Historia de la Vida N2V4 2019

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Nivel 2 | Año 5 | Número 4

el CueRPO HUMANO y SUS

TECNOLOGÍAS SUperavanzadas


AUDICIÓN Intenta quedarte en silencio por un momento, y presta atención a los sonidos a tu alrededor. ¿Estás escuchando? ¿Pasan los autos por allí cerca? ¿Puedes escuchar a algún perro ladrando? ¿Personas que conversan? ¿Hay música de fondo? ¿Pensaste en la maravilla llamada audición? El oído humano es un sensor biológico de gran sensibilidad, con capacidad para detectar una gama de frecuencias e intensidades sonoras. La audición se compone de dos elementos, uno mecánico y otro que abarca impulsos nerviosos y eléctricos. La complejidad del oído y sus mecanismos de protección son enteramente inexplicables a la luz de las tesis evolucionistas, y señalan al diseño, el propósito y la planificación defendidos por el creacionismo. Finalmente, ¿cómo explicar la evolución gradual de las partes componentes del sistema auditivo, ya que todos son totalmente interdependientes? ¿Cómo explicar la especialización evidente de cada una de ellas? Y más, ¿cómo explicar que hayan “surgido” dos de esos sensores auditivos complejos? Como dice Apocalipsis 2:7: “El que tiene oído [y razón para entender], oiga”.

Historia de la Vida El cuerpo humano y sus tecnologías superavanzadas Michelson Borges Título del original: História de Vida. O corpo humano e suas tecnologias superavançadas, Casa Publicadora Brasileira, Tatuí, São Paulo, Brasil 2018. Dirección: Stella M. Romero Traducción: Gisell Erfurth de Juez Diseño: Bruna Ribeiro Diagramación de tapa: Renato Gomes Ilustración: Fotolia: Ponkrit, Kakigori Studio,

Marina Zlochin, Nikolai Titov, Vilisov; Michelson Borges

ISBN 978-987-701-790-8 (Obra completa) ISBN 978-987-701-810-3 (Fascículo 4)

Erfurth de Juez, Gisell, trad. III. Título. CDD 230

Libro de edición argentina IMPRESO EN LA ARGENTINA - Printed in Argentina

Borges, Michelson Historia de la Vida : El cuerpo humano y sus tecnologías súper avanzadas / Michelson Borges / Dirigido por Stella M. Romero. – 1ª ed. – Florida : Asociación Casa Editora Sudamericana, 2018. v. 4, 8 p. ; 22 x 15 cm.

Se terminó de imprimir el 28 de septiembre de 2018 en talleres propios (Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

Primera edición MMXVIII – 38,5M Es propiedad. © 2018 Casa Publicadora Brasileira. © 2018 ACES. Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

Traducción de: Gisell Erfurth de Juez. ISBN 978-987-701-810-3 1. Cristianismo. I. Romero, Stella M., dir. II.

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor. -110557-


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OLFATO La nariz humana tiene cerca de 300 tipos diferentes de receptores olfativos en la membrana que rodea las células que recubren los pasajes nasales. Cada receptor se relaciona con un tipo diferente de molécula. Los intentos de fabricar receptores artificiales fracasaron hasta ahora, porque la estructura se destruye cuando esos receptores son quitados del ambiente específico. Es decir, los receptores fueron creados para funcionar específicamente en el lugar en cuestión. Existen muchos obstáculos para crear un sensor que imite la nariz humana. Primero, las proteínas fabricadas necesitan ser ubicadas de una manera que puedan funcionar de la misma manera en que funcionan en la membrana de la célula. Segundo, y más importante, es necesario desarrollar un método de recolección de la información de esas proteínas, y transmisión y procesamiento de dicha información. Otra vez, vemos científicos muy inteligentes que gastan tiempo y dinero en la tentativa de imitar un mecanismo complejo que ellos aún ni siquiera entienden bien. ¿Cómo se desarrollaron esos receptores olfativos capaces de conectarse con tipos específicos de moléculas? Y más: ¿de qué serviría que hayan “surgido” receptores olfativos sin la existencia de un método de recolección de información de las proteínas? ¿De qué serviría todo eso, sin un medio de transmisión y procesamiento de toda esa información? ¡La próxima vez que sientas el aroma agradable de una flor, de un buen perfume o de una exquisita comida, agradece al Creador por regalarte el complejo y maravilloso sentido del olfato!

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VISión Que el ojo humano es una maravilla tecnológica, nadie lo duda. Tanto es así, que los ingenieros intentan hace años imitar la funcionalidad de nuestro órgano de la visión. Gracias a ese esfuerzo, la admiración de ellos por el ojo ha crecido cada vez más. Los científicos se dieron cuenta de que ningún chip de computadora logra realizar lo que la retina hace. ¡Si lo consiguiera, ese dispositivo tendría que ser un millón de veces mayor que la retina y pesaría más de 40 kg! (La retina pesa menos de un gramo y tiene el espesor de 0,01 milímetros.) ¿Y el consumo de energía? Nuestra retina consume tan solo 0,0001 watt, mientras que la retina artificial requeriría mucho más energía: 300 watts – además de un sistema de refrigeración. Con todo eso, ¿tendríamos finalmente la visión humana reproducida artificialmente? Aún no. Si se construyera uno de esos chips, sería capaz de tratar con un área cuadrada de tan solo dos mil unidades de visión (píxeles), mientras que la visión humana tiene una capacidad cinco veces mayor. ¡El tal chip (si existiera) sería equivalente a un millón de transistores, pero la retina humana equivale a 25 billones de ellos! Cada segundo, la retina humana ejecuta operaciones matemáticas que tardaríamos meses para solucionar. ¿Las calculadoras surgen por casualidad? ¿Los mecanismos de alta tecnología pueden existir sin haber sido planificados? Dios creó el ojo; solo no lo ve el que no quiere verlo. Otra evidencia de que para crear sistemas y órganos complejos es necesaria (mucha) planificación inteligente: científicos estadounidenses desarrollaron una cámara con el formato del ojo que puede revolucionar la fotografía digital y llevar al desarrollo de un ojo biónico con un modelo cercano al del órgano humano.

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En un estudio publicado en la revista Nature, los investigadores dicen haber solucionado un antiguo problema: cómo colocar componentes microelectrónicos en una superficie curva –que imite la retina del ojo– sin romperlos. Los investigadores crearon un material que forma una especie de malla flexible compuesta por pequeños cuadrados que albergan fotos con detectores y componentes electrónicos. Los cuadrados se relacionan por medio de cables que son el equivalente 1/100 del espesor de un cabello. La eficacia del artefacto se debe a la miniaturización de fotodetectores y de los elementos de los circuitos. La cámara tiene dos centímetros de ancho, un único lente y un sistema de detección de luz cóncavo. “Los ojos de los animales no son así [planos]; la retina es curva”, dijo el director de la investigación, John Rogers, de la Universidad de Illinois, en los Estados Unidos. “Esa curvatura permite a los animales ver el mundo sin distorsión; al contrario de imágenes producidas con cámaras, que pierden el foco en la periferia”. Darwin afirmó en cierta oportunidad que el ojo humano “posiblemente tendría que haber sido adquirido por selección gradual de desvíos sutiles, pero útiles”. Su esposa, Emma Darwin, no se tragó la explicación y escribió: “Una gran suposición”. Esa anotación de Emma debió de haber sacudido la cabeza del naturalista inglés, porque la idea de la evolución gradual, paso a paso, de un órgano extremadamente complejo e integrado como el ojo le causaba “escalofríos”.

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La revista Pain publicó los resultados de un nuevo estudio que reveló algo que parece estar llegando a ser un lugar común en estos días de avances tecnológicos: la capacidad sensitiva humana es mucho más compleja y llena de matices de lo que se pensaba. Científicos de las universidades de Liverpool (Inglaterra) y Cambridge (Estados Unidos) revelaron que el cuerpo humano dispone de sistema sensitivo totalmente exclusivo y aislado, independiente de los nervios que dan a la mayoría de nosotros la habilidad de tocar y sentir. Lo que es sorprendente es el hecho de que esa red sensitiva está desparramada por todos los vasos sanguíneos y glándulas sudoríparas. Poco tiempo antes, algunos investigadores ya habían descubierto que las sensaciones de la piel afectan la audición y que los seres humanos serían capaces incluso de “ver” colores y formas por medio de la piel. “Hace años, mis colegas y yo hemos detectado diferentes tipos de terminaciones nerviosas en pequeños vasos sanguíneos y glándulas sudoríparas, los cuales asumimos que estaban simplemente regulando el flujo de sangre y sudor. Nunca imaginamos que ellos podrían contribuir a las sensaciones conscientes”, dice el neurólogo Frank Rice. Son esos sensores los que nos conectan al mundo, y sin ellos la vida sería prácticamente imposible. Es otro tipo de mecanismo que tenía que funcionar bien desde el principio. Cuanto más avanzan las investigaciones y los métodos de investigación, más sorprende el cuerpo humano a los científicos. No debería ser así, ya que quien proyectó esa maravilla fue el mismo Creador del Universo. Estudiar las maravillas de la creación nos ayuda a percibir el cuidado, la inteligencia y el cariño con los que fuimos creados.

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TA c T O Más curiosidades acerca de la piel

• Un estudio publicado por científicos en la universidad canadiense McGill University School of Nursing afirma que el contacto directo con la piel de la madre puede ayudar a los bebés prematuros a recuperarse de manera más rápida de dolores. El relevamiento mostró que los bebés que estuvieron en contacto con las mamás se recuperaron del dolor en un minuto y medio, mientras los prematuros que estaban en incubadoras sufrieron por más de tres minutos. Ese contacto entre pieles no solo es benéfico para los prematuros. “Estudios recientes muestran que el cuerpo de la mujer ayuda a mantener al bebé con la temperatura adecuada, calmándolo y proporcionándole frecuencias respiratorias más estables”, explica el pediatra Marcus Renato de Carvalho, de la Clínica Interdisciplinar de Apoyo a la Lactancia, en Río de Janeiro, República del Brasil. Ciertamente, esa interacción benéfica entre madre e hijo fue proyectada por el Creador. Por eso, no es de balde que la Biblia compara el amor de Dios con el amor de una madre. Si enfrentar el dolor se hace más fácil en los brazos de mamá, mejor aún es disponer de los brazos del Padre celestial cuando estamos pasando por algún problema.

• Según el artículo publicado en la revista Veja del 22 de octubre de 2006, la piel “es un sistema orgánico que regula la temperatura del cuerpo, registra los estímulos agradables y el dolor, impide la entrada de sustancias nocivas en el organismo y lo protege de los efectos indeseables de ciertos tipos de radiaciones solares. Aparentemente inerte, al contrario de los órganos del cuerpo que laten, bombean y producen jugos (fluidos), cuando la piel se expone al microscopio revela un mundo sorprendente de movimientos y reacciones”. • Cuando tocas algo, inmediatamente la piel de tus dedos identifica la temperatura y la textura del objeto. Y todo gracias a los corpúsculos de Pacini, Meissner y Krause, así como otros receptores, que son las estructuras responsables por el sentido del tacto. Existen aproximadamente dos mil corpúsculos de Pacini desparramados por todo el cuerpo. Y solo en un dedo hay cerca de 75. ¡Es la nanotecnología de primera! • “¿No me vaciaste como leche, y como queso me cuajaste? Me vestiste de piel y carne, y me tejiste con huesos y nervios.” (Job 10:10 y 11).

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• ¿Tienes idea de cuál es el mayor órgano humano? ¿Hígado? No. ¿Cerebro? Tampoco. ¿Quién sabe, el estómago? Equivocado nuevamente. Es ese acerca del cual estamos hablando aquí: la piel. Eso mismo: en los adultos, esta tiene un área de hasta dos metros cuadrados. La piel es como una especie de “tarjeta de visita”: ningún otro órgano del cuerpo deja marcas más evidentes del transcurso del tiempo. Es por esto que la industria de los cosméticos invierte tanto para intentar contener los efectos dañinos de la edad sobre la piel.


paladar Las papilas gustativas son pequeños sensores que identifican el sabor de las sustancias que entran en la boca. La lengua también posee terminaciones nerviosas libres, que cuando entran en contacto con los alimentos perciben su textura. El conjunto formado por el gusto, el tacto y el aroma forma la sensación del sabor, que es interpretado por neuronas especializadas, ubicadas en el cerebro. La lengua es un órgano tan complejo que durante mucho tiempo los científicos vienen intentando imitar sus capacidades. Recientemente, un equipo de investigadores catalanes desarrolló lo que llaman “lengua electrónica”, capaz de identificar propiedades de los vinos y distinguir entre uvas y cultivos. El aparato combina una serie de sensores que, instalados en un mismo chip, perciben los componentes químicos que diferencian una uva de la otra, o un cultivo del otro. Los científicos programaron los sensores para identificar las principales categorías de sabores en el paladar: dulce, salado, amargo, ácido y umami (una expresión japonesa que quiere decir “sabroso”, es decir, la sensación agradable generada por el contacto de la lengua con los glutamatos). Pero, de acuerdo con los investigadores, el aparato debe ser “entrenado” para identificar otras variedades de uvas, permitiendo testeos instantáneos y en campo, sin la necesidad de enviar muestras para procesamiento en laboratorio. Es bueno saber que la lengua no necesita ser “entrenada”. Es un regalo del Creador, porque ya nacimos con la increíble capacidad de identificar los sabores y deleitarnos con los alimentos.

Mira, Charles: los dinosaurios comían arroz. Lo descubrieron en las heces fosilizadas.

No es novedad que la mayoría de los dinos eran herbívoros.

Sí, pero sus seguidores afirman que el arroz “evolucionó” millones de años después de los dinos…

Para obtener más informaciones y materiales de apoyo, accede a

revistahistoriadelavida.com

Texto e ilustración: Michelson Borges; © Fotolia | lponkrit

Michelson Borges es periodista y autor de las revistas La historia de la vida; los libros de Por qué creó, El Descubrimiento y Tierra de Gigantes, todos acerca del creacionismo.


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