3 minute read
Inteligencia emocional
POTENCIAL BIOLÓGICO
¿Qué tipo de temperamento tienes?
Los expertos afirman que la herencia genética influye hasta en un 60 % en la personalidad; eso significa que el 40 % restante se determina según el ambiente, el contexto en que vivimos, y por nuestras decisiones. La herencia es el proceso por el cual la información genética se transmite de padres a hijos. Por esto, los miembros de la misma familia tienden a tener características similares.
Ahora bien, ¿cómo influyen la herencia y la genética en el comportamiento humano? Los investigadores en genética de la conducta entienden que los factores hereditarios intervienen, y bastante, en muchas conductas complejas, incluyendo capacidades cognitivas, personalidad y psicopatologías (Coeficiente de Inteligencia, por ejemplo).
Pero, eso no significa que “somos lo que heredamos”, como muchas personas afirman. Esos factores genéticos hereditarios no dejan de ser “tendencias”, lo que indica que aun al tenerlas podemos extinguirlas o acentuarlas; pero eso depende del estilo de vida y los factores del entorno que experimentamos en cada etapa de nuestra vida. A esto llamo Potencial Genético, o Biológico.
Acentuar lo positivo es sabio, pero acentuar lo negativo es perjudicial no solo para nosotros, sino también para las personas con las que nos relacionamos, ya que podemos ser agentes tóxicos que crean círculos viciosos. Y esa no es la idea. Pero, mientras sigamos en esta Tierra, continuaremos en la lucha, como dice Pablo: “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí” (Rom. 7:19, 20).
De la misma manera, nosotros sabemos que, como seres humanos, tenemos herencias del pecado, las cuales se hacen notorias por medio de nuestra tendencia al mal y se ven representadas en nuestras equivocaciones. No debemos dejar de lado que Jesús, en su Palabra, nos ha dado una vida nueva que se pone de manifiesto cuando le entregamos nuestro corazón. A esto llamo: Potencial Espiritual.
Lo maravilloso de esa realidad es que nuestro cerebro, concebido por el maravilloso Creador, tiene la posibilidad de modificar su estado, gracias a su plasticidad neuronal.
Eso significa que, aun cuando hablamos de sentimientos, emociones o conductas negativas, siempre tenemos la posibilidad de aprovechar nuestra plasticidad neuronal para cambiar, mejorar, madurar y crecer. Y más aún cuando reconocemos que solos no podemos nada, pero permitimos al Espíritu Santo obrar en nosotros “el querer como el hacer por su buena voluntad” (Fil. 2:13).
Pero, para ello necesitamos aprender a conocernos, a autoevaluarnos, identificando nuestro temperamento, nuestras fortalezas y debilidades; o mejor dicho: nuestros desafíos. Hoy
POTENCIAL ESPIRITUAL
sabemos que existen cuatro tipos de temperamentos con sus fortalezas y desafíos. ¿Con cuál te identificas? Veamos:
TIPOS FORTALEZAS
Colérico
Voluntarioso, independiente, visionario, práctico, productivo, decidido, líder.
Flemático Tranquilo, confiable, objetivo, diplomático, eficaz, organizado, humorista.
Sanguíneo Expresivo, atento, amistoso, hablador, entusiasta, compasivo.
Melancólico Analítico, estratega, abnegado, trabajador, autodisciplinado.
DESAFÍOS
Frío y poco sensible, autosuficiente, impetuoso, dominante, rencoroso, sarcástico.
Sin motivación, egoísta, mezquino, indeciso, ansioso, a veces cobarde.
Indisciplinado, inestable, improductivo, egocéntrico, exagerado.
Variable, vengativo, susceptible, insociable, crítico, negativo.
Una vez que logres identificarte con al menos uno o dos tipos (es posible que puedas tener una combinación de otro temperamento), el siguiente paso es que potencies tus fortalezas y trabajes sobre tus desafíos.
Dice Pedro Morales Santizábal: “El estado emocional no debería dejarse a la deriva dependiendo del vaivén de las circunstancias. Estas no deben moldear las condiciones anímicas de las personas. Es cuestión de EDUCACIÓN, ENTRENAMIENTO y PREPARACIÓN. No son las diferentes situaciones que trae la vida las que determinan cómo le va a cada individuo. Es esencialmente lo que cada individuo DECIDE HACER frente a esas situaciones lo que marca la diferencia entre la FELICIDAD o la infelicidad; la VICTORIA o la derrota”.
Por eso, necesitamos aprender a buscar nuestra estabilidad emocional, y solo podemos conseguirlo con una constante comunión con Dios, como asegura Filipenses 4:19: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Otro texto para recordar es el que está en Lamentaciones 3:23: “Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana”.
Qué maravilloso es saber que cada día tenemos una nueva oportunidad de comenzar de nuevo y convertirnos en mejores personas, menos egoístas, más solidarias, más humanas, trabajando sobre nuestro potencial espiritual.
Melissa Rojas Romero, Lic. en Psicopedagogía y especialista en Trastornos del Neurodesarrollo. Escribe desde Asunción, Paraguay. @lic.melurojas