Edificio Collage

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ÍNDICE 4

〉〉 PROCESO PROYECTUAL Y ORIGEN DEL PROYECTO 8. 16.

La permeabilidad de la ciudad: Made in Eixample La sección organiza el programa o el híbrido programático: Sedimentos por estratos y la ciudad vertical

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24.

Edificio collage: Suma de partes o suma de objetos

50.

Comunicaciones: Escaleras, pasillos y ascensores

56.

Paseo secuencial

〉〉 ORGANIZACIÓN ESPACIAL DEL EDIFICIO 68.

Planta baja e interior de manzana

72.

Auditorio

78.

Centro cívico

84.

Guardería y ludoteca infantil

92.

Biblioteca

〉〉 CINCO REFLEXIONES 97.

Manuel de Solà-Morales. En las entrañas del Eixample

99.

Xavier Monteys. Caja de sorpresas

101.

­Stella Rahola. Cuestión de forma

105.

Carmen Marzo. Microcirugía urbana

108.

­Judit Terma + Ignasi Bonet. Bibliotecas en tiempos de incertidumbre

〉〉 MATERIALIDAD Y SENSUALIDAD 126.

Materiales y atmósferas: la construcción del espacio

134.

Algunos procesos de materialidad

〉〉 TÉCNICA Y CONSTRUCCIÓN 138.

Mapa constructivo: evolución y proceso

150.

Estructura

〉〉 CrÉditOs 159.

Créditos proyecto

160.

Créditos publicación


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PROCESO PROYECTUAL Y ORIGEN DEL PROYECTO Se debe contemplar la idea del proyecto como síntesis a las cuestiones que plantea el programa, donde se valoran como hechos positivos las diferentes actividades propuestas. En este sentido, la reflexión sobre la jerarquía, la formalización y la situación de cada espacio, así como la organización de los accesos, la transparencia y la permeabilidad hacia el interior de manzana quedan reflejadas en la sección, herramienta fundamental para la comprensión del proyecto.


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〉〉 SECCIÓN Vista axonométrica del edificio


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La permeabilidad de la ciudad: Made in Eixample

Replantearse las condiciones edificatorias de la planta terreno de la ciudad, es decir, la cota ±000, es una cuestión de sumo interés por la cantidad y calidad de posibilidades que se generan, cambios que modifican las expectativas urbanas, tanto visuales como de comunicación. Tradicionalmente, los edificios que se han construido en el Eixample barcelonés han discriminado, de forma muy taxativa, lo público de lo privado, y han dificultado así la permeabilidad y transparencia entre las calles y los patios de manzana al utilizar los bajos de los patios como almacenes. La excepción más importante y, a su vez, ejemplar por su riqueza urbana son los pasajes, tanto los de la dreta de l’Eixample como los del Poblenou, actualmente 22@, cada uno con sus características propias. Repensar la cota del terreno con nuevos usos —viviendas, comercios, talleres, etc.— abandonando criterios de ortogonalidad y alineaciones, y utilizar el parcelario como herramienta de trabajo y permitir una permeabilidad y transparencia más intensa entre la calle y el patio de manzana representaría un cambio conceptual del espacio público de la ciudad. En este sentido, nuestro proyecto tiene en cuenta las características bien diferenciadas entre la calle y el patio de manzana. En la calle, el proyecto concluye la volumetría de la manzana y cierra su perímetro. En el interior, se produce un tratamiento de llenos y vacíos que permite una

lectura fragmentada del lugar, con un juego volumétrico de elementos arquitectónicos, como la escalera de acceso y el doble espacio de la guardería, el volumen de la sala de actos o el patio que da aire y luz a la planta sótano. Todo ello y con una mejor conectividad dará a la ciudad una nueva capacidad de redefinición y posibilidades de construir una nueva malla urbana, que, superpuesta a la existente, generará un sistema de relaciones más complejo y mucho más vital. Para nosotros, los conceptos de permeabilidad y transparencia son de gran importancia, y especialmente respecto a la relación entre arquitectura y ciudad. Pensamos que son conceptos complementarios que democratizan la arquitectura y la ciudad, la hacen más visible y compleja, permiten el conflicto y también su resolución. Asociamos la permeabilidad a la esponja y la transparencia a la medusa. Nuestro edificio es esponja y a la vez medusa. En planta baja, tanto el pasaje como el vestíbulo conectan y visualizan la calle y el patio. Tanto el uno como el otro son espacios activos por la forma y transparencia en que se han situado las diferentes actividades. Hay una densidad cualitativa de actividades que se relacionan con un espacio relativamente pequeño. También hay un juego de transparencias que transforma el vestíbulo de entrada y el pasillo de acceso en un lugar cívico.


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Comte Urgell, 145

〉〉 SITUACIÓN Plano del Eixample de Barcelona con la situación del edificio

〉〉 LOS VECINOS DE LA MANZANA Planta de la manzana y vista de la manzana en 3D


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Para nosotros era fundamental la visualización y la transparencia del sistema de comunicación vertical, de los ascensores, de tal manera que desde el exterior se entendiera el funcionamiento circulatorio del edificio. La transparencia de la biblioteca aproxima los unos a los otros, los de dentro a los de fuera, en una relación abierta que permite la privacidad de los usuarios y, al mismo tiempo, disfrutar de las buenas vistas sobre la ciudad. También desde el exterior se visualiza la actividad del interior, especialmente durante el horario nocturno.

〉〉 LA CALLE Alzado del edificio con vista desde la calle Comte d’Urgell


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〉〉 INTERIOR DE LA MANZANA Alzado del edificio con vista desde el interior de la manzana


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EdificiO collage:

Suma de partes o suma de objetos También la fachada responde a estas expectativas y clarifica una de las intenciones del proyecto. Una línea de hormigón retranqueada, a media altura, recorre la fachada de un extremo a otro, apoyada en las escaleras situadas en las medianeras. En la parte superior de esta línea se sitúa lo más sustancial del programa: la biblioteca, la ludoteca y la guardería, y, cual tapa de una caja, un muro cortina cierra el espacio. En la parte inferior se sitúan las comunicaciones verticales y horizontales con la intención de aproximar la cota del terreno a este nivel intermedio.

〉〉 CROQUIS Dibujo de la fachada interior de la manzana

〉〉 SECCIÓN Sección longitudinal donde se detallan los accesos


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〉〉 AXONOMETRÍA Axonometría general con descomposición por piezas del edificio

Biblioteca

Guardería y ludoteca infantil

Núcleos de comunicación

Auditorio

Centro cívico

Ascensores


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COMUNICACIONES:

Escaleras, pasillos y ascensores En todo el proceso proyectual, la relación entre lo público-urbano y lo público-privado se ha tratado de forma ambigua, de manera que el concepto de permeabilidad o espacio fluido ha estado siempre presente. Por medio de la infiltración de usos, el proyecto busca la complicidad de cada uno de los bloques programáticos, institucionales, biblioteca, centro cívico, guardería y jardines interiores rompiendo con su tendencia al aislamiento. Hay una voluntad de interrelacionar los diferentes programas y, en este sentido, entendemos que la visualización de los sistemas de comunicación, ascensores y escaleras, es muy importante. En el caso de los ascensores, su situación en fachada y su transparencia ha sido una cuestión de gran importancia conceptual para el edificio, para entender el centro como un único equipamiento pero con múltiples ofertas culturales.

Como en el Centro Pompidou de París, las escaleras mecánicas en fachada acercan las plantas altas al nivel del pavimento por su visualización desde la calle. Los ascensores en nuestro proyecto tienen un papel similar. Es simplemente una cuestión de tiempo que su visualización desde el exterior y la transformación de su recorrido como maquinaria funcional aséptica, en el sentido de que no tiene ninguna importancia ir a un piso u otro, cambien y se conviertan en una experiencia como paseo-mirador vertical sobre el Eixample de Barcelona. La introducción de dobles y triples espacios, patios y sala de actos en la planta baja transforma el pasaje y el vestíbulo de entrada en un lugar de transición que nos prepara para un cambio de escenario entre la calle y el patio de manzana y donde la ambigüedad entre espacio público y privado se convierte en episodio urbano.

〉〉 PASILLOS

〉〉 CROQUIS

Formas de las comunicaciones dentro del edificio.

Pasaje

Arriba planta sótano, abajo planta 1


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PASEO SECUENCIAL Pensamos que la arquitectura es una experiencia en el espacio y en movimiento. Los recorridos, libres o dirigidos, son parte sustancial del placer estético que recibimos del espacio arquitectónico. Por la complejidad de sus programas y también por los necesarios cambios a lo largo del tiempo, la arquitectura moderna ni puede tener ni necesita los sistemas de composición clásica, de ejes y simetrías. Utiliza los recursos de arquitecturas no representativas, pero igualmente eficaces, el ritmo, la textura, la escala y la proporción, soportados desde estructuras compositivas asimétricas o isótropas. Nuestro proyecto se propone desde un recorrido que empieza en la entrada, en la planta baja, y termina en la planta superior de la biblioteca. Se plantea desde el movimiento, convirtiendo el recorrido en un paseo secuencial. Utilizamos el giro para hacer los cambios de secuencia: tenemos en cuenta que nuestra visión normal o ángulo nítido es de unos 45º, es decir, 22,5º a la derecha y 22,5º a la izquierda, y la visión periférica abarca 120º aproximadamente, es decir, 60º a la derecha y 60º a la izquierda. Las visiones nítidas localizan el objeto y pueden analizarlo minuciosamente. La visión periférica es fundamental porque nos contextualiza el objeto y lo relaciona con un mundo mucho más amplio.

En el giro a 90º las visiones periféricas se superponen y la visión periférica y la nítida se complementan. El giro a 180º nos hace ver aquello que tenemos detrás y no vemos, el cambio es de un espacio a otro. Los giros a 90º nos hacen ver aquello que perceptivamente vemos pero que se encuentra fuera de nuestro campo de visión nítido. El primero es un corte total, en el segundo, tenemos un cambio de visión dentro de la misma escena. Los giros en diagonal están dentro de nuestro campo de visión, es un cambio direccional. Analizando como ejemplo nuestro proyecto, la narración sería la siguiente: entramos por la puerta giratoria; delante tenemos el jardín, con un giro de 180º tenemos el ascensor panorámico; subimos y obtenemos una visión del espacio de la ciudad en movimiento; giramos 180º y salimos al vestíbulo de la biblioteca, a 90º tenemos una percepción de la biblioteca en doble espacio y si giramos 90º tenemos de nuevo una visión de la ciudad a través de doble espacio de la biblioteca, etc. El proyecto establece una relación de las partes con el todo; el paseo secuencial es el nexo de unión entre los diferentes fragmentos de la unidad.


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〉〉 ESTRUCTURA Vista 3D desde la fachada interior de la manzana


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ORGANIZACIÓN ESPACIAL DEL EDIFICIO El edificio se organiza por estratos horizontales. Un proyecto de ciudad vertical en el que cada una de las plantas tiene relación con las otras mediante perforaciones y vaciados. En planta baja se sitúan los accesos; del pasaje de entrada al interior de manzana ajardinado se accede a la guardería por un vestíbulo; desde el vestíbulo principal, se accede directamente a la biblioteca, la ludoteca y el centro cívico, que está situado en la planta -1. También se accede a la sala de actos desde el mismo nivel del vestíbulo. En la planta altillo se sitúa la administración del centro cívico, orientada hacia al doble espacio del vestíbulo. En la planta primera, la guardería con una gran terraza mirando hacia el interior de manzana. En la planta segunda se encuentra la ludoteca del centro cívico, y en la planta tercera, cuarta, quinta, sexta y séptima se sitúa la biblioteca cuyos dobles espacios interiores permiten la comunicación visual y la entrada de luz a través de la claraboya central.


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AUDITORIO Está situado en la planta baja y da respuesta a la necesidad programática de compartir la planta con la biblioteca y el centro cívico. Pero al mismo tiempo es una pieza autónoma que puede dar servicio al barrio de manera independiente a los otros programas. Es el espacio de reunión, de conferencias, de actuaciones… Un pequeño teatro de barrio, festivo y democrático. Su interior es alegre y relajado, preparado para recibir a la gente y sus acciones. Las butacas se han diseñado en una única pieza, un banco, buscando la colectividad de una reunión al aire libre.

〉〉 CROQUIS Dibujos del auditorio


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〉〉 CROQUIS Dibujo del mobiliario del auditorio


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CENTRO CÍVICO El grueso del programa del centro cívico se sitúa en la planta sótano: la sala de exposiciones, el gimnasio y las seis aulas de la escuela taller. La ludoteca ocupa toda la segunda planta. La planta sótano se organiza desde dos patios interiores ajardinados, que, situados en la cota -3, iluminan y ventilan las aulas. La planta se organiza a partir de un pasillo en forma de L, que divide la parte pública de la docente. El proyecto establece una relación visual entre el patio del sótano y el patio de manzana, comunicados a través de una escalera, con un recorrido lineal, buscando una complicidad entre un patio y el otro; este efecto también está presente en la terraza-patio de la guardería y la ludoteca. De hecho, se quiere definir una nueva topografía hecha por estratos, en la que los usuarios se puedan sentir cómodos, con la vista de diferentes paisajes.

〉〉 AXONOMETRÍA Planta sótano


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〉〉 AXONOMETRÍA Plantas primera y segunda


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Guardería Y Ludoteca infantil La zona infantil se sitúa estratégicamente en planta primera y segunda con una zona de ocio en doble altura, que da al interior de manzana y con una orientación al suroeste. Estas plantas se plantean con libertad de formas, que se adaptan al programa y con un sistema de vaciado de volúmenes importante para liberar las áreas destinadas a terrazas para el patio de los niños. Estas terrazas se comunican con la planta baja mediante escaleras exteriores, y aproximan la guardería al interior de manzana. Los programas se superponen en vertical con espacios públicos. Queremos crear una relación vertical, buscamos la ciudad vertical. Un espacio dentro de otro, una especie de espacios concatenados llenos de relaciones. Los colores escogidos se encuentran dentro de la gama de los primarios. Los materiales de texturas diferentes responden a la necesidad de cada espacio y su disposición. El juego está siempre presente. También elementos como el agua de la fuente, la tierra del arenal o el aire de las corrientes cruzadas de calle a patio. Las aulas son como un conjunto de casitas, como una comunidad dentro de una estructura general. El edificio dentro del edificio. Buscamos una relación recíproca de la casa a la ciudad.


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y al interior de manzana, están separados, visual y acústicamente, por unas estanterías con libros, que crean pequeños espacios de encuentro. Bajo el espacio central y en toda la superficie se dispone de dos ambientes: uno con butacas y mesas de lectura, más tranquilo y pensado para la gente mayor; el otro, con alfombras y sofás a ras de suelo. Esta zona está destinada a libros y música. La biblioteca se ha concebido con predominio del color blanco: techo, revestimientos verticales, mesas y estanterías, dejando el color para las sillas y butacas. El color también predomina en la biblioteca infantil. El suelo es de color gris para amortiguar el exceso de luminosidad. Puede ser un espacio de encuentro, centro de información, mediateca, sala de estar, espacio personal, etc. La biblioteca es la casa del pueblo, la casa de la cultura. Entendemos el espacio como un marco donde se desarrollan actividades culturales, donde el confort es prioritario. Todos los elementos utilizados están relacionados entre sí para conseguir el ambiente tranquilo que la actividad necesita. Las mejores condiciones lumínicas, acústicas y sensitivas.


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EN LAS ENTRAÑAS DEL EIXAMPLE

Manuel de Solà-Morales

El barrio del Eixample de Barcelona es un orden, sí, pero por poco que nos acerquemos, es más bien un exceso de medianeras, balcones, patios, añadidos y cubiertas de todo tipo. Construir un edificio entre medianeras, con las medidas de un solar normal (35 x 26 metros) y siguiendo la volumetría establecida es, a la fuerza, inventar un orden interior, menor dentro del orden general, pero en medio del desorden inmediato. Este es el gran interés del Eixample. Pero también por esta razón cada nuevo edificio en el Eixample es una afirmación de unidad monográfica, de individualismo regulado. El edificio del n.º 145-147 de la calle Comte d’Urgell, en cambio, es un edificio muy complejo, por su programa y por su configuración interior. Experiencia poco frecuente en el Eixample, donde hay arquitectura de viviendas, de oficinas o de representación. O de equipamientos públicos, pero siempre monotemáticos (una escuela, un dispensario, una biblioteca, una iglesia, un centro de barrio, etc.). El enorme dispendio de espacio que se ha hecho en los últimos tiempos al establecer nuevas instalaciones para servicios individualizados, que se utilizarán unas pocas horas al día —o a la semana—, ha creado una práctica extremadamente cara de presupuesto y de suelo urbano. Los edificios así como las calles están siempre medio vacíos. La conceptualización abstracta de las diferentes funciones sociales ha evitado su superposición tan positiva y, poco a poco, ha ido destruyendo la ciudad redundante, la vida social compleja. Contra esta tendencia, en el Centro Teresa Pàmies encontramos, en cambio, una doble pirueta. La de mezclar e intercalar diversos servicios sociales, que se habrían podido descomponer en «equipamientos» diversos, y acumularlos en vertical, sobreponiéndolos. Este es un ejercicio de economía social y un acierto de invención urbanística. En Barcelona ha habido algún intento de integración de funciones de equipamientos, pero en horizontal, integrando los flujos de usuarios, pero no tanto la unidad tipológica.


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El paso de la casa individual a la casa por pisos y más tarde al rascacielos supuso transformaciones sustanciales de la densidad urbana. Por este motivo, debemos agradecer el esfuerzo por resolver, entre medianeras «un edificio» de equipamientos por pisos como un paso importante hacia la recivilización de las funciones sociales y hacia la integración de los espacios de uso público en la trama urbana. Integración quiere decir precisamente identificación, no excepción. Disponer los equipamientos «en altura» es una invención importante. En la ciudad densa es una alternativa al consumo excesivo de suelo y el consecuente efecto de dispersión y suburbanidad. El Centro Teresa Pàmies es un ejemplo que puede ser paradigmático. Las aulas taller y el auditorio a nivel de calle, con la guardería que mira hacia el patio interior de manzana, dispuesto como patio de juegos y como refugio tranquilo del barrio (siempre intenso y agitado). El espléndido porche-balcón que recibe el sol, pero que se protege de él. La divertida ludoteca. Y la gran biblioteca a tres niveles con el espacio central iluminado cenitalmente, los ángulos interiores redondeados para aumentar la continuidad tridimensional del espacio. Recuerda aquella magnífica fluidez blanca de la biblioteca de Aalto en Helsinki… Horizontalidad verticalizada. Ya la importancia de los ascensores como presencia arquitectónica lo proclama. Y añade la invitación al acceso, que tiñe de público y permeable el carácter del edificio. La transparencia en la planta baja, la generosidad de los contraluces, la multiplicidad de puertas y vestíbulos se consigue mezclando el espacio de la calle con un verdadero espacio público interior. Permeabilidad, sensualidad y respeto, hemos dicho a menudo, son las virtudes que dan urbanidad a la arquitectura. Y si sensualidad son las formas de los interiores de la biblioteca, o las sombras de la galería de los niños, o los bancos del auditorio, la permeabilidad en el uso y la visión del edificio está garantizada por la sabia conjunción de arquitectura clara y programa complejo. El respeto a la ciudad es aquí, más que nunca, silencio tonal y ausencia de mimetismo. Una intervención, la de Víctor Rahola y Jorge Vidal, que transpira la responsabilidad y el talento de unos arquitectos que se han puesto, con brillantez y seriedad, al servicio de la ciudad potenciando lo mejor Manuel de Solà-Morales al servicio de los ciudadanos. Arquitecto. Julio de 2011


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CUESTIÓN DE FORMA

Stella Rahola Matutes

Cinco programas y una única planta baja. Todos piden una relación estrecha con el exterior. El edificio encuentra mecanismos para afrontar esta cuestión, ofreciendo relaciones cambiantes con el exterior que se adecuan al programa y al nivel de planta que este ocupa. Se analizan las cuestiones de forma. 1. Dos pasajes La planta baja, tan querida por todos, se democratiza cediendo casi la mitad de la superficie a ser un espacio exterior, entregado al uso libre de las personas. Allí donde puede, la construcción se encorseta, se aparta y se reinterpreta para conseguir una planta permeable. Se estructura a partir de dos perforaciones: una conecta la calle con el interior de manzana; la otra se sitúa la recepción del centro que permite la relación vertical —a partir de la posición de los núcleos de comunicación, ascensores y escaleras, que se expulsan en fachada— pero también dejando repetir el circuito en horizontal. Consecuentemente planta baja y fachada se encargan de aclarar cuáles son las comunicaciones que se establecen en el edificio. La pluralidad de entradas actúa como capilares que succionan, filtran y distribuyen las personas según el circuito. Ambos orificios presentan secciones de embudo remarcando este tránsito de afluencia en los dos sentidos, de fuera hacia dentro y viceversa, sin priorizar uno respecto al otro. Aquí la definición de pasaje encuentra sus dos interpretaciones: entendido como calle de peatones y también como corredor interior de un edificio. El espacio de recepción cobra, por lo tanto, la identidad de pasaje. La pieza que divide estas dos entradas es, en comparación con el resto de programas, la más pequeña. El auditorio se ajusta en el centro de la planta y no para otorgarle protagonismo, sino, al contrario, para economizar recursos y utilizar la calle y el patio de manzana como foyer o hall de entrada. La reversibilidad del espacio se demuestra de nuevo intensificando la actividad y añadiendo otras capas y maneras de usarlo.

〉〉 PROGRAMA: Auditorio + Recepción del Centro Planta baja Superficie interior: 601 m2 Superficie exterior: 495 m2

Pasaje del Centro Cultural Teresa Pàmies

Pasaje de la Pau del barrio Gótico de Barcelona. 1871


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〉〉 PROGRAMA: Centro cívico. Planta -1 Superficie interior: 981 m2 Superficie exterior: 264 m2

Jardín del centro cívico del Centro Cultural Teresa Pàmies

Patio de planta baja de la Fundación Alícia de Lluís Clotet e Ignacio Paricio, Sant Fruitós del Bages, 2008

〉〉 PROGRAMA: Guardería. Planta primera Superficie interior: 670 m2 Superficie exterior: 212,70 m2

2. Patio inglés, jardín de contemplación Con frecuencia es difícil resolver la sensación de estar bajo tierra en una planta subterránea. El clásico patio inglés como espacio al aire libre semienterrado, de proporciones estrechas y alargadas, evidencia de una manera clara que estamos a un nivel inferior de la planta baja, ya que el muro ciego que queda delante rememora la contención de tierras. El caso del Centro Teresa Pàmies en cambio, utiliza mecanismos sencillos y astutos. Se concibe un único patio que se dispone como una brecha en el solar y organiza el programa de un extremo a otro, dejando una conexión entre ambas que atraviesan este vacío. Mecanismo que pone en juego las transparencias entre espacios, donde se suman los giros que evitan percibir dónde acaba el exterior, amplificando la generosidad del espacio. La adecuación de las proporciones que permiten la entrada de luz, el hecho de rodear casi la totalidad del patio con programa, evitando la fachada muda, junto con la importancia de la presencia vegetal que crece desde el suelo, se concretan en sentirse lejos de estar en un sótano. Si bien se explora la ventaja de encontrarse allí: poder disfrutar de un espacio introvertido. Esta alfombra ajardinada nos traslada a otro mundo, fuera de la vorágine de la calle Comte d’Urgell o de pensar que tantas cosas diferentes se superponen en un trozo de solar tan pequeño. Se recrea la intimidad de un ambiente sosegado donde las salas se relacionan indirectamente a través del jardín; más que un patio inglés, es un jardín de contemplación. 3. El patio-balcón-porche La densidad urbana genera la necesidad de mecanismos que resuelven los problemas de espacios exteriores. Por ejemplo, muchas escuelas de nuestra ciudad han aprendido a aprovechar la cubierta como espacio de uso y han colocado pistas deportivas para el recreo. El caso que nos encontramos, uno de los espacios más atrevidos del edificio, resuelve la zona exterior de la guardería a través de un balcón. Una balconada de dimensiones en planta de 7 x 25 m y de 7 m de altura. Estas medidas aceptarían un campo de voleibol o una pista de tenis infantil. La planta se estructura a partir de tres franjas paralelas en fachada; la del interior de manzana es la que se destina como espacio de recreo. La fachada que delimita el interior de la escuela con el patio es una fachada que recuerda las formas de un biombo o las persianas de librillo. Un biombo es el elemento


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MATERIALIDAD Y SENSUALIDAD El edificio basa sus decisiones en la capacidad humanizadora de la arquitectura. Si en el apartado anterior se ha intentado explicar la relación programática, estructural y organizativa del edificio, ahora la intención es descubrir de qué manera todas las decisiones formales que se han adoptado en el proyecto derivan de la idea de transformar la biblioteca en un cuerpo capaz de funcionar como una máquina, donde el hombre disponga del espacio para la lectura en las mejores condiciones lumínicas, acústicas y sensitivas.


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MATERIALES Y ATMÓSFERAS: La construcción del espacio

En arquitectura, la sensualidad se manifiesta en la forma y en la materia y se concreta en la figura y el material; ambas son importantes en su relación sensitiva hacia las personas. La preeminencia de la visualización de las formas, en arquitectura, tiende a anular la percepción de los otros sentidos, dejando la vista como único órgano para reconocer el espacio. La exigencia del mercado para reproducir en imágenes los espacios ha dirigido la arquitectura hacia la simplicidad formal en detrimento de cuestiones no reproducibles, como son el sentido del confort, el ambiente o la atmósfera. Cuestiones todas ellas que están ligadas a nuestra percepción del espacio y que su ausencia solo la empobrece. Nos gusta lo que dice Manuel de Solà-Morales sobre la sensualidad en su artículo en la revista Visions 8:

«Esta sensación tiene que ver con la sensualidad, que quiere decir sensación agradable de todos nuestros sentidos a la vez». Nosotros también creemos que tienen que estar todos los sentidos a la vez y que permitir que la arquitectura quede reducida a una simple visión objetual es no entender que construimos para las personas. En el Centro Cultural Teresa Pàmies, el tratamiento de la forma de los espacios y de sus materiales es diferente según cada uno de sus usos. Los materiales utilizados se conciben para dar una calidad atmosférica propia, donde la luz, el aire y la materia tienen un papel fundamental en la percepción de los colores, los sonidos, los olores y las texturas. En este sentido se han escogido materiales manipulados a mano y otros manipulados industrialmente.


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Todos estos aspectos han sido determinantes a la hora de valorar su implicación en el espacio. En la obra de Alvar Aalto, la forma es consecuencia de la necesidad humana, al mismo tiempo que se establece un vínculo social y cultural en el entorno para el cual está producida. Se quiere definir la forma como un misterio que, en realidad, no conocemos, pero que proporciona al hombre una sensación totalmente diferente a la de un acto de liberación social. Sobre aspectos formales se insiste en la capacidad creadora del material. Siguiendo el discurso, se puede ver que el equipamiento plantea todos sus elementos y partes como una máquina capaz de generar la atmósfera más adecuada, tanto para la lectura de un libro como para el ocio del usuario. En la fachada norte (la luz del noreste es la más indicada para la lectura dada su condición de luz indirecta) dos dobles espacios contribuyen al acceso de luz hasta el centro de la planta

(establece al mismo tiempo una relación de observación con la ciudad). En la fachada suroeste, los forjados encuentran la fachada para controlar la iluminación. Una claraboya central, diseñada a manera de difusor, como si se tratara de una lámpara de Castiglione, baja la luz hasta el centro de la planta; en este punto el forjado se perfora provocando unos grandes triples espacios en los cuales se puede leer alrededor de las barandillas. La forma curvada de estas perforaciones y las propias barandillas ayudan a que la luz descienda. La fachada de cristal serigrafiado y tratado según características óptimas de reflexión optimiza el control lumínico de la sala. Todo lo que se comenta está estrictamente relacionado con el ser humano y transforma una arquitectura aparentemente sencilla en un cuerpo de una gran complejidad, ya que cada decisión ha sido reflexionada y pensada con una finalidad: hacer más amable y emocionante la experiencia de la vida.



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