estados Unidos, mayor Reder; teniente coronel Timm; teniente coronel Frindell y el teniente coronel Leopoldo Garduño, agregado militar de la Embajada de México en Guatemala.
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Reporte en V
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La ciencia se fija en los
hipsters
El fenómeno hipster no deja de crecer. Los científicos también han dirigido su mirada hacia este colectivo y han analizado desde su vestimenta y alimentos preferidos, hasta su gusto por los objetos del pasado y su toque de ironía. También han echado mano de herramientas web para comprobar en qué locales se reúnen, e incluso cómo aceptan las campañas antitabaco para que dejen de fumar. Hasta las matemáticas y la neurobiología se han fijado en estos llamados inconformistas.
Enrique Sacristán* l juego Hipster Wars organizado por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (EE. UU.) consiste en seleccionar entre dos personas quién tiene un aspecto más hipster. También ofrece otras cuatro opciones para elegir a los más góticos, los más preppies, los más pinup y los más bohemios, pero ninguna ha conseguido tantos clics como la de los hipster, casi 40 mil. Los resultados de este juego han servido a sus organizadores para, mediante un software de visión por computador, reconocer el estilo de ropa que caracteriza a cada una de estas tribus urbanas. “Los resultados indican que es posible determinar si tú eres un hipster e incluso por qué lo eres”, afirman los autores en su estudio. “Según nuestro análisis, los hipsters usan vaqueros y chaquetas ajustadas, especialmente con patrones o colores brillantes; también emplean más las botas en comparación con los otros estilos de moda analizados; y se ponen accesorios como gorros y gafas de pasta, además de alguna capa desaliñada en su atuendo”, explica Hadi Kiapour, el autor principal. Pero si hay un rasgo que distingue a los “machos” hipster es su barba, un símbolo de distinción que puede ocultar un objetivo muy básico: superar a los rivales y atraer a las hembras. Una investigación liderada por el biólogo Cyrill Grueter desde la Universidad de Australia Occidental, que ha analizado a 154 especies de primates, concluye “que en los grupos más grandes y las organizaciones sociales más complejas los machos tienen más desarrollados los rasgos sexuales secundarios visualmente llamativos”. Esto incluye las narices alargadas de los monos probóscide, las matas de pelo blanco y plateado de los babuinos, los pechos enrojecidos y verrugas labiales que exhiben algunos monos sudamericanos, las bridas de los orangutanes y las barbas de los seres humanos, como las de los hipsters. Hace pocas semanas corrió el rumor de que estos pelos de la cara estaban infectados de gérmenes, incluso de bacterias fecales, pero ningún estudio científico estaba detrás de tal afirmación. La noticia simplemente partió de unas muestras puntuales que un periodista llevó a analizar a un laboratorio de Nuevo México.
Una cookie monster
Lo que sí han analizado investigadores del University Collegue Cork, en Irlanda, es la forma en que los alimentos que consumen los hipsters se han convertido en una manera de resistencia frente a la corriente principal o mainstream. Su artículo se publica en la revista Consumption Markets & Culture y se basa en entrevistas. Con esta metodología han detectado algunas de sus estrategias para diferenciarse en este ámbito, como hacerse vegetarianos o seleccionar determinadas marcas y descartar otras. Otra táctica son las prácticas de “desmercantilización”. Por ejemplo, utilizar productos cotidianos o “profanos” (como chocolate, harina, huevos, hielo y colorantes alimentarios) para “sacralizarlos” elaborando y horneando –una actividad muy hipster– una atractiva cookie monster que se pueda lucir en una fiesta de cumpleaños kitsch.
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El juego Hipster Wars ha recibido casi 40.000 clics para seleccionar por parejas al más hípster.
Algunos hipsters elaboran cookie monsters.
“Nuestro estudio sugiere que la naturaleza discreta de los productos mundanos, como pueden ser los alimentos y las bebidas alcohólicas, permiten desarrollos propios en determinadas comunidades –como la de los hipsters– que quedan encubiertas y difíciles de detectar para las corrientes sociales más amplias”, señala el autor principal, James M. Cronin. Ot ro de los hábitos que sig uen muchos hipsters es fumar, sobre todo los que van a los bares. En este aspecto se han fijado científicos de la Universidad de California en San Francisco con sus visitas a los locales nocturnos de San Diego. “Elegimos a este grupo porque tenían la tasa de tabaquismo más alta entre las diferentes subculturas que hemos examinado aquí. De hecho, más del 60 por ciento de los clientes hipsters más jóvenes eran fumadores”, explica Pamela M. Ling, coautora del trabajo. “Además, -añade-, encontramos una asociación fuerte entre hipster y fumador, respecto a otros grupos. Por ejemplo, cuando durante nuestra intervención mostrábamos fotografías de personas, los participantes identificaban como fumadores a los que tenían un aspecto hipster con mayor frecuencia”. Pero el verdadero objetivo de este equipo, que publica su trabajo en el American Journal of Public Health, era comprobar si las campañas antitabaco dirigidas a este colectivo eran efectivas, y los resultados fueron positivos: “Hemos visto que logran una disminución significativa en los hábitos de fumar de un grupo tan difícil de alcanzar como este”, dice Ling, quien subraya que los resultados en otra ciudad hipster emergente, Oklahoma, son muy similares. La experta también destaca que estas compañas de concienciación ayudan a reducir el consumo excesivo de alcohol.
Herramientas para seguirlos
En la otra costa de EE. UU., en Nueva York, lo que ha usado otro equipo de la Universidad Carnegie Mellon son modelos probabilísticos sociodemográficos y herramientas web
para geolocalizar donde se mueven los hipsters. El profesor Kenneth Joseph y sus colegas utilizaron la aplicación Foursquare, con la que sus usuarios recomiendan lugares interesantes en una ciudad, para descubrir dónde van los miembros de determinados colectivos urbanos y su grado de aislamiento. “En el caso de la comunidad hipster, aparece muy agrupada espacialmente (por ejemplo, en el barrio de Williamsburg) y en sitios que representan a su comunidad», apunta Joseph, que publica su investigación en el Journal ACMTIST. “Esto sugiere, según la hipótesis inicial que habíamos formulado, que es más probable estar socialmente aislado, un hecho que tiende a ser cierto en las comunidades de estos inconformistas”. Las conversaciones en los bares y pubs a los que acuden los hipsters también han servido al sociólogo Bjørn Schiermer de la Universidad de Copenhague para descubrir su gusto por la ironía. En uno de los clubes nocturnos frecuentado por los hipsters más noctámbulos de la capital danesa grabó diálogos como este: Anne: Cuando miras a los camareros, ves que están completamente encasillados para trabajar aquí, son la versión contraria de los dependientes de Joe and The Juice (popular tienda de café y zumos naturales frecuentada por los hipsters más sanos). Emma: Son como los de Joe and The Juice con resaca, ja ja. Anne: Sabes, todo se ha vuelto estilo hipster rock’n’roll. Hay bastante gente que se ha dejado la barba, se ha puesto su camiseta blanca de tirantes bien ajustada y sus tatuajes; y ahí están, como un viejo marinero pelirrojo con su enorme barba, camiseta a rayas y gorrita de punto… Además de las conversaciones irónicas, en este trabajo también se confirma el gusto de los hipsters por los objetos del pasado, a los que “redimen del olvido”. Renuevan viejas lámparas, cuadros, marcos y otros elementos de la casa. Los chicos sienten una fascinación por las fotos de su padre de los años 60 o 70; y, en el caso de ellas, por los vestidos de su madre o su
abuela cuando eran jóvenes. También usan viejas bicicletas, como las de peñón fijo o fixie que utilizó el espontáneo que hace unos días se unió a los ciclistas del Giro de Italia, causando un caos en el pelotón. “En este sentido, considero que la cultura inconformista no es una contracultura, sino una cultura conservadora”, apunta Schiermer, que subraya: “El fenómeno hipster se puede utilizar como una lupa que visualizar los cambios inminentes en nuestra concepción de la cultura y su desarrollo general”. Por su parte, para el matemático Jonathan Touboul, del College de France, el modo de actuar de estas personas alejadas de la corriente principal también inspira sus investigaciones sobre la dinámica de las redes cerebrales. El estudio se hizo popular entre los medios por su titular en el que afirmaba que existe “un efecto hipster, cuando los anticonformistas acaban siendo iguales”.
Contra el desorden
“En las redes neuronales ocurre un fenómeno sorprendente: según aumenta el desorden en la interacción entre las neuronas, estas empiezan a oscilar de forma sincrónica. Esta sincronización es un fenómeno importante en el cerebro, ya que en él se sustenta la memoria y la atención, y su interrupción pueden ser patológica, como en la enfermedad de Parkinson o la epilepsia”, explica Touboul. “Para comprender este fenómeno pensé que lo mejor sería diseñar un modelo, y aquí es donde entran los hipsters –aclara–. Cada individuo puede estar en dos estados y las formas más sencillas para interactuar son, o bien seguir la tendencia de la corriente principal, u oponerse a la misma. De esta forma he visto que el elemento clave para la sincronización es que las personas necesitan un tiempo mínimo para reaccionar a las acciones de los demás”. Lo que demuestra con su modelo es que, cuando los retrasos superan un determinado valor, todos los hipsters empiezan a hacer las mismas cosas al mismo tiempo y oscilan en sincronía. “De esta forma se produce la paradoja de que al esforzarse en ser diferentes, a menudo acaban por tomar las mismas decisiones y parecerse”, concluye Touboul, que también recuerda que los hipsters pueden quedar alineados hacia una dirección impuesta por las elecciones de la corriente principal, quedando su inconformismo y su diferencia en entredicho. *Sinc
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Contando el tiempo
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José Vicente Solórzano Aguilar* os comics, el thrash metal y las películas de terror vierten sus cauces en la obra narrativa de Byron Quiñónez (Guatemala, 1969). Con tres novelas y dos libros de cuentos a su nombre, Byron debuta como guionista al adaptar su libro El perro en llamas al formato gráfico bajo el sello Amorfo Cómics, fundado por el músico y editor Pablo Luján.
Hace años oí afirmar a un estudiante de la Facultad de Humanidades “que el cómic no es literatura”. ¿Qué le dice a usted tal aseveración?
Diría que está equivocado, a menos que se refiera a cómics como Capulina y Condorito. A ese compañero de facultad le recomendaría, para empezar, cómics de Alan Moore como Swamp Thing o The League of Extraordinary Gentlemen, que constituyen trabajos literarios monumentales y muy bien documentados. Incluso hay una página de Internet dedicada a analizar The League… viñeta por viñeta. Como dirían por ahí, todo depende. No es lo mismo Superman que Hellboy, por ejemplo.
La novela de Quiñónez está ambientada en la Guatemala de los 90’s.
¿Qué chistes (como se decía antes), lo acompañaron en su infancia?
Muchos: Fantomas, Turok , Leyendas de América , Joyas de la Mitología , Cuentos de Misterio, Tarzán, Korak, el hijo de Tarzán, El Fantasma, La Zorra y El Cuervo, Domingos Alegres (de misterio también), El HombreCosa, Batman… Mis favoritos siempre fueron los de Fantomas y los de Joyas de la Mitología. Me enseñaron a apreciar el poder de la imaginación y la estética visual siniestra.
¿Hay algún guionista de comic que no deje de leer y recomendar?
Hay varios indispensables: Mike Mignola ( Hellboy), Mike Carey ( Lucifer y Hellblazer), Brian Michael Bendis ( Daredevil y Sam & Twitch), Alan Moore (Swamp Thing, Watchmen, Neonomicon), Frank Miller ( The Dark Knight Returns y Sin City) Bill Willingham (Fables), Eleuteri Serpieri ( Drunna), Pat Mills ( Requiem Vampire Knight ) y Milo Manara, entre otros.
¿Cuánto debe su obra literaria a la lectura de cómics?
Le debe mucho en cuanto al aspecto visual, a las atmósferas y el ritmo narrativo. Aprendí la economía de la palabra no solo con el gran Tito Monterroso, sino con los cómics que con poco dicen mucho.
¿Qué similitudes, y cuáles diferencias, podría señalar entre la escritura de una novela y un guion para cómic?
La similitud en ambos casos sería la que siempre hay que buscar a la hora de escribir: atrapar al lector desde la primera viñeta, en el caso de un cómic, o desde el primer párrafo, en el caso de una novela escrita. En cuanto a diferencias, escribir una novela es un poco más libre en cuanto a la descripción: el escritor puede
Porta
“Atrapar al le desde la primera elegir entre ser bastante descriptivo o, como en mi caso, mencionar de pasada un rasgo, una expresión, un lugar, pero sin dar mucho detalle para no entorpecer la lectura. Un guion para cómic es más parecido a una obra de teatro en cuanto a las indicaciones detalladas que se le dan al dibujante: posición corporal y expresión facial de las personas que aparecen en la viñeta, los diálogos, los fondos, locaciones e incluso las sombras. Son animales distintos.
¿Cuándo surgió la propuesta de llevar El perro en llamas al cómic?
La inquietud ya existía desde poco después de publicar El perro en llamas en versión escrita. El proyecto se concibió hace casi dos años, cuando Pablo Luján me comentó su intención de fundar una editorial de cómics y formar equipos de un escritor y un dibujante guatemalte-
En El perro en llamas todo está parcialmente iluminado, nunca es totalmente oscuro ni totalmente claro. Es un ambiente nuevo en la novela guatemalteca, una combinaciòn de terror con humor, con esa pincelada de “historieta”. cos, porque lo ideal es eso: que cada quien se dedique a su especialidad, porque es muy raro que un escritor dibuje bien y viceversa. Hace un año, Pablo conoció al ilustrador Byron Zúñiga y vio que su estilo se ajustaba muy bien a los requerimientos de la novela gráfica; le planteó el proyecto y Zúñiga aceptó.
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Guatemala, viernes 12 de junio de 2015
Los cómics, el thrash metal y las películas de terror vierten sus cauces en la obra narrativa de Byron Quiñónez.
ada de la versión ilustrada de El perro en llamas.
ector a viñeta” ¿Hizo una adaptación al calco o introdujo variantes respecto a la novela?
En cierto modo fue una adaptación al calco, porque hubo que añadir escenarios y fondos que en la novela se mencionan muy brevemente para no entorpecer la lectura. Se añadieron diálogos y se incluyó un capítulo de la novela Fauces, que cronológicamente sucede antes que El perro en llamas, para explicar el origen de Theophilus, el Señor de los Perros, y Pauli, el traficante de lup 66.
¿Cuánto aportó el dibujante Byron Zúñiga a su concepción de escenarios y personajes?
¡Mucho! Antes de empezar de lleno con el trabajo de escribir el guion e ilustrar la novela, nos reunimos varias veces los tres, para definir el aspecto de los personajes, la línea de dibujo y
los escenarios. Incluso se tomaron fotos de los lugares que aparecen en la novela, para que las imágenes fueran lo más fieles posible.
¿Cuánto ganó El perro en llamas con su adaptación gráfica?
Ganó mucho en cuanto a detalles visuales y atmósfera: lo que antes se decía con palabras, ahora se dice con imágenes. Cada vez que Zúñiga nos mostraba una nueva página, enloquecíamos.
¿Cuánto perdió El perro en llamas con su traslado a imágenes?
Quizá perdió un poco en cuanto a lo evocativo del idioma escrito, y estoy seguro que no faltarán las personas que digan que así no se imaginaban a tal o cual personaje. Son dos medios diferentes que se complementan, pero todo dependerá de las preferencias del lector: algunos prefieren leer e imaginárselo todo ellos, y habrá quienes digan que prefieren leer con imágenes.
“Pareces cantante de rock”, “¿Y a vos quién te dijo que podías hablar?”, “Ya no fumés tanto que te vas a volver
loco”. Noto que el voseo guatemalteco está muy presente en esta versión…
Ese fue un aspecto decisivo a la hora de escribir la novela original: representar y documentar la forma de hablar del guatemalteco urbano promedio de mediados de los años 90. Según comenta Pablo Luján, ese fue uno de los detalles que más le gustaron de la novela, aparte de los lugares que se mencionan en ella como El Portalito, la Avenida Elena, el barrio El Gallito y otros, que cualquier guatemalteco puede reconocer.
Salvo algunos detalles, los hombres dibujados presentan rasgos europeos; las mujeres poseen amplios pechos y poca cintura. ¿Por qué no una aproximación más cercana y certera al físico del guatemalteco?
Queríamos rasgos que representaran al guatemalteco promedio, pero hay que tomar en cuenta que tanto el detective Rosanegra como el comisario Mendoza son zacapanecos y su físico es así, oriental. Además, ¿quién dijo que las mujeres guatemaltecas no son hermosas? *Escritor
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Tragaluz
Guatemala, viernes 12 de junio de 2015
La fotografía latino Fotos: EFE
Retrato femenino que se podrá contemplar en la exposición que PhotoEspaña dedicará a Korda.
En su XVIII edición, el festival internacional PhotoEspaña, que tiene su sede en Madrid, propone un viaje por la historia de la fotografía latinoamericana, desde sus orígenes hasta la actualidad.
un via de sus colecciones y legados, con la intención de mostrar una visión de la fotografía del continente desde dentro.
Korda en femenino
Así, el festival mostrará la energía que despliega el medio fotográfico de América Latina a través de autores clásicos, creadores contemporáneos y panorámicas colectivas. Bajo el título Nos vemos acá. Fotografía latinoamericana PHE15, se presentarán autores clásicos de amplio reconocimiento internacional o merecedores de ello. En la actividad se podrá contemplar la obra de Lola Álvarez Bravo, una de las fotógrafas mexicanas más prolíficas del siglo XX y figura clave del renacimiento artístico posrevolucionario del país, gracias a las colecciones fotográficas de la Fundación Televisa. También se presentará el trabajo de Tina Modotti, fotógrafa e intelectual de apasionante biografía, con un reducido legado de imágenes tomadas en su mayoría en México durante apenas seis años, así como el del fotógrafo guatemalteco Julio Zadik, una figura a descubrir. La exposición “Retrato femenino” permitirá descubrir una de las facetas más desconocidas de Korda y la pasión que el autor del mítico retrato del Che Guevara sintió por la belleza de la mujer. Alberto Díaz Gutiérrez (Cuba, 1928-2001), más conocido como Korda, alcanzó fama internacional por su mítico retrato del Che Guevara como guerrillero heroico. Pero, más allá de esta icónica fotografía, Korda sintió pasión por representar la belleza femenina y creó una amplia colección de imágenes caracterizada por su particular estilo y por el uso de luz natural.
Imágenes
Mila Trenas* on 101 exposiciones, en total estarán presentes en el festival 395 artistas, de quienes 206 son latinoamericanos, 104 españoles y el resto de otras 18 nacionalidades. Entre ellos figuran nombres como los de Lola Álvarez Bravo, Tina Modotti, Mario Cravo Neto, Julio Zadik, Manuel Carrillo, Korda, Luis González Palma, Ana Casas Broda, Mariela Sancari, Paz Errázuriz, Graciela Iturbide, Pedro Meyer, Regina José Galindo, Martín Chambi o Miguel Río Branco. Desde los primeros días de junio, hasta finales de agosto se podrá contemplar una amplia panorámica de la riqueza, efervescencia y solidez de la fotografía latinoamericana de la mano de sus instituciones y sus centros de arte; de sus artistas, especialistas y comisarios;
Manuel Carrillo, conocido como “El Maestro Mexicano”, será otro de los grandes protagonistas del festival en el que una selección de los fondos de la colección del Bank of America Merrill Lynchen permitirá apreciar la calidez de su personalidad artística y su amor por la temática mexicana, además de su virtuosismo técnico como modernista. El valor poético de sus imágenes se une a la importancia que estas tienen como herramienta para la documentación social. Carrillo capturó la belleza abstracta de la esencia mexicana y documentó la vida diaria en México a través de fotografías que evocan una sensación de experiencia compartida y conexión universal. Una mirada más antropológica es la que ofrecerá “En la mirada del otro. Fotografía histórica del Ecuador: la irrupción en la Amazonia”, un conjunto fotográfico que atestiguará la penetración occidental en la zona. Se trata de valiosas piezas que propondrán una reflexión
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oamericana:
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sobre cómo las fotografías han construido la imagen del mestizo y de los indígenas. El programa del festival incluye también artistas que han marcado la creación fotográfica latinoamericana de los últimos 40 años. Así, se mostrará la primera retrospectiva en Europa del brasileño Mario Cravo Neto, con fotografías urbanas de Nueva York y Salvador de Bahía y sus representativos trabajos de estudio. La obra de Cravo Neto (Brasil, 1947-2009), más conocido como artista plástico, se apropia de elementos diversos para construir un lenguaje artístico que mezcla religión y erotismo, violencia y drama, naturaleza y cultura. Escenifica rituales y mitologías que sintetizan la confluencia cultural, étnica y racial del noreste brasileño; la mezcla de la tradición de la población indígena con el legado cultural portugués y africano.
En Zaragoza y Cuenca
“Constelaciones de lo intangible”, aportará más de 200 obras de uno de los autores más destacados de la fotografía latinoamericana contemporánea como es el guatemalteco Luis González Palma, y Kinderwunsch, mostrará el trabajo íntimo y personal de Ana Casas Broda, con imágenes procedentes de las Colecciones Fotográficas de la Fundación Televisa. La exposición “Latin Fire. Otras fotografías de un continente 1958-2010. Colección Anna Gamazo de Abelló” es una selección de uno de los acervos de fotografía latinoamericana más importantes de Europa que mostrará, a partir de más de 180 obras de cerca de 60 artistas, facetas poco conocidas de la fotografía latinoamericana. Por su parte, “Develar y detonar. Fotografía en México, ca. 2015”, revisará la producción fotográfica en el México actual a través de 52 autores que abren el debate sobre la imagen fotográfica contemporánea, y la colectiva “Trama centroamericana”, propondrá una mirada colectiva a la migración. La fotografía latinoamericana llegará también a la ciudad de Zaragoza (a 310 kilómetros al norte de Madrid), en la que se mostrarán “Cartografías de un territorio compartido”, un diálogo entre dos fotógrafos de dos diferentes generaciones: la argentina Ángela Bonadies y el venezolano Tito Caula; y “Schapiro. Retrospectiva”, en la que se repasará los 50 años de trayectoria profesional de un fotógrafo que ha documentado la sociedad estadounidense y sus mitos. La ciudad de Cuenca (170 kilómetros al este de la capital) se unirá a PHotoEspaña con la exhibición de la obra del fotógrafo cubano Osvaldo Salas, quien osciló entre el glamur de las estrellas del cine y del deporte y la documentación de la Revolución Cubana. Su obra compartirá espacio junto al trabajo de su hijo Roberto. *EFE
Fotografía “Heart of Stone”, 1990, del brasileño Mario Cravo Neto que se exhibirá en la exposición “Mitos y ritos”.
Imagen sin título del artista Manuel Carrillo, conocido como “El Maestro Mexicano”.
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Guatemala, viernes 12 de junio de 2015 Fotos: Archivo
Olga Dorado: artista autobiográfica, su obra desgarra velos y mitos sobre la temática de género. La violencia, la resistencia y la restitución por la creación son fuertes componentes de su hacer.
Gilberto Aquino Pérez: la pintura como relación y significación del entorno, de la memoría, del momento; generatriz de una realidad encontrada entre el trópico y lo onírico. Retorno a Ítaca.
Exposición internacional en San Jo
Laberintos de pa En la capital costarricense se dará cita en junio, la Mesoamérica de hoy, en diálogo permanente con su modo de ser eterna. Los pintores convocados por el Minotauro muestran, a golpes de tinta y lienzo, una luz al final del laberinto. Manuel Montilla* Laberintos de papel” se nos revela como certeza y convicción de ocho individualidades que han sido convocadas por la Fundación para las Artes Montilla e Hijos, entidad que propone un acercamiento desde Mesoamérica a nuestro orbe circundante, a nuestra historia, a nuestro justiprecio, y un reconocimiento de nosotros a través de los otros en que somos. Para conocernos, nos conocemos. En primera instancia, en su gran mayoría, estos proyectos fueron muestras personales que recorrieron algunos caminos de la República de Chiriquí (ubérrimas tierras del occidente panameño) y ahora se congregan para, con el apoyo de Gilberto Aquino Pérez, del “Atelier Aquino”, y el de Sebastián Mello y la Galería Nacional, del Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, recalar en las fraternas tierras de Jorge Debravo, de Francisco Amighetti, de Eunice Odio, de Yolanda Oreamuno Unger, de Francisco Zúñiga, de Rafa Fernández, de Felo García, de Walter Ferguson. “Laberintos de papel”, recoge, en esta exposición múltiple, obras de Olga Dorado (Heredia, Costa Rica), y sus féminas, toros y máscaras, “Belleza más piedad”; de Gilberto Aquino Pérez (El Salvador/Costa Rica) sus pájaros, paisajes y mujeres de ensueño, transmutados a “Manchas y formas”; de Luis Aguilar Ponce (Panamá, Panamá), viajando desde el interior de sus parejas lúdicas para conturbarnos con “La buena suerte entre nosotros”; de Mariano Prado (San José, Costa Rica) sus ejecutorias espacio-digitales en “Relaciones y estructuras urbanas”; de Juan Guerrero (Morelia, México), sus “Parábolas” en monoestampas para esa otra historia disidente; de Carlos Cuenllas (León, España), fotografías intensas y confesionales en “Pasión sacra: Cofradías de León”; de Rafael Galdámez (Chiapas, México), sus “Cartas cruzadas” inspiradas en textos poéticos de Roberto López Moreno; y las variantes, mixturas y confabulaciones cromáticas de Manuel E. Montilla (República de Chiriquí) en “Cartas eróticas a Lucia Anna Joyce”. “Laberintos de papel” es un periplo pluridimensional por el arte de estos ocho creadores plásticos, de trayectoria establecida, sobre ese
Luis Aguilar Ponce: encuentro táctil, lúdico, con mirada diletante. Sus personajes se despojan de criterios establecidos, de sensaciones, para concretar nuevas alteraciones de piel a piel.
Mario Prado: la tecnoogía marca la soledad y el abandono frente a una sociedad alienante, pertubadora. Sus construcciones, salidas del ordenador, reinvindican las posibilidades de la vida. material intemporal que se define en el título de la muestra. Es, por tanto, un diapasón de posibilidades en que se congregan técnicas diversas para mostrar el goce del trabajo creativo y la mirada pertinaz sobre el cosmos de estos argonautas. Si no encuentran el Vellocino de Oro, sí transitarán por la laguna Estigia, en el silencio
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Guatemala, viernes 12 de junio de 2015
osé:
apel
Carlos Cuellas: feroz desgarramiento, en sordina, de la carne y de la culpa; desde las cuarentas monedas hasta el látigo y los clavos para externar tradiciones que son parafernalia y boato.
Rafael Galdámez: la fuerza, la iniciación, el texto, la poesía. En mixtura de la palabra, la línea y el color se gestan cosmogonías donde natura y hombre encuentran el reemplazo a los antiguos dioses. De los versos del poeta Roberto López Moreno, se imbrican sensaciones para concretar el sueño del encuentro en un hoy que se queda sin vestiduras pero construye esperanzas.
Juan Guerrrero: la historia como paradigma y reconstrucción de la memoria, como avistamiento y reconciliación de los vencidos, con su propia enunciación de las nuevas posibilidades.
Manuel E. Montilla; “Hemos intentado profundizar en la psiquis de una mujer encerrada en su tiempo y sexualidad por patrones de conducta convencionales en una sociedad propensa a marcar a los disidentes con el rechazo y el oprobio.”
noctívago, y tal vez, solo tal vez, hablen con el barquero Caronte. De ustedes, de nosotros, de todos a una depende. Porque como lo externa Marcel Duchamp: “Contra toda opinión, no son los pintores sino los espectadores quienes hacen los cuadros.” Los días, y no las paredes de piedra y lamentos, son los que en medida puntual conforman la
arquitectura que contiene la angustia existencial que evoca el Minotauro para encontrar sustento a sus cavilaciones y quebrantos; melancolía de la bestia que nos mora y nos ronda, que nos define y, de alguna sombría manera, nos propone cual acuciantes moradores del sueño en que soñamos que somos soñados. Pareciese, y esta apreciación es tan vana como cualquier otra, que,
Del inventario interior de Gilberto Aquino, un mundo nuevo hecho de azúcar y ceniza, de pan y de explosiones. deambulando obcecados, encontramos una senda a nosotros que presupone algún paliativo para descubrirnos partícipes de lo creado y del universo circundante. Y es que tenemos que creerlo para redimir el silencio que nos proponemos conturbar, para, desmitificados, entrar en la tenencia de lo que damos en llamar vivencial y que no es sino un futuro macerado de nada para conformar un presente ambiguo y desvaído, desde un pasado irreflexivo. ¿Vivimos los hombres en un laberinto, de tiempo y olvido, o somos nosotros mismos el laberinto y el hilo que lo devela? Sea como fuere es nuestro humano deber, si alguno hubiere o pudiese haber, el desentrañar, no tal misterio que de suerte el en sí es y de nuestro auxilio no hace menester, sino el de que nuestros propios días, iguales de por sí, constituidos por nuestros sueños, nuestros insomnios y nuestras delaciones, parecen configurar abigarrados cicloramas que presuponen menos y simulan más. Es en este estupor que concatenamos los presentes “Laberintos de papel”, en donde cada uno de los instigadores, alevosos y concupiscentes, puebla su memorar de endrinas pubescencias, de fuegos acuosos, de mansedumbres feroces. Y, confesando nuestra parte de argivos, desplegamos naos en procura de mares sin aguas y riberas con inflorescencias. No es pues esta una aventura, más bien confusa intromisión, que lleve a seguro puerto sino, casi de esperar, propuesta de mundos en eclosión, estupefactos devaneos, ígneos pedruscos de aturdido granizo, y supeditado peregrinaje de imágenes prolongadas sobre ese empíreo que somos, construimos y desvelamos obnubilados. “Laberintos de papel” es por tanto nuestra esperanza de decir lo que no sabemos, pero intuimos a partir de la negación de alguna sorpresa que, oculta a nuestra conciencia, fluye tenaz por los meandros de la sinrazón para atracar en vuestras ensoñaciones. Que sople un viento desesperado y apague las estrellas… nos dirá Vicente Huidobro. Y asentiremos para temblar, plenos de emoción, con las cosmogonías constituidas por estos “Laberintos de papel”. *Fundación para las Artes Manuel Montilla e Hijos.
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