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Bitácora de viaje
HOY: LA ISLA DE SAN ANDRÉS
Conocida como la isla del mar de los siete colores, la Isla San Andrés está situada frente a Nicaragua, pero pertenece a Colombia. Aunque el idioma oficial es el español, los habitantes del lugar hablan el creol, una mezcla dialéctica entre el español, el inglés y dialectos africanos.
La mejor época para visitarla es durante la temporada seca, por eso decidí viajar en enero, desde el aeropuerto de Bogotá, la capital de Colombia. Para ingresar a la zona insular se debe pagar un impuesto de 30 dólares aproximadamente. El vuelo de Bogotá a la isla tiene una duración de dos horas y cuarto.
Con respecto al hospedaje, existe una gran oferta hotelera. En mi caso, me alojé en el hostel “El Viajero San Andrés”, que me dio una gran oportunidad de conocer personas de distintas partes del mundo y recorrer con ellos los atractivos turísticos.
Como la longitud de la isla es de apenas doce kilómetros, se la puede recorrer en unas tres horas, de dos maneras diferentes: contratando una bus o una camioneta con guía de habla hispana, o alquilar un carro de golf (para cuatro pasajeros) conducido por el propio turista, lo que permite disponer del tiempo a gusto. Con los compañeros de viaje que conocí en el hostel optamos por esta última opción. A pesar de ser una isla relativamente pequeña, tiene varios puntos turísticos:
• Visita a playas como la San Luis, Soun bay y Cocoplum, entre otras. Desde esta última playa se puede visitar un islote rocoso simplemente caminando. • Nadar en la piscina natural y visitar el parque ecoturístico que se encuentra frente a esta. • Divertirse en el hoyo soplador. Cuando hay marea alta se forma una fuente donde se puede tomar una ducha natural. • Visita al parque regional Johnny Cay enfrente de la playa del Centro de San Andrés.
Por último, una excursión que no debe faltar es la visita al acuario “natural”. Se accede con embarcaciones, y algunas agencias ofrecen tours para ver a las mantarrayas que viven cerca de la isla.
En una de las calles principales se encuentra la Iglesia Adventista, a la cual se puede asistir el sábado por la mañana. La feligresía es muy activa, hay clubes de Conquistadores y el Colegio Modelo Adventista San Andrés. El estar entre hermanos de una región tan distante, pero con la misma fe, me recordó el consejo del apóstol Pedro: “En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes” (1 Ped. 3:8).
Analía Giannini, docente de Ciencias Naturales, nutricionista, escritora y viajera incansable.