Urbanismo disruptivo, urbanidad glocal

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__ TÍTULO SECCIÓN

Analiza la necesidad de incrementar el capital social urbano, en sus tres versiones: capital natural, capital humano e infraestructuras tangibles e intangibles.

Enfatiza aquellas virtudes intangibles, como la templanza, la justicia espacial, la parsimonia o la armonía, que definirán una nueva urbanidad, una vez superado el creciente populismo demagógico.

J. ACEbillo

Define el concepto glocal de la City-Region como el ámbito óptimo del proyecto urbano y promotor de un nuevo transregionalismo que emerge como consecuencia de la progresiva disolución del Estado-nación westfaliano.

Urbanidad GLOCAL

Propone entender la complejidad urbana como un proceso sociotécnico de escala regional, que integra en el corpus urbanístico los conceptos de termodinámica y metabolismo urbano, cibernética de segundo orden, isotropía territorial, porosidad infraestructural, clusterización de la región y una nueva matriz de movilidad postindustrial.

Urbanismo DISRUPTIVO

Este libro presenta 52 proposiciones para generar un modelo de urbanismo disruptivo que sea capaz de inducir una nueva urbanidad glocal, para reemplazar la degradada situación urbana y rural que el paradigma FIRE viene generando desde el postfordismo hasta la globalización actual.

Urbanismo DISRUPTIVO Urbanidad GLOCAL J. ACEbillo



Urbanismo DISRUPTIVO Urbanidad GLOCAL J. ACEbillo


Este libro ha sido posible gracias a la investigaci贸n (2016/2018) realizada por el autor en el CAUP (College of Architecture and Urban Planning) Tongji University, Shanghai Edici贸n y distribuci贸n ActarD Coedici贸n Zheng Shiling. CAUP. Tongji University, Shanghai


Dedico este libro Al alcalde Pasqual Maragall, con quien tuve el honor de colaborar durante tantos años en la transformación de Barcelona. A mi nieto Adrià que, con apenas diez años, tendrá la oportunidad de constatar y promover nuevas opciones de futuro.


__ ÍNDICE GENERAL

pp 06 Introducción 10 Abstract 24 Glosario 30 I 32 1. 40 2. 54 3. 62 4.

TRANSICIÓN POSTFORDISTA: EL PARADIGMA FIRE Y LA PÉRDIDA DE VALORES URBANOS La obsolescencia del modelo urbano moderno-industrial Condicionantes de los procesos globales de urbanización La transición postfordista y la emergencia del paradigma FIRE Aporías urbanas y desertización disciplinar propiciadas por el paradigma FIRE

NUEVA URBANIDAD global ENMARCADA EN UN NUEVO ORDEN AXIAL La emergencia del concepto moderno de "progreso humano" Múltiples modernidades El corte más profundo de la historia: la Axial Age El rol de la espiritualidad en los procesos evolutivos de la civilización

72 74 84 90 98

II 5. 6. 7. 8.

108 III 110 9. 118 10. 132 11. 136 12. 140 13. 144 14. 146 15. 154 16. 158 17. 162 18. 166 19. 170 20. 174 21. 178 22. 200 23.

LA CIUDAD COMO PROCESO SOCIOTECNOLÓGICO Vectores interactivos de la cultura urbana La tecnología como pívot I Nuevas tendencias sociotecnológicas territoriales y urbanas: isotropía territorial Nuevas tendencias sociotecnológicas territoriales y urbanas: intersticialidad Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: fracmentación Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: icebergs Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: reciclaje Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: intermodalidad Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: interactividad Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: unbundling infrastructures Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: la nueva logística y la relación puerto-ciudad Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: los aeropuertos globales como clústers regionales Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: logística y geopolítica Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: una nueva matriz de movilidad postindustrial Invariantes de la cultura territorial

208 IV 210 24. 216 25. 226 26. 230 27. 236 28. 242 29. 236 30.

PREMISAS DISCIPLINARES I: COMPLEJIDAD URBANA Y EFICIENCIA METABÓLICA Interacción y complejidad Termodinámica urbana Rotura y recuperación del equilibrio urbano Resiliencia urbana Metabolismo urbano Eficiencia metabólica urbana Metabolismo y modelo urbano


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254 V 256 31. 264 32. 270 33. 276 34.

PREMISAS DISCIPLINARES II: EL CAPITAL SOCIAL, SOPORTE DE LA SOCIEDAD CIVIL Y DE LA URBANIDAD Capital social Capital humano Capital natural La infraestructura como capital social fijo: vivienda accesible y espacio público urbano

284 VI 286 35. 294 36. 300 37. 304 38. 316 39. 326 40. 334 41.

PREMISAS DISCIPLINARES III: NEOMETROPOLITANISMO Y CITY-REGION Obsolescencia del metropolitanismo moderno-industrial Nuevas visiones regionales: las tesis socioeconómicas de Michael Storper Perspectiva ecológica regional: el mosaico territorial de Richard Forman Nueva perspectiva urbanística regional: el modelo archipiélago La estructuralidad de los espacios intermedios en la ciudad-región: la terciarización del sector primario y el fenómeno Desakota Clusterización regional. La eficiencia de los corredores Interpretación territorial del Principio de las Afinidades Electivas

342 VII 344 42. 356 43. 364 44. 368 45. 376 46. 380 47. 384 48. 390 49. 396 50. 406 51. 416 52.

URBANISMO DISRUPTIVO Hacia un nuevo modelo urbano GLOCAL Hacia un urbanismo más disruptivo: la tecnología como pívot II Principios táctico-metodológicos para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: La demolición como instrumento proyectual para promover la innovación urbanística Principios táctico-metodológicos para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: La eficiencia transformacional de la acupuntura urbanística Principios táctico-metodológicos para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: Encajar lo casual y lo aleatorio en los procesos estocásticos de transformación urbana Principios estructurantes para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: Replantear los procesos proyectuales desde la complejidad que se deduce de reconocer el carácter trilateral del espacio Principios estructurantes para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: Promover las “pautas que nos conectan” en un mundo urbano global que tiende claramente a la singularización y a la indiferencia Principios estructurantes para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: La templanza como reacción disciplinar propulsora de la moderación frente a la actual tendencia a la disolución de las tesis funcionalistas Valores ideológicos intangibles para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: Promover una mayor justicia espacial desde el ámbito del diseño urbano Valores ideológico-intangibles para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: El valor de la parsimonia en un mundo tan acelerado Valores ideológico-intangibles para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: El valor de la armonía como contrapunto en un mundo urbano tan caracterizado por los desequilibrios.

427 Apéndice. La seducción de Siracusa, de nuevo 429 Postfacio 447 Bibliografía y referencias


__ INTRODUCCIÓN

I Inicialmente, este libro estaba pensado para ayudar a aquellos arquitectos-urbanistas juniors, que creían tener déficits para encarar la complejidad de su profesión. Pero el arquitecto-urbanista, sea joven o maduro, no puede ser un simple observador neutral e indiferente ante la denigrante deriva del actual proceso de urbanización global, y tiene la obligación, también ética, de pronunciarse disciplinarmente, entre declararse ausente de lo que acontece, colaborar acríticamente con el statu quo, o al contrario, intentar desde la perspectiva disciplinar contribuir a un cambio de modelo urbano. Esta última opción es la que se propone en este trabajo. En este libro se reconoce que el rearme disciplinar de un arquitecto-urbanista es complejo porque trasciende de su propio ámbito: El arquitecto-urbanista debe rearmarse disciplinarmente, pero debe ser consciente de que, debido a la creciente complejidad de la fenomenología urbana, no podrá asumir las funciones que la sociedad le reclama sin enmarcar sus tesis en un renovado marco de colaboración e interacción interdisciplinar, lo que implica un conocimiento mínimo de otros ámbitos determinantes sobre la urbanidad, como la filosofía, el derecho, la economía, la historia, la ecología, la tecnología, las infraestructuras, la termodinámica, la cibernética, la biología, la estadística, las ciencias computacionales… El arquitecto-urbanista deberá bucear en la historia cuanto sea necesario, a fin de poder extraer conclusiones y sugerencias que le permitan entender la complejidad del presente y también encarar holísticamente un futuro urbano, que ya se nos anuncia incierto. El arquitecto urbanista debe ser consciente de que, aun disponiendo de un sólido bagaje disciplinar, este no será suficiente como herramienta para la regeneración urbana, si no está enmarcado en una amplia reconceptualización ideológica y espiritual de intensidad tal como para inflexionar los deteriorados modelos culturales, socioeconómicos y políticos de la actual globalización.


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II Este libro corresponde al primer ámbito; el próximo analizará la potencialidad disciplinar que ofrece una revisión crítica del neomedievalismo y, finalmente, una nueva interacción territorial dialéctica entre tecnología e ideología. Siempre me ha seducido la obra de Lao-Tse, cuyo texto “El libro de Tao”, siendo uno de los relatos conceptuales más importantes de la civilización, está expresado con solo 375 frases. Pero mis limitaciones literarias no me permiten visualizar la complejidad urbana contemporánea y traducirla en urbanidad tan sintéticamente. Así, la extensión de este trabajo realizado desde el reconocimiento de su interdisciplinariedad me ha llevado a pensar en su utilidad no solo como reflexión para los arquitectos-urbanistas juniors, sino también para aquellos lectores que, aun perteneciendo a otros ámbitos disciplinares, estén interesados en el devenir de “lo urbano”, desde otras perspectivas. El libro se estructura en siete ámbitos disciplinares, desarrollados en 52 proposiciones que tratan de establecer pautas para la reflexión personal previas a las soluciones de diseño. Las referencias básicas de los siete ámbitos disciplinares son: – Devaluación de la urbanidad durante la transición postfordista que introdujo la globalización. – Posibilidad de entender la nueva urbanidad glocal, como una nueva modernidad y como una matriz derivada de la Axial Age. – Entender la ciudad también como un proceso sociotecnológico. – Integrar en nuestro corpus disciplinar conceptos como "Complejidad y Metabolismo Urbano Cibernética de Segundo Orden". – Entender la necesidad de aumentar el capital social, humano y natural. – Traducir en términos urbanísticos el nuevo transregionalismo de escala glocal. – Propiciar un urbanismo más disruptivo, formado por valores tangibles y virtudes intangibles, que debe ser capaz de sobreponerse a la nefasta corriente demagógico-popuplista que hoy nos invade.


__ INTRODUCCIÓN

Cada una de las 52 proposiciones corresponde a una parcela de conocimiento, para reflexionar previamente o durante el proceso proyectual. Las proposiciones forman un conjunto en el que todas tienen un valor diferencial propio, pero su diferenciación no debe cercenar el carácter holístico de este trabajo, y el lector o lectora debe poder decidir libremente el orden, la preferencia o la renuncia a la lectura de alguna proposición. El “Excursus” final no es una proposición más, sino una entre tantas vías alternativas que deberían converger para propiciar la elaboración de nuevos modelos urbanos glocales. III Este libro es una reflexión resultado de mis últimos 36 años de trabajo. En el primer periodo (1980-2004) como responsable del urbanismo de la ciudad de Barcelona desde distintas posiciones, debo manifestar mi agradecimiento a los tres alcaldes que durante ese periodo me permitieron trabajar, me ayudaron y me estimularon: Narcís Serra, Pasqual Maragall y Joan Clos. Durante este periodo de reflexión urbana inagotable, política y urbanísticamente, mi trabajo como urbanista de la ciudad de Barcelona lo fui paulatinamente chequeando en las Universidades donde trabajé, la ETSAB de la Universidad Politécnica de Barcelona, como profesor invitado en YALE, GSD-Harvard, NUS de Singapur y en la School of Architecture & Urban Planning de la Universidad de Nanjing, aunque la confrontación más intensa entre la práctica y la teoría en los ámbitos de la arquitectura, la infraestructura y el diseño urbano se produjo en mis clases teóricas en la Academia de Arquitectura de Mendrisio (Universidad de Lugano) entre 2004 y 2016. De mi experiencia en la Academia, como catedrático-director del Departamento de Cultura del Territorio y como decano, debo remarcar la gran ayuda y la experiencia que recibí en las relaciones docentes con mis alumnos, especialmente en las cuatro tesis doctorales que dirigí y que constituyeron un gran acicate para mi formación


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teórica. Quiero agradecérselo a los doctores Alexandre Martinelli, Nuria Casais, Mojdeh Aalaii y especialmente a la Dra. Stasha Boskovic, que además fue durante diez años asistenta docente en mi cátedra y socia de mi estudio profesional. Periódicamente, las pequeñas tertulias en Barcelona con profesionales y académicos de talento me han permitido confrontar ideas. Quiero agradecérselo a mis amigos arquitectos Oriol Bohigas, Lluís Clotet, Beth Galí, Elías Torres, a los fotógrafos Rosa Feliu y Toni Bernad, a la diseñadora Mireia Riera y al artista Toni Llena. Durante los últimos años, he prestado gran atención a los interesantes trabajos del profesor de ecología Richard Forman, a quien quiero agradecer la posibilidad de confrontar ideas, sobre todo durante el trabajo “Mosaico territorial para la región metropolitana de Barcelona”. Quiero agradecer también a los arquitectos Sergi Godia y Albert Danès, al Dr. ingeniero Alex Ivancic y a la abogada M. Àngels Badia su paciente atención crítica hacia mi trabajo, y al arquitecto Matteo Polci por realizar y sistematizar los infográficos. Mi agradecimiento a mis amigos que ya no están con nosotros, pero que han sido cruciales para mi formación teórico-práctica: el arquitecto Enric Miralles, el filósofo Pep Subirós, el geógrafo Edward Soja y el profesor Manuel de Solà Morales. Quiero también agradecer especialmente la ayuda inestimable de dos personas: mi esposa Eugenia, que además de superar la continua dialéctica entre familia y trabajo, ha tenido una responsabilidad principal en la producción de los textos, y al Dr. Zheng Shiling, profesor del CAUP, College of Architecture and Urban Planning, de la Universidad Tongji de Shanghái. El profesor Shiling, además de materializar la posibilidad de investigar durante dos años en el CAUP, semanalmente ha mantenido conmigo largas conversaciones que han clarificado mi posición sobre la cultura china y sobre las interacciones entre Oriente y Occidente. Shanghái-Barcelona, agosto de 2018


ABSTRACT


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1.

La obsolescencia del modelo urbano moderno-industrial

Un modelo urbano depende de muchos vectores, pero estructuralmente tres son nucleares: el contexto sociopolítico; el modelo económico y el paradigma tecnológico. Cuando estos vectores varían profundamente, el modelo debe modificarse o incluso ser sustituido por uno nuevo. A finales del s. xix, con la industrialización, se produjo un fuerte cambio estructural en la sociedad, y consecuentemente apareció el movimiento moderno-industrial, que definía las reglas del juego de la nueva sociedad urbana industrial (URBAN TURN-I). Posteriormente, la Network Society generó la globalización a partir de la evolución radical de los tres vectores enunciados, que dieron lugar a un nuevo contexto político supranacional, a auna nueva economía neoterciaria y a un nuevo paradigma tecnológico. Pero, a pesar de la trascendencia de estos cambios, aún no se ha producido el cambio de modelo (URBAN TURN- II).

2.

Condicionantes de los procesos globales de urbanización

La globalización ha condicionado el nuevo contexto geopolítico de la sociedad urbana, enmarcada en tres discursos transdisciplinares de fuerte repercusión en los nuevos procesos de urbanización: El “boom demográfico”; un nuevo discurso ecológico, y el conflicto socio-cultural relacionado con la diversidad y los flujos migratorios.

3.

La transición postfordista y la emergencia del paradigma FIRE

La obsolescencia del fordismo industrial generó un periodo de transición urbana enmarcado en una economía postfordista direccionada hacia la nueva globalización, pero en lugar de emerger un nuevo modelo urbano global (URBAN TURN II), los poderes fácticos promovieron el paradigma FIRE (Financial, Insurance, Real State, Entreprise) estructurado en base a las nuevas tesis socioeconómicas globales, sin conexión alguna con el discurso urbanístico.

4.

Aporías urbanas y desertización disciplinar propiciadas por el paradigma FIRE

La parálisis propositiva disciplinar consustancial con el paradigma FIRE, tuvo como consecuencia la emergencia de aporías urbanas que han generado una fuerte adjetivación de lo urbano, enmarcado en una atmósfera de desertización disciplinar que propició la tendencia a simplificar la complejidad urbana, a eternizar el presente y a soslayar el futuro. El paradigma FIRE no propicia ningún tipo de discurso que no sea el negocio urbano, lo que acarrea una fuerte parálisis propositiva urbanística. Su consecuencia inmediata ha sido la “banalización disciplinar” generando como consecuencia la emergencia de aporías urbanas. Las aporías urbanas más significativas son el falso historicismo; la visión epidérmica del territorio; el exceso de referencias icónicas; la confusión entre derechos y mercancías y la paranoia por la seguridad.


__ ABSTRACT

Pero estas aporías urbanas no hubieran sido posibles sin el caldo de cultivo de un sistema ideológico perverso, cuyas consecuencias se visualizaron en la crisis de 2008 y cuyos efectos aún están latentes.

5.

La emergencia del concepto moderno de progreso humano

El concepto de progreso humano no ha existido siempre. En Europa no emergió hasta el siglo xviii con los discursos sobre progreso humano de Anne-Robert-Jacques Turgot, antesala de la Ilustración y de la evolución hacia las propuestas utópicas previas a la industrialización. Hoy, los nuevos vectores que conforman la globalización y, especialmente, las nuevas expectativas tecnológicas, nos conducen a modificar la idea del progreso proveniente de la modernidad industrial.

6.

Múltiples modernidades

Aun siendo tan necesaria la implementación de nuevos modelos urbanos, esta no será posible si estos no están enmarcados en un nuevo orden global, y, para ello, debemos analizar una doble cuestión: ¿Precisamos de un nuevo modelo urbano, o basta simplemente con “arreglar” el modelo moderno-industrial existente? ¿Se puede interpretar la “modernidad” como un modelo permanentemente actualizable, capaz de generar y de asumir las demandas y expectativas de la nueva urbanidad?

7.

El corte más profundo de la historia: la Axial Age

Entre los años 800 y 200 a. C., se produjo el corte más profundo de la historia: la Axial Age. Aparecieron los primeros poetas, los filósofos, los grandes esquemas espirituales vigentes hasta hoy y se iniciaron las interacciones entre los diferentes pueblos y culturas. Si pensamos que hoy no es posible implementar nuevos modelos urbanos mientras no estén enmarcados en un nuevo orden global, ¿es factible la posibilidad de rescatar algunas de las tesis generadoras de la Axial Age como génesis de una nueva urbanidad?

8.

El rol de la espiritualidad en los procesos evolutivos de la civilización

Desde la Axial Age, la espiritualidad constituye el motor y el eje vertebrador de los estadios de civilización más evolucionados, innovativos y revolucionarios, como es el caso de la Reforma Protestante. Pero también constatamos que la involución espiritual y el fundamentalismo religioso, además de restringir el panorama ideológico, hoy constituyen un peligro que puede poner en riesgo la revisión de la globalización y nuestra convivencia. Sin embargo, a pesar de sus claros y sombras, la conformación de un nuevo marco ideológico capaz de renovar la actual globalización no será posible sin el reforzamiento de nuestra espiritualidad e incluso la actualización de las religiones.


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9.

Vectores interactivos de la cultura urbana

Desde la Axial Age, la interacción entre familia, naturaleza, y tecnología constituye la matriz evolutiva de cualquier cultura urbana.

10. La tecnología como pívot I

La tecnología, como herramienta al servicio de las necesidades del hombre, ha actuado como pívot entre pasado presente y futuro y como soporte de la urbanidad.

11. Nuevas tendencias sociotecnológicas territoriales y urbanas: isotropía territorial

Las nuevas infraestructuras generadas por la Network Society son más ligeras e intangibles que las industriales, y se pueden desplegar por el territorio con menor impacto, lo que produce mayor isotropía territorial, destruyendo muchos límites funcionales que tenía el territorio debido a su déficit de infraestructuras.

12. Nuevas tendencias sociotecnológicas territoriales y urbanas: intersticialidad

Las redes intersticiales son más flexibles y elásticas que las redes troncales, y aportan nuevos valores, como capilaridad, accesibilidad, ductilidad o ligereza, muy útiles en la nueva cultura territorial.

13. Nuevas tendencias sociotecnológicas territoriales y urbanas: fracmentación

Metodológica y operativamente todo sistema urbano puede entenderse mejor analizándolo fragmentariamente. Pero la fracmentación no debe implicar la pérdida del carácter holístico del sistema urbano, sino que debe entenderse en un sentido de fractalidad, donde la especificidad y las diferencias entre las partes no deben ser contradictorias con la existencia perceptible de características comunes a todo el territorio.

14. Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: icebergs

El creciente interés por el espacio subterráneo, debido a razones socioeconómicas y ecológicas está promoviendo nuevas tipologías espaciales, icebergs, y también la posibilidad de disponer de una gran reserva espacial al servicio de nuevas expectativas urbanas.

15. Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: reciclaje

Gran cantidad de objetos y arquitecturas construidas padecen procesos de obsolescencia que nos inquietan. Su restauración, reciclaje, reutilización o, en algunos casos, su destrucción son alternativas proyectuales entre las que podemos optar, teniendo en cuenta que cualquier opción afectará de distinto modo al comportamiento de la estructura urbana.


__ ABSTRACT

16. Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: intermodalidad

En una sociedad de movilidad creciente, las arterias de comunicación son cada vez más potentes y complejas, pero la eficiencia de los sistemas de movilidad depende, en gran medida, de la eficiencia en los puntos de intersección de las redes de transporte, los HUBs. La complejidad producida por la intermodalidad entre los flujos sobrepasa el ámbito del transporte y puede generar áreas de nueva centralidad urbana y regional en torno a los HUBs.

17. Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: interactividad

La modificación de la relación del binomio espacio/tiempo a causa de las nuevas TICs produce nuevas formas de interacción entre la forma, los flujos y la función que generan nuevas opciones sobre el uso y la percepción de los objetos en el territorio. 18. Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: unbundling infrastructures La porosidad y la segmentación de las infraestructuras producen mayor eficiencia funcional, beneficios socioeconómicos y también cambios estructurales en el ámbito urbano y territorial. 19. Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: la nueva logística y la relación puerto-ciudad Los avances tecnológicos de la Network Society han propiciado importantes avances en la logística, que han propiciado una nueva relación puerto-ciudad. 20. Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: los aeropuertos globales como clústers regionales Algunos grandes aeropuertos globales, muy complejos por su condición de HUBs transportísticos, influyen decisivamente en la movilidad regional y, a su vez, por su condición de Clústers neoterciarios afectan, significativamente, a la estructura socioeconómica regional.

21. Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: logística y geopolítica

El desarrollo de nuevas vías logísticas para atender al comercio y a la creciente interacción de la globalización están produciendo cambios geopolíticos sustanciales, de decisiva importancia para el devenir de la cultura territorial. 22. Nuevas tendencias sociotecnológicas, territoriales y urbanas: una nueva matriz de movilidad postindustrial


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Promover una nueva matriz de movilidad urbana postindustrial es un tema clave para mejorar la eficiencia urbana, disminuir el consumo energético y la contaminación, y generar una mayor parsimonia en nuestra acelerada vida urbana, que son condiciones básicas para una urbanidad más cualificada. La nueva matriz de movilidad postindustrial, más allá de su finalidad de transporte de personas y mercancías, debe entenderse como un proceso interactivo, muy complejo, formado por elementos tangibles e intangibles. La regeneración del espacio público urbano será la consecuencia esencial de esta nueva matriz.

23. Invariantes de la cultura territorial

Desde la Axial Age, la interacción entre diversas culturas ha puesto en jaque la identidad de los pueblos y civilizaciones, y ha incentivado nuevos modelos de urbanidad, apoyándose básicamente en una permanente renovación ideológica y tecnológica. No obstante, la cultura urbana ha evolucionado manteniendo siempre algunos invariantes que hoy siguen vigentes: el agua como condición sine qua non de la urbanización; las infraestructuras para facilitar las interacciones socioculturales; la construcción de grandes iconos para resaltar la identidad de los pueblos y, sobre todo, el uso de tramas ortogonales como matrices geométricas ordenadoras del tejido urbano.

24. Interacción y complejidad

Después de la Axial Age, la evolución de las civilizaciones siempre ha estado propiciada por la interacción entre los diversos pueblos y culturas, aunque es más fácil conocer la naturaleza de los elementos que interactúan que la propia naturaleza de las interacciones. Por eso, en un mundo tan interactivo como el actual, necesitamos nuevos enfoques científicos, como la complejidad, que nos ayuden a analizarlo con más rigor.

25. Termodinámica urbana

Termodinámicamente, la ciudad se define como un sistema complejo y abierto, caracterizado sistémicamente por sus grados de estabilidad, reversibilidad y fluctuaciones.

26. Rotura y recuperación del equilibrio urbano

Termodinámicamente, debemos entender el funcionamiento de la ciudad como una secuencia continua e intermitente de acciones que tienden a romper el equilibrio urbano –la ciudad como estructura disipativa– y también de contratendencias para recuperar su estado inicial de equilibrio –proceso de homeostasis urbano–. De la lógica de este bucle, extraemos dos conceptos: la resiliencia y el metabolismo urbano.


__ ABSTRACT

27. Resiliencia urbana

La resiliencia urbana como expresión de la capacidad del sistema para resistir y reaccionar ante graves perturbaciones se ha configurado disciplinarmente como un nuevo parámetro de diseño y producción urbana, debido a sus graves implicaciones sociales y económicas.

28. Metabolismo urbano

El metabolismo urbano, como regulador de los procesos de transformación urbana pone de manifiesto el balance del intercambio que se produce en cuanto a masa, energía e información, entre la ciudad y su entorno. La tesis metabólica implica una triple visión de los sistemas urbanos: nutricionalenergética, termodinámica y ecológica.

29. Eficiencia metabólica urbana

Estructuralmente, podemos descomponer cualquier sistema urbano en tres subsistemas que interactúan entre sí: el entorno construido, el transporte, y la actividad humana. Los tres subsistemas conjuntamente definen la eficiencia metabólica de la ciudad, concepto equiparable a un modo más objetivo y científico de medir la eficiencia urbana.

30. Metabolismo y modelo urbano

El metabolismo urbano es un método analítico y también una eficaz herramienta proyectual. Los parámetros que conforman el metabolismo de una ciudad definen la naturaleza y el funcionamiento de las transformaciones urbanas, pero también inducen a diversos tipos de urbanidad, por lo que conceptual y metodológicamente, el metabolismo, debemos considerarlo como un artífice esencial para definir futuros modelos urbanos.

31. Capital social

La consolidación de la nueva democracia americana, marco de la modernidad modernoindustrial, tuvo un doble soporte: el nacimiento de la sociedad civil, fruto de la evolución del rol social de la familia, y la formulación de un concepto complementario al anterior, el capital social, para que la sociedad civil se pudiese sostener, fuese operativa y capaz de traducir en la práctica los deseos de los ciudadanos. Si la sociedad civil no está convenientemente protegida y fortalecida, en un contexto tan complejo como el actual, difícilmente podrá asumir los retos que le plantea su propia esencia. Si el capital social declina por los efectos perniciosos de algunas tendencias como el “familiarismo amoral”, la sociedad civil pierde eficacia y los valores democráticos y el bienestar general se deterioran.


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32. Capital humano El capital humano sintetiza el valor que generan las capacidades de las personas mediante la educación, la experiencia, el conocimiento, la capacidad de perfeccionarse y la capacidad de tomar decisiones y de relacionarse con los demás, y se refiere al stock de conocimientos y de habilidades que poseen los individuos y a su capacidad para aplicarlos a la mejora del sistema. El capital humano es adecuado para rehabilitar y activar territorios desactivados y de escasa complejidad, a partir de la inyección revisada de conceptos intangibles como la creatividad. La cuestión es asegurar que su acumulación para vertebrar la ciudad creativa se produzca con una perspectiva transformacional cualitativa y no como subterfugio para la continuidad del statu quo.

33. Capital natural

La actualización analítica de la naturaleza y la agricultura ya fueron incorporadas por Turgot a su tesis sobre el progreso humano, pero fue David Ricardo, quien a principios del s. xix estableció que la tierra es una fuente de riqueza que analíticamente se rige por la ley de los rendimientos decrecientes, y analizó la relación entre los ecosistemas naturales y la riqueza y bienestar social. El capital natural es un conjunto de stocks de bienes y servicios naturales, renovables o no renovables, que, por ser escasos, necesitan ser preservados, conservados y renovados para poder garantizar un óptimo desarrollo socioeconómico, y que, en la medida en que son escasos, valiosos y vulnerables, es necesaria su valoración socioeconómica como en los otros tipos de bienes.

34. La infraestructura como capital social fijo: vivienda accesible y espacio público urbano

Las infraestructuras, definidas socioeconómicamente como capital social fijo conforman la espina dorsal de los tejidos urbanos. Aun siendo enorme su abanico funcional (infraestructuras de transporte, socioculturales, sanitarias, energéticas…) aquí remarcaremos dos que en nuestro contexto actual tienen una gran relevancia en cualquier modelo de urbanidad: la vivienda social accesible y el espacio público urbano. Ambas, pero no las únicas, constituyen la esencia de la urbanidad, y han sido disciplinarmente menospreciadas y reducidas a meras mercancías por el urbanismo postfordista del paradigma FIRE.

35. Obsolescencia del metropolitanismo moderno-industrial

Es necesario revisar nuestra concepción metropolitana porque los nuevos paradigmas tecnológicos y socioeconómicos de la Network Society están generando nuevos debates territoriales que han dejado prácticamente obsoleto el metropolitanismo moderno-industrial. El declive y auge de las periferias urbanas industriales, la consolidación en el entorno de las ciudades maduras de “costras desurbananizadas permanentes” y el agotamiento del modelo westfaliano de Estado-nación, nos conducen a chequear la fenomenología metropolitana actual.


__ ABSTRACT

El neo-metropolitanismo que emerge con la postindustrialización implica nuevos patterns territoriales regionales que permitirán una nueva urbanidad, la de ciudad-región, basada en una nueva cultura territorial transregional.

36. Nuevas visiones regionales: las tesis socioeconómicas de Michael Storper

La interacción entre los sistemas urbanos y su contexto plantea una nueva interacción entre los sistemas natural y urbano que va más allá de la vieja dialéctica marxista campo-ciudad. Las nuevas “constelaciones macro-urbanas”, fruto de esta nueva interacción, no son comprensibles desde la perspectiva del Estado-nación ni podemos entenderlas como un efecto exclusivo de la globalización, pues los nuevos clústers que articulan las constelaciones, contienen rasgos morfológicos y sintácticos muy específicos, propios de lo que acontece tras el declive del modelo moderno-industrial. En el nuevo contexto sociopolítico neometropolitano, el paso de lo global a lo glocal, en un nuevo marco regional precisa ser descrito transdisciplinarmente desde tres visiones regionales: la socioeconómica, la ecológica y la urbanística. Las tesis de Storper sobre la nueva economía regional son relevantes en sí mismas y también para enjuiciar con toda su complejidad estructural la nueva perspectiva neometropolitana de la ciudad-región.

37. Nueva perspectiva ecológica regional: el mosaico territorial de Richard Forman

En el nuevo contexto neometropolitano, las ciudades y clústers que articulan las constelaciones urbanas interactúan de forma muy compleja con el contexto natural en el que están inmersas. Esta interacción tiene efectos socioeconómicos, urbanísticos y también ecológicos, sin cuyo análisis no se puede explicar la complejidad resultante. La tesis "Land Mosaics" de Forman es una nueva vía para analizar el territorio desde su perspectiva ecológica que además propicia nuevas opciones de diseño a los arquitectos-urbanistas.

38. Nueva perspectiva urbanística regional: el modelo archipiélago

La ciudad-región compuesta por la hibridación entre los sistemas construidos (urbanos) y no construidos (ecosistemas naturales) estructuralmente se asemeja a un archipiélago formado por sistemas urbanos construidos, que emergen en un contexto no construido (ecosistemas naturales y agrícolas). Las centralidades formadas por ciudades históricas, maduras, nuevas urbanizaciones y clústers conforman una estructura policéntrica, a modo de “ciudad-constelación”, con identidades diferenciadas, funciones jerarquizadas e infraestructuras articuladas como una red regional.


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39. Estructuralidad de los espacios intermedios en la ciudad-región: la tercialización del sector primario: el fenómeno Desakota La cualificación y dinamización de los espacios intermedios entre los distintos sistemas urbanos es una condición esencial para la configuración de un nuevo contexto regional, pero su dinamización para favorecer la interacción con la ciudad no puede poner en riesgo la sostenibilidad de los ecosistemas naturales. La agricultura como soporte vital de la ciudad tiene un papel preeminente, pero, además, tercializada convenientemente, tendrá un rol crucial en la estructuración socioeconómica del archipiélago regional. A fin de optimizar la interacción urbano-rural, el nuevo fenómeno Desakota es un buen ejemplo a seguir.

40. Clusterización regional. La eficiencia de los corredores

Las interacciones entre los sistemas urbanos de la ciudad-región generalizan una tipología de urbanización territorial, la clusterización, que reinterpretando los modelos espacial-productivos industriales están de acuerdo con la globalización y con las nuevas lógicas regionales. Estructuralmente, las conexiones entre las ciudades y los clústers devienen corredores que, debido a su porosidad funcional y a la eficiencia de sus flujos, son las principales arterias donde se concentra la nueva actividad productiva y residencial. La eficiencia del sistema regional depende en gran medida de sus corredores, especialmente cuando incorporamos nuevos sistemas o clústers urbanos.

41. Interpretación territorial del Principio de las afinidades electivas

Tradicionalmente, las relaciones entre ciudades han sido propiciadas por la eficiencia del corredor que las conecta, formando constelaciones urbanas binarias, pero en el territorio-red de hoy, las ciudades tienden a interactuar de forma más compleja, a partir de la formación de constelaciones urbanas ternarias. Para analizar y mejorar la relación entre los nuevos clústers y el sistema regional, y, especialmente, para analizar las nuevas constelaciones ternarias, proponemos una nueva vía: interpretar territorialmente el “Principio de las afinidades electivas”.

42. Hacia un nuevo modelo urbano GLOCAL

Para elaborar un nuevo modelo urbano glocal, antes que nada hay que sustituir aquellas tesis claramente lesivas propiciadas por el paradigma FIRE. También es preciso reciclar aquellas tesis urbanísticas anteriores que pudieran ser válidas para configurar un nuevo modelo, y finalmente, elaborar nuevas propuestas en positivo, como la potenciación de un pensamiento utópico renovado, la introducción de la cibernética y la innovación disruptiva en los análisis urbanos, a fin de establecer una nueva simbiosis entre teoría y ejecución desde una doble revalorización disciplinar y ética.


__ ABSTRACT

43. Hacia un urbanismo más disruptivo: la tecnología como pívot II

Para vertebrar un urbanismo más disruptivo, se necesita la superposición de parámetros tangibles, dimensionables, con otro tipo de valores intangibles, no cuantificables en términos físico-materiales. En cualquier caso, la tecnología, siempre que el hombre sea capaz de controlarla y dirigirla convenientemente, será un medio eficaz, aunque no el único, para facilitar las nuevas propuestas que conformarán un nuevo tipo de urbanismo más disruptivo. En el nuevo contexto gocal, la tecnología también tendrá un papel tan esencial como lo ha tenido en épocas anteriores, aunque de naturaleza muy distinta porque, además de capacitar funcionalmente al individuo, tenderá a perfeccionarlo y sustituirlo y esta cuestión, obviamente, nos debe plantear grandes interrogantes existenciales y éticos. 44. Principios táctico-metodológicos para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: la demolición como instrumento proyectual para promover la innovación urbanística Aunque lo habitual es considerar que la ciudad se produce “construyendo”, también es cierto que “la demolición” puede ser un revulsivo de transformación urbana, porque elimina tejidos obsoletos o inapropiados y porque los vacíos que produce pueden propiciar nuevas funciones, morfologías y tipologías que promuevan la innovación urbana. No obstante, disciplinarmente hay que tener las precauciones necesarias para evitar que la destrucción de edificios y conjuntos significativos que conllevan la expulsión de la población residente aparezca camuflada como una política de renovación urbana. 45. Principios táctico-metodológicos para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: la eficiencia transformacional de la acupuntura urbanística Como método de transformación urbana, hoy, el plan concebido para el urbanismo moderno-industrial no es un instrumento adecuado, porque es lento, inflexible y además, generalmente, se manifiesta abiertamente como un instrumento operativo acrítico al servicio del statu quo de la globalización urbana. La implementación de nuevos modelos urbanos precisa de una nueva conceptualización del proyecto urbano transformacional, en el que un conjunto de proyectos diseminados estratégicamente por el territorio, indiferentemente de su escala, puedan conformar una acupuntura Urbanística, con efectos transformadores radicales. 46. Principios táctico-metodológicos para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: encajar lo casual y lo aleatorio en los procesos estocásticos de transformación y producción urbana Los procesos de transformación y de producción urbana son procesos estocásticos. En esos procesos se produce una secuencia de sucesos en los que se combinan sus componentes aleatorios


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con sucesos selectivos, de tal manera que el objetivo final solo se alcanza si se evidencian y se superan ciertos resultados del componente aleatorio. Urbanísticamente, debemos entender los procesos estocásticos en la medida en que en su propio núcleo contienen elementos aleatorios que es preciso capturar, a fin de producir los efectos de urbanidad que deseamos. 47. Principios estructurantes para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: replantear los procesos proyectuales desde la complejidad que se deduce de reconocer el carácter trilateral del espacio Desde la perspectiva cibernética, la descripción y comprensión de todo lo que se refiere a la vida, a la evolución y a la interacción entre los organismos vivientes, incluyendo obviamente el comportamiento de los que disfrutan de la ciudad, no puede deducirse exclusivamente de la lógica y de los análisis cuantitativos, porque si el observador y lo observado forman parte del mismo objeto descrito, la convergencia entre el sujeto y el objeto no pueden obviar el principio de reflexividad que muestra la interacción interna del sistema. Edward Soja profundiza en esto, enunciando una composición trialéctica del espacio, Thirdspace, descomponiéndolo en tres niveles: cómo se vive el espacio, cómo se percibe el espacio y cómo se diseña el espacio. 48. Principios estructurantes para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: promover las “pautas que nos conectan” en un mundo urbano global que tiende claramente a la singularización y a la indiferencia En el conjunto de los seres vivos observamos una gran disparidad de modelos y pautas de comportamiento, muchas veces irreconciliables entre sí. Para corregirlo, Gregory Bateson lanzó un desafío teórico reparador: encontrar las pautas que nos conectan a todas las criaturas vivientes. Partiendo de la trascendencia de la organización biológica del mundo, constata la relevancia de la homología, semejanzas formales, como consecuencia evolutiva, y profundiza en los criterios para indagar en las leyes de la forma, a partir del cruce de los conceptos, diferenciación e información, lo que nos induce a decir que formalizar es hacer un continente perfecto pero diferente. Sabiendo lo importante que es ser diferentes dentro de un único pattern, ya deberíamos estar en condiciones de buscar modelos urbanos glocales a partir de pautas conectivas entre diferentes individuos y culturas, pero manteniendo nuestras propias diferencias y especificidades. 49. Principios estructurantes para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: la templanza, como reacción disciplinar propulsora de la moderación frente a la actual tendencia a la disolución de las tesis funcionalistas


__ ABSTRACT

La comprensión clásica de la arquitectura según la tríada Vitruviana utilitas-firmitas-venustas se ha relajado hasta extremos muy preocupantes. El decidido carácter funcionalista del movimiento moderno-industrial ha ido degenerando con la actual globalización hasta convertir lo “icónico” en el supremo valor de la arquitectura de la globalización, hasta el extremo que desde ámbitos externos nos advierten de la gravedad que supone la actual proliferación de dinámicas urbanas prescindibles por superfluas, reclamando nuestra atención para que “la ciudad adelgace y pierda grasa superflua” (Slim City). Ante el actual vendaval de superficialidad y banalidad urbana, es obligado que los diseñadores y los actores de la producción urbana practiquemos con más intensidad la virtud de la templanza, como actitud de moderación ante el desafío de tantas provocaciones sensoriales. 50. Valores ideológicos intangibles para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: promover una mayor justicia espacial desde el ámbito del diseño urbano El espacio urbano no puede considerarse exclusivamente un tema morfológico, ni tampoco es por sí mismo socialmente neutral. De sus características estructurales depende que sea más o menos accesible socialmente, más o menos democrático, o incluso más o menos represivo. Por eso, en cualquier geografía, cuando aparece el hombre afloran intencionadamente actitudes que superan el discurso geomorfológico, evidenciando que una lucha por la justicia en un contexto territorial, deviene inevitablemente una lucha por el control de la geografía. En los años sesenta varios autores se ocuparon de este tema y especialmente dos: John Rawls y Edward Soja. Las nuevas tesis sobre justicia social enunciadas por el primero fueron traducidas por el segundo como base del concepto de justicia espacial. Desde la perspectiva global, la justicia espacial implica el control del exceso de capital generado por los procesos de urbanización y desde la perspectiva urbanística, la justicia espacial implica abandonar el colaboracionismo acrítico con el statu quo global y afinar mucho más la intensidad de la colaboración interdisciplinar a fin de asegurar un discurso urbano más justo. 51. Valores ideológico-intangibles para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: el valor de la oarsimonia en un mundo tan acelerado Hoy vivimos más aceleradamente que en el periodo moderno-industrial. Las nuevas tecnologías y nuestra propia concepción de lo global nos inducen a condicionar el clásico binomio espaciotiempo hasta convertirlo en la tríada espacio-tiempo-individualidad, lo que ha producido desajustes y mejoras en nuestra convivencia debido a la generalización y popularización de los grandes flujos de comunicación, de información, comerciales, culturales, financieros o monetarios. La aceleración de nuestras vidas ha promovido la necesidad y facilidad de viajar, dando lugar a la exacerbación de un fenómeno que ya existía antes, el turismo, que ahora con carácter masivo se vuelve en contra del territorio que lo sedujo.


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La trepidante movilidad de la sociedad global no solo crea disfunciones territoriales y ecológicas, también crea disfunciones en el ámbito personal, como el estrés. La parsimonia, como valor espiritual intangible, es el antídoto más adecuado para incorporar en los procesos proyectuales, a efectos de corregir las nefastas consecuencias de la excesiva aceleración de nuestras vidas. 52. Valores ideológico-intangibles para la vertebración de un urbanismo más disruptivo: el valor de la armonía como contrapunto en un mundo urbano tan caracterizado por los desequilibrios En todas las épocas y civilizaciones, el desarrollo se ha producido coetáneamente con fuertes desequilibrios, pero, alternativamente, los pensadores más determinantes como Platón, Confucio, Tao, Spinoza, Leibniz, Kant, Fourier o Einstein desarrollaron un concepto que fuese capaz de “armonizar” los vectores que generaban los desequilibrios. Como virtud secreta que exalta la moderación entre un mundo de exabruptos, la armonía definida ya en la Axial Age como “la unidad y concordancia del hombre con la totalidad de las cosas” ha sido siempre un concepto crucial para la música, la belleza, y, en general, para todo el ámbito artístico, y debe ser también un concepto rector para la revitalización disciplinar de la arquitectura y de la producción urbana. Digresión propositiva: ¿Puede el Neomedievalismo ser entendido como un revulsivo disciplinar, capaz de contribuir a la formulación de nuevos modelos urbanos glocales?


GLOSARIO


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Axial Age_(Según Karl Jaspers) Periodo acontecido entre los años 800 a 200 a. C., en el que se produce “el corte más profundo de la historia”. En este periodo coinciden multitud de hechos extraordinarios en países lejanos que no tenían ninguna posibilidad de comunicarse. En China viven Confucio y Lao Tse. En India, Buda. En Irán enseña Zaratustra. En Palestina aparecen los profetas y en Grecia, los filósofos como Platón. En este periodo, se cierra la prehistoria y nace la filosofía, las religiones y las corrientes espirituales que aún perduran en nuestros días. Por primera vez el hombre se reconoce como individuo y cultiva su propia ideología. Cibernética_(Según Gregory Bateson) Rama de las matemáticas que se ocupa de los problemas del control, la recursividad y la información. Creative milieu_Un entorno espacial, social, económico, cultural e institucional que fomenta y sostiene la creatividad mediante la innovación económica y tecnológica. Cyborg Ciudad_Tipo de urbanización contemporánea determinada, básicamente, por avanzados sistemas tecnológicos y cibernéticos que condicionan la relación de la ciudad con la sociedad, la cultura y la naturaleza. Determinismo tecnológico_Teoría que sugiere que las tecnologías y las infraestructuras moldean y determinan directamente (causa-efecto) las condiciones sociales y espaciales de forma lineal. Epistemología_(Según Gregory Bateson) Rama de la ciencia combinada con una rama de la filosofía. Como ciencia, la epistemología es el estudio de la manera en que determinados organismos conocen, piensan y deciden. Como filosofía es el estudio de los límites necesarios y otras características de los procesos del conocimiento, el pensamiento y la decisión. Estado-nación Westfaliano_El orden westfaliano corresponde a las reglas de gobernanza internacionales establecidas en Europa en el Tratado de Westfalia (1648) tras la Guerra de los Treinta Años. Uno de los frutos más significativos del orden westfaliano fue el nuevo concepto de Estado-nación, basado en la soberanía nacional (salvaguarda a ultranza del territorio y sus fronteras) en el uso del monopolio de la fuerza por parte del Estado, y en el equilibrio entre las diferentes potencias, de acuerdo con el devenir del binomio diplomacia/guerra.


__GLOSARIO

El anuncio reiterado de la muerte del Estado-nación westfaliano en 1789, 1914 y 1945 no se ha consumado, pero la globalización con su visión transnacional, la eliminación de las fronteras y la limitación de la soberanía lo están socavando irreversiblemente, sustituyéndolo, paso a paso, por un nuevo orden transregional muy implicado en las nuevas tesis sobre glocalización. Estocástico_(Según Gregory Bateson) (Disparar una flecha a un blanco, vale decir, dispersar los sucesos de una manera parcialmente aleatoria, de modo que algunos logren un resultado buscado.) Una secuencia de sucesos es estocástica si combina un componente aleatorio con un proceso selectivo, de manera tal que solo le sea dado perdurar a ciertos resultados del componente aleatorio. Fordismo y postfordismo_El modelo de producción industrial fordista surgió a principios del s. xx impulsado por Henry Ford. Implicaba concentrar espacialmente diferentes actividades productivas para generar grandes fábricas provistas de cadenas de montaje que fueran capaces de producir en serie una gran cantidad de productos similares. Por ejemplo, en Detroit se concentraron la mayor parte de grandes empresas de producción de automóviles. En la década de los setenta, la irrupción de las nuevas tecnologías de la sociedad-red impulsaron nuevos criterios sobre el control previo de calidad y sobre el valor de la tecnología punta, asociados a la idea de que la gran producción fordista basada en la oferta debía ser sustituida por una nueva idea de producción que debía responder a la demanda. Las grandes factorías fordistas fueron paulatinamente sustituidas por una difusión de centros de menor escala pero más sofisticados, asentados en el territorio en función de su capacidad sociotécnica. Detroit es el ejemplo de ciudad que, a raíz de la crisis fordista, está sufriendo una crisis irreversible porque no supo asumir las nuevas tesis económicas y sociotecnológicas que implica el postfordismo. Gentrificación y vietnamización urbana_La gentrificación se refiere a la transformación, de consecuencias nefastas, de un espacio urbano obsoleto o en vías de serlo, que se reconstruye con unos parámetros urbanísticos que provocan la expulsión de los residentes tradicionales del barrio, que tras su transformación será ocupado por clases sociales de mayor capacidad económica. Tras el proceso de gentrificación, el barrio ya transformado alberga unas clases sociales que pueden tender a su aislamiento físico respecto del resto del tejido urbano


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(“guetos dorados”) para mantener una situación de privilegio. Este proceso ha sido definido como vietnamización porque fragmenta negativamente la ciudad. GISs (Sistema de Información Geográfica)_Sistemas de representación gráfica computarizada que permiten que distintos conjuntos de datos referenciados geográficamente puedan ser analizados superpuestos. Glocal_Glocal es un término que nace a partir de los años ochenta como composición entre los ámbitos global y local. El declive del Estado-nación westfaliano, consecuencia de una nueva relación entre la producción global y el territorio, ha hecho evidente la necesidad de que el ámbito local deje de ser subsidiario, esté más próximo al poder y sea más influyente en las decisiones globales. El slogan “Pensar globalmente y actuar localmente” (Think Global, Act Local) explica de forma muy simplista la idea de glocal. Heterotopía_(Según Michel Foucault) Disciplina cuyo objeto son esos espacios diferentes, esos otros lugares, esas impugnaciones míticas y reales del espacio en que vivimos (por ej. un cementerio, un asilo, una prisión, un SPA, un prostíbulo…) Homología_(Según Gregory Bateson) Semejanza formal entre dos organismos, tal, que las relaciones entre ciertas partes de A son similares a las relaciones entre las correspondientes partes de B. Ideal infraestructural moderno_El ideal implica desplegar redes de infraestructura monopólicas, estandarizadas e integradas para cubrir un territorio, asociado particularmente con el periodo de 1850-1960. Está estrechamente asociado a la idea del monopolio natural, la teoría de los bienes públicos y las políticas keynesianas. Innovación disruptiva vs Innovación sostenible_Cualquier acción o proceso que rompe el statu quo de los individuos o de las organizaciones. Productos o ideas radicalmente nuevas que sustituyen a las existentes y que aparecen por sorpresa aunque nadie las haya reclamado, creando nuevas funciones y necesidades (tesis rupturista). El concepto de innovación disruptiva es opuesto al de innovación sostenible, que promueve mejorar mediante acciones innovativas un proceso en decadencia. En este caso, el proceso o idea inicial permanece y solo se intenta mejorarlo (tesis conservadora).


__ GLOSARIO

Modelo Barcelona_El largo y nefasto periodo de dictadura franquista también constituyó un paréntesis negro para la ciudad de Barcelona. Tras las primeras elecciones después de la muerte del dictador en1980, el primer ayuntamiento democrático de Barcelona inició una serie de políticas radicales en distintos ámbitos, especialmente en el urbanístico. El nuevo equipo responsable del urbanismo (Bohigas, Acebillo, Galofré, Puigdomènec) propuso un “urbanismo transformacional” que actuase operativa e inmediatamente sobre el territorio real, a partir de una reconceptualización de la idea de proyecto urbano, reconfigurando la figura del plan (paradigma del urbanismo moderno-industrial anterior) que se centraría, básicamente, en garantizar la seguridad jurídica de las intervenciones transformacionales que se ejecutasen. Entre 1980 y 2005 la transformación de Barcelona (bajo la dirección política de los alcaldes Serra, Maragall y Clos) ha sido denominada como “Modelo Barcelona” y se puede explicar en tres fases: 1980-1986: preeminencia de pequeñas intervenciones puntuales sobre el espacio público. Acupuntura urbana. (146 nuevas plazas, calles, jardines y parques). 1986-1992: ampliación de la escala dimensional de las intervenciones urbanas y también de su complejidad, infraestructuras y sistemas, utilizando como soporte la organización de los Juegos Olímpicos de 1992. 1992-2005: paradigma glocal. Reflexión metropolitana para traducir al modelo urbano la transición entre la socioeconomía industrial y la neoterciaria. A partir de 2005, con nuevas coordenadas políticas, el Modelo Barcelona mantiene sus efectos, aunque en algunos aspectos se ha ido diluyendo. Neoterciario_La cultura económica clásica considera tres sectores productivos básicos: el sector primario referente a la agricultura, el sector secundario referente a la industria y el sector terciario referente a los servicios. El neoterciario se refiere a una ampliación del sector terciario clásico que aparece con la globalización, por la incorporación de nuevos programas y sistemas productivos provocados por las nuevas tecnologías. Network Society_La Era de la Información, según Manuel Castells, se caracteriza por la continua interacción de la trilogía economía-sociedad-cultura, y actúa como soporte de un nuevo paradigma socioeconómico: la sociedad red (Network Society). La sociedad red provoca nuevas relaciones de producciónconsumo, poder, y experiencias que, mediante la interacción con una nueva relación del binomio espacio-tiempo, constituye la base de la nueva cultura global.


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Paradigma FIRE_ Economía formada por los sectores Financial, Insurance y Real State, de gran importancia a partir de los ochenta. Posteriormente, se le añadió Enterprise. El paradigma FIRE se convirtió en la comadrona de la producción urbana postfordista, exclusivamente anclada en los preceptos socioeconómicos neoliberales, y sin ninguna conexión con la cultura urbanística, lo que provocó las aporías urbanas que explican la situación crítica actual y también la parálisis en los avances disciplinares relativos a la urbanidad. Proyecto OBOR_ El proyecto OBOR (One Belt, one Road) propulsado por el gobierno chino del presidente Xi pretende actualizar la capacidad interactiva de la “Ruta de la Seda” de acuerdo con la complejidad del siglo xxi, de forma que se convierta en un sistema interactivo clave a escala global tan eficiente como lo fue la Ruta de la Seda durante el Medioevo. Sin embargo, el proyecto OBOR parte de una diferencia esencial respecto a la Ruta de la Seda: mientras esta se configuraba territorialmente como un sistema interactivo euroasiático, el proyecto OBOR amplía considerablemente el ámbito territorial a partir de una triple interacción entre Asia, Europa y África. Topología_(Según Gregory Bateson) Rama de las matemáticas que no tiene en cuenta las cantidades y solo se ocupa de las relaciones formales entre los elementos componentes (en especial aquellos que pueden ser representados geométricamente. La topología estudia aquellas características que no se modifican con la distorsión cuantitativa. Unbundling Infrastructures_ El colapso de las infraestructuras industriales incapaces de asumir los crecientes retos que emanan de la globalización da lugar a un “urbanismo astillado” (splintering urbanism) que genera una doble implicación, la progresiva privatización de las infraestructuras y la consolidación de los procesos de segmentación infraestructural (unbundling infrastructures) que, como consecuencia de su “porosidad funcional”, promueven la decomposición de las infraestructuras, para poder asumir distintos programas funcionales, complementarios del programa principal. Por ejemplo, (una autopista, además de arteria de tráfico, contiene gasolineras, moteles, restaurantes y se puede convertir también en colector de flujos de electricidad, telefonía, fibra óptica…).


I


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TRANSICIÓN POSTFORDISTA: EL PARADIGMA FIRE Y LA PÉRDIDA DE VALORES URBANOS


__I. TRANSICIÓN POSTFORDISTA: EL PARADIGMA FIRE Y LA PÉRDIDA DE VALORES URBANOS

1 LA OBSOLESCENCIA DEL MODELO URBANO MODERNO-INDUSTRIAL Un modelo urbano depende de muchos vectores, pero estructuralmente tres son nucleares: el contexto sociopolítico; el modelo económico y el paradigma tecnológico. Cuando estos vectores varían profundamente, el modelo debe modificarse o incluso ser sustituido por uno nuevo. A finales del s. xix, con la industrialización, se produjo un fuerte cambio estructural en la sociedad, y, consecuentemente, apareció el movimiento moderno-industrial, que definía las reglas del juego de la nueva sociedad urbana industrial (URBAN TURN-I). Posteriormente, la Network Society generó la globalización a partir de la evolución radical de los tres vectores enunciados, que dieron lugar a un nuevo contexto político supranacional, una nueva economía neoterciaria y un nuevo paradigma tecnológico. Pero a pesar de la trascendencia de estos cambios, aún no se ha producido el cambio de modelo (URBAN TURN- II).


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__ 1. LA OBSOLESCENCIA DEL MODELO URBANO MODERNO-INDUSTRIAL

La generación de nuevos modelos urbanos es un proceso muy complejo condicionado por la confluencia de múltiples circunstancias contextuales endógenas y exógenas. La formulación de nuevos modelos urbanos consustanciales con lo global, debe asumir la evolución de dichos vectores, por lo mucho que afectan a la nueva urbanidad. Cuando uno o más de estos vectores varían profundamente, el modelo urbano resulta inapropiado para cumplir los fines previstos y debe corregirse o sustituirse. Esto se produjo claramente durante el siglo xix. Entonces, la actividad agraria, que constituía el sector económico primario básico, fue sustituida por un nuevo sector económico secundario, la industria. En paralelo, la precaria tecnología e infraestructura premoderna-agrícola, fue sustituida por la nueva tecnología moderno-industrial, a la vez que se consolidaban los Estados-nación modernos de origen westfaliano. Con tales cambios estructurales, el modelo urbano también cambió hacia lo que comúnmente definimos como modernidad industrial. Pero esta modernidad no solo lo fue en términos políticos, económico-sociales y tecnológicos, también generó una total revisión de las tesis urbanísticas territoriales, y de diseño urbano: el Modern Movement constituyó el nuevo modelo urbano moderno-industrial, URBAN-TURN I. El fértil periodo moderno-industrial, de producción artística, objetual, arquitectónica y urba�nística, se desarrolló durante gran parte del siglo xix, hasta el último cuarto del xx y desde

marginalización del espacio público urbano selectividad funcional del territorio “Zoning” obsesión por la higiene y la orientación las tecnologias modernas promueven ocasionalmente edificios-torre relación binaria: la forma sigue la función movlidad urbana: “obligada” y promovida desde la oferta tecnologias e infraestructuras “hardware” la baja densidad como “cualidad” urbanización difusa “sprawl” la arquitectura vertebradora de la ciudad preeminencia del “plan” sobre el “proyecto urbano”

DESAJUSTES EN LA TRANSICIÓN MODERNO-INDUSTRIAL GLOBAL

VIEJO MODELO URBANO MODERNO-INDUSTRIAL

FUTUROS MODELOS URBANOS GLOBALES el espacio público urbano como vertebrador de la actividad neoterciaria isotropía territorial, accesibilidad, hibridez programática son condiciones necesarias pero no suficientes las nuevas tecnologias de la Network Society popularizan los edificios-torre como base de la nueva economía relación ternaria: forma-flujos-función movilidad urbana: “discrecional” y promovida desde la demanda tecnologias e infraestructuras “software” problemas ecológicos derivados de la urbanización difusa incrementar la densidad por la ecología y la economía el trinómio “sistema - infrastructura - arquitectura” como base de la nueva complejidad urbana preeminencia del “proyecto urbano” sobre el “plan”


__I. TRANSICIÓN POSTFORDISTA: EL PARADIGMA FIRE Y LA PÉRDIDA DE VALORES URBANOS

el punto de vista disciplinar ha constituido unos de los periodos más fecundos del diseño arquitectónico y urbano. Como es lógico, con la llegada de los nuevos vectores que conllevaba la nueva globalización, algunas de las tesis arquitectónicas y urbanísticas propias del periodo anterior moderno-industrial dejaron de tener una aplicación adecuada, o quedaron obsoletas, evidenciando la necesidad de una renovación disciplinar. Pero tan ingenuo es pensar que los preceptos disciplinares del modelo moderno-industrial serían suficientes y podrían ser aplicables directamente en la nueva etapa de globalización, como pensar lo contrario y propiciar la tabula rasa de todo el ideario disciplinar anterior. Así, cuando se quiere abordar urbanísticamente la globalización desde la continuidad del modelo moderno-industrial, se evidencian muchos y notables “desajustes”; sin embargo, también vale la pena insistir en las confluencias teóricas que se producen a la hora de reinterpretar en clave global los principales preceptos urbanísticos del modelo anterior. El cuadro precedente ilustra algunos de los “desajustes y confluencias” del modelo moderno-industrial vistos desde la óptica global. Pero los nuevos vectores globales eran estructuralmente diferentes y ello convulsionó la disciplina urbanística y también la urbanidad. NUEVO CONTEXTO SUPRANACIONAL

Tras el desmantelamiento de la economía industrial fordista, la nueva dinámica socioeconómica, provocada por la Network Society no se podría producir en un contexto internacional fraccionado y desconectado y, más allá de una cuestión ideológico-cultural, apareció un nuevo paradigma tecnológico, que promueve y estimula una visión interactiva del mundo, como base de la globalización. 1.1 Zbigniew Brzezinski (19282017) Politólogo estadounidense de origen polaco, consejero de Seguridad Nacional durante la presidencia de Jimmy Carter.

Muchos pensadores contemporáneos y especialmente Zbigniew Brzezinski1.1 opinan que “el poder en la globalización estaba definido por el encadenamiento de cuatro ámbitos decisivos: el militar, el económico, el tecnológico y el cultural”, de forma que entender lo político en términos de internacionalidad en el siglo xx solo es posible constatando la vigencia de esos cuatro vectores. Con la modernidad industrial y la reafirmación del Estado-nación westfaliano, se consolidaron nuevas formas político-territoriales, que superaron espacial y conceptualmente las restrictivas tesis territoriales del feudalismo medieval europeo.


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MODELO URBANO

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I

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contexto socio-político

globalización supranacional

XIX-XX

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prevalencia estado-nación agricultura/industria tecnología industrial

ciudad moderno-industrial RETORNO URBANO POST-FORDISMO TRANSICIÓN

XX-XXI

industria supra-nacional nueva economía tecnología informática

sociedad de redes y ciudad global

RETORNO URBANO II?

__ 1. LA OBSOLESCENCIA DEL MODELO URBANO MODERNO-INDUSTRIAL

Los Estados-nación, nacidos en el s. xvii buscan una lógica de coherencia interna capaz de confirmar su soberanía reinventando, si es preciso, una identidad fácilmente legible, y también remarcando territorialmente su espacio de soberanía. Esto implicó la creación de fronteras que alteraban el mosaico geopolítico medieval, configurando así un nuevo mapa europeo formado por los nuevos estados, apoyados en lecturas más o menos estrictas de su historia, de su identidad, y de un hipotético destino común de sus habitantes. Esta situación se desarrolló en el marco de la nueva modernidad industrial, que actuó como lubricante del nuevo sistema político, especialmente en un nuevo contexto internacional, dominado ya inicialmente por la tecnología y la economía industrial. El diseño y ejecución de este nuevo puzle geopolítico, además del marco socioeconómico de la industrialización, precisó del desarrollo de una nueva ideología territorial que solo podría materializarse a partir del despliegue de las nuevas tecnologías y de la revisión de la cultura territorial anterior. Los nuevos sistemas tecnológicos e infraestructurales moderno-industriales, precisaban de homologación internacional, porque sin ella las consecuencias para la visión unitaria del territorio nacional serían nefastas, p. ej., en España, en el s. xix, para consolidar sus fronteras y soberanía y evitar invasiones militares extranjeras, se adoptaron sistemas ferroviarios no homologados geométricamente, evitando así, la natural conectividad con otros pueblos y culturas que provocó un negativo alejamiento sociocultural respecto al resto de Europa, y una gran dificultad para el transporte y el comercio. ¡Era imposible ser menos interactivo! Podríamos observar razonamientos geopolíticos donde se evidencia la vigencia de los cuatro poderes enunciados ya en la colonización española de América, en todos los ejemplos de colonización del siglo xix y, hoy, en la afirmación a nivel global, primero de Estados Unidos y ahora de las dos grandes potencias orientales: India y China. El caso americano es evidente a partir de sus acciones militares directas en Vietnam, Oriente Medio, y de sus acciones desestabilizadoras en América Latina. Actualmente, la India se está reestructurando de acuerdo a la construcción de grandes corredores socioeconómicos que conectan las ciudades de Delhi, Mumbai, Kolkata y Chennai-Bangalore, vertebrando todo el país, mientras que en China, el proceso de urbanización más grande de la historia la está convirtiendo en la primera potencia mundial.


__I. TRANSICIÓN POSTFORDISTA: EL PARADIGMA FIRE Y LA PÉRDIDA DE VALORES URBANOS

A pesar de todas las reticencias provenientes de la singularidad y diversidad cultural de los distintos territorios, lo global se está asentando en todo el mundo, independientemente de la dimensión de los estados y territorios, pues la escala no es impedimento para adquirir protagonismo en el nuevo escenario global. Los llamados NICs (Newly Industrialized Countries) se refieren tanto a los grandes países que forman el bloque BRICS: Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica, como a los diminutos “cuatro tigres asiáticos”: Taiwán, Hong Kong, Singapur y Corea del Sur. La indiferencia ante la escala del territorio y el éxito económico de algunas micro escalas político-territoriales han comenzado a alimentar una aceleración en el fraccionamiento del mosaico de los Estados-nación, especialmente evidente en el artificioso monolitismo político europeo. Pequeños países como Irlanda, Escocia o Cataluña, de fuerte Identidad cultural, son actualmente muy activos en la actitud de despegarse de su actual Estado, para conformar nuevas instituciones independientes, superando obviamente las tesis federalistas modernas, lo que implicaría una restructuración profunda del mosaico político-institucional europeo. La condición necesaria para la implantación de las nuevas entidades políticas globales es que estas dispongan de una nueva agenda socioeconómica para afrontar el futuro global, a partir de un óptimo soporte científico-tecnológico. Así, los procesos de globalización se asientan organizativamente sobre un variado catálogo, siempre creciente, de organizaciones supranacionales, que intentan racionalizar y mejorar las relaciones globales, mirando siempre de reojo la disolución del Estado-nación. Se pueden observar muchos tipos de estructuras supranacionales: - Entidades supraestatales de dimensiones continentales - Organismos supra regionales de cooperación - Organizaciones supranacionales parapolíticas reguladoras de la concertación socioeconómica - Agrupaciones de países con fines logísticos específicos, más allá de sus propias fronteras - Organizaciones de la sociedad civil, –ONG– destinadas a controlar, verificar y actuar de dinamizadoras de políticas concretas, que actúan globalmente, fuera de sus límites territoriales, rellenando el hueco de la ineficacia de los Estados. - Proyectos infraestructurales de escala macro nacional, como el proyecto OBOR (One Belt, One Road) para mejorar la interacción entre China Europa y África. Ante tan variado repertorio de organizaciones supranacionales, la cuestión es saber si se trata de una cuestión meramente táctica, destinada a asegurar la concentración del


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__ 1. LA OBSOLESCENCIA DEL MODELO URBANO MODERNO-INDUSTRIAL

poder, o realmente asistimos al advenimiento de una nueva actitud supranacional generadora de una sociedad global, más acorde con los intereses de la ciudadanía. Desde nuestra óptica urbanística, este trabajo intenta decantar la alternativa anterior a favor de la segunda opción.

LA NUEVA ECONOMÍA NEOTERCIARIA Y EL DECLIVE DEL SECTOR SECUNDARIO 1.2 Alfred Marshall. Economista británico (1842-1924) Contribuyó decisivamente en las teorías del bienestar a partir de las teorías de Ricardo y Stuart Mill. Entre sus obras destacan: Principios de Economía (1890) e Industria y Comercio (1919).

1.3 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, organismo de cooperación internacional compuesto por 37 Estados.

En los inicios de la industrialización, Alfred Marshall1.2 ya destacaba que la producción de bienes tangibles, objetivo esencial del sector industrial, estaba fuertemente ligada a ciertas actividades de servicios, como el transporte, la publicidad o la distribución de los productos, y señalaba más tarde que el carácter facilitador de dichos servicios era un factor esencial para la factibilidad de la producción industrial. Esta reorientación del sector secundario, se agudizó con la confirmación del fordismo industrial, pero con su declive en el último cuarto del s. xx, ya se puede hablar de una auténtica metamorfosis industrial. Una de las primeras evidencias de esta metamorfosis es la caída del empleo manufacturero, cuestión especialmente sensible en las periferias urbanas, que comporta la recomposición de las actividades productivas urbanas que ha producido un cambio estructural en las economías occidentales, muy especialmente en el ámbito de la OCDE1.3. La transformación del sector industrial europeo hacia la terciarización todavía fue más acusada en Estados Unidos, coherentemente con un doble fenómeno: La desindustrialización en territorios que no se han modernizado porque no son capaces de complementar el sector secundario con el nuevo terciario, y la deslocalización en ámbitos que no pueden resistir la productividad y competencia de otros territorios más precoces en la comprensión de las nuevas estrategias globales. De hecho, algunos analistas, como Nick Srnicek, ya nos han advertido que “el postcapitalismo hiperliberal no será industrial. Aun así, la economía se reestructuraba sin cesar y el empleo se traspasaba del ámbito manufacturero al de servicios. Fruto de una mayor interactividad, el PIB seguía aumentando y también las exportaciones, especialmente en China, con un incremento anual en los últimos quince años del 25 %, en detrimento de las economías norteamericana y japonesa. La nueva economía ya producía a finales del s. xx una imagen nítida de cambio, desde el punto de vista de su estructuralidad y por sus consecuencias para el territorio: el sector industrial iba perdiendo la centralidad económica que había tenido durante más de cien años de industrialización, y la compartía con un nuevo sector terciario, o mejor neoterciario. El efecto de arrastre sobre la actividad económica que había tenido el sector indus-


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trial se comparte y se traspasa, hacia un sector neoterciario, que se ha ido acelerando a medida que se han confirmado los procesos de globalización. La nueva terciarización no es una mera resonancia amplificada del sector terciario que ya conocíamos en el periodo moderno-industrial, de ahí el término neoterciario, como fenómeno mucho más intenso y complejo, que abarca los servicios a las empresas, los servicios de comercio, los servicios financieros, los servicios para las redes de energía, agua, gas, transportes y comunicaciones y, en general, todos los servicios que soportan la vida contemporánea, como el ocio y la cultura, muy diferentes respecto del periodo moderno-industrial. El neoterciario está muy pendiente de las actividades intangibles propiciadas por las nuevas TICs (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) lo que le confiere un carácter muy distinto al convencional terciario moderno-industrial. Pensemos en las diferencias con el pasado y en la trascendencia del actual fenómeno del turismo, o en la importancia estructural que para la actual sociedad tienen las actividades como la investigación, la creatividad, o el marketing. En el neoterciario, se produce con tal intensidad la interacción y complementariedad entre bienes y servicios, que su actividad se ha convertido en el generador del dinamismo socioeconómico que hoy conocemos. En la nueva economía, propulsora del sector neoterciario, la interacción entre los bienes y los servicios (intangibles) varía respecto al periodo moderno-industrial. La masiva y acelerada producción de bienes (tangibles), connotadora del progreso industrial, generaba servicios (intangibles), estableciendo una nítida separación entre bienes y servicios, que se irá diluyendo en la economía neoterciaria. Para la nueva economía, propiciada por las TICs, la clásica separación entre bienes y servicios se ha desvanecido en favor de una integración entre ambos, y de la supremacía del ámbito de lo intangible y de las actividades neoterciarias. 1.4 Paul H. Dembinski. Very Large Enterprise, focal firms and global value chains, 2009.

Ahora, la interacción entre bienes y servicios evoluciona desde las tesis que promueven una estructura, imagen y comercialización única, las focal firms1.4, como la telefonía móvil y los productos electrónicos, ejemplos de una deliberada ambigüedad entre el bien producido y el servicio que presta, hasta la contratendencia más reciente del unbundling, que para evitar monopolios y ganar en eficiencia descompone al máximo tanto la producción de bienes como la generación de servicios. En el campo de las infraestructuras veremos que este nuevo concepto es crucial. La nueva economía debe entenderse desde tres presupuestos básicos: es informacional, generando conocimiento y experiencias capaces de aumentar su productividad y competitividad. Es global, pues los clientes, mercados, firmas, y demandas así lo confir-


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__ 1. LA OBSOLESCENCIA DEL MODELO URBANO MODERNO-INDUSTRIAL

man. Es networked, pues basa su flexibilidad y capacidad de adaptación en la información obtenida gracias a la conectividad global. También hay que subrayar que la nueva economía es capitalista y que, por vez primera en la historia, prácticamente todo el planeta lo es, lo que implica una uniformidad económica que obviamente se traslada también al campo del diseño, planificación y producción urbana.

NUEVO PARADIGMA TECNOLÓGICO

Las suevas tecnologías, soporte de la Network Society, y especialmente las de información y comunicación, han penetrado e impregnado la sociedad produciendo efectos sociales y territoriales desconocidos hasta ahora. En la nueva era de la información, las sociedades humanas desarrollan sus actividades en un nuevo paradigma tecnológico construido alrededor de la microelectrónica, las TICs, o la ingeniería genética, que tienen poco que ver con las modernas tecnologías mecánicas surgidas con la industrialización. En realidad, los conceptos más importantes sobre globalización política y económica que hemos descrito no serían factibles sin un nuevo paradigma tecnológico que los soporte, por eso, más adelante trataremos la tecnología como pívot entre pasado, presente y futuro. El nuevo paradigma tecnológico que caracteriza nuestra era no debe interpretarse en absoluto como la mera continuidad de los paradigmas tecnológicos industriales. Con la Network Society, estamos solo al principio de una revolución tecnológica, donde los progresos de internet y de las técnicas de computación, la nanotecnología, la revolución biológica, la robótica, la inteligencia artificial, entre otras, conforman un tipo de sociedad distinta de la industrial. Este dinámico contexto global propiciado por las TICs también se manifiesta rotundamente en el ámbito cultural. Si la capacidad de información y de intercambios produce por sí misma efectos complejos en la percepción cultural, la Network Society, a través de un gran set de opciones de grupos multimedia, aún los amplifica más, y los nuevos modos y vías de información, TV por cable o satélite, VCR, vídeos, y las nuevas modalidades y formatos de información por internet son la base de lo que hoy llamamos “el cuarto poder”. Las consecuencias del nuevo paradigma tecnológico son tan cruciales para la urbanidad, que es lógico decir que, en el nuevo contexto global, “lo urbano, debe ser considerado también como un proceso sociotécnico”.


__I. TRANSICIÓN POSTFORDISTA: EL PARADIGMA FIRE Y LA PÉRDIDA DE VALORES URBANOS

2 CONDICIONANTES DE LOS PROCESOS GLOBALES DE URBANIZACIÓN La globalización ha condicionado el nuevo contexto geopolítico de la sociedad urbana, enmarcada en tres discursos transdisciplinares de fuerte repercusión en los nuevos procesos de urbanización: el “boom demográfico”, un nuevo discurso ecológico y el conflicto sociocultural relacionado con la diversidad y los flujos migratorios.


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La nueva globalización socioeconómica coincide con dos situaciones clave configuradas anteriormente: el Estado-nación y la preeminencia del pensamiento capitalista-hiperliberal.

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La interacción globalización/Estado-nación es conflictiva porque restringe los preceptos clave del Estado-nación, como las fronteras, el proteccionismo y la autonomía total del territorio nacional.

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POLÍTICAS DEMOCRÁTICAS

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VECTORES URBANOS GLOBALES

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boom demográfico 2.1 Los acuerdos de Bretton Woods se firmaron en 1941 en la localidad del mismo nombre en New Hampshire, EE. UU., y configuraron la arquitectura básica de las relaciones económicas y financieras internacionales tras la II Gran Guerra. El nuevo orden económico se basó en asegurar la estabilidad de las transacciones internacionales a partir de un tipo de cambio sólido y estable fundamentado en el dólar americano, que sustituía al patrón oro. Para desplegar la nueva política económico-financiera, se crearon dos nuevas instituciones internacionales: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. La Organización Mundial del Comercio, que completa el esquema, no se creó hasta 1995.

La interacción globalización/democracia liberal solo es comprensible desde la perspectiva de un nuevo “federalismo global” que aún está indefinido, y la interacción Estado-nación/democracia liberal aún se rige por los acuerdos de Bretton Woods de 19412.1. Es decir, los futuros modelos globales solo serán verosímiles si se modifica sustancialmente el carácter de las interacciones enunciadas. Estas incongruencias también son palpables desde el punto de vista de una nueva cultura territorial, pero, en paralelo a una reconsideración total de los parámetros políticos y socioeconómicos actuales, tenemos un cierto margen de maniobra disciplinar, analizando e interpretando urbanísticamente tres vectores claves afines a la globalización que son clave para los nuevos procesos de urbanización: El boom demográfico, el nuevo discurso ecológico y los conflictos socioculturales derivados relacionados con la diversidad y los flujos migratorios.


__I. TRANSICIÓN POSTFORDISTA: EL PARADIGMA FIRE Y LA PÉRDIDA DE VALORES URBANOS

Población del mundo: estimaciones, 1950-2015 y proyección de variante media con intervalos de predicción del 95 %, 2015-2100

Población por región, estimaciones, 1950-2015, y proyección de variante media, 2015-2100

Esperanza de vida por región: estimaciones, 19758-2015, y proyecciones 2015-2050

Población urbana y rural del mundo, 2015-2050

Tasa media anual de variación de la poblacion urbana, por áreas principales, 1950-2050

La gran mayoría de los habitantes rurales del mundo vive en Asia, pero el crecimiento previsto es más rápido en África


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Fuente: Perspectivas de poblaciรณn mundial de las Naciones Unidas 2014 y 2017 (revisiรณn).

__ 2. CONDICIONANTES DE LOS PROCESOS GLOBALES DE URBANIZACIร N


__I. TRANSICIÓN POST FORDISTA: EL PARADIGMA FIRE Y LA PÉRDIDA DE VALORES URBANOS

EL BOOM DEMOGRÁFICO

De acuerdo con el documento "World Population Prospects" (2017 Revision) redactado por las Naciones Unidas (Key Findings and Advance Tables): En 1950 se estimaba que la población mundial era de 2.600 millones de personas. En 1987 se alcanzaron los 5.000 M. En 1999 6.000 M. En 2011 7.000 M. En 2017 la población llegó a 7.550 M. Las previsiones para el resto del siglo xxi son del orden de 8.851 M en 2030; 9.772 M en 2050, y 11.184 M en 2100. A partir de esta fecha la población mundial se estabilizará y, según los expertos, descenderá. Este drástico crecimiento –boom demográfico– se ha producido en gran medida por el aumento del número de personas que sobreviven hasta la edad reproductiva y ha venido acompañada de grandes cambios en las tasas de fecundidad, con una gran repercusión urbanística. Del documento WPP Key Findings, podemos extraer algunos conceptos importantes para comprender el efecto del boom demográfico en los procesos de urbanización: – Evolución continua del crecimiento hasta 2100 En esta fecha la población mundial estará en torno a los 11.200 M, a partir de la cual se prevé la estabilización y probable descenso poblacional, cuestión a tener en cuenta, sobre todo desde la perspectiva de la urbanización del territorio. En 2100 más del 80 % de la población mundial vivirá en Asia o África. – Las distintas regiones tienen ritmos de crecimiento muy dispares Asia y África crecen continuamente hasta el 2100, mientras que el resto, Europa, Oceanía y las Américas se mantienen relativamente constantes. Europa es la única región que pierde población especialmente en los países del Este, mientras que África ha aumentado a un ritmo del 2,55 % anual entre 2010 y 2015. – El crecimiento poblacional se concentra en pocos países China con 1.400 M e India con 1.300 M son los dos países más poblados y significan el 19 % y 18 % de la población mundial. África es el continente que más crece. De 2017 a 2050 la mitad del crecimiento de la población mundial se concentrará solo en nueve países que, por orden de crecimiento, son: India, Nigeria, Congo, Pakistán, Etiopía, Tanzania, Estados Unidos, Uganda e Indonesia. India superará a China en 2024 y Nigeria


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superará a Estados Unidos antes de 2050. En 2050, los seis países más poblados del mundo (más de 300 M) serán China, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán y Estados Unidos. – La gran influencia de las tasas de fecundidad en el crecimiento poblacional Se espera que el nivel mundial de fecundidad pase de 2,5 niños por mujer en el periodo 2010-2015, a 2,4 en el periodo 2025-2030, y a 2 en el periodo 2095-2100. De los 21 países con tasas de fecundidad más altas, 19 están en África y 2 en Asia. Europa tiene las tasas más bajas: 1,6 en el periodo 2010-2015 y probablemente 1,8 en 2045-2050. – Incremento de la “esperanza de vida” En todo el mundo se ha aumentado la esperanza de vida, que ha pasado de 67 a 70 años. En África, en la primera década del s. xxi se ha incrementado en seis años. En el periodo 2010-2015 la esperanza de vida en África era de 60,2 años, en Asia de 71,8 años, en Latinoamérica de 74,6 años, en Europa de 77,2 años, en Oceanía de 77,9 años y en Estados Unidos de 79,2 años. Para 2050, en África se prevé aumentar la esperanza de vida en 11 años; Asia, Europa y Latinoamérica entre 6-7 años, y Norteamérica y Oceanía en 4-5 años. (Las previsiones se hacen suponiendo una gran reducción de HIV/AIDS y otras infecciones.) El boom demográfico descrito tiene muchas consecuencias para la sociedad, hoy y en el futuro, pero desde el punto de vista de la urbanidad, las más importantes son: – Altos niveles de urbanización Aunque el crecimiento demográfico crecerá al menos hasta 2100, es cierto que a partir del siglo xxi, dicho crecimiento se ha moderado. En los sesenta crecíamos 87 M al año, (2,1 % anual) en la actualidad, 77 M (apenas llega al 1,2 %) lo que supone que la preocupante hipótesis de que la población mundial podría duplicarse cada 35 años, según los expertos, no se cumplirá. Aun siendo más moderado, el constante crecimiento de la población tiene una característica: la concentración de la población en las ciudades. En 1950, la población urbana mundial representaba un 30 % del total; en 2014 ya representaba un 54 %, y en 2050 se prevé que la población urbana representará más de un 66 % de la población total, y seguirá creciendo a costa del descenso de la población rural, que descenderá de 3,4 a 3,2 billones entre 2014 y 2050. África, China e India mantienen 90 % de la población rural del mundo. La población urbana está creciendo fuertemente, desde 746 M en 1950 hasta 3,9 billones en 2014. Asia, a pesar del bajo nivel de urbanización inicial, detectaba en 2014 el 53 % de la población urbana mundial, seguida de Europa con un 14 % y Latinoamérica con un 13 %. El


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crecimiento de la población urbana seguirá aumentando hasta alcanzar los 2,5 billones en 2050, pero un 37 % de dicho crecimiento se concentra en tres países: India, China y Nigeria. Dicha proyección implica un incremento de 404 M de ciudadanos en India, 292 en China y 212 en Nigeria. Aunque no se trata de una relación causa-efecto directa, la “burbuja inmobiliaria” que explotó en el 2008 no sería explicable sin el actual boom demográfico. La vida económica y social se concentra en las ciudades y más de la mitad del GDP mundial se acumula en solo 750 urbes, pero no solo aumenta la proporción de urbanización, sino que también lo hace su complejidad tipológica y su tamaño, en forma de megaciudades (más de 10 M de habitantes) localizadas especialmente en China, de forma que las 28 megaciudades que existen en 2015 se convertirán en 41 en 2050. Hasta hoy, el ritmo de despoblamiento rural es superior a la capacidad de absorción urbana en condiciones mínimamente aceptables, y los emigrantes rurales están en “lista de espera para integrarse a la ciudad”, malviviendo en situaciones de extrema penuria, como son las favelas brasileñas, o las villas miseria argentinas cada vez en mayor número y con menos expectativas de acabar con su provisionalidad. En este sentido, la ciudad, precisamente por su espectacular “efecto llamada”, se está convirtiendo en una “ciudad trampa” para los emigrantes rurales. – Envejecimiento de la población Un factor esencial a tener en cuenta por sus efectos territoriales y urbanos, y especialmente por sus demandas especiales de movilidad, es el alto envejecimiento de la población, tanto por su mayor expectativa de vida, debida a los avances de las ciencias médicas y de salud, como por el declive de la natalidad. Entre 2015 y 2050, la población de más de sesenta años se duplicará: del 12 % de la población (0,9 bs) hasta el 22 % (2,1 bs). La esperanza de vida ascenderá. En el periodo 2010-2015 fue de 78 años en los países desarrollados y de 68 años en los subdesarrollados. En 2045-2050, la esperanza de vida puede pasar a ser de 83 en los países desarrollados y 74 en los subdesarrollados. Actualmente solo Japón tiene una proporción de personas mayores de 60 años superior al 30 %, pero se prevé que en 2050 habrá 64 países en las mismas condiciones. La fertilidad disminuirá desde 2,2 niños por mujer en 2015 hasta 2 niños en 2050. Hay que añadir que la intensidad del envejecimiento es distinta en las diferentes regiones del mundo y además subrayar un dato socioeconómico muy significativo: en 2050 más del 50 % de la población mundial estará formada por clases medias urbanas. Sin


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embargo, en este contexto, en 2050, la población urbana que vivirá en slums será superior a los tres billones de personas. Socioeconómicamente, hay que considerar que el costo de una pensión universal para personas de más de 60 años en los países desarrollados oscila entre un 0,7 y un 2,6 del PIB; que a escala mundial más del 46 % de esta población padece algún tipo de discapacidad, pero que, sin embargo, un 47 % de los hombres de edad, y un 23,8% de las mujeres están participando en la vida laboral. Si el envejecimiento y el aumento de la longevidad es uno de los mayores logros de la humanidad, lógicamente la sociedad ha de hacer todo lo posible por abordar los desafíos que conlleva esta transición demográfica y aprovechar los beneficios de este “dividendo de longevidad”. Las consecuencias urbanísticas del crecimiento demográfico previsto hasta 2100 son tan grandes que estarán presentes a lo largo de todo este trabajo. Aunque algunos piensen lo contrario, la fórmula urbanística de la globalización propiciando megaciudades, generalmente verticales no son siempre la mejor solución ante el acuciante crecimiento poblacional y de urbanización, haciendo evidente la necesidad de progresar en lo referente a nuevas estructuras urbanas. ¿Alguien piensa, por ejemplo, que para absorber la nueva población urbana de Nigeria, sería una óptima solución la construcción de una docena de ciudades como Lagos, o que para gestionar el inmenso territorio ruso con una tendencia demográfica tan deficiente es admisible la concentración de la población urbana casi exclusivamente en Moscú? El panorama demográfico es especialmente sensible desde el punto de vista de una nueva urbanidad, que deberá asumir con todas sus consecuencias la nueva realidad tanto a nivel de diseño urbanístico-infraestructural como de justicia espacial. – Mayor interconexión social Esta evolución demográfica lleva pareja una auténtica revolución en lo referente a las formas sociales de interconexión. Mientras en 2013, el 47 % de la población (3,4 bs) tenía teléfono móvil, en 2020 el porcentaje llegará al 56 % (4,3 bs). Además, más del 60 % de la población de más de 60 años, utiliza con normalidad el teléfono móvil. Las conexiones entre y desde los coches por Internet están creciendo a un ritmo del 30 % anual, y está previsto que en 2020 ya más de un 20 % de vehículos estén conectados. Las nuevas tecnologías relacionadas con la automatización y la robótica incidirán muy directamente en la población de cualquier edad. Sin embargo, el cuidado y asistencia de las personas mayores, cuyo número se incrementa sin cesar, se resolverá mayoritariamente con personas que para funciones asistenciales son preferibles a las máquinas.


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– Movilidad y transporte Uno de los campos que están variando más en este nuevo contexto de crecimiento hiperconectado es la automoción. El número de vehículos motorizados está creciendo a un ritmo de un 3 % anual hasta 2030, aunque de forma muy desigual. En Europa y EE. UU., este crecimiento es del 1-2 %, y en India llegará al 7-8 %. En China, de los 240 millones de vehículos incorporados en 2012, 120 millones fueron vehículos de transporte individual. De acuerdo con International Transport Forum, en el año 2050, la movilidad de las personas será de 3 a 4 veces mayor que la que existía en el año 2000, y la movilidad de mercancías entre 2,5 y 3,5 veces mayor. Como veremos más adelante, con estas previsiones, es obvia la necesidad de repensar y proponer nuevas matrices de movilidad postindustrial, acorde con las nuevas pautas y demandas de la movilidad global y de la evolución demográfica. NUEVO DISCURSO ECOLÓGICO

A medida que el modelo moderno-industrial avanzaba, siendo un movimiento muy centrado sobre la idea de crecimiento continuado, en algunos de sus ámbitos, como el territorial, durante la segunda mitad del siglo xx maduraron tres crisis urbanas que abarcan tanto el ámbito disciplinar como la reivindicación social: la crisis de patrimonio, la de la movilidad y la crisis ecológica. La crisis del patrimonio, sin necesidad de una gran perspectiva histórica ni crítica, está claro que solo quedó aparente y contradictoriamente zanjada, pues a pesar de una insistente divulgación crítica, muchas veces retrohistoricista, y de la instauración de nuevas figuras proteccionistas como el Año del Patrimonio, que configuraron a la Unesco como pontífice de la conservación del patrimonio mundial, a pesar de todo ello, el patrimonio se sigue perdiendo, en algunos casos como en Rusia o en Asia de forma alarmante. La crisis de la movilidad se incuba con la maduración del modelo moderno-industrial, porque, probablemente, el espíritu moderno donde mejor se sustancia es en la nueva movilidad (American way of life) sobre todo por la omnipresencia del automóvil, tanto en el sprawl del territorio semiurbanizado como sobre los tejidos urbanos. Hoy la movilidad urbana no ha mejorado, sino al contrario y ya no es solo un problema en sí mismo, sino que forma parte de una cadena de “malas prácticas” que conforman el núcleo de una crisis mucho más estructural: la crisis ecológica. La crisis ecológica es más compleja que los casos descritos sobre patrimonio y movilidad.


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Para no perder su complejidad es oportuno analizarla incidiendo sobre algunos ámbitos considerados críticos por la comunidad científica y la opinión pública, aunque estas dos corrientes tengan oscilaciones en cuanto a sus coincidencias y discrepancias. Nos referimos al cambio climático y al calentamiento global, que deben implicar la necesaria revisión crítica del binomio clima-energía, apoyadas en la emergencia de nuevas visiones disciplinares inseparables del nuevo discurso ecológico, como los conceptos de Natural Capital, Land Mosaic o Green Infrastructures, soportes científico-técnicos de nuevas tesis ambientales. Las consecuencias territoriales del boom demográfico y del cambio climático nos permiten establecer una doble conclusión preliminar: – No es posible establecer modelos urbanos universales, debido a la irregularidad del mosaico poblacional resultante. Las ciudades, como medio básico de hábitat, ocio y trabajo deberán ser estructurales y conceptualmente revisadas con una perspectiva global, pero teniendo muy en cuenta su especificidad contextual. – Es preciso un nuevo discurso ecológico, más complejo y transversal, debido a su variedad de matices y su transdisciplinaridad. Si tenemos que ejemplarizar en un solo concepto nuestra reacción ante el rumbo de la globalización tras la crisis del 2008, este sería sin duda la urgente necesidad de articu�lar un nuevo discurso ecológico que reordenara por completo las relaciones del hombre con el medio natural. En este discurso, el devenir de la tecnología tendrá un papel clave para su formulación y verosimilitud, pero será necesario desterrar la actual parafernalia de metáforas y slogans pseudotecnológico-culturales a favor de una mayor investigación y rigor argumental. El nuevo discurso ecológico deberá superar su obsesión por el crecimiento y configurarse como una auténtica filosofía ecológica. CONFLICTO SOCIOCULTURAL POR LA DIVERSIDAD Y LOS FLUJOS MIGRATORIOS

Lo diverso es bueno. Cuando más variedad, más posibilidades hay de interacción, y a mayor interactividad, mayor complejidad y viceversa, que son componentes esenciales de la calidad urbana. 2.2 Aristóteles (384-322 a. C.) "Sobre el origen de la ciudad", Política.

El debate entre los componentes y el todo ha estado siempre presente. El primero y más radical, que analizó la relación entre el todo y sus componentes fue Aristóteles2.2 quien, hablando de la estructura de la ciudad, señaló que la ciudad es diversa y que su unidad provocaría su ruina.


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Aristóteles subrayó que la ciudad debe conformarse con muchos componentes distintos, que en la diversidad está precisamente su base más cualitativa, y advirtió que “la unidad significaría la ruina de la polis”. De una u otra forma, la diversidad ha estado siempre presente en el discurso del pensamiento urbano. Shakespeare marcó un hito con su famosa sentencia "What is the City but the People?" y resulta difícil pensar que con el término people se refiriese a grupos que no fueran socialmente diversos; y en la modernidad Einstein dijo medio en broma que “la descripción de la sopa, no tiene por qué saber a sopa”. Con la modernidad industrial, el concepto de diversidad entra en una ambigua controversia, tal como vemos en los tres escenarios siguientes: – La diversidad adoptó un carácter contradictorio en el proceso político de la fundación americana que, en aquel momento, era más evolucionado y radical que en Europa. El nuevo país, fundamentado sobre la base de la migración europea y de la modernidad industrial, construyó un sistema democrático muy avanzado que, contradictoriamente, aceptó y proclamó la segregación racial y la esclavitud.

2.3. Aristóteles. "Sobre la esclavitud", Política.

La Revolución Americana y la Declaración de Derechos inspiradas por intelectuales progresistas y modernos, como T. Jefferson y B. Franklin, no fueron capaces de evitar esta cruel contradicción que, por otro lado, en lo referente a la necesidad de la esclavitud, ya fue profetizada dos mil años antes por Aristóteles2.3, cuando se refería a la inevitabilidad de la esclavitud para que los ciudadanos pudieran gozar y aprovechar las ventajas de la ciudad. – En Europa, las nuevas tesis urbanísticas moderno-industriales, especialmente la Carta de Atenas, cercenaron el concepto de diversidad y desestimularon conscientemente la producción de espacio público urbano por considerarlo “poco moderno”, negándole su potencial sociocultural y considerándolo preferentemente como una plataforma para el despliegue de los nuevos flujos, básicamente de la movilidad.

2.4 Stanislava Boskovic. Tesis Doctoral “La potenzialità della città Post-Sovietica alla luce della globalizzazione odierna”, Academia de Arquitectura de Mendrisio (Suiza).

– En el mundo soviético, las premisas derivadas de Marx y Engels para la configuración de la nueva ciudad socialista, más próximas a Platón (427-347 a. C.) que a Aristóteles, se tradujeron de modo tal que la diversidad era un serio impedimento para la idea de igualdad y el nuevo orden social, abortando desde el principio todos aquellos mecanismos urbanos que podían estimularla, desde la negación del espacio público urbano que lo estructuraba, hasta la limitación de la movilidad territorial, con el aislamiento de las “ciudades cerradas”, impidiendo las comunicaciones e interacciones interurbanas2.4. Con la globalización, parecía haber llegado el momento de asentar definitivamente el concepto de diversidad como praxis de la Network Society y especialmente por el soporte de las TICs que favorecían todo lo que implicara movilidad e interactividad. Pero aquí


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también aparece la contradicción: aunque las tecnologías e infraestructuras facilitasen los viajes e interacciones, la realidad sociopolítica impedía, de facto, la diversidad. La situación es especialmente dramática en Europa. Se quiere mantener la vigencia de los flujos financieros, energéticos y de mercancías, pero se imponen limitaciones a los flujos de personas, argumentadas por razones laborales y de seguridad y, si estos flujos proceden de determinados ámbitos geográficos, se rechazan invocando, incluso, a la posibilidad genérica de acciones terroristas. La actual crisis de la Unión Europea y el Brexit ejemplarizan esta situación, apoyada en un doble discurso: por un lado, una interpretación anacrónica del concepto de identidad, y, por otro lado, el miedo instalado en Europa frente a las migraciones procedentes del África Subsahariana y de Oriente Medio. Esta desastrosa interpretación de la actual realidad social y geopolítica generada, en gran medida, por una incomprensión de la diversidad, debe ser analizada desde dos perspectivas: la multiculturalidad y la identidad, aunque por su complejidad solo las comentaremos brevemente en su relación con el hecho urbano. – Sobre multiculturalidad El multiculturalismo está mucho más cerca de la política que de la filosofía, y más cerca de un discurso practico-táctico que de un discurso teórico-estratégico. El multiculturalismo refleja el estado de un melting pot en el que los grupos minoritarios asimilarían rasgos de la cultura dominante, siempre que ellos puedan mantener algunos signos de su identidad. Así, el multiculturalismo aboga más por la separación y la división, que por la integración y la unidad. La Network Society impulsada por las TICs preconiza la compleja hibridez contemporánea y el multiculturalismo aparece como un bálsamo, en respuesta a nuevas situaciones: – Las voces disonantes del mundo comunitarista, que critican el excesivo individualismo del nuevo liberalismo en detrimento de los valores sociales. – El matrimonio entre autonomía e igualdad, como base del liberalismo, está condicionado por el hecho cultural en dos sentidos: porque la condición cultural es trascendental para asegurar la condición de autonomía personal –Multicultural Citizenship– y porque la condición cultural también juega un rol muy importante en la propia identidad individual. – El multiculturalismo pone el foco en una nueva relación entre libertad y dominación. – El multiculturalismo se ve afectado por las nuevas reacciones frente a situaciones postcoloniales que ahora se ven como oportunidades de inclusión en un nuevo diálogo intercultural. En la práctica, las tesis multiculturales nacidas en los 90 son muy contradictorias: están más en la línea de reforzar las nuevas formas de colonialismo que de contribuir a su


__I. TRANSICIÓN POSTFORDISTA: EL PARADIGMA FIRE Y LA PÉRDIDA DE VALORES URBANOS

disolución, además, la tensión y ambigüedad creadas en torno a su aplicación nos inducen a pensar que la diversidad no debe pasar, precisamente, por el multiculturalismo. Por otro lado, las tesis multiculturales, como fuente inspiradora del concepto de diversidad sociocultural, han ido perdiendo vigencia debido a que: – En un mundo cada vez más cosmopolita, dominado por la tecnología y el comercio, es normal vivir en contextos de hibridez sociocultural. Así, tener actitudes fuertemente reivindicativas respecto a determinadas tradiciones puede ser una fascinante experiencia antropológica, pero también una autentica dislocación en el contexto de interacción global en que vivimos. – La tolerancia que hoy necesita nuestra sociedad se promueve mejor desde la indiferencia que desde la acomodación, y tendencialmente se trata más de defender y promover los derechos individuales que los colectivos. – Hay que asegurar una mejor correlación entre políticas de reconocimiento de desigualdades y políticas de redistribución, porque el enfrentamiento social reduce la solidaridad y la participación cívica, y pone en riesgo el bienestar social. 2.5 Will Kymlicka (1962). Filósofo y político canadiense dedicado a la investigación de los problemas étnicos y la convivencia multicultural, que actualmente ejerce una gran influencia.

La situación actual del multiculturalismo lleva a W. Kymlicka2.5 a enunciar su reconceptualización en base a tres criterios: – La reinternacionalización de las relaciones entre los estados y las minorías. – La necesidad de regenerar las tesis del multiculturalismo liberal, debido al incremento de los derechos de conciencia, de los cambios demográficos, de las nuevas formas de movilización y del mayor consenso sobre los derechos humanos. – Analizar desde la perspectiva multicultural las consecuencias generadas por el postcolonialismo y por la desintegración del bloque comunista. – Sobre la identidad

2.6 Zygmunt Bauman (19252017). Sociólogo, filósofo y ensayista polaco de origen judío. Bauman, que nunca abandonó el marxismo, no puede ser calificado como postmodernista pues utiliza los conceptos de modernidad sólida y modernidad líquida para caracterizar las dos caras de una misma moneda. Escribió más de cien ensayos, algunos con gran penetración social como los referidos a modernidad líquida e identidad.

En los contextos urbanos, la identidad es un concepto aún más complejo. La ecuación inicial sería: las crecientes migraciones estimuladas por las TICs deberían propiciar una mayor diversidad sociocultural. Ante este hecho, observamos una alternativa disyuntiva: o bien la creciente diversidad trastoca y diluye la identidad local (también la foránea); o bien se produce un grado de integración tal que la cuestión identitaria no aparece como problema. La raíz de fondo de esta cuestión es que la identidad es un concepto poliédrico, y la perspectiva de correlación entre globalización e identidad queda suficientemente explicitada por algunos autores: – Zygmunt Bauman2.6 desarrolla su discurso sobre la identidad en relación a una cualidad específica de la globalización, que define como “líquida”. Según él, la cultura global,


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__ 2. CONDICIONANTES DE LOS PROCESOS GLOBALES DE URBANIZACIÓN

especialmente la urbana, fuertemente homogeneizada, ha perdido capacidad de seducción y además no tiende a resolver los problemas ya existentes, sino que provoca otros nuevos. Es verdad que, más o menos, todos consumimos lo mismo en todos los lugares, pero también es cierto que un mismo producto consumido, puede cambiar de significado según el contexto geográfico y cultural. 2.7 Wang Yi (1953). Político y diplomático, ministro de Relaciones Exteriores de la República Popular China desde 2013. 2.8 Jerome H. Friedman (1939). Profesor de Estadística en la Universidad de Stanford. Ha contribuido notablemente en los campos de la estadística y Data Mining. 2.9 Richard Sennett (1943). Sociólogo estadounidense, adscrito a la corriente filosófica del pragmatismo, ha escrito una docena de libros, algunos de gran repercusión social como La Conciencia del Ojo, La Corrupción del Carácter, El Artesano, Juntos o El Espacio Público. 2.10 John Tomlinson (1946). Sociólogo inglés, director del Institute for Cultural Analysis de la Universidad de Nottingham. Ha escrito libros y artículos sobre globalización, cosmopolitismo, modernidad e identidad. 2.11 Félix Guattari (19301992). Psicoanalista y filósofo francés. Autor del texto “Las Tres Ecologías” referidas a la interacción entre medio ambiente, relaciones humanas y subjetividad humana. Junto a Gilles Deleuze, escribió el famoso texto Mil Mesetas (One Thousand Plateaus).

– Wang Yi2.7 relata un ejemplo elocuente al respecto: “no es lo mismo comer en un McDonald's en Norteamérica, en un ambiente tan popular y próximo con la marca, que comer en un McDonald’s en India, donde solo los ricos pueden permitírselo, o comer en un McDonald's en China, donde aún predominan los restaurantes tradicionales de comi� da oriental. – ¿Es posible, como señala J. Friedman2.8, que el fenómeno de la homogeneización global sea superficial y se limite sobre todo a los bienes de consumo sin afectar tanto a los bienes culturales? ¿Es posible que la gente no permanezca impasible y defienda su pro�pio relato a favor del cambio cultural y contra esa uniformidad? ¿Se puede argumentar que la globalización está cada vez más involucrada en la defensa de los particularismos y en buscar las propias raíces, y que hoy existe más conciencia de identidad cultural que antes? – Richard Sennet2.9 defiende que la globalización con el soporte de las TICs lidera progresivamente el sentido de la colaboración, togetherness (compañerismo), para hablar de una convergencia que reforzaría la identidad, precisamente desde la opción global. Deeply-rooted-in-one's-culture (profundamente enraizado en la propia cultura) sería la máxima que, como convergencia entre lo global y lo local, no estaría muy lejos del concepto glocal que tanto nos interesa. – ¿Es posible constatar que el actual proceso de globalización se reencamina hacia una mejor comprensión de la identidad? John Tomlinson2.10 mantiene esta posición y piensa que la globalización, hoy, es quizá la fuerza más interesada en la creación y consolidación de la identidad cultural, y que esta es más un producto de aquella que no su víctima. Tomlinson considera la identidad como un “tesoro de la comunidad local” y apoya su discurso básicamente desde la nueva perspectiva “deterritorialista” que determina la relación entre la identidad cultural y la geografía en que se desarrolla. En este sentido, la cultura de la globalización está menos influenciada por la localización geográfica, porque esta está constantemente transgredida por la evolución del binomio espacio-tiempo, debido a las TICs.


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EXCURSUS El populismo-demagógico y la Covid-19, paraguas del denominado urbanismo táctico


En El triunfo de las ciudades (2011), Edward Glaeser señala que “por ser la mejor creación del hombre, la ciudad nos hace más ricos, más inteligentes, más ecológicos, más sanos y más felices”, y aunque esta sentencia puede provocar discrepancias, lo cierto es que aceptamos que en el actual contexto global la urbanización se extenderá indiscriminadamente por todo el planeta; si bien también es cierto que sobre ello se está debatiendo intensamente desde diferentes perspectivas disciplinares, sobre todo ahora, cuando la crisis global, agravada aun más por la pandemia COVID-19, pone en evidencia la necesidad de afrontar el futuro desde nuevas perspectivas. Es necesario pues, que reflexionemos desde el rigor disciplinar y hacerlo al margen del statu quo (business as usual, BAU) que actúa obsesionado por una imposible “vuelta a la normalidad” sustentada en un inmovilismo acrítico incapaz de procesar la complejidad de la crisis ni de reformular un futuro plausible para la cultura territorial. La revisión de la cultura territorial es un tema crucial, pero el complejo contexto político y socioeconómico actual nos obliga a explorar vías urbanísticas más disruptivas, porque arreglar el actual modelo es ya insuficiente para construir un “nuevo paradigma territorial” capaz de proponer una relación mejor entre lo urbano-artificial, lo rural y la espontaneidad de la naturaleza. Superar la escala urbana en el marco de una revisión crítica del Urban-Continuum Regional, reciclando el territorio rural, es una vía, aunque no la única, para afrontar con esperanza un nuevo modelo de interacción campo-ciudad, especialmente tras constatar que la modernidad rompió la tradicional indiferencia del ciudadano hacia la naturaleza, pero que con la globalización esta cuestión se ha deteriorado hasta generar “un nuevo anhelo del individuo urbano por el campo”. Esta situación obliga a preguntarnos si el futuro de la urbanidad será realmente tan urbano como se dice, pues aunque es evidente que desde hace algunas décadas la población mundial es mayormente urbana, esto no implica necesariamente que el actual modelo de urbanidad no pueda cambiar, lo que impulsa a preguntarnos, ¿es posible que desde la ciudad se esté reclamando menos ciudad?


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Pues bien, la manipulación de esta cuestión es el núcleo del llamado urbanismo táctico. Promover nuevas tesis urbanístico-territoriales para superar la escala estrictamente urbana mediante una mayor interacción campo-ciudad ha sido una constante histórica y de forma singular con el urbanismo moderno-industrial. Al inicio de la industrialización Le Corbusier encarriló la demanda de interacción sustituyendo la composición urbana tradicional, continua y compacta por un tejido urbano esponjado con edificios-torre que propiciaban la presencia de la naturaleza entre las edificaciones, pero aunque esta tesis fue generalizándose con distintas fórmulas proyectuales, surgieron alternativas más comprometidas sociológicamente, inspiradas en la actualización del concepto de ciudad-jardín de Howard. Así, en el ciclo de conferencias que Frank Lloyd Wright impartió en Princeton en 1930, quedó patente otra vía que propiciaba urbanísticamente una mayor interacción entre la ciudad y el campo. En su propuesta Broadacre City, Wright entendía que el tipo de vida generado por la ciudad industrial se alejaba cada vez más de la idea de felicidad que tenía el ciudadano, quien, sintiéndose esclavizado por la ciudad, volvía su mirada hacia lo rural e intuía que los edificios urbanos, incluso los rascacielos debían disolverse en la naturaleza, en vez de introducir la naturaleza en la ciudad mediante grandes parques urbanos. Para Wright, no era el campo el que debía entrar en la ciudad, sino la ciudad la que debía penetrar en el campo, señalando que esta acción caracterizaría la futura urbanidad. Contemporáneamente, en la Rusia Soviética, Marx y Engels mostraban en sus discursos tanta preocupación por la interacción ciudad/campo que promovieron las bases de la nueva cultura urbanística socialista. La ciudad industrial ya no era el escenario adecuado para la vida urbana socialista, y su espacio compacto y denso debía desaparecer para transformarse en un lugar extenso e indefinido que resolviese definitivamente las desigualdades que existían entre el campo y la ciudad.


Estas tesis no estaban muy alejadas de las que contemporáneamente exponía Wright en Princeton, y son visibles en los escritos de Ginsburg y Ochitovic para definir las bases de su teoría desurbanista: ...No se trata de transformar el campo en ciudad, ni de reducir la dimensión de la ciudad... pero sí de dispersar lo más posible el centro, a fin de eliminar la ciudad “en general”... No se trata de combinar en un modo único la ciudad y el campo... ni de una conciliación entre campo y ciudad, como en la ciudad-jardín de Howard o en la ciudad-jardín obrera del camarada Kozanny... se trata de “una nueva deslocalización de la humanidad”. La antinomia urbanismo/desurbanismo nos remitía al dilema campo/ciudad como dos modelos alternativos de vida y de producción, caracterizados socialmente por las diferencias entre el campesino y el obrero industrial y urbanísticamente por los contrastes entre la complejidad urbana y la simplicidad rural. El desurbanismo no dio grandes frutos en la Rusia soviética, en realidad solo estuvo vivo entre 1929 y 1930 y, aunque reivindicó los esquemas lineales para promover ciudades de nueva planta como Magnitogorsk o Stalingrado, fracasó cuando pretendió transformar radicalmente, incluso a costa de su práctica desaparición, las ciudades maduras, como el proyecto Moscú-Ciudad Verde, del que solo quedó un buen repertorio de nuevas tipologías de edificios urbanos, especialmente debidas a Ginsburg, que aun permanecen hoy, pero sin dejar ninguna herencia urbanística significativa, especialmente con respecto a su tesis central: “disolver la ciudad por el campo, aunque ello significase su casi-destrucción”. Paralelamente, constatamos que en Occidente la Broadacre City de Wright no se consolidó, aunque se produjeron proyectos urbanos significativos como la Ciudad Blanca de Patrick Gueddes en Tel Aviv, o Lafayette Park de Hilberseimer y Mies en Detroit, y desde luego, se consolidaron las tesis de Ciudad Vertical de Le Corbusier y Hilberseimer, convertidas en las tipologías más convenientes para el urbanismo de la globalización. Todo ello coetáneamente con la promoción y consolidación en toda Europa y en América de “urbanizaciones horizontales ajardinadas” de gran dimensión como la Sun City en Phoenix, Arizona, y el movimiento norteamericano Edge City, que


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ya constituyó un primer antecedente de la nueva reflexión territorial urbano-regional, aunque el verdadero protagonista respecto a la interacción campo-ciudad mediante nuevas escalas de intervención aparece a finales del siglo xx con el proceso de urbanización de China. Tras el fracaso desurbanista en la URSS y en Occidente, se dio paso a distintas concepciones del urbanismo moderno-industrial. Hoy, en un crítico contexto socioeconómico agravado durante el postfordismo y la globalización, la interacción campo-ciudad, entendida como una revisión radical del Urban-Rural Continuum incentivó el tránsito hacia nuevos modelos de ordenación territorial de escala regional como el glocal, City-Region, junto a nuevas alternativas de reciclaje del ámbito rural mediante una adecuada tercialización del sector primario-agrícola, opciones ya comentadas anteriormente en este libro. No obstante, en la actual coyuntura global agravada por la pandemia, constatamos una preocupante convulsión ideológica que conlleva que cualquier paradigma territorial esté inscrito en un contexto político que tanto en ciertas derechas como en ciertas izquierdas se tiñe lenta pero progresivamente, de un populismo-demagógico, testimonial al principio, pero al final capaz de asumir posiciones de gobierno. En los populismos-demagógicos de derechas o de izquierdas escasean los posicionamientos estratégicos pero abundan los excesos tácticos comunes; no les disgusta que sean tildados de antisistémicos porque en realidad no lo son, y ambos han decidido sustituir el discurso científico y riguroso por el relato emocional, una opción de consecuencias nefastas para la coherencia ideológica, como ya nos advirtió Walter Benjamin. No debe extrañarnos pues, que en esta situación el sistema democrático sea cada vez más imperfecto, y que su resultante sea según Jaacov Talmón la democracia totalitaria y el mesianismo político (1956) que derivan, según Fareed Zakaria, en la imperfecta democracia I-liberal (1990) que hoy padecemos, personalizada en tipos como Erdogan, Maduro, Bolsonaro, Orbán, Salvini, Le Pen, Vox … o Trump.


Aunque los populismos-demagógicos se incrustan tanto entre grupúsculos de derechas como de izquierdas, tal vez hoy todavía no han conseguido diluir totalmente los principios ideológicos clave, y aún es posible encontrar referencias liberales o marxistas, pero sí constatamos que las reacciones son muy heterogéneas; por ejemplo, en condiciones científicas similares caracterizadas por el desconocimiento del virus, la respuesta a la pandemia no ha sido la misma en EE. UU. (actitud despectiva) que en Europa (consciencia e impotencia) o en Asia (pragmatismo eficiente), de forma que la pandemia se lee de forma distinta según los territorios, produciendo también una evolución a distintas velocidades, según los Estados, regiones e incluso ciudades”, que, traducida a la cultura territorial, nos permite dibujar un proceso político-urbanístico nuevo: la irracional interacción campo-ciudad de la globalización agravada por la pandemia está creando una fuerte desconfianza hacia lo urbano, que, interpretada a la luz de los nuevos posicionamientos populistas-demagógicos, propicia opciones urbanísticas paradisciplinares, mal denominadas, urbanismo táctico. Dicha tendencia, disciplinarmente contiene algunas connotaciones significativas: 1. En relación al carácter del espacio público urbano El urbanismo transformacional desarrollado en muchas ciudades con éxito en las últimas décadas, se basaba, sobre todo en Barcelona, en la capacidad de optimización de la urbanidad mediante la transformación cualitativa del espacio público urbano, pero reconociendo su complejidad, e implementándola además en todas las escalas, desde las intervenciones puntuales más pequeñas, situadas estratégicamente a modo de “acupuntura urbanística”, hasta las de escala mayor generadoras de proyectos urbanos transformadores de mayor entidad. En la coyuntura actual, las transformaciones urbanas podrían reinterpretar el proceso anterior continuándolo, perfeccionándolo o sustituyéndolo por nuevas opciones proyectuales; sin embargo, el urbanismo táctico prefiere utilizar el espacio público como “escenario táctico de confrontación” contra la actividad turística, contra la movilidad y contra el automóvil y, en general, contra la capacidad regeneradora del proyecto urbano, opción que en el caso de Barcelona se evidencia en el estrambótico tratamiento superficial que se está dando a algunas calles centrales del Ensanche Cerdà.


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Si por razones de insolvencia o incompatibilidad funcional se tratase de modificar o sustituir lo que ya existe, en cualquier caso, las nuevas intervenciones deberían ser fruto de nuevos proyectos urbanos disciplinarmente rigurosos y con objetivos transformadores cualitativos y no en la mera traducción de inspiraciones emocionales; y si en todo proyecto urbano siempre es difícil la articulación entre qué se hace y cómo se hace, en el caso del urbanismo táctico no hay duda: generalmente es fruto de simple improvisación sin el apoyo disciplinar que requiere la complejidad urbana, que normalmente se traduce en la reutilización del espacio, primando determinadas funciones. Así, el eslógan “una calle no es una carretera”, que utilizábamos en Barcelona como criterio de diseño urbano en los 80, sigue siendo cierto, pero también lo es que una calle no es ni una plaza, ni un museo ni un jardín. “Una calle es un espacio urbano complejo donde la urbanidad, también se expresa dinámicamente”. La realidad es que si no se entiende la complejidad del espacio público urbano, como estrategia estructural y significativa y contrariamente se simplifica mediante tratamientos epidérmicos y decorativos, tal como propicia el urbanismo táctico, al final, se produce la banalización del espacio público perdiendo también su potencialidad vertebradora. 2. En relación a las infraestructuras La pobre traducción que hace el urbanismo táctico del espacio público también es extensible al ámbito de las infraestructuras. Su desprecio por la movilidad urbana solo está razonado por su capacidad contaminante, ignorando las ventajas que las tecnologías disruptivas de transporte pueden conllevar como vectores impulsores de nuevos modelos de movilidad ecológicamente sostenible, y su fobia al automóvil, sin atender a sus consecuencias socioeconómicas, solo se razona con eslógans a favor de un transporte público que tampoco se perfecciona significativamente. Todos somos favorables a tomar medidas que reduzcan la contaminación y la movilidad para mejorar el medio ambiente, pero no frívolamente ni “matando moscas a cañonazos”, pero en cualquier caso, metodológicamente; antes de suprimir indiscriminadamente el coche, hay que propiciar su sustitución por vehículos no contaminantes, y después reducir, ajustar y racionalizar la movilidad cuanto sea preciso.


El urbanismo táctico tampoco promueve nuevos sistemas de electrificación de la movilidad urbana como el “asfalto eléctrico”, generado por el efecto piezoeléctrico producido por la acción de las ruedas sobre el pavimento, que permite la electrificación directa (inalámbrica) desde el pavimento, una tecnología que ya se comienza a implementar en Tel Aviv; ni apuesta por implantar redes intangibles de comunicación que faciliten la interacción entre vehículos; ni trabaja, como en otras ciudades norteamericanas, por la sustitución de la tecnología de los semáforos convencionales, concebidos en 1912 para regular un tráfico muy simple, pero que hoy son inadecuados para regular la gran diversidad tipológica de vehículos; ni promueve la movilidad hectométrica apostando por vehículos especiales electrificados al servicio de personas necesitadas de asistencia; ni promueve la reconsideración del tipo y dimensión de los vehículos para facilitar un almacenamiento con el menor costo y espacio… ni se tiene en cuenta que el problema de contaminación del automóvil convencional prácticamente desaparece si su impulsión es eléctrica, por hidrógeno o mediante otras tecnologías disruptivas. Al contrario, el urbanismo táctico apuesta obsesivamente, a priori, por la desaparición del vehículo privado sin atender que en determinadas circunstancias es imprescindible como instrumento de trabajo (el transporte público, en ocasiones, no puede suplir al automóvil en casos como los autónomos, artesanos o en determinados emplazamientos de insuficiente accesibilidad) y sin atender a su capacidad para consolidar la práctica democrática en forma de libertad de movimientos. En este sentido, hay que recordar que en la Rusia soviética, para promover una interacción socioeconómicamente solvente entre la ciudad y el campo se promovió un American Way of Life en versión comunista, concertando en 1929 un gran contrato con la Ford para producir 200.000 vehículos al año (coches, camiones y tractores) que implicó construir en Stalingrado la mayor fábrica de vehículos del mundo de aquel tiempo (40.000 vehículos al año), fábrica que fue prefabricada previamente en Detroit por la Albert Kahn Company. En el ámbito energético, el urbanismo táctico tampoco es tan propositivo como publicita, pues aunque propone eslógans como “la revolución de los tejados” para generar electricidad fotovoltaica, no promueve ningún tipo de plataforma energética a escala urbana.


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Del mismo modo, el urbanismo táctico demoniza al sector turístico sin promover cambios estructurales, y aunque es cierto que el turismo masivo comporta problemas, lo lógico sería analizarlo críticamente y proponer soluciones alternativas, en vez de responder con soluciones simples a problemas complejos, sobre todo en la Europa mediterránea, donde el turismo representa un porcentaje tan alto del PIB. Para el urbanismo táctico, ni las infraestructuras tangibles ni las intangibles son un objetivo prioritario. Desprecia las infraestructuras convencionales porque impactan negativamente sobre el paisaje urbano y contaminan en exceso, una cuestión que el reciente urbanismo ya combate con nuevas tesis proyectuales como la demolición en Barcelona de todos los nudos de tráfico elevados, o el proyecto Central Artery de Boston para sustituir mediante un túnel la autopista elevada sobre su waterfront; pero el urbanismo táctico tampoco propone infraestructuras intangibles disruptivas que no provocan impactos negativos sobre el territorio pero incrementan el capital humano, como implementar free wifi en todos los parque urbanos y plazas o mejorar, si es preciso, instalando más antenas, la deficiente cobertura de las comunicaciones. 3. Sobre la sociedad civil y el capital social Cuando Alexis de Tocqueville viajó a América en 1830 constató que el nuevo concepto de democracia (respeto por las decisiones de la mayoría) complementada con el pensamiento liberal (respeto por el individuo y las minorías) era consustancial con la emergencia de la sociedad civil, desarrollada en América, antes que en Europa. La moderna sociedad civil, fruto de la evolución de la idea de progreso, debía complementar, no sustituir, al Estado en el impulso y factibilidad de la vida democrática, pero para su subsistencia y capacidad operativa, es preciso un soporte en forma de capital social que, entendido como capital-social-fijo, tiene tres versiones que interesan a la cultura territorial: el capital natural, el capital humano y las infraestructuras. Aunque publiciten lo contrario, conservar e incrementar el capital natural no es un objetivo prioritario para los populismos-demagógicos.


Sin políticas adecuadas para actuar en la escala regional, que hoy es la apropiada, las “insinuaciones verdes” promovidas por el urbanismo táctico, como los huertos urbanos, los jardines verticales, las plantas en los alcorques de los árboles, los colores sobre los pavimentos y, en general, todo el enverdecimiento real o virtual, son acciones cualitativa y cuantitativamente insignificantes fruto de los insistentes eslógans publicitarios, con un cierto valor simbólico-emocional pero sin afectar apenas al capital natural, motor esencial del paradigma ecológico. Por otro lado, para el alcorques tampoco es esencial incrementar el capital humano, propiciador de la creatividad en la ciudad, y los vectores que lo caracterizan, como el espacio público, la innovación e investigación, la singularidad de los lugares de trabajo (incluso las tipologías de vivienda) y las infraestructuras intangibles que promueven el conocimiento, tampoco son sus objetivos prioritarios, a pesar de que promueven el capital humano. Un posicionamiento tan raquítico sobre temas tan importantes como el capital natural, el capital humano y las infraestructuras, tangibles e intangibles, implica que el capital social urbano no se incrementa sino que se deteriora, con nefastas consecuencias socioeconómicas para las ciudades obligadas a vivir de la economía neoterciaria porque su industria fue deslocalizada, por el momento sin alternativas plausibles, tras la debacle fordista. Demonizar apriorísticamente al turismo, al automóvil y a la movilidad en general sin proponer la rectificación de sus aspectos negativos ni atender a las nuevas opciones disruptivas de transporte; banalizar el espacio urbano ignorando su complejidad e intentando su reestructuración solo mediante una naturalización urbana decorativa; desconfiar del diseño en general y especialmente del proyecto urbano… hace pensar que tal vez estamos ante un urbanismo “cutre”, invertebrado y no-estructural, más que ante una táctica urbanística. ¿Ideología progresista? Cuando el urbanismo táctico exalta vehementemente y con actitud maniquea las contradicciones entre lo sofisticado y lo popular, entre el rigor y la arbitrariedad creativa, o entre lo público y lo privado, está generando desconfianza en la investigación, en la


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creatividad, entre los nuevos emprendedores y en cualquier actividad que, asumiendo riesgos, tenga como objetivo producir algo nuevo, propiciando una “urbanidad cerrada y poco inclusiva” inadmisible en la urbanidad del siglo xxi. Pero esta actitud solo es posible si se siente respaldada por un corpus ideológico, presumiblemente progresista, y aunque sin duda existen muchas connotaciones que evidencian la raíz populista-demagógica del urbanismo táctico nos fijaremos en tres: la desconfianza hacia la disciplina urbanística, la desconfianza ante la idea moderna del progreso humano y la manipulación teleológica del concepto de subjetividad. 4. Desconfianza en la ciencia urbanística El urbanismo táctico, aunque prodiga sus alabanzas al conocimiento, en realidad desconfía de las disciplinas académicas territoriales y de las tesis urbanísticas conceptualmente rigurosas, mostrando una indiferencia hacia la optimización de la interacción campo-ciudad, que temerariamente genera desconfianza hacia la ciudad, tácticamente contrarrestada mediante la decoración falsamente naturalista del paisaje urbano. Es decir, magnifica el problema y, tras mostrar su escepticismo por las soluciones constatadas disciplinarmente, propone “medidas tácticas” y no estratégicas para solucionarlo, apoyadas en la tergiversación de los procesos de participación popular, lícitos y necesarios, pero ahora convertidos en diseñadores urbanos; o en concursos, convocados sin ideas previas sólidas. En este sentido, es significativo el anuncio que, sin sonrojarse, hizo la concejal de urbanismo de Barcelona: “vamos a convocar un concurso para diseñar el Plan Cerdà del siglo xxi” ¿? El limitado nivel técnico y disciplinar del urbanismo táctico explica su repulsa (aunque nunca lo exterioriza) hacia el reconocimiento del rol central de la complejidad de la urbanidad global, lo que le permite justificar sus posiciones simplistas ante temas difíciles por complejos, y también explica el escepticismo del ciudadano respecto al futuro, especialmente el ciudadano no especializado, que observa con desánimo que su ciudad se vuelve progresivamente banal, disfuncional, fea y cada vez más pobre.


No es fácil encontrar la clave que incardina el denominado urbanismo táctico en alguna de las teorías urbanísticas conocidas, ni tan siguiera en las tesis que, en La cuestión urbana, argumentaba Manuel Castells desde París, en los sesenta, cuando se refería a “lo urbano, no como un objeto teórico sino como un objeto ideológico y al centro urbano, como una opción política”, aunque conociendo su extraordinaria obra sobre la Network Society y la sociedad informacional, no me imagino a Castells, como ideólogo del urbanismo táctico, colocando bloques de hormigón sobre las calles del Ensanche Cerdà. La apatía por el proyecto urbano no debe dejarnos indiferentes, pues la antinomia que existía al principio del siglo xx entre urbanismo y desurbanismo, ahora, en el siglo xxi se traduce en una preocupante proximidad entre el llamado urbanismo táctico y el fracasado desurbanismo. 5. Desconfianza ante la idea moderna de progreso humano Lo que realmente repudia al populismo-demagógico de izquierdas es la idea de progreso humano configurada por Turgot en el siglo xviii y convertida en el antecedente ideológico de la Revolución Francesa y la Ilustración. El presunto progresismo delurbanismo táctico es más aparente que real y por eso cuando se les contraargumenta por su incapacidad disciplinar para paliar los déficits urbanos, responden airadamente con alusiones contrarias al despotismo ilustrado. La idea moderna de progreso humano es tan poco nuclear para la ideología populista-demagógica, y por extensión para el urbanismo táctico como lo fue para la medieval, pues en ambos casos desdeñan la búsqueda de una relación armónica entre el progreso y la tradición, crucial para el pensamiento progresista. Lo grave es que la tibieza respecto a la idea moderna de progreso está ayudando subsidiariamente a generar la proletarización de las clases medias urbanas. No es exagerado decir que en el actual contexto de crisis estructural agravado por la pandemia, los trabajadores ven rebajado su nivel de bienestar, y que las pequeñas y medianas empresas también ven peligrar su continuidad, pero esta situación parece que no forma parte de las prioridades de su tacticismo urbanístico, más preocupado por


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las intervenciones epidérmicas que por las estructurales, de ahí la necesidad de revertir disciplinarmente el urbanismo táctico en urbanismo estratégico-transformacional, que sea capaz de articular urbanísticamente nuevas propuestas socioeconómicas. 6. Subjetivismo teleológico En los populismos-demagógicos de derechas y de izquierdas, la subjetividad se convierte en una invariante determinista y por eso procuran concretar sus ideas y discursos concediendo el máximo protagonismo a un tipo de individualidad que entienden maleable. A los populismos-demagógicos les resulta pertinente la parte de las tesis de Foucault que propone la subjetividad como una táctica transformadora, “un conjunto individualizante de sentimientos generador de técnicas capaces de conseguir individuos disciplinados”, y la tesis de Guattari, que considera que “el subjetivismo se puede manipular y producir masivamente mediante instrumentos como los medios de comunicación, la publicidad, las encuestas y sondeos, capaces de prefabricar opiniones estereotipadas y narrativas de deseo, escleróticas”. El urbanismo táctico recoge parcialmente y fuera de contexto algunas tesis de Foucault y Guattari, y tampoco atiende al discurso de las conversaciones que tuvieron en Jena y Weimar, Goethe, von Humboldt y Kant, introductores del concepto de subjetividad como vector esencial del pensamiento racional, que supuso un nuevo enfoque en la dialéctica natural/artificial generadora, en buena parte, del nacimiento de la ecología como disciplina científica moderna. Al contrario, hoy los populismos-demagógicos de derechas y de izquierdas exponen sus argumentaciones utilizando como vehículo narrativo el relato, subjetivo y emocional, frente al discurso científico, disciplinarmente riguroso, para así poder explicar convincentemente cualquier acontecimiento o proceso, incluso los más contradictorios, a partir de un relato convenientemente aliñado. Como táctica instrumental, el relato tiene una finalidad concreta y su argumentación debe ser claramente teleológica, no como una sucesión de causas y efectos, sino como un “orden cuyo fin es alcanzar ciertos objetivos concretos”, blanqueando así la idea de “el fin justifica los medios”.


Además, sabiendo que los procesos urbanos son procesos estocásticos, es decir, que se comportan como una sucesión de variables aleatorias que evolucionan a lo largo del tiempo en función de otra variable externa, es fácil deducir que, para el urbanismo táctico, el relato, entendido como variable externa, sea su componente proyectual más efectivo. En realidad, si valoramos en su conjunto las componentes más significativas del urbanismo táctico, las componentes urbanísticas –espacio público, infraestructuras, capital social– y las ideológicas –desconfianza en el rigor disciplinar, desconfianza hacia la idea moderna del progreso humano, subjetividad teleológica– observamos que, aun obteniendo conclusiones diferentes, detectamos un argumento teleológico común: “todo vale”. Pero el “todo vale”, hoy, no es admisible en una sociedad que aspira a rearmarse ideológicamente sin perder sus valores ético-morales. El “todo vale” tampoco es admisible en el ámbito urbanístico, poniendo de manifiesto que el urbanismo táctico, tal como hoy lo conocemos, solo es una forma de paraurbanismo, y que si perdura y no se corrige sustancialmente, acarreará a corto plazo graves consecuencias socioeconómicas para la ciudad y para el país. Pero no sería bueno que estas últimas reflexiones indujeran al lector, especialmente a los arquitectos y urbanistas jóvenes, hacia posiciones nihilistas. Al contrario. Si con intervenciones tan superficiales se pueden afectar tanto los sistemas generales, cuánto será posible hacer con intervenciones disciplinarmente rigurosas? La respuesta es que aunque el arquitecto-urbanista, con su obra personal, no puede modificar el rumbo de los acontecimientos, sí puede mejorarlo sensiblemente, sobre todo en determinados contextos, y que esto depende básicamente de la coherencia y cualidad del proyecto. Pero para hacer un buen proyecto, la calidad del proyectista es una condición necesaria, pero no es suficiente. La suficiencia proviene, de otros factores como el comportamiento del cliente. ¡No hay un buen proyecto sin un buen cliente!, de ahí que el


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diseñador, entre tantas cosas, disciplinarmente deba calibrar bien la racionalidad de su cliente, sea público o privado. Seguramente Platón no calibró bien la actitud personal de Dion y Dionisio y, por eso, fascinado, lamentablemente viajó a Siracusa; y tampoco Heidegger, cuando abandonó su cátedra para aceptar el cargo de rector de la Universidad de Friburgo, supo calibrar bien las intenciones de sus amigos nazis. Hemos de aprender de estas experiencias. Tras constar la buena interacción contexto-cliente-autoría, es evidente que la potencialidad y el alcance de los proyectos urbanos cualificados nunca ha estado en duda y que las transformaciones urbanas fruto de una visión disciplinar holística, al margen de la escala de intervención y de su singularidad conceptual, evidencia que aquellas transformaciones más cualificadas producen efectos que desbordan el contexto local. Esto es así desde las polis hasta las recientes experiencias urbanas chinas, y puesto que ahora el urbanismo disruptivo y glocal proclama insistentemente esta opción cualitativa, no cabe el nihilismo profesional entre los profesionales que actúan sobre el territorio, especialmente entre los arquitectos-urbanistas más jóvenes. Al contrario, si queréis que vuestras reflexiones y proyectos puedan contribuir a mejorar la urbanidad, ¡ahora es el momento de actuar! Eso sí, propiciando un urbanismo estructural que facilite la proyectación cualitativa en cualquier escala.

Barcelona, octubre de 2020


Urbanismo Disruptivo, Urbanidad Glocal Josep Acebillo Publicado por Actar Publishers Tongji University College of Architecture and Urban Planning Autor Josep Acebillo Diseño gráfico Actar Publishers Revisión de los textos Anna Tetas Impresión y encuadernación Arlequin

Todos los derechos reservados © de la edición: Actar Publishers y Tongji University College of Architecture and Urban Planning © textos: Josep Acebillo © Infografía e imágenes: sus autores

Esta obra está sujeta a derechos de autor. Todos los derechos están reservados, sobre todo o parte del material, específicamente los derechos de traducción, reimpresión, reutilización de ilustraciones, recitación, difusión, reproducción en microfilm u otros medios, y almacenamiento en bases de datos. Para el uso de cualquier tipo, se debe obtener el permiso del propietario de los derechos de autor. El autor y Actar Publishers están especialmente agradecidos con los proveedores de imágenes. Se ha hecho todo lo posible por identificar a los propietarios de los derechos de autor. En caso de que se hayan producido errores u omisiones involuntarios, nos disculpamos sinceramente y solicitamos nos sea informado. Estos errores se corregirán en la próxima edición de esta publicación. Distribución Actar D, Inc. New York, Barcelona New York 440 Park Avenue South, 17th Floor New York, NY 10016, USA T +1 2129662207 salesnewyork@actar-d.com Barcelona Roca i Batlle 2-4 08023 Barcelona, Spain T +34 933 282 183 eurosales@actar-d.com ISBN: 978-1-948765-76-3 Impreso en Europa



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Analiza la necesidad de incrementar el capital social urbano, en sus tres versiones: capital natural, capital humano e infraestructuras tangibles e intangibles.

Enfatiza aquellas virtudes intangibles, como la templanza, la justicia espacial, la parsimonia o la armonía, que definirán una nueva urbanidad, una vez superado el creciente populismo demagógico.

J. ACEbillo

Define el concepto glocal de la City-Region como el ámbito óptimo del proyecto urbano y promotor de un nuevo transregionalismo que emerge como consecuencia de la progresiva disolución del Estado-nación westfaliano.

Urbanidad GLOCAL

Propone entender la complejidad urbana como un proceso sociotécnico de escala regional, que integra en el corpus urbanístico los conceptos de termodinámica y metabolismo urbano, cibernética de segundo orden, isotropía territorial, porosidad infraestructural, clusterización de la región y una nueva matriz de movilidad postindustrial.

Urbanismo DISRUPTIVO

Este libro presenta 52 proposiciones para generar un modelo de urbanismo disruptivo que sea capaz de inducir una nueva urbanidad glocal, para reemplazar la degradada situación urbana y rural que el paradigma FIRE viene generando desde el postfordismo hasta la globalización actual.

Urbanismo DISRUPTIVO Urbanidad GLOCAL J. ACEbillo


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