ESPACIOS . . . con Germán Samper
Eduardo Parra Chavarro
El ingenio nos asiste en proyectar caminos de realización, pero la idoneidad consumada que asegura el reconocimiento en el desempeño de la arquitectura y el urbanismo proviene de la determinación y la disciplina; Germán Samper ha hecho de estas un “bastión”, el mismo desde el cual se propuso transfigurar su obsesión en realidad. Su ingreso a la “factoría” de la arquitectura moderna por excelencia fue igualmente fruto del encuentro con Rogelio Salmona según cuenta, y con quien compartió experiencias en aquella exuberante escena parisina que fueron acompasando el advenimiento de una dialéctica reciproca que se vio finalmente concretada en la incipiente urbe bogotana; un pasillo – una ciudad, dos temperamentos – dos arquitecturas. Así como Le Corbusier le estimuló a hacerlo y para quien la mano era el instrumento mediante el cual la mente se conectaba con el mundo, su puerta de entrada a la elucubración y método de aprehensión reside en el dibujo. Lo material es asimilado en sus trazos y así lo real deviene sustancia de trabajo y fuente de inspiración para lo imaginario. Sus obras más apreciadas, la Sala de Conciertos de la “Biblioteca Luis Ángel Arango” y la Ciudadela Colsubsidio, establecen espacios escalarmente opuestos y tiempos gradualmente distantes que evidencian la evolución de su pensamiento; con licencias al contexto histórico presente una carcasa de estilo moderno alberga la maquina “afinada” en que se convierte la primera, y reconociendo las especificidades capitalinas la añorada ciudad decimonónica de recintos claramente definidos por edificios discretos se materializa en la segunda. Sin embargo, la vivienda ha sido siempre una de sus preocupaciones más sinceras, como receptáculo de esperanzas humanas y filamento estructurante de la urdimbre urbana. ¿ Reconciliación con el pasado para proponer una alternativa futura ? ¿ Modernidad sin “Tabula Rasa” ?. Finalmente, reflexiona sobre la ausencia del sentido de lo urbano como ámbito de acción de lo “público”, condición recrudecida cuando la arquitectura contemporánea actúa como anestesia local de una urbanidad difusa y errática que se padece de forma generalizada.
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APARTES DE LA ENTREVISTA
“. . . el otro tío era arquitecto y era una persona que definitivamente yo admiraba mucho. Él trabajo solo toda su vida, de vez en cuando hacia proyectos con Cuellar - Serrano - Gómez que eran como contemporáneos de él y era un hombre de esos muy especiales, muy ordenado. Le gustaba carpintear, le gustaba los radioaficionados y tenía una cualidad muy grande; fuera de que era muy simpático, tocaba guitarra y cantaba divinamente y eso lo cautiva a uno . . .” “. . . no se puede decir que era que desde pequeño yo estuviera pensando en arquitectura o que me gustara el dibujo o cosas de esas. Simplemente simpatía por una persona que era buen arquitecto, era la época en que se hacía arquitectura de estilo . . .” “. . . fuimos compañeros de colegio, Dicken era un poco . . . un par de años mayor que Hernán y que yo. Fuimos Boy Scouts y entonces Dicken era nuestro jefe porque era más alto, más grande. Si la hubo, la música seguramente también; no en el caso de Dicken Castro. Dicken siempre fue un . . . yo creo que él tubo vocación de artista porque él ha sido más que arquitecto ¿ Cierto ? Hernán es hijo de un escultor y el creció viendo bocetos al carboncillo en papel. Yo conocí su casa, tuve ese privilegio. Su papa y su mama son antioqueños y la música en la familia Vieco es como el pan, o como la arepa para hablar en términos antioqueños ¿ No es cierto ? . . . todos cantan, todos tocan, todos componen . . .” “. . . eso crea nexos de amistad e indudablemente de una manera inconsciente, pero eso sí a la larga tuvo que ver por la selección; el arte y la música, para entrar a estudiar arquitectura . . .” “. . . habían profesores que nos instruían, digamos, en el Movimiento Moderno. Es muy claro, Rother fue profesor de teoría, pero además algunos de sus edificios los teníamos ahí vivíamos compartíamos pues sus espacios y todo eso, en el caso de Rother. Y en el caso de Bruno Violi fue profesor, al principio de modelaje en barro y después en la facultad fueron descubriendo que él tenía cualidades de diseñador y de profesor, y lo pasaron a Taller . . . y curiosamente los últimos tres años de mi carrera fueron ascendiendo a Bruno Violi, de manera que me toco durante tres años. . .” “. . . los clientes decían que estilo querían. Había un arquitecto que era buenísimo en esa especialidad, que era Manuel de Vengoechea, un arquitecto que Corbusier considero que no era tal en algún momento dado, pero que a la hora de la verdad pues él era capaz de . . . hay tres
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casas sobre la Avenida Caracas y la 45 de tres hermanas. Ya una desapareció, pero era una casa de estilo tudor, la que seguía de estilo francés o de clase francés, y la otra moderna . . .” “. . . la arquitectura no podía ser reproducir el pasado y hacer ese tipo de cosas, y que había que buscar una arquitectura del presente, una arquitectura de acuerdo pues a la época que estábamos viviendo. Y pues naturalmente que las teorías de Le Corbusier, sus libros, fueron eso . . .” “. . . para nosotros era un arquitecto perfectamente conocido. Sabíamos quien estaba llegando y fuimos al aeropuerto a recibirlo y le seguimos los pasos; él se alojó en el Hotel Granada, dio conferencias en el Colón . . . que no creo que ningún otro arquitecto haya dado conferencias con el Colón perfectamente lleno de gente, estuvo en la facultad de arquitectura, converso con los que podía – los que hablaban francés – como Salmona, como Carlos Arbeláez, Carlos Martínez . . .” “. . . yo conocí a Rogelio en Paris, mejor dicho hablemos . . . cuando yo estaba terminando Rogelio estaba en tercero, o sea que era un alumno de tercero y uno cuando ya está en los cursos superiores, un alumno de tercero es un pobre muchacho . . .” “. . . lo mío fue una obsesión por trabajar en el Taller de Le Corbusier . . .” “. . . y este personaje debió decirle al Embajador de Colombia que yo andaba en problemas y el Embajador le pidió cita a Le Corbusier, y Corbusier daba citas de diez minutos, de dos a dos y diez. Y pues una circunstancia yo diría que para mi absolutamente histórica; el momento en que se estaban despidiendo este par de caballeros, entraba yo al Taller, porque yo ya estaba yendo . . . y Le Corbusier me mira y él Embajador me mira y me pregunta ¿ Usted que hace aquí ? . . .” “. . . pidió un voluntario para arreglar su biblioteca que era más desorganizada que esta. Yo le dije: “yo estoy a las órdenes”. Él no me pagaba, y estuve quince días - veinte días en su casa ordenando los libros poniéndolos por temas y toda la cosa y entonces él ya supo quién era yo, que pues era arquitecto de la Universidad Nacional . . .” “. . . entonces él tenía que tener un temperamento fuerte y ser absolutamente incorruptible en eso. Pero Le Corbusier en el Taller . . . era una persona, era otra persona inclusive con sus dudas . . .” “. . . su temperamento tenía mucho que ver también con las personas que le estábamos colaborando. Rogelio que tenía otro temperamento fuerte, se salían chispas cada vez que hablaban. Y Rogelio se fue dos o tres veces del Taller y pues Le Corbusier lo mandaba a llamar. Yo
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tengo otro temperamento y yo dije: ¡ Bueno ! yo estoy aquí es para aprender de este señor y tengo que hablar el lenguaje que él habla . . .” “. . . éramos unos catorce o quince o . . . bueno, ya no me recuerdo. En un sitio que uno no se imagina, pues que una persona que tuvo tanta influencia en la arquitectura del siglo XX, en la arquitectura moderna, pues . . . todas las cosas se produjeron en un corredor de un convento . . .” “. . . él trabajaba por las tardes y se quedaba en su casa por las mañanas. Salía temprano, tenía un perrito con el cual trotaba. Frente a su casa, a su apartamento, había una campo de juegos, había una pista de correr ¿ No ? entonces el salía a correr allá y se dedicaba a la pintura . . .” “. . . y en pequeñas hojas él se llevaba problemas y llamaba por teléfono a pedir medidas . . . y a que lo orientara uno y él hacia pequeños esquemas en papel. Él llegaba a las dos en punto al Taller de Le Corbusier, parqueaba en la calle en un carrito de dos puestos tipo MG . . .” “. . . recorría las mesas de dibujo y establecía cual de nosotros necesitábamos con más urgencia a Le Corbusier, y entonces seleccionaba a la persona y tenían una lista a la entrada de todos nosotros y con un chinche rojo ponía . . . Salmona, Samper . . .” “. . . a él le gustaba que fuera una sola persona trabajando un proyecto, el asignaba un arquitecto – que tuviera todo en la cabeza una sola persona – que hiciera absolutamente todo . . .” “. . . él fue fiel a su esposa hasta la muerte, y las dos mujeres de Le Corbusier fueron; Ivonne su esposa y su mama . . .” “. . . yo tuve muy buena amistad con Rogelio y teníamos los mismos intereses. Nos interesaba conocer las obras de Le Corbusier, asistíamos a un curso de Pierre Francastel sobre sociología del arte y ahí pues nos aficionamos a un determinado movimiento, pues . . . arquitectónico, que era el románico . . .” “. . . hicimos un viaje importante con Rogelio en Italia. Fue cuando nos aficionamos a pintar por solicitud del maestro. Nos dijo: “Dibujen, el arquitecto tiene que dibujar porque seguramente la única oportunidad que usted tiene de estar frente a una arquitectura de valor ¡ No va a estar volviendo ! Entonces estúdiela, coja una hoja de papel y analice su estructura y todo eso”. Y entonces con Rogelio salíamos, almorzábamos y discutíamos mucho en los cafés . . .” “. . . entonces no era fácil . . . hacer carrera en Francia y yo sí sabía que en Bogotá tenía posibilidades y que pues me abría camino en Bogotá, y la primera vez que yo le dije a Le Corbusier
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que me devolvía, me dijo: “usted no se devuelve ¡ Punto ! tranquilamente a usted le falta todavía un tiempo aquí para . . .” bueno, con ganas de – que se quedara – si porque pues yo ya naturalmente le conocía todos los trucos . . .” “. . . su religión era el urbanismo ¿ No ? Que iba a cambiar pues la manera de vivir del hombre con el maquinismo. Su invento pues de la Ville Radieuse y todo eso, el tenia . . . era un utopista en cierto modo ¿ No es cierto ? él pensó que con la arquitectura cambiaba la vida de la sociedad, lo cual pues naturalmente no se produjo . . .” “. . . en el Centro estaba todo, estaban todas las oficinas de arquitectura y yo hice, pues una peregrinación donde Carlos Arbeláez que estaba en el Banco Central, donde Francisco Pizano que era amigo mío y me dijo: “yo tengo un proyecto que podemos hacer juntos”. Ese mismo día conseguí trabajo . . .” “. . . ya después como me salí yo del Banco Central; entramos con Eduardo Pombo que era compañero en esa oficina, entramos con Ricaurte, Carrizoza y Prieto a un concurso para la Villa Olímpica de Cartagena. Nos ganamos el concurso . . .” “. . . yo me salí del Banco para, a nombre del equipo tan grande, hacer los diseños constructivos. Cuando eso se terminó esa fue mi oficina, yo pues . . . ya empecé a encontrar clientes, y esa fue mi oficina . . .” “. . . son edificios que forman parte de la ciudad pero que no hacen en si ciudad, y al contrario hay mucha tendencia a que en que esos edificios los arquitectos nos lancemos a una originalidad no necesaria y hagamos toda clase de piruetas arquitectónicas que no tienen que ver con la ciudad . . .” “. . . La Fragua me abrió caminos de solidaridad con las clases que tienen problemas de vivienda . . .” “. . . y en el cruce yo propuse un espacio cerrado, que es la antítesis del movimiento moderno con edificios sueltos, organizados ¿ No ? Entonces ahí hay un cambio ya con el concepto de alta densidad pero en baja altura . . .” “. . . al principio me hablaste de la Biblioteca Luis Ángel Arango; de esa biblioteca, la Sala de conciertos. Es un espacio que uno va, todavía lo conmueve a uno llegar allá. A mí como arquitecto, yo digo: “esto lo diseñe yo hace treinta años y está impecable” y es un diseño realmente de un
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espacio muy armonioso y que resulto pues con buena acústica un poco por un principio que nosotros adoptamos, de tener un cielo raso prácticamente virtual que permitía que un porcentaje digamos del sonido saliera entre los palos . . .” “. . . sigue siendo para mí yo creo que el proyecto más afortunado de los que hemos diseñado, y Colsubsidio . . .” “. . . estuve dibujando los edificios de Nueva York que son una completa anarquía, pero es una anarquía creativa si uno puedo decir; ha creado ese tipo de silueta. Nueva York surgió como una trama regular, una serie de manzanas regulares – una retícula – pero se volvió de repente un sitio de comercio, de economía, de toda la cosa y empezaron entonces . . . se hacían Town Houses que eran casitas de tres o cuatro pisos, que todavía quedan barrios enteros de Town Houses. Pero en Nueva York que tú tienes . . . yo he visto rascacielos, si se puede decir así, en ocho metros de frente. Ahora que estuve, si tú quieres te puedo mostrar algunos dibujos de eso. Entonces ¿ Qué pasa ? Que cuando la norma se hace en relación al valor de la tierra produciéndole un índice, te salen edificios altos y no hay una unidad como hay en Europa. Entonces el concurso de Avianca parte en dos un poco la historia urbana de la ciudad, como te digo por la norma, no tanto por el edificio . . .” “. . . he estado en Roma, he estado en Madrid. Esas son ciudades en que la arquitectura doméstica, o sea la arquitectura residencial, es una constante en toda la ciudad y es una arquitectura anónima como arquitectura, pero que crea espacios urbanos significativos. Entonces tú tienes que en Paris, en tu vocabulario, dentro de tus conocimientos, tú no puedes nombrar algún arquitecto que hubiera hecho uno de tantos edificios porque no tienen arquitecto, y son el noventa por ciento de la obra. Y ¿ Puedes nombrar naturalmente lo que es arquitectura monumental ? ¡ Sí ! pues esta la Torre Eiffel, están los museos, esta ese tipo de arquitectura que no es la arquitectura residencial que forma una ciudad con gran unidad. La arquitectura moderna en Estados Unidos que ha tenido una influencia muy grande entre nosotros, es todo lo contrario, es de individualidades . . .” “. . . me parece que la gran falla de la arquitectura contemporánea está en que pues no hemos sido formados para hacer ciudad . . .”
© 2009
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