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Actor principal
Isabel Una viuda con dignidad
En la Buenos Aires colonial en la que se sitúa Una viuda difícil (de Conrado Nalé Roxlo), las viudas eran consideradas una presa fácil para los buitres poco escrupulosos de las clases media y alta.
Así lo dice Isabel, la protagonista: “Yo, al fin y al cabo, no tengo nada que perder; soy viuda, es decir, campo abierto, planta sin dueño...”
Isabel es una joven que está al frente de una platería que heredó de su padre. Su esposo ha muerto, y ella se encuentra un tanto desprotegida ante un gran número de admiradores del género masculino.
Repentinamente regresa de Europa Víctor, su antiguo enamorado, convertido en Doctor en Leyes. Cuando él la visita en la platería, Isabel se deja llevar por la ilusión… pero muy pronto se dará cuenta de la realidad, cuando él haga su propuesta: “Nuestro amor tendrá el encanto del misterio, y en secreto nos burlaremos de todos. Será delicioso; en la calle un saludo ceremonioso, y luego, a solas…”
Isabel arde de ira y despecho, y entonces toma una decisión apresurada. Convicto y confeso de siete muertes, Mariano va camino a la horca. Pero justo ese día es el aniversario de bodas del alcalde, quien ofrece cambiarle la pena de muerte por la de matrimonio… claro, si es que hubiere alguna dama dispuesta de ejecutar la sentencia.
Isabel haría cualquier cosa con tal de dejar de ser viuda. Incluso, casarse con un reo de muerte. No lo piensa ni un instante, y al ver la expresión socarrona que le dedica Víctor, acepta el desafío y se casa con Mariano. Es un matrimonio “blanco”, que no se consuma, pero que cumple con la finalidad de protegerla de la angurria de los hombres.
Como es fácil de imaginar, con el paso del tiempo el amor comenzará a crecer en los corazones de Isabel y Mariano, y, por supuesto, se enamoran, forman una pareja feliz y unida, capaz de enfrentar las críticas de una sociedad sumamente hipócrita.
Pero la realidad se vuelve a imponer a la ilusión, y Mariano debe confesar un secreto que ocultaba cuidadosamente. ¿Cómo reaccionaría Isabel ante la revelación?
Isabel es otra vez víctima de la ira y del despecho. Al sentirse nuevamente defraudada, decide abandonarse al pecado de la indecencia, contra el que tanto había luchado.
Sin embargo, por segunda vez, Mariano la rescata. Demuestra qué clase de hombre es y cuánto vale, y sobre todo, demuestra cuánto se necesitan el uno al otro. Ya no los mueve el despecho, el orgullo, ni tampoco el desprecio. Ahora, luchan por lo más valioso y profundo: por amor.
Texto: Elisa Torres, Profesora y Licenciada en Letras. Ilustración: ACES.