Libro de Carlos Mayhua, con ilustraciones de Luis Rosell y Jesus Cosio. Está dedicado a los que lloraron el primer día de clases, a las víctimas del sistema educativo: fracasados, antisociales, tímidos, perezosos, inútiles. También a los que hacían todo mal en la clase de educación física, a los niños y niñas hermosamente inteligentes que saben que aprobar exámenes y acumular cartones no significa nada.