DECISIONES CÓMO APROVECHAR LO BUENO DE LA CULTURA SECULAR
ENTREVISTA
Conoce a los finalistas hispanos del concurso “Bueno con la Biblia” 2009
abril-junio 2010
ADRENALINA Un vuelo en ala delta sobre Río de Janeiro
8 Incompatibles
5 Puedes creer 6 Entrevista
La historia de los que vivieron, los que viven y los que no quieren vivir “en yugo desigual”
No hay caso: todos recibimos influencias; pero podemos elegir de parte de quién
Te presentamos a los finalistas hispanos de la última edición del concurso “Bueno con la Biblia”
12 Salud y belleza 13 Me pasó Foto: Jupiterimages – Ilustración: Thiago Lobo
Conoce el medicamento que promete acabar con el acné
18 Haz valer tus derechos
Conoce cómo preservar tu conciencia amparado por la ley
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Una experiencia personal de crisis espiritual en la preadolescencia
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Adrenalina Nuestro enviado voló en ala delta y tuvo una visión privilegiada de Río de Janeiro
Mercado de trabajo
La capacitación no garantiza la satisfacción en el empleo; a veces, ¡ni siquiera garantiza el empleo!
de noticias 16 Portal
Cómo se cumple la misión de los JA en Sudamérica
Foto: Jupiterimages / Stockxpert
20 En tu escritorio
24 Entre lo santo y lo profano Cómo aprovechar lo bueno de la cultura secular
En películas y libros, las propuestas que te ayudan a pensar
21 Bien contado 26 Rayo X 28 Duda cruel 30 Conexión directa
Foto: Carise Carvalho
Una historia que ayuda a reflexionar en los eventos finales
¿Todavía existe lugar para la verdad absoluta en un mundo relativista?
La edad apropiada para estar de novios
El pensamiento darwiniano no debería invadir las relaciones humanas
Asociación Casa Editora Sudamericana Conexión JA - Fascículo 13 Dirección editorial: Pablo D. Ostuni Diagramación: Marcos S. Santos (CPB) y Judith Kaiser (ACES) Tapa: Marcos S. Santos (CPB) IMPRESO EN LA ARGENTINA
Es propiedad. © ACES, 2010. Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723. ISBN 978-987-567-248-2 (Obra completa) ISBN 978-987-567-635-0 (Fasc. 13) Conexión JA / Dirigido por Pablo D. Ostuni. - 1ª ed. - Florida : Asociación Casa Editora Sudamericana, 2010. v. 13, 31 p. ; il. ; 27 x 21 cm.
Printed in Argentina
ISBN 978-987-567-635-0
Primera edición
1. Iglesias adventistas. 2. Jóvenes. I. Ostuni, Pablo D., dir. CDD 286
MMX – 10,5M
Se terminó de imprimir el 22 de febrero de 2010 en talleres propios (Av. San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires). Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor. -103528-
Conexión peligrosa U
no de los objetivos de esta publicación es conectar a los jóvenes con Dios y con las cosas buenas que (todavía) tiene la vida en este mundo. Pero, también somos conscientes de que existen ciertas conexiones que no deberían realizarse, a riesgo de dañar las que son prioritarias en nuestra vida. Hablemos claro: las relaciones sentimentales con personas que no comparten una misma fe pueden hacer fracasar nuestra conexión con Dios y con su iglesia. Aquellas conexiones, por regla general, debilitan las demás. Recibimos la influencia de aquellos con quienes convivimos: “Dime con quién andas...”, dice el refrán popular. Ahora, cuanto más estrecha es la relación y más serio el compromiso, mayor será la influencia, para bien o para mal. Como todo noviazgo serio y cristiano se dirige hacia el matrimonio (aunque esto no significa que todos los noviazgos terminen en el altar), aquellos jóvenes que piensan unirse “en yugo desigual” deberían pensar que la otra persona no tiene por qué respetar o entender por qué tú guardas el sábado, o estar de acuerdo en la edu-
La fe que vence La fe es un pájaro que canta cuando –Max Lucado.
está oscuro.
se puede ver, s mucho más fácil creer en lo que mo verdaoír o tocar. Sin embargo, el cristianis a para anci relev dero tiene un elemento de gran es la ál ¿Cu fe. nuestra subsistencia espiritual: la has muc do ntra mejor definición de la fe? He enco exde s año mis definiciones de la fe a lo largo de es face satis me periencia pastoral. Pero, la que más
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Fascículo 13 - abril-junio / 2010
cación espiritual de los hijos. Tú tampoco podrías negarle que sea un “bebedor social” o que participe de actividades que no estén de acuerdo con tus principios. Como generalmente sucede, el ejemplo es el mejor argumento, y Sueli siguió tres historias que aclaran un poco la compleja realidad de las parejas “desparejas” en cuestiones de fe (algunos pertenecen a otras confesiones religiosas y otros ni siquiera son religiosos). Lee con atención el artículo central de esta edición. Estoy seguro de que coincidirás con el consejo de Elena de White: “Antes de dar un paso que ha de ejercer influencia sobre toda tu vida futura, te ruego que estudies el asunto con oración y reflexión. ¿Resultará esta nueva relación en fuente de verdadera felicidad? ¿Te ayudará en la vida cristiana? ¿Agradará a Dios?” (Mensajes para los jóvenes, p. 437). La respuesta a estas preguntas involucra la misma vida eterna. Pablo D. Ostuni Editor de Conexión JA en español
algo que no vemos? ¡Porque la confianza. ¿Por qué confiamos en fe no necesita ver! encerse de algo. Satanás está La fe no se limita a creer en o conv de Dios; con todo, no obedece al convencido y cree en la existencia corazón en la maravillosa perSeñor. Necesitamos confiar de todo tes. Queda claro que la fe “viene sona de Jesucristo y serle obedien cha a menudo la Palabra viva. por el oír la Palabra de Dios”. Escu muerta. Para John Mason, “la fe Nuestra fe no es inútil, inerte o l a través de ellas”. mueve montañas o perfora un túne s de dificultades te desaniman taña mon Cuando sientas que las rte, seca las lágrimas de tus ojos día tras día, aun ante la misma mue tor y consumador” de nuestra y mira a Jesús, porque él es el “au día. Para J. R. Roman, “la fe es la fe. Él puede aumentar tu fe cada os, aunque no lo hemos visto seguridad de recibir lo que esperam tar los designios de Dios, todavía”. Yo diría que la fe es acep la fe en Jesús y en aun sin comprenderlos. Vive por a. Un día no muy Bibli a su increíble Palabra, la Sant una vez por tode rte lejano, la fe vencerá a la mue toca el infinito”, que l das. “La fe es la mano espiritua escribió Elena de White. ! La fe ya venció; ¡vence tú también
Otimar Gonçalves de la División nes Líder de Jóve Sudamericana.
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¡Hola, lectores y editores de Conexión JA! Me llamo Elizabeth y les escribo porque quería felicitarlos por la última edición. Me gustaría que en la sección “Duda cruel” publicaran preguntas acerca de las telenovelas, la alimentación adecuada, los estilos musicales como el pop, el reggae, etc., para utilizarlas en el culto joven de mi iglesia. También sería muy bueno que esta publicación fuera mensual y no trimestral. Desde ya, ¡muchos saludos adventistas! Elizabeth Ortiz Quines, San Luis, Rep. Argentina elizabethpame@live.com.ar _____________________________________
¡Hola! Tengo 21 años y opino que Conexión JA es una excelente publicación para los jóvenes adventistas. Disfruto mucho leyendo las entrevistas y los artículos que contiene, especialmente los de tecnología. Me gusta trabajar para la iglesia en el área de juveniles, jóvenes y música. Actualmente estoy estudiando y trabajando. ¡Sigan adelante con Conexión JA! Marcos Chico San Miguel de Tucumán, Rep. Argentina. marcoschico@hotmail.com
Perdón, ¿podrías leerme el horóscopo? Pero ¿sabías que tu signo está equivocado?
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¿Cómo es eso?
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¡Hola! Tengo 22 años, soy ama de casa, y me gusta jugar al tenis y leer en mis ratos libres. Conexión JA me encanta; todo su contenido es muy bueno. En mi iglesia, este año decidí ayudar con actividades para matrimonios. Silvia Esther Righetti Rafaela, Santa Fe, Rep. Argentina. silviae16@hotmail.com _____________________________________
¡Hola! Me dicen Susy, tengo alrededor de 40 años y deseo felicitar a los que hacen Conexión JA. Es una publicación muy útil y entretenida, especialmente las noticias, las historias y los temas de los artículos. Me gusta viajar, conocer lugares distintos y tengo el sueño de ver regresar a Jesús para vivir con él para siempre. Susana Valdés Santiago, Rep. de Chile ubersu@hotmail.com _____________________________________
¡Hola! Me llamo Melina, tengo 16 años y soy estudiante. Leo siempre Conexión JA porque contiene temas interesantes y siempre me saca las dudas que tengo. Les cuento que me gustaría estudiar odontología y trabajar al servicio de Dios. ¡Bendiciones! Melina Morales Santa Fe, Rep. Argentina mely_m_05@hotmail.com
¡Hola! Soy estudiante, tengo 12 años, soy miembro del Club de Conquistadores “Aser”. Me encanta Conexión JA. Quisiera que siempre la publiquen y que así pueda ayudar a muchos jóvenes. Creo que las revistas son un buen método para que los chicos se interesen en las cosas de Dios. Mi sueño es ser veterinaria o neurocirujana, pero primero cumpliré mi deseo de colportar, con la ayuda de Dios. ¡Maranata! Melanie Becerra San Luis, Rep. Argentina ____________________________________
Me llamo Marina, tengo 22 años y estoy trabajando en el Club de Conquistadores de mi iglesia. Me gusta mucho leer Conexión JA, me parece que es un material muy interesante y dinámico para trabajar con los jóvenes. Mi deseo es crecer espiritualmente cada vez más. Marina Flores Baradero, Buenos Aires, Rep. Argentina marynaflores@hotmail.com __________________________________
¡Hola! Mi nombre es Sergio, tengo 18 años y pertenezco al Club de Conquistadores de Arguello. Soy estudiante y trabajador. Me gustaría recibir más seguido Conexión JA. Tengo el sueño de ser misionero, he buscado información, pero si alguien quiere ayudarme, que me envíe un correo electrónico. Sergio Márquez Córdoba, Rep. Argentina sergio_elmaster82@hotmail.com
Los datos de los signos del zodíaco se determinaron hace más de dos mil seiscientos años. En todo ese tiempo, el eje de la Tierra cambió, y las posiciones de las constelaciones también. Incluso, si las predicciones astrológicas fuesen ciertas, has estado leyendo el horóscopo equivocado durante toda tu vida.
Bueno, yo no creo en el horóscopo... ¡pero eso es típico de un capricorniano! Texto: Michelson Borges Ilustração: Thiago Lobo Texto: Pablo– Ostuni – Ilustración: Thiago Lobo
¡Hola! Me llamo Julio. Quiero decirles que Conexión JA es la publicación que más me gusta y ustedes me han ayudado bastante con los artículos que publican. ¡Sigan adelante, y que Dios siempre los esté bendiciendo! ja_chimborazo-b@hotmail.com
“No contemplarás” A
unque, a medida que crece, el ser humano se hace más resistente a los cambios, toda persona es influenciable. Dios sabía que la entrada del pecado haría que la influencia hacia el mal fuese algo natural. Por eso, nos dejó un aviso en el primer Mandamiento: “No tengas otros dioses además de mí” (Éxo. 20:3). El Señor nos advirtió en cuanto al legado del pecado: el principio de la contemplación; la tendencia a convertirnos en aquello que contemplamos. Y, como el ser humano no puede vivir sin imitar, lo más importante es elegir bien lo que contemplamos: a Dios o al pecado. Del principio de la contemplación surgen algunos refranes populares: “Dime con quién andas, y te diré quién eres”. Este es el preferido de los padres y el más ignorado por los hijos, porque viene acompañado del consejo de abandonar la compañía de ciertos “amigos”. Sin embargo, esta frase tan popular es verdadera, porque los malos amigos corrompen los buenos principios. Otro refrán dice: “Tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe”. Aplicado a la vida cristiana, algo que a primera vista no parece peligroso, con el paso del tiempo, puede revelarse como nuestro peor enemigo. ¿Quién podría resistirse a acariciar el sedoso pelaje de un cachorro de león? Pero nadie se atrevería a tocar a la versión adulta del “rey de la selva”. La lección es clara: algunos han comenzado por robar un lápiz en la escuela y hoy están presos por asaltar un banco. Ya que la sabiduría popular y la Biblia nos muestran que la contemplación es algo poderoso, natural y prácticamente irresistible para el ser humano, vamos a analizar tres canales de influencia especialmente apuntados hacia los jóvenes:
1 Foto: Júpiterimages / stockxpert
Amistad. El peligro está cuando los amigos no son una
buena compañía, y se acepta todo lo que ellos dicen. No se puede jugar con los malos amigos. Algunos minutos de conversación “amigable” con Satanás fueron suficientes para derribar a Adán y a Eva. Elena de White señala que los malos amigos restarán valor a tus pensamientos, palabras y normas morales. El joven cristiano puede terminar siendo una mala influencia, si permite que sus “amigos” lo arrastren a las tinieblas. Una mala influencia llevará a los jóvenes a cuestionar la autoridad, a experimentar con el pecado y a descender al más bajo nivel moral. Un joven así contaminado deja de brillar y se convierte en oscuridad para la vida de los demás. (Ver Mensajes para los jóvenes, pp. 28, 29.)
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Visión.
¿Qué estás mirando? No se puede hablar de la contemplación sin mencionar la influencia del contenido de las novelas, las películas, los programas de televisión y otros recursos audiovisuales. Muchos han
Todos recibimos influencias; lo importante es elegir de parte de quién.
hecho de los medios de comunicación su mejor compañía, y son afectados por ellos. Al enemigo de Dios le encanta infiltrar sus mensajes en esa programación. La película puede contar una hermosa historia de amor, puede tener música romántica y hasta un final emocionante, pero también predica acerca de la inmortalidad del alma, la mentira y el pecado, por ejemplo.
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Audición. Es difícil que encontremos a algún joven que no le guste la música. A causa de su poder, cuando se la usa mal, la música puede destruir. Como ejemplo, basta un fragmento de la letra de la última canción de Shakira, “Loba”: “Por fin he encontrado un remedio infalible que borre del toda la culpa / No pienso quedarme a tu lado mirando la tele y oyendo disculpas / La vida me ha dado un hambre voraz y tú apenas me das caramelos / Me voy con mis piernas y mi juventud por ahí, aunque te maten los celos”. En otras palabras, el deseo sexual es comparado con un instinto animal incapaz de ser dominado. La repetición de este mensaje terminará convenciendo y justificando a aquel que desee tener un estilo de vida promiscuo. Para no caer en estas trampas, el secreto no es aislarse del mundo, sino cuidar las ventanas del alma. Para que puedas ser la sal de la tierra, tienes que mezclarte, pero sin perder tu sabor. Areli Barbosa Líder de Jóvenes de la Unión Sur del Brasil. abril-junio 2010
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“Bueno con la Biblia”
Categoría A (10 a 12 años) 1.Marco G. Bastidas Puentestar, 12 años, Unión Ecuatoriana. 2.Martín Mammana, 11 años, Unión Austral*. 3.Luis Jonathan Fernández, 12 años, Unión Boliviana. 4.Fernanda Contreras, 12 años, Unión Chilena. 5.Mitzi Anita Baión Calderón, 12 años, Unión Peruana del Norte. 6.Luzjasmín Diana H. Moscaiza, 11 años, Unión Peruana del
Los finalistas hispanos del concurso
Sur. Categoría B (13 a 15 años) 1.Fiorella Madelaine M. Cevallos, 16 años, Unión Ecuatoriana. 2.Paolo Cuculicchio, 13 años, Unión Austral. 3.Samuel Esteban Quispe, 14 años, Unión Boliviana. 4.Camila Freire, 13 años, Unión Chilena. 5.Jesús Eduardo Ventura Álvarez, 13 años, Unión Peruana del Norte.
*En el momento de realizar el Concurso, la Unión Austral comprendía los países de Argentina, Paraguay y Uruguay, antes de que se creara la Unión Paraguaya y la Unión Uruguaya.
Conexión JA: ¿Qué pueden decirnos acerca del método de estudio y/o el lugar que eligieron para prepararse para el concurso “Bueno con la Biblia”? Marco: En mi caso, me acostumbré a leer mi Biblia de mañana y de tarde, cuando tenía tiempo libre. Me sentaba al lado de mi cama y, por supuesto, oraba antes de estudiar. Fernanda: Yo estudiaba por las tardes, en mi cuarto. Antes de comenzar, elevaba una oración para pedir capacidad y sabiduría. Luego, hacía resúmenes escritos de lo leído. Camila: Mi horario preferido para estudiar era por las mañanas. Yo también resumía en un cuaderno mis aprendizajes. Luzjasmín: Mi método era escuchar la Biblia grabada en CD de audio. También presentaba informes a mi papá, quien me ayudaba a repasar lo estudiado. Greyci: Yo estudiaba en la casa de una amiga y hermana de la iglesia, quien me ayudó a prepararme para el concurso. Eduardo: Mi hermano me ayudaba a estudiar y él me tomaba exámenes. Mi cuarto era mi refugio de estudio. Mitzi: Método del subrayado. Estudio música también. 6
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Martín: Estudiaba de tarde, le daba una primera leída y luego repasaba. Paolo: Primero leía todo el libro, luego iba parte por parte, a razón de cuatro capítulos por día. Comencé desde el Génesis. Fiorella: Primero leía el libro seleccionado capítulo por capítulo, en mi cuarto. Para entenderlo mejor, complementaba mi lectura bíblica con la del Espíritu de Profecía, especialmente el libro El Deseado de todas las gentes. Luis: Yo estudiaba y mi padre me hacía cuestionarios largos. Solo podía concentrarme cuando estaba solo, pero tuve bastante tiempo para estudiar tranquilo. Samuel: Yo aprovechaba todo el tiempo disponible para escuchar los audio-CD de la Biblia. Me gusta estudiar solo.
Mencionen cuál libro de la Biblia les agradó más estudiar y por qué. Marco: Todos los libros me parecieron interesantes, porque se aprenden muchas cosas de cada uno. Fernanda: El Evangelio de Juan me llamó mucho la atención por su lenguaje claro y profundo a la vez. Camila y Paolo: El libro bíblico de Hechos de los apóstoles me pareció muy interesante y curioso. Greicy: El libro del profeta Daniel me apasionó más que ningún otro. Luzjasmín y Martín: A nosotros nos gustaron los cuatro evangelios, pues
Fotos: Michelson Borges
Conexión JA presenció las instancias finales del concurso bíblico organizado por el Ministerio Joven de la División Sudamericana. Las últimas evaluaciones de “Bueno con la Biblia” tuvieron lugar en la sede de la Red Nuevo Tiempo, en la ciudad de Jacareí, San Pablo, República del Brasil. La prueba final se transmitió desde allí el 31 de octubre de 2009, en vivo y en directo, por la señal de televisión satelital Nuevo Tiempo. Conexión JA entrevistó a los finalistas hispanos: doce jóvenes y señoritas de distintos países de Sudamérica, seis para la categoría A (de diez a doce años) y seis para la categoría B (de trece a quince años). Todos los finalistas son auténticos campeones del conocimiento bíblico y dignos representantes de la juventud adventista sudamericana. A continuación, un fragmento de la entrevista que concedieron los doce representantes hispanos (los jóvenes finalistas brasileños ya habían sido entrevistados por Conexión JA) de la edición 2009 del concurso “Bueno con la Biblia”. Los resultados finales del concurso pueden ser consultados en el sitio web www. buenoconlabiblia.com
hablan todos de la vida de Jesús, pero desde distintos puntos de vista. Eduardo: El Evangelio de Juan me cautivó bastante. Fiorella: El Evangelio de Mateo me pareció un relato muy reflexivo. Juan me pareció más complicado, más filosófico. Samuel: El Evangelio de Lucas, por la forma en que relata la historia de Jesús. Luis: El libro de Proverbios me pareció lleno de sabiduría y consejos prácticos para los jóvenes.
¿Cómo se vio afectada su experiencia social en el proceso de estudio? ¿Tuvieron que modificar algunas actividades habituales? Fernanda: No sentí que se perjudicaran ninguna de mis relaciones sociales por participar del concurso. Camila: Percibí que algunos compañeros de la escuela respetaban y apoyaban mi decisión. Tuve que dejar de practicar básquet por algún tiempo. Greicy: Mi vida siguió normalmente, aunque esta actividad fue muy importante por algunos meses. Martín: Tuve que relegar temporalmente la práctica de mi deporte favorito: natación. Fiorella: Aprendí a dedicarle más tiempo a la Biblia. Fue algo beneficioso. Samuel: Podría decir que mi vida social fue normal a lo largo de esta experiencia de estudio intensivo de la Biblia.
¿Qué podría hacer la Iglesia Adventista para fomentar el estudio de la Biblia entre los jóvenes? Fernanda: La iglesia debería organizar más ediciones de este concurso en la mayor cantidad de lugares posible. Camila: La iglesia local tendría que organizar instancias preliminares de este tipo de concursos, para que todos se animen a participar. Greicy: Considero que el antiguo programa del Año Bíblico es un gran incentivo, si es bien presentado a principios del año escolar. Si leyéramos la Biblia completa una vez por año, sin duda, conoceríamos mejor la Palabra de Dios. Eduardo: El Club de Conquistadores me invitó a participar de este concurso y creo que la iglesia puede apoyar mucho más las actividades del Club. Martín: Cada departamento de la ig-
lesia –la Escuela Sabática, el Club de Conquistadores, la reunión de jóvenes, la música; todas las actividades– tiene una base bíblica específica. Es cuestión de atesorar la Palabra en el corazón. Paolo: Me gustaría que la iglesia organizara más reuniones, más juegos didácticos, más entretenimientos bíblicos, más materiales impresos para fomentar el estudio de la Biblia entre los jóvenes. Fiorella: La iglesia está comenzando a incentivar a los jóvenes de múltiples maneras y creo que debería seguir así. Los jóvenes necesitamos desafíos.
¿Podrían mencionar algunas dificultades que encontraron al estudiar la Biblia y prepararse para el concurso? Marco: A mí me costó bastante la instancia final del concurso. Me refiero a la prueba que se les tomó a todos los finalistas en la sede de la Red Nuevo Tiempo, el día anterior a la final. Fernanda: Para mí, la primera prueba que rendí, en mi iglesia de origen, fue la más difícil. Recuerdo que me habían avisado muy poco tiempo antes, y no pude prepararme como hubiese querido hacerlo. Gracias a Dios, me fue bien y llegué hasta aquí. Greicy, Eduardo y Martín: Coincidimos con Marco: para nosotros, la última instancia fue la más difícil. Paolo: La primera prueba que realicé me pareció muy extensa y difícil, pero a medida que iba superando los exámenes me pareció más fácil cada vez. Fiorella: En mi caso, hubo tres pruebas que no pude rendir en su debido momento. Por lo tanto, me tocó rendir los tres exámenes el mismo día. Eso fue difícil y cansador, pero gracias a Dios pude superar las pruebas hasta hoy. Luis: Todas las instancias me parecieron accesibles. Era posible aprobarlas si habías estudiado lo suficiente. Samuel: El examen que se nos tomó en la Red Nuevo Tiempo fue el que más me costó.
Compartan con el resto de los jóvenes de Sudamérica sus expectativas para la final del concurso bíblico “Bueno con la Biblia”. Mencionen su texto bíblico preferido, como mensaje final. Marco: Todo es para la gloria de Dios. Solo Dios sabe quién va a ganar. Pero
es bueno haber llegado a esta etapa final. Volvería a participar y animo a los jóvenes a hacerlo también. He atesorado el Salmo 23, porque me trae mucha paz recordar sus palabras. Luis: Me di cuenta de que todo lo que leí deseo ponerlo en práctica en mi vida, independientemente del resultado final del examen para el concurso. Por eso, mi versículo preferido es el Salmo 119:105, porque me habla de la verdadera luz que ilumina el camino del cristiano. Samuel: Yo he estudiado, pero todo depende de Dios. Aprendí a confiar en su poder. Mateo 7:7 me recuerda que debo insistir, pedir, llamar, buscar. Y Dios responderá. Fernanda: Mi pasaje favorito es Juan 14:1 al 3, porque lo considero una promesa maravillosa para nuestro tiempo. Camila: Desearía que, por medio de la Biblia, todos pudiesen conocer a Jesús. Mi versículo preferido es Juan 3:16. Luzjasmín: He aprendido mucho de la Biblia, y ahora comprendo mejor lo que dijo Jesús en Juan 5:39. No debemos estudiar la Biblia por obligación o por egoísmo, sino para conocer mejor a Jesús, nuestro Salvador. Greicy: Quisiera decirles a los jóvenes de Sudamérica que sean valientes por Jesús. Josué 1:9 es mi texto favorito, y habla precisamente de esa capacidad que podemos solicitar a Dios. Eduardo: Yo también elegí Juan 3:16 como mi texto preferido. Creo que es la esencia del mensaje bíblico para la humanidad. Mitzi: Este concurso tendrá un jurado, pero yo he aprendido a confiar en mi abogado defensor: Jesucristo. Mi texto favorito se encuentra en 1 Juan 2:1. Martín: El Salmo 46 me ayuda a confiar en el poder y la protección de Dios. No debemos temer absolutamente nada cuando estamos a su lado. Fiorella: El Salmo 91 es mi texto preferido. Es maravilloso tener un Dios amante como el nuestro. Todo lo que nos sucede es para nuestro bien. Paolo: Proverbios 17:17 expresa la esencia de la amistad verdadera. He conocido a muchos amigos nuevos al participar de este concurso y, no importa quién gane, ya hemos ganado nuevas amistades para la eternidad. abril-junio 2010
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No
encajamos L
a unión de personas con distintas creencias es una preocupación histórica. La Biblia misma contiene varias historias que ilustran los enredos que esta situación puede provocar. Abraham hizo jurar a su siervo que no dejaría que Isaac se casara con una mujer cananea (Gén. 24:3). Isaac, a su vez, también ordenó que su hijo Jacob no se casara con una cananea (Gén. 28:1). Ambos lo lograron. Pero Sansón, a pesar de la prohibición divina, se relacionó con mujeres filisteas, y... ya conoces el fin de esa historia (Juec. 14, 16). Cuando hablamos de este tipo de relaciones, el término “adventista”, para referirse a ellas, es “yugo
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desigual”. Esta expresión bíblica (2 Cor. 6:14) alude a una pieza de madera usada para sujetar dos bueyes a una carreta o al arado. Para que no se perjudicara el trabajo, era importante que esa pieza tuviese la forma exacta, a fin de nivelar la fuerza de ambos animales. En el plano de las relaciones humanas, cuando dos personas se unen, se espera que caminen en la misma dirección, para crecer y desarrollarse mutuamente. Sin embargo, ciertas diferencias pueden producir el efecto de un yugo desigual: las diferencias harán que la relación no avance. No se trata simplemente de coincidir en la religión, sino de tener la misma fe, creer en las mismas cosas. Muchos se equivocan en este punto, al pensar que si ambos son cristianos no importa si son de distintas confesiones religiosas. Pero, esto es muy importante, porque las creencias fundamentales de cada confesión religiosa pueden ser diferentes. Uno de los ejemplos más clásicos para la Iglesia Adventista es el sábado. Para nosotros, el domingo no es el “sábado del Señor”. El domingo es domingo, el sábado es sábado, y punto. Y hay otros temas como el estado de los muertos, el Santuario celestial, la Deidad, la alimentación... Queda claro que si alguien busca ejemplos de parejas que triunfa-
ron a pesar de estar unidas en yugo desigual, o de parejas que fracasaron aun perteneciendo a la misma religión, los encontrará. Pero, entre las recomendaciones encontradas en Deuteronomio, Dios fue bien claro al prohibir el casamiento entre el pueblo de Israel y los pueblos que harían que sus hijos rechazaran a Dios y adoraran a otros dioses (ver Deut. 7:4).
“Si deseas que Dios haga grandes cosas por tu intermedio, ten cuidado de no enamorarte de alguien que no comparte tus convicciones religiosas” (Nancy Van Pelt, O Namoro Completo, p. 91). “El matrimonio afecta la vida ulterior en este mundo y en el venidero. El cristiano sincero no hará planes que Dios no pueda aprobar” (Elena G. de White, El hogar cristiano, p. 40).
La voz de la experiencia ANTES Confesiones de una joven de 21 años* Nací y me crié como adventista del séptimo día. Como muchos otros jóvenes, escuché muchos sermones acerca del “yugo desigual” y el casamiento con personas de otra religión. Entonces, resolví que iba a aceptar el consejo divino. Me dije: “Muy bien, no me uniré en yugo desigual. Creo que Dios me mostrará a la persona correcta”. Sería hipócrita si dijera que nunca consideré la posibilidad de enamorarme de un joven no adventista. ¡Claro que sí! Pero, cada vez que pensaba en esa posibilidad, me enteraba del caso de alguna amiga que había cedido a los encantos de alguien que no era de nuestra fe y estaba sufriendo por eso: ya sea porque la familia no aceptaba su relación, o porque su novio la presionaba para realizar cosas que ella no quería hacer o porque ella misma se sentía en falta con Dios. Vi que la experiencia de los demás me señalaba un camino equivocado, y yo no quería transitarlo. Sin embargo, observaba a los jóvenes de mi iglesia y me decía: “Aquí no existe un novio para mí”. No obstante, cuando comencé a descubrir cómo se divertían mis amigos no adventistas (compañeros de trabajo y de estudio), pensé: “¡Realmente es aquí donde no encontraré un novio para mí!” Todos los días me relaciono con personas que no son de nuestra fe y espero que, algún día, alguien pueda conocer al Dios verdadero por mi intermedio. Pero es
inconcebible, para mí, enamorarme de alguno de mis amigos no adventistas, por más que eso suene fanático. Sin embargo, no quiero decir “de esa agua no he de beber”, aunque sé que la Biblia me orienta a no hacerlo. El Espíritu de Profecía también me advierte para que tome distancia. ¿Por qué arriesgarme? Confío en Dios y sé que él condena el “yugo desigual”. Creo que sabe lo que hace, y es para mi bien.
* Las personas que declararon su experiencia optaron por preservar su identidad, motivo por el cual no se menciona su nombre.
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Confesiones de un joven de 29 años* “No es fácil enamorarse de un adventista”. Ese fue el comentario que escuché de mi novia católica después de que le expliqué algunas de mis costumbres y creencias. Hemos sido novios por seis meses y, como la mayoría de los noviazgos, tenemos nuestros altibajos. Pero admito que algunas crisis podrían evitarse si perteneciéramos a la misma religión. Cuando conocí a J., sentí que podría funcionar. Ella tenía una conversación interesante, era educada, inteligente, sensible, cariñosa, amigable, y su aspecto físico me atraía. La cuestión de la religión no me pareció un problema a corto plazo. Al mes de conocernos, decidimos que seríamos novios. Le fui sincero desde el principio respecto de mi religión, y no hubo inconvenientes al comienzo. Pero, llegaron. Un día, al mes de estar de novios, J. me contó que había asistido a una fiesta con sus amigas. Eso me incomodó un poco. Nada de lo que habíamos conversado hasta el momento me indicaba que a ella le gustaba esa forma de diversión. Pues bien, me había llevado una mala impresión. Conversé con ella y decidimos que no íbamos a asistir a ese tipo de reuniones sin la compañía del otro.
El fin de semana siguiente se me informó que iríamos a una discoteca el sábado por la noche. Ya estaba en la lista de los invitados sin siquiera haberme enterado. Llamé a mi novia para conversar del asunto. Aclaré algunos puntos que no habían quedado bien claros, especialmente en la cuestión del entretenimiento. Hasta hoy, no estoy seguro de que me haya entendido. El hecho es que, en cierta forma, me sentía obligado a asistir a aquel lugar. Mi razonamiento era: “Yo le pedí que no asistiera sola; al menos, debo acompañarla”. Y fui. No fue una experiencia agradable. Definitivamente, ese no era mi ambiente. Días después, J. mostró ser realmente la persona “sensible y cariñosa” de la que me había enamorado, porque, al percibir mi incomodidad, decidió por sí sola que no asistiríamos más a las discotecas. Ni juntos, ni separados. Y así están las cosas hasta el momento. Situaciones como esta crean signos de interrogación en mi mente. Al mismo tiempo que creo haber influido en ella para el bien, creo que ella también influyó en mí para el mal. Es más: si una relación se basa en las concesiones que hacemos al otro, ¿cuándo y cuánto me toca ceder a mí? ¿Cuándo debo esperar que ella ceda? Esta no fue la única vez que nues-
“[...] cuando se trata de una relación tan estrecha como el matrimonio, el cristiano que verdaderamente ama al Señor en ninguna circunstancia se unirá con un incrédulo, aunque tenga la noble esperanza de ganarlo para Cristo, lo que en otras circunstancias sí sería digno de elogio” (Comentario bíblico adventista, t. 6, p. 873). “Dios no sanciona las uniones que ha prohibido expresamente” (El hogar cristiano, p. 52). 10
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tras costumbres entraron en conflicto. Por ejemplo, ella bebe alcohol; yo, no. Aunque nunca me sentí tentado a beber, es un poco desagradable y desgastador tener que explicar miles de veces, a sus amigos, que yo no bebo y, sin embargo, soy feliz. El sábado también es un “problema”. Para ella, la noche de los viernes es el mejor momento para salir. Y yo la entiendo. No es fácil, para alguien que nunca oyó hablar del sábado como día santo, el tener que verse “enclaustrada” en casa por culpa de su novio. En compensación, hemos conversado mucho acerca de los principios y la religión. Estoy esperando ansiosamente los resultados de estas charlas. No podría determinar ahora cuál es el saldo espiritual de esta relación en mi vida. Mientras no tenga una respuesta definitiva, seguiré con esta relación. Nos respetamos, y eso es fundamental. Con todo, es difícil. No se lo aconsejo a nadie. La realidad es que las probabilidades de terminar bien esta historia no son demasiadas.
Ilustración: Thiago Lobo
DURANTE
DESPUÉS Confesiones de una joven de 22 años* Todo comenzó porque yo, en el fondo, pensaba que podía ser fiel a Dios con mis propias fuerzas. Estaba convencida de que nada podría derribar mi fe. Lo conocí en mi primer año de la Universidad. Era apuesto, simpático y todos disfrutaban su compañía. ¿Por qué no aprovecharme de eso? Al fin de cuentas, ¡jamás me dejaría atrapar por un no cristiano! Eso era lo que pensaba. El tiempo pasó, y mi vida se unió de tal forma con la de él que ni siquiera mi supuesta gran fe podía librarme de esta unión. En mi primer año de noviazgo, conversamos infinitas veces acerca de cortar la relación sentimental. Le expliqué acerca de mi religión y le conté todo lo que estaba dejando de lado para estar con él: mis responsabilidades en la iglesia y, principalmente, la música. Sabía que ese era el don más precioso que Dios me había dado. Él se entristecía al escucharme y confesaba que no podía experimentar así a Dios y que eso no era su culpa. Nuestras charlas eran muy agotadoras, llorábamos mucho y nunca llegábamos a un arreglo. Pensé que si me casaba podría volver a ocupar mis responsabilidades en la iglesia, y me conformaba con eso. Además, él me aseguraba que siempre sería un compañero fiel y que asistiría a la iglesia
conmigo, aunque no creyera en Dios. El tiempo pasó. En la convivencia, mi comunión con Dios se afectó seriamente. Dejé de orar; tampoco tenía ganas de estudiar la lección de la Escuela Sabática y asistir a la iglesia era doloroso. Ver a mis hermanos participando y yo allí, en mi banco... me hacía sentir muy mal. Cuando él me acompañaba a la iglesia, me sentía incómoda, porque me parecía que no era feliz en ese ambiente. Al completar dos años de noviazgo, decidimos formalizar nuestro compromiso. Yo estaba feliz, por un lado, pero por otro sentía un vacío enorme. Fue cuando comencé a escuchar más claramente a Dios diciéndome que tenía que buscarlo más para que mi novio me conociera de verdad. Comencé a sentir que, cuanto más me aproximaba a Dios, más difícil era nuestra relación sentimental. Le pedí a Dios que me ayudara a librarme de esa angustia. La situación se volvió tan difícil que ya no tenía fuerzas para tomar decisiones. Entonces, clamé a Dios por misericordia y viví una verdadera lucha contra las fuerzas del enemigo. Pero Dios respondió a mis oraciones en la forma que menos esperaba. Mi novio comenzó a cambiar su comportamiento. Comenzó a decirme cosas que nunca antes me había dicho. Me dijo que no le agradaba asistir a la iglesia y que era como una cárcel para él. Me dijo que si nos casábamos no podría acompañarme más a la iglesia y que, si teníamos hijos, él se encargaría de educarlos. También decía que me amaba mucho y que, si yo lo amaba, debía aceptar esas condiciones. La sensación fue que el mundo se me estaba acabando. Todo lo que había soñado se estaba destruyendo. Al poco tiempo, después de mucha oración, especialmente de mi madre, fui entendiendo que esa era la respuesta de Dios. Pude ver que solamente Dios es la fuente de la felicidad. Me mostró que él es el Dador de todo, hasta de la fidelidad que pretendemos poseer por nosotros mismos. Pero, principalmente, Dios me mostró que debía seguirlo por amor. Mi noviazgo concluyó a los tres
años. La fuerza para hacer lo correcto no vino de mí, como pensaba que vendría. Vino de Dios. Cuando terminé mi relación, no sabía lo que vendría en el futuro y ni siquiera si podría llegar a ser feliz con un compañero algún día. Pero, hoy no estoy sola, como pensé que me pasaría. Mi novio actual es cristiano. Tenemos problemas, pero ahora sé que un noviazgo construido sobre las bendiciones de Dios puede ser un pedacito del cielo aquí en la tierra. Sueli Ferreira de Oliveira Editora asociada de Conexión JA, edición de la CPB.
“Refiriéndose a su relación con su pueblo, Dios pregunta: ‘¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?’ (Amós 3:3). También es apropiado hacer esta pregunta en el caso de los que se proponen llegar a ser una sola carne. Dios instruyó a los israelitas en cuanto a que no debían contraer matrimonio con individuos de las naciones vecinas, ‘porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos’ (Deut. 7:4, ver también Jos. 23:11-13). Siempre que los israelitas ignoraron estas instrucciones, se acarrearon consecuencias desastrosas (Juec. 14-16; 1 Rey. 11:1-10; Esd. 9; 10). “Pablo reiteró este principio en amplios términos: ‘No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente’ (2 Cor. 6:14-16); véanse también los vers. 17, 18). “Es claro que la Escritura enseña que los creyentes deben casarse únicamente con otros creyentes. Pero el principio se extiende aun más allá de esto. La verdadera unidad demanda la comunidad de creencias y prácticas. Las diferencias en la experiencia religiosa conducen a diferencias en el estilo de vida, las cuales pueden crear profundas tensiones y rupturas en el matrimonio. Por esta razón, y con el fin de lograr la unidad que la Escritura requiere, los cristianos deben casarse únicamente con miembros de su propia comunión” (Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, pp. 333, 334).
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Contra granos y espinas... isotretinoína El medicamento que promete terminar con los problemas del acné severo.
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ción del feto, en caso de embarazo. Además, existe el riesgo de resecamiento de la mucosa nasal, caída del cabello, y aumento del colesterol y los triglicéridos, entre otros efectos indeseados. Por eso, el tratamiento debe ser acompañado rigurosamente por un dermatólogo. En el caso de las mujeres, hay que redoblar la cautela, pues se debe evitar el embarazo. Como contrapartida, los efectos colaterales son reversibles al finalizar el tratamiento; además, pueden atenuarse normalmente durante el proceso. Hay que tener en cuenta: utilizar un filtro solar (siempre), humectantes labiales, lubricantes oculares, y exámenes frecuentes para controlar el nivel de colesterol y triglicéridos. El paciente debe evitar ingerir otros remedios durante el tratamiento, especialmente antibióticos con tetraciclina. Las bebidas alcohólicas, más que nunca, están prohibidas. No se trata de una fórmula mágica como las que se anuncian en los comerciales de televisión. Es un tratamiento seguro, si se toman las precauciones mencionadas y hay una constante supervisión médica. Si sufres de acné, consulta a un dermatólogo de confianza y evalúa esta posibilidad. Una cosa más: no te asustes del precio. Dependiendo de la dosis, los gastos mensuales rondan los cien dólares. Fernando Torres Editor asistente de Conexión JA, edición CPB.
Foto : William de Moraes
P
ocos son los mortales que nunca sufrieron con el acné durante la pubertad. Es una etapa cruel, pero pasajera. El problema es mayor cuando las espinillas continúan apareciendo con frecuencia más allá de la adolescencia. La manifestación del acné se relaciona con las hormonas sexuales; a esto se debe su aparición durante la adolescencia. La explosión hormonal hace que las glándulas sebáceas aumenten sus secreciones, y provoquen el surgimiento de molestos granos y espinillas en las espaldas, el pecho y,
principalmente, la cara. El acné se clasifica en cinco grados: cuanto mayor es el grado, mayor es la inflamación. Si este es tu problema, es probable que no te consideres inexperto en el tema. Debes haber leído mucha información al respecto e intentado distintas soluciones –cremas, gel, lociones, etc. Si nada te ha funcionado, y padeces un acné que compromete tu autoestima, la solución puede ser un tratamiento con isotretinoína por vía oral. Dependiendo del laboratorio que lo comercializa, puede conseguirse en las farmacias bajo distintos nombres, pero el más común es el Roaccután. Un tratamiento con Roaccután puede eliminar o reducir drásticamente el acné en aproximadamente ocho meses. La isotretinoína es una sustancia derivada de la vitamina A, al igual que el ácido retinoico (o tretinoína), de uso externo. Reduce la secreción de las glándulas sebáceas y la inflamación consecuente, y evita la dilatación del folículo piloso. Durante las primeras semanas de tratamiento, el cuadro parece agravarse un poco, pero esto se revierte al segundo mes. Al fin de los ocho meses, la piel es totalmente distinta. Dicho así, parece casi mágico. Pero hay que tener cuidado. El Roaccután no es una pastilla más, y tiene muchos efectos colaterales que van desde resecar los labios hasta la malforma-
Una crisis en la preadolescencia
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T
engo un problema. Cuando cumplí once años, pensé que era el momento de definir si iba a creer o no en la existencia de Dios. Y decidí creer. A partir de allí, me propuse establecer una buena comunicación con Dios. Como crecí en el seno de la Iglesia Adventista, pude escuchar a varios hermanos relatar sus grandes experiencias espirituales; pero jamás conocí a alguien que haya desarrollado una relación con Dios tan íntima como la de la adolescente Elena Harmon, quien llegaría a ser la mensajera del Señor: Elena de White. ¡Yo quería ser como ella; no quería ser una adventista común. Realmente deseaba marcar la diferencia entre todos; quería que Dios me utilizara como la utilizó a ella; quería vivir las cosas maravillosas que ella vivió; quería que Dios me hablara como le hablaba a ella! Recuerdo que oré más o menos así: “Querido Señor, si de verdad existes, muéstramelo. Quiero creer en ti y ser un buen aporte a tu obra”. Pero ¿cuál es el problema, entonces? Esta vivencia con Dios se prolongó solamente durante tres o cuatro años. Cuando llegué a los catorce, comencé a descuidar mi vida espiritual, aunque quería seguir firme. A los quince, tuve una crisis de identidad. Asistía a la iglesia casi por obligación y, sinceramente, no iba a buscar a Dios, sino que lo hacía para complacer a mi familia. Como toda mi vida había asistido a la iglesia, ahora me parecía extraño dejar de hacerlo; ya era una tradición para mí. Intenté asistir a otra iglesia adventista, pero las cosas fueron peor, porque en la nueva iglesia no me tomaban para nada en cuenta. Es difícil de admitir, y no es mi deseo culpar a otros,
pero creo que si hubiese tenido más apoyo de los jóvenes, mi vida espiritual quizás habría tomado otro rumbo en aquel entonces. Ahora entiendo que la salvación es personal, pero ¡qué genial hubiera sido encontrarme con alguien de carne y hueso en quien confiar y obtener apoyo espiritual! ¡Qué alegría cuando aparece la persona indicada en el momento indicado! Nunca imaginé que necesitaría la ayuda de alguien así en mi vida, porque en mis años “luz” siempre fui la que cumplía el papel de “persona correcta”. ¡Qué extraño era todo esto! Sentía como si los papeles se hubiesen intercambiado. Me hubiera bastado un saludo, una sonrisa, un “¿Cómo estas?” para hacerme sentir que por lo menos valía la pena pertenecer a ese grupo. Vuelvo a repetir, no culpo a nadie... yo soy la responsable de mi situación espiritual. Aquel año caí en una depresión inventada por mí: iba a la iglesia como una cristiana zombi y me culpaba bastante porque los adolescentes de mi iglesia no buscaban mi compañía. Me atormentaba con pensamientos como: “Quizá no soy de su agrado o no estoy en el mismo nivel espiritual que ellos... qué sé yo”. En la escuela, solamente tenía una amiga, que no era cristiana. Y pensaba: “¡Qué barbaridad! Mi apoyo y socorro proviene de una amiga ‘del mundo’”. No tener amigos o no pertenecer a algún grupo fue la peor experiencia de aquel año. Pero, al año siguiente, decidí recuperar mi anhelada vida espiritual, quería a Dios en mi vida otra vez. Me cambié de escuela y encontré una luz en la oscuridad,
por al menos dos razones: Conocí a una amiga cristiana. Ella no era adventista pero, si bien no pensaba encontrar a nadie, ella se convirtió en un gran apoyo espiritual. También conocí a varios profesores maravillosos. Estas nuevas experiencias me permitieron comprobar la verdad de la célebre frase: “Dame un punto de apoyo y moveré el mundo”. Mi teoría es la siguiente: Dios puso todo esto en mi camino a principios de este año a partir de mi decisión de hacer todo el esfuerzo posible para volver a recuperar mi amistad con él, en primer lugar. Decidí asistir al Congreso de Jóvenes de mi región. No tenía muchas ganas de ir, pero en el fondo había estado esperando el evento, porque quería un “tirón de orejas”, o algo que hiciera que recuperase
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más mi vida espiritual. No recuerdo exactamente qué día fue, pero los mensajes me hicieron dar un giro de ciento ochenta grados. El pastor invitado contó su testimonio: su peor lucha consistió en que toda su vida había sido adventista y, a pesar de eso, había perdido su identidad espiritual. Conocía a grandes pecadores transformados, pero no se podía identificar con ellos. Tampoco con aquellos que habían sido salvados milagrosamente de la muerte o experiencias similares. ¡Ellos tenían un testimonio y él no había vivido nada de eso! Aquí me detuve y pensé: Yo tampoco he vivido algo importante como ellos: ¿Hubiese preferido sufrir un accidente, hubiese preferido quedar ciega, muda, o sorda? Yo había podido tener a Jesús como mi buen amigo por el resto de mi vida. Pero mis pensamientos se interrumpieron cuando escuché al pastor, leyendo de la Palabra de Dios: “¿Qué tienes conmigo, Jesús, hijo del Altísimo? Te ruego que no me atormentes” (Luc. 8:28). Ahora, mis pensamientos volvieron atrás, hacia todas esas veces que pensé que no volvería a tener fe en Dios otra vez. Y en todas y cada una de esas situaciones, Dios había estado presente, “atormentándome”. ¿Cuántas veces lo negué? ¿Cuántas veces vi la Guía de Estudio de la Biblia para la Escuela Sabática y mi Biblia en la mesa de noche, insinuándome lo que era obvio, y había ignorado su llamado? ¡Qué horrible sentimiento de culpabilidad me embargaba! ¿¡Qué estuve haciendo todo este tiempo!? Me sentía como un animal; mejor dicho, ni siquiera como un animal, pues hasta la naturaleza habla de Dios. Mi corazón comenzó a palpitar cada vez más fuerte, y un nudo se formó en mi garganta. “¡Quiero volver a él!”, pensé. No más indiferencia; un solo año de indiferencia bastó para destruir parte de lo que era, y no pensaba seguir así. Llegó la noche. Estaba en mi 14
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saco de dormir, dentro de la carpa, y algunas niñas hablaban en susurros, pero yo estaba en otro lugar... “¿Qué tienes conmigo, hijo del Altísimo?”, me preguntaba una y otra vez. ¿Por qué insistía tanto en mí? Me había alejado, lo había rechazado. ¿Qué quieres de mí? Todo, fue la respuesta. Hija mía; yo lo quiero todo, absolutamente todo de ti –imaginaba a Jesús recitando estas palabras–. Te quiero a ti con tus imperfecciones, problemas, aflicciones... Te amo aunque no me ames, aunque me niegues, aunque te alejes, aunque prefieras otros dioses, aunque me abandones... Cuando creas que no puedes continuar, estaré listo para guiarte. Porque yo soy tu Dios, tu amigo. Terminó el congreso. Ya estaba en el autobús, de regreso a mi hogar. Había un pastor en el asiento de adelante. Supe que estaba ahí por alguna razón especial y sentí unas ganas inmensas de hacerle toda una encuesta acerca de Dios. Le pedí, disimuladamente, que se sentara a mi lado y le dije: –Pastor, este año he leído las meditaciones matinales y he estudiado la Escuela Sabática más que otras veces, pero mi comunicación con Dios no mejora. ¿Qué tengo que hacer para poder tener la relación que ustedes, los pastores, tienen con el Señor? El pastor sonrió y me percaté de que lo que había dicho sonó como la pregunta del joven rico. Él lo tenía todo, pero no estaba dispuesto a abandonar sus riquezas. –Mira –me dijo–. Ese es un error que muchas veces cometemos. ¡Tienes que involucrar a Dios en cada segundo de tu vida, a cada instante, en cada suspiro! Al levantarte por la mañana, en la iglesia, en la escuela, al estudiar la lección. Debes tenerlo presente a cada paso, y llegará un momento en que te involucres, te complementes tanto con Dios que no podrás separarte jamás, porque todo lo que haces, lo que dices y lo que
piensas estará enfocado en él. –Entonces –dije mirando hacia el piso, un poco avergonzada–, ¿no es tan necesario estudiar la Biblia y la lección? –¿Qué se necesita para mantener una comunicación exitosa? Un emisor y un receptor. Te aburrirías si tuvieras un amigo que te habla y te habla sin dejarte hablar a ti, ¿no es cierto? Yo asentí. –Lo mismo sucede con nuestra relación con Dios: él utiliza su Palabra para expresar lo que nos quiere decir. Debemos leerla, si queremos saber lo que él piensa –me dijo. ¡Qué error tan grande había cometido! Había estado todo este tiempo pensando que si leía la lección, estudiaba la Biblia, etc., volvería a restablecer mi relación con Dios, y no era así, pues él nunca había dejado de comunicarse conmigo. Solo me hacía falta escucharlo más constantemente, involucrarlo en mi vida como mi mejor amigo. Finalmente entendí que, si buscaba a Dios primero, todas, absolutamente todas las cosas vendrían por añadidura. Mirando hacia atrás, hoy puedo decir que mi adolescencia fue la mejor; quizá, si no hubiese sido por esa buena decisión, no estaría donde estoy ahora. Mis padres siempre se preocuparon por mi relación con Dios, aunque jamás me presionaron u obligaron. Tomé la iniciativa de conocer a nuestro misterioso Dios, a aquel que ha restaurado vidas y entregado esperanza a los perdidos. Hablé con Dios como con un amigo, caminé con él, y no me arrepiento en absoluto. Experimenté cosas que quizá ningún otro ha vivido, sentí que Dios había hecho un milagro en mí, y ahora entiendo que el milagro fue poder aprovechar esa edad al máximo, en su compañía. S. P. Loveheart Es el seudónimo de una joven que escribe desde la República de Chile.
Muchos la tienen, pocos la usan
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magina que tienes una máquina capaz de generar empleos. ¿No sería maravilloso? Pues, esa máquina existe: ¡eres tú! Cuando escasean las oportunidades, la mejor estrategia es crearlas. El problema es que no todos saben cómo hacer eso. Necesitas las piezas y las herramientas correctas. Tienes que ser eficiente. Las piezas son todos los componentes que hacen útil al equipamiento. En el caso de un profesional, son todos los cursos que realizó, como también su experiencia en el mercado de trabajo. Las herramientas son competencias como la honestidad, la sinceridad, la humildad, en fin, todo lo que hará que las piezas tengan un propósito. El operario de esa máquina es tu conciencia. La mente enciende o apaga tu creatividad, tu motivación y tus capacidades. Un estudio de investigación revela que el 90% de las personas que acumulan más de 18 años de estudios (generalmente posgrados como maestrías y doctorados) están empleadas. Ahora, si alguien posee semejante capacitación, pero todavía no tiene trabajo, hay algo que anda mal. Puede que las piezas no sean las ideales: los cursos no satisfacen a la persona, y nadie quiere hacer funcionar algo que no le gusta cómo funciona. Tal vez el error esté en las herramientas –una profesión exige mucha dedicación, pero a veces la gente se esfuerza demasiado poco. Quizás el problema esté en el operador, que no se da cuenta de cómo usar el potencial que tiene en sus manos. La mayor parte de los empleos no se ofrece mediante los clasificados de los periódicos. A partir de la revolución tecnológica, decenas de puestos de trabajo inédito surgen todos los días, para atender la demanda del mercado que antes era inexistente. El profesional debe tener la suficiente sensibilidad como para percibir en qué dirección está soplando el viento. Hace un tiempo, al término de una conferencia, un profesor me relató la historia de uno de sus alumnos del curso de Turismo. Ese joven, mientras visitaba un conocido punto turístico de su país, advirtió que las personas con capacidades especiales tenían dificultades para aprovechar las bellezas del lugar, porque no había instalaciones adecuadas para ellos. Después de investigar el asunto, llegó a la conclusión de que el lugar podría ser visitado únicamente con el auxilio de un animal de carga, una mula. Después de sortear algunas cuestiones burocráticas que tienen que ver con la conservación del medioambiente, su
Si tienes capacitación técnica y todavía no conseguiste trabajo, hay algo que anda mal.
proyecto, supervisado por el profesor, fue aprobado. El éxito fue tal que, además de ser publicado en la prensa local, este estudiante fue entrevistado en vivo y en directo en un canal de televisión nacional. Y no terminó allí. Su iniciativa despertó el interés de una institución educativa de nivel superior cercana al punto turístico en cuestión. El director, al percibir el talento de este joven recién graduado, ¡lo invitó para ser el coordinador de la carrera de Turismo de esa institución! En aquel lugar turístico no había un cartel que dijera: “Se busca una mula para transportar discapacitados” o “Se busca un coordinador para la carrera de Turismo”. La vacante no existía, pero sí la posibilidad de trabajar. Y eso marcó la diferencia. Si eres un profesional dedicado, capacitado, investigador, que sabe desarrollar un buen proyecto, específico para determinada empresa, aunque no exista una vacante de empleo, el jefe podrá contratarte, incluso sin experiencia previa. Las buenas ideas no aparecen constantemente, y mucho menos los profesionales que las generan. Los gerentes inteligentes lo saben. Quizás el que no lo sabías eras tú. Ahora, en vez de salir a buscar un empleo, pon a funcionar tu máquina de crear oportunidades. Intenta ver donde nadie está observando. Estudia el mercado, analiza. Investiga y crea un proyecto sorprendente. Es mejor dedicar tiempo de calidad a una sola empresa que desperdiciar tiempo en varios lugares que no te llevarán a ninguna parte. Pon tu máquina a trabajar. Si una buena idea pudo mover a una mula, ¡imagina hasta dónde puede llevarte tu dedicación! Cristiano Stefenoni Periodista, consultor y autor del libro Profissional de Sucesso. abril - junio 2010
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Jóvenes Adventistas realizan campaña de prevención contra el dengue Bajo el lema “Detener lo importante para hacer lo mejor”, los alumnos del nivel superior del Instituto Juan Bautista Alberdi (IAJBA), de Misiones,
República Argentina, desarrollaron una nueva edición del proyecto solidario. Hace tres años que interrumpen las clases por una semana para servir a la comunidad. En 2009, los alumnos visitaron siete escuelas rurales fronterizas a orillas del río Uruguay, para presentar un programa de prevención contra el dengue. Mediante títeres, dramatizaciones y cantos, demostraron las causas y las consecuencias de esta enfermedad. También entregaron un CD con canciones compuestas por ellos. Se repartieron donaciones de vestimentas, alimentos y útiles escolares. Las autoridades estatales han reconocido al IAJBA como una institución con espíritu misional y solidario; por lo tanto, se han firmado convenios con organismos públicos que desean financiar nuevos proyectos solidarios para 2010. Los jóvenes adventistas del IAJBA están cumpliendo con la Escritura: “Brillará tu luz como el amanecer y tus heridas sanarán muy pronto” (Isa. 58:8). Informó: Edgar B Beskow, Lic. en Psicología y director del Nivel Superior del IAJBA.
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Presidente de la República de Bolivia visita la Universidad Adventista El presidente de la República de Bolivia, Juan Evo Morales Ayma, visitó la Universidad Adventista de Bolivia con el objetivo de promover la visión educativa del Gobierno boliviano para con la educación superior y la libertad religiosa contemplada en la nueva Constitución política del Estado. Algunas escenas de la visita fueron transmitidas en vivo y en directo a través del canal televisivo estatal. El Presidente pronunció un discurso oficial en el campus universitario adventista, y mencionó su respeto y admiración por el trabajo que realiza la educación adventista en la República de Bolivia. Aseguró que su Gobierno respeta la propiedad priva-
Jóvenes Adventistas organizan Maratón por la salud Los jóvenes adventistas de la ciudad de Rosario, Santa Fe, República Argentina, organizaron una nueva edición de la “Maratón por la Salud”. La carrera se realizó el domingo 8 de noviembre de 2009, en la localidad de Granadero Baigorria, y contó con la participación de 250 corredores, la mayoría no adventistas. Los premios a los ganadores y a los participantes destacados consistieron en publicaciones acerca del cuidado de la salud y el estrés, y productos de alimentos Gránix. Todos los corredores recibieron de regalo la remera del IV Maratón y revistas misioneras de la Iglesia Adventista. Uno de los participantes comentó: “Yo no soy un profesional”. Y luego agregó: “Yo
da y la libertad de culto. Las autoridades de la Iglesia Adventista en el área educativa compartieron, con la comitiva presidencial, la filosofía, los orígenes y el desarrollo de la educación adventista en la República de Bolivia desde 1928. La Administración de la Universidad Adventista de Bolivia, representada por su rector, el pastor Tito Ángel Benavídez, aprovechó para obsequiar al presidente de la República de Bolivia una Biblia grabada con el nombre del primer mandatario boliviano, el libro evangelizador Tiempo de esperanza, el libro La educación, de Elena de White, y un DVD con la historia de los cien años de la Iglesia Adventista en la República de Bolivia. Esta es la segunda ocasión en que un mandatario del Estado boliviano visita la universidad adventista. (Fuente: www.uab.edu.bo)
corro porque dejé de fumar hace un mes. Tengo 35 años y fumé desde los 15. Así que, esto es un cambio de vida para mí. Sé que no voy a hacer un podio. Pero, para mí, estar acá ya es ganar. Gracias por organizar estos eventos y promover la vida sana”. Con testimonios como este y otros similares, los jóvenes adventistas de Rosario están haciéndose conocer por lo que realizan en favor de la comunidad en la que viven. Un ejemplo para imitar. Informó: Pablo Ale.
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Haz valer tus
DERECHOS El sábado no necesita ser un dolor de cabeza. La ley está de tu lado.
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ué estudiante adventista del séptimo día no tuvo que superar dificultades con exámenes o concursos públicos que caen en sábado? Muchos han escuchado propuestas como esta: “Si no haces tanto caso de tu conciencia, podrás estudiar aquí”. “Olvídate del sábado, y podrás trabajar en nuestra empresa”. “Deja de cuestionarnos acerca del sábado o perderás tu trabajo”. Todo pareciera decir: “Viola tu conciencia, y podrás ser un buen ciudadano”. ¿Qué podemos hacer ante estos desafíos de conciencia? ¿Deberíamos ir en contra de nuestra conciencia para ejercer nuestro derecho a la educación y al trabajo? En otras palabras,
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¿asegura la ley los derechos de los que guardan el sábado? Gracias a Dios, vivimos en países democráticos. Las Constituciones de la mayoría de los países sudamericanos dicen que nadie puede ser privado de sus derechos en virtud de sus creencias religiosas. Esto significa que no se les puede impedir, a los ciudadanos, estudiar o trabajar porque su conciencia les imponga el deber de santificar el sábado. Guardar un día de reposo religioso es un derecho reconocido por las Naciones Unidas en su declaración de 1981 sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia. La garantía constitucional de no ser privado de los derechos en virtud de las creencias religiosas es independiente de la legislación acerca de la libertad de culto. La Constitución es suprema, y el juez puede reconocer el derecho a la libertad religiosa en cualquier fuero. La Constitución es suficiente para asegurar los derechos de los que guardan el sábado. La jurisprudencia de muchos países latinoamericanos comprueba, en la práctica, esta teoría. La sanción de una ley nacional específica acerca de la libertad religiosa no es indispensable, pero puede ser útil. Quizá pueda evitar que el ciudadano tenga que recurrir a la justicia con tanta frecuencia. Pero, antes de que tengas que enfrentar algún problema de conciencia, puedes asesorarte acerca de tus derechos de libertad religiosa. Así, estarás más preparado para enfrentar eventuales desafíos y, de paso, podrás ayudar a otras personas con las mismas dificultades. Según el Manual de la iglesia, el director del departamento de Deberes Cívicos y Libertad Religiosa de cada iglesia local debe “Promover la circulación de las revistas y otros materiales de libertad religiosa” y “Organizar o facilitar reuniones de libertad religiosa, seminarios, programas y otras actividades” acerca de este tema (ver p. 149). Cuando surge un problema, hay que mantener la calma y la sensatez
y, por qué no mencionarlo, la cortesía cristiana. El pastor y el director de Libertad Religiosa de tu iglesia pueden ayudarte, como consejeros, en los momentos más difíciles. No son ellos, sin embargo, quienes reivindicarán tus derechos. Tú debes actuar siempre en tu propio nombre, como ciudadano. Puedes seguir estos pasos: 1. Intentar resolver la cuestión conversando directamente con el profesor, el director de estudios, el rector, el coordinador o cualquier otra autoridad de primera instancia. 2. Puedes proponer una alternativa para resolver el problema: segundo llamado a examen, nuevo horario, o compensar las ausencias en sábado cumpliendo otros requisitos académicos similares. 3. Puedes cumplir con todos los requisitos formales que sean necesarios para que la institución educativa reivindique tus derechos. 4. Puedes realizar pedidos claros, sensatos y razonables. Puedes solicitar formularios y cartas modelo al director de Libertad Religiosa de tu iglesia. Ante una eventual negativa a tu pedido, revalúa la situación. En este caso, considera la posibilidad de acudir a los tribunales para hacer valer tu derecho a la libertad de conciencia religiosa. Debes saber que, para esta instancia, necesitarás los servicios de un abogado, porque solamente él tiene la capacidad de representarte en un eventual juicio. El abogado es indispensable en la administración de la justicia, siempre que actúe en el ejercicio de su profesión dentro de
los límites de la ley. El abogado evaluará la situación y propondrá la medida judicial más apropiada al caso. El instrumento procesal más utilizado en los casos de violación de derechos de libertad religiosa es una orden de fianza. En caso de que no puedas contratar a un abogado, puedes recurrir a la Defensoría Pública de tu país, donde se te proveerá de los servicios gratuitos de un abogado estatal. Así se debería garantizar el acceso a la justicia a cada ciudadano. No podemos olvidar el ejemplo del apóstol Pablo, quien, por causa del evangelio, sufrió muchas persecuciones, prisiones y agresiones físicas. Como ciudadano romano, Pablo solicitó ser juzgado en Roma, agotando así todas las instancias y los recursos disponibles. En este sentido, también peleó la buena batalla y no se resignó delante de la espada. Con los ojos de la fe, ya estaba contemplando el porvenir: la Tierra Nueva, el lugar donde “mora la justicia”. Concluyo citando a Rui Barbosa: “No negociemos nuestro porvenir por un mísero plato de lentejas”. Aldir Guedes Soriano Vicepresidente de la Asociación Brasileña de Libertad Religiosa.
Si deseas obtener mayor información y orientaciones más detalladas respecto de lo que puedes hacer ante una eventual violación de tu conciencia y de tu derecho a la libertad religiosa, puedes consultar el sitio web www.irla.org (en inglés). Allí podrás descargar, en forma gratuita, abundante material en formato digital (pdf), especialmente las distintas ediciones de la publicación Fides et Libertas.
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Libros
20 preguntas que Dios quiere hacerte
Qué estoy leyendo Susana Valdés Santiago, Rep. de Chile. Libro recomendado: Profecías dramáticas de Elena de White, de Herbert E. Douglass (ACES, 2009). Por qué lo recomienda: Porque es una lectura apropiada para esta época y está escrito de manera original.
Silvia Righetti Rafaela, Santa Fe, Rep. Argentina. Libros recomendados: Conocer a Jesús es todo y Señales de esperanza, de Alejandro Bullón. Los Diez Mandamientos, de Loron Wade (ACES, 2007). Por qué los recomienda: Porque son libros sencillos de leer, pero profundos en su significado.
Troy Fitzgerald, ACES, 2009. Las preguntas son instrumentos de poder y motivan a la acción, o al menos proponen la reflexión y la toma de decisiones. ¿Cuántas veces quisimos preguntarle cosas a Dios? El planteo de este libro es inverso. Ahora es Dios quien hace las preguntas, para desafiarte, para ayudarte a decidir. ¿Qué desea saber Dios acerca de ti? ¿Qué respuesta directa busca él de nosotros? Las preguntas que Dios hace revelan lo que es
Una vía de escape
Doru Tarita, ACES, 2009. Doru Tarita cuenta, en primera persona, cómo fue su huida del régimen comunista rumano a fin de poder ser fiel a Dios y prepararse para servirlo como pastor. Este joven rumano tuvo que padecer, junto con su familia, la discriminación y las privaciones por causa de su fe. Nunca se hubiese imaginado que huiría de su propio país y que sería refugiado en el extranjero. Pero, la
DVDs
El solista
(2009) Marcos Chico San Miguel de Tucumán, Rep. Argentina. Libros recomendados: Primeros escritos y La música. Su influencia en la vida del cristiano, de Elena de White (ACES, 2006). Por qué los recomienda: Porque exponen los orígenes y el desarrollo profético del remanente de Dios, y los consejos inspirados acerca de la música son importantes para decidir qué escuchar y cómo alabar mejor a Dios. 20
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importante para él al relacionarse con sus criaturas. Prepárate para responder algunas preguntas cruciales, tales como: ¿Dónde estás tú? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está tu hermano? ¿Me amas? ¿Crees esto?
Basada en hechos reales, esta historia relata la vida de un prodigio de la música y su pasión por el gran compositor Ludwig Van Beethoven. Un periodista en busca de historias de vida para su columna semanal encuentra a un desamparado vagabundo que tocaba el violín frente a una estatua de Beethoven, en el centro de la ciudad de Los Ángeles, y comienza a investigar por qué un músico tan talentoso ha terminado sin techo a pesar del don maravilloso que recibió. Esta película nos habla de discriminación, solidaridad y amistad.
mano de Dios y sus ángeles protectores lo acompañaron en el camino. Esta historia conmoverá especialmente a los jóvenes que han decidido mantenerse firmes en sus principios y en su fe, y que están dispuestos a perseguir un futuro glorioso.
Despertares (1990) Este film describe lo que sucedió en una clínica de los Estados Unidos, donde el doctor en Medicina Malcom Sayer trata a una serie de enfermos de encefalitis, todos ellos víctimas de una epidemia que afectó a cientos de personas durante los años veinte. La consecuencia es que todos ellos han estado inmovilizados durante treinta años, sin ser capaces de comunicarse. Los métodos del médico son poco convencionales, pero inesperadamente los enfermos experimentan un “despertar”, que raya en lo milagroso. Esta historia está basada en hechos verídicos.
El regreso
Ellos fueron fieles hasta el fin.
Ilustración: Jupiterimages / Stockxpert
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aime caminó por el patio y miró hacia la calle. Podía ver la polvareda que se levantaba al paso del transporte policial de detenidos. Varios niños salieron de la casa de madera y se amontonaron detrás de Jaime. –¿Quiénes son? –preguntó Joana. –Policías –respondió Jaime–. Creo que alguien nos delató. Dos meses antes, aquel grupo había abandonado la ciudad para vivir en el campo. Se habían mudado porque todo indicaba que una gran tempestad de eventos se aproximaba. Esa tormenta pondría fin a la historia de este mundo. Todo comenzó con un gran movimiento de evangelización, que había llevado con intensidad el mensaje del regreso de Jesús a cada rincón del planeta. Casi al mismo tiempo, había surgido en el mundo un personaje que declaraba ser el mismo Hijo de Dios, que había venido para restaurar al mundo mediante sus señales y milagros increíbles. Muchos creyeron en él y en sus nuevos mandamientos. Los líderes mundiales fueron seducidos por su poder y se inclinaban ante él. Los que no obedecían las leyes de este “Jesús” comenzaron a ser perseguidos. Jaime y otras personas preferían ser fieles a la Biblia. Por eso, perdieron su trabajo y se les confiscaron todos sus bienes. Tampoco podían congregarse en su iglesia. Cuando Jaime, su familia y sus amigos fieles a Dios decidieron salir de la ciudad, se escaparon por poco de ser encarcelados. Lograron huir, dejando atrás una ciudad que iba a ser destruida por las plagas de Dios. Ellos pudieron permanecer ocultos por casi dos meses, sobreviviendo de lo que plantaban y recolectaban y, principalmente, del sustento divino. Pero, ahora parecía que el fin se aproximaba. Casi treinta personas, niños, jóvenes, adultos y ancianos, estaban refugiadas en el patio cuando un hombre uniformado, flanqueado por varios soldados, gritó: –Tengo una orden de ejecución contra ustedes por no obedecer las nuevas leyes. ¿Cómo se declaran? Somos siervos del Dios Altísimo, y no vamos a obedecer leyes humanas que se opongan a Dios –gritó Jaime en res-
puesta–. Ante estas leyes somos culpables, pero delante de Dios somos justos. El comandante abrió la puerta y sus soldados atravesaron el patio. Raquel comenzó a entonar un cántico, y todos la acompañaron. Se quedaron inmóviles cantando, mientras los soldados tomaban posición rodeándolos y quitando el seguro de sus armas. Los soldados apuntaron, pero les era difícil enfocar el blanco, pues ¡su blanco resplandecía con mucha fuerza! Brillaban como luces plateadas y doradas. Casi era imposible fijar la mirada en el grupo de santos, pero los soldados todavía sujetaban sus armas, aguardando la orden de fuego. Más fuerte que la luz, el sonido parecía romper los tímpanos de aquellos hombres. Con voz potente y melodiosa, los santos cantaban “¡Aleluya! ¡Aleluya!” No eran los únicos que estaban cantando, pues el sonido provenía de todas las direcciones posibles. Algunos soldados no resistieron, y arrojaron sus armas para taparse los oídos. Las voces y las luces aumentaban en poder. El brillo y el sonido provenían de todo lugar. El comandante, que tenía una mancha en la cara, pudo abrir sus ojos y observó, por un instante, un ejército de seres alados, que rodeaba al pequeño grupo de fieles fugitivos. Al mirar hacia arriba pensó que se le quemarían los ojos, cuando pudo divisar, a la distancia, la figura de Jesús, acompañado de miríadas de ángeles. ¡Se está acercando! Vino para buscar a los suyos, entre ellos, a Jaime, Joana y Raquel, y a todos los demás que fueron fieles hasta el fin, y se mantuvieron cantando la canción de los redimidos. Denis Cruz Escritor, autor del libro Além da Magia, publicado por la CPB.
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Es sabido que para volar se necesitan alas. Nuestro corresponsal eligió las alas delta.
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rior de Conexión JA). Una chica maravillosa, porque decidió retratar mi aventura con su cámara, a pesar de que yo había decidido emprender el viaje “solito”. Tuvimos suerte con el día: soleado y casi sin neblina. El vuelo había sido programado para las 11:30. A eso de las 11, el jeep de la empresa de aladeltismo nos pasó a buscar por el lugar acordado. El camino hasta San Conrado recorre la costa marítima, por la famosa zona sur de Río de Janeiro, donde se encuentran las playas de Copacabana, Ipanema y Leblon (¡y la favela de Vidigal también!). Esta es la ciudad del sol, del cielo y el mar... ¡maravillosa! En la Playa del Pepino, ya en San Conrado, se ubica la sede de las empresas de vuelo en ala delta y el punto de aterrizaje de los hombres-voladores. Me presentaron a mi instructor, Klaus, con quien había conversado previamente por teléfono. Desde allí, iríamos en otro vehículo hasta el Parque Nacional Tijuca, una verdadera selva dentro de la ciudad. Además de miradores, senderos, cascadas y grutas, el parque alberga la Piedra de Gávea, el Pico de Tijuca y el Corcovado. Pero, nuestro destino era la Piedra Bonita, donde está construida la rampa de despegue, a aproximadamente setecientos metros de altura. Después de unos diez minutos de ascenso, llegamos. La vista es privilegiada. Hacia la izquierda se ve el Morro de los Hermanos; a la derecha, la Piedra de Gávea, debajo el mar y la selva tropical; encima, el cielo azul. Con un paisaje así, la adrenalina casi queda en segundo plano. Pero, inmediatamente, Klaus me recordó
Foto: Carise Carvalho
ntenté convencer a Michelson y a Sueli para que ampliaran sus horizontes de aventura. Porque, a fin de cuentas, para el que saltó en paracaídas y voló en planeador, un vuelo en ala delta es pan comido, ¿o no? Para no encarar esta aventura, Michelson argumentó que, según las estadísticas, los accidentes en ala delta son más frecuentes que los de paracaidismo. Y Sueli manifestó que la había aterrorizado la carreteada antes de levantar vuelo en planeador. “Creo que vamos a terminar al pie de este cerro”, había pensado Sueli. Como desconfío de las estadísticas y no les tengo miedo a las rampas, encaré esta aventura. El destino, esta vez, sería la playa de San Conrado, en Río de Janeiro, uno de los principales puntos de vuelo en ala delta del Brasil. Mi compañera de aventuras fue Carise, la fotógrafa y reportera que conocí cuando me tocó preparar el informe de la visita a la favela de Rocinha (¿recuerdas? Lo publicamos en el número ante-
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por qué estaba allí. Revisamos el equipo de seguridad y el casco, y me preparé para el breve entrenamiento. Rápidamente, me explicó el funcionamiento del ala delta. Se trata de una aeronave sustentada solamente por la resistencia del aire; por lo tanto, es una especie de planeador. La presión atmosférica es la que la hace planear: cuanto más viento hay, menor es la presión y más tiempo podrá sustentarse. Para que el aire fluya por debajo de las alas, tenemos que impulsarnos con una pequeña corrida. Klaus contó hasta tres, y corrimos algunos metros, solamente como prueba. Me recordó que tengo que correr sin parar a la hora del despegue. Entonces, recordé lo que me había dicho Sueli... Ya había una fila bastante larga de personas que esperaban para volar. Finalmente, era nuestro turno. Carise estaba más ansiosa que yo. Klaus me sujetó a un trapecio de tubos bien en el centro del ala. Me suspendí boca abajo para probar el aparejo, y percibí que me sujetaba bien. ¡Era hora de despegar! Klaus me avisó que el vuelo no incluía comidas ni bebidas. ¡Muy gracioso! Me posicioné en la rampa, y miré hacia adelante y al cielo. “Uno, dos, tres...”, contó Klaus. Comencé a correr... ¡y no pude parar! De repente, mis pies se desprendieron del suelo. ¡Estábamos volando! Solté mi mano izquierda (la derecha siempre debe ir sujeta al hombro del piloto) y aproveché el paseo. La vista era todavía más espectacular desde este punto de observación. Sinceramente, no sentía nada de temor. Al contrario del paracaidismo, cuyo principio es la caída libre, el ala delta proporciona un vuelo libre bien estable. La sensación es como estar flotando. ¡Es muy agradable, una verdadera delicia! Cuando el viento nos sopla en la cara, aprovechamos para sacar algunas fotos (hay una cámara fotográfica sujeta al ala izquierda). El vuelo era tan tranquilo que Klaus me desafiaba a dirigir el ala delta por unos momentos. Y acepté, ¡por supuesto! Me explicó que, al empujar la barra de apoyo hacia adelante, la velocidad aumenta; y al empujarla hacia el cuerpo, disminuye. Así que, asumí El origen del nombre “ala delta” proviene del griego. La cuarta letra del abecedario, la delta, tiene forma de triángulo, muy parecida a la silueta de la aeronave.
el comando e inmediatamente empujé hacia adelante la barra, tratando de dar más emoción al viaje. Pero Klaus me avisó que, cuanto más rápido nos desplazáramos, menos duraría nuestro vuelo. ¡Nada es perfecto! Con todo, me arriesgué a realizar un giro de 360 grados. Río de Janeiro es linda, pero vista desde arriba es todavía más bonita. La belleza que resulta del contraste entre las montañas, la selva y el mar es indescriptible. Uno de los mejores momentos es cuando sobrevolamos el mar. ¿Recuerdas esas fotos de catálogo de turismo? Pues, desde allí el ángulo es todavía mejor. Pero, la vista cambió cuando sobrevolamos las lujosas propiedades privadas que tratan de esconderse de las miradas de los indiscretos. Creo que sus dueños no deben estar tan contentos con las alas delta. Después de volar por alrededor de diez minutos, llegó el momento de aterrizar. Sentí un pequeño tirón cuando Klaus me desprendió las piernas del arnés y quedé colgado solamente por la cintura, a pocos metros del suelo. Y entonces, un instante después, nos posamos suavemente sobre la arena. Bueno, no tan “suavemente”, aunque no tan violentamente como el aterrizaje de Michelson en paracaídas (¿creíste que me iba a olvidar eso, Michelson?). Y así terminó mi “momento Ícaro”. Misión cumplida, una vez más. ¡Y estoy listo para el próximo despegue! Fernando Torres Editor asociado de Conexión JA, edición de la CPB.
Foto: Air Adventures
Foto: Carise Carvalho
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Entre lo santo y lo p El cristianismo debe orientar la selección de las preferencias, pero sin condenar la expresión artística secular.
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otivado por la voluntad de reparar los daños de pecados ajenos, no es raro que el escritor cristiano caiga en la crítica de actividades mundanas que los sobrios humanistas también rechazan. Hasta los ateos y los agnósticos se escandalizan de la vida de excesos de algunos famosos del espectáculo. Por eso, trataré de describir algunos patrones de conducta de los profesos cristianos que habitan este viejo mundo, un verdadero espectáculo para el universo. Pero antes, debo precisar de qué cristianos estamos hablando. Porque hay quien se dice cristiano no practicante (la mayoría de ellos se confiesa católico, pues no existen, en general, cristianos evangélicos no practicantes, o espiritistas no practicantes). El católico no practicante es como aquel que asiste al estadio de fútbol solamente cuando juega la selección nacional. Por otra parte, existen los cristianos que creen que practican el cristianismo, pero en realidad están practicando el iglesismo. El adepto al iglesismo es como aquel fanático de las telenove24
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las, que ríe, llora y hasta conversa con la pantalla, pero no se emociona ni se comunica así con su cónyuge, ni con sus propios hijos o con sus amigos. El adepto al iglesismo no vive como alguien que espera “cielos nuevos y tierra nueva”; vive como si no existiera nada más que la tierra donde pisa. Hay cristianos urgentes. Tienen buenas noticias para anunciar y no pierden el tiempo en partidos de fútbol, películas o libros que no sean confesionales. Para ellos, la música no tiene otra función que la de servir como atracción evangelizadora o accesorio para los intervalos en los que no se está predicando. Los únicos libros no confesionales que valoran son aquellos que tratan de teorías de conspiración política o económica para dominar al mundo, escritos por autores casi desconocidos. Hay cristianos displicentes. Tienen que anunciar el evangelio, pero siempre existe un programa imperdible para ver o algo para hacer en el ho-
Ilustración: Carlos Seribelli
o profano
rario del culto. Este grupo se divide en los fanáticos por el fútbol (que critican a los cristianos que ven novelas mientras que se desesperan cuando un partido importante cae en las horas sagradas del día de reposo), los cinemaníacos (la diferencia entre cinéfilos y cinemaníacos es que los primeros distinguen entre un plato nutritivo y un postre, mientras que los últimos se babean ante cualquier tipo de alimento, aunque sea grasoso o “chatarra”) y los estetas eclécticos, que parecen fieras salvajes cuando discuten acerca de trivialidades, pero nunca se atreven a hablar de religión con otras personas. El problema con esta breve descripción es que no alcanza a una docena de personas; mucho menos serviría para describir a millones. Por eso, prefiero decir que somos “cristianos” en distintas ocasiones: a veces somos urgentes; otras, negligentes. No sé si te identificaste con alguna clase de las que describí hasta ahora. Si es así, bienvenido al club. El cristiano moderno se convirtió en un “buen samaritano” que vive decidiendo si va a ayudar a su prójimo o si va a asistir a una muestra de arte. Todavía no aprendió que hay tiempo
para todo debajo del sol, incluso para ser una persona mejor. Sin embargo, al intentar vivir para la iglesia se convierte en un ermitaño y, cuando quiere relacionarse con la modernidad, termina negociando sus principios. Quiero decir que el cristianismo es una religión de equilibrio, pero no a la manera del Tao (y su popular símbolo del yin-yang). Pero, al mismo tiempo, el cristianismo es una religión de tensión. No es la tensión de la culpa, del remordimiento sin fin y del temor al castigo, sino la tensión de aquel que tiene que convivir con virtudes y defectos, con el arrepentimiento y el perdón, con aquel que busca librarse de los vicios y obtener los beneficios. Para tomar un ejemplo del arte y la literatura, un cristiano bien podría leer a Dostoievski y luego el libro del profeta Daniel, a Chesterton y a Cervantes. Un cristiano así podría maravillarse al escuchar una sonata clásica para piano o un canto gregoriano y emocionarse con “La cruz marcó la diferencia” del conjunto Gaither Vocal Band (solo es un ejemplo). Ese es el cristiano afirmativo, que no se enreda en la ilusión pseudointelectual de que toda expresión artística es positiva pero tampoco les atribuye irrestricta negatividad a
las manifestaciones culturales. Algunos cristianos, diligentes trabajadores, no pudieron o no quisieron desarrollar un pensamiento crítico con relación al cine o a la música. Como escribe Frank Gaebelein: “Ellos [...] son devotos de la visión televisiva del show, y sus gustos de lectura son dominados por una piedad sentimental, que no sabe distinguir entre el verdadero arte religioso y el resto. Para ellos, los patrones estéticos superiores son considerados una simple teoría y sospechan de su espiritualidad” (The Christian, the Arts and the Truth). Hay personas que, por falta de acceso a una educación en el arte y la literatura, rechazan la totalidad de las expresiones artísticas humanas o arrojan un manto de preconceptos y rencores sobre ellas. Queman todo al mismo tiempo, sin tomarse el tiempo o la voluntad y la oportunidad de separar el trigo de la cizaña. Joêzer Mendonça Profesor de música, reside en la República del Brasil.
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¿Depende? La verdad absoluta y el relativismo cristiano.
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Foto: abcdz2000 / SXC
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na niña de dos años fue condenada a muerte en el Amazonas por no haberse desarrollado físicamente. La indiecita Hakani quedó huérfana, porque sus padres se negaron a sacrificarla conforme a la ley de los suruwahás, y se tomaron el veneno que les correspondía administrarle a ella. El hermano mayor tuvo que hacer lo que sus padres no quisieron hacer. Enterró viva a Hakani, pero alguien oyó su llanto y la rescató. Entonces, le tocó el turno al abuelo de la pequeña para ejecutar la sentencia. Estiró su arco para atravesarla con una flecha; pero, al ver el sufrimiento de la criatura, decidió suicidarse sin cumplir la misión. Hakani fue abandonada por su tribu, pero milagrosamente resistió y sobrevivió como indigente, alimentándose de restos de comida e insectos por más de tres años. Entonces, el hermano la entregó a una pareja de misioneros que, finalmente, la adoptó para cuidarla. A pesar de este relato dramático, hay personas que no consideran equivocado al infanticidio. Lo justifican diciendo que para la cultura indígena está bien. El relativista dice: “Hay que respetar la cultura indígena”. Bajo la óptica del relativismo, nuestros derechos humanos no se aplicarían a los indígenas, porque no forman parte de su tradición cultural ni de sus valores. Toda y cualquier práctica o valor cultural serían legítimos y deberían ser preservados, porque el concepto de lo “correcto” o lo “incorrecto” es relativo a cada cultura. En otras palabras: la muerte de Hakani estaría justificada en la selva amazónica, pero sería un crimen en una ciudad “civilizada”. Pero ¿son siempre relativos lo correcto y lo incorrecto? El relativismo es el pensamiento que niega la existencia de un patrón absoluto, universal e inmutable. El relativista no cree en la
existencia de verdades absolutas. Lamentablemente, este pensamiento ha encontrado eco entre los cristianos. “Dios no es cristiano” y “todos deberían conocer al Dalai Lama”, aconsejó Desmond Tutu en una reunión ecuménica en la ciudad de Porto Alegre, Rep. del Brasil. Esas palabras no serían controversiales si no se advierte el escenario ecuménico y relativista en el que se pronunciaron. El antiguo refrán “todos los caminos conducen a Roma” se traduce hoy en “todos los caminos conducen a Dios”. En el ámbito individual, el relativismo se manifiesta en la defensa de prácticas contrarias a los principios bíblicos (sexo prematrimonial, intemperancia, diversiones inadecuadas, pornografía), justificándolas con frases como “si te gusta, está bien” o “cada uno puede hacer lo que bien le plazca si no molesta a los demás”. En el mundo físico, obviamente, existen absolutos: un poste delante de un automóvil que circula a gran velocidad o el suelo para el que salta sin paracaídas. Pero el mundo de las creencias y de las convicciones está inmerso en un mar de relativismo.1
Esto ha generado una religión individual, self-service, con principios maleables, a gusto de cada “cliente”. El relativismo alcanza incluso al ateísmo. El llamado neoateísmo no afirma categóricamente que Dios no existe. Lo que afirma es que “probablemente, Dios no existe”.2 La histórica distinción entre el agnosticismo y el ateísmo fue suavizada, porque el ateísmo dejó de ser encarado como un tipo de verdad absoluta.3 La situación actual está bien descrita en Jueces 21:25: “En aquella época no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía mejor”. Donde no existe un patrón objetivo, la subjetividad (la opinión y el gusto personales) hace que todo sea lícito, y desdibuja la frontera entre lo correcto y lo incorrecto.
La verdad absoluta existe Sin embargo, el pensamiento relativista no es lógico. Si se dice que “no existen las verdades absolutas”, entonces esta premisa es falaz. Hay que probar que la no existencia de verdades absolutas es una verdad absoluta en sí misma. La misma existencia de la verdad absoluta trae aparejado este problema: tendríamos que afirmarla para negarla. Para terminar con la verdad absoluta, primero tendríamos que aceptarla. Es decir, para que sea cierto, ¡tendría que ser falso! Esta confusión demuestra qué sucede en el mundo filosófico e intelectual sin Dios. El relativismo da la falsa impresión de que es posible que todos estemos en lo correcto. Pero existen opiniones tan contradictorias que admitir que todos podemos estar en lo cierto es un absurdo ilógico.4 Respetar las opiniones diferentes no significa admitir que todas las opiniones son correctas.5 Lo curioso es que el relativismo está tan arraigado que se ha convertido en una forma de absolutismo dogmático: si tienes opiniones bien definidas acerca de Dios y la Biblia, entonces ya no puedes decir que “todo es relativo”, y comenzarás a ser considerado “fundamentalista”, “fanático” o “intolerante”. Ser relativista se ha convertido en una verdad absoluta y la frase “no tengo dogmas” se ha convertido en un dogma relativista. ¡Nada más contradictorio!
La verdad absoluta es bíblica La Biblia contiene verdades absolutas: “Yo, el Señor, no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido exterminados” (Mal. 3:6). La Ley de Dios es eterna, como su Palabra (Mat. 24:35). Dios estableció una diferencia absoluta y no relativa entre la luz y las tinieblas: “Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad” (1 Juan 1:5). Y aclara muy bien que quien no sigue su Palabra está en tinieblas (ver Isa. 8:20). Los adventistas no deberían pensar que ser cristiano es solamente una cuestión de opinión personal. En términos espirituales, solamente existen dos clases de personas: los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas. Y, contrariamente a lo que predica el relativismo, es imposible que la luz y las tinieblas estén en lo correcto al mismo tiempo. Los cristianos relativistas nunca podrían ser la sal de la tierra y la luz del mundo si relativizan la sal y la luz (ver Mat. 5:13, 14). Dios tiene un patrón, y no deja su definición en la opinión personal: “¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno
malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!” (Isa. 5:20). Lejos de ser una cuestión subjetiva, ser cristiano es aceptar que la Biblia es la Palabra de Dios, la única regla de fe y práctica para la vida entera.
La verdad absoluta es esencial En el otro extremo del relativismo está el dogmatismo antibíblico, que utiliza la Biblia para sostener opiniones humanas. Los versículos bíblicos fuera de contexto y las citas distorsionadas del Espíritu de Profecía no hacen de las opiniones humanas un “así dice el Señor”. Tampoco es relativismo discutir si Maradona es mejor que Pelé, discutir reformas en la liturgia de la iglesia o (para citar un ejemplo teológico) discutir sobre la correcta identificación de las siete cabezas de Apocalipsis 17.6 Estos temas no son esenciales. La verdad absoluta no niega la diversidad y la individualidad, sino que nos libera de los dogmas humanos (ver Juan 8:32). El problema surge cuando, al intentar sofocar al relativismo, las tradiciones y las normas alrededor de los principios legítimos se fosilizan, y generan confusión entre lo que es esencial y lo que es periférico en el cristianismo. Por eso, identificar los principios no negociables y los asuntos secundarios es de extrema importancia.7 Es válido el principio popularizado por Agustín de Hipona: “En lo esencial, unidad; en lo accidental, diversidad; en todo, caridad”.
La verdad absoluta exige tomar una posición La verdad absoluta es Cristo y su Palabra (ver Juan 14:6). No somos guiados por el relativismo ni por el dogmatismo humano, sino por un claro y absoluto “así dice el Señor”. Si Pilato nos hiciera la pregunta: “¿Qué es la verdad?” (Juan 18:38), pero esta vez permaneciera atento para escuchar la respuesta, ¿responderíamos con un “así dice el Señor” o con un “creo que...”? ¿Por qué tendríamos que aceptar cualquier versión del relativismo? Solamente son un retrato del fracaso humano en hacer, sin Dios, afirmaciones verdaderas sobre las cuestiones esenciales de la vida. El relativismo es una bolsa de contradicciones y confusiones. Los cristianos no debemos participar de este espíritu, pues nuestra base es sólida y firme en las Escrituras. No aceptamos ninguna clase de relativismo, porque existen verdades absolutas acerca de los temas esenciales. Así que... ¡toma tu posición! Isaac Meira Capellán del Colegio Adventista de Indaial, Santa Catarina, Rep. del Brasil. Referencias:
William G. Johnsonn, “Awash in a Sea of Relativism”, Adventist Review (agosto de 1997), p. 5. Mensaje de campaña publicitaria en los transportes públicos urbanos de Inglaterra. Richard Dawkins, Deus, un delirio (San Pablo: Companhia das letras, 2007), pp. 80, 212, 213. 4 Es imposible, por ejemplo, que los espiritistas y los adventistas estén en lo correcto en cuanto al estado de los muertos. 5 Es claro que existen asuntos no esenciales y cuestiones de conciencia en los cuales podemos discrepar sin comprometer las creencias fundamentales. 6 El Comentario bíblico adventista, por ejemplo, considera que la evidencia es insuficiente para garantizar una identificación dogmática de esta figura profética. Esto significa que la cuestión está abierta a discusión. 7 Elena de White aconseja que no desperdiciemos tiempo en cuestiones de difícil comprensión que finalmente no tienen importancia vital, porque estas cosas tienden a desviar la mente de las verdades vitales para la salvación del alma (ver El evangelismo, p. 137). 1 2 3
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Noviazgo precoz
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uchos padres desean que sus hijos nunca crezcan, para que permanezcan siempre en el mundo seguro de la infancia, en el cual no hay “maldad”. No es sin razón que los noviazgos precoces de adolescentes, por lo general, traen conflictos a toda la familia. Los problemas no se originan solamente por el capricho de algunos padres sobreprotectores, sino por la preocupación de los mayores al ver a alguien inmaduro asumir una relación que exige cierta estructura espiritual, social, emocional y material. Por ser algo propio de la naturaleza humana, que los hijos descubran el sexo opuesto debería ser siempre una buena noticia en el hogar. Cuando están bien orientadas por los padres o los tutores, las ganas de enamorarse son una bendición. Un problema mayor sería si el adolescente siente atracción hacia personas del mismo sexo. Sin embargo, pensemos un poco en las serias implicaciones que una relación precoz conlleva para la vida familiar. 1. Afecta los estudios. En la adolescencia, normalmente los noviazgos son pasajeros y apasionados. Van acompañados de una disminución del rendimiento escolar, rebeldía y, a veces, hasta agresividad contra los padres o los responsables. Este tipo de comportamiento es lamentable y digno de reprensión. Siempre les he dicho a mis hijos que el mundo pertenece a los que estudian mucho. Elena de White también alerta respecto del impacto de una relación prematura sobre la vida escolar: “Bajo el poder degradante de la complacencia sensual, por la inoportuna excitación del noviazgo y el casamiento, muchos alumnos dejan de llegar a la altura de desarrollo mental que podrían haber alcanzado de otra manera” (Consejos sobre la educación cristiana, p. 86). El diálogo amoroso, franco, abierto y firme generalmente puede resolver la situación, porque hace ver a los hijos cuánto los aman sus padres. En caso de preguntas sobre el noviazgo, 28 28
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el sexo, la pornografía y temas relacionados, no deben evadirse, sino responderse claramente, con base bíblica. Creo que asignar tareas domésticas y responsabilidades gradualmente a los hijos contribuye a que tengan una visión menos romántica e infantil de la vida, y ayuda al adolescente a ver a su novio/a de manera más madura. Además, es imprescindible que los padres intercedan en oración por el éxito de los adolescentes en esta fase marcada por las decisiones. 2. Puede surgir un embarazo inesperado o indeseado. Las estadísticas demuestran que cuanto más temprano se comienza a entablar una relación de noviazgo mayor es la probabilidad de que suceda un desliz moral o un embarazo no planificado. El sexo precoz es visto como aceptable en las películas, las novelas y las series; sin embargo, no puede ser considerado normal por el joven cristiano, porque tal comportamiento no es aprobado por Dios (Éxo. 20:14). La Biblia anticipa que, en el campo de las emociones no deberíamos adelantar las cosas: “que no desvelen ni molesten a mi amada hasta que ella quiera despertar” (Cant. 3:5). El noviazgo debe servir para el conocimiento mutuo y la amistad entre dos jóvenes que colocan a Dios como la fuente del amor. Si los adolescentes no solamente desean “intimar”, sino también demuestran intenciones más serias, creo que el noviazgo es aceptable, siempre que cuente con el permiso de los padres. 3. Pérdida de interés por la vida espiritual. Generalmente, los conflictos sentimentales y sexuales de los adolescentes son fruto de la falta de comunión con Dios. Por eso, la espiritualidad debe ser estimulada mediante la fuerza de grupos como el Club de Conquistadores, los conjuntos musicales y los Grupos pequeños. Sin embargo, el grupo que tiene mayor influencia religiosa sobre los hijos es la propia familia. Por eso, los padres no pueden descuidar el culto familiar, porque las actividades espirituales en conjunto fortalecen las relaciones en el hogar, supliendo, en parte, la carencia afectiva de los hijos. Para los especialistas, los pequeños gestos, como abrazos y besos, funcionan como “vacuna” contra la precocidad amorosa. Por sobre todo, los adolescentes necesitan de amor regido por principios, el amor que no es libertino ni ciego (ver Apoc. 3:19). Otimar Gonçalves Líder de Jóvenes de la División Sudamericana.
Imágenes: Jaylopez / SXC . Foto:O. Ramos, ACES.
Tengo una hija adolescente que comenzó a descubrir el “mundo” del sexo opuesto: chismes, tarjetitas, miradas, piropos, conversaciones interminables por teléfono o por MSN. Todavía no tiene la edad para tener novio. ¿Qué hago? A. W.
CURSO DE LECTURA JA 2010
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de los ot ros
Animales
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NIĂ‘OS Y AVENTUREROS
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MENORES Y CONQUISTADORES
Animales
heroicos
Animales heroicos ...y
JĂ“VENES
...y de los otros
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ÂżTodavĂa podemos creer en la Biblia?
Observa el mundo de los insectos
Animales heroicos ...y de los otros
Pareciera que, en un mundo tecnificado y “desarrolladoâ€? como el actual, creer en la Biblia resulta anticuado o inĂştil. Sin embargo, en las pĂĄginas de este libro encontrarĂĄs verdaderas razones para ratificar la realidad de que todavĂa podemos creer en la Biblia y en Dios, su inspirador.
El vasto mundo de los insectos es un tesoro de incalculable riqueza, del que podemos extraer enseĂąanzas muy profundas para enfrentar la vida cotidiana. ObsĂŠrvalos, y descubre los mensajes que tienen para ti.
Este libro cuenta la historia del elefante que fue a hacer una visita y le gustĂł tanto la casa que no quiso marcharse; o del muchacho que fue adoptado por un oso.Y muchas otras historias, para reĂr o llorar. Pero todas, para aprender y disfrutar.
PĂdelos al coordinador de Publicaciones de tu iglesia. www.aces.com.ar / ventas@aces.com.ar abril - junio 2010
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Menos competencia, más solidaridad E
l creacionismo y el evolucionismo son teorías que discuten el origen de la existencia humana y de todas las cosas. En términos simples, el creacionista es aquel que piensa que Dios creó todas las cosas siguiendo un plan. El evolucionista cree que las cosas se fueron desarrollando, evolucionando y perfeccionándose de manera no planificada. Aunque existen términos medios en estas posiciones, me gustaría que repasemos los conceptos de las posturas definidas por estos dos extremos. Como mencionamos, cada ser humano es libre para decidir entre estas dos posiciones o, incluso, ninguna de ellas. Pero, dediquemos un momento a analizar las implicaciones sociales que se derivan de creer en una u otra teoría. El hombre moderno es extremadamente competitivo. La vida se ha vuelto competitiva. Disputamos el campeonato mundial de fútbol, las elecciones para presidente, la selección de personal, un lugar para el estacionamiento, los ascensos en el trabajo, los exámenes en la universidad, etc. Nuestros hijos se pelean por ser los mejores en el salón de clases o en los deportes. ¿De dónde viene todo esto? Nuestras acciones son motivadas por lo que creemos. Generalmente aceptamos el concepto de que el hombre evolucionó de ancestros menos inteligentes. Este es el pensamiento evolucionista. De acuerdo con este modelo, nuestros ancestros eran más rudos, más resistentes, y solamente los mejores superaban al resto y podían sobrevivir. Pero, los más débiles 30
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ya no encontraban espacio y condiciones para desarrollarse, morían y finalmente se extinguían. Al considerar la teoría evolucionista, ¿qué sucede si internalizamos y difundimos el concepto de la “supervivencia del más apto”? Parece que nos volvemos competitivos al máximo. Estamos siempre pensando en cómo superar a nuestros competidores (nuestro prójimo). Da la impresión de que el pensamiento evolucionista impone un retroceso en el desarrollo social y en las relaciones personales. Estamos siempre mirando a los demás como rivales. Y esto se verifica desde el interior de cada hogar, salón de clases, oficina de trabajo, iglesia y hasta el palacio de Gobierno, donde se decide el destino de las sociedades. El pensamiento bíblico creacionista simplemente define que Dios creó todas las cosas. La Biblia también afirma que Dios estableció un plan para restaurar todas las cosas después de la entrada del pecado, que corrompió al hombre, moral y espiritualmente. El pensamiento bíblico es creacionista y más: es cristiano. La Biblia dice que Cristo estaba en el principio creando todas las cosas (Juan 1:1-3). Él es el Creador. También fue Cristo quien, según la Biblia, estableció el principio del amor al prójimo, nos enseñó a amar a nuestros enemigos y, finalmente, murió para salvar (por puro altruismo) a personas que ni siquiera estaban interesadas en sus enseñanzas. Necesitamos responder una pregunta. ¿Qué teoría contribuye más para mejorar las relaciones humanas y el desarrollo social? El mundo necesita personas más altruistas y menos competitivas; necesita menos competidores y más dadores. Los fuertes pueden ayudar a los más débiles y todos pueden hacerse fuertes al fin. Así, todos prodrán sobrevivir. José Hadson Gomes de Araújo Líder de Jóvenes de la Asociación Norte Paranaense, Rep. del Brasil.
Imagen: Jupiterimages / Stockxpert
El pensamiento darwiniano no puede invadir nuestras relaciones sociales.
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¿PODRÍA OCURRIR?
Apocalipsis 13 a la luz de la historia y los sucesos actuales Una obra para descubrir las razones por las que, como adventistas, sostenemos la visión de que el cumplimiento de lo profetizado en la Biblia se hará realidad en un futuro cercano. Su lectura te ayudará a vivir el presente con esperanza y aguardar el futuro con la seguridad de la salvación que solo Jesús puede brindarte.
en el país de
los incas
Con el fervor de predicar el evangelio, Fernando A. Stahl recorrió pueblos, vivió y luchó para que la verdad hiciera libres a los nativos del Perú. Un pueblo que, poco a poco, aceptó el gran amor de Dios gracias al fiel testimonio de misioneros que, a pesar de todos los contratiempos, mostraron las maravillas del Señor. Esta es la historia de los primeros pasos de la iglesia en la región incaica, que da testimonio del poder de Jesús.
PÍDELO HOY MISMO AL COORDINADOR DE PUBLICACIONES DE TU IGLESIA w w w. a c e s . c o m . a r ve n t a s @ a c e s . c o m . a r
abril - junio 2010
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