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Existe todo un universo de oportunidades a ser explorado "
E
nseñen a los niños a ser preguntones, para que preguntando el porqué de lo que se les manda a hacer, se acostumbren a obedecer a la razón, no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos”. Simón Rodríguez. Coloreando los cuadernos de guiatura en la clase de educación religiosa, comenzaba a cuestionarme sobre el porqué los más devotos confundían la fe con orgullo y veían en la soberbia, a Dios. Durante mis años de educación básica soñaba con estudiar en ese colegio católico en particular, por la calidad educativa que ofrecía y por haber abrazado a varias generaciones de mi familia, y fue gracias al apoyo de mi madre y de mis abuelitos que conseguí entrar. Aún
así, a pesar de mis creencias y convicciones, nunca me parecía incorrecto indagar un poco más allá de nuestras propias fronteras, y debido a ese pensamiento “rebelde” cambiarían mis alternativas. Sentía más afinidad por las artes y la literatura, sin embargo, la boleta de zonificación para la etapa media diversificada me deparó una única opción.
Enem en Brasil) que demoró mi ingreso en la universidad más importante de mi región (Universidad de Oriente) en la cual cursaría la carrera que deseaba.
Fue así que me formé como técnico medio en Contabilidad, una disciplina con la que no esperaba relacionarme y que con el tiempo le tomaría cariño y respeto. Aunque me gustó la contabilidad, inicié
Estaba en medio de una clase de matemáticas en la carrera de telecomunicaciones cuando recibí la notificación de que ya tenía garantizado mi cupo en la carrera de contaduría pública, por lo que no dudé en cerrar mi cuaderno y solicitar permiso para retirarme de la clase. El primer día en la carrera fue muy importante para mí; las palabras de mis profesores y la pasión con la que retrataban
la carrera de telecomunicaciones en una universidad experimental de las fuerzas armadas venezolanas debido a un error en la prueba de actitud académica (Como el
la profesión me llenaba de admiración, me sentía en el camino correcto. ¡Y vaya camino!., como diría aquella canción de Coldplay: Nobody said it was easy.