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Fortuny en Reus, de ida y vuelta de Marruecos (1860

Retrato de Marià Fortuny

Fotografía de autor desconocido, c. 1860 Museu de Reus (IMRC 01988)

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Fortuny vestido de árabe

Fotografía Moliné y Albareda, Barcelona, c. 1860 Museu de Reus (IMRC 01206) creo que sus buenos maestros en la Escuela de Bellas Artes de Reus, y más tarde en la de Barcelona, no le enseñan nada nuevo, imbuidos, como están de la escuela fría y académica, cuyo modelo imponderable es Overbeck».59 Finalmente, a inicios de la década siguiente, el ejercicio del natural practicado en el escenario sobrecogedor de la Guerra de África lo conduciría a superar los encorsetados apriorismos académicos aprendidos los años de Lonja y empezaría a desarrollar su autentico lenguaje pictórico personal que sería la base de su expresión plástica de madurez que lo llevó a la fama internacional.

Marchó a Roma el 19 de marzo de 1858, y justamente un año después, el 19 de marzo de 1859, moría en Reus su abuelo, desgracia que sintió profundamente.

Fortuny en Reus, en la ida y vuelta de Marruecos (1860)

El 29 de enero de 1860, a las 8 de la mañana, Fortuny llegó a Reus para ver la familia y los amigos, antes de embarcarse por primera vez hacia Marruecos para cumplir el encargo de la Diputación de Barcelona de ser cronista gráfico de la participación del cuerpo de voluntarios catalanes en la Guerra hispano-marroquí, hecho que constituyó un episodio decisivo en la trayectoria del pintor. El Diario de Reus, en la primera noticia publicada sobre el pintor, informaba de la llegada de Fortuny a Barcelona, procedente de Roma, y lo felicitaba por el encargo de la Diputación. Felicitaba también doblemente a los reusenses, por Prim y por Fortuny:

«Debemos estar con justicia orgullosos, de que sea un hijo de Reus el bravo general que tanto heroísmo ha demostrado en los campos de batalla, y que un hijo de Reus sea también el distinguido artista que con sus pinceles debe perpetuar en esta gran lucha el triunfo de las valerosas huestes españolas».60

En Reus, visitó sus hermanas y a sus amigos Pere Bover y Andreu de Bofarull. En una sesión municipal extraordinaria convocada el mismo día, el primer teniente de alcalde Gaietà Pàmies propone que «habiendo llegado a esta ciudad el acreditado pintor hijo de la misma D. Mariano Fortuny, se presentaba favorable ocasión para encargarle el retrato del Excmo. Señor Conde de Reus». El pleno se declaró totalmente favorable y acordó que se le encargara también el retrato del general en jefe Leopoldo O’Donnell (Santa Cruz de Tenerife, 1809– Biarritz, Francia, 1867) así como una vista de la Batalla de Castillejos.61 El Diario de Reus recoge que al mediodía fue llamado al Ayuntamiento

0001), el estudio al óleo que Fortuny realizó para la creación de la obra definitiva por la que se le concedió la pensión en Roma. Presenta muy pocas diferencias con la versión definitiva. Fue donada al Museo reusense por la Banca Vilella, en 1969. 59. CARDONA: «Conferencia», Revista de Archivos Bibliotecas y Museos, Madrid, 1951. 60. Diario de Reus, 24-I-1860. 61. Actas Municipales de Reus, sesión 29-I-1860.

Marià FORTUNY «Familia marroquí»

1862 Aguafuerte, 35,5 x 24 cm Museu de Reus (IMRC 1250) que le entregó cierta documentación para el general O’Donnell y

«manifestó al joven artista sus deseos que en la sala de sesiones figurase un cuadro representando la memorable acción de Castillejos. Una pequeña indicación de nuestra municipalidad bastó para nuestro distinguido paisano, apresurándose a manifestar que tendría un particular gusto en corresponder a los deseos del Ayuntamiento y que tan pronto llegase a su destino daría principio a la obra».62

Por la tarde del domingo Fortuny visitó el Palacio Bofarull para ver los impresionantes frescos barrocos de Pere Pau Muntanya (Barcelona, 1749–1803), la iglesia gótica de San Pedro donde había sido bautizado, y el Centre de Lectura, que lo invitó a tomar café entre amigos. La crónica del Eco del Centro de Lectura, redactada por Josep Güell, explica:

«Tuvimos el gusto de estrechar la mano de nuestro querido compatriota y amigo de la infancia, tan ventajosamente conocido en el noble arte de la pintura […] que antes de marchar ha querido despedirse de su ciudad natal, y se dignó honrar con una visita a la sociedad Centro de Lectura en donde cuenta con numerosos amigos».

Lo felicita por la merecida beca de la Diputación y dice que Reus «se enorgullece de poderle contar entre sus hijos, ya que por su mérito y talento ve ornada su frente con la esplendorosa corona del genio».63 Por la noche, la sociedad recreativa El Olimpo le invitó a su local «para que honrase con su presencia el muy animado baile que tenia lugar en sus salones». Según el Diario de Reus, «a unos y otros dejó complacidos, recibiendo en todas partes las más relevantes pruebas de admiración y cariño», y desea «a nuestro joven artista un feliz viaje y que pronto podamos verle regresar cubierto de la gloria que va a proporcionarle su artístico viaje». Una acertadísima predicción. El día siguiente, 30 de enero marchó hacia la capital catalana.64

Fortuny, acompañado por su amigo y futuro cuñado, platero y medallista Jaume Escriu Biada como asistente, se embarcó en Barcelona hacia Marruecos el 2 de febrero de 1860. Estuvo dos meses y medio de intensísima actividad en Tetuán y sus alrededores. Todo un mundo nuevo se abría ante sus ojos, un mundo que cambió definitivamente su estilo. Unas vivencias que formarían su visión del mundo musulmán y

62. Diario de Reus, 31-I-1860. Según FORT, Fortuny visitó la tumba de su abuelo en el cementerio, la Boella –la casa donde nació– y el Ayuntamiento, donde el corregidor y varios concejales le felicitaron «por sus progresos en la pintura»; le hicieron el encargo «para guardar dichos cuadros en estas casas Consistoriales, junto con el retrato de Prim en el salón de sesiones» y le fueron entregados unos papeles para O’Donell y Prim. Fortuny respondió que «gustosamente correspondría a los deseos del Ayuntamiento y que tan presto llegara a África, comenzaría los cuadros en los que pondría el alma, por tratarse de un encargo de la Municipalidad de Reus». FORT: Anales…, I, pp. 84-85. 63. El Eco del Centro de Lectura, 15-II-1860. 64. Diario de Reus, 31-I-1860.

Marià Fortuny

«Odalisca»

Roma, 1861 Óleo sobre cartón, 56,9 x 81 cm Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC 010691) que cambiarían por siempre jamás su trayectoria. Allí conoció al también reusense general Joan Prim Prats y se relacionó con los oficiales reusenses Antoni Barberà –farmacéutico– y Josep Losada Bofarull. A través de este la familia tenía noticias de su estancia en Marruecos.65

Ocho días después de su llegada se entrevistó con Prim y parece que sus dibujos le gustaron, lo alojó en su estado mayor –compartiendo en ocasiones la mesa– y le proporcionó un salvoconducto para entrar en Tetuán, donde vivió en la medina. Los apuntes de Fortuny de La Batalla de Tetuán eran minuciosos hasta el punto que el propio general Prim le había apuntado los lugares exactos en que se batieron las tropas y los nombres de los generales. Se explica que en una de las circunstancias en qué Fortuny pudo perder la vida, Prim lo ayudó a salir ileso de la situación. En otra, se topó con soldados marroquíes que no lo mataron al hacerse pasar por un artista inglés. Aun así, en Reus

65. BOFARULL: «Fortuny...», pp. 2-3. Sobre esta estancia de Fortuny en Marruecos véase CARBONELL: De la trinchera al atelier. La gestación del cuadro de La batalla de Tetuán de Marià Fortuny (2012).

Marià FORTUNY

«La Batalla de Tetuán»

Roma, 1862-1864 Óleo sobre tela, 300 x 972 cm Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC 10695)

Marià FORTUNY

«La Batalla de Wad-Rass»

Roma, 1860-1861 Óleo sobre papel y cartón, 54 x 185 cm Museo Nacional del Prado, Madrid (MNP P004331) corrió la falsa noticia que Fortuny y Escriu habían sido capturados y decapitados por los marroquíes.66

Al volver de Marruecos Fortuny fue a Madrid, donde el general Prim le prometió la condecoración de Carlos III, que se le concedió unos años más tarde, en 1867. Después volvió a Reus, donde descansó del 27 de mayo al 7 de junio. El Diario de Reus explica:

«Hemos tenido el gusto de dar un cordial abrazo a nuestro querido amigo el distinguido pintor reusense D. Mariano Fortuny, que ha venido a descansar por una corta temporada a este su país natal, después de larga permanencia en el campamento del general Prim en África, donde acaba de enriquecer su precioso álbum con

66. YRIARTE: Fortuny [1886], p. 52; y DAVILLIER: Fortuny, p. 19. MADRAZO: «Fortuny», p. 4 dice que «como catalán y reusense fue presentado al general Prim, el cual al principio no le hizo caso; pero luego se le mostró afectuosos y complaciente». La anécdota de las circunstancias que pusieron en peligro la vida de Fortuny son recreadas por el periodista Fernando BARANGO en «El insigne pintor Mariano Fortuny estuvo a punto de ser fusilado», La Vanguardia, 27-IX1974. El pintor explica algunas de estas vivencias peligrosas en una carta del 13-VI-1860 dirigida a su amigo Llorens Vallès, publicada a FOL: «Fortuny», Gazette des Beaux-Arts, París, III-1875, 1, p. 269. Y Davillier recoge esta anecdota: «Fortuny quiso presenciar de cerca una batalla y parece que avanzó demasiado y una bala levantó una polvareda en sus pies, ‘esta iba por el pintor’, explica que dijo un soldado que huía.» DAVILLIER: Fortuny..., p. 19. Uno de los comandantes del batallón de Voluntarios Catalanes era Victorià Sugrañes Fernández (Reus, 1807-Tetuán, 1860) muerto en la batalla de Tetuán, tan solo unas horas después de haber desembarcado en Marruecos, y del que Fortuny hizo un retrato, a partir de una fotografía.

Marià FORTUNY

«El coleccionista de estampas»

Roma, 1866 Óleo sobre tela, 52 x 66,5 cm Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC 14560) trabajos numerosos relativos a hechos y episodios de la guerra».

Explica que debe presentar a la Diputación de Barcelona «los numerosos trabajos que tan solo en bosquejo trae coleccionados en su rico álbum y que, debidos a la soltura de su lápiz, ha recogido durante su permanencia en África» y que por esto «nos ha privado del gusto de admirarlas». Fortuny había sido objeto «de las mayores atenciones durante los pocos días de su permanencia en esta» y vaticina que

«dentro de poco podamos dar cuenta de alguna obra maestra salida de su admirable pincel, que el artista ha recorrido y pisado por si solo todo el territorio teatro de nuestras recientes glorias militares, reuniendo con ímprobo trabajo tan buenos y tan preciosos elementos».67

También la revista El Eco del Centro de Lectura explica la estancia

Retrato de Marià Fortuny [?]

Fotografía Gabriel Torres, Tarragona, 1863 Arxiu Municipal de Reus - Arxiu Comarcal del Baix Camp (AMR-ACBC)

Retrato de Marià Fortuny

Fotografía de autor desconocido, c. 1865 Museu de Reus (IMRC 01202) en Reus del «joven y aventajado pintor. Celebramos su feliz llegada a esta ciudad y le felicitamos por los adelantos que, por su bien y gloria de la población que le vio nacer, todos los días está haciendo en el difícil arte de Apeles». Dice que «durante su corta estancia entre sus conciudadanos, ha sido objeto de las mayores deferencias por parte de sus numerosos amigos y admiradores de su genio artístico». Y explica que debe ir a Barcelona «para reproducir al lienzo algunos asuntos sobre la guerra de África que dicho joven tuvo ocasión de presenciar durante su estancia en el teatro de los últimos acontecimientos».68

Después de pasar doce días en la ciudad, el 7 de junio marchó a Barcelona: «En su cartera de viaje recién efectuado a África, ha mostrado en esta ciudad gran número de croquis y dibujos referentes a la guerra» trabajos que presentará a la Diputación. Prometió al Ayuntamiento «no descuidar su encargo de pintar los retratos de los generales Prim y O’Donnell y el cuadro de la batalla de Castillejos».69 Días después viajó a París, donde intentó entrevistarse con el general Prim, que estaba en la capital francesa, para saludarlo, precisar detalles de las escenas marroquíes y confirmar si le sería concedida la Cruz de Carlos III que le había prometido, sin conseguir llegar a verlo.70

El gran éxito de la exposición de Fortuny en la Diputación de Barcelona, en febrero de 1862, intensificó su fama. El público, la crítica y la prensa se pronunciaron incondicionalmente a su favor. El éxito de Fortuny, y sobre todo los elevados precios pagados por sus obras, impresionaban fuertemente la sociedad y la prensa reusense, que se hace eco de ello, a lo largo de toda su trayectoria artística.71

67. Diario de Reus, 29-V y 7-VI-1860. La estancia en Reus es recogida también por el Diario de Barcelona, 8-VI-1860. FOLCH: Fortuny, p. 85, que se equivoca en un mes las fechas, escribe: «Això era el mes de juny, ja avançat, i, tenint en compte que el día de Sant Pere és la festa major de Reus, qualsevol éssent fill de Reus es queda a Barcelona, i amb mal al peu i tot, suposem que se’n va anar, a ballar, a abraçar la germana i els oncles i a veure els amics». Esos días Josep GUELL publicó un poema de admiración en el que lo compara con el pintor renacentista Rafael d’Urbino. «A D. Mariano Fortuny. Soneto», El Eco del Centro de Lectura, 3-VI-1860. Algunos autores sitúan erróneamente el poema en el periódico reusense El Porvenir. 68. [GÜELL]: «Artista» y «Buen viaje», El Eco del Centro de Lectura, 3 y 10-VI-1860. 69. FORT: Anales... 1860, I, p. 202 dice: «En Bellas Artes Reus cuenta con escasas escuelas, pero no obstante ello, los jóvenes Mariano Fortuny y Josep Tapiró están pensionados en Roma para perfeccionar sus estudios pictóricos. Dadas las obras que dichos pintores han dado a conocer en nuestro Reus y en propia Roma, cabe esperar serán artistas de primer orden». El mismo cronista reproduce una articulo del diario barcelonés El Telégrafo sobre el segundo viaje de Fortuny a Marruecos. El 12 de diciembre de 1861, el Ayuntamiento de Reus acuerda arreglar el salón de plenos y que era «indispensable» la adquisición de un retrato de cuerpo entero de la Reina de España. Actas Municipales 12-XII-1861. Según Diario de Reus 28-I-1862, el alcalde contrató un pintor de Madrid, y se muestra partidario de haber contratado a los pintores reusenses Fortuny y Tapiró, «dignos de tal encargo por sus recientes triunfos en Barcelona». 70. GONZALEZ-MARTÍ: Fortuny..., p. 37. 71. Un ejemplo es el siguiente breve: «Según nos escriben de Barcelona, parece que unos especuladores han llegado a ofrecer 4.000 duros por el cuadro titulado La Odalisca, obra de nuestro eminente paisano don Mariano Fortuny», Diario de Reus, 27-II-1862. O, casi 40 años después, quedan impresionados por el precio pagado en una subasta: «Por un solo cuadro de nuestro paisano el inmortal Fortuny, se han dado la friolera de cincuenta mil duros!». X.: «La ‘Elección de Modelo’ de Fortuny», El Eco del Centro de Lectura, 27-II-1898. El falangista FONTANA: Dos trenes se cruzan en Reus (1979), p. 189, se equivoca cuando dice que en Reus «el gran pintor Fortuny no pasó del ‘Marianet’ en vida, y aquí eran ignorados sus triunfos europeos». Publica un daguerrotipo de su abuelo Joan Fontana «retocado al óleo ‘dicen’ que por Fortuny».

Marià FORTUNY

«El vendedor de tapices»

Roma, 1868 / París, 1870 Acuarela sobre papel, 59 x 85 cm Museu de Montserrat Donación de J. Sala Ardiz

Un éxito y reconocimiento artístico y social que provoca que, ya en febrero de 1862, la sociedad recreativa El Círcol, creada por la alta burguesía reusense, lo nombrara socio honorario, «cuyo mérito en su arte está admirando a propios y extraños».72

Fue entonces, en febrero de 1862, a raíz del éxito de la exposición de la Diputación de Barcelona, cuando se publica en Reus el primer artículo de opinión sobre la orientación temática de la obra de Fortuny. El médico demócrata Tomàs Lletget (Reus, 1825–Archena, 1898), director de El Eco del Centro de Lectura escribía: «Nuestra patria está de enhorabuena: puede grabar ya en letras de oro el nombre de otro de sus hijos, eminente artista que, joven aun, asombra al mundo con sus brillantes concepciones». Dice que Fortuny

«ha sido proclamado hoy a voz en grito no solo artista, sino artista privilegiado. Las brillantes muestras de su claro ingenio que admira Barcelona le colocan a inmensa altura, y nos hacen esperar que haciéndose un día verdadero intérprete del arte, sabrá reproducir por medio del símbolo la expresión de nuestra vida interior, de nuestras costumbres, de la marcha progresiva de la humanidad, de nuestras miserias y de nuestras disensiones, y arrancará gritos de entusiasmo del corazón de la posteridad cuando vea trasladadas al lienzo las terribles escenas de que ha sido testigo este siglo de luchas y revoluciones políticas y sociales».

Le pide que deje de lado la pintura inspirada en tiempos pretéritos y que cree una pintura reflejo del presente, un llamado a la pintura realista: «Como artista no debe limitarse a reproducir episodios de otros tiempos, sino, que, encarnándose con nuestro siglo, ha de ser el eco fiel de los gritos de dolor y entusiasmo que exhala el pueblo al romper eslabón por eslabón la cadena de la esclavitud», a pesar que, dice:

«no tratamos de aconsejarle por que esta seria una loca pretensión que jamás ha pasado por nuestra mente, pero si deseamos que cumpla la gloriosa misión para que ha venido al mundo. Admiradores de su artístico talento le rendimos este pequeño tributo, débil muestra del férvido entusiasmo que nuestro pecho abriga».

Y termina con una invocación: «Espíritus sublimes de los grandes genios que derramasteis torrentes de luz a vuestro paso por la tierra, no dejéis al hijo del pueblo abandonado a sus propias fuerzas! iluminadle, y guiado por vuestra protectora mano conseguirá sin duda llegar al templo de la gloria y grabar su nombre en el eterno libro de los siglos».73 Fortuny, si llegó a leer nunca el articulo, cosa poco probable, obviamente no le hizo ningún caso.

72. Diario de Reus, 18-II-1862, que aplaudía la decisión. La pérdida de este libro de actas de la entidad y de la documentación de las otras sociedades existentes, como El Olimpo, impiden conocer las distinciones con las que agasajaron a Fortuny. 73. T.[omàs] Ll[ETGET].: «Parte Local», El Eco del Centro de Lectura, 16-II-1862.

Marià Fortuny

«La elección de la modelo»

Roma, 1874 Óleo sobre tabla, 53,3 x 82,5 cm National Gallery of Art, Washington Corcoran Collection (William A. Clark Collection, 2015.143.12)

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