Recursos paisajisticos

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Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas José Vicente Cerveró Pozo Núria Cerveró Ferrer Iñaki Izaguirre Blasco

Ayuntamiento de Alcublas

ALCUBLAS ESCRIBE


Recursos paisajísticos del municipio de Alcublas

José Vicente Cerveró Pozo Núria Cerveró Ferrer Iñaki Izaguirre Blasco


© José Vicente Cerveró Pozo, Núria Cerveró Ferrer, Iñaki Izaguirre Blasco EDITA: Ayuntamiento de Alcublas COLECCIÓN ALCUBLAS ESCRIBE Depósito legal: Imprime: Diseño y maquetación: J. Blanco


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SALUDA DEL ALCALDE

na obra clásica entre la bibliografía de quienes desean bucear y profundizar en ese periplo emocionante por las tierras valencianas es la obra “Les observacións de Cavanilles, dos-cents anys desprès”, porque se describe en ella un panorama completo, detallista y al mismo tiempo muy amplio. Salvando las distancias, y aunque de manera muy modesta en este libro, ese ánimo es el que nos lleva a publicar esta edición sobre el paisaje de Alcublas, cuyo objetivo último no es otro que el de permitir a todos los lectores, vecinos o no de Alcublas, el disfrut del conocimiento de los lugares más emblemáticos de nuestro pueblo. No es, por supuesto, una sorpresa para nadie que pueda leer este trabajo, encontrar en él todos aquellos parajes que conocemos y apreciamos de nuestro municipio pero si permitirá, si se diera el caso, ofrecer al dichoso visitante de nuestras tierras un lugar donde asomarse, una fotografía instantánea que represente en un solo plano bidimensional la suma de todos los lugares de cierto interés para el invitado ocioso. Este trabajo es el fruto de la colaboración de muchos vecinos que, a través de su esfuerzo, han podido reflejar sus conocimientos del terreno y de los lugares más emblemáticos de Alcublas. Como se podrá entender en su lectura, no se ha pretendido desarrollar en esta publicación más allá de una exposición, eso sí suficientemente clara, de todos los elementos de cierto valor que podemos encontrar en nuestro pueblo, sin entrar en especificaciones técnicas que podrían llenar múltiples páginas y enturbiar el suave paseo que el lector puede disfrutar en el desarrollo de estas páginas. Josep Plá, el gran divulgador del paisaje ampurdanés en el que nació y vivió, dice: “Lo que diferencia al hombre del resto de los animales, aparte de la capacidad de pensar, es lo que disfruta del paisaje, es decir, de mirar al paisaje con mirada inteligente”. Ahora que la crisis económica detiene el golpe inmobiliario y especulativo en diferentes paisajes de nuestra geografía, es momento de replantearse el valor del paisaje y del medio ambiente e incentivar su protección y explorar las posibilidades que ofrece como yacimiento de empleo y desarrollo. Basta mirar por televisión cualquier documental de divulgación, o alguna carrera ciclista o atender a los viajes que comentamos coloquialmente, que los paisajes son “espejos en los que nos reflejamos todos y que condicionan por ello mismo nuestro carácter, que son tan valiosos para nuestra felicidad como la sanidad o la educación, aunque solamente sea porque inciden en nuestro ánimo como las condiciones de vida”. Es el espacio que compartimos, debemos cuidarlo y tenerlo muy en cuenta. Muchas personas, y sin duda la mayoría de Alcublas, lo consideramos fundamen-


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tal para nuestra realización vital. De diferente manera, pero con idéntico valor lo expresan la Sociedad de Cazadores, las asociaciones culturales y ecologistas como ACLA, Peña-ramiro, el Catxirulo, las Amas de casa, o la UDP, los jubilados, que además son la fuente de sabiduría necesaria para nutrirse de esos sentimientos locales. A todas las entidades y a las personas que las conforman les agradezco una vez más sus aportaciones para esta colección de publicaciones que ayudan a poner en valor todo nuestro patrimonio. Sin duda, la aportación y experiencia de los técnicos de Fitoval que se han encargado de este estudio ha sido muy valiosa. En especial al profesor y Doctor en Bellas Artes Ramón Gil Alcaide, también Montxo para nosotros, que nos ofrece en este libro un testimonio de enormes afectos a su pueblo, el nuestro, y que en su poesía nos hace sentirnos felices con recuerdos individuales y compartidos. Y a José Luis Matallín, que nos acerca ese tiempo en que Alcublas y Jérica estaban unidas en el tránsito entre Valencia y Aragón. “El hombre es un elemento más del paisaje, por más que les duela a muchos, determinante para su vida y para su sensibilidad”. Muchos historiadores concluyen que en España permanecimos ajenos al paisaje durante siglos. Quizá avergonzados de la pobreza o sequedad, comparados con el centro y norte de Europa, identificando lo verde con lo bello desde el punto de vista estético. Pero a partir del siglo XIX, escritores y pintores empiezan a describirlo como lo que verdaderamente es, introduciéndonos a todos en esa cultura; la manera de entendernos: “el gran espejo que nos refleja y conforma nuestra sensibilidad”. Asturias para Clarín, València para Blasco Ibañez, Castilla para Unamuno o Azorín, Madrid para Baroja, Galicia para Valle-Inclán, culminando con Machado como verdadero descubridor del sentido literario del paisaje entre nosotros y que consiguió darle la importancia que ya tenía en otras culturas. Unamuno dijo que “no hay paisajes feos, sino tristes”. Entonces la belleza la entendemos y la apreciamos siempre desde un estado de ánimo. Pues sirva este libro para elevar el ánimo de descubrir y compartir cada uno de los rincones de nuestro ámbito, término municipal y colindantes, hasta donde cada uno quiera y desee apreciar. Finalmente no quiero dejar de animar de nuevo, como es mi costumbre, a todas aquellas personas que quieran llevar a cabo cualquier tipo de actividad que, como en este caso, nos ayude a entender mejor y a respetar nuestra cultura y nuestro pueblo, como entes que nos unen y nos vertebran alrededor de un único y complejo ente común que conformamos con nuestras tierras y nuestros territorios. Gracias y felicidades a tod@s por este nuevo trabajo. MANUEL CIVERA SALVADOR ALCALDE DE ALCUBLAS


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PRÓLOGO

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Cuando caminamos, nos dirigimos naturalmente hacia los campos y los bosques: ¿qué sería de nosotros si sólo paseásemos por un jardín o una avenida? Thoreau

ecuerdo que hace muchos años, todavía yo estudiante de Bellas Artes, un compañero muy querido me dijo al final de un feliz día disfrutado en Alcublas: “Ahora te comprendo mucho mejor”. El no supo añadir nada más cuando yo le pregunté la razón, solamente que su sentimiento tenía que ver con los paisajes que yo le había mostrado: la vista desde El Alto al subir y un maravilloso atardecer en La Hoya al volver hacia Valencia. Mucho tiempo después, en una entrevista que me hizo mi amigo David M. Kowall, me descubrí afirmando por vez primera que había sido en los campos y los montes de Alcublas donde yo realmente fui creciendo como pintor. En ellos, mientras corría tras las perdices de la mano de José, asistí en vivo y en directo a los diálogos entre los espacios abiertos y la luz, me empapé en cuerpo y alma de formas, colores, texturas, de horizontes para soñar y para oler, de horas decantadas en un crisol terrenal y divino, hogar verdadero de mi despertar creador. Ahora, abandonada la caza hace años y con la distancia necesaria para no tener ya que desconfiar de mi imaginación, puedo rescatar y compartir la cosecha de regalos recibidos en mi encuentro con cerros y barrancos, cinglos y pinares, estrellas y mojones. Hoy, pueblan mi espacio interior con la misma intensa presencia que cuando los descubrí. Este libro quiere ser la presentación oficial en sociedad de todos los dones que se agitan plenos de vida entre las cuatro líneas caprichosas que delimitan nuestro término. Es un retrato muy formal consciente de que la suma de las partes nunca equivale a la totalidad, pero capaz de despertar atracción y respeto para que el conocimiento de los recursos no nos lleve sólo a la ambición. Es también una carta de navegar que nos invita a una deriva plácida, un plano del tesoro que nos sugiere cambiar la vara de medir por el bastón de caminante, el texto escrito por los espacios en blanco de la sorpresa y el descubrimiento. Es cierto que la belleza de nuestros paisajes no es espectacular en ninguno de sus atributos. No importa. Es en la intimidad de los pasos del que camina donde se revela y


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se expande la naturaleza, es la mirada de los ojos del alma lo que transforma espacio en lugar, inmensidad exterior en profundidad íntima. Cuando uno, esté donde esté, cierra los ojos y siente que puede recorrer palmo a palmo la orografía, el cuerpo amado de los montes que le han hecho feliz, entonces no echa en falta nada: ni arroyos, ni florestas, ni praderas. Disfruta así, no de la mirada lineal que impone la dirección, sino de esa percepción en redondo que pone en acción a todos los sentidos y que, definitivamente, es la vivencia que transforma la relación con el espacio que nos rodea. También es cierto que las gentes de Alcublas han creado, con una capacidad de trabajo inmensa, otro término que no figura en los mapas como tal y que anda disperso sobre todo por las lindes de Andilla, Liria y Altura. Tufaltabas, Mundonuevo, Gea, Santa, Torres, Las Veinticuatro, Pina o Las Cerveras son palabras preñadas de significados para cualquier alcublano. Allí, han ido moldeando el paisaje, labrándolo, ablandando la tierra casi casi con sus propias manos, han conocido cabos, clochas, sendas, rincones y cocotas con la misma necesaria precisión que puertas adentro de su propia casa. Quizás la ausencia lógica de éstos lugares y muchos otros, sea una ocasión preciosa para empezar a reconocer que al igual que la madre tierra no sabe de fronteras en el amor a todos sus hijos árboles, animales o seres humanos, todos nosotros unidos, políticos, ingenieros, labradores, turistas, visionarios, firmemos en el corazón un compromiso de cultivar, es decir, cuidar amorosa y pacientemente la VIDA en este hermoso planeta regalado, más allá de límites, ribazos y despachos. Fue un paraíso y hoy se apaga en nuestros brazos. Esta es la única certeza urgente.

RAMÓN GIL


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ANTIGUOS CAMINOS Y PAISAJE

ecorriendo el antiguo camino que une Alcublas con Jérica, me preguntaba cuanto habría cambiado el paisaje desde los tiempos en que Alcublas, antes de depender de la Cartuja de Valdecristo, dependía de Jérica. Caminando en silencio, pensé: estos deben de ser los mismos sonidos que escuchaban aquellas gentes, y seguro que muchos otros anteriormente (cuando Alcublas después de haber sido al-qibla y Jérica Sharíca), que allá por el siglo XIII transitaban estos caminos. El ruido de los pies caminando sobre la tierra. En realidad el paisaje sonoro no ha cambiado tanto, se escucha el mismo sonido de los animales, el mismo sonido que produce el viento entre las ramas de los árboles; puntualmente ha cambiado con el paso de algún vehículo. Seguramente, el paisaje visual si que ha cambiado bastante, la intervención del ser humano ha producido modificaciones de ciclo, que han desatado procesos de adaptación y reorganización del medio natural convirtiéndose en un mosaico paisajístico adaptado a la compartimentación topográfica. Las tierras roturadas, las repoblaciones de carrascales y pinares, y la vegetación de ribera en el Río Palencia es la muestra de ésta adaptación. El camino, posee cualidades que resaltan la riqueza natural, cultural o histórica de su entorno y permite disfrutar de esas características a quienes las transitan. Forma parte del paisaje y lo integra con los escenarios que se perciben desde sus recodos. Durante todo el recorrido, el paisaje, aunque se halla transformado, conserva un alto grado de naturalidad, por lo que conservarlo y facilitar su conocimiento, incide positivamente en el grado de bienestar humano y la calidad de vida, al mantener la relación del individuo con su entorno. Es un paisaje vivo, que, con Alcublas y Jérica asentadas en íntima y estrecha relación con él, no renuncian a un legítimo desarrollo y bienestar. Para conseguirlo, no ven en la conservación de su entorno un obstáculo, sino un aliado. Esta conservación está fundamentada tanto en valores naturales, estéticos, como históricos. Este y otros paisajes, han de ser considerados bienes dignos de ser conocidos y puestos al alcance de todos cuantos quieran visitarlos y recorrerlos. Sin duda, uno de los retos futuros, es conseguir el desarrollo partiendo de la conservación del entorno y del paisaje histórico.

JOSÉ LUIS MATALLÍN MARTÍNEZ


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ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN.................................................................................13 2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL PAISAJE DE ALCUBLAS................13 2.1. ALTITUD.....................................................................................14 2.2. PRINCIPALES TIPOS DE PAISAJES PRESENTES ........................15 3. DESCRIPCIÓN DE LOS PRINCIPALES RECURSOS NATURALES DEL MUNICIPIO................................................................16 3.1. VEGETACIÓN ..............................................................................16 3.1.1. Vegetación potencial. .........................................................17 3.1.2. Vegetación actual. ..............................................................18 3.1.2.1. Carrascales......................................................................19 3.1.2.2. Pinares ............................................................................19 3.1.2.3. Matorrales.......................................................................21 3.1.2.4. Cultivos............................................................................24 3.1.2.5. Zonas húmedas ...............................................................24 3.1.2.6. Usos sostenibles de la vegetación...................................25 3.2. FAUNA .......................................................................................26 3.2.1. Matorrales..........................................................................27 3.2.2. Pinares ...............................................................................28 3.2.3. Campos y cultivos ...............................................................29 3.2.4. Entorno urbanizado............................................................29 3.2.5. Ecosistemas acuáticos........................................................29 3.2.5.1. Anfibios .........................................................................30 3.2.5.2. Crustáceos.....................................................................34 3.3. PRINCIPALES PUNTOS CON VISTAS PANORÁMICAS ..................35 4. SENDEROS .......................................................................................37 5. ITINERARIOS ....................................................................................39 5.1. PARAJE natural municipal La Solana y barranco de Lucía........39 5.2. NAVAJOS ...................................................................................42 5.2.1. Importancia ecológica ........................................................42 5.2.2. Ubicación y descripción de los navajos..............................43 5.2.2.1. Navajos naturales............................................................43 5.2.2.2. Navajos artificiales. .............................................................46


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5.3. RUTA DE LOS MOLINOS-REFUGIO DEL AERÓDROMO ................49 5.4. CALERAS ...................................................................................51 5.5. RUTA PARQUES URBANOS ........................................................52 6. DESCRIPCIÓN DE LOS PRINCIPALES RECURSOS PATRIMONIALES...54 6.1. LOS MOLINOS ............................................................................54 6.2. EL ACUEDUCTO DE LA MENA.....................................................56 6.3. EL PUENTE DE LA RAMBLILLA .................................................56 6.4. LAS VÍAS PECUARIAS QUE ATRAVIESAN EL TÉRMINO ..............57 6.5. BANCALES DE PIEDRA EN SECO................................................58 6.6. LOS VENTISQUEROS ..................................................................59 6.6.1. Ventisquero. .......................................................................60 6.6.2. Ventisquero de Guillamón ..................................................61 6.6.3. Ventisquero de la Cueva Sabuquera. ..................................62 6.7. YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS ................................................64 6.8. EDIFICIOS SIGNIFICATIVOS EN EL NÚCLEO URBANO Y SUS COMPONENTES ......................................................................65 6.8.1. El edificio del Ayuntamiento y su escudo ...........................65 6.8.2. La Iglesia de San Antonio Abad ..........................................66 6.8.3. La Almazara .......................................................................66 6.8.4. Elementos singulares.........................................................68 6.8.4.1. Retablos religiosos........................................................68 6.8.4.2. Monolito del Rey Don Jaume I .......................................68 6.8.4.3. Cerrajería y guardarruedas distribuidos por todo el núcleo municipal ............................................................69 6.9. EDIFICIOS SIGNIFICATIVOS ALEJADOS DEL NÚCLEO URBANO..69 6.9.1. La Masía de las Dueñas ......................................................69 6.9.2. Ermita de San Agustín........................................................71 6.9.3. Ermita de Santa Bárbara....................................................71 6.9.4. Ermita de Santa Lucía ........................................................72 6.10. FUENTES .................................................................................72 6.10.1. La Fuente de San Agustín .................................................73 6.10.2. La Fuente de la Salud .......................................................74 6.10.3. La Fuente de San Isidro ....................................................75 6.10.4. La Fuente de la Cava.........................................................75 6.10.5. La Fuente de las Dueñas ..................................................89 6.11. ALJIBES...................................................................................77 7. METODOLOGÍA DE CONSERVACIÓN DE LOS RECURSOS....................79 8. AGRADECIMIENTOS ..........................................................................80


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1. INTRODUCCIÓN Todo aquello que ven nuestros ojos forma parte del paisaje y el paisaje que nos rodea es el resultado de la acción de multitud de elementos cuyo conjunto ha dejado una huella sobre nuestro entorno. Este conjunto de pisadas del pasado conforman un camino recorrido, un paso por estas tierras de otras gentes o de la acción de los elementos naturales que sumando fuerzas nos han dejado el medio que nos rodea tal y como podemos observarlo hoy. Podemos dividir los recursos paisajísticos en función del origen de su transformación, de forma que aquellos que han sido fruto de la acción humana sobre el medio son conocidos como recursos patrimoniales mientras que aquellos en los cuales no ha tenido una influencia directa son conocidos como recursos naturales. Los recursos patrimoniales nos introducen además en la historia de las personas o civilizaciones que habitaron estas tierras, transformando el medio ambiente con el objetivo último de la subsistencia, y que han influido notablemente en nuestra cultura constituyendo la base de nuestra identidad colectiva. En los recursos naturales podemos encontrar tanto las huellas de la acción de los elementos físicos que conformaron la morfología actual del terreno; como las especies, tanto vegetales como animales, que podemos encontrar ocupando el medio actualmente y que constituyen en sí mismos pequeñas joyas fruto de la evolución y de la adaptación natural. En este libro se pretende dar a conocer todos estos recursos, permitiendo así, plasmar el amplio conjunto de bienes paisajísticos con los cuales cuenta Alcublas y de los cuales todos sus habitantes deben estar orgullosos.

2. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DEL PAISAJE DE ALCUBLAS El concepto de paisaje engloba diversos significados que se transforman o cambian según las necesidades del que lo ve, cuándo lo ve y cómo lo ve. Técnicamente se identifica el paisaje como una superficie geográfica heterogénea, constituida por un grupo de ecosistemas que presentan imagen o apariencia semejante. Esta concepción ha proporcionado un entendimiento del paisaje como síntesis de interacción de los diversos componentes. De este modo, un paisaje es el resultado de la interacción de los componentes considerados, así como el registro acumulado de la evolución biofísica y de la historia de las culturas que nos precedieron a través del tiempo. Uno de los elementos que condiciona con mayor intensidad la diversidad de paisajes de Alcublas y su ubicación es la altitud, que ha propiciado el crecimiento agrícola o la ubicación de los asentamientos humanos en los lugares más favorables.


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Figura 1.Mapa de altitudes de Alcublas.

2.1. ALTITUD Alcublas es uno de los municipios con mayor altitud dentro de la comarca de la Serranía. Está integrado por materiales calcáreos de época jurásica, aunque la aparición de afloramientos de rocas blandas en el extremo oriental propicia la formación de valles, ocupados en su mayoría por cultivos de secano. Situándose por encima de los 900 metros sobre el nivel del mar se encuentra situado el monte La Solana que constituye la zona más elevada del término municipal donde se localiza el Alto de la Cumbre, a 1.125,9 m de altitud la mayor del término. En la geografía alcublana destaca el conocido como Altiplano de Alcublas hacia los términos de Liria y Altura, cuya altitud media supera los 800 metros. En éste despuntan las elevaciones de Los Molinos (904 m), junto al pueblo, el cerro Pedroso (878 m) y el Puntal del Navajo Royo (817,2 m), situado en la periferia oriental. El altiplano es de gran importancia para la población y para las actividades humanas de uso agrícola. Está formado por las siguientes subunidades enlazadas: por una parte desde el Prado hasta el Llano de la Balsilla; por otra La Hoya Civera, cuenca de la Rambla Primera, situada al este de Alcublas; y finalmente el área de La Hoya - La Cava al oeste, entre el cerro de los Molinos y la Rambla del Pozuelo (dentro del término municipal de Andilla).


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En la figura 1 se muestra la distribución de las diferentes altitudes presentes en el término municipal de Alcublas. Como se ha comentado anteriormente, esta característica ha condicionado la aparición de diferentes tipos de paisajes, limitados tanto por la facilidad de acceso como por las características y necesidades de las diferentes comunidades vegetales. Los diferentes tipos de paisaje se describen a continuación.

2.2. PRINCIPALES TIPOS DE PAISAJES PRESENTES A lo largo del término municipal de Alcublas se pueden encontrar diferentes tipos de paisajes, según la vegetación que en ellos se encuentra, la influencia del ser humano o la presencia de elementos paisajísticos entre otras variables. Atendiendo a estos criterios se diferencian básicamente tres clases de paisajes:

1. MONTE Y MATORRAL Se trata de aquellas zonas más inaccesibles debido a su orografía y por tanto menos antropizadas (menos transformadas por la acción del ser humano). En este paisaje predomina la presencia de masa vegetal en formaciones boscosas que en algunos casos ha sido reducida a matorral por el paso de incendios forestales. Las edificaciones e infraestructuras son mínimas en estos paisajes, quedando su acceso reducido mediante caminos rurales o vías forestales. La Calidad paisajística en estas zonas es muy alta, contando con la presencia de numerosos recursos paisajísticos tales como el Paraje Natural Municipal “La Solana y barranco de Lucía”, Navajos, especies de flora y fauna de especial interés, la Cueva Sabuquera, vistas panorámicas debido a la presencia de diversas cumbres, etc. Las zonas que quedan englobadas en este tipo de paisaje se encuentran situadas al noroeste, este y sur del término municipal de Alcublas,

2. CULTIVOS AGRÍCOLAS Este es uno de los paisajes más característicos dentro del municipio de Alcublas, englobado por la presencia de diferentes cultivos tradicionales entre los que destaca la vid, el almendro y el olivo, entre otros frutales de secano. Quizá uno de los recursos paisajísticos más valorados en estos paisajes son los bancales de piedra en seco, utilizados tradicionalmente para la plantación de estos cultivos. Estas zonas cultivadas se encuentran distribuidas de manera irregular a lo largo del término municipal de Alcublas. Son más abundantes en las proximidades al núcleo urbano y conforman una especie de mosaicos que otorgan una gran calidad paisajística por su heterogeneidad.


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3. NÚCLEO URBANO El núcleo urbano de Alcublas se encuentra situado al Este del término municipal. Contando con la presencia de innumerables recursos paisajísticos de carácter arquitectónico y patrimonial. Este paisaje está definido por la presencia de edificaciones, entramado de calles y elementos que reflejan la historia del municipio. Entre otros cabe destacar, la Casa Consistorial, la Almazara, el Acueducto de La Mena, el Lavadero y la Iglesia de San Antonio Abad.

3. DESCRIPCIÓN DE LOS PRINCIPALES RECURSOS NATURALES DEL MUNICIPIO Las especies animales y vegetales que ocupan los diversos paisajes que podemos encontrar en el municipio son fruto de la adaptación natural a estos entornos y definen por sí mismos el paisaje que los incluye. Este hecho tiene especial protagonismo en el caso de la comunidad vegetal, de manera que podemos definir las tres tipologías de paisaje incluidas en el apartado anterior en función de la vegetación que observamos.

3.1. VEGETACIÓN

Las diferentes especies vegetales se han ido adaptando a las condiciones ambientales que caracterizan cada paisaje (clima, tipo de suelo, altitud, insolación, etc.), ocupando estos lugares y conformando su paisaje típico. Pero las condiciones que explican la presencia de unas especies vegetales u otras sobre el terreno no dependen únicamente de factores ambientales “naturales”, ya que la acción humana sobre el terreno ha condicionado la existencia de las diferentes especies y ha provocado tanto su desaparición en algunos casos como su crecimiento y distribución en masa en otros. Este hecho se observa claramente en las zonas ocupadas por cultivos agrícolas, donde las diferentes plantaciones realizadas por los agricultores han provocado la sustitución de las especies en función de sus necesidades y donde antes había frutales o vid, ahora puede haber almendros o viceversa. El cambio en los cultivos significa igualmente un cambio en las prácticas culturales; de modo que la labranza de los cultivos, su poda, su abonado… se adaptan a cada especie y condicionan o determinan la aparición o desaparición de las denominadas plantas adventicias (popularmente “malas hierbas”) potenciando la aparición de unas o eliminando la presencia de otras. Podemos encontrar numerosos ejemplos de este tipo de adaptación en la que las especies se ven beneficiadas o perjudicadas por las


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diferentes actividades agrícolas: - Las especies que se multiplican por rizomas o bulbos como la juncia (Cyperus sp.), la grama (Cynodon dactylon) y la cañota (Sorghum halepense) se ven beneficiadas por el arado de los campos, de forma que mediante esta actividad se distribuyen sus partes subterráneas ocupando mayor lugar en el terreno, mientras que el control mediante el uso de herbicidas las perjudica considerablemente. - En un caso totalmente contrario algunas especies vegetales son más resistentes a los herbicidas que otras. En este caso destacan las del género Conyza que muestran una alta resistencia a los herbicidas más utilizados actualmente (glifosato). - En cuanto al abonado, las altas concentraciones de abonado nitrogenado favorecen el crecimiento de algunas especies frente a otras, como es el caso de las ortigas (Familia Urticáceas). No sólo la actividad agrícola tiene especial incidencia sobre el medio ambiente, también condiciona la existencia de las diferentes especies vegetales el desarrollo de otras actividades humanas como la minería o la extracción de leña (práctica que se ha reducido considerablemente) que alteran el medio para adaptarlo a las necesidades humanas. Del mismo modo, algunas de las consecuencias de la presencia antrópica son los vertederos (donde las especies más adaptadas a altas concentraciones de nitrógeno se ven beneficiadas) o los incendios (donde las zonas boscosas sufren una transformación radical, siendo substituidas las especies existentes por otras oportunistas y más adaptadas a este tipo de sucesos). Así pues, podemos hablar de las especies que deberían aparecer en el entorno de Alcublas si únicamente fueran condicionadas por los factores ambientales y denominar a esta vegetación como vegetación potencial.

3.1.1. Vegetación potencial. Según las condiciones climáticas y las características de los suelos presentes, la vegetación de la zona debe estar dominada por encinas o carrascas (Quercus rotundifolia), albergando del mismo modo algunas otras especies arbóreas como enebros (Juniperus oxycedrus), quejigos (Quercus faginea), alcornoques (Quercus suber), etc. En cuanto al sotobosque, predominan los arbustos poco densos como la coscoja (Quercus coccifera), el aladierno (Rhamnus alaternus) y el espino negro (Rhamnus lycioides) que ocupan el terreno cuando por cualquier motivo se degrada el carrascal (incendios, extracción excesiva de leña, transformaciones, etc.). Igualmente y en un escalafón inferior de degradación, podemos encontrar especies como el lentisco (Pistacia lentiscus) junto a otras especies herbáceas de menor porte como la aliaga (Ulex parviflorus), la salvia (Salvia lavandulifolia), rabo de gato (Sideritis incana), aliaga parda (Genista scorpius), aliaguilla (Genista mugronensis) y el espliego (Lavandula latifolia). Finalmente y como último estado de degradación encontramos los tomillares, que pueden ser muy diversos entre sí en cuanto a su composición florística. La tabla siguiente nos muestra los diferentes estados de degradación descritos que nos dan una idea de la calidad de la zona boscosa que estamos observando. Debemos tener en cuenta que estas no son las únicas especies, ni siquiera las más numerosas


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que pueden aparecer, sino que se consideran como representativas e indicadoras del estado de degradación y que pueden ser más o menos comunes dependiendo de la zona. Además, los nombres vulgares que se anotan son sólo ejemplos de cómo se pueden denominar estas especies, de modo que podemos observar nombres que no se corresponden con aquellos de uso habitual o especies totalmente diferentes (incluso de familias diversas) cuyo nombre vulgar es el mismo. Este es el caso de las especies Genista scorpius y Ulex parviflorus (esta última no aparece en el listado) que son denominadas vulgarmente como aliagas. Etapas de regresión / degradación Vegetación Nombre vulgar I. Bosque Carrasca Oreja de liebre II. Matorral denso

III. Matorral degradado

IV. Pastizales

Ruda de los prados Coscoja Espino negro Jazmín silvestre Retama Aliaga parda Tomillo macho Espliego Esparto Pasto Pasto

Nombre científico Quercus rotundifolia Bupleurum rigidum Teucrium pinnatifidum Thalictrum tuberosum Quercus coccifera Rhamnus lycioides Jasminum fruticans Retama sphaerocarpa Genista scorpius Teucrium capitatum Lavandula latifolia Helianthemum rubellum Stipa tenacissima Brachypodium ramosum Brachypodium distachyon

Tabla 1. Etapas de degradación.

Las especies características descritas hasta ahora han sufrido la actuación sobre el medio de las actividades humanas, obligándolas a amoldarse a las nuevas condiciones y provocando así una selección natural que ha dado como resultado la vegetación tal y como la conocemos hoy en día. Esta vegetación incluye tanto las especies que de manera natural deben ocupar el medio y que han conseguido adaptarse, como aquellas que han sido introducidas para beneficio humano o se han visto beneficiadas por determinada actividad humana.

3.1.2. Vegetación actual. Las principales formaciones vegetales que se pueden encontrar en el término municipal de Alcublas son los cultivos y el matorral, aunque también se presentan formaciones de pino carrasco (Pinus halepensis), pino laricio (Pinus nigra) y carrasca (Quercus ilex subsp. rotundifolia). La descripción de cada una de ellas se realiza con más detalle a continuación:


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3.1.2.1. Carrascales Aunque en el pasado los carrascales ocupaban grandes extensiones de tierra, hoy en día el ser humano ha reducido tanto su superficie que únicamente quedan ejemplares aislados o pequeños bosquetes refugiados en zonas, en general, de difícil acceso. Los incendios forestales ocurridos en el año 1.994 arrasaron gran parte de los carrascales municipales, estando éstos en la actualidad en proceso de regeneración, presentando numerosos rebrotes junto con abundantes especies colonizadoras. Los pocos carrascales existentes se localizan en umbrías protegidas, destacando entre ellos el localizado en una vaguada de La Solana. En las imágenes siguientes podemos observar algunos ejemplos de esta especie que podemos encontrar en la zona de La Solana. Entre las especies que conforman el estrato arbustivo destacan el romero (Rosmarinus officinalis) y la aliaga parda (Genista scorpius), así como la coscoja (Quercus coccifera), el aladierno (Rhamnus alaternus), el espino negro (Rhamnus lycioides), la salvia (Salvia lavandulifolia), el rabo de gato blanco (Sideritis incana), la aliaguilla (Genista mugronensis), el enebro de miera (Juniperus oxycedrus), la sabina negra (Juniperus phoenica), el espliego (Lavandula latifolia), la aliaga (Ulex parviflorus), los tomillos (Thymus sp), la siempreviva borde (Helichrysum stoechas), etc. Asimismo, las carrascas también pueden verse acompañadas por especies arbóreas tales como el pino carrasco y el pino laricio. El estrato herbáceo está dominado por el lastón (Brachypodium retusum), y algunas especies del género Festuca.

Imagen 1. Imágenes de carrasca (Quercus ilex subsp. rotundifolia)

3.1.2.2. Pinares Los pinares constituyen los bosques arbolados más ampliamente representados de todo el término de Alcublas. Su área de distribución resulta difícil de definir, debido a su gran utilización por las personas desde antiguo y las abundantes repoblaciones realizadas en la zona. Los principales pinares son los de pino carrasco (Pinus halepensis), aunque también aparecen de pino laricio (Pinus nigra).

Pinares de pino carrasco (Pinus halepensis) Además de potenciados por las repoblaciones, los pinares de carrasco aparecen en


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Alcublas de forma natural allí donde las condiciones del suelo y el relieve son más desfavorables para la carrasca. Ambas formaciones se mezclan sobre todo en las laderas abruptas donde el relieve genera un mosaico de situaciones. Este pino se sitúa entre los 400 y 1.200 metros de altitud, formando grandes y extensas masas continuas, sobre todo al sureste del término. Se presenta en estado maduro (con árboles de diámetro superior a 20 cm) en las inmediaciones de La Pedrosa, Junco, Sapero, Collado de Peralta, así como entre el matorral y los cultivos en Las Lomas y Los Hurones formando masas pequeñas. En las partidas de La Cueva Negra y la Hoya de Guerri aparecen en estado semi maduro (con árboles de diámetro inferior a 20 cm). Asimismo, cabe resaltar que en las zonas afectadas por los incendios, como en el Puntal del Navajo Royo, la regeneración natural es abundante. En el sotobosque existe una clara dominancia del matorral heliófilo (formado por especies que necesitan una importante iluminación para su desarrollo), encontrando como especies principales la aliaga, los tomillos y el romero. Junto a ellas se halla la jara (Cistus albidus), el cantueso o el tomillo borriquero (Lavandula stoechas), la coscoja, la aliaga parda, etc. y otras especies herbáceas como el fenal o el lastón o pasto (Brachipodyum retusum). Las especies más características que podemos encontrar en este tipo de formaciones se presentan a continuación: Nombre Científico Brachypodium retusum Eryngium campestre Genista scorpius Helichrysum stoechas Juniperus oxycedrus Juniperus phoenica Lavandula latifolia Pinus nigra Quercus coccifera Quercus ilex subsp rotundifolia Rhamnus alaternus Rhamnus lyciodes Rosmarinus officinalis Salvia lavandulifolia Thymus vulgaris Ulex parviflorus

Nombre Vulgar Lastón Cardo corredor Aliaga parda Siempreviva Enebro de miera Sabina negra Espliego Pino laricio Coscoja Carrasca Aladierno Espino negro Romero Salvia Tomillo Aliaga

Tabla 2. Vegetación representativa en los pinares de pino carrasco.

Pinares de pino laricio (Pinus nigra) En Alcublas existen pocas masas de pino laricio y constituyen comunidades aisladas y poco densas. Podemos encontrar algunos ejemplares formando bosquetes en Las Lomas y en la partida de La Seca, aunque en su mayor parte proceden de repobla-


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Imagen 2.Bosque de pino carrasco (Pinus halepensis)

ciones. En la partida de La Solana predomina, en las exposiciones de umbría no afectadas por los incendios, formando un estrato arbóreo abierto y disperso. En general, estas masas poseen un sotobosque dominado por romero, aliaga parda y tomillos, que habitualmente van acompañados por especies arbustivas como la estepa blanca, el enebro de miera, la coscoja, etc. Resulta interesante destacar la variabilidad de elementos florísticos que pueden incluir estos pinares, que responden a la complejidad geomorfológica de los terrenos sobre los que se sitúan y a la dispersión de las masas en pequeños bosquetes, de modo que se pueden encontrar especies tan diferentes como las siguientes: Nombre Científico Brachypodium retusum Cistus albidus Genista scorpius Helichrysum stoechas Juniperus oxycedrus Juniperus phoenica Lavandula latifolia Lavandula stoechas Pinus halepensis Quercus ilex subsp rotundifolia Rhamnus lyciodes Rosa canina Rosmarinus officinalis Salvia lavandulifolia Thymus vulgaris Ulex parviflorus

Nombre Vulgar Lastón Estepa blanca Aliaga parda Siempreviva borde Enebro de miera Sabina negra Espliego Tomillo borriquero Pino carrasco Carrasca Espino negro Rosa silvestre o escaramujo Romero Salvia Tomillo Aliaga

Tabla 3. Vegetación representativa en los pinares de pino laricio.

3.1.2.3. Matorrales En el término municipal de Alcublas existe una gran variedad de matorrales, en función del tipo de sustrato, su altitud y su grado de degradación.


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Al noroeste del término, el estrato arbustivo está dominado por tomillos, aliaga parda, romero y salvias (Salvia lavandulifolia, S. officinalis) a los que acompañan especies tales como el enebro de miera, sabina negra, distintos tipos de rosas, etc. En las zonas afectadas por los incendios o las que presentan mayor exposición de luz, el matorral está compuesto por romero, aliaga parda, esparraguera y jaras (Cistus sp.) principalmente, mientras que en zonas más sombreadas, donde existe una protección del arbolado presente, encontramos coscoja, espino negro, siempreviva, carrasca, manzanilla basta (Santolina chamaecyparissus), tomillo borriquero (Lavandula stoechas), etc. Este tipo de matorral se encuentra en casi todo el término municipal de Alcublas (como en el Alto de la Clocha de Roya, La Doctora, Las Dueñas, etc). A continuación se muestra una imagen del matorral presente en una de las zonas incendiadas, constituido principalmente por aliagas y arbolado de pequeño porte. Los pinos que vemos son los que resistieron el paso del fuego y darán paso a la diseminación de sus semillas actuando como árboles padre.

Imagen 3.Matorral presente en Alcublas.

La siguiente tabla muestra las especies características que podemos encontrar en las zonas matorral: Nombre Científico Brachypodium retusum Centaurea montana Erica multiflora Daphne gnidium Rubia peregrina Eryngium campestre Ulex parviflorus Satureja obovata Satureja cuneifolia Lavandula angustifolia Euphorbia sp.

Nombre Vulgar Lastón Centáurea montana Brezo Matapollo Rubia Cardo corredor Aliaga Ajedrea Ajedrea Salvia Euforbiáceas


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Phillyrea angustifolia Olea europea var. sylvestris Foeniculum vulgare Rhamnus alaternus Rhamnus lyciodes Genista scorpius Lavandula stoechas Helichrysum stoechas Juniperus sabina Juniperus oxycedrus Juniperus phoenica Lavandula latifolia Brachypodium sylvaticum Quercus ilex subsp rotundifolia Rosa sp Sedum sediforme Pistacea lentiscus Quercus coccifera Rosmarinus officinalis Santolina chamaecyparissus Salvia officinalis Salvia lavandulifolia Thymus vulgaris

Olivilla Acebuche Hinojo Aladierno Espino negro Aulaga parda Tomillo borriquero Siempreviva Sabina rastrera Enebro de miera Sabina negra Espliego Lastón de bosque Carrasca Rosa Hierba puntera Lentisco Coscoja Romero Manzanilla basta Salvia Salvia Tomillo

Tabla 4. Vegetación representativa en las zonas ocupadas por matorral.

Una de las especies representativas de estas formaciones vegetales es la manzanilla basta. Podemos encontrarla fácilmente en las zonas más degradadas constituyendo frondosos ejemplares de pequeñas altura (puede oscilar entre los 20 y 70 cm) tal y como podemos observar en la siguiente imagen:

Imagen 4.Manzanilla basta (Santolina chamaecyparissus)


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3.1.2.4. Cultivos En cuanto a los cultivos desarrollados en el municipio, el siguiente cuadro muestra las superficies dedicadas a cada uno de estos en el municipio de Alcublas en el año 2006. Cultivo CULTIVOS LEÑOSOS FRUTALES MANZANO MELOCOTONERO ALMENDRO NOGAL VIÑEDO OLIVAR OLIVAR DE A. PARA ACEITE

Secano (has) 925 681 11 4 664 2 245 3 3

Regadío (has) 36 0 0 0 0 0 36 0 0

Total (has) 961 681 11 4 664 2 281 3 3

Tabla 5. Superficies de cultivos presentes en el municipio.

El desarrollo de estos cultivos y la transformación progresiva de las tierras ocupadas por el bosque en zonas de labor mediante el abancalamiento ha modificado el perfil de la geografía alcublana dejándola tal y como la conocemos hoy en día. Este factor ha supuesto la alteración de grandes extensiones afectando a todos y cada uno de los lugares del municipio, de manera que incluso actualmente podemos encontrar en el lugar menos accesible un antiguo bancal abandonado. Estos bancales y los cultivos que en ellos se desarrollan constituyen por sí mismos registros directos de la memoria colectiva, la cual ha dejado su huella en el medio alterándolo y dejando este paisaje característico que todos podemos apreciar y disfrutar. Además, los cultivos que encontramos actualmente suponen zonas de gran importancia para la fauna existente que los emplea no sólo como zonas de alimentación (caso de los herbívoros), sino que también suponen excelentes lugares de caza para los depredadores y zonas de refugio para algunas especies (como ejemplo de ello en el refranero popular encontramos el conocido dicho de “cada muchuelo a su olivo” refiriéndose a que esta especie suele buscar refugio en este árbol cultivado).

3.1.2.5. Zonas húmedas Tras una observación superficial de todo el término municipal, una de las características que podría definir el entorno de Alcublas es la escasez de agua, o por lo menos la ausencia de un curso de agua permanente que atraviese el municipio. No obstante, aparecen distribuidas a los largo del municipio diversas zonas húmedas de pequeño tamaño que se alimentan de las aguas de lluvia y que son de gran importancia para la fauna. Estas zonas son conocidas en el municipio como Navajos (en el apartado 5.2. de este libro podemos encontrar información ampliada sobre su ubicación y características


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básicas) y presentan una vegetación acuática típica de estos hábitats formada por juncales de varias especies: Juncos articulatos y Juncus conglomeratus. A continuación podemos observar una imagen de la Balsa Pedrosa, Navajo que ha sido declarado “Reserva de fauna” por la Conselleria de Medio Ambiente junto con la “Balsa Silvestre” y “La Balsilla” dado que constituyen el refugio de especies de anfibios protegidos como el Gallipato (Pleurodeles waltl) y el sapo de espuelas (Pelobates cultripes) cuyas características se describen en el apartado 3.2. dedicado a la fauna.

Imagen 5. Juncales presentes en el Navajo La Balsa Pedrosa.

3.1.2.6. Usos sostenibles de la vegetación Una vez estudiadas las principales formaciones vegetales que podemos encontrar actualmente en el término municipal de Alcublas se puede concluir que la influencia humana en este término ha sido determinante a la hora de permitir la distribución de determinadas especies o la extinción de otras. En este sentido, podemos observar la pequeña superficie que ocupan los carrascales (que corresponderían de forma natural a la zona como vegetación potencial) frente a la ocupada por cultivos de secano y vegetación natural, que corresponde a etapas de degradación del carrascal; formadas por coscojares y otros matorrales heliófilos (necesitan áreas soleadas para su supervivencia) y algunas zonas de pinar que se salvaron del incendio de 1994. No obstante y a pesar de la enorme influencia humana sobre el medio, este conserva una gran diversidad de especies que constituyen una riqueza cuyas características son bien conocidas por los habitantes que tradicionalmente han hecho uso de ella con los fines más variados. En este campo podemos destacar las propiedades medicinales de multitud de especies vegetales que tradicionalmente han sido empleadas por la población, permitiendo un uso sostenible de estos recursos que se veían además beneficiados por la conservación llevada a cabo por los vecinos que conocían su importancia como fuentes de salud y respetaban y cuidaban su entorno. De este modo, podemos destacar entre otras las propiedades digestivas, anti-


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sépticas y expectorantes del tomillo; o las características antioxidantes del romero; o los preparados a base de Salvia o Espliego que disminuyen los efectos negativos producidos por dolores reumáticos o lumbares e incluso las cefaleas. Otro ejemplo es el escaramujo (fruto de la rosa silvestre) que suele ser de color rojo anaranjado. Este fruto es comestible, resultando una excelente fuente de Vitamina C y por su elevado contenido en taninos se emplea para combatir diarreas, preparándose una conserva como el dulce de membrillo que es muy buena para ello. En la imagen siguiente podemos observar este arbusto y sus frutos:

Imagen 6.Rosa silvestre o escaramujo (Rosa canina).

Existen por supuesto multitud de ejemplos de este tipo dentro de la vegetación existente en el municipio y su conocimiento ha sido transmitido a través de las generaciones constituyendo una riqueza propia vinculada al uso sostenible de los recursos naturales. En este caso, la población extraía de las plantas que constituían el medio las propiedades medicinales que le ayudaban a subsistir, y a cambio las conservaba y cuidaba por cuanto su salud dependía también de su supervivencia constituyendo de este modo un ejemplo de simbiosis entre el ser humano y el medio, de modo que ambos se veían beneficiados y el medio ambiente protegido. Esta simbiosis nos puede dar una idea de cómo el ser humano puede ser capaz de utilizar el medio ambiente en su propio beneficio y a la vez cuidarlo sin producir graves alteraciones sobre él, de manera que todas las especies que convivimos podamos sobrevivir garantizando un medio ambiente saludable para todos.

3.2. FAUNA

La diversidad de la cual disfruta el medio ambiente de Alcublas, unido a la escasa densidad de población son algunos de los factores que justifican la presencia de una rica y variada fauna a lo largo del término municipal.


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Dentro del municipio podemos encontrar los siguientes ecosistemas: matorrales, pinares, cultivos, entorno urbanizado y ecosistemas acuáticos; los cuales se caracterizan por unas condiciones físicas determinadas que condicionan la vegetación y las especies animales presentes. A continuación se citan algunas de las especies más características de estos ecosistemas:

3.2.1. Matorrales En este tipo de hábitat las aves que se pueden encontrar con mayor facilidad son la perdiz común (Alectoris rufa), la grajilla (Corvus monedula), la collalba negra (Oenanthe oenanthe), la collalba rubia (Oenanthe hispanica), el jilguero (Carduelis carduelis), el mirlo común (Turdus merula), distintos tordos (Turdus sp.), tarabillas (Saxicola sp.), currucas (Sylvia sp.) y escribanos (Emberiza sp.). Como rapaces se pueden mencionar el águila culebrera (Circaetus gallicus), el águila calzada (Hieraaetus pennatus) que nidifica en verano en la Península Ibérica, el águila perdicera (Hieraaetus fasciatus) y el búho real (Bubo bubo) que aunque precisen de bosques o roquedos para anidar, sus territorios de caza pueden ser zonas de matorral bajo. En cuanto a los mamíferos no aparece ninguno que se pueda asignar de manera clara a este hábitat, extendiéndose la mayoría de ellos por diversos hábitats. Aún así, se puede destacar la liebre (Lepus granatensis) y el conejo (Oryctolagus cuniculus), ambos de gran importancia por su aprovechamiento cinegético y porque constituyen la principal presa de muchos depredadores. Otros mamíferos son el erizo común (Erinaceus europaeus), la rata campestre (Rattus rattus), el ratón de campo (Sylvaemus sylvaticus) y el zorro (Vulpes vulpes). Como pequeños predadores carnívoros destacan la comadreja (Mustela nivalis), el turón (Mustela putorios), la garduña (Martes foina), el tejón (Meles meles) y la gineta (Genetta genetta).

Imagen 7. Erizo común (Erinaceus europaeus)


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En lo referente a reptiles cabría destacar la lagartija colilarga (Psammodromus algirus), la lagartija ibérica (Podarcis hispanica), el lagarto ocelado (Lacerta lepida), la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), la culebra de escalera (Elaphe scalaris) y la víbora hocicuda (Vipera latasti).

3.2.2. Pinares Están habitados por gran variedad de especies de aves, mamíferos y reptiles. Hay rapaces que preferentemente ubican sus nidos en las ramas de los pinos, como es el caso del águila culebrera (Circaetus gallicus), el águila calzada (Hieraaetus pennatus) y el ratonero común (Buteo buteo), que sin embargo buscan para cazar terrenos más abiertos. Las tórtolas (Streptopelia turtur) y la paloma torcaz (Columba palumbus) también están ligadas a este hábitat. El carbonero garrapinos (Parus ater) posee una tendencia natural a vivir en los bosques de coníferas, resultando el párido más abundante, aunque también se encuentran otros como el carbonero común (Parus major), el herrerillo común (Parus caeruleus), el herrerillo capuchino (Parus cristatus), y el agateador común (Certhia brachydactyla).Otra especie que nidifica en los pinares es el pito real (Picus viridis). Existen otras aves que también son frecuentes pero que utilizan diversos biotopos (ecosistemas) para nidificar como el mirlo común (Turdus merula), el papamoscas gris (Muscicapa striata), el verdecillo (Serinus serinus), etc. Las rapaces nocturnas están representadas por el autillo (Otus scops), el carabo común (Strix aluco) y el búho chico (Asio otus). La distribución de los mamíferos por biotopos (área de condiciones ambientales uniformes) resulta algo más complicada, pues la mayoría de ellos se extienden a lo largo de diversos ambientes, con sólo unas pocas especies que puedan asignarse de manera clara, a uno u otro. Así, los mamíferos cuya presencia es frecuente en los pinares, aunque utilizan otros biotopos, son el zorro (Vulpes vulpes), la ardilla común (Sciurus vulgaris) y el lirón careto (Eliomys quercinus).

Imagen 8. Ardilla común (Sciurus vulgaris).


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En cuanto a los reptiles también resulta un tanto complicada su distribución, ya que la mayoría de ellos no muestran preferencias ambientales muy marcadas. En este tipo de hábitat se podría observar principalmente a la culebra de herradura (Coluber hippocrepis) y a la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), así como varias especies de lagartijas.

3.2.3. Campos y cultivos Varias son las especies más representativas de estos parajes. Entre ellos destacan el mochuelo (Athene noctua), la tórtola (Streptopelia turtur), el cuco (Cuculus canorus), la abubilla (Upupa epops), el mirlo (Turdus merula), el verdecillo (Serinus serinus), el jilguero (Carduelis carduelis), el triguero (Miliaria calandra), el gorrión (Passer communis), el pinzón (Fringilla coelebs) y la urraca (Pica pica), todos ellos nidificantes. Entre las rapaces destaca en este hábitat el cernícalo común (Falco tinnuculus) con sus vuelos altos cerniéndose sobre sus presas que generalmente son insectos y pequeños roedores. Además muchas otras especies utilizan estos campos y cultivos como lugar de alimentación y reposo durante el invierno. Los mamíferos ligados a este biotopo, aunque también utilicen otros hábitats distintos, son el erizo común (Erinaceus europaeus), la musaraña común (Crocidura russula), la musarañita (Suncus etruscus), el topo común (Talpa europaea), la rata campestre (Rattus rattus), el ratón de campo (Sylvaemus sylvaticus), el topillo común (Pitymus duodecimcostatus), el topo ciego (Talpa caeca), la liebre (Lepus granatensis), el conejo (Oryctolagus cuniculus), así como distintas especies de murciélagos.

3.2.4. Entorno urbanizado Un buen número de especies se han adaptado perfectamente a convivir con las personas y aprovechar este medio en su propio beneficio, utilizando las construcciones como área de alimentación, como zona de reposo o, en su caso, como zona de nidificación. Entre las aves que se pueden encontrar como habituales están la lechuza (Tyto alba), y el gorrión común (Passer domesticus).

3.2.5. Ecosistemas acuáticos Además de las comunidades faunísticas nombradas anteriormente, cabe destacar la presencia a lo largo del término municipal de Alcublas de diferentes charcas y abrevaderos que llevan asociados un gran interés ecológico. Estos puntos de agua, denominados Navajos (cuya ubicación y características podemos observar en el punto 5.2. de este libro), se distribuyen a la largo de la geografía de Alcublas constituyendo el hábitat de diferentes especies de pequeños crustáceos y anfibios, entre las que se encuentran especies amenazadas según el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y según el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazadas.


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Entre estos Navajos, encontramos tres que han sido declarados “Reservas de fauna” según la “orden 17 de junio de 2009, de la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, por la que se declaran siete reservas de fauna en la Comunitat Valenciana”. Estos son: - Balsa Pedrosa - Balsa Silvestre - La Balsilla Las especies de anfibios protegidas que engloban estas reservas de fauna son: gallipato (Pleurodeles waltl) y sapo de espuelas (Pelobates cultripes) que se clasifican dentro del grupo de especies vulnerables (aquéllas que corren riesgo de pasar a las categorías de “sensibles a la alteración del hábitat” y/o “en peligro de extinción” en un futuro inmediato si los factores adversos que actúan sobre ellas no son corregidos); así como anfibios en general. En cuanto a los crustáceos, destaca especialmente la existencia en algunas de estas charcas de la especie “Triops cancriformis”, una de las especies más antiguas del planeta. A continuación se describen los anfibios que podemos encontrar en Alcublas.

3.2.5.1. Anfibios Los anfibios y reptiles españoles se encuentran actualmente muy amenazados (hasta un 30% de las especies de anfibios y un 23% de las de reptiles están en alguna categoría de amenaza). Las alteraciones de su hábitat natural, junto a los efectos del cambio climático son importantes factores de amenaza para estos grupos de vertebrados, por lo que el conocimiento de su existencia y su protección son de especial importancia para su supervivencia.

Gallipato (Pleurodeles waltl). Es el único urodelo (anfibio con cola) presente en la Comunitat Valenciana. Presenta una cola aplanada lateralmente y por lo general de igual o menor longitud que el resto del cuerpo, la cabeza también es aplanada con unos ojos muy pequeños. Es un animal de costumbres por lo general acuáticas, pudiendo pasar la mayor parte de su vida en dicho medio, del cual sale de noche o durante los días lluviosos. Destacan, a ambos lados del cuerpo, una hilera de tubérculos coloreados muy a menudo de color naranja, a través de los cuales pueden aflorar las costillas cuando el animal se encuentra en peligro, de ahí proviene su nombre común en valenciano “ofegabous” debido a que muchos toros y vacas se los tragaban accidentalmente cuando bebían en sus charcas y estos anfibios lo que hacían para defenderse era sacar sus costillas y ahogar al animal hasta que este lo escupiera. Se distribuye por la meseta castellano-leonesa, centro y sur peninsular excepto el extremo sudeste y también se encuentra en el sur de Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia. Especie propia de altitudes bajas, vive desde el nivel del mar hasta los 1.000 m de altitud, haciéndose rara por encima de esta altitud y alcanzando en algunos puntos los 1.400 m. En la siguiente figura se muestra su distribución, representada por los puntos verdes, a lo largo de la Península Ibérica.Sapo de espuelas (Pelobates cultripes).


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Figura 2. Distribución del Gallipato (Pleurodeles waltl). Fuente: Catálogo nacional de especies amenazadas. Ministerio de Medio Ambiente.

Destaca por sus enormes ojos. Posee costumbres crepusculares y nocturnas, así como un marcado carácter terrestre y suele habitar en lugares donde pueda enterrarse, en las proximidades de charcas o arroyos o terrenos con cierta humedad excavando hoyos de una profundidad comprendida entre 6 a 20 centímetros. Presenta un tamaño medio de 50 a 80 milímetros con mayor tamaño en las hembras que pueden alcanzar los 100 milímetros. Los machos presentan una glándula alargada de color amarillento en los antebrazos, más patente en época de celo. Se alimenta de insectos durante el periodo adulto y de vegetales durante el periodo larvario, así como de larvas de otras especies o larvas de menor tamaño de su propia especie. Los juveniles con un tamaño próximo a los 20-35 milímetros abandonan la vida acuática a los 4 o 5 meses sin haber reabsorbido totalmente la cola. Como comportamiento de defensa suele hincharse y emitir sonidos breves que recuerdan los chillidos de un gato. En la siguiente figura se muestra su distribución, representada por los puntos verdes, a lo largo de la Península Ibérica.

Figura 3. Distribución del Sapo de Espuelas (Pelobates cultripes). Fuente: Catálogo nacional de especies amenazadas. Ministerio de Medio ambiente.


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Sapo partero común (Alytes obstreticans). Su nombre se debe a la peculiar forma de reproducción, la cual consiste en que una vez realizada la fertilización externa de los huevos, la hembra los cede al macho. Éste los acumula y los sujeta a su parte posterior, enredándolos a sus patas traseras, llevándolos con él a todas partes, como si de una mochila se tratara, hasta que llegado el momento de eclosión, se introduce en el agua y con movimientos rítmicos de sus patas traseras va liberando las larvas. Es un animal nocturno, permanece durante el día oculto entre las piedras, hendiduras de las rocas o incluso en agujeros que él mismo excava en la tierra. Prefiere los sitios sombríos en las inmediaciones del agua pero no suele sumergirse en ella. Está incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, siendo una especie todavía frecuente en el norte de la Península Ibérica, sin embargo en el centro y sur resulta cada vez más escasa. A continuación se muestra una imagen que refleja su distribución representada por los puntos verdes.

Figura 4. Distribución del Sapo partero común (Alytes abstreticans). Fuente: Catálogo nacional de especies amenazadas. Ministerio de Medio Ambiente.

Sapo corredor (Bufo calamita). Presenta un cuerpo rechoncho y verrugoso. Los adultos miden 6-8 centímetros de longitud (raro 10 cm) y se distinguen del sapo común por una línea amarilla en la mitad de la espalda. Se suele desplazar mediante breves carreras y sus costumbres son nocturnas o crepusculares, siendo poco acuático fuera de la época de celo. Utiliza frecuentemente aguas temporales para la puesta, admitiendo temperaturas elevadas y obteniendo ventaja por la ausencia de predadores, con el riesgo de la posible desecación prematura. La puesta se compone de un cordón de huevos puesto


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directamente sobre el fondo con una longitud de 1 a 2 m y unos 3.000 a 4.000 huevos negros ordenados en dos hileras. Esta especie está ampliamente distribuida en Europa desde la Península Ibérica hasta Bielorrusia y el oeste de Ucrania. Está presente en el Reino Unido y el sureste de Irlanda, llegando al sur de Suecia, mientras que el borde sur corre al pie de los Alpes y el norte de Austria y Eslovaquia. Presente en la mayor parte de la Península Ibérica y en todas las provincias españolas, faltan citas en la región cantábrica y algunas áreas del interior tal y como podemos ver en la figura siguiente:

Figura 5. Distribución del Sapo corredor (Bufo calamita). Fuente: Catálogo nacional de especies amenazadas. Ministerio de Medio Ambiente.

Sapillo moteado (Pelodytes punctatus). Su aspecto es más parecido a una rana que a un sapo aunque se puede diferenciar de éstas por su pupila en posición más vertical y su piel granulosa. Su color puede ser muy variable, oscilando el fondo desde el pardo hasta el grisáceo o verdoso y mostrando manchas (estas sí casi siempre verdes) de disposición irregular. El tamaño es inferior a 5 cms. Su actividad se desarrolla generalmente en el ámbito crepuscular o nocturno, siendo poco acuático fuera de la época de celo, aunque su reproducción puede tener lugar casi en cualquier época del año, dependiendo de las circunstancias climáticas. Aparece fundamentalmente en zonas de suelo calizo (como es nuestro caso) o salino, pudiendo soportar altos índices de salinidad. Su área de distribución comprende gran parte de la Península Ibérica, Francia y noroeste de Italia. En España se distribuye por Castilla-León, Álava, La Rioja, Navarra, Aragón, Cataluña, Madrid (sureste), Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Murcia. A continuación se muestra una imagen que refleja su distribución representada por los puntos verdes.


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Figura 6. Distribución del Sapillo moteado (Pelodytes punctatus).Fuente: Catálogo nacional de especies amenazadas. Ministerio de Medio Ambiente.

Además de las especies descritas hasta ahora, en el término de Alcublas podemos encontrar también ejemplares de especies más comunes como el sapo común (Bufo bufo) y la rana común (Rana perezi). El sapo común se caracteriza por su gran tamaño (puede llegar hasta los 15 cm) y su piel muy rugosa, además de por sus glándulas que segregan una sustancia venenosa en caso de verse amenazados. Se distribuye por toda Europa y Asia, ocupando también toda la Península Ibérica. La rana común presenta un tamaño mediano (en torno a los 10 cm como máximo) y una coloración variable, aunque predominantemente verde con manchas negras. Se distribuye por toda la Península Ibérica y por el Sur de Francia. A continuación se describen los crustáceos más destacados que podemos observar en el municipio.

3.2.5.2. Crustáceos. Como se ha comentado al inicio de este apartado, dentro de los crustáceos existentes en las charcas o navajos de Alcublas cabe destacar la especie “Triops cancriformis”. Este pequeño crustáceo, de unos 10 cm de tamaño como máximo, tiene un ciclo de vida muy corto (apenas mes y medio) durante el cual completa su crecimiento y deja descendencia, hecho que le permite sobrevivir en aquellas lagunas semipermanentes que únicamente almacenan agua durante las épocas más favorables. Los huevos de esta especie permanecen enterrados hasta que eclosionan aprovechando la humedad de las primeras lluvias y a partir de ese momento los individuos se alimentan de todo cuanto encuentran, demostrando una gran voracidad. Esta especie ha permanecido alrededor de 220 millones de años sin sufrir variaciones en su forma, por lo que se trata posiblemente de la especie animal más antigua del planeta. Además de esta especie, podemos encontrar en Alcublas la única población ibérica del crustáceo “Isaura mayeti”. Este crustáceo africano aparece representado por algu-


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Imagen 9. “Triops cancriformis”. . Fuente. ACLA.

nas pequeñas poblaciones en las islas baleares pero únicamente se ha constatado su presencia en la Península Ibérica en Alcublas, hecho que nos da una idea de la importancia que tiene esta población a nivel zoológico.

3.3. PRINCIPALES PUNTOS CON VISTAS PANORÁMICAS Debido a la orografía presente en el término municipal de Alcublas, podemos encontrar diversas cumbres desde las cuales se puede disfrutar de agradables vistas panorámicas. Una de estas cumbres es la situada en la cima del Cerro de los Molinos, a 904 metros de altitud, a la cual se puede acceder a pie desde la ermita de Santa Lucía o en vehículo por el camino de la Balsilla. Desde esta cumbre se puede observar una bonita panorámica del núcleo urbano de Alcublas. Por otra parte, al sureste del término municipal se encuentra el Cerro Pedroso que

Imagen 9.Vista panorámica desde el Cerro de los Molinos.


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culmina en el Pico Pedroso de 878 metros de altitud, considerado otro de los puntos desde donde poder observar una bonita vista panorámica.

Imagen 10.Vista desde el Cerro Pedroso.

Por último, al noroeste está situada “La Cumbre” a 1.125,9 metros de altitud, ubicada dentro del Paraje Natural Municipal “La Solana y barranco de Lucía”, siendo la zona de mayor altitud de todo el término municipal y por tanto la que ofrece las mejores vistas del territorio. En está Cumbre existe un yacimiento correspondiente a la Edad de bronce, en el que se puede observar los restos de construcciones de un poblado. La imagen siguiente nos muestra la vista panorámica que podemos observar desde este punto.

Imagen 11.Vista desde la Cumbre.


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4. SENDEROS A lo largo del término municipal de Alcublas podemos encontrar multitud de senderos y caminos que han sido utilizados tradicionalmente en el transcurso de los tiempos para llevar a cabo las labores habituales de la población y que actualmente son recorridos por los viandantes en la práctica del senderismo. Dentro de éstos, existen en el municipio distintos tipos de senderos señalizados que tratan de evitar el tránsito por carreteras asfaltadas, y tienen como principal finalidad el disfrute de la naturaleza, del paisaje y el conocimiento cultural-natural de la zona. Podemos hallar dos tipos de senderos que discurren por este territorio: de gran recorrido (GR), de más de 50 km, señalizado con marcas rojas y blancas; y de pequeño recorrido (PR), entre 10-50 km, balizados con colores amarillos y blancos. En cuanto al primero, el Sendero de Gran Recorrido (GR) 10 atraviesa la parte norte del municipio en su etapa Sacañet-Cueva Santa, mientras que los segundos son el PRV 105 cuyo recorrido discurre desde la Cueva Sabuquera a los Molinos y el PR-V 176 que transita de Andilla a Alcublas.

GR 10

Este sendero, que atraviesa la parte norte del municipio, tiene una longitud total de 1.600 kilómetros y va desde la localidad mediterránea de Puçol hasta Lisboa, permitiendo así la unión entre los mares que limitan la Península y siendo denominado Sendero Europeo E7 del Atlántico al Mediterráneo. El recorrido comienza en Puçol, a orillas del mediterráneo, desde donde se adentra en la Sierra Calderona pasando por Segart, Serra y Gátova. Continúa por las últimas estribaciones de la sierra de Javalambre y desde Andilla asciende hasta el collado de Bardés donde el sendero continúa por tierras aragonesas hasta Arcos de las Salinas. La Longitud total de este sendero a lo largo de la Comunidad Valenciana es de 112 km (125 hasta Abejuela), de los que 74 km pertenecen a la provincia de Valencia y 38 km a la de Castellón.

PR-105

Este sendero de pequeño recorrido denominado “de la Sabuquera a los molinos” enlaza la Cueva Sabuquera (ubicada al noroeste del término municipal y enclavada dentro del paraje natural municipal “La Solana y barranco de Lucía”) con el Cerro de los Molinos al este del núcleo urbano. Su longitud total es de 7.1 km a lo largo de los cuales encontramos desniveles muy pronunciados que van desde los 850 metros en su cota más baja hasta los 1.100 metros en la más alta. El tramo del sendero PR-CV 105 que discurre por el Paraje Natural Municipal “La Solana y Barranco de Lucía” empieza en la Cueva Sabuquera, que se encuadra al noroeste del área que abarca el Paraje y a poca distancia de la carretera Alcublas-Sacañet CV-235, donde está señalizado el desvío que lleva al Paraje. El sendero continua por el Barranco Lucía en dirección oeste y gira hacia el sur en


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dirección a la ladera de La Solana, donde comienza a hacerse más estrecha alcanzando el collado del Pico de la Cumbre donde se alcanza el punto más alto del recorrido. Durante el descenso pueden reconocerse las carrilás o huellas de los carros en las rocas que alcanzan, en algunos casos, los 20 centímetros de profundidad. Este hecho indica la presencia de la antigua ruta de la nieve, donde ésta era transportada en carros desde el ventisquero hasta su lugar de venta. Las imágenes siguientes nos muestran las vistas que podemos encontrar en el transcurso de este recorrido, así como un detalle de las huellas dejadas por el paso de los carros sobre la piedra. Siguiendo el sendero nos encontraremos con sendas caleras (hornos de cal) que se encuentran en perfecto estado de conservación en los que se puede observar toda su estructura. Por último, el sendero a su paso por el Paraje natural, termina en la Balsa Silvestre donde podemos encontrar tanto vegetación como fauna de especial interés.

Imagen 12. Imágenes del transcurso del PR -105.

PR-176 Este sendero de pequeño recorrido denominado “de Andilla a Alcublas” une los núcleos urbanos de ambas poblaciones atravesando en su mayor parte el término de Andilla. La longitud total de este sendero es de 17.6 km durante los cuales se alcanzan desniveles cercanos a los 1.300 metros de altitud en la Peña Parda. En la figura siguiente podemos observar con más detalle los lugares por los cuales discurre este sendero.


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En el plano final que se adjunta podemos observar tanto el tramo del GR 10 que discurre por el municipio como el recorrido total de los dos PR descritos.

Figura 7. Recorrido del PR-V 176

5. ITINERARIOS A lo largo del término de Alcublas, podemos encontrar diferentes itinerarios que nos permitirán acceder y disfrutar de los numerosos elementos paisajísticos con los cuales cuenta el municipio. A continuación se enumeran y describen los itinerarios más representativos que podemos seguir.

5.1. PARAJE NATURAL MUNICIPAL: “LA SOLANA Y BARRANCO DE LUCÍA”

El Paraje natural municipal “La Solana y barranco de Lucía” ubicado en el Monte de Utilidad Pública que le da nombre, fue declarado Paraje Natural Municipal por Acuerdo del 20 de Enero de 2006 del Consell de la Generalitat.


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Este paraje cuenta con una superficie de de 371,40 ha, situadas al noroeste del término municipal y constituye una de las estribaciones meridionales del macizo de Javalambre, perteneciente al Sistema Ibérico. Tiene una cota máxima de 1.125,9 metros ubicada en La Cumbre (cuya ubicación podemos observar en el plano que se adjunta al final del documento) y geográficamente constituye el límite administrativo entre las provincias de Castellón y Valencia. Este monte constituye un elemento fundamental en la conformación del paisaje del entorno de la localidad de Alcublas. Su elevada altura y la fisionomía de la ladera de Solana, que recae hacia el núcleo urbano, hacen que atraiga el interés inmediato de cualquier observador que transite por la zona. En cuanto al valor patrimonial, en su ámbito territorial se encuentra el yacimiento de La Cumbre, perteneciente a la edad del bronce y el yacimiento ibérico del Corral de Capa (siglo II-I a.C.). En la Cueva Sabuquera se han encontrado restos datados en la Edad del Bronce y también restos de cerámica de época islámica. Como elementos de valor etnológico destacan los ventisqueros cuya función era la recogida de nieve y de los cuales se amplía la información en el apartado correspondiente. Las formaciones vegetales predominantes en el ámbito del paraje corresponden al matorral mediterráneo, al que se superpone una cobertura arbórea formada principalmente por pino carrasco y pino laricio, tal y como se ha descrito en el apartado 3.1. Destaca la comunidad vegetal existente en la charca denominada Balsa Silvestre, al pie de la ladera del monte de La Solana y descrita con mayor amplitud en el apartado 5.2. referente a los Navajos. La balsa mantiene la lámina de agua durante el verano y alrededor de ella se encuentra una interesante pradera de helechos y una formación de juncos.

Imagen 13. Imagen de la Balsa Silvestre.


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Imagen 14. Cueva Sabuquera

En cuanto a la fauna presente, se constata la presencia en la citada charca del gallipato, catalogado como vulnerable en la Comunidad Valenciana, así como del sapo de espuelas. Otras especies interesantes son el sapo partero común, el sapo corredor, la alondra y el erizo europeo. A continuación podemos observar una imagen de la Balsa Silvestre al final del verano, donde se puede apreciar que a pesar de transcurrir todo el periodo estival unido inevitablemente a la escasez de lluvias, todavía conserva un cierto nivel de agua. También es interesante la existencia en el Paraje de la Cueva Sabuquera. Se trata de una cavidad natural cuyo interés reside tanto en su naturaleza (geomorfológica), como por servir de refugio para la fauna. Su planta elipsoidal es de grandes proporciones, contando con un diámetro en dirección norte-sur de 32 metros y de 23 metros en dirección este-oeste, presentando una profundidad media de 10 metros. Debido a estas características antaño fue utilizada como ventisquero, motivo por el cual es notable la influencia del ser humano en la presencia de una bajada artificial a la cueva para poder acceder a la nieve mediante carros para su extracción. Del mismo modo se puede observar un muro de mampostería en seco que divide la cueva en dos partes iguales, de tal forma que una se utilizaba como ventisquero y la otra, probablemente, para guardar al ganado. Dentro de la vegetación que podemos encontrar en esta cueva, destaca por su frondosidad y tamaño la presencia de la liana flámula (Clematis flammula), especie vegetal de regiones templadas, que con su frondosidad cubre la cueva por completo. La liana flámula (Clematis flammula), también conocida como jazmín de monte, es una planta mediterránea distribuida por el sur de Europa. Su nombre proviene de las irritaciones que produce en la piel al frotarla así como por la sensación de quemaduras.


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Imagen 15. Detalle de la especie Clematis flammula.

Como se ha comentado en el apartado anterior referente a los senderos, la visita a este Paraje natural puede hacerse recorriendo el sendero PR-V 105 que comienza en la Cueva Sabuquera y atraviesa todo el paraje pasando por sus elementos más destacados, constituyendo además en sí mismo un elemento de especial interés vinculado al aprovechamiento de la nieve por cuanto esta senda era la utilizada para su transporte.

5.2. NAVAJOS Los Navajos son pequeñas charcas que se encuentran ubicadas generalmente en los puntos más bajos tanto en las zonas boscosas como en las cultivadas y que recogen las aguas de escorrentía producidas tras las lluvias. Su importancia paisajística deriva de la presencia del agua y de la vegetación asociada a ésta en lugares predominantemente secos, lo cual los hace destacar y ser punto además de abrevadero de multitud de especies animales (lo que posibilita su avistamiento).

5.2.1. Importancia ecológica El interés ecológico de estos lugares depende de los elementos que los constituyen,


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ya que pueden ser naturales y formados únicamente por tierras del lugar o artificiales y construidos de hormigón o arcillas externas. Los navajos naturales formados por tierras del lugar sustentan comunidades vegetales de gran valor ocupadas por especies adaptadas a este tipo de ecosistemas que constituyen un refugio perfecto para la fauna (principalmente anfibios) que depende de estos puntos para su subsistencia. Por este motivo tres de ellas han sido declaradas “Reservas de fauna” por la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda y una cuarta (El Prao) está siendo estudiada para su inclusión. Las “Reservas de fauna” son: - Balsa Pedrosa - Balsa Silvestre - La Balsilla Además de este valor, los navajos (tanto los artificiales como los naturales) constituyen puntos de agua donde acuden las diferentes especies animales a abrevar (ganado, fauna silvestre y cinegética). Pero el principal interés ecológico con el que cuentan los navajos naturales es que constituyen el hábitat de reproducción de diferentes especies de anfibios (algunas de las cuales se encuentran amenazadas según el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas y según el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazadas) por lo que la conservación de estos hábitats es fundamental para su supervivencia. Dentro de estas especies destacan el gallipato (Pleurodeles waltl) y el sapo de espuelas (Pelobates cultripes) cuyas características se han descrito en el apartado dedicado a la fauna.

5.2.2. Ubicación y descripción de los navajos 5.2.2.1. Navajos naturales Como se ha comentado, los navajos naturales constituyen ecosistemas acuáticos de gran valor, ya que sostienen pequeñas poblaciones de anfibios que sobreviven y dependen directamente de su existencia. Dentro del término podemos encontrar los siguientes: - Balsa Pedrosa - Balsa Silvestre - La Balsilla - El Prao - Navajo de la Mina - Navajo Royo Todos ellos presentan un acceso adecuado a través de la red de caminos del municipio y pueden visitarse sin mayor dificultad. No obstante, debe tenerse en cuenta que se trata de lugares que albergan especies protegidas cuyo hábitat debe de respetarse. Es necesario cumplir con la normativa de protección de estos puntos de agua, estando prohibidas las siguientes actuaciones: – Extracción de agua de la charca.


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Navajo la Pedrosa

Balsa Silvestre

U.T.M: X:0700501 Y:4405610

U.T.M: X:0697013 Y:4410581

La Balsilla

El Prao

U.T.M: X:0698455 Y:4409571

U.T.M: X:0699676 Y:4411297

Navajo de la Mina

Navajo Royo

U.T.M: X:0696115 Y:4409182

UTM

X: 0700598 Y: 4404602

Tabla 6. Navajos naturales.


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– Cualquier alteración del medio físico o de las comunidades biológicas. – Depósito o vertido de cualquier material orgánico o inorgánico. – Destrucción ó modificación de vallados, carteles u otras instalaciones. – Captura de ejemplares de fauna silvestre. – Introducción de fauna y flora. – Circulación de vehículos, excepto en los lugares habilitados para ello. La ubicación de estos navajos aparece en la figura 8, así como en el plano que se adjunta al final de esta publicación. En la tabla podemos observar imágenes de los navajos naturales que podemos encontrar en el municipio y su ubicación en coordenadas geográficas.

Figura 8. Ubicación de los navajos en el término municipal.


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Chupidilla

Casica Vieja

Cañada de los Charcos

Material: Hormigón U.T.M: X:0697467 Y:4413397

Material: Hormigón U.T.M: X: 0697929 Y: 4412576

Material: Hormigón. U.T.M: X: 0700698 Y: 4411505

Montanera. (o Fustero)

Barranco de Cañas

Hoya de Guerri

Material: Arcilla U.T.M: X: 0700797 Y: 4409621

Material: Arcilla U.T.M: X: 0700125 Y: 4409444

Material: Hormigón U.T.M: X: 0701331 Y: 4408774

El Junco II

El Junco I

Umbría Chocolate

Material: Arcilla U.T.M: X: 0700943 Y: 4408373

(o Collado Gabarda). Material: Hormigón U.T.M: X: 0701387 Y: 4405024

Material: Arcilla U.T.M: X: 0701600 Y: 4407918

Tabla 7. Navajos artificiales.

5.2.2.2. Navajos artificiales. La construcción de estos navajos ha sido llevada a cabo por la Sociedad de Cazadores de Alcublas en colaboración con el Ayuntamiento, con el objetivo de crear puntos de agua que permitan a la fauna silvestre beber en estos lugares, mejorando así sus condiciones de subsistencia y potenciando su cría natural. Estos lugares constituyen además puntos donde refrescarse para aquellos aficiona-


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dos al senderismo, que mejoran y facilitan el uso y disfrute de esta práctica deportiva. En su ubicación se ha tenido siempre en cuenta la inclinación del terreno circundante, de forma que se recogiera la mayor cantidad de aguas de escorrentía y evitara así en lo posible el rellenado de estos con el acarreo de agua externa. Su construcción se ha llevado a cabo habitualmente de hormigón, aunque también existen algunos de ellos que se han hecho de arcilla, colocando una lona impermeable además, para evitar infiltraciones. En la tabla siguiente podemos observar imágenes de los navajos artificiales construidos dentro del término, así como su material de construcción y su ubicación en coordenadas geográficas. Los nombres que se les adscriben dependen de su lugar de ubicación: La ubicación de estos navajos aparece en la figura 8, así como en el plano que se adjunta al final de esta publicación.

5.3. RUTA DE LOS MOLINOS-REFUGIO DEL AERÓDROMO Si hablamos de un elemento emblemático, que llame la atención de todos los visitantes de Alcublas, nos referimos sin duda a los molinos. La ruta que se propone, enlaza este icono, cargado de un alto valor patrimonial y social que representa el esfuerzo de las actividades llevadas a cabo por nuestros antepasados; con el aeródromo militar de Alcublas, construido durante la Guerra Civil Española (1936-1939) y que nos muestra la importancia estratégica de nuestro municipio en la historia más reciente del país, constituyendo así un paseo por

Figura 9. Ruta de los molinos-aeródromo.


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Imagen 16. Imagen del acueducto de la Mena desde el Cerro de los Molinos.

la historia del pueblo reflejada en las edificaciones que las diferentes generaciones han dejado a su paso. El itinerario parte de la Plaza de San Agustín, sin duda una de las más interesantes para la población alcublana, desde donde se puede observar la Fuente de San Agustín, construida durante los años 1615 y 1626 donde desemboca el conocido Acueducto de la Mena. Como podemos comprobar en la figura anterior, se dirige desde este punto hacia la montaña donde se vislumbran los dos molinos de Alcublas, del siglo XVII, cruzando primero por el puente de la Ramblilla construido en 1947, pudiendo observar durante el recorrido numerosos pajares de alto valor etnológico.

Imagen 17. Ventisquero


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Durante la ascensión nos encontraremos con la ermita de Santa Lucía, punto de especial interés cuyas características se definen con mayor amplitud en el apartado 6.9. Como se ha podido constatar en el punto 3.3, desde el cerro de los Molinos se observa una bonita panorámica del pueblo y su emplazamiento, contemplando además los dos molinos de viento de un alto valor patrimonial. Posteriormente comienza el descenso por un camino de gravilla que rodea la cumbre y traslada al caminante al otro lado de la montaña. Mientras se desciende se puede obtener una estupenda perspectiva del Acueducto de la Mena, con su recorrido serpenteante a los pies de las casa del pueblo, donde se pueden apreciar los diferentes contrafuertes a lo largo de su recorrido, tal y como podemos observar en la siguiente imagen. Continuando la ruta se llega al corral Blanco, desde donde se aprecia la carretera que sale de la población, pudiendo divisar la pared del Ventisquero, datado del siglo XVII. Dejando atrás el camino de tierra se llega a un camino asfaltado donde, a la derecha, se observan dos construcciones de corrales típicas del entorno alcublano. Sin dejar el camino asfaltado se atraviesa un badén y al subirlo se llega a la carretera, quedando únicamente 100 metros para divisar, a mano izquierda, las dos entradas al refugio y concluyendo así la ruta en el antiguo campo de aviación de Alcublas. En las siguientes imágenes se muestra una de las entradas al refugio. El aeródromo militar de Alcublas está situado en la carretera de Alcublas a Segorbe, distando tres kilómetros de la población y extendiéndose entre los kilómetros 20 y 21 de dicha carretera. Su construcción fue realizada en forma de T, con una primera pista que recorre paralela a la carretera CV-245 con una longitud de 800 metros y una anchura de 150 metros orientada en la dirección este-noroeste; la otra pista está en perpendicular a la anterior y cruza la carretera con una longitud de 1.235 metros y está orientada norte-sur.

Imagen 18. Entrada al Refugio del Aeródromo.


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La siguiente figura nos muestra la disposición en el plano de estas instalaciones.

Figura 10. Distribución del aeródromo militar de Alcublas.

Este Campo de Aviación se puso en funcionamiento a principios del año 1938 y constituye uno de los últimos aeródromos militares de la Valencia republicana. Su construcción tuvo lugar durante el otoño de 1937, formando parte del triángulo de acción que completaban los aeródromos de Villar del Arzobispo y Lliria. Su puesta en funcionamiento ocurrió durante el mes de enero de 1938, uno de los inviernos más fríos donde se alcanzaron temperaturas de 20 grados bajo cero. En el transcurso de la Batalla de Teruel, la aviación republicana contaba con una serie de aeródromos que respaldaban sus acciones bélicas y daban cobijo tras sus incursiones en las líneas enemigas, entre los cuales se encontraba el aeródromo de Alcublas. Durante ese tiempo el aeródromo alcublano se encontraba en pleno funcionamiento, cuando el martes 22 de febrero de 1938 recibió un severo castigo por parte de bombarderos nacionales que no dejaron despegar a dos de las escuadrillas de cazas que se encontraban en ese momento en el Campo de la Balsilla, produciéndose algunas bajas entre los pilotos al intentar estos despegar. Posteriormente, hay indicios de que el aeródromo de Alcublas seguiría en funcionamiento hasta el verano de 1938, cuando las tropas nacionales cercaban Valencia y la situación de lucha se hizo insostenible.


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5.4. CALERAS La cal constituía un elemento esencial para el desarrollo de las actividades del pueblo. En un principio formaba parte de la argamasa o mortero que junto con la arena se empleaba en todo tipo de construcciones, y posteriormente comenzó a usarse para el blanqueo de las casas y los corrales aprovechando así sus propiedades insecticidas y antisépticas que combatían eficazmente la aparición de pulgas y chinches. La calera u horno de cal era una especie de horno realizado en piedra seca donde se extraía la cal a partir de piedras calizas provenientes de las zonas cercanas (donde aparecen con facilidad) sometiendo estas piedras a un proceso de decocción y empleando para ello grandes cantidades de leña. Se trataba de construcciones circulares que constan de tres partes: la olla o zona excavada en la que se quemaba la leña, el cuerpo o superestructura en cuyo interior se colocaban las piedras calcáreas cuidadosamente, y un portillo o abertura en el muro que en muchas ocasiones iba acompañado de un "entradero" o pasillo. El proceso consistía en rellenar el horno con piedras calcáreas, dejando en la parte inferior un hueco u olla en la que introducir la leña para la cocción. La parte superior del horno y el portillo lateral por el que se introducían las piedras eran recubiertos, al igual que lo estaban las paredes interiores del horno, por una capa de piedras y arcilla, a fin de favorecer el efecto de cocción, quedando sin cubrir por la arcilla la boca para alimentar el fuego y una corona externa en la parte superior para facilitar la salida del humo, corona que se cubría casi totalmente a los dos o tres días de iniciada la cocción. En total el proceso duraba unos cinco días, y requería del trabajo de varios hombres para recoger, transportar y preparar las piedras y también la leña. Una vez concluida la cocción, las piedras ya estaban preparadas para ser molidas y empleadas tanto mezcladas con la arena a fin de obtener el mortero, como directamente en el encalado. En la actualidad se conservan los restos de varios de estos hornos de cal en los alrededores de la villa, uno cerca de la balsa de la Pedrosa, otro en el Colladillo, y tres más en las proximidades de la Balsa Silvestre, de estos últimos dos en muy buen estado de conservación. A continuación se muestran unas imágenes de la Calera del Colladillo.

Imagen 4. Calera del Colladillo


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La obtención de cal en los hornos no era una actividad continua, sino que sólo tenía lugar cuando los vecinos o la villa la necesitaban para obrar. En estos casos se recurría al sistema de "a tanda de villa" para obtener la mano de obra necesaria durante todo el proceso, siendo habitual que, o bien la villa se quedase la mitad de la cal obtenida y vendiese la otra mitad a los vecinos que la necesitasen, pagándose con los ingresos de esa venta los jornales empleados en la calera, o bien que se repartiese el gasto de los jornales entre los vecinos. Como se ha comentado, estas estructuras eran realizadas del mismo modo que los bancales en piedra seca, sin emplear ningún tipo de argamasa en su construcción, de modo que suponen igualmente un ejemplo de superación y explotación racional del medio por parte del ser humano al aprovechar al máximo los recursos de los cuales dispone, sin necesidad de aportes externos, y siendo respetuosos con el medio ambiente.

5.5. RUTA PARQUES URBANOS A lo largo del término municipal de Alcublas se encuentran diferentes puntos de interés paisajístico que suelen ser frecuentados por la población. La ruta de Parques Urbanos comunica estas zonas de forma que se promociona su uso y disfrute. Los puntos más destacados por los que se desarrolla dicha ruta son los siguientes: 1. La Ramblilla 2. Antigua depuradora 3. La Mena-El Puente 4. Ermita Santa Bárbara 5. San Agustín 6. Parque cementerio 7. Parque de las cruces 8. Parque de La Salud 9. El Pozo 10. Lavadero 11. Abrevadero La ruta bordea el núcleo urbano de Alcublas, empezando desde el Parque de La Ramblilla, al Sur del núcleo de población, y siguiendo por el camino que lleva su nombre hasta el Parque de la Antigua Depuradora. Dejando atrás la antigua depuradora y continuando por el mismo camino que bordea el Barranco del Chorrador (La Ramblilla) hasta llegar al Puente del Pozo Cervera por el que transcurre el camino de la Pedrosa, se llega al Acueducto de la Mena, donde se observa esta gran obra de ingeniería hidráulica, excepcional para la época, ya que está datada en el siglo XVII. La ruta continúa por el camino de la Vereda Real que discurre en paralelo al trazado de La Mena hasta llegar al Parque del Antiguo Depósito del Agua y Ermita de Santa Bárbara.


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A continuación por el camino de Balsa Silvestre se accede a la Ermita de San Agustín y al entorno del depósito actual de San Agustín y desde este punto en dirección Sur, hacia el núcleo urbano, se llega al Azagador del Cementerio, desde donde se toma un desvío a mano derecha, que nos permite acceder al parque del cementerio. Siguiendo el paseo por el camino del Azagador podemos llegar hasta el Parque de las Cruces y si continuamos por dicho camino, llegamos a su fin en el Parque de la Salud, donde se encuentra la fuente que le da nombre. Desde el Parque de la Salud tomamos el camino del Pozanco que nos lleva hasta El Pozo, El Lavadero y El Abrevadero de la Cava, finalizando consecutivamente en el Balsón. Para finalizar retrocedemos por el camino del Pozanco para coger la Carretera Estrecha que nos permite llegar al camino de las Moreras que a su vez nos devuelve al inicio del recorrido en el Parque de la Ramblilla. La imagen siguiente nos muestra la ubicación exacta de los parques que visita la ruta.

Figura 11. Ruta Parques Urbanos.


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6. DESCRIPCIÓN DE LOS PRINCIPALES RECURSOS PATRIMONIALES Una vez descritos los recursos naturales con los cuales cuenta Alcublas, acometemos la descripción de sus recursos patrimoniales, que constituyen huellas imborrables del paso por estas tierras de nuestros antepasados y memoria viva de sus actividades. Comenzamos este apartado con los molinos de viento que sin duda se erigen como uno de los iconos más característicos del municipio.

6.1. LOS MOLINOS La agricultura, al igual que la cultura y el desarrollo de las sociedades, avanza y se adapta a las necesidades humanas conforme éstas varían, de manera que los cultivos que en un tiempo ocupaban los terrenos de cultivo desaparecen por diversas causas y son sustituidos por otros que se consideran de mayor provecho en el momento en que se establecen. Así ha ocurrido y así ocurre actualmente en Alcublas, donde los terrenos que vemos cubiertos por almendros, vid u olivos fueron en su día ocupados por cereales de grano. Estos cereales, fundamentalmente trigo, permitían a las familias subsistir gracias a la elaboración propia de pan y otros alimentos básicos que constituían su dieta principal. De este modo, los molinos donde se procedía a la transformación del grano en harina eran piezas fundamentales en el desarrollo de los pueblos, ya que de ellos dependía la subsistencia de sus vecinos, y eran cuidados y respetados por este motivo.

Imagen 19. Perspectiva de los molinos


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Los dos molinos que todavía se conservan en Alcublas fueron construidos en el siglo XVII y están situados en el cerro de los Molinos, desde donde se disfrutan vistas panorámicas en todas sus vertientes y al cual podemos acceder a pie desde la ermita de Santa Lucía o en vehículo, por el camino de la Balsilla. En las imágenes podemos observar los molinos vistos desde dos vertientes diferentes. Los molinos de viento constituyen una estructura de forma cilíndrica, de tendencia ligeramente troncocónica, un poco más ancha que alta, que se levanta sobre la roca natural. Cada molino presenta dos puertas orientadas al Sur y al Oeste respectivamente y el principal material de construcción fue la piedra calcárea de la zona. Estos molinos han sido reconstruidos en la actualidad con muros de mampostería manteniendo su integración paisajística y se encuentran en su segunda fase de rehabilitación. En el Molino situado más al Sur se pretende demoler la cubierta existente y realizar una cubierta de madera en forma de pirámide vinculada a la instalación de la maquinaria, tal y como corresponde a este tipo de construcciones. En este tipo de molinos, la cubierta, las aspas y la propia maquinaria, formaban un conjunto integrado que podía girar sobre el eje del molino, lo que permitía que las aspas se orientaran al viento para aprovechar mejor los vientos dominantes en cada momento. En el Molino situado más al Norte, se pretende demoler la cubierta actual y realizar una nueva cubierta propia de un observatorio astronómico con vigas de madera laminada de forma que se pueden aprovechar las privilegiadas vistas del firmamento desde este punto y pueda constituir en su momento un lugar propicio para la visita de los aficionados a esta disciplina.

Imagen 20. Vista del Molino en estado actual.


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Esta cubierta dispondrá de los mecanismos que le permitan girar sobre el eje del molino y a la vez poderse abrir para tener la abertura necesaria para poder observar cualquier punto del firmamento.

6.2. EL ACUEDUCTO DE LA MENA

Este acueducto, finalizado en 1628, fue realizado con el fin de alimentar la Fuente de San Agustín con el manantial que podemos encontrar en la partida de Santa Bárbara. Su longitud es aproximadamente de 1 kilómetro y está elaborado con piedra cubierta por grandes losas de mármol de La Pedrera, formando una bóveda en su interior. En el tramo que queda a la vista (y que podemos observar en la imagen siguiente) se contemplan unos poderosos contrafuertes de piedra para compensar los empujes del agua y asumir la esbeltez horizontal del muro.

Imagen 21. Acueducto de La Mena.

6.3. EL PUENTE DE LA RAMBLILLA Este puente fue construido con los sillares de piedra de la antigua torre de la iglesia, que provenían a su vez de la cantera de La Pedrera, ubicándose en la confluencia de dos barrancos. Las dos canalizaciones inferiores que permiten el tránsito del agua se coronan con arcos de medio punto cuyo trasdós y estribos sobre los que se asientan están enfoscados. La imagen siguiente contempla las características de esta construcción.


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Imagen 22. Puente de la Ramblilla.

6.4. LAS VÍAS PECUARIAS QUE ATRAVIESAN EL TÉRMINO Las cañadas son antiguas rutas que cruzan la Meseta castellana y que permiten el paso de los ganados trashumantes que emigraban entre sus pastos de verano en las montañas del norte y centro de la Península (agostaderos) y sus pastos de invierno (invernaderos o "extremos") en los cálidos valles, dehesas y tierras bajas del sur y oeste del país. En su conjunto forman un completo sistema de caminos de distinta anchura, hasta un máximo de 70-100 metros (90 varas castellanas = 75,22 metros) en las cañadas reales, que conducen hacia el sur desde las principales sierras del país. Las rutas más estrechas y de menor rango se llaman cordeles, cuerdas y veredas; también hay que citar ciertos ensanchamientos donde el ganado solía detenerse al final de cada jornada conocidos como descansaderos. Todas ellas, en conjunto, reciben la denominación de vías pecuarias. En el término municipal de Alcublas se encuentran las siguientes vías pecuarias: DENOMINACIÓN Cañada Real de Zaragoza a Valencia Cordel de Aragón a Valencia Cordel de Segorbe Vereda de Aliagas Royas

LONGITUD(m) 8.500 3.000 5.900 9.500

ANCHURA(m) 75.22 37.61 37.61 20.85

Tabla 8. Vías pecuarias.

La figura siguiente nos muestra la ubicación de dichas vías pecuarias dentro del término municipal de Alcublas:


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Figura 12. Vías pecuarias.

6.5. BANCALES DE PIEDRA EN SECO La transformación de un medio ambiente adverso para obtener de él el máximo rendimiento obligó a nuestros antepasados a llevar a cabo espectaculares esfuerzos de trabajo manual que transformaron el entorno que les rodeaba dejándolo tal y como lo observamos en la actualidad. Uno de los procesos más laboriosos y que hoy en día aparecen como parte fundamental de nuestro paisaje son los bancales de piedra en seco, los cuales fueron elaborados pacientemente por los agricultores con el fin de evitar la escorrentía producida por las elevadas pendientes y permitiendo el cultivo en los lugares más insospechados. Estos bancales constituyen un ejemplo de la capacidad de transformación que el ser


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humano tiene sobre el medio y ejemplifican la dureza de los tiempos pasados y la capacidad de superación y habilidad de aquellos que habitaron estas tierras, así que son protegidos tanto por su valor patrimonial como paisajístico. Podemos observar estas estructuras a lo largo de toda la superficie del término, algunas de ellas ya perdidas y ocupadas por la vegetación espontánea y otras en mejor estado de conservación, tal y como podemos ver en la imagen siguiente.

Imagen 23. Bancales de piedra en seco.

Los bancales cumplen además una función ecológica de gran importancia, ya que limitan la escorrentía de las aguas en épocas de lluvia, de forma que se reduce enormemente la erosión provocada por estas y permite el mantenimiento del suelo y el crecimiento de las especies vegetales

6.6. LOS VENTISQUEROS Los ventisqueros eran lugares situados en zonas frías donde se acumulaba la nieve y el hielo que se empleaban para la conservación de los alimentos en épocas más calurosas. Su particular diseño y ubicación permitía la acumulación de la nieve de forma natural, empujada por el viento que formaba torbellinos. El proceso de almacenamiento de la nieve en los ventisqueros comenzaba cuando tenían lugar las nevadas, la nieve era transportada en mulas hasta el ventisquero donde se almacenaba y se cubría de paja para su mejor conservación. Este tipo de depósitos no presentaba cubierta y estaba construido de piedra en seco empleando los materiales que aparecían en la zona.


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En el término de Alcublas encontramos varios ejemplos de estas estructuras que aparecen en el Catálogo de Bienes Etnológicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural Valenciano: - Ventisquero. - Ventisquero de Guillamón. - Ventisquero de la Cueva Sabuquera. Estos tres ventisqueros se integraban en el conjunto conocido como de la Bellida, cuyo núcleo central se ubicaba en Sacañet, que constituía la despensa de nieve para las cercanas comarcas de l’Horta, Camp de Morvedre, Camp de Túria y El Alto Palancia.

6.6.1. Ventisquero. Este ventisquero, conocido por el mismo nombre o también como Ventisquero de la Villa, está ubicado justo al lado de la carretera C-244 que une Alcublas con Segorbe, a un kilómetro y medio aproximadamente de la zona urbanizada. El depósito se encuentra en la margen derecha del Barranco Tejerías donde aparecen multitud de cultivos junto a la carretera. Su planta es circular aunque algo irregular, así que los diámetros oscilan entre 15.5 y 14.2 metros dependiendo de donde tomemos la medida y el muro que lo rodea completamente tiene un ancho que va desde los 1.3 hasta los 2.2 metros. Se estima que su capacidad máxima era de 425.000 litros de nieve, a la cual se accedía mediante una abertura de acceso orientada al norte de 1.7 metros, junto a la que podemos encontrar un rampa que permitía el acceso a la parte superior del muro y desde donde se descargaba la nieve cuando el depósito estaba medio lleno. A continuación podemos observar el estado actual de este ventisquero que ha sido ocupado por la vegetación natural del terreno, así como un croquis de sus características básicas.

Imagen 24. Ventisquero.


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Figura 13. Croquis del ventisquero. Fuente: Conselleria de Cultura i Esport.

6.6.2. Ventisquero de Guillamón Para acceder a este ventisquero se sigue la carretera de Sacañet y, dejando a la derecha la Fuente de las Dueñas, se avanza hasta unos 700 metros antes del límite provincial, desde donde sale un camino que recorre el Barranco de Lucía y nos acerca a este Ventisquero. En este camino aparecen muestras de la actividad pasada de esta estructura producida por el paso de los carros, los cuales dejaron su huella en forma de carriles o rodaduras que llegan desde la carretera hasta el propio ventisquero.


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Este depósito se encuentra en la vertiente Noreste de la Majada de la Vaca, cuya máxima altitud es de 1.083 metros sobre el nivel del mar, en una zona de inclinación suave cubierta de monte bajo y pinos. Se trata de un ventisquero muy rudimentario pero de grandes dimensiones (se pueden estimar en torno a 750-780 m3), que presenta una forma aproximadamente circular con unos 20 metros de diámetro y que no contaba con pozo excavado, quedando determinado por unos muros que en su época de uso apenas tenían de 2 a 2.5 metros de altura. Dado su estado de conservación actual (que podemos observar en la imagen adjunta), no se puede diferenciar prácticamente del resto de la vertiente y no se pueden observar oberturas de acceso, con las cuales sin duda contaría para permitir el acceso de los carros de transporte.

Imagen 24. Ventisquero de Guillamón.

Imagen 25. Ventisquero de la Cueva Sabuquera.

6.6.3. Ventisquero de la Cueva Sabuquera. Este Ventisquero se encuentra dentro de la Cueva Sabuquera, cuya ubicación ya se ha comentado en apartados anteriores, y su construcción se llevó a cabo aprovechando dicha cavidad natural preexistente, construyendo un muro que cerraba el extremo sur de la misma. El espacio delimitado por las paredes naturales de la cavidad y el muro tiene una forma elipsoidal y ocupa una superficie de 11 metros en sentido N-S y 14 metros en sentido E-W. El muro tiene una anchura aproximada de 2 metros y una altura de entre 2 y 2.5 metros La forma natural de la cueva crea un vuelo de unos 2.5 metros que, unido a su orientación norte, daba cobijo al depósito. Su acceso se lleva a cabo por una bajada natural ubicada en la parte sur de la cueva,


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que fue mejorada por el uso, y que permite el acceso directamente al interior del depósito. Junto a esta bajada podemos observar un canal inclinado hacia el interior de la cueva que presenta una pequeña acanaladura en su fondo y que posiblemente se empleara para facilitar la extracción de la nieve dentro de alguna rudimentaria vagoneta o contenedor. La acanaladura serviría de guía para la vagoneta o para facilitar el paso de las cuerdas de tracción. A continuación podemos observar el estado actual de este ventisquero que ha sido ocupado por la vegetación natural del terreno, así como un croquis de sus características básicas.

Figura 14. Croquis del ventisquero de la Cueva Sabuquera. Fuente: Conselleria de Cultura i Esport.


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6.7. YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS Alcublas cuenta con los siguientes yacimientos arqueológicos catalogados por la Conselleria de Cultura i Esport en función de su tipología: YACIMIENTO Arenales Casales Cerro de la rodena Cerro de los molinos Cerro pedroso Clocha roya Corral de capa Cueva de la dotora Cueva sabuquera El frontón La cumbre La pedrosa Las dueñas Las lomas Las rozas Lindonero Llano de la balsa Loma de ruejo Los arenales I Los arenales II Los casales Masía de las dueñas Palancia Puerta Solimán

TIPOLOGÍA Indeterminado Indeterminado Poblado Poblado Poblado. Cerro refugio Poblado Poblado Cueva vivienda Poblado Poblado Poblado Poblado Indeterminado Poblado Taller de sílex Poblado Indeterminado Poblado Villa Indeterminado Poblado Establecimiento rústico Poblado Poblado Poblado

Tabla 9. Yacimientos arqueológicos del término de Alcublas. Fuente: Conselleria de Cultura i Esport.

En estos yacimientos se ha podido constatar la presencia de asentamientos en la zona de diversas culturas y épocas desde la Edad de Bronce, hasta muestras de las culturas Ibérica y Romana, así como de la época medieval y de la cultura islámica.


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6.8. EDIFICIOS SIGNIFICATIVOS EN EL NÚCLEO URBANO Y SUS COMPONENTES A lo largo del núcleo urbano de Alcublas están presentes numerosos edificios y construcciones que forman parte de la historia del pueblo alcublano y que por tanto son valorados como un recurso paisajístico de alto valor patrimonial.

6.8.1. El edificio del Ayuntamiento y su escudo El edificio del Ayuntamiento de Alcublas data del Siglo XVII y consta de planta baja y dos pisos, siendo la fachada de mampostería lucida en liso. La puerta principal presenta un recercado de piedra procedente de la cantera alcublana, antiguamente explotada, rematada con arco de medio punto y el segundo piso comprende dos balcones con cerrajería dispuestos simétricamente. En el interior del edificio destaca el arco de medio punto, situado a la izquierda de la entrada, y la escalinata de mármol alcublano. El edificio esta situado en la calle Mayor Nº 4, dentro del núcleo urbano de Alcublas, siendo esta calle la vía más antigua de la población, por donde se accedía al centro. Actualmente se esta llevando a cabo un proyecto de rehabilitación del inmueble para adecuarlo a las necesidades actuales así como para resolver problemas de humedades presentes. En la fachada de la antigua la Casa Consistorial figura un escudo tallado en piedra donde se puede observar el año de su creación, 1603.

Imagen 26.Escudo del Ayuntamiento


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6.8.2. La Iglesia de San Antonio Abad La Iglesia parroquial de San Antonio Abad, situada en la Plaza de la Iglesia, ha sufrido diversas obras de ampliación y reconstrucción a lo largo de su prolongada historia. Su parte más antigua data del siglo XIII cuando se trataba de un edificio de pequeñas dimensiones, estando asentada la torre en la actual sacristía. En el siglo XVII se construyó una nueva Iglesia más grande, adosada a la antigua. También en el mismo siglo, y en vista de que la antigua torre y la cúpula de la sacristía amenazaban ruina, se emprenden las obras para levantar una nueva torre. En 1917, sufrió un aparatoso incendio que destruyó parte de la techumbre, el retablo del altar mayor, el órgano, coro y altares laterales. El 22 de Mayo de 1946, la torre del siglo XVII, se desplomó, pues el incendio mencionado y una chispa eléctrica habían dañado seriamente su estructura. La actual torre se construyó con posterioridad, terminándose en el año 1952. La Sacristía fue el primer oratorio, su origen fue románico (data del siglo XIII). A partir de ella se creó una nave que corresponde a la nave lateral actual. Durante el siglo XVI se ampliaría con la nave central y el altar mayor, principalmente por las necesidades que se crearon con el aumento de la población. Originariamente constaba de una sola planta de gran altura. En 1988 comenzaron las obras para conseguir dos alturas más; fue entonces cuando se descubrieron las pinturas murales que han quedado expuestas en el altar: - “La Crucifixión”. Pintura mural al fresco que data del siglo XIII. - “Vida y milagros de San Antonio Abad”. Pintura mural al temple correspondiente al siglo XV. En uno de los muros del interior, dentro de una hornacina, se encuentra una imagen de San Antonio Abad perteneciente al Siglo XVII, tallada en madera, estofada y dorada. Originariamente se encontraba ubicada en la fachada principal, en el exterior, pero para evitar el deterioro de la misma se trasladó al interior de Iglesia, sustituyéndola por una imagen idéntica de piedra.

6.8.3. La Almazara Al igual que sucedía en el caso de los molinos, las almazaras constituían piezas fundamentales en la estructura social del municipio, por cuanto eran imprescindibles para llevar a cabo la transformación de la materia prima (en este caso la oliva) en el preciado aceite empleado tanto para cocinar en las casas como para su venta. En el municipio podíamos encontrar diversas de estas instalaciones que los vecinos empleaban para la producción de aceite. Una de ellas, ubicada en la calle San Agustín, se encuentra en perfecto estado de conservación y constituye un ejemplo perfecto de cómo se procedía en estos casos y del esfuerzo que era necesario emplear para la elaboración del preciado líquido. En las imágenes siguientes podemos observar los diferentes elementos que constituían el proceso y su buen estado de conservación actual así como una imagen de la fachada del edificio.


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Imagen 27. Exterior de La Almazara

Imagen 28. Interior de La Almazara


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6.8.4. Elementos singulares Ubicados dentro de los límites establecidos del núcleo urbano, podemos encontrar en Alcublas diferentes elementos de gran valor que forman parte tanto del patrimonio religioso como del patrimonio civil.

6.8.4.1. Retablos religiosos. Se trata de imágenes religiosas distribuidas por la población, fabricadas a base de azulejos cerámicos. A continuación señalamos estas imágenes y su emplazamiento: - Retablo cerámico de la Virgen de la Salud. Glorieta Carretera del Villar. - Retablo cerámico de la Virgen de los Desamparados. Calle Mayor, 27. - Retablo cerámico Virgen de los Desamparados. Calle Virgen Desamparados, 37. - Retablo Cerámico de la Virgen del Pilar. Calle Virgen del Pilar, 17. - Retablo cerámico de las almas del Purgatorio. Calle Virgen Desamparados, 37. - Retablo cerámico de San Agustín. Plaza de San Agustín. - Retablo cerámico de San Isidro Labrador. Calle San José Nº 2. - Retablo cerámico de San José. Calle Víctor Albalat Mortes Nº 52. - Retablo cerámico de San José. Calle Mayor Nº 6. - Retablo cerámico de San José. Calle Villar del Arzobispo Nº 10. - Retablo cerámico de San Miguel Arcángel. Calle Víctor Albalat Mortes Nº 42. - Retablo cerámico de San Pascual Bailón. Calle San Pascual Nº 8. - Retablo cerámico de San Roque. Calle Virgen de la Salud Nº 4. - Retablo cerámico de San Vicente Ferrer. Plaza de la Cruz Nº 3.

6.8.4.2. Monolito del Rey Don Jaume I Este monumento del Siglo XX representa la donación de la Virgen de la Salud a los alcublanos por parte del Rey Jaume I. Está construido con mampostería careada (únicamente labrada por la parte que da al exterior) y la piedra constituyente procede de la cantera alcublana. Queda decorada, como en otras construcciones del municipio, con pintura blanca sobre las juntas para destacar sobre la piedra oscura de la cantera. Está situado en el camino de acceso a Villar del Arzobispo y Andilla, frente al parque de La Salud. Imagen 29. Monolito Jaume I.


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6.8.4.3. Cerrajería y guardarruedas distribuidos por todo el núcleo municipal Los “guarda ruedas” eran elementos fabricados en piedra, procedente generalmente de la cantera de “La Pedrera”, que se situaban en las esquinas de las calles de mayor paso y cuyo propósito era proteger las ruedas de los carros. En cuanto a la cerrajería, existen elementos aislados reseñables que forman parte de las fachadas y que son mayoritariamente de hierro negro fundido o hueco y calado. Un ejemplo es el balcón de hierro forjado situado en la Calle Mayor Nº 9 y que se muestra en la siguiente imagen.

Imagen 30. Balcón de hierro forjado. Calle Mayor, 9.

6.9. EDIFICIOS SIGNIFICATIVOS ALEJADOS DEL NÚCLEO URBANO Podemos encontrar diferentes edificaciones más o menos alejadas del núcleo urbano cuyo interés patrimonial y paisajístico es necesario destacar.

6.9.1. La Masía de las Dueñas Esta antigua masía, ubicada en torno al kilómetro 5 de la carretera de Alcublas a Sacañet, está rodeada actualmente de campos de cultivo y de una pequeña zona de bosque mediterráneo y constituye un lugar de notable valor paisajístico debido tanto al tamaño y características de la construcción como a la zona que la rodea, donde podemos observar diferentes especies características como los enebros y las sabinas. El edificio está compuesto por dos plantas construidas con muros de mampostería


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Imagen 31. Masía de las Dueñas.

vista y forjados de viguetas de madera. Las esquinas, jambas y dinteles son de piedra de sillería y la cubierta es de teja árabe. La puerta de entrada es en arco de medio punto, y en la clave (pieza central que cierra el arco) se encuentra el escudo de la Cartuja y la fecha de construcción en 1598.

Imagen 32. Ermita de San Agustín.


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6.9.2. Ermita de San Agustín Esta ermita está ubicada a la salida del núcleo urbano por la carretera que une Alcublas con Segorbe y fue construida en agradecimiento al hallazgo del manantial de agua de San Agustín. Está construida con muro de piedra de mampostería que anteriormente estuvo enlucido con cal y la cubierta es de teja árabe curva, de seis faldones curvados que concurren en un vértice común. La puerta es de madera con dintel curvilíneo y una pequeña ventana con cerrajería que permite ver el altar de la ermita desde el exterior.

6.9.3. Ermita de Santa Bárbara Del mismo modo que la Ermita de San agustín, la Ermita de Santa Bárbara se encuentra en la Carretera que une Alcublas con Segorbe, muy cercana a ésta y al núcleo urbano. Forma una construcción de ocho metros de longitud, con un solo altar dedicado a la mártir Santa Bárbara y está construida con mampostería careada cuyas piezas se unen entre sí con mortero de cemento. Su cubierta la forman cuatro faldones de teja árabe concurrentes en un vértice común, tratándose de una cubierta de pabellón. La puerta de acceso es de madera con dintel curvilíneo y su pequeña ventana, protegida con cerrajería, permite ver el altar desde el exterior.

Imagen 33. Ermita de Santa Bárbara.


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6.9.4. Ermita de Santa Lucía

Imagen 34. Ermita de Santa Lucía.

Esta ermita se encuentra en el conocido como “Camino del Colladillo” a apenas un kilómetro de distancia del núcleo urbano, sobre una explanada de cierta altitud desde la cual podemos disfrutar de una buena vista del municipio. Se trata de una construcción de pequeñas dimensiones constituida por cuatro muros de mampostería enlucida con cal, cuya cubierta está formada por cuatro faldones de teja curva árabe que concurren en un mismo vértice. La puerta es de madera pintada, a la cual se accede por dos peldaños semicirculares cuyo diámetro coincide con el ancho de la fachada y de la puerta respectivamente. El pequeño hueco de la puerta, protegido con cerrajería, permite ver el altar desde el exterior.

6.10. FUENTES Las fuentes suponen lugares de alto valor ya que, además de su incuestionable función como proveedores de agua, concentran en sí mismas varias características destacables: Son lugares de alto valor social, ya que constituyen puntos de encuentro de la población que a lo largo de la historia las ha protegido y cuidado por el bien que constituyen en sí mismas. Son lugares de importancia patrimonial, ya que a su alrededor se han construido edificaciones o lugares de cierto interés. Son lugares de importancia medio ambiental, por ser afluentes de agua naturales que alimentan pequeños cursos donde tanto la fauna como la vegetación aledaña pueden desarrollarse. Son lugares de cierto interés paisajístico por suponer habitualmente la aparición de una pequeña lámina de agua en zonas áridas. A continuación se describen algunas de las fuentes más destacables que podemos encontrar en el municipio de Alcublas.


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6.10.1. La Fuente de San Agustín La fuente de San Agustín fue construida durante los años 1615 y 1626 y es en esta fuente donde desembocaba el conocido Acueducto de la Mena. Está construida sobre un muro de mampostería donde aparece adosada la fuente en estilo clásico con piedra de mármol de la cantera de la Pedrera. Sobre la fuente, en una hornacina, se encuentra la imagen de San Agustín sobre ladrillo cerámico. En su entorno podemos encontrar la plaza de San Agustín que conserva los abrevaderos donde bebían los animales y un lavadero tradicional del mismo nombre cuya bancada para lavar estaba cubierta con losas de piedra de rodeno (durante su reconstrucción se salvaron algunas de estas losas, cubriendo el resto de piezas prefabricadas de granito con hendiduras para facilitar el lavado). Perimetralmente a los lavaderos se forman unos solanares con cubiertas a un agua, con correas y vigas de madera que apoyan sobre pilares de mampostería y mortero de cemento y que quedan cubiertos con teja árabe. En las imágenes siguientes podemos observar tanto la fuente como el abrevadero y el lavadero.

Imagen 35. Fuente y abrevadero de San Agustín


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Imagen 36. Lavadero de San Agustín

6.10.2. La Fuente de la Salud Esta fuente está ubicada fuera del casco urbano en un parque con una pinada justo a la salida del municipio por la carretera que se dirige a Villar del Arzobispo y Andilla. El mobiliario del parque lo constituyen antiguas piezas de los molinos de las almazaras de piedra de rodeno, constituyendo un entorno muy agradable para el recreo, con mobiliario formando bancos y mesas redondas. En las imágenes siguientes podemos observar tanto la fuente como su entorno.

Imagen 37. Fuente de la Salud.


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6.10.3. La Fuente de San Isidro Esta fuente fue construida con el mármol de La Pedrera, quedando decorada con llagas y tendeles (capa de mortero de relleno) pintados en blanco, cuya coloración contrasta con el negro de la piedra de la cantera alcublana. La construcción queda dividida en tres partes con una forma escalonada y coronada con una cubierta de cuatro faldones con teja curva árabe. La imagen siguiente nos muestra el estado actual de dicha fuente. Imagen 38. Fuente de San Isidro.

6.10.4. La Fuente de la Cava Esta fuente era una de las dos fuentes que abastecían la población. Se encuentra construida sobre un muro de mampostería totalmente encalada de la cual surge un único caño que alimenta un lavadero aledaño que también era abastecido por un pozo del mismo nombre. Este pozo está constituido por una construcción subterránea en parte en la cual la parte exterior está formada por dos muros de mampostería rematados superiormente con techo abovedado como prolongación de los muros. Además de estas edificaciones, podemos encontrar una balsa, construida de mampostería ordinaria, que recogía el sobrante de la Fuente de la Cava y que durante tiempo se utilizó para múltiples usos, como almacenar agua, bañarse e incluso para obtener esencias del espliego y que es conocida como el balsón. A continuación podemos observar diferentes imágenes de los diferentes elementos que constituyen la Fuente de la Cava y sus aledaños.

6.10.5. La Fuente de las Dueñas Esta fuente está situada en la orilla de la carretera que abastece a la masía del mismo nombre y de la cual ya hemos hablado en apartados anteriores. Está realizada en mampostería y rodeada de un entorno donde predominan los campos de cultivo de almendras y vid y el bosque mediterráneo autóctono con encinas, sabinas y enebros.


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Imagen 39. Izda. Entrada al Pozo de la Cava. Dcha. Fuente de la Cava.

Imagen 40. Izda. Lavadero de la Cava. Dcha. Balsón.

Imagen 41. Fuente de las Dueñas.


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6.11. ALJIBES Los aljibes (el palabro que se emplea en Alcublas para denominar estos aljibes es “Jipe”) son depósitos que recogen las aguas procedentes de la lluvia aprovechando la escorrentía provocada por el desnivel del terreno. Estos depósitos, de origen árabe, permitían el acceso al agua a los pastores o agricultores que la necesitaban, siendo de este modo muy valorados por éstos que se preocupaban de su conservación y mantenimiento. Su creación y cuidado tenían un doble sentido para el pueblo musulmán, por una parte cumplían una función práctica al suministrar agua en los lugares donde ésta no era accesible y por otra acarreaban un simbolismo de gran importancia ya que para este pueblo el agua es el origen de la vida y suministrar agua a los seres vivos es considerado una generosa limosna. En Alcublas podemos encontrar multitud de estas estructuras distribuidas por todo el término, aunque se encuentran en un deteriorado estado de conservación debido al desuso que estos elementos han sufrido, fruto de la evolución y transformación de los medios de transporte que permiten el acarreo de agua a cualquier punto del territorio. Este deterioro hace que en ocasiones sea muy dificultosa su localización, ya que el crecimiento de la vegetación natural y la degradación de sus estructuras han provocado derrumbes parciales, quedando así sus elementos sepultados por materiales vegetales o restos constructivos. En el término municipal de Alcublas podemos encontrar los siguientes aljibes o “jipes”: 1. La “Jipe” del corral de Roberto Cabrero. 2. La “Jipe” de Podadera. 3. La Pedrosa: la “Jipe” de Enrique Blanco Morro. 4. La “Jipe” de Lázaro. 5. La Pedrosa (navajito Morca). 6. La “Jipe” del tío Luis Sacañet. 7. La “Jipe” de Jesús Rey. 8. La “Jipe” de los Capas. 9. La “Jipe” del tío Blas Cervoja. 10. La “Jipe” de Zapatero. 11. La “Jipe” de Mosén Pedro o Mos san Pedro. 12. La “Jipe” del Colladillo. 13. La “Jipe” del corral de Chato Vitorino. 14. La “Jipe” de los Molinos. 15. La “Jipe” de Corral Blanco. 16. La “Jipe” de las Lomas. 17. La “Jipe” del corral de los Mangarros. 18. La “Jipe” de Inata. 19. La “Jipe” de Aliagas Royas. 20. La “Jipe” de Jaime Santolaria o de Rodenas.


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21. La “Jipe” de Taudor, Cañá de Puerta. 22. La “Jipe” del corral de Borregueros. 23. La “Jipe” del navajo Teresa. 24. La “jipe” del corral de la Seca Miguela. 25. Pozo o “Jipe” de la Chupidilla. 26. La “Jipe” de Jaco. 27. La “Jipe” de las Cañadillas. 28. La “jipe” del corral de Froilan. La Pedrera. 29. La Fuente de las Dueñas. 30. El Chariz de Cañas. 31. La “Jipe” del Mas de Rica o Mar de Rica.

Figura 15. Ubicación de los aljibes en Alcublas.


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7. METODOLOGÍA DE CONSERVACIÓN DE LOS RECURSOS El desarrollo de la vida humana no puede entenderse sin el entorno que la rodea y su protección y cuidado parten de las pequeñas acciones que todos podemos llevar a cabo. El reciclado y el correcto uso de los diferentes medios para la gestión de los residuos son un método sencillo y práctico de contribuir a mejorar y cuidar el medio ambiente que implica poco esfuerzo y del cual se obtienen grandes resultados. Desde estas líneas queremos animar a todos a colaborar en la protección del medio ambiente, utilizando los medios de que disponemos y depositando los residuos en su lugar correcto con el objetivo final de dejar un Mundo, por lo menos, tal y como lo hemos conocido. Para ello y después de observar en los capítulos anteriores los abundantes recursos paisajísticos (tanto naturales como patrimoniales) con los que cuenta el municipio de Alcublas, queremos hacer hincapié en este punto en la necesidad de protección de éstos y en las diferentes formas y actuaciones que, como habitantes o visitantes del pueblo podemos llevar a cabo para conservarlos y garantizar su supervivencia. El respeto por estos bienes, que en sí mismos constituyen la riqueza y representación tanto del pasado, como del presente y del futuro del pueblo, pasa por su uso y disfrute respetuosos (evitando dejar huella de nuestra visita) y el seguimiento de una serie de recomendaciones básicas a seguir en nuestra vida diaria. Los recursos patrimoniales son el reflejo de la historia del pueblo y nos muestran el pasado que ha dejado su huella tanto sobre nuestro carácter como sobre el paisaje que nos rodea. Para su adecuada conservación, debemos evitar dañarlos durante nuestras visitas, evitando dejar desperdicios en sus alrededores y, por supuesto, evitando agredir su integridad mediante pinturas o golpes. Los recursos naturales poseen una característica fundamental que los hace mucho más vulnerables a las acciones humanas y es que la superficie que ocupan es mucho mayor, apareciendo en la totalidad de los lugares habitados, por lo que cualquier acción puede afectar gravemente su estabilidad y ocasionar graves consecuencias para su supervivencia. El ser humano forma parte de un sistema que se interrelaciona con multitud de vínculos con todas las especies que habitan su entorno, compartiendo todas ellas el mismo medio físico. Las actividades de todos los seres vivos afectan a este medio y especialmente las humanas, por encontrarse nuestra especie en el más alto escalafón de la pirámide evolutiva. Podemos llegar a pensar que las acciones que repercuten negativamente sobre el medio ambiente son exclusivamente las relativas a grandes obras, infraestructuras, grandes vertidos contaminantes, emisión de gases por industrias, etc. sin recaer en que son nuestras acciones individuales las que provocan repercusiones más graves sobre el medio, ya que las entidades públicas no tienen capacidad para controlar estas


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acciones y son sólo nuestra conciencia y nuestro conocimiento los que nos pueden guiar a la hora de actuar adecuadamente. De este modo todos podemos pensar en los graves problemas ocasionados por quemas agrícolas incontroladas, en las que la acción de un individuo mal informado o con una insuficiente conciencia ambiental ha provocado un incendio devastador que ha arrasado multitud de hectáreas dejando el medio ambiente (incluidos los cultivos) totalmente destrozado. Pero no son sólo estas acciones más llamativas las que pueden provocar daños sobre el medio ambiente. El uso incorrecto de los medios de recogida de residuos o del agua pueden ocasionar también graves consecuencias, de modo que el seguimiento y utilización adecuadas de los medios de que disponemos nos permite alcanzar, en nuestra vida diaria, el objetivo último de la protección y conservación de todo aquello que nos rodea.

8. AGRADECIMIENTOS Desde estas líneas queremos agradecer la colaboración de todas aquellas personas que han participado de forma directa o indirecta, en la redacción o elaboración de los materiales que aparecen en esta publicación y disculparnos, ya de antemano, ante posibles olvidos o menciones incorrectas. La redacción de este estudio no hubiese podido llevarse a cabo sin su participación y colaboración. Queremos hacer especial mención a: Salvador Muñoz Mañes (Presidente de la Sociedad de Cazadores Alcublas), por su especial colaboración en el apartado relativo a los Navajos; a Francisco Teruel Navarrete, por su continua colaboración en general y especialmente en aquellos temas relacionados con los bienes patrimoniales y la historia más reciente del pueblo; a Vicente Sancho y Nacho Lacomba por su especial participación en los apartados relativos a recursos naturales; a los miembros de ACLA (Asociación Cultural La Alcublas) por su continua defensa de los recursos paisajísticos del municipio; a Jose Luis Alcaide Verdés por su aportación en todo el material etnográfico; a Encarna Alcaide por su aportación en lo relativo al patrimonio monumental e histórico. Finalmente queremos agradecer su participación a todo el personal que trabaja o colabora con el Ayuntamiento de Alcublas, ya que gracias a sus aportaciones se ha podido recopilar toda la información que se intenta plasmar en este Estudio.


Recursos paisaj铆sticos del municipio de Alcublas

con la colaboraci贸n de

AYUNTAMIENTO DE ALCUBLAS


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